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La Gramática explica que «los sustantivos masculinos no solo se emplean para referirse
a los individuos de ese sexo, sino también, en los contextos apropiados, para designar la
clase que corresponde a todos los individuos de la especie sin distinción de sexos»,
como en El león es un animal cuyo hábitat hay que proteger. Por eso, el servicio de
consultas de la RAE explica que «los alumnos», en masculino, «es la única forma
correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de
alumnos varones».
La última Gramática académica ofrece principalmente dos motivos en defensa de este
masculino genérico:
Sin embargo, más allá de recurrir siempre al desdoblamiento, algunas voces piden que,
si se habla, por ejemplo, ante un auditorio con una mayoría de mujeres, se apele a él en
femenino, haciendo de este género el no marcado; pero esta propuesta tiene el problema
de que puede acabar obligando al orador a llevar un recuento del número exacto de los
hombres y mujeres presentes, y no parece por tanto una solución muy práctica.
Lo cierto es que, en determinados contextos, algunos hablantes usan de forma
esporádica el femenino genérico: el año pasado, los medios se hacían eco de las
palabras del entrenador de la selección femenina de baloncesto. Sus «jugamos
contentas, jugamos tranquilas» causaban asombro en los medios: un hombre se incluye
en un femenino genérico en una muestra de habla tan espontánea como la de un
seleccionador hablando a sus jugadoras. Preguntado por ese femenino, respondía con
una lógica que para él era aplastante: «¡Pero si son todo mujeres y el único hombre soy
yo, que ni siquiera juego!».
En la Fundéu creemos que esos son los detonantes que empiezan a impulsar un
cambio gramatical en una lengua (más lentos, más complicados de alcanzar que
cualquier cambio ortográfico o léxico). Cuando estos usos se generalicen, cuando la
mayoría de los hablantes en su día a día, con naturalidad, entiendan que el femenino es
más adecuado que el masculino en algunas situaciones y lo empleen así, estaremos ante
un fenómeno mayoritario; este uso del femenino será un consenso tácito en la mente de
los hablantes. Y entonces la Gramática académica, notaria de la lengua, previsiblemente
registrará que el masculino ya no es la única forma correcta de referirse a un grupo
mixto.
TABLA RESUMEN
El género es una propiedad de los nombres y los pronombres que tiene efectos en la
concordancia con los determinantes, los adjetivos, los cuantificadores, etc. Los
sustantivos en español solo pueden ser masculinos o femeninos, pero los demostrativos,
los cuantificadores, los artículos y los pronombres personales pueden ser, además,
neutros: esto, eso, aquello; tanto, cuanto, mucho…; lo y ello.
No. El género de los sustantivos no siempre se corresponde con el sexo biológico del
referente. Cuando el sustantivo se refiere a un ser animado, el género puede diferenciar
el sexo (león, leona); pero en el resto de los casos es una propiedad gramatical
independiente: la mesa es femenino, el tenedor es masculino.
Además, están los sustantivos ambiguos, que se pueden usar en femenino o masculino
indistintamente (el mar, la mar), y los epicenos, que se refieren a un ser vivo de uno u
otro sexo con un único género, como el mosquito (mosquito macho/hembra).
Así pues, muchos de estos sustantivos que antes eran considerados comunes en cuanto
al género y que hacían el masculino en -o presentan hoy el femenino en -a: abogado,
árbitro, arquitecto, fontanero, ministro, etc.
Los hablantes, al final, son quienes siempre deciden. En la Fundéu tratamos de que esa
sea una decisión informada entre opciones gramaticalmente válidas, correctas. Nuestra
labor es conseguir que la gente sepa que puede decir la juez y también la jueza, después
ya es cada hablante quien finalmente emplea una palabra u otra. Las que triunfen, las
que mayoritariamente se empleen, serán las que se quedarán y estarán vivas en el caudal
léxico de la lengua; las otras caerán por su propio peso en la evolución del español.
La Academia indica que «han desaparecido casi por completo los sustantivos femeninos
que designaban antiguamente a la esposa del que ejercía ciertos cargos (coronela,
gobernadora, jueza), y se han impuesto los significados en los que estos nombres se
refieren a la mujer que pasa a ejercerlos». Aun así, también indica que «se percibe
todavía en algunos sustantivos femeninos cierta carga depreciativa o minusvalorativa
que arrastran como reflejo de la cultura y de la sociedad en las que se han creado».
Muchos de esos sustantivos aún conservan esa acepción en el Diccionario académico,
pero suelen ir precedidas de una etiqueta que avisa de que hoy son poco usados.
En la Fundéu creemos que la mejor manera de que esas voces dejen de tener esa carga
peyorativa es usarlas con naturalidad en los contextos adecuados, emplear árbitra
cuando la jueza de un partido es una mujer, pilota cuando en el Dakar compite una
mujer, presidenta, ingeniera, médica o arquitecta cuando estemos ante esas
profesionales. Superar el chascarrillo fácil y emplear esos sustantivos femeninos con la
misma naturalidad con la que se emplean sus equivalentes masculinos.
La escala militar
La Gramática académica indica que «suelen ser comunes en cuanto al género los
sustantivos que designan grados de la escala militar». La RAE no recomienda la
soldada, señala que es común emplear las mujeres soldados y las soldados. En América
se documenta comandanta, generala, sargenta, tenienta, etc. Capitana es más frecuente
para la mujer que dirige una nave y un equipo deportivo, y sargenta, por ejemplo, figura
en el Diccionario académico con las acepciones de ‘mujer autoritaria’ y ‘corpulenta’.
TABLA RESUMEN
En la Fundéu siempre
hemos ofrecido la forma
plenamente femenina de
La lengua ha acogido
aquellos cargos y
marcas de género en los El proceso más habitual es
profesiones que, de acuerdo
nombres que designan que aquellos sustantivos
con la morfología de nuestra
profesiones o que tradicionalmente eran
lengua, pueden tenerla.
actividades masculinos pasen a ser
Somos conscientes de que
desempeñadas por comunes en cuanto al
las voces resultantes pueden
mujeres desde tiempos género y de ahí a tener una
resultar peculiares al
relativamente recientes, forma femenina plena,
principio, pero el hecho de
pero estas voces han sobre todo en aquellos que
que una palabra suene bien
tenido desigual pertenecen a ámbitos a los
o mal no es en sí un criterio
aceptación en función que la mujer se ha ido
lingüístico. Los hablantes, al
de factores geográficos incorporando
final, son quienes siempre
y sociales además de paulatinamente (el socio,
deciden. Las voces que se
propiamente la socio, la socia).
empleen mayoritariamente
morfológicos.
son las que se quedarán y
estarán vivas en el caudal
léxico de la lengua.
El desdoblamiento
Frente a este punto de vista normativo, muchas instituciones han elaborado en los
últimos tiempos manuales de lenguaje inclusivo. La idea es que la discriminación que
sufren determinados colectivos debe ser erradicada mediante políticas de igualdad; una
parte esencial de estas es precisamente la transformación de las pautas de comunicación
para asegurar que estas sean incluyentes.
En estas guías el desdoblamiento es una de las opciones ofrecidas para evitar hacer
uso siempre del masculino genérico. Conviene aclarar que estos manuales no
proponen que se desdoblen sistemáticamente todos los determinantes, nombres,
adjetivos, etc., que tienen flexión, sino que el desdoblamiento es una opción, entre
muchas otras, a la que se puede acudir en ocasiones, siempre teniendo en cuenta que su
empleo recurrente en textos redactados genera confusión y hastío en el lector.
Uno de los contextos en los que suele emplearse y en los que el desdoblamiento
funciona bien es en formularios y en los encabezamientos y firmas de muchos
documentos, en los que además ahorra espacio (Sr./ Sra., el/la abajo firmante). Con
todo, la mayoría de las guías recomiendan hacer un uso razonable de esta alternancia.
MÁS INFORMACIÓN
Género no marcado frente a desdoblamientos
TABLA RESUMEN
A favor de la
La norma En contra Propuesta
norma
Además del desdoblamiento, hay otras alternativas que pueden ayudarnos a evitar
la mención sistemática en masculino. Entre ellas están los nombres colectivos («el
profesorado» en lugar de «los profesores») y los abstractos («la dirección» o «la
alcaldía»).
Junto con el desdoblamiento, existen otras alternativas que suelen sugerirse y emplearse
en los manuales de lenguaje inclusivo para evitar la mención sistemática en masculino.
Entre ellas están los nombres colectivos y los sustantivos abstractos. La Gramática
académica indica que estas sustituciones «son imperfectas desde el punto de vista
léxico o desde el sintáctico y también pueden resultar inadecuadas, además de
empobrecedoras». Según esta obra, mis profesores no equivale a mi profesorado o
nuestros vecinos a nuestro vecindario.
Sin embargo, en la mayoría de las guías de lenguaje inclusivo se equipara el sentido de
los profesores al de el profesorado y se prefiere este último. Algunos de los recursos a
los que frecuentemente aluden estos manuales son:
Conviene aclarar que todos estos recursos son opciones válidas contempladas en la
correcta gramática del español. De acuerdo con la sintaxis de nuestra lengua, es igual
de correcto emplear menores de 12 años que niños menores de 12 años, o hablar de la
clase trabajadora o decir que se podrá reclamar, en lugar de que el afectado podrá
reclamar. Lo que sucede es que la Gramática académica no tiene, como tal, un apartado
de lenguaje inclusivo. Cuando se ocupa de estos temas, lo hace en su capítulo sobre el
género. Pero el hecho de que la Academia no liste una serie de consejos que aplicar en
esta materia no convierte a estos recursos en incorrectos. Todas las opciones que aquí se
citan son estructuras correctas y frecuentes en nuestra lengua, dadas por válidas en sus
correspondientes apartados a lo largo de dicha obra.
Siendo, como son, opciones válidas, queda a criterio de cada hablante decidir
cuándo y para qué las aplica, exactamente igual que se hace con el resto de las
herramientas de nuestra lengua. Algunos hablantes, concienciados o queriendo
concienciar sobre el lenguaje inclusivo, las emplearán sistemáticamente; otros quizá no
lo hagan nunca con esa finalidad, pero seguramente empleen mecanismos similares con
otros temas (todos hemos dado rodeos para evitar una palabra en alguna ocasión o
hemos elegido un término u otro en función de determinadas connotaciones o hemos
intentado ser inclusivos con sensibilidades distintas a la nuestra en muy diversos
asuntos).
En Fundéu creemos que las lenguas ofrecen recursos suficientes para que cada
hablante se sienta cómodo con el uso de lenguaje, para que pueda expresarse de acuerdo
con sus ideas y conforme a su manera de entender el mundo y su relación con los
demás. No pretendemos, ni pretenderemos nunca, imponer unas formas en detrimento
de otras; pero no tenemos reparos en proponer y difundir los recursos que mejor
visibilicen a la mujer.
TABLA RESUMEN
Guías de lenguaje
La norma Propuesta
inclusivo
Estas sustituciones «son
En la Fundéu no hemos
imperfectas desde el punto de Se entiende que el
pretendido, ni pretenderemos,
vista léxico o desde el sintáctico y empleo de los
imponer unas formas en
también pueden resultar sustantivos
detrimento de otras, muy al
inadecuadas, además de genéricos y
contrario, trabajamos por la
empobrecedoras». No se recoge, abstractos es una
difusión del buen uso del
como tal, un listado de alternativa más, que
español recomendando el
recomendaciones o recursos, pero empleada junto con
abanico de posibilidades que
muchos de los que suelen otros recursos es
son válidas, para que cada uno
señalarse en las guías de lenguaje válida y contribuye
pueda expresarse con
inclusivo son estructuras válidas, a construir un
corrección y de acuerdo con su
avaladas por la norma, y discurso más plural.
propia manera de comunicar.
frecuentes en nuestra lengua.
La x, la @, la -e
TABLA RESUMEN
Grandes hitos
Miembra tiene cierto uso, sobre todo en Centroamérica y México, aunque también se
puede encontrar en otros países, como Argentina y España. Ngram recoge uso desde la
década de 1950.
Presidenta
Son muchos los chascarrillos que se hacen con otras voces que terminan en -nte y que
no tienen una forma en femenino. Se suele razonar a la ligera que si aceptamos
presidenta acabaremos diciendo cantanta o estudianta y que de ahí a destruir el español
hay solo un pequeño paso. Sin embargo, no nos paramos a reflexionar en que sí que
empleamos otras voces similares: asistenta, infanta, gobernanta, parienta, parturienta,
comedianta, postulanta, etc.
No se trata de forzar la lengua cambiando adjetivos porque sí, sino de aceptar que
simplemente son sustantivos que tienen formas femeninas en la lengua española.
Portavoza
Esta voz saltó a los medios recientemente cuando una conocida política española la
empleó en el Congreso de los Diputados. El Diccionario de la lengua española recoge
que el término portavoz es común en cuanto al género. Por lo tanto, el femenino es la
portavoz.
TABLA RESUMEN
El Diccionario de la lengua
La Gramática académica Aceptada por la RAE
española recoge portavoz
señala que su uso está en el Diccionario
como común en cuanto al
documentado, pero lo desde 1803, es una
género. Lo adecuado es decir
rechaza explícitamente: lo voz plenamente válida
la portavoz u optar por
adecuado es decir la desde hace cuatro
alguna alternativa como
miembro. siglos.
vocero,-a.
Sobre algunas expresiones concretas
Aunque parezca mentira, hay mucha gente que sigue pensando que feminismo es una
especie de antónimo de machismo, un falso par que queda en evidencia cuando alguien
dice aquello de «Yo no soy machista ni feminista, yo soy partidario de la igualdad».
Por violencia de género se entiende la que se ejerce contra la mujer precisamente por su
condición de mujer. Se puede dar tanto dentro como fuera de la familia, en el trabajo o
en cualquier otro ámbito de la vida pública, se fundamenta en una supuesta superioridad
de un sexo sobre otro y sus manifestaciones son muy variadas. Suele emplearse sobre
todo en el ámbito de la pareja o expareja.
La legislación española emplea violencia de género, así figura, por ejemplo, en la «Ley
1/2004, de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral Contra la Violencia de
Género». El Código de Violencia de Género y Doméstica establece la citada distinción
entre la violencia doméstica y la de género.
Feminicidio
La palabra feminicidio, así como la variante femicidio, son formas válidas para aludir al
‘asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia’.
La voz feminicidio puede considerarse formada a partir del término latino femina con el
sufijo -cidio. Femicidio, por otra parte, es una variante que ha entrado en el español a
partir de la voz inglesa femicide y está ya muy asentada en países hispanoamericanos
como Chile o Guatemala, que de hecho incluyen femicidio en su legislación.
La extensión de este vocablo puede haberse visto favorecida por la influencia de otros
términos semejantes creados a partir de bases bisílabas: filicidio, parricidio y, siguiendo
esta pauta, femicidio. También puede haberse formado por haplología, fenómeno que
consiste en la ‘eliminación de una sílaba semejante a otra contigua de la misma
palabra’, como ocurre con tragicómico e impudicia, a partir de las formas originales
tragicocómico e impudicicia.
Por último, cabe señalar que estos sustantivos pueden emplearse para referirse tanto al
asesinato individual de una mujer como al homicidio sistemático de mujeres, en
especial en ámbitos en los que no existe un fuerte reproche social o cultural de estos
hechos. Por ejemplo, hay culturas donde el feminicidio (o femicidio) consiste en dar
muerte a las niñas cuando nacen.
Aunque hoy es una práctica en buena parte superada, aún pueden encontrarse ejemplos
en los que a la mujer se la menciona por su estado civil o se la presenta como la mujer
de... en contextos en los que esta referencia no es relevante. Más rara es hoy la mención
como la señora o la viuda de... Sin embargo, sí se observa con cierta frecuencia que en
los medios se las menciona a veces a ellas solo por el nombre o con apelativos de
confianza cuando a los varones se los denomina también con el apellido o mediante el
cargo.
OTRAS EXPRESIONES
TABLA RESUMEN
Violencia
Fórmulas de
Feminismo doméstica / de Feminicidio
tratamiento
género
Existe una
Se define como el
distinción clara
‘principio de Voz válida para Se recomienda
entre ambas. La
igualdad de referirse al emplear formas
primera para la
derechos de la mujer ‘asesinato de una de tratamiento
violencia en el sexo
y el hombre’ y mujer a manos de simétricas al
de la familia, la
‘movimiento que un hombre por referirse a
segunda la que se
lucha por la machismo o mujeres y
ejerce contra la
realización’ de esa misoginia’. hombres.
mujer por su propia
igualdad.
condición de mujer.
Lengua y realidad
Queremos detenernos un poco en esta fuerte asociación que existe entre las palabras
y la realidad. Si pensamos en la palabra perro y cerramos los ojos, ¿qué perro vemos?
Tal vez muchos vean a un perro tipo labrador o un pastor alemán, algunos tal vez
visualicen a su propio perro o al que tuvieron en la infancia, otros quizá piensen en un
perro famoso de una película o serie, y no faltará quien piense en un adorable
cachorrito.
Para que la comunicación sea exitosa, basta con que todos imaginemos un perro, igual
que basta con que por mesa entendamos que nos referimos a un tablero con cuatro
patas; pero, en última instancia, la imagen mental, el significado o el referente que
asociamos a las palabras, depende de nosotros mismos. Depende del tiempo y de la
época en la que vivimos (nosotros podemos evocar un barco de motor, pero Colón
siempre lo hubiera visualizado con velas), de la cultura que compartimos (¿qué imagen
recuperaría un esquimal si le pedimos que evoque el concepto casa?) y de nuestras
propias vivencias.
La imagen depende también de nuestro conocimiento del mundo. Por esto, ante dos
oraciones gramaticalmente idénticas como son el par «Todos los españoles pueden
servir en el Ejército» y «Todos los saudíes pueden servir en el Ejército» podemos
entender significados distintos: inferir que en la primera oración los españoles engloba a
las mujeres, mientras que seguramente, en la segunda, los saudíes no lo hace.
Para que detrás de significantes como albañil, piloto, cirujano, enfermera, etc.,
podamos visualizar tanto a hombres como a mujeres, no hace necesariamente falta una
terminación para cada género; lo más necesario, así lo creemos en la Fundéu, es un
contexto compartido y real en el que efectivamente existan mujeres y hombres
ejerciendo esas profesiones. Hace falta que esa imagen esté viva en nuestra mente y en
nuestro imaginario colectivo. Lo que se necesita es un referente activo.
Ahora bien, para que ese referente activo llegue a ser realidad, esto es, para que de
verdad las mujeres y los hombres sientan que ningún ámbito les está vetado por su
condición de mujer o de hombre, seguramente sí que sea bueno «hacer campaña» en
determinadas áreas. Apostar por las desinencias marcadas, por el femenino o el
masculino explícito; recalcar, como siempre se hace en lengua, aquello que se quiere
enfatizar; buscar ejemplos célebres y exitosos para que quede claro que quien quiere
puede.
Darles difusión a estas iniciativas no es malo, apoyarlas con nuestro uso de la lengua
tampoco lo es, ya que, como vemos, la lengua ayuda a construir nuestro pensamiento y
a entender y compartir el mundo.
Las lenguas son de quienes las hablan. El español, creemos en la Fundéu, pertenece a
sus hablantes; pero es innegable que la lengua es también un espacio simbólico de
poder. Históricamente, existen numerosos ejemplos en los que determinadas ideologías
han tratado, con mayor o menor fortuna, de apropiarse de algunas parcelas, intentando
que sus modos de nombrar se entendieran como la forma natural e inamovible de llamar
a las cosas.
Las mismas lenguas que sirven para entendernos sirven para pelearnos. No dejemos
nunca que ese poder, que se beneficia de las disputas entre los grupos, nos convierta en
extraños. Ni la historia ni la evolución de nuestra lengua deberían ser un arma
arrojadiza. Dejemos que las sociedades avancen y apoyemos ese avance con los
recursos que tenemos a nuestro alcance. Tal vez así llegue el día en que cada sustantivo
tenga una forma plena para cada uno, y para cada uno de nosotros o tal vez llegue el día
en que la imagen que evoquen las palabras sea tan plural que esas formas no hagan ni
falta.