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Test de matrices progresivas de Raven, ¿para qué

sirve?

El test de matrices progresivas de Raven es uno de los instrumentos más utilizados para medir el
razonamiento analógico, la capacidad de abstracción y la percepción. Así, sus 60 preguntas permiten
evaluar el factor “g” de inteligencia propuesto por Spearman, esos procesos mentales y cognitivos más
generales donde solemos dar respuestas más o menos a efectivas a los problemas cotidianos.

Admitámoslo, a la mayoría nos han pasado en alguna que otra ocasión este instrumento. Suele aplicarse de
forma habitual en los centros educativos y en las pruebas de selección de personal. Asimismo, a día de hoy
es común también que forme parte de las pruebas psicotécnicas en los procesos selectivos para diferentes
profesiones.

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos
en la práctica”

-Aristóteles-

Dados sus contextos de aplicación, es posible que a menudo veamos esta prueba con algo de incomodidad,
como ese enemigo conocido que ha supuesto un desafío en diferentes momentos de nuestra vida, ya sea por
motivos académicos o laborales. No obstante, también hay quien ve el test de matrices progresivas de Raven
con profundo interés porque disfruta resolviendo esos pequeños enigmas, ahí donde identificar patrones,
donde resolver series, donde inferir, donde afinar percepciones y abstracciones…

Sea como sea hay algo que está claro. La medición del CI (cociente intelectual) sigue teniendo una
clara vigencia en nuestra actualidad y en la mayoría de nuestros contextos. Más allá de si aceptamos o no la
teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, en el día a día se prioriza mucho más esa visión
unitaria de la inteligencia donde medir en el ser humano sus capacidades de razonamiento lógico, la
resolución de problemas o el pensamiento crítico.

El test de matrices progresivas de Raven es un ejemplo de esto último, ahí donde medir el razonamiento
abstracto y esa inteligencia fluida de las que nos habló Cattell en su momento y que nos permite, al fin y al
cabo, resolver los problemas más cotidianos. Tal vez en un futuro las cosas cambien y las pruebas psicotécnicas
se articulen de otro modo.

No obstante, cabe decir que este tipo de instrumentos no dejan de tener su interés y ante todo su utilidad.
Veámoslo con detalle.

Test de matrices progresivas de Raven, ¿para qué sirve?


El test de Matrices Progresivas fue creado por J. C. Raven en 1938 para medir el factor “g” de la
inteligencia. El diseño de esta prueba psicométrica buscaba un objetivo: evaluar a los oficiales de la armada
estadounidense. Ahora bien, al poco no tardó en verse su utilidad y su validez para evaluar la inteligencia en
general independientemente de los conocimientos adquiridos.

Beneficios del test de matrices progresivas de Raven frente a otras pruebas

 Se puede aplicar a niños y adultos, sin importar su nivel cultural o si la persona tiene problemas
comunicativos o motrices.
 Es una prueba muy económica a la hora de administrarse.
 Por lo general, suele resultar interesante y entretenida para la mayoría de personas (hay implicación y
motivación).
 Exige una atención “gestáltica” así como un razonamiento analógico donde la persona debe aplicar una
conducta exploratoria, otra comparativa y utilizar a la vez varias fuentes de información para completar
las matrices.

Asimismo, uno de los mayores beneficios del test de matrices progresivas de Raven es la rapidez con la que
obtenemos una información válida sobre el funcionamiento cognitivo del adulto o el niño.

Por otro lado, cabe decir algo importante. El propio creador del test, John Raven, dejó claro que esta prueba no
debía utilizarse de forma exclusiva para medir la inteligencia de la persona. Deben aportarse otras fuentes de
información, de manera que la evaluación pueda ser mucho más potente y sus resultados más sólidos.
Cómo se realiza el test de matrices progresivas de Raven
La prueba está compuesta por 60 preguntas de opción múltiple, organizadas por diferente orden de
dificultad. Se utilizan, como ya sabemos, una serie de figuras geométricas abstractas e incompletas que la
persona debe resolver, intentado dar significado a un material a simple vista, confuso o desorganizado.

Por lo general, se suelen dejar unos 45 minutos para su realización, tiempo suficiente para que el niño o el
adulto ponga en práctica lo que conocemos como capacidad de educción. Se trata de un proceso que se
caracteriza por lo siguiente:

 La capacidad de educción se basa en hallar relaciones y correlatos cuando lo que tenemos ante nosotros
es un tipo de información que a simple vista, está desorganizada.
 Asimismo, este tipo de habilidad intelectual requiere que hagamos comparaciones, deducciones,
representaciones mentales, que apliquemos el razonamiento analógico y el principio de la lógica.

Todo ello da forma al factor “g” definido en su momento por Charles Spearman y al que se considera a su vez
un predictor válido de la inteligencia en general.
Matrices progresivas de Raven y el Efecto Flynn
Rossi-Casé y su equipo de investigación (2015) publicaron un estudio sobre el Efecto Flynn en las matrices
progresivas de Raven. Pero, ¿en qué consiste este efecto? De forma muy resumida, este efecto consiste en que
con los cambios de generación aumenta nuestra puntuación en pruebas de coeficiente intelectual. La
explicación de este fenómeno radicaría en la mejora de la escolarización, en los avances en la medicina, la
correcta alimentación, en tener un ambiente rico y variado, etc.

Rossi-Casé y su equipo de investigación (2015) , investigaron la relación entre las matrices progresivas de
Raven y el Efecto Flynn. Los resultados mostraron que entre 1964 y el año 2000 podía apreciarse el efecto
Flynn, pero no era tan palpable entre el año 2000 y el 2015. Los autores se preguntan si este efecto se
incrementará indefinidamente o se detendrá en algún momento, y en caso de ser así, cuándo. Señalan que para
dar respuesta a esta incógnita “deberíamos volver a analizar las hipótesis que en su momento intentaron
explicar la presencia del efecto Flynn, tales como mejoras en la alimentación, mayor escolarización, el uso de
las nuevas tecnologías y el predominio de las imágenes visuales”.

Sin duda, estos resultados evidencian la necesidad de futuras investigaciones sobre las matrices
progresivas de Raven.

Un apunte final
Para concluir, el test de matrices progresivas de Raven es un instrumento no verbal ni manipulativo cuyas
puntuaciones no dependen del nivel educativo ni de la experiencia de esa persona. Todo ello lo hace sin duda
muy interesante, además de útil para ciertos contextos donde se desea tener una información previa sobre la
inteligencia “en general” de alumnos o candidatos a una categoría profesional.

Su facilidad de aplicación y la escasa dificultad para obtener un resultado de las respuestas que ha dado la
persona hace que, lo queramos o no, esté muy presente en la mayoría de nuestros contextos sociales…

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