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LA COMUNICACIÓN DECOLONIAL,

PERSPECTIVA IN/SURGENTE
DECOLONIAL COMMUNICATION, AN IN/SURGENT PERSPECTIVE
A COMUNICAÇÃO DECOLONIAL, PERSPECTIVA IN/SURGENTE

Erick R. Torrico Villanueva


Director académico de la Maestría en Comunicación Estratégica en la Universidad
Andina Simón Bolívar, La Paz. Co-coordinador del Grupo de Interés Comunicación-
72 Decolonialidad de la ALAIC. Ex Presidente de la ALAIC. Doctor en Comunicación por
la Universidad Rey Juan Carlos, Madrid. Autor de los libros Abordajes y períodos de
la teoría de la Comunicación, Hacia la Comunicación decolonial y La comunicación
pensada desde América Latina (1960-2009).

E-mail: etorrico@uasb.edu.bo
Resumen
El pensamiento teórico comunicacional es tributario de la epistemología moderna que se
desplegó junto a los procesos de conquista y colonización que propulsaron a Europa a “centro”
del mundo desde finales del siglo XVI. Las principales corrientes del campo de estudios de la
Comunicación privilegiaron el análisis de las mediaciones tecnológicas, sus consecuencias y
los contextos político, económico y cultural en que se desenvuelven. La decolonialidad, nueva
perspectiva crítica latinoamericana, propone un punto de vista distinto para la comprensión
del hecho y la teoría comunicacionales desde la mirada situada de los subalternos y con una
proyección utopística. Este artículo es una aproximación a estos planteamientos.
Palabras clave: Comunicación; Decolonialidad; Liberación; Rehumanización.

Abstract
The theoretical thought of Communication is tributary of the modern epistemology that was
unfolded next to the processes of conquest and colonization that propelled Europe to “center”
of the world since the end of the XVI century. The main currents in the field of Communication
studies privileged the analysis of technological mediations, their consequences and the
political, economic and cultural contexts in which they operate. Decoloniality, a new Latin
American critical perspective, proposes a different point of view for the understanding of the 73
communicational fact and theory from the situated gaze of the subalterns and with an utopistic
projection. This article is an approximation to these approaches.
Key-words: Communication; Decoloniality; Liberation; Re-humanization.

Resumo
O pensamento teórico comunicacional é tributário da epistemologia moderna que foi
implantada ao lado dos processos de conquista e colonização que impulsionaram a Europa ao
“centro” do mundo desde o final do século XVI. As principais correntes do campo dos estudos
da Comunicação privilegiaram a análise das mediações tecnológicas, suas conseqüências
e os contextos político, econômico e cultural em que atuam. A decolonialidade, uma nova
perspectiva crítica latino-americana, propõe um ponto de vista diferente para a compreensão
do fato e da teoria comunicacionais a partir da visão situada dos subalternos e com uma
projeção utopística. Este artigo é uma aproximação para essas questões.
Palavras-chave: Comunicação; Decolonialidade; Liberação; Re-humanização.
Introducción el pensamiento comunicacional, aun en sus
Hace 92 años, con la tesis doctoral de Harold vertientes críticas tradicionales y utópicas, sea
Lasswell sobre la propaganda usada en la pri- la de inspiración marxista o la generada con
mera guerra mundial1, la realidad fáctica de la variados referentes en Latinoamérica desde los
comunicación quedó inaugurada como tema años ’60 del pasado siglo.
de interés para la investigación académica, Frente a ello, a comienzos del decenio de
pero pronto su significado social la convirtió 1990 entró en escena una nueva mirada crítica
en un verdadero y cada vez más apetecible te- latinoamericana asentada en el concepto-eje
rritorio del conocimiento: la Comunicación2. de colonialidad y en la propuesta práctica de la
Las teorizaciones hechas en ese marco, su- desestructuración necesaria de tal efecto cons-
midas hasta ahora en la polémica sobre su titutivo y residual del (neo)colonialismo. Lo
naturaleza, finalidades, objeto y contornos3, que sigue en este artículo presenta elementos
se originaron casi sin excepción en el seno de de la aún reciente aplicación de esta plataforma
la epistemología moderna eurocentrada, que de análisis al campo comunicacional.
presupone un proyecto civilizatorio que hincó
sus raíces a la vez que se expandió cuando la 1. Sobre la decolonialidad
geografía planetaria se completó con la incor- Si la descolonización es el establecimiento
poración de América (Arciniegas, 2005), su del autogobierno en una sociedad antes suje-
conquista y colonización. ta al control político-militar de una potencia
Estos procesos de supeditación se perpetua- foránea, la decolonialidad5 es la confrontación
ron en la colonialidad4, es decir, en la lógica, las con la colonialidad para remontarla en pos de
estructuras y las jerarquías de la dominación una vida en diferencia y equidad.
que perviven en los imaginarios e instituciones Así, la decolonialidad es tanto el horizonte
de las sociedades que estuvieron sometidas al de comprehensión crítica de la realidad social
74 control colonizador europeo desde finales del desde la historia concreta de los pueblos su-
siglo XV y que consiguieron su independen- bordinados al dominio colonial y neocolonial
cia política formal entre inicios del siglo XIX y como el desafío epistemológico y político li-
mediados del siguiente. berador que se desprende de tal visión. Pensar
El pensamiento científico producto de esa decolonialmente significa, entonces, hacer in-
forzada universalización de la cultura europea teligible el mundo social (y el comunicacional
y de la europeizada está, pues, atravesado por en su seno) tomando como base la condición
esa historia y esa herencia condicionantes. En de subalternidad6, pero autoconsciente, rebelde
el interior de ese bagaje, acontece lo propio con y propositiva.
1 Cfr. Lasswell ([1927] 1938). En materia de investigación, esta perspecti-
2 Se diferencia aquí la “comunicación” como proceso social de la va, en el sentido de situación a partir de la que
“Comunicación” como área del saber.
se observa, se piensa y se conoce, posibilita una
3 Véase, por ejemplo, las discusiones examinadas y reseñadas en Pe-
ters ([1999] 2014), Maigret (2005), Fuentes y Vidales (2011) o Fuen-
entrada y una práctica analítica y de teoriza-
tes (2015). ción distintas de las utilizadas en la tradición
4 Este concepto fue originalmente planteado por Aníbal Quijano científica establecida en las potencias de la
(1992) en referencia al control cultural impuesto por los colonizado-
res europeos como parte de la dominación y explotación fundantes 5 Fue Catherine Walsh (2005) quien formuló este concepto en 2004.
de la Modernidad y el capitalismo que implicaron, a la vez, la codifi- 6 Más precisamente, esta noción es la de la sub/alternidad, entendi-
cación racial de las poblaciones sojuzgadas. ble en la acepción compuesta de otredad (alter) inferiorizada (sub).
Europa imperial y elevada más tarde –todavía todos) estaban en esos cinco lugares. Las
con gran vigencia actual– a canon de verdad y universidades de otros países no tenían el
prestigio internacional y el peso numérico de
alcance universales.
las situadas en esos cinco. Hasta hoy, la ma-
Esta nueva colocación intelectual implica, yoría de las obras del siglo XIX que todavía
pues, una posición epistémica que se enfrenta leemos fueron escritas en uno de esos cinco
a los saberes hegemónicos y, por tanto, al tiem- países (Wallerstein, 1996:16-17).
po que cuestiona las certezas del conocimien-
to oficial y sus propios procedimientos, abre Esa occidentalidad euro-estadounidense
otros márgenes para la interpretación de los propició la totalización de la particular visión
procesos sociales y sus proyecciones. desplegada desde esa ubicación, la cual fue so-
El punto de mira subalterno supone la puesta brepuesta a cualquier otra que se fundara en
en evidencia de los límites e intereses del dis- criterios epistemológicos distintos a los mo-
curso científico social prevaleciente que ex- dernos o que no se inscribiera en los estadios
presa la razón civilizatoria de Occidente y su superiores de la periodización que ella misma
acción impositiva. estableció en lo que consideró una ruta necesa-
Por esa vía, la concepción subalterna también ria: la del progreso, transmutada poco después
hace visible la colonialidad, que representa uno en la del desarrollo.
de los sustentos de la desigualdad en las relacio- De ese modo, ese entendimiento se ocupó de
nes internacionales contemporáneas, al igual que instalar un patrón ordenador que, aparte de je-
una marca en los parámetros de generación, vali- rarquizar los saberes en sujeción a las premisas
dez y circulación de los conocimientos. de la ciencia positiva (colonialidad del saber) y
en correspondencia con la estratificación eu-
1.1. Teorización y colonialidad rocéntrica de los pueblos (colonialidad del ser),
Desde la óptica decolonial, las construccio- definió asimismo un prototipo civilizatorio
nes teóricas elaboradas hasta el presente sobre (colonialidad del poder)8. 75
los diferentes territorios de lo social compar- Consiguientemente, cuando la Comunica-
ten no sólo los supuestos de la ciencia moder- ción empezó a estructurarse como área de co-
na –que hay simetría entre pasado y futuro y nocimiento y espacio de teorización, adoptó
que existe oposición entre naturaleza y se- asimismo esas fuentes epistémicas, seleccionó
res humanos, materia y mente, mundo físico sus líneas temáticas dando prioridad –como
y mundo social7–, sino además el locus de su resulta obvio– a cuestiones propias de su con-
institucionalización. Cabe recordar, sobre esto texto de origen y aplicó las concepciones teó-
último, los señalamientos hechos por la Comi- rico-metodológicas preexistentes. Esto explica
sión Gulbenkian para la reestructuración de que el campo teórico comunicacional precise
las ciencias sociales: hoy de una intervención decolonizadora.

La actividad en la ciencia social durante el 2. La Comunicación “occidental”


siglo XIX tuvo lugar principalmente en cinco El acumulado teórico de que hasta la actuali-
puntos: Gran Bretaña, Francia, las Alema-
dad está conformado el pensamiento comuni-
nias, las Italias y Estados Unidos. La mayor
parte de los estudiosos y la mayor parte de 8 Sobre estas formas de la colonialidad, véase especialmente Lan-
las universidades (aunque por supuesto no der (2000), Castro-Gómez y Grosfoguel (2007) o Restrepo y Rojas
7 Cfr. Wallerstein (1996:4) y de Sousa Santos (2008:41). (2010).
cacional puede ser organizado en tres grandes que se encuentren insertos en determinados
corrientes y en cuatro abordajes principales contextos socioculturales condicionantes.
que las componen. Las primeras –definibles Esta noción instrumental vinculada a un
por su naturaleza y propósitos, pero también ejercicio vertical de poder por parte de los
por compartir una geografía general de refe- transmisores –que fue bien caracterizada por
rencia–, son la pragmática (básicamente esta- Luis Ramiro Beltrán en 197910– representa el
dounidense), la crítica (ante todo europea) y núcleo de las acciones informativas, publici-
la crítico-utópica (latinoamericana). A su vez, tarias, propagandísticas y de entretenimiento
los segundos –diferenciables en el interior de que son materia central de los estudios comu-
las corrientes por sus bases epistemológicas y nicacionales en sus vertientes “administrativa”
finalidades explicativas o de uso–, son el prag- y “crítica” (Lazarsfeld, 1941), es decir, de la Co-
mático, el crítico, el socio-técnico y el político- municación “occidental”11.
cultural9.
Lo común de todo este capital teórico (Mar- 3. Episteme crítica latinoamericana
tino, 2007) es, por una parte, su adscripción Aunque inserto en general en el mismo ám-
al horizonte de sentido de la Modernidad y el bito de problematización demarcado por los
desarrollo y, por otra, la manera predominante teóricos “occidentales” y pese a no representar
en que se concibe en él a la comunicación. Esa un todo homogéneo, el pensamiento comu-
pertenencia remite a una linealidad evolutiva nicacional latinoamericano que se desplegó
de la historia que desconoce la coetaneidad desde el decenio de 1960 se distinguió por tres
de las culturas y coloca a Europa como cuna elementos recurrentes que fungieron como
y punto culminante de la civilización humana; presupuestos para el conocimiento: su carác-
el modo da fundamento al denominado “para- ter crítico respecto del establishment teórico y
digma dominante”, el de la Mass Communica- práctico, su preocupación por el interés públi-
76 tion Research, que constituye la piedra angular co y su vínculo con diseños de futuro demo-
sobre la que fue erigido el edificio central y cráticos.
pragmático de la Comunicación, referente in- Los mayores precursores de este derrotero
dispensable de las posiciones críticas construi- intelectual, ético y político proveedor de im-
das al respecto. portantes basamentos para el proyecto decolo-
En ese marco, la comunicación se conceptúa nial en el campo de la Comunicación fueron
como el proceso de transmisión de contenidos Antonio Pasquali, Paulo Freire, Luis Ramiro
informativos tecnológicamente mediado que Beltrán y Jesús Martín-Barbero.
cumple funciones de control social a través del En 1963 Pasquali inició los cuestionamien-
logro de determinados efectos en receptores tos a los sesgos del “paradigma dominante”
masivos y pasivos. que impedían pensar la comunicación como
La comunicación resulta, así, reducida a re- una relación interhumana y simétrica, de bi-
curso aprovechable por el sujeto que emite, valencia entre emisor y receptor, y años des-
quien se sitúa por encima y a distancia de sus pués denunció la suplantación del estudio de
destinatarios, los cuales terminan objetualiza- la comunicación en sí por el de los medios tec-
dos pese a que se les pueda llegar a reconocer
10 Cfr. Beltrán (2007).
cierta capacidad para discernir o al hecho de 11 Para más detalles en torno a esta categoría véase Torrico
9 Acerca de esta clasificación véase Torrico (2004 y 2016ª). (2016b:123-144).
nológicos que la posibilitan en el caso de los ción de sub/alternización, coacción epistémica
procesos masivos12. y violencia cognitiva15, esto es, en líneas grue-
Freire, reflexionando desde la pedagogía en sas, a la colonialidad, además de que presentan
1970, defendió la dialogicidad (la comunica- o sugieren vías alter/n/ativas para la transfor-
ción biunívoca) como condición indispensa- mación de tal circunstancia.
ble para la liberación de los oprimidos y de
los propios opresores, unos y otros deshuma- 3.1. Por una Comunicología de Liberación
nizados en las sociedades de la región. En su La episteme crítico-utópica, si se aplica lo di-
concepto, el monólogo característico de la for- cho por Beltrán (2014:397), combinó la “pro-
ma educativa tradicional utilizada –la “educa- testa” con la “propuesta”, hecho expresado en el
ción bancaria”, para él–, así como el típico de accionar de un conjunto de intelectuales que,
la “extensión agrícola” predecesora de la “co- al principio, trabajaron sin conexión entre sí,
municación para el desarrollo”, promovían la pero que compartían inquietudes, interpreta-
“cultura del silencio” y la “inmersión acrítica” ciones e ideales.
de los oprimidos en la realidad, alimentando Desde la década de 1960 hasta la de 1980 los
un “pensar ingenuo” óptimo para asegurar el comunicólogos críticos de América Latina fo-
sometimiento13. calizaron sus análisis en el desentrañamiento
Entre 1976 y 1979 Beltrán hizo dos señeras de las doblemente dependientes estructuras de
contribuciones para lo que acá interesa: la crí- control y de contenidos de los medios masivos
tica de la presencia y utilización de premisas, del área, supeditadas a los circuitos transnacio-
objetos y métodos foráneos en la investigación nales y a los mecanismos internos de sujeción
comunicacional latinoamericana y la propues- económico-ideológica, aparte de que pusieron
ta de una “comunicación horizontal” democrá- en tela de juicio los propósitos y pertinencia
tica asentada en el ejercicio igualitario de los de las indagaciones y teorizaciones de índole
derechos de acceso, diálogo y participación14. difusionista y de sus réplicas regionales. 77
Por último, en 1978 Martín-Barbero volvió a Así, las reflexiones que desarrollaron en
hacer énfasis en la condición de dependencia esos años tuvieron como una constante la vin-
intelectual de la región, misma que localizó no culación con la política (Marques de Melo,
sólo en la adopción de teorías ajenas sino en 2007:114-115), la preocupación por democra-
la asunción local sumisa de una concepción de tizar el espacio público y el interés por esta-
la ciencia que convierte el trabajo científico en blecer un modelo propio para la comunicación
un privilegio impropio para los latinoamerica- (Atwood y McAnany, 1986).
nos que, en consecuencia, estarían impelidos En ese lapso signado por la rebeldía contra la
a nada más aplicar lo producido en y desde el dominación externa y la injusticia social, flore-
exterior. cieron en la zona latinoamericana varias pro-
Estos planteamientos escuetamente resumi- puestas intelectuales dirigidas a cuestionar y
dos –y que configuran el núcleo de la episteme subvertir el orden prevaleciente: la Teoría de la
crítica comunicacional latinoamericana– ha- 15 Esta forma de violencia consiste en la imposición de un “sentido
cen reconocibles claras referencias a la situa- histórico como necesario”, que legitima o proscribe determinadas
prácticas y tiene como rol fundamental “ocultar, silenciar o deslegiti-
12 Cfr. Pasquali ([1963] 1977 y [1970] 1985). mar aquellos momentos en los cuales el sujeto irrumpe como nove-
13 Cfr. Freire ([1970] 1981). dad radical ante el orden dominante”, es decir, “desterrar la rebelión
14 Cfr. Moragas ([1979] 1982) y Beltrán (2000 y 2007). de los subalternos” (Claros, 2011:6).
Dependencia (1969), la Pedagogía del Oprimi- 4. La in-comunicación fundante
do (1970), la Teología de la Liberación (1971) y El punto de partida para la Comunicación
la Filosofía de la Liberación (1977). Pero la que decolonial se sitúa en la comprensión crítica
aquí corresponde destacar es la de la Comuni- –desde la frontera– del momento inicial de
cología de la Liberación (1976), enunciada por la violencia colonial, que implicó la negación
Luis Ramiro Beltrán. de la humanidad de unos pueblos por otros
Luego de constatar que en Latinoamérica auto-considerados “superiores”. Fue entonces
había “surgido una nueva promoción de in- que se implantó la in-comunicación, la verti-
vestigadores” inspirada por dos orientaciones calidad dominadora que reprimió las culturas
metodológicas, una marxista y otra semiológi- sometidas, acudió al genocidio, colonizó los
ca, este pensador sostuvo que el enfoque apli- imaginarios de los dominados, clasificó ra-
cado en ambos casos entendía la comunicación cialmente a los “inferiores” y fijó un patrón
como un proceso que debía ser estudiado in- excluyente de producción de conocimiento
tegralmente, consideraba que la comunicación (Quijano, 1992).
en la región estaba condicionada por intereses Allí comenzó la fractura social que hoy per-
estadounidenses, buscaba estudiar las ideolo- vive en la división abstracta Norte-Sur y que se
gías latentes de los mensajes, prefería recurrir reproduce en el interior de las sociedades que
a técnicas no cuantitativas de investigación, fueron antiguas colonias, aunque no sólo en
cuestionaba las estructuras sociales y trazaba ellas. Esta incomunicación social hace que sub-
dos rutas posibles para alcanzar una nueva so- sista la deshumanización que, al final, afecta a
ciedad: una radical revolucionaria y otra refor- todos los niveles de las jerarquías establecidas
mista16. porque pervierte cualquier relación posible.
Esas señales hicieron que Beltrán vislumbra- Se trata, pues, de un estado de no comuni-
ra el surgimiento próximo de una “comunico- cación, que implica el desconocimiento y la
78 logía de liberación” que resolviera el dilema instrumentalización del Otro, estado que –por
entre compromiso político y rigor intelectual supuesto– se encuentra también traducido en
a la vez que la carencia de “la creación de con- los cuadros teóricos del pensamiento comu-
ceptos y procedimientos genuinamente ade- nicacional occidento-céntrico articulado en
cuados a la región” (Ibídem:118). torno a lo que Beltrán (2007) denominó el “es-
Esta Comunicología de la Liberación, eleva- quema perdurable”, esto es, el modelo teórico
da aquí a nombre propio, no es sólo una sínte- básico que describe un proceso unidireccional
sis cabal del pensamiento crítico comunicacio- de transmisión con Fuente-Codificador-Men-
nal latinoamericano sino la fuente insoslayable saje-Canal-Decodificador-Receptor y Efecto
para la decolonización en este campo, es de- destinado a alcanzar el control.
cir, para la desobediencia epistémica y política La colonia, que presupuso la conquista –
consistente en “apropiarse de la modernidad acto inaugural de inferiorización de la Otre-
europea al tiempo que se habita en la casa de dad–, debe comprenderse por tanto como
la colonialidad” (Mignolo, 2015:39) gracias al el despojo consciente de la humanidad del
dispositivo de pensar y actuar desde la exterio- sometido que, como sostiene Freire ([1970]
ridad del sistema, desde la frontera17.
ra” de su mundo y que, por tanto, sólo resulta vivible y visible para
16 Cfr. Beltrán en Moragas ([1979] 1982:116-117). el subalterno, quien puede desarrollar así una doble conciencia: la de
17 Este lugar es el que el propio dominador construye como el “afue- ese “afuera” pero desde “dentro” del sistema (Mignolo, 2003).
1982), anula al mismo tiempo la humanidad Consecuentemente, el interés decolonial no
del opresor, quien erige su propio ser sobre se limita, como sucedía con anteriores ver-
la cancelación del ser de aquel al que sojuzga, tientes críticas, a contraponer una concepción
reducido entonces a in-comunicado. Sin em- paradigmática o una visión teórica a alguna(s)
bargo, es el conjunto de esa relación basada en precedente(s) para enmendarla(s) dentro de
una jerarquización impuesta, la que funda la un marco comprehensivo preexistente18. Su
radical in-comunicación que permanece como norte es más bien pensar y observar lo real so-
problema social/local/global irresuelto y apa- cial desde una colocación distinta a la fijada
rece teorizada con visos de naturalidad en la por la Modernidad19, lo cual hace posible una
Comunicación “occidental”. perspectiva no simplemente contestataria sino
in/surgente, esto es, que irrumpe en el espacio
4.1. Otra Comunicación alter/n/ativa del pensamiento desde otro lugar de enuncia-
Como se advierte, la Comunicación deco- ción y se alza en contra de las pretensiones de
lonial abre un horizonte de interpretación autoridad de lo establecido, a la par que ofrece
que recupera elementos de la crítica utópi- una ruta consistente para reinterpretar la tota-
ca latinoamericana y aporta otros distintos lidad e intervenir en ella.
dado que desborda problemáticas tradiciona- En el caso de la Comunicación, esto conlle-
les como los efectos y funciones de los mass- va la reubicación del punto de definición del
media, la ideología dominante, la industria hecho comunicacional, que no es hallado en el
cultural, la comunicación para el desarrollo, lugar y papel de las tecnologías mediadoras ni
la comunicación popular alternativa, la recep- en las finalidades de control o entendimiento
ción o la brecha tecnológica, cuestiones todas que distinguen a este proceso, sino en su natu-
que giran siempre alrededor de la relación raleza histórico-cultural y su carácter consti-
poder-medios y, por ende, de la concepción tutivo de lo humano y lo social. Así, la médula
autoritaria implícita en el ya citado “esquema decolonial de este campo especializado es la ya 79
perdurable”. referida institución violenta del in-comunicado,
De lo que hoy se trata es de mirar más allá o sea, del sub/alterno cuya humanidad es ex-
de todo ello y de cambiar, en consecuencia, los propiada y acallada.
términos de la conversación intelectual y polí- Y es de la constatación de esta negación on-
tica en el campo comunicacional. Lo que entra tológica y de la consiguiente voluntad rebelde
en debate no es sólo si el proceso es de ida y anclada en la afirmación liberadora de la alte-
vuelta o no, si hay en él más o menos partici- ridad desconocida por la dominación que se
pación o derechos, si la democracia debe llegar deriva la triple alter/n/atividad que peculiariza
a los media o si la Comunicación es ya o podrá a la Comunicación decolonial, a saber:
algún día ser una ciencia. – L a que establece el derecho de una Otredad
En tal sentido, la reflexión y la propuesta epistemológico-teórica (Alternativa).
decoloniales que acá se presenta operan en – L a que remarca la índole local-nativa e his-
un doble nivel: en el epistemológico, donde se torizada de esa Otredad (Alter/nativa).
propugna historizar y recomponer las bases del
18 Esto es lo que de Sousa Santos nombra como “pensamiento deri-
conocimiento desde la sub/alternidad; y en el
vado” (2010:31-32).
teórico, en el que se busca reconceptualizar la 19 Esto concierne al pensamiento fronterizo (Mignolo, 2003) como
comunicación y su zona de estudio. a la transmodernidad (Dussel, 2008).
– Y la que comporta la propuesta de altera- que consistir en resituar las coordenadas teó-
ción del statu quo (Alter/ativa). ricas con las que el área fue conformada como
objeto de conocimiento y que condicionan sus
4.2. De la in-comunicación a la formas de hacer.
rehumanización En tanto perspectiva transformadora, la de-
La Comunicación decolonial va, pues, mu- colonización de la Comunicación supone un
cho más lejos que la comunicación alternativa nuevo trayecto utopístico20 en lucha contra la
latinoamericana del decenio de 1970, que fue segregación epistémica y cuyo propósito es
una crítica intra-moderna expresada en prác- restablecer la comunicación que humaniza.
ticas de resistencia y contestación a las estruc-
turas y manifestaciones mediáticas del modelo
comercial y político prevaleciente en la región. 20 La utopística, dice Wallerstein, propulsor de este término, “Es la
Hoy, además de someter a juicio crítico el evaluación seria de las alternativas históricas, el ejercicio de nuestro
juicio en cuanto a la racionalidad material de los posibles sistemas
occidento-centrismo moderno para visibilizar
históricos alternativos. (…) No es el rostro de un futuro perfecto (e
sus fundamentos, límites y exclusiones, el gran inevitable), sino el de un futuro alternativo, realmente mejor y plausi-
paso desde el terreno comunicacional tiene ble (pero incierto) desde el punto de vista histórico” (2003:3-4).

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