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Albinö Rhino

UpHolder (2016)

Line-up

Kimmo Tyni – guitarra y voz

Ville Harju – bajo

Viljami Väre – batería

Durante el camino en la búsqueda de nuevas entidades sonoras hay que ser minucioso, filtrar lo que
se obtiene, para así darle el debido valor a las obras y propuestas de bandas que quieren forjar un
camino en el mundo de la música. A tanta búsqueda siempre le llega su recompensa, la banda
oriunda de Helsinki, Albinö Rhino, descienden una vez más de las auroras boreales para entregar su
tercer álbum titulado “UpHolder”.

En marzo de 2014 la banda lanza su álbum homónimo, mismo que concluye con la canción UpHold
The Light pt.1 (14:21), canción que hace la primera afrenta sobre la luz, a la que se le unen las dos
composiciones de su nuevo álbum para crear una pieza titánica y descomunal tanto en su tiempo
como en su calidad musical. Una verdadera proeza aventurarse en la alquimia polifónica de este
rinoceronte albino.

Esta tercera placa de los finlandeses se compone de dos extensas piezas, UpHold The Light pt.2 y
pt.3; las tres piezas juntas formas una suite de una hora, todo un reto para los oídos primerizos en
los viajes a través de los riffs espesos y ondulantes.

El ascenso por los parajes de la armonía de Albino Rhino da inicio con la laudable “UpHold The Light
pt. 2 (20:47)”, canción que desde su alba invoca la potencia y los estruendos con una base de bajo
y batería conciso, a la que minutos después entra una guitarra en abanicos de cuerdas que se
desprenden hasta proyectarse en destellos sónicos. Cada nota se va enraizando poco a poco para ir
formando una atmosfera sombría y nebulosa en donde los riffs prolijos de Kimmo Tyni se abren
paso firmemente. El recurso vocal de Tyni es acertado para lograr un ambiente ancestral y atávico,
un pasado que se funde con el poder que emana la banda. Pasando la marca de los seis minutos
comienza un ataque de destellos cósmicos a cargo de Tyni y su sintetizador, una batalla abrumadora,
que se extiende y encoge en el sonido, se pandea sobre el espacio y alcanza éxtasis sonoro para
volver a descender y dar lugar nuevamente al riff visceral de la banda. La voz arcaica de tyni vuelve
a explotar, una invocación que pide más riffs, más potencia, más brío, y parece que van para allá
pero el rinoceronte empieza a menguar, el empuje de los instrumentos a decrecer con las mismas
notas del inicio. Rebasados los diez minutos, la guitarra comienza un rasgueo cálido y templado, el
camino se va preparando para cambiar de tonos y niveles, comenzamos a ver frente a nuestros ojos
la portada del disco, los sonidos del bosque y las luciérnagas bailando entre esa aurora boreal verde
que se mueve tenuemente. Hemos rebasado la marca de los doce minutos, el bajo de Ville vuelve a
hacerse presente, espeso y lento, ahora los tres instrumentos vuelven a ese ritmo en espirales, un
viaje que se extiende hasta los confines del universo mental. Guitarra, bajo y batería en exacta
sincronía para la propulsión. La voz de Tyni se vuelve hacer presente para cerrar la pieza, la voz
ahora es normal, acompaña muy bien a los riffs que han vuelto a la escena para poner punto final.

Hemos llegado a la mitad del camino, los riffs y el poder del rock levantan los poros de la piel. Lo
que se viene es “UpHold The Light pt. 3 (15:44), canción en colaboración de Scott Heller, el Doctor
Space, integrante de la Øresund Space Collective en los sintetizadores. La canción desde su inicio
mantiene la fuerza, despega sin temor directo a la galaxia. La canción mantiene su fulgor y
dinamismo durante más de la mitad de pieza, el trio con la ayuda de Heller y su magia en los
sintetizadores van perpetrando la creación de la luz, los sonidos se entrelazan y ramifican sobre la
estructura musical, cada nota se anexiona al cosmos, el trabajo en los sintetizadores es excepcional,
un viaje que debe ser aceptado. Llegando a los ocho minutos la velocidad comienza a bajar pero la
potencia a subir, la guitarra de Tyni se vuelve lenta y espesa como chapopote, el fondo sintetizado
no deja de tener presencia, el sopor y el letargo sónico se prolonga y se va extendiendo como un
hoyo negro, una fuerza que va absorbiendo la atención, que poco a poco comienza a estructurar
nuevamente el camino, abre su flor de loto para regresar con nitidez y convicción al sonido que
caracteriza ésta titánica obra. En la recta final, cada instrumento se va abriendo paso por el cosmos,
cada integrante va catalizando su intención en hacer llegar al éxtasis la pieza que destella en colores
para fundirse con los últimos sintetizadores que van disminuyendo junto con la guitarra y ponen
punto final a este gran álbum de la banda.

Albinö Rhino puede jactarse de haber aportado un álbum portentoso y gratificante para el género,
su trabajo es de satisfactoria escucha y complace al apasionado de los sonidos pesados y
psicodélicos. Una obra que no debe faltar en ninguna colección de los que obedecemos al RIFF!

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