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La física es la ciencia cuyo objeto es el estudio de las propiedades de los cuerpos y de las

leyes que rigen las modificaciones del estado o movimiento de tales cuerpos, cuando no
cambian de naturaleza.

Conocemos muchas cosas de las cuales decidimos que tienen el color rojo: la sangre, las
cerezas, los ladrillos, el carmín, etc.; queremos significar que dichos objetos tienen una
cualidad común que llamamos color rojo. De otro modo análogo atribuimos a otros objetos:
un lápiz, una regla un bolígrafo, el cordón de la cortina, etc., la cualidad común de tener
longitud. El mismo sentido damos también al decir que las páginas del libro, la pared de la
clase, la tabla de la mesa, el suelo del patio, etcétera, tienen superficie. Al color rojo, la
longitud, la superficie, etc., les llamamos “magnitudes” cuando las consideramos sin
referirlas a ningún objeto particular de los que tienen la misma cualidad común.

Algunas de estas cualidades o magnitudes no son conmensurables. Es decir, pueden


compararse pero no podemos saber cuánto es una más grande que otra. Por ejemplo, respecto
del color rojo, e igualmente de los demás colores, podemos decir que dos cerezas son
igualmente rojas o que una de ellas es más roja que la otra, incluso podemos comparar colores
de objetos distintos, pero no podemos afirmar que una de las cerezas sea doble roja que la
otra o tres veces más roja, etc., o lo que es lo mismo, no podemos decir que el color rojo de
una cereza lo obtenemos sumado el de otras.

En cambio, sí que podemos afirmar que una longitud es doble o triple que otra. Por ejemplo,
que la regla tiene una longitud tres veces mayor que la del lápiz. En casos como este
comparamos una magnitud con otra de su misma especie y el resultado es el número concreto
que llamamos “medida” de la primera.

La parte mayor o menor de una magnitud es lo que llamamos “cantidad”, y damos el nombre
de unidad a una parte de esta cantidad que elegimos arbitrariamente y nos sirve para medir
las magnitudes de su misma especie.
Por lo que se refiere a la elección de unidades se ha comprobado que es muy conveniente
relacionar las unidades de las diversas magnitudes físicas con unas pocas llamadas
“magnitudes fundamentales”, que han de reunir las condiciones siguientes: ser invariables y
que se puedan reproducir exactamente.

Las otras unidades, o unidades derivadas, deducen de las relaciones que existente entre la
magnitud física en cuestión y la unidad fundamental,

En principio, se tomaron como unidades fundamentales sólo tres, las que correspondían a las
magnitudes longitud, tiempo y masa o peso, según el sistema.

De éstas se derivaban muchas otras: velocidad, aceleración, fuerza, trabajo, potencia,


etcétera. Posteriormente se añadieron otras tres –que no derivaban de las primeras-, las de las
magnitudes de la intensidad de corriente eléctrica, temperatura termodinámica, e intensidad
luminosa.

A estas seis magnitudes fundamentales se les suele añadir una séptima: la cantidad de
sustancia.

Los sistemas de medidas más importantes son tres, dos basados en el trinomio longitud-masa
tiempo: el cegesimal o CGS –cuyas unidades fundamentales son el centímetro, el gramo y el
segundo- y el Giorgi o MKS –cuyas unidades fundamentales son el metro, el kilogramo y el
segundo-, y un tercero que junto a la longitud y el tiempo toma como magnitud fundamental
el peso: el terrestre o técnico, cuyas unidades fundamentales son el metro, el kilogramo-
fuerza y el segundo.

El sistema MKS se tomó como base para desarrollar el “Sistema Internacional” (SI) cuyo uso
está reglamentado internacionalmente y es el oficial en casi todos los países del mundo
(aunque en los anglosajones se siga usando también los tradicionales). Las unidades
fundamentales del SI fueron fijadas en la XI Conferencia General de Pesos y Medidas de
París (1960).

Sus siete unidades fundamentales corresponden a las siguientes magnitudes: longitud


(metro), masa (kilogramo), tiempo (segundo), intensidad de corriente eléctrica (amperio),
temperatura termodinámica (kelvin), cantidad de sustancia (mol) e intensidad luminosa
(candela).
El metro (m) se definió originalmente como la diezmillonésima parte del cuadrante del
meridiano terrestre. Más tarde se estableció un metro patrón de platino iridiado que aún se
conserva en París. En la actualidad, la moderna definición del metro se basa en la constitución
electrónica del átomo: el metro es la longitud igual a 1.650.763.73 longitudes de onda.

El kilogramo (kg) es la masa de un cilindro de platino iridiado establecido en la Conferencia


General de Pesos y Medidas (1901) y depositado en la Oficia Internacional de Pesos y
Medidas de París.

El segundo (s) originalmente fue definido como 1/86.400 del día solar medio. Se llama día
solar verdadero al tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos del Sol por el meridiano
de un lugar; pero como no todos los días solares son de igual duración en el transcurso de un
año, se toma un día ficticio llamado día solar medio, cuya duración es tal que, al cabo del
año, la suma de todos estos días ficticios es la misma que la de los días reales. La definición
actual de segundo se basa también en la constitución electrónica del átomo y se toma como
la duración de varios periodos del mismo.

El amperio (a) es la intensidad de corriente eléctrica constante que, mantenida en dos


conductores paralelos rectilíneos, de longitud infinita, de sección circular despreciable y
colocados en el vacío a una distancia de un metro de otro, produce entre estos dos conductores
una fuerza igual a 2x10^-7 newton por metro de longitud.

El kelvin (k) unidad de temperatura termodinámica es la fracción 1/273.16 de la temperatura


termodinámica del punto triple del agua.

El Mol (mol) es la cantidad de sustancia de un sistema que contiene tantas entidades


elementales como átomos hay en 0.012 kilogramo de carbono 12.

La candela (cd) es la intensidad luminosa, en la dirección perpendicular, de una superficie de


1/6000,000 metros cuadrados de cuerpo negro a la temperatura de solidificación del platino.

Medir una cantidad de una magnitud física es compararla con otra de su misma especie que
se toma como unidad. Se llama medida al número que resulta de esta operación; para designar
la operación de medir empleamos la palabra medición.
La palabra medición de una cantidad de las magnitudes fundamentales se hace directamente,
como al aplicar un metro al medir una longitud. La medición de longitudes derivadas se hace
utilizando alguna fórmula que permita relacionar las unidades fundamentales.

Teniendo ya en cuenta las decisiones de magnitudes, medidas y sistemas de unidades, los


científicos se enfrentaron a otro problema: la medición.

El problema de la medición era que cuando se quería aplicar las fórmulas con datos
relativamente gigantes, por ejemplo la medición de los movimientos de los planetas, los
números eran muy grandes.

De igual manera, en la física cuántica los datos que daban para realizar los experimentos
necesarios eran muy pequeños.

Fue por esta razón que se introdujo el término de notación científica, que no es más que la
abreviatura de cantidades grandes (exponente positivo) o pequeñas (exponente negativo)
como base en 10 y elevado a una potencia n, dependiendo de las cifras que se deseaba
abreviar. Ahora en vez de decir, la velocidad de la luz es de 300,000 km/s, con notación
científica podemos decir que la velocidad de la luz es 3x10^5. Esta es la gran importancia de
esta forma de hacer las cosas en los métodos científicos.

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