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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Escuela de Estudios Políticos y Administrativos

Cátedra: Introducción a las Ciencias Sociales

Sección «A»

¿Cuáles son los posibles vínculos entre la política y el feudalismo?

Docente: Alumno:
Édgar Pérez Pedro Bermúdez
Santiago de León de Caracas, 16 de octubre de 2017
Indice

Introducción

….. ¿Qué es el feudalismo? ¿qué es la política? ¿quiénes estudian ambos


fenómenos?

Desarrollo ¿Cómo se articulan ambos? ¿qué hay en la política que pueda haber
en el feudalismo? ¿qué hay en el feudalismo que pueda haber en la política? ¿es
el feudalismo un fenómeno político o politizado? ¿Hay estructuras políticas en el
feudalismo? ¿Cuál era la política del feudalismo?

Conclusión

Bibliografía
Introducción

Según los argumentos de García-Pelayo, la historia se vincula con la


política en la medida que dicha correlación se establece entre el contenido que la
primera otorga a la segunda y permite la transformación del futuro convirtiendo
acontecimientos políticos presentes en los hechos históricos posteriores.

Dicha historia se encuentra compartimentada en diversas secciones que


facilitan su estudio y, asimismo, representan períodos donde ciertos fenómenos de
características coincidentes acontecieron moldeando formas históricas propias de
dicho momento ya fuera de índole económica, política, social, entre otras. Dentro
de estos períodos puede hallarse el feudalismo, esta etapa histórica comprendió
entre los siglos X y XV en plena edad media.

La Europa de la edad media, después de la caída del Imperio Romano y la


desaparición de las instituciones políticas, legales y organizativas que mantenían
la unidad entre los pueblos conquistados y la metrópoli Roma, precisó de
reestructurar los lazos que pudieran unir a los individuos bajo algún tipo de
organización que les sirviera de protección ante las amenazas internas —Pillaje,
desconfianza— y frente a las externas —Invasiones bárbaras—. Según los relatos
de Henri Pirenne, a medida que el Imperio fue retrocediendo en expansión
territorial, las unidades territoriales «mansos» sirvieron a sus habitantes como
refugio ante los riesgos que asolaban la tierra circundante, así como de provisión
ante la desaparición del sistema comercial romano. Estas unidades territoriales
acogían, en ocasiones, individuos errantes a cambio de que estos trabajaran la
tierra o bien sirvieran como guardia personal del señor dueño de la propiedad. Por
medio de estos lazos que sometían individuos a la protección y servicio de un
señor, se crea una institución mentada como «pacto feudo-vasallático»,
representada por la vinculación existente entre un vasallo y un señor y cuya
ejecución se realizaba de manera pública, la cual en un futuro sería el fundamento
de Ganshoff para determinar la existencia del «feudalismo». No obstante, algunos
autores como Bloch en su libro la societé féodale plantean que el feudalismo va
más allá del pacto anteriormente nombrado y postulan que esta etapa histórica
encuentra su esencia en el conjunto de relaciones militares, político-jurídicas,
económicas y sociales que pudieron enlazarse durante el Medievo por las fuerzas
del llamado «Antiguo Régimen». Asimismo, otros autores de corte marxista como
Charles Parain y Claude Cahen determinan que el feudalismo es un modo de
producción social determinado por las relaciones que existen entre el hombre, la
tierra y sus propietarios.
Para poder entender una posible relación entre el feudalismo y la política
tendremos que comprender cuáles son los usos de significado que se le ha dado a
la primera a ver si ya existe alguna conexión explícita entre ambos; y, con el
mismo objeto, observar si dentro del feudalismo pudiesen encontrarse fenómenos
políticos o politizados así como si la misma noción nos dirige hacia algún vínculo.

Objetivo

La época feudal es un período histórico sobre el cual la escasa


documentación y la variedad de postulados respecto a su naturaleza complican los
posibles análisis que pudieran realizarse sobre los fenómenos que en el mismo se
presentaron, por tanto, la tarea principal de este ensayo será partir de unas ideas
generales respecto al feudalismo y visiones de la política que pudieran
relacionarse para así determinar si es posible que los fenómenos característicos
del período pudiesen ser fenómenos de naturaleza política o influidos por ella, así
como precisar si el feudalismo en su generalidad es una manifestación de la
política o no. Ante todo, señalo unas hipótesis que durante el desarrollo de este
ensayo trataré de explicar y determinar si son válidas o no. La primera es que la
institución feudal principal —el pacto feudo-vasallático— es una manifestación del
intento humano de ordenar la vida social y política deshecha ante la inminente
caída del Imperio Romano. y; la segunda, refiere a la visión política del feudalismo
como un modo de producción social.

Feudalismo, varias concepciones

A fin de poder establecer una relación clara, si es que resulta posible


alguna, referiré únicamente dos visiones que nos acercan más a dos perspectivas
respecto al tema en discusión; la primera, observa al feudalismo enfocada en las
instituciones que representaban a esta, indistintamente de su naturaleza
[Valdeón], así como por la estructura económica dominante; la segunda concibe
este fenómeno desde la perspectiva del análisis materialista histórico y constituye
así un modo de producción social donde están dadas una serie de relaciones de
producción caracterizadoras del mismo.

Abilio Barbero y Marcelo Vigil conciben la fundación del feudalismo en la


reestructuración de los gentilicios restantes de la sociedad esclavista romana que
pudieron mantenerse, ya no como grandes poblaciones, a pesar de las constantes
amenazas externas. El proceso para la constitución de la sociedad feudal empezó
con la reunión de tales gentilicios en agrupaciones básicas que se denominaron
«aldeas» donde la unidad familiar tenga grave importancia pues de ella se
constituían otras instituciones vitales para el sistema feudal. Sin embargo, tales
aldeas sufrieron el influjo de los grandes propietarios de tierras así como de la
expansión eclesiástica y sus pobladores fueron entregándose al trabajo en las
tierras de aquellos con los recursos necesarios para mantener a estos nuevos
vasallos y a su propiedad así como en los terrenos bajo la administración de la
Iglesia.

Una segunda visión propia del estudio materialista histórico señala que el
feudalismo es un «modo de producción social» posterior al modo de producción
esclavista implantado por los antiguos imperios. Este modo de producción feudal
se explica en la relación existente entre el hombre y la elaboración de los medios
necesarios para su subsistencia. Marx es el primero en plantear esta teoría cuya
radical naturaleza cambia la perspectiva histórica respecto al análisis de los
fenómenos económicos. Otro modo de resumir este concepto es entendido que un
modo de producción es el resultado de la combinación de las fuerzas productivas
—entiéndase los medios naturales para producir junto con el esfuerzo del hombre
para hacerles consumibles— con las relaciones de producción —la posición de los
propietarios respecto a los productores— que es propia y caracteriza a las etapas
históricas de suma relevancia, por ejemplo la edad antigua, la edad medieval, la
época capitalista, entre otros.

Posterior a la atomización del Imperio Romano en unidades diminutas —


mansos—, surgieron hombres cuyas propiedades les permitían obtener aquellos
bienes imprescindibles para su sustento, mas, al lado de estos, se ubicaban un
gigantesco número de individuos que carecían de los medios necesario para
alcanzar el alimento, el refugio y la vestimenta, por lo que estos en condiciones
inferiores acudían al señor, dueño de la tierra, para ofrecerles sus servicios a
cambio de protección. Tal hecho convirtió la relación entre los señores y
campesinos en una institución llamada el «pacto feudo-vasallático» que sellaba la
sumisión del nuevo servidor a la potestad del propietario de la tierra. Esta
explicación tiene cabida aquí puesto que Marx considera que por medio de estas
relaciones propietario-siervo se asoma e introducen la clases sociales, lo cual
marca un punto clave para determinar el concepto de modo de producción feudal
pues nos permite entender quiénes eran los dueños de los medios requeridos para
obtener los bienes de la naturaleza y qué tipo de vínculo existía entre estos y las
personas que trabajaban los mismos. Charles Parain plantea como caracteres de
la época feudal en primer lugar que ante una sociedad eminentemente agrícola,
las relaciones sociales de producción giraban en torno a la tierra; segundo, que los
trabajadores de ella podían emplear su dedicación para obtener el beneficio
esperado mas no eran los dueños del terreno; y, finalmente, todo el sistema se
basa en una especie de relaciones de servidumbre. Asimismo, después de
explicar este conjunto de relaciones económicas y sociales, tal sistema a la luz del
marxismo habría de incoar nuevas formas de lucha que redistribuyan las
relaciones sociales de producción existentes por unas innovadoras.

La política y sus fenómenos durante el feudalismo

Antes de poder demostrar las hipótesis nos es imprescindible describir


algunas nociones respecto a qué es la política y qué es aquello que otorga el
sentido político a los fenómenos habidos y por haber.

El materialismo histórico concibe tres principios fundamentales para el


desenvolvimiento de los hechos: el desarrollo histórico por saltos, el principio de la
transformación de la cantidad y calidad y el de la contradicción (García-Pelayo,
2008: 16). Estos se disponen en tal orden puesto que la historia, a la luz del
marxismo, genera nuevas formas que surgen repentinamente y no como algo que
ha ido gestándose durante el tiempo y las mismas son el resultado de la
acumulación de hechos históricos que resultan de la pugna entre las diversas
estructuras de la historia y las clases que generan conflicto entre sí. Tal posición
conduce a que la idea de la política es servir de canal para la luchas de clases
cuya intención es alcanzar el poder del Estado con el fin de adquirir los medios de
producción.

Otra visión plantea que para que los fenómenos políticos reciban tal adjetivo
necesitan estar vinculados a la idea de implantar un sistema axiológico o bien a
contribuir al que ya esté en dominio. Uno de los que defiende esta postura es
David Easton a través de su comportamentismo político y señala que la política es
política en cuanto se encuentra relacionada con el intento de promover algún
conjunto articulado de valores. Estos sistemas axiológicos atribuyen a la idea del
poder algo más que su aplicación física puesto que le conectan con una serie de
ideas en busca de alterar el sistema político vigente.

A partir de estas concepciones básicas podremos determinar si realmente


es posible articular los planteamientos dados en nuestras hipótesis.
El pacto feudo-vasallático como un intento de reorganizar la vida social y
política

De entre los hechos más notables y caracterizadores de la época feudal


puede recogerse aquel que determinaba las relaciones entre los distintos
miembros de una sociedad y que estructuraba a la misma en unos «estratos»
sociales. El pacto feudo-vasallático es una institución jurídico-político —según
González D. (pág. 6)— que consistía en la sumisión de un individuo con menor
capacidad para defenderse y, en ciertos casos, producir su sustento material a un
hombre que, por el contrario, sí contaba con los recursos para estar seguro y
amparar también a otros que lo requirieran; este individuo generalmente recibía el
nombre de «señor» mientras que aquel cuya libertad se disminuía a cambio de
seguridades era comúnmente mentado como «siervo». A fin de hacer pública y
notoria la decisión del siervo de entregarse a su señor, por medio de una
solemnidad llamada «homenaje» se confirmaba la realización de este acto. Las
consecuencias notables para los individuos era que en el caso del siervo existiría
una relación de sumisión donde este estaría forzado a producir únicamente para
su subsistencia y, si se llegase a producir, a ofrecer el excedente a su señor.
Respecto al uso de la tierra, los campesinos únicamente la podían laborar, el
terreno era parte de la propiedad del señor aunque no trabajada directamente por
él, y a cambio de la utilización de esta tendrían que pagar una serie de impuestos
que generalmente serían cobrados por el señor.

¿Cuál es el asunto con este tipo de relaciones? Merced a la estratificación


social generada por la división que provocó el mismo pacto en señores y siervos,
la sociedad empezó a observar nuevas formas de organización social en la época
medieval tardía como las clases sociales. El conjunto humano estructurado en
base a relaciones de servidumbre intentó constituir inconscientemente una forma
de reorganizar los medios de subsistencia garantizados anteriormente por la
fuerza del antiguo Imperio. Una vez que dicha reorganización consolidó cierta
forma de estructura social capaz de «autosustentarse» devino posteriormente en
la generación de una entidad política que terminó de separar los que antiguamente
se conocía como el poder terrenal —el Sacro Imperio Romano Germánico y los
reyes nacionales— del poder atemporal —la Iglesia— y se denominó el «Estado
moderno» cuyo director era el monarca absoluto, un resultado de la unificación de
los muchos poderes feudales dispersos por las naciones. (De la Cueva, 1980: 45)

Podría determinarse que la función del pacto feudo-vasallático sobrepasó


los límites jurídicos a los cuales se reducían sus funciones, esta institución formó
parte del proceso que permitió la creación de una nueva forma política y,
asimismo, el acontecimiento de actos revolucionarios como la Revolución
Francesa. De este modo, la teoría marxista nos ayuda a entender el carácter
político que a la postre este pacto puedo adquirir puesto que sirvió en cierta
manera a permitir que la clases tuvieran acceso a una nueva forma de poder: el
Estado.

El modo de producción feudal y la política

Ya hemos visto cómo se relaciona la institución fundamental del feudalismo


y la política, mas yéndonos a una concepción más amplia de esta etapa histórica,
el modo de producción feudal, trataremos de formar algún vínculo entre esta
misma y la política.

Como anteriormente señalamos a Parain, lo que gobierna las relaciones de


producción durante la edad media es el copioso trabajo de la tierra como única
fuente de sustento disponible para el ser humano así como la distribución de esta
entre una gran cantidad de servidores cuyo trabajo solamente podía satisfacerle
sus necesidades inmediatas de consumo y del cual no podían sacar mayor
provecho dada la imposición del pago de un renta al señor propietario del medio
de producción.

Los campesinos durante este período conservaban y retenían para sí su


trabajo, el usufructo, mas estaban en completa dependencia de la tutela de un
señor. Esta relación determinó la explotación del pueblo campesino a través de los
terratenientes, los cuales establecían las normas dentro de su feudo y dictaban las
leyes como una clase superior generándose de este modo. Durante la época
feudal las tierras eran propiedad asimismo de las iglesias que obtenían gran
cantidad de estas gracias a la donación que realizaban algunos reyes y señores
procurando ganarse el apoyo de esta.

En esta especie de organización, se observa como hay un amplio margen


entre los distintos estratos de la sociedad —belatores, oratores y laboratores—
que termina acentuando la diferenciación de las clases sociales y formando un
nuevo grupo social, los burgueses.

El punto clave para establecer el vínculo entre política y modo de


producción feudal está en entender el proceso de las clases sociales. Una vez
consolidado el Estado moderno bajo la figura del monarca absoluto, las
instituciones feudales comienzan a perder determinación en cuanto a la tenencia
de la tierra y se divisan nuevas formas de producir y distribuir lo producido.
Mientras que la nobleza, clase heredera de los señores, procura mantener su
posición mediante el empleo de la violencia y la legalidad vigente, un nuevo grupo
social, que surgió a partir del comercio y cuyas riquezas sobrepasaban la de los
antiguos señores, buscó los medios para deshacerse de las restricciones que le
imponían los poderosos nobles y estos los consiguió por medio de la revolución,
empezando por Francia y extendiéndose por el resto de Europa. De esta manera
la burguesía consiguió alcanzar el dominio del Estado para consolidar su posición
como clase social imperante y así determinar un nuevo modo de producción
social.

Conclusión

Dado lo planteado podría afirmarse que sí existen, para empezar, dos


vínculos entre la política y el feudalismo: la conexión por medio de una institución
social así como por la interpretación materialista histórica que concibe las clases
sociales como elementos que pugnan políticamente por dominar los medios de
producción social. Sin embargo, podrían ampliarse dichas conexiones, así como
desestimarse, si se analizaran los postulados liberales de Adam Smith quien
plantea el feudalismo como «el fraccionamiento del poder público en un reino o
principado, sea un sistema político y social» o bien los de Montesquieu: el
feudalismo como la «vigencia del predominio local en sustitución del Estado
centralizador» (Boutruche, 1995), ambos compartiendo la visión del feudalismo
como un sistema de índole política reducido al orden —o, mejor dicho, a la falta de
él— del poder atomizado.

Bibliografía

SARASA, E. y SERRANO, E. (2010). Estudios sobre señorío y feudalismo.


Homenaje a Julio Valdeón. Institución «Fernando el Católico». Recuperado
de: http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/29/92/_ebook.pdf

PARAIN, C. (1973). El Feudalismo. Editorial Ayuso.

GARCÍA-PELAYO, M. (2008). Idea de la Política. Caracas, Venezuela: Fundación


Manuel García-Pelayo.
DOMÍNGUEZ, D. (2008). Las maneras de la extracción del excedente en la
economía medieval. Revista crítica de ciencias sociales y jurídicas.
Recuperado de:
https://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/17/daviddominguez.pdf

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PASQUINO, G. (1995). Manual de Ciencia Política. Madrid, España: Alianza


Editorial.

BOUTRUCHE, R. (1995). Señorío y feudalismo: los vínculos de dependencia.


Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores.

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