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ISSN: 1315-8597
luisediaz@intercable.net.ve
Universidad del Zulia
Venezuela
Lindón, Alicia
La precariedad laboral como experiencia a través de la narrativa de vida
Gaceta Laboral, vol. 9, núm. 3, septiembre-diciembre, 2003, pp. 333-352
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela
Resumen
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1 Por ejemplo, esto fue un tema reiterado en la “Comisión sobre trabajo” del XXIII
Congreso de ALAS, realizado en noviembre de 2001 en Antigua, Guatemala.
2 Para este tema, muy conocido, nos remitimos a la revisión y replanteamiento que re-
cientemente ha realizado Mercedes González de la Rocha (2001), donde además
aparece una extensa bibliografía de trabajos actuales y también los clásicos del
tema.
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una tradición familiar, por poner algu- manera más integral por la experien-
nos ejemplos. Otra forma de construir cia de la precariedad: ¿Qué significa
nuevos lugares de observación del tra- para el sujeto en esa totalidad que es
bajo es incorporando la espacialidad su vida, haber vivido o estar viviendo
del trabajo. En este documento no in- experiencias de precariedad laboral?
cluimos esa dimensión, aunque la he- En este caso, el sujeto considerado son
mos abordado en otras ocasiones (Lin- mujeres habitantes de la periferia po-
dón, 2002a). bre y reciente del oriente de la ciudad
En este artículo, que forma parte de de México, más específicamente de la
una investigación más extensa3, in- zona conocida como Valle de Chalco5.
tentamos asumir los desafíos plantea- Con el encuadre anterior, el objeti-
dos más arriba para abordar un tipo vo de nuestro análisis es comprender
de fenómeno laboral que es parte de lo la experiencia de la precariedad labo-
que usualmente se denomina “preca- ral dentro del conjunto de la vida co-
riedad laboral”. Nuestro acercamien- tidiana de estas mujeres, consideran-
to al trabajo precario se hace en térmi- do la relación entre dicha experiencia
nos de la “experiencia de la precarie- y los procesos de construcción y re-
dad laboral”. Dicho de otra forma, se construcción de su identidad. A su
busca el punto de vista del sujeto que vez, nos proponemos ubicar lo ante-
vive esta experiencia. Esto significa rior a la luz de contextos de sentido
que, antes que extraer las variables más extensos.
clásicas4 , nos interrogamos de una
3 Esa investigación más extensa que venimos realizando desde hace más de 10 años,
no se focaliza en el trabajo, sino en la “vida cotidiana, modos de vida periféricos y te-
rritorialidad en Valle de Chalco”. El tema del trabajo, igual que el de la familia, son
parte intrínseca de la vida cotidiana. No obstante, a lo largo de todo este tiempo he-
mos ido priorizando diferentes dimensiones analíticas.
4 Cabe recordar que el procedimiento metodológico de la construcción de variables
parte de la lógica del aislamiento de aspectos del fenómeno en cuestión.
5 De manera muy escueta recordamos que Valle de Chalco constituye un territorio de
unos 40 kilómetros cuadrados que empezó a fraccionarse ilegalmente en la segunda
mitad de los setenta y en solo dos décadas (ochenta-noventa) ha albergado a medio
millón de habitantes en lo que fueron tierras rurales, siendo casi todos ellos auto-
constructores excluidos de los mecanismos formales de acceso a la vivienda. Sin
duda, la magnitud del fenómeno junto con la velocidad del proceso de expansión ur-
banas, fueron decisivos para su rápida incorporación al discurso coloquial sobre la
ciudad. Sus habitantes son sujetos con trayectorias biográficas de alta movilidad te-
rritorial. Algunos de ellos han iniciado el desplazamiento de la residencia en áreas
rurales, continuándolo en la ciudad de México. Otros, hijos de migrantes de origen
rural pero ellos mismos originarios de la ciudad, se han desplazado reiteradamente
dentro de la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. Para más información
sobre el contexto local: Hiernaux, Lindón y Noyola, 2000.
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6 Nos referimos al “habitar” en el sentido heideggeriano del vínculo del sujeto con el
territorio, como una relación que resulta constitutiva de la persona y es una condi-
ción esencial de todo ser humano: La de estar siempre vinculado a un territorio. Este
es uno de los ejes de nuestra investigación más extensa que antes mencionamos, y de
la cual forma parte este documento. Lindón, 2003a y 2003b; Lindón, 2002-b.
7 Laurence Roulleau-Berger (1999), en su investigación sobre precariedad en jóvenes,
construye dos modelos analíticos muy sugerentes: Uno en el que encuentra que el
predominio de la dimensión socio-simbólica (sobre la instrumental), unido a la gran
variedad de experiencias de precariedad laboral y a una alta autoestima, genera
una relación distorsionada (lastimada o herida) con el trabajo. Mientras que la baja
autoestima, la poca variación en las experiencias de precariedad laboral y el predo-
minio de lo instrumental sobre lo simbólico, genera una relación fragmentada con el
trabajo.
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que a los 15 años, la dimensión más re- bilidades que de alguna manera así
levante del trabajo para la narradora hemos crecido, con responsabilida-
es el “sentido del trabajo”: Y éste es el des que no son de nosotras”
de sostener económicamente a la fa- “Mi papá que le gustaba el alcohol,
mi mamá pues yo puedo decir que
milia en el momento en el que el padre fue una señora controladora, mani-
deja de hacerlo. Así, a través de este puladora, neurótica que nos pegaba
sentido se da una conexión entre el mucho, y ya trabajábamos y todo y
trabajo y la familia, entre muchas nos pegaba, nos pegaba, sobre todo
otras. Al mismo tiempo, ese sentido cuando no le entregábamos el suel-
que toma el trabajo la lleva a recons- do completo”
truir su identidad, ya que pasa a cons- “Aquí no me gustaba, está bien ho-
tituirse en quien es la responsable rrible, unas polvaredas y luego no
económica del grupo familiar. había agua, había que acarrear
agua, había que corretear las pipas
Es importante observar que la na- de agua...”
rradora no habla de otras dimensio- “Cuando yo me fui para allá fue por
nes del trabajo, como por ejemplo los problemas familiares, nosotros vi-
ingresos que percibía, el horario de víamos con una tía de mi esposo
trabajo, ni de la actividad en sí, sino aquí en San Miguel Teotongo, pero
del sentido que adquiere para ella en pues ya había allí ciertas cuestiones
ese momento trabajar. Más aun, cuan- con los hijos de la tía que pensaban
do se refiere a los ingresos tampoco lo que nosotros nos queríamos adue-
hace con respecto al monto percibido ñar de la propiedad de la dichosa tía,
entonces nos vamos para Tlaxcala,
sino a que debía entregarlo en el ho- fue para más problemas y luego ya
gar, e incluso narra extensamente y en me regresé porque él estaba acá, él
varias ocasiones, que si no lo entrega- estaba acá con mis papás y nada
ba completo era objeto de violencia más iba cada 15 días y yo estaba allá
por parte de la madre. Incluso, subra- con los papás de él...”
ya que a veces aun entregándolo no “....por el trabajo, porque el trabajo
podía evitar ser castigada y golpeada. de maestro de mi esposo siempre ha
En otras palabras, cuando en el dis- sido acá, pero como no teníamos
curso aparece el ingreso no es por lo casa acá, entonces yo me fui con la
familia de mi esposo y me llevé a mi
que atañe a su monto u otros rasgos hija y mi hermana chica, pero empe-
objetivos sino por el papel socio-sim- cé a tener ciertos conflictos por estar
bólico que juega en la interacción con sola allá y muchas presiones econó-
su madre: Nuevamente, el sentido ar- micas, yo llegué de intrusa a alterar-
ticula trabajo y familia. les la vida porque mi esposo era el
“Yo tenía entre 15 y 16 años, en ese proveedor de su familia y pues cuan-
tiempo mi papá dejó de trabajar, do él y yo decidimos juntarnos, pues
tuvo un problema y empezó a pelear yo llegué a alterar allí. Él nada más
su pensión, entonces yo asumí esa tenía una plaza, una plaza de maes-
responsabilidad de mantener una tro, y hubo una serie de conflictos
casa, de pagar una renta, del gasto allá. Pero ya con los conflictos con la
para la familia, vaya, son responsa- familia de mi marido nos tuvimos
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que regresar, bueno me corrieron, Así como en este caso, el ingreso re-
me dijeron que me fuera porque mite a los conflictos intrafamiliares,
ellos tienen otra mentalidad, de que el trabajo en conjunto aparece total-
pues la mujer debe ser sumisa, y yo mente articulado con la vida familiar
finalmente toda mi vida he trabaja-
y de igual forma, la precariedad no
do, toda mi vida he trabajado...”
solo es laboral, también es familiar, de
Cuando los estudios de trabajo ana- vivienda, del entorno habitado. La
lizan la variable ingresos, frecuente- precariedad familiar se expresa en
mente lo hacen a través de los niveles varias circunstancias: El padre deja
alcanzados, evaluados de distintas de aportar económicamente al hogar,
formas como puede ser el número de el alcoholismo del padre, la violencia
salarios mínimos percibidos. En todos que ejerce la madre sobre las hijas-
los casos se parte del aislamiento, no proveedoras del hogar. La precarie-
solo del trabajo respecto a otros ámbi- dad del entorno habitado es la propia
tos de la cotidianidad sino también de de una zona en proceso de urbaniza-
cada uno de los elementos que inte- ción irregular, marcada por las caren-
gran el trabajo, en este caso el ingreso. cias en todos los servicios, infraes-
Esta narrativa nos permite compren- tructuras y equipamientos. Para la
der que el tema del ingreso recibido narradora, esas carencias son la pre-
puede ser considerado desde otras di- cariedad del entorno habitado, son
mensiones. Por ejemplo, puede tomar condiciones desfavorables para habi-
el sentido de atenuar la violencia in- tar pero son favorables para instalar
tradoméstica o ser el generador de un comercio “como de pueblo”14. Esto
conflictos intradomésticos en torno a muestra que la precariedad también
si ese ingreso debe ser entregado para conecta el trabajo con el entorno habi-
el colectivo familiar o bien si corres- tado. Y aun los fragmentos muestran
ponde que lo canalice y lo utilice quien que la precariedad de vivienda y fami-
lo obtuvo. O aun, el ingreso puede ser liar se prolonga cuando ella constitu-
utilizado por quien lo obtuvo como un ye su propio hogar ya que por la falta
instrumento para evitar, demorar, dis- de vivienda, ella y las hijas terminan
minuir o negociar la violencia intrado- viviendo un tiempo con la familia del
méstica que se ejerce contra sí. Indu- esposo en otro lugar (otra ciudad),
dablemente, este discurso nos plantea mientras que su esposo -por trabajar
muchos interrogantes respecto a los en una escuela del asentamiento- se
tratamientos tradicionales sobre el queda viviendo con la familia de la na-
ingreso, particularmente porque no rradora. Una vez más estamos frente
permiten apreciar esta dimensión, a la conexión entre ámbitos -familiar,
nada despreciable para comprender el de la vivienda y laboral- a través del
tema. hilo conductor de la precariedad.
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esta mujer. Esto permite apreciar que “Después de ese trabajo donde tuve
las situaciones de precariedad labo- esas primeras amistades me fui a
ral, antes que ser vividas como sufri- otro trabajo, que fue a las pastele-
miento o como una situación a la que rías El Molino y ahí de igual mane-
ra, pues también conocí gente y me
hay que adaptarse pasivamente, son hacían ver que eso no era tan nor-
vividas por la narradora en términos mal, no, porque ni siquiera nos deja-
de resistencia, pero es un tipo particu- ban tener novio, eso era malo”
lar de resistencia que se canaliza en “Cuando yo entré a ese trabajo, de El
una reinvención de la precariedad. El Molino, allí fue la última que yo dejé
sentido de la precariedad la impulsa a que mi mamá me pegara porque si
reinventar su cotidianidad. me pegó muy feo, me dio de cinturo-
nazos en la cara y esa vez agarré mis
“Con mis papás fueron situaciones
pocas cosas que tenía, agarré una
muy difíciles desde niña, empezan-
maleta y me largué de la casa, te es-
do porque siempre hemos trabajado
toy hablando de que tenía yo en ese
y nos quitaban lo que ganábamos y
entonces como 19 años, me fui...”
hasta ahora entendemos que fuimos
explotadas de alguna manera y lo 3.4. La construcción del sí
que tenemos nos ha costado, nadie mismo: La identidad
nos ha dejado ninguna herencia o
toma te doy este dinero, no, nosotras Tal como señalamos desde el inicio,
hemos salido, y no solamente yo sino la precariedad laboral y de vida en ge-
todas mis hermanas de alguna ma- neral, así como los significados que se
nera, todas” le atribuyen, no resultan neutrales
“Yo trabajé en la pastelería Madrid, para la construcción del sí mismo o de
como empleada de mostrador, allí ya la identidad. Antes bien, todo ello es
empecé a tener amistades y que me
decían: “oye no, porque todo el dine-
parte de juegos de espejos frente a los
ro, o sea ya no era de que me lo quita- cuales el sujeto, la narradora, se ve y
ran”; yo solita entregaba mi sueldo se plantea como quiere verse o no ver-
porque se me hacía lo más normal, se. En la narrativa, esto resulta bas-
porque le meten eso en la cabeza, tante notorio en la relación que esta-
“hay que ayudar a los papás” y allí, blece la mujer frente a sus padres:
en ese trabajo, no faltó: “oye no, por Constituyen un espejo en el cual no
qué, si tú trabajas “ y allí, en ese tra- quiere reflejarse, y buena parte de su
bajo, si me empezó a caer el veinte y construcción identificativa se realiza
me empecé a rebelar”
“Y también por las amistades de los
a partir de esa decisión. Al mismo
trabajos: “oye si tu eres la que traba- tiempo, esta construcción de la identi-
jas ¿por qué les das todo el dinero?, dad también está constantemente
no!”. O me invitaban a algún lado y atravesada por la precariedad, que
pues no, es que no me dan permiso, ella es capaz de recrear y reinventar,
esas fueron mis primeros signos de aunque no de evitar.
rebeldía, si me invitaban a una fies- Al buscar construir su sí mismo
ta yo me iba y no me importaba que rompiendo con la figura de los padres,
me pegaran” la narradora está intentando dejar
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atrás los valores que para ella le re- sión en nuevos ámbitos de socializa-
presentan. Básicamente, se trata de ción a través del trabajo y el descubri-
los valores “tradicionales”, lo que sig- miento de códigos, normas y valores
nifica para la narradora muchas co- diferentes a los conocidos, la ruptura
sas: Una de ellas y muy importante, es con los valores tradicionales que le re-
la sumisión de la mujer ante el hom- presentaba su hogar, la autoestima
bre, pero también la sumisión de la dañada que comienza a ser reivindi-
persona frente a alguien que se reco- cada por ella misma, son expresiones
noce en alguna posición superior, del proceso de individuación de la na-
como es el caso de los padres frente a rradora que la va a llevar a recons-
los hijos. truir su identidad.
En la construcción de la identidad En ese proceso de individuación, su
también se juega la autoestima, que participación en el mundo del trabajo
incluye tanto el sentido de sí misma, -aun en la precariedad- desde muy pe-
como la confianza en su propia capaci- queña va a jugar un papel central, más
dad para realizar sus metas. En este aun por el hecho de que lo haya articu-
aspecto la narrativa muestra que el lado con la asistencia a la escuela, al
concepto de sí misma ha estado “daña- menos hasta un cierto nivel. Como se-
do” por las mismas situaciones de pre- ñala Leñero (1991:140), “en el ethos
cariedad laboral y de vida en general, tradicional, el joven [aquí es la joven]
sobre todo por la precariedad familiar trabaja como pago de su crianza, en be-
y los valores familiares favorables a la neficio de sus padres y familiares cer-
sumisión. Sin embargo, la capacidad canos. Está obligado a ello”. Exacta-
de la narradora para recrear lo adver- mente en estos términos, inicia la na-
so en algo favorable le permite recons- rradora su incursión en el mundo del
truir un tipo de autoestima que se trabajo, obligada a ello aun cuando
puede denominar “reinvindicada des- fuera niña y no joven. Para Leñero, la
pués de haber sido dañada”. Fue da- prolongación de los años de escolari-
ñada de muchas formas, por ejemplo, dad será lo que confronta este ethos
porque se la obligó a trabajar desde tradicional. En la narrativa, la escola-
pequeña, porque se la obligó a respon- ridad efectivamente juega un papel
sabilizarse del hogar y los hermanos importante pero paradójicamente, la
menores desde niña, porque se le im- participación en el mundo del trabajo
pidió seguir estudiando después del también va a resultar lo decisivo, por
nivel secundario por ser mujer, porque las interacciones que establece en ese
se la obligó a someterse a las decisio- ámbito con otras personas.
nes de otros y por la violencia de su Así, la individuación le permitirá co-
madre.... menzar la reinvidicación de su propia
La confianza en su propia capaci- autoestima, esa autoestima que había
dad para revertir lo desfavorable en sido dañada y todo ello se irá expresan-
favorable, para resolver desde niña lo do en la reconstrucción de su identidad
que era propio de los adultos, la incur- como “mujer independiente”.
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nos, con muy escasos recursos. Otro jaba y se hacía cargo de buena parte
ejemplo de esto se observa en la cana- de los quehaceres domésticos y aun de
lización del dinero obtenido por la los hermanos pequeños. Esto también
venta callejera de comida, hacia la es hacer mucho (muchas actividades
construcción de la vivienda, o bien la cotidianas) con poco (poco tiempo).
obtención de los recursos necesarios Otra expresión de este ethos se pre-
para sostener la escolaridad de las hi- senta en la relación entre el nivel de
jas y hermanos armando ramos de flo- estudios y las inserciones laborales: A
res que los mismos niños vendían en pesar del escaso nivel de estudios que
el mercado cercano a la casa. logró, siempre tuvo trabajo, precario
Este tipo de actividades es parte de pero nunca le faltó el trabajo. Nueva-
lo que muchas veces se ha analizado, mente, hace mucho (muchos trabajos)
en distintos contextos de pobreza ur- con poco (pocos estudios).
bana, como estrategias de sobreviven- También emerge este mismo ethos
cia. Aunque también se puede com- del “hacer mucho con poco” en lo refe-
prender a la luz de lo que Michel De rente al proceso de individuación de la
Certeau (1996) llamó la invención de narradora, y quizás sea esta la expre-
lo cotidiano, es decir, la capacidad sión más relevante de ese ethos. En
para recrear e inventar y cambiar el este caso es mucho lo que ella siente
curso de lo cotidiano: En el ejemplo, la que ha hecho por constituirse en una
invención se expresa en tácticas con mujer diferente al modelo tradicional
las cuales se resuelve la reproducción que recibe en su hogar: Es mucho el
del grupo familiar, cuando en princi- proceso de toma de conciencia que
pio parecería que no estaban dadas realiza frente a lo poco que recibe en el
las condiciones para ello. hogar de origen en términos del desa-
No obstante, este ethos de “hacer rrollo de la autoestima y de la crítica
mucho con poco” no se presenta exclu- de valores tradicionales, sobre todo
sivamente a este nivel: Hay otras ex- los relacionados con el rol de la mujer.
presiones de este ethos, menos eviden- Y como se vio más arriba, en ese pro-
tes y inmediatas, pero no menos im- ceso de toma de conciencia y recons-
portantes. Por ejemplo, en la niñez y trucción de cómo quiere presentarse
adolescencia de la narradora, también ante los otros, ocupa un papel central
es “hacer mucho con poco” el hecho de su participación en el mundo del tra-
que estudiaba y trabajaba. En un bajo precario desde muy temprano.
tiempo cotidiano en el que otros niños En otras facetas de esta investiga-
y adolescentes solo estudian, ella ha- ción, pero siempre sobre este mismo
cía mucho: Además de estudiar, traba- contexto terrritorial de la periferia
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pobre del oriente de la ciudad de Méxi- trabajo nos ha llevado a construir ob-
co, hemos encontrado en cierto tipo de jetos de investigación muy coherentes
habitante una fuerte presencia del de acuerdo a nuestra propia racionali-
ideario modernista y occidental del dad, pero que muy frecuentemente
“progreso” aunque, como lo hemos se- tienen una muy escasa conexión con
ñalado en otras ocasiones, se trata de el fenómeno analizado, o bien aportan
una re-elaboración de la idea de pro- niveles de comprensión de la realidad
greso, es un progreso en la pobreza muy reducidos. No obstante, incluir el
que incluso lo hemos denominado “lo- ámbito de la experiencia y lo vivido en
gro” porque no se proyecta sobre el fu- los estudios sobre trabajo -al igual que
turo, sino que se repliega en el presen- en otros- presenta una enorme difi-
te: “Lo logrado o alcanzado cuando se cultad: No hay certezas metodológi-
empieza de muy abajo” (Lindón, cas, no hay estandarizaciones y nos
2000b). Esta idea de logro, o de progre- exige un esfuerzo de creatividad nada
so en la pobreza, no deja de ser parte despreciable. No obstante, la realidad
de la penetración de las ideas moder- social que pretendemos conocer, indu-
nistas en los más diversos ámbitos y dablemente incluye la vivencia, tanto
contextos sociales, pero también de su laboral como de otros tipos.
“colonización” en el sentido haberma- En cuanto al caso peculiar de la
siano del término. Posiblemente, una precariedad laboral y de vida en gene-
tarea pendiente es la de explorar en ral, posiblemente nuestros prejuicios
los discursos de los habitantes del lu- nos han conducido a asumir que ésta
gar si en la subjetividad colectiva hay necesariamente conduce a los sujetos
alguna relación entre esa idea de pro- a situaciones de creciente degrada-
greso o logro “colonizado” y este ethos ción. Evidentemente, no nos interesa
de “hacer mucho con poco”, sobre todo hacer un alegato a favor de la preca-
si consideramos que “hacer mucho” riedad, pero si uno a favor de la com-
puede ser una táctica para “progre- plejidad. La vida social -y también la
sar”. laboral como parte de la social- está
inmersa en paradojas, contradiccio-
4. Notas Finales
nes, irracionalidades. Por eso también
Para concluir nos interesa destacar es importante comprender que a ve-
que es necesario reconocer que meto- ces, los sujetos, aun frente a los lími-
dológicamente podemos construir ca- tes estructurales, suelen ser capaces
minos que no siempre se orienten a in- de encontrar tácticas de invención
dagar en términos de creciente espe- dentro de las situaciones más paupe-
cialización y aislamiento de los fenó- rizadas, dentro de lo minúsculo y coti-
menos. También es posible construir diano. Por eso, es necesario conocer
caminos inversos, como el que intenta- esas formas de invención y recreación,
mos explorar en este documento, hacia para así poder preguntarnos si son
niveles crecientemente más amplios. tácticas dentro de un mundo coloniza-
Asimismo consideramos que dejar do, o si tienen alguna capacidad y po-
lo experiencial fuera del análisis del tencialidad para inducir procesos de
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