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net/publication/303679519
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Joshua Bellingham
University of Chester
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All content following this page was uploaded by Joshua Bellingham on 30 May 2016.
1
Su esfera de influencia se extiende a personas claves como Martin Luther King Jr, Kenneth Waltz, Arthur
Schlesinger Jr, Barack Obama, John Mcain
2 Su magnum opus es “Nature and Destiny of Man”, que fue presentado en Endinbrough al comienzo de la
segunda guerra mundial. Esta obra es reconocida como uno de las más importantes del siglo veinte. La
primera frase es: “man has always been his most vexing problem”
negación del mundo natural en utopías idealistas (Platón). Sin embargo, Niebuhr
plantea una filosofía “optimista-pesimista” que busca sea aplicable al mundo
social. El asunto que ocupa esta presentación, que es la tarea agustiniana que
Niebuhr desarrolla, engloba el problema de la naturaleza humana examinando su
esencia en todas sus posibilidades. Así, se trata de distinguir las posibilidades
humanas para comprender la realidad política y solidificar la comunidad social
ante la fluctuación de los acontecimientos históricos que han provocado
conflictos sociales.
El tiempo tiene un aspecto trágico, lo que es logrado se echa al olvido. Esto fue
el mismo clamor del Rey Salomón, cuando en una época más antigua decía que:
“en los días venideros ya todo habrá sido olvidado”. Se habrá olvidado al necio y
al sabio, también las glorias como las infamias, nada permanecerá. 4 Salomón
también afirma que el humano desea y busca permanencia que no se evapore con
el tiempo. El olvido de hechos históricos por el transcurso del tiempo también
ocupaba la mente de Agustín al observar el cambio dramático entre la antigüedad
y la edad media. Hasta la grandeza y gloria del imperio no podrían escapar del
3
Russell, Bertrand. History of Western Philosophy: Collector’s Edition. Routledge, 2013.
4
Salomon. Ecclesiastes, 2:16, Reina Valera Actualized
tiempo. Roma y la “antigua moralidad” habían pasado completamente “al
olvido”. El olvido había provocado una transvaloración de valores en los que la
moderación era sustituida por la avaricia de poder y la obtención de placer. Ante
esto, Agustín afirmaba que esta fluctuación en la moralidad romana indicaba una
profunda incoherencia entre la libertad y la voluntad del ser humano.5
Antes, en la época clásica, la justicia en la polis se veía como una tarea sencilla
con el uso de la razón. Los filósofos griegos habían pensado que la razón seguía
su propio rumbo virtuoso y que el egoísmo provenía de impulsos no-racionales.
Esta confianza básica en la razón como solución a la política, según Niebuhr, es
un error que se ha repetido repetidamente en el pensamiento occidental. 6 A
diferencia de los filósofos griegos y el reduccionismo moderno, la filosofía
agustiniana sugiere que no resultaría tan fácil atar la política a la razón, porque el
humano en su libertad no es coherente y sus acciones tampoco son predecibles.
Por esta ambigüedad, en la antigüedad y la modernidad, sucede el peligro de una
5Saint Augustine. “City of God: Against the Pagans”, Penguin Books (1972), p42, 74
6
Reinhold Niebuhr. “The Hebraic and the Hellenic Approaches to the Problem of Selfhood and History”
en “Major Works on Relgion and Politics” (2015)
trágica incomprensión del ser humano. Por lo tanto Niebuhr sugiere que la
prioridad de coherencia en las teorías de la situación humana, en la ciencia y la
filosofía, corren el peligro de ignorar ciertos aspectos o hechos históricos que
violan esa coherencia. 7 Este error se corrige, según Niebuhr, ante la historia
misma, porque la historia constituye una clara proyección de la naturaleza
humana y la incoherencia entre los deseos y las acciones en la esfera social:
7
Niebuhr, Reinhold. “Christian realism and political problems”. Scribner, (1953): p4
8 Reinhold Niebuhr. “El Hombre Moral en la Sociedad Inmoral”. Buenos Aires, (1966): p33
9 Niebuhr, Reinhold. "Augustine’s political realism." The Essential Reinhold Niebuhr: Selected Essays and
10 Mathewes, Charles T. Evil and the Augustinian tradition. Cambridge University Press, (2001)
11
Niebuhr, Reinhold. "Augustine’s political realism."
12 P 123-125
multitud.13 La libertad radical, que es esencial para el ser humano, hace posible
mirar a lo más allá de las insuficiencias del mundo inmediato, y hacia las
necesidades y posibilidades de relaciones sociales más extensas e inclusivas en la
vida y comunidad política:
13
Niebuhr, Reinhold. The children of light and the children of darkness. Charles Scribner's Sons, (1972),
cap 1
14 Reinhold Niebuhr. “El Hombre Moral en la Sociedad Inmoral”. Buenos Aires, (1966), P41
15 Mathewes, Charles T. “Reinhold Niebuhr: Freedom” en “Evil and the Augustinian tradition”.
17
Reinhold Niebuhr. “An interpretation of Christian Ethics” P66
18
Crouter, Richard. “Reinhold Niebuhr: On Politics, Religion, and Christian Faith”. Oxford University
Press, 2010. Cap 3, P43
19 Reinhold Niebuhr. “An interpretation of Christian Ethics” P94
20 Thompson, Kenneth. "The Political Philosophy of Reinhold Niebuhr." Reinhold Niebuhr: His Religious,
1987, P58
22 Blaise Pascal. Pensées
humano debe considerar sus posibilidades reales de libertad con una auto-
conciencia crítica; incluso más, un entendimiento completo de los fenómenos
políticos debe incluir a los dos polos paradójicos del ser humano:
El hombre es tan fuerte como débil, tan libre como limitado, y tan ciego como
perceptivo. Se postra en la coyuntura de naturaleza y espíritu y es involucrado
tanto en la libertad como en la necesidad.23
23 Niebuhr, Reinhold. The Nature and Destiny of Man: A Christian Interpretation: Human Nature.
Westminster John Knox Press, 1996. P180
24 Davis, Harry R., and Robert C. Good. "Niebuhr Ideas Politicos." Barcelona. Graficas Perez 1960). P110
absoluta”. 25
Sin embargo, por el egoísmo del ser humano sus intereses
particulares no siempre descansan en la contingencia de su situación actual, se
imagina su perspectiva parcial como si fuera absoluto. Niebuhr sugiere que este
peligro evidencia la tensión paradójica en la vida humana, que el ser humano es
animal, pero su esencia va más allá, el ser no solamente reconoce su finitud sino
también “protesta contra la finitud”, intenta desesperadamente “ocultar su
ceguera” e imaginar un dominio mayor y un conocimiento ilimitado de la
realidad:
El ave de rapiña se detiene con sus conquistas cuando tiene repleto el buche;
pero las lujurias del hombre se ven alimentadas por su imaginación y no se siente
satisfecho hasta que no alcance los objetivos universales que su imaginación le
hace vislumbrar. Su protesta contra la finitud hace que sea inevitable el carácter
universal de sus sueños imperialistas.26
25
Reinhold Niebuhr. “An interpretation of Christian Ethics” P84
26 Reinhold Niebuhr. “El Hombre Moral en la Sociedad Inmoral”. p56
27 Thompson, Kenneth. "The Political Philosophy of Reinhold Niebuhr." Reinhold Niebuhr: His Religious,
28
Reinhold Niebuhr. “El Hombre Moral en la Sociedad Inmoral”. Buenos Aires, 1966, P34
29
Ibid. P35
30 Saint Augustine. “City of God: Against the Pagans”, Penguin Books (1972), Ejemplo en p139
31 Niebuhr, Reinhold. "Augustine’s political realism." P128
32 Niebuhr Ideas Políticos." P180
opuestas”. 33 En este sentido, el realismo agustiniano plantea que cualquier
equilibrio social que se logra en la civeta terrena, será inevitablemente
constituido de “compacto de justicia” porque la paz que se gana se asegura
precisamente a través de la pugna de poderes e intereses. 34 Mientras que la
avaricia de poder e intereses conflictivos no impiden el establecimiento del orden
social necesario para la humanidad, la supuesta justicia y ficticia paz que se crea
nunca serán tan puros ni tan seguros como lo son imaginados:
Las raíces de anarquía son inseparables de este orden porque siempre es una paz
que imagina ser más de lo que en realidad es. Es una paz impuesto a través de
un instrumento de orden humano…en este instrumento hay una ambición
imperial, que esconde su voluntad de poder bajo el velo de una voluntad paz.”35
33.Ibid.
P112
34
Reinhold Niebuhr. “El Hombre Moral en la Sociedad Inmoral”. Capítulo 3
35 Reinhold Niebuhr. “An interpretation of Christian Ethics” P88
36 Ibid. p166
37 Niebuhr Ideas Políticos." P20
falsas”38. Particularmente en el caso de Europa la soberbia de poder fue entre las
fuerzas internas más trágicas que dejaron estallar la crisis internacional de la
Segunda Guerra Mundial. A causa de una alta confianza en la larga duración de
la paz externa y el equilibrio interno los gobernantes de Gran Bretaña cometieron
el “pecado de Babilón”, de hacer un falso eterno de la aparente seguridad de su
situación contingente. Por lo tanto se nota que, debido a la soberbia nacional,
Gran Bretaña no se humilló ni adoptó una perspectiva realista cuando hubiese
sido una mejor opción ante la amenaza de Hitler y la avaricia de poder alemana.39
Bertrand Russel comentó una vez que si todo fuera posible, al hombre le gustaría
ser Dios, pero hay algunos que encuentran difícil aceptar tal imposibilidad. No
obstante, aun si no acepta la imposibilidad explícitamente, la negación de la
finitud se expresa en el mismo egoísmo de las civetas terrena. Este egoísmo se
proyecta en la esfera política donde se ejerce dominación sobre otros humanos de
igual manera que se domina a la materia. Así que, por las pretensiones del ego se
puede olvidarse de toda contingencia en la vida hasta imaginarse el mismo “autor
de su existencia” y el “maestro de su propio destino”40. Esta pretensión del ego
de ser todopoderoso, aunque imposible, aspira a eliminar las inseguridades de su
existencia, en este sentido el pecado del humano siempre es un intento de “ocultar
su inseguridad tras estirar su poder más allá de sus límites”.41
38 Ibid. P90
39
Niebuhr, Reinhold. The Nature and Destiny of Man, P188
40 Ibid. P188
41 Niebuhr Ideas Políticos." P180
42 Ibid. P189
Romana. Entre todas las causas por la caída de Roma, Niebuhr sugiere que la
ceguera de la fe en el poderío romano fue primordial. Sobre la misma época
Agustín enfatizaba que el equilibrio social y la estructura política motivada por
la “avaricia de poder” al final no puede continuar. Aun así, dado el gran prestigio
y duración de la gloria romana, exaltaba el orden romano y la Pax Romana como
si fueran “verdades eternas”43.
En Civetas Dei Agustín afirmaba que ese orden era en su esencia imperfecta
porque la misma justicia y moralidad que lo constituía estaban sujetas a la
avaricia de poder. En realidad, Roma no amaba a la justicia por ser justicia, sino
amaba las consecuencias beneficiosas de la justicia que otorgaba mayor seguridad
y facilitaba más libertad y posibilidades de poder y placer. Por ende, Agustín
plantea que el paso de “moderación” a dominación en el carácter romano no fue
tanto un cambio paradigmático de creencias sino fue un cambio de poder. Más
bien, el cambio demostraba que la justicia de la “moralidad antigua” era
meramente una “imagen fantástica” sin raíces concretas en la sociedad.44 En un
sentido Nietzscheano, el orden justo del gobierno Romano no se estableciera por
la “presión de la justicia”45, sino tal orden solo tendría valor y propósito en tanto
que sirviera a la voluntad y las prioridades de Roma. Por lo tanto, en Roma el
orden y la ley se exaltaban, pero en realidad en el imperio Romano “no amaban
la gloria en aras de justica. Amaban a la justicia de apariencia solamente para la
gloria”46.
43
Ibid, P03
44 Saint Augustine. “City of God: Penguin Books (1972), p74
45 Ibid, P106
46 Ibid, P212
47 Reinhold Niebuhr. “El Hombre Moral en la Sociedad Inmoral”. Capítulo 10
Mientras que un orden social puede resultar equilibrado, una forma de justicia
que solamente aporta beneficios egoístas se ve determinado por intereses
parciales, particularmente por el interés del poder mayor, como el Leviatán de
Thomas Hobbes. Según los agustinianos, si una comunidad no acepta la
parcialidad inherente de esa justica, un egoísmo común y constante que solamente
reconoce sus intereses, al final acaba desfavoreciendo a sus propios intereses,
destruyéndose a sí mismo. 48 Es decir, mientras que sea justicia: “cualquier
justicia que solamente es justicia pronto se degenera a algo menos que justicia.”
49
48
Ibid, Cap 10
49
Niebuhr, R. "Augustine’s political realism." P134
50 Ibid, P128
51 John O’Meara. “Introduction: Attitude to Rome” in City of God: Penguin Books (1972)
52 Niebuhr, R “An interpretation of Christian Ethics” P219
Niebuhr afirma que cualquier compresión de la naturaleza se paraliza si se olvida
de la libertad radical y la posibilidad de amor, al olvidarla se cae en un nihilismo
o un cinismo que afirman las tendencias egoístas como el “imperativo final” en
la política53. Por ende, Niebuhr cree que, para entender las posibilidades humanas
en la política, uno tiene que hacer la distinción clave entre lo universal en la
historia y lo normativo a la esencia humana. Puede ser que el humano es “un lobo
a su prójimo”, tal como decía Hobbes, sin embargo así no se conforma con la
“naturaleza esencial”54. Sobre todo, esta distinción fundamental se representa en
la tensión entre las Civetas Terrena (que se ama a si mismo) y la Civetas Dei (que
ama a Dios y al prójimo). Esta tensión distingue las posibilidades paradójicas de
la libertad radical. Según Agustín, en el caso del egoísmo, el amor del ser humano
no conforma con la naturaleza esencial porque limita el fin de su auto-
transcendencia exclusivamente a sí mismo, en vez de extenderlo infinitamente a
Dios y al prójimo.55 Con tal distinción entre el ego y el Otro, se puede decir que
la ley de amor constituye el principio básico de compresión en la esfera social,
con lo cual se puede examinar cómo se motiva y gobierna la existencia humana.56
53
Thompson, Kenneth. "The Political Philosophy of Reinhold Niebuhr." (1956): P169
54
Niebuhr, R. “Not of the world but in the world” en “Major Works on Relgion and Politics” (2015)
55 Niebuhr, R. "Augustine’s political realism." P130
56 Mathewes, Charles T. Evil and the Augustinian tradition. Cambridge University Press, (2001)
57 Niebuhr Ideas Politicos. P169
Es decir, el nivel de justicia de cualquier sociedad no se entiende totalmente según
las instituciones o el orden legal, sino se entiende la justicia según la ley de amor.
Por consiguiente, la propuesta primordial de Niebuhr afirma una dialéctica entre
la necesidad de justicia y la necesidad fundamental de reconocer al ser humano
como un ser moral, un ser de libertad radical que puede considerar al Otro.58
Mientras que la justica y el amor sostienen situaciones contrarias, uno de
conflicto entre intereses (justicia) y otro de armonía entre vidas (ley de amor), en
la dialéctica los dos forman una unidad inseparable en la naturaleza humana:
“La ley busca una armonía tolerable entre vida y vida, presuponiendo el pecado.
Es, por ende, una aproximación de la ley de amor por un lado y un instrumento
de amor por el otro”59
58
Idib, “Niebuhr’s Augustinian Realism”
59
Niebuhr, R. “Love and Law” en “Major Works on Religion and Politics” (2015)
60 Niebuhr, R. "Augustine’s political realism." P130
61 Niebuhr, H. “The Law of Love in Politics and Economics” en “An interpretation of Christian Ethics” P140
A la luz de esta perspectiva, Niebuhr considera que en cada contexto y comunidad
humana existe una “posibilidad ideal” que se yuxtapone ante las disonancias
humanas y las desigualdades o divisiones “fortuitas” e “históricas”. De este
modo, en cualquier orden socio-político se ve que la ley de amor propone
posibilidades reales de justicia que “transcienden inmediatamente” a cualquier
justicia que se ha podido establecer en el estado o en la comunidad.62 Además,
según la necesidad y libertad del ser humano, se observa que en cualquier
situación social la suma de la “posibilidad ideal” se ve engendrado en términos
de libertad e igualdad. Sin embargo, dado el auto- transcendencia del ser humano,
la comunidad se encuentra en una tensión constante entre lo que unifica y lo que
divide, en tanto que las contingencias de la naturaleza y la deshonestidad humana
impiden la libertad e igualdad que demanda el amor perfecto.63 Así que, en la
comunidad ese ideal se halla imposible en tanto que la ley de amor requiere amar
más allá que la reciprocidad y cálculos de intereses personales. Por tales
limitaciones, la comunidad política consiste en una justicia relativa, no obstante
en la dialéctica tal justicia y sus normas se harían injustas si se independizaran
del amor. Entre todo, Niebuhr considera que, la justicia de la sociedad se juzga
según el amor porque, y de tal manera la justicia se ve como una “aplicación” de
la ley de amor que pueda aproximar la armonía entre vidas.64
62
Ibid 143-6
63
Ibid 147
64 Mathewes, Charles T. Niebuhr’s Augustinian Realism en Evil and the Augustinian tradition. Cambridge
66
Ibid, P147
67
Arendt, H. (1929). El concepto de amor en San Agustin. Berlin: Julias Springer.
en la “protesta contra la finitud” sino en la cartitas de la civitas dei. Solamente
en la ley de amor se cumple completamente la naturaleza humana. Ante el amor
a Dios y al prójimo, que no es utópico, el ciudadano y gobernante pueden ver
honestamente y humillarse ante la parcialidad y egoísmo de sus intereses, al final
permite transcender la fluctuación e impedir que “la justicia de ayer” se transmuta
a “la injusticia de mañana”. 68
68
Niebuhr, R. “The Law of Love in Politics and Economics” en “An interpretation of Christian Ethics”, P163
político69. A raíz de esto, la justicia humana se encuentra carente en cualquier
orden en tanto que esa justicia no transciende el egoísmo humano. Por lo tanto,
entre Niebuhr y Agustín se considera que solo cuando la capacidad de
transcendencia se ancla en amor para Dios y el Otro puede el humano lograr una
seguridad y armonía que no fluctúa en el “Rio de Babilón”. En conclusión, el
realismo agustiniano exige una honestidad ante la naturaleza finita en sistemas
políticos y el reconocimiento que solamente el amor, en vez del temor, puede ser
la norma fiable y permanente en la comunidad humana.
69
Niebuhr, R. "Augustine’s political realism." P128