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Estado del Arte de los Estudios Sobre


los Adolescentes y Jóvenes en el
Departamento de Boyacá
1999 - 2009

GOBERNACIÓN DE BOYACÁ
SECRETARÍA DE PARTICIPACIÓN y DEMOCRACIA
Dirección de Juventud
participacion.democracia@boyaca.gov.co

CORPORACIÓN ATS ACCIÓN TÉCNICA SOCIAL


Área de Políticas Públicas – Investigación
info@acciontecnica.com
Estado del Arte de los Estudios
Sobre los Adolescentes y Jóvenes
en el Departamento de Boyacá
1999 - 2009
Autores
FERNANDO QUINTERO TOBÓN
Investigador Principal
STEVEN PIÑEROS PINTO
Asistente de investigación

Comité Editorial
MERCEDES JIMENEZ
UNICEF
ANNA MARÍA CAMACHO BELTRÁN
Gobernación de Boyacá
JONATHAN PIÑEROS PINTO
Corporación Acción Técnica Social
MARIO ANDRES TORRES CLAVIJO
Corporación Acción Técnica Social

Diseño y Diagramación
TINTAS AGENCIA DE MEDIOS SAS
tintas.medios@gmail.com

GOBERNACIÓN DE BOYACÁ
SECRETARÍA DE PARTICIPACIÓN y DEMOCRACIA
Dirección de Juventud
participacion.democracia@boyaca.gov.co
Tunja - Boyacá

CORPORACIÓN ATS ACCIÓN TÉCNICA SOCIAL


Área de Políticas Públicas – Investigación
info@acciontecnica.com

© Gobernación de Boyacá
2.010
Agradecimientos
Agradecimientos especiales a la profesora Ninfa Pulido, Directora del Centro de
Investigaciones y Extensión de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UPTC, a las
Profesoras Francy Tatar y Claudia Elena García…., de la UPTC; Claudia Bohórquez
y Patricia Quevedo de la Universidad de Boyacá; Nilce Ariza de la Escuela Superior
de Administración Pública ESAP y Nancy Montañéz De la Universidad Santo Tomas
de Aquino.
Agradecimiento especial a las y los estudiantes de las Universidades que
participaron en las sesiones de capacitación, por sus juiciosos aportes en la
construcción e identificación de Reseñas Analíticas Especializadas –RAE`s-. Ellas y
ellos constituyeron parte esencial para alcanzar el objetivo Propuesto.

Elaboración de Reseñas
Ibeth Cáceres Lorena Barrios
Johanna Gómez Oscar Molina
Karen Montoya María Camila Parra
Lina Laverde Cindy Vargas
Virgelina Castellanos Paola Andrea Díaz
Tania Guerrero Steven Piñeros
Rudy López Candy Rodríguez
Melina Pava Graciela Polania
Diana Becerra Marcela Tovar
Elizabeth Lamus Felipe Cuervo
Lina Cepeda Adriana Galindo
Tabla de contenido
Introducción
Metodología
• Qué es un estado del arte y cuáles son sus características principales
Estrategia de Investigación
Estrategia de Formación.
• Proceso y Criterios para la Recolección de Información y Elaboración
de RAE’s.
Instituciones consultadas:
Ejes temáticos
Ejes analíticos
Documentos hallados y muestra
El campo de conocimiento sobre adolescencia y juventud: a
manera de aproximación conceptual.
• Breve Recorrido Histórico del Concepto de Juventud o de la Sociología
de la Juventud.
• La Adolescencia y la Juventud en Colombia
Desarrollo, Vulnerabilidad y Políticas Públicas.
Los Estudios sobre Violencia y Juventud
Las Identidades Juveniles.
• La Investigación en Adolescencia y Juventud en el Departamento de
Boyacá.
Los Tipos de Documentos.
Las temáticas.
Nociones de diversidad
Las metodologías
• El enfoque de derechos, desarrollo humano sostenible y adolescencia
y juventud
• Algunas observaciones sobre Desarrollo Humano y enfoques de
expansión de capacidades.
• Adolescencia y juventud desde un enfoque de derechos y expansión
de capacidades.
Conclusiones y Recomendaciones
Bibliografía
Conceptos y Fundamentos del Estado del Arte
de las Investigaciones sobre Los Adolescentes y
Jóvenes en el departamento de Boyacá
Introducción
La condición adolescente o juvenil, a diferencia de lo que cree el común de la gente, son,
sin lugar a dudas, producciones sociales en los que intervienen tres tipos de dispositivos:
dispositivos discursivos (saberes “expertos”, representaciones sociales e imaginarios colec-
tivos), dispositivos socio-demográficos (a manera de políticas sectoriales y poblacionales)
y dispositivos micropolíticos (técnicas y tecnologías de disciplinamiento y normalización)
que en la producción de los sujetos sociales se articulan en torno a datos específicos. Para
el caso de lo juvenil, tales dispositivos se articulan en torno a la designación de determina-
das prácticas sociales con el factor etáreo.

Ahora bien, las categorías adolescencia y juventud son el resultado de los discursos e
imágenes sociales que se construyen en torno a esta población. Por tal razón, hablar de
adolescencia y juventud es introducirse en un campo discursivo y relacional en el que
encontraremos modos de nombrar y de intervenir grupos poblacionales en particular. Sin
embargo, estas categorías no pueden entenderse de manera similar como suele abordarse
en algunos estudios, como tampoco puede entenderse su evolución de manera paralela,
conjunta u homogénea. Más bien, es importante tener claro como punto de partida, que
adolescencia no es lo mismo que juventud y que éstas como categorías sociales, fruto de
elaboraciones discursivas y modos de nombramiento surgen en contextos históricos y dis-
ciplinares diferentes.

Aproximarse a lo juvenil implica pues, no sólo conocer las condiciones sociales y de vida
en las cuales se encuentran inmersas las poblaciones denominadas como jóvenes o ado-
lescentes, sino también, aproximarse a los modos de construcción y producción de dichas
poblaciones; lo cual por supuesto, y de acuerdo a lo que venimos señalando, implica tam-
bién adentrarse en el mundo discursivo que los nombra como tal. Ahora bien, ¿por qué
nos interesa aproximarnos y nombrar lo juvenil?, ¿cuál sería su justificación y los intereses
que hay detrás?, y ¿de qué manera se da dicha aproximación y nombramiento? Son pre-
guntas que se establecen como validas a la hora de preguntarnos por ésta o por cualquier
tipo de población. No obstante, y como un intento de tratar de responder someramente
estas inquietudes, podemos decir que preguntarnos acerca de cómo se nombra y para qué
se nombra a los adolescentes y/o los jóvenes se encuentra fuertemente relacionado con la
búsqueda de modos de comprender y visualizar las formas de organización, regulación e
intervención social como una forma, a su vez, de regulación y organización social.

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Desde el punto de vista de las políticas públicas de adolescencia y juventud -como vamos
a denominar los dispositivos socio-demográficos o modos de intervención institucional-
estatal sobre los adolescentes y los jóvenes- en Colombia, éstas han tenido una evolución
histórica importante. Dicha evolución ha estado “determinada” por los intereses institu-
cionales desde los cuales se han formulado y viéndose reflejados en los enfoques desde
los cuales se han implementado tales dispositivos. Así pues, los enfoques de las políticas
públicas han estado orientados partiendo de perspectivas en torno a la medicalización, pa-
sando por la escolarización, el control social a la organización política, la vulnerabilización
y la criminalización hasta llegar a enfoques en torno al reconocimiento de derechos, las
ciudadanías y la ampliación de las capacidades.

A partir de lo establecido en la Constitución Política de 1991 fruto, a su vez, de hechos


políticos y expresiones de movilización social de distintos actores y sujetos sociales signifi-
cativos en la historia reciente del país, y en el marco del nuevo paradigma de organización
del estado bajo el modelo global de desarrollo y su interpelación frente a la necesidad de
emprender procesos hacia un modelo de desarrollo humano y sostenible, los modos de
intervención institucional-estatal, han ido desplazando los enfoques de carácter restrictivo
y de “paralización social” por enfoques de carácter “productivo1”, esto es: de ampliación
de posibilidades y potencialización de capacidades.

La formulación y la implementación de políticas públicas sobre la base de enfoques


de carácter “productivo” obligan a la institucionalidad, de manera ineludible, a conocer
las formas de vida particulares de acuerdo a contextos espacio-temporales, situaciones
sociales específicas, condiciones sociales, simbólicas y culturales para ser potencializadas
de manera constructiva. Es por esta razón, que en los procesos de formulación de políticas
públicas especialmente las poblacionales, se le atribuye una importancia relevante a los
proceso de diagnóstico y aproximación a las “realidades” vividas por las gentes. En el caso
de los jóvenes esto no es la excepción.

Sin embargo, los diagnósticos y los modos de aproximación se limitaban en un primer


momento a dar cuenta de la situación de los adolescentes y jóvenes en términos princi-
palmente cuantitativos. No obstante, y de manera paulatina, la información cualitativa
comenzó a ser valorada significativamente. Ya en el marco de la formulación de la Política

1. Para este caso entiéndase lo productivo desde una dimensión más amplia a las
relaciones y procesos económicos: en razón a ello, comprendemos lo productivo,
como productor no sólo de capital, sino también de vida, de cultura, de sociedad.

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Distrital de Juventud en Bogotá se contrató a la Universidad Central para que realizara
un Estado del arte sobre la juventud. Éste se constituyó en uno de los primeros trabajos
que se preguntaron sobre los discursos, las imágenes y los problemas que construyen los
investigadores y los productores de conocimiento sobre los y las jóvenes. Posteriormente,
siguiendo la misma ruta del distrito, el Programa Presidencial Colombia Joven contrata a
esta misma universidad para la construcción de un segundo estado del arte, pero en esta
ocasión, para todo el territorio nacional; estado del arte que se elaboró teniendo en cuen-
ta el periodo comprendido entre 1985 y 2004 y los mismos ejes temáticos y analíticos pro-
puestos para el distrital. Finalmente, este mismo programa y la Agencia de Cooperación
Técnica Alemana GTZ, contrataron a la Corporación ATS Acción Técnica Social para que
realizara la actualización del estado del arte sobre la producción de conocimiento sobre
jóvenes en Colombia para el periodo 2005 – 2008.

El presente estado del arte se enmarca dentro de la misma experiencia que tuvieron
el distrito y el país y se puede entender como otro estado del arte dentro de una serie de
estados del arte iniciada por la Universidad Central y continuada por ATS. Este es un estado
del arte construido sobre la base de los mismos postulados, con los objetivos similares,
en el marco de proceso de formulación de Políticas Públicas (Departamento de Boyacá) y
mediante el uso de la metodología implementada para la elaboración de los anteriores. No
obstante, y a diferencia de los anteriores, la forma de exposición y análisis no se hace por
ejes temáticos y analíticos, sino por categorías de derechos.

La presente publicación da cuenta de los resultados de la revisión crítica a los estudios


sobre jóvenes en Boyacá, para ello, el documento presenta en primer lugar los aspectos
metodológicos en el que se hace énfasis en la concepción como se entiende el presente
Estado del Arte, las características y utilidad de este tipo de estudios; también se da a co-
nocer la estrategia metodológica implementada para el desarrollo del presente estudio.
En segundo lugar, hace un pequeño recorrido histórico sobre la evolución de las categorías
de adolescencia y juventud, los paradigmas o escuelas más influyentes en la construcción
de este concepto y cómo se construye en Colombia y en el departamento de Boyacá. En el
tercer capítulo se analizan los hallazgos del presente estado del ate bajo la luz del enfoque
de derechos y las categorías que lo componen.

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Metodología
Para comenzar a esbozar el recorrido metodológico realizado para la elaboración del
presente estado del arte, es necesario partir de la aclaración acerca de qué entendemos
por “estado del arte sobre la investigación”. Teniendo en cuenta dicha consideración, el
presente capítulo inicia con una reflexión en torno a lo que entendemos por un estado
del arte de la investigación sobre juventud. Posteriormente, presenta lo que se ha con-
siderado como el trazado metodológico y finalmente, da cuenta del proceso, resaltando
las modificaciones con relación a la manera como fueron realizados los estados del arte
predecesores a este.

Qué es un estado del arte y cuáles son


sus características principales
Pronunciar la palabra estado del arte nos remite a distintos lugares según cada cual
entienda este juego de palabras. Recuerdo claramente cuando al iniciar este proceso in-
vestigativo, se realizaron reuniones con docentes y estudiantes de las universidades de
la ciudad de Tunja, la ciudad capital del departamento de Boyacá. Tales reuniones tenían
como objetivo socializar el proceso y conformar equipos inter universitarios para la cons-
trucción del estado del arte. En dichas reuniones, y frente a la pregunta acerca de lo que
cada uno entiende por “Estado del Arte”, la gran mayoría de las respuestas, especialmente
aquellas provenientes de algunos estudiantes, asociaban la existencia de la palabra “Arte”
con el campo artístico. De manera que para algunos asistentes a estas reuniones, la pala-
bra estado del arte los remitía al estado del arte y la cultura en el departamento.

Otra manera de entender o atribuirle un significado a la palabra “Estado del Arte” es la


que lo concibe como un diagnóstico o una caracterización; algo así como un estado de la
situación. Es así como las respuestas de algunos docentes y actores institucionales daban
cuenta de una noción relacionada con el conocer algo para ser intervenido de la “mejor”
manera. Por tal razón, al momento de hablar sobre un estado del arte del conocimiento
producido sobre los jóvenes en el departamento, inmediatamente, algunas respuestas nos
remitían a la idea de conocer la situación de la juventud en el departamento.

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“La voz “ars” es el equivalente latino de la expresión griega “techné” y en ellas
originalmente no hay distinción entre lo que hoy llamamos expresión artística
y la tecnología; en oposición a lo creado por la naturaleza, abarcan toda la
producción del ser humano, siempre que ella tenga como bases una idea y un
“methodos”. Algunos autores reconocen en las dos raíces la idea de un aprendizaje
especializado.

El latín ars pasó al inglés como art y, según el Oxford English Dictionary, a finales
del Siglo XIX empezó a usarse la frase status of the art, refiriéndose a la condición
o nivel actual alcanzado en un arte técnico. Con el comienzo del Siglo XX, la frase
adquirió su forma moderna state of the art y el significado de estadio actual de
desarrollo en un tema práctico o tecnológico. Los años 60 trajeron consigo una
ligera variación en el sentido hasta consolidar la acepción extendida hoy en el
inglés: la mejor técnica o la más novedosa respecto de algún producto o actividad.
Este es el significado que se le atribuye en la mayoría de países, aun de lengua
española” (Escobar, et al, 2004: 12)..

Es por esta razón, y por la amplitud existente en las formas de considerar lo que es un
estado del arte, que creemos pertinente aclarar lo que para el presente estudio entende-
mos por estado del arte. En esa medida, y siguiendo la ruta y la definición sobre estados
del arte que establecimos durante el desarrollo del estado del arte sobre juventud reali-
zado para la ciudad de Bogotá, se considera un estado del arte como una investigación
enfocada a hacer “un análisis del saber construido sobre un tema en particular”. No es un
retrato de la “realidad”, ya que consideramos que “el conocimiento más que dar cuenta de
la ‘realidad juvenil’ la construye mediante los énfasis, las lógicas desde las cuales se narra,
las imágenes que usa y los vacíos que deja” (Serrano, et al 2003: 19).

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Ahora bien, ¿cuál sería el interés y la utilidad de realizar un estado del arte? Al respecto,
podemos señalar que los intereses pueden variar de acuerdo a las lógicas y los campos so-
ciales desde los cuales se planteé la voluntad y la necesidad de elaborar un estado del arte.
No obstante, podríamos identificar dos: El primero es de tipo académico debido a que un
estado del arte permite caracterizar la situación de determinado campo de conocimiento;
El segundo, es de carácter político, dado que permite acceder a información necesaria
para la toma de decisiones en los modos de intervenir la “realidad”. Por lo anterior consi-
deramos que

“El estado del arte es (…) una investigación de carácter bibliográfico que se
realiza con el objeto de inventariar y sistematizar la producción en determinada
área del conocimiento. Pero también es una de las modalidades cualitativas de
‘investigación de la Investigación’, que busca sistematizar los trabajos realizados
dentro de un área dada, llamar la atención sobre los cambios más prevalentes,
los enfoques y los métodos; destacar las relevancias, redundancias y vacíos que
contribuyan a tomar decisiones que impulsen la investigación dentro del tópico
considerado” (Manjarrés, 1998: 24 Citado por Escobar, et al, 2004: 14).

Dado lo anterior, entendemos entonces este estado del arte como un análisis del co-
nocimiento producido sobre los adolescentes y jóvenes en el departamento de Boyacá;
es decir, una caracterización analítica de los modos como los investigadores en el depar-
tamento de Boyacá construyen los problemas sobre los jóvenes, cómo los abordan, y que
nociones de sujeto resultan de tales abordajes. Esto con el objetivo de orientar un proceso
de identificar el campo de conocimiento sobre esta población en el departamento y brinda
lineamientos para la formulación de una política departamental para la adolescencia y la
juventud.

Ahora bien, al ser un estado del arte, un análisis sistemático de un campo de conoci-
miento debe contener un método y una serie de características que lo delimitan, lo aco-
tan y le permiten su carácter sistemático. Por tal razón, un estado del arte contener las
siguientes características:

“Fundamentado: Tiene como base un muy alto nivel de materialidad del


conocimiento circulado. Ello implica reconocer que el conocimiento producido
acerca de un tema tiene múltiples actores y canales, e incluye tanto el saber
especializado, científico, como el común (…)

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Tematizado: Un estado del arte se ocupa de un tema particular, puesto que es
conveniente para el proceso investigativo que se realice un análisis inicial del campo
temático de pertenencia, el tema en sí mismo y sus componentes o subtemas, con
fin de que haya claridad metodológica (…)

Acotado espacio-temporalmente: Acotar en términos de la historicidad del


estado del arte, es decir del reconocimiento del aquí y ahora del conocimiento
circulado, de su marco espacio-temporal. La acotación espacial define la amplitud
geográfica en la circulación del conocimiento: local, municipal, regional, nacional
o internacional. La acotación temporal puede derivar en un estudio de carácter
sincrónico, cuando selecciona sólo las fuentes muy próximas en el tiempo (…)

Sistemático: Con base en un análisis de su valor epistemológico y metodológico,


el equipo define una metodología para orientar todo el proceso investigativo.
Generalmente discrimina en ella, tanto fases y actividades diferenciales en cada
una de ellas, como los métodos específicos a los cuales corresponden. Un elemento
adicional pero significativo en la sistematicidad es la vigilancia de la homogeneidad
en los procedimientos con el fin de asegurar un muy alto nivel de comparabilidad
en los análisis (…)

Flexible: Sin demeritar en nada el rasgo anterior o, más bien, en combinación


con él, es importante que haya una flexibilidad dentro del proceso investigativo,
en particular respecto a la posibilidad de validar las categorías preliminares
seleccionadas, considerar las emergentes en el proceso y probar la pertinencia de
las fuentes y métodos seleccionados, o la necesidad de modificarlos o ampliarlos(…)

Crítico: Apuesta decididamente a superar el nivel descriptivo para adentrarse


en el nivel explicativo o comprensivo en torno al conocimiento circulado. La
sistematización como proceso investigativo no se queda, entonces, en un trabajo
enunciativo o constativo, sino que aporta tanto la categorización como la
caracterización de lo hallado. Así, es posible que un estado del arte se proponga
desarrollar explícitamente niveles de conceptualización y teorización. El proceso,
entonces, no sólo revisa críticamente el conocimiento circulado, sino que amplía y
renueva dicho conocimiento (...)

Interpretativo: Se distancia de una idea naturalista o realista de los objetos o


del conocimiento sobre los mismos. Entiende bien que cada abordaje previo frente
a un objeto es una primera interpretación y que al revisar un conjunto amplio de
abordajes, se está constituyendo en un análisis de segundo nivel o de meta-análisis:
una interpretación de las interpretaciones disponibles (...)

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Teleológico: Sirve a fines ulteriores: sea que se reconozca a sí mismo, no sólo
como revisor, sino como renovador del conocimiento, sea que de manera explícita
describa el valor o el impacto previsible que ha de tener en un proceso posterior:
en la definición de un problema de investigación en una tesis de posgrado, en
la construcción de lineamientos de política pública, como insumo del diseño de
programas sociales participativos, etc.” (Escobar, ibid: 15 – 18).

De acuerdo a las características señaladas anteriormente, las cuales se deben tener


en cuenta a la hora de hacer un estado del arte, el presente estudio intenta mantener y
garantizar dichos aspectos. Por tal razón, se encuentra acotado espacio temporalmente y
fundamentado en un proceso metodológico que expondremos a continuación. No obstan-
te, en el proceso metodológico también se pueden tomar decisiones acerca si se hace de
manera participativa o no. Este último aspecto es un rasgo particular de este estado del
arte con relación a los anteriores estados del arte que hacen parte de esta misma serie.

Trazado y consideraciones metodológicas.


El presente estado del arte tiene como objetivo general formular lineamientos para la
producción de conocimiento orientado a contribuir en procesos de formulación de polí-
ticas públicas de juventud y la toma de decisiones a partir del análisis de la producción
bibliográfica sobre adolescentes y jóvenes en el departamento de Boyacá del periodo
1999 – 2009. En esa medida, y como objetivos específicos se contempló: a) la identifica-
ción del conocimiento producido sobre los adolescentes y jóvenes en el departamento de
Boyacá; b) conformación de un equipo interuniversitario con estudiantes y docentes de
los grupos de investigación de las universidades de la ciudad de Tunja; c) elaboración de
Reseñas Analíticas especializadas RAES de los textos seleccionados; y la d) sistematización
de los RAES en el software de Análisis Documental -SAID - desarrollado por la Universidad
Central.

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De otro lado, y en el marco de enfoques sustentados bajo el paradigma de desarrollo
humano sostenible, este estudio se planteó como quinto y último objetivo específico: e)
instalar capacidades investigativas y analíticas sobre la elaboración de estados del arte y
sobre la comprensión de lo juvenil en el territorio, debido al reconocimiento y potenciali-
zación de las capacidades y dotaciones iniciales existentes en el territorio.

Es por esto que el proceso se articuló, desde un principio, en torno a dos estrategias:
a) Investigación, la cual articula todas las actividades concernientes al proceso de explo-
ración, identificación, elaboración de reseñas y análisis de la información; y b) formación,
que articula todas las actividades orientadas a la cualificación metodológica y conceptual
del grupo de estudiantes y docentes y que intenta dejar instaladas dichas capacidades.

En esa medida, los productos y logros que debería arrojar éste proceso son los siguientes:

• Equipo de 25 estudiantes universitarios de los centros de investigación, con


capacidades para producir el estado del arte en adolescencia y juventud.
• Base de datos con las Reseñas Analíticas Especializadas RAEs
• Documento analítico del estado del arte concerniente al periodo 1998 -2008
• Artículos académicos publicables sobre la producción de conocimiento sobre
jóvenes en Boyacá

Estrategia de investigación
Esta investigación es de carácter documental y su objetivo principal es la elaboración
del Estado del arte del conocimiento producido sobre los jóvenes en el departamento de
Boyacá durante el periodo 1999 - 2009. La metodología propuesta para ello se caracteriza
fundamentalmente por la lectura crítica y analítica de los documentos usando la técnica
del RAE o Resúmenes Analíticos Especializados y operativamente se enmarca en tres mo-
mentos.

El RAE es una técnica de investigación documental que permite la lectura analítica y


crítica de los textos. Mediante la lectura de las categorías analíticas establecidas a partir de
los intereses y objetivos de la investigación, permite identificar lo expuesto tanto explicita
como implícitamente en cada uno de los textos revisados. La elaboración del RAE implica
gran capacidad de análisis y lectura, así como conocimiento del tema por parte del inves-
tigador. Es por esto que el RAE se constituye en una técnica exigente pero que permite in-
dagar a profundidad los distintos sentidos que conllevan los textos y los diferentes ángulos
disciplinares y conceptuales desde los cuales fueron escritos.

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Un RAE, como lo veremos más adelante, se divide en varias partes donde la primera
es la más simple dado que se trata de la información básica. Ya en la segunda parte, el
instrumento exige un primer nivel de análisis en la medida en que obliga al investigador
señalar los marcos conceptuales y paradigmas desde los cuales se construye el texto, así
como, indagar por las metodologías utilizadas en caso de que el texto las haga explícitas.
Posteriormente, el RAE exige extraer del texto lo que se dice de manera directa o entre
líneas acerca de ejes temáticos y de las categorías analíticas.

El proceso concerniente a las actividades orientadas a la producción de la información


y el análisis de la misma se organizó en tres momentos. El primer momento, se denominó
como adecuación metodológica y conformación de equipo de investigación, dentro de
esta fase se enmarcaron las actividades concernientes a la redefinición de los ejes temá-
ticos y analíticos; así como la construcción de los criterios de búsqueda, la selección de
documentos y cómo se ingresa la información requerida. Igualmente, dentro de esta fase
se incluyeron las actividades o gestiones necesarias para la conformación del equipo de
investigación, la puesta a punto del software en el que se descargaría la información reco-
gida. También se desarrollaron actividades relacionadas con la elaboración de un listado
institucional y de centros o bibliotecas que serían visitados.

El segundo momento de la investigación es el de Exploración, lectura y elaboración de


los RAES (diligenciamiento de la base de datos), dentro de esta fase se enmarcaron las
actividades respectivas al levantamiento bibliográfico, el cual consistió en la identificación
y elaboración de un listado que contuviera toda la producción existente sobre jóvenes en
cada uno de los centros de documentación, entidades o bibliotecas, según los descripto-
res, señalados en las guías respectivas. Posterior a este levantamiento bibliográfico, se
seleccionaron los documentos que fueron revisados y analizados según los criterios cons-
truidos y presentados en la guía respectiva. La elaboración de los RAEs también se incluye
dentro de esta fase. Por último, el tercer momento correspondió a la sistematización,
análisis y entrega de informes, y se espera socializar los resultados finales en un evento
departamental o con actores estratégicos para la formulación de políticas públicas de ju-
ventud y programas orientados a dicha población.

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Estrategia de formación.
Las actividades de formación se dieron de carácter permanente. Para ello, se realiza-
ron jornadas de trabajo de carácter magistral y tipo taller donde se hicieron jornadas de
reflexión sobre la construcción social de la juventud en occidente y en Colombia; como
también, se realizaron ejercicios prácticos sobre la elaboración de RAES. Al respecto, el
proceso formativo se estructuró en dos grupos temáticos:

1. Aspectos básicos para la construcción de un Estado del Arte.


• Qué es un Estado del Arte y cuál es su pertinencia, sus características y
sus alcances.
• Cómo se elabora y se acota un Estado del arte; así como sus
instrumentos. RAES.
• Elaboración grupal de reseñas analíticas especializadas en una temática
en particular que brinde herramientas técnicas sobre cómo hacer las
reseñas.
2. Escuelas y paradigmas que históricamente han contribuido a la construcción de
las categorías de adolescencia y juventud.
• Las escuelas que han contribuido a la construcción de categorías como
adolescencia y juventud en Occidente.
• Los conceptos claves en el campo de conocimiento sobre adolescencia
y juventud.
• Los paradigmas de la construcción discursiva sobre adolescencia y
juventud en Colombia.

Proceso y criterios para la recolección de información y


elaboración de RAEs.
El proceso desarrollado para la identificación y selección de los textos fue de la siguien-
te manera: En primer lugar se construyó un listado institucional en los que se pudieran
encontrar trabajos en torno a la población “objeto” del estudio. Posteriormente, a cada
grupo de estudiantes se les asignó las bibliotecas o centros de documentación de sus res-
pectivos centros educativos. Las bibliotecas públicas fueron consultadas por el equipo
coordinador de la investigación y la Dirección de juventud solicitó material a cada uno de
los entes municipales. No obstante, tras la visita a las instituciones públicas y la biblioteca
municipal no se halló material relacionado con adolescentes y jóvenes. Por lo tanto, el
material hallado proviene principalmente de los centros educativos y especialmente de la
UPTC y de la Universidad de Boyacá.

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Después de haber identificado la producción bibliográfica en cada uno de los centros o
instituciones se dio paso a la selección de los documentos, la cual se hizo intentando llenar
cada uno de los ejes temáticos. Finalmente, se elaboraron las reseñas analíticas especia-
lizadas.

Instituciones consultadas:
• Biblioteca central de la UPTC Jorge Palacios Preciado.
• Biblioteca de la Faculta de Ciencias de la Salud de la UPTC
• Biblioteca de la Universidad de Boyacá UNIBOYACA.
• Biblioteca de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD
• Biblioteca de la Universidad San Juan de Castellanos
• Biblioteca de la Universidad Santo Tomás.
• Biblioteca de la ESAP
• Biblioteca Municipal Alfonso Patiño Rosselli.
• Secretaría de Salud de Boyacá.
• Secretaría de Educación de Boyacá.
• Instituto de deportes de Boyacá INDEPORTES
• Secretaría de Cultura y Turismo de Boyacá
• Secretaría de Participación y democracia
El material seleccionado debió cumplir con los siguientes criterios:

• Estudios o documentos cuyo objeto/sujeto de investigación es específicamente


el/la joven.
• Informes de investigaciones concluidas sobre el tema juventud, jóvenes y
adolescencia. Los descriptores por los cuales se orientará la búsqueda serán
exclusivamente: Jóvenes, Juventud, Adolescencia, Edad, Generaciones, 1999-
2009, Boyacá, Tunja, etc.
• Documentos teóricos producto de sistematización de experiencias o reflexión
sobre éstas.
• Documentos teóricos producto de la reflexión sistemática sobre el tema
juventud / jóvenes publicados en capítulos de libro o revistas.

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• No se incluyeron manuales de convivencia, módulos pedagógicos y/o
metodológicos. (Las metodologías sólo se tuvieron en cuenta en la medida en
que hicieran parte de informes de investigación o de reflexión sistemática de
experiencias).
• Con relación al tema de legislación sobre juventud sólo se consideraron
aquellos documentos que abordaban reflexiones sobre el tema.
• Se consideraron las monografías de grado.

La elaboración de las reseñas se hizo siguiendo el formato diseñado para ello y siguien-
do el modelo del software SAID. Este formato se compone de varias partes. La primera par-
te enfatiza en la información básica, esto es, datos bibliográficos como apellidos y nombre
de los autores, tipo de documentos, año, título, editorial, ciudad, entre otras. La segunda
parte del formato hace referencia al contexto de producción, esto es, el perfil institucional
del que hace la investigación y la identificación de la institución que demanda el estudio;
esta parte tiene como finalidad identificar los intereses institucionales que están sobre la
base de la necesidad de realizar el estudio.

El tercer componente del RAE es lo que se denomina contexto del documento en el que
se incorpora la descripción general del documento, las fuentes sobre las cuales se susten-
tan los argumentos del documento, la metodología implementada para el desarrollo de la
investigación y el lugar de investigación. El cuarto componente del RAE se compone de la
información relacionada con los ejes temáticos; y finalmente, la última parte del formato
de RAE corresponde a los ejes analíticos (nociones de sujeto, nociones de diversidad y
categorías de derechos).

Ejes temáticos
• Visiones de futuro: Se exploró por información relacionada con estudios sobre ideas
de futuro, propuestas y planes de vida expresadas por las y los jóvenes.

• Familia: Se indagó por información sobre la dinámica juvenil en la estructura fami-


liar y la relación de la vida juvenil con el vínculo familiar.

• Cuerpo: Se buscó información relacionada con la corporalidad, la sexualidad y el gé-


nero; información sobre salud, hábitos y estilos de vida saludables, nutrición, disca-

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pacidad, psicopatologías, uso de alcohol y sustancias psicoactivas, etc. También se
tuvo en consideración trabajos sobre salud sexual y reproductiva, sistematizaciones
de programas e investigaciones sobre educación sexual, estudios sobre la condición
de género de las y los jóvenes, la construcción de feminidades y masculinidades, las
prácticas e identidades sexuales, y sobre sus relaciones afectivas y de pareja. Desde
este eje se indagó sobre problemáticas como el embarazo adolescente, la prostitu-
ción, el abuso/explotación sexual de jóvenes, etc.

• Educación: Información en torno a la escolarización y a la vida juvenil en contexto


escolar (colegio, universidad, etc.). Incluyó estudios sobre deserción escolar juvenil,
y se exploraron estudios sobre procesos de educación no formal para jóvenes, sis-
tematizaciones de formaciones en valores, derechos humanos, etc.

• Inserción sociolaboral: Trabajos sobre el empleo y desempleo juvenil y las formas


de ocupación.

• Convivencia y conflicto: Se refiere a las investigaciones donde se miran formas de


convivencia social de la juventud, pactos y acuerdos tanto entre pares como con la
comunidad, formas de interacción de lo juvenil, etc. También, estudios relacionados
con el conflicto y sus múltiples formas de abordaje, así como trabajos en torno a la
trasgresión de las normas legales, formas de agresión hacia sí mismos (por ejemplo
el suicidio) y hacia los otros y algunas formas organizativas que derivan de ello.
Aquí se incluyeron miradas investigativas sobre la delincuencia juvenil, vinculación
al conflicto armado y a procesos de reinserción, jóvenes en conflicto con la ley –in-
fractor, contraventor-, reflexiones sobre la mortalidad juvenil, estudios específicos
sobre las dinámicas de conflicto y convivencia de la juventud, el tema del desplaza-
miento cuando focaliza en juventud, etc.

• Culturas juveniles/ producción y consumo cultural: Se abordan las investigaciones


que se preguntan por las formas de adscripción juvenil que permiten una cierta
identidad particular y lo que resulta de ella; en buena medida aquí se encuentra
la producción que intenta dar cuenta de las prácticas culturales de los jóvenes, sus
dinámicas y formas de producción cultural, las identidades asociadas al consumo
de objetos culturales. Se incluyen trabajos, si los hay, sobre culturas de calle, par-
ches, culturas juveniles urbanas (rockeros, punkeros, raperos…), lenguajes, jergas,
iconografías (comic, tatuaje, etc.); así como estudios con preguntas sobre consumos
mediáticos, consumos musicales, formas de religiosidad, uso del tiempo libre.

26
• Participación social y política: Aborda los textos sobre formas de organización juve-
nil en sus contextos de vida y sistematizaciones sobre procesos de participación de
los jóvenes. Se rastreó por información concerniente a la apropiación que hacen los
jóvenes de los mecanismos de participación. Igualmente, por las nociones, concep-
ciones y/o imaginarios sobre la ciudadanía y lo público.), así como investigaciones
que den cuenta de maneras de participación de la juventud alternativas a los meca-
nismos institucionales.

• Políticas públicas: en este eje se buscó reseñar documentos cuyo objetivo predomi-
nante es el análisis de políticas públicas de juventud, y también aquellos que hacen
referencia a las mismas aunque su énfasis temático sea otro (por ejemplo estudios
de sexualidad o educación que abordan el tema políticas públicas).

Ejes analíticos
Se incluyó la información relacionada con cada uno de los ejes analíticos tal como se
estableció en la guía respectiva.

Nociones de sujeto:
• Sujeto vulnerable y proclive al riesgo: Aquí se incorporó toda la información que
da cuenta del joven en condiciones de marginalidad y exclusión social. También dis-
cursos que lo consideran poco apto para enfrentar múltiples riesgos; por ejemplo,
riesgos a la drogadicción, las ITS (infecciones de transmisión sexual), el embarazo no
deseado, etcétera. También donde se imponen discursos como el de la prevención.
y finalmente, información donde se enfatizan problemáticas cómo: madre solteris-
mo, prostitución de niños-as y jóvenes. Desde esta perspectiva, se enuncia a estos
jóvenes a partir de una condición de minusvalía y pasividad.

• Sujeto peligroso: Se incorporó toda la información que resalta al joven como actor
de situaciones que alteran el orden social, que porta la violencia y la muerte, que
se involucra en actos delictivos y hace parte de fenómenos como el pandillismo, el
sicariato, el vandalismo y más recientemente el terrorismo. En síntesis, toda la in-
formación que relaciona al joven con el conflicto, la violencia y la delincuencia.

27
• Búsqueda de identidad: Toda la información de los textos que ve en la adolescen-
cia o la juventud una etapa de tránsito, dentro de un modelo lineal, que tiene en
la vida adulta su punto de llegada. También, que da cuenta de procesos culturales,
que mediante una serie de estéticas, consumos o formas de interacción, le dan al
joven una cierta particularidad y un sentido de agregación por su condición juvenil;
y finalmente, la información que da cuenta de procesos de apropiación de los entor-
nos barriales, de la vida barrial y los procesos de identificación o de identidad que
la apropiación territorial otorgan.

• Motor del cambio social: Se contempló la información que señala al joven como
un sujeto que se vincula con la transformación social, lo cual le otorga la responsa-
bilidad de ser los generadores del cambio social. Joven “ideal” en tanto se apropie
de los mecanismos y procesos participativos que le son ofertados. Es este un joven
legítimo, que dinamiza el orden social establecido. También de la participación en
movimientos sociales, partidos políticos y formas organizativas que propenden el
cambio positivo de la sociedad. Sujeto de derechos: Información que resalta la con-
dición del joven como un ciudadano y un sujeto al cual se le debe garantizar sus
derechos en el marco de un estado de derecho. Cambia el paradigma de sujeto
pasivo.

• Cultura juvenil: Se reseñó información en la que se ve al joven como sujeto que se


vincula a agrupaciones que habitan y se apropian del espacio pública (calle), que
tienen adscripciones a ciertos consumos culturales como la música y que suelen ser
vistosos por sus estéticas y sus formas particulares de vestir.

• Otro: Información que da cuenta de otras nociones de sujetos como sujeto de dere-
chos, el portador de potencialidades entre otros.

Nociones de diversidad
• Rural/Urbano: Se incorporó la información que da cuenta de jóvenes que habita en
contextos urbanos o rurales.

• Clase social: Se incorporó la información del joven que pertenece a las diferentes
clases social: popular, media, alta.

28
• Género: Se incorporó la información que da cuenta de las diferencias de sexo o
género. Investigaciones que hablan sobre los fenómenos particulares que afectan o
impactan en los hombres o mujeres jóvenes.

• Étnico/Racial: Investigaciones o información acerca de las diferencias por condición


de étnica o racial.

• Orientación sexual: Se agregó la información que da cuenta de las diferencias


sexuales de los y las jóvenes, de sus tendencias en las prácticas de la sexualidad.
Imágenes del joven desde los estudios sobre sexualidad y hábitos sexuales.

• Discapacidades: Nociones o imágenes de los jóvenes que resaltan las múltiples


afectaciones que dejan a los y las jóvenes en condiciones de discapacidad.

Categorías de derechos:
• Protección: Información relacionada con aquellos factores perjudiciales para la in-
tegridad humana. Información relacionada con: Violencias que afectan a adoles-
centes y jóvenes, VIF, VBG, Violencia Sexual (abuso y explotación sexual comercial),
trata de personas, programas y servicios. Violencia social y violencia educativa (bu-
llying, maltrato desde docentes y directivas) Infractores a la ley penal: individual y
grupal (pandillas, bandas, debido proceso y aplicación de sanciones conforme a la
Ley 1098, programas y servicios de atención especializada en jóvenes, cárceles e
inclusión social de jóvenes. Conflicto armado: reclutamiento y utilización, despla-
zamiento, muertes (jóvenes militares y civiles), victimas de minas y municiones sin
explotar. Discapacidad, explotación laboral, habitantes de la calle, estigma y discri-
minación étnica, racial, cultural, de género, LGTB, social.

• Existencia: Información relacionada con las condiciones esenciales para preservar


la vida. Información relacionadas con Salud (SSR, VHI/Sida, ITS, salud mental, con-
sumo de psicoactivos, suicidios, homicidios, accidentes), morbilidad y mortalidad,
programas y servicios de salud para jóvenes: información y formación, nutrición, in-
munización (papiloma, tétanos, fiebre amarilla, hepatitis), saneamiento e higiene y
ambiente, familia: abandono, composición, cabezas de hogar.

29
• Desarrollo: Información relacionada con las condiciones básicas para progresar en
la condición y dignidad humanas: Educación (secundaria, media, superior), desa-
rrollo científico y tecnológico, productividad y empleo (formación y oportunidades,
tendencias, capital humano acumulado), seguridad social, identidad y cultura, de-
portes, recreación, vivienda jóvenes cabeza de familia.

• Ciudadanía Información relacionada con el hecho de ser tratados como ciudadanos


(es decir, como personas participantes y con todos los derechos) y que tengan las
condiciones básicas para la vida en sociedad y ejercer la libertad. Identidad (tarjeta
de identidad, cedula de ciudadanía, libreta militar), convivencia, democracia, par-
ticipación y organización (programas y servicios de formación, apoyo al fortaleci-
miento de la participación, mecanismos y espacios, incidencia en políticas públicas
y en procesos sociales y culturales, organizaciones, expresiones e iniciativas, infor-
mación).

Documentos hallados y muestra


Se identificaron 109 documentos de los cuales se seleccionaron 56 para la elaboración
de las reseñas; esto representa un 51%. Los criterios de selección para la elaboración de
las reseñas estuvo basado en el intento por llenar los ejes temáticos. No obstante, y como
se verá más adelante, la producción local se caracteriza por trabajos principalmente en
torno a los ejes temáticos de cuerpo y educación.

(Ver anexo 1)

30
Adolescencia y Juventud:
Nociones y Desarrollo
Investigativo
El campo de conocimiento sobre
adolescencia y juventud: a manera
de aproximación conceptual

32
Breve recorrido histórico del concepto
de juventud o de la sociología de la
juventud.
Según los estudios históricos realizados sobre la infancia y la adolescencia en el mun-
do occidental su construcción y producción no data de más de dos siglos (Varela, 2000;
Martín Criado, 1998; Foucault, 2002). En los albores de la sociedad industrial, las nacientes
disciplinas de la psicología y la pedagogía ocuparon un lugar central en la configuración de
dichas condiciones subjetivas en la medida en que fueron éstas áreas del saber las que se
encargaron de la elaboración de discursos que hablaban de un sujeto en proceso de creci-
miento y de inmadurez biológica y social. A su vez, contribuyeron, desde sus producciones
discursivas, al ordenamiento social desde el factor etáreo y a la generación de imágenes
o imaginarios sobre estas etapas vitales y su posterior generalización en el grueso de la
sociedad. Lo anterior se traduce en que tanto la psicología como la pedagogía asignaron
nombramientos, características y atributos a unas edades que determinaron la acción so-
cial e institucional sobre una franja poblacional en particular, y de esa manera, en la cons-
trucción de unos sujetos sociales.

Posterior a esta primera construcción discursiva, la sociología asume un particular inte-


rés sobre estas edades y sujetos. Los aportes sociológicos se inician principalmente desde
la sociología anglosajona y norteamericana. Para estas, su principal interés se centró bá-
sicamente en asuntos como su adaptación o no a la sociedad urbano-industrial y el lugar
de estos sujetos en el marco de dicha sociedad; como también a las particulares configu-
raciones societales que estos sujetos comenzaron a conformar. Al respecto, la escuela de
Chicago, una de las primeras en abordar el asunto de lo urbano, se interesó en el sujeto
adolescente poniendo especial atención en las prácticas juveniles llevadas a cabo princi-
palmente en la calle y en las particulares formas asociativas que estos sujetos conforma-
ron. La pregunta por esas particulares maneras de experimentar la ciudad permitió de
cierta manera, y por decirlo de algún modo, comprender las transformaciones sociales a
las que condujo la transición de una sociedad rural a una sociedad urbana e industrializada
en la que se resaltaron aspectos como las modificaciones significativas en la conformación
de la familia y la consolidación de la escuela, la calle y el club juvenil como espacios cen-
trales para la socialización de las nuevas generaciones.

33
A mediados del siglo XX, y en el marco de lo que se ha conocido como la moderniza-
ción, la sociología funcionalista contribuyó desde su particular enfoque en la construcción
discursiva sobre la juventud. Fue precisamente Talcott Parsons, su principal exponente,
quien publicó un artículo titulado: Age and Sex in the Social Strucuture of the United States
(1942) en el cual señala que la permanencia en las instituciones educativas por parte de
los jóvenes los separa del sistema productivo y de las relaciones de clase. Dicha separación
se traduce en la aparición de una cultura adolescente, un sistema autónomo de normas y
valores diferentes, hedonista y caracterizada principalmente por su irresponsabilidad y el
énfasis en pasarla bien. Esta determinada configuración social es producto, según Parsons,
de los efectos de la modernización, entendida como el proceso uniforme de cambio de la
sociedad agraria a la industrial, en la que se da inicio al ocaso de la sociedad de clases y el
advenimiento de la sociedad de consumo.

Otra escuela sociológica que contribuye significativamente en la construcción discursiva


sobre la juventud y la adolescencia fue la sociología británica. El Centre for Contemporary
Cultural Studies nace en el año de 1964 al interior de la Universidad de Birmingham; dicho
centro se constituyó en un espacio académico al que convergían historiadores, comunica-
dores, sociólogos, antropólogos y lingüistas entre otros, interesados por los estudios críti-
cos sobre los fenómenos culturales de la época. Dentro del trabajo del centro de estudios
culturales, el tema de la juventud fue una de las principales arenas en las que irrumpen
los estudios culturales.

“En la tradición heterodoxa del marxismo británico, los autores de la escuela


de Birmingham toman prestados elementos del interaccionismo simbólico, del
estructuralismo, de la semiótica, de la literatura contracultural y del marxismo
cultural para articular un complejo marco teórico que diera cuenta de las raíces
históricas, sociales y culturales que explican el surgimiento de expresiones juveniles
innovadoras en la Gran Bretaña posterior a 1950” (Criado, 1998: 71).

Esta corriente sociológica ha sido denominada por muchos como la “nueva teoría sub-
cultural”, la cual se constituye en la mirada renovadora de la literatura sobre juventud en
el mundo anglosajón. Son tres los factores por los cuales ésta corriente es considerada
como una nueva teoría subcultural. El primer factor, es aquel proveniente de la teoría
marxista, que ubica a la clase social en el centro de análisis; desde allí, plantea un claro dis-
tanciamiento con relación a las teorías norteamericanas sobre la cultura juvenil, en tanto
que, obviaron el elemento de la dominación de clase. El segundo factor, se relaciona con
la idea proveniente de la teoría funcional o subcultural, que reconocen en las subculturas
espacios donde se expresan y se resuelven las contradicciones no resueltas de la cultura

34
paterna o los conflictos estructurales de grupo. y por último, el tercer factor: la ampliación
de la mirada al papel de los massmedia en la construcción de las culturas juveniles y los
problemas sociales, “especialmente el problema de la juventud” (Criado, 1998: 31).

Las últimas aportaciones sociológicas a la construcción discursiva sobre la juventud


provienen de dos escuelas o corrientes. Por un lado, la que proviene del centro de la
sociología, la educación y la cultura iniciada por un artículo de Pierre Bourdieu en el que
el sociólogo afirma que “la Juventud sólo es una palabra” (2000) y la posterior polémica
despertada a raíz de dicha publicación. En el marco de dicha escuela se incluye la reflexión
sobre el lenguaje en el análisis de las luchas de clases. En tal sentido, Bourdieu afirma que
para abordar el tema de la Juventud, hay que preguntarse por la palabra misma: ¿Quién
la aplica, a quién y para qué?. La anterior afirmación obliga a preguntarnos acerca de los
nombramientos y las luchas que hay detrás de los actos de categorización, y de enunciación
como juventud -de imposición de una identidad- (Ibíd.).

Por otro lado, otra escuela que podríamos denominar como la prefigurativa en la que
se retoman elementos provenientes de la antropología. Las raíces de ésta nueva mirada
se pueden percibir ya en el trabajo de la antropóloga norteamericana Margaret Mead,
quien en su libro Cultura y compromiso, señalaba el cambio cultural y generacional entre
las generaciones pre y post de los sesenta. Al respecto, resaltaba unas nuevas condiciones
producto de la era tecnológica e informacional lo que implicó la generación de una nueva
subjetividad, de nuevas formas de experimentar y entender el mundo, algo que las genera-
ciones anteriores no sabían lo que significaba.

“Nuestro pensamiento, afirma Mead, nos ata todavía al pasado, al mundo tal
como existía en la época de nuestra infancia y juventud, nacidos y criados antes de
la revolución electrónica, la mayoría de nosotros no entiende lo que ésta significa.
Los jóvenes de la nueva generación en cambio se asemejan a los miembros de la
primera generación nacidos en un país nuevo” (Mead, citado por Quintero, 2005: 45).

35
A raíz de dicha analogía, Margaret Mead nomina a esas nuevas generaciones como
“prefigurativas”, las cuales son la expresión de un cambio en la cultura, pero no un cambio
de formas y contenidos, sino un cambio de “naturaleza”; es decir, en el marco de esas nue-
vas condiciones se presenta otro tipo de construcción de sentido o si se quiere de subjeti-
vidad. A la luz de una lectura acerca de la producción de conocimiento que ha realizado el
Centro de Investigaciones sobre lo Actual y lo Cotidiano en La Sorbona París V, su principal
exponente Michel Maffesoli, ha escrito algunos textos sobre las nuevas configuraciones
societales en el marco de la posmodernidad o la sociedad contemporánea -El tiempo de
las tribus y nomadismo juvenil entre otros- en los que podemos encontrar de manera
implícita la categoría que nos sugiere Mead para mirar los fenómenos de las nuevas gene-
raciones contemporáneas.

Dice Maffesoli que ese nuevo proceso de agregación o configuración societal que ca-
racteriza el comienzo de siglo XXI, es un fenómeno de “neotribalización” caracterizado por
el surgimiento de microgrupos en la escena social como la base fundadora de las nuevas
configuraciones societales. Al respecto señala,

“Reposa sobre una paradoja esencial, el vaivén constante que se establece entre
la masificación creciente y el desarrollo de microgrupos que denominaré ‘tribus’.
Se trata aquí de la tensión fundadora que me parece que caracteriza la socialidad
de este fin de siglo (...) La metáfora de la tribu en sí misma permite dar cuenta del
proceso de des-individualización” (Maffesoli, 1990).

Aunque el esfuerzo de Maffesoli es dar cuenta de las formas de agrupamiento en las


sociedades contemporáneas; el fenómeno de agregación juvenil se torna sumamente va-
lioso como recurso fenomenológico de la base de la socialidad actual, por cuanto muestra
claramente el “juvenilismo fundante” de la nueva época. Por tal razón, ante la pregunta por
la conformación de las subjetividades colectivas en el marco de la cultura contemporánea,
las agrupaciones, comportamientos y territorilidades juveniles obtienen gran interés.

“La réplica de los jóvenes, su secesión profunda con relación a los modelos
institucionales, puede considerarse como un retorno a la fuente, a lo inicial, o a
un vitalismo profundo que poco a poco contaminará el conjunto del cuerpo social.
En ese sentido, la juventud ya no es simplemente un estado específico, tampoco
un proceso de transición, sino una ‘cosa mental’ fundante del ‘juvenilismo’ actual:
símbolo, en el más fuerte de sus sentidos, de un mundo siempre y de nuevo
naciente” (Maffesoli, 2000).

36
Es en Barcelona donde se lleva a cabo uno de los estudios pioneros y sistemáticos acer-
ca de las presencias juveniles bajo la luz del concepto de tribu. En esta corriente, si bien el
factor de clase no es excluido totalmente de la reflexión, este elemento no se constituye
en un factor fundamentalmente determinante, puesto que estas expresiones que eviden-
cian más un cambio en la conformación de las subjetividades hacia una “cultura global”,
que la expresión de las meras contradicciones de clase. Al respecto de una tribu urbana se
plantea que ésta

“…se constituye como un conjunto de reglas específicas diferenciadoras a las


que el joven decide confiar su imagen parcial o global (...) En una tribu tienen
lugar juegos de representaciones que le están vedados a un sujeto ‘normal’(...)
cuantitativamente, pertenecer a una tribu es una opción minoritaria en la realidad
urbana” (Pérez, et al: 1998: 91).

La adolescencia y la juventud en
Colombia
A pesar de la trayectoria histórica del concepto de juventud en occidente, en Colombia
sólo hasta 1985 denominado el Año Internacional de la Juventud, se inician aproximacio-
nes desde otros campos diferentes al psico-social y formativo-pedagógico. En el marco de
las transformaciones que conlleva el nuevo modelo económico, las llamadas “políticas de
ajuste” en la década de los ochenta tienen sus consecuencias directas en América latina.
La década perdida, como se le ha dado en llamar a esos años de crisis económica para
esta región del mundo, se vieron caracterizadas por el altísimo endeudamiento exterior
de todos los países de la región, el incremento de extensas zonas de miseria en las áreas
urbanas, la ineficiencia del estado para brindar “seguridad social” y erradicar la pobreza;
y la llamada crisis de los Estados latinoamericanos reflejados en la paulatina pérdida de
autonomía con relación a las decisiones económicas más relevantes en el ámbito interna-
cional. Estos y otros factores en el contexto en el cual irrumpe el interés por esta pobla-
ción en particular en la región; excepto México y Argentina quienes ya gozaban de cierta
trayectoria en el tema.

37
En Colombia podemos observar que fue a mediados de los ochenta cuando comienza
a incrementarse el interés por las generaciones jóvenes de los sectores marginales prin-
cipalmente. Haciendo una revisión bibliográfica evidenciamos algunas corrientes que han
abordado el tema, en ocasiones de forma paralela, o en otras dependiendo como ha ido
evolucionando el concepto mismo. Por tal razón, encontramos a nuestro modo de ver, tres
paradigmas que se han constituido en los marcos generales en los que se enmarca la pro-
ducción de conocimiento sobre los jóvenes, y por ende, la construcción nacional del con-
cepto de Juventud. Un primer paradigma se pudiera denominar Desarrollo, vulnerabilidad
y Políticas públicas, cuya producción se encuentra centrada en la pregunta por la inserción
del joven en los sistemas políticos, económicos y sociales. También podemos encontrar
la mirada enfocada en la violencia juvenil, la cual se encuentra fuertemente relacionada
con el paradigma anterior y cuenta con la mayor producción; este paradigma se pudiera
enunciar como la Violentología en los jóvenes, al que inquietan las relaciones jóvenes vio-
lencia, delincuencia, peligro y control social. Finalmente, identificamos otro paradigma de
producción centrado en las Identidades juveniles.

Desarrollo, vulnerabilidad y políticas públicas.


En América latina, fue la CEPAL una de las instituciones pioneras en motivar acciones
para aproximarse a las generaciones jóvenes, con el objeto de determinar el impacto de
las transformaciones que implican las políticas de ajuste en las condiciones de vida de este
sector poblacional en particular; es por tal razón, que dicha comisión financia una serie de
estudios a nivel latinoamericano. Es así como en Colombia a mediados de la década de los
ochenta sale a la luz Ausencia de futuro del sociólogo y escritor Rodrigo Parra Sandoval,
quien para definir a la juventud se apoya tanto en la mirada demográfica como también
en la noción sociológica. En dicho documento se entiende a la juventud como “un grupo
de edad generalmente circunscrito al tramo de 15 a 24 años, que se la puede caracterizar
como un fenómeno social y político enmarcado en los procesos históricos de una sociedad
dada en las instituciones que socializan al niño y al joven, en las posibilidades de participa-
ción que la sociedad genera y ofrece a sus jóvenes” (Parra, 1985: 14). A partir de la anterior
definición, el autor hace un recorrido de la situación de la juventud en ámbitos como: la
familia; la escuela y la transformación educativa; el mundo laboral; y la situación social y
política. En dicho recorrido el lector se encontrará con el retrato de unas “generaciones en
crisis”, puesto que implica básicamente sectores de poblaciones por lo general marginales
y marginadas, las cuales son precisamente las que atraen la atención de las políticas públi-
cas y el diseño de estrategias de acción con relación a esa población en particular.

38
Dicho documento se constituye en el pionero de muchos otros ensayos y artículos que
definen principalmente a la juventud como grupo unificado y población objeto de políti-
cas públicas, las cuales deben apuntar al mejoramiento de su calidad de vida, mediante la
creación de estrategias que generen “alternativas sostenibles” de inclusión tanto social,
política, económica y cultural para dicha población. Es decir, que la preocupación de este
enfoque es principalmente el mejoramiento de las condiciones y alternativas de vida para
las generaciones jóvenes en condiciones más desventajosas, expresado básicamente en la
inclusión de un sujeto particular, en este caso, el joven de sectores populares en los diferen-
tes sistemas que componen lo institucional.

La producción posterior al lanzamiento del trabajo de Parra Sandoval se puede evi-


denciar en por lo menos dos ejes, los cuales compondrían dicho paradigma en el país2. El
primero lo podríamos llamar el institucional, el cual se compone de la producción rela-
cionada con el interés del aparataje institucional estatal para la inclusión del joven en ese
escenario; es decir, la preocupación del Estado por esas capas de población en particular
y su posterior inclusión en los diferentes campos: social, económico, cultural y político.
En dicho eje, la preocupación está centrada principalmente en la relación joven-peligro
social, lo que conduce a implementar políticas de carácter preventivo y de control. El se-
gundo eje es aquel que podríamos denominar como intervención desde la sociedad civil,
que se compone por un lado, de las reflexiones provenientes de la academia y grupos de
investigación; y por otro lado, de los sectores privados como las ong´s que se centran en
el trabajo comunitario con jóvenes populares. En el primer caso, la finalidad es brindar
lineamientos que permitan la formulación de políticas hacia la juventud más acordes con
las problemáticas y expectativas de dicha población, mediante reflexiones producto de
evaluaciones de algunas experiencias llevadas a cabo tanto en el ámbito nacional como in-
ternacional –principalmente Latinoamérica-. Mientras que en el segundo caso, su objetivo
central es fomentar la participación de los jóvenes en los diferentes procesos democráti-
cos como la vía fundamental para eliminar las desigualdades. Ambos esfuerzos deben, o
por lo menos deberían, converger en un proceso democrático que comprometa múltiples
actores en la formulación de una política pública de juventud.

2. Es importante aclarar al lector que la producción revisada es de carácter nacional, sin embar-
go, en ella no se evidencia tal distinción; no obstante, la hacemos explícita. como mecanismo de
ordenamiento de las reflexiones y los intereses que a nuestro parecer abordan el tema de la política
pública de juventud. Podríamos decir, que esos referentes que nosotros llamamos “institucional” e
“intervención desde la sociedad civilucional”, se encuentran generalmente atravesados por todos
los trabajos que tienen que ver con la producción acerca de las políticas públicas de juventud.

39
Los estudios sobre violencia y juventud
“La irrupción pública del joven en Colombia ha estado signada por la violencia” afirma
Carlos Mario Perea en uno de sus artículos acerca de las realidades juveniles en la ciudad
de Bogotá. Pero además, dicha afirmación es coincidente con afirmaciones de otros estu-
diosos del tema (Salazar, 1996, 1998; Barbero, 1998; Arbeláez 1996) entre otros. Asimismo,
fue también esa relación joven-violencia la que inspiró películas como la de Víctor Gaviria
Rodrigo D: No futuro, y seriados de televisión como la exitosa Cuando quiero llorar no lloro,
más conocida como Los Victorinos. De la misma manera, esta relación motivó diferentes
investigaciones, como también foros y seminarios que buscaban la aproximación al tema.

Dicho enfoque surge íntimamente ligado con el que hemos denominado Desarrollo,
vulnerabilidad y políticas públicas, ya que en el contexto histórico-social en el que este sur-
ge, las situaciones más problemáticas y que más afectaban, aún hoy a la población joven,
son la marginalidad y la violencia.

“La condición de marginalidad a la que se veían sometidos grandes sectores


de la población en un contexto urbano y la violencia que aún atraviesa nuestra
realidad urbana y rural, se constituyen en los dos factores principales que le darían
las primeras características al fenómeno de la juventud en Colombia” (Quintero,
2002: 49) (…)“Una de las preocupaciones en nuestra sociedad, ya a nivel de
formación social colombiana, es cómo las víctimas de las guerras son niños y
adolescentes, o sea, la guerrilla, los paramilitares, el servicio militar obligatorio,
la delincuencia común, ya sea como actor activo, perdónenme el pleonasmo,.
Como elemento pasivo es precisamente la gente joven dentro de esa nebulosa que
significa ser joven, es precisamente la gente joven quienes están en el centro y
también en la periferia de estas situaciones” (Toro, 2001: 2).

Uno de los hechos cruciales ocurrió en 1984 cuando en aquel entonces el ministro de
justicia Rodrigo Lara Bonilla es asesinado por dos jóvenes provenientes de las comunas
de Medellín. Dicho acontecimiento tuvo varias consecuencias; en primer lugar, significó la
irrupción de un nuevo sujeto para la opinión pública colombiana: el joven; en segundo lu-
gar, anunció la irrupción de una nueva forma de inclusión de los jóvenes en la violencia: “el
sicariato”, conformado exclusivamente por grupos de jóvenes de los sectores populares de
la capital antioqueña. “En un medio urbano desfavorable con pésimas condiciones de vida,
emerge una figura “terrorífica”, un “ángel de la muerte”, “jinete del Apocalipsis”, emisario
de la última voz del Dios: un joven, un “adolescente” armado de moto y fierro, acertaba con
sus balas la decisión final, la última palabra del gran poder, que con su maná, el dinero,
conducía a capas de población juvenil a las filas del sicariato” (Quintero, Ibídem: 50).

40
Dicho suceso propició múltiples preocupaciones por parte de un puñado de actores y
sectores sociales con el Estado a la cabeza. En ese momento, la preocupación institucional
apuntó básicamente a generar estrategias de control sobre dichas capas de la población;
como también algunas estrategias preventivas, pero que en últimas eran paños de agua
tibia, con un actor social nuevo y desconocido. Tales campañas preventivas se destinaban
básicamente a llevar a cabo procesos de resocialización con bandas juveniles vinculadas
al sicariato, como también múltiples trabajos adelantados por la iglesia y ong´s principal-
mente que apuntaban a la vinculación de jóvenes en proyectos productivos y de apoyo a
sus comunidades mediante recursos de cooperación internacional. Por otro lado, se mo-
tivaron también seminarios y foros sobre el fenómeno de la violencia juvenil3 en la ciudad
de Medellín, que más adelante fueron valiosos en aras no sólo hacia la aproximación y el
conocimiento de la relación jóvenes-violencia, sino también, para la formulación de políti-
cas públicas hacia la juventud en la ciudad de Medellín (Ibídem: 3).

Paralelamente se llevaron a cabo una serie de investigaciones que permitieran ir más


allá de las nociones meramente institucionales. Una de ellas, tal vez la más representativa
se publicó bajo el nombre de No nacimos pa´ semilla del periodista e investigador antio-
queño Alonso Salazar, en el que a manera de relato literario, el autor da cuenta de las si-
tuaciones que atraviesan dichos jóvenes, sus nociones de futuro y su convivencia cotidiana
con la violencia. Sin embargo, dicha realidad obedecía exclusivamente a un fenómeno par-
ticular, una forma específica de la relación joven-violencia, la cual no expresaba la situa-
ción general de los jóvenes del país y su relación con la violencia urbana. Lo producido en
la ciudad de Medellín se convierte en un referente importante para introducir la reflexión
del fenómeno de la violencia juvenil urbana en otras ciudades del país como Cali y Bogotá,
pero que a raíz de sus particularidades, los enfoques comienzan a tomar algunos matices
diferenciadores, en donde se puede identificar el interés y la preocupación, ya no por el
sicariato, sino básicamente la relación del joven con la violencia urbana y la delincuencia
menor. Dichas particularidades arrojarían como sucedió en Bogotá sus propias represen-
taciones, donde surge “el pandillero” en vez del sicario.

3. Uno de los seminarios más significativos fue el seminario impulsado por la Corporación
Región denominado Violencia juvenil: Diagnóstico y alternativas Realizado en San Pedro (Ant.) en
Agosto de 1990 Memorias del seminario Violencia juvenil: Diagnóstico y alternativas Corporación
Región, Medellín, 1990, pp 3-258.

41
“Para algunos autores, el tema ha atravesado la investigación sobre jóvenes en
la medida en que la irrupción del joven en el escenario público ha estado signado
por la violencia, lo que determinó el curso de las investigaciones en Bogotá y en el
país. Así la preocupación por las expresiones violentas de los jóvenes se convirtió
en una pregunta obligada. La figura del sicario cobró entonces un relevante
protagonismo en la investigación sobre jóvenes y fue girando en torno a las
organizaciones juveniles como las bandas y las pandillas” (Serrano, et al, 2002: 51).

Las Identidades juveniles.


Otro paradigma que logramos encontrar durante la revisión bibliográfica realizada, es el
que denominamos como Las Identidades juveniles, Dicho paradigma se ha desencadenado
a partir de la pregunta por la identidad de los jóvenes en el marco de las condiciones con-
temporáneas. Esta corriente en particular, ha tenido evoluciones importantes desde que
la juventud se convirtió en tema de interés público en el país. En esa medida, podemos
identificar tres vectores que componen este canal de producción. El primero de ellos, es
aquel que aborda la Identidad juvenil como un estado de tránsito, de crisis y vulnerabili-
dad; el segundo, se relaciona más bien con la mirada de la Identidad desde la pertenencia
al territorio, a la comunidad, etc. y por último, el enfoque que aborda la Identidad desde
las culturas juveniles.

El primer enfoque que formula el concepto de identidad lo ubica como el resultado de


los procesos de socialización o normalización que determinan al individuo, bien sea desde
la dimensión del desarrollo psicológico, o bien sea como sujeto social. Dicha mirada se
encuentra arraigada en muchos trabajos de las ciencias sociales que ven en la juventud
una etapa del desarrollo como tránsito hacia la vida adulta, y a su vez, se cruza con todo
el componente institucional que buscan prevenir y controlar a la población joven. Por tal
razón, a la juventud se le considera como momento turbulento y paradójico el cual se de-
bate entre la autonomía y la dependencia. En consonancia con lo anterior,

“los jóvenes aparecen como carentes de la suficiente autonomía y desarrollo


que les permita tomar decisiones “responsables”, por lo cual se constituyen en
sujetos manipulables y moldeables tanto por los grupos de pares, como por los
adultos que tienen poder y que hacen parte de dinámicas al margen de la ley. Dicha
vulnerabilidad hace que los jóvenes incurrirán fácilmente en el consumo de drogas,
en aras de integrarse a ciertas dinámicas grupales” (ibídem: 91).

42
El segundo enfoque desde el cual se ha abordado el concepto de identidad, se relaciona
directamente con el factor de la pertenencia a la comunidad o al territorio del cual habita
y usa. Desde esa perspectiva, muchos de los trabajos asumen la mirada que demanda una
ausencia de sentido de pertenencia, por parte de los jóvenes con el territorio común y con
su comunidad; para superar este problema, gran parte de los trabajos promueven la nece-
sidad de fomentar una conciencia social y comunitaria en los jóvenes. Como podemos ver
esta noción de identidad se ubica no en lo juvenil como tal, sino en los territorios de habita-
ción, lo que nos permite intuir que el recurso a esta noción de identidad de tipo territorial
es visualizada como la posibilidad de participar en las esferas públicas institucionalizadas
en el ámbito local. Desde esta perspectiva, podemos observar una búsqueda de un “joven
legítimo” y normalizado que se vincula activamente a los procesos comunitarios.

Por último, encontramos la tercera vía con la cual se ha mirado la llamada identidad
juvenil, el cual se ha preguntado por las configuraciones diferenciadas que elaboran los
distintos grupos juveniles, retomando elementos importantes de las teorías culturales so-
bre la juventud. En consecuencia, a mediados de la década de los noventa la pregunta por
los jóvenes fue tomando nuevos matices. A medida que se llevaban a cabo las respectivas
aproximaciones a las realidades de los jóvenes con el fin de encontrar respuestas a las
preguntas relacionadas con la identidad, la violencia y el desarrollo, fueron apareciendo
otras inquietudes. En la medida en que los investigadores se encontraban con jóvenes que
privilegiaban la esquina como lugar de encuentro y socialización; asimismo, evidenciaban
su fuerte relación con la música, y el advenimiento de otras y desconocidas nociones de
pertenencia con el territorio –barrio, ciudad y país- que obligaron a algunos investigadores
a tomar distancia del lugar común que se había convertido la indagación por la violencia y
el joven como actor central de ésta. “Era necesario que al mencionar la palabra juventud
no repitiéramos como lo hemos hecho a lo largo de estos años lugares comunes: pérdida
de valores, violencia, delincuencia…Se trataba de relativizar al joven como problema para
entenderlo como un actor social, inmerso, desde luego, en un país de alta movilidad, de
extendida inestabilidad, y atascado en la guerra y la corrupción” (Salazar, 1998: 3).

En torno a la pregunta por las culturas juveniles encontramos una bibliografía diversa, lo
cual hace pensar que ésta se ha convertido en un lugar privilegiado para aproximarse a lo
juvenil, en la medida que no se le ve por su condición social como sector demográfico, o psi-
cológico, sino en cuanto aquello que diferencia a los jóvenes de otros sectores sociales otor-

43
gándoles su autonomía y particularidad.4 Al respecto de las culturas juveniles, éstas han sido
abordadas por lo menos desde cuatro aspectos principalmente: a) Los objetos culturales; b)
Los territorios; c) Las agrupaciones; y d) Las prácticas sociales (Serrano, et al, 2003).

Lo anterior fue abriendo paso a la pregunta por la subjetividad y la singularidad de lo ju-


venil, la cual comienza a esbozarse en un lugar privilegiado para no muchos investigadores
hacia finales de la década de los noventa y principios del dos mil. Desde este enfoque las
preguntas más inquietantes y que atraviesan casi todos los trabajos y reflexiones provie-
nen acerca de la producción de sentido y la construcción de planes de vida de los jóvenes; y
las resistencias juveniles actuales en medio de las condiciones contemporáneas, las cuales
son propias de lo que distintos autores han denominado las sociedades de la información
(Castells, 1996; Hardt 2000) y las sociedades del control. (Hardt, Negri, 2002).

Acerca de la producción de subjetividades juveniles, Perea se pregunta por la vida cotidia-


na como espacio donde anidan los embriones de la subjetividad. Al respecto plantea que

“el joven actual es producto de las transformaciones estructurales de la era


de la información, en consecuencia, la relación con las instituciones tradicionales
de socialización no es de mero rechazo, sino que opera un proceso cotidiano
de resignificación propio de las líneas que atraviesan la construcción de la
subjetividad”(Perea, 2000).

Por otro lado, la pregunta que se ha planteado José Fernando Serrano por los planes
de vida en los jóvenes urbanos ha tenido el interés de “determinar el efecto del conflicto
armado que vive el país en las concepciones de vida y muerte de diversos grupos de jóve-
nes bogotanos” (Serrano, 2000: 11). A partir de lo anterior, el autor logra percibir las dife-
rentes concepciones de vida y muerte como un conjunto de fuerzas en tensión, móviles y
en permanente transformación, las cuales se encuentran ubicadas en territorios diversos
de los imaginarios culturales, advirtiendo que tales concepciones, más que expresar uni-
cidad y coherencia, presentan más bien choques entre una y otra. La investigación hace
referencia a cinco grandes “mapas de tensiones” que operan a manera de referentes de

4. Ver: SERRANO, José Fernando, et al, Saber joven miradas a la juventud Bogotana 1990-
2000, DAACD-DIUC 2003. Revista Nómadas No 4; LAVERDE, María Cristina, et al, Viviendo
a toda: Jóvenes, territorios culturales y nuevas sensibilidades, DIUC- Universidad Central, Siglo
del Hombre Editores, Bogotá, 1998, pp 326. MUÑOZ, Sonia, Jóvenes en discusión sobre edades,
rutinas y gustos en Cali; Fundación Restrepo Barco, Bogotá, 1999, pp 170. URAN, Omar, et al,
Medellín en vivo: La historia del Rock, Viceministerio de la juventud, Corporación región; IPC,
Medellín, 1997, pp 238.

44
sus historias vitales. Las narraciones encontradas desde dichos mapas, permitió al au-
tor afirmar que en sus distintas narraciones vitales, los jóvenes expresan un proceso de
transformación en los modos de ser sujeto “…como si unas ciertas subjetividades se es-
tuvieran disolviendo en el contexto contemporáneo para dar cabida a la reconfiguración
de aquello que nos hace entendernos como seres particulares y desde ahí dar sentido a
nuestra existencia” (Ibídem: 25).

Por su parte, otros estudios abordan la construcción de sentido a partir de la trans-


formación del conflicto o “resistencias moleculares”, creación de territorios existenciales
bajo lógicas de otra naturaleza, basados principalmente mediante el cuerpo y la creación
estética; lo que Guattari ha llamado la estetización de la política5 (Amaya y Marín, 2000).
Dicha mirada ha conducido a percibir expresiones de resistencias singulares que escapan
a los dispositivos de sujeción las cuales se plantean como luchas moleculares, luchas ser-
pentinas a veces visibles, a veces imperceptibles.

“Los conflictos generacionales se encuentran pautados entre la conservación


del estado de las cosas y su transformación (…) muchos jóvenes han hecho de esto
un real acto de confrontación política y estética que desde la transgresión de los
límites, de los territorios, del sedentarismo y de la moral economicista, van más
allá y hacen de las vivencias extremas una experiencia límite que posibilita crear
singularidades y sentidos propios de vida” (Quintero, 2002: 58).

En conclusión, podemos señalar que la pregunta por la subjetividad fue abriéndose


paso a medida que las aproximaciones hacia las identidades y las culturas juveniles iban
abandonando las miradas estereotipadas. Es decir, la mirada de las culturas a través de
los objetos se fue complejizando hasta el punto que se comienza a tomar distancia de di-
chas lecturas y se inicia una preocupación por los procesos y condiciones socioculturales

5. Al respecto, esta estetización de la política obedece a la construcción de la singularidad


existencial que escapa de las lógicas mayoritarias de agenciar el conflicto, estas lógicas acuden
a lenguajes y semióticas diferentes, donde la transformación misma del conflicto no pasa por las
lógicas de la representación. Al respecto nos dice Guattari: “La estetización general y relativa de
los diversos universos de valor conduce a un reencantamiento, de la naturaleza diferente, de las
modalidades expresivas de subjetivación (…)Los territorios existenciales se diversifican, se hetero-
genizan. El acontecimiento no está cerrado sobre el mito, deviene foco de reactivación procesual.
El golpeteo incesante del arte contra los cuadros establecidos.(…)la creatividad social parece
llamada a expropiar sus antiguos encuadres ideológicos rígidos, en particular aquellos que servían
de garantía a la eminencia del poder de Estado y aquellos que hacen aún del mercado capitalísi-
tico una verdadera religión”. Ver, GUATTARI, Félix, “El nuevo paradigma estético”, en El cons-
tructivismo guattariano, Universidad del Valle, Colección pensamiento, Cali, 1993, p 83.

45
que configuran los modos de ser joven. En esa medida, la noción de “cultura juvenil” fue
cuestionada puesto que a través de ella, se espectacularizó y estereotipó a los jóvenes
como adscritos a “nuevas tribus urbanas”, casi exóticas y de vivencia esotérica imposible
de acceder a los no iniciados. No se trataba de negar la importancia de los fenómenos
tocados por tal noción, sino de evitar los riesgos que ésta implica sobre los modos de
representación de lo juvenil (Serrano, 2003). También se puede afirmar que esta línea
de investigación hasta ahora viene experimentando sus primeras aproximaciones, por lo
tanto, nos encontramos aún frente a un territorio poco conocido y que hasta el momento
arroja apenas sus primeras aportaciones en las reflexiones de los investigadores sobre la
juventud.

46
La investigación en adolescencia y
juventud en el departamento de Boyacá.
El presente apartado tiene como propósito presentar de manera general el panorama
de lo hallado en torno a la producción de conocimiento sobre los adolescentes y jóvenes
en el Departamento de Boyacá. El panorama se presenta de la siguiente manera: En primer
lugar se da cuenta del tipo de documentos que se hallaron. Posteriormente, las temáticas
más trabajadas y las nociones de sujetos más reiterativas en los estudios. Seguido a ello,
se presentan las metodologías y por último unas observaciones generales.

Los tipos de documentos.


Durante el proceso de indagación acerca de la producción de conocimiento sobre ado-
lescentes y jóvenes en el departamento de Boyacá se visitaron diferentes tipos de insti-
tuciones, no obstante, la información hallada corresponde principalmente a documentos
académicos provenientes de los centros de educación superior. Ahora bien, no abundan
las publicaciones en revistas y libros; al respecto, tan sólo se hallaron dos documentos
en libro titulados: la juventud rural en Boyacá (1990) y Del bachillerato a la universidad:
Análisis de los cambios presentados por el estudiante en el proceso de transición (2003) y
un documento en revista académica titulado Los jóvenes y el desencanto político (2008)
el cual da cuenta de los resultados de la investigación acerca de Los factores asociados a
la participación política de jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional Abierta y a dis-
tancia. El mayor porcentaje (98%) de producción se presenta en tesis de grado de carreras
como psicología, educación y ciencias de la salud principalmente.

Las temáticas.
El presente estado del arte indagó por nueve temáticas: visiones de futuro, familia,
cuerpo, educación, inserción sociolaboral, convivencia y conflicto, culturas juveniles pro-
ducción y consumo cultural, participación social y política y políticas públicas. Estas te-
máticas se indagaron de manera transversal a todos los trabajos revisados; sin embargo,
también se identificaba la temática principal o principales de cada uno de los textos. Al res-
pecto, podemos afirmar que la temática más desarrollada por los trabajos revisados fue
familia 50%; seguido de cuerpo y conflicto y convivencia 33%; posteriormente educación

47
con un 32%; culturas juveniles 16%; y los menos trabajados visiones de futuro, inserción
sociolaboral y participación política 11% y el menos trabajado es políticas públicas con
un 8%.

Ahora bien, los modos de abordaje también dan cuenta de los enfoques y paradigmas
conceptuales y epistémicos desde los cuales se narra y se comprende lo juvenil desde los
mismos investigadores. Al respecto, el tema de familia es abordado principalmente desde
dos perspectivas; por un lado, el abordaje sobre la institución familiar la señala como el
núcleo o célula de la sociedad; es considerada el espacio de socialización por excelencia
y donde el adolescente o joven adquiere los valores fundamentales para la vida social (La
Torre, 2003; Niño y Reyes, 2005; Murcia, et al, 2003).

“La familia se constituye en el principal medio para fortalecer la identidad


personal, desarrollar sentimientos de confianza y seguridad; permite ampliar,
mejorar y construir la realidad; es un ecosistema de relaciones que constantemente
se está auto-regulando” (Barón y Uribe; 2004).

No obstante, también se señalan los riesgos de varios jóvenes en el núcleo familiar


principalmente por lo que se considera descomposición del núcleo familiar y desintegra-
ción del mismo. Al respecto, llama la atención la relación del adolecente o joven como un
sujeto vulnerable debido a la fragmentación del núcleo familiar y la ausencia de la figura
paterna. (Burgos y Castañeda, 2000; Buitrago y Medina, 2009). Muy ligado a este último
aspecto, otra de las formas de abordar el tema familiar se encuentra relacionada con el rol
del joven en el entorno familiar, el cual siempre es visto como el menor, el niño o el hijo.
Aún no hay trabajos que hablen de las familias que conforman los jóvenes aunque el tema
de la maternidad y la paternidad adolescente o juvenil es un asunto que cada vez toma
mayor relevancia (La Torre, 2003; Zarate, 2005; Carvajal y Flechas, 2000).

Otro eje temático bastante trabajado en los estudios revisados sobre los adolescentes
y jóvenes en el departamento es el de cuerpo, no sólo porque es un eje temático bastante
amplio en la medida en que abarca varios subtemas como, por ejemplo, el consumo de
sustancias psicoactivas, la sexualidad juvenil, el embarazo adolescente y los modos de
disciplinamiento corporal, sino también porque una de las disciplinas académicas que más
ha producido conocimiento sobre adolescentes y jóvenes son las ciencias de la salud. Al
respecto, un asunto bastante reiterativo en los trabajos sobre adolescencia y juventud
revisados, es el consumo de alcohol y tabaco –el cual genera bastante preocupación para
los investigadores en la región- y sustancias psicoactivas (Arias, 2001; Arias y Cruz, 2001;
Gómez y Murcia 2003; Pedroza y Puentes, 2004).

48
También el fenómeno del aborto y del embarazo adolescente, así como las percepcio-
nes sobre maternidad y paternidad especialmente en jóvenes estudiantes de instituciones
universitarias. Al respecto del aborto encontramos varios trabajos relacionados especial-
mente con las concepciones y representaciones que tienen los jóvenes sobre este fenóme-
no, en esa medida, encontramos trabajos que se preguntan por la percepciones de jóve-
nes hombres en los que se resalta el miedo frente a la paternidad, pero a su vez, el rechazo
a la práctica del aborto dado que es considerada una práctica de asesinato. (García y Parra,
2004; Díaz y Suárez, 2003). Por su parte, se encuentra un trabajo acerca de las concepcio-
nes sobre maternidad y paternidad juvenil, situación que se considera problemática en
tanto que no es el resultado de una sexualidad responsable, y una situación no planeada.
La maternidad y paternidad juvenil son vistas como el resultado de una sexualidad tem-
prana y no responsables (Zarate, 2005).

Un número significativo de trabajos también abordan el tema del conflicto y la con-


vivencia. Al respecto, se presentan trabajos principalmente sobre jóvenes contravento-
res o, como se denomina actualmente, en conflicto con la ley; especialmente con jóve-
nes que se encuentran recluidos en instituciones de corrección y protección (Burgos y
Castañeda, 2000). También se intentan responder preguntas acerca de las causas que
ocasionan comportamientos y prácticas juveniles que desestabilizan el orden social; las
cuales, según los trabajos revisados parecen estar vinculadas a factores como la descom-
posición familiar, la crisis de valores y los comportamientos “normales” de la adolescencia
o la juventud (La Torre, 2003; Fernández, 2002). Algunos trabajos intentan caracterizar los
distintos tipos de transgresiones mediante la definición de modos de pandillaje como es
el caso del trabajo de Burgos y Castañeda (2000) quienes intentan clasificar, a partir de
lo que consideran conductas delictivas, a los y las jóvenes y adolescentes. Al respecto, se
clasifican varios “tipos de sujetos jóvenes” asociados a conductas delictivas y clase social:

“Pandillero ladrón, el delincuente socializado, el pandillero pendenciero, el


delincuente pandillero casual, los delincuentes habituales, el delincuente casual no
pandillero, delincuentes de ocasión, el delincuente drogadicto, el delincuente ladrón
y la joven delincuente” (Ibidem, 2000: 34).

En el marco de este eje temático se resalta una condición trasgresora y desestabiliza-


dora por parte de los jóvenes sobre la condición de agentes movilizadores de propuestas
y alternativas para la convivencia.

49
Por su parte, el tema educativo también hace parte de los ejes temáticos que generan
para los investigadores un mayor interés. Al respecto, se identifican trabajos que se pre-
guntan por la crisis de la institución escolar, la cual incide directamente en la valoración
negativa por parte de los jóvenes al sistema educativo. Siguiendo este planteamiento, al-
gunos autores como Buitrago y Medina (2009) afirman que

“Diversos estudios y estadísticas revelan que el sistema educativo colombino


no responde a las necesidades del país y como consecuencia del mismo, el país
ha entrado en una crisis de enormes proporciones. La inoperancia del sistema
educativo se refleja en los sectores más vulnerables entre los cuales se destacan los
altos índices de deserción escolar” (Ibídem: 39).

Sin embargo, la mayoría de los trabajos que se enfocan a responder principalmente por
las causas y factores que motivan la deserción escolar.

Finalmente, los ejes temáticos menos trabajados son culturas juveniles, las cuales son
abordadas desde la perspectiva de las identidades y la emergencia de diversas formas de
identificación que ponen en crisis la cultura propia del joven boyacenses; al respecto, se
evidencia una mirada nostálgica sobre la identidad autóctona y se ve más como una ex-
presión de mundo contemporáneos y como un factor de desestabilización y pérdida de lo
boyacense (Buitrago y Naranjo, 2008).

Con relación a los trabajos que se preguntan sobre las visiones de futuro, la inserción
sociolaboral, la participación política y las políticas públicas, éstos son muy pocos. Frente
al primer eje temático, tan sólo un trabajo se pregunta por las representaciones que tie-
nen los jóvenes rurales sobre sí mismos en un futuro a 10 años (Moreno, 1999). Por su
parte, el tema relacionado con el trabajo y la inserción sociolaboral, es abordado desde la
asociación con la deserción escolar, ya que la vinculación al trabajo es vista como uno de
los factores que motiva la deserción escolar, asociado al tema de los bajos recursos econó-
micos y la desmotivación frente a la educación.

“La primera causa de deserción escolar es la situación de pobreza en los hogares,


en la que la familia del estudiante no posee los recursos para financiar los gastos
propios de la educación: uniformes, útiles escolares, transporte, alimentación,
etc. También es frecuente que ante la necesidad de ayudar económicamente a sus
familias, muchos menores ingresen al mundo laboral y se estima que un 35% de
ellos abandonan la escuela” (Buitrago y Medina, 2009: 38).

50
No son muchos los trabajos sobre la participación política de los jóvenes, los pocos
existentes hablan por un lado, de lo que los autores llaman el desencanto de la política
debido a tres factores principalmente a) la incidencia de la globalización y la adaptación de
modelos político ajenos; b) la poca formación en ciudadanía y participación política y c) la
corrupción y la imagen negativa hacia sus representantes; estos factores, parecen incidir,
según los investigadores, en el poco interés, que parece haber, de parte de los jóvenes por
participar en las formas de participación política formal o institucional. (Sotelo, 2008). Por
su parte, el texto Cultura política, Estado Social de Derecho y Educación para la democra-
cia (2008) resalta la importancia de la educación para la democracia y la ciudadanía como
mecanismo eficaz para la garantía y goce de derechos por parte de todos los ciudadanos.
Señalan la importancia de trabajar con el joven debido a que no sólo se encuentra inmerso
en el proceso educativo, sino también porque representan un alto capital humano y cultu-
ral en el mundo contemporáneo (Ariza, et al, 2008).

Uno de los vacíos con relación al tema de la participación política se relaciona con otras
formas de participación política; al respecto, no se encuentran trabajos que asocien aspec-
tos de construcción identitaria con la participación social y política, como tampoco otras
formas de asociacionismo por fuera de la institucionalidad política formal. Finalmente, el
tema de las políticas públicas es abordado en sólo un trabajo en el que se hace una mirada
crítica a la ley y la política nacional de juventud resaltando las limitaciones para promover
la movilización social de los jóvenes (Sotelo, 2001).

Nociones de diversidad

Nociones de sujeto
La noción de sujeto más desarrollada es la de vulnerabilidad y riesgo con un 39%; se-
guido de búsqueda de identificada con un 28%; seguido por cambio social, peligro social,
y otros con un 8% y el menos trabajado es cultura juvenil con un 5%.

Como se puede observar las nociones de sujeto que suelen atravesar a los documentos
son principalmente nociones en las que se considera a los jóvenes como sujetos vulnera-
bles y en riesgo debido a su condición de clase -especialmente de sectores populares y
marginales- (Burgos y Castañeda, 2000) ; así como por la particular condición de tránsito
hacia la edad adulta, es por esta última razón que se considera a los adolescentes y jóve-

51
nes sujetos que no tienen aún las herramientas y capacidades suficientes para tomar las
mejores decisiones. Al respecto, la vulnerabilidad de estos sujetos suele ser relacionada
con aspectos tales como: la influencia que pueden tener sujetos de mayor edad o con más
experiencia especialmente en actividades ilegales (Burgos y Castañeda, 2000), la práctica
de la sexualidad a temprana edad (Blanco, 2003), la condición de tránsito entre la infancia
y la adultez (Pedraza y Rincón, 2004), el consumo de sustancias psicoactivas (Arias y Cruz,
2001) y la situación de desplazamiento de quienes han sido víctimas de esta problemática
(Barón y Uribe, 2004).

La noción del joven como un sujeto en busca de identidad se asocia a la noción anterior
en la medida en que esta particular condición lo conduce a asumir múltiples riesgos. La
búsqueda de identidad, en muchos casos lo arroja a una situación de ser influenciado por
el contexto o grupos de amigos o externos. Esto se refleja, según autores como Buitrago
y Medina (2000), en la posibilidad de desarrollar prácticas que trasgreden la ley; a su vez,
esta misma condición conduce al joven o al adolescente a homogeneizarse con los demás
razón por la cual tiende a uniformarse y portar indumentarias influenciadas por los ami-
gos. También esta condición implica una serie de conflictos consigo mismo y con el entor-
no familiar (Ibídem, 2000; La Torre, 2003).

En esa misma vía, autores como Cuevas y Lizarazo (2001) afirman que en la condición
“natural” de la adolescencia se experimenta un proceso de “autonomización” el cual se
caracteriza por un tránsito entre la dependencia familiar a la autonomía “moral” de los
propios jóvenes. Esta autonomía moral suele estar caracterizada por la construcción del
propio criterio del joven que puede resultar en conflictos con el entorno familiar por al-
gunas decisiones que el joven tome o por los gustos que éste construya que pueden ir en
contravía a lo que pretenden los padres. (Ibídem).

Otras nociones de sujeto identificadas pero trabajadas en menor medida son: el joven
como motor del cambio social en la medida en que, por un lado, se considera como una
persona que siempre está dispuesta al cambio (Moreno, 1999), y por el otro, que refleja
las transformaciones sociales acontecidas por el desarrollo de la tecnología y la influencia
de los medios de comunicación (Buitrago y Naranjo, 2008; Sotelo, 2001) Moreno, 1999).
No obstante, los documentos adolecen de una noción de sujeto transformador desde el
punto de vista de la movilización social y política y se enfatiza en una noción de sujeto
pasivo.

52
Finalmente, la noción de sujetos desde el punto de vista de portador de estéticas y ads-
crito a grupo denominados como culturas juveniles es la menos trabajada por los estudios
revisados. Al respecto, se puede intuir que dado los enfoques y corrientes disciplinares
desde los cuales se lee la experiencia juvenil, los trabajos sobre estéticas juveniles, consu-
mos culturales y transformaciones de la subjetividad por medio de la música y las estéticas
ligadas al consumo no parecen ser una preocupación investigativa para los investigadores
locales.

Nociones de diversidad
El panorama de las nociones de diversidad identificadas en los trabajos e investigacio-
nes revisadas se puede describir dela siguiente manera: La noción más destacada es la
diada rural-urbano y clase social con un 25% en los trabajos realizados. Frente a la noción
urbano-rural se puede afirmar que aún se privilegia la mirada hacia los jóvenes pertene-
cientes principalmente al casco urbano y a los jóvenes en situación de escolaridad, dejando
de lado, la condición rural como tal, con relación a este aspecto tan sólo un trabajo aborda
la juventud rural. Es de resaltar que parece haber en la gran mayoría de los trabajos una
pulsión urbana para leer las subjetividades juveniles, dado que no es posible identificar la
condición rural de los jóvenes de pueblo. También se extraña en los estudios los debates
sobre la configuración de lo que podría llamarse la “nueva ruralidad” debido al efecto de
los medios masivos de globalización y el impacto de las instituciones socializadoras que
por múltiples factores “tienden a urbanizar las subjetividades contemporáneas en los con-
textos o espacios rurales.

En torno al tema de la clase social se puede afirmar que se privilegian los jóvenes y
adolescente de sectores populares y marginales o que por una u otra razón tienen distin-
tos modos de exclusión social, se extraña la mirada hacia los jóvenes de sectores medios y
altos. Aunque podría intuirse que algunos trabajos al preguntarse por jóvenes estudiantes
de centros universitarios se preguntarían por estos estratos socioeconómicos, sus conclu-
siones no se centran en el factor socioeconómico.

Otra de las nociones de diversidad trabajadas es la de género con un 22% mediante la


cual se da cuenta de algunas diferencias entre hombres y mujeres especialmente cuando
se aborda el tema de las percepciones sobre sí mismos y la vida futura. El asunto de las
mujeres jóvenes se tiene en cuenta en los trabajos enfocados en temas como aborto y
embarazo adolescente. Las otras nociones no son trabajadas.

53
Las metodologías
El asunto metodológico presenta, en términos generales, un tratamiento más bien ho-
mogéneo en gran parte de los trabajos. Si bien se encuentran trabajos que provienen de
diferentes áreas disciplinares –psicología, educación, ciencias de la salud, administración
pública y en algunos casos comunicación- las metodologías suelen caracterizarse en su
mayoría por métodos de tipo cuantitativo haciendo especial énfasis en el uso de encues-
tas y análisis de datos recogidos por este tipo de instrumentos, mediante los cuales, se
intenta principalmente describir tendencias en torno al tema de interés particular de cada
uno de los estudios y actitudes y comportamientos de las personas o grupos poblacionales
objetos de la investigación. De esta manera, encontramos estudios donde “su propósito
es describir sistemáticamente hechos y características de una población dada o un área de
interés…” (Sánchez y López, 2004: 57).
Los métodos de investigación cualitativa, aunque en menor medida, también son usados
por los investigadores en la región. Las técnicas más usadas según los trabajos revisados
son: la observación participante, la etnografía, la entrevista, los grupos de discusión, el
análisis de discurso y los relatos de vida. Estas técnicas se adoptan según los intereses de
indagación. Por lo general, la etnografía va acompañada tanto de la observación como de
la entrevista y son usadas, según Buitrago y Medina (2009), para conocer de manera más
próxima el contexto en el que se desenvuelven los jóvenes y poder obtener “una imagen
más realista del entorno y los comportamientos” (Ibídem: 20). Por su parte, mediante las
entrevistas y los relatos de visa se busca acceder a concepciones y representaciones sobre
situaciones o fenómenos particulares; estos son combinados, según gran parte de los tex-
tos, por lo el método hermenéutico (Meza y Flores, s,f).
También es importante señalar que si bien los métodos cuantitativos y de carácter des-
criptivo suelen ser los métodos privilegiados por los investigadores y estudiantes graduan-
dos para el estudio de los y las jóvenes y adolecentes, es importante resaltar que también
se encuentran, así sea, en menor proporción, estudios realizados bajo enfoques de tipo
participativo en los que se combinan tanto procesos de investigación y análisis de datos
como de formación; tal es el caso del estudio sobre la juventud rural en Boyacá, el cual tie-
ne como propósito principal “conocer la percepción de los jóvenes, hombres y mujeres, de
la producción agropecuaria, el medio ambiente y el entorno sociocultural, para ser incor-
poradas en las instituciones que pretenden orientar programas hacia los intereses de esta
población” (Moreno, 1999: 10) dado el interés de este trabajo, se adopta entonces una
“estrategia metodológica aplicada para el desarrollo de la investigación, que comprendió
dos procesos, uno de carácter formativo y otro de tipo operativo trabajados simultánea-
mente” (Ibídem: 15).

54
El Enfoque de Derechos
un lente para cada categoria
El enfoque de Derechos, Desarrollo
Humano Sostenible y Adolescencia
y Juventud

56
Algunas observaciones sobre Desarrollo
Humano y enfoques de expansión de
capacidades.
En primer lugar, la primera distinción que establece el paradigma del desarrollo huma-
no con la concepción clásica del desarrollo es que mientras el desarrollo desde el punto
de vista de la teoría clásica considera el desarrollo como crecimiento económico, el desa-
rrollo humano considera el crecimiento económico sólo como un medio para mejorar la
calidad la vida de la gente, y de esta manera, que los sujetos alcancen mejores niveles de
satisfacción y realización, referida a las diferentes condiciones de vida que son (o pueden
ser) alcanzadas por las personas.

Desde esta nueva consideración, el desarrollo no se instala únicamente como una cate-
goría exclusivamente económica, sino que también, comienza a ser considerada como una
categoría sociocultural. Esta nueva dimensión del desarrollo nos llevará a la definición de
éste como un proceso por medio del cual se amplían y profundizan las capacidades huma-
nas. Esto implica, según Sen, un proceso que tiene su punto de partida en unas dotaciones
iniciales: fuerza de trabajo, tierras, herramientas, bienes, dinero. Junto a estas dotaciones,
también son consideradas como tales, lo que este autor llama, las capacidades o habilida-
des para lograr algo, las cuales se pueden constituir en potencialidades o oportunidades
efectivas de las persona para alcanzar un tipo o un estilo de vida que puede (quiere) llevar.
Estas se encuentran asociadas, en gran medida, a la dimensión sociocultural puesto que se
caracterizan por las valoraciones, los saberes, las estrategias, las relaciones o redes socia-
les adquiridas en el mismo proceso de socialización (inserción en la cultura) y educación.

Así mismo, el desarrollo humano depende de variables de dos tipos: determinantes


como la educación y la salud; e instrumentales como la promoción o la productividad. Con
estas conceptualizaciones -aparentemente confusas a primera vista- se recusa la visión
de acuerdo a la cual, la posesión de bienes y servicios sirve como criterio exclusivo para
definir el nivel de vida (concepto estrecho) o de bienestar o calidad de vida (conceptos que
incluyen las capacidades) de una persona, puesto que las posibilidades de transformación
de bienes y servicios (a partir de los entitlements o derechos) a realizaciones varían de
persona en persona, según sus capacidades. En ese sentido, a la persona se la concibe en

57
forma más dinámica y con un potencial propio, más que como un ente pasivo, que sólo
recibe, consume o disfruta, como en las versiones económicas ortodoxas. En este aspecto
se observa un avance respecto al paradigma de Max-Neef, ya que se consideran no sólo
los logros, sino también y esencialmente las libertades de acción, es decir, para Sen es la
propia libertad la que importa y no los medios por los cuales es lograda.

En pocas palabras, la idea rectora de este enfoque consiste en que las ‘realizaciones’
son constitutivas del ser de una persona y una evaluación del bienestar de una persona
tiene que adoptar la forma de una determinación de estos elementos constitutivos. Una
‘realización’ es equivalente al logro de una persona: lo que él o ella hace o es, y toda ‘reali-
zación’ refleja un componente del estado (no solo anímico) de esa persona. La ‘capacidad’
de una persona es una noción derivada que refleja varias combinaciones de ‘realizaciones’
(‘seres y prácticas) que él o ella puede alcanzar. De ahí que la ‘capacidad’ refleje la libertad
de la persona de elegir entre diferentes formas de vida. La motivación implícita- el énfasis
en la libertad- está bien reflejada en la conocida frase de Marx, de acuerdo al cual lo que
necesitamos es “reemplazar la dominación de las circunstancias y el azar sobre los indivi-
duos por la dominación de los individuos sobre el azar y las circunstancias”.

Este enfoque abre la visión a varias perspectivas de gran valor para el tema que tene-
mos entre manos. De una parte, considera el hecho que las personas valoran la habilidad
de realizar ciertas cosas y, de otra, la de alcanzar ciertos tipos de logros (tales como el de
estar bien alimentados, librarse de la morbilidad evitable, ser capaz de movilizarse de un
lugar a otro como deseen, etc.). Se enfatiza así el ser y hacer (y, por tanto, la libertad), más
que el tener, de la persona humana. De manera que el bienestar de una persona depende-
ría de una evaluación de sus realizaciones. Con este tipo de enfoque se posibilitan nuevas
vías para concebir y alentar el desarrollo cuando menos conceptualmente, percibiéndose
que lo importante en tales procesos - más que sólo los medios materiales, las ‘utilidades’
o la satisfacción de ‘necesidades básicas’- radica en la promoción de las capacidades, las
realizaciones y los derechos de la persona humana.

De manera que, desde la perspectiva de este paradigma, se quiere llamar la atención


sobre la importancia de hacer una evaluación del desarrollo en términos de las realizacio-
nes logradas, más allá de la mera disponibilidad y uso de los medios (bienes y servicios)
para tales “funcionamientos”.

58
En conclusión, cuando hablemos del desarrollo en su nivel micro, incorporaremos el
concepto de capacidades y realizaciones como elemento indispensable de la perspectiva
alternativa, ya que ellas son expresiones de libertades (para escoger entre diversas opcio-
nes de vida), más que medios para alcanzar la libertad (caso de los bienes y servicios).

Ahora bien, para fines de política, esta perspectiva enriquece enormemente las propues-
tas, haciendo más eficaces las opciones. En la medida en que no sólo propugna una expansión
de la masa de mercancías (por el lado de la oferta), que no es condición suficiente para el
desarrollo, establece toda una cadena de espacios de acción, desde las dotaciones (en que la
economía del desarrollo se detiene), pasando por los derechos, hasta llegar a las capacidades
y realizaciones. Una perspectiva del desarrollo que no incorpore estos aspectos quedará trun-
ca desde la partida. En tal sentido, cuando menos conceptualmente, Sen nos lleva buenos
pasos adelante en esta materia. El acento esta puesto en lo que la gente puede ‘hacer y ser’ y
no en lo que puede ‘tener’. Desde este punto de vista, muchas veces no hace falta tener más
para hacer más” (Sen,1991: 18).

Según este enfoque, se percibe “el desarrollo como una combinación de distintos pro-
cesos, más que la expansión de alguna magnitud aparentemente homogénea, tal como
el ingreso real o la utilidad. Las cosas que la gente valora hacer o ser pueden ser muy di-
versas y las capacidades valorables varían de libertades tan elementales como estar libres
de hambre o de subalimentación hasta habilidades tan complejas como las de alcanzar el
auto respeto o la participación social” (Sen, 1989: 54).

Desde este punto de vista, podríamos afirmar que emerge una nueva teoría del capital
en la que ya no es sólo es considerado el capital económico como el insumo básico e inicial
para el desarrollo, sino que también se consideran igualmente importantes los capitales
sociales: redes, amistades, etc., capitales culturales: saberes, habilidades, etc. y capitales
simbólicos: reconocimiento, status, los cuales, a su vez, son intercambiables y permiten
mayores condiciones y posibilidades de realización..

59
Adolescencia y juventud desde un
enfoque de derechos y expansión de
capacidades.
Retomando los aspectos centrales de la propuesta de desarrollo humano planteada por
una serie de académicos y economistas entre los que se encuentra Amartya Sen a la cabe-
za, el asunto de los derechos va más allá que un simple manifiesto. Desde el paradigma de
desarrollo humano; los derechos son comprendidos desde el punto de vista del goce y de
tener el poder y la capacidad de ejercer los derechos.

De otro lado, abordar el tema de los derechos humanos en Colombia tiene una tradi-
ción bastante arraigada en torno al conflicto armado y la violencia; ampliar el tema de los
derechos humanos a otros ámbitos de la vida social y cultural implica bastantes esfuerzos
y retos. Lo anterior no quiere decir que le estemos restando importancia al tema de las
violencias y el conflicto armado; sino que para comprender y solucionar el conflicto en
Colombia pasa por el asunto de las inequidades y los distintos modos de exclusión social,
política, económica, cultural y simbólica. Por lo tanto, este paradigma de desarrollo, mu-
cho más amplio, permitiría también encontrar posibilidades de solución al conflicto arma-
do y las formas de violencia en Colombia. En esa medida, pensar en el mejoramiento de la
calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos es fundamental para lograr una sociedad
mejor, que reconozca la pluralidad como una potencialidad y no como una dificultad ori-
ginadora de conflictos.
Ahora bien, la relación jóvenes y derechos se hace supremamente importante por va-
rias razones; una de ellas, se debe al reconocimiento y goce pleno de derechos por parte
de estos sujetos, lo cual implica atender tanto: la relación que se ha establecido entre ju-
ventud y violencia (una relación de doble vía, dado que no se puede negar la participación
de muchos jóvenes en fenómenos claros de violencia y la violencia simbólica que contiene
ciertas representaciones sobre los jóvenes que los afecta y los violenta) y la excusión social
y económica de esta población, lo cual se ve reflejado en la disminución de posibilidades
para su realización. Al respecto, la política nacional de juventud parece visionaria en ese
sentido, en la medida en que al adoptar un enfoque de expansión de capacidades, que a
su vez recoge el enfoque de derechos y lo proyecta más allá, supone una intervención por
parte del Estado con un sentido de reconocimiento de ciudadanías y derechos sociales,
culturales y económicos.

“La Política Nacional de Juventud reconoce a los jóvenes como sujetos de


derecho, portadores de valores y potencialidades específicas que los convierten en
actores claves para la construcción de una sociedad más equitativa, democrática,
en paz y con justicia social. De la existencia de amplias capacidades en los jóvenes
depende en buena medida el desarrollo de la sociedad entera, pues durante la
etapa vital de la juventud las personas se desarrollan y afianzan los atributos y
cualidades que en el futuro permiten contar con unos ciudadanos sanos, educados,
productivos, participativos, pacíficos y preparados para asumir los retos inherentes
al mundo contemporáneo”6.

Tal y como lo concibe la Política Nacional de Juventud en uno de sus criterios (que se
asumen como orientadores para su formulación e implementación), frente a los derechos
de los jóvenes lo central es avanzar en aquellos de primera y segunda generación, consi-
derando situaciones específicas en virtud de su condición de jóvenes, así como orientar
acciones para aquellos que por el solo hecho de su edad, padecen vulneraciones graves o
severas o negación de sus derechos.

Los derechos de primera generación son también los llamados derechos civiles y políti-
cos y los de segunda son los derechos económicos, sociales y culturales. Es posible recono-
cer que mucha de la legislación frente a los jóvenes y a la sociedad en general, ha desarro-
llado mecanismos más fuertes para la protección de los primeros que de los segundos. En
este sentido, desde la Constitución Política se reconoce el deber del Estado y la sociedad
en garantizar la participación activa de los jóvenes en los organismos públicos y privados

6 Política Nacional de Juventud.

61
que tengan a cargo la protección, educación y progreso de la juventud. Así mismo, la Ley
de Juventud considera todo un capítulo para la participación como condición esencial para
que los jóvenes sean actores de su propio desarrollo y define una herramienta considera-
da como uno de los principales avances en este sentido y es la que se relaciona con la crea-
ción de los Consejos de Juventud7. También, la Política Nacional de Juventud desarrolla en
su primer eje estratégico los temas relacionados con la convivencia, la paz, el tratamiento
no violento de los conflictos y la participación y organización juvenil.

Sin embargo, este reconocimiento constitucional y legal no ha implicado una garan-


tía en la participación activa de los jóvenes en los asuntos públicos, ni en los espacios y
procesos de concertación y toma de decisiones sobre temas que son de su interés y de la
comunidad en su conjunto. En este sentido, los jóvenes en las discusiones reconocen que
existen diversos obstáculos para que esta participación sea efectiva llegando incluso a una
desconfianza en las instituciones porque visualizan que son ajenas a sus realidades. Pero,
también reconocen que para avanzar en esta participación activa, se debe desarrollar un
componente en el que tiene responsabilidad el Estado pero también ellos: la organiza-
ción autónoma de los jóvenes. Es sentida la voz de la juventud frente a estos procesos de
asociacionismo y organización juvenil, pero también se reconoce que se ha desarrollado
mayor sensibilidad frente al tema y se ha vuelto estratégico para los jóvenes llevándolos
a ampliarse a diferentes frentes que antes estaban centrados básicamente alrededor de
movimientos estudiantiles y comunitarios.

Sin embargo, y tal como lo afirma Carlos Mario Perea “la irrupción del joven en el es-
cenario público del país ha estado signada por la violencia” con lo que surge la reflexión
sobre jóvenes y conflictos en diferentes contextos, “como respuesta a la alarma social que
produce que los jóvenes se vean involucrados en los hechos de violencia”. En este tema la
mayor preocupación de los jóvenes está relacionada con el conflicto interno que vive el
país, pues muchos de sus negativos efectos recaen en este grupo poblacional.

En los derechos de segunda generación, el objetivo fundamental de los Derechos


Económicos Sociales y Culturales es garantizar el bienestar económico, el acceso al trabajo,
la educación y la cultura, de tal forma que se asegure el desarrollo humano y de los pueblos.
En términos explícitos, los DESC hablan de cuestiones tan básicas para la dignidad humana
como la alimentación, la salud, la vivienda, el trabajo, la educación, el agua y la cultura.

7 Organismos colegiados y autónomos, cuya conformación es de un 60% de miembros elegidos


por voto popular y directo de la juventud y el 40% de representantes de organizaciones juveniles.

62
En la formalidad, si bien la Constitución representa un avance importante en el recono-
cimiento de estos derechos y bajo este mandato la legislación ha intentado desarrollarlos,
su garantía efectiva es aún más incipiente que en los derechos de primera generación.

La Ley de Juventud en su capítulo de derechos y deberes da indicaciones sobre el tiem-


po libre, la educación, la cultura y el desarrollo de la personalidad. Si bien desarrolla pos-
teriormente algunos temas relacionados con orientación y capacitación técnica; reedu-
cación y resocialización para jóvenes involucrados en fenómenos de drogas, alcoholismo
prostitución, delincuencia, conflicto armado e indigencia, economía solidaria; promoción
política y cultural; educación extraescolar; formación integral juvenil, entre otros, esta
muy lejos de constituirse en una herramienta que avance hacia la garantía de estos dere-
chos en los jóvenes, pues la responsabilidades a este respecto son tanto sectoriales como
poblacionales. Las primeras que deben velar por la garantía en el acceso a los derechos y
las segundas porque deben incluir los enfoques poblacionales para que este acceso sea
realmente efectivo.

La Política Nacional de Juventud en sus ejes estratégicos considera varias de estas cues-
tiones. En el eje estratégico de acceso a bienes y servicios públicos, se presentan los pro-
pósitos en materia de salud, seguridad social y la necesidad de que los jóvenes logren
mejores niveles de escolaridad., mientras que en el eje estratégico de oportunidades eco-
nómicas, sociales y culturales, se muestran asuntos relacionados con la inserción al mer-
cado laboral, fortalecimiento de la empleabilidad y del emprendimiento para jóvenes, la
educación para el trabajo, innovación científica y tecnológica y temas relacionados con lo
cultural, entre otros.

El reconocer a los adolescentes y jóvenes no sólo como sujetos de derechos, sino tam-
bién como portadores de capacidades y habilidades es de suma importancia dado que se
pasa de los imaginarios y construcciones sociales sobre los adolescentes y jóvenes como
sujetos “inacabados”, carentes, pasivos y objetos de políticas públicas. De tal manera que
implica asumir nociones de sujeto que dejan de lado las vulneraciones y exclusiones en las
que resultaban los enfoques y nociones de sujeto joven de antaño y de algunas disciplinas
de las Ciencias Sociales.

Ahora bien, ¿cómo garantizar a realización de los Derechos Económicos Sociales y


Culturales desde una perspectiva del desarrollo humano para los jóvenes en Colombia y
en cualquier localidad del territorio nacional? La organización de algunas políticas como
las de infancia y adolescencia, como también la política nacional de juventud son esfuer-
zos importantes que apuntan hacia ese objetivo. Desde la perspectiva de la que venimos

63
hablando, se vienen realizando varios esfuerzos para atribuir cierto orden, no sólo concep-
tual, sino también, político y técnico, en esa medida, varias instituciones tanto del Estado
nacional –Procuraduría General de la Nación y Departamento Nacional de Planeación-
como diferentes agencias de cooperación internacional han asumido la estrategia Hechos
y Derechos como una estrategia que, además de brindar lineamientos a los entes encarga-
dos de la política social en infancia y adolescencia, pretende, también, hacer seguimiento
acerca de la garantía y goce pleno de derechos por parte de esta población en particular.

En esa media, mediante la estrategia hechos y derechos se han clasificado los DESC,
por decirlo de alguna manera, en cuatro categorías: existencia, protección, desarrollo y
ciudadanía. Esta clasificación, tiene como propósito, orientar las responsabilidades ins-
titucionales y sectoriales frente a una obligación de carácter eminentemente poblacio-
nal. Dicha clasificación, si bien puede parecer como una fragmentación más de la política
social, lo que busca, sin dejar perder el carácter transversal e integral, es, como ya se ha
mencionado, orientar técnicamente las responsabilidades sectoriales frente a una política
poblacional. Esta nueva situación implica, además de formular políticas desde ese enfoque
y bajo dicha lógica, promover procesos de diagnóstico y producción de conocimiento y
caracterización siguiendo dicha organización. Es por esta razón que el presente estado del
arte, además de dar cuenta de los modos de producción de conocimiento sobre la adoles-
cencia y juventud identificando temáticas, metodologías, entro otros aspectos expuestos
anteriormente, pretende también identificar que se dice sobre los jóvenes y los adolescen-
tes de acuerdo a las cuatro categorías de derechos.

Derechos de Existencia: la Salud de los y


las Adolescentes y Jóvenes
Hablar de derechos de existencia significa referirse a los asuntos relacionados con la
salud, y la garantía de tales derechos tiene que ver con no correr riesgos frente a enfer-
medades evitables. En ese sentido, a la hora de levantar un diagnóstico o caracterización
o algo por el etilo implica contemplar información relacionada con Salud (SSR, VHI/Sida,
ITS, salud mental, consumo de psicoactivos, suicidios, homicidios, accidentes), morbilidad
y mortalidad, programas y servicios de salud para jóvenes: información y formación, nutri-
ción, inmunización (papiloma, tétanos, fiebre amarilla, hepatitis), saneamiento e higiene y
ambiente, familia: abandono, composición, cabezas de hogar.

64
La revisión de los estudios realizados en el Departamento sobre adolescencia y juven-
tud permitió identificar que con relación al tema de existencia, lo estudios abordan el
asunto de la salud desde a identificación de problemas o fenómenos como: el consumo de
sustancias psicoactivas, la sexualidad juvenil y los trastornos alimenticios.

Consumo de Sustancias Psicoactivas.


El tema del consumo de sustancias psicoactivas se constituye en un tema central que
se asocia de manera muy generalizada con la condición de adolescencia o juventud. Al
respecto de los estudios en el departamento de Boyacá, este asunto se aborda de dos
maneras: Un primera manera de abordarlo es que se intentan identificar los rasgo de la
personalidad de los jóvenes consumidores así como las causas o factores que motivan a
que un joven consuma este tipo de sustancias y las consecuencias directas o indirectas del
consumo. La otra manera de abordaje se asocia con los modos de consumo y la identifica-
ción y clasificación de las drogas que los jóvenes del departamento consumen.

Uno de los estudios que aborda el fenómeno se titula Rasgos de personalidad y carac-
terísticas de consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes infractores de la ley penal, pri-
vados de la libertad en la casa del menor Marco Fidel Suárez de cubrimiento departamen-
tal, el cual tiene como objetivo principal “evaluar y describir los rasgos de personalidad e
identificar las características de consumo de SPA en jóvenes infractores y contraventores
de la ley penal privados de la libertad en la casa del menor Marco Fidel Suárez” (Gómez
y Murcia, 2003: 15), y mediante la evaluación de los rasgos de personalidad, establecer
características propias del consumo, determinar la correlación de los factores asociados
con el consumo, identificar el nivel de reincidencia y esbozar estrategias para mejorar la
intervención psicológica, seguimiento y asistencia del menor en conflicto con la ley penal
y el consumidor de SPA.

Frente a los rasgos de personalidad, el cual es uno de los objetivos del estudio, se iden-
tifica una relación directa entre el consumo de SPA y prácticas de trasgresión de la ley; por
tal razón, se establece una fuerte relación, en el documento, entre la “conducta delictiva”
y el consumo de este tipo de sustancias. De igual manera, se intenta responder a las causas
que motivan que el joven asuma conductas delincuenciales asociadas al consumo de SPA.
Al respecto, se afirma que las condiciones familiares (descomposición familiar, violencia
social e intrafamiliar) se constituyen en factores que motivan que un joven asuma conduc-
tas delincuenciales poniéndolo en un mayor riesgo de consumir sustancias psicoactivas
(Gómez y Murcia, 2003).

65
De otro lado, el estudio sobre el consumo de sustancias psicoactivas de la juventud
Samaquense (Arias y Cruz, 2001) tiene como objetivo caracterizar el consumo de sustan-
cias psicoactivas por los jóvenes del municipio de Samacá; así como los modos de consu-
mo y los tipos de drogas. Para ello, parte de señalar que el consumo, más que ser un fenó-
menos de los jóvenes contemporáneos es un asunto que ha existido a través de la historia,
según los autores, lo que cambia son sus formas de consumo, las cuales, en la actualidad
no están basadas en torno a rituales específicos y modos de control social, sino que éste
en la actualidad se da de manera masiva y cotidiana. “La diferencia del asunto que nos
ocupa aquí es su carácter masivo y carácter de contexto particular que le da una significa-
ción especial al hecho de consumir. En otras palabras desaparece el control social y usar
drogas pasa a ser simultáneamente un fenómenos colectivo, relativamente permanente y
perfectamente individual” (Arias y Cruz, 2001: 42).

De otro lado, y para focalizar y acotar el problema, los autores establecen la salvedad
de que es sumamente necesario conocer la diferencia entre consumir por experimentar y
la otra, consumir de manera compulsiva. Y finalmente, llaman la atención que a la hora de
establecer explicaciones acerca del porqué alguien consume o no cualquiera que se bus-
que puede adaptarse al esquema explicativo. De manera que una persona puede consumir
por pobreza o por riqueza, por estar abandonado o ser sobreprotegido. Así que el asunto
es más complejo.

Al respecto, habrían tantas razones como quisiéramos, pero podemos identificar algu-
nas como: a) las razones emotivas las cuales tienen que ver con necesidades o deseos que
no se satisfacen de otros modos; por ejemplo, aumentar el amor propio o la confianza
sobre unos mismo, librarse de trastornos emotivos reducir la tensión o la ansiedad evitar
la presión entre otros; b) las razones físicas que se relacionan con los efectos físicos oca-
sionados por el uso de las SPA como: sentirse descansado, librarse de dolores, intensificar
las emociones, no sentir hambre; c) las razones sociales: ser aceptados, ganarse el recono-
cimiento de los demás, sobreponerse a la timidez, entrar en comunicación con los demás,
asuntos existenciales, entre muchos otros; d) las razones intelectuales: reducir el tedio,
entenderse mejor consigo mismo, mejorar la capacidad de concentración, satisfacer la cu-
riosidad, etc.; y e) las razones familiares: baja autoestima, dificultad familiar, cambios en la
estructura familiar, ausencia de figuras de autoridad, predominio de formas comunicativas
conflictivas padres u otros familiares consumidores, etc. (Ibídem, 42 – 46).

Según el texto, se pueden catalogar los consumidores en tres categorías: a) los usuarios
ocasionales que son aquellos quienes toman drogas en ocasiones específicas: calmar el

66
hambre, evadir el sueño; etc.; b) los usuarios parranderos quienes toman las drogas para
divertirse; y c) los eventuales son aquellos quienes ya no pueden dejar de tomar las drogas
porque su organismo se los exige. (Ibédem, 48). Según los autores, las drogas más usadas
por los jóvenes de Samacá son: Heroína, Cocaína, coca, Éxtasis, marihuana, alucinógenos
(LSD) y químicos inhalables.

La Sexualidad Juvenil
Frente a la sexualidad juvenil, los estudios en el departamento la abordan de la siguiente
manera; por un lado, estudios acerca de la preocupación existente acerca de la iniciación,
considerada temprana, de la práctica de la sexualidad; esta se aborda desde las distintas
problemáticas que puede acarrear como el riesgo de enfermedades de transmisión sexual,
el embarazo adolescente y la posible consecuencia del aborto. Por otro lado, se abordan
también las concepciones y percepciones sobre la maternidad y la paternidad juvenil.

En primer lugar, se puede firmar que la práctica de la sexualidad juvenil se considera


riesgosa en la medida en que los adolescentes y jóvenes, si bien tienen información sobre
los riesgos acerca de una sexualidad siguen asumiendo prácticas riesgosas en torno al
contagio de VIH e ITS. Al respecto, afirma (Blanco, 2003), en la población entre los 15 y 44
años las ITS son comunes. Tener una infección de transmisión sexual aumenta el riesgo de
ser infectado por el VIH/SID ya que estas producen lesiones muy pequeñas en la piel o
los genitales que sirven de “puerta de entrada” al virus, estas infecciones son importantes
por su incidencia y su alto potencial de causar complicaciones graves y por la interrelación
entre la infección por el virus de Inmunodeficiencia Humana y las ITS que causan ulcera-
ciones genitales; en el caso de la sífilis es entre 3 y 9 veces; 3 y 5 veces en el caso de la
gonorrea y en el caso del herpes genital el riesgo es 2 veces.

La magnitud del problema durante estos últimos años, se distribuye en los dos géneros,
afectando más a las poblaciones entre los 15-44 años, debido a la vulnerabilidad cognitiva,
biológica de este grupo. Cerca de un tercio de a población encuestada ya ha iniciado su
vida sexual, lo cual constituye un factor de riego ante una ITS pues cuanto más joven sea
el adolescente, mayor es la posibilidad de infección, ya que las principales razones para
la diseminación de las ITS entre los adolescentes son la actividad sexual temprana, que
aumenta la posibilidad de tener múltiples parejas de alto riesgo, la falta de uso del con-
dón o su uso de manera irregular e incorrecta, sumando la ausencia de un conocimiento
de las infecciones de transmisión sexual. Además de que la mayoría de los jóvenes tiene

67
relaciones sexuales cada vez que se presenta la oportunidad lo que conlleva a mantener
relaciones sexuales no planeadas y sin protección; aumentando el riesgo de contraer un
ITS (Blanco, 2003).

Por otro lado, el tema del embarazo adolescente es abordado por los estudios en el de-
partamento desde dos aspectos principalmente; por un lado, en torno al tema del aborto
inducido; y por el otro, desde el punto de vista de las percepciones y/o representaciones
que tienen los jóvenes sobre la paternidad y maternidad juvenil. En cuanto al tema del
aborto se priorizan asuntos como las actitudes de estudiantes y jóvenes frente al fenóme-
no (García y Parra, 2004; Díaz y Suárez, 2003). Al respecto, García y Parra (2004) afirman
que el aborto es un concepto cultural el cual abarca muchas dimensiones tanto físicas, mo-
rales y legales, que en Colombia aun no están lo suficientemente claras debido a la falta de
educación sexual mas que cualquier otra cosa. Se hace hincapié en que el aborto es una
problemática social con causas y consecuencias que atañen a todas las personas poniendo
énfasis en el análisis de la actitud que asume los hombres -estudiante universitario- Por
otra parte, la investigación está orientada además de conocer las actitudes del genero
masculino frente al aborto, como también, plantea acciones de intervención encaminadas
a la sensibilización de los hombres frente al aborto inducido y, para ello, se genera una
propuesta a nivel de promoción y prevención ya que tiene una mayor cobertura y logra
resultados a corto plazo (García y Parra, 2004).

Trastorno Alimenticio
Otro tema que emerge como problema para los investigadores son los trastornos ali-
menticios especialmente en las mujeres jóvenes –bulimia y anorexia- ; éstos trabajos pre-
tenden identificar las os generan. Al respecto, se identificaron dos trabajos. Por un lado,
se buscan causas en los patrones de belleza que impone el mercado (Fernández, 2002); el
otro trabajo en los factores de crianza (Jiménez, 2004).

68
Derechos de Protección: la Vida de los
Adolescentes y Jóvenes

En el marco de esta categoría de derechos se clasifica información relacionada con:


Violencias que afectan a adolescentes y jóvenes, VIF, VBG, Violencia Sexual (abuso y ex-
plotación sexual comercial), trata de personas, programas y servicios. Violencia social y
violencia educativa (bullying, maltrato desde docentes y directivas) Infractores a la ley
penal: individual y grupal (pandillas, bandas, debido proceso y aplicación de sanciones
conforme a la Ley 1098, programas y servicios de atención especializada en jóvenes, cár-
celes e inclusión social de jóvenes. Conflicto armado: reclutamiento y utilización, desplaza-
miento, muertes (jóvenes militares y civiles), víctimas de minas y municiones sin explotar
MUSE. No obstante, en el marco del presente estado del arte se identificaron trabajos que
abordan aspectos como: jóvenes infractores de la ley penal y las percepciones sobre el
conflicto armado.

Jóvenes Infractores de la Ley Penal


Con relación a este asunto el documento Diagnóstico e implementación de una pro-
puesta de reeducación para el menor infractor de la fundación casa del menor “Marco
Fidel Suárez” de la Ciudad de Tunja”. El trabajo aborda principalmente el caso de la casa
del menor infractor Marco Fidel Suárez, con el fin de diagnosticar su situación y elaborar
una propuesta de reeducación para la población menor infractora. “El presente trabajo
contempla la evolución que ha tenido esta población, las tipologías delincuenciales, los
factores que inciden en la delincuencia juvenil, un estudio y trabajo de campo ejecutado
en la Fundación Casa del Menor Trabajador Marco Fidel Suárez de la ciudad de Tunja con
los jóvenes y sus familias a partir del cual presentamos nuestra propuesta reeducativa
considerando que en esta institución, es necesario dar otra visión humanística para la
regeneración de valores y socialización de los menores infractores.” (Burgos y Castañeda,
2000: 7). En relación a las causas que provocan la cultura delincuente identifican facto-
res exógenos como los sociales y ambientales; aspectos asociados al contexto donde se
desarrolla la niñez: familia y sociedad. Mediante la socialización en distintos espacios
sociales, el sujeto adopta conductas para sí. También se identifican factores económicos;

69
al respecto, “El factor económico juega un papel primordial dentro de la formación del
individuo delincuente en general. La familia campesina inmigrante a la ciudad se des-
lumbra por la fastuosidad y el lujo de esta y la vida fácil, con el tiempo van tomando el
camino de la diversión y el vicio que termina por convertirlos en delincuentes en potencia
encaminando sus pasos hacia los oficios de cantinas y bares donde se les ofrece una labor
fácil.” (Ibídem: 22).

En el texto se establece una relación directa entre la vida en la calle y la participación


en grupos sociales que tienen el espacio público como su lugar de encuentro y de subje-
tivación. Es así como se afirma que “Entre otros factores que determinan la conducta del
delincuente juvenil tenemos las particularidades de la vida callejera en dónde ésta repre-
senta su casa, la escuela y el taller de los niños, en ella viven, juegan, comen, trabajan, tie-
nen amistades y aprenden los secretos de la corrupción; además en ella aprenden a pedir
limosna y a robar, se degradan las costumbres de todos y se oscurece la conciencia hasta
el punto de nos discernir lo moral de lo inmoral” (Ibídem: 22).

Percepciones sobre el conflicto armado.


Las múltiples formas de violencia se constituyen en realidades tangibles de la sociedad
colombiana, casi que la violencia se constituye en factor cultural que configura prácticas
socioculturales e imaginarios. Al respecto, se encuentra un trabajo que compara las per-
cepciones sobre la violencia que tienen dos grupos uno de jóvenes y otro de adultos ma-
yores. En este aspecto, el trabajo tiene como principal propósito “identificar las diferencias
entre las representaciones sociales de los jóvenes estudiantes de dos colegios mixtos, se-
gún la ubicación del centro educativo y el género frente al conflicto armado colombiano”
(Murcia, et al, 2003:15). Para tal efecto se hizo imperativo hacer una concienzuda descrip-
ción de los factores preponderantes en el desarrollo de la adolescencia caracterizándolos
desde una perspectiva psicobiológica o cultural, o desde la psicología social.

El trabajo es analizado teóricamente desde tres aspectos fundamentales a saber: la


adolescencia, el conflicto armado, las representaciones sociales y el impacto psicosocial
del conflicto armado en los niños y adolecentes. Frente al primer referente, los autores
definen desde la etapa del ciclo vital la adolescencia como un grupo de personas perte-
necientes a un rango de edad comprendido entre 12 y 20 años, y a quienes a su vez se les
puede caracterizar como un fenómeno político ávido de participación y reconocimiento
social.

70
Una de las principales conclusiones de ese trabajo señala que la situación actual del
conflicto armado colombiano está causando una incontrolable violación a los derechos
humanos; desde hace algunos años y cada vez con mayor frecuencia se han venido pre-
sentando reclutamientos de niños y adolescentes por grupos al margen de la ley con fines
diversos como lo son el convertirlos ya sea en informantes, guías o combatientes, aprove-
chándose en la mayoría de casos de condiciones de marginalidad y/o pobreza extrema en
las que se desenvuelven los muchos de los jóvenes.

“Por lo general los adolescentes tienden a atribuirle gran importancia a las actitudes y
opiniones de otras personas” (Murcia, 2003: 17) lo que de alguna forma puede resultar
como un factor que predisponen para la aceptación de conductas y propuestas inadecua-
das frente a la incorporación a grupos violentos y al margen de la ley. Los jóvenes en esta
etapa, llamada por algunos conflictiva, están en la búsqueda constante de aceptación lo
que puede llegar a hacerlos más proclives a la aceptación de propuestas de tipo conflictivo
acompañadas del deseo falaz por ser y sentirse cada vez más grandes y fuertes.

Derechos de Desarrollo

Los derechos de desarrollo son fundamentales para la inclusión social, cultural y econó-
mica de los sujetos. En torno al tema del desarrollo se incluyen los textos relacionados con
el tema educativo y de inserción sociolaboral. Con relación al tema educativo. Una buena
parte de las investigaciones revisadas con respecto a este tema dan cuenta de un objetivo:
conocer el joven escolarizado y comprender el sistema escolar para así aproximarse a las
realidades juveniles. Allí, notamos que la asociación “ser joven” es equivalente a “ser estu-
diante” y por esa vía, se pretende entender el sistema escolar y su afectación en la vida de
los jóvenes. Es decir, la escuela se asume como el escenario en el que los jóvenes llevan a
cabo buena parte de su cotidianidad, y por ello, al incidir en el espacio escolar se pretende
comprender y afectar el mundo juvenil.

Uno de los puntos críticos de esta mirada, tiene que ver con que se confunde, o más
bien, se da por entendido que Educación es Escolarización, por tal razón, estos trabajos
no tienen en cuenta otros procesos de aprendizaje que experimentan los jóvenes y que
no pasan por los recintos escolares. En razón de ello, se enfatiza en problemas como la

71
deserción escolar y comprender sus causas; además se señala la des-escolarización como
una de las causas para la vinculación de jóvenes en actividades que trasgreden la ley o a
pandillas y parches (Buitrago y Medina, 2009; Burgos y Castañeda, 2000).

Otro de los trabajos cuestiona la poca formación para la democracia, razón por la
cual, recomienda escolarización y han podido aproximarse a otros procesos de aprendi-
zaje como. Observamos la necesidad de un progresivo tránsito de la producción de cono-
cimiento acerca de jóvenes y educación, el cual se expresa del paso de la idea del joven
como “alumno”, hacia acercamientos a sus propias voces y la consideración como actores
sociales para un reconocimiento de su lugar como sujetos de culturas en una institución
que no da cuenta exclusiva de su particularidad, la pluralidad y diversidad de modos de
ser/estar en el contexto escolar. En síntesis, los diversos aspectos tocados por los investi-
gadores se convierten en el eje alrededor del cual se organizan los objetivos del conoci-
miento a construir: La crisis de la institución escolar, una crisis que se expresa de múltiples
maneras, a la que se intenta comprender para brindar posibles alternativas y/o estrategias
de acción, dependiendo el asunto que las motive: políticas públicas, asuntos pedagógicos,
inquietud por lo que sucede con la juventud, entre otros.

El tema acerca de la inserción laboral es el menos abordado por los investigadores.


El mayor número de trabajos es cuantitativo y el cualitativo aún no ha desarrollado una
tradición que permita observar un recorrido del conocimiento sobre su situación sociola-
boral. Con respecto a este tema, cabe preguntarse ¿porqué no hay un interés por parte
de los investigadores, siendo éste de suma importancia a la hora de reparar en la situación
de empleo y desempleo juvenil?. Otro aspecto que podemos señalar, es que si bien en
los últimos años se ha generado una creciente preocupación por el empleo y desempleo
juvenil y la inserción de los jóvenes en el sistema productivo, éste se ha visto centrado más
en el tema de la educación y la capacitación, que en la búsqueda de alternativas a la oferta
real para la inserción laboral -como si la mera capacitación ampliara las ofertas laborales-.
En consecuencia, el resultado ha sido la implementación de algunas políticas o programas
de vinculación o capacitación, las cuales, desafortunadamente, no cuentan con una pers-
pectiva a largo plazo, lo que hace pensar que más bien, los proyectos concernientes a este
tema, parecen preocuparse más por “ocupar” a los jóvenes, que por brindar ofertas reales
de vinculación laboral adecuada.

72
Derechosde Ciudadanía
Los derechos de ciudadanía se encuentran relacionados con la posibilidad de ejercer
los derechos políticos, no sólo a partir del reconocimiento como ciudadano por parte del
Estado, sino también, participar tanto en los asuntos relacionados con el Estado como
también, en los asuntos concernientes a la vida social, política y cultural; implica además
ejercer el derecho a disentir y ejercer la diferencia. Por lo tanto, los derechos de ciudadanía
no se limitan exclusivamente a los derechos políticos en tanto posibilidad de organizarse
en formas asociativas de carácter formal sino también, ejercer el derecho a la singularidad.
Por lo tanto, el reconocer los derechos de ciudadanía implica ir más allá de la observan-
cia de los mecanismos y formas de participación política auspiciada y reconocida por el
Estado, sino también, identificar e incluir otras formas de agencia social, de incidencia en
la vida cultural de los territorios locales y nacionales.

En el marco de la investigación sobre adolescencia y juventud en el departamento de


Boyacá son más bien pocos los trabajos sobre la participación política de los jóvenes, los
pocos existentes hablan por un lado, de lo que los autores llaman el desencanto de la
política debido a tres factores principalmente a) la incidencia de la globalización y la adap-
tación de modelos político ajenos; b) la poca formación en ciudadanía y participación po-
lítica y c) la corrupción y la imagen negativa hacia sus representantes; estos factores, a su
vez resultan en el poco interés que parece haber de parte de los jóvenes por participar en
formas de participación política formal o institucional. (Sotelo, 2008). Por su parte, el texto
Cultura política, Estado Social de Derecho y Educación para la democracia (2008) resalta
la importancia de la educación para la democracia y la ciudadanía como mecanismo eficaz
para la garantía y goce de derechos por parte de todos los ciudadanos. Señalan la impor-
tancia de trabajar con joven debido a que no sólo se encuentran inmersos en el proceso
educativo, sino también porque representan un alto capital humano y cultural en el mun-
do contemporáneo (Ariza, et al, 2008).

Uno de los vacíos con relación al tema de la participación política se relaciona con
otras formas de participación política; al respecto, no se encuentran trabajos que asocien
aspectos de construcción de las identidades con la participación social y política, como
tampoco otras formas de asociacionismo por fuera de la institucionalidad política formal.
Finalmente, el tema de las políticas públicas es abordado en sólo un trabajo en el que se
hace una mirada crítica a la ley y la política nacional de juventud resaltando las limitacio-
nes para promover la movilización social de los jóvenes (Sotelo, 2001).

73
Conclusiones y Recomendaciones
Conclusiones y Recomendaciones
Conclusiones sobre la producción de conocimiento: La
situación de la comunidad académica -Un asunto de
condiciones-
Una de las conclusiones a la que podemos llegar es que los discursos tienen reales
efectos prácticos; o dicho de manera más coloquial, como nombramos tratamos y como
tratamos incidimos en la construcción de la realidad. Esta afirmación, bastante construc-
cionista de por cierto, es posible constatarla con el sólo hecho de comprender la fuerza del
lenguaje en la construcción de la realidad en la que nos encontramos inmersos.

Específicamente para el caso de la juventud, sólo basta con realizar un recorrido histó-
rico de lo que ha sido la construcción social de este sujeto para notar cómo la elaboración
discursiva proveniente de varias disciplinas de la ciencias sociales han contribuido signifi-
cativamente en su objetivación. Es en el Emilio de la educación, escrito por el célebre re-
volucionario francés Jean Jacques Rousseau, donde emerge una primera imagen del joven
considerado como adolescente, un sujeto cuya particularidad es que se encuentra en un
momento transitorio entre la niñez y la adultez, y a quien por su proceso de crecimiento
biológico le supone características como la falta de conocimiento, la inmadurez y la rebel-
día. Este planteamiento se constituye en el aporte esencial para la legitimación de discipli-
nas como la psicología social y la pedagogía.

Posteriormente, es la sociología quien contribuyó en la construcción de otras tantas


nociones sobre este joven como ese sujeto que porta una cultura juvenil, como también
se constituye en ese sujeto motor del cambio social, de la renovación. También la antro-
pología ha contribuido en la construcción de nociones como el sujeto que habita la ciu-
dad mediante su resignificación, su re-simbolización, y en algunos casos, participando de
cofradías tribales en las que se comparten rituales en el proceso de construcción de un
nosotros y de una diferenciación con la cultura adulta. Todas estas nociones o discursos, se
han constituido en imaginarios sociales compartidos por todo el cuerpo social.

Ahora bien, vale la pena preguntarse ¿de qué manera estos discursos dejan de ser pa-
labras y se convierten en “carne y hueso”?. Cada una de estas nociones, al constituirse
en imaginario social, asigna prácticas y hábitos a los sujetos los cuales son incorporados
mediante el proceso de socialización realizado por instituciones sociales como la familia y

77
la escuela principalmente. No obstante, es importante preguntarse si ¿de la manera cómo
estos discursos inciden en los modos de regulación familiar y escolar, también inciden en
las políticas públicas formuladas y en los programas ofertados desde el Estado para aten-
der al joven?.; y si es así, habría que preguntarse también ¿de qué modo inciden y cómo
deberían incidir para alcanzar mayores y mejores impactos?.

Estos cuestionamientos nos arrojan a la necesidad de pensar acerca de los procesos de


producción de juventud. Para ello es importante, primero, tener claro, a qué nos referi-
mos cuando hablamos de producción de juventud, y a partir de eso, poder comprender la
incidencia de los discursos en la objetivación o materialización de un sujeto en particular
como es el joven.

Se entiende entonces por producción de juventud, es una producción mediante el cual


se interviene la población juvenil para su ordenamiento, adiestramiento y generación de
condiciones para su integración y contribución al alcance de los objetivos y/o metas tra-
zadas por una colectividad o sociedad en particular (crecimiento económico, legitimación
institucional, desarrollo, progreso, democracia, etc.). Este proceso de producción se de-
sarrolla de manera paralela en dos dimensiones de la vida social: en la individual y en la
poblacional. En la primera, como ya se había anotado, mediante el aprendizaje de todas
esas prácticas y hábitos transmitidos en los ámbitos familiares y escolares. En la segunda,
por medio de dispositivos de intervención y regulación sobre un segmento de la población
a manera de políticas públicas y/o mediáticas.

Estos dispositivos son de dos tipos: los discursivos y los performativos. Los primeros
hacen parte de lo que se entiende como la construcción de la juventud, y son todos esos
discursos e imágenes que hacen del joven un objeto de conocimiento y un imaginario so-
cial. Los segundos corresponden a la producción de lo juvenil y se refieren a las políticas
de juventud y políticas sectoriales que afectan directa o indirectamente a esta población,
moldeándola, interviniéndola, regulándola y asignándole un lugar social caracterizado por
el dato etáreo principalmente. De manera que de acuerdo a la noción de sujeto joven que
comparta una sociedad, se formulan e implementan políticas y programas que orientan
el tipo de intervención sobre esta población. Por lo tanto, la relación entre producción de
conocimiento y políticas públicas de juventud es más estrecha de lo que nos podemos
imaginar.

78
La situación de la comunidad académica sobre el campo
de la juventud en Boyacá

Además de la parcial incidencia de la comunidad académica en los procesos de formu-


lación de políticas de juventud, se identificaron otras dificultades que enfrenta esta “inci-
piente” comunidad académica. Aspectos como una escasa investigación de carácter trans-
disciplinar, no consolidación de grupos de investigación sobe estas poblaciones, notoria
fragmentación y alta producción junior y disciplinar y la prácticamente nula circulación de
sus producciones la hacen una comunidad que ve muy restringidas sus posibilidades de
incidir políticamente en las instancias encargadas para la formulación y ejecución de polí-
ticas y programas destinados hacia la adolescencia y la juventud.

Según los resultados obtenidos por el Estado del arte, se pudo constatar que el conoci-
miento producido es de carácter fragmentado, y en la mayoría de los casos, no hace parte
de grupos sistemáticos de investigación sobre las realidades juveniles, como tampoco de
políticas o líneas de investigación claramente establecidas en los diferentes centros uni-
versitarios.

Al respecto, se puede señalar que la poca circulación de las pocas producciones lo cual
ocasiona una desconexión entre las diferentes escuelas o grupos que vienen desarrollando
trabajos sobre adolescencia y juventud. Así mismo, se evidencia una falta de espacios inte-
rinstitucionales e interdisciplinarios que permitan el debate, la crítica y la discusión sobre
las diferentes temáticas y enfoques con los que son abordadas las realidades juveniles.

Al revisar las temáticas trabajadas por la comunidad académica, las metodologías uti-
lizadas y los mismos desarrollos investigativos, se puede observar que “la construcción
discursiva desde las investigaciones sobre adolescencia y juventud se presenta de mane-
ra fragmentada, afincada en categorías conceptuales con escaso desarrollo investigativo
y anclada en enfoques rígidos y disciplinares; y con poca articulación entre los marcos
conceptuales y los resultados en el trabajo de campo. Al respecto podemos señalar que
asuntos como: las violencias juveniles y la corporalidad, especialmente lo relacionado con
la Salud Sexual y Reproductiva y el Consumo de Sustancias Psico-Activas, han estado pre-
sentes en las preguntas que se hacen los investigadores desde el momento mismo en que
se comienzan a preguntar por este sujeto en particular hasta el día de hoy; sin embargo,
su evolución no es notoria y sus conclusiones siguen ancladas en aseveraciones realizadas
desde hace ya varios años en el campo de las ciencias sociales.

79
En términos generales, gran parte de las conclusiones a las que llegan los estudios so-
bre juventud suelen estar afincadas en afirmaciones que corresponden a marcos teóricos
y nociones clásicas y universalistas propias del corpus teórico de la juventud en occidente
se puede observar una descontextualización de gran parte de los estudios, caracterizada
por dos aspectos: ausencia de especificidad local y/o departamental; e inexistencia de
contexto socio temporal. De esa manera, se pretende enunciar a los-as jóvenes de contex-
tos locales y regionales desde categorías y marcos teóricos de tipo universal sin contem-
plar las particulares condiciones y la historicidad que producen los fenómenos sociales.

Otra de las dificultades que afronta esta comunidad es la falta de incentivos para la
investigación en el campo de la juventud. La ausencia de políticas institucionales que pro-
muevan y garanticen la producción de conocimiento; los pocos centros y observatorios de
investigación sobre el tema y la falta de recursos para financiar este tipo de investigacio-
nes, expresan un débil posicionamiento político y su incapacidad de gestión y articulación
con otros actores sociales y agencia de cooperación internacional comprometidos con los
asuntos juveniles.

Todo lo anterior, exige procesos de posicionamiento e institucionalización del tema que


conduzcan hacia la consolidación de una red departamental de investigadores o un ob-
servatorio en el campo de la juventud; que de cuenta de una comunidad académica y
productora de conocimiento consciente de su responsabilidad social y su incidencia en las
representaciones sociales que se construyen sobre el joven, así como en las acciones deri-
vadas de ello. A su vez, se requiere del posicionamiento del tema en la dinámica departa-
mental. Ambas cosas permiten acercarnos a la construcción de conocimiento de manera
concertada en torno a las agendas públicas. Una comunidad de conocimiento sustentada
en la concertación, la articulación de preguntas y esfuerzos, y la diversidad de instancias
sociales comprometidas con el tema.

80
Lineamientos para la conformación de una red de
investigadores, grupos de investigación sobre juventud y
Observatorio de juventud.
Como ya se anotó en el apartado anterior, no existen grupos consolidados en los cen-
tros académicos que aborden el tema de la adolescencia y juventud de manera transversal
a las disciplinas; esto a su vez, no sólo va a ver reflejada sus obstáculos para la incidencia
en proceso de políticas públicas y en la “veeduría epistémica” sino también en la consoli-
dación de una red interinstitucional. Por lo tanto, para la conformación de un observatorio
o red de investigadores conscientes de su rol social en la producción de conocimiento se
debe:

• Promover acciones institucionales y convenios entre la institucionalidad pública y


las universidades que permitan una articulación continua entre éstas, esto facilita-
ría la identificación de intereses comunes y particulares en torno a la información y
producción de conocimiento.

• Incorporar en la política de adolescencia y juventud un componente de producción


de conocimiento que permita el incentivo de la investigación sobre esta población y
la ampliación de áreas temáticas.

• Producir una publicación indexada sobre adolescencia y juventud de carácter per-


manente en articulación con las universidades que motive la producción de estu-
dios y artículos académicos y reflexivos en la materia.

• Definir el objeto e interés del observatorio con el fin de asignar responsabilidades.


En este aspecto, se siguiere que el observatorio este articulado en tono a tres áreas:
a) acopio y producción de información, indicadores y cifras estadísticas. Esto puede
estar a cargo de la unidad de juventud que articule la información de las distintas
áreas del nivel público e institucional; b) Producción de conocimiento e investiga-
ción. Esto implica procesamiento analítico de la información brindada por la pri-
mera área, como también el acopio de las investigaciones y tesis que cada centro
educativo produzca; y c) Sistemas de monitorio y seguimiento.

• Generar espacios de discusión (tertulias, seminarios permanentes y cátedras de ca-


rácter transversalmente disciplinar (cursos electivos y/o de contexto) en los centros
educativos que vaya formando capital humano.

• Promover la conformación de semilleros de investigación.

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