Sunteți pe pagina 1din 191

3

LA PUNTA DEL LÁPIZ,


Taller de Escritura Creativa

Casa de la Cultura Ecuatoriana


2017
LA PUNTA DEL LÁPIZ,
Taller de Escritura Creativa

Compilación de Edwin Madrid

LA PUNTA DEL LÁPIZ, Taller de Escritura Creativa


Compilación: Edwin Madrid
Primera Edición–CCE–2017
Diagramación: Fredy Singaña
Corrección de pruebas: Flor de Té Chiriboga
ISBN:
Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión
Dirección de Publicaciones / CCE
Av. Seis de Diciembre N16-224 y Patria,
Telfs.: 2 527440 Ext.:138/213
Mail:gestion.publicaciones@cce.org.ec
ᴥ Serie Material de Lectura
Quito–Ecuador
Colección Taller de Escritura Creativa
ÍNDICE

CADA QUIEN SACA PUNTA A SU PROPIO LÁPIZ 15

LOS NUEVOS NOVELISTAS LATINOAMERICANOS


CONVIERTEN SUS VIDAS EN FICCIÓN 17

-Viajeros y cosmopolitas
-Escribir para ser traducido
-Ficciones reales
-Cómo mentir con la verda

NUEVOS ESCRITORES LATINOAMERICANOS 27


Por Patricio Fernández

-Alejandro Zambra
-Zambra en tres palabras
-La biblioteca de Diego Zùñiga
-Referentes y guardianes
-Libros como biografía
-Diego Zúñiga y su novela racimo

LA BIBLIOTECA DE DIEGO ZÚÑIGA 36

BUSCO SITUARME LO MÁS CERCA POSIBLE DE LOS


PERSONAJES 44
Por José Andrés Rojo

-Rodrigo Hasbún

CLIMA DE MORIDERO 51
Por Cristian Alarcón Casanova

-Selva Almada

LA VIDA CRUDA DE JULIÁN HERBERT 57

-Música para alacranes


PALABRAS SON SABOR 61 12 NARRADORES CON PERSPECTIVAS 101
Por Vìctor Nùñez Jaime
-Elvira Navarro
-Andréa del Fuego Literatura y descubrimiento
-Zero-Zero -Isaac Rosa
Páginas como espadas
LUCÍA PUENZO, SOLIDEZ EN EL EXCESO 68 -Matías Candeira
Elogio del error
-Cinco palabras para LP -Cristina Morales
Cantares de gesta
LA VERA HISTORIA 75 -Pablo Martín Sánchez
Por Mercedes Halfon Egosurfing
-Sara Mesa
-Vera Fogwill Personajes poco heroicos
-Andrés Neuman
VOCACIÓN SIN FRENO 82 Imagen adentro
-Sergio del Molino
-Jeremías Gamboa Literatura inútil
-Sueños universitarios -Laura Fernández
Campo de juegos
LA VIDA ADOLESCENTE 88 -Aixa de la Cruz
Por Juan José Robledo Entre el arte y la ciencia
-Gonzalo Torné
-Andrés Felipe Solano El tamaño de su ambición
-Los extraños hermanos Cuervo -Andrés Barba
-Misterio y boxeo Fidelidad a uno mismo
-La vida detrás de la violencia
-La biblioteca del abuelo materno LA DIVERSIDAD ES LA UNIDAD EN LA ACTUAL LITERATURA
-El ciclismo épico LATINOAMERICANA 121
-Un escritor en las antípodas Por Àlvaro González

GUERRA AL SILENCIO 94 SOBRE EL CULTURALISMO NEOCONSERVADOR Y LOS 125


Por L. Santiago Méndez Alpíszar GOBIERNOS DE IZQUIERDA EN AMÉRICA LATINA
Por Magdalena Lopez
-Wendy Guerra
-Actriz, poeta y novelista EDUARDO HALFON CONFIESA REESCRIBIR VEZ TRAS VEZ,
REDESCUBRIÉNDOSE, SUS MUNDOS, SUS FANTASMAS. 128
SEXO, FRACASOS Y POP: 9 ESCRITORES JÓVENES QUE 5.- Ricardo Piglia
DEBERÍAS LEER 138 6.- Alberto Laiseca
Por Luna Miguel 7.- Guillermo Saccomano
8.-César Aira
-1. Elena Medel 9.- Marcelo Cohen
-2. Yago Ferreiro 10.- Claudia Piñeiro
-3. Lola Nieto 11.- Fabián Casas
-4. Rafael Banegas 12.- Selva Almada
-5. Pilar Cámara 13.- Félix Bruzzone
-6. Juan Bello
14.- Pablo Katchadjian
-7. Belén Benito
-8. Arturo Sánchez 15.- Ariana Harwicz
-9. Sara Torres 16.- Samanta Schwebling

¿QUÉ ES LA POESÍA? 149 ARGENTINA ES LITERATURA 224


Por Gustavo Yuste Por Francisco Peregil

-Entrevista a Fabián Casas Editoriales independientes


-Entrevista a Washington Cucurto
“AIRA HACE QUE PAREZCA DEMASIADO FÁCIL ESCRIBIR” 232
CYNTHIA HOGUE. REFLEXIONES SOBRE LA POÉTICA
EDUCATIVA Y EL PODER DEL VERSO CRÍTICO. 163 HABLA AIRA. 244
Por Fernanda Oyarvide y Benjamín Palmer
¿CÓMO ESCRIBIR A LA SOMBRA DE BORGES, CORTÁZAR
MI NOMBRE 176 Y BIOY? 254
Por Edwin Madrid
-¿Cómo no hacerlo?
FELIPE BENÍTEZ REYES: “EL HUMOR PUEDE SER UN Por Leila Guerriero
MECANISMO DE EQUILIBRIO ENTRE LO SOLEMNE Y LO -Putativo
CÓMICO DE NUESTRA VIDA” Por Martín Caparros
192
Por Daniel Heredia
RICARDO PIGLIA: “LA LITERATURA ES EL ESCUDO DE LOS 256
16 ESCRITORES ARGENTINOS A TENER EN CUENTA TÍMIDOS”
211
Por Francisco Peregil Por Juan Cruz

1.- Arnaldo Calveyra ESCRIBIR UNA NOVELA SE PARECE A CONSTRUIR


2.- Abelardo Castillo UN COMPLOT 264
3.- Hebe Uhart Entrevista a Ricardo Piglia.
4.- Juana Bignozzi Por Patricio Pron
AMÉRICA LATINA PASA PÁGINA 274 LA OBRA JUSTIFICA Y EXPLICA A SU AUTOR. ‘UN VIAJE
Por Winston Manrique Sabogal A LA INDIA’ DE GONZALO M. TAVARES 335
La deslumbrante epopeya de Tavares
-La generación que se alejó del centro
-El exilio y el reino DIEZ DEBUTANTES QUE DESCUBRIR 343
México
-Adiós al tópico tropical y exuberante que insiste en ver el mundo y -Alia Trabucco
ensombrece el resto del panorama creativo. -Ayana Mathis
-Se sienten orgullosos de tener deudores tan diferentes. No quieren -Helene Wecker
que les sorprenda el olvido. -Aunque Peter Terrin
-Gabi Gleichmann
LA NOVELA EN ESPAÑOL DEL SIGLO XXI 287 -Courtney Collins
Por Winston Manrique Sabogal -Sahar Delijani
-Leslie Jamison
ABRIR OTRA VERDAD 295 -Tina Seskis
Por Jordi Gracia -Sasha Arango

“LA ESCRITURA ES UNA ESPECIE DE EXORCISMO”: LA LITERATURA SIN FINAL 350


JUAN GABRIEL VÁSQUEZ 297 -Autores de distintas generaciones relatan los viajes de ida y vuelta en
Por Pedro Samper Murillo sus textos

LOS 20 DE LONDRES, LA VANGUARDIA MEXICANA 310


HORACIO CASTELLANOS MOYA: UN AUTOR PARA SER
-La diversidad, valor mexicano REVISADO 357
-Rulfo, el referente
-Adiós a la ‘nomenklatura’ -Castellanos Moya: El Salvador, esa sociedad horrible, genera novelas
-México a menos 40 Por Miguel Huezo Mixco
-¿Y el compromiso? -Al centro y violento
-La lengua no es una nación -Robocop en América Latina
-Ayotzinapa y la raíz del terror -Horacio Castellanos Moya: “En El Salvador no hay vida literaria”
-Sin rumbo colectivo Por Mauro Libertella

NARRADORES SIN LÍMITES 315


Javier Cercas, Agustín Fernández Mallo y Almudena Grandes trazan
el mapa literario en un debate convocado sobre los derroteros de la
literatura.
Por Winston Manrique Sabogal / Javier Rodríguez Marcos
15

Cada quien saca punta a su propio lápiz

Crónicas, reportajes, entrevistas, diálogos, perfiles, notas, libros,


ensayos:  La punta del lápiz, es un recorrido que nos alerta sobre
los autores hispanoamericanos más recientes. A través de las re-
vistas  y periódicos especializados, seguimos  el desarrollo de sus
obras y   descubrimos que es lo que están pensando mientras las
escriben. Narradores y poetas nos acercan su trabajo y hablan so-
bre lo que para ellos significa escribir, lo que para ellos es el cuento,
la novela o la poesía, conceptos que están en permanente cambio y
que reflejan el tiempo y la sociedad donde actúa cada uno de los con-
sultados. Nos dejan ver lo que tiene la literatura de intransferible:
existen fragmentos no calculados. Es necesario prescindir de lo que
no sirve, de lo que no funcionó como querían, o que funcionó bien
pero al final no encontró su lugar, y es necesario esperar la llegada
de esos momentos luminosos que están fuera del control de nadie.
Nos muestran que el pulso de la literatura es el de un latido que no
cesa, que allí está agazapado esperando lanzarse contra el mundo,
es el vals que suena para que sigamos la huella de lo vital. Muchos
de los autores más recientes dan algunas pistas: “Heredamos la lite-
ratura de los años sesenta de nuestros padres. Reconstruimos con
nuestra ‘filosofía barata y zapatos de goma’ a los pensadores alema-
nes, a sabios del Oriente, a los clásicos, los grafitos de los metros, la
mítica popular. Cada quien se arma un puzzle con sus referentes y
necesidades”. Hacen de lo particular y singular lo universal. El amor,
la soledad, el desconcierto, la muerte, la inmigración, el éxito, la en-
vidia, las repercusiones del 11-S, los nuevos miedos, el desamparo,
las ilusiones, las dudas o las diferentes formas de violencia que van
moldeando el mundo, ¿pero a ninguno le interesa el compromiso
17

político sino el compromiso con una nueva estética? ¿Estos son los Los nuevos novelistas latinoamericanos
escritores mutantes de este siglo? convierten sus vidas en ficción
El lector compra una novela o un libro de poemas pero no conoce,
tampoco tiene por qué,  los detalles en la elaboración de esas fic-
ciones y empieza a creer que la historia es real. Eso gusta a ciertos
autores: que el lector se meta en sus historias, participe y se haga
cómplice con su imaginación y los ayude a  construir las novelas,
cuentos o poemas. Una creatividad libre de toda angustia de las influencias explica la di-
Este es un libro con textos extraídos de la Internet donde la infor- versidad y riqueza de los libros que surgen últimamente en América
mación es abundante y de todo lado, capaz que uno puede trope- Latina. El auge del yo —ficcionalizado o no— que convierte la inti-
zar con lecturas que, de otro modo, no las hubiera hallado: revis- midad en literatura, una mirada no ideológica sobre la política, ritmos
tas digitales, periódicos electrónicos, ebooks, archivos PDF, blogs, más propios del viaje iniciático que del exilio y variedad de historias
tumblrs,  etc., materiales, que hemos organizado de forma plural y pequeñas, fragmentarias —con tramas que van de la anécdota amorosa
abierta para que los estudiantes del Taller de Escritura Creativa de o familiar al policial o al humor, eludiendo la corrección política— do-
la CCE tengan referencias de sus contemporáneos: cómo y por qué  minan las tramas. Relatos que no se escriben contra nada, pero que
decidieron escribir las historias y poemas que están circulando en tampoco aspiran a ser embajadores de un mapa ni a representar una
la reciente literatura hispanoamericana. identidad nacional o local, aunque a veces el pasado reciente resuene o
el paisaje propio se imponga casi con la fuerza de un personaje, porque
por fortuna —mal que le pese a la globalización— olemos a un lugar,
Edwin Madrid sabemos a él.
Como en la vida, en la literatura hay capas, palimpsestos, y se escribe
Taller de Escritura Creativa CCE sobre lo ya escrito. Pero hoy nada urge y ese “vale todo” es la clave de
Quito, agosto del 2015
lo nuevo. El boom latinoamericano —fenómeno que en los años sesen-
ta y setenta del siglo pasado exportó universos complejos como los de
Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes o Julio
Cortázar— no es mandato a seguir ni fantasma que sacudirse de enci-
ma. Algo que sí sintieron necesario los autores nacidos en torno a 1960
y publicados en McOndo, la antología editada por los chilenos Alberto
Fuguet y Sergio Gómez en 1996, que dinamitaron el realismo mágico
y pusieron en página smog, centros comerciales y “latidos digitales”.
Si les dieran a elegir hoy, muchos jóvenes escritores latinoamericanos
iniciarían en Roberto Bolaño —nacido en Chile, forjado en México,
que escribió en Cataluña con la desesperación del que no tiene dema-
siado tiempo la mayoría de su obra y devenido autor de culto tras su
18 19

temprana muerte en 2003— el linaje que los define. Algo de esto se danza en ocasiones— es hoy casi una seña de identidad del oficio de
insinuaba ya en Bogotá 39, el encuentro en la capital colombiana de escribir: no hay autor que por su trabajo en universidades, sus tareas
39 autores de 17 países del continente, menores de 39 años y con al como traductor o su deseo de contactar con centros editoriales, no dé
menos una obra publicada, durante el Hay Festival 2007. A pesar de cuenta de becas, seminarios o premios que le permitan salir del terru-
su juventud, algunos eran ya veteranos en las letras (el mexicano Jorge ño. De allí que cuando hablamos de literatura latinoamericana debamos
Volpi, la ecuatoriana Gabriela Alemán y el argentino Pedro Mairal, en- sincerar algunas ficciones que se escriben en Europa, en EE UU o más
tre ellos). Muchos de esos nombres se reencuentran en este reportaje, lejos (tal el caso de Andrés Felipe Solano (Colombia, 1977), autor de
pero han surgido nuevas voces, aunque la distribución deficiente de las Los hermanos Cuervo, que vive actualmente en Corea).
obras siga siendo un obstáculo para saber qué se cuece hoy y con qué Lo nuevo no siempre es tecno. “Mi impresión general es que con las
ingredientes en América Latina. nuevas tecnologías no aparecieron los nuevos géneros que solían pro-
meterse; más bien se reformularon algunos de larga data: la vuelta al
Viajeros y cosmopolitas aforismo con Twitter y la reactivación del diario personal con el blog”,
apunta Martín Kohan (Buenos Aires, 1967), premio Herralde de Novela
“No hay producción en serie, no hay cables conductores maestros, cada 2007 y autor de la reciente Cuentas pendientes (Anagrama), donde la
quien busca por su lado, saca punta a su propio lápiz”, destaca de esta vida de Lucio Giménez, un jubilado que debe varios meses de alquiler
hora el nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942), para quien aún que no piensa pagar al dueño de casa, le permite trabajar el punto de
en los escritores muy jóvenes se verifica “el primero de los signos de la vista y explorar una cotidianidad en descomposición, sin renunciar a
calidad literaria: la pasión por la búsqueda, no repetir a los de antes, ex- ciertas marcas históricas (un pasado de apropiador de hijos de desapa-
perimentar con el lenguaje y con los temas, alejarse de lo tradicional”. recidos, que no sería esencial, pero que Kohan elige como prehistoria
Ex vicepresidente de su país y ganador del Premio Alfaguara de Nove- significativa). El presente, subraya, no obliga a nada: “Sabemos que
la por Margarita, está linda la mar, Ramírez señala “menos inserción la literatura del boom, aun con lo que tuvo de valiosa, condujo a una
ideológica, menos tendencias, menos escuela”. Con todo, la libertad no reducción estereotipada de la identidad latinoamericana. Hoy podemos
supone, a su juicio, ausencia de realidad política en las ficciones. Con ser perfectamente indiferentes a esa clase de expectativas, es decir, no
una nota distintiva: se trata, afirma, “del pasado familiar escrito por los encajar en el modelo de lo que se espera de lo latinoamericano, pero sin
hijos y juzgado por ellos, como en El espíritu de mis padres viene su- la presión de activar parricidios y rupturas”.
biendo con la lluvia, del argentino Patricio Pron” (Mondadori).
¿Qué formas toma esa diversidad? Todas las imaginables. Aunque el
El caso de este autor rosarino, nacido en 1975 y afincado en Madrid es paisaje es predominantemente urbano, hay excepciones. El desierto a
similar al del peruano Santiago Roncagliolo (Lima, 1975), autor entre bordo de una camioneta rumbo a Iquique, donde el protagonista se so-
otras de Óscar y las mujeres (Alfaguara): hijos de familias con ecos de meterá a un tratamiento dental, es el que escoge Diego Zúñiga (Chile,
militancia o exilio, que eligen su vida en un mapa distinto del de ori- 1987) para Camanchaca (Mondadori), su primera y contundente nove-
gen y escriben con las alforjas llenas de ambos mundos. De la misma la: la historia de un divorcio y de la vida de hijo y padres, después de
generación y residente también en la Península desde 2005 es Sergio ese cisma privado. Otra familia y otra carretera enmarcan Hablar solos,
Galarza (Lima, 1976), que acaba de publicar JFK (Candaya), segundo de Andrés Neuman (Alfaguara), que renueva por el abordaje que se da
libro de su trilogía madrileña. Forzada en generaciones anteriores por a la experiencia de la pérdida y las contradicciones de quien cuida a un
razones políticas, la residencia en el extranjero —estadía más que mu- enfermo. Selva Almada (Entre Ríos, 1975) escribe de la Argentina que
20 21

mejor conoce: pueblos chicos donde llegan pastores evangélicos alte- toda su juventud, en una trama en la cual escritura y sexo se conjugan
rando la calma de la siesta; resentimientos rumiados por años, mientras inevitablemente.
el calor agobiante del litoral auspicia hervideros de sangre en forma de
sexo o de ajustes de cuentas. Algunos hallan en su obra —las novelas El
viento que arrasa y Ladrilleros, y los relatos de Una chica de provin- Escribir para ser traducido
cia— parecidos con la de Juan José Saer, autor al que Almada —pu- Las migraciones amplían el territorio de la lengua. Sergio Ramírez re-
blicada por Mardulce— dice conocer poco, mientras sitúa deliberada- conoce la “transgresión” de llamar la atención sobre los autores de ori-
mente sus relatos en contextos donde la tecnología no ha llegado (algún gen latinoamericano que escriben en inglés y renuevan: “Es una nueva
momento de los noventa, antes de que las computadoras estuvieran por modalidad de nuestra literatura joven, producto de uno de los grandes
todas partes). fenómenos del tiempo presente, la emigración, la lengua que viaja y
El ambiente rural también es escenario de Los Malaquías (Edhasa), de se asienta fuera, lo que me gusta llamar ‘la lengua mojada’: Daniel
la brasileña Andréa del Fuego (São Paulo, 1975), quien en su aclamada Alarcón, Junot Díaz, Francisco Goldman. La lista es muy larga; hay
primera novela para adultos (ganó el Premio José Saramago 2011, pero abundancia, buena abundancia”.
tiene varios libros anteriores para niños) sigue las andanzas de Nico, En la Academia se estudia ya hasta qué punto las creaciones de es-
Antônio y Júlia, tres huérfanos devenidos tales porque un rayo partió — tos “l@tino writers” que provienen del Caribe hispano podrán influir
literalmente— la vida de sus padres. La mirada infantil se reencuentra o redibujar el mapa de esas literaturas nacionales. Tal es el caso de
en otras ficciones: intenta entender un astillado universo familiar tras la investigación presentada en el seminario ALLICCO 2013, en París,
la muerte súbita de la hermana del protagonista en El amor nos destro- por Rita de Maeseneer, de la Universidad de Amberes, centrada en las
zará (Tusquets), primera novela del argentino Diego Erlan (Tucumán, obras de dos autores dominicanos residentes en Nueva York: el mul-
1979) y permite rebobinar la historia reciente de Chile en Formas de tipremiado Junot Díaz (Santo Domingo, 1968), Pulitzer 2008 por La
volver a casa, de Alejandro Zambra (Santiago, 1975), que lo confirma maravillosa vida breve de Óscar Wao, y la actriz y escritora Josefina
como uno de esos autores cuyos libros esperamos. Báez (1960), autora, entre otros, de los poemas que se transformaron
Es una niña también, Lilith, la que fascina a José, que no es otro que el en  performance en Dominicanish. El trabajo (que será publicado por
nazi Josef Mengele, cuyo presunto paso por Bariloche imagina Wakol- la revista Pasavento, junto con otras ponencias sobre los efectos de la
da, de Lucía Puenzo (Buenos Aires, 1976), convertida en el filme ho- globalización en formas y lenguajes de la literatura contemporánea en
mónimo aplaudido en el Festival de Cannes. Esta talentosa directora y español), presta especial atención a cómo tratan estos autores de la diás-
narradora ejemplifica un rasgo de muchos jóvenes autores: su profunda pora dominicana la noción de hogar (home), que implica en ocasiones
vinculación con el cine. Una zona de encuentro de la que participan una idealización del lugar de origen frente a la visión negativa del sitio
(la lista es incompleta, como todas) además de los mencionados Del de llegada. Tanto Díaz como Báez cuestionan ese lugar común, dando
Fuego y Roncagliolo, la escritora y actriz cubana Wendy Guerra (La testimonio de lo difícil que es ser ajeno, o no del todo propio, en ambos
Habana, 1970), autora, entre otros, de la varias veces premiada y tra- países. “Hogar es donde está el teatro”, escribe Báez en Dominicanish;
ducida Todos se van (Bruguera), y también, Rodrigo Hasbún (Bolivia, “Ella era dominicana de aquí” (refiriéndose a Estados Unidos), afirma
1981), guionista y autor de la inquietante El lugar del cuerpo (Alfa- Yunior, álter ego de Díaz, en uno de los relatos del reciente Así es como
guara), que en poco más de cien páginas cuenta la historia de Elena, la pierdes (Mondadori).
quien tras una infancia oscura coquetea con la muerte a lo largo de
22 23

Pluricausal, esta riqueza tuvo socios indispensables. Las editoriales in- En cuanto a los temas, Santiago afirma que el cosmopolitismo tiene en
dependientes “ampliaron las posibilidades de las búsquedas literarias, Brasil quienes le escriban y menciona la colección Amores Expressos,
mientras los grandes grupos se enceguecían en la persecución del ne- editada por Companhia Das Letras, de la que participan Daniel Galera,
gocio rápido y seguro”, remarca Martín Kohan. Hay “autores de refe- Bernardo Carvalho y Sergio Sant’Anna, entre otros. Sin embargo, a su
rencia”: al ya mencionado Roberto Bolaño, aventurero y cosmopolita, juicio, “el rasgo saliente de la literatura brasileña está en la fragmen-
Kohan suma los nombres del argentino César Aira, que se ha ganado tación del espacio sociopolítico nacional”. Así, si la visión de Brasil
lugar de clásico y es una escuela de velocidad narrativa, y del urugua- como un todo íntegro era “indispensable al momento de la lucha contra
yo Mario Levrero, librero, guionista de cómics, creador de juegos de la dictadura militar y cimiento abstracto de la consagración de la novela
ingenio y autor casi secreto hasta hace muy poco. Hablamos, sin em- de Clarice Lispector en los noventa”, a partir de 2000, la literatura da un
bargo, de las “huellas del impacto” de sus literaturas, “pero no en el salto hacia lo local y retoma temas políticos regionales. En este milenio,
grado de mandato estético que marcaría tendencias como se dice que se afirma Santiago, “a la línea política de fondo agrario típica del nordeste,
marcan en el mundo de la moda”, distingue. se le opone otra línea, también altamente politizada, de novela urbana
La obra de Levrero (Montevideo, 1940-2004), que incluye cuentos y (Río de Janeiro y São Paulo), preocupada por la condición social y el
ensayos, cuestiona la idea de que lo renovador viene en envase joven. destino de los villeros y marginales, frente a una policía corrupta”.
Reeditada por Mondadori, ya hay quienes le auguran tantos devotos Escritores o aspirantes a serlo protagonizan muchas ficciones latinoa-
como los del autor de 2666.  La novela luminosa, su libro póstumo, mericanas del siglo XXI (tema que recorta, entre otros, los significati-
se inicia con el registro de ciertas experiencias extraordinarias, bajo vos Mis dos mundos, de Sergio Chejfec; En la pausa, de Diego Meret;
la forma de un diario escrito a partir de agosto de 2000, gracias a la los relatos de Punto de fuga, del peruano Jeremías Gamboa; Las teorías
tranquilidad económica que le brinda una beca. A lo largo de más de salvajes, de Pola Oloixarac; Phoenix, de Eduardo Muslip, y el reciente
quinientas páginas se desmenuzan sueños, lecturas, imposibilidades, y conmovedor Mi libro enterrado, de Mauro Libertella). El uso de la
reflexiones sobre la ficción, el amor, el miedo a la muerte y otras ob- primera persona y la identificación entre narrador y protagonista son
sesiones. frecuentes y hasta típicos de la literatura escrita en este tiempo. Cer-
La gran apertura y variedad que registra la literatura escrita en español tifican lo que la ensayista Beatriz Sarlo llama “el giro subjetivo de la
se da también en portugués, confirma el brasileño  Silviano Santiago cultura” en el insoslayable Ficciones argentinas (Mardulce), donde re-
(Formiga, 1936). “El boom actual no es de libros, es de autores”, define úne 33 ensayos sobre libros publicados entre 2007 y 2012, de autores
el ganador de la última edición del Premio Machado de Assis, otorgado pertenecientes a generaciones y estéticas diversas.
por la Academia Brasilera de Letras al conjunto de su obra. “Cada uno Pero la tendencia trasciende el Río de la Plata, como prueban El cuerpo
usa los géneros literarios y el lenguaje a discreción”, aunque siempre en que nací (Anagrama), de Guadalupe Nettel (México, 1973), que re-
bajo el mandato de lograr “un texto apto para el consumo general”. toma recuerdos de infancia y la incidencia de un defecto de nacimiento
Esto explica por qué “la escritura tradicional supera la vanguardista”. en un ojo, para releer la propia vida. O la impactante y premiada Can-
“El modelo no es Ulises sino El gran Gatsby”, grafica el autor de Stella ción de tumba (Mondadori), de su compatriota Julián Herbert (1971),
Manhattan (Corregidor). “A partir de la década de 1930 los autores textos ambos nacidos de una invitación de la revista Letras Libres a
populares escribían con un ojo en la adaptación cinematográfica, ahora jóvenes autores, para escribir sus memorias precoces. En la suya, ya
escriben con un ojo en la traducción”. convertida en novela, Herbert cuenta la compleja relación del narrador
con su madre, prostituta y moribunda, mordida por la leucemia, que lo
24 25

obliga también a revisar la realidad de un país asolado por la violencia sara en hacer justicia por mano propia? Búsqueda y predestinación, con
y la corrupción en un vértigo con ritmo de web. mucho de parodia y disparate, acompañan la metamorfosis pasional y
Ficciones reales física del protagonista.

El pasaje de la cultura de la biblioteca a la cultura digital es el contex- Ásperos a veces, desgarradores, otras, imaginación furibunda o sobre-
to de lo que Josefina Ludmer, profesora emérita de la Universidad de dosis de verdad, estos libros deparan esa atracción hipnótica, capaz de
Yale, llama “literaturas posautónomas”, escrituras cuyos textos ya no mantenernos en vela y en vilo cuando se apagan las demás luces de la
se pueden leer autónomamente sino en relación directa con el ahora. casa.
En Aquí América Latina. Una especulación (Eterna Cadencia, 2010),
la crítica argentina analiza estas narrativas propias de los años 2000: Cómo mentir con la verdad
relatos que toman la forma del testimonio, la autobiografía y el repor-
taje periodístico salen de la realidad y entran a “lo cotidiano” (ya no la El auge de la escritura testimonial y la voluntad de lograr el efecto de
realidad tangible sino la que construyen Internet y los medios, que no lo verdadero define buena parte de la literatura del siglo XXI. Profesora
necesita ser representada porque es pura representación). Así, define emérita de la Universidad de Nueva York y autora de Acto de presencia,
Ludmer, estas literaturas “fabrican presente con la realidad cotidiana”. un ensayo sobre la autobiografía de los siglos XIX y XX en Hispa-
Una tendencia que las editoriales receptan bajo el paraguas extragrande noamérica, Sylvia Molloy destaca lo “sintomático” del rótulo relati-
de la crónica, otorgando más espacio en sus catálogos a las escrituras vamente reciente de “escrituras del yo”, que ha ido reemplazando la
híbridas. Ejemplo de ello es la colección Ficciones Reales, que promo- noción de escritura autobiográfica, “algo desgastada y no demasiado
ciona en Sudamérica el sello Marea. favorecida” en América Latina.
Esta libertad elude moldes y corrección política. En las novelas de Yuri ¿Cómo se relaciona esto con la creciente importancia del escritor como
Herrera (México, 1970), autor entre otros de La transmigración de los personaje mediático, que ya no solo presenta sus libros sino que man-
cuerpos (Periférica), valen tanto los narcocorridos —subgénero musi- tiene cuentas en redes sociales y participa de programas radiales y te-
cal que aborda el mundo del narcotráfico— como el uso de arquetipos, levisivos? “No creo que haya mucha diferencia en la construcción de
para metaforizar una realidad violenta, donde migrantes y mujeres la aquella primera persona autobiográfica, aquel ‘yo’ que estudié en Acto
pasan peor que otros. El policial, que Herrera ronda, marca también al de presencia, y el ‘yo’ del escritor como personaje mediático”, señala
brasileño Altair Martins (Porto Alegre, 1975) en su primera y premia- Molloy. “En los dos hay trabajo de pose y deliberada construcción: se
da novela La pared en la oscuridad (Adriana Hidalgo), que se inicia busca persuadir de que ese es el yo del autor”. Si hay alguna diferencia,
cuando un profesor de matemáticas mata en un accidente de tráfico a un señala la autora de En breve cárcel, estaría en la recepción: “En el yo
hombre y huye. Los topos (Mondadori), primera novela de Féliz Bruz- autobiográfico se parte de un texto que el lector lee, descifra, recompo-
zone (Buenos Aires, 1976), reafirma la opción del autor de 76 (relatos) ne en su lectura, sin necesariamente haber visto al autor. Es un proceso.
de desmarcarse del discurso de las víctimas del terrorismo de Estado En el caso del escritor como personaje mediático se trata de una per-
(los padres del escritor son desaparecidos de la dictadura). A partir de formance contemporánea del espectador, no se necesita texto, o mejor
un narrador que deja a su mujer y se enamora de un travesti que proyec- dicho el autor, en su exhibición —en su performance— es, él mismo,
ta matar policías, Bruzzone convierte en literatura una pregunta hasta texto. Al escritor se lo busca, se lo admira, se lo escucha (pienso en
hace poco prohibida: ¿qué sucedería si algún hijo de desaparecidos pen- innúmeras ferias del libro) sin que sea necesario leer lo que ha escrito”.
26 27

Hay ejemplos con diversos grados de ficcionalización. Uno de los más Nuevos escritores latinoamericanos
recientes es Un comunista en calzoncillos, de Claudia Piñeiro (Buenos
Por Patricio Fernández
Aires, 1960), cuya portada es una foto de infancia de la autora junto a
su padre. Novela autobiográfica confesa, la escritora aclara que miente
lo suficiente como para que valga la pena leerla. También recrean la
historia familiar y el clima político de sus países los estupendos El ol-
vido que seremos, de Héctor Abad Faciolince (Colombia, 1958) y Mis-
sing. Una investigación, de Alberto Fuguet (Chile, 1964). Otros narran
desde la sinécdoque, prefiriendo la diagonal para interpretar lo macro.
La gran novela leve
Un caso es la trilogía de Alan Pauls (Buenos Aires, 1959) sobre la mi-
litancia argentina de los setenta, que culmina el reciente Historia del Alejandro Zambra se ha convertido en un maestro de la liviandad y la ficción
dinero. Obras que su autor ha calificado de “testimoniales” porque los autobiográfica con obras como ‘Bonsái’ o ‘Formas de volver a casa’. El chileno
elementos escogidos —el llanto, el pelo, el dinero— tienen resonancias fue seleccionado por la revista ‘Granta’ entre los mejores escritores jóvenes en
personales que le permitieron cruzar intimidad, política y extrañeza en español
las novelas.
R. Garzón Alejandro Zambra nació en Chile el año 1975. La dictadura de Pinochet
vivía su periodo más negro. La antigua dirigencia de la Unidad Popular
estaba toda en el exilio, o muerta. El país se hallaba enteramente con-
trolado por los militares. Santiago era una ciudad tomada. Ya no había
resistencia, pero continuaba la persecución. El organismo encargado
de realizar el aseo ideológico se llamaba DINA —Dirección de Inte-
ligencia Nacional—, y había entrado formalmente en funcionamien-
to durante 1974, gracias a un decreto ley que la oficializaba. En 1975
Pinochet viajó a Madrid, al entierro de Franco. En otro ámbito, Chile
vivía una revolución neoliberal. Los economistas de Chicago, discípu-
los de Milton Friedman, experimentaban acá las teorías de su maestro.
Servimos de laboratorio. La pobreza campeaba. Para cubrir la desocu-
pación inventaron el PEM (Programa de Empleo Mínimo), y no era raro
toparse por ahí con piquetes de obreros moviendo piedras de un lugar a
otro. Zambra creció en Maipú, una comuna capitalina de clase media,
donde miles de personas llegaron a vivir, en villas de casas pareadas y
pequeñas, a fines de los setenta. Muchos de sus habitantes con gusto se
autodefinirían como “gente de esfuerzo”.
28 29

La generación de la que Zambra es el escritor que más lejos ha llegado Bolaño. Zambra fue el escritor chileno que mejor agarró la ola de Bo-
—lo han traducido a varios idiomas y publicado en EE UU, con muy laño. Mientras otros novelistas nacionales, como Contreras y Marín, lo
buena crítica— entraba a la adolescencia cuando retornó la democracia miraban con sospecha y un pretendido desdén, Zambra lo admiró desde
en 1989. “La adolescencia fue verdadera, pero la democracia no tanto. el primer momento. De Los detectives salvajes dijo que se había leído
Tratábamos de entender lo que ocurría: igual era una dictadura, igual sus seiscientas veintidós páginas de una sentada. A continuación explo-
estaba Pinochet en el poder. Era un Chile del triunfo, de la democracia tó violentamente su fama, y Zambra supo navegar con habilidad sobre
inmediata, de líderes con mucho miedo, que estaban obligados a mos- sus ondas expansivas. La bolañitis le abrió camino.
trar esta cara sonriente de continuidad del sistema económico, y yo lo Poetas. Alejandro Zambra comenzó escribiendo poesías. Todavía las
vivía muy desde el margen porque estudiaba en la Facultad de Filoso- escribe. Pertenecía a uno de los muchos grupos de poetas que existen en
fía, que era un pulmón de resistencia, pero una resistencia que nadie Chile. Hasta el día de hoy, no son pocos los lugares donde se puede es-
pescaba. Todos parecían unidos en defender que éramos los jaguares de cuchar, cada tanto, a uno que declama. En las ferias de libros regionales
América Latina y esas cosas que se decían entonces. Ahí la literatura hay siempre un lugar donde recitan sin apuro. Cuando un poeta se sube
también tenía una vocación de marginalidad, porque éramos personas a leer sus versos en un estrado, no es fácil bajarlo. Los poetas de acá
que habían optado por el fracaso. Yo venía de un colegio totalmen- toman mucho vino navegado. Publican en pequeñas editoriales que de
te triunfalista (Instituto Nacional, la más prestigiosa escuela pública), milagro sobreviven. Sienten un cierto desprecio por la narrativa. No sé
pero optar por la literatura era optar por la derrota. No te prometía nin- si aún sucede, pero hasta hace poco un verdadero poeta no leía novelas:
gún trabajo, salvo, en el mejor de los casos, hacer clase en la Universi- solo poemas y ensayos. Raro, porque a Neruda le encantaban las his-
dad. Se vivía muy tristemente. Muchos éramos jóvenes conflictuados. torias policiales, o quizás por lo mismo. Con los poetas nunca se sabe.
Escuchábamos a Radiohead todo el día. Los noventa es una época en la “Ellos suspiran y responden lo que han respondido siempre: que solo la
que me interesa indagar”. poesía salvará el mundo, que hay que buscar, en medio de la confusión,
palabras verdaderas y aferrarse a ellas. Lo dicen sin fe, rutinariamente,
Zambra en tres palabras pero tienen toda la razón”, según Zambra.

Fumador. Unos cuantos meses atrás, Alejandro volvió a fumar. No sé En  Bonsái, su primera novela, toda esa ajenidad queda destilada en
si llegó nuevamente a los tres paquetes diarios, pero no pasa media hora un texto brevísimo. “La idea era que fuera un bonsái de libro, un libro
sin encender un cigarrillo. Si para hacerlo tiene que salir al aire libre, como de mentira. Hay un descreimiento respecto de la novela en la
se fuma dos al hilo para aprovechar el viaje. No parece tener otro vicio. base de Bonsái”, explica. “Nuestros profesores venían del exilio, muy
Es un buen chico. Toma y se emborracha, pero en lugares y momentos desencantados de todo, por lo que no eran parte de esa fiesta en la
donde corresponde que suceda. También fuma marihuana de cuando que durante esos años se supone que vivía el país. No llegaban como
en vez, como la gente normal. De drogas duras ni hablar; supongo que héroes, sino que volvían como fantasmas, descoyuntados vitalmente,
algunas las ha probado, pero no es de temple rocanrolero, sino más equilibrando las separaciones y el escepticismo, y nosotros apren-
bien un tipo calmo y bien portado. No tiende a los escándalos. Incluso díamos de ellos a desconfiar de todo. Ser inteligente era no creer en
cuando está loco por prender un pucho, se las arregla para transmitir la Dios, no creer en ningún proyecto político serio, no creer en nada.
urgencia sin brusquedad. Regocijarse en el rizoma, las indeterminaciones, la posmodernidad.
Y Bonsái nace por eso, contra eso. Buscando algo”. Sus personajes
—“que no son exactamente personajes, aunque tal vez conviene pen-
30 31

sarlos como personajes”, aclara el narrador de Bonsái— son tan creí- — ¿Te han sorprendido, al convertirte en un escritor leído más masiva-
bles como distantes, encerrados en su mundo de sexo y literatura, de mente, lecturas inesperadas de tus propios textos?
vidas mínimas (así se llama un libro de González Vera que Zambra —Sí, claro. De ser un niño muy teórico e inteligentoso, la literatura
admira) experimentadas con la soberbia “de los que se creen mejores, pasó a servirme para explicarme cosas de las que no estaba seguro. En
más puros que el resto”. Es la historia de una pareja de estudiantes Formas de volver a casa yo sabía lo que estaba narrando, pero preten-
de literatura, que apenas salen al espacio público. El escenario de la día también disolver otras certezas, conseguir una cierta ambigüedad.
trama es más su música emotiva y nostálgica que lugares concretos. Que el libro fuera muchas cosas a la vez. Y por supuesto que algunas
El contexto es más psicológico que histórico, más interpersonal que cosas no sabía que estaban ahí. Eso es lo que tiene la literatura de in-
político, aunque los que vivimos ese tiempo sabemos que trasunta rea- transferible: existen fragmentos no calculados. Creo que intenté otra
lidad. “Federico Schopf decía en clase que nosotros habíamos crecido manera de hablar de la dictadura chilena, que a ratos desconcierta. Hay
en la anestesia, que éramos incapaces de sentir el mundo. Y algo de eso escritores chilenos profesionales que recorren Europa…
había. Éramos árboles reprimidos. Queríamos despertar, pero no siem-
pre sabíamos que estábamos durmiendo. La literatura nos despertaba, —Comercializando el dolor.
pero cuando presentíamos esa obligación de escribir sobre la dictadu- —Claro, y bueno, sabemos quiénes son. A veces cuesta explicar en el
ra, pensábamos que podíamos escribir de cualquier cosa, que nadie nos extranjero que acá existía una vida cotidiana mientras sucedían hechos
podía obligar a escribir sobre nada”. horrendos. Un periodista francés, a propósito de Formas de volver a
Se decía que quienes llegaron a la juventud durante los noventa asegu- casa, me preguntó cómo era posible que un niño anduviera por las ca-
raban “no estar ni ahí”. Frente al entusiasmo ideológico de las genera- lles en ese tiempo, sin saber que los niños de entonces andábamos por
ciones anteriores, respondían con dicha fórmula. Psicólogos y sociólo- las calles harto más que los de ahora.
gos escribieron multitud de tratados al respecto. “Nosotros, en realidad,
sí estábamos ahí, pero no sabíamos con qué. La democracia era una
dictadura disimulada, a veces de manera burda. El asunto comenzó a Los libros de Zambra, no es ni necesario preguntárselo, son autobio-
cambiar cuando tomaron preso a Pinochet en Londres, recién en 1998. gráficos. Hurguetean en él mismo. Hay una voz que los atraviesa. Cual-
Vista en retrospectiva, la cosa es muy simple y fuimos todos unos me- quiera sea el conflicto —siempre finalmente íntimo— está el testimonio
diocres, del presidente para abajo, pero se experimentaba un ambiente de un narrador encarnado. “En Formas de volver a casa pagué una deu-
todavía muy opresivo, también en la prensa, no existía entonces ni si- da con mi infancia. Durante mucho tiempo pensé que mi experiencia no
quiera The Clinic, y los pocos intentos por hacer diarios de izquierda o tenía importancia. Era el tiempo en que lo realmente significativo era
menos comprometidos con la derecha terminaron en farras o fracasos. que se esclarecieran los crímenes, que las víctimas de la tortura pudie-
Nosotros crecimos con cierta violencia explícita, ocultada por los me- ran hablar; los que importaban no éramos nosotros —los hijos de la cla-
dios de comunicación, y con mucha violencia cotidiana casi impercep- se media del extrarradio, despolitizada— sino los hijos de las víctimas.
tible. Por eso, aunque suene antipático, yo creo que la función de la Si entonces me hubieran dicho que escribiría una novela sobre la villa
literatura tiene que ver con la complejidad. La literatura quiere captar en que vivía en Maipú, no lo hubiera creído. Esa novela, más que relatar
la complejidad de los hechos, no simplificarlos. Mi estilo o mi deseo hechos, lo que quiere es hacerse cargo de la imposibilidad de relatarlos.
de estilo nace de eso: de querer narrar lo complejo, lo incierto, con las En rigor, ahí hay experiencias, pero también está la sensación de que no
palabras y las formas más simples posibles”. valen la pena de ser narradas, porque hay asuntos que son más impor-
32 33

tantes. En el fondo tiene que ver con el duelo, cuando este se transfor- presente, del pasado o del futuro. Y esto tiene que ver con la precisión,
mó en algo realmente colectivo en Chile. Esto debe haber pasado hace con “la moralidad de la precisión”, como decía Ezra Pound. Cuando
unos diez años. Dejó de ser un asunto solamente de las víctimas, y la llegas a una imagen muy precisa, eso desestabiliza las cosas en lugar
mayoría de los chilenos entendieron que estas cosas le habían pasado de ordenarlas. En vez de fijar, te hace ver el lugar en que realmente es-
al país. Aún quedan muchos crímenes sin resolver, todavía campea la tabas. Muchas veces, la mala literatura es un mecanismo de validación,
impunidad, pero al menos los chilenos entendimos, la mayoría, que el de mentira en el sentido más burdo de la expresión. Eso no me intere-
duelo es colectivo”. sa. Prefiero lo de Carver: “Sin heroísmos, por favor”. El protagonista
Alejandro Zambra es un tipo apacible. Tiene la curvatura física y los de Formas de volver a casa es cuestionado por los otros personajes de
modales de un joven profesor de letras, admirado por sus alumnos. la novela. No está heroizándose. Relatos heroicos se pueden escribir
Hace clases de poesía chilena en la Universidad Diego Portales. Se ríe todos los días, porque convivimos con visiones superpositivas de noso-
con facilidad, pero sin perder la compostura. No le interesa llamar la tros mismos.
atención con historias extrañas ni análisis rebuscados, aunque ocasio- — ¿Te parece que la literatura chilena ha dado bien cuenta de lo que
nalmente hace alardes de ingenio con chistes de la escuela inglesa. ocurrió?
— ¿Siempre pensaste en narrar, en escribir novelas? —No creo que la literatura tenga que dar cuenta literalmente de los
—No. Empecé a escribir novelas la primera vez que me atreví a decir hechos.
yo, aunque no dijera yo explícitamente. Mi generación se crió en el —Quítale lo “literal”.
prestigio de lo indirecto, de lo intelectual. Mis primeros textos litera- —Me parece que sí, pero también estoy pensando en los documenta-
rios eran sin sujeto. Era de mal gusto hablar de uno mismo, y a la vez les y en el periodismo, que yo disfruto muchísimo. El periodismo de
era de mal gusto reclamar. Si te cagaban, te volvías un rencoroso, pero investigación y la crónica me parece que son parte de la literatura. No
reclamar era denigrarse. Cuando sentí mucha necesidad expresiva, eso les pido menos de lo que le pido a una novela o un poema. Me gusta
se rebasó y ahí apareció la voluntad de narrar algo. La liviandad del co- lo que está pasando, casi siempre a contrapelo de los medios oficiales:
mienzo de Bonsái, por ejemplo, fue muy raro para mí descubrirla como editoriales independientes, escritores que buscan y no marcan el paso”.
un tono posible. Todo tenía que ser esencial y profundo.
Zambra conquistó el escenario literario discretamente. Sus primeros
—Eso parece que se llama juventud. Pero, ¿qué te dice la honestidad compañeros de andanzas fueron los poetas de su edad: Andrés Anwan-
en literatura? dter —con los versos de quien comienza su segunda novela, y a los
—Yo la reivindicaría también en relación con la ficción. Creo que hasta que debe su título, “…como la vida privada de los árboles / o de los
puedes ser más honesto inventando personajes que fingiendo una voz náufragos”— y Kurt Folch, entre otros. Él mismo publicó dos libros
única. La honestidad tiene que ver también con esa complejidad de la de poemas antes de intentar con la narrativa: Bahía Inútil (1998) y Mu-
que hablábamos. Por ejemplo, un amor de juventud. Uno olvida que a danza (2003). Deben ser muy pocos, si acaso los hay, los escritores
los 15 años estabas enamorado de una polola y la vida te parecía inima- chilenos que no comiencen escribiendo poesía. “A todos nos gustaba
ginable sin ella. Habría que ser capaz de recordar eso, sin nostalgia, de Enrique Lihn”, asegura, el poeta de La musiquilla de las pobres esfe-
la manera más realista posible, sin sentirnos superiores a quienes éra- ras, que nunca salió “del horroroso Chile” (eso escribió el poeta), y que
mos. En ese sentido, la literatura está en contra de la simplificación del murió a los 58 años, de un cáncer fulminante, meses antes de que la
34 35

dictadura fuera vencida en el plebiscito. Nunca escuchó el aplauso del — ¿Te interesa el Chile de hoy?
público, pero a cambio, y en parte por lo mismo, se quedó con el cetro —Claro que sí. Están pasando cosas. Hace tiempo que se están sol-
de poeta de los poetas. tando amarras, que hay una visión crítica de la sociedad que va contra
— ¿Te interesa algo que no habla del mundo? la medianía. A la vez, la Transición ha sido muy lenta. Los enclaves
—No. Toda la literatura habla del mundo, pero siempre prefiero algún conservadores, los Legionarios de Cristo, el Opus Dei, la derecha más
grado de apelación. No me gusta poner las cosas tan dogmáticamente, recalcitrante está perdiendo poder. Ven que se viene algo y la manera
pero hay una literatura que dejó de interesarme en el momento en que de contrarrestarlo es ofreciendo un poquito. Ahora hay una generación
empecé a pedirle esa huella de realidad. La literatura que siempre me nacida en democracia que no tiene por qué entender los traumas del
interesó es la poesía chilena. Nunca me ha decepcionado. país. A mí me gusta mucho estar acá. No me iría. Me encanta lo que
está pasando.
— ¿Dónde radica su particularidad?
 
—Yo creo que en su rebeldía a lo convencional, incluso cuando parece
muy convencional. Si se la compara, por ejemplo, con la española, es
una poesía muy extravagante. Esa cosa contratextual que Parra le metió
a Neruda tiene toda una línea de continuidad, incluso contra Parra. Ge-
neró una dinámica de mucha rebeldía al padre. Neruda es asombroso,
capaz de poetizarlo todo, chamullento, versero, pero efectivo.
—Y parece ser una poesía muy terrestre, ¿no? Ha estado muy vincula-
da a la política.
—Eso tiene que ver con el mito del poeta chileno. Por algún motivo son
más famosos y significativos para la sociedad que los novelistas. Fíjate
en la cantidad de poetas que escriben columnas de opinión. Tienen un
nivel de apelación a la sociedad que es inédito en la poesía. En otros
países se mantiene dentro de los márgenes del género.
— ¿Y tú, ya optaste definitivamente por contar?
—Sigo escribiendo poesía. Pero también la poesía chilena es muy na-
rrativa, la de muchos de mi generación, sin ir más lejos, como Germán
Carrasco, Leo Sanhueza, Anwandter, Vero Jiménez. No está reñida con
la prosa. Si aceptamos la teoría muy discutible de que la prosa se sub-
desarrollo en Chile, sería porque la poesía también cumple esa función.
Por ejemplo, Gonzalo Millán, un poeta tan exquisito, indudablemente
habla de cosas que nos importan.
36 37

La biblioteca de Diego Zúñiga cambio de casa fue muy importante para acercarme a la lectura. Y como
no tenía amigos en Maipú, llenaba esos vacíos con la lectura.
En la universidad, desde que empiezo a conseguir algunos trabajos, em-
piezo a formar mi propia biblioteca, lentamente. En ese tiempo me hice
amigo de Sergio Parra, dueño de la librería Metales Pesados, y él me
ofrecía libros muy baratos y buenos con los que fui armando mi primera
biblioteca. La mayoría eran novelas.
Actualmente tengo amigos escritores con los que tengo mucha sinto-
La biblioteca del escritor Diego Zúñiga, autor de Camanchaca, está nía cuando me recomiendan algo, como Alejandro Zambra, Alejandra
fragmentada. Se dispersa y divide entre su pieza y el pasillo que se co- Costamagna, o Gonzalo Maier. Además, fue clave haberme ganado el
necta con el living-comedor de su departamento en Ñuñoa. Su relación Premio Roberto Bolaño- se le otorgó en el año 2008 y gana un millón
con los libros la considera un poco enfermiza: “Acumulo y acumulo de pesos- ya que lo gasté casi todo en libros. Después hice lo mismo
libros en esta pieza, con la esperanza de que algún día tendré tiempo de cuando me gané la beca de creación (2008). Gracias a esos premios se
leerlos todos”. Protegen su biblioteca fotos de Bob Dylan, Juan Rulfo y comenzó a armar esta biblioteca. Y después empecé a trabajar ya de
Juan Luis Martínez. forma fija y ahí me puse a comprar libros que me podían servir para mi
Me vine el 2000 a Santiago desde Iquique con mi familia y en el fondo trabajo, ya que muchas veces me piden que escriba ensayos, reseñas o
toda mi infancia transcurre allá. Acá hago la enseñanza media y estudio algún tema relacionado con literatura. Aunque también es una trampa
en la universidad. De hecho, es en segundo medio, a los 15 años, donde que me hago para no sentirme tan mal. Pero es verdad, al momento de
comienzo a leer, influenciado por un profesor de castellano que era un sentarme a escribir cosas de ese estilo necesito tener los libros conmigo.
gran lector. Leía mucha poesía chilena y gracias a él leí a Enrique Lihn Acumulo y acumulo libros en esta pieza, con la esperanza de que algún
y a Jorge Teillier, porque me prestaba sus libros. día tendré tiempo de leerlos todos.
Además, me hice muy amigo de la bibliotecaria, y me prestaba 20 libros Con la plata de la beca de creación compré como 20 libros, creo. Com-
todos los veranos. Títulos como El Extranjero, La metamorfosis, La pré varios que eran caros y que en otra circunstancia no podría haberlos
Tregua y  El Túnel, fueron claves para mí como quinceañero, porque conseguido. Por ejemplo, La Antología de Spoon River y La sinagoga
estaba con todas esas dudas existenciales y fue donde me sentí más de los iconoclastas de Juan Rodolfo Wilcock, que recomendaba Bolaño.
reconocido. Después rayé con Balzac, Dostoievski, Cortázar y Borges.
En mi casa había algunos libros, pero no había una biblioteca. Había Al comprar libros siento una alegría de poder leerlos en el mo-
unas enciclopedias que había comprado mi abuelo, que de hecho toda- mento que yo desee. En una de las libretas donde llevo algo pa-
vía las tengo guardada. recido a un diario, anoté hace poco: “Acumulo y acumulo libros en
esta pieza, con la esperanza de que algún día tendré tiempo de leer-
Pero fue un cambio brusco venirme a Santiago. Llegué a mitad de año los todos”. Siempre llevo conmigo dos o tres libros. A veces pien-
y era el alumno 47 del curso. Vivía con mi hermana cerca del colegio, so que me puedo quedar atrapado en el metro o en algún lugar,
que quedaba en Las Condes, pero después nos fuimos a vivir a Maipú y y sé que voy a necesitar esos libros. Es una relación un poco enfermiza.
entonces pasaba dos o tres horas al día arriba de una micro cuando iba
al colegio, así que fue inevitable que me pusiera a leer en esos ratos. El
38 39

Referentes y guardianes Lo mejor es que mis libros los tengo conmigo para siempre, es algo difí-
En el primer estante están los que más me gustan: Ribeyro, Cheever, cil de explicar. Como yo no tenía biblioteca en mi casa, durante mucho
Natalia Ginzburg, Bolaño, Idea Vilariño, Hebe Uhart, Gonzalo Millán, tiempo me formé leyendo en la biblioteca de mi colegio, el Bibliometro
José Watanabe y Joaquín Giannuzzi. Está desordenado porque he teni- y la Biblioteca de Santiago. Era la única forma de acceder a libros cuan-
do que sacarlos y usarlos. A continuación está Onetti, Coetzee, Lihn, do era pendejo, porque no tenía mucha plata para comprarlos. Necesito
Zambra, Parra, Levrero, Pitol, Céline, González Vera y entrevistas y que los libros estén en mi pieza, muy cerca de mí. El hecho de que mi
memorias de Bob Dylan. Libros de Gonzalo Díaz, que me regaló cuan- escritorio tenga muchos libros retrata la inseguridad en mí mismo y la
do lo entrevisté. Hay fotos de Bob Dylan, Juan Rulfo y Juan Luis Mar- confianza que tengo en ellos al momento de sentarme a escribir una
tínez, que protegen la biblioteca. Más abajo está Borges y Lydia Davis. reseña, por ejemplo.
Después muchos escritores argentinos. Las Ediciones UDP, porque me Los libros fueron la primera posesión que tuve. Si alguien me echara
gusta mucho su catálogo. Al lado los libros de amigos, como Rodrigo de esta casa lo único que es mío son el computador y los libros. Si
Hasbún o Federico Falco. Los de Mariana Enriquez y Leila Guerriero. me voy, me los llevaría. Estoy yo ahí. Mi biblioteca está marcada por
En el pasillo hay literatura gringa, de Europa y Asia. Al lado, no ficción, mis viajes, son los últimos momentos de mi biografía. Si leo un libro
cronistas como Caparrós, Villoro y Merino. También me encantan las de Hebe Uhart, por ejemplo, pienso en el día en que la conocí. Todo
biografías sobre autores. Deberían estar en mi pieza, pero no caben. libro tiene una historia. Mi biografía está mezclada con mi biblioteca.
En la pieza que está desordenada hay mucho ensayo. Está lo que ocu- Creo que se la dejaría a mi novia o a tres amigos. ¡No sé, qué difícil!
po cuando escribo y también cosas que me gusta tener cerca, como Los rayo harto. Le das una vida y una marca de tiempo. No hay nada
los cuentos de Hebe Uhart. Hay amigos que la tienen ordenadas por más bonito que abrir un libro y mirar el subrayado y pensar: ¿por qué
editorial y me parece horrible. Yo no podría ordenarla así. Aunque tam- subrayé esa parte en ese momento?
poco sé si ésta sea la mejor forma. Es desordenada, pero con muchas
afinidades literarias. Siento que estos libros se conectan entre ellos de
alguna forma. Es un caos donde todos los libros están conectados entre Diego Zúñiga y su novela racimo
sí. Están los libros que siempre quise tener y leer. Las desapariciones de varias niñas en Alto Hospicio, en el norte de
Mis autores favoritos son Enrique Lihn, Ribeyro, Bolaño, John Chee- Chile, desconciertan al protagonista de esta novela, el fotógrafo Torres
ver, Onetti. No sé si en mi libro Camanchaca están ellos. Pero uno no Leiva, tanto como la turbia indiferencia de las autoridades. En Racimo,
puede escribir sin leer. Me gusta leer a gente que escribe lo que yo nun- Diego Zúñiga aborda una investigación cuyo particular detective, To-
ca voy a poder decir o que tienen un estilo que nunca voy a alcanzar. rres Leiva, se ve inmerso en un cuadro desolador, rudo como el desierto
en que los hechos suceden, al tiempo que su propia vida da la impresión
de estar cayéndose a pedazos.
Libros como biografía Diego Zúñiga (Iquique, 1987) es periodista. Ha publicado la novela
Me gusta mucho el objeto libro y tener la posibilidad de acordarme de Camanchaca (La calabaza del diablo, 2009; Literatura Random House,
un cuento y disponer de él de inmediato para leerlo, hojearlo o sub- 2012), traducida al italiano y al francés, y el libro sobre fútbol Soy de
rayarlo. Aunque muchos de los libros de mi biblioteca aún no los he Católica (Lolita Editores, 2014). Es miembro de la editorial Montacer-
leído. dos y escribe semanalmente en la revista Qué Pasa.
40 41

Racimo (Literatura Random House) es su segunda novela. Yo también tengo un problema, pero no es tan grande.

Un cuerpo a un costado de la carretera: una silueta, el pelo largo hasta la cintura, ¿Y cuál es mi problema?, pregunta él.
una mochila, un jumper, los focos del auto que la iluminan en medio del desierto, de Son varios, dice ella rápidamente, pero yo creo que usted lo sabe todo. Hoy día tengo
la noche. prueba de inglés. Debo aprenderme los verbos irregulares.
Un cuerpo a un costado de la carretera, una niña haciendo dedo, la neblina que la Saca un cuaderno de su mochila.
empieza a cubrir, las luces del auto iluminándola por unos segundos antes de que
desaparezca en medio de la oscuridad. ¿En qué curso vas?

Entonces frena. Debería haber pasado a primero medio, responde ella y lee en voz alta algunos de los
verbos irregulares que tiene anotados.
Torres Leiva detiene el auto, mira el espejo retrovisor, no se ve nada. A lo lejos, frente
a él, otras luces, un camión, el suelo que retumba, la silueta vuelve a aparecer en el ¿Y te gusta el inglés?
espejo retrovisor, está ahí, a un costado de la carretera y ahora avanza hacia el auto Me da lo mismo, pero mi mamá dice que es importante.
de Torres Leiva. Lo hace sin mucha prisa, con su mochila al hombro, ya nada la ilu-
Tu mamá tiene razón, dice él, pero ella hace como que no lo escucha y sigue leyendo.
mina, pues el camión se ha perdido en la noche.
Comienza a amanecer. Él le pregunta dónde queda su colegio y ella le dice que cerca
Son pasadas las seis de la mañana, está empezando a bajar la neblina cuando ella
de Alto Hospicio. Después no le dice nada más. Baja la voz y sigue leyendo: pronun-
abre la puerta del acompañante y le pregunta si puede encaminarla hasta donde él
cia una palabra, cierra los ojos, los abre.
llegue.
Él le pregunta si todos los días hace lo mismo, si todos los días tiene que salir a la
Hace un par de horas, cuando recién comenzaba a atravesar el desierto, Torres Leiva
carretera y esperar a que alguien la lleve, pero ella le responde cualquier cosa, le
detuvo el auto, agarró su cámara fotográfica y se bajó. Sintió, entonces, el frío. Sintió,
pregunta si sabe cuál es el pasado simple de olvidar, y también el pasado simple de
también, una libertad inexplicable: la facilidad de caminar y desaparecer en la oscu-
entender, pero él no recuerda esas cosas. En realidad nunca aprendió inglés en el
ridad, mirar el cielo negro, apuntarlo con la cámara, cambiar tal vez el lente, buscar
colegio ni en ninguna parte, así que no la puede ayudar.
algo sin saber muy bien qué.
Yo una vez vi nevar, dice ella, aquí mismo, todo blanco, todo, los granizos, la tormen-
Ahora ella lo mira en silencio. Está esperando que le responda, que le diga que se
ta, caían pedazos de hielo.
suba al auto, que claro, que la llevará hasta donde pueda. Pero Torres Leiva no dice
nada. Son solo unos segundos, pero no habla; siente el frío, eso sí, siente cómo un Aquí no puede nevar, dice él con seguridad.
viento se mete al auto. Yo lo vi en mi casa, todo lleno de nieve, todo esto blanco, dice ella y apunta hacia los
Sube, le dice finalmente, y ella le hace caso y ahora está sentada a su lado, con la cerros, allá al fondo, casi al final del desierto.
mochila en los pies, mirando la carretera. Apoya la cabeza en el respaldo del asiento Torres Leiva conduce sin desviar la vista de la carretera; intenta imaginar el desierto
y cierra los ojos. Él escucha su respiración, la mira de vez en cuando, pero intenta blanco, lleno de nieve, pero no lo consigue.
mantener la vista fija en el camino.
A lo lejos se ve Pozo Almonte: esas casas en mitad del desierto, esa plaza, esos ta-
Usted tiene un problema, dice, de pronto, ella: un problema grande. marugos. Están muy cerca de llegar a Iquique y ella aún no le dice adónde va; se ha
Torres Leiva no responde nada, ella sigue con los ojos cerrados. quedado dormida, con el cuaderno encima de su pecho, mientras él conduce.
42 43

Una vez, cuando chico, recuerda ahora, vino al norte con su mamá. No tiene claro semanas, el tiempo que duró su estadía en Iquique, hasta que su madre empeoró y
el año, pero sí sabe que su papá ya no vivía con ellos, que su hermano se había ido tuvieron que trasladarla en avión a Santiago.
a México y que entonces pasaba mucho rato con su madre, acompañándola. Eran
 
los tiempos, recuerda ahora mientras el cielo va cambiando de color y la niña ronca
despacio a su lado, en que su padre ya se había ido a vivir con Teresa y los visitaba
solo a fin de mes para dejar algo de dinero y luego volver a su casa. Fue entonces
cuando su madre, un día, le dijo que tenía ganas de hacer un viaje con él en auto al
norte. Torres Leiva pensó en un principio que era una broma, porque a su madre le
gustaba hacer ese tipo de bromas: decir algo que nadie espera, decir algo incómodo,
mirar las caras de desconcierto, de pregunta, y luego explicar el chiste y reírse. Decir,
por ejemplo, quiero viajar al norte, quiero que le pidas a tu papá que te preste el auto
porque voy a ir a Iquique a ver a una amiga. Decir eso, quedarse en silencio, demorar
la explicación y reírse. Pero no, no hubo broma esa vez. Esa vez, todo fue en serio.
Así que viajaron.
A pesar de que el doctor le dijo a ella que era peligroso, a pesar de que su padre no
les quiso pasar el auto y Torres Leiva tuvo que pedirle a su tío que les prestara el Fiat
600, a pesar de todo, partieron al norte una mañana de invierno, cuando en Santiago
se cumplían tres días de lluvias torrenciales y una niña había sido tragada por el río
Mapocho, que se negaba a devolver el cuerpo.
Atravesaron el desierto de Atacama en ese Fiat 600 en el que su tío lo llevó muchas
veces, junto a sus dos primos, a pasear por Santiago, a recorrer el Cajón del Maipo,
a atravesar la ciudad desde Maipú hasta Las Condes. En ese mismo auto verde, pe-
queño, sucio, su madre condujo los casi dos mil kilómetros que separan a Santiago de
Iquique, tarareando canciones de Umberto Tozzi y Nino Bravo durante todo el cami-
no, mientras él iba en silencio, mirando el paisaje, las nubes, el desierto, los colores
que cambian cuando llega la noche.
No recuerda si se detuvieron en algún punto a dormir. Sabe que bajaron en distintos
servicentros, de noche, de día, al atardecer. Sabe que ahí compraron bebidas y papas
fritas y unos Chubi que lo acompañaron hasta llegar a Iquique, pero no está seguro
de que se hayan detenido a dormir en algún momento del viaje. Piensa en su madre.
En ella conduciendo casi dos mil kilómetros, sin dormir, para ver a esa amiga que
vivía en un edificio desde donde se escuchaban las olas golpeando en las rocas, casi
al lado del mar, durante toda la noche, porque ahí, en ese departamento con olor a
pichí de gato, recuerda Torres Leiva, sí durmió varios días. Quizá fueron dos o tres
44 45

Busco situarme lo más cerca posible de los personajes de 22 narradores menores de 35 años en lengua española con mayor
futuro. Publicó Cinco (Gente Común) en 2006 y, uno después, apareció
Por José Andrés Rojo
su primera novela, El lugar del cuerpo (Fondo Editorial Municipalidad
de Santa Cruz; Alfaguara, 2009). En 2011, Duomo editó en España otra
colección de cuentos, Los días más felices. No hay, por el momento,
más (salvo sus diarios y más cuentos y novelas aún inéditos). Hasbún
terminó periodismo en 2003, y salió inmediatamente después: “Yo me
fui de Bolivia a los 22 y desde entonces viví en Santiago de Chile, en
Barcelona y en Ithaca, y ahora mismo estoy mudándome a Toronto. Y
Rodrigo Hasbún forma parte de un contado número de escritores la-
para mí llevar vidas completamente distintas en esos lugares ha sido y
tinoamericanos a los que la crítica augura un gran futuro. El boliviano
sigue siendo fundamental en mi educación sentimental y literaria, lo
cuenta con una novela, dos colecciones de relatos, y una obsesión: ex-
que sin duda agradezco, pero al mismo tiempo me ha dejado un poco
plorar las zonas oscuras de sus personajes
colgado en el aire, me ha afantasmado, lo que bien visto tampoco está
“Busco situarme lo más cerca posible de los personajes, saber cómo tan mal”.
son cuando están solos, entender sus guerritas diarias, sus formas de
El camino que emprendió Hasbún empezó, sin embargo, antes: con un
sobrevivir. En ese sentido, para mí los textos casi siempre empiezan con
grupo de rock. Hasbún: “Fui músico durante varios años, al final de la
alguien haciendo algo (pero es necesario que haya urgencia de por me-
adolescencia, y en algún momento (como tantos otros) creí que lo sería
dio, que algo esté en juego)”, explica Rodrigo Hasbún (Cochabamba,
durante toda mi vida. Al principio tocábamos canciones de los grupos
1981). En ‘Carretera’, uno de los relatos incluidos en Cinco, su primer
que más nos inquietaban entonces, Pearl Jam y Nirvana y Stone Temple
libro, hay un joven que va conduciendo un coche y que cierra los ojos,
Pilots y toda esa gente desencantada que parecía hablarle de tan cerca a
y que va probando cuánto tiempo los mantiene cerrados, como provo-
los que entonces rondábamos los catorce o quince, pero al poco tiempo
cando al destino.
empezamos a escribir canciones propias y al final solo tocábamos esas.
¿A qué quiere cerrar los ojos exactamente? “A tantas cosas: a lo que Hay algo maravilloso en el hecho de que la música se haga colectiva-
hizo más daño y a lo que persiste a pesar nuestro, a las manchas que mente, de que sea un arte tan solidario, casi una especie de ritual. Es
dejaron nuestros amores más terribles, a una patria difícil de entender y algo que los escritores desconocen. Los escritores, mientras escriben,
a la necesidad de huir de ella y a la imposibilidad de hacerlo. Eso es lo están solos. Rodeados de fantasmas, seguramente, pero solos. Cuando
que intentan algunos de los personajes de ese libro y, quizá, de todos los el grupo se deshizo, yo me puse a leer más y empecé a escribir cuentos,
que he escrito. Pero cerrar los ojos es, por supuesto, un ejercicio inútil, así que el final de algo y el principio de algo coincidieron. En cualquier
y eso lo van descubriendo a la fuerza ellos mismos. Para los escritores, caso, siento que mi aprendizaje literario ya había sucedido en gran me-
el viaje es el mismo al final: aprender a mantener los ojos abiertos, dida en la música. Lo atmosférico y lo rítmico, el trabajo directo con las
aunque duela, y a estar cada vez más atentos a lo que hay (o no hay) emociones, ciertas nociones de estructura, el manejo de la intensidad,
alrededor y a lo que hay (o no hay) adentro”. todo eso ya lo había ido asimilando durante años. No deja de ser per-
En 2007, Rodrigo Hasbún fue seleccionado por el Hay Festival y Bogo- turbador que haya canciones de tres o cuatro minutos que afecten más
tá Capital Mundial del Libro como uno de los 39 escritores latinoameri- que libros enteros”.
canos más relevantes y, en 2011, la revista Granta lo incluyó en la lista
46 47

Otro oficio que le permitió conocer mejor el suyo fue el cine. “Dónde —“Era una ciudad demasiado pequeña para ella, muerta, casi un pue-
cortar, qué mostrar y qué no: yo diría que en esas preguntas se cifra el blo donde nunca sucedía nada…”, escribe en esa novela refiriéndose
cuestionamiento más constante de los cineastas”, explica Rodrigo Has- a Elena. ¿Qué relación tiene con su ciudad, con su país, con su gente?
bún en otro de los capítulos de una larga conversación por correo elec- —Cuando me fui por primera vez, mantenía una relación más o menos
trónico. “Mientras escribo, yo me estoy haciendo las mismas preguntas a tensa con Bolivia. No toleraba sus diferencias radicales ni sus prejui-
cada rato. Esa es quizá la mayor herencia que me dejó mi vínculo con el cios ni sus discriminaciones ni sus jerarquías ni la corrupción de la que
cine, además de esto otro: a veces se ruedan cien horas de material para nadie estaba libre, pero además, a un nivel más personal, sentía que no
al final quedarse con dos. Hay ahí una gran lección de humildad, que era el mejor lugar para formarme como escritor. Diez años después, mi
asumo como el mejor modelo posible. Es necesario prescindir de lo que relación con el país es menos ingenua y más amable. Hay cosas que me
no sirve, de lo que no funcionó como queríamos, de lo que funcionó bien siguen pesando (y las diferencias radicales y los prejuicios y las discri-
pero al final no ha encontrado su lugar, y es necesario esperar la llegada minaciones y las jerarquías y la corrupción siguen ahí, aunque ahora me
de esos momentos luminosos que están fuera del control de nadie”. doy mejor cuenta de que esos problemas no son patrimonio exclusivo
Fue Martín Boulocq, el baterista del grupo de rock, el que se puso a de los bolivianos), pero hay muchas otras que valoro infinitamente.
hacer cine cuando terminó aquella aventura. Hasbún ha trabajado en los —Por lo pronto, da la impresión de que hubiera ahora un ambiente
guiones de las dos adaptaciones de sus relatos que Boulocq ha dirigido: cultural más dinámico y rico.
una (Rojo) forma parte de la película colectiva Rojo, amarillo, verde; la
otra es Los viejos, basada en ‘Carretera’. “A veces escribíamos a cuatro —La literatura boliviana está atravesando, hace ya años, una etapa de
manos, a veces lo asistía en la dirección, a veces simplemente ayudaba gran vitalidad y renovación. Pero ser escritor boliviano es jugar en des-
a cargar los equipos en los rodajes o a lo que fuera necesario”, cuenta ventaja: el país no cuenta con una infraestructura que fomente su ta-
Hasbún. lento, ni dentro del país ni fuera de él, y en otros ámbitos hay un gran
interés por tradiciones más consolidadas y casi ninguno por la nuestra.
—La narradora de su novela abandona cuando es joven su país, pero Más allá de eso (y en contra de todo), varias escritoras y escritores bo-
sigue de alguna manera atada a lo que dejó atrás. livianos están escribiendo libros notables que poco a poco van encon-
—Tengo la impresión de que los que ya no viven ahí donde nacieron trando sus lectores.
nunca dejan de tener presente ese lugar ni de preguntarse qué hubiera —En uno de sus relatos, una joven empleada empieza a escribir un dia-
sido su vida y qué hubieran sido ellos mismos de no haberse ido. Es rio y lleva una vida secreta. Ya no se somete a lo que se espera de ella.
algo que en algún momento empieza a resultarle intolerable a Elena, Toma la palabra. Bolivia ha cambiado en los últimos años. Es como
la protagonista de mi novela, y es algo que a mí me da vueltas todo el si se les hubiera abierto un hueco a los que estaban fuera del sistema.
tiempo. Hasta hace poco sentía que los que se iban ganaban lugares en ¿Qué opina de lo que ha pasado, qué ha ido bien, qué ha ido mal?
lugar de perderlos, pero últimamente se me ocurre que esa posición más
bien optimista ignora el hecho de que irse es una experiencia a menudo —Sí, antes eran muy pocos los que podían hablar, y ahora son cada vez
desgarradora, sobre todo si uno lo hace solo. Más allá de cuán amables más. Pero quizá lo verdaderamente importante es que también ahora
o desastrosas sean tus nuevas circunstancias, ya no estar ahí para acom- son cada vez más los que están dispuestos a oír a los otros. En ese sen-
pañar a tu gente (en las buenas y en las malas) es más duro de lo que se tido, pensando digamos en el país de mi infancia, esta es sin duda una
tiende a creer. Bolivia más inclusiva y más atenta a su diversidad, a sus herencias, a su
48 49

complejidad. ¿Qué ha ido mal? Lo que siempre ha ido mal: las deplo- Mason y Neil Young”, aunque reconoce que vuelve con frecuencia a su
rables condiciones de vida de buena parte de la población, la corrup- época grunge: “No hay mejor manera de viajar en el tiempo, de revivir
ción generalizada, los distintos tipos de discriminación, la violencia a los muertos, de estar de nuevo ahí”. ¿Cine? “Hay muchos cineastas
institucional, el machismo, cierta voluntad de poder. Pero a mí, como cuyas pelis no me canso de ver. La lista es larga, pero puedo mencio-
escritor, me resulta más desafiante y revelador pensar estas grandes narle algunos: Cassavetes y Malick, Béla Tarr y Tsai Ming-Liang, el
tensiones indirectamente, desde otro tipo de espacios menos visibles. Godard de los sesenta y setenta,Jarmusch y su maestro Ozu, Lucrecia
La literatura que las confronta directamente a menudo termina siendo Martel, Kiarostami, Herzog, los hermanos Dardenne”. Por lo que toca
demasiado discursiva y sociológica, y de eso hemos tenido mucho en a la literatura, anda leyendo Ragtime, de E. L. Doctorow. “Es una no-
Bolivia. Esto no es una película del cineasta iraní Jafar Panahí resulta vela que a partir de varios personajes memorables (entre ellos Houdini)
ejemplar en este sentido. Es implacable en la indagación de su país, la propone un retrato extraordinario de los Estados Unidos de principios
luz que arroja sobre Irán es fulminante, y él logra todo eso sin que su del siglo XX”, apunta. “No sé quiénes me hayan influido, pero sí son
cámara salga nunca de ese apartamento en el que lleva años recluido. muchos los escritores que admiro incondicionalmente: Coetzee, Onetti,
—Nunca se sabe bien dónde suceden las cosas que pasan en sus histo- Didion, Bolaño, Carver, Tavares, Ginzburg, Saer, Proust…”.
rias. Conviene mencionar, en fin, una de sus últimas iniciativas, una revista
—En los libros que he publicado hasta ahora ni Bolivia ni Cochabamba digital: “Con Traviesa  queremos propiciar un espacio en el que los
aparecen mencionadas, pero eso no significa que no escriba sobre ellas. escritores compartan sus rutinas, su entendimiento de las cosas, sus di-
Lo hago casi todo el tiempo pero, al igual que Panahí, presto más aten- ferencias, y también la memoria de sus infancias, algunos hallazgos
ción a lo que sucede dentro del apartamento que fuera de él, sabiendo inesperados, todo aquello que les resulta más grato o perturbador. Pu-
sin embargo que lo que hay fuera influye decisivamente en lo que su- blicamos correspondencias, entrevistas, textos de no-ficción y antolo-
cede dentro. gías curadas por escritores invitados, y lo que genera la venta de estas
se redistribuye entre los participantes. Ahora más que nunca, está claro
—Y, ahí dentro, el sexo es esencial. que puede hacerse mucho con muy poco”.
—Me gusta ver cómo los personajes se transforman en la intimidad, ¿Algún proyecto? “Tengo casi listo un nuevo libro de cuentos, que ando
qué son ahí, qué intentan ser. Los dormitorios me parecen espacios revisando desde hace algunos meses, y estoy empezando a escribir una
fascinantes y, mal que mal, de despiertos o dormidos, en ellos sucede nueva novela”. Dentro de poco se instalará en Toronto para terminar su
parte importante de nuestras vidas. Cuando escribo sobre sexo, como tesis doctoral. Su tema: los diarios íntimos.
cuando escribo sobre todo lo demás, busco ser lo más directo posible,
me desentiendo de cualquier pudor, llamo a las cosas por su nombre. Si La literatura de Rodrigo Hasbún tiene una potencia extraña (“la escri-
en muchas películas o en la televisión hay corte cuando los personajes tura —trabajar con la memoria y las emociones y la imaginación— es
empiezan a besarse, a mí me interesa explorar justamente eso que no un oficio intenso y misterioso pero también un poco idiota”, dice). Le
se muestra, lo que se lleva el corte, aquello de lo que se ha prescindido. gusta tocar las zonas más oscuras. Leerlo es como subir a esa “dili-
gencia del abismo” a la que se refería Bernardo Soares, el heterónimo
Si fuera necesario hacer un retrato veloz de Hasbún a partir de algu- de Pessoa: un viaje al borde del precipicio. En ‘Carretera’, Hasbún es-
nas cosas que le gustan, habría que decir que ahora anda escuchando cribe sobre su protagonista: “Se sintió cansado. Un cansancio que no se
“a gente como Bill Callahan y Leonard Cohen y Bob Dylan y Willy debía a la situación ni a la noche en la carretera, sino más bien a haber
50 51

seguido siendo él mismo durante tanto tiempo”. De eso va su obra: de Clima de moridero
las fracturas personales, de las grietas, de las caídas.
Por Cristian Alarcón Casanova
Habrá que ir concluyendo: “Escribí ‘Carretera’ cuando tenía 23 años y,
aunque esa fue para mí una época muy grata, sin duda ya sabía bien lo
que era cansarse de uno mismo. Toño, el personaje del cuento, lo sabe
aún más, después de tantos años dándole vueltas a los mismos recuer-
dos, al mismo amor terrible, a ese abandono forzado que lo ha marcado
tanto. Pero hay algo liberador al final: logra asumir una distancia. Y esa
quizá sea la mejor respuesta a nuestro cansancio, ¿no? Cuando hace fal- Original y novedosa, Selva Almada ha seducido a los argentinos con un estilo entre
ta, saber irnos de nosotros mismos y poder mirarnos (desde esa distan- poético y realista. Su literatura pone los pelos de punta, pero no llega al aguijón del
cia) como a una cosa extraña, la cosa extraña que somos en el fondo”. horror.
Selva Almada vio el primer muerto adentro de un cajón, en un rancho,
cuando tenía seis años. La niña nacida en 1973 en Villa Elisa —un
pueblo pequeño, católico y conservador de la provincia de Entre Ríos—
quedó tan impresionada que no volvió a someterse a un velorio hasta
que murió su abuela Ciomara, hace un par de años. Ciomara fue la
madre de su madre, una estirpe de mujeres serias y calladas, decididas
y llenas del poder con el que cuentan las que se han unido a hombres
flacos de decisiones. O ausentes. Selva Almada es una de las escritoras
más elogiada de su generación, revelación a poco de cumplir 40 años
por dos novelas venidas de una potente voz que nace en las huellas
de Juan Carlos Onetti y, más allá, de William Faulkner y Erskine Cald-
well. Entre esa niña absorta y aterrada ante el cadáver de un descono-
cido, y esta mujer que ahora escribe un nuevo libro sobre hombres que
salen de pesca y otro sobre mujeres asesinadas, hay un hilo que explica
la fascinación de sus lectores: en Almada, el pulso de la literatura es el
de un latido que amenaza con apagarse, pero avanza, sin pausa, hasta
producir un nudo en el estómago, porque es inminente el abismo, que
no cesa, que no llega, pero allí está agazapado. La agonía es en esta es-
critora el vals que suena para que sigamos la huella de lo vital.
Entre Ríos, la provincia, es un vergel mesopotámico: rodeada por los
ríos Paraná al oeste, y Uruguay, al este, es una zona de campos próspe-
ros en los que se siembra el trigo y ahora, en tiempos de tecnificación
y monocultivo, la soja. El departamento de Colón —en el que está el
52 53

pueblo natal—, limita, literalmente, con el Uruguay de Onetti. En su de desbordes. En El viento… el pastor Pearson añora el verdor cálido
primera novela, El viento que arrasa, Almada recurre a esos paisajes de su natal Entre Ríos mientras intenta reclutar a Tapioca, un jovencito
solo para crear un contraste desolador entre el calor inclemente del cha- enclenque al que ha criado el Gringo Bauer desde los seis. Tapioca fue
co santafecino, al norte, adonde sitúa la escena de sus cuatro personajes dejado con Bauer por su madre, una prostituta nómada que un día pasó
y el de sus tierras nativas: un pastor evangélico —el reverendo Pear- por el lugar y le juró que era su hijo. La tensión entre los varones de
son—, su hija —Leni—, un mecánico solitario —El Gringo Bauer— y la historia y la presencia femenina de la joven hija del pastor nunca se
Tapioca, un chico al que ha criado como su hijo. El predicador y la resuelve: el lector teme que se desate alguna situación en la que la chica
muchacha quedan varados en la ruta, por la que deambulan con una bi- podría ser víctima. Almada reconoce que la historia original tenía una
blia y dos maletas exiguas, de pueblo en pueblo. Tiempo atrás, Pearson trama que iba por ahí: Leni era la protagonista, y la víctima de un pa-
ha abandonado a su mujer en un punto del camino para no verla nunca dre abusador. La historia, a medida que escribía, le pareció demasiado
más. Las horas se sucederán en ese rincón privado de agua, de gente, sórdida y cambió hacia este cuarteto en el que la tensión se funde en un
de cualquier riqueza, mientras el mecánico busca cómo hacer funcionar estilo entre poético y realista: pone los pelos de punta, pero no llega al
el coche. El clima tórrido, un clima de moridero, es —lo es en toda su obvio aguijón del horror. Es en Ladrilleros donde la escritora se lanza a
obra— un personaje más de la historia: la tormenta que se anuncia con un estilo que es menos prolijo, pero también de una intensidad terrestre:
el cambio de la luz por las nubes negras, por la humedad que se huele, lo real de dos amigos que se enfrentan a cuchillazos en un parque de
interviene en la trama dándole un viraje último a la novela. diversiones y agonizan a lo largo de todo el libro, se mezcla con las alu-
Mucho antes de publicar El viento que arrasa y de que la novela fue- cinaciones que tienen desde su lecho de muerte. Mientras se desangran
ra elegida como la mejor del 2012 por el suplemento cultural del dia- se acuerdan de sus padres, dos machos correntinos —el norte vuelve a
rio  Clarín y ponderada por intelectuales como Beatriz Sarlo, Almada ser el sitio elegido— que supieron ser enemigos hasta que uno muere
publicó Niños (cuentos) y Una chica de provincia, un relato confesional y el otro se borra del mapa yéndose a trabajar como cosechador a otra
en el que aparece su familia entrerriana. Ahora, puesta a recordar, se ve provincia.
correteando por un barrio sin límites, en las afueras del pueblo, con un Selva Almada nació en un pueblo en el que la tierra del barrio se con-
primo que nació solo diez días antes que ella y con el que creció. Juntos funde con el campo. En esa casa a medio construir en la que vivió con
se escapaban para visitar a los tíos solterones que vivían en ranchos soli- sus padres hasta que huyó hacia Paraná, la ciudad más cercana para es-
tarios, a pocas cuadras. Lolo Bertone, uno de ellos, solía trabajar en una tudiar literatura, leyó en largas siestas, sus primeros libros. Las historias
fábrica de ladrillos, atizando el fuego para cocinarlos. A la niña Selva de Julio Verne le llegaron de manos de su abuelo paterno, Antonio Ca-
y a su primo incondicional los fascinaba visitarlo, ver cómo las llamas rroz, hijo de suizos venidos a mediados de siglo desde el cantón Valais.
cocían esos panes de greda con los que luego se levantarían las casas de Carroz, peón de campo, era también un gran lector. Se casó con Cioma-
Villa Elisa. Ese carácter, el de Lolo, es el que hereda el Gringo Bauer, y ra, pero murió joven. A su muerte, Ciomara migró a Buenos Aires, para
un poco el de los padres de los protagonistas de su última novela, otro emplearse como mucama en la casa de una famosa soprano. Regresó
suceso: Ladrilleros, dedicada al hombre recio que fue ese tío y que mu- al pueblo ya grande. La madre de Selva, hija de la pareja, heredó una
rió mientras ella escribía. El día que el libro —ya impreso— llegó a sus voluntad de hierro para abrirse camino. Almada siempre vivió de chan-
manos, Selva lo abrió, leyó su propia dedicatoria, y se largó a llorar. gas. La madre fue el sostén familiar haciendo trabajos de costura para
Si  El viento que arrasa es la economía onettiana del lenguaje y una sus vecinos. Así se costeó los estudios como enfermera, y luego, los de
inminencia que nunca termina de desatarse, Ladrilleroses una novela maestra de escuela. Selva leyó —un clásico de la niñez argentina del
54 55

interior— a Verne, Salgari, Alcott. Y siguió con la biblioteca popular de A salvo de la moral de clase media, Almada se mete con la lucha por
Villa Elisa: “Ahí encontré lo que quería. La literatura me salvó la vida”. el poder fálico, pero también con el amor de los varones. Ahora, por
El colegio secundario fue un suplicio. Selva era la hermana menor de ejemplo, escribe una novela de hombres que se han ido a pescar. “Los
un varón tan popular como un cantante de moda. Extrovertido, simpá- hombres, ¿de qué hablan? ¿Cómo se aman dos varones en ese ambien-
tico, el mayor de los Almada generaba expectativas en esa adolescente te? ¿Qué hace un pibe que de golpe se enamora de un pibe?”.
que lo precedía, para molestia de ella, una chica tímida, de carácter ¿De dónde viene ese desapego que la hace una autora original, lúcida, y
seco, hosco. Todos la comparaban con él. Ella hubiera preferido pasar novedosa, aun cuando transita aguas navegadas antes por clásicos como
desapercibida. Por eso siguió refugiada en la lectura. Cuando llegó el Onetti, Juan José Saer o los escritores del sur de los Estados Unidos? En
momento de estudiar se mudó a Paraná. Quería ser periodista. Duró dos Almada, se descubre después de leerla sin respiro y de conocerla, está el
años en Comunicación, y entendió que le importaba más la literatura. Onetti de El Astillero y de Juntacadáveres, pero también, y rioplatense,
Se anotó en el profesorado. Y fue como soltarse de un tronco al que el Faulkner de Mientras agonizo y Santuario. Según ella misma confie-
había sido atada por la moral pueblerina. sa, todavía más, el Caldwell —contemporáneo de los otros— de El ca-
En la facultad, al borde del río Paraná —el más ancho después del cau- mino del tabaco, una novela en la que el dolor del sometimiento surge
daloso Río de la Plata— conoció a escritores y poetas. Era de las pocas de una familia llena de miseria y vileza. “Lo que en Flannery O’Con-
estudiantes que vivía sola, su familia había quedado en el pueblo. En su nor estaba por abajo, en Caldwell estaba expuesto”. Almada aprecia el
casa se reunían a leer lo que escribían. Entre ellos se daban consignas desapego que produce buena literatura, desde la experiencia y sin ro-
para imaginar historias y foguearse. Así se inventaron una revista, en deos. Ella misma se pone en el ojo de la tormenta cuando se la interroga
1997, que llamaron Caelum Blue, por un poema de Lupercio: “Porque sin ambages.
ese cielo azul que todos vemos, ni es cielo, ni es azul: ¡lástima grande — ¿Por qué en estas dos novelas que te han vuelto conocida casi siem-
que no sea verdad tanta belleza!”. Era un colectivo de artistas y orga- pre los personajes son hijos?
nizaban fiestas para presentar cada número: algunos solían desnudarse —Como te decía, no voy a tener hijos. No voy a ser madre. Siempre
para las performances, y de pronto Paraná tuvo su escena alternativa. voy a ser hija.
Almada se fue dando cuenta que no estudiaba para ser profesora: lo de
ella era escribir. En 1999, antes de que terminara el siglo, con el mismo Esa es la Selva Almada que los argentinos leen por estos días. Es la mis-
novio que tiene al lado desde los 20, partieron a Buenos Aires. ma chica que puede contar en el mismo tono que la violencia del campo
no la sorprende, que no tiene una mirada moral sobre la violencia. Aca-
Pajarito Tamai y Marciano Miranda, los protagonistas de Ladrilleros, so el recuerdo de las siestas en Villa Elisa lo haga comprensible. Junto
son hijos de los chúcaros Tamai y Miranda, que viven a pocas cuadras a su primo del alma —que fue su primer amigo, su primer novio, su
y se odian. Las escenas del enfrentamiento entre los padres, las de la primer todo— solían visitar al solterón Lolo Bertone en su rancho de las
amistad infantil de los hijos, y las de la trama que se cierne hacia un fi- afueras. Tenía hamacas, el paseo era un respiro. A Lolo solía visitarlo
nal anunciado, pero del que se ignoran las razones, son de una masculi- la Chona, una prostituta que lo servía de vez en cuando. “La Chona iba
nidad exacerbada: una condición hombruna y campesina que se vuelve con sus hijos”, cuenta. “Nosotros jugábamos con los nenes de la Chona
universal en su frescura y en su traza corpulenta. Almada lo consigue y ellos se encerraban en el rancho. Ella entre los chicos tenía una hija
con un lenguaje provinciano “desbordado” y con un conocimiento pro- que empezó a crecer, una nena que se desarrolló muy pronto. Entonces
fundo de las lógicas de los varones, sin matices de corrección política. empezó a entrar al rancho. La madre se quedaba afuera, esperando. Era
56 57

un horror, pero al mismo tiempo era algo que vivíamos sin sorpresa. La vida cruda de Julián Herbert
Seguíamos jugando”.
Selva Almada escribe ahora sobre hombres que pescan, y sobre mujeres
asesinadas. La leeremos.
Los libros El viento que arrasa y Ladrilleros están editados por Mar-
dulce. 

Hay una escena al final de Kill Bill 2 que a Julián Herbert le gusta
mucho. Es cuando Uma Thurman llega a casa de Bill a matar a Bill y
se encuentra allí a su hija pequeña, y la niña hace como que le dispara
y mami se cae al suelo como si se hubiese muerto de ternura. Julián
Herbert dice que esa escena de la película de Quentin Tarantino es “es-
plendente”.
—Pero esa palabra no existe. Se dice espléndido.
Es después de medianoche del primer domingo de septiembre. Sobre la
mesita del porche de la casa del escritor mexicano Julián Herbert hay
una botella de tequila reposado. También hay sal y pedazos de limón.
—Claro que existe —dice él—. Es un participio propio del modernis-
mo latinoamericano. En un poema de Rubén Darío seguro que podrías
encontrar la palabra esplendente.
—¿Pero qué necesidad hay de decir esplendente?

Música para alacranes


En casa de Julián Herbert tienen un aparato que emite ondas sonoras
para ahuyentar a las arañas venenosas y a los alacranes que a veces
se meten dentro. Si las ondas no funcionan y el poeta descubre a uno
de estos bichos en su casa lo mata de un pisotón. Saltillo, en el Estado
de Coahuila, es una ciudad de unos 800.000 habitantes que está a 800
kilómetros de la capital, México DF, el embudo que desde siempre ha
absorbido casi toda la cultura de este país centralista. Saltillo es El Nor-
te, una categoría que en el imaginario mexicano remite en buena medi-
58 59

da a la idea abstracta de un desierto en el que no se le ha perdido nada —¿Y cómo muere el Principito?
a ninguno que no sea de allí. El Norte es arena. El Norte son narcos. —No te lo puedo decir, güey, porque no lo dicen —responde—.
El Norte es frontera. El Norte es lo que está antes de Estados Unidos.
Pero este carácter de margen también ha funcionado de fundamento de Pero aunque no lo digan en el libro él cuenta enseguida el secreto de
identidades creativas fuertes, como ha ocurrido en Coahuila con autores cómo muere el Principito: “Le pica una víbora”.
como Julián Herbert, Carlos Velázquez, autor de La Biblia Vaquera, o La madre de Julián Herbert trabajaba de prostituta. La novela que lo
el poeta Luis Jorge Boone. En el libro de poesía Kubla Khan de Herbert consagró hace dos años la escribió en parte sentado en un sillón al lado
hay un poema que se titula ‘El lugar donde se fríen espárragos’ y que de su madre cuando ella se estaba muriendo de leucemia. Sentado en
termina diciendo: “Mi infancia son recuerdos de un patio de Frontera / ese sillón fue escribiendo sobre sus recuerdos y de ahí salió esa autobio-
y Olivia Newton-John / cantando Xanadú. / Que cada quien contemple grafía entre real y novelada que se llama Canción de tumba y en la que
el paisaje que le toca”. convierte su vida turbia en un objeto literario brillante. Herbert escribió
Dentro de casa descansan su mujer y su hijo de tres años. La noche es en esta novela que cuando su mamá salía de trabajar por la mañana a
suave. A veces se oye el pitido del tren y lo que suena de fondo todo el veces se lo llevaba de paseo. “Con el exquisito abandono y el spleen
rato es la música de un grupo de banda norteña. de una puta desvelada, me compraba un chocomilk licuado en hielo
y dos cuadernos para colorear”. Que su padre fue “un patético imita-
—Para empezar, esplendente está sucediendo y espléndido es un adje- dor de Humphrey Bogart” al que apenas vio de niño. Que cuando su
tivo, y es esdrújulo, y los esdrújulos son peligrosos —responde—. Yo mamá no estaba lo dejaba con nanas atroces. “Hubo una seño Amparo
creo que las palabras esdrújulas son como los escorpiones, hay bichos de Monterrey que me recomendaba ir preparándome porque de grande
agudos y graves, y las esdrújulas tienen ese aguijón para arriba, las es- iba yo a ser maricón. Lo decía para quitarse de antemano la culpa de los
drújulas son venenosas. denodados esfuerzos en violarme que practicaba el mayor de sus hijos”.
Julián Herbert se hizo famoso con una novela, Canción de tumba (Mon- Julián Herbert escribió en Canción de tumba que las nanas atroces le
dadori), que ganó en España el Premio Jaén 2011 y en México el Elena enseñaron a amar a Charles Dickens “en tierra de indios”.
Poniatowska 2012, pero él no se ve tanto como un novelista. “Yo me veo La botella de tequila sigue reposada sobre la mesa. El güey que hace
como un güey que hace poemas”. Tiene 42 años, tres hijos con tres mu- poemas cuenta en el porche de su casa que de pequeño su madre andaba
jeres distintas, un largo pasado laboral de burócrata cultural de provincia con él y con sus hermanos de una ciudad o de un pueblo para otro bus-
y una banda de rock llamada Madrastras en la que es vocalista. Dice que cando burdeles en los que trabajar. Cuando tenía ocho años llegaron a
empezó a leer cuando tenía cinco o seis años. “A esa edad mi mamá me Monclova y se pusieron a vivir en un municipio de allí que se llamaba
leía El Principito. Me lo leía antes de irse a trabajar. Pero nunca me quiso Ciudad Frontera. Era un enclave siderúrgico del norte en medio del de-
leer el final. Un día me dijo: ‘No te voy a leer el final. El final lo tienes sierto, cerca de Estados Unidos, y en la tele salía un canal del otro lado
que leer tú’. Ese es como mi primer recuerdo de la lectura”. en el que él veía Miami Vice en inglés. Dice que también se sintonizaba
—¿Y cómo acaba el libro? otro canal que se llamaba Televisión Rural de México. Como era un
—Acaba con la muerte del Principito —dice Julián Herbert, un hombre canal cultural para educar al pueblo ponían películas de cine mudo.
grueso sentado en una mecedora—. Yo creo que estoy obsesionado con También ponían películas de ballet ruso. Dice que estas cosas fueron
la muerte porque empecé en la literatura enfrentándome a la muerte. parte de su formación. Como los libros de “literatura barata” que tenía
su madre. Unos eran de una actriz que se llamaba Irma Serrano que
60 61

fue amante de muchos políticos y que luego sacaba libros “de manera Palabras son sabor
muy descarada”. Recuerda dos: uno era A calzón quitado y el otro era
Por Vìctor Nùñez Jaime
A calzón amarrado. “Irma Serrano era la heroína de mi mamá. Era una
puta que cogía con presidentes, con gobernadores y con secretarios de
Estado”. Además de esta clase de libros él leía otros en una biblioteca
de Monclova que se llamaba Harold R. Pape, por el ingeniero metalúr-
gico que desarrolló la ciudad. Dice que su llegada a “la Pape” fue un
momento clave de su vida.
—¿Y por qué empezaste a ir? Andréa del Fuego ha publicado cuentos, libros infantiles y una novela rebosante de
—Te voy a decir la mera verdad, güey. No me acuerdo. realismo mágico.
La brasileña puede tardar un mes en escribir una obra y más de seis años en rees-
cribirla.
Lo suyo son las frases cortas llenas de acción y ritmo poético

Entre las callejuelas de una urbanización de São Bernardo do Campo,


en medio de la constelación de fábricas y talleres que rodean la mons-
truosa y fascinante ciudad de São Paulo, una niña busca y rebusca en
la basura algún objeto que despierte su imaginación. Enseguida se pre-
gunta cómo será la vida de los dueños de esos desperdicios y, durante
un buen rato de soledad, inventa historias.
Esta afición quedará bien arraigada cuando un día, en el colegio, su pro-
fesora le pida que lea a Machado de Assis. Entonces su alma temblará.
Porque se dará cuenta de que las cosas pueden contarse de maravilla
con un montón de mentiras. Y no podrá resistir la tentación de escribirle
cartas a su familia de Minas Gerais, al sur de Brasil, llenas de falseda-
des. Y empezará a tener problemas. Porque tergiversarle la realidad a
sus tías le traerá como consecuencia varios castigos. Pasarán algunos
años y comenzará a escribir cuentos que guardará —siempre— en un
cajón. No pensará —jamás— en escribir “en serio” y, mucho menos,
en publicar.
Pero más tarde, después de recorrer un largo camino de esfuerzo y dedi-
cación, basado en la reescritura y la prosa poética, esa muchacha estará
62 63

a punto —a casi nada— de convertirse en “una de las grandesficcionci- sugirió ponerse Andréa del Fuego, en alusión a la vedete Dora Vivac-
tas de Brasil”. Con una voz narrativa propia. Retomando los elementos qua (1917-1967), que se presentaba desnuda y con una cobra sobre los
que situaron a América Latina en el mapa de la literatura universal. hombros en los escenarios del Brasil de los años cuarenta y cincuenta
El rostro de Andréa del Fuego (São Paulo, 1975) es moreno. Tiene el como Luz del Fuego, nombre que tomó de un lápiz labial argentino, y
pelo negro y rizado, los ojos de distinto color —uno marrón y otro fue asesinada en la nudista isla del Sol. El seudónimo y, sobre todo, su
negro—, atrincherados detrás de unas gafas de pasta, y una curiosidad sonoridad, le gustó a Andréa, a su jefe y al público. Así que ¿para qué
que consiste en “llegar donde la mirada no llega”. Con ese método ha cambiarlo?
escrito cuentos eróticos, un blog, colaboraciones para revistas, radio y Estudió publicidad a nivel técnico (“con la intención de aliar un supuesto
televisión, y libros para niños y jóvenes. arte y un don que yo tenía con el mercado de trabajo”) y enseguida em-
pezó a trabajar en la producción de anuncios de televisión. “El primero
fue un comercial de una pomada para lesiones musculares. Hubo otros,
Zero-Zero pero luego trabajé llevando café y haciendo otras tareas simples en la
Andréa del Fuego forma parte de la Geração Zero-Zero, bautizada así película Tierra extranjera (1995), de Walter Salles. Después hice dos
por el escritor y crítico brasileño Nelson de Oliveira, quien asegura que revistas electrónicas y luego la escritura empezó a dar frutos”, expresa.
“hacía mucho tiempo que no surgía una buena novela sobre el enorme Cuando notó que ya tenía varios cuentos guardados, suficientes como
Brasil rural, mágico, muy distante del pequeño Brasil cosmopolita de para juntarlos en un libro, comenzó a tocar las puertas de las editoriales.
las grandes capitales, como Los Malaquias. Lo que más me agrada en Primero, entraba en las librerías y apuntaba los nombres de aquellas
los libros de Andréa es la representación sublime de ciertos comporta- que publicaban libros más o menos en “el mismo tono” que los que
mientos sueltos de la sociedad contemporánea, viciada en tecnología ella escribía. Enviaba los manuscritos y la respuesta era una sola: no.
y redes sociales. Andréa hace esto, principalmente, en los cuentos. Me Tardó cinco años en encontrar a alguien que confiara “en una autora
gusta cuando ironiza sobre las fisuras de nuestra existencia, denuncian- desconocida y, encima, que le ofrecía un libro ¡de cuentos!”, dice aho-
do nuestros peores actos de primates consumistas y narcisistas”. ra. Así, en 2004, publicó Miento mientras puedo. Después Lo niego
Para integrar la Generación Cero-Cero, Oliveira ha tomado en cuenta a todo (2005), Engaño suyo (2007) y Sociedad de la Calavera de Cristal
un grupo de autores que debutaron en el mundo editorial en la primera (2008), este último dirigido al público juvenil. Y en 2010, Hermanas de
década del siglo XXI. “Es la generación de losbloggers, de los reality peluche, para los niños. “El mercado infantil es maravilloso porque el
shows, de youtube. Hay, por lo menos, un punto de contacto entre todos lector no se interesa por el autor sino por el libro. Y el libro es, muchas
estos autores: la fascinación por lo bizarro que caracteriza a nuestra so- veces, adoptado en las escuelas y entonces los lectores pueden contarse
ciedad del espectáculo. Y es justamente esta fascinación la que acerca a por miles”, subraya con entusiasmo.
jóvenes escritores tan diferentes como Daniel Galera, Verónica Stigger No obstante, todos esos libros fueron publicados por editoriales peque-
y Santiago Nazarian, entre otros”. ñas (“pero muy cuidadosas con la edición”) y su repercusión entre el
En realidad, no se llama Andréa del Fuego sino Andréa Fátima dos San- gran público y la crítica fue mínima. Muchos, sin embargo, se fijarían en
tos. En 1998 comenzó a responder las dudas sexuales de los oyentes de ella poco después, con su primera novela “para adultos”: Los Malaquias.
Radio 89 FM, pero le dijeron que para llevar a cabo esa tarea necesitaba Una vez que pone el punto final, Andréa del Fuego le da a sus textos un
un nombre más… ¿sexy? Lo comentó con su suegra y fue ella quien le largo periodo de reposo. Luego, ya con cierto desapego, vuelve a ellos y
64 65

corrige. El exceso de lirismo, para empezar. Las largas metáforas, para Recordó una historia familiar que le parecía fantástica. Sus bisabuelos
seguir. Se esfuerza para que las cosas, por más fantásticas que sean, habían sido peones en una hacienda de Minas Gerais hasta que un rayo
parezcan reales. Quita y quita, como si para ella un escritor valiera más los mató. Así que, en un país donde lo sobrenatural forma parte de la
por lo que quita que por lo que deja. Y lo que deja son frases cortas tradición oral, la escritora paulista quiso escarbar en ese pasado, inven-
llenas de acción y ritmo poético. Se propone, en suma, que el texto sea tar la memoria de sus ancestros y, para amortiguar las emociones que se
menos artificioso y más transparente. despertaron en ella, se refugió en… ¡el realismo mágico!
Hace este ejercicio poco a poco, sin prisa. Entrando y saliendo del tex- Hoy, que la mayoría de los nuevos narradores sitúan sus obras en las
to para desechar arrebatos, improvisaciones y barroquismos. Deja, al grandes urbes (y sus periferias). Hoy, que para muchos lo rural se ha
final, una puntuación a veces telegráfica, pero no por ello menos efec- vuelto trillado de tan exótico y pintoresco. Hoy, que se considera supe-
tiva. “La reescritura”, dice, “es la parte que más tiempo me lleva en mi rado el realismo mágico, el mismo que originó el boom y lo que se co-
trabajo. Y la que más me preocupa. Puedo tardar un mes en escribir una noce como “literatura latinoamericana”. Hoy, que muchos escritores han
novela y más de seis años en reescribirla, por ejemplo. Corrijo todo roto con esa tradición (crack). Hoy, que la narrativa se ha “adaptado” a
aquello que el tiempo me deja ver que es superfluo. Me parece que la los nuevos tiempos (McOndo). Hoy, que el gurú es Bolaño y no García
creación es vecina de la locura, en el sentido de que crear es abrir puer- Márquez. Hoy, una joven escritora ha vuelto al origen. Y está triunfando.
tas que el tiempo cierra por no caber en las convenciones cotidianas. En Una noche de tormenta, un rayo cae en la casa de la familia Malaquias y
la escritura vamos domando esas voces. Y esto no es puro placer, tiene hace que los padres de Nico, Antonio y Julia entren en el sueño eterno.
sus dolores”. Los tres hijos se “salvan”, pero, en su nueva condición de huérfanos,
Gracias a este empeño, asegura, ha descubierto las limitaciones que serán separados. El mayor se quedará trabajando en el campo y los
posee al escribir. “Creo que tengo un exceso de prosa poética y un ex- otros dos irán a un orfanato. Crecerán, mientras la modernidad, el amor
ceso de realismo mágico. ¡Sencillamente, no consigo escribir sin estas y la fantasía marcarán su existencia. Si con su poder demiurgo Rulfo y
características! También tengo una especie de ansiedad porque en la García Márquez crearon Comala y Macondo, Andréa del Fuego ha ins-
narración acostumbro a revelar pronto lo que tal vez sería mejor revelar taurado Sierra Morena. Ahí, en el corazón de Minas Gerais, en el sur
más tarde”. También, reconoce, se da cuenta de lo arriesgada que es su profundo del gigante sudamericano, en los primeros años del siglo XX,
labor y por eso, en algunos momentos, exhibe cierta inseguridad. “Sien- donde un ejército de peones se pierde entre las plantaciones cuando
to que corro el riesgo de ser peor de lo que creo. De repetirme. Riesgo llega la época de cosechar café, la leche no hierve en casa de mujeres
de no ser publicada, de no ser leída. Riesgo de morirme sin escribir flojas de espíritu. El agua de una presa desaparece de la noche a la
determinado libro”. mañana. Las plantas, los minerales y los animales dialogan con los hu-
Después de publicar algunos libros de cuentos y formar parte de varias manos. Una gruta nos conduce a la dimensión donde es posible atisbar
antologías, Andréa del Fuego quiso ir más allá. Pensó que hacer un otras verdades. Y los muertos vuelven junto a los vivos en alguno de los
relato corto es como dar un paseo. Hacer una novela, en cambio, signi- tres estados de la materia: líquido, sólido y gaseoso. Porque la muerte
ficaba recorrer un largo camino. Una pregunta la guió: “¿Qué pasaría si es, simplemente, transformación y continuidad. Y la única certeza en
se mezclara la seducción de Machado de Assis, el intimismo de Clarice esta cosmogonía es que nunca nos iremos del todo.
Lispector, la fuerza dramática de Victor Hugo y la elegancia de Stend- En Los Malaquias (publicada en español por Edhasa-Argentina) la sus-
hal? ¿Qué pasaría?”. Y quiso saberlo. tancia primordial es la memoria. “Los personajes existen o existieron.
66 67

El libro está basado en mis familiares. Durante la escritura algunos de to edificio mágico que se propone influenciar a las personas mientras
ellos fueron muriendo y yo me preguntaba si tenía autorización espi- duermen. Tal vez vuelva a lo rural en un futuro cercano, pero ya con las
ritual para revolver su cadáver, un cadáver próximo y amado. Escribir ofrendas pagadas a los santos de casa, más libre. Con Los Malaquiasya
este libro ha sido fulminante como experiencia personal. Para tener el he pagado lo que les debía. La novela atendió a un llamado interno,
distanciamiento necesario, para que el texto se tornara legible, necesi- mucho más fuerte que uno externo o de seguir una estética vigente de
té abandonar el libro muchas veces”, cuenta Andréa del Fuego, quien éxito. Por lo pronto, acabo de empezar una nueva novela que se basará
tardo siete años —siete— en (re)escribir esta novela llena de colores, en la piel como órgano”.
sensaciones visuales, táctiles, sonoras y olfativas. Vive con su hijo y su esposo, el fotógrafo André de Toledo Sader, en el
Casi un año después de haberla publicado, su teléfono sonó para anun- bajo de un antiguo edificio de la zona oeste de São Paulo (“sin portero,
ciarle que había ganado el VII Premio Literario José Saramago que, al es- sin ascensor, sin garaje”), entre un ambiente de bohemia, donde sus ve-
tilo del Rómulo Gallegos en el ámbito hispano, se otorga cada dos años. cinos son periodistas, cineastas, críticos y escritores. Al lado de su casa
Los elogios se sucedieron uno tras otro. “Los Malaquias es una novela está una librería de viejo, en la que suele comprar novelas y libros de
difícil, poética, original, áspera y perturbadora, que subsidia a la realidad, filosofía. Porque Andréa del Fuego ha vuelto a estudiar. “Tardé mucho
ya que deriva de un universo arcaico, y refleja el inusitado vigor de la en regresar a la escuela. Y hoy, a los 38 años, soy alumna de Filosofía
narrativa de Andréa del Fuego”, dijo la escritora brasileña Nélida Piñón, en la Universidad de São Paulo. Mi marido cuida de mi hijo para que yo
miembro del jurado del premio Saramago. “En el cruce de las historias me vaya a la facultad”. Además de sus libros, vive de impartir talleres
que componen esta novela, las palabras tienen un olor y un sabor que se de escritura y de lectura. Acude a eventos editoriales con su hijo en los
puede palpar con las yemas de los dedos. Los Malaquiases una verdadera brazos. Se presenta en Twitter como “exorcista, pedicura y madame”.
obra maestra”, comentó el escritor portugués José Luís Peixoto. No fuma y le gusta beber cerveza con sus amigos, a los que les pide que
Andréa del Fuego estaba en el sexto mes de embarazo y le tenía fobia le cuenten sus sueños para interpretarlos, “con charlatanería, claro”.
a los aviones. Pero se animó a ir a Lisboa para recoger el premio. “Y
ese miedo fue curado, espontáneamente. Llegué a sufrir un ataque de
pánico cuando el avión empezó a recorrer la pista para despegar. Me
dieron un medicamento y… ¡desperté curada! Desde entonces he vo-
lado a muchos lugares, sin ningún temor, llevando a mi bebé, al que le
puse Francisco José. José, en homenaje a Saramago”.
Desde que es madre, Andréa del Fuego va todas las mañanas a una cafe-
tería de su barrio, elige una mesa, saca un cuaderno y se pone a escribir
durante una hora. “Antes trabajaba en el ordenador toda la mañana, por
lo menos cinco horas. Pero mi perspectiva es aumentar mi tiempo de es-
critura en la medida en que mi bebé sea más independiente. No escribo
en la noche, mi mente está mucho más activa por la mañana”.
Pronto publicará su nueva novela. “Se llama Las miniaturas, la escribí
con una beca de Petrobras y ocurre en el centro de São Paulo, en un cier-
68 69

Lucía Puenzo, solidez en el exceso En la antología de Granta se incluye un cuento titulado Cohiba, que
transcurre en Cuba y destruye con notable ferocidad la escuela de cine
de San Antonio de los Baños. El relato en primera persona desprecia
el “socialismo agonizante” de la isla, la hostilidad, la burocracia, la
mugre, la banalidad de la enseñanza, la pereza de Gabriel García Már-
quez como profesor, pero el castigo más duro les toca a los estudiantes
extranjeros que van a Cuba en busca de “las cuatro eses” (sun, sex, sand
and sea). La voz que narra Cohiba es puritana y castiga con la muerte.
La soledad de la escritura de Lucía Puenzo se alterna con los tiempos gregarios en el Nada de lo que conocemos de Puenzo se parece a Cohiba, una reve-
cine. Su filme ‘El médico alemán’, basado en su último libro ‘Wakolda’, se proyecta ladora anomalía en su obra, el único de sus relatos protagonizado por
en San Sebastián. alguien de su mismo sexo, edad y profesión. Puenzo suele tomar más
distancia de lo que narra. Las novelas se alejan del realismo, alternan lo
El número de otoño de 2010 de la revista Granta, dedicado a “Los
fantástico con lo caricaturesco y practican la misantropía de un modo
mejores narradores jóvenes en español” incluye a Lucía Puenzo como
más indirecto pero tal vez más contundente: sus protagonistas no son
primer nombre de la antología. La elección era previsible: hay pocos
felices, no están adaptados, son transgresores que no se plantean dile-
miembros de su generación que tengan un perfil tan alto. Puenzo no
mas éticos. La obra literaria de Puenzo está hecha de historias extremas
solo es escritora sino también cineasta y con menos de cuarenta años
y abigarradas que sugieren un destilado, un refinamiento del melodra-
lleva cinco novelas traducidas a varios idiomas y tres largometrajes que
ma televisivo con sus personajes unidimensionales, tramas retorcidas y
se hicieron notar en festivales importantes.
pasiones desbordantes. Puenzo hace un uso alto de un material bajo, en
No es insólito que un escritor filme ni que un cineasta escriba: de Samuel la corriente que en la literatura argentina se atribuye a Manuel Puig y
Beckett a Wener Herzog, de Jean Cocteau a Paul Auster, ha ocurrido su escritura opera como una máquina de narrar alimentada con guiones
muchas veces; incluso en la Argentina actual hay ejemplos como los televisivos que se transforman en literatura.
de Edgardo Cozarinsky o Gonzalo Castro. Pero Puenzo practica las dos
En el cine Puenzo ha sido hasta ahora más convencional. Su obra es-
disciplinas concienzudamente y en su vida se alternan sistemáticamente
crita y su filmografía tienen puentes que las comunican, pero incluso
los meses gregarios de preparación y rodaje de las películas con otros
cuando adapta sus novelas apunta a un registro más mainstream. XXY,
de escritura solitaria. La eficacia del método ha sido grande: como pro-
su debut cinematográfico, está basado en  Cinismo, cuento de Sergio
fesional entrenada en la competencia, la acompaña un éxito que es aún
Bizzio, una humorada socialmente insidiosa en torno a un hermafrodita
discreto pero sostenido y más ostensible en el campo cinematográfi-
adolescente. Lo que la película pierde en ironía lo gana en solemnidad
co. Nacida en 1976 en Buenos Aires, hija del director y productor Luis
y aunque fue ampliamente elogiada, su éxito tuvo mucho que ver con
Puenzo (primer argentino en ganar un Oscar) y pareja desde hace algu-
la culpa que generan los “temas de interés humano”, en este caso la
nos años con Sergio Bizzio (talentoso escritor que también ha filmado
discriminación hacia las personas con sexo anatómicamente doble o in-
tres largos), Lucía tiene estudios formales en cine y literatura y destino
definido. Producida por Luis Puenzo, XXY tiene mucho del didactismo
de figura de la industria cultural, aunque su obra revela conflictos con el
maniqueo de películas suyas como La historia oficial o La peste, en las
medio y más complejidad de la que sugiere una trayectoria que parece
que se orienta al espectador para que se reconforte con su propia tole-
ascendente y sin obstáculos.
rancia. Aunque XXY está filmada con recursos y estándares de calidad
70 71

que exceden a los de las óperas primas, la directora no está en pleno prioritaria sobre lo moral e incluso sobre lo narrativo. Hay un enorme
control de su material y el exceso de argumentación resulta en una pe- trabajo en la película: Puenzo es una artista del esfuerzo al límite de la
lícula más bien chata. extenuación, que (salvo en el caso de XXY) construye narraciones muy
La película siguiente, El niño pez (el libro es de 2004 y se estrenó en barrocas, pero las depura de lo innecesario. El niño pez (la película) es
2009) parte de un desafío más difícil y el resultado es mejor. El argu- el resultado de saber restar.
mento de la novela entrecruza teleteatro romántico, policial negro y Tal vez el corazón de la obra de Lucía Puenzo sea La maldición de Ja-
relato fantástico. Lala, una adolescente de familia disfuncional y bur- cinta Pichmahuida, publicada en 2007 y cuyos protagonistas son exac-
guesa cuyo padre es un escritor de best sellers, se enamora de Guayi, tores infantiles de un programa diario, tan popular en la Argentina que
su mucama paraguaya, promiscua y ardiente. Como todo lo que cuenta se recicló varias veces. La novela no es ya un melodrama como los de
Puenzo tiene un ritmo vertiginoso: la acción no decae nunca y los per- la televisión, sino un intrincadísimo melodrama (y tragedia, cuento fan-
sonajes están atravesados por pulsiones tan variadas y contradictorias tástico, policial, comentario social, novela rosa…) sobre la televisión,
que es imposible adjudicarles una personalidad definida. El padre de sobre la imposibilidad de escapar de ella, sobre las desgracias que pro-
Lala es uno de los amantes de Guayi, Lala lo asesina y viaja sola al Pa- voca quedar atrapado en sus redes y, por extensión, sobre los peligros
raguay donde se encuentra en el fondo de un lago con el hijo vivo que de la fama en cualquiera de sus dimensiones. Dos personajes le dan
la Guayi mató al nacer. La mucama es acusada del crimen, pero al final carácter al libro. Uno es el de Santa Cruz (en la vida real, el apellido
Lala vuelve y, ayudada por un entrenador de perros (que también es del legendario autor del programa) que no solo escribe la telenovela
amante de Guayi), la rescata a tiros de una red de policías que la sacan sino la vida de los personajes, para convertirse en un doble en espejo
de la prisión para que se prostituya. La trama es absurda aunque está de Puenzo y hacer de la estructura narrativa un continuo que atraviesa
aligerada porque la narra Serafín, el perro de Lala, que le da al relato un la realidad, la ficción y la ficción de la ficción. El otro personaje es una
tono sarcástico y le aporta cierto humor, aunque el humor no es el rasgo madre perversa, un monstruo de ambición desmedida y sexualidad des-
más característico de la poética de Puenzo. bocada que martiriza y abusa de su pequeño hijo. Todo lo que ha hecho
Es complicado adaptar al cine algo tan bizarro. Para Lucía Puenzo, se- Lucía Puenzo tiene que ver de algún modo con el abuso infantil, con
gún declaró a la prensa, se trata solo de “generar en la novela y en la chicos a merced de la locura, la lujuria y la vileza de los adultos; pero
película empatía con esos personajes absolutamente amorales (y si esa si hay una ley en su narrativa es que los chicos abusados sobreviven y
empatía es incómoda, mejor) para que uno pueda suspender el juicio nunca se entregan del todo.
moral”. Sin embargo, el mérito de la adaptación reside menos en esa La furia de la langosta (2010), por ejemplo, es una reconstrucción fic-
suspensión del juicio que en algo más radical: los personajes de una cional del “caso Yabrán”, empresario mafioso de la época menemista
novela pueden ser maquetas amorales sin consistencia emocional, pero que terminó suicidándose. Pero el verdadero protagonista del libro es
en el cine están fatalmente encarnados en un cuerpo. Y el cuerpo debe Tino, el hijo preadolescente de Razzani en manos de un padre poderoso
ser verosímil aunque la historia no lo sea. No se trata solo de elegir bien y aterrador al que sin embargo ama. En todas las novelas los prota-
los actores (el casting de El niño pez  es excelente) sino de filmar de gonistas son famosos por buenas o malas razones y Puenzo utiliza la
tal modo que el argumento no importe y los personajes resplandezcan fama y cierta excentricidad que supone la vida de los poderosos como
por su mera existencia más que por la identificación del espectador con antídoto frente al costumbrismo y también como una estrategia para
sus dilemas. El trabajo de Puenzo en el rodaje y en la edición logró esa que la narración oculte una fragilidad que siempre se insinúa y nunca
plenitud física en la que caben el erotismo, la simpatía o la ternura y es se menciona.
72 73

Wakolda es su última novela publicada en 2010. La película basada Cinco palabras para LP
en la obra, cuyo título en España seráEl médico alemán, fue presen- Paralelas. Se mueve entre el cine y la literatura y tiene carreras parale-
tada en el Festival de Cannes y estará presente en el Festival de Cine las en ambas disciplinas. Sus novelas y sus películas no tienen el mismo
de San Sebastián en la sección Horizontes Latinos que se inaugura registro, aun cuando se trate de adaptaciones de su propia obra. Las
el próximo día 20. Wakolda es paradigmática tanto en lo que hace a novelas son más libres, más periféricas, más discretamente personales.
la fama como a los niños abusados. Aquí se trata de Joseph Menge- Las películas, en cambio, son coproducciones internacionales con un
le, el criminal de guerra nazi que hacía experimentos médicos en los presupuesto importante y un perfil más comercial, aun dentro del mate-
campos de exterminio y se refugió después de la guerra en la Argen- rial para festivales(XXY y Wakolda se presentaron en Cannes, El niño
tina. Wakolda contiene elementos fantásticos y de novela de intriga, pez en Berlín).
alusiones a la fuerte presencia nazi en la Patagonia, pero es menos un
pariente de Los niños de Brasil —aquelbest seller literario y fílmico Vértigo. Su escritura es vertiginosa, pura acción. Los personajes están
de los setentas en el que también aparecía Mengele— que una rees- repletos de deseo. La velocidad permite tramas de una gran libertad y
critura de Lolita de Nabokov: Mengele está fascinado con Lilith, una una amplia combinación de géneros, desde el policial al fantástico y
nena con dificultades de crecimiento pero dispuesta a seguir el juego la telenovela romántica. Sus criaturas tienen una resistencia propia del
de su perseguidor. Mengele pone a prueba la posibilidad de sentir cómic o de las películas animadas: son capaces de levantarse y seguir
empatía, aunque sea ambigua como le gusta a la autora. El peso moral adelante después de recibir todo tipo de golpes y agresiones físicas y
y simbólico del Holocausto empuja el relato al borde del abismo y la espirituales, aunque esa dureza solo les sirva para enfrentarse con un
novela, entre otros cabos sueltos, nunca cuenta qué pasa exactamente destino trágico.
entre Lilith y el monstruo. Puenzo ha declarado que la segunda parte Crueldad. No es una escritora ni una cineasta bondadosa. En sus rela-
del libro no podía trasladarse literalmente a la pantalla, pero el proble- tos no hay individuos felices ni familias bien constituidas; cierta poli-
ma es muy difícil: una vez más, los cuerpos tienen en el cine un peso forme sordidez atraviesa las barreras sociales y caracteriza tanto la opu-
que va más allá de la historia y del desenlace. Y el cuerpo de Mengele lencia terrible de los ricos como las carencias infernales de los pobres.
puede ser radiactivo si no se hace de él un villano de caricatura como Sin embargo, les concede a sus protagonistas la oportunidad de mostrar
cuando lo interpretó Gregory Peck en 1978. La película, que causó que son capaces de resistir y sobreponerse a las calamidades. Eso es
impresión en Cannes y se vendió a casi todo el mundo, se estrena aho- particularmente cierto en el caso de los niños abusados por los adultos
ra en la Argentina, casi al mismo tiempo que su presentación en el Zi- que abundan en toda su obra.
nemaldia, y es posible que el tema, con su morboso sensacionalismo,
ayude a la película como ocurriera con XXY. Para quien haya leído la Trabajo. Tiene una formación profesional como guionista de televi-
novela, la curiosidad por saber cómo viajó al cine sin convertirse en sión, un oficio durísimo en el que los plazos mandan sobre los resulta-
un escándalo es enorme. dos. En todos los libros y las películas se nota un esfuerzo descomunal
pero, al mismo tiempo, una depuración constante, una obsesión por la
Wakolda será publicada el 16 de septiembre por Duomo Ediciones. El eficacia máxima en el uso del lenguaje en ambos terrenos. Como en
filme El médico alemán se proyectará el 21 de septiembre en el Festival sus personajes, aparece en la autora una voluntad de mostrar que hay
de Cine de San Sebastián, dentro de la sección Horizontes Latinos. Su posibilidades más allá de las restricciones internas o externas del medio
estreno comercial está previsto para el 11 de octubre. y que se superan mediante el trabajo meticuloso.
74 75

Bizzio. Su primera película (XXY) está basada en un cuento de Sergio La Vera historia
Bizzio. En la última película de Bizzio (La bomba, 2013) ella aparece
Por Mercedes Halfon
como productora. Hace casi una década que ambos están en pareja y es
posible que se hayan influido mutuamente como artistas. En las últimas
novelas de ambos hay una velocidad similar y una misma impronta
warholiana, en el sentido de que la fama es un ingrediente indispensable
de la ficción, acaso un antídoto contra el costumbrismo de clase media.
Q.
Es su primera novela. O quizás sea la última, según señala en esta en-
trevista. Vera Fogwill no concibe su relación con el arte como algo es-
tático o una carrera en sí misma, sino como un dinámico paso entre la
dramaturgia, el cine y también la escritura. Así y todo, Buenos, Limpios
& Lindos es una novela que abre y encuadra una relación de la escritora
con la literatura y una herencia ligada al padre, en la que una mujer ya
muerta observa el incesante agitarse de unos personajes obsesionados
por las distintos formas de sobrevivir.
Vera Fogwill cuenta que cuando era muy chica y no sabía escribir ni
leer, empezó a contar historias dibujando. Hacía planos. Una ciudad
o una casa vistas desde arriba y la gente como hormigas marchando
por el living, en la plaza, dándose una ducha. Como usaba mucho la
regla, en su casa empezaron a vislumbrar un futuro en ingeniería o ar-
quitectura, pero a ella, en realidad, lo que le gustaba era lo que venía
después, cuando llevaba el dibujo a alguno de sus padres y le relataba
lo que pasaba ahí, cuando todos esos personajes terminaban yéndose al
bosque en medio de la noche. Cuando por fin aprendió a escribir, esa
maquetación desapareció. Fue reemplazada en la adolescencia por ese
otro modo de construir relatos que es la actuación. Vera estudió teatro
casi desde niña —su madre, Janín Demanet, fue actriz del Di Tella junto
a Marilú Marini. Su “padrastro” fue nada menos que Alberto Ure— y
muy poco tiempo después decidió empezar a escribir las historias que
ella y sus compañeras inventaban con el cuerpo. “A los dieciséis escribí
mi primer obra de teatro. En realidad eran varias escenas que había ido
haciendo para el taller de Cristina Banegas, pero ella se dio cuenta de
que eran una obra. Ya estábamos cansadas de hacer obras en las que una
76 77

tenía que hacer de madre, otra de hija, otra de abuela. Te estoy hablando ¿Cómo empezó la escritura de esta novela?
de hace más de veinticinco años, era difícil encontrar obras en las que —El inicio fue hace siete u ocho años. Empezaron a aparecer los perso-
hubiera hermanas que no fuera La casa de Bernarda Alba. Entonces me najes a partir de intereses míos sobre ciertos temas. Y empecé a escribir
puse a escribir unas escenas para mi grupo. Y esa obra fue la que in- lo que yo creía que era un guión de cine. Pero me fui dando cuenta de
auguró Babilonia.” La pieza, adolescente y dark, se llamó Abre el baúl que se iba de tiempo. Y yo no quería hacer una película y estar quince
que yo me encierro. años con esta historia tan densa. Hacer una película no es sólo escribir.
Por eso no es tan raro que esta actriz, dramaturga, guionista y directora Entonces decidí convertirlo en una novela. En ese momento apareció el
de cine, haya devenido escritora a secas publicando Buenos, Limpios personaje de la narradora.
& Lindos, su primera novela, ni que ésta haya sido finalista del premio
Herralde 2012. Y no hace falta pensarlo por el lado de haber sido la hija
del venerado y maldito Rodolfo Fogwill y todos los influjos que esto ¿Qué temas fueron los que te fueron llevando hacia los seis personajes
pudo tener. Solamente considerando sus primeros hitos, su precoz e principales?
imparable pulsión expresiva, el universo que se fue configurando desde —El personaje de la chica musulmana, Alma, viene de una investiga-
niña, es bastante clara la filiación con lo literario primero y cierto inte- ción que hice hace muchos años sobre monjas de clausura. Algo bas-
rés por la ultratumba, después. También en teatro, escribió Las feroces tante complicado, porque justamente es difícil hablar con monjas de
(1994), con seis mujeres en el fin del mundo y Chica fría (1997), que clausura. Eso me llevó al personaje de Alma que es una chica argentina
tenía lugar en el velorio de una estrella de rock. que decide usar el velo integral. Toda esta idea de las mujeres occiden-
Cuando se le pregunta por este debut en la novela, ella desmiente: “En tales de ‘oh, pobres mujeres encarceladas’, es falsa. Cuando hablás con
realidad mi primera novela la escribí a los dieciocho años. En esa época mujeres que tienen el velo integral, no se sienten tapadas, al contrario,
escribía a mano, en papelitos con letra muy chiquita. Y estaba en Córdo- se sienten que tienen el poder. No voy a entrar en lo político de los tali-
ba escribiendo al aire libre, se me voló y cayó al río. Pude rescatar treinta bán y el encierro. Pero ellas tienen la idea de que el hombre es una cosa
páginas que sequé al sol, pero la novela tendría ochenta. Y bueno, quedó pequeña, que no puede ver y hay que ayudarlo a que vea lo importante.
ahí. Como miles de cosas que escribí y quedaron ahí. Siempre estoy es- Nadia, que es la otra adolescente, con toda su preocupación puesta en
cribiendo algo. Mi relación con la escritura es de toda la vida”. operarse la nariz, apareció por oposición. El personaje de Jonathan apa-
rece a partir de un chico que conocí en un curso al que iba en el Tiro
Federal. Me empezó a traer revistas, relatos de caza de Abel de Santa
¿Por qué no habías querido publicar antes? Cruz y materiales por el estilo. Fui a ver unas clases de tiro para adoles-
—Hay muchas cosas que fueron muy del momento. Hace poco me con- centes y a reflexionar sobre por qué iban esos chicos ahí. Para el padre
tactaron de una editorial para publicar mis textos teatrales. Y dije que de Jonathan, Hugo, hablé con muchos ex combatientes de Malvinas.
no, porque me pareció que estaban caducos. Que en su momento esas Luego, no fui a chequear si esto que me dijeron es verdad, no soy una
obras estaban adelantadas, pero que ahora ya no. No me preguntes por historiadora, me interesan más bien sus discursos, cómo piensan, por
qué, pero lo siento así. En este caso, con esta novela, después de leer qué están haciendo lo que hacen. A mí me parece que esos discursos
mucho, de una biblioteca entera armada y largo tiempo transcurrido, me valen independientemente de su exactitud. Y otros personajes son fic-
di cuenta que sí quería mostrarla. cionales en su totalidad.
78 79

Hay libertad dentro de las exigencias del verosímil. bien-do! Pero había una abstracción. Y si yo me quería quedar tenía
—Puedo darme la libertad porque esta es mi primera novela, pero des- que hacer algo de eso. Entonces ahí hacia mis dibujos, escribía mis
de mi fuero interno es la última, porque no es que yo quiero escribir cuentos, lo acompañaba en otra mesa. El estaba haciendo eso cuando yo
novela. Me interesa poder saltar de forma. Jugar con la forma. Todo me iba a dormir y cuando me despertaba a la mañana estaba igual que
lo que leí en mi vida me permitió darme cuenta que puedo tener toda la noche anterior. Y es como si te hubieran enseñado a disfrutar de un
la libertad para escribir como se me cante. Sin puntos, sin comas. O lo paseo por la montaña caminando a las cinco de la mañana con frío. Me
que sea. Me fui permitiendo licencias. Para tal personaje pude ser más enseñó algo de la relación con el trabajo. Tengo muchas cartas de mi
clásica. Para otro más cliché, o más cursi. De hecho, esto traté de no papá incentivándome a la escritura. Leía todo lo que hacía. Tenía que
escribirlo. Trataba de sacármelo de encima. Decía bueno, el año que esconder las cosas, mis diarios, para que no los lea. Mi mamá también
viene o en otro momento. Trato de esquivarle a las cosas que tengo que me enseñó, ella siempre fue una luchadora y gestora de todo lo que fue
escribir. Están ahí, entonces las tengo que sacar, porque me empiezan haciendo. Siempre tratando de repensarse.
a perturbar.
¿Hay una relación entre tus primeras obras de teatro, como Las feroces
Los unos y los otros o Chica fría y Buenos, Limpios & Lindos en tanto reflexión sobre el fin,
los últimos días, la muerte?
Cuando en 2006 Vera estrenó Las mantenidas sin sueños, fue notoria la
diferencia de la película respecto de lo que venía siendo el Nuevo Cine —Chica fría habla de la apología de la muerte. La obra era una especie
Argentino que se imponía como un modo de representación extendido de denuncia sobre el poco valor que tiene la vida y el valor que sin em-
en los realizadores independientes. Frente a ese cine extremadamen- bargo se adquiere con la muerte y el negocio que puede ser morirse. Y
te sobrio y un poco autista, Vera Fogwill hizo una película disonante, esta cantante (es una ópera rock) lograba todo a partir de morirse. Todo
verborrágica y colorinche. Tal vez por ese desajuste con el contexto ar- lo que nunca pudo tener viva. Desde que la quieran, hasta vender sus
tístico que viene de arrastre, hoy, cuando se le pregunta por referencias discos, todo. Con cierta ironía que suele estar en mis textos, que siem-
literarias, tiene que pensar mucho. Luego se entusiasma hablando de pre, sean duros o no, mantienen el sentido del humor, de poder reírme
Amélie Nothomb, de Carson McCullers, de Claude Tardat, o más acá del absurdo mundo al que pertenezco. La novela, para mí, habla más
en tiempo y espacio, de la última novela de María Pía López. de la era de la crueldad. Están todos solos, bajo la lupa de la era de la
crueldad. Narrar sutilmente esto me llevó toda la novela. No lo puedo
Antes de escribir siempre se lee. Teniendo un padre escritor uno se sintetizar en pocas palabras. Pero para mí vivimos alejándonos de la hu-
pregunta si habrá bajado una línea en ese sentido, si te habrá dado un manidad y de lo humano. Las personas son marcas que hay que instalar.
marco de lectura. El arte en todos sus formatos funciona como un producto mercantilista.
—Una forma de leer no, porque me leía Aurora de Nietzsche, por ejem- ¿Sigo? El resto de la crueldad viene desde que existe el hombre, porque
plo, me leía libros que eran complicados para mí (se ríe). Pero, sí sucede el ser humano contiene el problema del ser. Entonces aparecen los de-
que cuando vos ves a alguien cómo monta su espacio, su escenario, su seos y con ellos el costado más egoísta.
ritual, eso te enseña. El ponía la ópera, la máquina de escribir, daba La muerte, el miedo a la muerte o la búsqueda de ella es algo recurren-
vueltas y decía que estaba escribiendo. Yo le decía, ‘Vos no estás ha- te en esta novela. Pareciera haber hasta un regodeo.
ciendo nada papá’. Abría un libro, lo cerraba, ¡pero no estaba es-cri-
80 81

—La muerte es algo que aparece mucho más en la vida y con mucha limbo. Ella no sabe si está muerta, y si está muerta por qué sigue pen-
más angustia y dolor que lo que yo pueda escribir. Parece que mi re- sando. Sigue asociando, sigue viendo. Cerati, me aparecía en la escritu-
lación fuera de atracción frente a eso, y es al contrario. La gente que ra, me aparecía en la mente. Lo iba tratando de dejar pasar. Y después
no me conoce podría imaginarme depresiva o oscura. Nada más lejano dije, basta, cada vez que me pongo a escribir, me aparece. Trato de ver
a mí. Pero sí me interesa expresar algo, bueno, tengo que conectarme qué pasa. Y lo que me llamó la atención fue cómo se resignificaban
con la verdad, me obligo a meterme de verdad. Creo que estamos en todas las letras a partir de lo que pasó. Y estaba trabajando con la vida
un mundo en el que la muerte es un tema tabú. Se niega. Se busca ser de un fan, que es alguien para quien su vida gira alrededor de otra cosa,
joven, eterno. Como si fuéramos algo importante que hay que preservar que quiere tener y no tiene. Lo hice de un modo muy libre. Después me
y no lo somos. Se puede hablar de los zombies o de los vampiros, pero pregunté si no tenía que cambiar el nombre, y cambiar las letras, inven-
no de la muerte bien hablada. Se consume Chuky, Drácula, pero si es tar algunas. Pero no tenía sentido. No estaba respetando algo que había
en tono “realista” y hablan de la muerte, es tabú. Y lo más interesante sucedido con eso. Y lo respeté. Lo dejé. Es una historia más y por otra
para mí, es que yo narro la vida de los personajes y sus muertes son parte todo lo que se dice es de público conocimiento. Es una oda y un
el desenlace, que si bien comienzo desde ese lugar, estoy invirtiendo homenaje. Mezclás un poco de realidad y un poco de ficción, la novela
la muerte y apostando a sus vidas, que es en lo que más me detengo. tiene otra dimensión. Toda la novela tiene ese juego.
Ahora la muerte se representa y además se puede ver todos los días. Y Entre Las Mantenidas y Buenos, Limpios & Lindos estuviste un poco
nadie le pregunta a un actor cómo interpreta la muerte. Se supone que el retirada. Nació tu hijo, falleció tu papá... ¿Esto influyó?
actor es alguien “exitoso”. Yo estoy tranquila porque cuando me muera
se van a acabar todos los problemas y es muy liberador. Es insólito que —La verdad nunca paré de trabajar, hago clínicas y guiones para otros
nuestra muerte nos parezca un problema, los problemas se generan en la directores. Sucede que soy muy guardada. Me gusta mucho estar pre-
vida. Los tibetanos les enseñan a los niños a morir. Es parte de la cultu- sente en todo lo que pueda con mi hijo. Soy de esas que parecen madres
ra enseñarles que son energía, que reencarnarán, que vienen a resolver amas de casa pero que además trabajan cuando los demás duermen.
algo y a ver los problemas como el karma. Nosotros no sabemos para Cuando terminé Las mantenidas había gente que me decía, ‘aprovechá
qué vinimos. ahora, es tu cuarto de hora’. Para mí es indignante pensarlo así. En ese
momento me propusieron hacer una película enorme en México sobre
Igual existe una relación fuerte entre la muerte y la creación artística. el narcotráfico de mujeres. En el proceso de ese trabajo, que era muy
—Yo todo lo que hago, lo hago para olvidarme de la muerte. Escribir, delicado, me quedé embarazada y decidí no hacerlo. Después me pro-
actuar, siempre es ponerse en el lugar de otro, escapar de uno, salvarse. pusieron varias películas para dirigir y dije que no a todo. Porque no es
Por ende, mi relación con la escritura y la muerte es que estoy creando que yo quería dirigir cine. Quise dirigir esa película. Me molesta mucho
lo contrario: vidas. Y eso pesa mucho más. Pero nunca me olvido que esta época del enamorado de sí mismo. Estar todo el tiempo conectado
estamos de paso y que la meta que todos los hombres tenemos es la con que el mundo sepa dónde estás y qué estás haciendo. Como sacarte
meta de la vida, nos guste o no, y ante el único lugar que somos todos una foto cuando estas cogiendo. O mirar tu vida como un espectador.
iguales es la muerte. Intento ir por donde quiero ir y es una lucha, es una decisión y es una
Hay algo bastante llamativo que es la aparición de Gustavo Cerati renuncia. Renunciar al lugar conocido, ese donde te puede ir mejor.
como personaje en la historia.
—Tiene que ver con el estado de la narradora, que está en ese estado de
82 83

Vocación sin freno clase media que emerge en las grandes ciudades con experiencias dife-
rentes, miembros de la primera generación que accede a la universidad
Por Amelia Castilla
y expertos en el “recurseo” (aprendizaje de la precariedad). Gracias a
ellos, en América Latina emerge una literatura nueva, sin grandes dis-
cursos, con un sentido muy cinematográfico y sin miedo a las emocio-
nes básicas que “está ayudando a ensanchar las diferencias”, cuenta
desde Lima Gamboa. A esa corriente literaria habría que sumarle que,
por primera vez en años, el mercado parece situarse en ese lado del
Atlántico; antes era Europa la que te consagraba, pero ahora nuevos
Esta historia comenzó una mañana saliendo de la ducha, bajo los acor-
lectores, educados gracias a los cambios sociales que se han producido
des de I’m so free, de Lou Reed. Jeremías Gamboa (Lima, 1975) se sen-
en esos países, buscan historias de chicos urbanos de su clase social con
tó frente al ordenador, abrió un documento de Word y escribió durante
los que identificarse.
más de dos horas sin parar, estimulado por el café y los cigarrillos. Con-
tarlo todo, su primera novela, que Mondadori publicará en España el Amable, sonriente e irónico, Jeremías Gamboa se enfrentaba este verano
próximo diciembre, fue un libro que se le impuso, los dedos se le dispa- a un pequeño auditorio dentro del ciclo literario del festival La Mar de
raban sobre el teclado. Empezó sin tema, aunque en su cabeza bullían Músicas de Cartagena. El proceso creativo fue largo y tortuoso. Empezó
un par de imágenes: el encuentro de una pareja de universitarios que se a redactar la novela con 32 años y puso el punto final a los 37. En ese
tienen ganas y un treintañero dispuesto a contar su vida. Nacido como tiempo, su tono se ha modificado, ahora escribe de manera más tranqui-
un libro corto fue alargándose hasta superar las 500 páginas. Creci- la y serena, sin ese arrebato que parece impregnar las primeras obras.
miento, afectos e identidad son los pilares en los que reposa una novela Como escritor debutó con Punto de fuga, un libro de cuentos que se
optimista que se lee como un manual del amor y de la amistad, de cómo publicó en Perú en 2007 con excelente acogida de público y de crítica.
vivir y dejarse transformar. Y todo eso protagonizado por un ingenuo Hasta Mario Vargas Llosa piropeó su estilo y exquisito lenguaje, lo que
joven de 29 años. Olvídense del malditismo, a Jeremías Gamboa le in- en cierto modo justifica la expectación creada ahora con su siguiente
teresa la literatura que ofrece una luz al final del túnel. libro. Ha firmado contrato con la agencia de Carmen Balcells y Claudio
López Lamadrid, el editor de España de Random House, viajó hasta
Convertirse en escritor no ha sido precisamente un camino de rosas,
Lima para entrevistarse con él y cerrar los últimos flecos sobre la novela.
aunque en este momento Contarlo todo llega precedida de un notable
éxito mediático. Pocos autores noveles lo cuentan todo antes de publi-
carse su obra. Periodista de reconocido prestigio en Perú, como escritor Sueños universitarios
Jeremías Gamboa se define como nieto del boom y miembro de la ge-
neración post-McOndo. Sus abuelos abrieron el camino a la renovación Jeremías Gamboa trabaja ya en la que será su tercera novela, una his-
del lenguaje y a las historias cercanas, pero necesitaron viajar a París o toria basada en la experiencia de sus padres, hijos de campesinos, lle-
a Barcelona para poder contarlo y cautivar a millones de lectores. Entre gados a Lima desde Ayacucho en busca de una vida mejor en los años
sus referencias Vargas Llosa ocupa un lugar de culto, lo deja muy claro cincuenta del siglo pasado. A través de ese niño andino se leerá la his-
en su novela, pero también admira a autores como Alejandro Zambra. toria de una época clasista y cargada de prejuicios. Los padres del autor
Ambos tienen la misma edad y la necesidad de contar historias de esa dePunto de fuga llegaron a la capital hablando quechua y en la escuela
oyeron las primeras palabras en español. El tesón de su progenitor por
84 85

aprender a leer y a escribir lo llevó a enfrentarse, incluso, con el abuelo una decisión heroica: dejarlo todo y cambiar de vida, ¿no ha soñado
de Gamboa que no veía con buenos ojos que sus vástagos perdieran el alguna vez con ello?
tiempo en los colegios cuando tanta mano de obra hacía falta para con- Los resultados “inicialmente nefastos” de aquel calentón no lo arredra-
seguir dinero para sobrevivir. “En casa se hablaba un español que no era ron. Tras meses atacado por el síndrome de la página en blanco y sin un
natural. Y sus hijos tuvimos un contacto con el español como idioma duro en el bolsillo, dejó el departamento en el centro de Lima y volvió
adquirido”, cuenta el escritor. El interés por la educación y su gran sue- al barrio donde había nacido. Solo con los datos de su vida ya contaba
ño, llevar a sus tres hijos a la Universidad, lo obligó a trabajar muy duro con material suficiente para realizar “un mapeo completo” de varios si-
para conseguirlo. Ahora que ha cumplido el sueño de la educación con tios de la ciudad, ensanchar el campo de la representación, redefiniendo
ellos sería el momento de recrear esa hazaña. espacios y actores. Si La vida exagerada de Martín Romaña, de Bryce
Contarlo todo arrancó tirando de su propia biografía. Gamboa, hijo Echenique, es la gran novela del yo, Contarlo todo sería la otra opción,
de emigrantes ayacuchanos que abandonaron el campo para instalarse la contra. “En mi caso podía contar la otra ciudad, la del otro lado y
en la ciudad, nació en el barrio limeño de San Luis, estudió en una para ello me quería jugar el alma y que la voz sonara latinoamericana”,
escuela pública, se licenció en la Universidad de Lima en Ciencias de añade Gamboa. Todo eso formó parte de su imaginación durante años,
la Comunicación gracias a una beca y ejerció como periodista desde pero no conseguía arrancar. Se marchó a Colorado a realizar un máster
los 19 años en el diario El Comercio y la revista Debate. En esas re- y acabó desertando y volviendo a Perú para escribir como movido por
dacciones, presididas por las caricaturas de Borges y Cortázar, donde un impulso. De esa tormenta nació Punto de fuga, ocho cuentos que pu-
se fumaba sin parar y los becarios esperaban turno para encontrar blicó Alfaguara en Perú, y luego la novela que también llegó como un
una computadora libre, aprendió a escribir. Cuando empezó no sabía huracán del que no podía escapar. Uno y otro título se pueden leer como
poner los puntos y las comas, pero, con el tiempo, el texto y él fueron vasos comunicantes. El escritor que habita en la novela va imaginan-
la misma cosa. Tenía nervio. Le fueron pidiendo piezas más largas do o viviendo historias, como la de los hermanos que viajan desde un
—“tienes 4.500 golpes para contarnos tu historia”— y ni le tocaban barrio chabolista hasta la zona residencial de Miraflores y creen haber
las entradillas —“pepas”, en el argot—. De hecho, a los 26 años ejer- aterrizado en Marte, la mujer que espera pegada al teléfono una llamada
cía como editor adjunto de Somos, contaba con un equipo a su cargo y que no llega, como sacada de un cuadro de Hopper, o la rebelión de un
hasta ganaba un buen sueldo, pero no conseguía ahuyentar la incerti- ejército de onanistas, en un cine pornográfico del centro de Lima, que
dumbre que lo corroía como una fiera salvaje sobre el oficio que había luego se recrean en los cuentos. Redactados con seis años de diferencia,
escogido. “La literatura es para gente que vive vidas al límite, pero entre ambos títulos se percibe un gran cambio por parte del autor en la
quería escribir y no tenía una vida interesante, de modo que quizás, capacidad de comunicación con los demás. Los personajes de Punto de
mediante la crónica, podía contar las vidas de otros, ¿no es eso una fuga prácticamente no se tocan frente a los de Contarlo todo, que mani-
manera lícita de hacerse escritor?”. La reflexión de Gabriel Lisboa, fiestan sus emociones y amistad con total libertad y en la que se vincula
periodista de 29 años, y protagonista de Contarlo todo, la suscribiría muy bien lo masculino con lo femenino.
sin duda el autor del libro. Como él, soñaba con ser escritor y pensaba Si Roberto Bolaño decía que cuando escribes una novela tienes que
que el periodismo lo iba a matar, como antes había matado a otros. mirar dos cosas: el abismo y la gente que amas, Jeremías Gamboa ha
“Una vida de lechuzas a cambio de casi nada”, añade su personaje en seguido sus consejos al pie de la letra. “He pensado mucho en mis ami-
la novela cuando ya se había acostumbrado a tomar y a fumar como gos”. Por eso Contarlo todo se lee también como un reconocimiento a
condenado. Fue entonces cuando el autor y sus personajes tomaron las personas que nos enseñan, aquellos que nos dan una primera opor-
86 87

tunidad y que en el caso de este escritor arranca con el acceso a la edu- Puede sonar pretencioso, pero viniendo de un autor capaz de poner tan-
cación y su oportunidad de estudiar con una beca Ciencias de la Comu- ta pasión en lo que desea como Gamboa no lo es. Ahora, dice, se en-
nicación en la Universidad de Lima. “Aquello fue la panacea”, cuenta. cuentra en un momento en el que siente que su vocación como escritor
“La universidad supuso para mí lo que el colegio militar Leoncio Prado ya no corre ningún riesgo. Su vocación sin freno se ve avalada también
para Vargas Llosa; allí descubrí Perú. Llegaba de una escuela pública, por los espectaculares cambios que se están produciendo en su país:
había ingresado en San Marcos cuando todavía estaba activo Sendero “Ahora me siento listo para contar historias más profundas”. A partir
Luminoso y Abimael Guzmán no había sido arrestado, hasta que a mi de la experiencia que ha supuesto la redacción de su primera novela ya
papá se le ocurrió postular a la Universidad de Lima y mi vida dio un no va a escribir libros sin salida sobre la condición humana. Contarlo
vuelco total”. Aquello se convirtió en una experiencia ardua, llegaba todo es una novela con fe, fe en la posibilidad del encuentro. Por eso
siendo un pata, pero enseguida hizo amigos, empezó a leer frenética- Gamboa lo tiene tan claro. Precisamente su mirada como escritor se
mente y se desarrolló la experiencia de aprendizaje que ahora conforma encuentra en su densidad emocional. “Mi fuerte es el lado emocional,
la novela. “Fue mi momento de afirmación propia y de rescate de una la capacidad de conmover y hacer sentir. Contarlo todo es la novela que
experiencia mestiza. En la novela no hay hueco para la segmentación ni tenía que escribir para empezar a escribir”, añade.
las esquinas coloniales. Ya no hay cholos y blancos, los cuatro miem- Al menos podrá contar que ha cumplido su sueño y que conoce en pri-
bros del Conciliábulo —amigos poetas del protagonista: ‘Todos somos mera persona lo que cuesta llevarlo a cabo. No miente cuando charla
poetas hasta que se prueba lo contrario’ o ‘En Lima los poetas aparecen con los taxistas, en medio de uno de esos atascos tan habituales de la
por generación espontánea’— provienen de clases sociales diferentes y capital limeña, y les cuenta que es escritor, pero todavía sonríe cuando
de paisajes distintos, pero su relación es de tú a tú. La novela los igua- escucha la respuesta: “¡Ah, el nuevo premio Nobel!”
la”. En ese paisaje la relación de amor entre un profesor y una alumna
de buena familia que conforman la segunda parte de la novela encaja
sin estridencias.
Si en un par de meses el éxito mediático de la novela se acompaña de
la buena acogida de los lectores, Gamboa podrá celebrarlo por todo lo
alto, aunque si no fuera así tampoco puede quejarse. Su libro de cuen-
tos le abrió las puertas a las columnas periodísticas y a la universidad.
Trabaja como profesor de literatura, enseña crónicas y análisis literario,
y realiza trabajos ocasionales relacionados con la escritura y que van
desde la crónica a la elaboración de catálogos. “Que yo haya podido
publicar ya es un milagro. Vivo cerca del mar, salgo a correr…”. Con
conocimiento de causa, a sus alumnos, futuros escritores, Gamboa les
recomienda que estudien periodismo como una de las vías para apren-
der el oficio, pero les alerta para que sepan retirarse y poner la pausa a
tiempo. “Si podemos definir el periodismo como la búsqueda de la ver-
dad, la literatura sería la búsqueda de la otra verdad; la del ficcionador
y la del cronista son diferentes zonas del cerebro”.
88 89

La vida adolescente De esos años como cronista también le quedan un libro recopilatorio:
Bandidos, profetas y vagabundos. Crónicas de vidas extrañas (Schavel-
Por Juan José Robledo
zon, Barcelona, 2011), personajes que fue recogiendo en sus viajes por
Colombia, y su primera novela, Sálvame, Joe Luis (Alfaguara, Colom-
bia, 2007), un retrato satírico y de tintes autobiográficos de un joven y
desencantado fotógrafo de farándula que sueña atravesar la ciudad en un
Ford Impala para “aplastar ratas pardas y gordas en la oscuridad”.
“Viví las salas de redacción con intensidad casi diez años. Cuando em-
En los momentos lúgubres Andrés Felipe Solano (Bogotá, 1977), in- pecé todavía se podía fumar y con el alcohol se bendecía cada cierre
cluido en la lista de jóvenes promesas de la revista Granta de 2010, re- semanal. Me asomé a la promiscuidad. Era un ritmo endemoniado que
cuerda el bar oscuro y musical del centro de Medellín donde una noche disfruté mucho, pero que me estaba alejando de los libros y sobre todo
su vida comenzó a resquebrajarse mientras sus piernas flotaban instin- me estaba horadando el alma. El trabajo que conseguí en una revista
tivamente al son de la salsa. No sabía bailar, pero se sentía pleno, feliz. me tenía atado a una silla, me empecé a sentir triste sin motivo. Ya no
Allí terminaban seis meses de una larga crónica que le encargaron de quería vivir encerrado”, agrega el escritor.
la revista Soho de Bogotá en 2007, donde trabajaba como editor, para
contar cómo sobrevive un colombiano con el salario mínimo (al cambio
unos 180 euros). A ese bar, de nombre Brisas de Costa Rica, no solo Los extraños hermanos Cuervo
acudían sicarios y funcionarios, sino hombres solitarios que espantaban En medio del puzle en que se convirtió su vida, el escritor echó mano
la pobreza con música y aguardiente. Después de aquella experiencia, de una invitación de seis meses del Ministerio de Cultura de Corea del
Solano no pudo regresar a una sala de redacción. Su imaginación se Sur a la residencia literaria de Toji Center. Para entonces Solano ya ha-
estaba preparando para construir una historia inusual en la literatura de bía enviado su primera novela a Granta (a título personal) como “una
su país, Los hermanos Cuervo (Alfaguara Colombia, 2012). botella lanzada al mar”, recuerda. No solo la leyeron sino que le escri-
“Después de Medellín cambiaron muchas cosas en mi vida. Entendí que bieron para anunciarle su inclusión en su prestigiosa lista de jóvenes es-
el dinero nunca sería una prioridad. También me ayudó a hacer las paces critores. Granta destaca las temáticas de la obra de Solano, el placer de
con cierta parte de mí que estaba a punto de sucumbir a un mal endémi- leer “las texturas de la vida adolescente contemporánea” en Colombia,
co: el arribismo, las ganas de aparentar lo que no se es”, comenta desde un aspecto poco conocido de un país donde las señales suelen apuntar
Seúl, su nuevo hogar. Hasta allí lo llevó el fogonazo que supuso cortar a Macondo, la violencia o al mundo del narcotráfico. Solano no niega
con su vida en Bogotá para sumergirse en una comuna de Medellín y un componente de huida en su decisión de instalarse en Corea, aunque
vivir la vida de un obrero, de subir y bajar las laderas de la ciudad cui- no sabe muy bien por qué, “por el estado de ánimo de Bogotá, por su
dando cada paso y cada moneda. La crónica Seis meses viviendo con el clasicismo”. Con el cambio de escenario conoció a una coreana con la
salario mínimo fue finalista en 2008 del Premio de la Fundación para un que se casaría mientras se sumergía en su segunda novela, Los herma-
Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez y se in- nos Cuervo.
cluyó en Lo mejor del periodismo de América Latina (FNPI-FCE, 2009) La historia, dividida en tres partes, cuenta la vida de dos adolescentes
y en Antología de la crónica latinoamericana actual (Alfaguara, 2012). excéntricos y huérfanos de la clase media alta bogotana, dos especí-
90 91

menes de piel lechosa sobre los que sus compañeros de colegio tejen La vida detrás de la violencia
todo tipo de rumores, desde que son hermafroditas hasta sus supues- “No me interesa hacer literatura de la violencia con fines sociológicos.
tos ritos satánicos o su origen extraterrestre por coleccionar servilletas Es muy grande el dolor de otros como para querer empaquetarlo y vol-
usadas, leer enciclopedias, beber Coca-Cola con orines o nunca llevar verlo literatura. Yo no me atrevo. Además no creo que los libros tengan
vaqueros. En la segunda parte Solano aborda con tono de crónica el el poder de sanar hasta tal punto. A lo que quizás me atreva es a tratar
ascenso épico de un ciclista, Vicente Aguirre, ganador de tres Vueltas cierta locura inmanente a la violencia. Vamos a ver si puedo. Quizás por
a Colombia cuando se atravesaban los ríos con la bicicleta al hombro, eso me ha gustado tanto Kurt Vonnegut desde que lo descubrí”, detalla
que cayó en desgracia después de que su esposa desapareciera. Por úl- Solano. El escritor estadounidense recordado por obras como Matadero
timo, el viaje de Aguirre y una joven mujer al desierto de La Guajira, Cinco, donde describe sus experiencias como soldado en la Segunda
una road movie que escribió pensando en cumbias y canciones de Bob Guerra Mundial, es una de las influencias del novelista colombiano.
Dylan. “Soy un omnívoro musical. Primero el rock, desde The Kinks
hasta Leningrad Cowboys pasando por grupos colombianos como Hora Solano cuenta la vida en Colombia detrás de la violencia o a pesar
Local. Después algunos boleristas, Vinicius de Moraes, Gainsbourg, de ella. También se ven episodios desapercibidos en la narrativa co-
Kraftwerk. Hasta Los Chunguitos están entre mis amores”, detalla. lombiana como el apagón de 1992, un racionamiento energético de
casi dos años que ordenó el Gobierno y que sumió a la urbe de siete
millones de habitantes en una oscuridad espesa. “Crecí en una ciudad
Misterio y boxeo violenta, que a pesar de haber mejorado, me parece todavía muy hostil,
¿Periodismo o literatura? Un pie en cada orilla, necesita ambos cami- muy agresiva. Siempre que camino por Bogotá estoy alerta. Por fortu-
nos, la disciplina de la reportería y la libertad para imaginar. na no me tocó directamente ningún episodio violento aparte de un día
en que me robaron el teléfono celular y me partieron la cabeza. Quizás
Misterio y ambigüedad. El periodismo le ha permitido encontrar histo- lo más fuerte es que siempre relacionaré puntos de la ciudad con la
rias y personajes, y la literatura, la posibilidad de inyectarles ambigüe- muerte: en este parqueadero pusieron tal bomba, en esta esquina mata-
dad y un ingrediente que Solano considera esencial: misterio. ron a tal persona, aquí secuestraron a otra. La muerte queda flotando,
El boxeo como metáfora. Sálvame Joe Louis, el título de su primera no se desvanece del todo y eso desencaja aunque hayan pasado veinte
novela, evoca al boxeador estadounidense que, ahogado por las deudas, años”, detalla Solano.
terminó de portero en un casino de Las Vegas. La novela no es de bo-
xeo, pero sí refleja el gusto de Solano por la metáfora de la lucha.
La biblioteca del abuelo materno
Pesimismo vital. Solano puede definirse como un pesimista al que le
gusta vivir. No cree que los colombianos sean los más felices del mun- El escritor recuerda que de niño, cuando comenzó a leer Tarzán de los
do como subrayan algunas encuestas. “Es gente emproblemada, con monos, sintió que el autor lo “agarraba por el cuello”, dejando a un lado
ganas de beber, de trabajar, de tener sexo furtivo. Como todo el mundo. el fútbol que no se le daba del todo bien y sus sueños de bajista, su amor
Hay quienes dicen que son las personas más amables. A veces sí, a ve- frustrado. De fondo estaba la separación de sus padres (su padre se fue
ces no”. a vivir a una finca cafetera y su madre se marchó a Nueva Jersey) y la
inagotable biblioteca de su abuelo. “Mi abuelo materno era un abogado
conservador al que mataron justo a la edad que tengo yo ahora, 36 años.
92 93

Dejó tres hijas y una biblioteca. Leí La montaña mágica, Crimen y cas- Un escritor en las antípodas
tigo, Fausto y el Quijote en las ediciones que compró por correspon- Solano parte de una imagen, de una atmósfera y de unos personajes sobre
dencia. El bien más preciado que heredé fue su diario, que mi abuela los que se pregunta sobre su pasado y los motivos que los arrastraron a una
me regaló cuando cumplí 18 años. Ahí están reseñadas sus lecturas, los determinada orilla. En su caso el rompecabezas de los últimos cinco años
intentos de suicidio de sus amigas, su interés en la política, sus temores, lo ha llevado a vivir en cuatro países diferentes: Colombia, Estados Unidos,
sus planes de ir a Buenos Aires con mi abuela antes de que lo mataran España y Corea del Sur, algo que se refleja en su obra: “Mi primera novela
en la plaza de su pueblo, Montenegro”, comenta el escritor. la escribí en Barichara (un pueblo cercano a Bogotá) por temporadas. Los
León Sierra, abuelo de los Cuervo, comienza su andadura como comen- hermanos Cuervo en muchos lados. La empecé en el puerto coreano de Bu-
tarista de radio al tener que exiliarse del mismo pueblo donde asesina- san, la continué en una finca en el Valle (Colombia), la seguí en una residen-
ron al abuelo de Solano, Montenegro, como si de esta manera el autor le cia literaria de Estados Unidos (Yaddo) y en Salamanca, mientras mi esposa
diera otra vida en su novela. Sierra encarna a los locuaces comentaristas estudiaba. Mi refugio fue la biblioteca de la Casa de las Conchas. Quizás
deportivos de los años cincuenta y sesenta en Colombia que compa- por todas esas mudanzas la novela tiene una estructura tan particular”.
raban las etapas de ciclismo con batallas épicas, y a los corredores, Ahora Solano quiere un hogar, así sea en las antípodas. Entre Seúl y
muchos de ellos obreros y campesinos analfabetos, con dioses de El Bogotá existe un cordón de curiosidad y extraña hermandad que une a
Olimpo a los que bautizaban con nombres lapidarios como El Ángel los colombianos con los surcoreanos por el apoyo de un contingente de
Exterminador. soldados andinos en la guerra que dividió a Corea. Al escritor le siguen
sorprendiendo las 24 horas de actividad de Seúl, el poder ir a un cine
El ciclismo épico a las tres de la madrugada, los noraebang (karaokes) donde triunfan
boleros en español como Quizás, Quizás o las cirugías de apertura de
Cuando trabajaba para la revista Cromos, Solano recibió el encargo de ojos para que las coreanas luzcan más occidentales, una práctica que el
cubrir en 2000 los 50 años de la Vuelta a Colombia, una experiencia periodista compara con los implantes de silicona que las adolescentes
para un joven graduado de literatura que le permitió conocer de cerca colombianas les piden a sus padres.
el mundo del ciclismo y recorrer buena parte del país tomando nota de
sus paisajes y de huellas imperceptibles como una estatua o un edificio “Trabajo en la radio. A veces leo las noticias en el servicio en español
abandonado. Algunas de las anotaciones recogidas en este viaje han de KBS, que es como la BBC coreana. Comento las noticias del día,
formado luego parte de la “Pequeña enciclopedia de construcciones y doy el parte del tiempo y los indicadores económicos. Almuerzo co-
monumentos inesperados” que redactan los hermanos Cuervo en su no- mida coreana mientras pasan béisbol en la cafetería y mis compañeros
vela: “Más que lugares curiosos eran lugares históricos con una carga comentan el nivel de radioactividad en Japón, que de alguna manera ya
particular: las ruinas de un antiguo leprosario —leí en algún lado que afecta a Corea. La gente está preocupada”, detalla.
a principios del siglo XX Colombia era considerado uno de los lugares ¿Bogotá? ¿Seúl? ¿Nueva Jersey? ¿Medellín? Su esposa, más proclive a
con más leprosos en el mundo—, un cementerio para ateos y masones los viajes, le susurra además destinos como Japón.
a la salida de un pueblo (Circasia), una bodega para congelar pescado y “Conocí la felicidad plena un par de noches en Brisas de Costa Rica. Si
mariscos en medio del desierto, una réplica de la Casa Blanca mandada amanezco deprimido me acuerdo de una de esas noches, de un par de
a construir por un narcotraficante”. rostros y la tontería se me va rápido”. El bar ya no existe.
94 95

Guerra al silencio Actriz, poeta y novelista


Por L. Santiago Méndez Alpìszar Wendy Guerra nació en La Habana en 1970. Pronto trabajó como actriz
en cine y TV, graduándose en Dirección de Cine, en la especialidad de
guion, en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, fábrica de
artistas por donde salió lo mejor, casi siempre, del arte que se ha he-
cho en la isla en los últimos 30 o 40 años. Tiene tres libros de poemas
publicados: Platea oscura, 1987; Cabeza rapada, 1996; Ropa interior,
2008. Su libro Todos se van (Bruguera, 2006), la puso en la órbita de los
Wendy Guerra es famosa desde antes de ser escritora premiada en Eu- grandes eventos. Seguido del no menos aclamado, Nunca fui primera
ropa y traducida a un buen puñado de lenguas. Su figura y nombre están dama (Bruguera, 2008). Ha recibido varias becas de especialización: en
en el disco duro de toda una generación de cubanos que crecimos con París, Nueva York, Los Ángeles, para la búsqueda de información sobre
los dos únicos canales de televisión, aparato de fabricación soviética la escritora Anaïs Nin. De ese trabajo resultó su tercera novela: Posar
para verlos, en blanco y negro casi siempre, y a expensas, eso sí, de ser desnuda en La Habana (Alfaguara, 2011). En noviembre publicará su
interrumpidos por los familiares cortes de electricidad a que obligaba y cuarta novela, Negra (Anagrama). Ha sido traducida a 13 lenguas, pero
todavía obliga la carencia… sus novelas no han sido publicadas ni comercializadas en Cuba. En
2010, el Gobierno francés le otorgó la Orden de Chevalier des Arts et
Como presentadora de espacios que pretendían mostrar lo más de la crea-
des Lettres. Todo esto más o menos pone en su currículo, al que siempre
ción musical, variedades, y como actriz, en diferentes programas drama-
le faltan sus dos ojos negros, la picardía innata de la actriz, novelista,
tizados, siempre en horarios de máxima audiencia, Wendy no era la única
poeta.
Lolita de nuestra isla preñada de utopías y Avtomat Kaláshnikova, pero
sí era el deseo de los de la clase y el deseo de los profesores, también: y Porque Wendy Guerra nació en un país diferente donde el igualitarismo
presiento que ella aunque distante lo sabía, siempre lo ha sabido. transformó la capacidad para apreciar la diferencia, y de asumirla, tole-
rarla. Rara especie de oxímoron, confusión vital a largo plazo.
Así sacaba lasca a sus textos —los que decía en aquellos programas
de los que gracias a las nuevas tecnologías todavía se puede ver algu- “No tenía una casa donde nacer. Era el invierno de 1970 y ya nos encon-
no— húmedos, sudorosos, siempre en el límite de una televisión por trábamos en una crisis terrible. Los 10 millones de arrobas de cañas que
naturaleza escrupulosa, mojigata y totalmente parcial, coordinada por pedía Fidel no fueron posibles, el país estaba a oscuras, ni carnavales, ni
personas del aparato ideológico de un partido. El único partido autori- fiestas, no había nada para celebrar y muy poco para comer, vestir, fu-
zado del país. mar o alumbrarse. Vine al mundo en un pequeño hospital de provincia y
mi madre me llevo con ella al cuarto de títeres del teatro guiñol de Güi-
Pero Wendy flotaba sobre todo eso. A su temprana notoriedad le sumó
nes. Mis primeros recuerdos están relacionados con el mundo del teatro
la escritura, donde siempre ha tenido su verdadero refugio, su verdadera
infantil, con aquellos títeres que no fueron quemados por los verdugos
casa: la poesía. En el temprano 1987 y con apenas unos 17 años, ganó
de la parametrización y quedaron colgados por el pescuezo frente a mi
el concurso nacional 13 de Marzo de la Universidad de La Habana, y si
cuna. Nosotros les llamamos Los Mártires, por lo que resistieron, como
bien es cierto dobló celebridad, también le granjeó buen número de crí-
teníamos pocos juguetes, los títeres fueron mis primeros compañeros de
ticas que le achacaron, lo que hacen los críticos en Cuba, alguna razón
juego, luego nos mudamos a la ciudad más hermosa de Cuba, Cienfue-
y muchas insinuaciones…
96 97

gos, una ciudad afrancesada y discreta, el patio de mi casa era el mar, Dueña de una vigorosa convivencia de la ficción dentro de un subgéne-
aprendí a nadar sola encontrando la laguna dulce dentro de la corriente ro poco bien explotado literariamente, como es el diario, que supuesta-
salada y conviví con un mundo soviético de militares e ingenieros nu- mente exige una franqueza mayor, o por lo menos una implicación real,
cleares que se movía y decidía por nosotros de una manera oculta y a la directa, verdadera. En el año 2006 ganó el primer Premio Bruguera
vez presente, autoritaria. Veía pasar los submarinos en Cayo Carenas y dando un giro potencial a su proyección, llegando su obra galardona-
mis amigos descubrían la ‘antenita’ o el ‘lomo’, sabiendo que debajo de da Todos se van a lectores de Alemania, Bulgaria, Suecia, Francia, Es-
esas aguas del Caribe un mundo ruso nos espiaba. Mis recuerdos infan- tados Unidos, entre otros.
tiles son muy adultos, prologuistas de graves problemas de los mayores, Como una grande y placentera ironía, aquello que en un inicio había
personaje secundario de los verdaderos problemas de los niños. sido concebido en secreto, para dentro, se devolvía a cientos de ojos y
Juicios, delaciones, despedidas, exilios, todo esto sucedía a mi lado en diferentes idiomas.
mientras yo intentaba comportarme como una niña común en un país Wendy internacional. Una Wendy para el mundo entero.
que había decidido ser diferente”.
“Yo siento la literatura como un diario de vida, como una intervención
Con grandes antecedentes a los que asume, cita, y hasta completa, fue el pública dentro de un mundo privado. Ana Mendieta es la gran artista
premio Nobel de Literatura, el colombiano residente en Cuba, Gabriel visual cubana que me ha inspirado en este arte de mostrar el dolor, el
García Márquez, quien le diera un toque de atención, elogiara los diá- ardor de las cosas que los otros silencian. Yo saco mis traumas y mis
logos que por alguna razón —quién lo supiera— leyó en unos diarios alegrías a la luz, hemos sido obligados a cerrar la boca dentro de Cuba
personales de la autora durante un taller que impartía en una escuela de demasiado tiempo, estas arterias interiores las he ido apuntando en mis
cine en un pueblo colonial vecino de La Habana. diarios personales, las he ido incubando desde niña, luego las reescribo
Más de 30.000 páginas dejó escritas Anaïs Nin, una de las dos refe- de modo que pueda tener un interés real para el resto del mundo, pues
rencias cuando se piensa en escritoras de diarios. La otra, quizá más muchos autores insulares creen que hablar solos y de problemas muy
conocida todavía, sigue siendo la niña Ana Frank. Son evidentes las endémicos ayuda al género, y no es así, voy adelante con una novela
diferentes condiciones en que ambas realizaron sus apuntes. que integre personajes y tramas verosímiles en medio de una vida que
En 1922 viajó a Cuba la escritora francesa con la intención de conocer a la como siempre he dicho no está sucediendo en Occidente. Vivimos en
familia paterna. De este viaje se sabe, o mejor dicho, se sabía poco. Consta un territorio occidental con síntomas y conflictos de otro mundo.
entre los originales que no han sido publicados, y que aseguran llegan a No puedo mentirle al diario y no me gusta mentirle al lector. La ficción
ser un total de 15.000 páginas de diarios, inéditos, custodiados por alguna integra una gama de complejas heridas escritas antes en mi piel de dia-
biblioteca de Estados Unidos, algo así. Uno de esos diarios casi vacío es el rios”.
que Anaïs tuvo la intención de escribir sobre su viaje a la isla, pero, dios sa- Elegir contar la verdad, sin embargo, y vivirla, no es suficiente. No
brá cuál es la razón, no rellenó… De esta oportunidad se sirve Wendy Gue- en La Habana, donde leer puede ser un ejercicio contestatario, y has-
rra en Posar desnuda en La Habana para completar el recorrido de Anaïs, ta peligroso. Donde narrar el día a día sin caer en los maniqueísmos
y en el antes casi vacío cuaderno se mimetiza, nos pone de voyeur invitado ni adulteraciones establecidos, puede como poco conducir a eso que
asumiendo una sensibilidad muy parecida a la de la esposa de Hugo Guiler, Wendy Guerra define como “parte de un duro silencio”, cuando no a
amante de Henry Miller. A sus posibles contradicciones y dudas. sufrimientos más reales y físicos. Sus libros tienen la misma estrella de
98 99

lo prohibido, y lo prohibido naturalmente lleva más luz aunque también De la nieve evadida e imposible del bardo modernista habanero a la
más sufrimiento. Wendy sufre el privilegio de saberse leída en un sitio Nieve que dibuja escenas de su vida sin enajenamientos ni remiendos.
donde instituciones y editoriales ignoran sus libros, que es una manera Del légamo al éxtasis se llega sin perder la poesía.
avanzada de la censura. Se iguala en azar a una larga lista de autores “La poesía es mi protección mágica, cuando tengo mucho miedo recito
semiinvisibles, consciente de que no es la única. los poetas de mi madre, en los hospitales y en las aduanas, en los vuelos
“Como Eliseo Alberto Diego, José Ponte y María Elena Cruz Varela, intercontinentales cuando hay mal tiempo recito poemas que son mis
Cabrera Infante, Reinaldo Arenas y una infinita lista de autores cubanos compañeros de vida y de viaje. No tengo familia y creo que los poetas
no soy editada en mi patria. Eso tiene una explicación muy simple, el que yo amo son todo lo que tengo.
Estado es dueño y señor de todo y no hay opciones, ellos han decidido Me gusta mucho Sigfredo Airel, Antonio Ponte. Quiero hablar de poe-
dejarnos fuera de juego, yo no existo para ellos. Pertenezco a una dinas- tas cubanos porque no son conocidos, pero soy una enamorada de la
tía de autores silenciados y cuando entro a mi isla, luego de haber sido poesía japonesa, francesa y norteamericana. Quiero hablar de Eliseo
traducida a tantas lenguas, siento un potente silencio sobre mí. No estoy Diego, de Lezama Lima, y quiero compartir esta, un pequeño fragmen-
sola, soy parte de un duro silencio”. to de un poema de mi madre, la desconocida poeta Albis Torres que
La poesía es mi protección mágica; cuando tengo miedo recito los poemas de mi ma- dice: ‘Mi país es ese instante único / que ahora mismo sucede en todas
dre, en los hospitales y en las aduanas partes, / orillas de la tierra, / lugares a los que no sé ir / ni puedo, y llego
Pero ella siempre regresa, aunque todos se vayan. sin embargo. / Amo esa alquimia de olas y pacientes orillas. / No hay
mejor patria / ni asta en que poner / bandera alguna”.
“Un escritor sin país es un niño sin padre. Estoy huérfana”.
Con Wendy Guerra conversé de muchas más cosas alguna vez. Del si-
Y volvemos a la poesía, que es donde más segura se encuentra. Quizá lencio que imponen los Gobiernos y de la felicidad y el coste de saberse
por aquello de ser la patria más amplia de los géneros literarios, o por un ente libre. De los poetas amigos y de los que ya se fueron a mejores
una sencilla bendición divina, da lo mismo. Establece la controversia vidas. Siempre la encontré agradecida, fuerte en los propósitos y am-
con los críticos: pone imágenes y lenguaje florido en sus libros de na- biciosa del futuro. Wendy sabe quién es, se gusta, nos recuerda que
rrativa. cualquier feo de la vida, con glamour e inteligencia siempre, se salva.
Elige un personaje real para una vida de ficción o se metamorfosea en Que no hay que irse de Cuba aunque no te publiquen, pues la gente se
Nieve, una niña que crece mientras cuenta, y mientras cuenta, vamos las ingeniará para encontrar los libros editados fuera y leerlos.
cayendo sin tocar fondo, no nos lo permite, en la cruel constatación de “He terminado un libro llamado: Negra. Una novela que atesora (por
una vida real. Una niña, Nieve, que desde su nombre incluye una con- primera vez en la ficción) las recetas de la mágica tradición afrocubana
tramanifestación para una isla en el Caribe, y que lleva igual, aunque en un contexto social convulso. Un libro que habla del racismo y del
más intrincada, referencia al título de un libro de culto pretendidamente dolor. Un libro que ocurre entre Francia y Cuba. Estoy ahora mismo en
poco estudiado, escrito y publicado en el siglo XIX por otro coterráneo la escritura de mi nueva novela: Hija única, es mi nuevo proyecto. Es-
con menos fortuna, Julián del Casal, uno de nuestros escasos dandis, cribo cada semana desde La Habana en mi blog de El Mundo, ‘Habána-
de nuestras grandes supersticiones que en el mismo año 1892 en que se me’, que cuenta la vida de los cubanos en la isla desde una perspectiva
formaban partidos y se encauzaba la independencia de la isla, decidió o muy personal.
encontró el modo de publicar sus versos.
100 101

Agradecer que compren mis libros y reciban noticias de un mundo que 12 Narradores con perspectivas
ha decidido defenderse de todo y aplazar el recuento, agradecer el he-
Con la complicidad de 25 especialistas de distintos medios, seleccionamos a los doce
cho de ser querida como autora y aceptada en países que no son el mío.
novelistas menores de 40 años con mejores perspectivas de futuro.
Agradecer el hecho de ser hija adoptiva de un país que antes ya me
había legado su lengua, que es mi gesto para vivir. Gracias…”.

Decía Picasso que llegar a ser joven lleva su tiempo, y los protagonis-
tas de estas páginas, doce narradores españoles menores de cuarenta
años, dan buena fe de ello. Son los elegidos por El Cultural como los
novelistas presentes con mejores perspectivas de futuro. Algunos de
ellos disfrutan ya, desde hace tiempo y varios libros, de un lugar bajo
el sol de nuestro panorama literario, pero otros, sin embargo, son sólo
conocidos en círculos de buenos lectores y redes de iniciados. La elec-
ción no ha sido fácil, pero hemos contado para ello con la complicidad
y las opiniones sabias y libres de veinticinco especialistas de distintos
medios (críticos literarios, escritores, directores de escuelas literarias y
revistas...) que han apostado, desde posiciones varias y sin condición
previa, por los novelistas españoles menores de cuarenta años a los que
vamos a seguir leyendo dentro de unas décadas. Estos son sus nombres:
Elvira Navarro, Isaac Rosa, Andrés Neuman, Matías Candeira, Cristina
Morales, Pablo Martín Sánchez, Sara Mesa, Sergio del Molino, Aixa de
la Cruz, Gonzalo Torné, Laura Fernández y Andrés Barba. La lista es
producto, pues, del consenso y las matemáticas, a pesar de ser conscien-
tes del valor y el futuro de muchos de los nombres que, por muy poco,
no aparecen en estas páginas. Pero de eso se trata. De jugársela por el
porvenir, de descubrir cómo narran los más jóvenes, con ojos nuevos y,
a menudo, ya desengañados.
102 103

Elvira Navarro no. Se rieron. Eran casi unos niños, todos gitanos; recogían cartones y les gritaban a
las mujeres jóvenes que se encontraban. También huían de los guardias urbanos, de
Literatura y descubrimiento
los camiones de la basura, a los que hacían la competencia; quizás de alguien cuya
Se licenció en Filosofía pero pronto supo que sus destinos serían li- frente hubiese sido ajada por un pedazo de metal arrojado desde el camión. Una vez
terarios. La primera confirmación tuvo lugar en 2004, cuando Elvira los vi quebrar la luna de un coche con una pesada gaveta. El cristal emitió un sonido
Navarro (Huelva, 1978) ganó el certamen de Jóvenes Creadores del de cantos precipitándose por una pendiente; las risas se petrificaron. Parecía que
Ayuntamiento de Madrid. Y la segunda, en forma de novela, en 2007 llevaran un oscuro motor en su vehículo, del que podía esperarse que descendiera
con La ciudad en invierno (Caballo de Troya). Dos años más tarde, ya una oveja o algún otro elemento rural. Me los encontré muchas veces más y nunca
en Mondadari, daba a imprenta La ciudad feliz (2009), una aguzada volvieron a tirarme nada. Lo que hacían era gritar, silbar, recurrir a algún insulto
mirada a la niñez. ¿Pero cuál es el poso de estas obras?¿De qué tratan? jubiloso y contundente; luego derrapaban por una bocacalle y se esfumaban.
“Tratan de lo verdadero, de aquello que nos inquieta y trastorna”, res-
ponde Fernando Valls, “pues se ocupan de las enfermedades morales
del mundo actual, están compuestan sin prisa y dirigidas a lectores poco Isaac Rosa
complacientes”. Páginas como espadas
“Pocos escritores -escribe Ricardo Senabre para subrayar su apuesta
Si le preguntamos a la autora, ella sonríe y advierte que, como Mar- por este autor- se hallan tan capacitados como Isaac Rosa para escribir
guerite Duras, “si supiera lo que voy a escribir antes de escribirlo no bien y plantear con originalidad una novela en la que se reescribe y
escribiría, pues ya estaría escrito. La literatura es para mí sinónimo de corrige a sí mismo, como en la titulada ¡Otra maldita novela sobre la
descubrimiento, y como mucho puedo nombrar aquello en lo que no guerra civil!”
quiero caer: por ejemplo, en eso de que los libros no dan respuestas De Isaac Rosa (Sevilla, 1974), que ha vivido en Extremadura y ahora en
porque sólo sirven para que nos hagamos preguntas. Yo espero encon- Madrid, puede decirse que ha seguido una vía inédita entre los autores
trar respuestas por el camino. Ir sin rumbo no implica renegar de los de su generación, la del mundo de la responsabilidad y del trabajo, la de
encuentros. Me gusta la expresión God is in the details porque describe la novela en marcha también, con libros tan destacados como La mala-
bien en qué consisten los hallazgos. Todavía no me conozco como es- memoria (1999), El vano ayer, que obtuvo en 2005 el premio Rómulo
critora pero puedo señalar un tema que me obsesiona: cómo se constru- Gallegos en competencia con Almudena Grandes, Andrés Trapiello o
ye la identidad”. Juan Bonilla, ¡Otra maldita novela sobre la guerra civil!(2007) o El país
La trabajadora del miedo (2008), premio Fundación J. M. Lara. Su última novela es La
mano invisible (2011).
Fragmento de la novela recién terminada de Elvira Navarro
Rosa ha confesado que “para mi la literatura es conocimiento y es in-
A veces me cruzaba con los del camión. Me arrebujaba en el abrigo para que
tervención. Es necesario que se escriba sobre lo que está ocurriendo”.
no me insultaran. Los había visto siempre por el centro, de madrugada. No sabía que
También insiste en el sentido de la responsabilidad civil del escritor
comenzaban su actividad por el extrarradio, aunque era lógico, pues allí el tráfico
no sólo como creador sino como ciudadano, un compromiso que tiene
cesa antes y no hay ya policías. Tendrían entre catorce y dieciséis años cuando yo
mucho de política y ética. Rosa publica novela nueva en septiembre:
cumplí los veinte y me topé con ellos por primera vez. Me lanzaron la esquina de una
se titula La habitación oscura, “y es una mirada generacional (de mi
caja plagada de grapas, que me rozó el pelo y fue a clavarse en un arriate de Neptu-
104 105

generación, claro, los nacidos en los 70) al tiempo terrible que estamos Tras la publicación de su primer conjunto de relatos, La soledad de los
viviendo”. ventrílocuos (2009), de su inclusión en varias de las mejores antologías
La habitación oscura
del género y de que sus cuentos hayan recibido no pocos premios, su
segunda obra, Antes de las jirafas (2011) confirmó las expectativas. A
Fragmento de la novela inédita del escritor Isaac Rosa. fin de cuentas, como subraya Vicente Luis Mora, “pese a su juventud es
No te quedes ahí. Vamos, entra, ya estamos todos. Tras la cortina, la puerta: está uno de los exploradores jóvenes más atinados del género, gracias, sobre
abierta, solo tienes que empujarla, mientras en tu espalda pesa la tela que se cierra todo a que sabe construir los espacios exteriores como representación
sobre ti dejando atrás la escasa luz del pasillo. La puerta cede sin esfuerzo, y al de la psique, el acierto de algunas imágenes plásticas y, sobre todo,
avanzar un par de pasos sientes que la oscuridad se ha solidificado en tu cara, áspe- esa tensión centrífuga que lleva sus relatos a una estética alejada del
ra, pero no: es el segundo cortinaje, que pende de una barra en semicírculo para no realismo. Es un relatista técnicamente muy dotado que además ha en-
entorpecer el recorrido de la puerta. Parece una exageración, dos cortinas, pero solo tendido que no todas las cosas pueden explicarse desde una perspectiva
así estamos seguros de que no se filtra ni una aguja de claridad cada vez que alguien realista.”.
entra o sale de la habitación oscura. Es un paño corrido, deja de manotear para Todo irá bien
abrirte paso: solo puedes franquearlo por los laterales, a la manera en que accedes
Fragmento de la novela inédita del escritor Matías Candeira.
a un templo. Una vez dentro buscas referencia en la pared más próxima: apoyas la
mano, la superficie mullida cede ligeramente a tus dedos. Desde ahí puedes continuar
por el perímetro, sin soltar el tabique; o dar unos pasos hacia el centro de la estancia,
[...] Esta mañana me ha dejado que coja su mano y la ponga ante la luz. Hacía mucho
con las manos adelantadas. No hay riesgo de chocar con ningún mueble, ya lo sabes,
calor, y notaba el cuerpo pegajoso después de ducharme, pero no ha sido por eso por
todo el mobiliario se limita a tres colchones alineados en la pared del fondo y un par
lo que he bajado la persiana. Ella me ha sentido muy inquieto cuando he contemplado
de sofás en los laterales. La precaución de adelantar las manos es por los ocupantes
el corte, profundo y húmedo, más que otras veces. Pero es mi culpa, cómo no voy a
de la habitación oscura, para no chocar. Aunque nunca hemos sabido al entrar cuán-
culparme. Soy yo el que insisto en hacerlo para que ella no se confíe. Su cuerpo no es
tos estaríamos ya dentro, si había alguien en un rincón o eras el primero en llegar,
una fruta en la que puedas cortar eternamente la cáscara. Desde allí veíamos el pozo
hoy sí estamos todos. Solo faltabas tú y ya has llegado.
de ángulos que forman los edificios de hormigón caliente y, más allá, el amanecer
contaminado. No puedo negar que era hermoso. El tajo y la ventana me recordaban
a la forma de dos puertas. Ella, aún la veo, cierra la mano sin darle importancia.
Matías Candeira
-Son muy parecidas, ¿a que sí? -dice.
Elogio del error
Es como si, por un instante, hubiera recordado algo de otra vida.
Narrador con mucho cuento, profesor de talleres de escritura creativa
y guionista, afirma Matías Candeira (Madrid, 1984) que la literatura Tres hilos espesos empiezan a culebrear por su antebrazo y, sólo durante unos segun-
que le interesa “es la que produce errores, que es un error en sí misma: dos, he notado que me tiemblan las piernas al mirarla. Casi no tengo fuerzas. Bajo
un posible error de forma, pues detesto los textos redondos y aseados ese olor he visto abrirse una hendidura en mi propia cabeza. Esa imagen que se resis-
donde nada sobra ni falta; un error ideológico, pues violenta mi sentido te a abandonarme del todo. Son muchos, muchísimos muebles cubiertos con sábanas
del mundo; un error sobre lo real, pues me coloca en lo fantástico, lo en una habitación grande y luminosa, y bajo ellos, manchas inapreciables de sangre
necesariamente extraño. Y así”. -la más oscura que ella tiene dentro- que crecen incontroladamente en la madera.
Pronto se convierten en algo que no puedo abarcar con la vista. La habitación se en-
106 107

charca, espesamente, y me empapa las piernas. Supongo que esta clase de temblores ñamiento y así producir nuevos extrañamientos”.
me mantienen lúcido; que así es como debe ser. Pero cada día me sorprendo sintiendo
Los conspiradores
menos miedo del necesario.
Fragmento de la novela inédita de la escritora Cristina Morales.
-Tranquilo -me responde-. Hace mucho que sabes hacerlo.
Bendito, sea, el cielo. Cómo, ¿bendiciendo, don Domingo? ¿No era usted ateo? Yo
El rito me agota y necesito beberme un par de tazas de café para volver a sentir los
soy borracho, María Manuela, y estoy lo suficientemente borracho como para ben-
pies sobre el suelo de la cocina. Supongo que jamás podría ser médico. Como mucho,
decir, pero no sé si estoy lo suficientemente borracho como para imaginar que doña
alguien que sacrifica animales.
María Manuela López, viuda de Ulloa, la censurada en Cádiz, está presente en este
-Ve a desinfectártelo. mi baile de precarnaval bautizado la muerte del ranciocinio. ¡Bautismo! Calle o sus
-Venga, hombre -repite-, tranquilo. amigotes masones lo van a echar de la logia. Esta es mi logia, señora. Soy yo quien
echa y desecha. Y debería echarla a usted. ¿A mí? A usted y a su efebo. ¿Se refiere a
Y se queda esperando a ver qué ocurre. mi camarero? Sí, al camarero que se cepilla. Qué observador es usted, Domingo, me
sorprende. No fue tan sagaz para adivinar que su colaborador era un topo de palacio
que le colaba mensajes antimonárquicos en el periodiquillo. Uno es corto, señora, se
Cristina Morales
lo reconozco, y la censura de Fernando implacable, pero para ver que usted se arro-
Cantares de gesta dilla delante del criado no hay que ser mosquetero. Y delante de usted, ¿tiene alguien
Licenciada en Derecho y Ciencia Políticas, Cristina Morales (Granada, vocación de arrodillarse, sin cobrar por ello? Corríjame si me equivoco porque voy
1985) es autora del libro de cuentos La merienda de las niñas (Cuader- muy borracho, pero creo que en este momento hay una vacante, ¿gusta? Uh qué va,
nos del Vigía, 2008), y sus relatos han aparecido en Pequeñas Resis- vengo saciada de casa, no quisiera indigestarme y perderme su magnífica fiesta. Me
tencias 5. Antología del nuevo cuento español 2001-2010 (Páginas de alegro de que esté disfrutando. ¿No iba a echarme? Fuera de mi baile, realista servil.
Espuma, 2010) y en Velas al viento. Los microrrelatos de La nave de Si piensa echar a todos los serviles se le queda el teatro a la mitad, le aviso. Ya decía
los locos (Cuadernos del Vigía, 2010). Este año ha publicado Los com- yo que había muchos napoleones en la caja.
batientes (Caballo de Trota, 2013), un libro sobre una pequeña asam-
blea de indignados, que acabó convirtiéndose en “un cantar de gesta
Pablo Martín Sánchez
que exalta valores antiguos como la juventud, el amor, la amistad y el
arrojo”, aunque jamás ha formado parte del 15M y no comparte sus Egosurfing
consignas ni sus métodos. “Llamar revolución a lo del 15 M me parece “Una propuesta a tener muy en cuenta en el actual momento de re-
no una exageración, sino una deformación de la realidad”. novación de la novela histórica”. Lo afirma Sergio Vila-Sanjuán del
En el curso 2007-2008 fue residente de la Fundación Antonio Gala para primer libro del último de los recién aterrizados al mundo de las letras.
Jóvenes Creadores, pero no se confíen, porque Cristina Morales es todo Pablo Martín Sánchez (Reus, 1977), tras tocar todos los palos del sector
menos sumisa. Así, Marta Sanz apuesta por ella y por su futuro como editorial y ejercer de corrector, lector, traductor y librero, en 2011 se
escritora por “su desobediencia frente a una supuesta literatura de pres- lanzó a reunir sus relatos en Fricciones (E.D.A., 2011). Un buen día se
tigio. Y su muy curioso sentido del humor”. Ella, por su parte, reividica sorprendió al toparse en Google, en pleno ejercicio de egosurfing, con
su narrativa como una forma de “responder a lo que me produce extra- un mítico anarquista que intentó derrocar en 1924 a Primo de Rivera y
que compartía su nombre y apellidos. Tal fue el hilo de Ariadna de una
108 109

copiosa y muy bien recibida novela titulada precisamente El anarquista Sara Mesa
que se llamaba como yo (Acantilado, 2012), elegida mejor ópera prima Personajes poco heroicos
el pasado año por El Cultural, todo un estímulo para su autor. “Fue una
sorpresa porque el libro llevaba apenas un mes en la calle antes de que Madrileña de nacimiento, pero sevillana de adopción, Sara Mesa (1976)
se completara un año. Es un honor que me libera de todas las dudas. ha publicado dos libros de relatos, La sobriedad de los galápagos (2008)
He pensado que El anarquista que se llamaba como yo sea la primera y No es fácil ser verde (2009) además de las novelas El trepanador
parte de una trilogía del yo”. “Si la distancia más corta entre dos puntos, de cerebros (2010) y Un incendio invisible (2011), premio Málaga de
cuando se interpone un obstáculo, es la línea curva, escribir es trazar Novela, y Cuatro por cuatro, finalista del premio Herralde de Novela
esa parábola, esa perífrasis que nos lleve hasta el lector pasando por el (2013), obras en las que ha intentado poner negro sobre blanco su ne-
texto. O, dicho de otro modo, escribir es ponerse obstáculos que hagan cesidad, de indagar en “las posibilidades narrativas de elementos en
fascinante la aventura del leer. Y, como en esos juegos donde hay que principio secundarios... Me atraen los narradores testigos, los enfoques
ir superando pantallas de dificultad creciente, el escritor debe asumir parciales, las estructuras anómalas y esos personajes con vidas poco
el compromiso de plantear nuevos retos en cada libro que emprende”. heroicas pero que, puestos bajo la lupa, resultan extremadamente su-
gestivos”.
El olor de la desgracia
Relato inédito de Pablo Martín Sánchez
Hija de mil tradiciones y estilos, de influencias que superan lo literario
De pequeño creía que oler el peligro era la cosa más natural del mundo. Porque yo
y se empapan de cine, televisión e internet, es tan prometedora como
lo olía, literalmente. Y no solo el peligro: también el miedo, el odio, el rencor, el ca-
desigual pero, como subraya Eduardo Vilas (Hotel Kafka), “siempre he
riño, el deseo o la nostalgia. El peligro, concretamente, me huele a fresas silvestres.
considerado que un autor, o una obra, es tan mala como los errores que
El cariño, a madera recién cortada. El odio a humedad, el rencor a cloro, el deseo a
comete y tan buena como los errores que pueda soportar. En este senti-
queso azul y la nostalgia a canela en rama. Al principio esto tenía sus ventajas. Si,
do sospecho que Sara Mesa, por mucho que se equivoque, por muchos
por ejemplo, iba caminando por una calle oscura y de repente olía a fresas silvestres,
errores que se le puedan confirmar, creo que se equivoca en la dirección
cambiaba de acera o salía corriendo. Si estaba en un bar hablando con una chica
correcta”.
y notaba el olor del queso azul, le proponía subir a mi casa a tomar la última copa.
Pero cada vez estoy más convencido de que este don es en realidad una desgracia. Lo Relato inédito de Sara Mesa
pensaba esta mañana en la cama, oyendo la respiración agitada de mi mujer. Cuando Hay familias que caminan hacia la extinción. Familias que no se ramifican, como
nos conocimos, el olor a queso azul era el pan nuestro de cada día. El de madera suele pasar, sino que se contraen, coletean, quedan secas, agonizan y mueren. No hay
recién cortada se fue imponiendo con los años, mezclado con los efluvios de la canela reproducción, y si la hay es insuficiente, o deficiente. A veces sobrevienen muertes
en rama. Desde hace unos meses estoy preocupado por el hedor a cloro que despren- imprevistas. Otras veces son accidentes sin consecuencias visibles, pero que también
den las sábanas y esta mañana me he despertado oliendo a humedad por todas partes. acarrean estancamiento. Estas familias se caracterizan por desembocar en calles de
Ahora estoy en la oficina, cruzando los dedos para que mi mujer me llame y me diga una única dirección, con un muro al final ante el que no se puede dar la vuelta. La
que se nos ha roto una cañería. soltería, la esterilidad, la castración y los abortos no son acontecimientos extraños.
Así las cosas, todo conduce a una dolorosa endogamia, que a su vez se vincula con
el encierro y la oscura conciencia de pertenencia a un clan superior. No se admiten
las mezclas, la atmósfera se enrarece y corrompe y la familia perece finalmente, tras
110 111

haberse devorado a sí misma. objeto que vislumbra. Su ojo es una conciencia. Por eso, al parpadear,
Lamento ser tan explícito, pero no hay mejor manera de explicarlo. Eludir las pa- cuenta una imagen desde adentro”.
labras no hace que la realidad se borre, ni siquiera que la realidad se difumine. La Neuman quedó finalista del premio Herralde con Bariloche (1999). Y
realidad sigue estando ahí, incluso aunque no sobreviva nadie a ella. ya no se bajó del tren de los galardones. Su mayor triunfo llegó en 2009
Levanto la cabeza, pestañeo varias veces, releo lo escrito. cuando se alzó con el Alfaguara con El viajero del siglo. La novela
ganó además el premio de la Crítica y ha sido traducida a doce idiomas.
La realidad sigue estando ahí, incluso aunque no sobreviva nadie a ella. No. Estoy Imprescindible, porque, en palabras de Aurelio Major, “en el instante
mintiendo. Las historias mueren cuando desaparecen sus protagonistas. De ahí esta mismo de ser pronunciada, la profecía inaugura una misión secreta”.
necesidad de escribir. De recoger todo lo vivido y lo observado y lo deducido y lo
recreado. Contar de oído

Somos voraces. Fragmento de la novela inédita del escritor Andrés Neuman.

[Amanece. La tenue luz del día comienza a filtrarse por la persiana medio echada; Cuento ruidos. Eso.
circulitos de luz bailan ahora sobre la mesa, en filas ordenadas, sobre mis manos aga- El amanecer trae un estruendo de cacharros. Me despierta un taladro que se ensaña
rrotadas y dispuestas rígidamente en el tablero. ¿Por qué yo? ¿Qué me obliga, qué en la acera. Los operarios gritan, sus nombres rebotan contra mi ventana. Me levanto
me impele a mí... ? ¿Quizá me siento en deuda con esta historia? Suena descabellado, de un brinco: los muelles del colchón crujen igual que un costillar. Los pies descalzos
lo sé. Suena grandilocuente. Me otorgo a mí mismo el papel de albacea, de escriba van dejando en el suelo sonidos de ventosa. Asomo una oreja al balcón y me inunda
y de notario. Yo me arrodillo, yo me corono y yo me aplaudo al concluir el acto. Qué la ronquera de las motos, la hernia de las grúas, el pan roto de las obras.
pretensión absurda, qué cansancio.]
Me deslizo en la ducha, en su casa de agua. El zumbido de las cañerías corre por las
paredes como cualquier rumor entre vecinos. Mientras me visto (la ropa frota, subra-
Andrés Neuman ya el silencio de la piel) enciendo un rato la radio. Entre los ruidos de la actualidad,
intento distinguir la música del presente. Los comentaristas hablan al mismo tiempo,
Imagen adentro sus voces se superponen, y mi oído va uniendo las sílabas de unos con las sílabas de
Hijo de músicos argentinos exiliados a España, Andrés Neuman (Bue- otros, hasta que los argumentos se descomponen en vocablos desconocidos.
nos Aires, 1977) ha tocado ya todos los triunfos de la baraja. Su arran- La máquina de café empieza a descarrilar. Cierro los ojos y finjo que duermo, duermo,
que literario le halló poeta, con Simulacros (Cuadernos del Vigía, 1998) que el mundo entero enmudece. Me sobresalta el estrépito de una taza que aterriza en
y, sobre todo, Métodos de la noche (I premio Antonio Carvajal, 1998) y la barra. La cucharita queda tintineando en un borde del plato. El líquido calienta la
Alfileres de luz (premio Lorca, 1999). A Neuman le interesa “comparar gruta de mi estómago, provocando minúsculas absorciones y burbujeos de laboratorio.
la escritura con otras manifestaciones de la curiosidad. Astronomía y
narrativa comparten el desvelo de la observación, el conflicto del pun- Subo a un bus. El motor desarrolla pesadas digestiones, la radio expulsa un chorro de
to de vista. Ambas intentan acercarse a algo que parece familiar pero panderetas. De pronto suenan tres teléfonos, dos de ellos con idéntico tono, y el terce-
resulta un misterio. Lo sintáctico y lo ideológico, la música del verbo ro con una melodía que no tardo en reconocer: es la misma canción ligera que emiten
y la contradicción del personaje, son espacios donde la literatura ve los altavoces del bus. Desciendo en mi parada. Una ambulancia ulula en diagonal.
más lejos que cualquier telescopio. A diferencia del cine, la escritura es Quizás en su interior viaje algún pasajero que reza por volver a escuchar, aunque sea
un arte visual de segundo grado. El filtro de su cámara construye cada una vez más, la canción ligera de la radio.
112 113

De vuelta en casa, me tiendo en el sofá para seguir el goteo de la noche, su suero nos de colorante barato. Macarrones pasados de cocción, apelmazados en un emplaste
hospitalario. A las doce en punto (las agujas del reloj de la cocina se unifican con un que había que cortar con cuchillo, verduras marrones y filetes correosos y quemados. No
roce de tijera) termino de anotar todos los ruidos del día y cuento cien, ciento uno, podía envidiar esa cocina. Yo estaba acostumbrado a comidas mucho mejores. Tampoco
ciento dos. Después me quedo a solas con mi respiración, vigilando ese globo que los podía envidiar la habitación oscura y estrecha de Boro, ni la cama de colchón delgado
pulmones inflan y desinflan. y somier de muelles que chirriaban y se clavaban en el culo. ¿Qué envidiaba yo de la
infancia de Boro? ¿Su ordenador Spectrum? No, porque nosotros teníamos un Amstrad
Paso la madrugada atendiendo al telegrama del viento, que anuncia la noticia más que a mí me parecía mejor. ¿Su vídeo beta? Tampoco, porque nosotros compramos uno
importante de todas. ¿Se oye? de los primeros VHS. Todo en la casa de Boro era peor. Hasta las fotos de boda y de
comunión que decoraban el salón eran mucho más feas que los paisajes montañosos
¿Se oye?
en blanco y negro que había sobre nuestro sofá. Y, sin embargo, yo sentía que la vida
de Boro era mejor que la mía. Incluso mucho mejor que la mía. Porque envidiaba sus
hermanas. Su cercanía, su corporeidad agresiva. Boro vivía en un gineceo con dos her-
Sergio del Molino
manas mayores. Cuando yo entraba en el baño, veía las cremas baratas del Mercadona,
Literatura inútil los pintalabios, el agua fresca. Puto Boro de mierda, pensaba entonces sin atreverme a
pensarlo del todo. Cabrón suertudo que vives en este piso minúsculo, obligado a rozarte
La segunda y más reciente novela del periodista y escritor madrile-
constantemente con tus hermanas, a sentir su champú y su aliento en el pasillo, a verlas
ño afincado en Zaragoza Sergio del Molino (1979) es La hora violeta salir de la ducha envueltas en una toalla, a oler la cera caliente con la que se depilan las
(2013) y en sus páginas narra la enfermedad y muerte de su hijo Pablo. piernas, a mezclar tus camisetas con sus pijamas en el cesto de la ropa sucia, a tirarles
Según Alejandro Gándara, se trata de un libro que “enfrenta un tema del pelo, a robarles la Super Pop, a escuchar el estallido de las pompas cuando mascan
que en el siglo XX se ha ido convirtiendo en tabú, el de la muerte. Y a chicle Boomer -fresa ácida, el mejor- y a ver sus bragas secarse junto a tus calzoncillos.
través de un subtema especialmente impopular, el de la muerte de un Aquel piso minúsculo, con paredes a través de las cuales transpiraba el sudor de las
hijo”. Su primera novela fue No habrá más enemigo (2012), elegida hermanas. Aquel salón oscuro y sofocado en el que una familia entera se rozaba tanto en
como uno de los diez libros más recomendados por CEGAL. ¿Cuál invierno como en verano, pero sobre todo en verano. Descalzas, en bikini, abanicándose
son las principales líneas de fuga literarias de Sergio del Molino. “Me con paipáis de publicidad de un concesionario de coches. Vapor de agua sudorífica en el
resulta muy difícil sistematizar mi poética. Uno escribe primero y lue- techo, sudor en las almohadas, sudor en la bañera, en el balcón, en la cocina de butano.
go teoriza sobre lo escrito, encajando su credo estético en su obra, y Una cocción a baja temperatura de grasa, piel, músculos fibrosos y uñas de manicura
viceversa, asumiendo que ambos discursos casi siempre van a contra- casera para ahorrar. Qué suerte tenía Boro al asarse en aquel horno lento donde las
siestas eran cortas porque los cuerpos se despertaban unos a otros por contacto. Ese
decirse. Dicho esto, creo que empiezo a perseguir un ideal muy claro
vivir agitanado, que decía mi padre en un léxico anterior al Ministerio de Igualdad, no
que llamaría literatura de dormitorio. Reivindico la inutilidad de la lite-
me repugnaba. Me sonaba más francés que ibérico, a tabaco Gitanes, a humo moroso,
ratura. Su inutilidad social. El único ámbito de influencia de la novela a intoxicación dulce. Si hubiera sabido lo que eran el opio y la absenta, me habría olido
es la mesilla de noche del lector. Por tanto, aspiro a una literatura cada a fumadero victoriano, a cucharilla con terrón de azúcar derretido. Cómo no iba a envi-
vez más íntima e inútil”. diar a Boro, si su infancia era de lujo.
Fragmento inédito de la próxima novela de Sergio del Molino
Yo también odiaba a los demás niños, aunque mi casa no era peor que las demás. De
hecho, era mucho mejor. Mejor que la de Boro, que vivía agitanado, a decir de mi padre,
con tres generaciones apretadas en un piso que olía siempre a amoníaco. Cuando me in-
vitaban a comer, tenía que hacer un esfuerzo grandísimo para tragarme unos platos lle-
114 115

Laura Fernández Aquella misma noche, la noche del 27 de octubre de 1996, el niño, Reddy Dolden,
decidiría que su primer Boeing 767 real se llamaría Jerry. Jerry Dix. Y que algún día
Campo de juegos
sus pasajeros, sus pasajeros reales, podrían llevarse a casa un Jerry Dix de juguete,
Se dió a conocer con Wendolin Kramer (2011), y en La chica zombie en su más asequible versión muñeco piloto o en su más auténtica versión Boeing 767
(2013) reinventó con humor La metamorfosis de Kafka, al narrar la de peluche. Una década más tarde, Reddy Dolden, cumpliría su promesa al adquirir
historia de una adolescente que se despierta una mañana convertida en el primer avión de su flota y llamarle Jerry. Pero aún tendría que pasar otra década
cadáver, sin saber si todo es -o no- producto de su imaginación. Perio- para que la versión avión de peluche del malogrado Dix se convirtiera en el objeto de
dista y escritora, Laura Férnández, (Tarrasa, 1981) asegura que escribi- merchandising aéreo más vendido del mundo. Cuando eso ocurriera, Reddy Dolden
ría aunque no tuviese detrás una editorial como Seix Barral. “De hecho, tendría tanto dinero que no sólo habría olvidado que una vez había sido un niño sin
lo he hecho durante años. Lo llevo haciendo desde que cumplí los doce blanca que dormía abrazado a su avión de peluche sino que habría dejado de soñar,
años. Como Ana Frank le hice una especie de promesa al respecto a mi porque ¿qué sentido tiene hacerlo cuando eres el Genio de la Lámpara?
diario. Y la he cumplido. Pero no dudo que si el día de mañana mis his-
Porque algo así era Reddy Dolden.
torias dejan de interesar, seguiré escribiéndolas, pero para mí”. A ella,
insiste, nadie la presiona ni le dice sobre qué tiene que escribir, “así que Podía cumplir deseos.
la literatura es mi campo de juegos. Y voy a hacer todo lo posible por- Oh, bueno, ya me entienden.
que siga siéndolo SIEMPRE”. Quizá por eso, para Care Santos, Laura
Fernández “es a la vez gamberra y existencialista, bajo la piel de narra- El dinero los cumplía por él.
dora joven y desinhibida se esconde alguien con voz y estilo propios,
contundentes, y -lo más importante- con mucho que decir”.
Aixa de la Cruz
Connerland
Entre el arte y la ciencia
Fragmento de la nueva novela, aún sin publicar, de la escritora Laura Fernández.
La joven Aixa de la Cruz (Bilbao, 1988) se aupó a la Literatura a lomos
Jerry Dix se ha (GLUM) suicidado de la beca que la Fundación Antonio Gala le concedió en el año 2006 y
cuyo fruto maduro fue una novela titulada Cuando fuimos los mejores
(2007), finalista del premio Euskadi de Literatura. En 2009 urdió su se-
Las aerolíneas Timequake existían porque un niño llamado Reddy Dolden había gunda apuesta narrativa, De música ligera, (2010) pero también ha pro-
pasado demasiado tiempo jugando a Dirige Tu Propia Aerolínea, un videojuego de bado suerte en la dramaturgia con I don’t like mondays. Sus ficciones
estrategia del que sólo se habían vendido treinta y seis unidades en todo el mundo. se caracterizan por incluir asertos ensayísticos originados en la música,
Las otras nueve mil novecientas sesenta y cuatro se habían destruido impunemente, de la cultura popular y de las disciplinas científicas en construcciones
y su creador, un tipo llamado Jerry, Jerry Dix, que lo había perdido todo por culpa fragmentarias que asumen que “la posmodernidad no se puede entender
de aquel estúpido juego, se había (GLUM) suicidado. Pero nadie se había enterado. de una forma lineal”.
Sólo un niño, un niño llamado Reddy Dolden, que más tarde sería el propietario de
las aerolíneas Timequake (BIENVENIDO A TU CÁPSULA DEL TIEMPO, rezaba Aixa de la Cruz defiende como bandera que, a los autores de su gene-
su eslogan), la tercera compañía aérea del mundo, lloraría su muerte abrazado a su ración “nos toca diluir barreras entre arte y ciencia, y también intuyo
avión de peluche. que la ficción puede ser un arma muy efectiva a la hora de diseminar
entre la población los grandes avances en física y neurología que ya
116 117

comienzan a dar respuesta a muchas grandes incógnitas y que son, prin- Óscar se ha hecho famoso al demostrar una inquietante habilidad para predecir la
cipalmente, el mejor antibiótico contra la religión”. Y dice más: que “a muerte. Cuando pasa junto a un paciente en la recta final de la vida, entra y se acu-
veces me gusta pensar que escribir es mi manera de adoptar una postura rruca en la cama. (...) El doctor Dosa no tiene una explicación científica, pero su
política en el mundo, por ejemplo, y esto suena muy importante, pero hipótesis es que el gato es capaz de detectar algún tipo de compuesto orgánico produ-
otras muchas tengo la impresión de que montar novelas no es más que cido por las células del cuerpo humano cuando empiezan a morir.
una forma elaborada de hacer sudokus; que son un juego al que me he En lugar de ir directo a casa se empeña en desviarse por el parque y llega al puente
enganchado. En cualquier caso, resaltaría el componente adictivo del de Deusto resollando; le duelen los huesos como si galopara la gripe por sus tuétanos
tema y cómo el objetivo último es provocar una respuesta al otro lado, (la gripe A, piensa, como nos la imaginábamos en el 2009, una afección monstruosa,
la que sea, aunque últimamente pienso que si es incómoda, mejor”. ahora todas las gripes son gripe A, dicen, todas, así que también lo es ésta). Le viene
Fragmento de la nueva novela de Aixa de la Cruz a la memoria aquel otoño de telediarios apocalípticos, mascarillas blancas, ciudades
latinoamericanas desiertas. La enfermedad no ocupa el prime time muy a menudo;
“Se han cargado a una en tu calle”, le dice el frutero. “¿Oíste algo?” Jokin tiene
aunque es más común que las muertes violentas y los robos a viviendas, más común
jaqueca y por eso lo inspecciona achinando los ojos como los miopes cuando intentan
que nada. Ojala esta semana se pusiera de moda estar enfermo, piensa. (Qué mez-
leer carteles o matrículas de coche a cierta distancia. (Piensa en la jaqueca como
quindad, Jokin, ya te vale). Por sentirme un poco más acompañado.
algo tangible: una separación física entre las señales visuales y el dolor de cada
golpetazo de sangre a las sienes.) Y no, no oyó nada. Estaba limpiando el congelador
cuando llegaron policía, ambulancia, escándalo. Él a cuchillada limpia contra ice- Gonzalo Torné
bergs domésticos y guisantes petrificados; el ex marido de Daisy María (la tragedia
inscrita en el nombre) haciendo lo suyo contra el tórax de su vecina. Al bajar a hacer El tamaño de su ambición
las compras se ha detenido en la acera, buscando algún cerco de sangre, pero nada. La primera persona que apostó decididamente por él fue Ignacio Eche-
Compra manzanas, natillas y helado. Cocinar no es una opción. Los olores lo matan. varría, que ahora confirma que “entre los nuevos novelistas españoles,
En la puerta del metro, sin querer, totalmente sin querer y por torpeza (preguntarse si Gonzalo Torné destaca no solamente por el tamaño de su ambición,
alguna vez se hace algo del todo sin querer y del todo por torpeza) le pisa el tobillo sino también por los recursos que pone en juego para llevarla a puerto,
a un mendigo que babea tirado en el suelo. Este chilla y lo insulta. Los viandantes se resultado de la forma tan concienzuda en que ha asimilado el plural ma-
giran a mirarlos con disgusto, es decir, asco. gisterio de autores como Bellow, Naipaul, Oé; como Benet, Magrinyà,
Marías”.
El asco moral es una extensión del asco-emoción-básica cuyo objetivo es alejarse de
los propios excrementos. Tras coquetear con la traducción y los guiones, parece que Gonzalo
Torné (Barcelona, 1976) se ha decantado definitivamente por la novela,
Se pregunta si lo que ha resultado asqueroso para los viandantes es que haya pisado a tras la buena acogida lograda por Lo inhóspito (2007) e Hilos de san-
un mendigo o que simplemente lo haya tocado. Se pregunta si será cierta su intuición gre (2010), quizá porque la crítica, a pesar de afearle algunos defectos
de que los marginales, los enfermos y los negros inspiran la misma clase de repulsión. formales, no dejó de subrayar su ambición y la calidad de “una prosa
El punto en común es el olor. Los olores fuertes provocan rechazo: los mendigos hue- a veces deslumbrante, repleta de observaciones agudas, de ángulos de
len mal, los negros huelen a negro y los enfermos, a muerte. La conclusión la extrajo visión imprevistos, todo ello expuesto con una brillantez que se refleja
de un artículo sobre Óscar, “el gato que huele la muerte”: en los diálogos en que los personajes se expresan con una afilada inte-
Adoptado por un centro geriátrico en el Estado americano de Rhode Island, el gato ligencia y una capacidad analítica fuera de lo común”. El propio Torné
118 119

reconoce que para él las obras artísticas realmente valiosas son aque- Andrés Barba
llas que consiguen detener el tiempo, no acelerarlo, pues, como asegura Fidelidad a uno mismo
Azúa, las artes “nacieron para ser eternas, ahistóricas, atemporales; no
para ser la memoria del tiempo fotográfico, sino la memoria de lo nunca Los especialistas que han elegido a Andrés Barba (Madrid, 1975) han
sucedido, de lo perdurable y de lo originario”. En este sentido, cree que tenido en cuenta, nos dice Angel Basanta, presidente de la Asociación
en las “buenas novelas” encontramos siempre dos cualidades que ayu- de Críticos de España, su incuestionable presente y su futuro: “De los
dan a ralentizar “los efectos cómicos-devastadores del tiempo”: belleza narradores menores de cuarenta años, es el que tiene una obra mayor y
y sabiduría. Y se confiesa marcado por unas palabras de Julian Barnes más sólida, y además es el que más promete. Apostar por él es hacerlo
que marcaron durante semanas, porque decía “, que los escritores del por su presente pero también por su futuro, porque apunta a que va a ser
siglo XX se contentan con ser buenos en una cosa... Pero los grandes uno de los narradores más importantes del siglo que viene”
del XIX son buenos en todas direcciones: ¿por qué renunciar a algo?” Licenciado en Filología Hispánica, narrador, ensayista y guionista, Bar-
Divorcio en el aire ba es autor de una docena de libros que han sido traducidos al inglés,
al francés, al alemán, y al árabe. Su primera novela, El hueso que más
Fragmento de la próxima novela de Gonzalo Torné
duele fue ganadora del premio de Novela Ramón J. Sender en 1997 y la
“¡Abogados, administradores, gestores, notarios (palabras cuya raíz común es “sin- segunda, La hermana de Katia, fue finalista en el año 2001 del Herralde
vergüenza”), se alimentan de no solventar tus asuntos! Un “buen” dentista, uno que de Novela. Entre sus libros destacan también Versiones de Teresa, pre-
puede costearse una clínica en Vía Augusta, es el que tiene la barra de ocultarle a su mio Torrente Ballester y el ensayo La ceremonia del porno, coescrito
“paciente” (qué astucias las del idioma) que se le han podrido las raíces molares antes con Javier Montes y que obtuvo en 2007 el premio Anagrama. El narra-
que perderlo como “cliente”. Acudes a los especialistas pensando que te ayudarán en dor, que ha pasado largas temporadas en Italia y Argentina, está a punto
calidad de conocedores de su materia, y te reciben amañadores, tahúres, ilusionistas, de publicar Lista de desaparecidos (Editorial Siberia), con ilustraciones
vendedores de crecepelo, ventajistas, capitanes araña, fuleros disfrazadazos de ameri- de Pablo Angulo.
cana y corbata (¡y qué corbatas!): lo único que te suministran esos sujetos son filtros
A la hora de autorretratarse y definir algo parecido a una poética litera-
de esperanza, y amamos tanto nuestra esperanza que alimentamos sus cuentas con
ria, Andrés Barba apuesta por la honestidad, esto es, por “no alejarme ni
transfusiones de cifras enriquecidas de ceros para que certifiquen que nuestros asuntos
un milímetro de lo que considero que es cierto en el sentido más radical
crecen sanos y hermosos. Yo les pedía: “Profesionales, aconséjenme cómo recuperar
de la palabra, no alejarme ni por una cuestión estilística (o estetizante)
la buena dirección de los negocios, y si les queda tiempo resuciten a mi papá”, y ellos
ni por una cuestión moral, ser fiel a lo que creo comprender de la reali-
me escuchaban gritar: “¡Maestros de la ilusión, acortad mi agonía, ayudadme a des-
dad aunque no me guste ni a mí mismo”.
embarazarme cuanto antes de mi dinero!”. Tantos años en la escuela, en el instituto, en
la Universidad, en esos másters de pacotilla, y lo que de verdad me hubiese favorecido Relato inédito de Andrés Barba
es alguien que me enseñase a manejarme en el fluido turbulento de deseos, malestares Pronto comenzarán los ruidos de la calle. Sonará el despertador y ella se tendrá que
fisiológicos, ideas latosas y oleadas de impresiones sensoriales que me ahogarán un día marchar. Nada habrá cambiado. Pronto amanecerá de nuevo y cuando la veas salir
de estos: un profesor de realismo, eso sí que no tendría precio.” de la ducha volverás a hacerte el dormido para espiarla mientras se viste frente al
armario abierto. Divididas en secciones, como pequeñas deidades familiares, ella pa-
sará la mano sobre las faldas, elegirá una camisa, un jersey, y cuando se siente sobre
la cama para ponerse las medias tú fingirás que te desperezas un poco para volver a
120 121

sumergirte en el sueño. Sentirás una vez más que ella te mira con indiferencia, como La diversidad es la unidad en la actual
si ya estuviese pensando en otra cosa, en su vida sin ti, que comienza ahora, como to- literatura latinoamericana
dos los días, una mirada que es una infidelidad cotidiana. La que está allí vistiéndose
Los escritores latinoamericanos reunidos en la Feria de Guadalajara explican sus
es una doble del futuro, una impostora a la que serena dejarte ahí dormido. También
rutas y exploraciones literarias.
sus gestos te parecerán más vivos, igual que todos los días, y será ya como si escu-
charas una conversación que te elude (pero en la que ella participa) con los objetos Por Álvaro González
mismos de la casa, con los hombres del mundo, con sus amigas, con todas las cosas
que debe hacer en ese día y en las que ya está pensando. Cuando termine de vestirse
se acercará rápidamente hasta ti y te dará un beso. Sentirás entonces su perfume y la
frescura del baño. Y la frase de siempre: “Me marcho, es tardísimo”, su declaración La pluralidad de voces, la mezcla de razas y la hibridación de géne-
de intenciones. ros son algunas características de la actual literatura de los 20 países
que conforman América Latina. El retrato literario, si existiera, sería
la diversidad y en el deseo de contar el mundo y contenerlo desde los
micromundos que sus autores describen. Así ha quedado reflejado en la
sesión Latinoamérica viva, de la Feria Internacional del Libro de Gua-
dalajar que termina hoy.
A esa aspiración de una foto fija, que aquí es mosaico, se suma el hecho
de que en muchos de los autores nacidos en las décadas de los setenta y
ochenta aún existe una relación ambivalente con los grandes escritores
del Boom latinoamericano. Algunos se debaten entre matarlo, mientras
otros prefieren tenerlo en la mesa de noche. “Con los escritores de mi
generación sucede un fenómeno particular, o tienen un respeto absolu-
to o de rechazo total con la tradición. La relación con nuestros padres
literarios es un poco neurótica”, reconoce Valeria Luiselli (Ciudad de
México, 1983), autora de Los ingrávidos y La historia de mis dientes.
La tarea de definir o de situar la literatura de la región es un trabajo
complejo, una tarea casi imposible. La cantidad de autores, el número
de países, la diversidad de géneros, la migración, internet, hacen que el
mapa literario sea inabarcable. Siete autores menores de cuarenta años
dan algunas pistas y se animan a tomar el pulso de lo que se escribe
actualmente.
Quizás estoy haciendo una simplificación, pero hay un tema recurrente
en estos autores: la familia disfuncional, las relaciones de pareja y la
vida cotidiana, dice Iparraguirre
122 123

“Siempre destaco el caso de Carlos Yushimito porque representa lo que “La pregunta ¿desde dónde estoy escribiendo? recorre todos estos rela-
es ser un escritor latinoamericano en la actualidad. Es peruano de as- tos. Los términos como fronterizo o glocal podrían ayudar a la hora de
cendencia japonesa que escribe sobre las favelas brasileñas desde Es- entender a estos autores”, dice el escritor y editor chileno.
tados Unidos. Yo, por el contrario, soy un escritor limeño que escribe La migración, la identidad, la movilidad no son temas recientes, sino
en Lima sobre limeños no reniego que formamos parte de una tradición realidades que ya experimentaron los autores del Boom. “Uno de los
extraordinaria formada por Roberto Bolaño, Vargas Llosa y muchos grandes escritores de Chile es José Donoso. Donoso vivió muchos años
más”, dice Jeremías Gamboa (Lima, 1975). fuera de Chile. Y el Boom... ¿cuántos de ellos vivieron fuera de sus
Para una generación que considera el Boom como un asunto más de los países? Y no sólo eso: ¿cuántos de esos escribieron sobre temas, tradi-
libros de historia y cuyos estilos narrativos no están atados a nombres ciones o temáticas que no eran las que generalmente se asocian con sus
particulares, ni a temáticas nacionales, cada uno reivindica su propia países? Volviendo a Donoso, sin ir más lejos, sus primeros relatos están
producción, en muchos casos a través de un universo intimista. escritos en inglés, con una prosa más pensada en español. Más fronteri-
Por eso, a la hora de establecer un canon se recurre a encuentros como zo que eso no creo que exista”, opina Díaz Oliva.
Bogotá 39, a las listas de la revista Granta o a las antologías. La edito- Con el concepto de literatura nacional superado, para muchos, como
rial peruana Casa tomada publicó en 2009 Asamblea portátil, un libro para el boliviano Rodrigo Hasbún (Cochabamba, 1981), todavía es po-
que reunió el trabajo de 25 escritores nacidos entre 1974 y 1987 y que sible pensar en tradiciones literarias regionales. “En mi caso, puedo ser
establece unas coordenadas más o menos precisas que pueden dar una un escritor cochabambino, boliviano y latinoamericano, dependiendo
visión aproximada sobre la narrativa latinoamericana contemporánea. desde dónde se mire. Son territorios imaginarios que se superponen y
“Los autores más recientes utilizan un sampling que los libera de la en los que seguramente aparecería ocupando y defendiendo distintas
carga social impuesta a sus antecesores para crear un panorama más posiciones”.
diverso”, se afirma en el texto de introducción. El caso brasileño merece un análisis aparte. Durante una de las char-
“Quizás estoy haciendo una simplificación, pero hay un tema recurrente las del foro Latinoamérica Viva que organiza la FIL, Guadalupe Nettel
en estos autores: la familia disfuncional, las relaciones de pareja y la afirmó que percibía un mayor compromiso político en los escritores
vida cotidiana”, asegura el peruano Alexis Iparaguirre (Lima, 1974). brasileños que en los mexicanos.
Antonio Díaz Oliva (Chile, 1985), quien cursa una maestría en la Uni- “Yo no puedo hablar mucho de Brasil porque no lo conozco. Es evi-
versidad de Nueva York, coordina el proyecto 20/40 una antología de dente que en países como Chile existe un gran número de autores com-
eBooks de autores latinoamericanos que viven en Estados Unidos que prometidos políticamente y lo mismo sucede en México”, dice Valeria
se presentó hace un par de meses en la Universidad de Cornell. Cuando Luiselli.
termine el proyecto se habrán editado cinco libros digitales con relatos El brasileño Ricardo Lísias (Brasil) valida esta tendencia. “Yo escribo
de cuatro autores cada uno. En la FIL de Guadalajara presentará el se- para enfrentar los conflictos de mi país. Tenemos problemas internos
gundo volumen. muy grandes que la gente de afuera no sabe que existen”.
La pregunta ¿desde dónde estoy escribiendo? recorre todos estos rela- La mayoría de los autores reivindica la libertad de creación y no sue-
tos. Los términos como fronterizo o glocal podrían ayudar a la hora de le tener ataduras sociales o históricas respecto a sus padres y abuelos
entender a estos autores, dice Díaz literarios. “Cuando uno se convierte en un predicador de principios y
124 125

se casa con una forma literaria la libertad para explorar se acaba”, dice Sobre el culturalismo neoconservador y
Luiselli. “Hay muchos autores que tienen tienen la obsesión de ocu- los gobiernos de izquierda en América Latina
par lugares de autores clásicos. Quieren ser el próximo Carlos Fuentes,
Por Magdalena Lopez
pero lo que nos salvará como escritores es tener una relación más libre
y menos respetuosa con la tradición”.
En eso está de acuerdo Emilia Fraia (Brasil, 1982) autor de El verano del
chivo (Alfaguara). “Autores como Valeria (y otros más) han empezado
a inventar cosas nuevas porque el mundo no nos resulta suficiente”. Je-
remías afirma que su generación tiene nuevas tareas y retos. “Retratar el En su último libro Latinomericanism after 9/11, John Beverley destaca
universo doméstico, hablar de la la intimidad, incorporar las relaciones la existencia de un giro neoconservador en la literatura y en la crítica
familiares y sociales, indagar en el hombre y la mujer común”. cultural latinoamericana reciente. Beverley identifica este giro con una
larga tradición intelectual cuyo representante más emblemático es el
Otros, como Juan Álvarez (Colombia, 1978), prefiere quitarle romanti- uruguayo José Enrique Rodó. Como se recordará, en el Ariel (1900) se
cismo al tema. “Mi principal preocupación narrativa hoy es conseguir proponía una identidad latinoamericana superior a la estadounidense
dinero”. por su apego a una alta cultura letrada que era antinómica del plebe-
yismo de la democracia de aquel país. Rodó escribía desde un contexto
internacional en que los Estados Unidos emergía como una potencia
crudamente amenazadora. De allí que, a pesar del elitismo de su discur-
so, su propuesta haya sido reactualizada constantemente por su carácter
antiimperialista. Simpatizante de lo que él llama la “marea rosada” —la
llegada al poder de la izquierda en países como Venezuela, Argentina,
Ecuador, Brasil, Bolivia, Nicaragua y El Salvador—, Beverley refiere a
ciertos intelectuales de la izquierda latinoamericana como “neoarielis-
tas”. Se trata de una categoría que le sirve para designar a aquellos que,
esgrimiendo una defensa de la ciudad letrada latinoamericana frente a
la academia estadounidense, son críticos de los gobiernos “rosados”.
Desde luego, la propuesta de Beverley es polémica. Entre otras razones
porque en el gesto de “neoarielizar” a varios intelectuales reproduce las
asimétricas relaciones de prestigio cultural entre América Latina y los
Estados Unidos. No es materia de este artículo sin embargo, profundi-
zar en su argumento, sino darle una vuelta de tuerca porque se consi-
dera que, efectivamente, a raíz de los actuales gobiernos de izquierda
ha emergido un conservadurismo tendiente a concebir la cultura y la
política en términos exclusivistas o restrictivos. Lo paradójico, sin em-
bargo, es que este giro neoconservador no es sólo un fenómeno externo
126 127

o antagónico a la “marea rosada”, sino que también es propio de ella. modelos de resistencia a través del ejercicio de una literatura cuyo valor
En términos políticos basta pensar en el rechazo a la despenalización radica en ser restrictiva.
del aborto en el Ecuador, la homofobia del discurso oficial venezolano o Piénsese ahora en el contexto politizado del Premio Rómulo Gallegos
el fortalecimiento de la jerarquía católica en Nicaragua. La imposición de este año: la mayoría de escritores venezolanos de la oposición no se
estatal de un desarrollismo que atenta contra la autonomía de los territo- presentó al concurso como forma de protesta, no hubo ningún intelec-
rios indígenas en Ecuador y Bolivia, o el fustigamiento de los sindicatos tual opositor entre los miembros del jurado y, durante el oficial acto de
independientes en Venezuela, resultan claros ejemplos de un cambio premiación, el presidente venezolano Nicolás Maduro calificó a Puerto
gubernamental que busca cerrarle el paso a aquellos grupos subalternos Rico como una oportunidad pendiente de lo que Cuba sí había logrado
con los que estos gobiernos se alimentaron inicialmente. realizar. Tomando en consideración todo estos elementos, ¿cómo ex-
En términos culturales es posible identificar un fenómeno análogo. En plicar que la novela premiada comparta el “anti-populismo literario”
lo que sigue me detendré en un ejemplo específico. En una entrevista de una Yolanda Pantin? La respuesta es la misma que explica la con-
reciente, la escritora venezolana Yolanda Pantin nos informa que en los tinua reactualización del arielismo: su antiimperialismo. Si en el caso
últimos diez años ella ha pasado de ejercer una combativa resistencia de la poeta venezolana, lo que se rechaza es una multitud vinculada al
opositora a un recogimiento interior ajeno al espacio público que iden- chavismo, en el caso de Lalo esa multitud está asociada a una cultura
tifica con el chavismo. La escritora concluye: “la reacción radical ante popular y de masas “norteamericanizada”. En uno y otro caso asistimos
el populismo literario es la poesía cerrada”. No es difícil reconocer la claramente a ese giro neoconservador que señala Beverley en el que se
misma postura defensiva que Rodó esgrimía contra la vulgaridad del apela por una visión elitista. Que el discurso cultural afín al chavismo
mundo exterior; una vulgaridad que ponía la “primacía del número” tenga una perspectiva excluyente nos lleva a una paradoja largamente
sobre la calidad. Frente a lo que se lee como la mediocridad imperante, repetida: el antimperialismo no necesariamente implica una posición
tanto Rodó como Pantin acuden a la escritura como un ámbito virtuoso, anticlasista o democratizadora.
cerrado y ajeno a las multitudes. Al abogar por una poesía incontami-
nada —antitética de la literatura de los chavistas— la poeta repite el
gesto del uruguayo de reafirmarse mediante la exclusión. La propuesta
de Pantin ejemplifica pues, el “neoarielismo” del que habla Beverley.
Desplacémonos hacia el otro lado del espectro político venezolano.
Bajo el habitual auspicio oficial, este año el Premio Internacional “Ró-
mulo Gallegos” fue otorgado a la novela Simone, del puertorriqueño
Eduardo Lalo. La obra apuesta por una relegitimación de la figura del
intelectual como defensor de los valores de la alta cultura en un con-
texto de mediocridad imperante. Se trata de una mediocridad asociada
a la cultura de masas de la actual hegemonía estadounidense. El prota-
gonista de la novela resulta un intelectual que decide permanecer aisla-
do de la multitud para dedicarse a una escritura “auténtica” que nunca
será leída o comprendida por la mayoría de sus contemporáneos. Tanto
Pantin como el protagonista de Simone se conciben a sí mismos como
128 129

Eduardo Halfon confiesa reescribir vez tras vez, Entrevista al escritor guatemalteco Eduardo Halfon
redescubriéndose, sus mundos, sus fantasmas. Considerado una de las voces más originales y genuinas de la literatura
latinoamericana actual, Eduardo Halfon publicó sus primeros libros en
2003; su tercer libro, El ángel literario (Anagrama 2004), fue semifina-
lista del Premio Herralde y lo colocó definitivamente en el panorama
literario hispanoamericano. Unos años más tarde, en 2007, el Hay Fes-
tival de Bogotá –que reunió a los más destacados narradores del conti-
nente menores de 39 años–, terminó por confirmarlo como uno de los
“hijos del mestizaje cultural”, un cosmopolita “por herencia y vocación
Sus historias familiares, sus miedos, sus rebeldías en cada uno de sus libros. Consi- global” como lo afirmara con entusiasmo Winston Manrique Sabogal
gue así, revisitando sus experiencias de vida y confrontándolas (podría decirse que en El País.
amalgamándolas) con las múltiples resonancias de sus raíces una de las obras narra-
tivas más originales en el actual panorama de las letras latinoamericanas. En esta ocasión, a diferencia de otros autores nuestro invitado nos ofre-
ce un ejercicio y una invitación a recorrer un mosaico elaborado a partir
de fragmentos de entrevistas publicadas anteriormente que, unidas, van
La crítica internacional destaca de Halfon el constante juego de con- componiendo una singular imagen de su proceso de escritura, su narra-
trapunteo entre su universo vital, lo transcultural y la literatura como tiva y el proyecto literario en el que continúa trabajando.
protagonistas de lo narrativo que iniciara en su libro El ángel literario. …un escritor entre las orillas, un escritor dislocado…
Resalta también el poderoso mundo de reflexión entre modernidad e
historia, pertenencia y desarraigo, intimismo y cosmopolitismo de sus
breves novelas. Una búsqueda incesante en sus raíces judía, árabe y Cuando apenas empezaba a escribir, a aprender el oficio literario, tuve
centroamericana, en las pérdidas y ganancias del exilio, en la postu- un sueño. Recuerdo que me desperté sobresaltado, y entendí que había
ra rebelde de no dejarse aplastar por las redes temáticas, estilísticas y sido un sueño importante, y de inmediato entonces, antes de perderlo
puntos de vista usualmente cerrados en lo nacional que han delimitado en la vigilia, lo anoté en un pequeño cuaderno que mantenía en la mesa
el alcance de las letras guatemaltecas en los últimos años, o en la curio- de noche, y que aún conservo. Dice así: “Madrugada del 31 de octubre
sidad de hurgar como un orfebre en las múltiples posibilidades expre- del 2001. Son las cinco de la mañana, y me desperté angustiado. Re-
sivas del español, que tiene mucho que ver con su salida de Guatemala cuerdo únicamente partes del sueño. Estaba escribiendo y leyendo un
siendo un niño, con su regreso años después, casi olvidado el español, texto desordenado, incomprensible, en donde cada capítulo (¿cuento,
y con el curioso hecho de que, como afirma en una de sus entrevistas fragmento?) contenía la semilla del próximo. Ya más despierto, se me
“puede decirse que redescubrí mi idioma natal escribiendo, cuando a ocurre una posible estructura literaria: la matryoshka. Muñecas dentro
los 28 años decidí hacerme escritor”. de muñecas dentro de muñecas. Ir creciéndola hacia afuera, para que
el lector la lea hacia dentro. O al revés. Una sola novela fragmentada,
escrita poco a poco, por entregas, y unida por la referencia a una estruc-
tura externa que explica su sistema, su sentido. Ansioso, entusiasmado,
ya no pude dormir.” Empecé a escribir mi proyecto literario, entonces,
130 131

casi sin darme cuenta de la importancia de aquel sueño, por ratos casi dos Unidos, o Sebald en Inglaterra. Yo más bien soy un apátrida. No
olvidándolo, hace ya más de diez años, y hace ya más de diez libros, y siento ningún patriotismo, ninguna lealtad. Quizás por eso mi literatura
aún no he llegado al centro de la matryoshka. viaja por todos lados. Quizás estoy buscando en mis viajes un lugar
idílico donde finalmente quiera quedarme, echar raíces, envejecer. O
quizás estoy buscando hacer del mundo entero mi única patria.
¿Quién es Eduardo Halfon?
Has residido en Estados Unidos, en Guatemala, en España… ¿Dónde
Soy un extranjero permanente y eso se nota en mi obra. te sientes más cómodo? ¿La multiplicidad de patrias es un privilegio o
¿Cuáles son sus orígenes? acaba implicando una ausencia de la misma?
Tengo abuelos egipcios, libaneses y sirios y son judíos de allí; de mu- No me siento cómodo en ninguna parte, pero puedo estar en cualquiera.
chas palabras debo preguntar si su origen es judío o árabe, me ocurre lo No sé por qué me he sentido siempre como un extranjero, esté don-
mismo con la comida… de esté. Quizás surge de algo íntimo, de una insatisfacción personal.
Quizás es algo que aprendí de mis cuatro abuelos. Quizás desde niño,
¿Qué tan grandes son las diferencias entre usted, la persona real, y el desde el día que cumplí 10 años y huimos con mi familia de Guatemala
Eduardo Halfon protagonista de sus narraciones? a Estados Unidos, fui educado así. Quizás forma parte de mi herencia.
Bastante grandes. El Eduardo Halfon literario es más impulsivo. Fuma, Es un privilegio, lo sé, poder moverme por el mundo más o menos a mi
viaja por doquier, y se encuentra en una búsqueda constante. Contrario antojo. Pero también es un lastre, una ausencia que siempre viaja con-
a él, yo soy más racional, cauteloso y cobarde. El literario, además, ha- migo. No tengo casa. No he echado raíces en ningún pedazo de tierra.
bla sin tapujos. Yo podría haber nombrado a mi narrador Arturo Belano Es decir, necesito estar en esa diáspora permanente, en ese movimiento
o Emilio Renzi, tal como lo hicieron con los suyos Roberto Bolaño o perpetuo, pero al mismo tiempo añoro quedarme. Hay dos fuerzas si-
Ricardo Piglia. Pero he querido desdibujar, hasta donde es posible, la multáneas en mí: una que me empuja a moverme, y otra que me hace
diferencia entre ficción y realidad. Tal vez también para desubicar a los desear no moverme, echar raíces, sembrar un roble, hacer pequeñas ra-
lectores. yas en la pared para marcar el crecimiento de un hijo o un nieto.
¿En qué sentido? ¿Qué relevancia adquieren la lengua y la infancia en su obra?
El lector compra una novela, pero olvida este detalle y empieza a creer El día después de cumplir diez años me partí en dos. Era agosto del 81.
que la historia es real, como un niño que no duda de lo que se le cuenta. Guatemala era un caos. Recuerdo tiroteos, disparos sueltos, combates
Eso me gusta. en las calles y barrancos y hasta uno enfrente de mi colegio, con todos
los alumnos recluidos dentro. Recuerdo al nuevo guardia de seguridad
Usted se presenta como un escritor dislocado, un escritor a las afueras,
que llegaba a la casa en las noches y se sentaba al lado de la puerta
sin nacionalidad concreta. ¿Se podría decir que usted pertenece a la
principal envuelto en un poncho, con una enorme escopeta sobre el
misma tradición de Nabokov y Sebald?
regazo y un tibio termo de café en las manos. Recuerdo el sonido de las
palabras de mi papá no tanto las palabras sino el sonido que hacían, al
Hay escritores con una patria natal, y estén donde estén la llevan con anunciarnos que saldríamos del país. Yo estaba en la orilla de mi cama,
ellos. Hay escritores con una patria adoptiva, como Nabokov en Esta- recién bañado, con el pantalón del pijama aún en las manos. Tardé en
comprender aquellas palabras. Tardé en terminar de vestirme. El día
132 133

después de mi décimo cumpleaños, entonces, salimos huyendo con mis mis abuelos. O sea, no el judaísmo como religión, sino como identidad,
papás y hermanos hacia Estados Unidos, y yo me partí en dos. Mi len- como orígenes, como historias de desembarcos y éxodos y diáspora y
guaje se partió en dos. Mi memoria se partió en dos. Un pedazo de mi sobrevivencia.
memoria, el primero, el más diáfano y liviano, se quedó suspendido …el proceso creativo y un proyecto literario en constante formación…
en la Guatemala de los años setenta. Supongo que este libro [Mañana
nunca lo hablamos] es mi manera de volver en el tiempo, y buscarlo. Todas sus ficciones están amasadas en la realidad. ¿Por qué recurrir
a ello?
Mis referentes son más norteamericanos, me gusta Faulkner, Poe, Joy-
ce, pero sólo escribo en castellano: tengo un diccionario a la par, aun- El arranque es muy próximo a mí, el autor siempre tiene mi identidad,
que me pasa cada vez menos tener que consultarlo. suele llamarse Eduardo… Soy y no soy a la vez […] El peso del ju-
daísmo también es una constante vital. Lo tengo más como cultura que
Mi infancia fue en español y mis libros siempre van a la infancia”, como religión; me interesa mucho más como fuente de historias; nece-
admite. Toda su obra es “un retroceso narrativo a mis orígenes y un sito estar lo más lejos posible de él para verlo con objetividad, aunque
acercamiento a la intolerancia religiosa y cultural […] También está el eso implica el rechazo de mi familia.
tema de la salvación y la palabra como poder de salvación, y cuántas
mentiras estamos dispuestos a contar o a escuchar para salvarnos. Usted se relaciona en particular con la tradición norteamericana y, en
concreto, con el relato norteamericano, sin embargo si pensamos en
Soy yo el que se siente desarraigado. Lo traigo de fábrica. Me fui de autores como Nabokov, J. Roth o J. Brodsky observamos que la tradi-
Guatemala cuando era pequeño, y eso hizo que no solo me quedara sin ción norteamericana a la que usted se refiere es una tradición creada
tierra sino también sin lenguaje, ya que el inglés reemplazó al español. desde fuera.
Para mí el desarraigo es un estado normal, no siento desasosiego en
ello. Cuando encuentro a personas con el mismo dilema me siento atraí- Sí, es muy interesante este aspecto. Nabokov es otro autor esencial para
do, y me acerco a ellos a través de la literatura. mí y de hecho le dedico uno de los capítulos en El angel literario; para
mí, Nabokov es uno de los principales referentes de la literatura nortea-
Descifrarme, sí, pero como hombre y no como autor. Yo no puedo ha- mericana, no siendo norteamericano. Él consigue camuflarse, hacerse
blar del hombre con mayúsculas. No sé qué es ese concepto de modo pasar como un norteamericano más y, lo que es más difícil, conquista
universal. Solo soy capaz de acercarme a un individuo: a un niño que una excelencia lingüística en inglés muy superior a autores norteameri-
se salvó del holocausto, a un pianista serbio… Y así pretendo llegar a la canos de nacimiento. Mi admiración por Nabokov y por muchos otros
condición humana a través de un solo hombre. Es un proceso inductivo. autores, como de Hermann Hesse a Ricardo Piglia, admiración que ex-
En muchos puntos de Monasterio [Libros del Asteroide 2014] asoma plícito en El arte literario, demuestra que, como ya hemos dicho, en
la idea de “ser” judío como algo más allá de profesar la religión, del verdad yo no me relaciono con ninguna tradición en concreto, sino con
“judaísmo no como religión sino como genética”, como un tema de muchas. Sentirse unido o cómplice de la tradición norteamericana im-
peso en Monasterio. ¿Hay una búsqueda de la identidad como alguien plica, al fin y al cabo, sentirse cómplice de muchas tradiciones literarias.
de ascendencia judía pero que no practica la religión? La literatura se convierte así en un crisol, en un conjunto de literaturas.
El judaísmo sólo me interesa como literatura. Es decir, el judaísmo Usted definió la literatura regreso como un regreso a la infancia, un re-
como historias. Hay en mi obra un constante acercamiento a lo que sig- greso que sólo podía realizar escribiendo en castellano y no en inglés,
nifica ser un judío, pero visto siempre hacia atrás, hacia las historias de que es la lengua que más domina.
134 135

La idea de que sólo el castellano me permite recuperar mi infancia es con el paso del tiempo, y que se convierten en parte esencial de nuestra
una idea muy bonita, no sé si es cierta, pero me gustaría pensar que sí. memoria, de nuestra realidad. Asimismo, existen elementos de la lite-
Creo que no se trata solamente de mí, sino que el escritor en general ratura que sólo pueden surgir de la memoria. El escritor trabaja con la
quiere volver a la infancia: todos nosotros queremos regresar a través del memoria como un escultor con la arcilla, hasta que de esa arcilla surge
acto creativo a esos primeros momentos, a esas primeras relaciones, a ese lo literario.
mundo acristalado que es la infancia y del que somos expulsados. Escribo En Brasil se discute sobre este espacio cada vez mayor en la literatura
para saber quién soy, pero no puedo saber quién soy yo ahora sin saber contemporánea: la auto-ficción. ¿Cómo evalúa esta estrategia narrati-
quién fui yo de niño: la relación con mis padres, con mis hermanos, con va? ¿En qué sentido se poner en la prosa de ficción es una caracterís-
mi país, todo esto dice, me dice, quién soy yo ahora; todo está codificado tica especial de su literatura?
en la infancia y en el intento de descodificar vuelvo una y otra vez, en la
mayoría de mis novelas y de forma explícita, a la infancia, un periodo que Sé que siempre empiezo a escribir desde mí mismo, viéndome y descri-
se escribe en castellano, la primera lengua, la lengua con la que crecí en biéndome en el espejo, pero esa imagen de mí mismo me es insuficiente
casa. El castellano es mi lengua materna, la primera que escuché y que para decir lo que quiero decir, para generar en el lector las emociones
aprendí, y creo que es mi relación con el castellano, cómo esta lengua se que quiero generar. No sé por qué escribo así, partiendo siempre de mí
enmarca en mi biografía y en mi infancia, lo que explica porque escribo mismo pero necesitando la ficción. Quizás lo autobiográfico implica
en castellano y no en inglés, aun viviendo en Estados Unidos y teniendo verosimilitud, y luego la ficción es lo único que permite la posibilidad
un dominio mayor en inglés, pues yo pienso en inglés. de volar juntos, autor y lector, hacia una especie de éxtasis de la verdad.
Quizás el proceso literario siempre es inductivo, y toda ficción está ci-
En sus historias usted se pone como un personaje, ¿qué tipo de posi- mentada en lo autobiográfico, aunque no lo parezca. Quizás siempre ha
bilidades narrativas surgen mediante presentarse en la historia? ¿Son sido así. Madame Bovary, decía Flaubert, soy yo.
cuentos que empiezan en la biografía y llegan a la ficción?
Más que de literatura del yo, hablaría en términos de diálogo que es-
Sí, en mi obra, la línea que separa autor y narrador es muy tenue. O tableces contigo mismo: el Eduardo Halfon sobre el terreno frente al
digamos que apenas existe, o que no existe. Son uno solo. Somos uno Eduardo Halfon que regurgita el recuerdo y reflexiona al respecto. ¿Sa-
solo. Esto, claro, exige absoluta transparencia de mi parte al escribir. Y les de la redacción del libro con alguna duda resuelta?
no transparencia de los hechos, que poco o nada me importan, sino de
verdades, de intimidad con la página y con el lector. Supongo que esta Digamos que el proceso de escritura, en mi caso, es poner en palabras
intimidad es mi manera de invitar al lector a entrar en mi universo, a algunas dudas que ya intuía, que estaban ahí nomás, al alcance, pero
confiar plenamente en mí, a tomar mi mano y permitirme guiarlo hacia apenas discernibles entre tanta bruma. Supongo que escribir literatura
una historia que de pronto necesita de la ficción, y deja entonces de ser me ayuda a vislumbrar esas dudas, a arrojarles un poco de luz mientras
meramente biográfica, y deja de ser mía, y se vuelve de todos. escribo, pero jamás a resolverlas. Y es que la literatura no es una resolu-
ción sino una corazonada, un sutil perfume en el aire, una palabra en la
La memoria tiene un papel central en un libro como El boxeador pola- punta de la lengua. Cabe mencionar que en el momento que termino de
co. Es la memoria la herramienta principal de la literatura? escribir, que cierro el cuento o la novela, vuelve a cegarme esa bruma, y
Hay una relación íntima entre ficción y memoria. Una relación casi entonces también vuelvo a perder cualquier noción de tantas dudas que
recíproca. Existen elementos de la memoria que son necesariamente li- están ante mí. Pero a lo mejor algunas quedaron escritas. Y el único que
terarios o ficticios, es decir, elementos que vamos inventando y creando ahora puede resolverla es, quizás, el lector.
136 137

Otro aspecto que se destaca en su literatura es el metalenguaje: la cita ¿Y cómo guatemalteco?


a otros libros o autores; ¿que revela este juego literario? ¿En algún Mi relación con Guatemala es compleja. Soy guatemalteco. Mi familia
momento fue una preocupación parecer ser un “escritor que escribe vive en Guatemala y viajo frecuentemente a Guatemala. Sin embargo,
para otros escritores”? nunca me he sentido guatemalteco. En todo caso, la pregunta por la
Precisamente en este libro, el juego literario de citar e involucrar a otros identidad en un país en el que el sesenta por ciento de la población es
autores es un juego importante. Primero porque el narrador es escritor y indígena —y no esté representada ni en el gobierno ni en las institucio-
catedrático de literatura, y ése es su mundo, digamos, ése es su oficio y nes— es una difícil de responder.
su lenguaje o su metalenguaje. Pero es aún más importante porque, en Centroamérica es una región muy pequeña conformada por países po-
el fondo, éste es un libro sobre el poder y la impotencia de la literatura bres y muy analfabetos. Y a pesar de ello hay una rica tradición literaria,
misma, sobre el poder y la impotencia de la palabra escrita. O sea, la especialmente en Nicaragua con sus poetas y en Guatemala con sus
palabra escrita que puede elevarnos y salvarnos, y la palabra escrita que cuentistas. Sin embargo, no hay comunicación entre los países. Vis-
jamás será suficiente para decir lo que tenemos que decir. Y es que este to desde fuera puedes pensar que es una región cuyos países pueden
libro, como todo libro, también es un viaje. Un viaje que empieza den- agruparse en términos literarios, pero la realidad es que no tenemos
tro del aula, dentro de la literatura y el metalenguaje, pero que culmina demasiada idea de lo que hace el vecino. Por eso no existe la literatura
en la vida misma: en una plaza de canarios, en una mazmorra, en un bar centroamericana como conjunto.
escocés, en una caravana de gitanos, en el vestidor equivocado de un
club privado de golf. ¿Considera que hay un buen diálogo en la literatura latinoamericana?
Antes de este sello, Otra Língua, nosotros no teníamos acceso a un
…los mundos que habita y que imagina… montón de autores de idioma español; cree que Brasil es relativamente
Su concepto de la literatura como zambullida en los mundos internos de ajeno a los mercados editoriales de los países vecinos?
cada ser humano es evidente en la saga novelada que ha ido escribiendo: No podría decir qué sucede adentro del mercado editorial brasileño.
“es una vuelta hacia mí, hacia mis identidades, es tratar de darle sentido Pero tampoco podría decir qué sucede adentro del mercado editorial
a este conjunto humano que soy”, asegura, consciente de la necesidad argentino, o colombiano, o mexicano, o nicaragüense. Y es que aún pre-
de entenderse hurgando en sus raíces judías y árabes, en las pérdidas valece una profunda descomunicación editorial y literaria entre nuestros
y ganancias del exilio, en la postura rebelde de no formar parte de la países, y una colección como Otra Língua, entonces, es algo hermoso
complicidad social con la que en Guatemala la gente asume la violencia. e imperial, que intenta acercarnos. El fenómeno latinoamericano sigue
Hay mucha violencia en mi obra, pero otra. Esa Guatemala violenta no siendo una paradoja. Tanto nos une como latinoamericanos, pero tanto
me interesa, e incluso cuando escribo de ella, lo que me ocupa es la rup- aun nos separa.
tura que provoca, el hilo que conduce de un estado violento a otro, de
cómo la violencia genera un comportamiento violento, el lado pequeño
pero más terrible de las cosas.
¿Se considera usted un escritor guatemalteco?
A mí se me dificulta incluso pensarme como escritor. Al fin y al cabo no
fui formado para serlo. A la literatura llegué bastante tarde, y por accidente.
138 139

Sexo, fracasos y pop: 9 escritores jóvenes ESTAMOS REALIZANDO OBRAS EN EL EXTERIOR. NO UTILIZAR ESTA
que deberías leer PUERTA EXCEPTO EN CASO DE EMERGENCIA

Por Luna Miguel


Madurar
era esto:
no caer al suelo, chocar contra el suelo, contemplar el pudrirse de la piel

Ojo: no celebramos el Día de la Poesía en vano. Siempre hay motivos igual que un fruto antiguo.
para celebrar un fenómeno creativo, joven y global como es la poesía en Colchón justo para los dos; años que chocan la lengua contra los dientes una y otra
nuestro presente. No celebramos el 21 de marzo porque sí: lo hacemos vez que se tambalean en la boca
porque debemos.
años
Por eso compartimos 10 poemas de 10 autores muy jóvenes dispuestos
del sentido incorrecto.
a protagonizar nuestras bibliotecas y nuestras conciencias. Autores que
presentan sus nuevas obras, o que publican las primeras. Algunos han Con tres hilos de cabeza he tejido mi tiempo:
dado el salto a grandes editoriales, otros optan por la edición indepen- piensa en vosotros a mi edad, piensa en tres hilos de cabeza, qué te falta, qué te que-
diente, y otros incluso prefieren lanzarse al mundo en versión digital. da; piensa en tres hilos. Quizá
¿Por qué no? Aquí nuestras 10 recomendaciones:
eso, madurar:
quizá Ulises boca abajo, quizá la orilla boca arriba,
1. Elena Medel (Córdoba, 1985) es la cabeza indiscutible de una nue-
va generación de escritores en España. Lleva publicando desde 2001 y eso que queréis me esperará diez años. Pensad en diez caídas; pensad en
ahora ha vuelto a la escena gracias a Chatterton, merecedor del XXVI diez hilos de cabeza. ¿Aquello? ¿La madurez? ¿Márchate, olor a lavavajillas, déjame
Premio Fundación Loewe a la Creación Joven. Su poesía es dura y di- con mi sueño?
recta. Con un estilo muy narrativo, Elena nos entrega un diario cuyos
¿O quizá en la boca uvas para el postre del color
versos podrían resumir el sentir generacional. “Te estoy hablando del
fracaso”, termina diciendo. Pero reconocer eso, reconocerse así y de- de la rodilla que cae al suelo,
nunciarlo, ya es un triunfo.
de la rodilla que choca contra el suelo? Me tambaleo. Y era yo el zumo en la gargan-
ta, y era yo el frío, era yo
las uñas y el estómago, quién era yo en mis años
con tres, en mi tiempo con diez hilos de cabeza. Hasta mi habitación
por la escalera de incendios un hombre
140 141

y su sentido contrario. Diez hilos de cabeza, veinte hilos de su pecho atados a mi Pronto comencé a resguardarme
pecho,
en las cómodas butacas de la multisala.
juro que amé
Poco me importaron las películas en cartel.
los golpes de sus piernas. Digo que
Tan sólo aquel chorro de aire artificial
madurar era esto: que no pude negarme, digo que mis tres hilos de nada entre los
que proyectaban sobre mi cuerpo
dedos, y juré chocar y el suelo
conseguía emocionarme.
lo juré. Pensé al suelo la caída
y el choque contra el suelo. Pensé el aliento pensé dije
3. Lola Nieto (Barcelona, 1985) acaba de publicar Alambres en la co-
tres hilos de cabeza: tambaleo.
lección Púlsar de Kriller71ediciones. Es un libro desnudo, intenso, en-
Pensé en mi edad y pensé en vosotros y pensé fermo y también medicinal. Lola Nieto ha aterrizado en el panorama
que nadie me avisó de madurar así, junto a la vida y el frío en el cajón
con una voz original, en la línea de la maestra Chantal Maillard, y con
ella la naturaleza y el cuerpo se unen en una sola palabra para desper-
de la fruta que se pudre. tarnos.
Dicen que si a una planta se le suministra una cantidad pequeña de sal, la planta no
sólo no muere sino que es capaz de cambiar su metabolismo de modo que cuando, más
tarde, se le suministran cantidades mayores de sal, el veneno se asimila como sustan-
2. Yago Ferreiro (Barcelona, 1982) también es conocido como Fernan- cia propia y la planta sobrevive. Las plantas no tienen cerebro. Tienen raíces ¿sinapsis
do Atienza, o como Henry Pierrot, o como H. W. de la Crew, o incluso en los pies? A veces ni eso. Viven flotando en aguas o en piedras flotan más quietas. A
como Silver Crane Jr. Acaba de publicar el libro “Antología de la poesía veces ni eso. Se ovillan en el aire y sólo se abren al estímulo de la gota para hacerse
espectacular”, un conjunto de cantos a la modernidad, lleno de ironía y bola de nuevo. Hibernan o no sé. Están vivas aunque no tengan hojas y sean un nido
de referentes pop. Con su voz abre la colección de poesía de Editorial de ramitas marrones pero sin nada dentro. Casi vivas. Vida planta. Espero convertirme
Pájaro. Con su lírica la carcajada, también, está asegurada. en árbol o morir.

4. Rafael Banegas Cordero (Barcelona, 1989) es poeta y crítico, re-


AL COMIENZO ciente ganador del premio Antonio Carvajal. Su libro Simulacro del frío
está lleno de ironía y superación. Con él dice adiós al frío, y nos ayuda
Salía a las terrazas
a salir a la superficie, y burlarnos del mundo.
y bebía mucha cerveza.
Empeñado en disfrutar de aquel sol asesino
que amenazaba con perpetuarse.
142 143

CUESTIONES DE ANATOMÍA aúna su pasión por la música y por la literatura. Si leéis sus poemas, al
fondo se intuye el ritmo. Así que muy atentos.
Perdí el dedo pulgar
en una batalla conmigo mismo. beat the devil’s tattoo

El meñique me lo amputaron por mentiroso; como el dorso de una mano el cielo es

el anular naranja o lobo cuando atardece

por una operación en primavera; observo la lenta ceremonia del mar

el corazón, con mis ojos en cuclillas con mis dedos

ése lo extravié pensando ante una sopa. llenándose pacientemente de niebla

Sólo me quedó el índice. la ciudad se vuelve sobre sí misma

Y me dediqué a señalar como un mendigo sobre su sombra las ramas

a todo el mundo. de los árboles arañan el cielo pero no son


el cielo del mismo modo el pez deletrea

5. Pilar Cámara (Madrid, 1982). Sus textos están inundados de sexo. el río pero nunca es el río
Ella es sucia, breve, hija de Bukowski o de Panero. Hace unos meses observo cómo se extinguen los barcos
salió a la venta su primer libro, titulado Rouge. Un título que evoca
cómo se extingue la orilla en el fondo de
carmín. Una poesía que significa sangre.
la mirada y ya lo sabes soy de los que piensa
que aquello que no podemos ver no existe
Soy Leopoldo María Panero
o no está donde debiera
Haciendo el boca a boca
A su madre muerta.
7. Belén Benito (Toledo, 1994). La editorial de creación joven La Be-
Juan Bello
lla Varsovia, dirigida precisamente por Elena Medel, acaba de publicar
“Apuestas”, una antología que reúne a nuevos poetas inéditos, jovencí-
6. Juan Bello (Santiago de Compostela, 1986). De él supimos gracias simos y muy interesantes. De entre sus firmas destacan Arturo Sánchez,
a su blog, que lleva muchos años en línea. Después ganó el Premio Ellen Capriota o María Ferreira. Sin embargo, la voz que más nos ha
García Baena de poesía en La Bella Varsovia y participó en multitud de impresionado es la de Belén Benito. Con sólo 19 años tiene un estilo
revistas y antologías. Acaba de publicar Talk about the blues, en donde muy bruto, y una manera muy peculiar de huir del mundo.
144 145

¿Qué ocurriría si yo Gangrena en el sol del mediodía.


dijera o dijese ahora
Un hombre se disparó
cambien ustedes todos mis etcéteras Frente a un circo.
escritos hasta
He visto paseantes abrirse como fruta madura y verter sus entrañas en el asfalto
ahora por la palabra
He visto pechos firmes y redondos pudrirse de gris bajo mis ojos.
dolor? La noche por fin volverá a ser negra y…
Y perros salvajes surcarán las calles

8. Arturo Sánchez (Barcelona, 1990) también es autor de Apuestas, ¿Quién ha visto el accidente?
este pequeño Kerouac o Bolaño es una de los autores del proyecto
89plus. Su primer libro se puede descargar desde la web Poetry Will Solo yo veo las cuchillas hechas con escaparates rotos acechar en la noche.
Be Made By All, un proyecto internacional que pretende reunir a más He visto un niño tuerto paseando descalzo
de 1000 poetas con motivo de una gran exposición en la LUMA Foun- Y cuellos rompiéndose solos, cediendo bajo el peso de cabezas imposibles
dation de Zurich. Un verdadero beat con acento casi francés a quien
también podéis leer en PlayGround. Y no habrá dónde esconderse.

Lagartos bajo el sol observarán en silencio las masacres.


Nadie saldrá vivo de aquí
Lo he visto todo, y el futuro no guardará secretos.
Las señales de humo hablarán de nuestros fracasos. Ya no se guardarán secretos.
La sabiduría canina de la purga Habrá rumores y leyendas sobre un chamán fantasma.
Molesta o Y todos seremos asesinos.
Risible.
Un reloj de sol a la sombra de un túmulo He visto las olas amasar cadáveres en playas blancas
Se hace tarde. Y cuerpos secos en acantilados y senderos
He visto las leyendas de mis sueños negros
He visto avenidas desiertas y asesinos caminando en autopistas abandonadas
Bajo el sol que más calienta. No podemos dejar de correr
Nadie dormirá en la noche furtiva
Crece la hiedra en la carretera En las ciudades caminarán los lobos.
En hoteles y rascacielos. Los he visto en las calles de mi infancia.

La ciudad devora sus propias tripas Los niños anunciarán a sus madres que hay sangre en cada esquina.
Y jinetes de la muerte cruzarán las calles de semáforos apagados.
146 147

He visto culminar el accidente. Soy un avistador que espera la llegada del Olvido para culminar la metamorfosis.
No tengáis miedo
Andaremos descalzos. Empuñaremos cuchillos y puñales y antiguas herramientas. El deseo se baña de sangre
Y se acerca la era de los aceros.
Volverá la era de las forjas.
El animal legendario ocultará el sol con su vuelo.
Volverá el tiempo de los asesinos. Conoceremos su grito
Y volverán a la Tierra los espíritus.
Acecharemos en las ruinas del Parlamento y la Universidad.
Vendrás a jugar con nosotros. No tengáis miedo
No habrá trampas
Me he visto con barro y sangre pintar mi rostro para la guerra. Seremos honestos
Ahora sé que nadie saldrá vivo de aquí. Y nadie saldrá vivo de aquí.

Habremos extraviado nuestros nombres en pantanos de ceguera


La identidad es una noción perecedera
Y aprenderemos a luchar contra las bestias. 9. Sara Torres (Gijón, 1991). Esta semana recibimos la noticia de que
Sara Torres había ganado el premio Gloria Fuertes de Poesía. Este año,
Cada cicatriz añadirá una sílaba a nuestro nombre. pues, aparecerá el primer libro de esta autora tan íntima, erótica y feme-
Tendremos nombres cortos. nina. Actualmente vive y estudia en Londres. Pronto podremos tener su
primer libro en nuestras manos.
Y soplarán vientos de demencia en la puesta de sol.
Muertos yacen en el asfalto

Y los niños nacen enfermos. APOCATÁSTASIS

Seré certero. Dónde fue a parar


Cuando culmine el accidente quiero estar listo. cuál fue la naturaleza
de lo extraviado durante la erosión
Y sonarán como nanas canciones de guerra entre el polvo y los pedazos de cristal. Fenix húmedo aún de su última muerte
lloras el lugar de todo lo perdido
Lo habremos olvidado todo. tal vez en el lleno de la piedra(...)
-te esfuerzas por abrirla con tus manos-
En el atardecer rojo y opaco acecharemos tras los coches volcados. Pero ahí no
Habremos olvidado a las ratas.
148 149

El último paso que precede a la cojera ¿Qué es la poesía?


Por Gustavo Yuste
¿guardas memoria de eso?
¿de la última sacudida del sol

cuando tiñó con sangre la noche?

Pregunta por ti donde nadie te ha visto

porque ya no estabas
Entrevista a Fabián Casas

Pregunta a quien no sorprendió tu despedida


“La poesía no se la define, se la reconoce”, sostiene Fabián Casas pa-
y tuvo la intuición de tu marcha
rafraseando a Alberto Girri. Considerada muchas veces como la her-
mucho antes
mana menor de la industria editorial o simplemente como un género
que empieza a entrar en desuso. Catalogado como uno de los máximos
Sabrás que te amaron si dicen:
referentes contemporáneos, el autor de libros como Tuca, El Salmón y
era bella abandonada a esa opulencia
El horla, responde “¿Qué es la poesía?”
se dejó ir hacia dentro flameante y ciega
ebria de su próxima encarnación Fabían Casas nació en Buenos Aires en 1965. En 1990 publicó el pri-
No te opongas mero de sus 6 libros de poesía: Tuca. Trabajó durante muchos años
el puro tránsito ya opaca como periodista en distintos medios y formó parte del grupo 18 whis-
todo lo que fuiste kys. Actualmente es columnista en Perfil. Sus poemas fueron leídos con
un gran interés a lo largo del continente y fueron traducidos a distintos
Donde el junco pierde rigor idiomas como el inglés, alemán y francés. También publicó libros de
y se entrega procaz a la caricia ficción (Ocio, Los Lemmings y otros) y de ensayos (Ensayos Bonsai;
La supremacía Tolstoi). En 2007 le fue concedido en Alemania el pre-
Donde el ratón extasiado mio Anna Seghers por “poseer una lírica extraordinaria y ser su obra
conoce otro placer y celebra una fuente de inspiración para los autores de América Latina”.
de la serpiente su veneno

En la disolución de la culpa -Para vos, ¿qué es la poesía?


y en el deseo nuevo -Yo siento que esa pregunta es en cierta parte improductiva pero no
Ahí tú podemos dejar de preguntarla. La definición más exacta que yo encon-
tré sobre la poesía, la que al menos a mí me resulta más productiva, es
la que dio Alberto Girri, un gran poeta argentino que perteneció a la
150 151

generación del cuarenta. El tipo decía “la poesía no se la define, se la -¿Cuándo empezaste a escribir? ¿En ese mismo momento?
reconoce”. La poesía vos la reconocés, y ahí se entronca también con -No, yo empecé a escribir un poco más grande, a los 11 años. Estaba en
una definición de Borges que decía que la poesía es una presencia física, séptimo grado y mi maestro me preguntó qué pensaba hacer porque iba a
como la visión del mar. No sabes qué es, pero cuando la identificás en repetir, no iba ni para atrás ni para adelante, me aburría mucho. Yo tuve
algo te produce una sensación física. El estado de electricidad físico mucha confianza en ese momento y le dije a él que me gustaba leer y escri-
ante la inminencia de un proceso desconocido que se va a desarrollar, bir. En realidad nunca había escrito nada, pero sí leía mucho, me gustaba
que va a irrumpir, ese es el momento poético para mí. Se puede ver en la literatura. El profesor me respondió que ya que me gustaba eso, le traiga
un motor de auto como Girri, en el Machu Pichu como Neruda, en la algo que tenía escrito para ver si era sanata o no. Entonces me obligó a
vida de clase media como Joaquín Gianuzzi. hacerlo. Me encerré en el cuarto de mis padres, que era muy grande; pobre
No sabes qué es, pero cuando la identificás en algo te produce una sen- pero muy grande. Había una mesa en la que podías comer prácticamente.
sación física. El estado de electricidad físico ante la inminencia de un Me senté ahí y empecé a escribir un cuento. Se llamó “Pomelo”, que es un
proceso desconocido que se va a desarrollar, que va a irrumpir, ese es el cuento que vengo desarrollándolo desde entonces a lo largo de mi trabajo.
momento poético para mí. Era básicamente la historia con un amiguito de esa época.

-¿Cómo fue tu primer acercamiento a la poesía? -¿Y cómo siguió esa historia?
-Yo me encontré con eso que llamo “La voz extraña” de chiquito. Había -Se lo llevé al maestro escrito a mano y el tipo estuvo una semana sin
algo que me hablaba que claramente no era yo, ni era esquizofrenia, y darme una respuesta. Yo pensé “listo, repetí”. Un día llamó a mi mamá
que hacía que yo tuviera visiones. Por ejemplo un día llegué del colegio y dijo que iba a pasar de grado y me devolvió el cuento mío, pasado a
a mi casa y le dije a mi mamá que acababa de ver a un chico que le ha- máquina, encuadernado y dejándole espacio para las ilustraciones. Me
bían puesto orejas metálicas de burro y estaba en la entrada del colegio devolvió un libro y me dijo que fuera a su casa durante el verano. Fue
contra una pared, brillando bajo el sol por el armazón metálico de las mi primer instructor y así empecé a escribir.
orejas. Mi mamá me creyó y yo ahora que lo pienso en retrospectiva me
puedo acordar perfectamente donde estaba ese pibe, pero evidentemen-
te no existió, fue una visión. -¿Ese cuento en que derivó al final?
-Lo seguí reescribiendo en otros relatos. “El bosque pulenta” es ese
cuento desarrollado con otras experiencias.
-¿Vos te acordás de haberlo visto tal cual?
-Sí, yo lo ví. En la edad media la gente tenía visiones. Ahora ya no hay
más visiones porque hay trabajos en contra de eso. Yo creo que esos son -¿Tenés algunos poetas referentes? ¿O escritores que aunque no sean
los momentos en los que te encontrás con la voz extraña, con algo que poetas te remitan a la poesía?
irrumpe y que te dice algo que no forma parte de la forma en que vos -Mi primera referencia fueron los chicos con los que yo trabajé en la re-
pensás, y te trae cosas de un lugar desconocido, un lugar de incertidum- vista 18 Whiskys. Ahí estaban Daniel Durand, Darío Rojo, Jorge Villa,
bre básicamente. Mario Varela, Laura Wittner, Juan Desiderio, Ezequiel Alemián, Sergio
152 153

Raimondi. Todos ellos son mis referentes, mis contemporáneos inmedia- -Esos silencios, que pueden ser meses sin escribir, que se producen en
tos. Después sí, hay otros poetas también. Joaquín Gianuzzi, Daniel Gar- un escritor, ¿te parecen necesarios o útiles?
cía Helder, Jorge Audicino, Martín Gambarotta, Alejandro Rubio. La ver- -Sí, yo por ejemplo cuando escribí Jauja me llevó un proceso de cua-
dad un montón de poetas, muy buenos, entre contemporáneos y de otras tro años aproximadamente. No fui para nada metódico, seguía a la
generaciones. También está la poesía inglesa, yo la he estudiado, como la musiquita que decía antes. Charlaba mucho con Lisandro Alonso, el
norteamericana: Eliot, Williams, Baum, para mí fueron maestros. director, que nos hicimos muy amigos. Iba viendo que era lo que él
-Lo nombraste a Gianuzzi, su obra tuvo mucha importancia para vos, quería, yo le hacía contrapropuestas. Yo ya veía una imagen, se la co-
como se puede ver en el primer poema de Pogo, la segunda parte de El menté, también tenía un principio de novela y de ahí sacamos lo que
Salmón (1996) se podía guionar. El guión se terminó y la novela quedó inconclusa,
-Joaquín Gianuzzi es un autor muy importante para todos mis contem- la terminaré en algún momento. Después le pasé ese texto terminado
poráneos. Él es previo al movimiento objetivista que se dió acá, que a Viggo Mortensen y me dijo que le encantó, que lo quería actuar y
tiene que ver con eso de contar algo sin que se vea un “yo”, pero en producir y así se fue dando. Ya en el proceso, con su ayuda, se fueron
Joaquín hay un yo. De cierta forma igual es un precursor, porque su reemplazando algunas cosas que quizás eran muy poéticas por otras
poesía está llena de imágenes. más efectivas.

-A vos también se te suele nombrar como precursor del objetivismo en


la poesía argentina -Vos sostenés que la poesía más que un acto individual es una actividad
- Sí, pero no estoy muy de acuerdo. Siempre hay una teoría que intenta colectiva. ¿A qué te referís con eso?
imponer determinados lugares. Se suele pensar que en mi poema “Paso -Desde 18 whiskies me di cuenta de eso. Aunque en el acto de escritura
a nivel en Chacarita” (Tuca, 1990) es un poema objetivista y yo muchas en sí escribas solo, siempre lo hacés con los muertos, con los vivos. Tu
veces conté que se fue dando de casualidad esa forma final, no fue algo trabajo siempre crece cuando lo das a conocer a otros, y tomas de esos
programático, sino fue más un trabajo contra la emoción que impreg- otros consejos. Además a mí siempre me dan mucho más placer los lo-
naba ese poema originalmente. Nunca me interesó mucho de por sí el gros colectivos que los individuales: que salga campeón San Lorenzo,
objetivismo, sí los autores que remitían a esa corriente. por ejemplo, me produce mucha más alegría que cualquier premio que
-La etiqueta muchas veces te puede terminar encerrando. yo pudiera recibir. Ese costado colectivo, social, de la poesía implica
estar en estado de disponibilidad. Si vos no estás disponible te pueden
-Claro, puede suceder con corrientes actuales como la alt lit, donde se pasar maestros geniales a tu lado y vos no los ves.
pueden escribir cosas muy buenas pero siempre se termina dando cuen-
ta de lo que se espera: ser un chico aburrido en la actualidad. Eso al final A mí siempre me dan mucho más placer los logros colectivos que los
termina siendo improductivo. individuales: que salga campeón San Lorenzo, por ejemplo, me produ-
ce mucha más alegría que cualquier premio que yo pudiera recibir. Ese
-A la hora de escribir, ¿tenés una rutina o un mecanismo de trabajo? costado colectivo, social, de la poesía implica estar en estado de dispo-
-No, escribo al tuntún total. Durante mucho tiempo no escribo nada, nibilidad. Si vos no estás disponible te pueden pasar maestros geniales
pero en algún momento empiezo a escuchar la musiquita y ahi vuelvo: a tu lado y vos no los ves.
ya sea un poema, un relato, una novela o un guión (Jauja, 2014).
154 155

-Está la frase hecha, como un slogan del mercado edtiroial, que sostie- -Hay algo muy curioso, que el primer libro que publicaste (Otoño. Poe-
ne que “la poesía no se vende”. ¿Por qué pensás que pasa eso? mas de desintoxicación y tristeza, 1988) vos lo excluís de tu bibliogra-
-Debe tener que ver más con una cuestión de mercadotecnia, porque es fía.
una realidad que no se vende. La mejor poesía está siempre en estado -Lo que pasó es que ese libro no lo publiqué yo: una muy amiga mía,
de incertidumbre, y la gente no quiere comprar incertidumbre, compra Hebe Bais, compañera de la carrera de Filosofía, se quedó con el ori-
certezas. ginal de un libro mío. Ella lo presentó en un concurso de poesía que
-A pesar de eso, vos sos como la excepción a la regla. había en la facultad, el libro ganó y salió la publicación, que era el
libro. Cuando yo volví de viaje, el libro ya había salido. Me puso muy
-Sí, pero tampoco es mucho. Para un libro de poesía agotar dos edicio- contento, obvio, pero en sí no era algo que yo pensaba publicar Hebe
nes es bastante, pero creo que es como vos decis, solo una excepción la rompió, tuvo mucha buena onda, pero me parece un libro previo a
a la regla. Con respecto a eso mí me sirvió mucho escribir poesía du- empezar a escribir poesía.
rante diez años sin que nadie me de bola absolutamente. No sentirme
observado me ayudó a ponerme el overol, meterme debajo del auto y
ver como lo arreglás. Después, como ya te conté, mostrárselo a mis -Aun así ese libro ganó el concurso, ¿qué encontrás ahí que no te gus-
amigos de 18 whiskies. Ese momento inolvidable de mostrar algo con ta?
lo que estabas trabajando hace un mes y avanzar con sus sugerencias. -Sí, pero los concursos no significan mucho. Lo loco es que ahora en
Eso para mí siempre fue genial. Vivimos en un país donde el escritor no internet los pocos que quedan los venden carísimos. Yo los compraría
ocupa ningún lugar, y eso para mí eso es una bendición, sino el escritor todos para que dejen de circular. Le tengo mucho cariño a ese libro, me
termina hablando, hablando y hablando. El escritor tiene que escribir parece un trabajo pre-poético, muy dominado por la emoción, pero no
con la boca cerrada, dedicarse a pensar y trabajar sus cosas, después trabajando con la incertidumbre que es lo que tiene la poesía.
mostrarlas.
Vivimos en un país donde el escritor no ocupa ningún lugar, y eso para
mí eso es una bendición, sino el escritor termina hablando, hablando y
-Ya con el paso del tiempo y los distintos reconocimientos que tuvo tu hablando. El escritor tiene que escribir con la boca cerrada, dedicarse
obra, ¿te considerás un referente a nivel nacional? a pensar y trabajar sus cosas, después mostrarlas.
-No pienso mucho en eso. Sí, puede ser, en un momento puedo ser un
referente, después puede ser otro escritor. La verdad que no estoy pen- -¿Cómo ves la relación de la poesía con la vida actual y las nuevas
sando en eso casi nunca, no cargo mucho las tintas. Mirá, cuando yo tecnologías?
tuve a mi primera hija, yo estaba conmocionado porque descubrí todo
el backstage de la paternidad, todo eso que normalmente no ves. Enton- -Yo vivo acá, en la vida actual. Tengo una relación con la nueva tecno-
ces todo lo que habían hecho mis viejos, ese trabajo titánico, ahora me logía muy escueta. No uso mucho internet, no tengo redes sociales, no
parecía mucho más grande. Mi mamá murió cuando yo era muy chico, sé subir material a la web esas cosas. Me tocó vivir en este momento
pero mi papá vive todavía y le dije: “es increible lo que vos hiciste, no de velocidad y yo no me aggiorné a eso. Recién tuve celular con el
lo puedo creer”. Mi viejo me respondió “no fue nada, me salió sin que- nacimiento de mi segunda hija. No tengo relación con ese mundo pero
rer”, como quitándose importancia, me pareció muy bueno eso. vivo en él. La poesía, como en el futurismo, siempre toma cosas que
156 157

la rodean y las metaboliza, trabaja con eso. Sí me parecía negativo el Entrevista a Washington Cucurto
surgimiento de los blogs, a pesar de tener ese lado muy positivo de que
cualquiera pueda poner su agenda de lo que quiera hablar, algo muy
democrático. Pero lo negativo es que muchos chicos, jóvenes, tenían Entrevista a Washington Cucurto (Santiago Vega), que forma parte del
blogs donde subían sus poemas y al instante ya eran observados. Eso ciclo “Qué es la poesía”. Hoy en día, el director y creador de Eloísa Car-
te debilita mucho, porque terminás escribiendo para la observación. En tonera sostiene que “es una actividad privada, casi como comer, dormir
cambio escribías y trabajabas, no te interesaba esa faceta que era mu- o leer”. Considerada muchas veces como la hermana menor de la indus-
cho más posterior. Siempre es mejor trabajar en privado, ya sea solo a tria editorial o simplemente como un género que empieza a entrar en
la hora de escribir o con tus amigos, tu grupo, con el que compartas tus desuso, surge esta serie de entrevistas a poetas y referentes del ámbito
cosas y que no sea tan importante el estadío de publicar. de la muchas veces invisibilizada poesía nacional.
Sobre el autor: Washington Cucurto es el seudónimo de Santiago Vega,
quien nació en Quilmes en 1973. Es narrador, poeta y editor. En el año
-En relación a esa relación entre poesía y nuevas tecnologías, ¿qué opi- 2003 fundó la editorial Eloísa Cartonera, la cual da lugar a autores inédi-
nás de los nuevos movimientos como el de “Poesía Slam”? tos y también pocos leídos en el país, sobretodo de América Latina. Sus
-No puedo opinar mucho, porque no lo conozco mucho. Pienso como escritos cosechan admiradores y adversarios por igual desde la publica-
todas las cosas: debe haber gente que lo hace bien y otra que lo hace ción de Zelarrayán en 1997 y hasta el día de hoy continúa una fructífera
mal, no tengo una opinión muy formada. Está bueno que surja todo. Es producción literaria que le dio renombre nacional e internacional.
como un nuevo formato, seguramente va a haber alguien que irrumpa
ahí y que haga algo bueno. Está bueno cuando agarrás los grandes me-
dios de comunicación y desvías la información, le hacés trampa a la -Para vos, ¿qué es la poesía?
matrix, como puede ser abrir la revista Viva y haya una entrevista a un -La poesía hace muchos años que ya está en mi vida, entonces fui te-
poeta. Podés interpelar a gente que antes no podías. A mí en particular niendo distintos significados, distintas ideas y sentimientos con respec-
me cuesta de por sí ir a lugar donde se recite poesía, encuentros de ese to a ella. Ahora, diría que es una actividad privada, casi como comer,
tipo. dormir o leer. La realizo todo el tiempo, no solo escribiendo poesía,
sino también en lo cotidiano. Sería más bien como un estado de tranqui-
lidad, de encontrarse a uno mismo. Esto lo digo ahora, a mis 43 años.

-¿Antes que pensabas de la poesía?


-Ocupaba todo un imaginario que realmente no lo tengo más. A la poe-
sía no se la puede definir porque está cambiando todo el tiempo y es
mucho lo que uno siente, relacionado a distintas etapas de la vida y lo
que uno va haciendo. Para mí particularmente es una actividad privada
relacionada con la escritura, la lectura, una manera de ver el mundo y
de sentir algunas cuestiones.
158 159

-Muchas lecturas que se hicieron sobre tus poemas las definen como mundo. Después cada uno imagina, crea. Podés jugar con esa figura de
“crónicas de los últimos diez años de la sociedad” ¿Vos estás de acuer- escritor en algún momento, son cosas más de la juventud, pero nunca
do con esa lectura? me lo creí mucho, siempre me lo tomé como algo pasajero y lo sigue
-Bueno, es una literatura situacionista, parte de hechos concretos, urba- siendo, nunca es algo definitivo. Hay otros escritores que saben que no
nos, con personajes propios de la ciudad con sus lugares característicos, van a hacer otra cosa; yo trato siempre de moverme, ir a otros lugares,
reconocibles. Puede ser, es un lenguaje y una forma de expresarse que no quedarme estancado. De hecho prácticamente hoy escribo poco y no
están muy mezclados entre la poesía, la narrativa, la crónica periodís- me pesa.
tica, el panfleto. Dentro de todos esos géneros se mezclan y se aplican
distintos sistemas, procedimientos como la parodia, lo grotesco, el rea- -¿Te acordás como fue tu primer acercamiento a la poesía?
lismo y el humor.
-A los 26 años empiezo a leer, yo lo considero una edad joven. Ahí
también empecé a escribir. Desde ahí no paré nunca, hubo quizás algún
-En ese mismo sentido, desde que publicaste Zelarayán en 1997 tu obra año con menos o más producción, pero siempre estuve ahí muy metido,
generó amor y odio al mismo nivel, no se puede ser neutral con respec- siempre me resultó muy fácil. Como decía antes, nunca reflexioné mu-
to a tu poesía y con la narrativa en general. cho sobre el hecho, simplemente lo hacía. También hay una carga moral
-Es también una cuestión de preguntarse “¿Qué es el arte?”, para qué muy grande sobre escribir, yo nunca la tuve.
sirve si es que sirve para algo, qué se puede hacer con él, que genera. Es
decir, qué hacemos con todo esto, ¿no?. Yo cuando empecé a escribir -¿Qué escritores tenés o tuviste como referentes?
fue algo que lo introduje de lleno en mi vida, en mi juventud, en mis
sentimientos, mis experiencias, mi identidad, por lo que terminó siendo -Un montón, van cambiando dependiendo las distintas épocas. Algunos
el resultado de lo que yo era, lo que yo vivía. No estaba esa corrección me acompañan hasta hoy, pero ya pocos. Lo que me gustaba a los veinte
que comúnmente tiene el arte, la cuestión más formal, con una búsque- hoy ya no me interesa, es algo normal de la vida. Hoy en día creo que
da intelectual y alejada del mundo, observándolo desde afuera, contem- no hay un autor que me interese mucho, uno va metiéndose en otras ac-
plativo. Yo desde el principio rechacé esa idea burguesa de la vida en tividades, en otros gustos, ya no me fascina lo que me fascinaba antes.
general, siempre fui de trabajar, de poner el hombro, no pensar tanto -¿Te acordás al menos alguno que en su momento sí te haya producido
las cosas. Nunca fui al psicólogo, me deprimo poco; a la literatura no ese efecto?
la pongo en un lugar clave en mi vida, es una de tantas cosas que hago.
Yo no tuve ese proyecto de pensarme como escritor toda mi vida ni he -Muchos, por ejemplo Gonzalo Millán, los Lamborghini (Osvaldo y
hecho mi vida teniendo a la poesía en la base. Leónidas). Hoy tengo 43 años y lo veo como algo del pasado. Leo otras
cosas, eso ya lo veo como anticuado. Se volvió vieja muy pronto esta
cuestión de la literatura. El mundo avanza, tiene otras cuestiones y de
-Entonces se puede pensar que no te pensás a vos mismo como un es- a poco va quedando muy primitivo, muy precario, con pocos lectores.
critor ni te interesa crearte esa figura. Ahora hay cosas nuevas, con otros valores, nuevas maneras de ver el
mundo. También se está rompiendo la tradición de alguna forma: lo
-De alguna manera sí, porque uno termina siendo un poco lo que los que nosotros mamábamos cuando éramos jóvenes no es lo mismo que
demás construyen. Yo simplemente escribí, nunca hice nada del otro
160 161

los que maman los chicos ahora, sin embargo antes sí había una con- energía, el entusiasmo. Si vos no haces, es difícil, tenes que estar en la
tinuidad. Ahora con internet, las variaciones que hay en el mundo, la búsqueda siempre.
cantidad de información, cambia muchas cosas.
Se volvió vieja muy pronto esta cuestión de la literatura. El mundo -Después de doce años del lanzamiento de Eloísa Cartonera, ¿te sor-
avanza, tiene otras cuestiones y de a poco va quedando muy primitivo, prendió el recibimiento que tuvo?
muy precario, con pocos lectores. Ahora hay cosas nuevas, con otros
valores, nuevas maneras de ver el mundo -Sí, lo mejor de todo es que nos hemos mantenido y tenemos muchos
lectores, además los libros son baratos y lindos. Después todo lo demás
puede servir de publicidad en muchos casos, no mucho más. A nosotros
-¿El libro, en formato papel, vos lo ves tendiente a desaparecer? nos aporta para poder vender los libros que hacemos nosotros mismos.
-Todavía no, pero creo que sí. Dentro de treinta años va a ser distinto. -La editorial siempre fue vista como un lugar para autores nóveles y
La literatura como un solo concepto ya no sirve más, es una mezcla. Ya alternativos.
toda la cuestión del autor, el editor, se va a ir borrando con el tiempo. -Tenemos un catálogo abierto, no apoyamos la idea de publicar solo los
Hoy en día cualquiera puede editar sus cosas, no se necesitan los roles conocidos.Ahora hay de todo, hay muchos autores jóvenes, cada vez
que había antes. También se recorren caminos distintos a los que reco- se va abriendo más. Estoy en contacto con poetas jóvenes, muchos me
rrimos nosotros como generación y yo estoy atento a esos cambios, a gustan, los admiro.
este mundo.
-¿Tenés alguna rutina o algún método a la hora de escribir?
-A partir de esa relación, ¿conocés el movimiento de poesía slam?
-Antes escribía mucho, tenía una facilidad y la aprovechaba. No tenía
método, pero sí si empezaba algo lo terminaba casi, por ejemplo. Cada -No, mucho no lo conozco. Sé lo que es, de hecho una vez participé en
escritor tiene sus propias armas, son casos distintos. Yo siempre tuve la una actividad de esas. Están buenísimas, me gusta eso de poder hacer
idea de terminar las cosas en el menor tiempo posible. algo en el momento sin tener que pensar en escribir el gran poema. Lo
mismo cuando pinto cuadros, no lo hago con la idea de hacer una gran
obra.
-Para alguien que está empezando a escribir, o quiere hacerlo, ¿qué
consejos le darías?
-¿Desde cuando surgió tu interés por la pintura?
-Leer mucho y disfrutar. No pensar que se van a leer el gran libro e ir
viendo. La escritura de pronto es un diseño de la realidad, uno puede -Siempre dibujé mucho, pero hace un par de años solamente que me
inventar todo, que creo que es lo mejor. De cierta manera todo está agarró este interés, con la intención de buscar una nueva forma de ex-
dicho y hecho, pero como escritor podés agarrar todo lo que está he- presarme. Yo empecé haciendo relatos graficados, como historietas,
cho para re-inventarlo, re-hacerlo. No hay nada mejor que inventar un también poemas visuales, algo que me resultaba muy divertido. En de-
diseño propio para decir las cosas, pintarlas, dibujarlas, componerlas. finitiva, yo hago lo que me divierte, sino no lo hago, aunque parezca
Siempre hay una nueva manera de hacerlo, es algo muy lindo y eso se amateur. ¿Quién dice que lo amateur no puede ser arte?
logra haciendo, haciendo y haciendo. Ahí vas adquiriendo la pasión, la
162 163

-¿Se puede decir que hoy en día tenés más interés en pintar que en Cynthia Hogue. Reflexiones sobre la poética educativa
escribir? y el poder del verso crítico.
-Hoy al menos me parece más divertido, experimentar con los colores Por Fernanda Oyarvide y Benjamín Palmer
me atrae mucho.
-Con algunas respuestas que das, queda la idea de que sos como un
escritor en retirada.
-En retirada no, pero estoy viendo otras cosas, aprendiendo. Ya tengo
figura de escritor, escribí más de veinte libros. Pienso que hay que dis- Cynthia Hogue (26 de agosto 1951). Ha publicado ocho colecciones de poesía, la
frutar más de la vida y no es estar pendiente de una sola cosa. Con el más reciente Revenance o consecuencia, y es co-autora de Cuando llegó el agua:
tiempo yo aprendí eso. Me gustaría hacer música, otras cosas, filmar, Los evacuados del huracán Katrina (entrevista poemas con fotografías de Rebecca
por ejemplo. Ahora estoy con lo relacionado a la pintura, pero seguro Ross) Cuando el agua vino fue nombrado Libro Notable en 2010. Es co-traductora
después me interese por otras cosas. Es un proceso. de Fortino Sámano (el desbordamiento del poema) por Virginie Lalucq y Jean-Luc
Nancy (Omnidawn, 2012), ganador del Premio Harold Morton Landon Traducción
2013 de la Academia de Poetas Americanos. Entre sus otros honores son una NEA
-Ya sea en la escritura, la pintura o con Eloísa Cartonera, ¿cuáles son en la poesía, la Hermandad HD en la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale,
tus próximos proyectos? una residencia en la Mac Dowell Colony, y el Witter Bynner Traducción Residency
-No tengo proyectos, soy un hombre sin proyectos. Siempre vivo el Fellowship en el Instituto de Arte de Santa Fe. En 2003, se unió al Departamento de
día, disfruto de mis hijos chicos, pinto, dibujo, cuando quiero escribir Inglés en ASU como Maxine y Jonathan Presidente Marshall en Modern y Poesía
escribo. Trato de leer las cosas que tengo alrededor, estoy todo el tiem- Contemporánea en Inglés. Se desempeñó como escritora distinguida visitante en la
po intentando hacer cosas nuevas, no tengo mucho tiempo para estar Universidad de Cornell en la primavera de 2014. Hogue enseña en el programa MFA
pensando esas cosas. Yo voy haciendo las cosas al tuntún, rápido, sino de la Universidad Estatal de Arizona y vive en Phoenix con su esposo, el economista
no hago nada. Se puede decir que mi proyecto, como te decía antes, es francés, Sylvain Gallais.
siempre ir aprendiendo y descubriendo nuevas cosas. La poesía es un género que atraviesa muchos mundos, como el de la
filosofía, la narrativa o la música, por citar algunos de ellos. Lamenta-
blemente en nuestro país la poesía sigue siendo un género marginado
por la sociedad lectora, disfrazado de elitismo y olvidado por el sec-
tor educativo. Nuestra propia idiosincrasia, esa herencia que nos venda
los ojos, nos ha alejado de nuestra tradición poética, apartándonos de
esa invaluable fortuna de versos que nos pertenece y nos representa.
Cultivar hábitos de lectura y acercar a los jóvenes a la construcción
del pensamiento por medio de la literatura, brindándoles herramientas
que les permitan cuestionar el mundo que los rodea puede develarnos
el camino hacia una sociedad más unida, una sociedad preparada para
enfrentar lo que venga.
164 165

Como educadores debemos construir los cimientos de nuevas perspec- época era algo muy raro, estábamos en los sesenta– y comencé a tomar-
tivas poético-educativas, acercarnos a ejemplos tangibles en los que la me más en serio lo de la escritura, creando algunos poemas que, aunque
poesía ha transformado los significados en fortaleza y ha intervenido no eran tan buenos, me impulsaron a seguir escribiendo por varios años.
como vehículo de entendimiento de nuestras propias realidades. En algún momento de ese camino mis poemas empezaron a mejorar.

Con una reconocida trayectoria como escritora y crítica literaria, Cyn- La poesía puede acercarnos a comprender nuestras emociones, ¿cómo
thia Hogue nos comparte su visión acerca del papel de la poesía en podemos expandir el uso y la creación de este amuleto de sensibiliza-
la educación y la importancia del poema en la restauración de la con- ción?
ciencia social. En su poemario When the Water Came: Evacuees of
Hurricane Katrina, la autora transformó la realidad de una catástrofe
en un abanico de voces y experiencias individuales como un elemento Esta es una pregunta tan maravillosa e importante porque la poesía es
regenerador de la sociedad. Voces que de ninguna otra manera podrían vital para “alentar” la creatividad, como usted dice. Y es igual de impor-
haber sido escuchadas, lamentos que se perdían en el sufrimiento co- tante no desalentar la realización de poemas,
lectivo, encontraron un medio para expresarse a través de estos poemas ni siquiera los malos poemas que a veces llegamos a descartar por ser
con sonidos independientes. Por un lado, la pérdida, el desalojo, la in- demasiado críticos antes
certidumbre, la tristeza y la destrucción. Por el otro, la fuerza, la ayuda,
la humildad, la vulnerabilidad de una sociedad que se quedó desnuda en de tiempo. Tener la oportunidad de enseñar a jóvenes estudiantes y sa-
el centro del huracán. Y en medio de eso la poesía restaurando aquellas ber lo que va pasar en clase con ellos es bastante impredecible. Un
finísimas piezas de realidad. profesor no siempre puede decir –como los míos tampoco me lo dijeron
durante años– cuándo un estudiante debe persistir y cuándo la vida lo
llevará por otros caminos.
¿Podría contarnos en qué momento se enamoró de la poesía? Conozco escuelas de arte en las que los profesores son extremadamente
estrictos y críticos, y efectivamente esto ha generado excelentes poetas,
pero estas escuelas son muy selectivas; por lo tanto, los estudiantes que
Empecé a escribir, casi espontáneamente, a los ocho años. No recuerdo asisten a ellas ya tienen precedentes sobre la dedicada tarea de producir
bien cuándo me enamoré de la poesía, pero sí recuerdo perfectamente arte. En cambio, en las universidades públicas –como en la que yo soy
cuándo me enamoré de los libros. Mi madre me llevó a una pequeña bi- profesora–, los estudiantes asisten a clases por muchas razones diferen-
blioteca– una vieja y maravillosa biblioteca llamada Carnegie Library, tes. Tengo estudiantes veteranos que, por primera vez, están escribiendo
que todavía existe en el barrio de Gloversville, en Nueva York– y re- acerca de sus experiencias de guerra; tengo poetas que se dedican al
cuerdo que solía sacar muchos libros, cientos de ellos, para leerlos du- slam y que están intentando hacer la transición a la poesía lírica con el
rante horas cuando llegáramos a casa. fin de enriquecer su escritura. También tengo alumnos que escriben fic-
A los diez años escribía todo tipo de géneros e intenté publicar un dia- ción y que consideran que aprender poesía les ayuda a trabajar su prosa.
rio en mi colonia con algunos amigos, pero tuve que escribirlo todo yo En cualquier caso, el objetivo es que escriban, enseñarles lo sinuoso
sola, así que solo me fue posible publicar el primer número. Cuando in- que puede ser el camino. Sobre todo, invitarlos a escuchar y observar el
gresé al bachillerato tomé una clase de Escritura creativa– para aquella
166 167

mundo que nos rodea con especial atención, puesto que esto es lo que blarse y a ofrecer actividades culturales a partir de que muchos artistas
les permitirá impregnar sus páginas con ese toque de realidad. Inclu- empezaron a establecerse en esta zona. Ahora la gente quiere vivir en
so, aunque estén preparados y crezcan como grandes artistas, lo más el centro y los índices de criminalidad disminuyeron. Poder ver este
importante es que su sensibilidad se desarrolle conjuntamente con su cambio ha sido a muy emocionante.
formación artística, es decir, que la evolución de su sensibilidad sea un Otro ejemplo de esto, es este maravilloso proyecto que fue financiado
efecto añadido, un beneficio inesperado. por la Casa de los Poetas en Nueva York, para llevar la poesía a los
¿Piensa que la presencia del poema, incluso en ambientes que no sue- parques zoológicos y que conocí gracias al libro Zoologies de la artista
len ser afines a las artes, puede convertirse en una semilla que trans- Alison Hawthorne Deming. En él participaron poetas de todo el país. A
forme nuestra perspectiva de la educación? cada poeta se le designó un parque zoológico para trabajar con el per-
Una vez más, su pregunta es excelente. Cada vez es más común que sonal del parque y ofrecer “recorridos poéticos” a los visitantes. El pro-
vivamos en ambientes alejados del arte, especialmente ahora que existe yecto fue planeado por un grupo de científicos que trabajan en la protec-
una crisis económica a nivel mundial. ¿Cuáles son las asignaturas que ción y conservación de especies. ¿Cuál era su objetivo? Concientizar a
se suprimen cuando esto pasa? Las clases de arte, por supuesto. Afor- las personas, animarlas a visitar los parques zoológicos, enseñarlas a no
tunadamente en nuestra época se está empezando a investigar sobre observar las especies animales como objetos de entretenimiento, sino
los beneficios curativos del arte. Por ejemplo, tengo una estudiante que como seres vivos sensibles; ayudarlas a entender cómo los zoológicos
actualmente está siendo tratada, debido a un Trastorno Explosivo Inter- están colaborando para que algunas especies en peligro de extinción
mitente (IED por sus siglas en inglés) derivado de su experiencia en la tengan un lugar donde reproducirse.
guerra y que en este proceso, descubrió por sí misma que escribir poesía Científicos y poetas, desde sus propias disciplinas, se enfrentan juntos
es favorable para sus capacidades cognitivas y ejercita su cerebro para por la misma causa, pues ambos forman parte de un proceso activo de
hacer nuevas conexiones neuronales. creatividad avanzada. Una prueba más de que como poetas, aún pode-
Debemos tomar en cuenta que el arte abre otras perspectivas en nuestro mos descubrir o crear rutas inesperadas de acción que tengan un im-
cerebro, otras percepciones. Tal es el caso de la conexión mano-mente pacto social. Considero que proyectos como este son semillas que van
(escribir poesía con la mano en lugar de en la computadora) que en rea- sembrando una transformación en nuestra percepción de la educación
lidad es muy importante porque estimula la creatividad y la capacidad y su importancia.
expresiva– aunque reconozco que yo no lo hago más, pero creo que Aunque, debo mencionar, que algunos de los problemas más graves que
debería–. Existen investigaciones científicas que nos ayudan a expli- enfrenta la educación en nuestros días están basados en la diferencia de
car por qué persisten las artes, por qué los seres humanos continuamos clases y el acceso digno a la educación. Las personas más privilegiadas
creando arte, incluso en ambientes en donde la actividad artística no es se cuestionan poco respecto a esto, ya que pueden asegurar que sus hi-
frecuente. jos tengan acceso a una buena educación. En cambio, las familias que
Hace algún tiempo tuve la oportunidad de conocer a un grupo de plani- se enfrentan a crisis económicas, cuyos hijos trabajan para mantenerse
ficadores urbanos en Arizona que estaban trabajando en una investiga- a sí mismos y poder continuar sus estudios atraviesan situaciones muy
ción sobre cómo el arte puede elevar la calidad de convivencia en los difíciles, pues están viendo los presupuestos de sus escuelas radical-
espacios urbanos. Un claro ejemplo de esto es el centro de Phoenix, que mente recortados y que el acceso a una educación asequible ha sido
por mucho tiempo careció de desarrollo urbano y que comenzó a repo- cuestionado. Personalmente este tema me ha perturbado,
168 169

al igual que a muchos otros educadores, por la creciente distancia entre exigir) mejores presupuestos que nos permitan llevar a cabo esta labor
los recursos disponibles para pobres y ricos. tan esencial que tanto puede aportar al bienestar de la sociedad y la edu-
cación. Pienso que mi consejo no es a la nación, sino a los profesores, y
lo digo siendo perfectamente consciente de lo que conlleva esta difícil
¿Cuál es su consejo para un país que margina el potencial de la poesía tarea.
en el proceso educativo?
Quisiera agregar una última cosa, por mucho tiempo Arizona fue uno
Mi primer y más importante consejo es que haga cambios que eviten de los estados en los que no se había establecido el título honorífico de
esa marginación. Por más de 30,000 años, de acuerdo a lo que conoce- Poeta Laureado, pero el año pasado tuve el honor de formar parte de un
mos, el arte ha jugado un papel fundamental en la vida del ser humano gran esfuerzo para instaurarlo. También me tocó formar parte del jura-
y nos ha definido como especie y supongo que me atrevería a dirigirme do que nominó a Alberto Álvarez Ríos para ser el primero en recibirlo.
a la nación como alguna vez lo hizo Shelley en su obra A Defense of En mi opinión, tener la oportunidad de involucrar de manera pública
Poetry. De hecho, la poeta Muriel Rukeyser tenía grandes esperanzas a un poeta comprometido con la comunidad de todo el estado tiene un
durante la gran depresión y la segunda guerra mundial para la poesía valor incalculable, pues se ve reflejado en la percepción que el pueblo
como una parte esencial de la polis. Como lo menciona en su libro de y el gobierno tienen acerca de la poesía. Ríos visita escuelas rurales y
ensayos The life of poetry, nuestra “voluntad de ganar” se hizo cargo, y urbanas, bibliotecas, centros culturales, entre otros. Él trae la poesía a
después de la guerra, “ganó la publicidad.” personas que nunca han leído un poema, es decir, él es el portavoz de la
México es un país con fuertes tradiciones que, sin embargo, podrían inspiración y la esperanza.
abordarse desde nuevas perspectivas. A diferencia de Estados Unidos, Mi consejo para México es comenzar a crear estos vínculos entre los
México tiene una larga tradición de poetas, escritores e intelectuales artistas y el gobierno. Incluso se podría comenzar a nivel local. Sabe-
relacionados con organismos públicos. Por ejemplo, admiro y respeto mos que no se puede cambiar una nación a corto plazo, pero con estas
muchísimo el legado de Octavio Paz. pequeñas acciones vamos labrando el camino. No debemos centrarnos
Por supuesto que la posibilidad de influir desde este tipo de ámbitos en el resultado esperado, sino en el proceso, puesto que esta es la parte
no es posible para todos, pero creo que contribuir con acciones que en la que se puede influir. Si es posible empezar desde arriba, no dejes
generen un cambio es factible. Cuando caigo en la desesperación por de intentarlo; pero no olvides que muchas veces el cambio viene desde
determinadas situaciones que se viven en mi país o en mi ciudad, pien- abajo.
so en la labor y en la responsabilidad que nos atañe como artistas que
formamos nuevos artistas. En este sentido, es necesario dirigir nuestros
esfuerzos a trabajar de manera colectiva con el objetivo de ir más allá Como educadores, ¿cómo podemos aproximar a nuestros alumnos a la
para influir en el individuo. construcción poética para estimular su actividad intelectual?

Sembramos una semilla con cada uno de nuestros estudiantes, pero ne- Pongámoslos a leer poesía, especialmente en voz alta, y asegurémonos
cesitamos (y debemos exigir) que la comunidad científica demuestre de que la compartan desde el momento en el que empiezan a escribir.
la relevancia del arte en la salud de las habilidades cognitivas. Necesi- Construyamos ambientes sólidos, hagamos de la clase un espacio de
tamos (y debemos exigir) que los científicos sociales sumen su voz a creación en donde les permitamos sentirse seguros y provoquemos que
la nuestra para luchar por una misma causa. Necesitamos (y debemos comiencen su camino en la escritura de una manera honesta y franca.
170 171

Enseñémosles a entender y aplicar la técnica de la poesía y a celebrar ¿Qué beneficios puede aportar la poesía traducida a los estudiantes en
sus logros. Enseñémosles a tomar un fragmento de su diario y sacar/ex- la sociedad globalizada de hoy?
traer/crear un poema usando este material. Así comenzarán a descubrir Lo que me viene a la mente inmediatamente con esta pregunta, y es-
por sí mismos la magia que el arte aporta a sus vidas, incluso cuando pecíficamente en los Estados Unidos, es que somos muy ignorantes de
el panorama no sea positivo. Proyectemos su capacidad, permitamos lo que pasa en el resto del mundo y que el arte abre fronteras que la
que muestren todo su potencial y se sientan orgullosos de sí mismos. Y política mantiene cerradas. El arte elimina barreras entre los seres hu-
sobre todo respetémoslos. manos. Se puede hablar con todo el mundo, incluso en parábolas, pero
no todos pueden entender el mensaje que hay entre líneas. Entonces,
¿Podría contarnos cómo su acercamiento a la creación poética ha in- si nos referimos a la poesía traducida, podemos ampliar la perspecti-
fluenciado su manera de enseñar a escribirla? va que nuestros estudiantes tienen acerca del mundo, enseñarles otros
puntos de vista surgidos en otros contextos, en otras culturas y formas
Siempre escribo de manera intuitiva, pero sin descuidar el contenido, de pensar. Y a diferencia de todo el contenido que existe en internet,
y esa forma de abordar la escritura se refleja también en mi forma de (el porcentaje de poesía traducida es muy pequeño) la poesía traducida
enseñar. A veces pienso que cada clase es una obra de arte, es decir, utiliza un lenguaje muy pensado para expresar ideas que han sido cui-
normalmente tengo un plan para dirigir la clase, una idea sobre algún dadosamente meditadas.
poema por ejemplo, pero una vez que empiezo a enseñar (o a escribir),
voy adaptando el material. Entonces, la clase se convierte en una crea- La traducción de la poesía puede contribuir a que los educadores re-
ción colectiva enfocada a mejorar la escritura individual al máximo, sistan la homogeneización de la cultura, así como la aceleración de las
por eso cada actividad es única, un universo que crea una sinergia es- cosas, pues leer y entender la poesía lleva su tiempo.
pecial. Así que voy adaptando mis lecciones a medida que evolucionan
y personalizo el material con cada clase, e incluso cuando es necesario, Algunos poetas se alejan de temas relacionados con eventos sociopolí-
con algún alumno en particular. En la medida de lo posible y siempre y ticos. Algunas veces con el argumento de que el poema con tintes polí-
cuando tenga tiempo y energía este es mi método. ticos no representa arte de calidad o porque piensan que escribir sobre
A menudo escribo con mis estudiantes en clase para propiciar la re- estos temas se trata de eventualidades pasajeras y oportunistas. En su
flexión acerca del trabajo del escritor. Aunque no siempre les enseño lo obra, usted ha escrito poemas acerca de las repercusiones del huracán
que escribo, a veces, si lo que he escrito es malo, se los muestro para Katrina o sobre la esclavitud. ¿Considera que, a través de este tipo de
que puedan ver que todos, independientemente de nuestro nivel, esta- creaciones, es posible aún aspirar a una autenticidad artística durade-
mos en un proceso. En otras ocasiones les muestro algo que escribí con ra que permita transmitir a las nuevas generaciones la importancia y
la intención de ilustrarles, o algunos borradores con el objetivo de que el impacto que este tipo de eventos tiene?
no olviden la importancia de la revisión. Primero que nada, considero que es de vital importancia que los poetas
conscientemente alejados de estos temas reconozcan que esa postura es
en sí misma política. En segundo lugar, es cierto lo que Robert Pinsky
(un ex poeta laureado) dijo una vez: que no necesitamos un poema con-
En 2013 usted fue premiada por su co-traducción de Virginie Lalucq y tra la guerra que simplemente nos diga que la guerra es mala y horrible.
Fortino Sámano de Jean-Luc Nancy en The Overflowing of the Poem.
172 173

En referencia a su pregunta acerca de mi trabajo relacionado con estos tipo, personas que en algunos casos lo perdieron todo. Ese material me
eventos, en efecto, realmente creo que la buena poesía también puede llamó, tocando las fibras más sensibles de mi interior. En cambio mi
ser “política”, siempre y cuando entendamos la política dentro de un nuevo libro, Revenance, es muy diferente y mucho más personal.
contexto poético. En el caso específico de Estados Unidos, nos guste
o no, hemos estado escribiendo en una atmósfera politizada desde el
9/11. Y fue precisamente debido a que había tanta deshonestidad y mal México es un país rodeado de tragedias. A veces causadas por desas-
entendimiento acerca de todo lo que se relacionaba con la guerra de tres naturales, pero en su mayoría derivadas de eventos producidos
Irak, que comencé a reflexionar sobre el fenómeno de la mentira en mi por el crimen organizado y la corrupción del sistema político. ¿Cuál es
poesía y sobre cómo nos matamos unos a otros diciéndonos que existe su consejo para los poetas mexicanos que desean dar una voz a estos
una diferencia entre el asesinato justo e injusto. temas a través de sus poemas? ¿Pueden sembrar la semilla de la sensi-
bilización social con su poesía?
Ese fue uno de los enfoques en los que trabajé, encontrar formas de
abordar la guerra sin simplificarla. El reto es no caer en la perspectiva Supongo que todos sabemos que un poema no detendrá una bomba ni
moralista y creo que esta es una de las razones por las que algunos poe- impedirá que este tipo de sucesos ocurran, pero una vida rodeada de
tas se alejan de la postura política en sus creaciones, pero por otro lado violencia es una vida que definitivamente no ha sido tocada por el arte,
considero que esta actitud también nos limita. una vida que carece de belleza. Considero que quienes son capaces de
realizar tales atrocidades son eventualmente atormentados por sus pro-
Además, la poesía puede crear situaciones “cara a cara” y este tipo de pios crímenes. Tal vez soy muy ingenua, pero uno escucha historias
encuentros ayudan al lector a reflexionar sobre el otro, en los demás. El acerca de torturadores que buscan la redención. Probablemente son
poema leído puede sacar al lector de sí mismo y transportarlo al mundo leyendas urbanas, o sean tan pocos que pasen desapercibidos ante la
de otra persona, no necesariamente como las novelas a través de per- sociedad.
sonajes, sino mediante la reflexión ética. Si hablamos de las cualidades
más positivas de la poesía, podemos decir que nos ayuda a activar nues- No sé si esto sirva de consuelo, pero el arte tiene mucho más vigencia
tra capacidad para empatizar, pero también puede funcionar de forma que los fines letales. Como Virginie Lalucq escribió en el momento en
didáctica para informar a los lectores acerca de las realidades, vidas, que las bombas caían sobre Iraq, mientras observaba desde París la caí-
emociones y sentimientos que ignoran. da de Saddam Hussein: “a su caída, los dictadores de hoy encabezarán
los titulares del mañana”. Vivamos haciendo poemas, y como poetas,
En cuanto a mi trabajo sobre el huracán Katrina, en realidad no tuve ayudemos a forjar caminos hacia la belleza, la empatía y la considera-
elección, la magnitud de los hechos no me permitía voltear la vista ha- ción.
cia otro lado e ignorar sus consecuencias; y un libro que me inspiró
a dar este enfoque fue The Book of the Dead de Rukeyser. De repen- Por supuesto que como poetas somos capaces de generar impacto en
te me vi a mí misma convertirme en uno de los muchos artistas que nuestros lectores –con un poema de protesta por ejemplo–, pero el poe-
respondieron al desastre, tratando de encontrar una manera (a través ma tendrá un valor que va más allá de este impacto, y esto es justamente
de la entrevista-poema) de relatar la experiencia de los individuos que lo que el mundo necesita para apagar la negativa flama que la violencia
vivieron estas terribles circunstancias, experiencias que no vemos en genera.
los noticieros. Quise brindarle al lector una manera de entender lo que Después de las terribles desgracias y las dificultades de la Segunda
significó para esas personas atravesar y sobrevivir a una crisis de este Guerra Mundial, el poeta H.D. escribió un libro en el que se utiliza un
174 175

sistema de sonidos, en la misma línea de las oraciones y cantos, para ac- Además, a medida que mi vida va transcurriendo, soy más consciente
tivar con cada lectura el principio femenino y equilibrar la desbordante de lo que desaparece cuando la vida se termina. Mis padres fallecieron
masculinidad que provocó la guerra. hace tan solo algunos años y los estuve cuidando hasta el día de su
He pensado mucho en eso y también en la ética poética. Por esta razón, muerte. Gran parte de mi dolor en aquellos momentos fue darme cuenta
opino que si bien es cierto que los poetas que escriben sobre estas cues- de que todo lo que habían logrado a partir de un negocio que trabajaron
tiones probablemente no van a cambiar las estructuras de la delincuen- durante tantos años había desaparecido, se había desvanecido (tuvimos
cia y la corrupción, sí pueden direccionar la atención y brindar agudeza que venderlo todo para poder cuidar de ellos). Seguramente esto se re-
a estas problemáticas. La mirada crítica, cuidadosamente presentada en petirá con cada generación, pero para mi sorpresa, era algo que nunca
su arte, puede cambiar la energía del contexto y de los propios lectores. antes había contemplado. Me considero una persona muy humilde y
Es el mismo principio que el de la oración. soy consciente de que así como todos los bienes materiales desapare-
cen, muchas mujeres poetas también desaparecen por completo después
Y como dijo William Carlos Williams en Asphodel, That Greeny de su muerte.
Flower: “Es difícil/ recibir noticias desde el poema,/ todavía los hom-
bres mueren miserablemente cada día/ por la ausencia/ de lo que se Así que, repito, no escribo para marcar mi propio pasaje, pues creo que
encuentra allí.” como todo el mundo, voy a desaparecer, pero en este sentido, puedo
decir que sí: mi aportación es la de marcar y excavar los caminos de
las personas sobre las cuales escribo. Mi escritura es, no siempre pero a
En algún momento de su carrera usted menciona: “He sido muy cons- veces, un acto de empatía con los individuos y sus testimonios.
ciente de que muchos actos que realizamos a lo largo de nuestras vidas
caen en el olvido. Nada marca el paso de la persona, o las decisiones
que toma, las cuales en su momento hacen la diferencia para ella y
para los demás.” ¿Es por eso que escribe? ¿Escribe para marcar su
propio paso, y el de las personas que la inspiran a través de la vida?
En ese momento en particular, estaba hablando acerca de mi trabajo so-
bre la última esclava, Cora Arsene, quien tuvo acceso a los tribunales de
Louisiana para solicitar su libertad antes de que la Ley de Esclavos Fu-
gitivos fuera promulgada en 1850, antes de la Guerra Civil de Estados
Unidos. Pensaba en su feroz voluntad, y en que a pesar de todo lo que
estaba en contra de ella para lograr su objetivo, lo logró y luego desa-
pareció de la historia. Investigué durante casi una década para escribir
ese poema, porque el legado de la esclavitud en los EE.UU. era algo que
yo solo sabía de manera muy general, pero no conocía detalles. Debo
aclarar que no escribo para marcar mi propio paso, no, pero sí escribo
para recordar a los demás, a los que han permanecido marginados, en
el anonimato, y son pasados por alto (a menudo mujeres y minorías).
176 177

Mi nombre EL NIÑO DE LAUREL

Por Edwin Madrid


en un pueblo
donde el sol entraba a las casas
saltando tapiales
y despertaba a sus habitantes
haciéndoles cosquillas en los pies
nació un niño con cabeza de armario
Mi nombre es Edwin Madrid, y así, lanzado al reino de las palabras, este hecho
no tiene ningún gusto o afición por la literatura. Mi padre decía que yo conmocionó a la comunidad
debía estudiar una carrera técnica, de mandos medios; y para mi madre, el niño se convirtió en escándalo
estaba bien la arquitectura, la economía, el fútbol o la poesía; con tal y fue necesario exhibirle
que me sienta feliz. No hay escritores en mi casa; máximo la alegría de en la plaza más grande del pueblo
mi madre por la vida, y lo picante de algunas de sus bromas en torno a para evitar amontonamientos
las cosas diarias. Pero, para contradecir a mi padre, mi hermano y yo, de carros y mulas que llegaban
empezamos a comprar libros de poesía, y poco a poco fui cayendo en de todas partes del país
una especie de enfermedad con la lectura. No salía de la casa días ente- transportando sacerdotes científicos
ros. Y cuando lo hacía, era para caminar por el bosque y llegar al río a ancianos y militares
meter mis manos en el agua. La gente decía que me drogaba, y que por solo para verle dormir
eso caminaba como un enfermo hasta el río. Hay algo de verdad en ello, con una puerta del armario cerrada
porque me convertí en un adicto a la lectura. Mi hermano, cada vez me y la otra abierta
conseguía más y más libros de poesía. Por aquella época mis lecturas y cuando lloraba
fueron los poetas surrealistas más los hispanoamericanos; luego, los escuchar el insistente
poetas norteamericanos. Estaba completamente enfermo, por mi cabeza traquetear de sus cajones
cruzaban ideas muy locas; por eso pensé que yo también podía escribir hasta que colocaran en su interior
aquello que leía, y me senté y escribí. Un acto mecánico que, como una botella de leche
muy bien acotó mi madre, para lo único que me iba a servir, sería para el niño creció
quedarme ciego y para morirme de hambre. Aunque cada vez veo me- y se le fue haciendo más difícil
nos, no he muerto de hambre; por el contrario, tengo una gran cantidad llevar la cabeza sobre los hombros
de libros de poesía muy surtida que me alimentan día a día como está no podía subir a los autobuses
anotado en uno de mis primeros poemas: tampoco jugar de arquero
en el equipo del pueblo
pero descubrió que no necesitaba
ir al colegio
o a la universidad
178 179

porque con solo depositar los libros vez por esto mis poemas tengan que ver con la historia familiar o de
de cualquier tema en su cabeza la tribu, con el sexo y el alcohol, con el conocimiento, con la relación
obtenía la sabiduría maestro-discípulo, el amor y la muerte: temas que han ido apareciendo
de un erudito en la materia hasta ahora en mis poemas. Creo que la poesía es algo que nace en el
lo que le convirtió en el cráneo leguaje de todos los días y que el poeta convierte ese lenguaje banal
más pesado de la humanidad en una fulguración, en algo extraordinario. Que la poesía no solo diga
llegando a poseer en su memoria algo sino que deje algo; algo que tampoco sé, y que no doy la vida por
cerca de cien mil títulos conocer. No mi interesa descubrir nada en poesía, solo seguir mis laten-
que abarcaban desde magia negra hasta cias que se mueven con mi experiencia de vida. Incluso como lector me
diseño y construcción de ciudades espaciales cautivan los libros donde siento que hay cierta potencia de pensamiento
asimismo y cierta gracia de la vida diaria. Será porque en mis inicios me llamó
se había creado una terrible dificultad mucho la poesía de Nicanor Parra, y cuando conocí al antipoeta, hace
su cabeza se desarrolló a tal grado algunos años, me sorprendió escucharle recitar a Shakespeare. Mientras
que de armario pasó a ser recitaba de memoria y en inglés, contaba las sílabas y tenía un dominio
una especie de bóveda con puertas de cementerio absoluto de los endecasílabos que componían tal poema. Entonces le
lo que le impidió salir pregunté: ¿y qué de la antipoesía? Y Parra contestó que eso había sido
del cuarto de estudio una metedura de pata. Que lo que había que ser, es un hombre sin atri-
por el resto de sus días. butos. Como ese poeta mapuche —recalcó— que cuando lo sacaron del
monte para que vaya a estudiar en Santiago y lo pusieron en un tren;
Yo tampoco quería salir de mi cuarto de estudio, estaba deslumbrado dijo que había sido muy lindo llegar a Santiago en un barco con ruedas.
con la poesía y establecí una relación de incesante búsqueda. Búsqueda Después de esa visita a Nicanor Parra y una tarde fantástica de vinos en
inocua, vana y vacía, porque no sé lo que busco, y parece que voy de su casa de Las Cruces, que está entre Isla Negra y Cartagena, y que a
un lado a otro, por un gran estadio de oscuridad en el que mis poemas Parra le permite decir que a su derecha tiene al Buen Ladrón y a su iz-
apenas son chispazos de luz que me permiten seguir por esa oscuridad. quierda al Ladrón Malo: un chiste antipoético porque en Isla Negra está
Como si poesía fuese oscuridad y desierto que solo la obsesión de la la tumba de Neruda y en Cartagena la de Huidobro, y Las Cruces con
búsqueda de algo que ni yo mismo sé me mantendrá anhelando alum- él, en el medio. Además, Parra es Parra, y lo que él diga y no diga cae
brar el poema todavía no escrito. en su territorio antipoético, lo que también contribuye a su mitología.
De ahí, que suelte que hay que hacer poesía del hombre sin atributos.
Así puede decirse, que mis libros son un recorrido por las cosas que me Sospecho que esto lo sacó de Robert Musil. Mas como me dijo: Mira
obsesionan: construcciones literarias, autores a los que siempre retor- cuando tú lees a Lezama ¿Qué es lo que tienes en la primera línea? Un
no, la originalidad y los lugares comunes, la precisión del lenguaje, las metaforón; la siguiente línea es otro metaforón y la siguiente otro y la
ideas que se desarrollan con solidez pero que nunca llegan a ser buenos siguiente y la siguiente… y lo peor es que no te queda nada después de
poemas, los giros de frases que se dicen, chistes y anécdotas que se tantos metaforones. Mientras hablaba, me daba cuenta que los proyec-
aceptan y se siguen contado como si todos los lectores fueran iguales. tos de Lezama y Parra son diferentes. Tanto que se cuenta que cuando
Por supuesto, trato de ir más allá, siempre sin dejar de pensar en aque- algún poeta chileno pisaba la isla, Lezama preguntaba: ¿Qué le pasa a
llo que me obsesiona o que solo dejo de pensar cuando lo escribo. Tal
180 181

Nicanor, todavía anda haciendo esas cosas tan raras…? Entonces, esa necesito estar solitario
tarde de vinos con el antipoeta me pareció tener la convicción de que para detenerme a meditar
mi búsqueda poética no debía ir por metaforones o cosas raras. Que como esos monjes de los himalayas
los metaforones son perfectos para Lezama y esas cosas tan raras para que se pasaron la vida
Parra. Y que mi búsqueda debía dirigirla al encuentro de la academia queriendo desentrañar los misterios de aqiev
con lo del hombre común. Pero, noto que cuando se habla del hombre y aunque no soy ducho en hacer poemas
común hay elementos que no me satisfacen del todo: hay cierta facili- pensaré acerca de uno
dad en escudarse en el ser común, en su pensamiento, o en la sabiduría que te haga inmortal
popular. Yo no aprecio tanto el lenguaje cotidiano, las coplas, el chiste, utilizaré ¡guauu! tu palabra favorita
las frases hechas. No me interesan más que la escritura de imágenes le pondré música de rondas infantiles
límpidas construidas con las palabras más exactas o las líneas encabal- un hueso de azúcar al final de cada estrofa
gadas en las que el verso libre se convierte en un versículo, como los de y al tercer día
la Biblia o los de Homero, Virgilio, Propercio o el mismo Whitman. Me llegaré a la tumba donde hoy duermes
interesa crear otra vida en mis poemas, con personajes profundamente y lo leeré
vitales, con algo por hacer y decir, y que en ese algo se les vaya la vida. como cuando leía a breton
Criterios y cosas que tal vez no advertía al comienzo, pero que estaban mientras vos te revolcabas sobre mi cama
allí, desde mis primeros poemas. Por ejemplo, en mi primer libro: ¡Oh! pero si ese momento se te ocurre
Muerte de pequeños senos de oro (1987). Quise construir poemas que lo mismo que al rey de los judíos
hablaran de la muerte, que la nombraran desde otro tenor; menos dra- ¡guauu!—te diré—¿eres de esta vida o de la otra?
mático o dramático pero más cercano a la vida. Como si el concepto seguramente contestarás moviendo el rabo
hubiera sido que la fragilidad no depende ni siquiera de quien lleva su incitándome a que te persiga
propio cuerpo. morderás los cordones de mis zapatillas
entonces
Por eso escribí, este poema:
empezaré a corretearte
hasta que nos vayamos esfumando
en medio de un campo lleno de girasoles.

RABITO
Creo que en mis textos hay un pensamiento que se junta con el arrebato,
estaré silencioso estos días la calentura, la pasión irracional. Y como poeta me interesa la visión
como cuando murió mi primera mascota que, en parte, tenga que ver con la posibilidad de que la pasión, el caos
no fumaré ni saldré a caminar o el sinsentido surjan de manera espontánea y capturen racionalmente
por el bosque de ushimana al mundo. Por qué no decirlo, soy escéptico a la estética inteligente; no
tampoco quiero que venga el félix me gusta cuando siento que el poema se va de las manos, esa desmesura
a conversar del gobierno de una retórica hueca que no deja nada y que provoca sueño, no tengo
de los últimos sucesos ninguna cosa con los que se escudan en lo literario, la trascendencia
182 183

o el fin último de la palabra y piensan que no hay nada especial, sólo Los ojos se abren, el señor despierta asustado y como si quisiera comprobar que todo
técnica y método. Creo en la poesía como en la vida, y la vida es la ha sido un sueño; se toma la cabeza y la acaricia exageradamente. Luego, se dirige al
única verdad que tenemos. Por eso, he sido capaz de recomendar a mis cofre donde guardó los ojos, pero sus ojos ya no están; han desaparecido, tal vez para
alumnos que antes de ser un gran poeta hay que ser un gran hombre. siempre.
No concibo a una persona mala escribiendo buena poesía. Soy absolu- El mundo del absurdo, por así decirlo, también está presente en mis tex-
tamente incrédulo con respecto a las teorías literarias y me atrae mucho tos. Y he escrito muchos poemas eróticos, donde está el tema del sexo
el pensamiento mágico, y la alquimia con la que un poeta construye sus y la pasión. Pero nada, absolutamente ningún tema, me parece que vale
versos; el carácter lúdico que puede establecer con el conocimiento. Por la pena tratarlo con seriedad. El humor ha sido determinante en mí. Ese
eso advierto que la obra literaria siempre está amenazada por las modas elemento me permite distanciarme para ser más incisivo sea cual fuere
culturales, las revisiones, las épocas, la caducidad del lenguaje. No creo la temática que estoy abordando. Me hacen cambiar de página aque-
para nada en la inmortalidad literaria, menos ahora que el mercado pro- llos poetas que cuando hablan del amor, por ejemplo, quieren superar
duce betsellers por encargo. a Hölderlin a Bécquer o a Neruda. Yo me río de mí mismo pero cuido
Recuerdo, cuando leía a Papini a Cioran a Marx, era un estudiante de que mis textos no caigan en la fragmentación, la frivolidad, la triviali-
Ciencias Económicas, y quería hacer de la fórmula: dinero-capital-di- dad. Es decir, reescribo como a su tiempo lo hicieron Quevedo, Catulo,
nero, un ensayo amparado en la Metamorfosis de Kafka. En ese enton- Piñera, o como lo hace mi amigo, el poeta costarricense Luis Chaves.
ces lo mismo pasaba con mis poemas. Quería que tengan el catolisismo Claro, no escribo con la maestría de estos, sino como puede escribir un
pagano de Papini, el pesimismo de Cioran y el materialismo histórico poeta ecuatoriano, que a comienzos del Siglo XXI vive en las faldas del
de Marx. Y mis poemas eran kafkianos: Pichincha.

La fría cabeza apaga


al ardiente corazón,
UN SEÑOR LLEGA al monte de piedad con los ojos en las palmas de las manos. A la
cajera le hace un guiño con el ojo que lleva en su derecha. el ardiente frío apaga
La dependiente, mirándole a las cuencas vacías se mete una mano en el pecho y se al corazón de la cabeza,
arranca el corazón. Con el corazón sangrante le dice que no es un banco de ojos.
la cabeza ardiente apaga
El señor guarda sus ojos en el bolsillo y sale con el rabo entre las piernas. La vida ya el frío del corazón,
ni siquiera vale un ojo de la cara. Conoce de memoria el camino de regreso.
En su departamento, deposita los ojos en un cofre bajo llave; se recuesta en la cama. apagados corazón y cabeza
Los ojos se cierran y el señor sueña que a la mañana siguiente llega al monte de piedad queda un frío ardiente.
y coloca sobre el mostrador su cabeza de cabellos negros. La cajera, una hermosa mu- (LIBRO DEL MAL AMOR)
jer, decapitada, cuyo muñón del cuello adorna con un colgante de bisutería, le indica
donde hacer el trámite. El señor toma su cabeza como si fuera una pelota de fútbol y
se dirige al final de una columna de decapitados.
184 185

El poeta español, Luis García Montero, en el palacio de Linares de Ma- momento dado no me salían o no me expresaban exactamente. Ya que
drid, en la presentación de Mordiendo el frío (2004), decía que la poesía no solo se trataba de un juego de palabras, sino de abrir la posibilidad a
de mi libro tiene un contrapunto con el Arcipreste de Hita y su Libro del la intuición y al conocimiento para que se encuentren con los significa-
Buen Amor. Eso mismo imaginé yo: contradecir al buen amor y hacerlo dos evidentes y ocultos de las palabras. De alguna manera, pensaba en
perverso o sarcástico o sucio y cómico, no como categorías, sino como “si las puertas de la percepción, estuvieran abiertas veríamos la realidad
partes complementarias del buen amor, ese que está en la vida de hom- tal como es: infinita”. Esta frase de William Blake de donde Jim Mo-
bres y mujeres porque ¿quién no ha mordido el frío cuando ha estado rrison saca el nombre para su grupo The Doors. Efectivamente, era mi
enamorado?: época con los Doors, Led Zeppelin, Pink Floyd, Allen Ginsberg, Jack
Kerouac, Henry Miller, Rimbaud, Antonin Artaud, Dylan Thomas, Hui-
dobro, Vallejo, Drummond de Andrade, el fútbol, drogas, muchachas,
SERÁ QUE UNO PUEDE SER TAN TORPE etc. y Quito o el Ecuador estaba gobernado por una de las más vora-
Cuenta la encantadora y bellísima Carmen Del Pilar que hace tiempos tenía ganas des- ces represiones, que eliminó a varios amigos. De ahí, que Celebriedad
bordadas del poeta Antonio. Que cuando le escuchaba leer se humedecía y era capaz (1991) sea ruptura y renacimiento de todo lo que nombra. Solo recuerdo
de correr a encerrase en el baño solo con el recuerdo del espigado poeta. Mientras dice que mientras lo escribí, quería destronar todo y volverlo a crear al mis-
esto ni siquiera una línea de rubor cruza su rostro. mo tiempo, como si a través de la alteración y de la invención de pala-
bras por sus sonidos, hubiera querido provocar estados de ánimo de la
Imbécil ¡Triple imbécil! En ese tiempo, por ella golpeaba mi cabeza en las mesas de
mente muy especiales. No importaba nada, era un borracho, un droga-
las cantinas.
dicto que entraba en su fase terminal, a quien había que abrirle cancha
para que pase y a su paso deje menos escombros de los que eructaba.
Pero yo también me he estrellado contra el muro del lenguaje: ¿cómo Porque finalmente, la palabra es instrumento y es materia. Terminé de
hacer para que las palabras, las putas palabras chillen, como decía Paz? escribir ese poema, enfermo y tímido, como si alguien hubiera escurri-
Y he apostado por proyectos arduos, difíciles: ¿Cómo escribir un poe- do la médula de mis huesos. Y allí está mi texto; fuerte y vibrante como
ma que supere las cinco páginas que hasta entonces era mi experiencia? lo imaginé; trasmitiéndome la emoción, las razones y sinrazones, el
En esa búsqueda, elegí la sintaxis de la celebración y de la ebriedad. No arrebato y la reflexión, que pretende comunicar:
solo para construir mi poema Celebriedad (1991) de más de 60 páginas,
sino para construir un lenguaje donde se tricen los moldes gramaticales CELEBRIEDAD
y las palabras adquieran otros sentidos. Que los signos que escribía,
esas letras y palabras que salían de mi pluma llegaran a interpretar una Cuando no ando en las nubes
instancia más profunda. Y la experiencia que tuve fue que en deter- ando como perdido
minado momento de la escritura, las palabras me eran insuficientes y
comencé a dibujar, nunca con el ánimo de ilustrar, solo quería seguir …
expresando las cosas que venían de la profundidad de mí y que no tenía yo no soy borracho
palabras para hacerlo. Por eso dibujé y dibujé, aunque cuando se publi-
có el poema, se colocaron pocos dibujos en forma de ilustraciones. Mas mi pajarito del espíritu no es un cóndor
su verdadero sentido era reemplazar a la escritura de palabras que en un porque un trozo de luz no tiene mayor intensidad que el sol
186 187

Dylan Thomas fue buen poeta que nadie me moleste a mí


yo no soy un borracho a mí que soy hueso de pellejo
pellejo mis manos
estoy comprendiendo mis manos temblor
que solo el canto de los gallos temblor de noches largas
muy cerca de las cantinas largas las noches sin vos
puede derribar las sombras vos cabecita de alcornoque
cómo se te ocurrió dejarme por borracho…
así puestas las cartas
entre estos días luminosos
Mi madre decía que me había llegado la edad del burro con retraso; lo
deben preguntarme si estoy triste
peor es que todavía sigo en esa edad. Me parece que un poeta siempre
tiene que estar cuestionando y cuestionándose, debe tener un espíritu de
casi digo un presente adornado de colores
libertad, de ser autentico y transgresor. Más allá de una racionalidad que
pero mis recuerdos dibujan sus fantasmas
nos reclama la tradición, debe instaurar una ruptura con esa tradición
¿te gustan los borrachos?
para implantar otra tradición. Por eso cada libro, al mismo tiempo que
alguien debe preguntarme
es mío, es otro y diferente. No me quedo con la utilización de un hallaz-
go literario, me asfixia; me saturo tan pronto que enseguida busco por
esta es una cantina
otros lados. He bebido de varias fuentes, y en ese calmar la sed, mi libro
aunque los huesos de sus borrachos
Caballos e iguanas (1993), será otro intento por reconstruir la lengua y
no dejen huella por donde pasan
nuestra historia desde sus orígenes. Allí echo mano de los cronistas de
indias para estructurar la voz de un hablante del siglo XVI y narrar las
¿te gustan las mujeres azules?
peripecias y visiones de los primeros europeos que anduvieron por estas
tierras. La idea que me movía por entonces era juntar los planos de dos
el Marco nos rompió el alma
mundos en uno donde se marque las diferencias. Y utilicé la estructura
el alma es una bandada de pajaritos
de un guion de cine. Caballos e iguanas, se abre a la lectura con dos
poemas que pretenden ser un gran fresco de cómo y por qué llegan los
Dylan Thomas fue buen poeta
españoles a América, en una especie de flash back de lo que pretende
él gritó ante su muerte
el libro, porque inmediatamente viene un grupo de textos que hablan
temiendo al fin su último sonido
de nuestras culturas; para después, nuevamente, poner en presente a los

españoles. Y claro, como dije, con el castellano del siglo XVI cuando
a mí me gusta la cerveza —digo—
narro la conquista, y la lengua de estos días cuando hablo de nuestros
mitos, leyendas y costumbres. Es un libro que lo disfruté mucho por-
estoy bebiendo mi novena cerveza
que tardé años leyendo y consultando crónicas de indias y textos sobre
esto no es un delito
las culturas nativas. Pero fue entrañable porque imaginaba como los
yo no molesto a nadie
españoles sortearon los más inesperados obstáculos hasta adueñarse de
188 189

estas tierras. Una epopeya que ha sido registrada en muchos soportes. peleásenos hermanados de cinco en cinco,
Sin embargo, gocé con el español antiguo, que propositivamente lo es- con las lanzas terciadas o levantadas,
cribía con faltas ortográficas, sin concordancia de número y persona, de procurando siempre herir al enemigo en la cara
sintaxis, de tiempo. Un paraíso para la escritura donde podía hacer lo sin pararse en dar lanzadas,
que quería. Así llegué a intuir, lo que alguna vez, Vallejo expresaría al pasar de frente atropellando,
responder a los europeos que pensaban que había creado otra sintaxis e que los de infantería peleasen en columna cerrada,
al escribir, por ejemplo: El traje que vestí mañana. Vallejo diría que no Oído desto, dimosles tal mano,
había creado nada, que solo escribía como hablaban los nativos de su que al rato, los endígenas, iban vueltos las espaldas,
pueblo. Y esto lo sabemos, sobre todo, los ecuatorianos, cuando escu- cosa que fray Fernandino
chamos a nuestros indios y creemos que hablan mal. Lo cierto es que decía que Dios ha de pagar nuestro trabajuo.
los indígenas se han adueñado del español y producen giros en el habla …
que corresponden a su visión de las cosas así que este es mi poema que
escribí mañana:
Mi poesía tiene una relación estrecha con la musicalidad de la lengua
española y es fundamental el ritmo nacido de esa utilización del idioma.
También tiene un sentido narrativo que para mí es muy esencial. No se
trata simplemente de forma y contenido, de la temática. La narración en
DE CÓMO SE POSESIONÓ DE LA DICHA
términos de la imaginación es un retorno al pensamiento mitológico, un
GRAN CIVDAD DE LA NUEVA ESPAÑA
intento por comprender la esencia de los sentimientos sujeto-objeto. En

ese sentido, pienso que mi poesía logra, o al menos trata de establecer
Caminábanos sierra arriba,
un acto de comunicación del saber.
con los ojos bien abiertos
y los corazones bien juertes. Pero también me interesa la imagen a la manera de Carrera Andrade.
Y como al cuarto de legua, Esa imagen pulcra, transparente que se estructura con las palabras car-
se avistó, un gran numeroso ejército indígena; gadas de una levedad sonora, y que muestran lo que nombran como una
que campos e cuestas venían llenos dellos, revelación o desvelamiento. Y en esta aventura me metí con mi libro
con grandes voces, que era un espanto. Puertas abiertas (2000), dejé a un lado los alcoholes y la farra. Creí que
Y yendo que íbanos con mucho concierto, mi poesía estaba recargada y que eso lo hacía algo oscura. Entonces
y el tiro puesto en orden, decidí mantener las puertas abiertas para que ingresen la luz y el aire, y
y el artillero bien apercibido de lo que debía hacer, renueven mi visión del mundo y de lo que me rodeaba. Un esfuerzo por
pero, aquel rato de los ratos, atrapar la imagen, que pertenece al mundo del inconsciente y que tal
cortado de miedo no supo, vez no tiene una expresión necesariamente verbal. Reto o búsqueda que
ya que a pedir de voces que le dábanos. me impuse bajo el gran pretexto de la construcción de mi casa. Algunos
Tiró fuego e hirió a tres de los nuestros. amigos sostienen que mi verdadera casa es la que construí con palabras
E como el Capitán vide de la manera que andábamos, y no aquella que levanté con ladrillos y madera. Pero mi madre, que es
Ordenó, que los dea caballo sabia, me advirtió que la casa que uno construye en la vida, no importa
190 191

si se la levanta con cemento o palabras. Lo que importa es que esta te portantes en mi desarrollo como poeta; al igual que el contacto que he
proteja de las inclemencias de la intemperie o de los climas del corazón. tenido con las actividades y con otros poetas del continente. Esto me da
el convencimiento y la fortaleza para seguir escribiendo.

La araña
Mi hermano dice que después de 20 años de poesía, yo todavía no he
sube y baja
logrado escribir el poema donde trace los designios de mi generación.
por el cabello del
No mi interesa —le digo— Pero mi hermano insiste en que si me metí a
amanecer.
esto no tendré otra opción para que mi nombre sea considerado el de un
poeta. Mi hermano es el perfecto interlocutor de mi poesía, con él crecí.
Construye su casa
De él he recibido lecturas desde Gilgamesh hasta José Antonio Ramos
en cualquier esquina de
Sucre o Juan Emar, sin su presencia y nuestras tertulias mi poesía se-
tu casa.
ría pobre o le faltaría gracia. Recuerdo cuando me trajo Aullido, y por
primera vez me habló de los betnicks, ese grupo de rebeldes estadou-
Albergue suave y
nidenses que hicieron de la literatura, sobre todo de la poesía, su fuego
pegajoso, con cientos de
espiritual. Por mucho tiempo fueron nuestros padres anímicos, y uno
habitaciones y pasillos
de los momentos más maravillosos sería en el Festival Internacional de
que relumbran con el sol
poesía de Medellín cuando leí junto Lawrence Ferlinghetti. Mi herma-
de la mañana. Hasta que
no no lo cree hasta ahora, como tampoco tiene la certeza de que uno de
cae una mosca,
mis libros integra la colección Visor de Poesía donde está Aullido que
y es como si a nosotros,
él me regaló. Mi hermano es muy ecuatoriano, pero tiene la virtud de
de vez en cuando, nos lloviera
ser el mejor lector de poesía que conozco y mi nombre lo que pretende
un pavo en el patio de la casa.
es honrar su nombre.

He creado varias rutas para mi poesía, como un niño que se pone a jugar
e inventa juegos, ideas y lenguas que solo en su imaginación son reales,
tan reales como su juego mientras lo disfruta. Soy feliz escribiendo
sobre mis obsesiones, hacia allá me vuelco con verdadera pasión y no
estoy pendiente de la suerte de mis poemas. Cada libro ha sido un viaje
donde lo más importante fue la travesía y no el destino. Sin embargo,
cada uno de mis libros tiene una bitácora, un historial entrañable para
mí. Desde el primero que escribí y que fue segundo en aparecer publi-
cado hasta Lactitud cero° (2005) que se publicó este año en Colombia,
pasando por Mordiendo el frío que obtuvo el Premio de Poesía Casa de
América en España, y Puertas abiertas cuya primera aparición sucede
en Portland, U.S.A., en su versión inglesa, que al año siguiente tuvo su
publicación en árabe. Todas estas vivencias de mis libros han sido im-
192 193

Felipe Benítez Reyes: “el humor puede ser un mecanismo Quien lee o quien escribe no siempre está refugiándose. Cabe la posibi-
de equilibrio entre lo solemne y lo cómico de nuestra vida” lidad, ya digo, de que esté esparciéndose.
Por Daniel Heredia La infancia, la juventud perdida, el paso del tiempo, son temas recu-
rrentes en su poesía.

¿Por qué?
Quizá porque no me queda otra. Los considerados “temas eternos” no
Felipe Benítez Reyes es uno de los grandes escritores contemporáneos son eternos por casualidad. Un tema puede ser muy antiguo, pero siem-
españoles, y pertenece a esa clase de autores capaces de saltar de un pre es nuevo para cada uno de nosotros. El pensamiento actúa sobre
género a otro sintiéndose en cada uno de ellos muy cómodo trayendo conceptos muy trillados, aunque desde un sentimiento privado de no-
y llevando, además, lo aprendido de uno a otro con total naturalidad. vedad.
Desde su primer libro, Paraíso manuscrito, publicado en 1982, ha pa-
sado el tiempo y la vida por Felipe, pero sobre todo la confirmación de
su maestría. Su espíritu literario y su sentido del humor son también dos de sus
características destacadas. De hecho, su novela El pensamiento de los
Su literatura tiene uno de esos sellos personales que reconoces ensegui- monstruos provoca risas y carcajadas gracias al policía filósofo y sus
da, un signo de excelencia. ¿Lo busca con determinación? extraños amigos. ¿Por qué le interesa tanto el humor?
Me temo que la mejor manera de no encontrar ese tipo de cosas con- El humor me interesa como vehículo, no como meta. Creo que el humor
siste en buscarlas. No puedo saber si lo que escribo tiene rasgos per- puede ser un mecanismo de equilibrio entre los aspectos solemnes y los
sonales, por la misma razón por la que no puedo saber qué cara pongo aspectos cómicos de nuestra existencia, entre lo terrible y lo absurdo
mientras duermo. Tengo que limitarme a escribir de una manera que de nuestra vida, que está hecha de todos esos factores, en alternancia, o
me parece la adecuada con arreglo a mis posibilidades y también a mis incluso en revoltijo. Algunos de mis humoristas preferidos no se llaman
convicciones estilísticas, y poco más que eso. Es posible que el estilo Jardiel Poncela o Wodehouse, sino Nabokov o Kafka, pongamos por
sólo pueda fundamentarse en intuiciones, en procedimientos instinti- caso. En cualquier caso, el humor tiene la ventaja de esquivar el riesgo
vos. Y todo instinto conlleva una apuesta. Es decir, una incertidumbre. del patetismo, aun a riesgo de caer en la trivialidad, ya que de los pe-
En la formación de un estilo supongo que también cuentan mucho los ligros no se libra nadie. Al fin y al cabo, la escritura es una carrera de
prejuicios estéticos: es tan importante saber lo que quieres hacer como obstáculos.
lo que no quieres hacer. Y suele ser más controlable lo segundo que lo
primero.
Rafael Chirbes afirma que “leer y escribir han sido casi siempre un Tiene unas cuantas novelas excelentes y una verdaderamente prodigio-
modo de refugio”. ¿De qué busca refugio Felipe Benítez Reyes? sa, El novio del mundo. ¿Piensa que es su novela más conseguida hasta
el momento?
No sé si puedo acogerme a ese concepto de “refugio”, ya que tanto la
lectura como la escritura pueden representar a veces una expansión. No lo sé. La escribí hace mucho tiempo y no la he releído.
194 195

El novio del mundo es una novela desoladora y divertidísima a la vez. ¿Es Las identidades su mejor poemario (además de ser el último)? La
¿Cómo se consigo eso? crítica especializada parece que así lo afirma.
¿Lo conseguí de verdad? En fin, te respetaré el optimismo… Supongo No lo sé. No creo. Para escribir ese libro necesité escribir todos los
que en literatura todo se consigue escribiendo, sin más. A veces las co- anteriores, y supongo que es consecuencia de ese proceso. Me confor-
sas salen y otras veces no. Los propósitos sirven como guía, pero las maría con que fuese un capítulo coherente dentro de una secuencia.
guías no acaban sirviendo para mucho. Incluso sospecho que puede
haber errores que resultan indispensables para conseguir un acierto.
¿Cuáles son los rasgos fundamentales de un poema, los que logran que
nos conmueva?
¿Qué ocurre en el tiempo que media entre el final de una novela y el No creo que pueda reducirse a una fórmula. Ojalá. Un buen poema
principio de la siguiente? es una suma imperceptible de muchos factores. Y sospecho que mejor
Dependerá, supongo, de la vida que lleve cada cual. Literariamente, en cuantos menos factores y cuanto más imperceptibles.
mi caso al menos, un periodo de depuración motivado por el hartazgo.
Tengo que olvidarme del esfuerzo para animarme a esforzarme de nue-
vo. Escribir una novela es como tirar de un carro en el que cada vez hay En Cádiz, el circunloquio y la expresión inesperada es casi una seña
más personajes, más situaciones, más divagaciones, más bodas, más de identidad. ¿Por qué la provincia de Cádiz da tantos y tan buenos
naufragios, más cadáveres y más funerales. poetas?
En Cádiz hay una relación peculiar con el lenguaje, no sólo a nivel lite-
rario, sino a niveles populares. Dicho así, parece una catetada localista.
Me gustaría preguntarle por sus primeras lecturas poéticas. Pero ahí están los carnavales, por ejemplo, que son, por encima de todo,
Fueron afortunadamente caóticas. Cuando uno empieza a leer, conviene una fiesta del lenguaje, desde la pura juglaría. Aquí se valora mucho, en
que los estímulos estén muy diversificados, para adquirir cuanto antes la conversación cotidiana, el doble sentido, el retruécano, la formulación
una visión caleidoscópica de la literatura. Eso te obliga no tanto a la perifrástica que es menos un rodeo que una ondulación del sentido.
elección de estéticas afines como a la conciliación crítica de estéticas
dispares. La capacidad de elección suele venir más tarde. Al principio,
lo importante es la aceptación mareante del caos. Ha traducido a autores como Eliot y Nabokov. ¿Qué aprende en los
poemas de los otros?
Traducir poesía viene a ser como desmontar un juguete para ver cómo está
Su obra poética completa se ha publicado en 2009 con el título de Li- hecho, para desentrañarle el mecanismo. Aparte de eso, implica la cons-
bros de poemas. ¿No le dio vértigo ver publicada su poesía completa? trucción de un poema no diré que del todo distinto, pero sí inevitablemente
Vértigo no. A lo sumo un poco de mareo metafísico, como suele ocurrir paralelo. Si traduces un poema de Eliot, pongamos por caso, el resultado no
cada vez que publicas algo, así sea un simple artículo de prensa. No fue es un poema de Eliot, sino el fantasma de un poema de Eliot, y de eso debe
la primera recopilación, de modo que iba ya inmunizado. ser consciente tanto quien lo traduce como quien lo lee. Por buena y estricta
que sea la traducción de un poema, siempre será una falsificación.
196 197

En Oficios estelares (Destino) hace un repaso a 26 años de relatos, De adolescente quiso ser como Jimi Hendrix. ¿Cómo quién quiere ser
pues incluye todos sus libros anteriores de narrativa breve y uno inédi- ahora Felipe Benítez Reyes?
to entero. ¿Qué le interesa del cuento? ¿Como Jimi Hendrix, pero vivo? Bueno, las proyecciones de identidad son
Quizá la necesidad de acotación. La delimitación ineludible de un es- propias de la adolescencia. Con el tiempo se diluye esa capacidad de extra-
pacio narrativo: una historia de la que hay que sobreentender lo pre- polación. Llega un momento en que sólo puedes aspirar a ser quien crees ser.
vio y, generalmente, lo posterior. Creo que el buen cuento empieza en
realidad cuando acaba. Cuando las posibilidades de reverberación se
multiplican en la conciencia de quien lo ha leído. ¿Ha reconocido en muchas entrevistas que se fija mucho en los que le
rodean? ¿Qué ve a su alrededor?
El escritor, el novelista sobre todo, tiene mucho de espía de realidades
Su último libro de cuentos es Cada cual y lo extraño, un delicioso ca- ajenas. Observas para deformar, pero el procedimiento es legítimo. No
lendario vital y literario con muchas sorpresas… importa tanto lo que ves como lo que crees ver.
Lo dispuse como un almanaque: un cuento por cada mes del año. Y
en un año pueden pasar muchas cosas. La elección de esa estructura
tan simple me facilitó mucho la tarea. Por raro que parezca, las pautas ¿Cómo podemos adquirir herramientas para saber mirar?
funcionan. Mirando. Y tal vez fijándose menos en las panorámicas que en los deta-
De entre los títulos que conforman su obra, ¿sería capaz de destacar un lles. Conviene fijar el objetivo en lo anómalo, no en lo obvio. Detrás de
par de ellos y alegar las razones de tal selección? la realidad más inocente y rutinaria puede haber abismos y pesadillas,
por la misma razón por la que detrás de una pesadilla aparente puede
Mal está señalar, y menos señalar algo propio, pero, por razones que esconderse un paraíso.
sería muy largo enumerar, y que no serían estrictamente literarias, me
quedaría tal vez con El equipaje abierto, en poesía, y, en novela, con
El pensamiento de los monstruos… No, mejor con Mercado de espe- Se prodiga en las redes sociales y en su blog Mercado de espejismos.
jismos…. Bueno, qué más da. Ayer te hubiera señalado otros. Mañana ¿Qué le aportan esas apariciones en la Red?
podría señalarte otros. Y pasado mañana seguro que te señalaría otros.
La relación que uno mantiene con sus libros suele estar sometida, como Me temo que poca cosa. Un ligero estupor ante lo imprevisible y desca-
todas las relaciones, a la inestabilidad. bellado de la condición humana, tal vez.

Nunca ha ocultado su admiración por Borges. ¿Qué se siente cuando una calle de su pueblo natal –Rota, donde vive-
lleva su nombre?
Las admiraciones no hay que ocultarlas. Admirar nos honra. Borges me
parece excepcional en todos los géneros: como poeta, como cuentista, Bueno, es que en mi pueblo tiene una calle con su nombre todo el mun-
como ensayista e incluso como entrevistado. do. El ayuntamiento es muy generoso y considerado en ese aspecto.
Aquí el concepto de “celebridad” se mide por un parámetro que tiene
muy poco que ver con la celebridad en sí.
198 199

¿A qué le tiene miedo Felipe Benítez Reyes? Saramago afirmaba que escribir es un trabajo, que el escritor no es un
Depende. Despierto, al dolor físico y a los semidesconocidos que me ser extraordinario que espera las hadas. ¿Está de acuerdo?
paran por la calle para ponerme al día de sus cosas y para preguntarme Esperar la visita de esas hadas no suele ser una esperanza muy fun-
que cuándo van a darme el premio Nobel o, en el peor de los casos, el damentada ni muy prudente, desde luego. Es un símil complicado y
premio Planeta. Dormido, al conde Drácula y a ese tipo de gente. con resonancias de paranormalidad. La escritura surge simplemente del
afán de escritura. Al escritor no se le regala nada desde afuera, salvo
que se dedique al plagio. Decía Nabokov, por cierto, que todas las gran-
¿Sigue siendo la impaciencia uno de tus mayores defectos? des novelas son grandes cuentos de hadas.
…Déjame que lo piense un momento, porque estoy en fase de cura-
ción… Ya… Sí. O tal vez no. No sé… No quiero precipitarme.
Cuando escribe, ¿qué busca, qué persigue?
En principio, lo más básico: no avergonzarme de lo que escribo. No es
¿Cómo es una jornada diaria en su vida? una meta sublime, pero sí prudente.
Como la de casi todo el mundo: algo que está entre la rutina de un obre-
ro y la de Gregor Samsa después del percance.
¿Sigue una disciplina/rutina para escribir?
Se trataría de una especie de método radical: estar disponible las 24
¿Su vida es como la imaginó? horas del día, horas de sueño incluidas. La ocurrencia suele ser instan-
Es que nunca quise imaginármela. Opté por dejar vía libre a la sorpresa. tánea, aunque el desarrollo de esa ocurrencia requiere, si no una rutina,
sí una dedicación más o menos calculada. Si hay suerte, un poema o
un relato puedes resolverlo en cuatro ratos, aunque esos cuatro ratos
¿Cuáles son sus próximos proyectos? puedan espaciarse a veces en varios años. Una novela exige una conti-
Ahora mismo estoy con una novela. Y, como me pasa siempre, estoy nuidad, una persistencia en la tarea que a veces desemboca en el puro
convencido de que será la última, porque la escritura de una novela me tedio, aunque comprendes que eso va en el lote y que tienes que seguir
lleva mucho tiempo y ya tengo más proyectos que tiempo. No sé cómo para evitar el peligro de aburrirte del todo de tus propias invenciones e
saldrá, ya que ahora mismo estoy en la fase confusa, en la de abrochar incluso un poco de ti mismo.
acontecimientos, pero a mi edad tiene mérito hacerte la ilusión de que
puedes resolver una ficción sostenida y coherente, que es un propósito ¿Utiliza cuadernos para tomar notas o lo hace todo por ordenador?
más propio de los escritores jóvenes. Lo sensato sería que a estas alturas
sólo escribiera aforismos. Tomo muchas notas. Algunas acaban siendo útiles y otras no. Funda-
mentalmente, las notas suelen tener para mí una función de recordato-
rio. Mi memoria no suele ser precisa, y además tiende a saturarse.
¿Quién es Felipe Benítez Reyes?
Eso tendrías que preguntárselo a él.
200 201

¿Qué tipo de cuadernos utiliza? ¿Corrige mucho?


Aunque esté mal decirlo, me gustan especialmente las Moleskine, aun- Te digo lo que decía Monterroso: yo no escribo, yo sólo corrijo. Gene-
que también uso otras, desde cuadernos italianos encuadernados en piel ralmente, para restar.
y de papel verjurado a libretillas de gusanillo de tres a un euro.

¿Cómo se clasificaría como escritor?


¿Piensa en un lector determinado a la hora de escribir? Soy el menos indicado para eso. Todo escritor, incluso el más tipificado,
Me gustaría, pero no tengo capacidad para dar concreción a las abstrac- se tiene por inclasificable.
ciones. No creo que exista “el lector” como un ente genérico. Cada cual
busca y encuentra algo distinto incluso en un mismo libro. Ese factor no
puede controlarlo el autor. ¿Ordenador o a mano?
Según para qué.
Si no hubiera sido escritor…
No estaríamos hablando ahora, entre otras carencias… No sé, casi na- ¿Cuándo comenzó a escribir y qué le motivó?
die puede imaginar lo que sería si no fuese lo que es. Esa capacidad de A los 12 años tocaba en un grupo de música rock y escribía letras de
suposición nos excede, aunque a veces nos entretengamos en imaginar canciones en un idioma vagamente parecido al inglés. Han pasado va-
otra vida, casi siempre con una tendencia demasiado optimista a la me- rias décadas, he escrito muchas otras cosas y te confieso que no sé darte
jora. una respuesta sobre mi motivación.

¿De dónde surgen sus historias? ¿A quién le deja leer sus manuscritos antes de ser editados?
Según. Generalmente, de ninguna parte. La realidad no suele servirme Antes que nadie, los lee Silvia, mi mujer. Luego, algún amigo muy cer-
como punto de partida. No es del todo verdad, pero casi podría asegu- cano. Carlos Marzal y Luis García Montero, sobre todo.
rarle que mis historias surgen de sí mismas.

¿Dónde escribe?
¿Tiene alguna superstición a la hora de escribir?
Sólo tengo capacidad para escribir en mi cuarto de trabajo. En cuanto
Creo que no, aunque con las supersticiones nunca se sabe. salgo de allí, me convierto en ágrafo. Soy incapaz de escribir ni siquiera
un artículo de prensa no ya en la habitación de un hotel, sino ni siquiera
en otra habitación de la casa. Comoquiera que uno tiende a ser optimista
¿Para qué le sirve escribir? con respecto a su capacidad de organización, cuando me vine a vivir a
Para muchísimas cosas y a la vez para ninguna en concreto. Tal vez como esta casa dispuse cuatro mesas de trabajo, para dedicar cada una de ellas
un método de interpretación de algo, aunque no estoy seguro de qué. a una tarea específica: una para el ordenador, otra para hacer collages,
202 203

otra para documentación y ese tipo de cosas, otra para… El propósito ¿Cuál es su sitio preferido para leer?
era inmejorable, pero el caso es que hago todo en una sola, la más fea Depende más de la iluminación que del sitio. Leo siempre, eso sí, en la
de todas. Las otras tres han quedado como meramente ornamentales. cama, antes de dormirme, y agradezco mucho que algún libro me man-
tenga en vilo hasta las tantas, por no poder dejarlo.
¿Cómo es ese sitio de trabajo?
Bueno, como casi todos. A veces más ordenado que otras. ¿Cómo se debe leer: en voz baja, en voz alta o sin voz?
Como le venga mejor a cada cual, supongo. Yo, siempre en silencio.
¿Por qué leer? Cuando termino de escribir un poema, sí lo leo en voz alta, para ase-
gurarme de que no estoy demasiado lejos de la cadencia de lo oral.
Porque todo sería peor si no.

¿Quién le enseñó a leer?


¿Leer es vivir?
No lo recuerdo. Entre el colegio y la casa, supongo.
Bueno, hasta cierto punto, y en sentido muy figurado. La lectura viene
a ser una vida complementaria y paralela, una percepción vicaria de la
vida, pero no me atrevería a decir que puede ser un sustituto de la vida ¿Cuál fue ese libro que le convirtió en lector?
propiamente dicha. Ambas engañan de manera distinta. Las biografías ilustradas de grandes personajes de la historia y los te-
beos, sobre todo los de Marvel. También una antología de literatura
¿Qué tipo de lector es? universal, publicada por Santillana, que teníamos en la EGB como libro
complementario al manual de lengua y literatura; allí estaba casi todo.
Me temo que especialmente caprichoso y desordenado. Y un poco im-
placable también: dejo muchos libros sin terminar. Seguramente me
equivoco casi siempre, y me perderé grandes cosas, pero hay que ser ¿Cómo hay que leer un libro?
respetuoso con las primeras impresiones, sobre todo cuando llega un Eso no puede saberlo casi nadie. Cada libro impone tal vez un modo de
momento en que comprendes que las primeras impresiones no sólo no lectura.
son tan primarias como pudieran parecer, sino que además suelen ser
también las definitivas.
¿Qué libros está leyendo?
¿Cuántas horas diarias dedica a la lectura? Siempre leo varios a la vez. Una novela, un ensayo, una biografía, un
libro de poemas… Liando las cosas.
Depende de cómo ande de tarea, aunque siempre menos de las que me
gustaría. Normalmente, unas tres o cuatro.
204 205

¿Con cuál ha llorado o reído últimamente? ¿Qué es el libro para usted?


Soy malo para llorar, incluso cuando era niño, según me dicen, pero de- Una cosa que a veces leo y que otras veces escribo.
jémoslo en conmover: Cumbres borrascosas, una de esas lecturas poster- Un libro que le cambió la vida.
gadas. Pocos libros me han puesto tan nervioso. Lionel Asbo, la última
novela de Martin Amis, me ha hecho sonreír, a pesar de no ser gran cosa. Si existiera ese libro, tendría que quemarlo. Ningún libro tiene derecho
a tanto.

¿Quiénes son sus autores favoritos y qué lecturas recomendaría?


¿Dónde suele comprar los libros?
Tengo devociones inamovibles que arrastro desde que era muy joven:
Borges, Chesterton, Nabokov, Dickens, Cervantes, Pessoa o Eliot. Les Los nuevos, en la librería del pueblo. Los viejos, por Internet.
mantengo una fidelidad agradecida, una devoción inmutable, al menos
de momento, porque con lo inmutable nunca se sabe del todo. Pero la
lista sería mucho más larga, claro está. Esos serían los tutelares, diga- ¿Visita las librerías de viejo?
mos. Por otra parte, recomendar libros es una responsabilidad demasia- Antes mucho. Ahora mucho menos. Cuando vivía en Sevilla, casi todas
do arriesgada. Los entusiasmos no suelen ser transferibles. las tardes hacía una ronda, jugando al bibliófilo. Y casi todas las tardes
iba a visitar a Abelardo Linares a su librería de la calle Mateos Gago,
aunque no tanto para buscar libros, ya que mi economía de estudiante
¿Qué ha aprendido de sí mismo leyendo que no hubiera podido apren- no daba para mucho, como para charlar con él. Me prestaba muchos
der solo? libros inencontrables, y también muchos discos raros. Gracias a su ge-
De mí mismo no sé, pero he aprendido mucho de David Copperfield, nerosidad, su librería se convirtió para mí en biblioteca.
del barón de Charlus o de Fabrizio del Dongo, por ejemplo.
¿Cuántos libros suele comprar en un año?
¿Cómo se puede fomentar la lectura entre los estudiantes que sólo Depende del año. También recibo algunos.
abren los libros por obligación?
Mucho me temo que prohibiéndoles leer libros. Esa táctica no suele
fallar. ¿Cuándo fue la última vez que pensó que se había gastado demasiado
dinero en un libro?
Hace un par de semanas compré un libro muy celebrado. 18 euros tira-
¿Existe una decadencia de la lectura, de los lectores? dos a la papelera. No es mucho, pero algo es.
Hoy se lee más que en cualquier otro momento histórico. Y hay lectores
con intereses muy diversos. Las listas de libros más vendidos suelen ser
desalentadoras, pero, bien mirado, el desaliento no debe fundamentarse ¿Alguna manía u obsesión con los libros?
en lo demoscópico. Hay margen para la literatura subterránea. Aparte de tener algunos, no.
206 207

¿Cómo los cuida? ¿Tiene libro electrónico?


Suelen cuidarse solos. De momento no.

¿Los presta? ¿Qué opina sobre el libro electrónico?


Sí, claro. También regalo. Casi lo mismo que opino sobre las batidoras o los secadores de pelo: a
quien le resulte útil, estupendo.

¿Posee ex libris?
No. Y ya soy demasiado mayor para eso. ¿Cómo luchar contra la copia ilegal de libros digitales?
Supongo que con una ley específica y, sobre todo, con la voluntad de
aplicarla.
¿Están sus libros limpios de notas y subrayados o los marca de alguna
de manera?
Depende. Los libros “de trabajo”, por así decirlo, los subrayo. Aquellos ¿El libro en papel será en el futuro un objeto de lujo?
sobre los que voy a escribir o que van a servirme para algo que pienso Hace unos meses que me noto poco profético… No lo sé, la verdad. El
escribir. Algún párrafo de una novela… Siempre a lápiz, con un trazo libro en papel como objeto de lujo ya existe. Cuando la gente se mueva
muy leve que puede borrase sin dejar huella. Los de poesía no. Tampo- por las ciudades en aeronaves, ya veremos.
co, claro está, los que tienen valor de objeto.

Su biblioteca es…
¿Qué opina de ese fenómeno comercial que es la Feria del Libro? Como casi todas, una historia privada.
Me parece bien… No se me ocurre ningún inconveniente.

¿Cuál es su fondo actual de títulos?


¿Ha practicado en alguna ocasión el bookcrossing? No tengo capacidad de cálculo para eso. Unos 5.000 quizá, no sé.
¿Qué es el bookcrossing?
Dejar un libro en un lugar público para que lo recoja otra persona y ¿Cuál es el número idóneo de libros para su biblioteca?
crear así una cadena de lectores.
Siempre sobran, por pocos que tengas, y siempre faltan, por muchos
Ah, ya. No. Me han pedido libros para eso, y los he dado, y se supone que que tengas. Se trata de un organismo cambiante, en función de los inte-
han rodado por ahí, pero mi única experiencia equiparable al bookcrossing reses del momento, de las épocas de tu vida.
ha sido la de olvidarme un libro en algún avión o en un tren. Por seguir con
los extranjerismos, lo mío sería una especie de casual bookcrossing.
208 209

¿Cómo debe formarse una biblioteca privada? fundamenta en una conexión secreta. Pasa lo mismo que con los arma-
Supongo que de la única manera posible: poco a poco. Con el criterio rios: sólo sus dueños saben establecer una pauta combinatoria para sus
de la necesidad y del capricho, que vienen a ser dos disfraces del azar. prendas de vestir.

¿Qué género predomina en la suya? ¿Qué libros le faltan?

Hay de todo. La sección de poesía, por ejemplo, la tengo muy esencia- Ojalá que muchos.
lizada. Almaceno muy pocos.
¿Posee libros heredados de su familia?
¿Cuál es el libro más raro de su biblioteca? Le tengo mucho afecto a un ejemplar de las obras completas de Antonio
El concepto de “rareza” es bastante raro en sí mismo. Lo que se posee Machado que perteneció a mi abuelo materno y a un manual de magia y
nunca es raro. prestidigitación que fue de mi padre, que jamás ha practicado la magia,
al menos que yo sepa.
¿Y el más caro?
¿Hace expurgo en su biblioteca con frecuencia?
No tengo ni idea. Tal vez uno impreso por Ibarra, aunque no estoy se-
guro. Sí. No me gustaría vivir en una casa abarrotada de libros. He mandado
miles, a lo largo de muchos años, a las dos bibliotecas del pueblo. Tam-
bién regalo muchos, cuando intuyo que a algún amigo puede interesarle
¿Cómo clasifica su biblioteca? un libro en concreto.
Por mera aproximación. Por zonas más o menos temáticas, pero siem- ¿Contiene libros en otros idiomas?
pre acaban contaminadas. Soy muy ordenado, pero mis circunstancias Sobre todo en inglés.
no suelen serlo.
Acumula objetos, fotografías y todo tipo de fetiches en las baldas de su
biblioteca. ¿Qué biblioteca ha visitado y le ha fascinado?

No soy muy de cacharritos en las baldas. Algunos tengo, pero pocos. Entre las de mis contemporáneos, y por no salir del ámbito de las priva-
das, ya que las públicas tienen algo de museo, y nadie ansía ser dueño
de un museo, he envidiado la de Abelardo Linares, la de Andrés Trapie-
¿Alguna peculiaridad? llo, la de Chus Visor, la de Juan Manuel Bonet, la de Joaquín Sabina, la
de Juan Bonilla, la de Luis García Montero. Soy un bibliófilo redimido,
No tiene nada especialmente distintivo, a pesar de que todas las bi- pero la bibliofilia es como el tabaco: por mucho que te quites, nunca te
bliotecas acaban resultando excéntricas para quien no sea su dueño. A quitas del todo.
menos que sean temáticas, sólo tienen coherencia para quien las forma.
La apariencia puede ser enmarañada, pero creo que toda biblioteca se
210 211

¿Qué biblioteca le gustaría visitar? 16 escritores argentinos a tener en cuenta


Eso lo sabré más adelante. Cuando la visite. Por Francisco Peregil

Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960) ha publicado las novelas Chistera de duen-
de, Tratándose de ustedes, La propiedad del paraíso, Humo, El novio del mundo, El
pensamiento de los monstruos y Mercado de espejismos; los libros de cuentos Un
mundo peligroso, Maneras de perder, Oficios estelares y Cada cual y lo extraño; los
poemarios Paraíso manuscrito, Los vanos mundos, Pruebas de autor, La mala com- Breve paseo por el panorama literario actual: desde el poeta Antonio
pañía, Sombras particulares, Vidas improbables, El equipaje abierto, Escaparate de Calveria, de 85 años, hasta el autor que se atrevió a engordar ‘El Aleph’
venenos, La misma luna y Las identidades, además de diversas antologías; las novelas y ha sido denunciado por María Kodama.
juveniles Lo que viene después de lo peor, Los libros errantes y El caballo cobarde;
los ensayos Rafael de Paula, Bazar de ingenios, La maleta del náufrago, Palco de Lo que viene a continuación es un espejo de la literatura actual argen-
sombra, Gente del siglo, Ronda. Cuaderno de ruta, El ocaso y el oriente, Papel de tina, un reflejo de lo que se escribe en el país. Faltan y faltarán siempre
envoltorio, Don Quijote y don Juan, muñecos míticos, Laboratorio de realidades, For- escritores notables. Muchos de ellos, como Ana María Shua, Mempo
mulaciones tautológicas, Las respuestas retóricas y Oficina universal de soluciones; y Giardinelli, Liliana Heker, Alan Pauls, Eduardo Sacheri, Guillermo
la obra teatral Los astrólogos errantes. Ha ganado, entre otros, el Premio de la Crítica Martínez, Martín Kohan, Leopoldo Brizuela… O los poetas Jorge Fon-
y el Premio Nacional de Literatura. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas. debride, Diana Bellesi y Tamara Kamenszain, forman parte del grupo
de 60 escritores invitados por el ministerio de Cultura argentino a la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014.
Otros no asistirán. En ese grupo se encuentran también escritores des-
tacados como Sylvia Iparraguirre, Gabriela Cabezón Cámara, Federi-
co Falco, Rodrigo Fresán, Jorge Asís, Pablo Ramos, Matilde Sánchez,
Jorge Consiglio, Iosi Havilio, Juan Forn, Daniel Guebel, Pedro Mai-
ral, Washington Cucurto, Sergio Schejfec, Patricio Pron; periodistas
y escritores como Leila Guerriero, Martín Caparrós y Jorge Fernán-
dez-Díaz; poetas como Luis Benítez (“Anoche alguien derribó un ár-
bol/ Que cumplía 3.000 años / Erguido sobre el campo”) y dramaturgos
como Rafael Spregelburd.
212 213

1. Arnaldo Calveyra (Provincia de Entre Ríos, 1929) mar, andar descalza por la calle, tener hijos, hablaba con los gatos ato-
¿Imaginan a un poeta de 85 años sacando una libretilla diminuta para rrantes, quería conocer el nombre de las constelaciones; pero no sé si es
anotar alguna frase mientras charla con un periodista? Ése es Calveyra, del todo así, no sé si de veras se la estoy describiendo –dijo el hombre
uno de los poetas contemporáneos más relevante en lengua española, que tenía cara de cansancio”.
dueño de una obra donde se funden la poesía y la narración. Entre sus novelas más destacadas se encuentra El que tiene sed, obra
En su primer libro, Cartas para que la alegría, publicado en 1959, con de carácter biográfico sobre su adicción al alcohol. Su taller literario en
30 años, escribe unos versos memorables: uno de los de más solera en Argentina. A pesar de que suele recibir a
sus alumnos diciéndoles que los talleres no sirven para nada, se han for-
“En el ferry fue tan lindo mirar el agua. / ¿Y sabes?, no supe que estaba mado escritores que hoy gozan de plena vigencia como Liliana Heker
triste hasta que me pidieron que cantara.” (quien a su vez dirige un taller desde 1978), Samanta Schweblin, Juan
Y el último texto de su Poesía reunida (Adriana Hidalgo Editora, 2012) Forn o Pablo Ramos. El pasado 12 de noviembre Abelardo Castillo ob-
dice: tuvo junto a Ricardo Piglia el premio Konex de Brillante a las letras ar-
gentinas de la última década, otorgado por la fundación Konex. Se trata
“Deseos de escribir la palabra ruiseñor, de quedarme con ella toda la de la mayor distinción de la literatura argentina. En 1984 el galardón lo
siesta y ver si cuando merme el sol se puede divisar un ruiseñor o a un recibió Borges, a quien siguieron Adolfo Bioy Casares (1994) y Héctor
lindo boyerito.” Tizón (2004). Abelardo Castillo excusó su presencia en la entrega de
Después de publicar su primer libro de poemas, Calveyra se marchó a premios a causa de una “contractura arcaica”. Pero recibió a una pe-
Francia con una beca y allí se quedó hasta el día de hoy. Casi todos sus riodista de Página 12 en su casa a la que confesó: “Me pone muy con-
libros fueron publicados en francés. Sólo comenzó a editarse en español tento que el Konex de Brillante lo hayan ganado antes escritores como
hace unos 20 años. Borges, Bioy Casares y Tizón. Este tipo de premios le importa ganar a
un escritor porque no se postula. Vale decir que no es que mandé una
obra de teatro, un libro de cuentos o una novela, sino que me eligió un
2.- Abelardo Castillo (nacido en San Pedro, provincia de Buenos Ai- grupo de pares –escritores, periodistas y críticos literarios– y es muy
res, en 1935) gratificante”.
Ha sido un personaje clave en la actividad cultural del último medio
siglo en Argentina, como escritor y como director de varias revistas lite-
rarias. Es dramaturgo, novelista y este año la editorial Alfaguara acaba 3. Hebe Uhart
de publicar sus Diarios (1954-1991). Su mayor prestigio lo ha obtenido Nació en Moreno, provincia de Buenos Aires, en 1936. Sobre sus cuen-
como escritor de cuentos. La escritora Sylvia Iparraguirre, su pareja tos dijo Fogwill que están entre los mejores de la literatura argentina.
desde hace 44 años, fue la encargada de hacer una antología sobre el Uno de sus mejores relatos es Guiando la hiedra. Y comienza así:
cuento argentino con motivo de la feria del libro de Francfurt y ha sido “Aquí estoy acomodando las plantas, para que no se estorben unas a
también la encargada de ampliar la antología de cara a la feria de Gua- otras, ni tengan partes muertas, ni hormigas. Me produce placer obser-
dalajara. En aquella ocasión, el cuento escogido para representar a Cas- var cómo crecen con tan poco; son sensatas y se acomodan a sus reci-
tillo fue El cruce del aqueronte. Y ahora, en Guadalajara, el relato suyo pientes; si estos son chicos, se achican, si tienen espacio, crecen más.
seleccionado es Carpe diem, que comienza así: “-A ella le gustaba el
214 215

Son diferentes de las personas: algunas personas, con una base mezqui- En una entrevista con la revista digital Tónica declaró el pasado julio:
na, adquieren unas frondosidades que impiden percibir su real tamaño; “El pobrismo no sirvió nunca para nada. No creo en la caridad. La de-
otras, de gran corazón y capacidad, quedan aplastadas y confundidas testo. Bueno, no soy católica, nunca lo fui (…). Subvencionar a los
por el peso de la vida. En eso pienso cuando riego y trasplanto y en las pobres es quitarles la dignidad. En un momento sí, pero es una medida
distintas formas de ser de las plantas: tengo una que es resistente al sol, pasajera, no es una política de Estado subvencionar un país. (…) No soy
dura, como del desierto, que tomó para sí sólo el verde necesario para peronista desde el fondo del alma (…). No soy gorila y no soy antipero-
sobrevivir; después una hiedra grande, bonita, intrascendente, que no nista, pero no soy peronista. Es una estructura como ajena a mí. Además
tiene la menor pretensión de originalidad porque se parece a cualquier estos diez años [de Gobiernos kirchneristas] fueron pésimos.”
hiedra que se puede comprar en todos lados, con su verde tornasolado.
Pero tengo otra hiedra, de color verde uniforme, que se volvió chica; He aquí su poema La vida plena, de su primer libro, Mujer de cierto
ella parece decir; ‘Los tornasoles no son para mí’; ella responde cre- orden, escrito a los veintisiete años:
ciendo muy lentamente, umbría y segura en su cautela. Es la planta que “A algunos les han quitado las ganas de hablar,/ pasan mudos por el
más quiero; de vez en cuando la guío, yo comprendo para dónde quiere amor, aman perros vagabundos / y tienen una piel tan sensible / que
ir y ella entiende para dónde yo la quiero guiar.” nuestros pequeños saludos cotidianos / pueden producirles heridas casi
En una entrevista comentó: de muerte. / Nosotros, seres amables e inofensivos, / miramos los gatos
enfermos, las mujeres con collares / que pasan por la calle /y sentimos
“Sigo el consejo de Chejov, en el que creo absolutamente: dejar de lado un desamor agradable, / casi suficiente.”
el contenido de lo que dice el personaje para atender a cómo lo dice;
mirar del personaje cómo se mueve , cómo camina, cómo se calla, etcé-
tera. Lo que alguien dice, en materia de juicios valorativos, ideológicos, 5.- Ricardo Piglia (Adrogué, provincia de Buenos Aires, 1940)
entra en el circuito de su clase social, grupos de pertenencia. Todos es-
cuchamos más o menos las mismas radios, leemos los mismos diarios, Su novela Respiración Artificial, publicada en 1980, en plena dictadura,
por lo tanto la mayoría de las veces nuestros comentarios que pretenden marcó un antes y un después en la literatura del país. Plata Quemada
ser muy personales, no lo son. A mí me interesa la especificidad de las y Blanco Nocturno también fueron aclamadas en el mundo hispano.
personas.” Además de novelista y cuentista, Piglia es un excelente ensayista lite-
rario. En Youtube hay cuatro clases impagables de Piglia sobre Borges,
Alfaguara Argentina publicó sus Relatos reunidos en 2010. grabadas por la Televisión Pública argentina. Autores como Sergio Ol-
guín (Buenos Aires, 1967) no tienen empacho en confesar que Piglia les
enseñó a leer con nuevos ojos la literatura argentina.
4. Juana Bignozzi (Buenos Aires, 1937)
El pasado 12 de noviembre Piglia fue galardonado junto a Abelardo Casti-
En el país de Alfonsina Storni (1892-1938) y Alejandra Pizarnik (1936- llo con el premio Konex de Brillante a las letras argentinas de la última dé-
1972) sigue habiendo excelentes mujeres poetas. Ahí están, por ejem- cada, máxima distinción literaria en el país. Los anteriores galardonados
plo, Diana Bellessi, de 68 años, Tamara Kamenszain, de 67, y Juana fueron Borges (1984), Bioy Casares (1994) y Héctor Tizón (2004). Piglia
Bignozzi, de 77. Vivió en España entre 1974 y 2004 traduciendo libros no pudo asistir a la entrega del premio a causa de una enfermedad. A tra-
de italiano y francés. vés de su editor argentino, encargado de recoger el premio en su nombre,
se disculpó por su salud: “Estoy un poco embromado, nada grave”.
216 217

6.- Alberto Laiseca (Rosario, 1941) En otra entrevista publicada en Página 12, donde suele colaborar, de-
Se considera fundador de lo que él llama “realismo delirante”. Su obra claró:
está marcada por el terror, la fantasía y el humor. Tiene dos novelas “Yo lamento tener gustos de clase, pero en este país o te alineás con
descomunales: Los Sorias (1998) y El jardín de las máquinas parlantes [Roberto] Arlt o te alineás con Bioy [Casares]. En mi caso hay una per-
(1993). Los Sorias, con 1.344 páginas, es la novela más larga de la sistencia. Yo tengo la sensación física de cuando leí El juguete rabioso
literatura argentina. Sobre ella, Ricardo Piglia escribió: “Es la mejor [de Arlt] por primera vez. La abuela estaba agonizando ese verano. Yo
novela que se ha escrito en la Argentina desde Los siete locos [de Ro- andaba al borde de la depresión y me acababa de dar un saque con Cri-
berto Arlt]”. men y castigo. El juguete... lo leí en un galpón en el fondo de casa, una
Goza de gran predicamento entre un sector de los jóvenes escritores, tarde de verano de calor terrible, entre las tres y las siete de la tarde. Si
pero no ha sido traducido a ningún idioma. “Lo menos que podrían a los 16 años te pega Arlt, te va a seguir pegando toda la vida.”
hacer es publicar mis libros al inglés”, se queja para añadir: “Igual, Una de las obras que suele recomendar en sus talleres es Ser escritor
hay algo mucho peor que no ser traducido y es que no les gustes a los (Seix Barral), de Abelardo Castillo.
jóvenes”.
Laiseca se confiesa un gran admirador de Edgar Allan Poe y de Stephen 8.-César Aira (Pringles, Buenos Aires, 1949)
King y cuando se le pide recomendar algún escritor argentino actual
solo acierta a dar nombres de antiguos alumnos de su taller, entre los Es uno de los grandes referentes vivos de la literatura argentina. El es-
cuales se encuentra Selva Almada. Sus alumnos destacan que él genera critor y editor argentino Luis Chitarroni escribió:
discípulos muy distintos, “no clones de un taller literario”. “A veces, quien lee a Aira, debe tener paciencia: esperar el hecho que
va a cambiar al libro totalmente. En sus libros hay siempre un click.”
7.- Guillermo Saccomano (1948, Buenos Aires) Su obra, tan caudalosa como desinhibida, sigue la senda marcada por
Osvaldo Lamborghini (1940-1985), escritor que se mantuvo al margen
Trabajó como publicista y como guionista de cómics para dibujantes de la cultura oficial y convulsionó los cánones literarios. El propio Aira
famosos antes de dedicarse de lleno a la escritura. Ganó el Premio Na- ha perdido la cuenta de las novelas publicadas. En mayo decía que de-
cional de Literatura 1999-2000 con El buen dolor. Su libro Cámara Ge- ben haber sido unas sesenta o setenta. En 2012 la revista Perfil invitó
sell (2012) fue saludado por el escritor argentino Jorge Fernández Díaz a 23 escritores para que eligieran su obra preferida de Aira y no hubo
como una “topografía de la maldad”, que “hace volar por el aire la apenas repetición de títulos. No obstante, si hubiera que destacar algu-
hipocresía de una sociedad donde nadie se siente culpable” nas de las “novelitas”, como el mismo define a sus novelas cortas, que
En una entrevista en La Nación, Saccomano comentaba: le han deparado mayor prestigio, habría que mencionar Los fantasmas,
“Mi padre era sastre, pero de noche estudiaba periodismo. (…) Mi pa- Ema, la cautiva, La liebre, o El mago.
dre era socialista y mi madre, sin ser peronista, una admiradora de Eva En una entrevista publicada en 2009 en La Nación le preguntaron:
Perón, a la que, decía, todas las mujeres argentinas le debían algo. Esto “¿Qué opinión le merecen los escritores serios, los intelectuales?”
hacía que en mi casa se viviera cierta tensión política, que no pasaba a
mayores, pero allí estaba.” Y Aira contestó:
218 219

“No saben lo que se pierden. No saben cuánta libertad están perdiendo. 10.- Claudia Piñeiro (Buzarco, provincia de Buenos Aires, 1960)
Yo pienso, y lo he dicho varias veces, que es cada vez más difícil escri-
bir literatura seria hoy.”
Es una de las escritoras argentinas más leídas. Mientras trabajaba como
Aira considera todos sus libros un experimento. “Son pensados como contable de varias empresas acudía a varios talleres literarios. El que
tales”, reconoció en 2004 a Clarín, “pero no se trata de experimentos más le influyó fue el de Guillermo Saccomano. En 2005 ganó el VIII
hechos con la seriedad metódica de un científico sino con la seriedad Premio Clarín de Novela con Las viudas de los jueves. Y desde enton-
ametódica de un sabio loco o de un niño que juega al químico y mezcla ces, cada obra suya es una garantía de éxito de ventas.
dos sustancias para ver qué pasa”. Para muchos jóvenes, esa desinhibi-
ción es el gran faro a seguir. Rosa Montero, miembro de aquel jurado, dijo en su día:
“La novela habla de una serie de vecinos que viven en un country, en
una de esas organizaciones residenciales de lujo, sumergidos en una de
9.- Marcelo Cohen (Buenos Aires, 1951) esas felicidades aparentemente perfectas y plásticas, como la felicidad
Es el dueño de eso tan difícil de alcanzar que podría llamarse un mundo de los anuncios de televisión que muestran esa imagen de la familia
propio, una obra coherente y rica. Sobre Cohen dijo Ricardo Piglia: “De perfecta de padres rubios y sonrientes, de hijos rubios y sonrientes, de
su camada, que es muy buena, [Alberto] Laiseca es el número dos. El perros rubios y sonrientes, saltando por praderas verdes y jardines ma-
mejor es Marcelo Cohen, un maestro. Está escribiendo una obra monu- ravillosos. Pero en realidad debajo de esa aparente felicidad palpita,
mental, inventando un mundo paralelo, un lenguaje nuevo”. Para algu- crepita y crece, poco a poco y de manera inexorable, la perdición, la
nos libreros y editores, Cohen es el más recomendable de los escrito- humillación y la derrota.”
res argentinos. Todos sus lectores destacan la ambición sostenida de su A través de una trama policial Piñeiro dibujaba las hipocresías y los
obra. A pesar de que vivió en los ochenta en España no es muy conocido miedos de la clase media alta que se enriqueció bajo el menemismo,
fuera de su país. Entre sus libros podríamos destacar los Relatos Reuni- recluida en los countrys o barrios privados de las afueras de Buenos
dos, publicados en Alfaguara. Cohen piensa que la que la literatura está Aires. En 2011 Piñeiro regresó a la vida de la burguesía en los countrys
para cosas más complejas que sólo contar historias. con Betibú, que también fue número uno en ventas. En 2013 publicó
El año pasado declaró en la revista Ñ: Un comunista en calzoncillos (Alfaguara), una novela sobre la infancia
ambientada en el inicio de la dictadura militar.

“La literatura está para ampliar las vivencias, que el pensamiento se


expanda y la imaginación pueda ser mayor y podamos sentir más. Y, 11. Fabián Casas (Buenos Aires, 1965)
además, para darnos maneras de decir que nos permitan liberarnos de Es poeta, narrador y columnista. “No tengo imaginación, así que escri-
un régimen del decir.” bo sobre lo que he vivido, sobre los relatos que escucho en diferentes
lugares. (…) Me gusta escribir buscando la voz extraña, no la voz per-
sonal. Escribir sintiendo la piedra en el zapato, vergüenza ajena por el
texto, incertidumbre y, claro, alegría”, comentaba a este diario en una
entrevista. En 2007 recibió en Alemania el premio Anna Seghers, que
220 221

reconoce a un autor latinoamericano cada año. -Vos dirás.


En uno de sus libros, Los Lemmings y otros (2005) se encuentra el re- -No te acordás de mí.
lato El Bosque Pulenta, que comienza así: Brauer la miró con más atención. No, no la recordaba.
“Se trata de dos chicos que salen a la vez por las puertas traseras del -No importa -dijo ella-, nos conocimos hace mucho y por poco tiempo.
mismo taxi y que, por miles de motivos, no se vuelven a ver más. Uno Cuestión que aquel es hijo tuyo.”
de ellos soy yo, el que cuenta la historia. El Otro es Máximo Disfrute,
mi primer amigo, maestro, instructor, como se le quiera llamar”. Selva Almada ha publicado este año la novela Ladrilleros (en Mardul-
ce) y el libro Chicas muertas (Literatura Random House), sobre tres
Mi mamá y su mamá trabajaban en la misma fábrica de ropa interior mujeres asesinadas en los 80.
femenina. Lo primero que recuerdo es que estamos debajo de algo.”
Se formó en el taller de Alberto Laiseca y ahora dirige uno propio.

12. Selva Almada


13.- Félix Bruzzone (Buenos Aires, 1976)
Es la escritora del momento. Si pregunta uno en muchas librerías de
Buenos Aires por un escritor joven es muy probable que el librero Es hijo de desaparecidos víctimas de la dictadura militar (1976-1983) y
muestre algún libro de Selva Almada. Hasta hace tres años su nombre ha escrito varias obras de ficción en las que profundiza en esa cuestión.
era un secreto a voces en el mundillo literario. Se hablaba de una chi- “Soy hijo de desaparecidos, es una condición real, no es inventada. Pero
ca del interior, es decir de provincias, que había publicado un libro de eso no me convirtió en escritor”, ha declarado en alguna entrevista. En
poesía y otro de cuentos muy bueno titulado precisamente Una chica de 2008 publicó el libro de cuentos 76 (año en el que nació y en el que
provincia. Pero pasaban inadvertidos para el gran público. Hasta que comienza la dictadura) y Los Topos, que comienza así: “Mi abuela Lela
en 2012 la pequeña editorial argentina Mardulce publicó El viento que siempre dijo que mamá, durante el cautiverio en la ESMA había teni-
arrasa. Beatriz Sarlo, una de las críticas literaria más influyente del país do otro hijo”. Bruzzone trabaja como limpiador de piscinas. Su novela
la ensalzó y ese mismo año, La revista Ñ, del grupo Clarín, hizo una Barrefondo versa sobre un limpiador de piletas que cree ser testigo de
encuesta entre cien referentes de la cultura argentina y salió elegido un crimen. En sus obras, según él, siempre hay una constante: los perso-
libro del año. najes quieren saber y no saben. Su última novela, Las Chanchas (2014,
Random House), se inicia con la escena de un hombre que sale con la
En El viento que arrasa se pueden leer pasajes como este: basura a la calle y se encuentra con dos chicas, que gritan: “Nos quieren
“-Quiero hablar con vos. secuestrar, por favor, señor, nos quieren secuestrar!”. En 2010 ganó en
Brauer la miró sin dejar de hacer lo que estaba haciendo. Ella tardó en Berlín el premio Anna Seghers, que reconoce a un autor latinoamerica-
empezar y él pensó que se trataría de una prostituta. Era bastante co- no cada año.
rriente que los camioneros de viajes largos llevaran mujeres así de un
lado a otro y las aguantaran mientras ellas se hacían una changa. Tal vez 14. Pablo Katchadjian (Buenos Aires, 1977)
después compartían el dinero.
Es el escritor preferido de César Aira entre las nuevas generaciones.
Viendo que no arrancaba, el Gringo dijo: Toda su obra ha sido publicada en pequeñas editoriales. Es conocido,
222 223

sobre todo, por sus novelas Qué hacer (Bajo la luna, 2010), Gracias “Pocas veces la relación entre madre e hija se ha visto tratada de la
(Blatt & Ríos, 2011) y La libertad total (Bajo la luna, 2013). Publicó manera en que lo hace La débil mental. Y que Harwicz logra, en apenas
sus primeros poemas y cuentos en su pequeñísima editorial la Imprenta cien páginas de un poder narrativo hipnótico, exponer al amor y a la
Argentina de Poesía (IAP). Ahí dio a conocer El Martín Fierro ordena- pasión sexual sin máscaras: el enamorado como un peligroso monoma-
do alfabéticamente (2007), en el que ordena el clásico argentino según níaco, atrapado en toda su irresistible y salvaje estupidez.”
el alfabeto. Ejemplo: Estudió en Buenos Aires filosofía, guión cinematográfico y dramatur-
“a andar con los avestruces: gia. Hace unos años se marchó a estudiar Literatura Comparada en La
a andar declamando sueldos. Sorbona y ahora vive en un pueblo de solo 13 habitantes situado a 180
kilómetros del sur de París.
a ayudarles a los piones
A bailar un pericón
16. Samanta Schwebling (Buenos Aires, 1978)
a bramar como una loba
Publicó en 2002 su primer libro de cuentos, El núcleo del disturbio, y en
a buscar almas más tiernas.” 2009 el segundo, Pájaros en la boca, con el que obtuvo el premio Casa
En su Imprenta Argentina de Poesía publicó en 2009 El Aleph engor- de Américas. Ella era la escritora del momento hace diez años, la Selva
dado. A las 4.000 palabras del cuento de Borges añadió 5600 de su Almada de entonces. En 2010, la revista Granta la seleccionó como uno
propia cosecha. Fue un libro del que distribuyó apenas 200 ejemplares. de los “mejores jóvenes narradores en español”. Entre los 22 elegidos
A causa de esa obra, la viuda de Borges, María Kodama, lo denunció de aquel número también estaban los argentinos Patricio Pron (1975) y
en 2011 por plagio. Katchadjian fue absuelto en primera instancia pero Pola Oloixarac (1977). En 2012 Schwebling ganó el Premio Internacio-
los abogados de Kodama recurrieron y la Cámara de Casación estimó nal de Cuento Juan Rulfo, que se entrega en diciembre en París desde
que con el “engorde” Katchadjian ha violado los derechos de autor. La hace 30 años, por su relato Un hombre sin suerte. Este año acaba de
defensa de Katchadjian pretende incorporar en el juicio como testimo- publicar su primera novela, Distancia de rescate (Random House).
nios de expertos al escritor César Aira y a la ensayista y crítica literaria
Beatriz Sarlo. Continuará.

15. Ariana Harwicz (Buenos Aires, 1977)


Publicó su primera novela en España (Lengua de Trapo) y en Argentina
(Paradiso) al mismo tiempo el año pasado. Se titula Mátate, amor y
cuenta la historia en capítulos breves de “una mujer salvaje atrapada en
una selva y en una familia”, según la autora, una mujer que se plantea
matar al marido y al bebé. Sobre su segunda novela, La débil mental
(editorial Mardulce), el crítico Maximiliano Tomas destacó en La Na-
ción:
224 225

Argentina es literatura ventas, que reflejan la medida en que las obras satisfacen las expectati-
vas de los tenderos terminales de la industria, lo que a su vez depende
Por Francisco Peregil
de factores publicitarios, de diseño de cubiertas y de emplazamiento en
la vidriera.
Lo escribió Fogwill en 1981, Rodolfo Enrique Fogwill (1941-2010),
autor de Los Pichiciegos, novela memorable sobre el despropósito de
la guerra de Las Malvinas. Ahora podemos seguir con nuestro intento
de poner orden.
Hay mucha vida después de Borges. La eclosión de autores de todas las Este año Argentina será el país invitado en la Feria Internacional del
generaciones garantiza el relevo en las letras del país. Libro de Guadalajara. Acudirán unos sesenta escritores. Otros tantos
no viajarán a México por razones de diversa índole. Pero, más allá de
quien vaya o deje de ir, la feria es un buen pretexto para preguntarse
Cada tarde, cientos de jóvenes en Buenos Aires salen de sus casas con
cuáles son las voces más significativas, qué tendencias hay y quién es
la sana intención de matar a Borges. A Borges o al mismísimo Witold
el escritor más influyente en Argentina.
Gombrowicz, el escritor polaco al que se le atribuye el famoso consejo
cuando le preguntaron qué deberían hacer los argentinos para adquirir “Si nos atenemos a la jerarquía rudimentaria de las ventas”, señala una
la deseada madurez literaria. editora que prefiere mantenerse en el anonimato, “descubriremos que el
autor argentino de más éxito es Julio Cortázar, cuyo centenario de naci-
-¡Maten a Borges! -gritó desde el barco en el que regresaba a Europa en
miento se celebra en Guadalajara. Cortázar es de lejos el autor que más
1963, o bien se lo confió a un periodista al pie del barco; en ese punto
vende en Argentina. Borges es Borges, hay como un acuerdo tácito es
la leyenda se bifurca.
que es de lejos el mejor escritor argentino, lo legitima todo, cualquiera
En cualquier caso, cientos de jóvenes salen cada tarde en Argentina a se ampara en él. Pero Cortázar es un icono, es más querido. Uno puede
formarse como escritores. Y suelen meterse en casa de otros escritores encontrarse su foto en cualquier mostrador de una tienda perdida en un
que montan talleres literarios. “Es curioso”, resalta la escritora Sylvia pueblo chiquito de una provincia remota”.
Iparraguirre “el prestigio del que sigue gozando el libro en esta época
Y entre los vivos, esperando que Fogwill nos disculpe por la pregunta,
en la que cada cual publica lo que quiere en Internet”. Alrededor de esos
¿quiénes son los que más venden? Ahí, según la misma editora, destaca
maestros están naciendo alumnos aventajados. Pero antes de mencionar
Claudia Piñeiro, quien se dio a conocer en 2005 con una novela, Las
un solo nombre convendría recordar las palabras de uno de los mejores
viudas de los jueves, que lleva vendidos 150.000 ejemplares, algo inau-
autores argentinos:
dito en Argentina. Y después Eduardo Sacheri, autor de La pregunta de
La prensa seria, es decir, la que de un modo más seriado informa lo que sus ojos -que dio lugar a la película El secreto de sus ojos.
ocurre en el mundo, necesita tratar el hecho literario según el único pa-
Si alguien entra en una librería de Buenos Aires y pregunta por un nue-
radigma que el periodismo sabe procesar: el orden. Como respuesta, la
vo escritor es muy probable que el primer nombre que se le ocurra al
industria cultural presenta sus productos jerarquizados según ranking:
librero sea el de Selva Almada
los premios, que prueban la medida en que la obra y otros recursos
arbitrados por el autor satisfacen las expectativas de los jurados, y las
226 227

Pero si uno entra en una librería de Buenos Aires y pregunta por un rio, que esto es una reunión de escritores que leen sus textos y se criti-
nuevo escritor -que Fogwill nos perdone otra vez-, es muy probable can entre ellos. El taller literario tomado estrictamente como un méto-
que el primer nombre que se le ocurra al librero sea el de Selva Almada, do de enseñanza es muy dudoso, porque no nació como un fenómeno
nacida hace 41 años en la provincia de Entre Ríos. En 2012, la pequeña cultural, educativo o pedagógico sino como un fenómeno histórico. Mi
editorial Mardulce le publicó su primera novela, El viento que arrasa. taller lo dan los alumnos, funciona como una gestalt. Yo lo único que
Y arrasó. Su editor, Damián Tabarovsky, le dijo: “Para un escritor que hago es enseñarles, tal vez, a leer. Si de mis talleres de cuentos sale un
publica su primera novela vender 500 ejemplares ya está muy bien. Es escritor es porque ya era escritor cuando llegó.
muy raro que se vendan los 1.000 que hemos editado”. El libro va en La escritora Sylvia Iparraguirre, pareja sentimental de Castillo, comen-
Argentina por su sexta edición, lleva vendidos 10.000 ejemplares y se ta: “A nuestra casa vienen algunos que sin apenas enterarse de lo que es
ha traducido al francés, italiano, portugués, alemán y sueco, entre otros. un taller, al poco tiempo ponen otro. Y lo hacen no solo escritores, sino
En torno a la generación de los 40 años han despuntado también otros periodistas, profesores…”.
escritores: Félix Bruzzone (Buenos Aires, 1976), hijo de desaparecidos Pero no nos engañemos. Alrededor de esa industria casera, de ese fre-
víctimas de la dictadura militar que aborda de forma indirecta en sus nesí y ese amor por la literatura subyace un panorama desolador, como
cuentos el problema de las desapariciones; también sobresale Samanta describe Alejandro Bellotti, editor del suplemento cultural del bisema-
Schwebling, quien con dos libros de cuentos publicados en 2002 y en nario Perfil. “Las grandes editoriales cortaron de cuajo la publicación
2009 se convirtió en la autora de la que todo el mundo hablaba hace 14 de nuevos narradores argentinos. El libro es caro y un escritor novel
años. Ahora acaba de publicar su primera novela, Distancia de rescate debe sentirse satisfecho si vende 300 ejemplares”, asegura. Y en cuan-
(Random House). Otro nombre y otro título: Julián López y su primera to a los índices de lectura, habría mucho que comentar. Los cafés de
novela, Una muchacha muy bella (Eterna cadencia, 2013), que relata la Buenos Aires parecen bibliotecas donde siempre hay gente de todas
historia de un niño y su madre, desaparecida en los años 70. Hay mu- las edades leyendo. En los cientos de parques de la ciudad siempre se
chos más autores y gran diversidad entre ellos. Pero si algo tienen en encuentra alguien con un libro. Pero… el pero es importante: Buenos
común es que casi ninguno vive de lo que publica. Aires no es Argentina. Y el hervidero cultural que se disfruta en ese
A falta de ingresos por derechos de autor, los talleres son un buen recur- cogollo de tres millones de habitantes no tiene un reflejo similar en los
so para pagar las facturas de luz y agua. Selva Almada, que acudió en su otros 37 millones que viven en el resto del país.
día al taller de Alberto Laiseca, dirige otro taller. Abelardo Castillo, uno El panorama es parecido al que padeció el mismísimo Borges, según
de los escritores más consagrados, cuenta con el que quizás sea el taller explica Ricardo Piglia, uno de los escritores vivos de mayor prestigio.
más antiguo de Argentina. Y suele recibir a los alumnos advirtiéndoles Piglia impartió el año pasado cuatro clases sobre Borges televisadas por
que el taller no sirve para nada. En una entrevista publicada en 2008 en la Televisión Pública de Argentina y disponibles en Youtube. Todas son
La Nación, Castillo comentaba: impagables, pero en la primera de ellas Piglia sostiene algo que aporta
El taller literario es un invento nacional que aparece en los años 70 por mucha luz al presente:
una razón política e histórica y no por una razón literaria -responde el Borges no era un aerolito como se lo hace aparecer ahora. Borges traba-
autor de El que tiene sed -. Con la dictadura, desaparecen las revistas jó como trabajamos los escritores en Buenos Aires: hizo de todo, como
literarias y son reemplazadas por los talleres. Han venido de España a todos nosotros hemos hecho de todo (…). Publicó en cualquier lado
preguntarme cómo doy mis talleres. Les dije que no hay ningún miste- donde le pagaran un poco y en todos lados iba con el mismo estilo (…)
228 229

No era un personaje que bajó desde no se sabe qué altura. Era un hom- Chitarroni, un gran escritor y editor argentino, presentando La nove-
bre que se ganó la vida. Cuando trabajaba en la biblioteca municipal la luminosa de Mario Levrero, éramos cinco en la sala. Esa sensación
ganaba 240 pesos y Arlt ganaba el doble. Con las Aguafuertes Arlt ga- de que no había nadie… (…) me gusta como metáfora de la literatura
naba cerca de 500 pesos, me tomé el trabajo de ver. Borges cuenta que argentina. La idea que la literatura argentina se escribe para nadie”.
las amigas chetas [adineradas] que tenía lo iban a ver y le decían: ¿Pero Tabarovsky cree que el mercado es algo que solo debe preocupar a los
cómo podés trabajar por este sueldo? Había muerto el padre, necesitaba agentes literarios. “Esta idea de que la literatura argentina está, si se
un sueldo fijo y se fue a trabajar a esa biblioteca. Tenía que cruzar la quiere, en un margen, en una periferia, en un lugar que uno habla para
ciudad en tranvía, porque él vivía en Palermo. Tardaba como dos horas nadie y no escucha a nadie, no me es del todo desagradable, más bien
de viaje. Después hizo traducciones, antologías, escribió prólogos, hizo todo lo contrario.
colecciones, dio conferencias en pueblitos diversos (…). Las penurias son parecidas a las que sufrió el mismísimo Borges. Pero,
Segunda cuestión: nunca salió de Buenos Aires. Entre 1923 y 1961 hizo ¿La ambición literaria es la misma? Gabriela Adamo, responsable de la
todo en Buenos Aires. ¿Ustedes pueden creer, que con las librerías de Feria del Libro de Buenos Aires hasta este año, extraña la presencia de
Buenos Aires hizo todo? Esta ciudad es extraordinaria. Ustedes discúl- “algún escritor ambicioso que logre reunir en su obra lo que, tal vez,
penme. Políticamente, no mucho. Pero culturalmente tiene una energía hizo Saer y está haciendo Aira”.
que uno no puede entender o puede entender: cómo Borges tenía esa Francisco Garamona es poeta, cantautor y dueño de la librería La Inter-
cultura, construyó esa cultura con las librerías inglesas y francesas de nacional Argentina, en cuya trastienda se arman muchas tardes tertulias
Buenos Aires y arreglándoselas con las bibliotecas. (…) Eso a mí me de lectores y escritores en torno a alguna botella y una guitarra. Gara-
emociona. Porque me parece que Buenos Aires mantiene esa energía. mona es dueño también de la pequeña editorial independiente Man-
Acá se están haciendo cosas buenísimas. La gente se las arregla acá… salva, donde edita a autores noveles y también a César Aira y Alberto
Es como si Borges dijera: ‘no hace falta ir a Nueva York’. ‘No hace Laiseca. Garamona sostiene que la literatura ahora se construye con
falta, para ser contemporáneo, ir a Tokyo’. Mejor ir a Tokyo si quieren, muchos autores y cada uno aporta su individualidad. “Todos los libros
yo no digo… Pero uno puede hacer las cosas acá con lo que hay acá, que publicamos en Mansalva son lo que forman el gran escritor de aho-
arreglarse con lo que hay acá. ra. Y entre todos armamos el Frankenstein. Lautréamont decía que la
El autor que más libros vende en Argentina es Julio Cortázar. Y entre poesía debe ser hecha por todos, no por uno”. Fernanda Laguna, esposa
los vivos, Claudia Piñeiro de Garamona y dueña también de la pequeña editorial Belleza y Felici-
La gente se la rebusca en un panorama a veces desolador. Pero esa de- dad, corrobora: “Esto es un trabajo colectivo donde cada escritor tiene
solación podría ser el alimento perfecto que nutra a un escritor ajeno a un lugar”.
las dictaduras del mercado. En un diálogo con escritores en la librería Maximiliano Tomas, crítico literario y compilador de La joven guardia
Eterna Cadencia, el escritor y editor de Mardulce, Damián Tabarovsky, (2005), antología que seleccionó a los nuevos narradores que despun-
alabó a esos escritores que “escriben a contracorriente del sentido co- taron hace una década, no cree que en los autores jóvenes haya falta
mún de lo que el mercado espera”. de ambición sino que sus objetivos son distintos. “En la Argentina, a
Dijo Tabarovsky: diferencia de lo que todavía sucede en buena parte de Hispanoamérica,
hace mucho tiempo que los escritores trabajan en contra del boom, sus
La última vez que estuve en aquí, en Eterna Cadencia, junto con Luis efectos y sus derivados. Nadie pretende ser García Márquez, Cortázar,
230 231

Onetti. Tampoco Borges. La idea de crear un mundo narrativo propio, a Editoriales independientes
lo largo de los años y los libros, es un norte en el que ya casi nadie cree. En los últimos años se ha producido en Buenos Aires un fenómeno sin
El último debe haber sido Juan José Saer. Hay escritores con proyectos, precedentes: la publicación de cientos de cientos de libros de autores…
por supuesto: Castillo, Fogwill, Piglia y Aira han creado una obra con argentinos. “El mercado estaba copado por el libro español”, explica
ambiciones, cada uno a su manera. Pero si alguien planteara hoy entre Francisco Garamona, editor de Mansalva. “Hasta que con la crisis de
jóvenes esa idea literaria tan de la década de 60, de representar ingenua- 2001 se dejó de importar libros y los libreros empezaron a darse cuenta
mente al mundo y sus problemas, la gente se echaría a reír”. de que había un material en el país al que hasta entonces no le daban
Si se trata de saber qué escritor influye más entre los autores jóvenes bola. Los grandes sellos les habían dado la espalda a la buena literatura.
la respuesta que dan varios editores consultados es la misma: César Ahora hay mucho más para elegir”.
Aira. La desinhibición con la que que ha escrito sus más de 40 novelas Desde 2001 fueron surgiendo decenas de pequeñas editoriales cuyos
-él mismo lleva perdida la cuenta- es un faro para muchos, aunque hay nombres parecen formar un poema: Eterna Cadencia, Mardulce, Cuen-
también quienes reniegan de su estilo. Y también hay quienes no valo- co de Plata, Entropía, Blatt & Ríos, Caja Negra, Mansalva, Belleza y
ran ni Osvaldo Lamborghini (Buenos Aires, 1940 - Barcelona, 1985), Felicidad, Bajo la Luna… “Y se ayudan entre ellas”, explica Pablo Pa-
un escritor al que Aira venera, ni a su famoso relato, El fiord. Entre los zos, al mando de la librería porteña Arcadia. “Organizan lecturas con
lectores más críticos de Lamborghini se encontraba el chileno Roberto los escritores, trabajan mucho las redes sociales, cuidan las pequeñas
Bolaño, que afirmó en una conferencia sobre literatura argentina titu- librerías… Los suplementos literarios de los grandes diarios no son ya
lada La deriva de la pesada: “El problema con Lamborghini es que se tan influyentes. Estos editores tienen una aproximación muy cercana al
equivocó de profesión. Mejor le hubiera ido trabajando como pistolero lector”.
a sueldo, o como chapero, o como sepulturero, oficios menos complica-
dos que el de intentar destruir la literatura. La literatura es una máquina “Nosotros no saldamos libros”, explica Leonora Djament, directora edi-
acorazada. No se preocupa de los escritores”. torial de Eterna Cadencia, “hacemos un trabajo editorial a largo plazo.
Publicamos 20 libros al año y cada uno de ellos tiene un aporte puntual
Y finalmente, para reconciliarnos con Fogwill, podríamos terminar con en los debates locales o universales”.
un autor que no es joven -tiene 63 años-, que no está traducido, que ape-
nas está reconocido fuera de Argentina, pero al que diversos escritores, Entre esas editoriales independientes, pero no tan pequeñas, destaca
editores y libreros califican como lo mejor de la literatura contemporá- Adriana Hidalgo, que recibió una distinción en la Feria Guadalajara
nea argentina: Marcelo Cohen. a su labor editorial. “Estamos publicando la obra reunida de todos los
poetas argentinos”, explica la propietaria, Adriana Hidalgo. “Y se ven-
Ricardo Piglia dixit: “De su camada, que es muy buena, el mejor es den muy bien, tanto en España como en el resto de Sudamérica, porque
Cohen”. es muy atractiva la obra reunida. Además, nos propusimos editar toda
Las editoriales independientes desataron la revolución la obra de Antonio di Benedetto (1922-1986), que hasta entonces era un
escritor de escritores. Y a medida que lo fuimos publicando se amplió
el público lector”.
232 233

“Aira hace que parezca demasiado fácil escribir” Mardulce que ya ha dado el salto a España, Italia, Francia Portugal,
Alemania. Y la confirmación llegó al año siguiente con su segunda no-
vela, Ladrilleros, también en Mardulce.
Sergio Olguín tiene 47 años y ganó en 2009 el V Premio Tusquets Edi-
tores de Novela con Oscura monótona sangre. Su último libro, Las
Extranjeras (Suma de Letras, 2014) forma parte de una saga policial
protagonizada por Rosenthal, una periodista a la vieja usanza. Como
comentaba Leila Guerriero en este suplemento hace cuatro años, sus
Hernán Ronsino, Selva Almada, Sergio Olguín y Luis Chitarroni charlan sobre la novelas giran en torno al barrio bonaerense de Lanús, donde nació, la
literatura argentina actual y la influencia de la escritura borgiana solidaridad entre amigos y el poder como una de las formas del sexo.
Cuatro autores de distintas generaciones aceptaron la invitación de este Luis Chitarroni tiene 56 años, es escritor y editor de La bestia equiláte-
diario para sentarse a charlar sobre la literatura argentina. Hablaron so- ra, una pequeña editorial con una gran colección de literatura extranjera
bre Borges, Sábato, Piglia y de la situación actual. Convinieron que hay que apenas ocho años ha conseguido convertirse en un marchamo de
una gran variedad de estilos y que el novelista más influyente para los calidad. Ha escrito varios ensayos como Los escritores de los escrito-
más jóvenes es César Aira (provincia de Buenos Aires, 1949). Aunque res y también Peripecias del no, obra que su editorial define como una
también destacaron la figura de Juan José Saer (1937-2005). He aquí novela en clave sobre los fulgores y fracasos de la literatura argentina
una breve presentación de los escritores, de menor a mayor: moderna.
Hernán Ronsino es profesor de sociología y nació hace 35 años en Chi-
vilcoy, un pueblo de 53.000 habitantes en la provincia de Buenos Ai- PREGUNTA. ¿Hay algo que distinga a la literatura argentina?
res. Lo de Chivilcoy es importante porque, aunque vive y trabaja desde
hace años en la capital del país, su literatura gira alrededor del pueblo. Chitarroni. Yo creo que hay una continuidad de calidades y diversida-
En una entrevista comentó: “Cuando me dicen, ‘otra vez una historia des. Pero lo que ha habido acá es una falta de atención, cosa que no ocu-
sobre el pueblo’, me pongo a pensar, desde un punto de vista socioló- rre en la literatura española, donde hubo atención sobre sus escritores
gico, en la literatura argentina, que no es sólo lo que pasa en Buenos desde la muerte de Franco. Acá eso no se daba hasta ahora. Pero ahora
Aires, Rosario o Córdoba. Debe haber, pero es difícil que se muestre, hay dos revistas literarias; uno se llama Los Inútiles y la otra más vie-
una literatura que cuente la vida del interior del país. La literatura está ja, El Ansia. Y se ocupan de escritores que están todavía produciendo,
muy centrada en las grandes ciudades, y a mí me interesa mucho contar como Marcelo Cohen, Ronsino o Alberto Laiseca.
las pequeñas historias que suceden en los pueblos”. Lumbre, la última Olguín. Lo que ocurre a veces en Argentina es que con la muerte del
de sus tres novelas, la ha publicado en 2013 en una editorial argentina escritor se termina la vida de sus libros.
independiente, (Eterna Cadencia, 2013), pero ya tiene comprometida la
Chitarroni. Ahí se da una especie de reverso que fue el caso de Fogwill.
traducción con la prestigiosa editorial francesa Gallimard.
Selva Almada es, a sus 41 años, el nombre más visible de la última ge-
neración de narradores argentinos. El éxito le sobrevino con su primera Olguín. Fogwill fue un caso excepcional desde sus primeros libros y lo
novela, El viento que arrasa, publicada en 2012 por la pequeña editorial sigue siendo.
234 235

Almada. Ahora están también reeditando a Sara Gallardo, que era una han publicado novelas breves. Hace poco salió en Eterna Cadencia una
gran falta. novela de Ricardo Romero de 600 páginas. Y es como que todos nos
La reconstrución de un mundo se realiza a partir de fragmentos, de lo no sorprendimos. Es una excepción.
dicho o una poética que va, a partir de restos, construyendo un mundo Ronsino. La reconstrución de un mundo se realiza a partir de fragmen-
Hernán Ronsino tos, de lo no dicho o una poética que va, a partir de restos, construyendo
un mundo. No es Balzac.
Olguín. La falta de acceso a determinados libros, porque el mercado
decidió no reeditarlos, es limitar también la capacidad del escritor pos- Chitarroni. No es Balzac, ni es Adán Buenos Aires (de Leopoldo Mare-
terior. chal), ni es Rayuela. Pero ahí hay un proyecto que incide en diagonal,
que es el de Aira.
Almada. Claro.
Ronsino. Yo comparto, con lo que dijo Luis, que hay una gran diversi-
dad de estéticas apareciendo. Y creo que es un momento de revisión de Chitarroni. El hecho de la publicación de libros a los que él mismo pa-
tradiciones que fueron muy fuerte en el siglo XX. rece restarles importancia, no sé cuán sincero es eso, pero que al cabo
de 80 libros, vos decís: ¡Caramba!.
Almada. Yo no sé si esa diversidad no está emparentada con la cantidad
de editoriales pequeñas que han surgido en la última década. Antes era Olguín. Me parece que también hay decisiones editoriales. Es mucho
mucho más difícil publicar una primera novela. más fácil publicar un libro de 150 páginas que uno de 500.

Olguín. Eso es cierto. En los noventa la única manera de publicar un


primer libro era si venías de la Facultad de Filosofía y Letras y tenías PREGUNTA. ¿El consejo de “maten a Borges” sigue siendo válido?
contacto con los profesores, que a su vez estaban vinculados con el Olguín. No. Me parece que Borges es un autor al que es tan fácil copiar
mundo editorial; o si habías ganado un premio literario o si venías del en lo superficial que quien lo hace queda en ridículo en seguida. Enton-
periodismo. ces es difícil que haya una literatura borgiana, sobre todo a partir de los
ochentas.
PREGUNTA. ¿Estáis de acuerdo con la idea de que en la Argentina PREGUNTA. Pero tal vez el consejo no vaya por el lado de la imitación
actual se publican muchas novelas breves, pero no existe escritor que sino por el peligro de una sombra tan grande.
aspira a contarlo todo? Ronsino. Ya tampoco está esa sombra. Y mucho menos en nuestra ge-
Chitarroni. ¿Balzac sabía que era Balzac? Yo no sé si alguien es tan neración. Borges es un tesoro, no es un problema.
consciente de su misión histórica mientras escribe. Chitarroni. Es una sombra que llega hasta mi generación.
Olguín. Hay autores con más proyecto. Olguín. Quienes tuvieron que matar a Borges fueron los editores ex-
Chitarroni. Bueno, se puede ver en Cortázar, en Juan José Saer. tranjeros. La literatura argentina empieza una generación de Abelardo
Almada. Si es verdad que lo que caracteriza la literatura argentina con- Castillo, Liliana Hecker no tuvo la rapidez para salir al extranjero como
temporánea es la brevedad. En general los autores de los últimos años tuvo la generación anterior. Porque claro… ¿Qué hace un editor alemán
236 237

si tenía que publicar un escritor argentino? Estaban Borges, Cortázar, cuanto a tratar de condensar su escritura como lo hace Saer. Me parece
Sábato, Puig… que hay un trabajo saeriano de la lengua que todavía está medio pre-
Chitarroni. Igual el modelo de Borges también era la brevedad. Pero no sente.
era Borges el incidente sino Sábato. En Inglaterra te preguntaban por Chitarroni. Yo creo que las dos cosas son productivas. Creo que era So-
Sábato. Porque era la figura que había condensado al ensayista. Borges riano el que decía cuando leía a Faulkner: ‘¡Ay, qué difícil es escribir!’
era una especie de rareza que sabía más de literatura inglesa que yo Y cuando leía a Heminway: ‘¡No, es fácil!’. Si uno lee a Borges dice:
mismo. ‘Ché, qué laborioso, cuánto tengo que saber para escribir’. Y… No sé lo
Olguín. Borges era nuestro autor universal, Sábato nuestro autor argen- que produce Sábato, porque a mí nunca me produjo un efecto literario,
tino. me produjo un efecto como de…

Almada. Pero Sábato nunca fue una influencia para otros autores.
Olguín. Yo te diría que en la generación de los setenta está presente ese Ronsino. Te provocó angustia.
espíritu fatalista, misógino, existencial. Chitarroni. No, tampoco. Yo lo leí, como corresponde a mi generación,
no lo leí malintencionadamente sino después, cuando la vena fue dema-
siado…
PREGUNTA. Si ya no es Borges, ¿quiénes son ahora los autores más
influyentes en las nuevas generaciones? Olguín. Yo lo leí en la adolescencia. Y te diría que el efecto que pro-
dujo en mí Sobre héroes y tumbas no lo produjo ningún libro antes o
Ronsino. Saer y Aira. después.
Me parece que Borges es un autor al que es tan fácil copiar en lo super- Chitarroni. La degradación de Sábato fue tardía.
ficial que quien lo hace queda en ridículo en seguida
Sergio Olguín
PREGUNTA. Pero, según varios editores, la mayoría de los manuscri-
Almada. Para mí Aira, más que Saer. tos de autores jóvenes que llegan están influidos por Aira.
Ronsino. Si hay un objeto que genera disputas y divisiones en el pre- Olguín. Porque es lo que decía Selva. Aira produce el efecto de que
sente es la obra de Aira. Hay fanáticos y aquellos que no lo consideran todos podemos ser escritores. Y eso se refleja en que después hay obras
como literatura. que son absolutamente superficiales, sin un trabajo demasiado elabora-
Almada. Aira da la sensación de que es muy fácil escribir. Y, en ese do ni de la lengua, ni del estilo, ni de la trama, ni del argumento ni de los
sentido, es una mala influencia, incluso no para nuestra generación sino personajes. Y eso, que en realidad es la limitación de ese autor nuevo,
para los que son más chicos que nosotros. Hay un trabajo enorme en en realidad lo venden como si fuera un estilo, que es lo que construyó
la obra de Aira, pero da la sensación al lector de que cualquiera puede Aira, hacer de eso un estilo.
escribir. Y por eso tiene más influencia que Saer. Saer es un escritor Rosino. Y una obra riquísima.
difícil.
Olguín. Pero hay muchos autores que se ponen a Saer como modelo en
238 239

PREGUNTA. ¿A ti, Selva, te ha condicionado más la literatura de Es- cluso a través de editoriales independientes españolas como Periférica
tados Unidos o la de Argentina? -Yuri Herrera o Juan Cárdenas son dos autores que me gustan mucho- y
Almada. Hay autores como Haroldo Conti o Daniel Moyano que escri- también editoriales mexicanas o chilenas o colombianas que uno em-
bía esa literatura rural en los sesentas. Y antes de ellos, Horacio Quiro- pieza a encontrar en un trabajo de hormiga que van haciendo. Pero está
ga, que no es argentino, es uruguayo. Los norteamericanos los empecé empezando a armarse una trama de circulación latinoamericana y que
a leer hace unos años. Cuando empecé a escribir leía mucho a Onetti, va por fuera de los grandes grupos.
que estaba muy influenciado por Faulkner. Si uno lee a Borges dice: ‘Ché, qué laborioso, cuánto tengo que saber
PREGUNTA. ¿Sigue teniendo Buenos Aires el grado de cosmopolitismo para escribir’
y curiosidad cultural que tenía cuando Borges se formó como lector? Luis Chitarroni
Chitarroni. Mi programa de edición es antiespaña, anti producción de Olguín. Yo tengo un ejemplo casi gracioso o trágico. A comienzos del
modelos de Anagrama, Tusquets… de traducción y de gustos. ¿Por qué 2000 hice una antología para Tusquets Argentina de narrativa argentina.
los únicos escritores que parecen existir para los argentinos son Paul Eran 22 autores que estaban comenzando a publicar. Eso se difundió
Auster y Coetzee? Odio ese tipo de… solo en Argentina. Tiempo después me entero de que Tusquets de Mé-
Olguín. Huracán. xico había hecho una antología similar. Lo comentamos con la editora
mexicana: qué bueno sería que nosotros pudiéramos enviar cien ejem-
Chitarroni. De huracán, reducciones. Mira que me gusta muchísimo la plares a México y México nos enviara cien ejemplares sin costos. Pero
literatura española, pero no me gusta que me impongan al autor de moda no se pudo llevar a cabo porque la burocracia en Barcelona no permitía
con una traducción que no puedo ni siquiera inteligir. Leer a Kennedy este intercambio entre dos subsedes que dependían de allá.
O’Toole, que es un gran autor, es un problema, porque está muy mal
traducido. O por lo menos traducido de una manera, para un argentino, Almada. Incluso pasa, por ejemplo con Alfaguara Uruguay publican
espantosa. Ojo: los españoles tienen extraordinarios traductores, como autores uruguayos que no llegan nunca acá. Y tienen autores muy bue-
no los hay acá ahora. Hicieron una buenísima traducción de Kafka, mi- no que acá no se conocen. Pasa también con los chilenos. Porque yo
nuciosa como pocas. Pero, cuando tratan de imponer un modelo, en ge- ahora publiqué con Random House acá y Diego Zúñiga, que es un
neral tienen la mala suerte de que ese modelo no está bien traducido. escritor que publica en Random House Chile, pero no se traen sus no-
velas acá.

PREGUNTA. Entonces, ¿el lector argentino goza de un panorama am-


plio de la literatura universal? PREGUNTA. ¿Creéis que se contó el menemismo en literatura? ¿Y que
se está contando el kirchnerismo?
Chitarroni. Todavía, sí. Pero priman las grandes editoriales y los escri-
tores son impuestos desde un consorcio español. En el momento en que Ronsino. Para mí El Traductor [De Salvador Benesdra] es un buen
tendría que haber mayor contagio y difusión de los escritores latinoa- modo de leer lo que pasó en el menemismo. Y un libro que puede ser un
mericanos, falla por completo. libro de época y que puede hacernos pensar este momento es Los To-
pos, de Félix Bruzzone. No porque hable de este momento, sino porque
Ronsino. Luis, eso se da a través de las editoriales independientes. Hay es una escritura que tiene en sus entrañas los efectos de una época. Se
una serie de literatura latinoamericana muy interesante que llega acá in- escribe después de la reapertura de los juicios. La libertad que tiene esa
240 241

escritura para abordar la problemática de la dictadura… No se hubiera Almada. Yo voy a recomendar un argentino contemporáneo que no es
publicado en los ochenta. Es hija de estos años. amigo mío, Mauro Libertella. Publicó una novela el año pasado que se
Olguín. Novelas que reflejen los ochenta y los noventa… Vivir afuera, llama Mi libro enterrado y me pareció preciosa.
de Fogwill; Las viudas de los jueves, de Claudia Piñeiro; Las Islas, de Olguín. Yo estoy pensando en un autor que, lamentablemente es amigo,
Carlos Gamerro. pero qué le voy a hacer. Es Claudio Zeiger. Nombre de guerra, que es
Ronsino. Yo pienso en Puerto Apache, de Juan Carlos Martini. su primera novela, está en Seix Barral y me gustó mucho. Y Tu mano
izquierda, de Laura Meradi. Es su primera novela, que salió en Alfagua-
Chitarroni. Para mí las novelas que narran lo que es una época son las ra [en 2009].
más indirectas. Se decía que la novela que cuenta la historia de la dic-
tadura militar argentina es El beso de la mujer araña, de Puig, porque Ronsino. Yo me sumo a la recomendación.
cuenta la historia de un gay y un militante… El tema es una cosa y otra Olguín. Yo a Laura no la conocía para nada. Mandó unos cuentos a la
son los indicios de época. revista en que yo estaba, La mujer de mi vida. Quedé fascinado por
Almada. Me resulta difícil pensar si ahora se están escribiendo nove- esos cuentos y, desde entonces, no solo leo con renovado placer todo lo
las que cuenten el kirchnerismo. Por ahí la última novela de Gabriela que va escribiendo, sino que noto que influye en lo que yo escribo. Y
Cabezón Cámara, El romance de la negra rubia, que habla de las casas es raro, porque es una persona mucho más chica que yo, debe tener 30.
tomadas, está contando una época indirectamente. Y la otra persona con la que me pasa algo similar es Mariana Enríquez.
Los peligros de fumar en la cama (Emecé, 2009) es un libro de cuentos
extraordinario.
PREGUNTA. ¿Qué autor recomendaríais que no fuese vuestro amigo? Luis Chitarroni. Yo recomendaría Variaciones Turner (Bajo la luna,
Ronsino. Yo recomiendo un autor australiano que se llama Kenneth 2013), de Danilo Albero. Es una novela rarísima que tiene un sabor
Cook. Y una novela que se llama Pánico al amanecer. Que se consigue argentino único. Porque en el traslado de un enorme barco, el Great
en España y acá no. Eastern, vos te vas dando cuenta de lo argentino que es este hombre que
está averiguando los hechos y que quiere, por un lado, ser absolutamen-
te preciso y absolutamente honesto, y a la vez impresionar un poco. No
PREGUNTA. O sea, que te vas de Argentina para hacer una recomen- hay conducta más argentina.
dación. PREGUNTA. ¿Cómo veis el fenómeno de los talleres en Argentina?
Almada. No se quiere pelear con nadie. Chitarroni. Yo creo que aquellas enseñanzas del maestro un poco tahúr
Los norteamericanos los empecé a leer hace unos años. Cuando empecé ahora se convierten en estándar, aprovechas por la industria editorial,
a escribir leía mucho a Onetti que elige.
Selva Almada Ronsino. Para mí es un espacio de entrenamiento, de mostrar, charlar,
discutir. Pero un escritor se forma en otros ámbitos, no en un taller.
Olguín. Un gesto más argentino que ése no vas a encontrar. Esto tiene
que ver con que en Argentina, de alguna manera, nos sentimos herede- Almada. El taller mal manejado promueve la uniformidad de la escritu-
ros de la literatura universal. ra. Pero yo fui alumna de Laiseca y, al contrario de otros talleristas que
242 243

sacan escritores como seriales, la particularidad que tiene Laiseca es PREGUNTA. Luis, ¿quién era en tu generación el maestro?
que hemos salido escritores muy diferentes a él y muy diferentes entre Chitarroni. Piglia y Aira. Ellos eran los dos ejes. Estaban enfrentados y
nosotros. el motivo de la disputa era Osvaldo Lamborghini.
Olguín. Yo creo que son un ámbito maravilloso para ponerse en contac- Con la figura del Lamborghini (Buenos Aires, 1940-Barcelona, 1985) el
to con otras personas que escriben. La primera función que cumple un autor que tanto gusta a César Aira como disgustaba a Roberto Bolaño,
taller es la de socializarse, que ya es bueno en sí mismo. damos por concluida la conversación.
Almada. Yo vine a vivir de Entre Ríos acá hace 15 años. No conocía a
nadie y lo primero que hice fue anotarme en un taller, que casualmente
fue el de Laiseca, porque yo no lo había leído, no sabía quién era Lai-
seca.
Olguín. Yo hice solo un taller en mi vida a los 16 años. Me sirvió para
tomarme en serio la idea de escribir. Creo que el taller sirve para darte
seguridad.

PREGUNTA. ¿No impartiste ninguno?


Olguín. No. Bueno, sí, uno.
Almada. De todas maneras, es la única forma de vida. Todos damos
talleres porque nos pagan.

PREGUNTA. ¿Piglia os ha influido como escritores?


Ronsino. En mi caso, los modos de leer de Piglia me han influido mu-
cho a la hora de acceder a otros autores, como por ejemplo con Gom-
browicz. Todo lo que despliega Piglia en Crítica y ficción para mí fue
aprender a leer.
Olguín. Para mí Piglia me influyó muchísimo en la adolescencia tam-
bién. Me sirvió para sacarme de encima a Sábato, por ejemplo. Porque
cuando leí Respiración artificial fue el descubrimiento de que la litera-
tura no era necesariamente como contaba Sábato. Y después, la forma
de leer la literatura argentina. Es un autor muy presente, pero creo que
más que nada en autores cuarentañeros.
244 245

Habla Aira. escribo muy lento, media paginita por día. Escribo a mano. Y escribo en
un café; todas las mañanas hago mi horita de escritura y tengo todo un
fetichismo de lapiceras, cuadernos, papeles. Me gusta eso.

*
No me gustan los escritores que no escriben. Hay gente que necesita tener
Desde hace años, César Aira no da entrevistas en Argentina. Recorda- carné de escritor, porque eso les sirve para moverse socialmente, pero
mos una nota excelente que le hizo Hinde Pomeraniec a fines de 1991, lamentablemente para eso necesitan escribir y eso no les gusta. No tengo
una polémica con Saer hace unos diez años y no mucho más. Pero, tal nada contra Rulfo, salvo considerarlo un escritor bastante mediocre, pero
vez por las obligaciones que imponen los viajes, Aira no se comporta eso son opiniones y gustos personales que no le impongo a nadie.
en el extranjero como lo hace en el país y concede algunas pocas en-
trevistas. El caso más paradójico es la que le dio a ADN, el suplemento
cultural de La Nación… en México. En este artículo armamos una com- *
posición de respuestas de César Aira en diferentes entrevistas que ha Empiezo a escribir cuando tengo una idea, cuando algo me sugiere que
dado a medios internacionales (al final las referencias de donde fueron voy a poder escribir y, a partir de ahí, hay algo mágico —bah, mágico
publicadas) en los últimos años. es demasiado decir— pero a medida que empiezo a escribir empiezan
a surgir las ideas, empiezo a poder escribir. He pensado muchas veces
que soy escritor solamente cuando escribo. Nunca puedo pensar lo que
*
voy a escribir, apenas una idea de comienzo, de génesis. Y a partir de
Soy de los raros escritores a los que les gusta escribir. He notado que ahí el trabajo mismo me va llevando a la creación.
hay muchos escritores que quieren ser escritores, quieren seguir siendo
escritores por los beneficios sociales que representa ser un escritor, pero
en realidad no les gusta el trabajo de escribir y cada diez años hacen el *
esfuerzo para seguir manteniendo el carnet de escritor y hacen el sacri- Los argentinos tenemos ese precedente que fue Borges, que decía que
ficio de escribir un libro. No es mi caso. Yo escribo todos los días por estaba más orgulloso de los libros que había leído que de los libros que
placer, porque es lo que me gusta. Y aunque escribo muy poco, escribo había escrito. En cierto modo es mi caso. No en el sentido del orgullo
todos los días y el año tiene muchos días, así que al cabo de un año sino del placer, el placer que he obtenido de la literatura he querido no
tengo escritas 300 o 400 páginas que en mi caso signfica 3 o 4 libros. abandonarlo. He querido seguir siendo un lector escribiendo.

* *
Sí, a veces llego a publicar cuatro libros en un año, pero uno tiene 14 Empecé leyendo, como todos los chicos, libros de aventuras. Los de
páginas, el otro 80 y alguno llega a las cien, o las pasa. Es mucho me- Salgari eran mis favoritos con Las aventuras de Sandokán y los tigres de
nos de lo que escribe cualquier periodista con una columna semanal. Yo
246 247

la Malasia, pero esas lecturas iban directamente, como toda lectura de no decía “Yo fui a una isla”. Así me gusta que sean las historias. Mi
chico, al contenido, a identificarse con los piratas, con los cowboys o con modelo, en realidad, son los cuentos de hadas: “Había una vez”. No:
lo que sea. Con Borges, a quien leí a los 14 o 15 años, descubrí que había “Yo una vez”. Y otra cosa que sí evito sistemáticamente es escribir en
otro nivel, una cosa formal, algo más allá del mero contenido de la aven- tiempo presente. Ahora se ha popularizado muchísimo, prácticamente 9
tura, de la historia. En realidad otro autor que tuvo mucha importancia de cada 10 novelas o libros de cuentos que se publican en la Argentina
en mi adolescencia es un escritor que no podría ser más distinto de Bor- están escritos con los verbos en tiempo presente. Lo que me parece que
ges: César Vallejo, de quien leí Trilce cuando tenía también 14 o 15 años. es un signo de los tiempos. Nosotros antes incorporábamos la idea de lo
Fue una revelación de algo muy infantil, a los niños les gusta mucho las que era un relato leyendo. Los libros están escritos en pasado: “Había
palabras que no entienden, las palabras difíciles. En Trilce, empezando una vez… pasó esto, pasó aquello…” Hoy día los jóvenes, con este
por el título, todo ese libro es un enigma y allí descubrí y vi con apasio- crecimiento de la cultura audiovisual, se hacen una idea del relato, de
namiento cómo la literatura podía ser enigma, algo misterioso, algo en lo la narración, in presentia: es lo que están viendo, la película. Entonces,
que costaba entrar. Borges es todo lo contrario, es cristalino, es un juego naturalmente que sale escribir en presente. Me parece que desmerece
de la inteligencia; César Vallejo es pasión plástica del lenguaje. muchísimo el relato, lo achata, le hace perder perspectiva.

* *
Tener un gran escritor en una nación, un escritor realmente grande, es un “Cuentos de hadas dadaístas”. Buscando una definición más o menos
enorme beneficio para todos los escritores, porque un escritor como Bor- adecuada encontré esa: cuentos de hadas porque lo que hago yo es de-
ges marca una línea de exigencia. Yo siendo argentino no puedo escribir jar volar la imaginación, la fantasía, y dadaístas porque es un modo de
tan mal. Tengo que hacer un esfuerzo por ponerme a la altura de ese nivel referirse a la imaginación desbocada, a la creación. Amo ese momento
de honestidad intelectual, de exigencia intelectual que puso Borges. En de principios de siglo después de la primera guerra mundial, cuando
ese sentido, tener uno de esos escritores es una bendición para un país y estallaron todas estas vanguardias que siguen siendo para mí una gran
creo que es cierto que todos nosotros, mis colegas argentinos escritores, fuente de inspiración. Cuando busco un modelo para lo que yo quiero
pensamos en Borges cuando estamos escribiendo. Pero es bueno pensar hacer lo busco en esa época, en el surrealismo, en el dadaísmo, en el
en algo así porque nos da una responsabilidad. No podemos hacer cual- constructivismo ruso, en ese momento tan rico.
quier cosa. Aunque a veces yo la he hecho, lamentablemente. *
“Vanguardia” es una palabra militar y, para ser un verdadero vanguar-
* dista, hay que tener una decisión de destrucción. Yo trato de construir.
Hay dos cosas que he tratado de evitar —no siempre. Una es la pri- Por ejemplo, desde siempre la poeta Marianne Moore fue un modelo
mera persona, porque la primera persona es una facilidad. El discurso para mí, y todo lo que no era tan estricto, mecánico y “aloof” como lo
se arma por sí mismo cuando uno está hablando en primera persona. de ella me parecía sentimental, patético, efectista. Pero últimamente, no
Escribir en tercera persona es de una perspectiva, es mucho más difícil sé si por el natural reblandecimiento de la edad, he empezado a apreciar
y siempre me pareció que había que hacer el esfuerzo de contar algo. a poetas más “humanos”, como Elizabeth Bishop. Y no es que ahora
Como Sherezade contándole al sultán sus cuentos: no hablaba de ella, aprecie menos a la Moore; en realidad estos cambios de gusto en mí no
248 249

me asombran. Soy ecléctico. Me las arreglo para que, tarde o temprano, plata con la desgracia ajena me parece una cosa desagradable. Nunca
llegue a gustarme todo lo que leo, o casi todo. Últimamente me dediqué lo haría.
a John Ashbery. Había leído los viejos libros de él y no me habían pa-
recido nada en especial, hasta que, hace poco, encontré en una revista
norteamericana un poema y vi que había evolucionado hacia la locura. *
Había capturado esa atmósfera de los primeros poetas surrealistas, en- Me temo que ni el personaje ni el lector son prioridades para mí. Me
tonces me gustó. ocupo más bien del verosímil, de la visibilidad de las escenas, de la
continuidad. Por supuesto que el lector debe de estar presente en algún
rincón de mi conciencia, pero creo que cumple una función más bien
* instrumental, de “control de calidad”. Y respecto de los personajes, pre-
Mi vida ha sido muy aburrida, muy pequeño burguesa. Si voy a darle fiero los estereotipos o marionetas, sin psicología ni profundidad. El
algo a un lector quiero darle una historia, una invención, algo distinto, personaje es un mal necesario para la clase de novelista que soy.
algo nuevo. No hablarle de mí. La novela tal como culminó en el siglo *
XIX con los grandes novelistas realistas quedó ya hecha y hubo que
buscar formas nuevas —que fue la gran historia de la literatura del siglo Bueno, no sé qué clase [de novelista] soy, pero lo que me importa es
XX, ¿no?: buscar formatos nuevos. Si bien hubo algunos importantes la historia, la fábula, y no la psicología de los personajes. Detesto la
escritores que siguieron usando el formato novela como Thomas Mann psicología, lo que llamo la miseria psicológica. Basta de psicología,
o Faulkner, el género pasó a la literatura de entretenimiento, a la lite- suficiente con nosotros mismos
ratura de género, y a la comercial fiction norteamericana, a la creación
de bestsellers. Yo creo que de la novela queda una cáscara que se puede
usar y mis libros pueden presentarse como novelas, porque tienen ese *
formato aunque son muy breves, pero dentro hay otra cosa, otro tipo de Nunca me interesó la sensualidad de la palabra. De hecho, lo que escri-
experimentación con el lenguaje, con la invención. bo es con el tono más claro, más neutro posible. Trato de que la prosa
sea casi transparente. Eso a la larga puede crear un estilo y una forma
de sensualidad en la cadencia, en el ritmo.
*
Yo nunca hago humor deliberadamente, me parece peligroso. El humor
depende demasiado del efecto que produce. Es ponerse a merced del *
lector, si le va a causar gracia o no; eso no me gusta. Pero me sale natu- [Cuanto más grande es el libro, menos literatura] Es algo que he ob-
ralmente en el curso de la invención, de la imaginación. servado simplemente entrando en las librerías. Es cierto que hay libros
grandes que tienen mucha literatura, como La Montaña Mágica, de Tho-
mas Mann, o La guerra y la paz, de Tolstoi, pero también he notado que
* todos los escritores que escriben obras maestras muy largas también
Siempre he pensado que, al final, todo lo que uno escribe, por más que escriben obras maestras muy cortas. Thomas Mann también escribió La
sean estas cosas que escribo yo, todo se traduce al final en plata y hacer muerte en Venecia, Tolstoi escribió relatos breves extraordinarios. En
250 251

mi caso yo traté al comienzo de mi carrera de escribir novelas que pa- para mí. Muchas veces pienso “¿Qué diría Osvaldo de esto?” y, a ve-
recieran novelas, que tuvieran 300 páginas, con algún esfuerzo lo hice, ces, escribo en contra. No es cuestión de ser tan servil a los fantasmas.
pero con el tiempo fui reduciéndome hasta encontrar este formato de las El otro día me estaba acordando de él porque pasé por la esquina de
100 páginas que es el más adecuado, el perfecto para el tipo de historias Córdoba y Pueyrredón en donde antes había un barcito que se llamaba
que se me ocurren a mí. Tobas. En ese barcito nos encontramos por primera vez a solas —yo
en ese entonces tendría 22, 23 años— y me pedí un gin tonic, no sé
por qué, nunca tomé alcohol y no tengo ninguna resistencia para beber.
* Debe haber sido por hacerme el interesante. Osvaldo estaba tomando
Nunca me ha preocupado mucho la cuestión de los géneros. Lo mío un café; después, en todos nuestros años de amistad, él se acordaba de
es la narración, y trato de llegar a una extensión que permita hacer un ese momento en que pensó: “Éste es de los míos”. Me acuerdo que una
libro, eso es todo. No me gusta que haya más de una historia en un li- vez —yo no había publicado nada todavía— él me dijo: “Vos sos un
bro, no sé bien por qué. Mis historias se han ido haciendo más breves gran escritor”. Entonces, otro día, me lo quiso especificar mejor y me
con el tiempo; ya me cuesta pasar de las cien páginas, y me da trabajo dijo: “Vos sos un gran escritor, pero no como estos escritores sino como
convencer a los editores de que hagan un libro con eso. Me resisto a Tomas Mann o Borges”. ¿Qué querría decir? Hasta el día de hoy me lo
las recopilaciones que me proponen. No entiendo qué tiene de malo un sigo preguntando.
libro de pocas páginas. Como lector, son mis favoritos.
*
* Muchas veces me preguntan por el conjunto de mi obra, y la gente que
Siempre edito en editoriales pequeñas y entonces es como si le pro- trabaja en una tesis me dice que no puede realizar una visión total por-
pusiera al lector buscar la figurita difícil, darle un poco de suspenso que siempre he estado probando cosas nuevas, distintas, quizás porque
porque no le va a ser tan fácil conseguir un libro mío. Hubo una época no sentía que me salieran tan bien. Quizás los escritores que tienen una
en que quise tener libros en cada editorial, con esas tapas tan lindas de autoestima más alta encuentran que han dado lo mejor de sí, que lo han
Anagrama, Tusquets, Alfaguara, Mondadori…. ¡Pero no! Me dedico a hecho bien o lo siguen haciendo igual. En mi caso siempre he quedado
esas editoriales independientes casi clandestinas. insatisfecho y siempre he querido probar otras cosas, a ver si me salen
mejor.

*
*
Antes de publicar, siendo chico, estuve rodeado de gente que me consi-
deraba un gran escritor. Se empecinaban en que publicara y me presen- Creo que nunca habría soñado en tener un agente literario, que me pa-
taban editores, cosa que yo saboteaba porque ya estaba muy satisfecho rece de lo más snob, pero sinceramente lo necesité, y con urgencia, una
con mi consagración (por ahí publicaba un libro y veían que no era vez que mis libros empezaron a traducirse. Al principio traté de hacerlo
tan bueno como ellos se pensaban). Creo que tengo la marca exclusi- solo pero se creó un lío tremendo. Él [Michael Gaeb] llegó a poner las
vamente de Osvaldo, por la relación que tuvimos, la personalidad de cosas en orden justo cuando más lo necesitaba, cayó casi providencial-
él, la diferencia de edad que teníamos. Todo eso sigue muy presente mente. Y además terminamos entablando una bella amistad.
252 253

* *
Por breve que sea, una novela lleva un tiempo para ser escrita, y las Una vez escribí una novelita que se llama Cómo me reí, y está escrita
huellas visibles de ese lapso son esos cambios de nivel entre lo escrito y contra la gente que viene a decirme “cómo me reí” con mis libros. Hubo
su escritura. Me gusta dejar bien visibles esas huellas, y de ahí debe de un momento en que me sentí un poco harto de que el único elogio que
venir la mala fama que me he hecho de autor de “metaficciones” y todo me hicieran fuera ese. Como todos los escritores, quiero ser un buen
eso. Una huella principal del tiempo es el desvarío de las intenciones escritor, quiero ser Baudelaire, Dostoievski, y a ellos la gente no iba a
originales. El Bautismo salió de una anécdota que me contó un cura, decirles “cómo me reí”.
como hecho real: un colega suyo se negó a bautizar a un recién nacido
por encontrarlo demasiado poco humano. El modo de hacer un libro
con esa anécdota era olvidarla, para fecundar la historia con su olvido. *
Y el cura mismo, en la segunda parte de la novela, la ha olvidado. Y Un buen elogio que me han hecho, que me ha gustado oir, es que en
ahora que pienso en el olvido, me acuerdo de una cosa. Yo conocía al muchos de mis libros hay una confluencia de surrealismo e hiperrea-
recién nacido protagonista de la historia, era un compañero de estudios, lismo, porque efectivamente la idea, la trama, suele tener elementos
al que después perdí de vista. Pues bien, hace poco abrí el diario y lo vi: fantásticos o sobrenaturales, pero la puesta en escena siempre quiero
es obispo, y jerarca principalísimo del Opus Dei. Si eso no es desviarse que sea lo más realista posible, incluso con detalles que observo en mi
de las intenciones originales… vida cotidiana. El mármol sucede en los supermercados chinos de mi
barrio —Buenos Aires se ha llenado de supermercados chinos— y estos
chinos son, en mi novela, extraterrestres, que han venido no de la China
* sino de una lejana galaxia. Ese es el elemento extraño. Pero la des-
Fantasmas partió de la idea no sé si decir más filosófica, más intelectual. cripción de esos supermercados la hice viendo los supermercados, es
Al comprobar que en la vida todo hay que pagarlo, me pregunté hasta híperrealista. Así han salido casi todas mis novelas, de esa confluencia.
cuánto podemos pagar, cuánto podemos sacrificar por lo que queremos
tener y se me ocurrió esta parábola de una niña, de una jovencita, a la
que la invitan a la fiesta más hermosa que va a poder asistir en su vida, *
una fiesta mágica, maravillosa, dada por los fantasmas. Pero el precio Como me hice monja es muy autobiográfico, salvo que ahí soy una
de la entrada es estar muerto. Y ella, durante ese día que transcurre la niña. Pero ese libro lo escribí en un rapto de inspiración —creo que en
novela, está tratando de decidir si vale la pena o no. Es algo que muchos 4 o 5 días— sin saber muy bien lo que estaba haciendo. Por qué yo era
hemos sentido, ¿no?: hasta cuándo podemos pagar por algo que quere- una niña, por qué mi papá asesinaba a un señor, por qué me mataban a
mos. Aquí lo llevé a un punto máximo, exagerado quizás. Y como esta mí, cómo podía estar escribiendo mi autobiografía si me habían asesi-
fiesta la iban a dar fantasmas, bueno, necesariamente tenía que instalar nado. Y cuando me hacen preguntas respecto de este libro, no sé cómo
a los fantasmas en algún lugar y ahí hice estas inversiones: si los fantas- contestarlas, porque salió así. Fue la única vez. En general todo lo que
mas están siempre en viejos castillos, en viejas casas, ponerlos en una yo escribo está muy pensado, a medida que lo voy escribiendo, que lo
obra en construcción; si aparecen siempre en la medianoche, hacerlos voy improvisando, lo voy pensando bien. Pero esto no sé, salió así.
aparecer a pleno día, al mediodía de un día de verano en Buenos Aires.
254 255

¿Cómo escribir a la sombra de borges, cortázar y bioy? Putativo


¿Cómo no hacerlo? Por Martín Caparros

Por Leila Guerriero


La frase le había quedado bonita: “Lo difícil no es escribir, como decía
Günter Grass, después de Auschwitz; lo difícil es escribir después de
Borges”, dijo un escritor argentino casi contemporáneo. Creo que se
equivocaba: lo difícil fue escribir después de Cortázar. Borges hizo de
El ensayo La herencia Borges, del argentino Alan Pauls, empieza así: su literatura un mejillón: cerró casi todo lo que llegó a tocar. Sus textos
“La literatura argentina actual no tiene escritores borgeanos. Busquen no planteaban, para el neófito entusiasta, más problemas que el de reco-
el estilo, el tono, la prosa, el programa narrativo, los temas que hicie- nocer que había llevado su escritura a una vía muerta. Imitar a Borges
ron célebre al maestro y no los encontrarán en ningún lado”. Y termina era una tontería: cualquier párrafo con espejos o laberintos que fatigara
con estas líneas: “Si podemos escribir a partir de Borges (...) es porque una página de arena olía tan fuerte a tigre mal soñado. Otra opción, más
Borges, en rigor, no nos enseñó a escribir sino a leer; nos enseñó que fecunda, era retomar pautas borgianas generales: cuando Ricardo Piglia
el que puede pararse ante la literatura como un lector puede escribirlo hace en Respiración artificial una cruza de relato y ensayo está recupe-
todo”. Esa podría ser una respuesta a la pregunta de si se puede escribir rando una de sus operaciones más clásicas. Que resulta también muy
a la sombra de Cortázar, Bioy, Borges, etcétera. Muchos han pensado en acotada. En cambio, Cortázar ofrecía algo mucho más tentador: un rit-
torno al tema, de modo que aquí apenas podría decirse, quizás, que una mo, una respiración, una forma posible de acumular palabras —además
posible respuesta no debería desconocer un dato obvio: que, sin ir más de un mundo de culturas pop coquetas hecho de jazz, París, Guevaras
lejos, esos tres escritores fueron contemporáneos entre sí y que, enton- sobrehumanos, ocultismos varios—. Pero lo básico era la música de su
ces, escribieron a la sombra de los otros y que, así y todo, escribieron (no prosa, y esa música impregnó la de tantos argentinos que empezaron a
imagino a ningún escritor argentino diciéndose “Oh, no, ¿qué haré yo, escribir en los 60 y 70. Por eso, después, el rechazo: había que sacu-
pobre mortal, después de Borges/Cortázar/Bioy?”, ni a uno uruguayo di- dirse esa pátina demasiado visible, que cortarse la lengua paterna. Pero
ciéndose “Oh, no, Onetti”, etcétera). Pensaba, también, que una posible eso pasó hace décadas, y hay muertos que enterraron a esos muertos.
respuesta no debería desconocer otro dato obvio: que esos autores están Hoy lo más notable de la literatura argentina es que ya no muestra in-
bendecidos por algo que los contemporáneos aún no tienen: la perspec- fluencias fuertes del uno o del otro: aquellos padres, más que muertos,
tiva del tiempo. Borges no siempre fue Borges, Cortázar no siempre fue se volvieron presuntos, putativos. Tanto que su lección más decisiva
—incluso ahora: no siempre es— Cortázar. Pensaba, finalmente, que la —que nuestro lugar en el extrarradio del mundo nos permitía hablar de
mejor respuesta la dio, en la revista Letras Libres, Horacio Castellanos cualquier cosa, del mundo— ya no cursa. La narrativa argentina más
Moya: “¿Cómo escribir después de Borges? ¿Cómo escribir luego de reciente abandonó el cosmopolitismo de los putativos para encerrarse
Homero? (...) ¿Cómo escribir luego de Cervantes? ¿Cómo escribir luego más y más en su provincia: se latinoamericanizó. Ni el uno ni el otro,
de Flaubert? (...) Pues de la misma forma que se ha venido escribiendo imagino, entenderían.
a lo largo de los siglos”. ¿Se puede escribir en la Argentina a la sombra
de esos nombres? Si para escribir se empieza por leer (¿quién quiere
escribir si no ha leído?) la respuesta sería, más bien: ¿cómo no hacerlo?
256 257

Ricardo Piglia: “la literatura es el escudo de los tímidos” La infancia, en todo caso, “hizo de mí el escritor que soy, muy intere-
sado en los libros… A veces me recuerdo con un libro, regalado o com-
Por Juan Cruz
prado, tengo la sensación de que fue importante, pero no recuerdo el
contenido: como si la imagen del libro fuera lo fundamental”. No fue la
infancia de un lector, pues, la de Ricardo Piglia, sino “la de un niño que
jugaba al billar y al fútbol” que aprendió a leer deletreando el nombre
de la casa de los abuelos. La madre le enseñó esas letras.

El primer recuerdo de Ricardo Piglia (Adrogué, Buenos Aires, 1941) Bibliografía


es el de su abuelo leyendo, y la imagen que él deja es también la de un
hombre leyendo. Acodado en una silla, al aire libre, en Xalapa, México, Jaulario (1967). La edición cubana de este primer libro de relatos fue
hace años, este hombre, uno de los más importantes escritores vivos de reeditada, corregida y ampliada bajo el título La invasión ese mismo
Argentina (y de la lengua española), hablaba sobre Jorge Luis Borges año (1967). Cuatro décadas después, La invasión (2007) fue corregida
ante un auditorio fascinado, como si de pronto de las palabras de Piglia de nuevo y reeditada por Anagrama.
fuera a hacerse presente el famoso ciego de Maipú. Respiración artificial (1980) fue su primera novela, marcó un antes y
Esa magia de lector está también en su escritura, que es, por otra parte, un después, y descubrió su peculiar mente y su pluma. Su protagonis-
la de un narrador leyendo. Y esa fascinación por la palabra, que traslada ta, Emilio Renzi, reaparece en las cuatro nouvelles de Prisión perpetua
en los libros y en persona, como autor y como profesor, proviene de ahí, (Sudamericana, 1988). Más de una década después llegó el éxito de
de esa primera imagen, “mi abuelo leyendo, la sensación de asombro Plata quemada (Planeta, 1997), y más recientemente, Blanco nocturno
que me provocaba ver a un hombre tan abstraído en la biblioteca… (Anagrama, 2010) y El camino de Ida (Anagrama, 2013).
Había muerto su mujer y el abuelo vivía con nosotros en esa época”. Crítica y ficción (Anagrama, 2001) amplía la primera edición sumando
El calendario del abuelo estaba fijo en el día de esa muerte, 25 de agosto a los ensayos charlas y entrevistas.
de 1943. “Yo tenía tres años. Estoy mirando y no sé muy bien qué hacer La crónica escrita por Ricardo Piglia sobre la muerte de la madre forma
porque él está como ausente. Luego hay un corte. Yo me subo a una parte de los textos que lloran solos: “Llevaba un vestido azul, su imagen
silla, bajo un libro azul de la estantería y me siento en el umbral de mi en el recuerdo es más nítida que la luz de esta lámpara, siempre estaba
casa, es una calle muy tranquila cerca de la estación. Cada media hora alegre. Al final, entre leves delirios, preguntó: ‘¿Qué dice usted?’, y
pasaba la gente que llegaba en tren desde la capital y yo me siento ahí sonrió antes de morir. Yo no estaba ahí, ¡oh, madre!”…
para hacerme ver leyendo. Algo que he hecho toda la vida: hacerme
“Yo no estaba ahí… Estaba en Princeton, no me daba tiempo a llegar,
ver leyendo. Veo una sombra que me dice que tengo el libro al revés.
me contaron lo que había pasado. Tenía 92 años, murió lúcida. Para mí
¡Debe haber sido Borges, ja ja!, ¡a qué otro se le puede ocurrir tener esa
fue triste, siempre lo es no estar en el entierro de tus padres porque es
precisión pedagógica! Un día le pregunté a mi padre cuál podría ser ese
como que no mueren; por eso me sucede que siempre viene esa sensa-
libro y mi padre, que era muy irónico, me dijo: ‘Sería el libro azul del
ción de que tengo que llamarla… Con mi padre estuve el último mes
peronismo’, ¡ja ja ja!”.
de su vida, falleció a los 75 años, en 1990. Los padres son destinatarios
de lo que hacemos, diría que en un sentido muy secreto, como figuras
258 259

que luego se reproducen en amigos y enemigos. ¡Y yo me he peleado “A medida que vas escribiendo un diario te das cuenta de que las gran-
mucho con ellos!”. des decisiones las tomas sin darte cuenta”
El padre, médico, fue peronista, “y yo mismo lo fui, de niño: era una Y el ejemplo máximo, cree él, es Plata quemada: “Ahí me manejo con
manera de ser argentino, no era nada que se pudiera elegir… A mi pa- personajes muy alejados de mí; el reto es imaginar cómo piensan y
dre venían a verlo sus amigos con unos grabadores que tenían la voz cómo sienten. Me parece que tiene algo que ver con estas mitologías
de Juan Domingo Perón. Una voz totalmente abstracta, que venía de familiares. Nuestros abuelos eran más épicos que nosotros: agarraban
Madrid, enviada por Perón desde su retiro. Como tardaban en llegar las un barco, se iban a cualquier parte; nosotros nos desesperamos si no nos
cintas, en ellas Perón no podía decir nada concreto sobre lo que estuvie- vienen a buscar a los aeropuertos… Fíjate, es algo que admiro mucho:
ra pasando… Hay algo de espiritista en el peronismo: siempre hay una agarraban a su familia y se iban a un lugar desconocido. Por eso creo
voz que viene desde algún lado remoto”. que las historias de la familia son un repertorio heroico”.
Así que ese es el poso de la literatura. ¿Y cuándo ellos se van? “Tuve
Cuando dejó la casa, a los 23 años, para irse a estudiar a Buenos Aires, una crisis seria cuando murió mi padre; tenía 50 años y me costó mucho
Ricardo cenó con los padres, “y la madre estuvo llorando hasta la salida recuperarme. Creo que por eso me divorcié de mi tercera mujer…, ese
del tren: se iba el hijo”. Los dos le dieron lo que es: literatura y narra- tipo de crisis que nunca acabas de entender cómo vienen. La muerte
ción. “La literatura me la dio mi padre, lector como su padre. Y mi ma- aparece, viví la experiencia de estar mientras él moría y fue algo durísi-
dre me dio la narración. La familia de mi madre era muy grande: tenía mo. No tenía ninguna esperanza; sabía que no había solución médica, él
al que se había ido a África, el estafador, el borracho, el más simpático, además era médico. Fue un golpe muy duro que tardó tiempo en desva-
la que estaba loca… Había todo un repertorio de historias de personajes necerse… En el caso de mi madre la ausencia es nostalgia… El camino
que después yo encontraba en otros sitios. Y mi madre tenía una cuali- de Ida a lo mejor la retrata de joven… A veces imagino lo que puede ser
dad que siempre he valorado y que creo que es su gran lección: nunca perderlos cuando se es muy chico; debe ser una experiencia durísima y
juzgaba a nadie, ¡los consideraba parientes! Si había una asesina en rarísima. Mi padre, que era muy lúcido, se resistió mucho a mi tenden-
serie, mi madre decía: ‘Bueno, siempre fue un poco nerviosa’… Como cia a estudiar literatura. Mi madre, en cambio, tendía a justificar todo lo
si fueran parientes. Un día me dijo: ‘¡Mira, en la Biblia todos eran pa- que se moviera en su ámbito”.
rientes!’. Me sirvió mucho para adoptar el punto de vista del narrador; Hubo, claro, lecturas decisivas. Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, por
trabajar con los personajes como si fueran parientes”. supuesto. “Pero una de las lecturas que recuerdo como muy decisivas
En todas sus novelas alguien acecha, como acechan los niños. “Quizá eso es el primer libro de cuentos de Ernest Hemingway, el maestro de la
sea también la mirada del niño, la mirada que yo tenía cuando escuchaba elipsis, donde los sentimientos, aunque van por abajo, son fortísimos.
aquellas historias. Me entusiasma contar historias que vayan más allá de Precisamente por eso no se habla de ello nunca directamente… No digo
la experiencia de mis lectores. Y he intentado hacerlo. Me gustan las his- que esos relatos hayan constituido mi modo de ser, para nada, pero sí
torias muy cotidianas. Mi pulsión narrativa, lo que hace que me entusias- encontré algo que yo quería hacer y no sabía cómo”.
me y escriba una novela viene de ahí, de lo que sentía escuchando contar
a mi madre. Siempre tiene que haber un personaje que esté haciendo co- En ese lado de la vida es cuando se le recuerda a Ricardo Piglia su
sas que se escapan un poco a mi propio registro”. Ese es el registro “en el carácter reservado: como si el niño que lo mira ahí se hiciera tímido.
que yo imagino que se mueven los lectores que lo conocen”.
260 261

“Es como si la reserva fuera el escudo de los corazones demasiado sen- —¿Era tristeza?
sibles, una manera de preservar ciertas marcas que son muy fuertes. —Sí, creo que el fracaso siempre fue una sensación muy fuerte para mí
Tengo pasión por la amistad, he tenido muchos amigos a lo largo de la como probabilidad… Consiste en no poder organizar el deseo, la sen-
vida, con los que he mantenido relaciones muy intensas. Pero siempre sación de que hay algo que quieres y no puedes hacer… Hay mucho de
han sido relaciones que han estado definidas por esa incapacidad o por eso. Es muy fuerte en mí la idea de cambiar de vida, que también es una
el estilo de no hacer visible lo que estaba pasando. O hablar de ello, metáfora. ¡Como si pudieras decidir! Creo que también es la fantasía
pero de una manera desplazada. Y lo mismo pasa con las mujeres”. por la que se escribe un diario: la idea de que vas a decidir siempre. A
medida que vas escribiendo un diario te das cuenta de que las grandes
—¿Hubo alguna situación en la infancia o en la adolescencia que decisiones las tomas sin darte cuenta.
acentuó esa reserva?
—Creo que para muchos la literatura fue el escudo de los tímidos y —En sus diarios hay una entrada del 3 de marzo de 1957: “Todo lo que
de los que teníamos tendencia a cierto retraimiento. Es un refugio, un hago parece que lo hago por última vez”. ¿Sigue teniendo esa sensa-
modo de encontrar un lugar que ya tiene socialmente su legitimidad… ción?
Es un elemento muy íntimo de mi manera de ser: cierta reserva respecto —No. Estaba muy ligado al hecho de que yo sentía que iba a ese club
a ser explícito con los sentimientos… He sido alguien que, junto a esos por última vez, que iba a comprar pan a esa panadería por última vez…,
momentos más decisivos, he tenido una vida social activa, como estu- esa es la sensación que confluye en esa frase, que los lugares que yo
diante, como escritor… He estado en la vida pública con fluidez, pero amaba de chico los estaba recorriendo por última vez. La sensación de
siempre había detrás como un secreto. Las horas de soledad, la lectura, que lo que hago se está yendo de ese lugar y me estoy despidiendo.
después del ajetreo, son de gran felicidad.
Con la realidad, dice, “siempre me he llevado mal”, y la literatura lo de-
Piglia el lector. Cuenta una anécdota. “Es la adolescencia. Cortejo a una fiende contra lo real, para recuperar quizá la mirada del niño que quería
muchacha bellísima. Ella me pregunta: ‘¿Qué has estado leyendo?’. Le leer como el abuelo, aunque el libro se le pusiera del revés.
digo que La peste, de Camus. Me la pide. Entonces la arrugo, para que
parezca leída, y se la llevo. A partir de ahí empecé a leer sin parar”. Una luminosidad inesperada
Ese lector está en El último lector; y como en todas partes, pero sobre La Antología personal de Ricardo Piglia acaba de salir en América, pu-
todo en sus diarios (que aquí pudieron leer los que leen Babelia), hay blicada por el Fondo de Cultura Económica. El próximo mes de enero
confesiones espeluznantes, como si el Piglia privado se desnudara al la publica en España Anagrama, donde está prácticamente toda su obra.
completo. Es cuando anuncia que se va a suicidar en tal fecha concreta. En la FIL de Guadalajara la presentarán, el 3 de diciembre, Juan Villo-
“Puse una fecha: me voy a matar tal día, sería un momento ridículo, ro, Martín Caparrós y Martín Kohan. “Elegí los textos del volumen”,
por una muchacha que no me quiso, por una pavada así. Debía de tener dice Piglia, “pensando que el conjunto tenía cierta unidad y que los
treinta años y me di cinco años de plazo… Incluso me subí a la terraza relatos y los ensayos adquirían así nuevos sentidos; no importa si ese
para comprobar si desde allí podía hacerlo. Ese día pasó, y aquí me ves, objetivo se cumple, lo importante es que buscando las correspondencias
ja ja ja”. entre prosa escrita a lo largo de 50 años, volvían a tener una luminosi-
dad inesperada”.
262 263

En el volumen, que recoge, por tanto, medio siglo de producción reele- que son nuestras y que su densidad hermética es la de nuestra propia
gida por Piglia, hay 10 textos inéditos, entre relatos y ensayos; el propio vida”.
Piglia nos hizo llegar algunos fragmentos del borrador del prólogo, en el La estructura secreta. “En este libro he elegido textos escritos en dis-
que se aprecia, como siempre en su obra, su capacidad para hacer que la tintos momentos que elaboran y registran imaginariamente experien-
vida y la literatura vivan su abierta correspondencia, su disponibilidad cias vividas y no vividas: son ficciones, ensayos, notas autobiográficas,
para contar heridas y para cauterizarlas gracias a la capacidad poética cuentos, intervenciones públicas y fragmentos del diario que “llevo”
que tienen la esperanza y la lectura. Estos son dos de los fragmentos. —como se dice— desde hace décadas. Lo he dividido en cuatro sec-
La densidad hermética de la vida. “Elegí una serie de cuentos, ensayos ciones que no siguen un orden cronológico, he buscado —no sé si con
y fragmentos de mi diario personal, no porque esos textos me parecie- éxito— que el conjunto tuviera cierta estructura secreta a la manera
ran sencillamente los mejores, sino porque, unidos, dibujan una forma —para recordar el cine y su arte del montaje— del rompecabezas que
inicial siempre incierta e incomprensible que guía implícitamente la la mujer de Kane (en el filme de Orson Welles) arma y desarma, tirada
obra de un autor desde el principio. Creo que ese resplandor define la en el piso ajedrezado de un enorme cuarto solitario en el palacio de Xa-
silueta esquiva que unifica una serie de prosas que —leídas en cierto nadu, buscando hacer coincidir las piezas individuales con una forma
orden— producen un efecto nuevo, y eso sería lo personal de una anto- inicial que ya existía antes de empezar. Como hacen los poetas en esos
logía. En este libro he tratado de plantearme ese problema y el volumen libros antológicos que cambian con el tiempo y se escriben a lo largo de
reúne una serie de textos ligados entre sí —de un modo tangencial— a una vida (Life Studies, de Robert Lowell, o Poesía vertical, de Roberto
esa cuestión. La heterogeneidad, el cambio de registro, los distintos es- Juarroz, o los Poemas de amor, de Idea Vilarino, o Antes o después, de
tilos son para mí un primer dato que identifica a las historias personales. José Emilio Pacheco, para nombrar algunos de los que admiro), esa
En definitiva, se parecen a los relatos que todos nos contamos para darle forma inicial —que se busca— es en realidad lo verdaderamente perso-
sentido —y cierta unidad— a la experiencia vivida. No pueden ser do- nal de la literatura. Acaso esa sea la estructura secreta de este volumen,
mesticados por una forma fija que los homogeneice, porque se mueven ya que el libro me representa más fielmente que ningún otro que haya
y mutan en especies y modos distintos: solo se unifican porque quien publicado”.
los narra —en secreto, en las noches de insomnio, en los viajes solita-
rios, en los pensamientos todavía no pensados— es también quien los
recibe (Sherezade y el califa son aquí la misma persona). Qué hubiera
pasado si aquella vez…es uno de sus íncipit básicos. Su forma verbal es
el potencial: lo posible, lo que no fue pero pudo haber sido y está siem-
pre presente. Esas historias son relatos privados de los que la literatura
se ha hecho cargo desde su origen: tejidos con leyendas familiares, mi-
tos, conversaciones, frases oídas al azar, historias de otros y recuerdos
alterados fluyen como un río, y sus aguas arrastran imágenes, voces,
espectros, noticias, hechos, ideas fijas que retornan y retornan como si
fueran únicas o fueran los únicos pensamientos propios. Las antologías
personales están hechas de esos materiales múltiples e inciertos y se pa-
recen a otras historias ya contadas, salvo que en este caso imaginamos
264 265

Escribir una novela se parece a construir un complot leer mucho, trabajar con los estudiantes, dirigir tesis... Me interesa la
enseñanza, pero la ficción es puro deseo, es absorbente, exige tiempo
Entrevista a Ricardo Piglia.
completo, no puedo hacer otra cosa mientras escribo, aunque al final
Por Patricio Pron del día haya escrito solo dos horas. Quiero decir: me cuesta escribir
ficción cuando estoy enseñando, así que empecé a experimentar con el
tiempo transcurrido entre versión y versión. ¿Qué pasa si uno vuelve
a leer un borrador tres años después? Así escribí todas las otras nove-
las, en una especie de trabajo geológico con borradores que decantaban
años, como si los hubiera escrito otro, y me gustaba lo que salía cuando
A menudo tus libros dan la impresión de haber sido escritos por decan-
volvía a escribirlos: en ese momento la historia se movía en una direc-
tación, es decir, mediante la depuración de ciertos materiales (citas,
ción inesperada. No quiero decir que las novelas escritas así vayan a
lecturas, experiencias) que permiten intuir que “había algo más allí”,
ser buenas (este método no garantiza nada), pero los libros mutaban
una cierta acumulación que no parece haber tenido lugar en El camino
como si estuvieran vivos, aunque en reposo; aparecían intrigas que no
de Ida, que es singularmente diáfano. ¿Cómo fue el proceso de escritu-
recordaba, tonos nuevos; el tiempo que pasaba entraba a formar parte
ra del libro? ¿Muy diferente al de otros tuyos?
del libro. Durante la época de Princeton experimenté con esas escrituras
Sí fue diferente, más rápido, digamos. La novela la escribí en un año, discontinuas: escribía rápido, pero con grandes pausas entre versión y
sin interrupciones: en todas las otras, entre una versión y otra, a veces versión y convertí el modo de ganarme la vida en una técnica narrativa
pasaban meses o años. Y algo de lo que decís es cierto, porque al escri- (risas). En cambio, El camino de Ida está más cerca de la escritura de
birla usé muchos materiales que estaban en mis diarios, es decir, notas las dos nouvelles de Prisión perpetua, que están narradas por Renzi y
que fui tomando en esos años mientras vivía en Estados Unidos. fueron escritas sin cortes, en una sola sesión larga de escritura que duró
unas seis semanas para cada una. Los cuentos, por ejemplo, siempre los
he escrito de una sentada, digamos, en una semana como máximo, a
El camino de Ida se publica “solo” tres años después de Blanco noc- veces en tres días. Me interesa que el ritmo de la escritura se traslade al
turno. No recuerdo que haya pasado tan poco tiempo entre la publica- estilo: para mí eso es el estilo, el tiempo, la sintaxis, las interrupciones,
ción de uno u otro libro tuyo en el pasado. ¿Es el resultado de la liber- las pausas, los cambios de ritmo. Una vez escribí tres cuentos (“En no-
tad adquirida tras la marcha de Princeton? ¿Una especie de segunda viembre”, “La invasión” y “La pared”) en una noche. Claro que en total
juventud literaria? no son nada más que treinta páginas, tal vez menos... y tienen el mismo
No sé si segunda juventud, ojalá, pero sí que al dejar de enseñar el tiem- estilo, me parece, aunque las anécdotas son muy distintas.
po cambia. La vida académica tiene muchas virtudes (es quizá el mejor
trabajo para un escritor como yo), pero te obliga a seguir el calendario
de clases, de modo que cuando llega septiembre tienes que parar, sea lo Quizás en este punto sea necesario preguntarte sobre cuáles son tus
que sea que estés haciendo. Un tiempo estriado, digamos, con fronteras objetivos como escritor, ¿cuándo te detienes y das tu trabajo por con-
fijas, raro, ¿no? Al menos eso me pasaba a mí, porque yo daba cursos cluido? ¿Cuándo el texto que escribes “se parece a un texto de Ricardo
académicos, clásicos, no “hacía de escritor”, daba seminarios de grado Piglia”? ¿Cuándo no se parece en absoluto? ¿Cuándo deja de escribir
y de posgrado, cursos muy exigentes: había que preparar las clases, el escritor?
266 267

Siempre tengo presente el final, la conclusión de la historia que estoy ta y el material vivido entra naturalmente. No es que lo logre siempre,
escribiendo. Escribo borradores completos y a menudo, en las primeras pero yo busco eso: cierta inmediatez, la sensación de que la experiencia
versiones, el final es bastante sintético, de modo que sé de antemano que narrada está por suceder. Admiro las prosas lentas (Juan Carlos Onetti,
el cierre va a ser lo más complicado de escribir. En Respiración artificial, Juan José Saer, Sergio Chejfec, Juan Benet), pero yo busco otra cosa.
por ejemplo, la novela iba hacia el viaje de Renzi a Concordia y la con- La prosa tiene que ser rápida, seguir un ritmo, un fraseo, tiene que fluir:
versación con Tardewski que dura toda una noche; esa escena, en la últi- eso es el estilo para mí, la marcha, no el léxico, el tono, no las palabras,
ma versión, solo tenía cinco páginas y todo lo que vino después lo escribí sino algo que está entre las palabras, para decirlo así. Es lo que busco
al final en tres meses. En algún sentido, escribí toda la novela para justifi- desde que empecé a escribir y es lo que me gusta cuando leo a Rodolfo
car esa conversación. En La ciudad ausente, por otro lado, la imagen era Walsh o a Antonio Di Benedetto, o a Roberto Bolaño, que tiene mucha
la de la mujer-máquina, que imagina y espera en soledad a alguien que energía en la prosa, algo que viene de la generación beat (William S.
está por llegar; pero en definitiva el cierre fue el encuentro de Junior con Burroughs es el maestro de esa inmediatez, tiene un oído infalible).
el inventor Russo en su casa del Tigre. En Plata quemada supe siempre  
que la conclusión tenía que ser la quema de los quinientos mil dólares
por parte de los “malandras” acorralados por la policía, y el asunto era: Acabas de mencionar a Sergio Chejfec, y me ha venido a la cabeza el
bien, ¿de qué hablan, qué dicen? Tuve que escribir toda la novela para hecho de que, si bien tu canon “hacia atrás” parece claro y ha sido
enterarme. En Blanco nocturno, por otra parte, supe de movida que el en- justificado, discutido y ampliado en libros de crítica y de ficción (Jor-
cuentro de Renzi con Luca en la fábrica medio abandonada sería el final, ge Luis Borges, Roberto Arlt, Walsh, Saer), no parece estar tan claro
pero tampoco supe qué pasaría allí hasta que no tuve la novela escrita. tu canon “hacia delante”. En ese sentido, ¿qué autores posteriores a,
En El camino de Ida la primera imagen fue el viaje de Renzi a la cárcel y digamos, 1980 te interesan?
el encuentro con el convicto. En ese sentido (me doy cuenta recién ahora)  Si dejamos de lado, por educación, a los presentes (es decir, a los na-
todas mis novelas están hechas del mismo modo, como si yo fuera, diga- rradores argentinos que viven en España), haría la siguiente lista de
mos irónicamente, un escritor conceptual que tiene una idea fija y escribe diez (para ser arbitrario y decimal): Alan Pauls, Luis Chitarroni, María
novelas para hacer posible una conversación final entre los personajes. Moreno, Germán Maggiori, Pola Oloixarac, Leila Guerriero, Pablo De
Santis, Selva Almada, Mario Ortiz, Gustavo Ferreyra. Tiene el valor
de las listas que uno hace mentalmente, cuando tiene insomnio o viaja
Creo haber descubierto que la historia del gato que escoge regresar a sin tener ya nada que leer, listas que cambian y se olvidan o retornan a
la calle tras un breve periodo en la casa del protagonista se encontraba lo largo del tiempo; por ejemplo, la lista de las mejores películas o la
en los adelantos de tu diario que fueron publicados por el suplemento lista de los grandes diez (o enganches) del fútbol argentino a los que vi
Babelia. ¿Cómo se relaciona esta novela con el diario? ¿Cómo fluyen jugar: Lacasia, Sívori, Oscar Rossi, Ermindo Onega, Willington, Ángel
los materiales de uno a otro sitio? Rojas, Bochini, Maradona, Riquelme, Messi.
La historia del gato (que es cierta) sucedió en Buenos Aires, en un árbol
de la calle Cabrera, a la vuelta de mi casa, y es uno de los materiales del
diario que entraron en la ficción como si fueran bloques de realidad. En En tus intervenciones sobre el tema del futuro de la literatura te apartas
todas mis novelas ha pasado eso, sobre todo en las que están narradas claramente del tono crepuscular de las últimas intervenciones sobre el
por Renzi: en ellas, la relación entre ficción y experiencia es más direc- asunto en España, donde se habla acerca del “fin” (de la literatura,
268 269

de la novela, de los periódicos). En ese sentido, y lejos de pedirte que un viajero, sino alguien que trabaja en otro país y no tiene nostalgia de
especules sobre formatos emergentes, libros electrónicos y ventas, me Buenos Aires ni se mezcla con argentinos y vive “como si” fuera un
gustaría pedirte que profundices en esa idea de cómo imaginas que norteamericano. (Sabiendo que el “como si” es siempre un problema o,
serán los libros que leamos y las conversaciones sobre ellos que tenga- mejor, “el” problema actual, ¿no?)
mos en el futuro, si crees que hay futuro para esto que hacemos.  Aquí, una vez más, el personaje es Emilio Renzi, personaje conforma-
Creo que la lectura persistirá, y la lectura literaria estará siempre a la do por tu segundo nombre de pila y el apellido de tu madre y “alter
vanguardia, porque es la más lúdica y la más compleja. Después, cómo ego” tuyo desde hace décadas. ¿Cuál es la relación entre Piglia y Ren-
serán las formas futuras de los modos de leer, es una intriga. Hay una zi? ¿Qué vive el segundo que el primero no experimenta?
frase de Borges que hoy suena profética porque es de 1951, está en  
“Nota sobre (hacia) Bernard Shaw”, en Otras inquisiciones (1952): “Si
me fuera otorgado leer cualquier página actual (esta, por ejemplo) como Veamos: yo no sé manejar y en la novela Renzi no hace otra cosa que
la leerán en el año 2000, yo sabría cómo será la literatura del año 2000.” andar en auto por las rutas; mis relaciones sentimentales han durado
Las formas de leer son la clave y definen lo que entendemos por litera- años y Renzi las deja con facilidad; Renzi trabajó de periodista en una
tura. De modo que no dudo sobre el porvenir y el futuro de la lectura, redacción, cosa que yo nunca hice; Renzi envejece mucho más lenta-
porque sin esa práctica es difícil imaginar que el mundo pueda existir mente que yo… En cuanto a los datos comunes: lee, en general, los
para nosotros. mismo libros que yo, le gusta el vino blanco, escribe un diario, nació en
Adrogué, se mudó con su familia a Mar del Plata a los dieciséis años de
  edad, estudió en La Plata, reside en Buenos Aires desde 1965.
No hay –que yo recuerde– una tradición muy extensa de novelas de
campus en español, aunque los ejemplos son numerosos en la litera-
tura anglosajona. ¿Tuviste en cuenta estos antecedentes al escribir El En tu novela reverberan las discusiones sobre política y terrorismo en
camino de Ida? Estados Unidos, pero también en Argentina, lo que señala una dimen-
sión política muy acusada en el libro. ¿Cómo ves la relación entre lite-
 Bueno, están las de Bolaño (sobre todo 2666), pero son otra cosa, aun- ratura y política en tu propio trabajo y el debate (reavivado reciente-
que hay muchos profesores de literatura ahí. Me acuerdo también de mente) acerca de cómo debe aparecer el mundo en la obra?
una que escribió José Donoso y de un par de novelas policiales muy
buenas de Guillermo Martínez, en la Argentina; y en España está la Siempre me han atraído en las novelas las redes secretas y las conspira-
gran novela de Oxford de Javier Marías que me gusta mucho. He leído ciones, esas construcciones clandestinas que muchas veces se convier-
además Pnin y Pálido fuego de Vladimir Nabokov y, también, las nove- ten en la historia misma, porque hacer una novela se parece a construir
las de David Lodge, que son lindísimas, muy divertidas (es un escritor un complot. En ese sentido, imagino la política como uno de los con-
del que me siento muy cerca; un lector brillante, además). También es textos posibles de la trama, implícita en ella como en la vida; cuando es
sensacional La suerte de Jim del gran Kingsley Amis, y están las poli- muy explícita hay problemas, como cuando los personajes se definen
ciales académicas de Amanda Cross, que es una de mis escritoras pre- más para el lector que para sí mismos (“nosotros que somos soldados
feridas. De todos modos, para mí, esta no es una novela de campus en de la Segunda Guerra Mundial” es el ejemplo que daba Brecht de esa
sentido estricto, aunque sucede ahí: para mí es un relato sobre, digamos, sobreexpresión). En este libro, Munk es alguien que vive una conspi-
estar fuera de lugar, ser un extraño, no un inmigrante ni un exiliado ni ración privada, el complot de un hombre solo, y eso desde ya es muy
270 271

atractivo narrativamente. Luego está Ida, la mujer de la que Renzi se donio Fernández. En este libro, Hudson aparece como un antepasado de
enamora, y el asunto se complica. Algunas amigas me han dicho que, Munk y de los que piensan como él; de hecho fue uno de los primeros
en realidad, para ellas, Ida seduce a Renzi para reclutarlo en la banda que percibió los desastres que había producido la revolución industrial
de Munk. Esa sería, claro, una hipótesis feminista y ultrarradicalizada y por eso comenzó su reconstrucción utópica y elegíaca de la vida natu-
del libro. ral en la Argentina semisalvaje en la que había vivido.
 
Alguna vez dijiste que el detective es una especie de filólogo popular, un Pienso que la novela se puede leer como una discusión sobre las rela-
lector que recompone el relato. Esta idea parece particularmente pre- ciones entre la interpretación de la realidad y su transformación, lo pa-
sente en El camino de Ida, donde Renzi “resuelve” un crimen mediante radójico de El camino de Ida es que pone de manifiesto que la transfor-
el estudio de la realidad como un relato y la revisión de unas notas mación sin interpretación carece de sentido. En sustancia, parece venir
tomadas al margen en un libro de Conrad. ¿Qué correspondencias se a decir la novela, los hechos aislados que conforman la experiencia
establecen entre la mirada del detective y la del lector? solo adquieren sentido si son “leídos” de una cierta forma, lo que des-
 Dupin, el primer detective, era un gran lector (“un apasionado de los barata la oposición entre literatura y experiencia, entre interpretación
libros”, dice Poe) y podríamos fácilmente asociar su figura con la del y transformación de la realidad. ¿Lo ves así también?
lector perfecto: descifra dos de los tres crímenes de los que se ocupa Estoy de acuerdo, es lo que podríamos llamar una mirada “no periodís-
solo leyendo con inteligencia los periódicos, y en el tercero la clave del tica” de lo real. El periodismo nos da la realidad bajo su forma juzgada,
enigma está en la posibilidad de leer una carta robada. Lönrot, el detec- mientras que la novela nos da a juzgar, suspende el juicio, construye
tive de Borges, es un lector consumado y tenaz; la fidelidad a ese don lo experiencias a la vez densas e inciertas cuyo sentido está abierto. Y qui-
conduce a la muerte. Los detectives del género leen y descifran signos y zá esa incertidumbre sea el primer movimiento de transformación de lo
no entienden el sentido hasta que no reconstruyen el contexto, lo mismo real. En todo caso, la vida personal (lo que llamamos la vida personal)
que nos pasa a todos cuando leemos. Eso es lo que hace pensar en el se apoya muchas veces en la ficción, en lo posible, en la ilusión y en lo
detective, principalmente, como un buen lector. que todavía no es, para producir los cambios, las mutaciones, los virajes
de la experiencia. “No te hagas una novela”, como le suelen decir a uno
cuando imagina que puede cambiar de vida. (Pero yo tomaría el dicho
Todos tus libros parecen estar presididos por figuras tutelares: Roberto como un ejemplo de la potencia, y los riesgos, de la ficción.)
Arlt, Macedonio Fernández, Witold Gombrowicz y, en este caso, Wi-
lliam Henry Hudson y Joseph Conrad. ¿Qué persigues esta vez al es-
coger estas figuras? La ficción paranoica sobre la que alguna vez has escrito parece haber
Los escritores son personajes para mí y tienen funciones narrativas es- sido concebida para la interpretación de la vida en un campus. ¿Cuán-
pecíficas. Por ejemplo, en el final de Respiración artificial Kafka con- do tuviste esa percepción?
densa (a mi modo de ver) el tema de la novela. En La ciudad ausente el Como sabes bien, lo más complicado en una novela es reunir a los per-
personaje que no puede aceptar la muerte de la mujer a la que ama hace sonajes: un viaje en barco, una casa de campo inglesa, el vagón de fu-
una especie de pacto fáustico: podría haber sido cualquier otro, pero yo mar en los trenes de larga distancia de las novelas rusas, los peregrinos
no habría podido escribir esa novela si no hubiera sabido que era Mace- refugiados en una posada, son modos clásicos de reunir a personajes
272 273

diversos en un relato. Un campus universitario norteamericano tiene gran especialista en Dante de Princeton, daba un curso sobre La Divina
la ventaja de ese tipo de sitios: hay muchas personas intrigantes que Comedia en el que se leía un solo canto por semestre: eran seis o siete
vienen de lugares distintos conviviendo en un espacio cerrado (o más personas sentadas alrededor de una mesa redonda (yo iba a veces), y la
o menos cerrado), de allí el interés que tienen. Por otra parte, y aunque mayoría eran matemáticos y físicos teóricos; terminaban de leer laCo-
nosotros, en la Argentina, no podemos escindir lo que vivimos de lo que media después de cinco o seis años de clases y la empezaban a leer de
hacemos, en los campus norteamericanos (y sobre todo en Princeton, nuevo. Así va a ser la literatura en el futuro, al menos eso espero... A lo
que es “la gran” universidad de matemática y de física teórica) domi- mejor por eso Munk deja todo y se va a vivir al bosque, porque ya no
na la idea, me parece, de que el pensamiento debe estar aislado de la puede pensar. Munk también es un extraordinario lector, dicho sea de
realidad. Los grandes descubrimientos teóricos (los de Albert Einstein, paso.
que vivió ahí, o los de Kurt Gödel, que también trabajó en Princeton) se  
hacen siendo muy joven (a menudo antes de los veinte, es decir, en la
adolescencia y antes de tener alguna experiencia de la vida), ya que la Un símil llama mucho la atención en la novela, el del terrorista indivi-
concentración extrema depende de que las pasiones no interfieran con dual al que su ideario anarquista lo pone fuera de la ley, exactamente
el pensamiento, y el campus pone (o trata de poner) entre paréntesis como los gauchos argentinos del siglo XIX y los bandidos rurales de
la vida y el deseo. Los ajedrecistas son iguales: mirá a Bobby Fischer, décadas posteriores. ¿Se trata de un símil deliberado? En ese caso,
mirá a Gari Kaspárov, funcionan como adolescentes perfectos. Además, ¿qué nos dice de la vida salvaje (o pretendidamente salvaje) como re-
en Princeton, a los veinticinco o veintiséis años, los grandes matemá- fugio del capitalismo?
ticos, ya son has been, llega la nueva élite de supergenios de diecisiete Está muy bien, no se me había ocurrido esa relación, así que no ha sido
y dieciocho, rápidos y arrogantes como Billy the Kid, y la universidad deliberada. Desde luego el desierto fue, en la literatura argentina del
pone a las viejas glorias de treinta años a dar clases porque asume que siglo XIX, un refugio para los que huían de la justicia. En La Pampa,
ya no inventarán nada. (Después de hallar el teorema que lo hizo inmor- lo que estaba más allá de los fortines, del otro lado de la frontera, en la
tal, Gödel se pasó cincuenta años sin hacer nada, ni siquiera publicar; toldería de los indios, en “tierra adentro”, era un territorio mítico y li-
cuando murió encontraron cientos de cajas con manuscritos incompren- bertario. Allí se van a refugiar Cruz y Fierro en el poema de Hernández,
sibles, apuntes y cálculos sin sentido: miles y miles de notas que no y el cruce es uno de los momentos más intensos de nuestra literatura.
llevaban a ningún lado.) Yo iba mucho al Institute for Advanced Study Vamos a recordar ese pasaje, porque los versos son muy bellos: “Cruz y
a escuchar las charlas de los matemáticos retirados (que, por edad, po- Fierro de una estancia / una tropilla se arriaron; / por delante se la echa-
dían ser mis hijos), tipos brillantes, extraordinarios conocedores de la ron / como criollos entendidos / y pronto sin ser sentidos / por la fronte-
literatura, lectores de James Joyce, expertos en el Finnegans Wake, en ra cruzaron. / Y cuando la habían pasao / una madrugada clara / le dijo
Robert Musil, en Michel Butor, en Witold Gombrowicz, tipos copados Cruz que mirara / las últimas poblaciones / y a Fierro dos lagrimones /
con Hermann Broch, con Arno Schmidt, con Jorge Luis Borges, ni te le rodaron por la cara.” Es el final de La Ida: la libertad y la pérdida es-
digo. No hay lectores así en el mundo. Roberto Calasso, George Steiner tán unidas ahí y eso ha persistido en el imaginario de la literatura. Algo
y Harold Bloom son diletantes al lado de estos hombres cansados: uno de eso hay también en la decisión de Ismael de perderse en el mar, en
aprendió japonés a los cuarenta años solo para leer a Yasunari Kawa- un barco ballenero, en el comienzo de Moby Dick. ~
bata. Todos ellos saben que ya no se les va a ocurrir nada, pero que aún
tienen toda la vida por delante y se dedican a leer. Robert Hollander, el
274 275

América Latina pasa página La generación que se alejó del centro


Por Winston Manrique Sabogal El exilio y el reino
México
Son de linaje absolutamente contemporáneo. Hijos del mestizaje gené-
tico, cultural y literario. Viajeros, cosmopolitas que viven en diferentes
ciudades del mundo, herederos de toda la literatura universal, de voca-
ción global en sus temáticas, sin mundos totalizadores, con más mu-
¿Hacia dónde va la literatura latinoamericana? Y el escritor extendió jeres que en otras épocas y unidos por la diversidad y la pluralidad de
el brazo derecho señalando hacia un lado mientras exclamaba: “¡Hacia estilos. Estirpe de estos tiempos para quienes hablar hoy de si existe o
allá!”. Todos giraron la cabeza y trataron de descubrir con la mirada el no una literatura latinoamericana es una entelequia. Comparten pasado
lugar al que apuntaba el índice del autor uruguayo Pablo Casacuberta. e idioma, pero su creación no es homogénea, surge y avanza por una
Tantos años cercados por esa pregunta. Miles de reflexiones. Tantos frondosa geografía literaria sin fronteras que atraviesan sus autores en
años esperando la respuesta y ahora, por fin, estaba ahí, a la vista de busca del lugar señalado: “Hacia allá”.
todos, reducida a un punto en el horizonte. Hacia dónde va el propio Ése es el presente. Así lo ve ese grupo de latinoamericanos que en esta
Casacuberta junto a un número sin precedentes de nuevos escritores de década ha debutado o publicado algunas de sus primeras obras de narra-
América Latina, comprometidos con búsquedas estéticas innovadoras. tiva en las que se aprecian talento y semillas de prestigio. Forman una
Avanza sin miedo. Sin prejuicios. Sin presiones. Explorando. Libres. gran polifonía de voces procedentes de 19 países, varias de las cuales
Inaugurando un nuevo tiempo. sonarán más allá de este comienzo del siglo XXI, y cuyo paisaje litera-
rio describen hoy aquí Ena Lucía Portela, Juan Gabriel Vásquez, Lina
Meruane, Claudia Amengual, Edmundo Paz Soldán, Andrés Neuman,
J. G. Vásquez: “Ya nadie tiene que justificarse por contar historias eu- Oliverio Coelho, Guillermo Martínez, Wendy Guerra, Leonardo Valen-
ropeas o indias. Nuestra tradición es toda la literatura” cia, Pablo de Santis, Antonio Úngar, Diego Tréllez, Pablo Casacuberta
y Santiago Roncagliolo.
Oliverio Coelho: “Es una literatura en continuo devenir, que en cual-
quier momento puede engendrar algo que nunca fue leído” Saben que muchos miran hacia América Latina. Editores y lectores de
medio mundo aguardan. Las expectativas son enormes tras el mítico
éxito literario de los años sesenta y setenta conocido como el Boom.
Claudia Amengual: “No siente que deba cumplir, necesariamente, con Demasiado etiquetado. Eclipsante para los lectores. Pero eso ya es una
una función social, tiene un valor en tanto arte” página pasada que los nuevos narradores han incorporado con natura-
lidad a la tradición literaria universal. No hay tendencias parricidas, y
lo que mejor ha asimilado de aquel festín creativo esta generación es
la libertad de rupturas temáticas y estéticas. Crean el paraíso del riesgo
donde todo es posible.
276 277

“Quizá la literatura latinoamericana se sintió obligada a retratarse a sí Más que manifiestos, lo que ha cambiado es la percepción. Con esas
misma. Como si se mirase a través de lo que otras culturas esperaban de coordenadas ha echado a andar este grupo de escritores. Buscan ese
ella. Pero desde hace varios años aspira a simbolizar cualquier espacio, lugar señalado aquella noche de agosto pasado en Bogotá 39 -el en-
a ser una metonimia del mundo. La sensación es de desprejuicio territo- cuentro que reunió a algunos de los mejores autores latinoamericanos
rial”, asegura el argentino Andrés Neuman (autor de títulos como Una menores de 39 años, convocados por el Hay Festival y la Unesco dentro
vez Argentina). Si hay una tendencia clara tiene que ver “con el des- de los actos de Bogotá Capital Mundial del Libro-. Y cuentan que tan
embarazamiento de las características más notorias que identificaron pronto como Pablo Casacuberta reveló que “hacia allá” era el lugar de
para el lector europeo lo que significaba Latinoamérica: tropicalismos, destino de las letras latinoamericanas, empezó a correrse la voz, y que
barbarie, realismo mágico, representación de la gran escena del poder cuando llegó a oídos del argentino Pedro Mairal, éste sólo atino a ad-
y la sociedad a través de dictadores y patriarcas”, explica el argentino vertir: “Y apúrense porque va corriendo”.
Guillermo Martínez (Los crímenes de Oxford). La travesía no es fácil. Para entenderla mejor, J. Ernesto Ayala-Dip, uno
de los críticos de Babelia, se remonta al penúltimo capítulo de esta his-
Adiós al tópico tropical y exuberante que insiste en ver el mundo y toria: “Después del sarampión del posboom (años ochenta), y sus enor-
ensombrece el resto del panorama creativo. mes secuelas, en cuyo vértice funcionaría como paradigma una novela
como La casa de los espíritus, de Isabel Allende, un sarampión que duró
Lejos ya de fulgores y liberados de prejuicios y presiones, se trata de mucho y que supuso un grave malentendido en torno a los acuerdos en-
una literatura más emigrante y nómada que nunca. Todos avanzan, ex- tre imaginación, escritura y realidad social (tanto que se tuvo que volver
ploran, pero de manera individual y con micromundos que albergan el sobre la importancia de una novela capital como Cien años de soledad,
universo. Se sabe de sesenta, setenta..., un incontable número de es- escrita por Gabriel García Márquez en 1967, uno de los orígenes invo-
critores recientes que no paran de adentrarse en un territorio que tiene luntarios de ese malentendido), después de ello, en los últimos años, tal
el aire fresco dejado tras una gloriosa tempestad. “Ya nadie tiene que vez décadas, parece que se transita por soluciones de transversalidad en
justificarse, como les tocó a Borges o a Cortázar, por contar historias las tendencias narrativas. Hay un proyecto festivo de la invención, otro
europeas o indias o norteamericanas con personajes norteamericanos o de experimentación e intertextualismo, de reflexión crítica de las últi-
indios o europeos. Nuestra tradición es toda la literatura”, sentencia el mas dictaduras latinoamericanas. Novelas realistas (con el criterio tam-
colombiano Juan Gabriel Vásquez, autor de Historia secreta de Costa- bién huidizo e inaprehendible con que César Aira tonifica el concepto
guana, al reflexionar sobre el derecho a trabajar con toda la literatura de realidad) que compiten con las que Roberto Bolaño llamaba novelas
universal como pedía Jorge Luis Borges. Este grupo de escritores invo- mutantes (mezcla, como las suyas, de novela y cuento). El compromiso
ca las palabras libertad y ruptura, porque “un narrador latinoamericano político, en esta época de inhibición ideológica, rivaliza con el más exi-
de ahora mismo no tiene que circunscribir sus relatos a la contempora- gente compromiso estético. Y con una gran presencia del cuento, que
neidad, o a la historia, o a su país. Tampoco es obligatorio escribir sobre allí siempre ha tenido acogida por escritores y lectores”.
política. No hay ‘compromiso social’ que valga; sólo el compromiso
consigo mismo”, afirma la cubana Ena Lucía Portela (Cien botellas en Senderos que exploran autores como Guadalupe Nettel, Iván Thays,
una pared). Antonio José Ponte, Juan Carlos Botero, Ronaldo Menéndez, Martín
Solares, Inés Bortagaray, Jorge Eduardo Benavides, Florencia Abbate,
Fabrizio Mejía, Pilar Quintana, John Jairo Junieles, José Pérez Reyes,
Claudia Hernández...
278 279

Vocación universal. Expedicionarios que crean un gran puzle con to- lio Cortázar, Carlos Fuentes, Augusto Roa Bastos o Gabriel García
nos transgresores o de renovada tradición. Julio Ortega, del Departa- Márquez.
mento de Estudios Hispanoamericanos de la Universidad de Brown, Es una generación que vive y siente con naturalidad las tradiciones cul-
completa este presente aclarando que en la última narrativa latinoa- turales y literarias de sus países de origen, su continente y el resto del
mericana “no hay parricidios, hay relevos, turnos y diversificación. Y mundo. Avanzan como alegres guaqueros. “Somos saqueadores de las
también renovación: los jóvenes del crack cumplieron 40 años y escri- tradiciones de todos lados”, reconoce el mexicano Antonio Ortuño (Re-
ben todavía mejor. Y hay narradores de veintipocos años que merecen cursos humanos). Por eso no es fácil hablar de literatura latinoamerica-
atención. Se debe a las demandas de esa extrema libertad recibida. No na. Son 19 países y cada uno de ellos es un mundo. No son un grupo
sorprende que sean parte de una conversación más amplia, donde se uniforme, ni existe un español latinoamericano, sino muchos, aclara
descubren como interlocutores de una charla que incluye a otros”. Y Ena Lucía Portela. “Pero de ningún modo debe hablarse de literatu-
cierra su retrato con un juego literario, como en un jardín de senderos ra latinoamericana vinculada a una ideología determinada y a motivos
que se bifurcan: “El jardín es una cita literaria, y los senderos se abren considerados exóticos según una visión eurocéntrica”, hace énfasis la
incesantes a nuevas lecturas. La última narrativa es una narrativa de uruguaya Claudia Amengual (Desde las cenizas).
narrativas”.
Tampoco se consideran una hermandad de literatos intentando preser-
Casi todos han renunciado al afán totalizador de construir novelas o var y legalizar para el mundo una herencia cultural milenaria e inmacu-
proyectos literarios que explicaban una época y que ha caracterizado lada, afirma Diego Tréllez. “El chovinismo en la literatura es un cáncer
a la literatura latinoamericana, asegura el escritor peruano Diego Tré- extirpable. Lo nacional tiende a ser un concepto desfasado para analizar
llez (El círculo de los escritores asesinos), que publicará en verano una nuestras correspondencias”. Y si algo queda de esto, es por poco tiem-
antología con autores de la última generación. Los nuevos narradores po, vaticina el peruano Santiago Roncagliolo (Abril rojo). Recuerda
describen mundos más cercanos, íntimos. Hacen de lo particular y sin- que en países como el Reino Unidos y Estados Unidos la literatura ha
gular lo universal. El amor, la soledad, el desconcierto, la muerte, la incorporado miradas mestizas y el índice de la última antología de jó-
inmigración, el éxito, la envidia, las repercusiones del 11-S, los nuevos venes narradores de la revista Granta “parece un listado de la oficina de
miedos, el desamparo, las ilusiones, las dudas o las diferentes formas de migraciones. En España, la inmigración es reciente, pero ya hay auto-
violencia que van moldeando el mundo. ras como Najat el Hachmi que escribe en catalán. Pronto empezarán a
Su legado literario procede de todas partes y lo buscan en todos lados, hacerlo también los hijos de los latinoamericanos y la pregunta por su
recuerda el boliviano Edmundo Paz Soldán (Río fugitivo). “Mientras identidad carece de sentido”.
los escritores europeos o norteamericanos suelen leer sólo literatura de
sus propios países, en América Latina se puede encontrar a mexica-
nos que leen a Kawabata, argentinos que apuestan por Janet Malcolm, Se sienten orgullosos de tener deudores tan diferentes. No quieren
colombianos que siguen a Conrad, peruanos aficionados a Modiano, que les sorprenda el olvido.
puertorriqueños fanáticos de Ngugi Wa Thiongo, guatemaltecos fer- “Heredamos la literatura de los años sesenta de nuestros padres. Re-
vorosos de Vila-Matas, chilenos obsesionados con Clarice Lispector”. construimos con nuestra ‘filosofía barata y zapatos de goma’ a los pen-
Lecturas universales combinadas con las de sus paisanos clásicos, sadores alemanes, a sabios del Oriente, a los clásicos, los grafitos de los
como José Eustasio Rivera, Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Juan metros, la mítica popular. Cada quien se arma un puzle con sus refe-
Carlos Onetti, Juan Rulfo, Rómulo Gallegos, Mario Vargas Llosa, Ju-
280 281

rentes y necesidades”, resume la cubana Wendy Guerra (Todos se van). Wendy Guerra complementa diciendo que en el caso de su generación
Es una literatura en continuo devenir, que en cualquier momento puede las heridas no han sido nombradas. “Mi diferencia con los colegas lati-
engendrar algo que nunca fue leído antes, está convencido el argentino noamericanos es que estamos en un punto donde nombrar las heridas ya
Oliverio Coelho (Promesas naturales). es ganancia, nos reconcilia con la conciencia de los personajes que na-
Sobre estos predios vecinos exploran autores como William Ospina, rramos, nos vuelve persona y personaje en el propio acto de la narración
Álvaro Enrigue, Rodrigo Hasbún, Ana Gabriela Alemán, Marcelo Bir- transitoria y la vida dilatada por el texto. La revisión histórica se inicia,
majer, Eduardo Halfon, Jorge Franco, Marbel Sandoval, Mariana Enrí- en mi caso, en el minuto en que decido decir la parte de la historia que
quez, Ricardo Silva, Armando Luigi Castañeda, Rodrigo Blanco, Héc- he vivido y necesita ser nombrada, aunque duela en mi entorno”.
tor Abad, Damián Tabarovsky... Pero la brújula no siempre funciona bien por este trayecto. “Se corre
Refundar con palabras. Ahora se vuelven a visitar territorios conocidos. el riesgo de la tipificación editorial. Se empiezan a ver repeticiones de
Autores que escriben sobre la historia de sus países o regiones, una es- lo mismo con novelas domésticas”, advierte el ecuatoriano Leonardo
pecie de revisión de la historia para tratar de descifrar o interpretar el Valencia (El libro flotante de Caytran Dölphin). “Ocurre ahora con la
presente. Andrés Neuman cree que se trata de un doble desplazamien- novela histórica o política del país de origen del autor, con temas inte-
to: “Muchos escritores latinoamericanos (por ejemplo, los del crack) se resantes pero que no aportan ni avanzan en la forma novelística ni en
han propuesto emigrar literariamente a escenarios que trasciendan sus el lenguaje, y con guiños evidentes para reforzar el tópico o el trópico.
fronteras nacionales, y otros (en general, influidos por una experiencia Son correctas, pero siguen sin superar a las grandes novelas históricas
emigratoria) hemos revisitado la historia de nuestros países desde pers- y políticas de los setenta y ochenta. Esa revisión del pasado puede ser
pectivas oblicuas, conscientemente extranjeras (pienso en Juan Gabriel provechosa, si es una relectura formalmente arriesgada, pero me temo
Vásquez, Fernando Iwasaki, Álvaro Enrigue, Guadalupe Nettel o Juan que no es así”.
Carlos Méndez Guédez)”. Un vistazo atrás muestra que el Boom, en pa- Todos tratan de volver a fundar con palabras América Latina. De des-
labras de Juan Gabriel Vásquez, se dedicó obsesivamente a dar su versión andar con las palabras ese atlas de sus vidas hechas de historias oídas,
de la historia latinoamericana, a construir una nueva historia en la litera- leídas, vistas, imaginadas, intuidas, vividas. Vívidas.
tura. “Luego hubo una especie de reacción hacia otras maneras de contar Los desencantos han dado paso a la ilusión por contarlo. Quizás lo que
la experiencia, menos públicas, más intimistas. Ahora algunos novelistas ha cambiado, reflexiona Andrés Neuman, es el abandono del propósi-
se dan cuenta de que el Boom está lejos de haber agotado los lugares os- to de encarnar determinados esencialismos nacionales y políticos, que
curos de nuestra historia, y se han concentrado en iluminarlos”. no se han perdido, sino reformulado. De opinión parecida es Claudia
Son las luciérnagas perpetuas en la historia de la literatura. Lo que cam- Amengual. Recuerda que sus predecesores tenían un compromiso ideo-
bia son las miradas, insiste Santiago Roncagliolo. “Siempre tratamos lógico fuerte que se correspondía con la efervescencia de la década de
de darnos sentido a nosotros mismos hurgando en nuestro pasado”. Y los sesenta y la resistencia a las dictaduras que oprimieron la sociedad
añade que de la misma manera que se han vuelto a escribir novelas so- latinoamericana en los años siguientes. “Nuestra generación -me refiero
bre historia, también lo hacen sobre guerrilleros, sólo que su figura ya a la de los escritores que estamos entre los treinta y cuarenta años- ha
no es épica ni ideal. “En Latinoamérica, nuestras heridas no han cica- sufrido no sólo esas dictaduras sino también los efectos posteriores. Es
trizado”, afirmó el poeta argentino Juan Gelman el 23 de abril durante una generación quizá algo desilusionada con el nuevo orden mundial,
su discurso por el Premio Cervantes, en Madrid. Una aseveración que con menos utopías, pero no con menor compromiso. Nuestra literatura
282 283

no siente que deba cumplir, necesariamente, con una función social, te hacia adelante, sino hacia adelante y a un costado. Se me ocurrió que
sino que tiene un valor intrínseco en tanto arte. Sin embargo, si bien la tratar ese destino como si fuera un punto preciso en el espacio era la me-
obra vale por sí, siento que sí existe un compromiso ético del autor con jor manera de manifestar nuestra incapacidad para abordar la pregunta.
la coyuntura que le ha tocado vivir”. Después, en la foto, todos señalamos el mismo punto, como si fuéramos
Sin miedo. Con descaro y más conciencia del oficio de escribir. Una un excitado corrillo de científicos apuntando hacia un meteorito”.
metamorfosis literaria que Tréllez reconoce a través de “la alegoría, de Y los escritores se dirigen hacia ese destino desde múltiples y variadas
la parodia, de la digresión, del secreto, y de todo lo que tenga relación rutas. A la chilena Lina Meruane (Fruta podrida y Cercada) lo que le
con el juego y con el contrabando literario (el plagio, la cita apócri- resulta llamativo es “la aparente renuncia a construir una literatura que
fa, el guiño, la deformada noción de autoría)”. Un legado, agrega, que exprese la complejidad del mundo contemporáneo desde la ficción (la
proviene de autores como Borges, Monterroso, Piglia, Bolaño, Pauls, llamada no-ficción está en auge)”. Destaca que se ha producido una es-
Bellatin o Aira. En el mundo de los nuevos narradores no se teme a los queletización del entorno y del relato: de su imaginario, de su estructura,
dioses. “Es un placer escribir porque se hace sin la sombra de escritores de su lenguaje. “Algo muy visible en la microficción, en el acortamiento
paradigmáticos”, confiesa el colombiano Antonio Úngar (Las orejas del del cuento y en la creciente brevedad de la novela. Esta literatura ‘ano-
lobo). Sobre todo en su país, porque si en América Latina la sombra de réxica’ (así describía Alan Pauls la obra reciente de Mario Bellatin) in-
Gabriel García Márquez es fuerte, en Colombia lo es mucho más. “La siste en sembrar agujeros en la trama: la idea de que el texto sólo muestre
generación anterior a la mía sufrió el paradigma: se podía escribir con la punta del iceberg se ha transformado en la noción del relato-gruyère”.
o contra García Márquez, no había muchas más opciones. En mi gene- Otras bifurcaciones relevantes son las novelas de género, la hibrida-
ración, el vacío de referentes inmediatos es absoluto, lo que da mucho ción de éstos a veces desencadena en la llamada no ficción citada por
vértigo pero también una gran sensación de libertad”. Meruane, al tiempo que coge fuerza el periodismo literario. Al argen-
Como se percibe en las páginas de Vivian Abenshuhan, Martín Kohan, tino Pablo de Santis (El enigma de París) siempre le ha interesado la
Karla Suárez, Giovanna Rivero, Carlos Labbé, Susana Haug, Sergio cuestión de los géneros: “Creo que nos conectan con lo más puro que
Vilela, Juan Pablo Meneses, Efraín Medina, Gonzalo Garcés, María hay en el hecho de narrar y por eso el encanto del policial, la ciencia-fic-
Fasce, Ariel Magnus, Luigi Amara, Alonso Sánchez Baute, Antonio ción y lo fantástico. Muchos autores se han inclinado por tomar a los
García, Álvaro Bisama, Andrea Jeftanovic, Mario Mendoza, Jaime Ale- géneros como inspiración; Guillermo Martínez, Edmundo Paz Soldán,
jandro Rodríguez, Wynter Melo, Yolanda Arroyo... Jorge Franco y Mario Mendoza, con el policial; Marcelo Birmajer, con
“Hacia allá”. Es la era de los nichos, como la define el chileno Alberto el humor y la sátira, y Leopoldo Brizuela, con la novela de aventuras”.
Fuguet. La de aventuras individuales. Tras el hallazgo de Pablo Casacu- Una de las rutas más arriesgadas la ha encontrado Diego Tréllez en el
berta (La parte de debajo de las cosas y Una línea más o menos recta), mestizaje de géneros, con autores como Alejandro Zambra, Oliverio
muchos son los que también señalan que el destino está en “hacia allá”. Coelho, Tryno Maldonado, Guadalupe Nettel o Inés Bortagaray. Sus
Él lo mencionó cuando en Bogotá emboscaron a los escritores invitados obras, cuenta, “pueden ubicarse en esa zona indeterminada donde, de
con la pregunta: ¿hacia dónde va la literatura latinoamericana? “Fueron manera oscilante y a menudo indiscernible, se cruzan el ensayo y la
tantas veces, con tal esperanza acerca de nuestras habilidades para co- novela, la verdad y la ficción, el crítico y el escritor”.
nocer el presente y predecir el futuro, que merecía ser contestada con el La tercera gran ruta no es nueva, pero se refuerza. Se mueve en las fron-
mismo entusiasmo visionario. Ese “hacia allá” no señalaba estrictamen- teras entre periodismo y literatura, coinciden Santiago Roncagliolo y
284 285

Edmundo Paz Soldán. “Hemos tenido una tradición interesante de cro- vela y el cuento que nos permite hablar de una muy dinámica búsqueda
nistas desde la segunda mitad del siglo XIX, pero nunca, como ahora, de nuevos lenguajes”.
tantos y de tanta calidad”. El retrato de esta página literaria la completa A ellos se han unido César Gutiérrez, Rafael Baena, Alejandro Parisi,
Roncagliolo al decir que “el narrador se ha bajado del pedestal del sabio Andrea Maturana, Maximiliano Barrientos, Tryno Maldonado, Mauri-
para sentarse en el banquillo de los testigos, y el periodista ha abando- cio Bernal, Javier Ponce, Margarita Borrero, Fernando Quiroz, Washin-
nado su complejo de inferioridad”. gton Cucurto, Sergio Bizzio, Slavko Zupcic, Romina Paula...
Y a este rumor alegre de la renovación literaria han contribuido más Sobre el futuro de todos ellos, uno de los más citados por los propios
que nunca las mujeres. Algo muy significativo en un continente con entrevistados, aunque empezó su andadura en los años noventa, es el
poca tradición narrativa femenina. A diferencia de la poesía donde hay peruano-mexicano Mario Bellatin, quien expresa su fe “en que autores
referencias que van desde sor Juana Inés de la Cruz pasando por Ga- que han nacido, viven, provienen por lazos de familia, o sienten que po-
briela Mistral y Alejandra Pizarnik hasta Olga Orozco y Blanca Varela. seen alguna afinidad con la parte de América que utiliza alguna lengua
Entre las debutantes de esta última década, cuenta Ena Lucía Portela, latina -o una mezcla que incluya a una de ellas- como herramienta de
hay alrededor de una decena de narradoras que han alcanzado cierta trabajo no caigan en la soberbia de sentirse parte de un todo narrativo.
visibilidad más allá de las fronteras de sus respectivos países. Curiosamente, las veces que esto ha ocurrido marcó el declive en la
Mujeres y hombres que Piedad Bonnett, poeta y narradora colombiana, obra de autores que hubieran podido ser clave, quizá, en la literatura
ha leído en su mayoría porque fue una de las responsables de seleccio- universal”.
nar a los escritores convocados en Bogotá 39. Para ella, “el panorama Es el alba de una diáspora de creadores y creaciones de gran diversidad
de la joven narrativa latinoamericana está lleno de sorpresas y diversi- y vigor que han empezado a ser traducidos a varios idiomas. Algunos
dad de nombres ya bien conocidos y de otros que aún circulan poco y más conocidos fuera que en su propio continente. Transgresores autores
que el continente tiene que descubrir. Abarca desde obras como las de del siglo XXI, que avanzan bajo la invocación de Sherezade hacia ese
Jorge Volpi o Juan Gabriel Vázquez, que fabulan la historia universal lugar señalado. “No me extrañaría que, dado ese inesperado consenso,
o local en novelas de largo aliento, hasta las nouvelles de Alejandro la literatura latinoamericana termine yendo ‘hacia allá’ un día”, recono-
Zambra, construidas sobre poderosos silencios y con personajes y ar- ce Pablo Casacuberta. Y da más detalles de su ubicación para los que
gumentos que se niegan a consolidarse, y que implican una propuesta requieran coordenadas específicas: “El punto puede hallarse estirando
muy novedosa sobre el género. Por el camino encontramos obras inte- el brazo en forma exactamente perpendicular a la línea trazada entre los
resantísimas, como la de Junot Díaz o Daniel Alarcón -el uno domini- hombros. Una vez allí, se desplaza el brazo una vez y media el ancho
cano, el otro peruano- que escriben en inglés pero desde su condición de la mano extendida hacia la derecha. Y luego se estira el índice y se
de latinoamericanos, y con gran conciencia de la dureza de la vida en señala levemente hacia abajo, como si una línea casi paralela al piso
sus países pero también -sobre todo Junot- de la discriminación que pa- fuera a encontrarse con el horizonte. El lugar es exactamente ahí”.
decen en el extranjero, de su condena a ser ciudadanos de segunda. Son
inquietantes también las obras del prolífico y versátil Andrés Neuman,
o la de mujeres con voces muy sugerentes y poderosas, como las de La feria madrileña es también este año americana. Quince escritores
Guadalupe Nettel y Enna Lucía Portela. Pero no todo queda enmarcado trazan el rumbo de un puzle literario que se ha liberado de ataduras y
en Bogotá 39. Escritores como Paz Soldán, Alan Pauls y otros que su- busca nuevos lenguajes.
peran los cuarenta años se están ocupando de una renovación de la no-
286 287

Páginas latinoamericanas en España: La novela en español del siglo XXI


Héctor Abad, El olvido que seremos (Seix Barral); Jorge Eduardo Por Winston Manrique Sabogal
Benavides, Un millón de soles (Alfaguara); Marcelo Birmajer, Historia
de una mujer (Seix Barral); Pablo de Santis, El enigma de París (Plane-
ta); Wendy Guerra, Todos se van (Bruguera); Martín Kohan, Ciencias
morales (Anagrama); Guillermo Martínez, La muerte lenta de Luciana
B (Destino); Andrea Maturana, El daño (Alfaguara); Guadalupe Nettel,
Pétalos (Anagrama); Andrés Neuman, El último minuto (Páginas de
Espuma); William Ospina, Ursúa (Alfaguara); Edmundo Paz Soldán, El Los mundos totalizadores que explicaban grandes problemas o temas
delirio de Turing (Alfaguara); Ena Lucía Portela, Djuna y Daniel (Mon- han sido reemplazados por micromundos más personales que contienen
dadori); Ronaldo Menéndez, Río Quibú (Lengua de Trapo); Santiago el universo. Ese es el no lugar al que ha llegado la novela hispanoha-
Roncagliolo, La cuarta espada (Debate); Martín Solares, Los minutos blante del siglo XXI, poblado de voces polifónicas nacidas del mes-
negros (Mondadori); Leonardo Valencia, El libro flotante de Caytran tizaje genético, cultural y literario de todos los tiempos y lugares con
Dölphin (Funambulista); Juan Gabriel Vásquez, Los amantes de todos vocación global y sin prejuicios ni miedos de ninguna naturaleza. Un
los santos (Alfaguara); Alejandro Zambra, La vida privada de los árbo- territorio que será analizado en la I BIenal de Novela Mario Vargas Llo-
les (Anagrama). sa, en Lima (Perú), del 24 al 27 de marzo.
Hace seis años largos, en Bogotá, 39 escritores latinoamericanos meno-
res de 40 años empezaron a despejar la geografía de la nueva literatura
en español que ellos ayudaban a crear tras la larga sombra de sus maes-
tros. Un día les preguntaron: ¿hacia dónde va la literatura hispanoha-
blante? Y la respuesta quedó recogida en una fotografía en grupo, de
Daniel Mordzinski, donde estiraron el brazo y señalaron con el índice
al frente, mientras el uruguayo Pablo Casacuberta exclamaba: “¡Hacia
allá!”.
Seis años después de aquello está claro que ya han llegado a Allá, y a
todas partes, al lugar que han querido ellos y todos los demás escritores
de los 19 países hispanohablantes a lado y lado del Atlántico porque
ahora, más que nunca, se habla de una sola literatura en español, diversa
y plural. Allá es el no lugar que lo contiene casi todo.
288 289

Una mirada a los derroteros de la literatura desde Lima Javier Cercas no se considera un escritor español sino en español. Para
De lunes a jueves se realizará en la capital peruana la Bienal de Novela él la narrativa latinoamericana también es su narrativa, y su tradición,
Mario Vargas Llosa con la participación de más de treinta escritores cuenta, “se ha enriquecido extraordinariamente en el último medio si-
hispanohablantes, entre los que figuran Javier Cercas, Héctor Abad Fa- glo, porque lo que ha ocurrido en ese lapso en Latinoamérica es lo me-
ciolince, Rosa Montero y Sergio Ramírez. jor que le ha ocurrido a la narrativa en español desde Cervantes”.

Durante cuatro días se llevarán a cabo una docena de mesas redondas Luego vino ese florecer de la literatura española de los ochenta que
con temas como El futuro de la literatura, La novela latinoamericana: permite a José-Carlos Mainer, crítico, escritor y catedrático español,
balance y perspectivas o La creación literaria en el mundo contemporá- asegurar que “después del gran giro narrativo internacional de los años
neo y Literatura. ochenta, los escenarios son urbanos y los protagonistas, perplejos, com-
plicados y un poco culpables. Y, muy a menudo, tratan de indagar en el
El jueves 27 se fallará el Premio Bienal de Novela Vargas Llosa al que pasado cercano que creó un presente tan incómodo. O buscan implíci-
optan los escritores Juan Bonilla por Prohibido entrar sin pantalones tamente el diálogo y la confrontación con las generaciones precedentes
(Seix Barral), Rafael Chirbes por En la orilla (Anagrama) y Juan Ga- por la vía del reproche, de la aceptación o del redescubrimiento de la
briel Vásquez por Las reputaciones (Alfaguara). verdad”.
Un territorio donde la novela como género sigue siendo el preferido por Se trata de una novela trasatlántica. Julio Ortega, escritor y crítico pe-
escritores y lectores, y donde predomina una línea tradicional, mientras ruano y profesor en la Universidad de Brown, dice que es el momento
los experimentos parecen más cosa del pasado, e incluso se percibe la de una época posnacional y posnarrativa. La novela, afirma, “ya no se
poca disposición de los lectores a acercarse a novelas que se salgan de define por su lenguaje local ni por su linaje regional. Más que el estilo
los senderos seguros. Una aproximación a esas geografías de la novela del autor o la temática del relato, la novela cuenta con la inteligencia del
por parte de una veintena de escritores, críticos, agentes literarios, edi- lector. Es un espacio en construcción, un ensayo de nuestra libertad”.
tores y especialistas de España y América Latina deja ver cómo es ese
no lugar donde está ahora la novela en español. José-Carlos Mainer: “Los protagonistas son perplejos y un poco culpa-
bles”
Cruce de caminos y puerto de llegada y salida, la novela hispanohablan-
Un paisaje polifónico te ofrece dos vertientes, según Mayra Santos-Febres, escritora puerto-
Uno de los escritores que hace seis años señaló al horizonte fue el mexi- rriqueña y organizadora del Festival de la Palabra: la revisión histórica
cano Jorge Volpi. Él empieza a despejar ese territorio al decir que “hoy de los años ochenta con las narcoguerras, las guerras de guerrilla, las
los escritores de América Latina ya no parecen obligados a tocar cier- dictaduras militares revisitadas desde la infancia y la novela íntima ex-
tos temas (o a usar ciertos recursos formales). No hay una deontología perimental. Sin olvidar, agrega, las obras “desde perspectivas de identi-
crítica que indique sobre qué escribir o sobre qué no escribir. De allí dades múltiples como lo la identidad gay, o desde lo femenino, o desde
una variedad inusitada de temas y estilos”. Pero antes de cualquier otra la raza”.
cosa, el agente literario Guillermo Schavelzon recomienda que “en al- Además de la recuperación de esa memoria, según Enrique Planas, es-
gún momento habrá que dejar de hablar de los autores latinoamericanos critor y crítico del diario El Comercio, de Perú, “hay una afirmación de
como si fueran un conjunto o tuvieran una identidad común. Comparten una estética pop que nos habla de una cultura, en el caso latinoamerica-
—con variantes— la lengua, pero su voz y su mundo es muy diferente”.
290 291

no, mutante, fruto de migraciones, encuentros y cruces. Nuevos autores últimos años es la crónica: “La no ficción crece en todos los países his-
que replantean la construcción de la identidad abriéndola a nuevas posi- panohablantes... menos en España”.
bilidades de género, y, por fin, discursos profundamente subjetivos, que En su país, según Enrique Vila-Matas, abunda la tendencia al realismo
apuntan más a las historias íntimas que al gran retrato social”. en la vertiente serie negra, “o bien en la vertiente la novela comprome-
No hay escuelas predominantes ni líneas estéticas maestras”, según tida, a veces refugio del clásico hipócrita con conciencia social. Con
Rosa Montero todo, la peor vertiente es la que se presenta con el síndrome Saviano”.
Polinización. Mixturas. Hibridación. Mestizaje. Raquel Gisbert, res- Ese predominio de la novela negra o de sus recursos parece natural,
ponsable del área de ficción de Planeta en España, lo ve claro: “Los según Rosa Montero, “al ser una narrativa fundamentalmente urbana
autores echan mano de cualquier técnica narrativa apropiada para ex- y la novela negra es la épica urbana y contemporánea por excelencia”.
presar lo que desean. Por otra parte, el material íntimo, la búsqueda El problema, según Javier Cercas, es el trato con la tradición inmediata,
personal, la explicación de la propia vida, se ha convertido en la masa sobre todo, la latinoamericana. Ha habido, explica, dos grandes actitu-
literaria más apropiada de nuestro tiempo”. La literatura del Yo renaci- des: “La de los epígonos y la de los parricidas, que son quienes se dedi-
da a finales de los setenta que ha tomado fuerza en la lengua española can a decir que los buenos en realidad eran malos o no eran tan buenos
en este siglo XXI también llama la atención de Rosa Montero. Consi- y, a partir de ahí, a intentar forjar un canon alternativo. Esta actitud no
dera que la novela actual “es posmoderna en el sentido de que no hay es tan mala como la anterior, pero su resultado ha sido casi siempre una
escuelas predominantes ni líneas estéticas maestras. Así que una de las literatura menor, snob y ornamental”. Está convencido de que el desafío
características es la pluralidad de temas y formas”. Una novela eclécti- es “liquidar el epigonismo y el parricidio y pasar al canibalismo”.
ca y multifacética, en palabras de la española María Dueñas. Lo crucial es entender, según la escritora española Elvira Navarro, que
“no hay un progreso hegeliano en la literatura, donde formas determi-
Rutas conocidas y nuevas nadas corresponden a épocas determinadas, y donde esas formas serán
superadas por otras. Si no hemos comprendido que lo lineal es tan perti-
Celebrado ese multicolor paisaje temático, sus estructuras novelísti- nente en la actualidad como lo fragmentario es que seguimos en el siglo
cas no lo son tanto. El autor colombiano Jorge Franco, dice que “hubo XIX, cuando se creía en la idea de progreso”.
más experimentación y propuestas estructurales en la época del boom
latinoamericano. Aunque hay que destacar una fuerte influencia de lo Hoy coexisten dos ámbitos que se entremezclan, explica Julián Rodrí-
audiovisual y lo cinematográfico”. Opinión parecida a la de Carlos Gra- guez, editor de Periférica: “novelas hasta cierto punto experimentales,
nés, de la Cátedra Vargas Llosa, quien recuerda que otros autores más que obvian los llamados ‘rasgos circunstanciales’, alrededor del tema o
que en la arquitectura de la novela exploran con el lenguaje. “Si en una atmósferas, y las novelas que entroncan con esa idea de la búsqueda de
época se sentía más el sonido de Faulkner, ahora es el de Roth”. la Gran Novela: novelas que tratan de construir un mundo, generalmen-
te más extensas, menos fragmentarias. Pero siempre con trasvases”. En
El tronco central sigue siendo la narrativa realista, dice el boliviano otras palabras, “no son unívocas”, según Juan David Correa, escritor
Edmundo Paz Soldán. Se trata, afirma, “de narrativas más bien despo- colombiano y director de la revista Arcadia: “Hay escritores que arries-
jadas, poéticas, ingrávidas. Hay también una intensificación del diálogo gan más en lo formal y lo estructural, y otros que se aferran a la idea de
con los géneros populares, desde el policial hasta el horror”. Para el regresar por el camino de las novelas más tradicionales”
peruano Santiago Roncagliolo, si hay un movimiento en español en los
292 293

Con una aclaración del argentino Pablo de Santis: “Las formas van- territorio que les es propio y que les distingue de las formas invasivas,
guardistas se repiten mucho más que la otra literatura, la que acepta que pantallas y demás. Aclaro que la radiografía que acabo de pintarte no
forma parte de una tradición. Ya lo dijo Gore Vidal: ‘Todo cambia en el es exclusivamente hispana. Sucede lo mismo con las demás literaturas
mundo, excepto el teatro de vanguardia”. acomplejadas muchas veces con el tirón de las series y el poder de la
imagen”.

Un horizonte abierto Más allá de formas y fondos, a Julia Navarro le preocupa la regular edi-
ción y circulación de los autores entre España y los países latinoameri-
Lo que se constata en las obras de las dos orillas, según el crítico es- canos. Circulan menos que los escritores, como dijera Ricardo Piglia,
pañol J. Ernesto Ayala-Dip, “es una mayor porosidad en cuanto a las cuya idea respalda el editor Jorge Herralde: “Las ediciones de autores
estrategias y tendencias narrativas. Un mayor diálogo entre las preocu- latinoamericanos poco conocidos siguen la consigna del ‘optimismo
paciones, fundamentalmente en cuanto a los propósitos estilísticos y a (relativo) de la voluntad’. Y como es sabido, el destino de los autores
la disposición a no abandonar el espíritu de investigación de nuevas o españoles en América Latina tampoco es nada halagüeño”.Esta relación
renovadas formalizaciones narrativas”. desigual, asegura Myriam Vidriales, de comunicación de Planeta Méxi-
Para Edmundo Paz Soldán “son narrativas más bien despojadas, poéti- co, tiene que ver también “con hábitos no solo de los lectores sino tam-
cas” bién del mercado, que arriesga poco y más en tiempos de crisis”. Una
tarea pendiente que parece haber empezado a disminuir con la llegada
Raquel Garzón de la revista Eñe, de Clarín, de Buenos Aires, destaca la de las librerías virtuales globales y el aumento del libro electrónico.
vocación de riesgo de los novelistas: “Se escribe con una gran libertad
y aunque siempre hay ecos (toda la cultura es un gran palimpsesto),
no hay devociones, los jóvenes no sienten la presión de escribir a la Claves de la novela en español del siglo XXI
manera de tal o cual autor como un mandato”. Una duda la asalta: “La
reciente adquisición de Alfaguara y otros sellos antes pertenecientes a
Prisa por parte de Penguin Random House abre interrogantes acerca de W. M. S.
cuál será el impacto de esta nueva vuelta de tuerca a la concentración - Hay una grata convivencia de autores de diferentes generaciones, lugares y estilos:
del mercado en relación con la diversidad de una literatura tan frondosa desde quienes pusieron el nombre de la novela en español en boca de todo el mundo
como la que se escribe en español. ¿Se apostará por nuevas voces o se el siglo pasado, y los que se sumaron desde los años noventa, hasta los nuevos, de
irá a lo seguro, a lo rentable?”. todas las edades.
Enrique Vila-Matas: “La peor vertiente se presenta con el ‘síndrome - La hibridación de géneros y estructuras. La norma es que no hay reglas. Es la riqueza
Saviano” de lo heterogéneo.
El balance de la novela que hace Claudio López de Lamadrid, director - Los mundos totalizadores que explicaban grandes problemas o temas han sido reem-
de la División literaria de Penguin Random House, no es tan optimista plazados por micromundos más personales que contienen el universo.
frente al de la mayoría. Lamenta la poca ambición en las propuestas. Y,
sobre todo, no ve una predisposición por parte de los lectores a las obras - Latinoamericanos y españoles se han quitado la obligación o el peso de escribir
ambiciosas. “Al intentar adecuarse a los gustos del público, los muchos necesariamente de sus respectivos países o ciertas temáticas. Escriben de todo y sobre
autores descuidan la investigación y el trabajo con el estilo, el único cualquier lugar.
294 295

- Los temas en auge tienen que ver, sobre todo, con la literatura del Yo; líneas y en- Abrir otra verdad
foques ensayísticos que se han desplazado hacia la novela; miradas sobre la historia
Por Jordi Gracia
y la política más contemporáneas; la novela negra o asomos de ella al prestarse más
para contar las incertidumbres del presente; lo urbano y cosmopolita pero también lo
neo-rural.
Hay una toma de conciencia cultural e ideológica sobre el abuso de los rela-
- Hay países, o regiones, en las que destacan temáticas concretas, por ejemplo la tos unificadores y embusteros.
narcoviolencia en México, la Guerra Civil o la crisis económica y social en España
(lo que ya vivió Argentina a comienzos del siglo); o revisión de historias nacionales,
el caso de Colombia con la guerrilla y el narcotráfico, o Argentina y Chile con sus
respectivas dictaduras. Quizá no tiene nada ya de vanguardia o de novedad, pero es uno de los
- Una clara toma de conciencia y compromiso social, ideológico y cultural que desafía ejes que a mí me parece más valioso de la narrativa hispana de los últi-
la verdad oficial de gobiernos o partes interesadas. mos quince años. Va asociado a una toma de conciencia política sobre
la falibilidad de los relatos colectivos, sobre la manipulación interesa-
- En cuanto a estructuras o arquitecturas novelísticas predomina lo tradicional o clá-
da del pasado, sobre la perplejidad por el modo en que el presente se
sico, y aunque se aprecian riesgos y apuestas experimentales notables, se echan de
consuela y tranquiliza mintiéndose sobre sus padres y sus abuelos. En
menos más exploraciones literarias.
sociedades sobrecargadas de sacudidas dramáticas todo ha sido peor,
- El balance sobre el estado de la novela no está claro. Se divide entre los que lo como puede haber sucedido en Chile o en Argentina o en España, en
consideran positivo y quienes recalcan la falta general de ambición de los autores e la violencia estructural de Colombia o de México. Por eso no es extra-
incluso de la poca disposición de los lectores a acercarse a novelas que se salgan de ño que ciudadanos de esos países hayan detectado, en sus respectivos
los senderos seguros y claros que algunos novelistas intentan abrir. entornos culturales, versiones estables y más o menos oficiales de la
historia próxima que de golpe, en nuevas condiciones sociales, gene-
racionales y políticas, se revelaban extremadamente frágiles. A veces
incluso parecían verdades que sólo podían funcionar fiablemente como
partes de una verdad contradictoria y mayor (para no ser lo peor que
puede ser una mentira: parte de una verdad).
Incluso de ahí podía nacer un interés nuevo por el conflicto moral que
vive quien descubre, quien aprende, quien desvela lo velado y el deber
consiguiente de narrarlo y compartirlo, de difundirlo en forma persua-
siva y convincente: como nueva verdad, aunque sea verdad literaria.
Cuando Juan Gabriel Vásquez retoma un pasado remoto desde la sos-
pecha de una información sectaria o falsificada, cuando Patricio Pron
se interroga sobre la verdadera construcción de una ideología de lucha
encarnada en sus padres, cuando Jordi Soler recorre el territorio de la
memoria y los ensueños de una familia exiliada de España, creo que no
296 297

están haciendo algo sustancialmente distinto a lo que han hecho Javier “La escritura es una especie de exorcismo”:
Cercas cuando se pregunta dónde anda el rastro de los que lucharon por Juan Gabriel Vásquez
la liberación de París en 1945 y de los que nadie se acuerda, o Ignacio
Por Pedro Samper Murillo
Martínez de Pisón cuando desentierra historias que retratan la disciplina
de guerra y partido como disciplina embrutecida, cuando Andrés Tra-
piello desmorona la paz íntima de la buena conciencia enfrentándola
al castigo potencial del pasado culpable, cuando Muñoz Molina echa
sobre sí la necesidad de evocar las vidas rotas de una Europa maltrata-
da o cuando Javier Marías regresa al inhóspito mapa de la guerra y la Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973) es una de las voces más desta-
posguerra para explorar a la vez los mimbres de la lealtad o la traición. cadas de la literatura colombiana actual. Escritor de novelas, libros de
Ignoro la razón de fondo para esas formas de explotación novelesca de relatos, ensayos, traducciones y biografías, su literatura se ha traducido
la inquietud por el presente (ético e ideológico), pero su aire de familia, a más de 24 idiomas y ha sido merecedora del prestigioso premio Roger
sus parentescos difusos, sus complicidades incluso, parecen remitir a Caillois, otorgado anteriormente a escritores como Vargas Llosa, Ro-
una toma de conciencia cultural e ideológica sobre el abuso de los re- berto Bolaño y Ricardo Piglia. Es autor de la colección de relatos Los
latos unificadores, propagandísticos, embusteros e interesados. Activan amantes de Todos los Santos (2008) y de las novelas Los informantes
en formatos novelescos, a veces incluso experimentales, y muy distin- (2004), Historia secreta de Costaguana (2007), Las reputaciones (2013)
tos entre sí, una semejante pulsión ilustrada de razón crítica, aunque y El ruido de las cosas al caer (2011). Este último recibió el Premio
suene muy rancia la palabra. Es una pulsión vinculada con un afán de Alfaguara 2011, el English Pen Award 2012 y el IMPAC International
asertividad: rechazar los cuentos chinos y las trolas útiles, y asumir las Dublin Literary Award 2014. Su obra tiene altas resonancias políticas,
secuelas en forma de desmoronamiento del retrato prefijado de buenos se ocupa, en gran medida, de las intersecciones entre la vida privada y
y de malos. Pueden también ponernos contra las cuerdas al evidenciar la esfera pública o histórica. Con motivo del recibimiento del premio
las trampas que suelen contener los relatos de una historia unánime. IMPAC, Juan Gabriel nos ofreció una entrevista desde Bogotá, con la
Todos ellos saben que la uniformidad interpretativa es una forma de au- que abrimos nuestro dossier sobre la literatura colombiana actual, coor-
tolegitimación dispensada de ser verdad fidedigna porque su función es dinado por Pedro Samper Murillo.
otra: aparecer como verdad incontestable e incuestionable. La literatura
hace lo contrario: suscitar otras verdades sin finalidad práctica aunque
PS: En entrevistas pasadas se ha referido a la escritura como un oficio
sean las más vitales.
producto de la ansiedad y la extrañeza, al escritor como un ser solitario
lleno de incertidumbres. En El ruido de las cosas al caer, los persona-
jes, en su mayoría, son víctimas de desgracias ¿Es la literatura un arte
de los desdichados o puede la felicidad producir literatura?

JGV: La literatura que me interesa predominantemente es la que intenta


explorar un cierto lado oscuro de la condición humana, o del ser hu-
mano instalado en su sociedad. Tal vez por el hecho de que yo escribo
298 299

sobre lo que a mí me amenaza, sobre lo que temo, la escritura es en PS: ¿Son inseparables la historia y la literatura?¿Cuál es la función
ese sentido también una especie de exorcismo. Hablando de El ruido, social de la literatura sobre el narcotráfico en un país como Colombia?
cuando me preguntaban si es una novela autobiográfica yo decía que O, en otras palabras: ¿Por qué escribir sobre esa época oscura?
sí, pero no porque lo que le haya sucedido a Antonio Yamara me haya
sucedido a mí, sino porque lo que le sucede es algo que temí durante
muchos años, algo que parecía el peor de los mundos posibles cuando JGV: Yo tendría que decir que yo no escribo sobre narcotráfico como
vivía en Colombia. Esas circunstancias me tocaron muy de cerca, en un tema abstracto, como tampoco escribí sobre los nazis en Colom-
cabeza de un amigo mío, o se parecían a algo que había visto y por lo bia en Los Informantes, mi punto de partida no es el tema enunciado
tanto me resultaban cercanas; entonces, escribir es de alguna manera en abstracto, parto más bien de unas preguntas individuales, preguntas
también hacer un exorcismo de mis miedos y mis incertidumbres, y personales, que suelen girar alrededor de una obsesión mía que es ese
en ese sentido el personaje de Yamara es tan autobiográfico como si su cruce de caminos entre destinos individuales y lo que llamamos vida
experiencia formara parte de mi experiencia. pública, la historia o la política; me parece que ahí ocurren cosas que
marcan la vida de los hombres en una relación de fuerzas que es muy
A un nivel personal es eso lo que pasa. A un nivel social, creo que desigual. No sé qué es primero, pero esto está también relacionado con
cuando discutimos esta idea de la razón por la que los escritores es- el cariño que le tengo a la tragedia clásica como género. En las tragedias
criben sobre los lugares que conocen y que dominan, el cliché dice de Shakespeare, Hamlet, Macbeth, en las tragedias de Corneille, y en
que uno escribo sobre su lugar, Joyce sobre Dublín, Dostoievski sobre una cierta estirpe de la literatura que para mí sale de ahí, lo más intere-
Petersburgo, Philip Roth sobre Newark. Si eso sucede es porque esos sante es la manera en que el individuo resulta arrastrado por las fuerzas
escritores están hablando de lo que saben, pero yo he llegado a entender que no sabe entender o manejar, que probablemente ni siquiera tienen
por mi experiencia personal que eso no es cierto, que uno escribe sobre que ver con él, que son las fuerzas de la historia, la política, y de los
su lugar justamente porque ese es el lugar que uno creía conocer y que destinos colectivos. Entonces hace muchos años que yo empecé a tratar
luego lo sorprende, ese es el lugar que yo creía dominar, que para mí no de entender cómo se relacionaba esto con mi historia personal, en qué
tenía secretos y de un momento a otro me doy cuenta de que los tiene medida esa mediación de fuerzas chocan, y qué ocurre en esa colisión.
todos, de que en cada rincón hay una historia oculta que yo no conocía. En el caso del narcotráfico, yo me di cuenta de la existencia de una can-
La necesidad de escribir no viene de lo que yo conozco, sino justamente tidad de documentos, incluso de ficciones anteriores, pero sobre todo
de lo que me sorprende, o más bien de la sensación de que conocía algo de documentos reales, trabajos periodísticos, historiográficos, que nos
y luego resulta que ese barrio o esa ciudad resultan llenos de secretos, habían llegado con una cantidad de información sobre los años del nar-
de esquinas oscuras. Entonces hay una especie de doble movimiento, a cotráfico, los años ochenta y principios de los noventa, y sobre lo que
un nivel individual escribo porque hay cosas que no entiendo, que ig- eso había causado a un nivel público y visible por todos. Pero en algún
noro, en cierta medida para explorar en la literatura algo que me habría momento me empecé a preguntar qué resultados invisibles había tenido
pasado a mí pero no me pasó, que es como hacer un exorcismo; y luego esa época, es decir, ya tenemos las fotos de los restos de los edificios del
hay el segundo movimiento, que es la razón por la que esos hechos, DAS, de Avianca, de El Espectador, tenemos los restos del avión que
esos espacios de mi ciudad, de mi país me resultan interesantes, no Pablo Escobar hizo estallar para tratar de matar a César Gaviria, que
porque sean lugares que yo conozca, sino porque son lugares capaces ni siquiera se montó al avión, tenemos el video del asesinato de Luis
de sorprenderme. Carlos Galán, pero ¿dónde está la huella que todo eso dejó en nuestra
vida íntima? ¿En nuestra manera de comportarnos en familia? ¿De ser
300 301

pareja, padres, o hijos? Esa huella no es visible para la historiografía o damente, distorsionarlos, sino que también tiene que ver simplemente
el periodismo, esa huella solo la puede rastrear y explorar la novela, que con el hecho, para mí esencial, de que cuantas más versiones de la his-
es el género que se puede permitir ir al alma de los personajes, a falta de toria admita un sistema democrático, más saludable es. Lo primero que
mejor palabra, o a su realidad existencial o psicológica, si se quiere –no hacen los sistemas con tendencias autoritarias o incluso totalitarias es
me gusta esa palabra, tampoco, pero aceptémosla–. Entonces yo escribí establecer el monopolio sobre la historia, empezar primero a cambiarla
esta novela para crear un espacio donde pudiéramos pensar en esto, para adecuarla a sus fines, y decir esta es la única versión que manda,
explorar el lado emocional, moral, existencial de estos aspectos. Algo el que sostenga otra cosa sufrirá las consecuencias. Las sociedades más
parecido hice en los Informantes, en este caso con la segunda guerra saludables pueden funcionar con esa multitud de versiones sobre lo que
y sus efectos en este continente. Me resulta objetivamente fascinante pasó, con ese debate sobre lo que pasó.
este desequilibrio de fuerzas: los pequeños individuos estamos en pelea
abierta con los grandes hechos de la historia, y a mí me interesa rastrear
esa pelea y ponerla en palabras y tratar de entender algo ahí sobre el PS: ¿Cómo describiría el proceso de gestación de una novela?
papel.
En mis novelas hay una exploración de la historia, al igual que de la JGV: No hay ningún patrón de creación y me paso la vida deseando
memoria, y aquí voy a responder a la segunda parte de su pregunta. que lo hubiera para ahorrarme trabajos, porque sin ese patrón el método
No creo que haya obligaciones a priori de la literatura, creo que uno no es completamente distinto con cada libro, es más, el método es el des-
puede escribir en la misma tradición que Borges y todavía creer en la cubrimiento de cuál es la forma de escribir este libro, que es como un
existencia de obligaciones, mucho menos sociales, pero sí creo que en juego cuyas reglas no conozco. Tengo primero que descubrir las reglas
buena parte de la literatura que yo admiro hay una voluntad secundaria, y entonces luego empezar a seguirlas, y eso es profundamente anti-eco-
o que a veces la novela acaba asumiendo, por cuenta propia, más allá nómico, por decirlo así, porque es una pérdida de tiempo, un proceso
de las intenciones del escritor, de romper con el monopolio de contar la de ensayo y error que nunca se repite dos veces de la misma manera. El
historia que tiene eso que llamamos el poder. Es decir, la historia, como ruido de las cosas fue una novela que se fue construyendo a través de
la conocemos, es una versión que nos fue legada por la gente que tenía una serie de documentos que yo iba encontrando a lo largo de diez años,
el poder para contar esa versión, y en algunos casos para imponer esa entonces en el 98 encontré en una librería de Bélgica la transcripción de
versión. En Latinoamérica tenemos mucha noción de cómo los poderes una caja negra de un vuelo de American Airlines que se estrelló cerca
fácticos han luchado siempre por imponer su versión de la historia. Yo de Cali en el año 95, esa grabación me interesó y la puse en una especie
creo que la literatura ha sido siempre el espacio en donde el ciudadano de archivo virtual. Años después conozco a una mujer que era descen-
levanta la mano y dice: «las cosas no sucedieron así, o hubieran podido diente de alguna manera de alguien que había muerto en el accidente de
suceder de otra manera», es decir, la literatura ha sido, en este campo, avión de Santana, me cuenta su historia y la guardo porque la intuición
una especie de intento de re-apropiación que hacemos los ciudadanos me dice que me interesa. Después, años después, en Gales, en una li-
del derecho de contar nuestra historia. No dejarle el derecho de contar brería de usado encuentro la publicación familiar privada de una familia
nuestra historia al gobierno, los estados, las iglesias, las religiones, sino de Estados unidos que publicó las cartas que su hijo, voluntario de los
recuperar ese derecho y dar nuestra versión, desde el individuo. Eso no cuerpos de paz en Colombia, les mandaba durante su estadía en Colom-
solo tiene que ver con una especie de resistencia al olvido, cuando los bia a finales de los 60 y principios de los 70. En esas cartas el hijo les
poderes se interesan por suprimir ciertos hechos, olvidarlos delibera- hablaba de este país nuevo, Colombia, incomprensible, aburridísimo;
302 303

compro el libro, el instinto me dice que me va a servir y lo guardo en teoría, pero sigo creyendo que en el resultado literario sí están presentes
este archivo virtual. A lo largo de diez años suceden estas cosas y se va esas idiosincrasias y manías. Empiezo cuando mis hijas se van al cole-
tejiendo una especie de red de relaciones entre estos documentos que gio y el trabajo creativo lo termino cuando ellas vuelven. La escritura,
me interesan, y en esa red de relaciones va saliendo la historia de El el momento en que uno está en contacto con el lado subconsciente o
ruido, primero la figura de Ricardo La Rey, el piloto, y luego las otras con esa parte que inventa de la nada, ese lo hago por las mañanas, y he
historias en torno a él. Entonces, el proceso es algo que yo siento que no llegado a descubrir que la vida de mi cabeza es de más o menos dos o
habría podido forzar, ni acelerar, ni violentar, si lo hubiera hecho habría tres horas de duración, y después de eso empiezo a descender en picada,
acabado escribiendo una novela sobre el narcotráfico, porque habría hacia abajo, de manera que si no aprovecho esas primeras tres horas, ya
partido de una idea concreta, pero abstracta, por decir algo. Pero no fue lo demás no funciona.
así. En el oficio del escritor no hay manera de utilizar el aprendizaje pa- Escribo en teclado, en un computador, nunca he podido escribir a mano,
sado para hacer el oficio presente, esa es una de la crueldades, yo creo, ficción, por lo menos. Aunque cuando hay párrafos que son difíciles,
del oficio del escritor, que uno no puede aprovecharse de lo que ya ha que se niegan a resultar bien, cuando hay transiciones de un párrafo a
aprendido porque cada libro es un nuevo descubrimiento –y eso es lo otro, de una escena a la otra, que no salen bien, ahí sí me paso a una li-
que tiene de bonito, también–, pero cada libro es una explicación de lo breta y las trato de resolver a mano, y muchas veces las logro resolver a
desconocido. mano. Pero el uso del procesador de palabras es importante para mí por-
que soy un poco maniático con los silencios de la página. Los espacios
PS: ¿Cómo, cuándo y dónde prefiere escribir? en blanco, los saltos entre secciones, los espacios entre capítulos, hay
media página en blanco y uno siente ese silencio de manera tangible.
Esos son efectos acaso estéticos, son importantes para mí como lector.
JGV: Yo soy escritor matutino, por un lado, y en algún momento llegué Entonces he llegado al extremo neurótico, un poco, de tratar de imitar,
a tener una teoría de que los escritores matutinos y los escritores noctur- en el procesador de palabras, la página de la editorial en que publico
nos producen, en efecto, novelas distintas. Las novelas de los escritores mis libros, que es Alfaguara, para que en el libro publicado se respete
matutinos son novelas con una arquitectura muy redonda, muy visible, ese silencio al terminar un capítulo, que para mí es tan importante. Esto
muy ordenada, como artefacto son novelas que tratan de darle un poco ya es de gente un poco loca, pero mis editores me lo respetan.
de orden al caos de la experiencia, y eso se nota en su construcción.
Por ejemplo Vargas Llosa, sus novelas son muy visiblemente arquitec-
tónicas –y además yo sé que Vargas Llosa escribe por las mañanas–. PS: ¿Qué significa para usted que una novela escrita en Barcelona,
En cambio, los escritores nocturnos tienden a producir novelas que son traducida por una canadiense, postulada por una biblioteca mexicana,
más sueltas, más aparentemente desorganizadas, son novelas en las que que discute en gran medida la historia de una norteamericana en Co-
uno va explorando la historia casi en la misma situación que el escritor, lombia, haya sido premiada en Dublín?
es decir el escritor –uno lo nota en el texto de la novela–, también está
descubriendo su historia a medida que la escribe. Son novelas digresi- JGV: Para mí es importante, porque responde mucho a la manera en
vas, de apariencia menos rígida, más libre, estilo las novelas de Javier que está construida la novela. Le voy a enriquecer el juego que aca-
Marías, de quien sé que escribe de noche. Eso lo tenía yo muy organiza- ba de hacer: la novela la escribió un colombiano mayoritariamente en
do, y luego hay una cantidad de gente que ha venido a desvirtuarme la
304 305

Barcelona, pero yo comencé la novela en Italia y la terminé en Bélgica. ñeza increíblemente para muchos lectores cuando yo empecé a escribir.
La traductora al inglés es, en efecto, una canadiense, pero tradujo la ¿Cómo se escribe después de García Márquez? O más bien, ¿Cómo es
novela cuando estaba viviendo en Inglaterra, cerca de Londres. Luego posible que usted no escriba dentro de los caminos trazados por García
la novela recibió ese premio que se da en Dublín a un libro traducido, y Márquez y eso que llamamos realismo mágico? La respuesta a todo
en la novela la trama, la anécdota misma habla de un punto de relación esto siempre fue ese lado de la tradición latinoamericana, incluido el
histórica y sociológica en dos países. Eso para mí responde a lo que es mismo García Márquez, que reivindicó siempre nuestro derecho como
la literatura. La literatura para mí ha sido siempre un maravilloso coc- novelistas a apoyarnos en otras lenguas, en otras tradiciones, a hacer de
tel de influencias, de tradiciones, y vuelvo con muchísima frecuencia, nuestros libros el resultado de múltiples lecturas. Cien años de soledad
como escritor, al ensayo de Borges en el que hacía un alegato a favor es el producto de la experiencia de García Márquez en Aracataca, del
de nuestro derecho como escritores a utilizar la tradición que queramos, pasado histórico colombiano, pero es ese producto pasado a través de
no solo la de nuestro país o nuestra lengua, para construir nuestra lite- Kafka, Joyce, Virginia Woolf, Faulkner, mucho Hemingway, un poco
ratura. Recuerdo la sorpresa que me causó que fuera necesario entrar de Camus… Así se hace la literatura, y ese constante encuentro de dos
en la pelea, que Borges tuviera que escribir un artículo que pasaría a la cosas que no debían estar juntas originalmente, eso es lo que hace la
historia por lo rebelde, o lo contestatario, para defender su derecho a originalidad. Mis propias novelas están construidas –a pesar de que mi
escribir sus cuentos pensando en Chesterton, Kipling, Kafka, Poe, más vocación tenga mucho que ver con la lectura de García Márquez–, con
que en el Martín Fierro, o en el Leopoldo Lugones, o José Mármol, o el Vargas Llosa, Roth, o Don Delillo, o John Banville, y antes de ellos
que fuera. Ese derecho que Borges defendió de construir una literatura Conrad y Dostoievski, y antes de ellos Shakespeare y Cervantes, con
que fuera una mezcla de tradiciones, que tuviera toda la libertad de es- tanto derecho como la tradición de mi país o más. Y claro, que eso se
coger como influencias, como fuente, como alimento las tradiciones de refleje en esta anécdota de este pequeño premio, que además es un pre-
otras lenguas, eso para mí es esencial, fue muy importante desde muy mio bellísimo por mil razones, eso me tiene muy contento.
temprano, tal vez porque a mí me costó cierto tiempo aprender a escri-
bir sobre mi país. Mi primer libro que me dejó más o menos satisfecho
fue un libro de cuentos que ocurre en Francia y en Bélgica, y en el que PS: Ahora que habla de las influencias, ¿Todavía le producen angustia
no hubo un solo personaje colombiano en su primera edición. Durante las influencias?
muchos años mi única obra de ficción fue un libro de cuentos con per-
sonajes extranjeros, después del cual me tocó ir por todos lados dando
explicaciones de por qué viniendo de un país como Colombia yo escri- JGV: No. No me producen ningún tipo de angustia. Creo que la creación
bía sobre Francia y Bélgica, porqué viniendo de un país con un presente literaria en algún nivel, como lo escribí en algún ensayo, es un deporte
tan convulso y con un pasado tan interesante yo escribía sobre parejas de contacto, una pelea con los libros que le importan, con las influencias
de amores fracasados en las Sardenas belgas o en París. Entonces me que uno tiene, hay que pelearse, hay que retarlas todo el tiempo, hay
di cuenta de que el debate no está muerto, ni mucho menos, de que el que cuestionarlas, hay que enfrentarse a ellas, pero eso para mí no es
escritor sigue sufriendo ciertas camisas de fuerza, que hay un prejuicio una fuente de ansiedad porque creo que eso no sucede accidentalmente,
según el cual el escritor debe escribir siguiendo la tradición de su país, es decir, que las influencias no nos suceden, sino que uno las escoge,
y para mí eso era una doble rebeldía. La tradición de mi país es por su- uno las hace suceder. Porque hay una especie de instinto, nuevamente,
puesto la de Gabriel García Márquez y eso era un nuevo punto de extra- que le indica al escritor cuáles son los maestros que tienen las leccio-
nes necesarias para escribir este libro. Uno tiene esa idea abstracta del
306 307

libro que quiere escribir, de la anécdota que uno quiere explorar, de la muy bien para ilustrar lo que estoy diciendo, decía: un escritor en Sua-
implicaciones y los temas que quiere explorar con la novela y algo que jili, tiene una riqueza vital extraordinaria, pero no tiene el instrumento;
podríamos llamar ahorita la intuición, le dice, para darle forma a eso los escritores alemanes, dice Barral, tienen en cambio, una lengua de
hay que leer a Borges, o para darle forma a eso hay que leer a Tolstoi. una sutileza y de una tradición riquísima, la lengua de Goethe, pero en
Ahí comienza un itinerario personal en el que uno trata de alimentarse cambio se les acabó el tema hace mucho tiempo, se les acabó la materia.
o de tomar lecciones de los profesores que su intuición le indica, pero En la literatura latinoamericana se dan cita las dos cosas, dice Carlos
que son escritores que no caen del cielo sino que uno escoge para eso. Barral. Yo creo que en el caso colombiano, un poco, la gran virtud que
Los va contratando, eso fue lo que hizo García Márquez. Empezó a leer yo siento, la gran fortuna de ser escritor colombiano es la de escribir
a Faulkner porque se dio cuenta de que Faulkner, por el mundo que con- en una tradición que ya no solo es la lengua española que produjo El
taba, tenía muchas lecciones que enseñare a él sobre cómo tratar Ara- Quijote, sino que es la encarnación de esa lengua española que produjo
cataca, el mundo caribe y las guerras civiles de fondo en sus lecciones, Cien años de soledad, y El amor en los tiempos del cólera, y Crónica
entonces contrata a Faulkner durante unos años y escribe La hojarasca. de una muerte anunciada, y El otoño del patriarca, por no empezar a
Luego se cansa de Faulkner y pasa a Hemingway para hacer, desde el sacar ramas y hablar de las otras grandes novelas colombianas, que
punto de vista formal, lo radicalmente opuesto, y escribe El coronel no de alguna manera son producto también de Cien años de soledad. Con
Tiene quién le escriba, que yo siempre he dicho que es una versión Ca- ese instrumento podemos explorar una realidad que a mí me resulta
ribe de El viejo y el mar, una versión colombiana, digamos. inacabablemente interesante, y misteriosa y rica, y claro, uno duda de
si decir que se alegra de eso, porque todo esto es también testimonio
de la naturaleza conflictiva y violenta de la historia colombiana que ha
PS: ¿Qué es lo mejor y lo más difícil de ser un escritor colombiano? producido desgracias y tragedia y vidas destruidas, pero la literatura
para mí sigue siendo uno de los grandes inventos de los seres humanos
para explorar por qué han pasado esas cosas. Para explorar, desde un
JGV: Creo que lo mejor es contar con la tradición con la que contamos. punto de vista moral, por qué la desgracia, la tragedia, la falsedad en las
Carlos Barral, el editor barcelonés que fue uno de lo que se inventó todo relaciones humanas, por qué el choque entre las vidas privadas de los
esto del boom latinoamericano, y cuya influencia, entonces, no solo en individuos y esa historia tan dura y convulsa que tenemos. Entonces si
todo eso sino en la literatura latinoamericana, no es despreciable, él ya fue ese nuestro destino como sociedad, entonces qué fortuna tener
decía que la grandeza del boom se debía a que había confluido un ma- un instrumento como la lengua colombiana, el español colombiano para
terial narrativo extraordinario, la historia, las leyendas de un continente explorarla y tratar de llegar así a una iluminación mayor o menor sobre
que se había contado muy poco, una experiencia social de una vitalidad las razones por las que eso nos pasa.
extraordinaria, eso se había unido al instrumento de la lengua españo-
la, un instrumento que había producido El Quijote, la poesía del siglo
XX, por no hablar del siglo de oro y otras extraordinarias, es decir, la PS: ¿Y lo peor?
lengua española como instrumento estaba tan afinado como el que más,
y en la literatura latinoamericana, según él, ese instrumento se había
unido con un fondo, con un material de una riqueza y una vitalidad ex- JGV: Tener que hablar tanto de García Márquez, viene a ser eso, tener
traordinarias. Decía Carlos Barral, una cosa que es políticamente muy que explicar eso todo el tiempo.
incorrecta, y con la que no estoy de acuerdo totalmente, pero que servía
308 309

PS: Estar a la sombra de un maestro… bueno, no necesariamente a la mismo saco no me parece lo justo. No es lo mismo el premio de alguna
sombra. editorial que de alguna manera lo usa como estrategia comercial, de
ventas, no es lo mismo que el premio que dan los alumnos de los ins-
titutos gallegos, el Arzobispo Juan de san Clemente, y no es lo mismo
JGV: Justamente no a la sombra, porque para mí no ha hecho sino abrir que el premio al que nominan los bibliotecarios de todo el mundo y que
puertas. Es más la obligación de estar explicando por qué en mis nove- otorga al final un grupo de lectores que yo respeto y admiro. Entonces
las no hay mariposas amarillas, por qué hace frío y no calor. Eso increí- he tratado siempre de no ser cínico y mucho menos malagradecido con
blemente a muchos lectores del mundo entero todavía los sorprende. esto, porque han sido muy satisfactorios estos espaldarazos, sin olvidar
nunca que son también fruto del azar, y nada más. Uno haría muy mal
en tomárselos completamente en serio, o en olvidar que allá afuera hay
PS: Sartre rechazó el premio Nobel, si no estoy mal con el argumento miles de libros de inmenso valor, a los que todavía los premios no han
de que él sentía que lo obligaba a producir literariamente, que de al- hecho visibles y probablemente nunca lo hagan.
guna manera lo esclavizaba a tener que estar escribiendo. ¿Cree que
dentro de la cultura de los premios literarios hay un factor negativo?
¿Considera que son una artimaña comercial? ¿Cómo percibe toda esta PS: Para finalizar, una pregunta más trivia: ¿Con qué libro se iría a
estructura? una isla desierta?
JGV: Los premios desde luego tienen un lado negativo, son un mal-
entendido en muchos sentidos, porque crean la ilusión falsa de que lo
que no es premiado no es tan valioso, digamos, desde un punto de vista JGV: Suelo hacer trampa con esta pregunta, me llevaría un solo libro,
absoluto. Eso no es ni siquiera cierto desde el punto de vista del jurado, las obras completas de Shakespeare. Ese sería el libro con el que yo
y yo hablo porque también he sido jurado de premios. Los premios son podría pasar perfectamente feliz el resto de mi vida sin leer nada más.
también un momento de azar, el encuentro del libro correcto con el lec-
tor correcto, que es lo que sucede en el mundo amplio de la literatura,
en el mundo del jurado no deja de ser cierto: los libros acaban siendo
premiados porque encontraron a su lector ideal, su lector perfecto jus-
tamente en el jurado. Entonces es una casualidad como tantas otras y
el malentendido está en creer que son algo más que eso. Ahora bien, el
valor que tienen depende también en buena medida de ese jurado, en-
tonces yo no puedo ser tan cínico de decir que los premios que han me-
recido mis libros no me han dejado satisfecho porque lo han hecho, por-
que lo han dado, por el jurado, por el reconocimiento que eso implica,
son espaldarazos que son agradables en este trabajo tan solitario y tan
duro de escribir libros, y en el cual además tienen que pasar demasiados
años antes de sentir que hay un cierto reconocimiento. Pero dentro del
mundo de los premios hay premios y premios y echarlos a todos en el
310 311

Los 20 de Londres, la vanguardia mexicana La diversidad, valor mexicano


Están dispersos, carecen de manifiesto y su cercanía ni siquiera se debe
a un compromiso literario compartido. Son, en la expresión de Emilia-
no Monge, simplemente contemporáneos sin programa común. Pero
en esa distancia han encontrado un nexo: la diversidad. En un mundo
barrido por Internet, la heterogeneidad de sus influencias forma parte
de su código genético. Esa conversación global constituye, en palabras
de Valeria Luiselli, una característica histórica de la literatura mexica-
La diversidad catapulta a una nueva generación de escritores del país na: “Un rasgo que no necesariamente comparten los jóvenes escritores
norteamericano. Dialogamos con cuatro de sus más destacados repre- estadounidenses, a veces autosuficientes, a veces arrogantes, a veces ig-
sentantes. norantes. Un escritor joven mexicano está al tanto de lo que se publica
en muchos otros países”. Las espinas de la relación con el gran vecino
Son 20 escritores de menos de 40 años. Rechazan que se les considere
del Norte asoman, como en cualquier conversación en México. Pero
una generación, pero forman la nueva vanguardia mexicana. Con moti-
también el reconocimiento a su influencia decisiva. “La cultura gringa
vo de la Feria del Libro de Londres, han sido seleccionados para repre-
lo permea todo, y aquí en un grado muy superior al resto de Latinoamé-
sentar a su país por tres compatriotas: Juan Villoro, Guadalupe Nettel
rica”, zanja Laia Jufresa.
y Cristina Rivera Garza. El encargo lo recibieron del Consejo Nacional
de Cultura, el Hay Festival y el British Council. Entre los elegidos hay
un muerto y posiblemente alguna ausencia polémica. “No pretendemos Rulfo, el referente
expedir un certificado de inmortalidad para nadie, sino invitar a leer a
escritores de una generación extraordinaria. Si estos autores gustan, el Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno (1917-1986). Han pa-
principal efecto será que también se busque a otros”, explica Villoro. sado casi 100 años de su nacimiento y 30 de su muerte, pero su obra
sigue guiando a los nuevos escritores mexicanos. Hablan de Juan Rul-
Hemos reunido a cuatro de estos escritores: Emiliano Monge (1978), fo con reverencia, muy por encima de Octavio Paz. Es el mago de la
Valeria Luiselli (1983), Nicolás Cabral (1975) y Laia Jufresa (1983). palabra y, como indica Nicolás Cabral, el constructor de una literatura
Con ellos ha repasado su visión de la literatura y del momento mexi- del habla. “Uno lee Pedro Páramo”, comenta Monge, “y queda con-
cano. En la conversación, mantenida en la delegación del periódico en vencido de que así habla toda la gente del campo en México, y no es
el Distrito Federal, mostraron más puntos de acuerdo que de contradic- verdad, pero su invención se vuelve real”. Este valor se ve acrecentado,
ción. En sus manos y las de sus colegas queda el futuro literario de la según Valeria Luiselli (“le he aprendido y copiado lo más posible”),
mayor nación de habla hispana. por la grandeza de su arquitectura, asentada en un complejo uso de las
estructuras formales y temporales. El resultado es una plasticidad que
supera la barrera del tiempo. “Cuando pienso en Pedro Páramo, lo que
me vienen son imágenes en las que me puedo meter y oír los perros”,
señala Jufresa.
312 313

Adiós a la ‘nomenklatura’ representante y voz de un país— y pensaba que la generación siguiente


México a menos 40 no emularía ese modelo… Aún queda la esperanza de que la nuestra no lo
haga. Un escritor no debe nunca representar nada y a nadie, y ya es hora
Juan Pablo Anaya:  Kant y los extraterrestres (2012).  de que la literatura acabe con esa intensa e irrompible relación entre los
Gerardo Arana:  La máquina de hacer pájaros (2008). escritores y el Estado”, afirma Luiselli, quien clama contra el machismo
Nicolás Cabral:  Catálogo de formas (2014). en la cultura: “La situación de las intelectuales en México es terrible. El
Verónica Gerber:  Mudanza (2010). Colegio Nacional, fundado en 1943, ha tenido 80 miembros, pero sólo tres
Laia Jufresa:  Umami (2015). han sido mujeres y nunca una escritora. A la intelectual o escritora mexi-
Luis Felipe Lomelí:  Todos somos de California (2002). cana se le permite aspirar a la popularidad, pero no al prestigio”.
Brenda Lozano:  Todo o nada (2009). 
Valeria Luiselli:  La historia de mis dientes (2014). ¿Y el compromiso?
Fernanda Melchor:  Mi Veracruz (2008). La muerte puebla México. No hay discurso que no denuncie la pobreza
Emiliano Monge:  Morirse de memoria (2010).  de esta tierra. La indignación, aupada por tragedias como la de Iguala,
Eduardo Montagner Anguiano:  Toda esa gran verdad (2006). se extiende por el país. ¿Puede la literatura vivir ajena? ¿Es necesa-
Antonio Ortuño:  El buscador de cabezas (2006). ria una literatura comprometida? “Hay que respetar a quien tiene un
José Pergentino:  Y supe qué responder (2006). compromiso político, pero no es una obligación, la obligación es con
Eduardo Rabasa:  La suma de los ceros (2014).  tu obra. Hay demasiada mirada sobre el autor”, responde Jufresa. “Las
Antonio Ramos Revillas:  Todos los días atrás (2005). obras escritas para una causa son las primeras en caducar, porque su
Eduardo Ruiz Sosa:  La voluntad de marcharse (2008). función no es estética, sino programática, pero creo que hay un compro-
Daniel Saldaña París:  La máquina autobiográfica (2012).  miso distinto: no pactar con el lenguaje del Estado. El potencial político
Ximena Sánchez Echenique:  Sobre todas las cosas (2004). de la literatura radica en posibilitar maneras distintas de ver la reali-
Carlos Velázquez:  Cuco Sánchez Blues (2004).  dad”, añade Cabral. Aunque alejado del compromiso sartreano, Monge
Nadia Villafuerte:  Barcos en Houston (2005). apuesta por utilizar la imaginación como arma transformadora, pero
En una sociedad rabiosa por la violencia y la corrupción, los autores piden alerta de su confusión con la fantasía, un escape más que una “lucha
capacidad analítica. “México es un país de formas más que de ideas, y en contra la realidad”.
este momento crítico esta carencia se vuelve muy dolorosa, porque hay
una acumulación de indignaciones y lamentaciones, pero una escasez casi La lengua no es una nación
total de pensamiento”, comenta Cabral. En el origen de esta “dictadura El sentido de individualidad de autor manda, pero reconocen elementos
de lacomentocracia”, muy vinculada a las nuevas redes sociales, figura, aglutinantes. Jufresa no duda de que uno es el uso local de la lengua:
según Monge, el menosprecio a la formación, y también, a juicio de Jufre- “Lo que nos hace escritores mexicanos es nuestra plastilina cotidiana,
sa, la entronización del artista, del escritor como referente por encima del que es el español que usamos para escribir”. Cabral matiza que, en su
académico y del estudioso. Una elevación vinculada a la histórica cone- caso, el tronco base no sería tanto la lengua como las “tradiciones” li-
xión que se da en México entre los autores y el poder. “Yo tenía la espe- terarias y culturales que le influyeron, sin necesidad de ser nacionales.
ranza de que tras la muerte de Paz y Fuentes habría un cambio profundo La idea de una literatura mexicana es rechazada por Emiliano Monge,
en la noción del intelectual público —el intelectual que se corona como quien sí cree en la existencia sólida de una “literatura latinoamericana,
314 315

cada vez más”. Dice Monge que, si bien conoce y valora la obra de Narradores sin límites
los 20 autores mexicanos incluidos en la lista, él se siente más cercano
como escritor a algunos autores sudamericanos.
La ruptura de fronteras con América Latina, la mezcla de géneros y la búsqueda
Ayotzinapa y la raíz del terror de cosas distintas caracterizan la narrativa española del siglo XXI. Javier Cercas,
Agustín Fernández Mallo y Almudena Grandes trazan el mapa literario en un debate
El asesinato de 43 estudiantes en Iguala ha llevado al extremo el impac-
convocado sobre los derroteros de la literatura.
to del terror criminal. La conciencia colectiva de la violencia ya es una
marca del siglo XXI mexicano. “Nos estamos convirtiendo en una cor-
dillera del horror. Cada vez hay una cumbre nueva de lo espeluznante”, Por Winston Manrique Sabogal / Javier Rodríguez Marcos
dice Monge. Las condiciones sociales son un detonante de lo que su-
cede, en opinión de Cabral: “Una cultura de la competencia en un país
que no ofrece oportunidades se transforma en una forma de violencia.
Lo que nos ha pasado es un problema también de capitalismo salvaje”.
Jufresa remarca el problema de la falta de horizontes: “Cuando no le
estás dando a la gente ganas de vivir por algo, ganas de crearse algo,
de tener una calidad de vida, lo único que queda es una expectativa de Mezcla, legado, lengua, España, Latinoamérica, pop, Internet, unidad,
consumo a la que, encima, no hay acceso”. exploración. Nueve son las palabras con las que se empezaría a escribir
el destino de la narrativa de España en el siglo XXI. O mejor hablar
Sin rumbo colectivo desde ya de la narrativa en español como de una lengua común que
La posibilidad de cambio, dicen, requiere alguna dirección colectiva. involucra a 19 países más en América Latina para borrar las fronteras
Por ahora no son optimistas. “No veo esperanza sin un involucramiento geopolíticas en literatura. Es el gran territorio de La Mancha, como lo
ciudadano masivo”, dice Cabral, “no sé qué tenga que pasar para que el llama Carlos Fuentes, con 400 millones de hispanohablantes, que com-
mexicano abandone su situación de autosometimiento. Falta convertir parten un mismo idioma y herencia literaria que cada día aumenta su
la indignación y la tristeza en un proyecto de algún tipo”. Jufresa con- presencia e interés internacional.
sidera que la sociedad mexicana se ha atomizado en un sálvese quien
pueda: “Todo el mundo está poniendo bardas alrededor de lo suyo”.
Monge sostiene que existe una degradación del sentido social: “Si ma- Escritores de una lengua y no de un país. Así lo reivindican tres autores
ñana hubiera un terremoto como el de 1985, no creo que hubiera un españoles que representan una diversidad de estilos y una búsqueda de
fenómeno de solidaridad como aquel”. Y subrayan la coexistencia de temas y formas literarias que se proyectan hacia el futuro: Javier Cer-
un gran respeto por la idea de autoridad con una pulsión colectiva por cas (Ibahernando, Cáceres, 1962), Almudena Grandes (Madrid, 1960)
ignorar las normas. y Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967). Los tres invitados por
Babelia a un debate sobre La narrativa española contemporánea y sus
—México es una sociedad obsesionada con el orden, no con la justicia derroteros.
—dice Monge.
—¡Obsesionada con el orden, en un país caótico! —reformula Cabral.
316 317

Cercas: “Hay un momento de insatisfacción de la visión tradicional y sesenta y setenta, y que para mí tendría a Juan Benet e incluso a Juan
una necesidad de incorporar cosas distintas” Goytisolo como personajes emblemáticos. Ése es el momento de asi-
Grandes: “Tras la vuelta del narrativismo en los ochenta, la experimen- milación de las grandes novedades formales del siglo XX, del moder-
tación se ha desplazado de la forma al argumento” nismo, las vanguardias, etcétera. Al fin y al cabo, Tiempo de silencio es
nuestro Ulises español. Aunque se trate de una asimilación no siempre
F. Mallo: “Con la nueva narrativa llega la primera generación que ha conseguida. Hay una frase de Félix de Azúa que me gusta mucho al
asumido el ‘boom’ latinoamericano” resumir todo esto, porque él lo vivió como joven...
Grandes: “La literatura española tiene un grado de existencia en el
mundo que en los años sesenta y setenta no tenía”
ALMUDENA GRANDES. ¡Y como rupturista!

La Guerra Civil aún no ha terminado


J. C. Claro, y es que Azúa dice: “Todas las novelas son experimentales,
Entrados de lleno en el siglo XXI, sus reflexiones y análisis trazan un incluso las malas”. En aquella época llamábamos experimentales a unas
mapa de esa literatura empezando por una mirada retrospectiva sobre novelas que no se entendían y, en consecuencia, nadie se molestaba en
las últimas cinco décadas que sirve para explicar parte del presente y leer. El segundo momento del que hablamos es algo que sucede como
señalar algunas de las claves sobre el porvenir. Una narrativa que vivió reacción al experimentalismo, y se produce en los años ochenta; Eduar-
procesos tardíos, no siempre bien asimilados, saldó cuentas literarias do Mendoza vendría a representar ese nuevo momento de: “Vamos a
en los años ochenta con el realismo, al tiempo que servía de espejo a hacer novelas que se entiendan y que, además, se puedan leer”. Es una
una sociedad española que cambiaba deprisa tras 40 años de dictadura, especie de retour à l’ordre, es decir, una vuelta al orden, volver un poco
y conquista lectores, hasta que llega la normalización y la conexión con a la novela tradicional, al contar y, además, conectar con la gente, y
las corrientes universales. Y, ahora, busca proyectarse como la creación saber que no pasa nada por eso, que no es un pecado. Aunque esto en
de un idioma diverso y mestizo, como su propio legado literario, que los peores casos enmascara un retorno a una narración adocenada y tra-
afianza su presencia no sólo por su calidad sino porque también se trata dicional en el peor sentido, pero no en los mejores casos, como es el de
de la segunda lengua global. Autores sin límites geográficos ni litera- Mendoza. Se trata de una mirada que conecta con lo que estaba pasando
rios, donde reina la mezcla de géneros y la exploración. ahí fuera también. Es entonces cuando llega nuestra experiencia perso-
nal, ahí es cuando empezamos Almudena y yo, aunque tú, Agustín, lo
haces más tarde.
PREGUNTA. ¿Cuáles podrían ser las características de la literatura
española en las últimas décadas que permitieran entender parte del
presente y de su futuro? A. G. Yo todavía pillé la nueva narrativa española, era la pequeña por-
que empecé en 1989 con Las edades de Lulú.
JAVIER CERCAS. Pueden ser como tres momentos, o dos y medio. El
primero podría ser el que se llamó la novela experimental, que empe- J. C. Y enseguida se te conoció. Yo empecé en 1985 pero era la mis-
zaría un poco con Martín Santos y Tiempo de silencio, y que ocupa los ma época. Nosotros comenzamos escribiendo en ese clima. Había que
318 319

contar bien una historia, cada uno a su manera, pero yo desde el prin- que uno de los focos de resistencia sistemática contra el régimen era la
cipio metía cosas ensayísticas. Empezamos ahí, y creo que ahora llega literatura salvo con dos milagrosas excepciones, Juan Goytisolo y Luis
otro momento, y el gesto de Agustín y de algunos jóvenes va por ahí. Martín Santos, que tenían todas las bendiciones y se podían leer. ¿Por
Hay una cierta insatisfacción que nos lleva a pensar: la novela cuenta qué? No lo sé.
historias y hay que contarlas muy bien, pero ¿no se pueden hacer otras
cosas? Eso lo primero, y lo segundo es que el problema no es contar una
historia sino cómo se cuenta, con qué instrumentos. PREGUNTA. El curso de la literatura española de entonces hay que
verlo en paralelo con la latinoamericana.

AGUSTÍN FERNÁNDEZ MALLO. Pero eso siempre ha sido así, la


clave es ésa. A. G. Nosotros leíamos a latinoamericanos mucho antes que a autores
españoles del medio siglo, que me han interesado un montón y que he
leído con 25 años, que ya no es una edad para asomarte a la literatura
J. C. Pero en mi caso hay un momento de insatisfacción de la visión de tu país. Nuestra literatura de los años sesenta y setenta es un tanto
tradicional, y hay como una necesidad de incorporar cosas distintas, de provinciana, una literatura experimental, muy de imitar los gestos sin
mezclar géneros, más un recurso de instrumentos, la autoficción, eso haber entendido muy bien de qué va, que no satisfacía a los lectores
por sintetizar. Surge un buscar modelos alternativos al modelo tradicio- pero que impedía que éstos se asomaran a otra literatura; por ejemplo,
nal. Cuando Mendoza dice, y me pareció genial, como siempre que se a la del medio siglo, que luego ha servido para cimentar la tradición de
habla del rollo de la muerte de la novela: “Lo que se ha acabado es la escritores como yo. En los ochenta llega otra generación, ¿probable-
novela de sofá”. Apuntaba un poco a eso, a la necesidad que algunos mente eso tiene que ver con el cambio de sensibilidad que afronta la
sentíamos de buscar otras cosas. Por eso creo que el gesto de Agustín y población española de entonces? Sí. ¿Tiene que ver con un cambio de
otros autores jóvenes va por ahí. visión del propio país, con un cierto grado de complacencia?, ¿o por lo
menos de conformidad con el país donde viven que no se ha tenido 15
años antes? Probablemente sí tiene que ver con todo eso. El caso es que
A. G. Pero ese último momento no creo que sea tan nuevo. Y voy a es verdad que a finales de los ochenta la situación de la literatura espa-
hablar con una perspectiva personal, y mía como lectora. Yo entré en ñola cambia completamente porque deja de ser una literatura intocable
la universidad en 1979 y entonces no me di cuenta de que leía de una para ser la parte grande del pastel; incluso cambia el mundo editorial
manera extraña y muy poco natural. España era un país anormal, lo si- español. Hasta la segunda mitad de los ochenta nadie quería un autor
gue siendo en gran medida, pero en aquella época lo era más. Entonces español. Hay que recordar que los grandes éxitos eran Marguerite Du-
lo normal, entre comillas, lo corriente, lo lógico, es que cuando eres ras, Yourcenar, Kundera, todos extranjeros. Claro que hay una vuelta
adolescente empieces a leer la literatura de tu propio país, pero yo soy al narrativismo, pero lo que explica mejor esto es la especie de coin-
un exponente de una generación de escritores que se ha formado, y tú cidencia de los escritores y los lectores en el mismo espacio. También
también Javier, leyendo a los autores latinoamericanos y las traduccio- es verdad que esta vuelta a los géneros clásicos ha producido un cierto
nes. En los setenta yo no leía nada español porque me parecía casposo, hastío y eso es inevitable. Pero la experimentación se ha desplazado de
miserable y, curiosamente, sospechoso de connivencia con el régimen; la forma al argumento.
algo completamente absurdo que demuestra lo idiotas que éramos, por-
320 321

J. C. La palabra novedad yo no la usaría jamás. Es una palabra maldita. A. F. M. Una cosa que me interesaba con el surgimiento de la novela
Lo que no es tradición es plagio, como se dice en la Academia. Claro más narrativa en los ochenta, llamada nueva narrativa, es que se trata de
que buscamos decir cosas nuevas, pero sólo se pueden decir cosas nue- la primera generación, y esto es una intuición, que ha asumido perfecta-
vas asimilando la tradición y construyendo con ella algo que exprese mente el boom latinoamericano. Es decir, que por primera vez el boom
lo que nos está pasando, etcétera. Toda novedad no es más que olvido, está ya presente en la literatura española. Y hay algo importante: cómo
como dijo Bacon, lo que hacemos es recurrir a la tradición. La mezcla ese momento creativo influyó en la literatura. Si a mí me preguntan
de la que estoy hablando, creer que estamos inventando el chocolate por los 10 escritores que más me han influido, cinco van a ser latinoa-
caliente es una estupidez monumental. Si alguna cosa es el Quijote, el mericanos. También la explosión que hubo en España a principios de
mejor libro que se ha escrito jamás, es eso, una mezcla de cosas. Lo los años ochenta, con la llegada de la democracia, esa explosión en las
que hacemos, y así funciona la literatura, es ir buscando en la tradición artes, en la música, no creo que tuviera un correlato en la novela. Creo
cosas que nos sirvan para el presente. que la explosión narrativa a la manera más contemporánea de aquella
época no se dio tanto en la narrativa y sí en la música o en las artes
plásticas, que miraban a Londres o a Alemania, y aquella explosión más
A. F. M. Quizá el Quijote sea la novela donde se aúna perfectamente anglosajona es clave para explicar la posmodernidad en España. Que en
la experimentación con la narratividad. Es una novela absolutamente la literatura estaba pero no de una manera clara, y hoy sí se está dando.
experimental en el sentido de una mezcla de géneros. Yo creo que no se Los narradores que hemos empezado a escribir hace poco, ocho o nueve
ha hecho el nuevo modelo de Quijote como mezcla perfecta. Todos lo años, miramos de una manera bastante clara el mundo anglosajón y esta
intentamos de alguna manera. explosión más de la posmodernidad tardía, vamos a llamarlo así. Escri-
bimos más desde la información que desde la erudición. Esto también
ocurre en las artes plásticas y en la música, recabando más de la socie-
A. G. Es nuestra obligación. En cada país hay una obligación distinta. dad de consumo y reciclándolo que del modelo más típico o tradicional,
es decir, del erudito que es el modelo romántico, del creador que está en
A. F. M. Estoy básicamente de acuerdo en todo, en que existe la ley del su casa creando. Por eso esto de mezclar técnicas es interesante. Ahora
péndulo, se pasa de una tendencia más experimental a una más realista. lo hacemos con la máscara de hoy, con cómics, alusiones a un ensayo
Pero considero que esa narrativa realista era un poco provinciana, como dentro de la novela, es el apropiacionismo. Algo muy patente. Se ve en
piensa Almudena del experimentalismo. Mendoza sería una excepción. Internet y se refleja en la narrativa que retrata el momento.
Es que España es un poco provinciana siempre.
J. C. El hecho de que hoy seamos más porosos a lo que ocurre en el
A. G. No lo creo. extranjero, y lo podamos leer pronto, y la gente sepa más idiomas, no
significa que la literatura española haya sido más provinciana o menos
cosmopolita. Desde siempre las grandes revoluciones en España se han
A. F. M. Desde que no hubo mucha Ilustración en España arrastramos producido por apropiación de otras tradiciones. Escribir para un escritor
una serie de cosas. es como ir en un carro, tener en una rienda la tradición universal y en la
otra la lengua de tu país. Con esas dos riendas, si tú sueltas una se va el
J. C. ¡No hubo Ilustración, no hubo revolución! carro, siempre ha sido así. La sociedad no es más cosmopolita, está más
322 323

globalizada. En lo que sí estoy de acuerdo, y es muy importante, es en desaparecido. Otra cosa es el tema anglosajón, porque hay autores que
la asimilación de la literatura latinoamericana, que empieza enseguida se consideran de tradición anglosajona como Javier Marías, o alemana
en España, pero es verdad que nosotros ya la recibimos... como Alejandro Gándara. En aquel momento tuvo más éxito una lite-
ratura que tenía que ver con un retrato generacional y un enfoque tes-
timonial que explicara a los españoles de entonces cómo era el mundo
A. G. Elaborado y masticado e incorporado. que estaban viviendo. No creo que fuera asunto de provincianismo o de
ombliguismo, de que estuviéramos sin aliento para mirar hacia fuera.
Ahora es distinto.
J. C. Nuestra tradición no es la española sino la tradición del español. Es
el instrumento con el que trabajamos. Y aparte de los grandes nombres
de autores latinoamericanos somos provincianos, y ahora sí utilizaría P. Se han saldado cuentas literarias.
esa palabra, no en un sentido universal sino respecto al español, porque
el español de España es una parte pequeñita en el fondo. No tenemos
una tradición como la francesa o la inglesa literaria, pero tenemos una A. G. Claro. Por otro lado, estoy de acuerdo con Javier sobre la tradi-
lengua enorme. ción pero es que no creo que no haya ningún escritor español que no
se sienta escritor en español, eso cae por su propio peso. Soy española
como ciudadana, pero como escritora del español, no de España.
A. G. Yo creo que los que tenemos un problema con la tradición somos
los novelistas, los poetas españoles no. P. Pero existe esa división de escritores españoles y latinoamericanos.
La lengua no termina de asimilarse y asumirse como un solo vehículo
de creación en muchas partes, y eso incluye a los lectores.
J. C. Todo el mundo. Se están haciendo cosas muy interesantes en mu-
chos países de Latinoamérica. Cuando comparamos América con Es-
paña cometemos un error porque estamos comparando un continente A. G. Es por lo que dice Javier. Existen autores españoles e iberoame-
con un país. España es una cosa muy pequeñita y creo que seguimos ricanos porque existe una industria editora muy fuerte en España y no
pensando que estamos demasiado encerrados desde el punto de vista existe una industria editorial muy fuerte en Latinoamérica. Aunque
lingüístico. Quizá por el hecho de que la industria española es muy ahora hay bastante más unión de la que ha habido nunca. Pero se debe
potente, y creer que porque vendemos más somos más en algo es una a que ellos tienen que venir aquí a publicar. Eso nos da oportunidad de
tontería. No acabamos de ser conscientes de eso. conocerlos, hablar con ellos y leerlos. Pero todavía hay esa diferencia
porque nosotros no publicamos en editoriales latinoamericanas.
P. Y España se ha consolidado como el bafle de los autores de los 19
A. G. Quiero decir varias cosas: es mentira que en los años sesenta no países latinoamericanos. Volviendo a la ley del péndulo, ésta también
hubiera gente que mirara a Londres o a Nueva York. Lo que sucede es aparece en que autores experimentales se reciclaron en otros géneros.
que no han sobrevivido literariamente. Hubo luego una corriente en la
narrativa española que se basaba en el cosmopolitismo que miraba ha- A. F. M. Andy Warhol, aunque parezca un chiste, es uno de los grandes
cia fuera y más allá porque el exotismo fue una constante que luego ha pensadores del siglo XX, ha dejado una frase, algo así como: “Es tonto
que alguien pueda sentirse traicionado porque hoy sea un artista pop y
324 325

mañana un artista abstracto, uno podría ir cambiando sin sentirse traicio- A. G. O los libros de Crepúsculo, que son fenómenos que los niños
nado, porque ¿por qué le guardas fidelidad a una abstracción?”. Sobre el siguen desde pequeños.
tema de América Latina estoy de acuerdo sobre el cosmopolitismo con
vosotros, pero creo que tampoco se puede negar que hay lo que llamaría
un “nomadismo estético” en todo. Es decir, desde cómo se viste a cómo P. Internet quizá favorece todo eso.
se gestionan los productos que compras, lo que ves en la red, lo que lees,
es un nomadismo estético que está en todas las artes que ya es un arte
como sin raíz. En fin, cada creador va buscando el mundo global y refe- A. G. Es verdad que Internet es fundamental como fuente de infor-
rencias en cualquier parte, y las tiene inmediatamente en literatura. Esto mación, para conocer datos, nos ha cambiado la vida, es maravilloso.
se está empezando a dar en España. No porque ahora se sea más listo, Sin embargo, cuando yo me asomo a algunos experimentos de novela
sino porque responde al pulso del momento. Esto trae como correlato hechos en la red veo que la calidad literaria es ínfima. La grandeza y mi-
algo bastante interesante: los límites entre la alta cultura y la baja cul- seria del novelista son la soledad y hay que aprender a gestionarla antes
tura a la hora de introducir la novela se han difuminado más. La novela que nada. Por otro lado, no hay premio literario donde el protagonista o
ya sabemos que es un género en el que todo cabe, pero ya puedes estar algún personaje utilicen Internet.
narrando una novela, al mismo tiempo que citas a Cioran, una serie de
televisión; y eso es algo que ya se hace con naturalidad. P. La cuestión es si Internet es una mera herramienta o algo estructural.
También las vanguardias llenaron los libros de bombillas y telégrafos,
J. C. Tienes razón. Pero se ha hecho siempre desde otra perspectiva. la novedad de entonces. La pregunta es si Internet es nuestro telégrafo,
Esa traducción es la evolución del pop, y esa evolución es de los años sólo un tema, o va a cambiar la manera de escribir. Claro, el asunto es
sesenta. Ahí está Gonzalo Suárez que pone a Joyce con Di Estéfano en el fin (la calidad), no el medio.
la misma frase.
A. G. Yo insisto: esto fracasará si no se logra calidad literaria.
A. F. M. Vale, pero como excepción.
P. Puede que todavía sea algo nuevo. Cuando la sociedad lo asimile los
J. C. Ahora ya está en todas partes. No es que queramos no ser pop, es creadores irán asimilándolo también.
que todos somos inevitablemente pop. No puedes no ser pop. Eso está
ahí, vivimos ahí. J. C. Estas cosas no cambian nada. Tener un blog...
A. G. M. Es como tener un diario pero publicarlo por Internet
A. F. M. Luego viene el afterpop, es decir, la especialización absoluta ...Ese carácter inmediato te condiciona la propia forma de escribir.
dentro del pop de tal manera que para entender y entrar en cierto pop
hay que ser un erudito de ese pop. Los seguidores de la serie Lost, Per-
didos, podrían hacer una tesis doctoral. J. C. También a los escritores del siglo XIX les cambiaba la forma de
326 327

escribir el hecho de publicar semanalmente en los periódicos. Los per- A. F. M. Pero la pregunta no era qué te planteas tú cuando escribes sino
sonajes de los folletines se hacían más o menos importantes depen- qué quieren los lectores.
diendo de que Dickens se encontrara o no con alguien por la calle. El
experimento funciona o no según el resultado.
J. C. ¿Pero quién lo sabe?

A. F. M. Si le pasaras cualquiera de las novelas que escribimos nosotros


a un escritor de hace cien años te diría: “Esto no tiene calidad”. El con- A. F. M. Yo creo que piden ese nomadismo estético.
cepto de calidad también va cambiando.
J. C. ¿Y cómo lo sabes?
A. G. No estoy tan segura. No cambia de una forma tan radical. Hay una
línea continua de calidad.
A. F. M. Porque cuando han salido mis novelas, que yo creía que eran
una marcianada que nadie iba a leer ni a editar siquiera, me encontré
J. C. Aunque en el momento de escribir no se es consciente de la cali- con gente a la que le interesaban.
dad. Y eso siempre ha sido así. Le pasa ya a Cervantes con el Quijote. J. C. Sí, pero a los lectores de Almudena les interesa otra cosa.
Hacemos apuestas, pero no sabemos lo que va a perdurar y lo que no.
Pensemos no en Cervantes, que era un escritor de tercera en su mo-
mento, sino en el Doctor Johnson, que dijo de Tristram Shandy: “No A. G. Es que vivimos en una sociedad tan afortunadamente ecléctica y
durará”. Y eso que era el lector más importante del siglo XVIII y tal vez compleja que los lectores piden muchas cosas a la vez. Oyes lo que dice
el mejor crítico que ha existido nunca. Agustín y mira lo que ha pasado con Larsson este verano. Y hay mer-
P. Antes decían que en los años ochenta había un lector que pedía una cado para novela juvenil de vampiros y para el ensayo. ¿De qué lector
literatura que contara su mundo más próximo. Y ahora ¿qué piden los hablamos? Los lectores piden muchas cosas. La sociedad es múltiple.
lectores? Siempre ha sido así, pero ahora mucho más.

A. F. M. Mi experiencia es que piden un nomadismo estético, encontrar A. F. M. Tú bebes una sola clase de cerveza, pero si entras en un bar te
en un libro no el reflejo de la sociedad, porque para eso ya está la socie- gusta que haya cincuenta marcas. Da alegría. Pues lo mismo pasa con
dad, sino que se hable con códigos que están en su vida cotidiana. Piden los libros. No me gusta el discurso de que se editan demasiadas novelas.
en definitiva que el escritor no se crea escritor, que les cuente las cosas ¿Cómo es posible editar demasiadas novelas? Es como el personaje de
como si fuera una persona más. la película Annie Hall que dice que ha dormido demasiado. ¿Qué sen-
tido tiene esa frase? ¿Hay demasiadas marcas de coches? Es un signo
J. C. Yo no tengo ni idea de lo que quieren los lectores. Yo lo que me de buena salud.
planteo es cómo escribir la próxima frase y el próximo libro. Lo demás
ya es cosa de la gente de marketing, que siempre se equivoca.
328 329

P. La presencia de la narrativa española fuera de España, ¿cómo la Ben Lerner: “No me interesa el artificio diseñado para borrarse”
perciben? Situó su primera novela en Madrid y encandiló a la crítica estadounidense.
Con ‘10:04’ el poeta vuelve a la carga para tensar los límites del género
J. C. Eso tal vez ha cambiado. Igual que nosotros somos más porosos Mientras observa la obra The Clock del videoartista Christian Marclay,
a lo que ocurre en el extranjero, el extranjero también es más poroso a el escritor protagonista de la novela 10:04 piensa que se trata del «co-
lo que está ocurriendo aquí. No obstante, cada uno debería hablar de su lapso último entre el tiempo ficticio y el tiempo real, un trabajo diseña-
experiencia porque es un tema propenso a las fantasmadas. No sólo en do para borrar la distancia entre arte y vida, entre fantasía y realidad».
aquellos países más propensos a lo español (Francia o Italia) sino tam- No puede dejar de sacar su teléfono para mirar la hora, aunque en la
bién en países cerrados a cal y canto como los anglosajones. La primera pantalla se proyecta la hora real. Y allí en la penumbra de esa sala,
vez que fui a Hay-on-Wye, hace siete años, me miraban como a un acompañado por su amiga Alex —la misma que le ha pedido que done
indio sioux. Habrían visto a algún latinoamericano, ¿pero a un español? su esperma para tener un hijo—, da con un plan para su próxima no-
Volví hace tres años y había cambiado. Ya publicamos en editoriales no vela y en apenas un par de párrafos despacha la cuestión: si cambia el
necesariamente universitarias o anecdóticas. nombre de algunas personas, convierte su enfermedad cardiaca en un
dolor de muelas y altera algunas de las acciones y sucesos recientes de
su vida, tendrá lista una historia. Casi como si fuera la exposición de
A. G. Yo empecé con una novela, Las edades de Lulú, que tuvo una un caso práctico sobre cómo hacer ficción, a continuación aparece ese
cota de traducción desaforada, porque yo creo que media Europa pensa- relato de encargo. En la trama de la novela acaba por colocarlo en la
ba que las españolas llevábamos burka. Después me he mantenido con revista The New Yorker, y lo cierto es que realmente apareció en junio
media docena de editores extranjeros, pero con El corazón helado he de 2012 en las páginas de esa misma publicación.
vuelto a tener traducciones que hacía tiempo que no tenía, al danés, al
noruego. Y eso que es una novela muy local. ¿Qué ha pasado? En el intrincado juego de espejos y relojes que el poeta y novelista Ben
Lerner (Kansas, 1979) desarrolla en las páginas de su segundo libro,
hay espacio para el humor, para la poesía, para el arte; hay un activista
A. F. M. Yo estuve en la feria de Goteborg para hablar de la literatura de Occupy Wall Street, un dinosaurio que a pesar de su sólida estructura
española joven y el acto estaba lleno. ósea expuesta en el atrio de un museo resulta ser una construcción in-
ventada, un adelanto millonario, una cooperativa de comida ecológica y
dos tormentas que acechan Nueva York (una que quedó en falsa alarma
A. G. Eso ya es mundial. Tenemos la suerte de escribir en español. La lite- y otra que convirtió la mitad sur de Manhattan en territorio apocalípti-
ratura española tiene un grado de existencia en el mundo que en los años co), entre otras cosas.
sesenta y setenta, que es por donde hemos empezado a hablar, no tenía. Saliendo de la estación de Atocha fue la primera novela de Lerner, una
Javier Cercas, su último libro es Anatomía de un instante (Mondadori). sorpresa editorial publicada por un pequeño sello independiente, Co-
Agustín Fernández Mallo, ha editado recientemente Nocilla Lab (Alfa- ffee House Press, que encandiló a la crítica y le situó como uno de
guara). Almudena Grandes ha publicado El corazón helado (Tusquets). los nombres imprescindibles de la literatura joven estadounidense.
Con 10:04 qeudó finalista del Premio Folio, dejó de lado a su primer
irónico e inmaduro protagonista y cambió el paisaje de aquel Madrid
330 331

para extranjeros por Brooklyn. Quizá por eso al arrancar esta entrevis- Ben Lerner
ta una tarde de finales de enero en un café próximo a su casa, Lerner PREGUNTA. 10:04 se abre con una escena entre el protagonista y su
aclara que en Madrid vivía prácticamente recluido y que los persona- agente en la que explica claramente el propósito que dirige el libro.
jes eran inventados —”el apartamento sí existía, y también adoro ese ¿Es una referencia clásica ese desvelar la trama, casi como en un cuen-
cuadro de Van der Weyden en el Prado»—. El Descendimiento, frente to infantil?
al que ese joven poeta trataba de llorar y se preguntaba por lo que sig-
nifica “una verdadera experiencia artística”, deja paso en el nuevo libro RESPUESTA. Hay muchas novelas en las que se cuenta el argumento
al cuadro de Lepage de Juana de Arco, al delicado espacio que se es- al principio, para luego poder concentrarse en otra cosa. Una de mis
curre entre sus dedos. Los tiempos y relojes (biológicos, económicos, escenas favoritas está en El idiota, de Dostoievski. El príncipe sabe
climáticos) se confunden en una novela que trata de reflexionar sobre el que va a romper este vaso en una fiesta, los demás lo saben, el lector
futuro frágil, dudoso y cotidiano. A lo largo de dos horas de conversa- también, y el reto es cómo hacer que aun así sea interesante. Mucha
ción, Lerner nunca mira la hora. gente ha pensado que en mi libro esto era un truco posmoderno, pero no
lo es. Otra cosa es que ese arranque aparece dos veces, porque quería
Con más de 1,80 metro de estatura y un aire entre tímido y desgarbado, empezar con un presente y que la novela tuviera que lograr volver ahí,
este joven profesor de Brooklyn College y de Princeton no renuncia a regresar al futuro del libro.
su vocación poética. Ahí se encuentra el germen de sus dos novelas. Si
en la primera John Ashberry ocupaba un lugar central, en la segunda P. ¿Descubrir el truco de la ficción aumenta la magia?
este espacio lo conquista Walt Whitman: del sentimiento personal de R. Mucha de la literatura de ficción que no me gusta pretende no ser un
dislocación a la perspectiva colectiva e idealista. “La relación entre es- libro, trata de absorberte y transportarte a otro mundo y se supone que
tética, política y filosofía es un tema central de reflexión en la poesía tienes que olvidar que estás leyendo, y que eso te tranquiliza. Yo quiero
de Lerner”, apunta Ezequiel Zaidenwerg en la introducción a Elegías que el lector ponga a prueba si la construcción de esta novela le parece
Doppler (Kriller71), la recién aparecida antología poética en castellano. real o correcta, y que nunca olvide que es un libro. No me interesa el
Quería ser explícito en la manera en que una experiencia real puede artificio que está diseñado para borrarse. Quiero que el lector y el escri-
ser transformada en ficción y cómo la ficción puede afectar nuestras tor piensen sobre la manera en que el significado está siendo construi-
vidas de forma terrible o maravillosa do. 10:04 trata sobre los efectos reales de la ficción o la manera en que
la realidad está organizada en torno a ella. Así que el drama sobre cómo
se escribe el propio libro es una manera de reflexionar sobre cómo se
construyen y deconstruyen las realidades.
P. La estructura tiene algo de muñeca rusa. ¿Cómo la fue ensartan-
do?
R. Escribí la historia de The New Yorker primero, antes de tener ningún
plan, y un poema que también aparece en 10:04. Luego el marco alrede-
dor fue creciendo. Me interesa mucho cómo una novela puede asimilar
otras obras de arte como pinturas o versos.
332 333

P. El narrador adelanta en el arranque que va a tratar de moverse R. Me interesa mucho cómo en una cultura tan saturada de imágenes
desde la ironía hacia la sinceridad. ¿Es 10:04 una exploración de la como la nuestra la novela se convierte en un espacio para contextualizar
vulnerabilidad? y recontextualizarlas.
R. Mi primera novela tenía que ver con la fragilidad de las ficciones que P. El protagonista reflexiona sobre la distancia entre lo físico y lo me-
contamos sobre nosotros mismos y la vulnerabilidad de un joven artista tafísico, pero 10:04 está situada en un tiempo y un espacio muy espe-
que intenta entender cómo proyectar una identidad. 10:04también habla cíficos. ¿Por qué?
de la vulnerabilidad, de las ciudades, del clima y de la identidad, pero R. Porque lo que una novela puede hacer es dar al pensamiento y al
está interesada en los destellos de la posibilidad que surgen al compren- sentimiento una presencia concreta, corpórea, intensa. 10:04 trata sobre
der que el mundo está organizado en torno a ficciones que pueden ser la interacción entre lo social y lo sensorial. ¿Qué se siente estando vivo
reescritas. Ya no se trata únicamente de un abismo que se abre frente hoy y qué se siente frente a una determinada obra de arte? Si escribes
a ti, sino que aborda una dimensión social. Es un movimiento desde como crítico estás forzado a dar por supuesto que todo el mundo va a
la vulnerabilidad entendida como algo individual hacia algo que com- mirar esa obra de la misma manera. En una novela puedes dramatizar la
partimos todos: cómo las ficciones que contamos sobre el mundo son interacción con el arte y describir todo eso que normalmente está entre
vulnerables, y cómo eso es bueno y malo. paréntesis o se omite —desde la droga que ha tomado el narrador hasta
P. Cuando mira la obra de Marclay, el narrador piensa en el destello de quién está enamorado o lo que piensa—. Es esa idea de John Ber-
utópico de la ficción. ¿Esa utopía es lo que permite que todo cuadre en ger de que las contradicciones del presente, políticas y sociales, aunque
un libro? son profundas también se muestran en la superficie.
R.  Se trata de pensar en la ficción no como un género literario, sino P. ¿Ese anclaje de la trama es lo que permite que la novela salte?
como una palabra que describe la manera en que ordenamos nuestra R. Sí. Pasa lo mismo con un poema. La literatura es una palabra para
experiencia de lo real. El binomio no es entre ficción y realidad. Y esto describir la interacción entre las posibilidades líricas del idioma y las
puede dar miedo, pero también abre una posibilidad. Las historias en analíticas. Creo que cuanto más corpóreo y situado esté el trabajo, más
esta novela tienen que ver con gente que se da cuenta de que una parte posibilidades habrá de que las ideas emerjan, será más posible trascen-
fundamental de su vida es ficción; así que lo que experimentamos como der lo meramente físico.
inevitable y real es hasta cierto punto provisional. No se trata de que
nunca puedas llegar a la realidad porque todo es lenguaje, sino de en- P. En 10:04 Alex pregunta al escritor protagonista si ella también va a
tender que vivimos a través de narraciones. acabar en la novela. La cuestión sobre qué es real y qué inventado ha
fascinado a muchos de sus lectores. ¿Este libro es la respuesta a ese
P. ¿El juego consiste en ver cuántos materiales se pueden incluir en constante interrogante que parece perseguirle?
una novela sin que las bolas caigan?
R. Este libro tiene tanto que ver con cómo la ficción se ha transformado
R. La novela como género siempre ha sostenido esa tensión entre algo en datos, y las historias que inventas tienen efectos reales, y la manera
con forma y algo sin ella. Ese es un gran drama de la novela y de nues- en que puedes descubrir que lo que pensabas que era verdad es ficción.
tras vidas: tratar de entender la relación entre contingencia y necesidad, Quería tratar esto de forma explícita. Es un tema tradicional y muy re-
qué es información azarosa y qué necesaria. Es una línea delgada. currente en la novela desde Don Quijote. Quería pensar en esa frontera
P. ¿Por qué incluye fotos y dibujos en sus libros? cambiante entre realidad y ficción como un espacio de posibilidad so-
334 335

cial, y no como si esto fuera un motivo para desconfiar de todo. Quería La obra justifica y explica a su autor. ‘Un viaje a la india’
ser explícito en la manera en que una experiencia real puede ser trans-
formada en ficción y cómo la ficción puede afectar nuestras vidas de
forma terrible o maravillosa. Toda novela tiene algo de reflexión sobre
estos temas, pero no imagino volver a hacer esto de forma tan clara. Es
raro porque hay mucho en este libro que soy yo e historias de mi vida,
y otro mucho no soy yo en absoluto. La cosa más difícil de explicar es
que esta cuestión que aborda el libro —esa pregunta de qué es real y
qué es ficción— quería que estuviera viva en las páginas, pero no me
(Seix Barral), novela en verso que ha desatado todos los elogios, –“uno
interesa fuera de ellas. 10:04 es una defensa de la ficción y de la forma
de los grandes libros de la literatura europea reciente”, califica Le Mon-
literaria.
de; “te deja estupefacto y maravillado de tanta virtuosidad divertida y
P. ¿En qué trabaja ahora? desesperada”, añade Le Temps; “un libro para la eternidad”, apostillan
R. En un ensayo sobre por qué la gente odia la poesía y por qué es una los críticos del Jornal das Letras– confirma la esencia de Gonzalo M.
forma de arte que ha sido denunciada y defendida desde Platón hasta Tavares (Luanda, 1970): reflexivo y defensor de la cultura por la cultu-
hoy. No deja a nadie indiferente. Arranco con ese verso de Marianne ra; intelectual de raza a fin de cuentas.
Moore: “A mí tampoco me gusta pero si lo lees con un perfecto despre- Profesor de Teoría de la Ciencia en la Universidad de Lisboa, desde
cio puedes encontrar un espacio para lo genuino”. La poesía está muy que en 2001 publicase su primer texto, Tavares se ha convertido en un
relacionada con el fracaso. Hay un cierto mérito en escribir un poema referente de la creación literaria. En ese sentido son determinantes las
tan malo que te permite intuir cómo sería el opuesto. palabras que en su día le brindó Saramago: “Ganará el Premio Nobel en
menos de treinta años. Estoy convencido. No tiene derecho a escribir
tan bien… Dan ganas de pegarle”.

Nada afectado, “escribo por pura necesidad orgánica, no porque haya


lectores. Si nadie me leyese, seguiría escribiendo” –declara quien ha
sido ya publicado en más de 45 países–, sin embargo, y como sin que-
rerlo, adosa una carga de profundidad en cada una de sus frases. “Leer
no es un pasatiempo. Es un espacio de humanidad y de reflexión que
requiere un esfuerzo”, “la escritura y la publicación son dos mundos
muy distintos” o “la lógica de la cultura no tiene nada que ver con la
retribución inmediata” o aquello de que “Europa está retrocediendo,
perdiendo algunas leyes humanistas que va a costar mucho recuperar o
acaso no se recuperen nunca”.
336 337

Huyendo de compartimentos estancos y sin saber autodefinirse porque será libro y voy regresando a él para limar cosas, eliminar otras… ha-
siente que “todo está mezclado en el hombre: la narrativa, la filosofía, ciendo un trabajo de concreción. El resultado final de cualquiera de mis
el arte, la poesía, la historia…”, Gonzalo M. Tavares deja claro en su libros es consecuencia de haber tirado a la basura muchas cosas. Me
discurso que la escritura marca la razón de su vida y que la lectura es el cuesta mucho menos escribir que eliminar y corregir. Si puedo decir
alimento que prefiere. algo en cinco palabras en lugar de en quince, prefiero hacerlo en cinco.
Defiendo la idea de que si, por ejemplo, tengo energía para completar
cien metros cuadrados, la concentro en diez, en un metro, a veces en
¿Por qué en verso Un viaje a la India, su última novela? unos pocos centímetros cuadrados. Intento que la misma energía crea-
Tenía la idea de recuperar géneros literarios ya pasados. “¿Por qué no tiva ocupe mucho menos espacio. De esta forma intento que la frase
rescatar la epopeya como género, pero de otra forma?”, me preguntaba. tenga mucha mas potencia. En mi opinión, de esta forma el lector puede
La estructura inicial era en cierta forma un homenaje a Os Lusíadas, hacer el camino inverso y volver a transformar esos centímetros cua-
de Camões, considerando el mismo número de cantos, etc. Pero, claro, drados en cien metros al desarrollar la frase, pensar y reflexionar sobre
era imposible escribir una epopeya de la misma forma, porque la epo- lo que está leyendo.
peya del siglo XX es en cierto sentido una microepopeya, pues ya no
tenemos los héroes clásicos. El héroe de Un viaje a la India es un mi-
crohéroe particular, ya que es un criminal. Es un hombre aparentemente ¿Por qué se llama Bloom el protagonista de este viaje?
normal que intenta huir de un crimen, pero con todos los cambios que el Obviamente, en principio es un homenaje a James Joyce y a su Ulises,
tiempo instaura, quise darle el aire de aquellos grandes relatos. un intento de dibujar un Ulises contemporáneo, pero sobre todo busqué
algo sonoro y Bloom, como sonido, me gustaba, porque también me
parece un nombre muy lúdico que puede entenderse como un nombre
Repite usted que la libertad es fundamental a la hora de escribir, ¿en no real y Un viaje a la India es ante todo una ficción. La verdad es que
qué sentido? el nombre de los personajes de mis libros son muy aleatorios.
A la hora de escribir me agrada la idea de que tienes una gran, gran,
gran libertad. Escribo de una forma muy intuitiva. Cuando estoy escri-
biendo no pienso, para mí es algo muy físico. Puede parecer paradójico Como ya había hecho usted en obras anteriores, propone distintas for-
pero para mí escribir no es un acto intelectual, es puramente físico. mas de leer Un viaje a la India. ¿A qué se refiere?
Lo puedo hacer durante tres o cuatro horas seguidas sin mirar lo que Me gusta la idea de que puedas abrir el libro por cualquier página y que
he escrito. Lo hago después. Habitualmente cuando acabo un texto, un tenga sentido lo que se lee. Que el lector pueda interrumpir su lectura.
libro, lo dejo aparcado y años después regreso a él para corregir, cortar Para mí, cualquier lectura tiene dos momentos y el esencial tal vez sea
y emitir un juicio crítico. aquel en que no estás encima de las palabras, aquel en el que no estás
físicamente leyendo. Cuando suspendes la lectura, levantas la cabeza
del texto y estás pensando en algo a partir de lo que acabas de leer. Eso
¿Ha sido así también con Un viaje a la India? es lo esencial de la lectura para mí. Eso es algo que diferencia clara-
Sí. La materia bruta de este libro la acabé en el año 2003 y hasta 2010, mente la literatura y el cine. Cuando estas viendo una película, la cinta
siete años después, no fue publicado. Guardo durante años el texto que no se detiene, está siempre avanzando y no puedes apartar la vista de
338 339

la pantalla porque te pierdes. Con la lectura no pasa eso porque la frase ese concepto espiritual que admiramos desde Occidente es muchas ve-
siguiente está esperando por ti. Cuando leo lo hago siempre con un lá- ces consecuencia de una pobreza material extrema. Lo que admiramos
piz en la mano. desde aquí a menudo no existiría si las personas no tuviesen hambre.
La lectura tiene un tiempo individual muy distinto de otros tiempos, A menudo y en muchas zonas la única garantía que tienen las madres
como el de la televisión o el que comentaba del cine. Una persona pue- de que sus hijos van a comer es llevarlos a escuelas y a instituciones
de demorarse unas horas, o días, o incluso años en leer un libro que a religiosas. Vemos a personas aparentemente muy espirituales que sur-
otra persona le lleva un tiempo completamente distinto. La duración de gen de una falta de libertad muy profunda, como es no tener cubiertas
lectura de un libro es muy personal. Sin embargo, cuando nos dicen que las necesidades materiales mínimas. Admiro las creencias, pero cuando
tal película dura una hora y media, se nos está diciendo que durante ese son consecuencia de una elección individual libre. Cuando una persona
tiempo concreto somos receptores. Por el contrario, la lectura no es una tiene hambre, no tiene libertad para escoger. Debemos admirar la creen-
recepción. La lectura no es pasividad, es actividad. La lectura es una cia que parte de la libertad.
actividad que requiere esfuerzo. Yo no soy capaz de leer cuando estoy
fatigado. No me gusta nada la idea de que leer es un pasatiempo. No es
consumir algo sino un espacio de humanidad, de reflexión, de cambio… En ese sentido, se declara usted muy europeísta…
A veces se utiliza como un elogio el hecho de leer de un tirón, pasando Y me gusta que me den la oportunidad de expresarlo y razonarlo porque
una hoja detrás de otra a toda velocidad. Para mí eso no es un elogio. Europa es algo muy bien conseguido. Tenemos que luchar, especialmen-
Me gusta la idea de que la lectura obliga a interrumpir la propia lectura. te en los difíciles tiempos que atravesamos, por no perder lo esencial.
Ojalá el lector de Un viaje a la India tenga que pararse, regresar a otro Desafortunadamente, la crisis ha cambiado algunas leyes importantes y
pasaje, volver a leer lo ya leído o abrir el libro por donde quiera y que Europa está perdiendo logros sociales y humanísticos importantes. Eso
ese fragmento le de algo, una idea, que haga que no precise saber lo es muy peligroso. Tenemos que defender lo que tenemos, por ejemplo,
que venía antes o vendrá después en el texto. Que eso que lee en ese las constituciones europeas, que son las más nobles del mundo. Todavía
momento tenga sentido en sí mismo. Eso significaría que todo tiene me identifico mucho más con las leyes europeas que con las de otros
contenido, que todo es materia consistente. La literatura es mucho más continentes. Hay que tener en cuenta que el hombre es muy semejante
que contar una historia. Es algo que tiene que dejar un eco en el lector, en todas partes, lo que cambia son las leyes y las constituciones y, como
un rumor que le acompañe. he dicho, las de Europa son aquellas con las que más me identifico.

Además de huir, el protagonista de Un viaje a la India busca en Oriente Es curioso que siendo usted profesor de Teoría de la Ciencia sus libros
reencontrar el amor y la sabiduría. ¿Por qué en la India? estén plagados de conceptos filosóficos, ¿cómo casan ambas vertien-
tes?
La India es para Portugal un espacio simbólico y Bloom, el protago-
nista, tiene una idea espiritual de la India. Eso tiene que ver con el No son, ni mucho menos, cuestiones antagónicas. Para mí, el pensa-
concepto de que aquellas son latitudes muy espirituales y que, por el miento, la ciencia, la historia y la narrativa están mezclados. Es artifi-
contrario, los occidentales somos muy materialistas. En cierto modo he cial decir que ahora voy a narrar, ahora voy a reflexionar, ahora voy a
intentado combatir esa idea. He viajado y llegado a la conclusión de que escribir un poema. El teclado del ordenador nos está enseñando mucho
porque tiene letras, sin más, y eso es mi material de trabajo. No tiene
340 341

una A para el pensamiento, ni una A para la poesía, ni otra para la filo- la retribución inmediata. La retribución llegará más tarde y de otra for-
sofía, es la misma A. Unido a eso, considero artificial la idea de género ma que no es económica. En Portugal ya han cerrado salas, grupos de
literario. Todo está mezclado; todo es, en el fondo, lo mismo. teatro, cines, editoriales, etc. que va a ser muy difícil o imposible que
vuelvan a abrir. Es terrible.

¿Sigue usted escribiendo en cafés y bares?


He escrito mucho en cafeterías. Ahora lo hago más en casa, aunque sigo Ha ganado usted buen número de premios y, sin embargo, declara que
escribiendo pequeñas cosas en tabernas y cafés. Me gusta mucho el am- el reconocimiento no le preocupa demasiado, ¿es así?
biente de los cafés lisboetas porque tienen un rumor particular, no hay Escribo por pura necesidad orgánica. Me satisface mucho sentir que
silencio pero tampoco escuchas las voces de otras personas. Ese rumor tengo esa necesidad porque cuando no escribo estoy inquieto, casi irri-
me incita a pensar, a escribir, a sentirme a gusto. tado. Escribir no tiene que ver con los lectores. Yo no escribo porque
haya lectores, escribo porque tengo necesidad de hacerlo. Entre los die-
ciocho y los treinta años escribí mucho. Me levantaba muy temprano
Hablemos de su proyecto de biografiar ficticiamente a escritores… para escribir libros que nunca vieron la luz pues publiqué mi primer
Es un proyecto interminable. En Portugal y en México se han publicado texto a los 31 años.
los 10 primeros de la serie. En cierto modo la idea es hacer una historia La escritura y la publicación son para mí dos mundos muy distintos.
de la literatura, pero en ficción. Es la utopía de construir un barrio de El tiempo de la escritura y el de la vida pública, que corresponderían
escritores, de artistas e intelectuales. Un barrio que intenta resistir a la a la edición y a la publicación, son dos tiempos muy distintos. Eso
barbarie. Un barrio en el que se perciban cosas tan obvias como que es me permite tener una cierta distancia en relación con lo exterior. En
mejor leer que no leer o que ser culto no es un problema porque lo que ese sentido estoy marcado por Séneca y por los estoicos. Es decir,
es un problema es ser inculto. recibes una buena noticia, como es la concesión de un premio, y esa
La palabra intelectual es casi como un insulto. Esa idea que defiende alegría dura un tiempo y luego tienes que volver a tu estado natural.
que el cine, el teatro, la lectura no son para pensar. Hay una corriente Tu camino no puede depender solo de lo que sucede a tu alrededor.
que casi desprecia o pone en ridículo a las personas que leen, que son Dicho esto, claro que es muy gratificante que grandes escritores estén
cultas, etc. Eso es inaceptable. También lo es esa idea actual de que ha- atentos a lo que haces y, por supuesto, que te otorguen premios, sobre
cer algo humanamente útil es hacer algo que en el momento siguiente todo cuando son concedidos por personas que respetas. Eso me da
tenga una retribución o un retorno monetario. El problema de la lectura mucha energía.
es que cuando terminas un libro no has recibido dinero. La cultura no
es algo que tenga una retribución inmediata y eso en tiempos económi-
camente violentos es algo que no se comprende. Es peligrosa la idea de La deslumbrante epopeya de Tavares
que si lees pierdes el tiempo. Muy peligrosa.
En Un viaje a la India se refleja un viaje-viaje, argumenta el propio Ta-
Hay que decir muy alto una obviedad tan palmaria como que la lógica vares: “Antes viajar era muy distinto a lo que es ahora. Hoy el viaje es
de la cultura, de ver una exposición de un artista, de asistir a una obra el destino y antes era también el recorrido hasta llegar a un punto. Antes
de teatro, a una buena película o leer es algo que no tiene que ver con uno viajaba a lo desconocido y ahora generalmente cuando uno viaja
342 343

sabe que va a ver lo que ya ha visto muchas veces”. Diez debutantes que descubrir
Un viaje de los de antes –“un viaje horizontal, pero también vertical”–
es el que emprende Bloom, el protagonista de Un viaje a la India. Un
a modo de Ulises contemporáneo que huye de su Lisboa natal tras co-
meter un terrible crimen. Su destino es Oriente, la India, donde espera
encontrar la sabiduría y reencontrarse consigo mismo. Pero el trayecto
es largo y complejo, y en esa deslumbrante epopeya Bloom recalará en
Londres, París, Viena y Praga.
Vida pura en estas cuatrocientas y pico páginas estructuradas en diez Un grupo de escritores de medio mundo que han triunfado en sus países coinciden
cantos en los que el lector tiene la oportunidad de trasladarse codo con ahora en España. Los une un tema: las distintas clases de miedos y cómo sobrevivir
codo con Bloom en su arriesgada búsqueda. a ellos Delijani, Wecker, Arango, Jamison, Gleichmann, Collins, Trabucco, Mathis,
Seskis… ¿Qué tienen en común estos escritores de orígenes tan distintos del mundo?
Un periplo salpicado por la melancolía, la fantasía, el humor y los peli-
gros; por la vida, en definitiva. Porque, recogiendo el sentir del propio
Tavares, “vivir tiene que ver con enfrentar los peligros, que es mucho Uno: han publicado su primera novela con gran éxito en su país, de
mejor que enfrentarse al tedio, al aburrimiento, a lo de siempre. El tedio Australia a Hungría, de Chile a Irán, pasando por Estados Unidos.
es el peligro mayor”.
Dos: esta temporada sus obras coinciden en las librerías españolas; y
con ellos se descubren nuevas voces y rutas literarias.
Tres: el tema del miedo con sus diferentes máscaras protagoniza sus
obras. Cada autor, a su manera, dice cómo son esos miedos y la manera
de enfrentar, sobrevivir, sobrellevar, amordazar, amansar o, incluso, de-
rrotar los temores más insospechados en el ser humano.
Y cuatro: se dirigen aquí, a los lectores, para decirles qué ofrecen de
singular sus mundos para que los lean.

Son obras que no son complacientes y son exigentes con los lectores
—algunas pueden incomodar o confrontarlo— y cada narración, a su
manera, busca enseñar una nueva mirada sobre hechos que incluyen
episodios históricos, desafíos geopolíticos, el humor, la sensibilidad fe-
menina o las viejas nuevas grietas del amor en el siglo XXI. Una vuelta
al mundo a través de su creación literaria más contemporánea cuyas
nuevas voces dicen:
344 345

Alia Trabucco (Santiago de Chile). La resta (Demipage) / Interrogar su conjunto, sigue siendo increíblemente problemática. Ciertamente, en
el pasado: Estados Unidos el movimiento de derechos civiles hizo un gran trabajo
“Me leerán aquellos que estén dispuestos a incomodarse, a perderse para cambiar las cosas, pero incluso su más grande y visionario líder,
en delirios matemáticos y mortuorios, en paisajes cubiertos de cenizas, Martin Luther King, creía que todavía había mucho por hacer. Las po-
a ser interpelados por una novela que intenta abordar sin solemnidad líticas en vigor relacionadas con el sistema de educación pública y el
dolores que han estado protegidos, vedados. Imagino que esos lectores penal son dos de los aspectos que más contribuyen a la desigualdad de
disfrutarán La resta por sus episodios más extraños, su mirada sobre la la población afroamericana. Lo que significa que las políticas racistas
infancia, su sentido del humor, o porque aceptarán formar parte de un continúan”.
viaje cordillerano plagado de preguntas incorrectas. Supongo que ten-
drán que ser lectores abiertos a esa incomodidad y, por lo mismo, creo Helene Wecker (Libertyville, Illinois, EE UU). Los viajeros de la no-
que no a todo el mundo le gustará La resta. Y eso me parece muy bien”. che (Tusquets) / Inmigración judía y el más allá:
“No creo que el pasado sea un lastre y, si lo es, quizás sea uno inevitable. “Cuando se me ocurrió la idea de escribir sobre un golem y un jinni, en
Todos somos el pasado de otros, o lo seremos. Y hay muchos pasados, el Nueva York del siglo XIX, inmediatamente me parecieron personajes
no uno solo. Tal vez de ahí venga el problema. De creer que hay una sola de una época diferente, más viejo. Y como yo sabía que quería escribir
memoria, una narrativa legítima y no muchos relatos en disputa. O creer sobre la inmigración judía y árabe a Estados Unidos, parecía natural
que todo comienza y termina con las dictaduras. Creo que el pasado establecer la historia a finales del siglo XIX, cuando la llegada masiva
se vuelve un lastre solo cuando deja de ser una construcción, cuando de nuevos inmigrantes se acercaba a Nueva York, todos en busca de
se impone sin enfrentarse a las memorias propias, cuando es heredado crear nuevas vidas”.
sin preguntas de una generación a otra y sus protagonistas se vuelven
estáticos en sus roles. Por eso creo que hay que cuestionar esos pasados, “Las preocupaciones y dilemas del siglo XIX de los neoyorquinos no
volverlos porosos, interrogarlos sin tabúes. Solo entonces, de esa pugna eran muy diferentes de las de hoy. Entre ellas figuraban el multicultu-
entre memorias, es posible que surja una fuga, y que desaparezca el ries- ralismo y la globalización, y las tensiones entre la ciencia y la religión,
go de la saturación de la memoria, tan fácilmente nostálgica y vacía”. entre las tradiciones y las nuevas ideas. Parte de sus hitos se conservan,
como Central Park —que en 1899 ya tenía más de 40 años— y, por su-
puesto, la Estatua de la Libertad, que tenía mucho significado para los
Ayana Mathis (Filadelfia, 1973). Las doce tribus de Hattie (Salaman- inmigrantes que llegaban en barco. Pero más que esos puntos concretos,
dra) / Raíces sin resolver: lo reseñable es que el ambiente de la ciudad no ha cambiado tanto. In-
“La novela es, ante todo, un libro acerca de una familia; y la suerte cluso, parece que la vida allí era más loca aún”.
de las familias —en la lucha y en el fracaso, en el valor y en la señal
de triunfo— resuenan con los lectores de todos los orígenes. Además, Aunque Peter Terrin obtuvo con El vigilante (Rayo Verde en español;
para los lectores que estén interesados en la historia de América, el li- Raig Verd, En catalán), su cuarta novela, el Premio de Literatura de la
bro abarca 60 años del siglo XX norteamericano, de la era del jazz a Unión Europea 2010, es su primer título en España. Los vigilantes del
Vietnam y más allá”. parking subterráneo no pueden salir al exterior hasta que La Organiza-
“La cuestión de la raza en Estados Unidos, y en el mundo occidental en ción, que les suministra víveres, no les envíe el relevo. Tienen una vaga
346 347

sensación de estar observados, de ser vigilantes vigilados. Tampoco se de una familia judía. Lo que yo quería lograr con mis personajes casi
pueden cruzar con los propietarios de los lujosos apartamentos de 1.000 totalmente inventados fue llamar la atención sobre el hecho de que los
metros cuadrados del edificio de 40 plantas que, bien pensado, está tan seres humanos hemos olvidado cómo recordar las cosas una vez han
fortificado que los vigilantes no quieren ni imaginar que quizás no son entrado en nuestro mundo”.
necesarios. Un día, sin embargo, se rompe su oscura rutina porque algo
pasa allá fuera y todos los vecinos huyen de golpe, menos uno.
Courtney Collins (Sídney). Un mal día para nacer (Lumen) / Australia
Pocas veces se concentran metafóricamente tantos males de la sociedad y la mujer proscrita:
actual como en este relato tan breve (216 páginas) de El vigilante, bajo
el formato del género de moda, la distopía. Hay miedos de todo tipo en “Mi intención era escribir una canción larga, la canción que un niño
una obra en la que asoma una metáfora de la vida de hoy donde cual- abandonado podría cantar para volver a llamar a su madre. Y mi inten-
quier cosa puede provocar el pánico. “Tendríamos que controlar mejor ción era ir tras la pista de una mujer proscrita, una cuya historia fuera
esos miedos con los que juegan Estados o empresas; ahí estuvo George poco conocida pero cuya libertad se llena de sangre y pérdidas y fugas
Bush con las armas de destrucción masiva en Irak, discurso que Euro- espectaculares. Cuando escuché por primera vez la verdadera historia
pa compró por esos miedos; en el libro, de algún modo, un vigilante de Jessie Hickman me atrapó”.
representa a Bush y ese Estados Unidos que encarna, y otro a Europa,
en eso y en otros aspectos sociales”, lanza Terrin, como ejemplo de la
polisemia de su trama. “Creo que siempre habrá obstáculos para las mujeres en nuestra socie-
dad. Los desafíos que enfrento no son solo femeninos. No hay pruebas
El mayor pavor de todos hoy, según Terrin, “es el no saber absoluta- de que no podamos confiar en las instituciones, sea la persona que sea.
mente nada o estar falsamente sobreinformados de nimiedades: urge Las instituciones no valoran a las personas, ni sus problemas ni su au-
recuperar el papel de los periodistas como guardametas de la informa- torrealización. Todo se reduce a cómo nos valoramos unos a otros, la
ción, dejando pasar unas noticias y no otras y arrojando luz sobre aque- empatía y la compasión que podemos ofrecer. Aquí es donde la ficción
llas”. El vigilante es un espejo que refleja nuestros miedos interiores ayuda. Se nos permite pensar más allá de nosotros”.
inculcados por la sociedad.

Sahar Delijani (Teherán, 1983). A la sombra del árbol violeta (Sala-


Gabi Gleichmann (Budapest, 1954), El elixir de la inmortalidad (Ana- mandra) / Irán y los desafíos:
grama) / La memoria para avanzar:
“La novela habla de la dictadura y de la resistencia, que son dos compo-
“Todos nosotros somos máquinas del tiempo itinerantes; nuestros re- nentes de la misma historia. Aunque la historia reciente iraní ha estado
cuerdos nos permiten viajes de ida y vuelta en el tiempo. Los recuerdos llena de represión, violencia, prisión y muerte, ha sido también una
de los difuntos y los desaparecidos están vivos y laten bajo la superficie historia de resistencia y una batalla por la libertad. Esta lucha comenzó
de nuestros propios días. En el curso de escribir la novela me di cuenta mucho antes de la revolución de 1979 y, aunque no ha podido conseguir
de una de mis poderosas motivaciones intelectuales: el deseo de traer sus objetivos, continúa todavía hoy, de padres a hijos. A la sombra del
de vuelta a la vida la cultura de la diáspora judía secular. Mi historia no árbol violeta habla de los revolucionarios, los activistas políticos que
tiene ninguna pretensión de presentar un relato coherente, exhaustivo participaron en la revolución y combatieron por la República, pero que
348 349

continuaron su batalla después de la revolución porque no querían una amor, la culpa, la pérdida, las disfunciones familiares y la redención,
República islámica. Y sigue con la historia de sus hijos que continúan todos ellos ligados a una historia que encierra un gran misterio en su
la batalla. Es el lado íntimo de la revolución iraní”. interior y que espero que emocione a los lectores”.
“La mayoría de la población o, por lo menos, la mayoría de la población
políticamente activa que combate por los derechos civiles y políticos de Sasha Arango (Berlín, 1959). La verdad y otras mentiras (Seix Barral)
los ciudadanos iraníes quiere un cambio a través de las reformas y un / La impostura y la esquina del humor:
proceso transitorio hacia un Irán más libre y democrático. La mayoría
no quiere otra revolución y tampoco una guerra para cambiar las cosas, “Mi baza recae en el protagonista, en Henry Hayden, un personaje os-
pero quiere cambiarlas paso a paso, una ley a la vez. Pero todo eso curo y complejo, quien después de todo refleja y representa diferentes
naturalmente es muy complicado. Los desafíos de la población iraní aspectos del demonio que reside en cada uno de nosotros. Solo depende
son muchos, pero tal vez el más grande es encontrar un punto de apoyo de las circunstancias. Una criatura que puede resultar divertida y esca-
en un mundo sin garantías y lleno de contradicciones y no perder ni la lofriante, pero también tiene remordimientos”.
esperanza ni la paciencia”. “El humor no es quizás el recurso más abundante en la rica literatura
alemana. Se tiende a separar el entretenimiento de lo profundo. ¿Por
qué? No lo sé. El arte es considerado a menudo como algo serio de lo
Leslie Jamison (Washington, 1983). El armario de la ginebra (Sexto que no te puedes reír. Así que trato de armonizar lo cómico con lo dra-
Piso) / El amor y su principal enemigo: mático, suavizando los límites morales”.
“Escribí la novela para explorar la soledad, lo que se siente —las mu- Son nuevos caminos literarios a la espera de ser descubiertos por nue-
chas formas que puede tomar, su persistencia a través de años y su pur- vos lectores. Escritores y obras que indagan en los temas de siempre
ga a través de la vida— y también las maneras en que tratamos de llegar pero con la mirada del siglo XXI, con la carga de los recuerdos y el
a través de la soledad, de estar presente de una u otra manera. El mayor saber de más de tres milenios de literatura que siguen indagando en el
enemigo del amor hoy en día es el miedo: miedo al cambio, miedo al corazón del ser humano y en el sentido de la vida. De historias que no
rechazo, miedo a la insuficiencia, el miedo a las rupturas. Creo que el dejan de hechizarnos.
amor nos empuja hacia la novedad y el cambio, y que el miedo puede
ser un obstáculo en este movimiento —puede mantenernos arraigados
en lo que sabemos, en lugar de permitir que sigamos amor hacia lo que
queda por descubrir—”.

Tina Seskis (Hampshire, Inglaterra). Un paso de más (Suma de Letras)


/ Dejar la vida atrás:
“Creo que la gente se sentirá intrigada sobre por qué Emily, una mujer
joven que parece tenerlo todo, se levantaría un día y dejaría su vida
atrás para empezar de nuevo como si fuera una persona distinta. Pienso
que Un paso de más trata sobre temas contemporáneos, incluyendo el
350 351

La literatura sin final dor José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926), premio
Cervantes en 2012, cuyas poesías completas están reunidas en Somos el
Grandes narradores han revisado su obra luchando hasta el agotamiento con cada
tiempo que nos queda. El novelista Juan Goytisolo (Barcelona, 1931),
palabra. Autores de distintas generaciones relatan los viajes de ida y vuelta en sus
que recibió el máximo galardón de las letras españolas, también es un
textos.
inagotable corrector: “He suprimido páginas enteras de Juan sin Tierra
y en otras obras no he tocado nada, más allá de alguna errata. Toco cuan-
do encuentro que lo que escribo no se corresponde con lo que espero del
libro. La obra que cuenta es la que decide el autor. El que tenga una edi-
ción antigua de Juan sin Tierra o de La saga de los Marx debe saber que
En el célebre arranque de su novela El final del romance, Graham Gree- existe una edición posterior. La última es la que cuenta”. “En todos he
ne escribió: “Una historia no tiene ni principio ni final: uno escoge arbi- cambiado cosas”, confiesa por su parte Javier Cercas (Cáceres, 1962),
trariamente el momento de la experiencia desde el que mira adelante o que publicó a finales de 2014 El impostor y una reedición de El vientre
hacia atrás”. Tal vez los novelistas puedan elegir el momento narrativo de la ballena, su tercera novela, en la que introdujo notables cambios.
desde el que comienzan su relato, incluso aquel con el que lo acaban. “Le hice una auténtica liposucción, porque tenía la intuición de que la
Pero otra cosa muy diferente es cuándo terminan de escribir una obra, novela era celulítica y que dentro de ella había un buen libro; creo que
porque muchos autores sienten que no lo hacen nunca. “Borges decía la intuición era exacta”, afirma el escritor, que antes había convertido
que el concepto de ‘obra definitiva’ es sólo fruto de la teología o del su primera obra, el libro con cinco relatos El móvil, en una novela corta
cansancio”, recuerda Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948), autor de con uno de ellos. “Ahora estoy releyendo Soldados de Salamina porque
Una historia de la lectura, y lector del autor argentino cuando perdió la se va a publicar en mayo una edición revisada. He corregido adjetivos,
vista. La relación de los escritores con sus obras es tan intensa como la más de una frase de sintaxis pedregosa, incluso algún anacronismo. Los
relación con sus propias vidas: algunos prefieren no mirar atrás, otros poemas no se acaban, decía Valéry, sólo se abandonan; con los libros
no paran de hacerlo, algunos son perfeccionistas hasta el infinito, otros pasa lo mismo”. Como Caballero Bonald y Goytisolo, Cercas tiene cla-
prefieren que las obras se queden como están. La mayoría de los auto- ro que “la última versión siempre es la buena”.
res, lo confiesen o no, no puede evitar observar por la cerradura su vida
y, por lo tanto, de su escritura. Desde Marguerite Yourcenar hasta Juan
Ramón Jiménez, Milan Kundera, Ludwig Wittgenstein, que rechazó las Juan Ramón Jiménez.
tesis de la obra que le convirtió en un autor mundialmente famoso, El Los ejemplos son infinitos. En el caso de la narradora Marta Sanz (Ma-
Tractacus lógico-philosophicus, o Kafka, que pidió la destrucción de drid, 1967), reescribió su novela La lección de anatomía, publicada en
todos sus libros, la literatura universal está llena de obras maestras, que 2008 y reeditada en 2014. “No sentí que traicionase a los lectores de la
los lectores consideran perfectas, pero cuyos autores nunca dieron por primera versión, al contrario, estoy muy agradecida de que me dieran la
terminadas. oportunidad de reescribir mi libro”, explica. “Si el autor tiene sentido
de la autocrítica, tiende a mejorar las cosas. Desengrasé el estilo. Es en
realidad un libro nuevo porque incluí dos capítulos y parcelé de otra
“La reescritura siempre ha sido para mí una norma de trabajo, un texto forma toda la narrativa. El bueno es el último porque reflejamos lo que
artístico se puede corregir interminablemente”, explica el poeta y narra- aprendemos”. Rafael Chirbes (Tavernes de Valldigna, 1947), ganador
352 353

del Premio de la Crítica con Crematorio y En la orilla, cree que no se tor Abad Faciolince (Medellín, 1958), cuyo próximo libro, La Oculta,
pueden establecer reglas generales. Tras un periodo inagotable de rees- aparecerá a mediados de marzo, explica cómo surgió una nueva obra de
critura —”a veces incluso pido al editor que me lo devuelva para seguir su novela más célebre, El olvido que seremos: “A veces en lo que uno
haciendo cambios”—, se rinde finalmente y entrega el libro. “Una no- escribe queda un hilo suelto, sin que lo sepamos, sin quererlo. Al final
vela siempre tiene dos momentos de euforia para el autor: cuando lo ter- de El olvido yo mencionaba un poema que mi padre llevaba en el bolsi-
minas y el día en que te llega el primer ejemplar. Pero luego empiezas llo cuando lo mataron, y decía que ese poema era de Borges. Cuando el
a verle las grietas, los problemas, por eso escribes otro. La relación de libro tuvo éxito (el éxito es siempre muy sospechoso), mis malquerien-
plenitud con un libro dura muy poco”, afirma. Tiene obras que apenas tes dijeron que era doblemente mentiroso: que yo me había inventado
ha tocado, como Mimoun, otra ha pedido que no sea reeditada —La la historia de ese poema en el bolsillo, y que además no era de Borges.
lucha final porque le quedó “sobreescrita”— y de otra, La buena letra, El soneto, en efecto, no aparecía en ninguno de los libros publicados
quitó el último capítulo. por Borges. Pero no era mentira que mi padre lo llevara en el bolsillo.
Así que aproveché una beca que me dieron en Berlín para buscar de
dónde diablos había sacado mi padre ese poema. Tras una pesquisa de-
Isaac Rosa (Sevilla, 1974), ganador del Premio Rómulo Gallegos por tectivesca, creo que pude desenredar la historia: si en El olvido quise
El vano ayer y del Fundación José Manuel Lara por El país del miedo, saber, por indicios, quiénes habían matado a mi padre, en Traiciones de
llegó incluso a dialogar e ironizar con el escritor que fue cuando le la memoria quise averiguar, con testimonios y documentos filológicos,
propusieron reeditar su primera novela, La malamemoria, ocho años quién era el autor del poema”.
después de su publicación. “Descarté de inmediato reeditarlo tal cual,
me parecía un paso atrás. Pero vi otra posibilidad: enfrentarme con el Sin embargo, Abad Faciolince no es partidario de volver sobre lo es-
escritor que fui, y hacerlo delante del lector. Releerme desde el escritor crito. “Creo que un libro es una especie de espejo de lo que uno era en
que había llegado a ser y hacerlo con toda la dureza que aquel primerizo el momento que lo escribió. Como uno deja de ser el que era, ya hay
merecía”, señala. Rosa explica que su libro era un relato de la Gue- muchas cosas de los viejos libros que te suenan extrañas, ajenas, inclu-
rra Civil y el franquismo, “novelas que provocan hastío en no pocos so malas, entonces uno tiene la tentación luciferina de cambiarlas. Pero
lectores, que exclaman ante el enésimo título: ‘¡Otra maldita novela al cambiarlas el libro se vuelve un híbrido que ya no funciona, pues el
sobre la Guerra Civil!”, que fue el nombre con el que se quedó su obra. escritor de hoy es distinto al de hace 20 años, y los libros corregidos
“Recuerdo que hubo lectores de aquella primera La malamemoria que por el mismo autor quedan raros, como si hubieran sido escritos a dos
se molestaron cuando la convertí en Otra maldita novela... Y es que manos”, explica.
impugnar una novela es también una impugnación a los lectores que la
apreciaron”. Juan Goytisolo.
Las obras literarias, el pensamiento filosófico, son cuerpos vivos que
Marguerite Yourcenar. respiran a través de la relación que establecen con los lectores, pero
También están los escritores que, una vez terminado el libro, cuando también porque nunca acaban de separarse totalmente de sus autores.
éste ha empezado su vida propia, se dan cuenta de que existen historias “El libro tiene una autoridad sobre ti que tú no tienes sobre él”, asegura
que, como ramas, surgen de sus páginas. El escritor colombiano Héc- Rafael Chirbes. Sin embargo, los procesos de escritura pueden prolon-
garse hasta el infinito. Uno de los casos más extremos es el de la belga
354 355

Marguerite Yourcenar (1903-1987): Opus Nigrum, una de sus grandes Carlos Giménez (Madrid, 1941) volvió en cambio a los momentos más
novelas, fue primero un libro de relatos, publicado en 1934, La mort dolorosos de su vida para dibujar una de las obras maestras del cómic
conduit l’attelage (La muerte conduce la carroza), transformados luego europeo, Paracuellos, en el que relata su infancia en un Auxilio Social
en una novela, publicada en 1968. Juan Ramón Jiménez hacía tantos de la posguerra. Este tebeo ha sido reeditado en los últimos años, como
cambios en su obra que al final es imposible saber si es una sola obra o casi toda su obra. Sin embargo, un dibujante se enfrenta a la enorme
son varias: el libro/poema Espacio tiene una versión en prosa y otra en dificultad que encarna cambiar una plancha. “Cada vez que se reedi-
verso. También puede haber transformaciones pequeñas pero cruciales. ta un trabajo mío en español, me obligo a leerlo para comprobar que
Alberto Manguel explica que “W. H. Auden cambió sus versos y elimi- está completo, que no están cortadas las viñetas y que no hay fallos de
nó varios, porque dijo que se daba cuenta de que no eran ciertos”. Por compaginación”, relata Giménez. La voluntad de cambiar, de revivir el
ejemplo, el célebre verso ‘We love one another or die’ (‘Nos amamos texto, se remonta casi al principio de la creación literaria. El catedrático
el uno al otro o morimos’) lo suprimió porque pensó que aunque nos de la Complutense Carlos García Gual, uno de los más respetados he-
amemos o no, la muerte es inevitable”. El novelista y ensayista mexi- lenistas españoles, recuerda que “Hipólito, de Eurípides, y Las nubes,
cano Álvaro Enrigue (México, 1969), ganador del Premio Herralde de de Aristófanes, que leemos ahora son versiones corregidas por ellos
novela con Muerte súbita, explica otra sutil pero inmensa diferencia de obras anteriores que no tuvieron éxito en su primera representación
entre versiones: “Se dice que en el último manuscrito de Pedro Páramo, teatral”. “¿Podemos ver en Las leyes, de Platón, una versión corregida
de Juan Rulfo (Apulco, 1917-México, 1986), la primera frase era: ‘Fui de la utopía de La República? En ese largo diálogo de vejez, donde ya
a Comala’ y que el ‘Fui’ está tachado y encima dice ‘Vine’. De ser cier- no sale Sócrates, Platón postula un ‘consejo nocturno’ que en su afán in-
ta la leyenda, sería el tipo de corrección que cambia la historia”. Este quisitorial habría condenado a muerte a su escéptico maestro. ¿El viejo
novelista y profesor de literatura relata otras historias de escritores ob- y escarmentado Platón desconfiaba ya del libre examen y de los ideales
sesivos: “José Emilio Pacheco (México, 1939-2014, premio Cervantes políticos de antaño?”.
en 2009) no permitía que se reimprimieran sus libros porque le parecían
llenos de torpezas, aunque eran de una precisión estilística admirable.
Volvía locos a sus editores reteniendo las reimpresiones para leerlos y Estos cambios sobre cambios, versiones, búsquedas infinitas de pala-
releerlos. Los ejemplares de sus libros en la biblioteca de la Universi- bras y de frases, marchas hacia delante y hacia atrás, hacen más difícil
dad de Maryland, donde dio clases, están todos corregidos a lápiz por el trabajo de los filólogos pero sin duda más apasionante. El catedráti-
él mismo. Algunos tienen correcciones sobre las correcciones”. Pero co de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid Pedro
él mismo tampoco es ajeno al veneno de la reescritura como narrador: Álvarez de Miranda (Roma, 1953), miembro de la Real Academia Es-
de su novela La muerte de un instalador existen cuatro ediciones. “La pañola, asegura: “Esos cambios son muy importantes para el filólogo,
última, que es la que circula en España, la reescribí de principio a fin, las modificaciones que el autor introduce en un texto siempre tienen
palabra por palabra”, asegura Enrigue. Sin embargo, afirma que nunca interés. En el terreno de la lexicografía, y en particular para la elabo-
ha podido regresar a Hipotermia, en el que relata una depresión, porque ración de un diccionario histórico, es fundamental precisar la fecha de
es un tiempo al que no puede, ni quiere, volver. cada texto”.

Cuando Philip Roth decidió dejar de escribir se dedicó a releer las 31


novelas que había publicado entre 1959 y 2010. “Quería saber si no
356 357

había perdido el tiempo”, explicó en 2014 a The New York Times. “Mi Horacio Castellanos Moya: un autor para ser revisado
conclusión, después de terminar, se parece a unas palabras que pronun-
ció uno de mis héroes, el boxeador Joe Luis. Fue campeón del mundo
de los pesos pesados. Había nacido en el Viejo Sur, fue un niño negro
sin educación, parco en palabras. Cuando se retiró dijo para resumir su
carrera: ‘Lo he hecho lo mejor que podía con lo que tenía”. El comba-
te de los grandes escritores con las palabras no se acaba nunca. Sólo
el tiempo es capaz de derrotar los inagotables cambios que impone la
imaginación.
Horacio Castellanos Moya nació el 21 de noviembre de 1957, en la
ciudad de Tegucigalpa, capital de la república de Honduras. Fue tras-
ladado a San Salvador en los primeros años de su infancia. Vivió en la
capital salvadoreña hasta 1979, período en el que tuvo que abandonar
también sus estudios de literatura, desarrollados en la Universidad de El
Salvador. Tras su salida del país se dio a conocer su antología poética
La margarita emocionante, donde compiló trabajos de seis poetas, entre
ellos Mario Noel Rodríguez, Miguel Huezo Mixco y él mismo.
Residió durante medio año en Toronto, Canadá, en cuya York Univer-
sity cursó estudios históricos y de áreas comunes. Volvió a su ciudad
natal, en cuya Universidad Nacional laboró de marzo a julio de 1980.
Establecido en San José (Costa Rica), de agosto de 1980 a septiembre
de 1981 se desempeñó como corrector de pruebas en la Editorial Uni-
versitaria Centroamericana (EDUCA).
El 18 de septiembre de 1981 llegó a la ciudad de México, donde permane-
ció por una década y fungió como redactor en la Agencia Salvadoreña de
Prensa (SALPRESS), corresponsal de la revista brasileña Cuadernos del
tercer mundo, analista político de la empresa privada ANAFAC y editor
de la Agencia Latinoamericana de Servicios Especiales de Información.
Entre septiembre de 1986 y enero de 1987 se trasladó de la ciudad de
México al pueblo de Tlayacapa (Cuernavaca), donde escribió su primera
novela, La diáspora, dedicada a contar las experiencias de los intelec-
tuales salvadoreños exiliados a causa del conflicto armado (1979-1992).
Esta obra ganó el Premio Nacional de Novela 1988, patrocinado por la
Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Al finalizar el perío-
do bélico salvadoreño (1979-1992), regresó a San Salvador a participar
358 359

en la fundación del primer medio impreso de la posguerra: la semanaria historias, en las que hace gala de un estilo depurado, nervioso y contun-
Primera plana (San Salvador, 1995-1996). dente. Un eficaz uso del monólogo y del lenguaje coloquial son dos de
Como periodista se ha desempeñado como corresponsal, editor y direc- los rasgos más característicos de su escritura.
tor de diversos periódicos y revistas en las capitales mexicana y salva-
doreña. Sus escritos han sido difundidos por numerosas publicaciones Castellanos Moya: El Salvador, esa sociedad horrible, genera no-
periódicas de Hispanoamérica, entre las que se encuentran el diario La velas
opinión (Los Ángeles, California), las revistas Tendencias y Cultura
(San Salvador, El Salvador), el periódico semanal Journal do Pais y Por Miguel Huezo Mixco
Cuadernos del tercer mundo (Río de Janeiro), los diarios El día y Ex- Hemos construido una sociedad horrible. El Salvador se describe con
célsior (México), las revistas Proceso, Casa del tiempo, Plural, Límite tres v: violenta, vil y vacía. Sí, muy vacía. Vacía y vil. Pero, sobre todo,
sur, Estrategia y La brújula en el bolsillo (México). violenta. El asesinato como forma de resolver las diferencias se ha
Residente por algunos meses en España, después de esa estancia dio a arraigado desde hace décadas en la cultura salvadoreña mediante un
conocer sus obras, entre ellas La diabla en el espejo (novela, Barcelona, continuado y cada vez más sofisticado ejercicio. La Mara Salvatrucha,
Casiopea, 2000) finalista del premio internacional “Rómulo Gallegos”, nacida en Los Ángeles, que castiga los barrios más pobres de las ciuda-
en su edición del año 2001. des del país, y que se ha ramificado como epidemia por buena parte de
Centroamérica y México, es hija directa de los torturadores de finales
Con El asco Castellanos Moya logró una repercusión internacional. Es del siglo pasado. Y también de la guerra de liberación. Tres generacio-
una novela que realiza un homenaje a los personajes de Thomas Bern- nes van ya dándose un festín con los cadáveres esparcidos por doquier
hard que incluso logró impresionar al traductor al español del escritor como calabazas reventadas en una noche de brujas.
austríaco. Se publicó en 1997 y ya lleva siete ediciones en El Salvador,
en donde se convirtió en el libro de culto de los últimos años, pasando Ahora la violencia campea desnuda de ideologías. Las escenas que se
de mano en mano. viven a diario, escandalosamente magnificadas por los periódicos y la
televisión, parecen venir de la imaginación de un psicópata. Este asunto
Sus relatos han sido traducidos e incluidos en antologías en Estados rebasa la posibilidad de cualquier localismo. Aunque se esfuerce por
Unidos, Inglaterra, Alemania, El Salvador y Costa Rica. Residente en mantenerse a la vanguardia, El Salvador es solo uno de los peores. La
la capital mexicana, trabaja en la actualidad como editor en jefe de la violencia se llena los carrillos y sopla por toda Latinoamérica, y no solo
revista política Milenio semanal. produce cadáveres y mutilaciones, sino que también hace palidecer las
Definido por Roberto Bolaño como un “melancólico que escribe como ficciones de los escritores, incluidos los más bizarros.
si viviera en el fondo de alguno de los muchos volcanes de su país”, El En nuestros países –desiguales, corrompidos, penetrados por el narco y
Salvador, Horacio Castellanos Moya es una de las voces más provo- donde muchos jóvenes deben emigrar o unirse a una pandilla para so-
cadoras y originales de la literatura centroamericana de posguerra. Su brevivir– la realidad amenaza con volverse cada vez más gruesa. Frente
obra es una exploración crítica de la temática y retórica de la violencia. a un horizonte que promete incrementar nuestro bestiario, el trabajo del
La gratuidad del crimen, los abusos de la derecha y de la izquierda, escritor, ha dicho Horacio Castellanos Moya, consiste en tragar y dige-
el deterioro de las utopías revolucionarias y el desencanto de los que rir la cruda realidad “para luego reinventarla de acuerdo con las leyes
lucharon por ellas, son algunos de los motivos que aparecen en sus propias de la fabulación literaria”.
360 361

La sirvienta y el luchador, la más reciente novela de este autor, forma Con estos personajes, Castellanos Moya relata no solo las crispadas
parte de una saga que tiene como eje la historia de una familia arras- relaciones de una sociedad que se encamina a la guerra civil, sino tam-
trada al remolino de la violencia política. Son cuatro libros, publicados bién las de los habitantes de los calabozos del cuerpo policial, quienes
entre 2004 y 2011, que debieran leerse como capítulos de una gran no- se disputan los cuerpos de sus víctimas no solo para martirizarlas, sino
vela de época. también para procurarse placer sexual. El Vikingo participa en aquel
El primero, Donde no estén ustedes (2004), cuenta la historia de amor jolgorio: propina puntapiés, abofetea y hasta le escupe en el ano a una
y traición de Alberto Aragón, un alcoholizado exdiplomático que de las prisioneras.
goza de la confianza de los grupos rebeldes y de sectores del gobierno La novela incursiona también en el mundo de María Elena. Ella es
militar durante la guerra civil, y que encuentra la muerte de manera un alma buena que no sabe dónde se encuentra parada. Pronto se dará
oscura. Luego le siguió Desmoronamiento (2006), que transcurre en cuenta de que camina sobre un estercolero. Guarda el origen de su hija,
1969, el año de una breve y cruenta guerra entre Honduras y El Salva- Belka, como un oscuro secreto personal. A su vez, Belka, que trabaja
dor, episodio que hace estallar los conflictos entre la hondureña Teti como enfermera en el Hospital Militar, es seducida por el médico jefe
Mira –casada con el comunista salvadoreño Clemente Aragón– y su y reclutada para atender a los sicarios heridos en las operaciones encu-
dominante madre Lena. La historia de los Aragón regresa en Tirana biertas. Luego, están los grupos revolucionarios, sus procesos de inicia-
memoria (2008), novela que tiene como trasfondo el alzamiento con- ción, su azarosa vida secreta, viviendo sus combates con la emoción de
tra el dictador Maximiliano Hernández Martínez, en abril de 1944. un juego peligroso y despiadado.
Pericles Aragón, periodista liberal y enemigo del régimen, es llevado Todos los personajes se miran envueltos en una vorágine de conspira-
a la cárcel, mientras su hijo Clemente escapa de ser atrapado por los ciones, luchas callejeras, capturas, tiroteos, sesiones de tortura. Es una
militares. sociedad sin descanso ni tregua por causa de la violencia. Y las muertes
La sirvienta y el luchador es, entre todas, la novela que más crude- se repiten, una tras otra. Muerte contra muerte.
za destila en el lenguaje y en las situaciones que describe. Quizás sea La novela está claveteada con una violencia que asalta e interpela al
como un supremo esfuerzo por arañar la inenarrable realidad de los lector y lo convierte también en una víctima. La violencia es el gran
primeros años de la guerra civil salvadoreña. personaje de esta novela y de toda la saga de la que forma parte. Una
La trama transcurre en San Salvador durante unos pocos días de 1980. violencia que Horacio Castellanos Moya utiliza para iluminar la trage-
Los jóvenes esposos Albertico y Brita son secuestrados por un escua- dia de tres generaciones.
drón de la muerte y llevados a las cámaras de tortura del cuartel de
la Policía Nacional, conocido como “el Palacio Negro”. Albertico es
hijo del exdiplomático Alberto, sobrino de Clemente y nieto de Peri- MM: Las películas, las novelas, ¿son el testimonio de que con el go-
cles Aragón, aparecidos en novelas anteriores. En torno al secuestro se bierno de izquierda que ahora manda en El Salvador estaría dispuesto
juntan las historias de El Vikingo, un sicario y exluchador profesional; a revisar y enmendar su pasado, como está haciendo, por ejemplo, Ar-
María Elena, empleada doméstica de la familia Aragón, que emprende gentina?
un viaje al corazón de las tinieblas tratando de dar con el paradero de la H Castellanos Moya: Bueno, son dos niveles distintos. Un nivel sería
pareja; y Joselito, un universitario que apenas ha comenzado a cocerse la voluntad de revisar el pasado. La llegada de un gobierno de izquierda
al vapor de los grupos revolucionarios. después de 20 años de mandato de la extrema derecha abrió un espacio
362 363

psíquico, moral, emocional, para revisar el pasado. Por primera vez el intensidad. El Salvador es un país muy intenso. La gente allí cree que
Estado apoya la investigación del asesinato de monseñor Romero; claro, el mundo es El Salvador, es una sociedad muy encerrada en sí misma,
no podía dar un apoyo al asesino. Porque la Alianza Republicana Nacio- propia de un país pequeño, un poco aislado. Así que tengo sensaciones
nalista (Arena, partido conservador) se fundó sobre la sangre de monse- ambivalentes. La criminalidad y la pobreza son las mismas, y al mismo
ñor Romero; es decir, es ese crimen lo que da cimientos a ese partido que tiempo la sociedad se mueve mucho. Creo que el cambio cultural más
gobernó El Salvador durante 20 años. Ahora, el Estado recupera héroes profundo que se está dando en El Salvador es la emigración hacia Es-
de la época y Arnulfo Romero es el héroe por excelencia en El Salva- tados Unidos. El 25 por ciento de la población vive allí y mantiene a su
dor; un héroe paradójico, porque es un hombre católico, conservador, país con las remesas.
un hombre que nunca se alinea con la Teología de la Liberación, es un
hombre que ve la realidad como es: horrible. Entonces, retomando, lo
que hay ahora en El Salvador es una revisión. El segundo nivel, que es el MM: ¿Tiene muertos que lamentar de la guerra civil?
nivel de la justicia, no estoy seguro hasta dónde llegará. En Argentina eso HCM: Claro. De hecho, la pareja central de mi novela son muertos
fue posible porque el Ejército fue derrotado por Inglaterra en la Guerra míos.
de las Malvinas. Quedó un Ejército quebrado que tuvo que someterse. En
el caso de El Salvador, la democracia llega a partir de un pacto de las dos
élites que combatieron durante 10 años, y ese pacto incluye la amnistía. MM: Su destino literario está atravesado por El Salvador y parece ser
Difícil que este gobierno pueda remitir la amnistía. Criminales de ambos que eso no cambiará.
bandos están formando parte activa de la sociedad, todavía las heridas es-
HCM: No, en todo caso, si alguna vez amplío mi universo o mi espacio
tán muy calientes y un intento por dejar sin efecto la amnistía crearía una
geográfico, los personajes tendrán la misma enfermedad: serán salva-
desestabilización tremenda en El Salvador. Se necesita que se estabilice
doreños.
el proceso democrático, que las generaciones del Ejército que estuvieron
involucradas en las masacres y en los grandes hechos de represión sean MM: ¿Se siente a veces el gran y único representante de la literatura
reemplazadas totalmente, que ya no tengan ningún poder real. salvadoreña contemporánea?
HCM: Hay buenos escritores en El Salvador. De mi generación te men-
cionaría a Rafael Menjívar. Acaso yo he sido quien más suerte ha tenido
MM: ¿La sociedad salvadoreña es como la chilena: dividida?
porque estoy fuera, y tal vez esa circunstancia me ha permitido desa-
HCM: Sí, totalmente. Es una sociedad totalmente polarizada. Hay una rrollar una obra. El Salvador es bastante hostil para la literatura, porque
derecha, hay una izquierda, “mita y mita”. La Guerra terminó hace 20 pese a que ya no se tiene el mismo grado de animadversión que se tenía
años y en ese tiempo no ha podido surgir nada en medio: la izquierda antes hacía todo lo literario, tanto la izquierda como la derecha despre-
por un lado, la derecha por el otro. ciaban la literatura y a todo lo que tenía que ver con un escritor. ¡Por
eso mataron a Roque Dalton! ¿Cómo te explicas que un país mate a su
propio poeta nacional? En El Salvador, cada vez que se quería hablar
MM: ¿Hace cuánto que no va a su país? mal de alguien se decía que era poeta. En Nicaragua pasa todo lo con-
HCM: Fui hace seis meses. Cada vez que voy tengo una sensación ex- trario. Allí todos son poetas a causa de Rubén Darío, que es quien le da
traña. Por un lado siento que nada cambia, y por el otro hay mucha realmente sentido a la nación. Mucho más que Augusto Sandino. En El
364 365

Salvador ser escritor era algo insultante, y si bien las cosas cambiaron es un mapa nuevo a construir y él lo sabe: “No tengo ninguna intención
en los últimos tiempos, todavía no se reconoce a la esfera de la literatura instructiva en mis novelas. Los datos históricos los incluyo porque me
por sí misma. los pide la trama. Ahora bien, no puedo negar que Centroamérica, por
Al centro y violento ser una zona periférica poco tratada literariamente, al menos en el te-
rreno de la ficción, me ofrece suficiente material que puedo manejar a
Horacio Castellanos Moya nació en Honduras y fue criado en El Salvador. Vivió en mi antojo” (…)
varias ciudades de América latina y actualmente reside en Pittsburgh, Pennsylvania.
La diáspora y el exilio se entrelazan con la publicación de El asco (Tusquets), novela
Thomas Bernhard en San Salvador
de “imitación” de Thomas Bernhard que le valió repudios y amenazas en San Salva- La primera novela de Castellanos Moya lleva por título El asco. Tho-
dor desde su aparición, en 1997. En esta entrevista, Castellanos Moya habla de su mas Bernhard en San Salvador y la referencia al gran escritor icono-
obra en plena expansión y difusión, y del desencanto producido por Centroamérica, clasta austríaco parece ineludible a lo largo de páginas en las que el
un Edén que se convirtió en zona caliente y violenta. narrador reconstruye el monólogo de Edgardo Vega, un exiliado salva-
Por Alejandro Soifer
doreño en Canadá que ha tomado como nombre para sí el de Bernhard
y que se dedica, en ese monólogo, a destruir uno a uno todos los mitos
de la esencia nacional salvadoreña:
(…) “Te podrás imaginar, Moya, como si yo considerara el patriotismo un
En medio de todo este barro Horacio Castellanos Moya dice: “No tengo valor, como si no estuviera completamente seguro de que el patriotis-
idea de quién estará construyendo el imaginario nacional en Centroa- mo tuviera que ver con esas repugnantes tortillas grasosas rellenas de
mérica: a las élites no les queda tiempo porque están concentradas en chicharrón que de haberlas comido hubieran destrozado mi intestino,
el saqueo y la rapiña, los intelectuales sobreviven tratando de parecer hubieran agudizado aún más mi colitis nerviosa, me dijo Vega.”
simpáticos al gran capital y al poder político, y al pueblo no le queda La influencia bernhardiana se desparrama también en varias de sus
más energía que para buscarse la próxima comida”. obras que tienen a su vez, el tono de cinismo destructivo y los títulos en
Se entiende, no es la voz de un improvisado comentador sino la de un clara resonancia: Insensatez, Desmoronamiento, La diáspora.
escritor nacido en Tegucigalpa, Honduras, y criado ya de niño en El Sal- La diferencia está en vivir al sur, podría decirse. La diferencia de Cas-
vador –que además pasó gran parte de su vida recorriendo y viviendo en tellanos Moya es el haber nacido y vivido en el trópico, en la zona ca-
distintas ciudades de América latina, en especial Ciudad de México–. liente donde una novela como El asco no fue recibida con escándalos en
palacetes imperiales austríacos sino con la concreta amenaza de muerte
que lo llevó al exilio (…)
Si hay alguien, entonces, que hoy en día pueda pensarse como emergen-
te de una literatura centroamericana y que logre trazar los límites de un La tentación de asociar esta mirada y reflexión desde un emergente de
mapa difuso, es él. la literatura latinoamericana y encastrarla con cierta tradición nihilista
europea de posguerra parece fuerte. Aunque él piense lo contrario: “Es
La literatura de Castellanos Moya, al igual que su idea sobre la posibili- significativo que un intento de respuesta a esta cuestión se encuentre
dad de la construcción de ese imaginario, no deja de referirse una y otra en Respiración artificial quizá la primera novela latinoamericana pro-
vez a la situación política, social e histórica de la región. Centroamérica funda y explícitamente infectada por Bernhard. Pero yo no creo que
366 367

lo que se escriba en América latina sea eco y respuesta a lo que ya se Robocop en América Latina
escribió en Europa. La literatura europea de las últimas décadas, con Algo es seguro: la literatura latinoamericana parece haberse sobrepues-
contadas excepciones, no me dice nada; me parece una anciana agoni- to a ese shock llamado boom y su inundación de las napas de produc-
zante preocupada por sus galas y porque no le arrebatés el monedero”. ción.
Si la literatura europea agoniza, Castellanos Moya le roba ese mone- Si en Colombia Mario Mendoza y Fernando Vallejo (éste desde Mé-
dero y se apropia para sí del desencanto. Y lo mezcla con dosis de un xico), por mencionar sólo a un par, hicieron sonar con furia su voz del
humor inusual. desencanto estetizando a niveles de complejidad y barroquismo verbal
Roberto Bolaño escribió en el posfacio agregado a la reciente reedición la experiencia de la violencia interna, del hermano enemigo y la des-
de El asco que Castellanos Moya “es un superviviente, pero no escribe trucción institucional que sobrevino a las guerras civiles, revoluciones
como un superviviente”. Castellanos Moya como superviviente y exi- incompletas y contrarrevoluciones de sangre, en esa línea puede ins-
liado: el escritor que nació en Honduras, vivió en El Salvador, recorrió cribirse tranquilamente gran parte de la obra de Castellanos Moya. “La
América buscando su lugar y no se detuvo, sino que siguió en tránsito, violencia exacerbada es parte intrínseca de las sociedades centroameri-
construyéndose a sí mismo y luego produciendo una literatura donde canas que yo recreo en mis ficciones; no es algo buscado o puro contex-
esto se trasluciría (…) to, sino que está en la esencia misma de lo narrado. Luego, cuando he
“Mi segundo libro de cuentos, publicado en México en 1987, se titula hablado de cultura de la violencia me refiero a sociedades donde la vida
precisamente Perfil de prófugo –dice Castellanos Moya–. Años después vale un par de pesos, la voluntad y el placer de matar están enraizados
de publicarlo, en un momento de claridad, comprendí que la huida era en buena parte de las élites y la población, y el sistema judicial naufraga
mi impronta, que si algunos de mis personajes huyen y siempre están en medio de la corrupción generalizada”, señala.
incómodos donde están, es en buena medida porque ésa ha sido mi ex- Quizá podría encontrarse un momento fundante de esa violencia en El
periencia y la conozco desde dentro.” arma en el hombre, novela capital de Castellanos Moya ya que lo na-
Pero el exilio es dolor también y no queda superado por el giro sarcásti- rrado en ella se recupera y fluye en otras de sus narraciones, recons-
co: “Yo estoy fuera del juego. A principios de los ’90, cuando terminaba truyendo diversos aspectos de la acción desde otros puntos de vista y
la guerra civil, regresé a El Salvador con el entusiasmo de quien quiere perspectivas.
colaborar en la construcción de algo nuevo. Con un grupo de amigos, En esta novela el narrador se encarna en Robocop, tropa de asalto des-
fundamos una revista mensual y luego un periódico semanal, del que fui movilizada al finalizar la guerra civil en El Salvador (que, incluso, dice
director; pero el gusto nos duró poco tiempo. La realidad era demasiado haber recibido instrucción militar en Panamá y que cuando se queda sin
dura, áspera a las nuevas ideas. Yo me largué de nuevo. De Centroamé- cadena de mando sobre sí se encuentra solo, perdido y con sus armas
rica procede mi material para escribir ficciones, pero considero que esa como único material con el que salir adelante en esta nueva sociedad):
zona es irredimible en términos históricos” dice Castellanos Moya. “Mis únicas pertenencias eran dos fusiles AK-47, un M-16, una docena
de cargadores, ocho granadas fragmentarias, mi pistola nueve milíme-
tros y un cheque equivalente a mi salario de tres meses, que me entre-
garon como indemnización”.
Robocop, mitad máquina mitad hombre en la película de Paul Verhoe-
368 369

ven (1987), es en este caso un hombre que no conoce otro lenguaje que llanos Moya. Violencia y sarcasmo. Destrucción y cinismo. Robocop y
el de la violencia. Y no es casual entonces que sea esta novela el núcleo Pepe Pindonga encarnan una dualidad estética en la obra de Castellanos
medular de gran parte del resto de la obra de Castellanos Moya; donde Moya.
se condensa la mayor violencia, el mayor dolor, la mayor cantidad de La experiencia de la muerte es una presencia, como sombra o reali-
exilios y traslados, traiciones, muertes y donde el lenguaje adquiere su dad concreta y cotidiana, que atraviesa toda la narrativa de Castellanos
forma más acabada y perfecta. Un tono de latigazos verbales que no ex- Moya, como si fuera un río subterráneo que contamina todo lo que toca.
presan emoción, que se limitan a informar cómo se procede a la faena. Esa experiencia física afirma al mismo tiempo que subvierte la estética
Robocop, como personaje, es un hallazgo porque al igual que los ase- del naturalismo; lo que en ella era sangre interna que trasmitía por ge-
sinos niños de Vallejo en La virgen de los sicarios sustituye cualquier neraciones el gen de la derrota o del mal, aquí se ve como una especie
impulso primario (hablar, el sexo, amar, comer) y lo reemplaza por el de río imaginario de fluidos corporales que interconectan las distintas
de dar la muerte. Robocop sintetiza un tipo social que se construye en obras de Castellanos Moya (…)
la violencia sin sentido; un tipo que tiene sobre sí el movimiento esper- “Quizá la sangre de esos cien mil muertos es la que los hace apestar de
péntico de la violencia que caracteriza, en gran parte, a las sociedades esa manera tan particular” dice Thomas Bernhard en El asco (…)
latinoamericanas actuales.
¿Cómo fue tu experiencia de militancia política?
Castellanos Moya dice acerca de su personaje: “Robocop es un so-
breviviente –un criminal desalmado, según la ley– que aprovecha los –Yo nunca encajé en ninguna militancia, deserté incluso antes de ser
conocimientos aprendidos en la guerra para mantenerse a flote en las boy scout; la obediencia me cuesta mucho. En los primeros años de la
nuevas circunstancias. Un par de generaciones de salvadoreños somos década del ’80 hice periodismo en apoyo a las fuerzas revolucionarias
sobrevivientes y construimos nuestra identidad a golpes de timón y con que entonces peleaban en El Salvador, pero pronto descubrí las trampas
lo que tenemos a mano”. y los crímenes, y salté del barco cuando aún ondeaba la bandera de la
“inminente” victoria. Me gustaría creer que la fuerza que me movió
La construcción de la identidad de Robocop como golpe de timón es la entonces tenía que ver con la dignidad y con cierta textura moral, más
de una violencia como el último estertor de un agonizante. que con las ideologías o la ambición política.
“No me gustó la forma como me miraba. Tomé el dinero y le disparé en ¿Te arrepentís de algo de lo que escribiste en El asco?
la sien” relata Robocop uno de sus crímenes.
–Si comienzo a arrepentirme de algo terminaré arrepintiéndome de
Precisamente, será el asesinato de Olga María de Trabanino, relatado todo. Escribí lo que tenía que escribir y he pagado un precio por ello.
en la novela como una misión más (“La sorprendí en la cochera. Venía Nada más.
con sus dos pequeñas hijas. Le disparé una vez en el pecho y luego
le di el tiro de gracia”), el eje sobre el cual girará su novela La diabla –¿Qué sentido particular tiene escribir en América latina?
en el espejo, y será referido en otras como El asco y Donde no estén –Latinoamérica siempre ha sido un territorio hostil a la literatura en tér-
ustedes, que retoma a José Pindonga, acaso la contracara de Robocop, minos de lectores, y ahora con la golpiza a las clases medias lo es más.
el héroe romántico y melancólico, un ex periodista y detective privado Cuando alguien procede de un lugar como del que yo procedo, escribir
encargado de investigar la muerte de Olga María, torpe en todo lo que no tiene ningún sentido, a menos que sea un impulso inevitable, una
hace y quien provoca los momentos más hilarantes de la obra de Caste- tara genética, como decía Onetti.
370 371

–Tu nueva novela se llamas Tirana memoria. ¿Cómo significás esta imprime al relato una dulce y oscura melancolía, que quizá confabule
tiranía? para que Castellanos Moya sea leído como una suerte de maldito. En
–La memoria es tirana porque nos mantiene girando en rollos, y en su tercera visita a Buenos Aires, hablamos un poco con este ícono de la
esos rollos están estampadas las experiencias traumáticas, las cuentas excepcionalidad: el escritor de un país sin libros.
pendientes, las heridas; también, por supuesto, los recuerdos positivos,
pero no con la misma intensidad. La memoria del dolor es inmensamen- Vivió en muchos lugares. Por lo pronto, nació en Honduras, pero su-
te más fuerte que la memoria del placer, creo. Tirana memoria sucede pongo que no guarda recuerdos de esa primera infancia.
en su mayor parte en El Salvador y gira alrededor de una mujer conser-
vadora, católica, buena persona, cuya vida de pronto da un tremendo Muy poco. Porque tenía cuatro años cuando me llevaron a El Salvador.
giro cuando su marido es apresado, por opositor al régimen, en el vórti- Quedan imágenes fugaces, y ya después viví mucho tiempo en El Sal-
ce de un golpe de Estado; tiene vasos comunicantes con Donde no estén vador.
ustedes y Desmoronamiento. ¿Hasta los 20 años?
–Tu literatura interesa mucho en Europa. ¿Hay alguna posibilidad de Un poco más; veintiún años tenía yo cuando me fui. Me quedo ahí en El
que termine convirtiéndose en una especie de exotismo latinoamerica- Salvador todo ese período, que es un período en el que viajo a Honduras
no? antes de la guerra a ver a mis abuelos. Después durante la guerra va-
–La verdad es que nadie sabe para quién trabaja. Y para mí, tener lec- mos a Guatemala, porque no se podía ir a Honduras desde El Salvador
tores ya es ganancia; cómo me vean o lo que opinen esos lectores sobre porque la frontera estaba cerrada. Y ya luego a los 21 años me voy a
mis libros viene después, y nada puedo hacer sobre ello. Canadá, a principios de 1979.

Horacio Castellanos Moya: “En El Salvador no hay vida literaria” ¿Cómo se adaptó?
Por Mauro Libertella Bien. Yo iba a estudiar, y tenía todo armado para hacerlo. Pero rápida-
mente explota la guerra civil en el país y yo me siento muy incómodo
allí, lejos, solo, así que regreso. Sentía que estaba donde no debía estar.
Cuando publicó “El asco”, en 1997, causó revuelo en su país, y se ins- Los primeros meses fueron un gran aprendizaje, muy acelerado, pero
taló como una de las voces más irreverentes del continente. Con más de luego, como dicen, el calor lo llama a uno. Me escribían mucho mis
diez libros a cuestas, sigue apostando por una ficción intensa. Aquí, una amigos, y yo estaba interesado en cómo estaban las cosas en El Salva-
entrevista y el comentario de su nueva novela, “El sueño del retorno”. dor. Entonces regreso un año después, pero no me quedo en El Salva-
Castellanos Moya es una especie de Quentin Tarantino del Caribe. Sus dor, curiosamente. No sé si volver a El Salvador fue inteligente, pero yo
ficciones son lugares perfectos para que circulen los asesinos por na- desde afuera noté que se estaba jugando algo importante; por eso volví.
turaleza, esos tipos que en Tarantino parecerían estar en los bordes del ¿Y en El Salvador se dio cuenta rápidamente de que la cosa estaba pesada?
sistema pero que en Centroamérica son el sistema mismo. Todos sus Sí, rápidamente me di cuenta de que ese no era mi mundo. Es un mo-
libros, además, son el retrato de un hombre solitario. El arma en el mento en el que uno está desfasado, desadaptado de lo que uno creía
hombre , El asco , Baile con serpientes... la soledad del personaje le
372 373

antes que pertenecía. Eso te crea una fisura, que no es ajena a alguien nuevos lugares a los que va, o ubica sus ficciones en esos nuevos luga-
que escribe un libro de ficción. Octavio Paz habló de esa fisura como res. Y hay escritor que viaja y que, por más movimiento que haga, ubi-
algo que lo lleva a uno a la literatura. Es una forma de no encajar en el cará siempre sus ficciones en ese lugar tan particular que es su origen.
mundo, digamos. Eso fue lo que pasó. Esa fue una época muy impor- Graham Greene o Paul Bowles, por ejemplo, son ejemplos de escritores
tante en mi formación. Desde que empecé a escribir poesía hasta hoy, que van desplazando sus ficciones a medida que ellos también se des-
siempre fue la necesidad de expresión literaria la que rigió mi vida, plazan. Pero tienes a un James Joyce, que nunca salió de Dublín aunque
ya sea abierta o soterradamente, porque durante muchos años de mi estuviera en París, en Trieste o en Zurich, y se fue a los 22 años y nunca
vida yo viví como periodista sin que nadie supiera que yo escribía li- volvió. Yo de ahí saqué una hipótesis, que puede ser falsa pero no im-
teratura. Eso sucedía porque mis libros salían en ediciones pequeñas, porta porque finalmente es nada más que una hipótesis. Yo creo que el
que no tenían demasiada repercusión. El asunto es que todo escritor escritor imperial, muy confiado en su tradición y en su estabilidad, por
tiene un momento definitorio en términos de vocación, y para mí fue lo menos en la lengua inglesa, escribe sobre el lugar al que llega. Un
este momento que estamos hablando, ese período post adolescente en escritor como Joyce, en cambio, que es de la periferia y de la colonia,
que comenzamos a publicar una revista con los amigos, ese período tenía una entidad política de origen que estaba en pleno estado de au-
en que tratamos de hacer vida literaria en un país que no tenía vida todefinición. En ese sentido, yo vengo de un lugar que todavía está en
literaria. Que nunca la ha tenido. Un país absolutamente negado a la convulsión, por eso sigo escribiendo de eso. Espero alguna vez poder
literatura. dejar de escribir sobre eso.

¿Por qué cree que eso es así? “El asco” está fechado un 31 de diciembre. Qué raro empezar a escri-
Yo tengo una hipótesis, pero le molesta a la gente porque es muy políti- bir un libro el día en que uno está pensando en la fiesta de la noche,
camente incorrecta. Yo creo que en buena medida el poder y la trascen- ¿no?
dencia que la literatura tiene en un país depende de hasta dónde sus cla- Para no ir a la fiesta de la noche, justamente, uno lo empieza a escribir.
ses dominantes se han involucrado o han producido ovejas negras que Lo comencé exactamente por eso, porque era una fiesta familiar de una
se dedican a la literatura. En El Salvador nunca se produjo. Son elites relación que ya se estaba abandonando. No tenía nada que ver el texto
dedicadas exclusivamente al comercio y al dinero, donde nunca podría con la situación en la que estaba viviendo, porque yo estaba en México
haber existido una Victoria Ocampo o un Bioy Casares o un Huidobro. y estaba escribiendo sobre El Salvador, pero comenzó como un juego,
La clase dominante, entonces, produce criminales o grandes hombres para entretenerme. Me puse a imitar a Thomas Bernhard, esperando que
de negocios, pero no un escritor. mi mujer de entonces se alistara para cruzar la calle e ir a la casa de sus
padres.

Lo que es llamativo es cómo, viajando tanto y habiendo vivido en luga- ¿Encontró el tono rápido?
res tan distintos, sus ficciones se circunscriben siempre a un territorio Sí, posiblemente porque no tenía la intención de que fuera un libro, sino
tan marcado y preciso, al que se vuelve. un simple ejercicio de imitación. El de Bernhard, como el de Vallejo, es
Hace poco comentaba esto. Hay escritor que viaja y escribe sobre los un tono pegajoso, fácil de imitar. Como el de Borges.
374 375

¿Y cuando ya estaba por publicar ese texto, previó el tipo de reacción posibilidad de volver a ser un hombre puro, limpio, que es finalmente
que podía causar? un sueño.
Terminé el texto y pasó dos años guardado en una gaveta. No sabía si
había que publicarlo o no. Además yo estaba en otro mundo en ese mo- Si tuviéramos que segmentar su ficción en dos grupos estilísticos, diría-
mento. Lo que te puedo decir es que uno no prevé cuando no tiene un mos que en algunos hay una primera persona monológica y desbocada,
mercado de lectores. Cuando publiqué mi primera novela, La diáspora , sí y en otros una tercera persona más clásica.
pensé que me podían matar, porque la fui a presentar a El Salvador en el
89, en medio de la peor ofensiva guerrillera, en la que el ejército mató a En algún momento pensé que el personaje más complejo psicológica-
los mismos curas que me dieron el premio. Todo el mundo, por otra parte, mente requería la frase larga con un montón de frases subordinadas,
pensó que La diáspora era una apología de la guerrilla, cuando en realidad pero en realidad tiene que ver, creo ahora, con la acción, no sólo con el
era una crítica desde adentro. Con El asco , en cambio, ya había acabado perfil del personaje. El arma en el hombre es un libro de acción exte-
la guerra, no había más asesinatos políticos, ya la negociación estaba muy rior, física, y requiere la frase corta. El movimiento del mundo exterior
bien consolidada. Además, como La diáspora pasó desapercibida, yo pen- parecería estar pidiendo ese tipo de escritura, mientras que aquellos li-
sé que con esta iba a pasar lo mismo, lo que hubiera sido normal. bros en los que la acción es un ejercicio del pensamiento y todo pasa en
la mente, la prosa puede plasmarse bajo esta segunda forma. En estos
libros de intensa vida mental, la prosa parece exigirme ese aliento su-
¿Le molesta que insistan con que sus libros son violentos? bordinado y largo.
La violencia es parte de la literatura desde siempre. Estas son cosas
que tienen que ver con la política de la corrección y otras tonterías con- Para terminar, volvamos a la juventud. ¿Cuáles son esos libros que lo
temporáneas. Si la literatura occidental se funda con La Illíada . La modificaron con fuerza?
tragedia, también, tiene el gran componente de la violencia. Los griegos
entienden rápidamente que la violencia está en el corazón del hombre, y Para mí fue La primavera negra de Miller en una edición de Rueda que
así lo expresan. El origen de la tragedia es la violencia ejercida por los le vendí a un amigo cuando me iba para Canadá y después se la quema-
dioses en la vida cotidiana de los hombres. ron. También me acuerdo de El oficio de vivir de Pavese, en una edición
de los años 70, cuando yo tenía 20 años. Dostoievski: Crimen y castigo,
El idiota y Los Hermanos Karamazov. Nunca las volví a leer. Creo que
En “El sueño del retorno”, sucede algo que no se había visto en sus los escritores que te deslumbran cuando eres joven difícilmente resisten
relatos anteriores, que es el hecho de que el personaje siente un cierto lecturas. Pavese sí resiste, Miller creo que no. Son los libros de arran-
remordimiento ante la posiblidad de haber cometido un asesinato. que, cuando buscas la libertad y no sólo el placer estético.
Aquí hay un personaje que se quiebra, digamos. En Insensatez hay algo
en común: el personaje nunca termina de entender la violencia, pero no
termina de ejercerla. Este en cambio se quiebra antes de hacer cualquier
cosa. De hecho en algun momento pensé en ponerle de título “El hom-
bre quebrado”, pero ya existe un título así. Me gustó también la idea del
“sueño del retorno”, no sólo al país sino también a quien antes era él. La
LA PUNTA DEL LÁPIZ, Taller de Escritura Creativa
Compilación de Edwin Madrid
se terminó de imprimir en el mes de febrero de 2018
en la Editorial Pedro Jorge Vera
de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Presidente: Camilo Restrepo Guzmán
Director de Publicaciones: Patricio Herrera Crespo

S-ar putea să vă placă și