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Nichols
Introducción al documental
Bill N ichols
lazos que nos unen a los demás, y cómo dan testimonio de la naturaleza
y la índole de la relación del documentalista con el mundo histórico al que
decidió enfrentar? Los cuatro modos discutidos en este capítulo, colocan
a veces al cineasta en una confrontación directa con los demás, de un
modo en que no lo harían los modos expositivo y poético, y agudizan así
de manera considerable la pregunta. El capítulo 8 se avoca a la pregunta
«¿Cómo han enfrentado los documentales los problemas sociales y polí
ticos?» El capítulo considera las estrechas relaciones entre el surgimien
to del cine documental y las necesidades de la nación-Estado. Hasta el
día de hoy, muchos documentales enfrentan problemas de importancia
nacional y, de manera creciente, internacional. Históricamente lo han
hecho a favor del gobierno de ese entonces o en oposición directa a él. El
capítulo examina las diversas opciones para enfrentar los problemas socia
les y compara el documental de retrato personal, que puede presentar de
manera oblicua problemas sociales más amplios, con el documental
sobre problemas sociales, el cual los aborda de manera directa.
El capítulo 9 explora la pregunta «¿Cómo podemos escribir de ma
nera efectiva acerca del documental?» Contestar esta pregunta implica
dar algunos de los pasos básicos para la creación de un ensayo, utilizan
do el hipotético encargo de escribir un artículo, y dos posibles respuestas
al mismo. Al proporcionar dos ensayos modelo que toman dos puntos
de vista muy diferentes respecto a un documental clásico, N anook el es
quimal (1922) de Robert Flaherty, el capítulo intenta indicar la manera en
que la propia perspectiva del estudiante pasa a ser una parte central de la
respuesta escrita a una película dada. Esta edición incluye una discusión
acerca de la manera en que se usan las diversas fuentes en línea y biblio-
tecarias para apoyar la tesis de un ensayo.
Tras Introducción al documental yace el supuesto de que el ser cons
cientes de los conceptos centrales de la práctica del cine documental,
junto con un sentido de la historia del cine documental, proporciona he
rramientas extraordinariamente valiosas, tanto al documentalista como
al crítico. Una fuerte relación entre la producción y el estudio ha sido ca
racterística de buena parte del cine documental en el pasado. Espero
que siga siendo una relación vital en el futuro y que los conceptos aquí
discutidos nutran esa vitalidad.
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l . ¿Cómo podemos definir al cine documental?
I n ic ia l a É p o c a D o r a d a
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J. ¿Cóm o podem os defin ir al cine docum ental?
Eyes on the P tize (H enry H am pion, 1987). La película se basa en gran m edida en pietaje
histórico, para recapturar la sensación y el tono del m ovim iento por los derechos civiles
de principios de los años sesenta. La capacidad de las im ágenes históricas para dar
autenticidad a lo que los entrevistados nos cuentan, hace más convincente su testim onio.
(Cortesía de Blackside Inc. & Photofest.)
de boca en boca, así como el hambre que mucha gente tiene de nuevas
perspectivas y visiones alternativas, auguran al documental un futuro
brillante y vibrante.
Los Oscares obtenidos por documentales desde mediados de los
ochentas, marcan el creciente ascenso del documental como forma po
pular y atractiva. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que
nunca se ha distinguido por tener preferencias osadas, a menudo senti
mental en sus afectos, no ha podido sin embargo hacer menos, cuando
se trata de reconocer a los más sobresalientes documentales de la actual
Época de Oro. Considérense los siguientes documentales que ganaron o
compitieron por el Oscar a partir de esos años:
• The Times o f Harvey Milk (1984), acerca del activista gay pionero, y
político, Harvey Milk;
• Broken Rainbow (1985), sobre el desalojo, de sus tierras ancestrales,
de 10 mil navajos en los años setenta; y Las madres de la Plaza de
Mayo (1985), de Lourdes Portillo y Susana Muñoz, sobre las ma
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1. ¿Cóm o podem os defin ir al cine docum ental?
W ho K illed Vincent Chin? (Renee Tajim a-Peña y Christine Choy, 1988). A lo largo de la
película los directores se basan en pietaje tom ado de las televisoras locales, así com o
su propio pietaje, para explorar lo que llevó al asesinato de Vincent C hin. Esta tom a se hizo
con una cám ara fija m ientras los técnicos de las televisoras m aniobran para cu brir tam bién
el evento. La m adre de la víctim a está hablando en una reunión en la que el reverendo Jesse
Ja ck so n tam bién estuvo. (Cortesía de los docum entalistas.)
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La b ú sq u e d a d e u n a b ase c o m ú n : d e fin ie n d o e l c in e d o c u m e n ta l
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i. ¿Cóm o podem os defin ir al cine docum ental?
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1. ¿Cóm o podem os defin ir al cine docum ental?
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M onster (Patty Je n k in s, 2003). Charlize T heron, una exm odelo, alteró dram áticam ente su
apariencia para hacer el papel de la indigente Aileen W u om os. Llegam os a saber m uy poco
de la señorita T heron com o individuo, aparte de sus habilidades histriónicas, en tanto la
película se dem ora en el personaje que ella actúa. (Copyright Media & Entertainm ent.
Cortesía de Film Look Stu dios.)
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1. ¿Cóm o podem os defin ir al cine d ocu m en tal?
Aileen W uornos: The Selling o f a Serial K iller (N ick Broom field, 1992). En este docum ental
vem os y escucham os a la propia Aileen W uornos hablar sobre su vida. Llegam os a
en teram os m ucho a partir de cóm o se presenta a sí m ism a frente al docum entalista, así
com o de lo que otros dicen de ella. Broom field reconoce abiertam ente las com plejas
negociaciones, y pagos, involucrados en hacer una película. (Cortesía de N ick Broom field.)
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1. ¿Cóm o podem os defin ir al cine docum ental?
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i. ¿Cóm o p odem os defin ir al cine docum ental?
C o n c e p t o s c o n f u s o s y e l p r o c e s o d e c a m b io
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nes, definiendo las fronteras del cine documental. Fuerzan los límites y
a veces los cambian.
Más que sostener una definición que fije de una vez por todas lo que
es y no es un documental, necesitamos ver ejemplos y prototipos, expe
rimentos e innovaciones, como evidencia del amplio campo en que el
documental opera y se desarrolla. La utilidad de los prototipos para una
definición, es que generalmente proponen cualidades o rasgos ejempla
res, sin requerir que todo documental muestre todos y cada uno de esos
rasgos. Nanook el esquimal permanece como un documental prototípico,
aun cuando muchas películas que comparten, para organizar los eventos,
su confianza en una simple trama de búsqueda, su ejemplar y fotogénico
personaje principal, y su supuesto implícito de que podemos entender
vastos rasgos culturales gracias a que entendemos conductas individua
les, rechacen asimismo su romanticismo, los retos del ambiente natural y
los elementos condescendientes de Nanook. De hecho, algunas películas
de ficción, como Ladrones de bicicletas de Vittorio de Sica, pueden tam
bién compartir estas cualidades con Nanook, sin ser de ninguna manera
documentales.
Los cambios respecto a lo que se entiende por documental, surgen
de diversas maneras. La mayor parte del cambio ocurre, sin embargo,
a causa de lo que sucede en uno o más de los siguientes campos: 1)
las instituciones que apoyan la producción y recepción documentales,
2) las labores creativas de los cineastas, 3) la permanente influencia de
películas específicas y 4) las expectativas del público. De hecho, estos
cuatro factores (instituciones, cineastas, películas y público) merecen
una discusión más amplia. Son los cuatro factores fundamentales que
mantienen un sentido de lo que es el documental en un momento y un
lugar dados, y promueven la continua transformación de lo que es el
documental en el tiempo y en diferentes lugares. Podremos tener un
m ejor asidero para entender el cine documental, si consideramos con
mayor detalle estos cuatro factores.
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1. ¿Cóm o podem os defin ir al cine d ocu m en tal?
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A lw a y s jo r Pleasure (Les Blank, 1978). Es difícil clasificar las películas de Les Blank.
Los libros sobre el docum ental y el cine etnográfico a veces ignoran su obra,
aun cuando películas com o ésta, sobre aspectos del Mardi Gras de Nueva Orleáns,
m uestran características im portantes de cada uno de estos tipos de cine. Blank,
com o la mayoría de los docum entalistas logrados, no sigue reglas o protocolos;
no le preocupa dónde y cóm o en cajen , en cuanto a categorías, sus cintas.
Su esquivam iento del com entario en off, de perspectivas políticas, problem as
identificables y potenciales soluciones, se debe a su énfasis en form as de experiencia
afirmativas, a m enudo exuberantes. (Foto cortesía de Les Blank y Flow er Film s.)
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1. ¿C óm o podem os defin ir al cine docum ental?
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U n a c o m u n id a d d e p r o f e s io n a l e s
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1. ¿Cóm o podem os defin ir ai cine docum ental?
Un co rp u s de te x t o s : c o n v e n c io n e s ,
PERIODOS, MOVIMIENTOS Y MODOS
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]. ¿Cóm o podem os defin ir al cine docum ental?
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T he City (Ralph Steiner y W illard Van Dyke, 1939). Im ágenes de gran núm ero de ob jetos
sim ilares, y de gente, ayudan a aclarar lo que quiere explicitar T he C ity: el diseño urbano
ha quedado rezagado respecto de las necesidades hum anas. (Foto cortesía de National
A rchives.)
The Cove (2009) asume un problema dual muy diferente: por un lado,
la masacre de cantidades masivas de delfines en una caleta escondida
cerca de la ciudad de Taijii, Japón, ya que los japoneses ven a los delfines
como molestos competidores de su industria pesquera y, por el otro, có
mo documentar esta masacre frente a los esfuerzos organizados del go
bierno para impedirlo. La película teje un fascinante relato que oscila
entre detallar los propósitos del asesinato masivo, y las proezas que les
permitieron a los cineastas llegar secretamente a la caleta prohibida. La pe
lícula deja claro que la solución al problema va más allá de sus alcances:
requiere de la concertada acción de todas y cada una de las partes im
plicadas para convencer al gobierno japonés de poner fin a la masacre.
Ric O ’Barry, un exentrenador de delfines y ahora un feroz defensor de los
mismos, es el protagonista principal de la película, pero sus esfuerzos se
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The City. Im ágenes de individuos com o éste, disocian el surgim iento de la ciudad con el
surgim iento de la civilización: el triunfo hum ano sucum be ante un am biente congestionado
y frenético. Tales im ágenes ilustran el tema de la película, de que la ciudad tradicional
vence al espíritu hum ano; ayudan a prepararnos para la solución de la película:
com unidades planeadas, con un cinturón verde. (Foto cortesía de National Archives.)
nos muestran más como modelo para los demás, que como fines en sí
mismos.
La organización lógica de una película docum ental da sustento
a una propuesta, afirmación o alegato subyacente, acerca del mundo
histórico. Con los docum entales, esperamos com prom eternos con pe
lículas que se com prom eten con el mundo. Este com prom iso y esta
lógica liberan al docum ental de algunas de las convenciones en las
que se confía para establecer un mundo imaginario. La edición de
continuidad, por ejem plo, la cual trabaja para hacer invisibles los cor
tes entre tomas en una típica escena de película de ficción, tiene una
prioridad menor. Lo que se logra por medio de la edición de continui
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The Life an d Times o f Rosie the R iveter (C onnie Field, 1980). Soldadoras en la Planta Landers,
Frary y Clark, C onn ecticu t, 1943. Rosie the Riveter es un brillante ejem p lo de una película
que usa m aterial fílm ico de archivo, no para confirm ar la verdad de una situación, sino para
demostrar cóm o las pretensiones a la verdad pueden servir a fines políticos. En este caso
el pietaje histórico tuvo com o objetivo alentar a las m ujeres a ingresar a la fuerza laboral
durante la Segunda Guerra M undial, y tuvo después com o fin urgirías a abandonar la fuerza
laboral, cuando los hom bres regresaron de la guerra. Gracias a la edición de Field, las
contorsiones de lógica requeridas para esta tarea son a m enudo hilarantem ente flagrantes.
(Pocas de las películas de propaganda gubernam entales reconocen siquiera la presencia de
m ujeres afroestadunidenses en la fuerza laboral, dándole un valor agregado a esta fotografía
particular de G ordon Parks.) (Fotografía de Gordon Parks.)
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Un d i s t r i t o e l e c t o r a l d e e s p e c ta d o r e s : s u p u e s to s ,
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• tratan de la realidad;
• tratan de gente real;
• cuentan historias acerca de lo que realmente ocurrió.
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Hoop D ream s (Steve Jam es, F red erick M arx, Peter G ilbert, 1994). W illiam G ates es
uno de los dos jóven es a quienes seguim os la pista en H oop D ream s. Estas fotos
publicitarias de él, que ofrecen un registro indicial de su apariencia cuando jo v en ,
prometen un estilo de narración de “edad adulta”, en la que serem os testigos de cóm o él
y Arthur Agee, el otro personaje principal, se desarrollan com o jugad ores de basquetbol y
maduran com o hom bres. El distribuidor de H oop D ream s, de hecho , m ontó una cam paña
para obtener la nom inación de la película com o m ejor docum ental para los prem ios de
la Academia de Artes y C iencias Cinem atográficas. La cam paña falló, pero subraya la
naturaleza perm eable y a m enudo arbitraria de las profundas d istinciones entre el cine de
ficción y el docum ental. (Fo tos cortesía de Fine Line Features.)
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formas de alteración que puedan dar lugar a que una imagen fotográ
fica dé falsa evidencia, la autenticidad de la imagen no necesariamente
hace que una argumentación o perspectiva sea concluyente y otra no.
La lógica interna y la verificación externa de lo que un documental pos
tula como verdadero, debe evaluarse de manera rigurosa: la inclusión
de imágenes indicativas como evidencia no puede hacer el trabajo por
nosotros.
El peso que le damos a la cualidad indicial del sonido y la imagen,
el supuesto que asumimos de que un documental proporciona evidencia
documental a nivel de la toma, o de la palabra hablada, no se extiende de
manera automática a toda la película. Normalmente entendemos y reco
nocemos que un documental es el tratamiento creativo de la realidad, no
una transcripción fiel de la misma. Las transcripciones o registros estric
tos tienen su valor, como en el pie taje de vigilancia o registros de eventos
específicos como el lanzamiento de un cohete, el progreso de una sesión
terapéutica o la representación de una obra o de un evento deportivo
particulares. Sin embargo, tendemos a mirar esos registros estrictamente
como documentos o “simple pietaje”, más que como documentales. Los
documentales organizan evidencia y luego la utilizan para construir su
propia perspectiva o propuesta acerca del mundo. Esperamos que este
proceso tenga lugar. Nos sentimos frustrados si no ocurre.
Entre los supuestos que llevamos al documental, entonces, está el
de que las tomas y los sonidos individuales, quizás hasta escenas y
secuencias, tendrán una relación muy indicativa con los sucesos que
representan. Pero la película en su conjunto irá más allá de ser un mero
documento o registro de estos sucesos para ofrecer una perspectiva
acerca de los mismos. Como público, esperamos poder confiar en el
eslabonamiento indicial entre lo que vemos y lo que ocurrió frente a la
cámara, y evaluar la transformación poética o retórica de este eslabo
namiento hasta ser un comentario o perspectiva sobre el mundo que
ocupamos. Anticipamos una oscilación entre el reconocim iento de la
realidad histórica, y el reconocim iento de una representación del mis
mo. Esta expectativa distingue entre nuestro involucramiento con el
documental, y nuestro involucramiento con otros géneros fílmicos.
Esta expectativa caracteriza a menudo a lo que podríamos llamar
«discurso de la sobriedad». Son los modos que tenemos para hablar di
rectamente de la realidad social e histórica, como la ciencia, la economía,
la medicina, la estrategia militar, la política exterior y la política edu
cativa. Dentro de un marco institucional que apoye a estas maneras de
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A m erican Teen (N anette Burstein, 2008). El docum ental de Nanette Burstein usa m uchas
técnicas de cine de ficción para resaltar la sensación de lo que se siente ser un adolescente
de enseñanza m edia (edición de continuidad, tom as de punto de vista, edición cruzada,
etcétera). Com o m uestra este cartel, la película se anu nció significativam ente com o un
retrato de cin co tipos, o estereotipos, clásicos de enseñanza m edia, y desarrolla a cada uno
de sus principales personajes para reforzar la m anera en que encarnan un tipo dado.
La estrategia se parece al m ercadeo del cine de género y causó polém ica en cuanto
al estatus de la película en tanto docum ental. (Cortesía de Param ount Vantage & Photofest.)
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manera recurrente a lo largo del río Sepic, en Nueva Guinea, cuando los
turistas se encuentran con los nativos en Cannibal Tours, de 1988)?
Los documentales estimulan la epistefilia (deseo de conocer o saber)
en su público. En el mejor de los casos, transmiten una lógica informa
tiva, una retórica persuasiva, y una poética conmovedora que promete
información y conocimiento, intuición y un estado de conciencia. Los
documentales proponen a su público que la gratificación de este deseo
de saber, será su tarea común. El Que Sabe (el agente ha sido tradicional
mente masculino) compartirá su conocimiento con aquellos que desean
saber. Nosotros también podemos ocupar la posición de El Que Sabe.
Ellos nos hablan acerca de ellos, y nosotros, como resultado, obtenemos
una sensación de placer, satisfacción y conocimiento.
Esta dinámica puede crear preguntas, así como resolverlas. Pode
mos preguntar: ¿Quiénes somos como para poder llegar a conocer algo?
¿Qué tipo de conocimiento es el conocimiento que proporciona el docu
mental? ¿Qué uso podemos darle al conocimiento que proporciona una
película? Qué sabemos, y cómo llegamos a creer en lo que sabemos, son
problemas de importancia social. El poder y la responsabilidad residen
en el conocimiento; el uso que hagamos de aquello que aprendemos, va
más allá de nuestro compromiso con el cine documental, hasta llegar a
nuestro compromiso con el mundo histórico representado en tales pe
lículas.
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