Considerando los distintos tipos de residuos que generan las fábricas y/o industrias,

¿Crees que es relevante la gestión de los residuos sólidos asimilables a domiciliarios que
hacen dichos establecimientos para la preservación del medio ambiente?

Desde mi perspectiva como profesional, la preservación del medio ambiente no puede

concebirse como la sumatoria de aspectos aislados sino que se trata de un proceso
integral que conlleva a un sinergismo absoluto en términos de mejora de la calidad
ambiental. Así, independientemente del tipo de residuo que esté generando la fábrica y/o
la industria en cuanto a su característica físico/química que implique una clasificación
particular, es la gestión integral de los mismos la que deriva en prácticas sustentables
para el medio ambiente.

En tu opinión, ¿El problema se centra en la clasificación de los residuos o o también en el

consumo ?

Creo que si bien puede existir un disparador para una problemática dada, es un error
intentar analizar sus causas en forma aislada. Se trata de un proceso sumamente integral
en el cual la sumatoria de los diferentes aspectos contribuye al resultado final. Es decir
que, en este caso en particular, nos equivocaríamos si creyéramos que la solución al
problema es únicamente generar estaciones de separación de residuos en las diferentes
industrias y controlar su aplicación. Inclusive, siempre que se hace referencia al
desarrollo sustentable se destaca la importancia de basarnos en tres aspectos
fundamentales: social, económico y ambiental. Es decir que no se puede pretender
alcanzar dicha sustentabilidad sin contemplar los 3 puntos mencionados.

Así, considero que es estrictamente necesario un cambio de paradigma para lograr

alcanzar una mejora. No necesitamos únicamente que las industrias separen bien sus
residuos, necesitamos que lo hagan pero que la sociedad sea consciente de lo que
implica no sólo la gestión apropiada de los residuos sino la consecuencia de su consumo
desmedido (lo que suele denominarse ‘’inteligencia ecológica’’). Sumado a esto, es
primordial que las políticas asociadas sean firmes y se cumplan ya que muchas veces
derivan (en caso de que existan) en una declaración de buena voluntad. Finalmente,
todos los cambios deben contemplar los aspectos económicos y la capacidad de
amortizar los costos. Muchas veces este tipo de cambio puede observarse en el mediano
o largo plazo por lo que para el ‘’empresario’’ cualquier cambio ambiental se trata de un
costo y es por ello que el cambio de paradigma es estrictamente necesario.

¿Qué se le podría sugerir a las empresas para una gestión apropiada de sus residuos?

Desde mi punto de vista, todo cambio que quiera implementarse debe tener como pilar
fundamental la educación. Es decir que el primer paso es lograr que la gente que trabaja,
en este caso en empresas, entienda el por qué es importante efectuar una gestión
apropiada de los residuos. Colocar estaciones diferenciales para la separación de los
residuos en el sitio y ‘’obligar’’ a que realicen dicha diferenciación es totalmente absurdo.
Incluso lo más probable es que no suceda.

En cambio, si se genera un entorno educativo (por ejemplo, mediante capacitaciones) es

factible que al comprender las consecuencias de la actividad sea mucho más fructífera la
separación diferencial y, por ende, se obtendrían mejores resultados. Dentro de esto
considero que es fundamental brindar una visión integral y con esto me refiero a no
mencionar únicamente impactos ambientales positivos y negativos sino también contar,
por ejemplo, el rol que cumplen los recuperadores urbanos y cooperativas asociadas. Con
esto intento decirte que la separación de residuos no tiene únicamente consecuencias del
tipo ambiental sino también social y económica puesto que, entre otras cosas, genera
fuentes de trabajo.

Asociado a lo que me decías, ¿Cómo ves a la Argentina de acá a veinte años si no se

toma conciencia de la correcta clasificación de los residuos? ¿Qué problemas pueden
sufrir las generaciones futuras?

Me parece que no es necesario ni siquiera pensar de acá a 20 años, en plazos de tiempo

mucho más reducidos podemos ver las consecuencias de la falta de conciencia. Sin ir
más lejos, las formas inadecuadas de disposición final de residuos (por ejemplo,
basurales a cielo abierto) derivan en un sinfín de problemas no sólo ambientales (calidad
de agua, aire y suelo principalmente) sino también en problemáticas de salud que derivan
de las mismas (enfermedades, desarrollo de plagas y vectores, etc).

Me parece interesante pensar esto como una analogía de una Evaluación de Impacto
ambiental (EIA). Entre tantas cosas, uno de los puntos necesarios para comenzar a
desarrrollar una EIA es generar una línea de base. En forma general esto implica definir
cuáles son las condiciones actuales para poder determinar si se producirá un impacto, la
magnitud y significancia del mismo como consecuencia de llevar a cabo una actividad
dada. Entonces, para poder pensar qué consecuencias podrían tener las generaciones
futuras deberíamos definir nuestra línea de base actual. ¿Un panorama poco alentador,
no?

Te invito a que pruebes durante al menos una semana realizar la separación diferencial
de residuos en tu casa (por ser el tema del cual estamos conversando). Algo sencillo
como separar los materiales reciclables de los no reciclables y vas a ver como el volumen
de residuos generados disminuye abismalmente. Si extrapolamos esto al general de la
sociedad, probablemente nuestra línea de base cambie y las consecuencias para las
generaciones futuras se vean disminuidas. Siempre y cuando todo el esfuerzo realizado
por la sociedad sea sustentado por decisiones políticas y económicas apropiadas.

Sin ir más lejos, nuestra ley general del ambiente (Ley Nº 25.675) promueve dentro de
uno de los puntos de la política ambiental nacional ‘’ Promover el mejoramiento de la
calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, en forma prioritaria’’. Creo que
esto me permite ejemplificarte lo que te comentaba anteriormente en términos de que muchas
veces las políticas son simples declaraciones de buena voluntad y, si no logramos cambiar esto,
considero que estamos ‘’luchando contra la corriente’’ y obtener buenos resultados resulta más
complicado de lo que efectivamente debería ser.