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INTRODUCCIÓN

El Estado de bienestar como la principal institución ejecutora de políticas sociales de bienestar, su objetivo
principal es resaltar la riqueza de la teoría de los regímenes de bienestar como marco analítico en la
producción y distribución del bienestar en las sociedades contemporáneas. Abordar el tema del bienestar
únicamente desde el enfoque de las teorías del Estado de bienestar deja sin explicar un gran remanente
del bienestar, producido y distribuido por otras instituciones, como son el mercado y la esfera doméstica.
Precisamente, ése es el principio básico de la teoría de los regímenes de bienestar: la provisión de
bienestar siempre involucra, en la práctica, las esferas del Estado, el mercado y la familia, y se vincula con
muchos procesos políticos y económicos.

En otro apartado se argumentan los intentos por aplicar la teoría de la Seguridad Social en el contexto de
los países de América Latina. Dichos intentos demuestran que las circunstancias al respecto en nuestro
continente no son tan homogéneas, sino que se reportan diversos esquemas en la producción y
distribución del bienestar.

Es importante que se entienda el concepto de seguridad social integral como la protección integral del ser
humano contra las privaciones económicas y sociales que, de no atenderse, derivarían en una reducción
drástica de ingresos para las personas y las familias. La Seguridad Social se refiere principalmente a un
campo de bienestar social relacionado con la protección social o la cobertura de las necesidades
socialmente reconocidas, como la pobreza, la vejez, las discapacidades, el desempleo, las familias con
niños y otras, también busca la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una
serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la
desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de
trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de
asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos. La seguridad social es un servicio público de carácter
obligatorio que se presentará bajo la dirección, coordinación y control del Estado, en sujeción a los
principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la ley. Se garantiza a
todos los habitantes el derecho irrenunciable a la seguridad social. El Estado, con la participación de los
particulares, ampliará progresivamente la cobertura de la seguridad social que comprenderá la prestación
de los servicios en la forma que determina la ley.

La seguridad social y la salud integral son muy importantes para el bienestar de los trabajadores, de sus
familias y de todo el grupo social que constituye su entorno. Es un derecho humano fundamental y un
instrumento esencial para crear cohesión social y contribuir a garantizar la paz y la integración social. Debe
formar parte indispensable de la política social del gobierno y es una herramienta importante para evitar y
aliviar la pobreza. A través de la solidaridad social nacional y distribución equitativa de la carga, debe
contribuir al fortalecimiento de la dignidad humana, a la equidad y justicia social.

la Seguridad Social es la garantía de protección que toda sociedad organizada ofrece y proporciona a sus
miembros, mediante una serie de políticas públicas, contra las privaciones económicas y sociales, que de
otra manera derivarían en la desaparición o fuerte reducción de sus ingresos como consecuencia de
enfermedad, maternidad, accidentes de trabajo o enfermedad profesional, desempleo, invalidez, vejez y
muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos.
La Seguridad Social en Guatemala

Uno de los grandes retos que enfrenta la sociedad guatemalteca es garantizar un sistema de seguridad
social con una adecuada cobertura de las diferentes eventualidades a lo largo de la existencia de una
persona, tales como los accidentes, las enfermedades, la invalidez y la sobrevivencia al término de la vida
laboral.

Esta tarea, en las condiciones actuales por las que atraviesa el régimen de seguridad social, cuya
aplicación, por mandato constitucional, corresponde al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS),
aparece como algo inalcanzable, pues después de 72 años de haberse creado, los resultados son poco
menos que desalentadores.

Modelo de Seguridad Social y cobertura de salud integral

La seguridad social y la salud integral son muy importantes para el bienestar de los trabajadores, de sus
familias y de todo el grupo social que constituye su entorno. Es un derecho humano fundamental y un
instrumento esencial para crear cohesión social y contribuir a garantizar la paz y la integración social. Debe
formar parte indispensable de la política social del gobierno y es una herramienta importante para evitar y
aliviar la pobreza. A través de la solidaridad social nacional y distribución equitativa de la carga, debe
contribuir al fortalecimiento de la dignidad humana, a la equidad y justicia social.

La seguridad social y la salud pública integral, administradas correctamente, mejoran la “calidad de vida” al
proporcionar asistencia médica, seguridad de ingresos y servicios sociales; inciden en el aumento de la
productividad, pues una economía sólida y creciente y una política de mercado social laboral activa,
constituyen instrumentos valiosos para el desarrollo socio-económico sustentable y sostenido.

No existe un modelo idóneo único de seguridad social y salud pública. Crece y evoluciona con el tiempo y
las circunstancias, siempre y cuando se considere que “la persona humana, tanto en su dimensión
individual como en la proveniente de sus relaciones familiares y sociales, es susceptible constantemente
de sufrir estados de necesidad física, mental y social, producidas por el azar, por acontecimientos que, aun
siendo previsibles, están vinculados a su propia naturaleza individual o social, o al entorno en el que
necesariamente se desarrollan”.

Entre los diferentes regímenes de asistencia social y salud, los hay universales, colectivos, y públicos o
privados. La función prioritaria de la sociedad (usualmente, pero no únicamente) a través del Estado, es
facilitar, promover y extender la cobertura y garantizar la calidad de los servicios de la seguridad social y
salud pública.

PRIVATIZACIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN GUATEMALA

Al ser un tema polémico en la actualidad se ha planteado y discutido frecuentemente y reciente, ejemplo de


ello:

La posibilidad de reformas a la Ley del Seguro Social ha generado discusión en diversos sectores y grupos
que han señalado que puede ser un intento de privatización o desmonopolización del Instituto
Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
Todos coinciden en que es necesario que se analice la funcionalidad de la institución y se busque un
mecanismo para mejorar la atención a los afiliados.

Las discusiones comenzaron por el llamado que hizo la Comisión de Previsión y Seguridad Social del
Congreso a unas 70 organizaciones y personas jurídicas para proponer cambios a la Ley.

La propuesta más fuerte es la posibilidad de permitir al contribuyente elegir atención médica en un hospital
que no sea del Seguro Social, pero que su contribución laboral no incremente. El argumento es que el
IGSS no tiene condiciones para atender a los afiliados.

Los diálogos son dirigidos por el diputado de Encuentro por Guatemala Luis Pedro Álvarez, quien dijo
haber recibido unas tres mil denuncias de personas afectadas por los “malos servicios” del Seguro Social.

El legislador aseguró que el objetivo de los cambios es que el trabajador, al que le descuentan 4.83 por
ciento de su sueldo mensual, sea empoderado.

“Por qué esperar que el IGSS construya un edificio o ponga una policlínica. Queremos que el usuario
pueda ir donde quiera, con un tarifario establecido”, indicó el diputado, quien aclaró que no hablan de
privatizar al Instituto. Aunque otra de las propuestas es la posibilidad de usar asociaciones privadas para el
manejo de las pensiones.

No pueden hacerlo

El procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León, considera que es el momento de discutir cuál es
el modelo de seguridad social que se necesita. Además, propone como prioridades sacar la corrupción que
ha rodeado al Seguro Social y que ha contaminado la compra de medicamentos y las administraciones.

Además, comenzar con un análisis y propuesta seria de a dónde debe ir el IGSS, así como negociar la
deuda que mantiene el Estado.

“Hay que ser cuidadoso y coincido que no se puede privatizar, porque es un derecho y obligación que tiene
el Estado. Con lo que se paga de Seguro Social los afiliados podrían pagar un seguro privado, y no quiero
que se malinterprete que quiero que se privatice. Quizá tenemos mejor certeza que van a ser atendidos en
un centro privado que el IGSS”, reveló el magistrado de conciencia.

De León enfatizó que es urgente encontrar un modelo eficiente. “No podemos decir sigamos con el Seguro,
pero mientras tanto la gente se está muriendo, literalmente. Es nuestra responsabilidad y aplaudo los
esfuerzos del diputado y sector privado”, remarcó.

El procurador recordó que el IGSS y el Ministerio de Salud delegan a privados atenciones especializadas
que no pueden dar.

“Hay que distinguir claramente una cosa de la otra, y si encontramos el modelo con la cooperación de
entes privados, y eso significa mejor atención y salvar vidas, debemos encontrarlo”, comentó.
Servicio es privado

Para Karin Slowing, investigadora social, la salud de Guatemala está privatizada desde hace 20 años, pues
el gasto fundamental lo pagan las familias cada vez que compran medicina en las farmacias o pagan a un
médico.

Además, no ha habido un aumento de presupuesto acorde a las necesidades y crecimiento de la población


y las enfermedades.

“Lo que viene ahorita es una etapa de profundización de la privatización que no funcionó porque la gente
es muy pobre para pagar servicios privados. Lo que van a hacer es quedarse con el financiamiento
completo, que paguen su pensión a un lugar privado y que paguen sus servicios en hospitales privados.
Vamos a una situación de más precariedad y desigualdad al acceso, sin garantizar calidad”, explicó la
experta.

La investigadora cree que la intención es privatizar el IGSS, pero lo hacen con el nombre de reformas. “Ya
se vio qué pasó con las privatizaciones de Álvaro Arzú. Lo que se ve hoy en salud es un desastre. El IGSS
ha estado subcontratando servicios médicos curativos y terapias. Ya tienen al sector privado con ellos”,
indicó.

Las reformas al sector salud que trabaja el Ejecutivo son otras que no convencen, según Slowing. Se trata
de una redistribución de funciones entre el Ministerio de Salud y el IGSS. “Lo que se debe ver es qué clase
de Estado se quiere. Además, el derecho a la salud es obligatorio y no pueden eludir”, enfatizó la
investigadora.

Fuente: Prensa Libre

Principios en que se basa la Seguridad Social en Guatemala:

a. De universalidad: su meta es proteger a toda la sociedad, especificando necesidades propias de cada


grupo social (niños, amas de casa, madres solteras, ancianos, discapacitados, asalariados, trabajadores
por cuenta propia, etc.) y las que emanan de cada contingencia particular.

b. De solidaridad: consiste en sentir como propios los problemas ajenos, a fin de buscar, encontrar y
posibilitar la solución en común. Se opone al egoísmo, el egocentrismo o a otras actitudes de ruptura o de
indiferencia ante los problemas ajenos. En el campo interpersonal es la capacidad de hacer propia la causa
ajena. En el campo social es la acción compartida para forjar un orden más equitativo de convivencia. En
ambos casos la solidaridad se inscribe bajo el signo del derecho y no de la caridad.

c. De integridad y suficiencia: significa que la seguridad social debe amparar todas las contingencias
sociales en todos los planos que imponga la necesidad (promoción, prevención, recuperación,
resarcimiento, readaptación, rehabilitación).

d. De expansividad o progresividad (perfectibilidad): consiste en que, sobre la base de la realidad en el


curso de búsqueda de la universalidad e integridad, tales metas deben establecerse para que en forma
continua y progresiva busquen un resultado más satisfactorio.
e. De unidad: está fundada en la exigencia de coordinación y sistematización de la institución y en la
necesaria e indispensable coordinación con otras instituciones previsionales y asistenciales. El principio de
unidad alude esencialmente al enfoque sistémico de la seguridad social, por lo que no debe
malinterpretarse como un concepto centralizador.

f. De eficacia: procura que la cobertura sea la necesaria y suficiente (en calidad y cantidad) y las
prestaciones ciertas y oportunas, configurándose como derechos jurídicamente garantizados para los
beneficiarios.

g. De subsidiaridad: es la responsabilidad de garantizar derechos por parte del Estado, cuando la sociedad
civil o grupos por sí solos no pueden desarrollarse satisfactoriamente. El Estado en estos casos no debe de
ser concebido como “gobierno” sino como la expresión política de la organización social y, como tal,
garante del bien común.

h. De obligatoriedad y equidad en la distribución del costo: concibe al régimen unitario de seguridad social
como obligatorio (en oposición a voluntario o selectivo), con un costo equitativamente distribuido en
proporción a la capacidad contributiva de los miembros de la sociedad.

ANALISIS DE INTERES SOBRE LA APLICACIÓN DE PRINCIPIOS DE SEGURIDAD SOCIAL EN


GUATEMALA
Lic. Douglas Abadía C. “Las condiciones de pobreza, el aislamiento geográfico, las deficiencias en la
dotación de agua y saneamiento básico, la baja cobertura educativa, la deficiencia del seguro social y la
escasa proyección de la red de servicios se reflejan en un perfil sociosanitario de elevada precariedad.

La Seguridad Social es entendida y aceptada como un derecho que le asiste a toda persona de acceder,
por lo menos, a una protección básica para satisfacer estados de necesidad.

Es así como la concepción universal respecto del tema ha llevado a cada nación a organizarse con el
objeto de configurar variados modelos al servicio de este objetivo.

En este contexto siempre se concibió al Estado como el principal, si no el único promotor de esta rama de
la política socioeconómica puesto que los programas de seguridad social están incorporados en la
planificación general de éste. Sin embargo, no siempre se logró a través de tales políticas desarrollar e
implementar un sistema de seguridad social justo y equitativo en el cual la persona tuviera la gravitación
que amerita.

Debe señalarse que varios de los problemas de salud son derivados de los bajos niveles de saneamiento
ambiental y las deficiencias en la educación en salud de la población. Guatemala ofrece condiciones
topográficas favorables para la transmisión de enfermedades por vectores, condiciones que se ven
magnificadas por la falta de saneamiento y la existencia de la multiplicidad de depósitos de agua
estancada.

El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, es el segundo gran prestador de servicios de salud
del sector público en Guatemala, tanto por el nivel de cobertura, así como por el número de personal que
labora en la prestación de servicios de salud. El IGSS es una entidad semiautónoma que dirige sus
acciones a los trabajadores asalariados afiliados, sus dependientes y al sector de jubilados (clases
pasivas).

La Gerencia del Instituto de Seguridad Social cuenta con dos Subgerencias: la de Administración
Financiera y la de Administración de Prestaciones. Esta última coordina el trabajo de los departamentos
médicos (central y departamental) que a su vez supervisan las unidades operativas compuestas por
hospitales, consultorios y puestos de salud. Las prestaciones pueden ser en dinero o en servicios; estas
últimas están agrupadas en tres programas: enfermedad, maternidad y accidentes.

Guatemala debiera procurar la implementación de un régimen de “Seguridad Social” que dignifique a la


persona, principalmente en su vejez.

En nuestro país lo anterior no se cumple y el afiliado, además de no tener opción, tiene la obligación de
pagar un servicio que cuando se presta, es por lo regular muy malo.

El monopolio legal que tiene el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, le permite, de forma
continuada y en aumento, abusar de sus afiliados.

Sus funcionarios y empleados, con raras y honrosas excepciones, protegidos por el ambiente generalizado
de impunidad que prevalece en Guatemala y que los operadores de justicia se distinguen en fomentar y, –
por supuesto–, se benefician económicamente; despilfarran y saquean los recursos que pertenecen a los
afiliados.

Guatemala es un país con índices altos de desempleo, la pobreza y las limitaciones económicas tienden a
incrementarse, dando como resultado la proliferación de fenómenos alternos como la delincuencia y la
mortalidad.

Cuando una persona sufre de alejamiento del sector laboral estable, de no encontrar un aliciente para
satisfacer sus necesidades básicas aunado a recibir las prestaciones de ley, se acercan a la economía
informal.

La participación política es importante al igual que la lucha por la búsqueda de nuevos rutas basadas en
propuestas programáticas y prácticas políticas totalmente diferentes, que permitan que muchos
guatemaltecos y guatemaltecas puedan participar más activamente en la refundación del Estado.

Extensión de la seguridad social y salud pública

Es necesario dar máxima prioridad a las políticas e iniciativas que aporten seguridad social y salud integral
a aquellas personas que no están cubiertas por los sistemas vigentes. Por ejemplo, los pequeños núcleos
de trabajo, los trabajadores (urbanos y rurales) independientes, los trabajadores migrantes, las empleadas
domésticas y todas las personas, que en su mayoría son mujeres activas en la economía informal.
En caso que existan obstáculos para que la cobertura no alcanza para las necesidades de algunos grupos,
debe explorarse la introducción de seguros y / o programas (voluntarios) u otras medidas como la
asistencia social, y posteriormente extenderse o integrarse en el sistema de seguridad social, siempre que
la utilidad de las prestaciones resulten económicamente viables.

Ciertos grupos tienen necesidades diferentes y algunos demuestran una capacidad contributiva muy baja;
en general están integrados por el campesinado indígena minifundista y los pobladores de las áreas
marginales urbanas, que coinciden en mucho con gran parte del 54.3% de la población que viven en
miseria o extrema miseria. Para extender la seguridad social y la salud pública integral con éxito, es
necesario tomar en cuenta estas diferencias y características. Las posibilidades que ofrece el “micro
seguro” y / o “canasta básica de salud y seguridad”, también deben explorarse rigurosamente, aunque se
reconoce que no pueden ser la base de un sistema de seguridad social integral, pero sí podrían ser un
primer paso útil, en especial para responder a la apremiante necesidad de mejorar el acceso a la asistencia
médica primaria. Las políticas e iniciativas sobre la extensión de la cobertura deberían enmarcarse en el
contexto de una estrategia de “seguridad social nacional integrada”.

La economía informal

El reto fundamental que plantea la “economía informal” es cómo integrarla a la “economía formal”. Se
estima que es una cuestión de equidad y de solidaridad social. Las políticas del modelo de desarrollo
incluyente a impulsar, deben tender a la promoción del abandono de la “economía informal” (políticas de
educación para el trabajo, de trabajo masivo, de organización y participación social, de trabajo decente con
remuneración equitativa, etc.). En Guatemala la “economía formal” está en una constante contracción y la
“economía informal” en un constante aumento. La cooperación solidaria (que supera la ayuda) a los
grupos vulnerables de la economía informal, debe ser financiada por toda la sociedad, muy probablemente
mediante modificaciones significativas del régimen tributario.

Población económicamente activa

La población económicamente activa (PEA) no es sinónimo de población en edad de trabajar, trabajando.


Usualmente y en Guatemala, la edad de trabajar está en una proporción arriba del 65% (15-65 años), pero
en la práctica no se considera al trabajador como “sujeto” con pleno empleo. Vuelve a ser determinante la
posibilidad de que si se tiene la capacitación adecuada, se esté en condiciones de conseguir un “trabajo
decente”.

Educación para el trabajo

Ante el comportamiento actual de las economías, la educación y la calificación de la fuerza laboral es cada
vez más importante. Se debe proporcionar educación básica sólida a todos los niños y jóvenes para que
aprendan a desenvolverse en la vida: leer, escribir y calcular, vivir sanos, en una cultura de armonía con su
entorno (social, física y ambiental), facilitando así su desarrollo personal y de incorporación a la fuerza
laboral. La educación, por todos los medios y formas posibles es clave en la economía actual para
conseguir un empleo y por ende, alcanzar la realización personal y mejor calidad de vida.
Prestaciones de desempleo

Las prestaciones de desempleo del régimen de seguridad social deben concebirse de forma que no creen
dependencia o supongan obstáculos potenciales al posible empleo y al trabajo en sí. Las medidas
destinadas a lograr que resulte más atractivo económicamente trabajar que recibir las prestaciones de la
seguridad social, deben ser diligentemente estructuradas (por ejemplo: temporalidad, porcentaje no mayor
del 70% sobre el último salario, etc.) Cuando no se considere factible establecer un sistema de
prestaciones de desempleo, deben explorarse medidas para priorizar a los desempleados en trabajos
temporales (substitutos en vacancias por vacaciones, enfermedad, periodo pre y posnatal, horas extras,
etc.) u ocupar puestos públicos que requieran “mano de obra” sin alto grado de especialización (ej.: plan
masivo de vivienda popular).

Igualdad de género

La seguridad social deberá fomentarse y basarse en los principios de la igualdad de género. Una política
en esta dirección debe significar no sólo un trato igualitario para hombres y mujeres en situaciones iguales
y similares, sino también medidas para garantizar la igualdad de hecho para las mujeres. La sociedad
obtiene un enorme beneficio del cuidado no remunerado que proporcionan las mujeres (trabajo hogareño),
en especial a los niños (las primeras maestras son las madres), los padres ancianos y los familiares
discapacitados. Debe concebirse una política en la que las mujeres no sean perjudicadas por el sistema,
después de haber hecho esta contribución durante la edad en que podrían estudiar y trabajar.

VIH/SIDA y “enfermedades catastróficas”

En muchos países en vías de desarrollo (africanos subsaharianos, sudamericanos, caribeños y


centroamericanos), la pandemia del VIH/SIDA y el aparecimiento de enfermedades graves y caras en su
tratamiento (cardíacas, renales, cánceres, etc.) están teniendo efectos significativos en varios aspectos de
la vida social. Su repercusión en la base financiera de los sistemas de seguridad social es especialmente
grave, ya que un gran porcentaje de las víctimas se concentra en la población en edad de trabajar. Esta
crisis debe ser seriamente analizada, dar atención a los enfermos, sin permitir que eventualmente esos
cuidados provoquen la quiebra económica.

PROYECTO DE COBERTURA DE SECTOR ESECIFICO NO CUBIERTO POR LA SEGURIDAD SOCIAL


SEGURIDAD SOCIAL

SECTOR ESPECÍFICO: TRABAJADORES ALBAÑILES

Considerando que la incorporación a la seguridad social es uno de los rasgos esenciales del trabajo formal,
este estudio tiene como propósito fundamental presentar propuestas orientadas a incorporar a los
trabajadores de la economía informal al régimen de seguridad social aplicado por el Instituto Guatemalteco
de Seguridad Social (IGSS), a través de programas de seguridad social que brinden ciertos beneficios
sociales a un sectores especifico en nuestro caso los trabajadores de construcción llamados albañiles.
Por lo riesgoso de su trabajo lo primero a considerar es un seguro de vida, además de tomar en
cuenta el tiempo que pasan desempleados, sin un salario estable que sustente su día a día.

PROPUESTA

La implementación de una organización de los mismo para empezar sería lo ideal, constituir un
sindicato que incluya a todos los dedicados a este oficio, con miras a comenzar un fondo común de
ahorro e inversión con alguna cooperativa o entidad financiera, lo cual llevaría a incrementar el
volumen total del fondo común.

Lo anterior se podría sustentar sobre una cuota mensual de afiliación y la estipulación de un plazo
para empezar a obtener beneficios, la dificultad es que por los bajos salarios que estos perciben y
el nivel económico junto a las necesidades de estos sería establecer una cuota fija.

Dentro de la cuota se incluiría un seguro medico y seguro de vida. La organización de los mismos
siempre ha existido pues bien se sabe que por costumbre un albañil tiene sus conocidos ayudantes
de albañil que por lo general trabajan en grupo y se comunican para enterarse de un nuevo trabajo.

Gracias a ello no es difícil contemplar la idea de organizarse y saber de trabajos o procurar


establecer un precio estándar de su trabajo o por obra. La idea general que trabajadores
organizados significa problemas para el patrono o el que pagara por sus servicios y esto le afecte al
proveedor de trabajo y al mismo tiempo al trabajador que ya no será contratado y se buscara a
personas independientes sin un sindicato que le respalde. Puede establecerse beneficios para los
que contraten a estos albañiles organizados como lo es un trabajo terminado en menos tiempo o
asegurar la calidad del trabajo que obtendrá, esto aria una idea mas atractiva para que todo aquel
que desea construir su casa u obra de albañilería decida abocarse a dicha organización a solicitar
el servicio. Y pagar por la otra total o por el equipo o trabajador de su elección. Dicho sistema
agilizaría la búsqueda de las personas en búsqueda de trabajo y las personas que desean contratar
gente confiable que garantice un rápido y buen trabajo.

Volviendo un poco a la protección o beneficios que brindaría un fondo común y estar asegurado
por el sindicato o una asociación de estos trabajadores, sería el invertir y ver crecer mediante la
inversión a largo plazo el capital que se reúna y de ello pagar servicios médicos, seguro de vida o
servicios funerarios que cubran al trabajador cuando este lo necesite, requiere de una gran
organización y administración que perdure. Lo cual implicaría ser una dependencia del Estado que
permita organizar, motivar mediante capacitación, alentar la cooperatividad y organización de los
dedicados a este oficio que es un trabajo liberal.

FUNDAMENTO PARA PROMOVER PROGRAMAS DE APOYO A LA SEGURIDAD SOCIAL DE


TRABAJADORES NO BENEFICIADOS AUN CON ESTE DERECHO

La Ley Orgánica del IGSS, no obstante que fue emitida casi 40 años antes que la actual Constitución, tiene
un elevado grado de congruencia con los mandatos constitucionales, pues el contenido del artículo 100 de
la Constitución vigente es muy similar a los artículos correspondientes contenidos en las constituciones de
1945, 1956 y 1965.

Con sentido visionario la Ley Orgánica establece, en su artículo 27, que todos los habitantes que sean
parte del proceso productivo están obligados a contribuir al sostenimiento del régimen en proporción a sus
ingresos y el derecho de recibir beneficios para ellos y sus familiares.

Agrega el citado artículo que para lograr ese propósito el instituto debe comenzar por la clase trabajadora
(en el contexto de la ley se entiende por clase trabajadora a la población laboral en relación de
dependencia) y, dentro de ella, con los grupos que por sus características son “económicamente
favorables”, procurando extenderse a toda la clase trabajadora en todo el territorio nacional. Para ello, el
artículo 37 de la misma ley le otorga amplia libertad de acción.

Para el financiamiento del régimen el artículo 38 de la Ley Orgánica señala que durante el tiempo que solo
se extienda a la clase trabajadora o a parte de ella, se financiará por el método de triple contribución
(trabajadores, patronos y Estado); y que, cuando incluya a toda la población, utilizará el método de una
sola contribución proporcional a los ingresos de cada habitante que sea parte del proceso productivo.

Durante las etapas intermedias se financiará con los métodos que determine el instituto, de acuerdo con
sus necesidades y con las características y posibilidades contributivas de la población.

En consecuencia, el IGSS dispone de un mandato amplio y suficientemente flexible, que le permite


extender la cobertura de la seguridad social a la población del país en forma progresiva, utilizando las
modalidades y modelos contributivos que se adapten a las circunstancias y capacidades de los diferentes
segmentos de la población productiva, vale decir la población económicamente activa, del país.

Trabajadores asalariados no protegidos por la seguridad social

Los trabajadores asalariados o que tienen relación de dependencia con un empleador o patrono, de
acuerdo con las categorías utilizadas por el INE, son los empleados del gobierno, empleados privados,
jornaleros o peones y empleados de casa particular. De estas categorías, la totalidad de los trabajadores
del gobierno están cubiertos por el régimen de seguridad social (programa EMA) y por la Ley de Clases
Pasivas Civiles del Estado (pensiones), por lo que los trabajadores asalariados no cubiertos por la
seguridad social se encuentran en las categorías de empleados privados, jornaleros o peones y empleados
de casa particular o domésticos.

De acuerdo con la Clasificación Internacional de la Situación en el Empleo (CISE-93) adoptada en 1993 por
la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET) de la OIT, empleos asalariados son:

Aquellos empleos en los que los titulares tienen contratos de trabajo implícitos o explícitos (orales o
escritos), por los que reciben una remuneración básica que no depende directamente de los ingresos de la
unidad para la que trabajan (esta unidad puede ser una corporación, una institución sin fines de lucro, una
unidad gubernamental o un hogar). Algunos o todos los instrumentos, bienes de capital, sistemas de
información y/o locales utilizados por los titulares son la propiedad de terceras personas, y los titulares
pueden trabajar bajo la supervisión directa de, o de acuerdo con directrices estrictas establecidas por, el
(los) propietario(s) o las personas empleadas por el(los) propietario(s). Las personas con «empleos
asalariados» se remuneran típicamente con sueldos y salarios, pero también pueden remunerarse por
medio de comisiones de ventas, pagos a destajo, primas o pagos en especie tales como comida,
habitación o formación.

Conforme a los datos de la ENEI 2012, la población afiliada al IGSS asciende a 1.1 millones de
trabajadores. Esto significa que de los 3.2 millones de trabajadores asalariados reportados por la ENEI, hay
2.1 millones de trabajadores en relación de dependencia (65%) que no están cubiertos por la seguridad
social. Este segmento de la población laboral se constituye en consecuencia en uno de los dos grupos
meta que deben ser incorporados al régimen. El otro grupo es el de los trabajadores por cuenta propia.

En los cuadros siguientes se presentan las principales características de los trabajadores asalariados no
cubiertos por el régimen de seguridad social, de acuerdo con diferentes variables.
Los datos que anteceden ponen de manifiesto que alrededor de la mitad de los asalariados no protegidos
por la seguridad social son empleados privados que residen en áreas urbanas y están ocupados en
actividades comerciales y de servicios.

Más de dos tercios de dichos asalariados labora 40 horas semanales o más, y es un segmento
predominantemente joven, pues más de la mitad se encuentra entre los 14 y los 30 años de edad; y
mayoritariamente masculino, pues tres de cada cuatro son hombres (más de la mitad jornaleros o peones).

Por grupo étnico los ladinos o no indígenas predominan entre los empleados privados, y los indígenas
entre los jornaleros y empleados de cada particular. La precariedad en materia de ingresos es elevada,
pues el 85% gana menos del salario mínimo.

El Estudio de opinión pública sobre trabajo decente y economía informal, realizado por el
proyecto “Diálogo estratégico sobre trabajo decente y economía informal”de ASIES, revela que el
94% de los asalariados no cubiertos por la seguridad social está interesado en obtener la cobertura. El
86% de dichos asalariados labora en microempresas (de 5 trabajadores o menos).
Propuestas para ampliar la cobertura de la seguridad social

 Fortalecimiento de la autonomía del IGSS:la eficiencia y eficacia del IGSS – condición necesaria
para ampliar la cobertura – depende de un ejercicio responsable de la autonomía institucional, la
cual debe ser fortalecida, especialmente mediante la acción concertada de los directores
designados por las organizaciones de empleadores y trabajadores, Universidad de San Carlos y
Colegio de Médicos y Cirujanos.

 Transparencia y probidad:el fortalecimiento de la autonomía debe ir acompañado de una


irrestricta política de transparencia, que facilite la erradicación de la corrupción y garantice el uso
racional y con estrictas reglas de probidad, de los recursos financieros y materiales de la
institución, especialmente en cuanto al manejo de su portafolio de inversiones.

 Estudio actuarial:a partir de los cambios paramétricos aprobados en 2010 y que se mantienen
como consecuencia de la sentencia de la Corte de Constitucionalidad de 2012, es necesario
realizar un estudio actuarial que permita determinar cuál es el período de equilibrio financiero que
se logra con la implementación de dichos cambios.

 Fiscalización:existe un amplio consenso sobre el papel fundamental que tiene una inspección del
trabajo efectiva en el nivel de cumplimiento por parte de los empleadores de las obligaciones
contempladas en la legislación laboral y, dentro de estas, la de inscribirse en el régimen de
seguridad social. Una eficaz labor de inspección contribuirá asalariados que actualmente no están
cubiertos por la seguridad social, por lo que deben establecerse programas de inspección
específicamente orientados a la incorporación de empresas y de todo tipo de centros de trabajo
(incluidas entidades públicas) cuya fuerza de trabajo, parcial o totalmente, no está registrada en el
IGSS.

 Información y sensibilización:tanto el IGSS como el Ministerio de Trabajo deben realizar


campaña de información y sensibilización, incluido el asesoramiento a empresas y trabajadores
por cuenta propia, sobre los requisitos para la incorporación al régimen de seguridad social y las
ventajas que esto representa para la vida presente y futura de los trabajadores y sus familias.

 Coordinación de servicios de inspección:la Inspección General de Trabajo debe establecer


programas conjuntos con los servicios de inspección del IGSS y de otras entidades públicas, como
el Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Economía y Superintendencia de Administración
Tributaria (SAT), que garanticen mayor eficacia y controles mutuos entre las entidades
involucradas. Esto se fundamenta en disposiciones contenidas en los artículos 5 y 12,
respectivamente, de los Convenios 81 y 129 de la OIT sobre la inspección del trabajo, ratificados
por Guatemala.

 Trabajadores del transporte y la construcción:implementar un plan especial para la inscripción


de trabajadores del transporte y la construcción. Se trata de actividades que generalmente tienen
alta rentabilidad y que tienen un número insignificante de trabajadores afiliados (aproximadamente
50,000), en comparación con el número de trabajadores ocupados en las mismas, que según la
ENEI 2012 son alrededor de 500,000.
 Empresas proveedoras del Estado:las instituciones públicas deben cumplir estrictamente las
disposiciones del Convenio 94 de la OIT sobre las cláusulas de trabajo (contratos celebrados por
las autoridades públicas), ratificado por Guatemala, que en su artículos 1 y 2 establece que en los
contratos que se celebren con contratistas de obras públicas o suministro de servicios, entre otros,
deberá garantizarse a los trabajadores salarios, horas de trabajo y demás condiciones de empleo
(lo que incluye la cobertura de la seguridad social) establecidas en la legislación nacional. Esas
disposiciones proveen suficiente fundamento para exigir a todo contratista público que se registre
como patrono ante el IGSS.

 Facilitar la inscripción de patronos:hacer efectiva la disposición del artículo 18 del Reglamento


de Inscripción de Patronos en el Régimen de Seguridad Social, que reconoce el carácter de
declaración jurada al formulario de inscripción que debe llenar la persona individual o jurídica que
desea inscribirse como patrono, para contribuir a la simplificación de trámites y estimular el interés
por la incorporación al régimen.

 Inscripción de empresas con menos de tres trabajadores:la obligación de afiliarse al IGSS


debe extenderse a todo empleador, independientemente del número de trabajadores que tenga a
su servicio. En todo caso, si un empleador que tiene a su servicio menos de tres trabajadores
manifiesta interés de inscribirse, debe ser aceptado por el IGSS.

 Cobertura de microempresarios:de acuerdo con el INE, las microempresas son aquellas que
tienen menos de cinco trabajadores. Para estimular la afiliación de este sector debe modificarse el
artículo 22 del Reglamento de Inscripción de Patronos, a efecto que los propietarios de
microempresas – quienes generalmente desempeñan una función de trabajador típico – puedan
inscribirse como afiliados y gozar de los beneficios del régimen.

 Afiliación voluntaria de profesionales independientes y trabajadores por cuenta propia:en


tanto se inicia un programa específico para los trabajadores por cuenta propia, que facilite su
incorporación masiva, el IGSS debe suprimir las limitaciones existentes en la modalidad
denominada el “continuación voluntaria en el seguro”, permitiendo que profesionales
independientes y trabajadores por cuenta propia de ingresos medianos y altos (particularmente
urbanos y ocupados en actividades de comercio y servicios) puedan afiliarse mediante una
declaración jurada de ingresos, a condición de que el monto declarado mensual no sea inferior a
dos salarios mínimos vigente para actividades no agrícolas, e independientemente de que hay
tenido o no un trabajo en relación de dependencia.

 Trabajadores por cuenta propia de ingresos bajos:el más grande desafío es la incorporación de
los trabajadores por cuenta propia de bajos ingresos, que son la inmensa mayoría de este
segmento de la población laboral. La experiencia indica que es muy difícil incorporar masivamente
a los trabajadores por cuenta propia si, además de la cuota de trabajador, deben absorber la que
corresponde al empleador. En el caso de El Salvador los trabajadores independientes constituyen
el 45% del total de afiliados al sistema de pensiones gestionado por las Administradoras de
Fondos de Pensiones (AFP) pero solamente el 0.4% de los cotizantes (Mesa-Lago, 2011).

Por ello es necesario establecer un programa especial para los trabajadores por cuenta propia que
devengan menos de dos salarios mínimos, en donde el Estado absorba total o parcialmente la
cuota que corresponde al empleador. Esto tendrá un costo fiscal, pero será menor que el que
pueden alcanzar las pensiones no contributivas del Programa del Adulto Mayor, cuyo costo no es
previsible, pues eventualmente será objeto de acciones políticas para aumentar las pensiones,
mediante una reforma a la ley que rige dicho programa.

 Trabajadores agrícolas temporales:este segmento es uno de los más vulnerables de la


población laboral. Tienen el problema de trabajar en relación de dependencia durante una parte del
año, por lo que generalmente deben cotizar durante un período muy largo de tiempo para optar a
una pensión. Por ello debe establecerse un programa especial que, a cambio de un pago adicional,
podría contemplar que cada mes trabajado sea considerado como doble para efectos del cálculo
del tiempo laborado.

 Programas flexibles de protección:Mesa-Lago (2012) recomienda el desarrollo de programas


flexibles de protección, adaptados a las condiciones socioeconómicas de los trabajadores por
cuenta propia, como es el caso, ya implantado por el IGSS del Programa Especial de Protección
para Trabajadoras de Casa Particular (PRECAPI). Estos programas deben incluir, entre otras
facilidades; pagos trimestrales o anuales de las cotizaciones, con la posibilidad de hacerlos por
medio de bancos u otros medios; planes de cotizaciones y prestaciones ajustados a la capacidad
de pago de las familias; obligación las empresas que contratan a trabajadores y profesionales
independientes, de retener sus cotizaciones; y estimular la formación de cooperativas, sindicatos y
asociaciones de trabajadores informales, para actuar como intermediarios en el cobro y
transferencia de las cotizaciones al seguro social.

Finalmente, cabe señalar que, de acuerdo con la Asociación Internacional de la Seguridad Social
(AISS), el desafío clave que enfrenta un país como Guatemala para extender la cobertura de la
seguridad social es beneficiar a los trabajadores de la economía informal y a sus familias, que
trabajan en empleos precarios “se necesitan iniciativas creativas para incrementar la
protección social en la región. Estas iniciativas deben ser prudentes desde el punto de vista
fiscal y del financiamiento”(AISS, 2010).
CONCLUSIONES

En contraposición, a la hora de tipificar los Estados de bienestar existe una tendencia analítica, en la que
han insistido buena parte de los investigadores de las políticas sociales, que considera "aisladamente "la
producción de bienestar de las instituciones estatales. Se trata de una visión reduccionista que no suele
considerar la naturaleza interdependiente de los tres grandes productores de bienestar: el propio Estado, el
mercado (laboral, principalmente) y la esfera doméstica.

La negligencia analítica de no incluir a la sociedad, dadas las dificultades de obtención de datos que ello
implica, ha dificultado considerablemente la comprensión de los "reales” niveles de satisfacción vital de los
ciudadanos en las democracias del bienestar social. Por lo tanto, con la necesidad de entender los
'regímenes de bienestar' como algo que abarca más que un mero conjunto de políticas públicas, ya que
éstas, al estar conectadas con sistemas determinados de estratificación social, son el resultado de alianzas
y dinámicas de conflictos muy diversas entre los actores sociales.

El Derecho de Seguridad Social sólo es un derecho absoluto en potencia, pues se encuentra condicionado
en su actuar por una serie de circunstancias. Podría decirse que, en cuanto a su comprensión, actualmente
es un derecho relativo, pues todavía no es para todos los miembros de la comunidad sino solamente para
los miembros útiles que pueden aportar su esfuerzo a ella. Así se aprecia, en el ambiente positivo, que
todas las legislaciones del mundo condicionan el grado de su amplitud a determinadas personas. En
cuanto a su contenido fundamental como son las prestaciones sanitarias, los medios económicos de
subsistencia, la protección familiar, la rehabilitación profesional y el bienestar. Los sistemas de Seguridad
Social se han convertido poco a poco en una preocupación mayor para los países desarrollados que
destinan a este fin más del 25 % de su producto interior bruto (PIB). Muchos países que se encuentran en
el subdesarrollo no pueden hacer frente a estos gastos, bien sea por la carga económica que representan
estos programas o bien temen el efecto que las pesadas cargas fiscales impondrán sobre el crecimiento
económico del país. El Estado debe ejecutar determinadas políticas sociales que garanticen y aseguren el
bienestar de los ciudadanos en determinados marcos como el de la sanidad, la educación y en general
todo el espectro posible de seguridad social.
RECOMENDACIONES

La seguridad de los medios de vida debería organizarse, siempre que fuere posible, a base del seguro
social obligatorio, según el cual los asegurados que hayan cumplido todas las condiciones exigidas tendrán
derecho, en los casos previstos por la ley, en virtud de las cotizaciones que hayan pagado a una institución
de seguro social, a prestaciones pagaderas de acuerdo con la tasa fijada por la ley.

Las necesidades que no estén cubiertas por el seguro social obligatorio deberían estarlo por la asistencia
social; y ciertas categorías de personas, especialmente los niños, inválidos, ancianos y viudas necesitados,
deberían tener derecho a asignaciones de una cuantía razonable, de acuerdo con el baremo establecido.

Debería otorgarse una indemnización en caso de incapacidad para trabajar y de muerte causada por el
trabajo.

Deberían otorgarse prestaciones por gastos extraordinarios, que no estén previstos en otra forma, en caso
de enfermedad, maternidad, invalidez y muerte.

El seguro social debería proteger, cuando estén expuestos a riesgos, a todos los asalariados y
trabajadores independientes.

Los asalariados deberían estar asegurados contra todos los riesgos cubiertos por el seguro social tan
pronto como pueda organizarse el cobro de sus cotizaciones y se hayan tomado las medidas necesarias
para la administración de las prestaciones.

. Los trabajadores independientes deberían estar asegurados contra los riesgos de invalidez, vejez y
muerte, en las mismas condiciones que los asalariados, tan pronto pueda organizarse el cobro de sus
cotizaciones. Convendría estudiar la posibilidad de asegurarlos también contra los riesgos de enfermedad y
maternidad que necesiten hospitalización, enfermedad que haya durado varios meses y gastos
extraordinarios debidos a enfermedad, maternidad, invalidez o muerte.

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