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c) Formulación de conclusiones.
Estas fases se desarrollan en diferentes tiempos de acuerdo a la materia y al estilo de enseñanza del profesor. Hasta
cierto punto, el proceso de evaluación se asemeja al proceso de investigación: lo fundamental es la definición y
planteamiento del problema; es decir, ¿qué se va a medir?
Para encontrar las mejores formas de medir el aprendizaje, el docente tiene que investigar cuales son las mejores
formas para evaluar las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) de sus materias.
El concepto de evaluación ha variado con el paso del tiempo gracias a los avances en las teorías de la psicología evolutiva
y la psicología del aprendizaje.
Como se hace referencia en (González, 2010), la definición más aceptada de evaluación aun en nuestros días es la
definición del diccionario: la de apreciar, valorar, fijar el valor de una cosa, hecho o fenómeno.
(Iafrancesco, 2005) indica que la evaluación es un concepto sistemático y permanente que comprende la búsqueda y
obtención de información de diversas fuentes acerca de la calidad del desempeño, avance, rendimiento o logro del
estudiante y de la calidad de los procesos empleados por el docente.
En un principio la evaluación estuvo casada con los procesos industriales de seguimiento. Por lo tanto, se evaluaba la
cantidad de contenidos que el alumno era capaz de poseer.
Debido al gran trabajo sobre los instrumentos de evaluación hicieron que las pruebas o exámenes se estandarizarán
como mecanismo único para medir el grado de avance.
Uno de los principales problemas de los exámenes y otros instrumentos de evaluación es la subjetividad de los reactivos.
¿Por qué una pregunta vale 10 puntos y otra 5?.
Otro problema de los instrumentos de evaluación es que los alumnos sólo estudian para aprobar. Fomentando con ello
una memorización de conceptos, perjudicando el aspecto gráfico.
Para (González, 2001) la evaluación debe de ser holística; es decir, global e integral de todos los aspectos que el alumno
debe de saber en todas sus dimensiones.
De acuerdo con (Casanova, s.f.), la evaluación aplicada a la enseñanza y el aprendizaje consiste en un proceso
sistemático y riguroso de obtención de datos, incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea
posible disponer de información continua y significativa Para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a
ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa mejorándola progresivamente.
Para (González, 2001), el proceso de evaluación se ha visto afectada por diversos factores principalmente del uso de las
TICs.
La función del proceso de evaluación se hace en muchas ocasiones de todo pero menos medir o calificar el grado de
avance de los alumnos. En muchas ocasiones, el evaluar, recalca los aspectos negativos de forma tal que desmotiva a los
alumnos.
Para evitar que la evaluación negativa desmotive al alumnado, es necesario detectar el error del aprendizaje antes de
que este sea evaluado. Siempre debe de estar primero el aspecto positivo que el negativo.
La finalidad y función de la evaluación siempre va a responder a la preguntas ¿por qué y para qué evaluar? Partiendo de
esta reflexión (Scriven, 1967) propuso los tipos de evaluación: formativa y sumativa. Esta clasificación permite hacer
diferenciación entre el proceso y los resultados, ya que bajo el esquema tradicional el resultado es lo más importante.
Como se menciona en (González, 2001), la evaluación tiene una función inminentemente social ya que certifica el saber,
la acreditación, selección y promoción de personas. Si bien es cierto que un título universitario sólo certifica el
conocimiento, las habilidades de una profesión quedan en duda; o bien, personas sin título pueden ejercer una
profesión incluso mejor que las personas con título.
Otros autores como (Castro, 1998; op. Cit. González, 2001) realizan otras clasificaciones como: pedagógica, innovadora y
función de control.
La educación también tiene una funcionalidad de control, ya que todo el sistema educativo puede estar estructurado
para dejar a los alumnos con ciertas características y formas de pensar. Si bien es cierto que muchas naciones están
manejando sistemas educativos obligatorios en niveles básicos esto puede ocasionar que malos gobiernos manejen a su
forma a los ciudadanos de un país.
Para (Zarzar, 1993) la evaluación tiene dos objetivos: uno explícito que es analizar en que medida se han cumplido los
objetivos de aprendizaje propuesto y uno implícito, cuya finalidad es propiciar la reflexión de los alumnos con respecto a
su propio proceso de aprendizaje.
Para (Castillo, 2002), la evaluación educativa desarrolla sus funciones en los siguientes ámbitos:
Ámbito didáctico, se ocupa de a ayudar a desarrollar el proceso de enseñanza – aprendizaje de los alumnos, en las
mejores condiciones posibles, dentro del espacio escolar y académico. La evaluación pasa a ser el elemento
determinante en la planificación didáctica y afecta a todos los aspectos de la vida escolar.
Ámbito psicopedagógico, Esta función permite al profesor desarrollar su proceso de enseñanza – aprendizaje
personalizado y adaptado a las circunstancias de cada alumno, o al menos, de aquellos que requieren más ayuda,
adecuándose a su ritmo de aprendizaje y teniendo en cuentas sus dificultades concretas y exigiéndoles unos
rendimientos acordes con sus capacidades.
Existen diversos tipos de evaluación tal y como los define (Casanova, s.f.):
Evaluación por su funcionalidad (regulación, de control de calidad, descriptiva, prospectiva, etc.) siendo las más
importantes las sumativas y formativas.
La función sumativa se realiza en diversos momentos, como cuando el docente tiene que seleccionar un libro de texto,
cuando se titula un alumno por examen de conocimientos, cuando se realiza un examen de oposición para entrar en la
universidad, etc. En todos ellos se tiene una evaluación significativa.
(Iafrancesco, 2005) también hace una taxonomía referente a los tipos de evaluación en el rubro de la funcionalidad:
sumativa, formativa y diagnóstica.
La evaluación sumativa es aquella que busca la valoración y alcance total de los objetivos planteados para la labor
educativa. Es la verificación o constatación respecto a la obtención o no, de lo propuesto inicialmente. Y de su
valoración depende la toma de decisiones que por lo general son bastante comprometedoras para la vida estudiantil.
Tales como la aprobación o no de un curso.
La evaluación formativa es con la que se busca ir acompañando el proceso de aprendizaje del estudiante, para orientarlo
en sus logros, avances o tropiezos que tenga durante el mismo. Consiste en la apreciación continua y permanente de las
características y rendimientos académicos del estudiante a través de un seguimiento en todo su proceso de formación.
Se recomienda que las evaluaciones sumativas siempre estén acompañadas de al menos una evaluación formativa.
Y finalmente la evaluación diagnóstica es aquella por medio de la cual se determina la situación del educando, antes de
iniciar el proceso. Esta se emplea para saber como se encuentra un estudiante antes de iniciar el curso. Mediante los
resultados podemos saber si sabe más de lo que necesita saber o si sabe menos de lo requerido. También se tiene
conocimiento de sus habilidades y limitaciones en relación con los contenidos a impartir
Por otra parte, la evaluación criterial pretende quitar la alta subjetividad que se presenta con la evaluación normotipo
aplicando criterios más específicos y definidos en la evaluación. Por ejemplo para determinar si un alumno tiene la
competencia de la buena ortografía es sumamente complicado evaluar, pero si emplean criterios como en un
documento que escriba no comete más de 10 errores, es mucho más fácil el proceso de evaluación.
Fortaleciendo lo anterior, (Iafrancesco, 2005) expresa que la evaluación normativa es cuando el docente emite su juicio
acerca de lo evaluado. Comparando la realización del estudiante con lo que normalmente se espera que sea su
comportamiento o resultado, lo anterior genera una curva normal de comportamiento.
La evaluación criterial es cuando el docente juzga basándose en criterios que sirven para establecer el grado de
perfección que se espera de un determinado aspecto o rendimiento dado. Los grados de perfección se encuentran
establecidos en los objetivos a cumplir.
La co evaluación es una evaluación entre pares. Es una actividad de reflexión generalmente manejada en actividades
grupales donde se evalúa el desempeño de los demás en el trabajo. Es necesario que los alumnos empiecen a desarrollar
este tipo de evaluación para lograr mejores resultados.
La hetereoevaluación es la evaluación que se realiza de alguien contra alguien siendo de diferente tipo. El caso más
extendido es el de profesor-alumno.
La evaluación es considerada como sinónimo de medida. La medición, de acuerdo al Real Diccionario de la Lengua
Española es el proceso mediante el cual se compara un valor con respecto a un instrumento de medición.
En (Bonvecchio y Maggioni, 2006), se expresa que la palabra evaluación se está convirtiendo en una especie de
camuflaje que se utiliza como sinónimo de otras más clásicas como: examen, control o prueba.
Definen al término medición como comparar un aprendizaje con un parámetro o referente previamente establecido.
Y acreditar, es una función del agente educador que consiste en constatar y atestiguar el logro de ‘aprendizajes
acreditables’, para que el educando pueda acceder a un tramo más avanzado del sistema escolar (cuatrimestre, año,
ciclo o nivel). Es aquella tarea que sirve para constar ciertas evidencias de aprendizaje. Tiene que ver con resultados muy
concretos con respecto a los aprendizajes más importantes que se proponen.
Para (Zarzar, 1993) la acreditación hace referencias a criterios académico-administrativos, mediante los cuales una
Institución avala el título, diploma o constancia que se le da al alumno. Para hacer dicho respaldo, la institución se basa
en criterios mínimos como lo son % de asistencia, calificaciones aprobatorias, entre otras.
Para (Zarzar, 1993) la evaluación implica una valoración, es decir, dar un juicio de valor; mientras que la calificación
implica una medición, es decir una cuantificación.
Muchos profesores confunden los términos evaluación y calificación. Piensan que cuando se aplica un examen se está
evaluando y que cuando se califica ya se ha terminado el proceso de evaluación.
Es bien cierto que la calificación es una parte importante del proceso de evaluación. Así como la evaluación se maneja
como medio para lograr la acreditación de los estudios.