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I.E.P.

Mes: Mayo

Los Sentidos
Receptores externos (EXTEROCEPTORES): son los más conocidos, puesto que constituyen los
llamados ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS. Nos permiten vivir en nuestro medio externo y
relacionarnos con otros seres vivos.

LA VISTA

Es, posiblemente, el sentido más importante de cuantos poseemos. Por él penetra en nosotros la
mayor parte de la información para nuestra vida. Haz la prueba de vendarte los ojos y verás lo difícil
que te resulta entender lo que sucede a tu alrededor. Las personas ciegas desarrollan otros sentidos
para compensar la pérdida de la vista.
Los receptores de la vista se estimulan por la luz. Estos receptores se encuentran en un órgano muy
complejo que es el ojo, constituido por el globo ocular, al que además acompañan una serie de
músculos, que le dan gran movilidad, y glándulas que le lubrican y le protegen.
La luz entra al interior del globo ocular atravesando la córnea, y el cristalino enfoca la imagen sobre
la retina, que es el lugar donde se encuentran las células receptoras. Estas células son de dos tipos:

CONOS: se estimulan por las diferentes longitudes de onda, es decir, por los colores, y constituyen lo
que llamamos la "visión diurna". ¿Has observado que los colores sólo los distinguimos de día?;
durante la noche vemos en blanco y negro.

BASTONES: se estimulan por las distintas intensidades de luz, es decir, los brillos, y constituyen la
"visión nocturna", la que nos permite ver algo por la noche.
La imagen que se forma en la retina es idéntica a la que se forma sobre la película del interior de
una cámara fotográfica; es más pequeña que el objeto real y está al revés. La mayor o menor
nitidez con que veamos un objeto depende de cómo enfoque nuestro cristalino la imagen sobre
la retina, abombándose más o menos.

El equilibrio y el oído

Son sentidos muy diferentes. Se encuentran ambos en el oído, que es también un órgano muy
complejo, sobre todo la parte interna, es decir, lo que llamamos el oído medio e interno. En este
último se encuentran los receptores, encerrados en una bolsa de membrana que está rellena de
un líquido parecido al suero sanguíneo, y que recibe el nombre de LABERINTO
MEMBRANOSO.
El sonido es un movimiento de las moléculas que forman el aire, como una vibración de
partículas. Por esta razón el sonido no se transmite en el espacio que está vacío y por eso,
también, los sonidos cambian tanto cuando hablas bajo el agua, porque ahí lo que se mueven
son las moléculas de agua. Esa vibración entra por el pabellón auditivo, la oreja, y llega hasta el
tímpano que vibra como si fuera un tambor, transmitiendo la vibración hasta los huesecillos que,
a su vez, la transmiten hasta el laberinto, estimulando a los receptores.

El tacto y el dolor

Se encuentran fundamentalmente en nuestra piel, tanto fuera de nuestro cuerpo, como en las
aberturas, en la boca, en la nariz y oído, en los órganos genitales, etc. e, incluso, dentro de
nuestro organismo, en el tubo digestivo, en los diferentes órganos, etc. Los más abundantes son
los receptores del dolor.

Existen varios tipos de receptores del tacto. Unos identifican la presión que ejerce un objeto sobre
nuestra piel, otros la forma del objeto, otros detectan si perdemos calor (sensación de frío) o si lo
ganamos (sensación de calor). Los receptores del dolor pueden estar solos o asociados a los del
tacto. Habrás observado que una presión leve al principio puede terminar produciendo dolor, o un
objeto que notamos caliente puede terminar por producirnos dolor también. No olvides que el dolor es
un mecanismo de defensa de nuestro organismo para prevenir males mayores.
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El olfato

Es un sentido que consiste en la captación de moléculas químicas volátiles, que se desprenden de la


materia y se encuentran en el aire. Los receptores están en la cavidad nasal.

El gusto

Consiste en captar moléculas químicas pero, en este caso, se trata de moléculas disueltas en el agua
que forma la saliva; si tenemos la boca seca no detectamos esas moléculas. Los receptores se
encuentran en la lengua y por el interior de la boca, en unas estructuras denominadas PAPILAS
GUSTATIVAS (si te miras en un espejo con la boca abierta las puedes ver hacia el fondo de tu lengua
como unos círculos pequeños, y por el resto de la lengua como unas escamitas más o menos
puntiagudas).
El SABOR es una sensación más compleja que el gusto, ya que se debe no sólo a las moléculas
disueltas en la saliva, sino a la combinación del gusto, el olor, el tacto y la temperatura. Seguro que
has notado que cuando estás acatarrado y tienes la nariz taponada la comida sabe diferente, o que
una misma comida fría no sabe igual que caliente. En realidad sólo somos capaces de detectar cuatro
sabores: el dulce, el salado, el ácido y el amargo; todos los demás sabores son una combinación de
estos cuatro, junto con el olor, la temperatura y el tacto.

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