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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

PSICOLOGÍA CLÍNICA

EL ESTUDIANTE REALIZARÁ UN INFORME INVESTIGATIVO A MANERA DE


MICRO-ENSAYO, EXPLICANDO LAS ALTERNATIVAS DEL TRATAMIENTO Y
DEL MANEJO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES DIAGNOSTICADOS CON
“TRASTORNO BIPOLAR”

JEAN FARFAN H.

VANESA PINTADO

SEPTIMO CICLO

MGS.

2019
Introducción

En el presente trabajo se indaga sobre el trastorno bipolar en cual se enuncia sus diferentes

tipos de bipolaridad, puesto que cada uno tiene sus características diagnostica, pero en si

la principal idea es que la persona bipolar, tiende a tener cambio rústicos en su estado

ánimo y crean irregularidad comportamental, que pueden llegar a una hipomanía o mania,

a su vez se refleja la fuerza de la afectación en el estado de ánimo, dicho esto es necesario

conocer como diagnosticar un TB para lo cual se aborda diferentes escalas que integran

varios tipos de evaluación en los cuales tratan de observar la frecuencia intensidad y

duración de los episodios del estado de ánimo, síntomas maniacos y su gravedad en niños

y adolescentes, y por último evaluación de los padres, así mismo el labor del presente se

enfoca en conocer los tratamiento optimo hacia el TB, aunque depende de la gravedad

del paciente, para ello existen una variedad de fármacos, dichos fármacos son aplicados

con extrema observación debido a sus fuertes efectos secundarios, además se etiqueta que

los tratamientos psicosociales son de gran de aporte debido que enfrentan a los trastornos

conmorbidos y también ayuda a mejorar el ambiente psicosocial e individual del

individuo.
Desarrollo

Comenzando con la primicia sobre que es un trastorno bipolar, Diler, R. S., & Birmaher,

B. (2018). Explica que esta patología está dentro de la categoría de los trastornos del

estado de ánimo y que también el trastorno bipolar se lo conoce como una enfermedad

maniaco depresiva, por lo cual está dicha patología se caracteriza por cambios cíclicos

entre manía y episodios depresivos mayores, además se incluyen otros subtipos de

trastornos bipolar, en los cuales, Morrison, J. (2015). Destaca el TB I, que se caracteriza

por qué se debe presentar por lo menos un episodio maniaco, y algunas veces se presenta

un episodio depresivo mayor, también el TB ll que para ser diagnosticado se requiere de

por lo menos un episodio hipomaniaco y un episodio depresivo mayor, además el

trastorno ciclotímico se encuentra relacionado con el TB. Y es el que se encarga en que

los pacientes muestren oscilaciones repetidas del estado de ánimo, pero ninguno con

gravedad para ser considerado un episodio mayor o maniaco, TB inducido por

sustancia/medicamentos es otra variable del TB, trastorno bipolar debido a otra afección

media y otro trastorno bipolar especificado o no especificado, que es cuando los síntomas

no cuadran a los criterios de diagnósticos bipolares mencionados.

De esta forma Diler, R. S., & Birmaher, B. (2018). Manifiesta que el trastorno bipolar

dentro de su investigación el rango de edad que más porcentaje tiene es desde los 10 años

en adelante presentando diversidad de sintomatología que se alían a los criterios de

diagnósticos, además que este trastorno en algunas casos llegan a tener comorbilidad con

otros trastornos que no están dentro de la categoría del estado de ánimo, por lo que

también se especifica que la causa de dicha patología es multifactorial, sin descartar que

altamente es genético, aunque los traumas en cuanto su desarrollo en el ambiente social

y familiar también son participes de desencadenar un episodio de TB, para lo cual se

integra que tipos de evaluación consiguen ser base para el diagnóstico clínico, entre ellos
están las entrevistas clínica con el objetivó de indagar sobre la frecuencia intensidad y

duración de los episodios del estado de ánimo, que son medios por medio de la: Escala

Kiddie de Evaluación de Trastornos Afectivos y Esquizofrenia (KSADS, por sus siglas

en inglés), asimismo se utilizan dos escalas para evaluar los síntomas maniacos y su

gravedad en niños y adolescentes la: Escala de Evaluación de Manía en Niños y

Adolescentes (YMRS, por sus siglas en inglés; Young et al, 1978) y la Escala de

Evaluación de Manía K-SADS y por último se apunta escalas para evaluación de los

padres que son: El Inventario de Conducta General (P GBI, por sus siglas en inglés;

Youngstrom et al, 2008), la versión para padres de la Escala de Evaluación de Manía en

Niños y Adolescentes (P-YMRS, por sus siglas en inglés), por ende es de pauta primordial

mantener la observación dentro del espacio clínico y fuera del consultorio, aclarando

puntos claves que pueden dar una orientación diagnostica hacia la enfermedad mental,

teniendo en cuanta la importancia de un diagnóstico temprano, puesto que si se llega a

dar, el paciente se puede incorporar y adaptarse al ambiente social, familiar, seguir con

su desarrollo de acorde a su etapa vital, con los objetivos de contrarrestar síntomas que

llevan al individuo a un sin número de conflictos individuales y se reflejen en su entorno.

En cuanto los tratamientos principales están los farmacológicos y psicológicos, los

tratamientos farmacológicos vienen a ser especificados es decir de acorde a su gravedad

de los episodios que los pacientes presentan es decir maniacos, hipomaniacos, depresivos

entre otros, de esta forma el tratamiento psicológico se encarga de dar una homeostasis

comportamental, conductual ya se en el paciente y su entorno cotidiano. Po lo tanto Diler,

R. S., & Birmaher, B. (2018). Expresa que el tratamiento de TB tiene tres etapas la aguda,

continuación y mantenimiento, es decir la aguda se encarga de controlar lo síntomas

agudos que afectan la actividad psicosocial del niño y su bienestar, el segundo paso de

continuación se basa en que se trata de evidenciar la eficacia del primer paso para en si
en el segundo ya evitar episodios maniacos, depresivos, por lo tanto ya se ve optimo a la

elección del tratamiento farmacológico y psicosocial o un tratamiento combinado, pero

para su elección depende de la gravedad, intensidad, fase de enfermedad, tipo de TB, la

conmorbilidad, las posibilidades de la familia y ambientales. Cabe destacar que los

tratamientos farmacologicos estan los siguientes medicamentos como estabilizadores del

estado de ánimo se refiere al litio y a los anticonvulsionantes como valproato,

carbamazepina, oxcarbazepina, topiramato y lamotrigina, así como a los antipsicóticos

de segunda generación (ASG) como risperidona, aripiprazol, quetiapina, olanzapina y

ziprasidona, McClellan et al, 2007. En si los medicamentos nombrados, tiene su

estructura de aplicación, es decir se mantiene en vigilia los síntomas secundarios que

pueden ocasionar en el individuo, por lo cual recomienda que se comience con dosis baja

y aumentar paulatinamente de acuerdo al comportamiento del paciente ante el

medicamento aplicado, sin embargo, existen pacientes que necesitan más dosis para

estabilizar síntomas maniacos, hipomaniacos, con características mixtas o depresivas.

Cabe recalcar que se debe informar a los padres o el representante del individuo acerca

de los efectos secundarios, como el estreñimiento, aumento de peso o pérdida de peso,

reacciones dermatológicas graves, mareos, somnolencia, fatiga, diplopía, diarrea, torpeza,

marcha inestable, sedación, confusión, enfermedad febril, entre otros.

Por otro lado Nivoli et al, 2011, enuncia que la intervención psicológica es vital para el

paciente puesto que se trata de forma holística, es decir se integra con los que convive,

mayormente con la familia, puesto que se busca a que exista un nivel compresión optimo

en el cual se enfoque en soluciones de problemas que surjan en el medio que están, en el

entendimiento del proceso psicofarmacológico, en concordar acuerdos que sean

favorables de parte y parte, puesto que mejorara la relación, fortalecerá vínculos sociales,

sentimentales y estos otorgaran la disminución de la ansiedad, estrés entre otros, por otro
lado se intuye a que el paciente se motive en seguir con la terapia psicofarmacológico,

con la finalidad de normalizar sus conductas problemas y tratar trastornos con mórbidos.

Así mismo Birmaher & Axelson, 2005, manifiesta que el tratamiento psicosocial es

vigoroso para tratar los trastornos conmorbidos como las conductas negativitas, consumo

de sustancias y lo trastornos de ansiedad.

Además, West et al, 2007, Narra que la Terapia Cognitivo Conductual Centrada en el

Niño y la Familia se encarga de argumentar como los pensamientos, sentimientos

distorsionados repercuten en la generalización, o argumentación errónea de sucesos,

conocimientos de la persona como la familia, puesto que conjugan o son participes de

incentivar al problema conductual del individuo siendo una vía directa para la patología,

La TCC-CNF consiste en 12 sesiones de 60 minutos que se realizan semanalmente a lo

largo de 3 meses. La intervención está diseñada para ser implementada a lo largo de

múltiples dominios – individual, familiar, de los pares y la escuela – para abordar el

impacto del TB en el contexto psicosocial del niño.


Conclusión

De acuerdo a los diversos autores, es necesario tener un alto conocimiento acerca de esta

patología estudiada debido a su estrecha relación con otros trastornos y además que el

diagnostico en niños es dificultoso, aun así existen formas de aplicación de test,

conocimientos, que son guía para el buen diagnóstico, puesto a esto es necesario conocer

los efectos secundarios, que tipo de medicina, el tiempo de aplicación del medicamento,

por lo que da un camino de ciertos comportamientos o conductas que son generadas por

un medicamento y que pueden desencadenar otra patología. Por lo tanto, la ejecución del

procedimiento es global puesto que el paciente y la familia se debe comprometer al

tratamiento, si no es así resultaran más problemas con el paciente y su adaptación o

reinserción al aspectos sociales será más complicado, sin embargo si el tratamiento es

eficaz en ambos contextos es decir familiar y profesional, se observara una mejora en la

relación en el grupo familiar y en lo personal como es en el paciente.


Referenecias bibliográficas

Birmaher B, Axelson D (2005). Pediatric Psychopharmacology, In Sadock BJ, Sadock

VA (eds) Kaplan and Sadock's Comprehensive Textbook of Psychiatry, 8th ed.

Lippincott, Williams, and Wilkins, Philadelphia, pp. 3363-3375.

Diler, R. S., & Birmaher, B. (2018). TRASTORNO BIPOLAR EN NIÑOS Y

ADOLESCENTES.

Nivoli AM, Colom F, Murru A et al (2011). New treatment guidelines for acute bipolar

depression: a systematic review. Journal of Affective Disorders, 129:14-26

Nivoli AM, Colom F, Murru A et al (2011). New treatment guidelines for acute bipolar

depression: a systematic review. Journal of Affective Disorders, 129:14-26


Morrison, J. (2015). DSM-5® Guía para el diagnóstico clínico. Editorial El Manual

Moderno.

McClellan J, Kowatch R, Findling RL et al (2007). Practice parameter for the assessment

and treatment of children and adolescents with bipolar disorder [erratum appears

in Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 2007,

46:786]. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry,

46:107-125.

West AE, Henry DB, Pavuluri MN (2007). Maintenance model of integrated psychosocial

treatment in pediatric bipolar disorder: A pilot feasibility study. Journal of the

American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 46:205-212.

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