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Liquidación de gananciales:

aunque bien esté inscrito como


propio se debe examinar si es bien
social [Casación 432-2016, Tacna]

Fundamento destacado: Sexto.- Que, siendo ello así, debe tenerse


presente que el artículo 197 del Código Procesal Civil, prescribe que:
“Todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta,
utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en la resolución sólo
serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que
sustenten su decisión”. En ese sentido, debe entenderse que el Juez se
encuentra en la obligación atender y analizar los medios probatorios que
intentan acreditar un hecho alegado por alguna de las partes ya sea en la
demanda, en la contestación o en el escrito donde se ofrezcan nuevos
medios probatorios, siempre que éstos cumplan los requisitos para su
admisión; constituyendo la omisión a este precepto una infracción a la
norma que establece la finalidad de los medios probatorios contenida en el
artículo 188 del Código Procesal Civil.

Sumilla: La Sala Superior no ha cumplido con analizar debidamente el Acta


de Inventario de Bienes celebrado el treinta y uno de octubre de mil
novecientos noventa y cinco, en la que las partes del proceso reconocen
como patrimonio de la sociedad de gananciales las dos propiedades, ni han
expresado los fundamentos del por qué dicho documento no les ha causado
convicción.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA

CASACIÓN 432-2016, TACNA


DIVORCIO POR CAUSAL DE SEPARACIÓN DE HECHO

Lima, diez de julio de dos mil diecisiete.-

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


DE LA REPÚBLICA;Vista la causa número cuatrocientos treinta y dos –
dos mil dieciséis; y producida la votación con arreglo a Ley, emite la
siguiente sentencia:

I. ASUNTO:

En el presente proceso de Divorcio por Causal de Separación de Hecho, el


demandado Miguel Rivera Mamani ha interpuesto recurso de casación
mediante escrito obrante a fojas doscientos noventa y seis, contra la
sentencia de vista de fojas doscientos sesenta y siete, de fecha diez de
noviembre de dos mil quince, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte
Superior de Justicia de Tacna, que confirmó la sentencia apelada de fojas
doscientos veinte, de fecha veintidós de abril de dos mil quince, que declaró
fundada en parte la demanda; en consecuencia, disuelto el matrimonio civil,
fenecido el Régimen Patrimonial de Sociedad de Gananciales e
improcedente el extremo respecto a la pensión alimenticia a favor de la
demandante. Infundados los extremos de Pérdida de Gananciales e
Indemnización por Daños y Perjuicios.

II. ANTECEDENTES:

1. DEMANDA:

El veintitrés de setiembre de dos mil trece, mediante escrito obrante a fojas


trece, Paulina Clares de Rivera interpuso demanda de Divorcio por Causal
de Separación de Hecho, contra Miguel Rivera Mamani, bajo los siguientes
fundamentos:

– Con el demandado contrajo matrimonio civil, ante la Municipalidad Distrital


de Zepita – Provincia y Región de Puno, habiendo procreado a sus cinco
hijos todos mayores de edad.

– Que fijaron su domicilio conyugal en el inmueble donde vive el


demandado en Ciudad Nueva, lugar de donde el demandado la arrojó del
citado predio, quedándose con todos los enseres propios de un hogar. Hace
once años el demandado vive con su amante.

– Es así, que el demandado desde que la retiró del hogar conyugal nunca
más ha permitido que vuelva, al extremo de haber cambiado las chapas del
inmueble y ha generado que tenga que vivir muy aparte del demandado, así
como tampoco le ha concurrido económicamente con suma alguna para que
pueda atender sus necesidades alimentarias, ya que cuenta con sesenta y
siete años de edad y se encuentra delicada de salud con presión alta.

– Manifiesta que el demandado es causante del divorcio, por tanto no tiene


ningún derecho con relación al inmueble que han adquirido durante la
vigencia del matrimonio, indica que el demandado está en la obligación de
indemnizarla por los daños y perjuicios que le ha ocasionado como
consecuencia del matrimonio y de los maltratos que ha sido objeto.

2. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA Y RECONVENCIÓN:

El veinte de noviembre de dos mil trece, mediante escrito obrante a fojas


setenta y uno, Miguel Rivera Mamani contestó la demanda negándola en
todos sus extremos, argumentando que:

– En el año mil novecientos noventa y cinco, hicieron un inventario de


bienes ante Notario Público, en el mismo que dice que han adquirido dos
bienes inmuebles uno en Asentamiento Humano Francisco de Paula Vigil
Manzana 37 Lote 6 y el segundo de ellos ubicado en el Asentamiento
Humano Marginal Ciudad Nueva Manzana 76 Lote 20, al separase de muto
acuerdo quedaron que la demandante se quedaría a vivir en el inmueble
ubicado en la Urbanización Vigil y el recurrente en el inmueble ubicado en
Cuidad Nueva, pero que se ha enterado que el inmueble ubicado en Vigil ha
sido donado a su hija Fresia Carmen Rivera Clares en el año dos mil seis,
que desde el año dos mil trece, la demandante tiene pensión judicial de
alimentos en la suma de ciento treinta soles (S/ 130.00) mensuales.

3. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA:

Mediante Resolución número quince, obrante a fojas doscientos veinte, de


fecha veintidós de abril de dos mil quince, el Juzgado Mixto del Módulo
Básico de Justicia Alto de la Alianza de la Corte Superior de Justicia de
Tacna, declaró fundada la demanda, señalando que:

– En la Audiencia de Pruebas se ha actuado la Declaración Testimonial de


Víctor Alberto Velásquez Calderón, quien refirió que la demandante vive
sola desde hace once años. Se llega a la conclusión que efectivamente
ambos cónyuges se hallan separados de hecho desde el año dos mil tres,
en que la actora le interpuso demanda de alimentos al demandado, y por
ende se ha quebrantado de manera definitiva la convivencia, por lo que se
cumple el primer requisito. Aunado a la falta de voluntad de retomar la
convivencia. Habiéndose arribado a la conclusión de que ambos cónyuges
se hallan separados desde el año dos mil tres, por tanto se tiene que la
separación de hecho ha excedido el plazo legal requerido.

– No se evidencia que se haya producido un desequilibrio económico en


perjuicio de alguna de las partes, que hayan sido consecuencia directa de la
separación, teniendo en cuenta que la separación ha sido producto de un
acuerdo conciliatorio entre ambas partes; asimismo, no se advierte que
haya habido desamparo económico por parte del demandado luego de su
separación. En el caso de autos no se ha llegado a establecer la existencia
de cónyuge más perjudicado, por tanto la indemnización solicitada por la
actora, no resulta amparable.

– En el caso de autos, existe el Proceso número 344-2003 sobre alimentos,


seguido por la actora contra el demandado, en el cual se le ha asignado una
pensión alimenticia de ciento treinta soles (S/ 130.00) mensuales, en calidad
de cónyuge, por tanto al existir pensión de alimentos ya señalada, ésta debe
seguir vigente, resultando improcedente la solicitud de una pensión
alimenticia a su favor, peticionado por la actora.

– Como consecuencia de la disolución del vínculo matrimonial, se declarará


el fenecimiento de la sociedad de gananciales, conforme lo establece el
artículo 318 inciso 3 del Código Civil, debiendo procederse en ejecución de
sentencia a liquidarse los bienes, correspondiendo dividirse los gananciales
por mitad entre ambos cónyuges previo inventario judicial, pero según la
demandante indica que dentro del matrimonio han adquirido un bien
inmueble, ubicado en el Asentamiento Humano Marginal Ciudad Nueva
Manzana 76, Lote 20, mientras que el demandado refiere haber adquirido
dos inmuebles, siendo el otro ubicado en el Asentamiento Humano
Francisco de Paula Gonzales Vigil, Manzana 37, Lote 6 (Urbanización Vigil,
calle José Gómez número 1446) que fue su domicilio conyugal y allí
nacieron sus hijos; sin embargo, de la Ficha Registral que corre de fojas
cuarenta y cinco a cuarenta y nueve, aparece que dicha propiedad es bien
propio de la demandante, quien donó el inmueble a su hija Fresia Carmen
Rivera Clares, quien aparece como propietaria actual.

4. RESOLUCIÓN DE SEGUNDA INSTANCIA:

El diez de noviembre de dos mil quince, la Sala Civil Transitoria de la Corte


Superior de Justicia de Tacna, emitió la sentencia de vista de fojas
doscientos sesenta y siete, que confirmó la de primera instancia que declaró
fundada la demanda, bajo los siguientes argumentos:
– En el caso de autos respecto a la pretensión de indemnización sobre la
existencia de la condición de cónyuge más perjudicado, la parte
demandante no ha probado su pretensión en este extremo al contrario obra
en autos declaraciones testimoniales de las hijas de la demandante

Susana Isabel Rivera Clares, Julia Constantina Rivera Clares y Carla


Facunda Rivera Clares que corren de fojas cuarenta y uno al cuarenta y
tres, quienes refieren que la conducta de su madre siempre ha sido agresiva
con problemas psiquiátricos, celos enfermizos; a fojas cuarenta y cuatro,
corre una Denuncia Policial de fecha dieciséis de setiembre de dos mil diez,
hecha por el demandado refiriendo que su cónyuge lo amenaza de echarle
gasolina y quemarlo, presunciones e indicios que acreditan que si bien ha
existido violencia entre cónyuges, quien más ha ejercido violencia es la
demandante, por tal no tiene la condición de cónyuge más perjudicado o
inocente a consecuencia de la separación de hecho o del divorcio; más aún
cuando la demandante inició un Proceso de Alimentos (Causa número 344-
2003), la misma que fallara fundada la demanda en donde el cónyuge le
acude con una pensión de ciento treinta soles (S/130.00) hasta la
actualidad; por lo que, no corresponde fijar monto indemnizatorio alguno.

– Revisado los autos se puede advertir del documento que obra de fojas
cuarenta y cinco a cuarenta y nueve, del Asiento número 00003, la
demandante Paulina Clares de Rivera, figura su inscripción como bien
propio desde el año dos mil, situación que ha llevado a que la accionante
pueda realizar la transferencia de donación a favor de una de su hija Fresia
Carmen Rivera Clares, hecho que se aprecia del Asiento número 00004,
donde se observa que la demandante figura con estado civil de casada,
situación que resulta sui generis al tracto sucesivo de la transferencia de
bienes; aspecto que no es materia del análisis del fondo del asunto y que la
parte que se crea afectada si lo considera necesario instaurar el proceso
judicial correspondiente.

III. RECURSO DE CASACIÓN:


El veintitrés de diciembre de dos mil quince, el demandado Miguel Rivera
Mamani, mediante escrito de fojas doscientos noventa y seis, interpuso
recurso de casación contra la sentencia de vista, siendo declarado
Procedente mediante auto de fecha dieciocho de octubre de dos mil
dieciséis, por la siguiente infracción:

– Infracción normativa del artículo 188 del Código Procesal Civil, sostiene
que los dos inmuebles fueron adquiridos durante el matrimonio y que las
instancias de mérito no han tenido en cuenta los medios probatorios que
acreditan dicha condición.

Excepcionalmente se ha declarado procedente por infracción normativa de


carácter material del artículo 345-A del Código Civil.

IV. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA SUPREMA:

PRIMERO.- Que, el recurso de casación tiene por fines la adecuada


aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia de la República,
conforme lo señala el artículo 384 del Código Procesal Civil.

SEGUNDO.- Que, habiéndose declarado procedente el recurso por la


causal de infracción normativa material y procesal, en primer término debe
dilucidarse la causal relativa a la infracción normativa procesal, de
conformidad con el inciso 4 del artículo 388 del Código Procesal Civil –
modificado por la Ley número 29364–, el cual establece que si el recurso de
casación contuviera ambos pedidos (anulatorio o revocatorio), deberá
entenderse el anulatorio como principal y el revocatorio como subordinado,
ello en atención a su efecto nulificante.

TERCERO.- Que, la infracción procesal se configura cuando en el


desarrollo del proceso, no se han respetado los derechos procesales de las
partes, se han obviado o alterado actos de procedimiento, la tutela
jurisdiccional no ha sido efectiva, el órgano jurisdiccional deja de motivar
sus decisiones o lo hace en forma incoherente, en clara transgresión de la
normatividad vigente y de los principios procesales.

CUARTO.- Que, el derecho al debido proceso tiene tres elementos: a) El


derecho de acceso a alguna de las modalidades de justicia
institucionalizada previstas en el ordenamiento jurídico; b) El proceso mismo
se ajuste a una serie de exigencias que favorezcan en la mayor medida
posible a la consecución de una decisión justa; y, c) La superación plena y
oportuna del conflicto con una decisión justa, a través de la ejecución
también plena y oportuna[1]. La importancia de este derecho para la
protección de los derechos fundamentales ha dado lugar a que sea
considerado como un principio general derecho, garantía constitucional y
como un derecho fundamental.[2]

QUINTO.- Que, uno de los aspectos de éste derecho dentro del proceso es
el referido a la prueba, “ello en la medida en que los justiciables están
facultados para presentar todos los medios probatorios pertinentes, a fin de
que puedan crear en el órgano jurisdiccional la convicción necesaria de que
sus argumentos planteados son correctos”[3].

SEXTO.- Que, siendo ello así, debe tenerse presente que el artículo 197 del
Código Procesal Civil, prescribe que: “Todos los medios probatorios son
valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación
razonada. Sin embargo, en la resolución sólo serán expresadas las
valoraciones esenciales y determinantes que sustenten su decisión”. En ese
sentido, debe entenderse que el Juez se encuentra en la obligación atender
y analizar los medios probatorios que intentan acreditar un hecho alegado
por alguna de las partes ya sea en la demanda, en la contestación o en el
escrito donde se ofrezcan nuevos medios probatorios, siempre que éstos
cumplan los requisitos para su admisión; constituyendo la omisión a este
precepto una infracción a la norma que establece la finalidad de los medios
probatorios contenida en el artículo 188 del Código Procesal Civil.
SÉTIMO.- Que, siendo ello así, si bien es cierto las instancias de mérito han
señalado que el bien inmueble ubicado en el Asentamiento Humano
Francisco de Paula Gonzales Vigil, Manzana 37 – Lote 6, que corre inscrito
en la Partida número P20010780, es un bien propio debido a que así
aparece en el Asiento número C00003 de dicha Partida, tal como obra a
fojas cuarenta y ocho. Sin embargo, a juicio de esta Sala Suprema
considera que, es deber del juzgador velar por la obtención de la verdad
material, para lo cual durante el desarrollo del proceso puede realizar
diligencias necesarias para, en el caso concreto, con la finalidad de
determinar si el inmueble mencionado constituye o no un bien que deba ser
liquidado de la sociedad de gananciales.

OCTAVO.- Que, siendo ello así, la Sala Superior no ha cumplido con


analizar debidamente el Acta de Inventario de Bienes celebrado el treinta y
uno de octubre de mil novecientos noventa y cinco, obrante a fojas
cincuenta y cinco, en la que las partes del proceso reconocen como
patrimonio de la sociedad de gananciales las dos propiedades, esto es, el
Asentamiento Humano Gonzales Vigil, como el de Ciudad Nueva, ni han
expresado los fundamentos del por qué dicho documento no les ha causado
convicción; de modo que, si bien es cierto COFOPRI adjudicó dicho bien a
la ahora demandante a título gratuito, el cual fue inscrito en el año dos mil,
con lo cual estaría dentro del supuesto contenido en el artículo 302 inciso 3
del Código Civil, también lo es que la demandante habría ingresado a la
posesión de dicho bien por acuerdo entre los cónyuges, cuestión que no
puede pasarse por alto, debiendo realizarse los actos necesarios para llegar
a la verdad material.

NOVENO.- Que, en consecuencia, al haberse acreditado la contravención


de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, la
infracción denunciada merece ser estimada, y disponerse el reenvío de los
autos a la Sala de Mérito.

V. DECISIÓN:
Por estos fundamentos y de conformidad con lo dispuesto en el inciso 1 del
artículo 396 del Código Procesal Civil, declararon:

1. FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Miguel Rivera Mamani


a fojas doscientos noventa y seis; por consiguiente, CASARON la
resolución impugnada; en consecuencia, NULA la sentencia de vista de
fojas doscientos sesenta y siete, de fecha diez de noviembre de dos mil
quince, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Superior de Justicia
de Tacna.

2. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario


Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Paulina
Clares de Rivera contra Miguel Rivera Mamani y otro, sobre Divorcio por
Causal de Separación de Hecho; y los devolvieron. Ponente Señora
Céspedes Cabala, Jueza Suprema.-

S.S.
ROMERO DÍAZ
CABELLO MATAMALA
MIRANDA MOLINA
DE LA BARRA BARRERA
CÉSPEDES CABALA

[1] Cfr. Castillo Córdova, Luis. “Debido proceso y tutela jurisdiccional”. En:
“La Constitución Comentada”. Tomo III. Lima: Gaceta, 2013, p. 61-62.

[2] Bustamante Alarcón, Reynaldo. “Derechos Fundamentales y Proceso


Justo”. Lima: Ara Editores, 2001, p. 218.

[3] STC EXP. N.° 01557-2012-PHC/TC, publicada en el Di ario Oficial El


Peruano el 18 de octubre de 2012.
Estos son los 3 requisitos para
determinar que un bien es propio y
no de la sociedad conyugal

9. […] En definitiva para que opere la presunción contenida en el numeral 3


del artículo 311 del Código Civil deben concurrir los siguientes
requisitos i) que se hayan vendido uno o más bienes propios de uno de los
cónyuges, ii) que no conste que el precio recibido por tal venta se haya
invertido y, iii) que los bienes comprados después sean equivalentes a los
vendidos con anterioridad, pero creemos que para que funcione esta
presunción conforme a dichos lineamientos, debería estar presente otro
elemento: la contemporaneidad entre la venta y adquisición del nuevo bien.
En la práctica puede acontecer que el bien vendido, que tenía la calidad de
propio, se haya adjudicado por una determinada suma, y el nuevo bien
adquirido exceda la suma recibida por la venta del primer bien. En ese caso,
debería ser considerarlo mixto, reputándose la diferencia del precio del
segundo bien comprado con respecto a la venta del primero, como social.

TRIBUNAL REGISTRAL
RESOLUCIÓN N.° 57-2019-SUNARP-TR-L

Lima, 29 de enero de 2019

APELANTE: DANTE RAFAEL TANTALEAN GUILLEN


TÍTULO: N° 2324998 del 15/10/2018.
RECURSO: H.T.D. N° 2533 del 23/11/2018.
REGISTRO: Predios del Callao.
ACTO: Rectificación de la calidad de bien.

SUMILLA:
RECTIFICACIÓN DE LA CALIDAD DE BIEN PROPIO

Procede extender la rectificación de la calidad de bien social a propio, si se


acredita la presunción de bien propio, contenida en el inciso 3) del artículo
311 del Código Civil y se a indicado dicha situación mediante instrumento
público otorgado por el cónyuge adquiriente.

I. ACTO CUYA INSCRIPCIÓN SE SOLICITA Y DOCUMENTACIÓN


PRESENTADA

Mediante el título venido en grado de apelación se solicita la rectificación del


asiento c-2 de la ficha N° 27564 que continúa en la partida electrónica N°
70067114 del Registro de Predios del Callao, para efectos de señalar que el
dominio fue adquirido por Maura Lucas Bardales de Alza en calidad de bien
propio con sus hijos Carlos Alberto Alza Bravo, Rosario Milagros Alza Bravo
y Eduardo Félix La Torre Bravo, y no en calidad de bien social con su
cónyuge José Amador Alza Uriol, como se publicita.

Para tal efecto presentó solicitud de rectificación suscrita por Dante Rafael
Tantalean Guillén.

Lea también: Liquidación de gananciales: aunque bien esté inscrito


como propio se debe examinar si es bien social [Casación 432-2016,
Tacna]

II. DECISIÓN IMPUGNADA

El Registrador Público del Registro de Predios del Callao Sergio Obdine


Segura Vásquez observó el título en los siguientes términos:

TACHA SUSTANTIVA: De conformidad con el literal b) del artículo 42 del


Reglamento General de los Registros Públicos se procede a tachar
sustantivamente el presente título, por cuanto se solicita la rectificación del
asiento 2-c) de la ficha N° 27564 del Registro de Predios del Callao, sin
embargo, de la calificación efectuada no se encontró error alguno en el
referido asiento que amerite la rectificación solicitada.

Del estudio de la rogatoria presentada, se verifica que se solicita rectificar la


calidad del bien, que pase de bien conyugal a bien propio. Se procedió a
verificar el título archivado N° 2857 del 23/11/93, el cual dio mérito a la
inscripción del asiento 2-c) de la ficha N° 27564 que continúa en la partida
N° 70067114 del Registro de Predios del Callao. En dicho asiento de
inscripción se publicitó la titularidad de Maura Lucas Bravo Bardales de
Alza, su cónyuge don José Amador Alza Uriol, sus hijos Carlos Alberto y
Rosario Milagros Alza Bravo; y Eduardo Félix La Torre Bravo, dicha
inscripción se realizó en calidad de bien social conforme a lo señalado en el
artículo 310 y artículo 311 del Código Civil.

Asimismo, debe tener en cuenta el precedente de observancia obligatoria


aprobado en el 11 Pleno realizado los días 29 y 30 de noviembre de 2002,
el siguiente criterio: ACREDITACION DE LA CALIDAD DE BIEN
PROPIO “Con la finalidad de enervar la presunción de bien social contenida
en el inciso 1) del artículo 311 del Código Civil e inscribir un bien inmueble
con la calidad de bien propio, no es suficiente la declaración efectuada por
el otro cónyuge contenida en la escritura pública de compraventa.”

Este criterio se apoya, entre otros, en lo siguiente: Álex Plácido Vilcachagua


señala que la jurisprudencia ha acentuado el carácter de esta presunción a
favor de la sociabilidad al exigir de modo riguroso la prueba de que
determinados bienes son propios de los esposos, pues tratando de
salvaguardar el derecho de terceros, no admite que la propia declaración
(confesión) -aún por escritura pública- de un cónyuge de haber realizado
una adquisición con dinero del otro sea bastante para dar al bien adquirido
carácter no social, por no ser suficiente dicha confesión para destruir la
presunción.

El Tribunal Registral ha expresado en reiterada y uniforme jurisprudencia


que si bien la manifestación del adquirente del inmueble, acompañada del
asentimiento del otro cónyuge constituye un acto de reconocimiento de la
calidad del inmueble como un bien propio, no es menos cierto que dicha
manifestación se efectúa desprovista de pruebas, incumpliéndose por ende
con los requisitos necesarios para enervar los alcances de la presunción
iuris tantum contenida en el artículo 311 del Código Civil.

Cabe señalar que la aplicación de este precedente, no debe excluir la


aplicación de las presunciones establecidas en los incisos 2 y 3 del artículo
311 del Código Civil. Así, la sola declaración del cónyuge no es suficiente
para señalar que el bien que se adquiere tiene la calidad de bien propio del
otro cónyuge, debiendo adjuntar además los títulos idóneos que acrediten
que el dinero que sirve para cancelar el precio del bien, tenga la calidad de
propio, y por tanto, sea aplicable la presunción contenida en el inciso 2) del
referido artículo 311 (…) “los bienes sustituidos o subrogados a otros se
reputan de la misma condición de los que sustituyeron o subrogaron”.

De lo expuesto, la sola declaración de los cónyuges en la cláusula adicional


al contrato de compra venta de 09-08-93 no acredita ni enerva la presunción
de bien social del bien objeto de compraventa, por lo tanto el predio tiene la
calidad de bien social, salvo prueba en contrario.

Base legal: Art. 302, 310, 311, 315, 319 al 323, Art. 2011 del Código Civil;
artículos 32, 40 del T.U.O. del Reglamento General de los Registros
Públicos. Resolución del Tribunal Registral N° 2305-2016-SUNARP-TR-L
del 15/5/2016.

Lea también: Fenecimiento del arrendamiento por venta del bien.


¿Ineficacia automática o necesaria comunicación previa al
arrendatario?

FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN

El apelante fundamenta su recurso señalando, entre otros, que conforme al


antecedente registral, en el título de dominio comparece José Amador Alza
Uriol en nombre y representación de su hija Rosario Milagros Alza Bravo,
por ejercer la patria potestad de la menor de edad, no constando su
intervención en nombre propio; por ello entre los compradores no figura
José Amador Alza Uriol sino únicamente Maura Lucas Bardales e hijos.
Asimismo, debe considerarse que en la cláusula adicional se dejó expresa
constancia que José Amador Alza Uriol solo intervino en representación de
su menor hija y que el bien fue adquirido con dinero obtenido de la venta del
predio ubicado en Jr. Noruega N° 2519, que corresponde a un bien recibido
en donación y que por tanto no forma parte de la sociedad conyugal.

IV. ANTECEDENTE REGISTRAL

En la ficha N° 27564 que continúa en la partida electrónica N° 70067114 del


Registro de Predios del Callao se encuentra inscrito el lote 17 manzana K-1,
constituido por la casa habitación ubicada con frente a Las Garzas N° 140,
urbanización San José, distrito de Bellavista, provincial constitucional del
Callao.

En el asiento c-2 de la ficha corre registrado el dominio en favor de Maura


Lucas Bardales de Alza, su cónyuge José Amador Alza Uriol e hijos Carlos
Alberto Alza Bravo, Rosario Milagros Alza Bravo y Eduardo Félix La Torre
Bravo. (Título archivado N° 2857 del 23/11/1993).

PLANTEAMIENTO DE LAS CUESTIONES

Interviene como ponente la Vocal Rosario del Carmen Guerra Macedo.

De lo expuesto y del análisis del caso, a criterio de esta Sala la cuestión a


determinar es la siguiente:

¿Cómo se acredita la presunción de bien propio a que se refiere el inciso 3


del artículo 311 del Código Civil?

VI. ANÁLISIS
1. El artículo 3 de la Ley N° 26366 establece que son garantías del Sistema
Nacional de los Registros Públicos: (…) b) La intangibilidad del contenido de
los asientos regístrales, salvo título modificatorio posterior o sentencia
judicial firme; (…).

Conforme a lo previsto por el artículo 2013 del Código Civil y numeral


VII[1] del Título Preliminar del Reglamento General de los Registros
Públicos (en adelante RGRP), normas que consagran el principio de
legitimación, los asientos regístrales se presumen exactos y válidos,
producen todos sus efectos y legitiman al titular registral para actuar
conforme a ellos, mientras no se rectifiquen en los términos establecidos en
el RGRP, se declare judicial o arbitralmente su invalidez, o se cancelen en
sede administrativa por haberse acreditado la suplantación de identidad o
falsedad documentaría, en los supuestos así establecidos con arreglo a las
disposiciones vigentes.

2. El artículo 75 del RGRP define la inexactitud registral como todo


desacuerdo existente entre lo registrado y la realidad extrarregistral,
estableciendo que dichas inexactitudes se rectificarán en la forma
establecida en el Título VI del Reglamento General cuando sean
consecuencia de un error u omisión cometido en algún asiento o partida
registral; en caso contrario, la rectificación deberá efectuarse en mérito a
título modificatorio posterior que permita concordar lo registrado con la
realidad.

En el artículo 76 del RGRP se establece que el Registrador es el encargado


de rectificar los errores materiales, de oficio o a petición de parte, en mérito
al respectivo título archivado que sustentó la extensión del asiento inexacto.
Por su parte, los errores de concepto se rectifican siempre a petición de
parte, salvo que con ocasión de la calificación de un título el Registrador
determine que la inscripción no podrá efectuarse si previamente no se
rectifica el error de concepto.
Lea también: Demanda ineficacia por venta unilateral de bien social:
¿prescribe a los 2 o 10 años? [Casación 4989-2017, Lima Norte]

3. De acuerdo con lo regulado en la norma precitada, la inexactitud registral


se presenta en dos supuestos básicos:

 Cuando la inexactitud proviene de errores u omisiones cometidos en


algún asiento o partida registral (errores en los asientos regístrales)
cuya rectificación está prevista en el Título VI del RGRP. Es decir, se
trata de supuestos en los cuales no existe concordancia entre el asiento
de inscripción y el título causal que dio lugar a su extensión.
 Cuando la inexactitud provenga de causas distintas a errores u
omisiones en los asientos regístrales, en cuyo caso se requerirá, como
supuesto general aplicable, la presentación del título modificatorio que
permita concordar lo registrado con la realidad extrarregistral. Es decir,
se trata de supuestos en los cuales el pedido de rectificación tiene como
sustento causas o motivos distintos a la sola discordancia entre el
asiento de inscripción y el título causal que dio lugar a su extensión.

El error, que puede ser material o de concepto, es una especie de la


inexactitud que integra el catálogo de distintas causas de posibles
discordancias entre la realidad y el Registro, tal como lo establece el artículo
81 del RGRP.

4. El artículo 81 del RGRP detalla los errores materiales y de concepto en la


forma siguiente:

El error material se presenta en los siguientes supuestos:

 Si se han escrito una o más palabras, nombres propios o cifras distintas


a las que constan en el título archivado respectivo;
 Si se ha omitido la expresión de algún dato o circunstancia que debe
constar en el asiento;
 Si se ha extendido el asiento en partida o rubro diferente al que le
corresponde;
 Si se han numerado defectuosamente los asientos o partidas.

Los errores no comprendidos en los literales anteriores se reputarán como


de concepto.

5. La rectificación de ambas clases de error deberá efectuarse conforme lo


establecen los artículos 82 y 84 de dicho reglamento, que señalan:

a. La rectificación de los errores materiales se hará en mérito del respectivo


título archivado.
b. La rectificación de los errores de concepto se efectuará:
b.1) Cuando resulten claramente del título archivado: en mérito al mismo
título ya inscrito, pudiendo extenderse la rectificación a solicitud de parte o,
de oficio, en el supuesto previsto en el segundo párrafo del artículo 76 del
presente Reglamento;
b.2) Cuando no resulten claramente de título archivado: en virtud de nuevo
título modificatorio otorgado por todos los interesados o en mérito de
resolución judicial, si el error se ha producido por la redacción vaga,
ambigua o inexacta del título primitivo.

6. Mediante el título venido en grado de apelación se solicita la rectificación


del asiento c-2 de la ficha N° 27564 que continúa en la partida electrónica
N° 70067114 del Registro de Predios del Callao, para efectos de señalar
que el dominio fue adquirido por Maura Lucas Bardales de Alza en calidad
de bien propio con sus hijos Carlos Alberto Alza Bravo, Rosario Milagros
Alza Bravo y Eduardo Félix La Torre Bravo, y no en calidad de bien social
con su cónyuge José Amador Alza Uriol, como se publicita.

El registrador formuló tacha sustantiva señalando que la sola declaración de


los cónyuges en la cláusula adicional del contrato de compraventa del
9/8/1993 no acredita ni enerva la presunción de bien social, por lo que el
bien adquirido tiene la calidad de social, salvo prueba en contrario.
Lea también: Disposición unilateral de bienes sociales: ¿puede
declararse nula por una causal no invocada? [Casación 2289-2017,
Lima Sur]

7. Ahora bien, en el régimen de la sociedad de gananciales pueden haber


bienes propios de cada cónyuge y bienes de la sociedad conforme lo
establece el artículo 301 del Código Civil.

De conformidad con el artículo 302 del Código Civil, son bienes propios de
cada cónyuge:

1. Los que aporte al iniciarse el régimen de sociedad de gananciales.


2. Los que adquiera durante la vigencia de dicho régimen a título oneroso,
cuando la causa de adquisición ha precedido a aquélla.
3. Los que adquiera durante la vigencia del régimen a título gratuito.
4. La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños
personales o de enfermedades, deducidas las primas pagadas con bienes
de la sociedad.
5. Los derechos de autor e inventor.
6. Los libros, instrumentos y útiles para el ejercicio de la profesión o trabajo,
salvo que sean accesorios de una empresa que no tenga la calidad de bien
propio.
7. Las acciones y las participaciones de sociedades que se distribuyan
gratuitamente entre los socios por revaluación del patrimonio social, cuando
esas acciones o participaciones sean bien propio.
8. La renta vitalicia a título gratuito y la convenida a título oneroso cuando la
contraprestación constituye bien propio.
9. Los vestidos y objetos de uso personal, así como los diplomas,
condecoraciones, correspondencia y recuerdos de familia.

Con la finalidad de establecer la calidad de los bienes dentro del régimen de


sociedad de gananciales, en el artículo 311 del Código Civil se han
establecido ciertas reglas:
1. Todos los bienes se presumen sociales, salvo prueba en contrario.
2. Los bienes sustituidos o subrogados a otros se reputan de la misma
condición de los que sustituyeron o subrogaron.
3. Si vendidos algunos bienes, cuyo precio no consta haberse invertido, se
compran después otros equivalentes, se presume, mientras no se pruebe lo
contrario, que la adquisición posterior es hecha con el producto de la
enajenación anterior.

Como se aprecia, si bien en el numeral 1 del artículo 311 se ha establecido


que todos los bienes se presumen sociales, salvo prueba en contrario, no se
indica qué clase de pruebas deben actuarse para acreditar lo contrario.

8. Sobre el particular, esta instancia aprobó como precedente de


observancia obligatoria, en el II Pleno llevado a cabo los días 29 y 30 de
noviembre de 2002[2], lo siguiente:

Lea también: Presunción de bienes sociales es de orden público y no


puede ser enervada con una simple declaración judicial [Casación 361-
2016, Tacna]

ACREDITACIÓN DE LA CALIDAD DE BIEN PROPIO

Con la finalidad de enervar la presunción de bien social contenida en el


inciso i) del artículo 311 del Código Civil e inscribir un bien inmueble con la
calidad de bien propio, no es suficiente la declaración efectuada por el otro
cónyuge contenida en la escritura pública de compraventa.

Este criterio se apoya, entre otros, en lo siguiente[3]:

 Apoyado en lo sostenido por Plácido Vilcachagua[4] se ha señalado que


que la jurisprudencia ha acentuado el carácter de esta presunción a
favor de la sociabilidad al exigir de modo riguroso la prueba de que
determinados bienes son propios de los esposos, pues tratando de
salvaguardar el derecho de terceros, no admite que la propia declaración
(confesión) -aún por escritura pública- de un cónyuge de haber realizado
una adquisición con dinero del otro sea bastante para dar al bien
adquirido carácter no social, por no ser suficiente dicha confesión para
destruir la presunción.
 Este órgano colegiado ha expresado en reiterada y uniforme
jurisprudencia que si bien la manifestación del adquirente del inmueble,
acompañada del asentimiento del otro cónyuge constituye un acto de
reconocimiento de la calidad del inmueble como un bien propio, no es
menos cierto que dicha manifestación se efectúa desprovista de
pruebas, incumpliéndose por ende con los requisitos necesarios para
enervar los alcances de la presunción iuris tantum contenida en el
artículo 311 del Código Civil.

9. Cabe señalar que la aplicación de este precedente, no se debe excluir la


aplicación de las presunciones establecidas en los numerales 2 y 3 del
artículo 311 del Código Civil.

Así se ha pronunciado en forma reiterada esta instancia registral mediante


las Resoluciones N° 115-2005-SUNARP-TR-L y N° 530-2008-SUNARP-TR-
L, cuyas sumillas indican lo siguiente:

APLICACIÓN DE PRECEDENTE DE OBSERVANCIA OBLIGATORIA


La aplicación del precedente aprobado por el Tribunal Registral sobre
presunción de bien social, no debe excluir la aplicación de las presunciones
establecidas en los incisos 2 y 3 del artículo 311 del Código Civil. En tal
sentido, si la afirmación de uno de los cónyuges está provista de pruebas y
elementos suficientes que desvirtúen la presunción establecida en el inciso
1 del mencionado artículo, corresponde inscribir el bien en calidad de bien
propio.

La presunción establecida en el inciso 2 del artículo 311, en lo referente a


los bienes sustituidos o subrogados a otros se reputan de la misma
condición que los que se sustituyeron o subrogaron; esta presunción
permite que los bienes propios puedan ser sustituidos por otros
[cambiados], conservando estos el mismo carácter de propios. Un caso
típico de esta presunción lo encontramos en los bienes permutados.

En relación al último supuesto del artículo 311 del Código Civil, en la


Resolución N° 115-2005-SUNARP-TR-L, se ha señalado que no procede
inscribir como bien propio al amparo del artículo 311 inciso 3 del Código
Civil si no se ha acreditado la equivalencia entre el monto obtenido por la
venta de bien propio y el monto pagado por el bien que se adquiere,
prevaleciendo en estos casos la presunción establecida en el inciso 1 del
artículo 311 del mismo.

Al respecto, Quispe Salsavilca[5] señala que “la prueba no requerirá


actividad judicial para desvirtuar la presunción de socialidad, si inequívoca y
directamente la fe pública constatara la situación descrita en el artículo 302
o los incisos 2 y 3 del artículo 311. Tal es el caso por ejemplo de la escritura
pública de adquisición cuya fecha cierta es anterior a la celebración del
matrimonio (en cuya partida figura su celebración posterior) o el caso en el
cual, constando en instrumento público la transferencia y la cancelación del
precio por la venta de un inmueble, cercanamente se produjera la
adquisición a título oneroso de otro bien (aplicación del inciso 3 del artículo
311).”

Lea también: Divorcio provoca que bienes sociales pasen a ser


copropiedad de los excónyuges [Casación 870-2016, Lima Norte]

En definitiva para que opere la presunción contenida en el numeral 3 del


artículo 311 del Código Civil deben concurrir los siguientes requisitos i) que
se hayan vendido uno o más bienes propios de uno de los cónyuges, ii) que
no conste que el precio recibido por tal venta se haya invertido y, iii) que los
bienes comprados después sean equivalentes a los vendidos con
anterioridad, pero creemos que para que funcione esta presunción conforme
a dichos lineamientos, debería estar presente otro elemento: la
contemporaneidad entre la venta y adquisición del nuevo bien. En la
práctica puede acontecer que el bien vendido, que tenía la calidad de
propio, se haya adjudicado por una determinada suma, y el nuevo bien
adquirido exceda la suma recibida por la venta del primer bien. En ese caso,
debería ser considerarlo mixto, reputándose la diferencia del precio del
segundo bien comprado con respecto a la venta del primero, como social.

10. Ahora bien, revisado el título archivado N° 2857 del 23/11/1993 que dio
mérito a la extensión del asiento c-2 de la ficha N° 27564 que continúa en la
partida electrónica N° 70067114 del Registro de Predios del Callao, materia
de rectificación, apreciamos que en la escritura pública de compraventa del
27/8/1993 extendida por notario de Lima Ramón Espinosa Garreta, consta
la intervención, entre otros, de Maura Lucas Bravo Bardales de Alza y de su
esposo José Amador Alza Uriol, dejándose constancia respecto de este
último que: “procede en nombre y representación de su hija Rosario
Milagros Alza Bravo, quien ejerce la patria potestad por ser menor de edad”.

En la cláusula tercera de dicho instrumento, se pactó el precio de venta por


un total de US$ 23,000.00 dólares americanos, a cancelarse en dos partes:
US$ 11,500.00 dólares americanos mediante cheque de gerencia a
entregarse al momento de suscribir el presente y US$ 11,500.00 dólares
americanos restantes al firmarse la escritura pública.

Asimismo, mediante cláusula adicional se ha dejado constancia de lo


siguiente:

Cláusula adicional al contrato de compra venta de 09-08-93 Interviene en el


presente contrato el señor José Amador Alza Uriol solo para efectos de la
representación de la menor Rosa Milagros Alza Bravo, ya que su esposa
señora Maura Lucas Bravo adquiere los derechos y acciones respecto del
inmueble materia de la compra venta con dinero de la venta del inmueble
sito en calle Noruega número dos mil quinientos diecinueve -urbanización
Trinidad- Lima, el mismo que recibió como donataria y que por tanto no
forma parte de la sociedad conyugal por consiguiente: el referido señor
Amador Alza Uriol declara no tener ningún derecho sobre el inmueble que
en virtud al presente contrato se adquiere, haciendo presente también que
Rosario Milagros Alza Bravo adquiere sus derechos en este inmueble con
dinero que le correspondió como donataria del inmueble de la calle Noruega
número 2519 urbanización Trinidad Lima (…)

En la conclusión del instrumento público, se hizo constar la declaración del


vendedor en el siguiente sentido:

En este acto el vendedor, recibe de los compradores, el precio total de la


venta en la siguiente forma: US$ 11,500 en efectivo y billetes circulantes y
US$ 11,500 entregados anteriormente a la firma de la minuta dan el precio
total de la venta por la cantidad de US$ 23,000, quedando así íntegramente
cancelado.

Lea también: Reconocimiento de unión de hecho debe tener calidad de


cosa juzgada para anular venta unilateral de bienes sociales [Casación
1717-2014, San Martín]

Seguidamente, el notario hizo constar que el proceso de firmas del


instrumento público concluyó el 7/9/1193, figurando entre los suscribientes
José Amador Alza Uriol.

Del tenor de lo expuesto, consta la intervención de los cónyuges Maura


Lucas Bravo Bardales de Alza y José Amador Alza Uriol, sin embargo
respecto de este último se precisa que procede solo para efectos de
representar a su menor hija.

Tal declaración es reiterada en la cláusula adicional, en la que a su vez se


indica que la cuota ideal del predio adquirido por Maura Lucas Bravo
Bardales de Alza ha sido cancelado producto de la venta del bien donado a
su favor, ubicado en calle Noruega N° 2519, urbanización Trinidad, Lima, y
que por tanto no constituye un bien social que corresponda a José Amador
Alza Uriol. Adicionalmente, consta la declaración del vendedor en el sentido
de haber recibido el pago del precio de venta con anterioridad a la
formalización de la venta.
11. De otro lado, se aprecia que el predio mencionado en la escritura
pública ubicado con frente a la calle Noruega N° 2519 del distrito de
Cercado, provincia y departamento de Lima, corre registrado a fojas 379
tomo 1667 que continúa en la partida electrónica N° 46914023 del Registro
de Predios de Lima[6].

En el asiento 5 de fojas 380 tomo 1667 se inscribió la donación de! predio


otorgada por Nicolás Félix Bravo Bardales en favor de Maura Lucas Bravo
Bardales casada con José Amador Alza Uriol, Carlos Alberto Alza Bravo,
Rosario Milagros Alza Bravo y Eduardo Félix La Torre Bravo, según
escritura pública del 14/12/1981 extendida ante notario Virgilio Alzamora
Valdez.

Seguidamente, en el asiento 7 de fojas 381 tomo 1667 corre registrada la


compraventa otorgada por los propietarios (Maura Lucas Bravo Bardales)
señalados en favor del Instituto de Hermanos Josefinas de la Santísima
Trinidad, por el precio de US$ 26,000.00 dólares americanos, según
escritura pública del 22/11/1993 extendida ante notario Ramón Espinosa
Garreta.

En el título archivado N° 44996 del 13/4/1994 que diera mérito a la


inscripción del acotado asiento 7, apreciamos que en la cláusula segunda
de la escritura pública del 22/11/1993, se señaló que el precio de venta de
US$ 26,000.00 dólares americanos serían cancelados en dos partes: US$
13,000.00 dólares americanos al momento de firmarse el presente mediante
cheque de gerencia y US$ 13,000.00 dólares americanos restantes al
firmarse la escritura pública.

Asimismo, consta la certificación del notario realizada con fecha 27/8/1993,


señalando lo siguiente:

Certifico.
Que en este acto y en mi presencia la compradora Instituto de Hermanos
Josefinas de la Santísima Trinidad, por intermedio de su representante
legal, entrega a los vendedores, quienes declaran recibir a entera
satisfacción la suma de US$ 11,500.00 (once mil quinientos dólares
americanos) pagados a cuenta del precio que se paga en dinero efectivo,
billetes circulantes, con cuyo pago se reduce a la suma de US$ 1,500.00 el
precio del inmueble materia de esta compra venta, (…)

En atención a las consideraciones expuestas, podemos colegir que el predio


inscrito en la partida N° 46914023 fue un bien propio de Maura Lucas Bravo
Bardales, y que producto de su venta otorgada por escritura pública del
22/11/1993, recibió el monto de US$ 26,000.00 dólares americanos, y
considerando lo declarado en la cláusula segunda y la certificación notarial
del 27/8/1993, a dicha fecha se canceló el monto de US$ 24,500.00 dólares
americanos.

Conforme se ha señalado precedentemente, en el asiento c-2 de la ficha N°


27564 que continúa en la partida electrónica N° 70067114 del Registro de
Predios del Callao, materia de rectificación, se registró la venta otorgada por
escritura pública de compraventa del 27/8/1993, por el monto de US$
23,000.00 dólares americanos.

Lea también: Bienes de la sociedad conyugal pueden ser objeto de


medidas cautelares para asegurar acreencias personales

12. De lo señalado en los puntos anteriores, se puede advertir que se han


cumplido los requisitos señalados en el último párrafo del numeral 10 del
presente análisis, para que opere la presunción contenida en el numeral 3
del artículo 311 del Código Civil, pues:

 Se ha acreditado la transferencia de un bien propio de Maura Lucas


Bravo Bardales.
 No consta en los antecedentes registrales que el precio recibido por tal
venta se haya invertido en otra actividad.
 El precio obtenido por la venta del bien propio (US$ 26,000.00) es mayor
al de compra del predio submateria (US$ 23,000.00), por lo que si bien
no son equivalentes, existe concordancia entre ellos, que nos lleva a
establecer que el primero fue empleado para el pago del segundo.
 Existe cierto margen de contemporaneidad entre la venta y adquisición
del nuevo bien.
 En la cláusula adicional de la escritura pública del 27/8/1993 se dejó
expresa constancia que se trata de un bien propio de Maura Lucas
Bravo Bardales, lo cual fue ratificado con la intervención de su cónyuge
José Amador Alza Uriol.

En tal sentido, se puede apreciar que existen suficientes datos que permiten
establecer que el inmueble inscrito en partida electrónica N° 70067114 del
Registro de Predios del Callao fue adquirido con el dinero obtenido por la
venta del bien propio de Maura Lucas Bravo Bardales, siendo que en el
instrumento de adquisición también se dejó expresa constancia de ello con
la conformidad de su cónyuge José Amador Alza Erial, por lo que
corresponde dar mérito a la rectificación de calidad de bien rogada.

Motivo por el cual, corresponde revocar la tacha sustantiva formulada.

Con la intervención de la vocal (s) Gladys Isabel Oré Guerra autorizada por
Resolución N° 006-2019-SUNARP-TR-PT del 4/1/2019.

Estando a lo acordado por unanimidad;

VII. RESOLUCIÓN

REVOCAR la tacha sustantiva formulada por el registrador público del


Registro de Predios de Callao al título referido en el encabezamiento,
y disponer la rectificación de asiento registral, en atención a los
fundamentos expuestos en el análisis de la presente resolución.

Regístrese y comuníquese
ROSARIO DEL CARMEN GUERRA MACEDO
MIRTHA RIVERA BEDREGAL
GLADYS ISABEL ORÉ GUARDIA

[1] VII. Principio de legitimación.- Los asientos registrales se presumen


exactos y válidos. Producen todos sus efectos y legitiman al titular Registral
para actuar conforme a ellos, mientras no se rectifiquen en los términos
establecidos en este Reglamento o se declare judicialmente su invalidez.

[2] Publicado en el diario oficial El Peruano el 22/1/2003.

[3] Recogido de la Resolución N° 446-2012-SUNARP-TR-T del 1/6/2012.

[4] PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Temas de Derecho. Colegio de


Abogados de Lima. Lima Perú, 1997. Págs. 164 -165.

[5] QUISPE SALSAVILCA, David. Código Civil Comentado. Tomo II. Gaceta
Jurídica. Junio 2003. Pág. 354-355.

[6] La partida en mención se encuentra cerrada por haberse acumulado con


predio de fojas 387 tomo 1667.

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