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Los principios procesales son reglas generales que se siguen por numerosas

disposiciones que establecen reglas concretas. Como tales, son la fuente de


inspiración de los actos procesales concretos, y al mismo tiempo, de normas
generales y abstractas como las normas legislativas de derecho procesal. Estos
principios tienen interés en la organización por el legislador de un determinado
ordenamiento procesal, en la integración normativa y en la interpretación del
Derecho. En este sentido, Couture mencionaba que «toda ley procesal, todo texto
particular que regula un trámite del proceso, es, en primer término, el
desenvolvimiento de un principio procesal
Principio de dispositivo:
Conforme este principio, corresponde a las partes la iniciativa del proceso; este
principio asigna a las partes mediante su derecho de acción, y no al juez, la
iniciación del proceso. Las partes son las que suministran los hechos y determinan
los límites de la contienda. Dice un adagio “Dadme los hechos que yo os daré el
derecho” para significar que los hechos deben ser aportados por los particulares en
litigio, no hay jurisdicción sin acción.

Principio De inmediación:
Este, según mi criterio es uno de los principios más importantes del proceso, de
poca aplicación real en nuestro sistema, según este se pretende que el juez se
encuentre en una relación o contacto directo con las partes, especialmente en la
recepción personal de las pruebas. Este se aplica con mayor frecuencia en el
proceso oral que en el escrito.

Principio de igualdad:
Este principio se encuentra basado en los principios del debido proceso y la legitima
defensa, es una garantía fundamental partes y conforme a este, los actos
procesales deben ejecutarse con intervención de la parte contraria, esto no significa
necesariamente que debe intervenir para que el acto tenga validez, sino que debe
dársele oportunidad de intervención a la parte contraria. Todas las partes son
iguales ante la ley, la justicia igual para todos, (Art57 LOJ)

Principio de eventualidad:
Este principio consiste en aportar de una sola vez todos los medios de ataque y
defensa, como medida de previsión ad eventum para el caso de que el
primeramente interpuesto sea desestimado; también tiene por objeto favorecer la
celeridad en los tramites, impidiendo regresiones en el proceso y evitando la
multiplicidad de juicio. Por este principio, las partes han de ofrecer y rendir todos
sus medios de prueba en el momento procesal oportuno, han de valer su demanda
todos los fundamentos de hecho de la acción que ejercita, oponer el demandado
todas las excepciones que tenga, acompañar a la demanda y contestación los
documentos que funden su derecho.

Principio de adquisición procesal:


Tiene aplicación sobre todo en materia de prueba y conforme al mismo, la prueba
aportada, prueba para el proceso y no para quien la aporta, es decir la prueba se
aprecia por lo que prueba y no por su origen. El artículo 177 del código procesal civil
y mercantil recoge claramente este principio al establecer que el documento
presentado como prueba por una de las partes, siempre probara en su contra y el
articulo 139 del COPCYM, según mi criterio también lo recoge al establecer que las
aserciones contenidas en interrogatorio referido a hechos personales del
interrogante (articularte) tendrán como confesión de este.
Principio de economía procesal:
Tiende a la simplificación de trámites y abreviación de plazos con el objeto, de que
exista economía de tiempo, de energías y de costos. En nuestra legislación es una
utopia, aunque el procedimiento oral podría ser un ejemplo del principio de
economía procesal.

Principio de probidad:
Este principio persigue que tanto las partes como el juez actúen en el proceso con
rectitud, integridad, y honradez. La ley del organismo judicial, recoge este principio,
al indicar que los derechos deben ejercitarse conforme a las exigencias de la buena
fe (Art. 17)

Principio de legalidad:
Conforme a este principio los actos procesales validos cuando se fundan en una
norma legal y se ejecutan acuerdo con lo que ella prescribe; según la ley del
organismo judicial los actos contrarios a las normas imperativas y a las prohibitivas
expresas son nulos de pleno derecho (Art. 4)
Principio de buena fe y lealtad procesal
Es un principio que impone a todos los sujetos partícipes del proceso la obligación
de actuar con lealtad y buena fe procesal ajustando su conducta a la justicia y al
respeto entre sí, debiendo evitarse cualquier conducta fraudulenta o dilatoria del
proceso. Todo tiene que estar fundamentado en ley.

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