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Gaceta Laboral

ISSN: 1315-8597
luisediaz@intercable.net.ve
Universidad del Zulia
Venezuela

Lindón, Alicia
La precariedad laboral como experiencia a través de la narrativa de vida
Gaceta Laboral, vol. 9, núm. 3, septiembre-diciembre, 2003, pp. 333-352
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=33609302

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______________________________________ Revista Gaceta Laboral, Vol. 9, No. 3. 2003

La precariedad laboral como experiencia


a través de la narrativa de vida
Alicia Lindón
Profesora-Investigadora Titular de Tiem-
po Completo del Departamento de Sociolo-
gía de la Universidad Autónoma Metropo-
litana, campus Iztapalapa, México. Miem-
bro del Sistema Nacional de Investigado-
res. E-mail: alindon@attglobal.net

Resumen

Se explora la experiencia de la pre- trayectoria de vida, donde la narrati-


cariedad laboral desde el punto de vis- va de la entrevista descubre figuras
ta de quien trabaja, considerándose matriciales que atraviesan el discur-
así una visión que recrea el ámbito so de una mujer habitante del Valle de
subjetivo e intersubjetivo del trabajo, Chalco (México), hasta construir su
descubriendo su significado cotidiano, propia identidad reivindicativa.
sus diferentes dinámicas y su extensa
Palabras clave: Trabajo precario, trabajo informal, precariedad laboral, traba-
jador cuenta propia, sociología del trabajo.

Labor Instability as an Experience


Through Life Narratives
Abstract
Labor instability experiences are projections, where the narrative in an
explored from the point of view of interview unmasks matrix figures
workers, in order to discover a vision that are immersed in the discourse of
that recreates the subjective and a woman inhabitant of Valle de
inter-subjective work environment, Chalco (Mexico), and constructs her
discovering its daily significance, own revindictive identity.
diverse dynamics, and life path

Key words: Precarious work, informal labor, labor instability, self-employed


worker, work sociology.
Recibido: 22-10-02 . Aceptado: 16-09-03

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Precariedad laboral / Alicia Lindón _______________________________________________

Introducción tegias de sobrevivencia y mundo do-


1 méstico y trabajo -extensas en Améri-
En diversas ocasiones y contextos
ca Latina2 - son la excepción, ya que se
se ha señalado que es necesario revi-
han basado en la integración del tra-
sar el concepto de trabajo a la luz de
bajo y la familia, no obstante debería-
las transformaciones aceleradas de
mos tomarlas como el punto de partida
las sociedades actuales y la reestruc-
y no de llegada.
turación de los procesos de trabajo, in-
Otro de estos planos de renovación
cluso en América Latina donde los es-
del concepto de trabajo resulta de to-
tudios de trabajo son jóvenes.
mar el punto de vista de quien traba-
Dicha revisión es una tarea compleja
ja, antes que hacerlo exclusivamente
por varias razones. Por un lado, más
desde la perspectiva de los procesos
que sustituir las aproximaciones exis-
de trabajo y los procesos productivos.
tentes lo deseable sería buscar la com-
Si se considera que la vida del traba-
plementariedad de puntos de vista so-
jador es una totalidad que incluye
bre un objeto en sí mismo complejo y
muy diversas dimensiones, entonces
multidimensional, en otros términos
tomar el punto de vista del sujeto que
hallar diferentes lugares de observa-
trabaja también contribuiría a esa vi-
ción del fenómeno trabajo. Por otro lado,
sión más holística y renovada (De la
la complejidad y dificultad de esta tarea
Garza, 1999).
se relaciona con que esa revisión se tie-
La inclusión del punto de vista del
ne que dar en varios planos.
sujeto que trabaja también permite
Uno de estos planos es la integra-
incorporar el ámbito de la subjetivi-
ción del trabajo, como objeto de análi-
dad colectiva o la intersubjetividad
sis, con otros aspectos de la vida social.
que se juega en torno al trabajo. Así,
De manera tal que se tienda a visiones
otro de los desafíos es constituir en ob-
más holísticas, antes que seguir ais-
jeto de investigación para los estudios
lándolo y estudiarlo exclusivamente
del trabajo cuestiones como los signi-
de manera especializada. Por ejemplo,
ficados que los sujetos le dan al traba-
mucho se ha dicho acerca de la relación
jo que realizan, los imaginarios y fan-
entre el trabajo y la familia; sin embar-
tasías tejidos sobre el mismo, el senti-
go, en las investigaciones empíricas so-
do de las tradiciones familiares en tor-
bre trabajo lo usual es separar el tra-
no a una actividad laboral o el sentido
bajo para realizar análisis más especí-
de trabajar en algo que no es parte de
ficos. Las investigaciones sobre estra-

1 Por ejemplo, esto fue un tema reiterado en la “Comisión sobre trabajo” del XXIII
Congreso de ALAS, realizado en noviembre de 2001 en Antigua, Guatemala.
2 Para este tema, muy conocido, nos remitimos a la revisión y replanteamiento que re-
cientemente ha realizado Mercedes González de la Rocha (2001), donde además
aparece una extensa bibliografía de trabajos actuales y también los clásicos del
tema.

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una tradición familiar, por poner algu- manera más integral por la experien-
nos ejemplos. Otra forma de construir cia de la precariedad: ¿Qué significa
nuevos lugares de observación del tra- para el sujeto en esa totalidad que es
bajo es incorporando la espacialidad su vida, haber vivido o estar viviendo
del trabajo. En este documento no in- experiencias de precariedad laboral?
cluimos esa dimensión, aunque la he- En este caso, el sujeto considerado son
mos abordado en otras ocasiones (Lin- mujeres habitantes de la periferia po-
dón, 2002a). bre y reciente del oriente de la ciudad
En este artículo, que forma parte de de México, más específicamente de la
una investigación más extensa3, in- zona conocida como Valle de Chalco5.
tentamos asumir los desafíos plantea- Con el encuadre anterior, el objeti-
dos más arriba para abordar un tipo vo de nuestro análisis es comprender
de fenómeno laboral que es parte de lo la experiencia de la precariedad labo-
que usualmente se denomina “preca- ral dentro del conjunto de la vida co-
riedad laboral”. Nuestro acercamien- tidiana de estas mujeres, consideran-
to al trabajo precario se hace en térmi- do la relación entre dicha experiencia
nos de la “experiencia de la precarie- y los procesos de construcción y re-
dad laboral”. Dicho de otra forma, se construcción de su identidad. A su
busca el punto de vista del sujeto que vez, nos proponemos ubicar lo ante-
vive esta experiencia. Esto significa rior a la luz de contextos de sentido
que, antes que extraer las variables más extensos.
clásicas4 , nos interrogamos de una

3 Esa investigación más extensa que venimos realizando desde hace más de 10 años,
no se focaliza en el trabajo, sino en la “vida cotidiana, modos de vida periféricos y te-
rritorialidad en Valle de Chalco”. El tema del trabajo, igual que el de la familia, son
parte intrínseca de la vida cotidiana. No obstante, a lo largo de todo este tiempo he-
mos ido priorizando diferentes dimensiones analíticas.
4 Cabe recordar que el procedimiento metodológico de la construcción de variables
parte de la lógica del aislamiento de aspectos del fenómeno en cuestión.
5 De manera muy escueta recordamos que Valle de Chalco constituye un territorio de
unos 40 kilómetros cuadrados que empezó a fraccionarse ilegalmente en la segunda
mitad de los setenta y en solo dos décadas (ochenta-noventa) ha albergado a medio
millón de habitantes en lo que fueron tierras rurales, siendo casi todos ellos auto-
constructores excluidos de los mecanismos formales de acceso a la vivienda. Sin
duda, la magnitud del fenómeno junto con la velocidad del proceso de expansión ur-
banas, fueron decisivos para su rápida incorporación al discurso coloquial sobre la
ciudad. Sus habitantes son sujetos con trayectorias biográficas de alta movilidad te-
rritorial. Algunos de ellos han iniciado el desplazamiento de la residencia en áreas
rurales, continuándolo en la ciudad de México. Otros, hijos de migrantes de origen
rural pero ellos mismos originarios de la ciudad, se han desplazado reiteradamente
dentro de la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. Para más información
sobre el contexto local: Hiernaux, Lindón y Noyola, 2000.

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Precariedad laboral / Alicia Lindón _______________________________________________

1. La precariedad laboral pia -aunque no exclusivamente- que,


como “experiencia” entre otras cosas, suponen un compo-
nente de fragilidad, vulnerabilidad y
La precariedad laboral muy fre-
aleatoriedad para el sujeto que traba-
cuentemente va acompañada de pre-
ja. Sin embargo, desde la perspectiva
cariedad familiar, de vivienda y en el
de la experiencia, de la forma de vivir-
“habitar”6. No necesariamente siem-
la, la multiplicidad de situaciones la-
pre se da esta conjunción. Por ejemplo,
borales que lleva consigo la precarie-
entre ciertos sectores de jóvenes puede
dad es tan relevante como la fragili-
ocurrir que la precariedad laboral no
dad contractual, porque le implican al
esté acompañada de precariedad en
trabajador la necesidad de estar rein-
otros ámbitos, aunque si lo suele estar
sertándose constantemente en situa-
entre los jóvenes de los sectores socia-
ciones de trabajo distintas (Rou-
les excluidos. En el tipo de contexto te-
lleau-Berger, 1999). Esas situaciones
rrritorial que estudiamos, la periferia
laborales difieren unas de otras tanto
metropolitana pobre del oriente de la
en lo que respecta a la actividad en sí
ciudad de México, lo más frecuente es
misma, como a las condiciones en las
que la precariedad atraviese casi todas
que se desarrolla, las personas con las
las esferas de la vida. Por esto, conside-
que interactúa, las reglas y códigos in-
ramos necesario entender la precarie-
volucrados, los espacios y tiempos en
dad laboral como una experiencia que
los cuales se practica.
forma parte de la vida cotidiana del su-
Al abordar la precariedad como ex-
jeto, es decir del conjunto de prácticas
periencia, como forma de vivirla, re-
que desarrolla día tras día y de los es-
sulta iluminador distinguir analítica-
quemas de sentido con los cuales en-
mente las dimensiones instrumenta-
tiende ese mundo cotidiano.
les asociadas al trabajo y las dimen-
En esencia la precariedad laboral se
siones socio-simbólicas (Roulleau-
relaciona con el tipo de inserción labo-
Berger, 1999)7. Ambas dimensiones
ral, con las inserciones por cuenta pro-

6 Nos referimos al “habitar” en el sentido heideggeriano del vínculo del sujeto con el
territorio, como una relación que resulta constitutiva de la persona y es una condi-
ción esencial de todo ser humano: La de estar siempre vinculado a un territorio. Este
es uno de los ejes de nuestra investigación más extensa que antes mencionamos, y de
la cual forma parte este documento. Lindón, 2003a y 2003b; Lindón, 2002-b.
7 Laurence Roulleau-Berger (1999), en su investigación sobre precariedad en jóvenes,
construye dos modelos analíticos muy sugerentes: Uno en el que encuentra que el
predominio de la dimensión socio-simbólica (sobre la instrumental), unido a la gran
variedad de experiencias de precariedad laboral y a una alta autoestima, genera
una relación distorsionada (lastimada o herida) con el trabajo. Mientras que la baja
autoestima, la poca variación en las experiencias de precariedad laboral y el predo-
minio de lo instrumental sobre lo simbólico, genera una relación fragmentada con el
trabajo.

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remiten a la subjetividad social, al durante mucho tiempo. De igual for-


sentido del trabajo para la persona. ma, actualmente la precariedad labo-
La dimensión instrumental del traba- ral y la forma de vivirla también están
jo se expresa sobre todo cuando el su- incidiendo en la construcción de las
jeto se refiere a lo que le representa el identidades de quienes así trabajan.
trabajo en términos económicos. La La relación entre la “experiencia de
dimensión socio-simbólica del trabajo la precariedad” y la “identidad” está
surge cuando los sujetos conciben al relacionada con cuestiones como la
trabajo como una forma de superación necesidad de los sujetos de estar nego-
personal, de independencia, de com- ciando su identidad constantemente
promiso social, de desarrollo de la en cada una de esas diversas situacio-
creatividad, de socialización o de mu- nes de trabajo, así como con la necesi-
chas otras formas que van más allá de dad de incorporar la inseguridad y el
la remuneración económica, la activi- riesgo que derivan de la precariedad,
dad realizada o el horario de trabajo. como una constante de vida.
Así considerada la precariedad, Por ello es frecuente que las trayec-
como experiencia, es posible pregun- torias de vida atravesadas por la per-
tarnos “cómo la vive el sujeto”. Segu- manencia en la precariedad laboral,
ramente no hay una única respuesta, suelen estar acompañadas de crisis de
las formas de vivirla pueden ser diver- identidad (Roulleau-Berger, 1999).
sas dependiendo del conjunto de la Precisamente, esto se asocia con que
vida del sujeto y del mundo social en el cada experiencia laboral le implica al
cual está inserto. Sin embargo, nos in- sujeto un reposicionamiento frente a
teresa destacar algunas de ellas (Rou- los otros y en consecuencia, una re-
lleau-Berger, 1999): construcción de su “sí mismo” (ídem).
• La resistencia, que suele llevar Si casi siempre las experiencias de
al sujeto a intentar superar las precariedad laboral repercuten en la
condiciones adversas, identidad, este proceso se torna aún
• La adaptación, que general- más complejo cuando consideramos la
mente conduce al conformismo condición de género. Tanto en los
y a conductas pasivas, hombres como en las mujeres tiene
• El sufrimiento, que frecuente- implicaciones identificatorias, aun-
mente arrastra al sujeto a la que suelen ser distintas. Solamente, a
degradación, el fracaso y la des- título de ejemplo muy general se pue-
valorización de sí mismo. de recordar que en el caso de los hom-
La experiencia de la precariedad bres, la precariedad suele afectar la
laboral -con la multiplicidad de situa- identidad porque esa situación labo-
ciones y la fragilidad que lleva consi- ral entra en contradicción con el rol
go- necesariamente tiene implicacio- masculino de proveedor, de larga legi-
nes en la identidad del trabajador. El timación social. En el caso de las mu-
trabajo industrial, asalariado, crono- jeres, la precariedad laboral suele ser
metrado, ha contribuido a la construc- un componente más que se suma a
ción de la identidad obrera y de clase muchos otros que deterioran la au-

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toestima, el concepto de sí misma. No toma la presencia del otro, en este


obstante, éstos solo son comporta- caso, nosotros como investigadores.
mientos esperables en función de los A lo largo del análisis, ofrecemos
roles extensamente instituidos, pero algunos fragmentos del relato que re-
el desafío está en analizarlos en situa- sultan iluminadores para cada tema
ciones concretas. considerado, no obstante el análisis
Las formas de vivir la precariedad de la narrativa no se limita a estos
laboral serán una componente impor- fragmentos, hay interpretaciones que
tante en el proceso de reconstrucción resultan de una lectura global del re-
de la identidad que está en juego. Por lato y que aparecen como claves gene-
último, será importante tener en rales de interpretación o figuras ma-
cuenta que estas formas de vivir la triciales que atraviesan el discurso.
precariedad laboral, así como la con- Entendemos como “clave general de
comitante reconstrucción de la identi- interpretación”8 de la narración, a ve-
dades se dan dentro de un particular ces también denominada causalidad,
mundo de sentido, un ethos particu- a la forma de inteligibilidad general
lar, una forma de ver el mundo. de las experiencias relatadas. Es la
forma de construir explicaciones y
2. Una forma de aproximación
justificaciones sobre el curso de la
a la experiencia de la
propia biografía, por eso también se
precariedad laboral
puede definir como el “desde dónde
Nuestra aproximación a la realidad justifico”9 . En cambio, la figura matri-
-que en esta ocasión denominamos cial del relato 10, se refiere a las ideas
precariedad laboral y de vida- es a tra- fuertes que el narrador presenta como
vés de relatos de vida totalmente rectoras de su propia vida, ideas que
abiertos en donde los entrevistados se- han orientado al sujeto11.
leccionan libremente las experiencias En esta ocasión seleccionamos la
vividas que integran en su narrativa. narrativa de vida de una mujer habi-
A pesar del carácter no directivo de la tante de Valle de Chalco, nuestra área
situación de entrevista que genera- de estudio. No la consideramos desde
mos, consideramos que la narrativa es lo único que posee como cualquier dis-
co-producida por el peso simbólico que curso, sino desde su singularidad so-

8 Expresión tomada de Lalive d’Epinay.


9 Esto se relaciona con lo que Schutz llamó los “motivos porque”, que están anclados
en el pasado. Son ejemplos de ello: “el destino”, “la condición de clase”, “la condición
de género”.
10 Expresión tomada de Chanfrault-Duchet, 1995.
11 Esto se refiere a lo que Schutz llamó los “motivos para que”, que están anclados en el
futuro. Son ejemplos, “la búsqueda de la diferencia”, “el progreso”.

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cial en términos de experiencias de 3. Precariedad laboral, identidad


precariedad laboral. Entendemos la y ethos en una narrativa
singularidad como el cruce entre lo femenina
particular de una biografía y lo social,
La narrativa analizada correspon-
es decir, la forma que toma lo social
de a una mujer de 42 años, es la cuarta
cuando es apropiado por un individuo
de 7 hermanos (seis mujeres y un
(Chanfrault-Duchet, 1988; Catani-
hombre), que tiene 23 años viviendo
Mazé, 1982). En otras palabras, el tex-
en Valle de Chalco y llegó a la zona
to (producido por el individuo) no es
-con sus padres y hermanas- cuando
más que un pretexto para entrever un
tenía 19 años. Esto implica que la na-
contexto social de sentido, que emerge
rradora llegó al lugar a inicios de los
en esta narrativa pero que puede es-
años ochenta, cuando la ocupación
tar presente en muchas otras.
aun era débil ya que Valle de Chalco
El análisis de esta narrativa toma
empezó a fraccionarse y ocuparse en
como punto de partida la identifica-
la segunda mitad de los setenta. Esta
ción de las situaciones de precarie-
mujer actualmente vive en una casa
dad laboral, luego se indaga con qué
independiente de la de su familia de
otros ámbitos de la vida cotidiana se
origen, con sus dos hijas y su esposo.
conectan dichas situaciones labora-
En esta narrativa revisamos cinco
les, para preguntarnos seguidamen-
ámbitos sobre los cuales, para nuestra
te por el sentido que adquieren estas
concepción, se despliega la precarie-
situaciones para la narradora y
dad laboral como experiencia. Recor-
cómo se construye a sí misma en es-
damos que estos ámbitos son: las si-
tos contextos. De esta forma, esta-
tuaciones de precariedad laboral, el
mos integrando la identidad en el
entrelazamiento entre los ámbitos de
análisis. Finalmente se intenta con-
la cotidianidad a través de lo precario,
textualizar todo lo anterior en un
el significado de la precariedad labo-
ethos o ámbito de sentido más am-
ral, la identidad y el ethos dentro del
plio. Como se puede apreciar, se tra-
cual se produce lo anterior.
ta de un procedimiento metodológico
que opera de manera inversa a lo que 3.1. Multiplicidad de situaciones
usualmente hacen los estudios labo- de precariedad laboral
rales, que es partir del concepto de A continuación presentamos algu-
trabajo para luego ir analizando nos fragmentos de esta narrativa de
cada una de las componentes del vida que están focalizados sobre las
mismo. Aquí partimos no del trabajo prácticas laborales. La narradora
en sí, sino de las situaciones de tra- muestra una biografía totalmente in-
bajo precario para analizarlas den- serta en el mundo del trabajo desde
tro de contextos crecientemente más niña y hasta la actualidad, pero siem-
amplios. pre es el mundo del trabajo precario:

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Tanto las inserciones en calidad de vaba la ropa entre las trabajadoras


empleada como aquellas por cuenta de K2 y me traía el dinero y ya la ga-
propia están atravesadas por la fragi- nancia era lo que repartía entre los
lidad/vulnerabilidad, inestabilidad, hermanos, los gastos de la casa, em-
pezamos a construir la casa mejor...”
así como la multiplicidad de situacio- “Después ya fueron trabajos así de
nes. En la narrativa se va hilando una vender, de ponerme a vender, que
experiencia de precariedad laboral gorditas, elotes, papas, bueno qué no
con otra y otra, sale de una para en- he vendido”,
trar inmediatamente en otra. “Cuando mi esposo tenía solo una
“Yo he trabajado desde los 6 años de plaza de maestro, entonces se fue de
edad, trabajábamos en una lavande- cargador porque no alcanzaba el
ría con la abuelita, eso fue durante sueldo de él, entonces se fue de ca-
la primaria, cuando yo entré a la se- rretillero, transportaba flores y a ve-
cundaria yo me conseguí otra cham- ces traía cajitas de flores y ya las
ba, con un señor en una mueblería. vendíamos acá, con los niños
Desde la secundaria yo me iba a la -porque hasta los chavos también
mueblería y a veces era todo el día han tenido que entrarle de alguna
sin comer, esa fue nuestra vida, a ve- manera- hacíamos ramitos y los
ces no había para comer y luego des- iban a ofrecer al mercado, y si se
pués de ahí, cuando yo terminé la se- iban a vender sus ramitos de flores
cundaria ya tenía otra chamba con para ir sacando los gastos, echarle la
un señor donde se vendían discos, losa a los cuartos, y seguir vendien-
después de allí yo trabajé en la pas- do los hermanos y mis hijas para
telería Madrid, como empleada de que pudieran seguir en la escuela”
mostrador [...] luego, en la Panifica- “Cuando vendíamos elotes, ah, que
dora Servipan, yo ahí era cajera” también fue una temporada muy
“Después puse la tienda con lo que buena porque ya lo que él ganaba lo
me dieron de la liquidación, una íbamos guardando, fue cuando él se
tienda de esas como del pueblo don- hizo de la otra plaza”
de se vendía de todo, hasta el pan, “También he trabajado de enfermera
era cuando Ara [hermana menor] se por mi cuenta, pero son jornadas muy
iba a vender el pan que se nos que- agotadoras y muy mal pagadas”,
daba, en la tarde ‘vete a vender’, y “ahorita estoy cubriendo esta coci-
ella salía con su cajita a vender el na, este empleo me va a durar hasta
pan por las calles” julio y mientras aquí estamos y des-
“Como la tienda no funcionó, me pués, pues a ver que sale, ya no estoy
puse a vender ropa, me fue mejor to- como que haciendo planes, voy a ha-
davía con lo de la ropa porque mi cer esto, lo que sale y lo que va sa-
hermana Rosa trabajaba en K2 12. liendo, porque así es la vida”
Entonces yo compraba y ya ella lle-

12 Empresa mexicana dedicada a la comercialización de muebles, electrodomésticos y


artículos para el hogar.

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Se trata de actividades que de una manera involucran a varios miem-


forma u otra están vinculadas al co- bros del grupo familiar: Hermanas
mercio13. No obstante, son de una gran menores, hijos, hermanas empleadas
heterogeneidad. No parece adecuado formalmente en una empresa, esposo,
reducir todas esas actividades a la pa- sobrinos....
labra comercio para hacerlas semejan- En síntesis, estamos frente a una
tes en un nivel agregado. La heteroge- trayectoria biográfica atravesada por
neidad va desde instalar un comercio múltiples situaciones de precariedad
propio (lo que supone comprar produc- laboral. No es una experiencia de pre-
tos, venderlos y asumirse como artífice cariedad laboral única en una biogra-
y responsable del negocio); o bien ven- fía, sino una cadena de experiencias
der alimentos previa preparación; o de este tipo sobre las cuales parece to-
vender productos en un comercio como mar sentido la vida de la narradora.
empleada; o ser cajera en un comercio,
3.2. La precariedad en el cruce
vender en las calles; vender en un local
de todos los ámbitos
comercial; vender en un espacio priva-
de la vida cotidiana
do como una empresa; vender directa-
mente; preparar o comprar el producto Otra dimensión de la precariedad
y dárselo a un familiar para que lo ven- laboral que emerge en la narrativa
da..... Todas son actividades comercia- analizada es que ésta no es algo exclu-
les, pero despliegan un abanico exten- sivo del ámbito de la vida laboral, sino
so de modalidades y la narradora se más bien aparece como lo que atravie-
posiciona de diferente manera cuando sa todos los ámbitos de la cotidiani-
prepara ramos de flores para que los dad, particularmente el familiar y el
vendan las hijas y hermanos menores, del entorno habitado. La participa-
que cuando se presenta como la cajera ción o el involucramiento de algunos
de un comercio establecido, o cuando se familiares en el ámbito laboral que
constituye en autoempleada que pre- acabamos de señalar, también es ex-
para alimentos y sale a venderlos en presión del entrecruzamiento del
las calles... Esto es un ejemplo de la mundo del trabajo y el familiar: Dicha
multiplicidad de situaciones de preca- vinculación se realiza a través de lo
riedad laboral que planteamos ante- precario.
riormente. Estos fragmentos del discurso de la
Estos fragmentos de la narrativa, narradora que presentamos, mues-
anclados en las prácticas laborales, tran que sería una simplificación muy
también muestran que en gran parte fuerte -en términos de la experiencia-
se trata de prácticas que de alguna analizar el trabajo aislado de la vida
familiar. El discurso permite apreciar

13 Aunque también aparece una actividad de prestación de servicios como la enferme-


ría.

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que a los 15 años, la dimensión más re- bilidades que de alguna manera así
levante del trabajo para la narradora hemos crecido, con responsabilida-
es el “sentido del trabajo”: Y éste es el des que no son de nosotras”
de sostener económicamente a la fa- “Mi papá que le gustaba el alcohol,
mi mamá pues yo puedo decir que
milia en el momento en el que el padre fue una señora controladora, mani-
deja de hacerlo. Así, a través de este puladora, neurótica que nos pegaba
sentido se da una conexión entre el mucho, y ya trabajábamos y todo y
trabajo y la familia, entre muchas nos pegaba, nos pegaba, sobre todo
otras. Al mismo tiempo, ese sentido cuando no le entregábamos el suel-
que toma el trabajo la lleva a recons- do completo”
truir su identidad, ya que pasa a cons- “Aquí no me gustaba, está bien ho-
tituirse en quien es la responsable rrible, unas polvaredas y luego no
económica del grupo familiar. había agua, había que acarrear
agua, había que corretear las pipas
Es importante observar que la na- de agua...”
rradora no habla de otras dimensio- “Cuando yo me fui para allá fue por
nes del trabajo, como por ejemplo los problemas familiares, nosotros vi-
ingresos que percibía, el horario de víamos con una tía de mi esposo
trabajo, ni de la actividad en sí, sino aquí en San Miguel Teotongo, pero
del sentido que adquiere para ella en pues ya había allí ciertas cuestiones
ese momento trabajar. Más aun, cuan- con los hijos de la tía que pensaban
do se refiere a los ingresos tampoco lo que nosotros nos queríamos adue-
hace con respecto al monto percibido ñar de la propiedad de la dichosa tía,
entonces nos vamos para Tlaxcala,
sino a que debía entregarlo en el ho- fue para más problemas y luego ya
gar, e incluso narra extensamente y en me regresé porque él estaba acá, él
varias ocasiones, que si no lo entrega- estaba acá con mis papás y nada
ba completo era objeto de violencia más iba cada 15 días y yo estaba allá
por parte de la madre. Incluso, subra- con los papás de él...”
ya que a veces aun entregándolo no “....por el trabajo, porque el trabajo
podía evitar ser castigada y golpeada. de maestro de mi esposo siempre ha
En otras palabras, cuando en el dis- sido acá, pero como no teníamos
curso aparece el ingreso no es por lo casa acá, entonces yo me fui con la
familia de mi esposo y me llevé a mi
que atañe a su monto u otros rasgos hija y mi hermana chica, pero empe-
objetivos sino por el papel socio-sim- cé a tener ciertos conflictos por estar
bólico que juega en la interacción con sola allá y muchas presiones econó-
su madre: Nuevamente, el sentido ar- micas, yo llegué de intrusa a alterar-
ticula trabajo y familia. les la vida porque mi esposo era el
“Yo tenía entre 15 y 16 años, en ese proveedor de su familia y pues cuan-
tiempo mi papá dejó de trabajar, do él y yo decidimos juntarnos, pues
tuvo un problema y empezó a pelear yo llegué a alterar allí. Él nada más
su pensión, entonces yo asumí esa tenía una plaza, una plaza de maes-
responsabilidad de mantener una tro, y hubo una serie de conflictos
casa, de pagar una renta, del gasto allá. Pero ya con los conflictos con la
para la familia, vaya, son responsa- familia de mi marido nos tuvimos

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que regresar, bueno me corrieron, Así como en este caso, el ingreso re-
me dijeron que me fuera porque mite a los conflictos intrafamiliares,
ellos tienen otra mentalidad, de que el trabajo en conjunto aparece total-
pues la mujer debe ser sumisa, y yo mente articulado con la vida familiar
finalmente toda mi vida he trabaja-
y de igual forma, la precariedad no
do, toda mi vida he trabajado...”
solo es laboral, también es familiar, de
Cuando los estudios de trabajo ana- vivienda, del entorno habitado. La
lizan la variable ingresos, frecuente- precariedad familiar se expresa en
mente lo hacen a través de los niveles varias circunstancias: El padre deja
alcanzados, evaluados de distintas de aportar económicamente al hogar,
formas como puede ser el número de el alcoholismo del padre, la violencia
salarios mínimos percibidos. En todos que ejerce la madre sobre las hijas-
los casos se parte del aislamiento, no proveedoras del hogar. La precarie-
solo del trabajo respecto a otros ámbi- dad del entorno habitado es la propia
tos de la cotidianidad sino también de de una zona en proceso de urbaniza-
cada uno de los elementos que inte- ción irregular, marcada por las caren-
gran el trabajo, en este caso el ingreso. cias en todos los servicios, infraes-
Esta narrativa nos permite compren- tructuras y equipamientos. Para la
der que el tema del ingreso recibido narradora, esas carencias son la pre-
puede ser considerado desde otras di- cariedad del entorno habitado, son
mensiones. Por ejemplo, puede tomar condiciones desfavorables para habi-
el sentido de atenuar la violencia in- tar pero son favorables para instalar
tradoméstica o ser el generador de un comercio “como de pueblo”14. Esto
conflictos intradomésticos en torno a muestra que la precariedad también
si ese ingreso debe ser entregado para conecta el trabajo con el entorno habi-
el colectivo familiar o bien si corres- tado. Y aun los fragmentos muestran
ponde que lo canalice y lo utilice quien que la precariedad de vivienda y fami-
lo obtuvo. O aun, el ingreso puede ser liar se prolonga cuando ella constitu-
utilizado por quien lo obtuvo como un ye su propio hogar ya que por la falta
instrumento para evitar, demorar, dis- de vivienda, ella y las hijas terminan
minuir o negociar la violencia intrado- viviendo un tiempo con la familia del
méstica que se ejerce contra sí. Indu- esposo en otro lugar (otra ciudad),
dablemente, este discurso nos plantea mientras que su esposo -por trabajar
muchos interrogantes respecto a los en una escuela del asentamiento- se
tratamientos tradicionales sobre el queda viviendo con la familia de la na-
ingreso, particularmente porque no rradora. Una vez más estamos frente
permiten apreciar esta dimensión, a la conexión entre ámbitos -familiar,
nada despreciable para comprender el de la vivienda y laboral- a través del
tema. hilo conductor de la precariedad.

14 Se refiere a los comercios que venden todo tipo de productos.

343
Precariedad laboral / Alicia Lindón _______________________________________________

3.3. El significado de trabajo: La dimensión socio-simbólica del


Entre lo socio-simbólico trabajo indudablemente reconoce ma-
y lo instrumental tices entre una actividad laboral y
otra, entre una situación laboral y
Una forma de abordar la compleja
otra. No obstante, en este plano lo que
maraña del significado que el sujeto le
parece mantenerse como la dimensión
otorga al trabajo puede ser intentando
socio-simbólica más fuerte, es que el
diferenciar las dimensiones instru-
trabajo le ha representado la toma de
mental y socio-simbólica. En el caso del
conciencia de varias cuestiones noda-
trabajo, la dimensión instrumental da
les para su identidad: Esto es la di-
cuenta de las objetivaciones, lo que es
mensión más estrictamente simbólica
evidente para un observador externo:
asociada al trabajo. Pero junto a ella
Desde el ingreso, la actividad realiza-
está la dimensión social, ya que la
da, el lugar en donde se trabaja, el ho-
toma de conciencia siempre se plantea
rario de trabajo.... En cambio, la di-
como el resultado de los procesos de so-
mensión socio-simbólico expresa as-
cialización con personas del mundo del
pectos que el sujeto vincula con el tra-
trabajo. La narradora ve claramente
bajo pero que no son evidentes para un
que las distintas actividades laborales
observador externo. Entonces, el signi-
la colocaron en la situación de interac-
ficado del trabajo puede darse en torno
tuar con distintas personas que le ha-
a estas dos dimensiones, a sus articu-
cen ver que existen otros modos de
laciones o desarticulaciones.
vida. Y esto se constituye para ella en
En algunos casos la dimensión ins-
la llave para la toma de conciencia res-
trumental y socio-simbólica del traba-
pecto a que lo que había vivido en su
jo suelen presentarse en una tensión,
hogar como normal podía ser visto de
es decir que el sujeto valora una como
otra forma. Así, esa toma de conciencia
más importante y de inmediato sobre-
la lleva a incorporar la idea de “haber
valora la otra. También es frecuente
sido explotada por los propios padres”
que los sujetos sobrevaloren la dimen-
o bien, de “haber sido obligada a asu-
sión instrumental (tanto de manera
mir responsabilidades de adulto cuan-
positiva como negativa), por ejemplo,
do era una niña”.
los ingresos recibidos, el horario de
Estos procesos de toma de concien-
trabajo, las condiciones laborales, etc.
cia que la narradora presenta total-
En esta narrativa, la dimensión ins-
mente asociados al trabajo están ex-
trumental del trabajo parece ausente,
presando un proceso de socialización
en cambio la socio-simbólica se pre-
secundaria y el inicio de su proceso de
senta reiteradamente y bajo distintas
individuación por apropiación de va-
formas. Probablemente, una ausencia
lores y esquemas sociales que entran
tan notoria también pueda relacio-
en confrontación directa con los que
narse con que lo instrumental de sus
había incorporado anteriormente en
actividades laborales siempre ha sido
su socialización primaria dentro del
precario y eso en sí mismo desdibuja
hogar. Finalmente, se trata del proce-
lo instrumental.
so que hace un modelado singular de

344
______________________________________ Revista Gaceta Laboral, Vol. 9, No. 3. 2003

esta mujer. Esto permite apreciar que “Después de ese trabajo donde tuve
las situaciones de precariedad labo- esas primeras amistades me fui a
ral, antes que ser vividas como sufri- otro trabajo, que fue a las pastele-
miento o como una situación a la que rías El Molino y ahí de igual mane-
ra, pues también conocí gente y me
hay que adaptarse pasivamente, son hacían ver que eso no era tan nor-
vividas por la narradora en términos mal, no, porque ni siquiera nos deja-
de resistencia, pero es un tipo particu- ban tener novio, eso era malo”
lar de resistencia que se canaliza en “Cuando yo entré a ese trabajo, de El
una reinvención de la precariedad. El Molino, allí fue la última que yo dejé
sentido de la precariedad la impulsa a que mi mamá me pegara porque si
reinventar su cotidianidad. me pegó muy feo, me dio de cinturo-
nazos en la cara y esa vez agarré mis
“Con mis papás fueron situaciones
pocas cosas que tenía, agarré una
muy difíciles desde niña, empezan-
maleta y me largué de la casa, te es-
do porque siempre hemos trabajado
toy hablando de que tenía yo en ese
y nos quitaban lo que ganábamos y
entonces como 19 años, me fui...”
hasta ahora entendemos que fuimos
explotadas de alguna manera y lo 3.4. La construcción del sí
que tenemos nos ha costado, nadie mismo: La identidad
nos ha dejado ninguna herencia o
toma te doy este dinero, no, nosotras Tal como señalamos desde el inicio,
hemos salido, y no solamente yo sino la precariedad laboral y de vida en ge-
todas mis hermanas de alguna ma- neral, así como los significados que se
nera, todas” le atribuyen, no resultan neutrales
“Yo trabajé en la pastelería Madrid, para la construcción del sí mismo o de
como empleada de mostrador, allí ya la identidad. Antes bien, todo ello es
empecé a tener amistades y que me
decían: “oye no, porque todo el dine-
parte de juegos de espejos frente a los
ro, o sea ya no era de que me lo quita- cuales el sujeto, la narradora, se ve y
ran”; yo solita entregaba mi sueldo se plantea como quiere verse o no ver-
porque se me hacía lo más normal, se. En la narrativa, esto resulta bas-
porque le meten eso en la cabeza, tante notorio en la relación que esta-
“hay que ayudar a los papás” y allí, blece la mujer frente a sus padres:
en ese trabajo, no faltó: “oye no, por Constituyen un espejo en el cual no
qué, si tú trabajas “ y allí, en ese tra- quiere reflejarse, y buena parte de su
bajo, si me empezó a caer el veinte y construcción identificativa se realiza
me empecé a rebelar”
“Y también por las amistades de los
a partir de esa decisión. Al mismo
trabajos: “oye si tu eres la que traba- tiempo, esta construcción de la identi-
jas ¿por qué les das todo el dinero?, dad también está constantemente
no!”. O me invitaban a algún lado y atravesada por la precariedad, que
pues no, es que no me dan permiso, ella es capaz de recrear y reinventar,
esas fueron mis primeros signos de aunque no de evitar.
rebeldía, si me invitaban a una fies- Al buscar construir su sí mismo
ta yo me iba y no me importaba que rompiendo con la figura de los padres,
me pegaran” la narradora está intentando dejar

345
Precariedad laboral / Alicia Lindón _______________________________________________

atrás los valores que para ella le re- sión en nuevos ámbitos de socializa-
presentan. Básicamente, se trata de ción a través del trabajo y el descubri-
los valores “tradicionales”, lo que sig- miento de códigos, normas y valores
nifica para la narradora muchas co- diferentes a los conocidos, la ruptura
sas: Una de ellas y muy importante, es con los valores tradicionales que le re-
la sumisión de la mujer ante el hom- presentaba su hogar, la autoestima
bre, pero también la sumisión de la dañada que comienza a ser reivindi-
persona frente a alguien que se reco- cada por ella misma, son expresiones
noce en alguna posición superior, del proceso de individuación de la na-
como es el caso de los padres frente a rradora que la va a llevar a recons-
los hijos. truir su identidad.
En la construcción de la identidad En ese proceso de individuación, su
también se juega la autoestima, que participación en el mundo del trabajo
incluye tanto el sentido de sí misma, -aun en la precariedad- desde muy pe-
como la confianza en su propia capaci- queña va a jugar un papel central, más
dad para realizar sus metas. En este aun por el hecho de que lo haya articu-
aspecto la narrativa muestra que el lado con la asistencia a la escuela, al
concepto de sí misma ha estado “daña- menos hasta un cierto nivel. Como se-
do” por las mismas situaciones de pre- ñala Leñero (1991:140), “en el ethos
cariedad laboral y de vida en general, tradicional, el joven [aquí es la joven]
sobre todo por la precariedad familiar trabaja como pago de su crianza, en be-
y los valores familiares favorables a la neficio de sus padres y familiares cer-
sumisión. Sin embargo, la capacidad canos. Está obligado a ello”. Exacta-
de la narradora para recrear lo adver- mente en estos términos, inicia la na-
so en algo favorable le permite recons- rradora su incursión en el mundo del
truir un tipo de autoestima que se trabajo, obligada a ello aun cuando
puede denominar “reinvindicada des- fuera niña y no joven. Para Leñero, la
pués de haber sido dañada”. Fue da- prolongación de los años de escolari-
ñada de muchas formas, por ejemplo, dad será lo que confronta este ethos
porque se la obligó a trabajar desde tradicional. En la narrativa, la escola-
pequeña, porque se la obligó a respon- ridad efectivamente juega un papel
sabilizarse del hogar y los hermanos importante pero paradójicamente, la
menores desde niña, porque se le im- participación en el mundo del trabajo
pidió seguir estudiando después del también va a resultar lo decisivo, por
nivel secundario por ser mujer, porque las interacciones que establece en ese
se la obligó a someterse a las decisio- ámbito con otras personas.
nes de otros y por la violencia de su Así, la individuación le permitirá co-
madre.... menzar la reinvidicación de su propia
La confianza en su propia capaci- autoestima, esa autoestima que había
dad para revertir lo desfavorable en sido dañada y todo ello se irá expresan-
favorable, para resolver desde niña lo do en la reconstrucción de su identidad
que era propio de los adultos, la incur- como “mujer independiente”.

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“Pues, de alguna manera todas esas un esfuerzo de muchos años, insiste


responsabilidades nos enseñaron a en que no necesita la figura masculi-
nosotras a eso, a ser independientes, na para ser lo que es, para ser la mujer
a ser fuertes, que no siempre somos que es.
fuertes” En el último fragmento incorpora-
“Somos mujeres independientes, in- do en el segundo apartado (3.2), la na-
dependientes, a mi no me hace ser
rradora construye una oposición que
mejor porque tengo un marido a mi
lado, o porque yo tenga alguien a mi
resulta aclaradora de este sentido de
lado, yo soy quien soy por mi aquí y la independencia. Opone “ser sumisa
en China y donde quiera, soy igual, y trabajar”. De esta forma, indirecta-
pero eso si, me enseñó a rebelarme y mente está haciendo sinónimos al que
a pelear cuando se que tengo la ra- una mujer sea sumisa y no trabaje, o
zón y aunque a veces no la tenga sigo dicho de manera inversa, presenta
peleando como quiera” como sinónimos el hecho de que la
“No me considero una mujer débil, mujer no sea sumisa y trabaje. En
ni tampoco así como que digamos
cierta forma, esto nos permite cerrar
qué valiente, no, una mujer prome-
dio, una vida como la de muchas mu-
este sentido de la independencia: La
jeres con una serie de problemas y independencia, asociada a trabajar,
los problemas propios de nuestro gé- no sólo implica autonomía económica,
nero que hasta la fecha siguen exis- autonomía en la toma de decisiones y
tiendo y cuestiones muy graves, por no necesitar la figura masculina para
ejemplo lo que yo decía de la educa- ser ella misma, sino también; no acep-
ción, no, no estudias más porque tar pasivamente la interacción con los
eres mujer y porque finalmente te otros, o que los otros decidan por ella.
vas a casar y alguien te va mantener,
Por último, cabe subrayar otro as-
y para nada...”
pecto relevante de esta presentación
No obstante, es necesario pregun- de sí misma que hace en términos de
tarnos ¿qué significa para ella ser in- mujer independiente: No tiene conno-
dependiente? Indudablemente tiene taciones de tipo individualista-egoís-
una connotación en términos de lo ta, ya que toda esa confianza en sí
económico: Ser capaz de generar sus misma y su autonomía la canaliza
propios recursos sin depender de nin- para resolver lo cotidiano de los hijos,
guna figura masculina. En este senti- hermanos, sobrinos, o sea; los otros a
do ser independiente implica autono- los que está unida afectivamente.
mía económica. Pero lo relevante es
que ese sentido de la independencia 3.5. El ethos del “hacer mucho
va más allá de lo económico, también con poco”
incluye la toma de decisiones en muy En el mundo de la vida cotidiana,
diversos ámbitos de su cotidianidad. Y dentro del cual hemos ubicado la pre-
aun el sentido de independencia se ex- cariedad laboral y de vida en general,
tiende en otro plano: Aunque se asu- e l et hos es al g o así como el
me como mujer casada y reconoce que background con el cual las personas
15
construir la conyugalidad ha sido actúan en sociedad. A su vez, hay que

347
Precariedad laboral / Alicia Lindón _______________________________________________

tener en cuenta que “actuar social- De acuerdo a nuestra interpreta-


mente” en el mundo de la vida cotidia- ción, la narrativa analizada puede ser
na siempre implica para el sujeto un ejemplo de un ethos que vamos a
identificar, ubicar, reconocer lo que denominar “el hacer mucho con poco”.
está ocurriendo, esto es realizar un De manera tal que este ethos es un ba-
proceso cognitivo que necesariamente gaje con el cual nuestra narradora
reduce lo que ocurre, la situación, a al- vive, le da sentido y actúa frente a esa
gunos rasgos que le resultan más rele- precariedad que se presenta de dos
vantes. Inmediatamente que identifi- formas: Como un telón de fondo de su
camos la situación, realizamos una vida y como experiencias concretas
valoración: Es algo bueno, malo, nece- particulares y delimitadas espa-
sario, deseable, importante, intras- cio-temporalmente.
cendente, etc.... De inmediato el sujeto Este ethos “de hacer mucho con
proyecta algo en relación con esto, poco” emerge en circunstancias muy
“voy a hacer esto, no lo voy a hacer, va diferentes y en diversos ámbitos de la
a ocurrir esto, lo voy a evitar...” y en vida cotidiana. Una de esas emergen-
esa proyección intervienen criterios cias del ethos, que además es de las ex-
de selección (Lalive, 1990). Ese proce- presiones más conocidas y analizadas
so que parece tan complejo se está des- en muchas otras investigaciones, es
plegando constantemente y de mane- en términos de la sobrevivencia; pero
ra espontánea en cada acción social no por conocido, podemos omitirlo en
que realizamos en nuestra vida coti- esta narrativa. En este nivel el hacer
diana. mucho con poco quiere decir que con
En todo este proceso, que no es ni li- escasos recursos económicos se re-
neal ni ajustado a racionalidades ins- suelve la sobrevivencia cotidiana del
trumentales, se conjugan fenómenos grupo doméstico. Esto aparece en el
externos al sujeto y también un ethos discurso de la narradora en diversas
que es parte de una cultura y que ha ocasiones, sobre todo cuando recuerda
sido apropiado por el sujeto. En esta que con muy pocos recursos, ella im-
perspectiva, se puede plantear que el provisaba y recreaba “trabajos”, como
ethoses un conjunto de creencias, valo- salir a vender comida que ella misma
res, normas y modelos que orientan el había preparado, o como resolver la
comportamiento, la acción de las per- alimentación no solo de su hogar nu-
sonas en su vida cotidiana y que son clear, sino también de sus hermanos
parte de la cultura (Lalive, 1990)16. menores y luego también de sus sobri-

15 Como la relación cotidiana entre los cónyuges.


16 Cabe subrayar que el concepto de Lalive d’Epinay recupera tanto la tradición webe-
riana del ethos como la de Geertz. Para este último autor el ethos corresponde a “Los
aspectos morales (y estéticos) de una determinada cultura, los elementos de evalua-
ción, han sido generalmente resumidos bajo el términoethos, en tanto que los aspec-
tos cognitivos y existenciales se han designado con la expresión de ‘cosmovisión’ (vi-

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nos, con muy escasos recursos. Otro jaba y se hacía cargo de buena parte
ejemplo de esto se observa en la cana- de los quehaceres domésticos y aun de
lización del dinero obtenido por la los hermanos pequeños. Esto también
venta callejera de comida, hacia la es hacer mucho (muchas actividades
construcción de la vivienda, o bien la cotidianas) con poco (poco tiempo).
obtención de los recursos necesarios Otra expresión de este ethos se pre-
para sostener la escolaridad de las hi- senta en la relación entre el nivel de
jas y hermanos armando ramos de flo- estudios y las inserciones laborales: A
res que los mismos niños vendían en pesar del escaso nivel de estudios que
el mercado cercano a la casa. logró, siempre tuvo trabajo, precario
Este tipo de actividades es parte de pero nunca le faltó el trabajo. Nueva-
lo que muchas veces se ha analizado, mente, hace mucho (muchos trabajos)
en distintos contextos de pobreza ur- con poco (pocos estudios).
bana, como estrategias de sobreviven- También emerge este mismo ethos
cia. Aunque también se puede com- del “hacer mucho con poco” en lo refe-
prender a la luz de lo que Michel De rente al proceso de individuación de la
Certeau (1996) llamó la invención de narradora, y quizás sea esta la expre-
lo cotidiano, es decir, la capacidad sión más relevante de ese ethos. En
para recrear e inventar y cambiar el este caso es mucho lo que ella siente
curso de lo cotidiano: En el ejemplo, la que ha hecho por constituirse en una
invención se expresa en tácticas con mujer diferente al modelo tradicional
las cuales se resuelve la reproducción que recibe en su hogar: Es mucho el
del grupo familiar, cuando en princi- proceso de toma de conciencia que
pio parecería que no estaban dadas realiza frente a lo poco que recibe en el
las condiciones para ello. hogar de origen en términos del desa-
No obstante, este ethos de “hacer rrollo de la autoestima y de la crítica
mucho con poco” no se presenta exclu- de valores tradicionales, sobre todo
sivamente a este nivel: Hay otras ex- los relacionados con el rol de la mujer.
presiones de este ethos, menos eviden- Y como se vio más arriba, en ese pro-
tes y inmediatas, pero no menos im- ceso de toma de conciencia y recons-
portantes. Por ejemplo, en la niñez y trucción de cómo quiere presentarse
adolescencia de la narradora, también ante los otros, ocupa un papel central
es “hacer mucho con poco” el hecho de su participación en el mundo del tra-
que estudiaba y trabajaba. En un bajo precario desde muy temprano.
tiempo cotidiano en el que otros niños En otras facetas de esta investiga-
y adolescentes solo estudian, ella ha- ción, pero siempre sobre este mismo
cía mucho: Además de estudiar, traba- contexto terrritorial de la periferia

sión del mundo). El ethos de un pueblo es el tono, el carácter y la calidad de vida, su


estilo moral y estético, la disposición de su ánimo; se trata de la actitud subyacente
que un pueblo tiene ante sí mismo y ante el mundo que la vida refleja” (1996:188).

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Precariedad laboral / Alicia Lindón _______________________________________________

pobre del oriente de la ciudad de Méxi- trabajo nos ha llevado a construir ob-
co, hemos encontrado en cierto tipo de jetos de investigación muy coherentes
habitante una fuerte presencia del de acuerdo a nuestra propia racionali-
ideario modernista y occidental del dad, pero que muy frecuentemente
“progreso” aunque, como lo hemos se- tienen una muy escasa conexión con
ñalado en otras ocasiones, se trata de el fenómeno analizado, o bien aportan
una re-elaboración de la idea de pro- niveles de comprensión de la realidad
greso, es un progreso en la pobreza muy reducidos. No obstante, incluir el
que incluso lo hemos denominado “lo- ámbito de la experiencia y lo vivido en
gro” porque no se proyecta sobre el fu- los estudios sobre trabajo -al igual que
turo, sino que se repliega en el presen- en otros- presenta una enorme difi-
te: “Lo logrado o alcanzado cuando se cultad: No hay certezas metodológi-
empieza de muy abajo” (Lindón, cas, no hay estandarizaciones y nos
2000b). Esta idea de logro, o de progre- exige un esfuerzo de creatividad nada
so en la pobreza, no deja de ser parte despreciable. No obstante, la realidad
de la penetración de las ideas moder- social que pretendemos conocer, indu-
nistas en los más diversos ámbitos y dablemente incluye la vivencia, tanto
contextos sociales, pero también de su laboral como de otros tipos.
“colonización” en el sentido haberma- En cuanto al caso peculiar de la
siano del término. Posiblemente, una precariedad laboral y de vida en gene-
tarea pendiente es la de explorar en ral, posiblemente nuestros prejuicios
los discursos de los habitantes del lu- nos han conducido a asumir que ésta
gar si en la subjetividad colectiva hay necesariamente conduce a los sujetos
alguna relación entre esa idea de pro- a situaciones de creciente degrada-
greso o logro “colonizado” y este ethos ción. Evidentemente, no nos interesa
de “hacer mucho con poco”, sobre todo hacer un alegato a favor de la preca-
si consideramos que “hacer mucho” riedad, pero si uno a favor de la com-
puede ser una táctica para “progre- plejidad. La vida social -y también la
sar”. laboral como parte de la social- está
inmersa en paradojas, contradiccio-
4. Notas Finales
nes, irracionalidades. Por eso también
Para concluir nos interesa destacar es importante comprender que a ve-
que es necesario reconocer que meto- ces, los sujetos, aun frente a los lími-
dológicamente podemos construir ca- tes estructurales, suelen ser capaces
minos que no siempre se orienten a in- de encontrar tácticas de invención
dagar en términos de creciente espe- dentro de las situaciones más paupe-
cialización y aislamiento de los fenó- rizadas, dentro de lo minúsculo y coti-
menos. También es posible construir diano. Por eso, es necesario conocer
caminos inversos, como el que intenta- esas formas de invención y recreación,
mos explorar en este documento, hacia para así poder preguntarnos si son
niveles crecientemente más amplios. tácticas dentro de un mundo coloniza-
Asimismo consideramos que dejar do, o si tienen alguna capacidad y po-
lo experiencial fuera del análisis del tencialidad para inducir procesos de

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______________________________________ Revista Gaceta Laboral, Vol. 9, No. 3. 2003

cambio social, sobre todo consideran- Cotidiana, Amorrortu Editores,


do que en esos mundos cotidianos son Buenos Aires. 1981.
ámbitos de socialización y en conse- GONZÁLEZ DE LA ROCHA, Merce-
cuencia de reproducción social. Por úl- des. “From the resources of poverty
timo, más que certezas queremos des- to the poverty of resources?”.En: La-
tacar que cada hallazgo nos plantea tin American Perspectives, Issue
nuevos interrogantes, y en última ins- 119, vol. 28, núm. 4, Julio. 2001. pp.
tancia el mayor desafío que se visuali- 72-100.
za en los estudios de trabajo es cons- HIERNAUX, Daniel; LINDÓN, Ali-
truir nuevos lugares de observación cia y NOYOLA, Jaime (coord.). La
del fenómeno trabajo, sobre todo por- Construcción Social De Un Te-
que el fenómeno mismo ha cambiado rritorio Emergente: El Valle De
sustancialmente y nuestras aproxi- Chalco. El Colegio Mexiquense-Mu-
maciones legitimadas parecen cada nicipio Valle de Chalco Solidaridad.
2000. 436 p.
vez más insuficientes.
LALIVE D’EPINAY, Christian. “Ré-
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