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«La inerrancia de las Escrituras es la doctrina que afirma que la Biblia es completamente
verdadera en todas sus enseñanzas». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.247)
«En un sentido real, la inerrancia es parte de un tema más amplio, que es la infalibilidad.
Aunque en el pasado a menudo se utilizaron como sinónimos, en los últimos años se ha
utilizado como una alternativa, queriendo expresar en algunos casos que la Biblia no era
necesariamente precisa en todas sus referencias, pero que cumplía con su propósito divino».
(Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.247)
«El término inerrancia significa cosas diferentes para diferentes personas, que pugnan por
saber qué posición merece ser llamada de esa manera». (Millard J. Erickson – Teología
Sistemática; pag.248)
LA INERRANCIA ABSOLUTA:
«La inerrancia absoluta mantiene que la Biblia, que incluye un tratamiento detallado de
temas científicos e históricos, es totalmente cierta. Da la impresión de que los escritores
bíblicos intentaban ofrecer una cantidad considerable de datos científicos e históricos
exactos. Por lo tanto se pueden y se deben explicar las discrepancias aparentes». (Millard J.
Erickson – Teología Sistemática; pag.248)
INERRANCIA PLENA:
«La forma de entender las referencias científicas e históricas, sin embargo, es bastante
distinta. La inerrancia plena considera estas referencias como fenomenológicas; esto es, se
cuentan como aparecen ante el ojo humano. No son necesariamente exactas; más bien, son
descripciones populares, que a menudo implican referencias generales o aproximaciones».
(Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.248)
LA INERRANCIA LIMITADA:
«Las referencias científicas e históricas de la Biblia reflejan la comprensión que se tenía en
el momento en que se escribió. Los escritores de la Biblia estaban sujetos a las limitaciones
de su tiempo. La revelación y la inspiración no colocan a los escritores por encima del
conocimiento ordinario… Para los propósitos para los que se ofreció, la Biblia es
completamente verdadera e inerrante». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática;
pag.248-249)
LA INERRANCIA DE PROPÓSITO:
«La inerrancia de propósito mantiene que la Biblia cumple de forma inerrante con su
propósito. El propósito de la revelación bíblica es llevar a la gente hacia una comunión
personal con Cristo, no comunicar verdades. Cumple este propósito con eficacia. Sin
embargo, es inadecuado relacionar inerrancia con precisión de datos. Por lo tanto inerrancia
a nivel de datos es un concepto inadecuado». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática;
pag.249)
«Si nos viéramos obligados a ello, dice Carnell, podríamos adoptar la posición de que la
inspiración garantiza sólo la reproducción exacta de las fuentes de las Escrituras que el
escritor empleó, no su corrección. Por lo tanto, si la fuente contenía un error, el escritor de
las Escrituras recogió ese error tal y como estaba en la fuente. Incluso Harrison sugería que
esta posición podría ser a veces oportuna, y James Orr muchos años antes propuso que las
lagunas informativas de las fuentes, no tuvieron que ser necesariamente completadas por el
Espíritu Santo». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.257)
DEFINICIÓN DE INERRANCIA:
«Podemos establecer ahora lo que entendemos nosotros por inerrancia: la Biblia, cuando se
interpreta correctamente a la luz del nivel cultural y de comunicación que había en los
tiempos en los que se escribió, y según los propósitos para los que fue dada, es
completamente cierta en todo lo que afirma. Esta afirmación refleja la posición que se
denominó en principio inerrancia plena». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática;
pag.259)
«La Biblia recoge declaraciones falsas hechas por gente profana. La presencia de este tipo
de declaraciones en las Escrituras no significa que estas sean verdaderas; solo garantiza que
han sido contadas de forma correcta». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática;
pag.259)
«Debemos juzgar la verdad de las Escrituras por su sentido dentro del panorama cultural en
el que se expresaron sus declaraciones. No deberíamos emplear criterios anacrónicos para
intentar entender lo que se dijo». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.260)
«Por ejemplo, no deberíamos esperar que los criterios de exactitud en las citas a los que
nuestra edad de prensa escrita y distribución masiva nos tiene acostumbrados estuvieran
presentes en el siglo primero. También deberíamos reconocer que los números
antiguamente tenían con frecuencia un sentido simbólico, mucho mayor que el que tienen
en nuestra cultura actual. Los nombres que los padres elegían para sus hijos también tenían
un significado especial; cosa que no suele pasar hoy en día». (Millard J. Erickson –
Teología Sistemática; pag.260-261)
«También existe una amplia diversidad entre nuestra cultura y la de los tiempos bíblicos.
Cuando hablamos de inerrancia, queremos decir que lo que la Biblia afirma es
completamente cierto según la cultura de aquel tiempo». (Millard J. Erickson – Teología
Sistemática; pag.261)
«Las afirmaciones de la Biblia son completamente ciertas cuando se juzgan según los
propósitos para las que fueron escritas». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática;
pag.261)
«Supongamos un caso hipotético en que la Biblia hable de una batalla con 9.476 hombres.
¿Cuál sería aquí un informe correcto (o infalible)? ¿10.000 sería correcto? ¿9.000? ¿9.500?
¿9.480? ¿9.475? ¿O sólo sería correcto hablar de 9.476? La respuesta es que depende de la
intención que tenga el escrito. Si se trata de un informe militar oficial que un militar tiene
que dar a un superior, el número tiene que ser exacto. Esta es la única manera de saber si ha
habido algún desertor. Por otra parte, si se trata de ofrecer solamente una idea del tamaño
de la batalla, un número redondo como 10.000 sería adecuado, y en este contexto,
correcto». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.261)
«En algunos casos un cambio en las palabras era necesario para comunicar lo mismo a
personas distintas. Por eso Lucas dice “Gloria en las alturas” donde Mateo y Marcos dicen
“Hosanna en las alturas;” los gentiles que leían a Lucas entendían mejor lo primero que lo
segundo». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.262)
«De igual manera, los relatos bíblicos no intentan ser científicamente exactos; no intentan
teorizar sobre qué sucedió exactamente cuando los muros de Jericó cayeron o cuando las
aguas del río Jordán se detuvieron, o si el hacha flotó. El escritor simplemente contaba lo
que se veía, tal como parecía ante los ojos». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática;
pag.263)
«Debemos, pues, continuar trabajando en la tarea de resolver cualquier tensión que haya en
nuestra forma de entender la Biblia. Esto implicará consultar los mejores materiales
lingüísticos y arqueológicos. La arqueología en particular ha confirmado la veracidad de la
sustancia de las Escrituras. En general, hay menos dificultades ahora para creer en la
inerrancia de datos de la Biblia que hace cien años». (Millard J. Erickson – Teología
Sistemática; pag.263)
«Más bien nuestra doctrina de la inerrancia mantiene simplemente que cualquier afirmación
que se hace en la Biblia es totalmente cierta cuando se interpreta correctamente según el
significado que tenía en la cultura en la que se hizo y según el propósito para el cual fue
escrita». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.263)
«Debemos explicar claramente qué queremos decir cuando utilizamos el término para que
no haya malos entendidos». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.264)
«Debemos definir también lo que queremos decir con error. Si no se hace esto, si no
tenemos unos límites fijos que separen claramente las declaraciones verdaderas de las
proposiciones falsas, el significado de la inerrancia se perderá». (Millard J. Erickson –
Teología Sistemática; pag.264)
«La doctrina de la inerrancia en el sentido estricto de la palabra solo puede aplicarse a los
originales, pero en un sentido derivativo también a las copias y a las traducciones, esto es,
en la medida en que estén reflejando el original». (Millard J. Erickson – Teología
Sistemática; pag.264)
«No obstante, debemos reafirmar que las copias y las traducciones son también Palabra de
Dios, en la medida en que conserven el mensaje original». (Millard J. Erickson – Teología
Sistemática; pag.265)
«Así fue posible que Pablo escribiese a Timoteo que todas las Escrituras estaban inspiradas,
aunque, sin duda, las Escrituras a las que se refería eran una copia y probablemente también
una traducción (la Septuaginta)». (Millard J. Erickson – Teología Sistemática; pag.265)
«En un mundo en el que hay tantos conceptos erróneos y tantas opiniones, la Biblia es una
fuente de dirección segura. Porque cuando se interpreta correctamente, se puede confiar
plenamente en lo que enseña. Es una autoridad segura, veraz y fiable». (Millard J. Erickson
– Teología Sistemática; pag.265)