Partido Carlista

SOCIALISMO AUTOGESTIONARIO

AUTOGESTIÓN CARLISTA

CONCLUSIONES DE LAS JORNADAS

DE AUTOGESTIÓN CELEBRADAS EN
PAMPLONA-IRUÑEA
NOVIEMBRE DE 2006
 La Autogestión Carlista Partido Carlista

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ÍNDICE

• COMUNICADO OFICIAL DE LAS JORNADAS SOBRE AUTOGESTIÓN

CELEBRADAS EN PAMPLONA NOVIEMBRE 2006.

• PRÓLOGO

• INTRODUCCIÓN

• RESUMEN DE LAS PONENCIAS

 Acción ideológica
 Territorial
 Económica

• CONCLUSIONES

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COMUNIDADO

Durante los días 17, 18 y 19 de noviembre, representantes del Partido Carlista,

de distintas nacionalidades, han celebrado en la capital navarra de
Pamplona/Iruñea, unas Jornadas de trabajo en torno a la Autogestión en las que
se debatieron diez ponencias, que recogían diversos aspectos teóricos y
prácticos sobre la misma.

Hasta el momento al Partido Carlista se le identifica mayoritariamente por sus

propuestas al problema de la territorialidad, y más concretamente por sus
soluciones federativas desde la autodeterminación, pero, sin embargo, no
sucede lo mismo en cuanto a sus postulados socialistas. Un Socialismo
autogestionario, seña ideológica propia y característica de nuestro partido,
inconfundible con otros modelos que ofrecen opciones socialdemócratas, cuya
gestión demasiadas veces corruptas ha demostrado ya su incompetencia para
responder a los problemas que hoy se nos plantean a la mayoría trabajadora.

Tras repasar las escasas experiencias históricas del socialismo autogestionario

y sus vicisitudes, en las conclusiones ha quedado patente que ante la actual
sociedad capitalista que incita al egoísta individualismo, al consumismo y al
hedonismo, nuestra propuesta se basa en un profundo cambio en los
comportamientos y valores éticos de los ciudadanos y de la sociedad, un
proyecto evolucionista y solidario desde el compromiso individual y colectivo para
rescatar la gestión económica y política de quienes se la vienen planteando como
el mejor de los negocios al margen de cualquier bien común al que debieran
primeramente someterse, y decidir desde abajo hacia arriba todo aquello cuyo
resultado revierte directamente en el propio individuo, su colectividad y su
entorno. El sistema que propugnamos exige que las personas y sus
comunidades nos impliquemos en la propia identificación de nuestros problemas
sociales y en la búsqueda de sus soluciones, cambiando así la actual dinámica
pasiva y entreguista ante los poderes económicos, los Estados y sus
administraciones.

Dinámica de una mayoría ciudadana que hipotecada y desengañada no

reacciona ya ante el estado de la sociedad y cuya participación cada día es más
escandalosamente baja en cualquier órgano de decisión colectivo, desde la
asociación de vecinos a las elecciones.

Creemos que en el ejercicio del derecho natural a participar directamente en la

toma de todas aquellas decisiones por cuyos resultados nos vemos afectados,
estamos llevando a cabo el mayor logro de libertad que la inteligencia pueda
concebir y que la verdadera democracia nos exige. Este es un proceso exigente
y difícil que hoy nos lo presentan como utópico, pero por el que vale la pena
luchar, y así lo vamos a seguir haciendo desde el Partido Carlista con nuestro
lema de Federación, Socialismo y Autogestión.

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Pamplona/Iruñea, 19 de Noviembre de 2006

SECRETARÍA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN

PRÓLOGO

La evolución sufrida por la sociedad en los últimos años, ha llevado a los

diferentes partidos políticos al replanteamiento no ya de sus programas
electorales (instrumento con el que inducir al electorado, aun a sabiendas
éste que el programa será mayoritariamente incumplido), sino también y lo que
es más llamativo, a la variación de sus puntos programáticos, de forma que la
llamada izquierda oficial, el centro y la derecha se entremezclan creando en la
base social el convencimiento de que no hay una ideología clara, sino un simple
afán de poder y de progreso personal de los políticos a los que los problemas
de la sociedad poco o nada importan.

Este no es el caso del Partido Carlista, mantenidos y/o recuperados sus

principios ideológicos, adaptados a las necesidades sociales que, lógicamente,
en el transcurso de casi doscientos años se han venido viviendo en el entramado
social, sin hacer jamás dejación de sus principios basados en la indiscutible
necesidad de libertad en el hombre como columna sustentadora de un mundo
mejor y más justo. Así y simplemente dando cuerpo uniforme y definición al motor
que ha permitido permanecer al Partido Carlista entre involuciones, guerras,
persecuciones, nuevos movimientos ideológicos..., dando nombre, decíamos, a
este impulso único latente en una gran parte de la sociedad, y tras un profundo
trabajo y análisis de base, hicimos del socialismo de autogestión global una
forma nueva, original, diferente y sobre todo, y por encima de todo, una fórmula
de libertad que englobaba todas y cada una de las actividades del hombre.

Desde los años 70 en adelante han sido múltiples las publicaciones, folletos,
artículos publicados sobre la autogestión carlista, de todos ellos la publicación
del Partit Carlista del País Valencia de 1998 “APUNTES SOBRE
“AUTOGESTION”, editado por “Partit Carlista del País Valencia, puede que sea
la publicación que de forma breve exponga lo que la Autogestión significa para
el Partido Carlista, de ahí que haya sido uno de los textos recomendados para
su estudio, previo a la celebración de las Jornadas de Pamplona-Iruña, porque
todas y cada una de las Jornadas ideológicas celebradas en los últimos años,
no han tenido como finalidad el revisionismo doctrinal, el inicio de una nueva
trayectoria, sino que por necesidades de la ya mencionada evolución del cuerpo
social, se ha hecho necesario actualizar la forma, adecuar el método de
información, instruirnos nosotros mismos en la mejor y más útil manera de
transmitir nuestro mensaje.

Es por lo anteriormente expuesto, por lo que en este folleto informativo

evitaremos extendernos en la explicación de lo que es y se conoce por
autogestión de forma general y las distintas formas en que esta se ha llevado a
efecto, se trataran Así pero de una forma breve, porque entendemos que el
concepto básico ya es conocido, y que es la autogestión global carlista la que
debemos dar a conocer, tras el trabajo de nuestras bases, toma cuerpo este
folleto, resumen de las Jornadas sobre Autogestión Carlista.
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INTRODUCCIÓN

Por unanimidad en las Jornadas de Pamplona-Iruña, se acordó incorporar a este

trabajo a modo de introducción la ponencia aportada por J.Onrubia Revuelta, por
lo que se transcribe a continuación, a modo de bloque unitario introducido como
base informativa de carácter general.

EL CAMINO HACIA EL PODER POPULAR:

LA AUTOGESTIÓN SOCIALISTA
Ponencia para las Jornadas sobre Autogestión Socialista.
Pamplona, 17-19 noviembre 2006.
Javier Onrubia Rebuelta
(Partido Carlista de Madrid)

EL PARTIDO CARLISTA Y LA AUTOGESTIÓN

La alternativa ideológica que representa nuestro partido, tiene en la autogestión

unos de sus pilares fundamentales.
Partiendo de los mismos principios y profundizando en su raíz foralista de
defensa de la naturaleza comunitaria de la vida del hombre en sociedad, el
Partido Carlista tiene presente que su meta última es devolver a la sociedad su
soberanía, sus facultades y su libertad para responsabilizarse de su desarrollo,
de su promoción y de su propio gobierno. No le fue difícil a nuestro partido
asimilar la teoría de la autogestión, pues en su lucha permanente por las
libertades y contra todo sistema impuesto, llevaba implícito este concepto. Desde
el momento en que como movimiento político popular, de protesta social, el
Carlismo se puso a averiguar cuál en el contenido político de sus reivindicaciones
ancestrales de defensa de los Fueros o autogobierno -opuestas al centralismo y
al capitalismo-, la vía hacia la autogestión estaba trazada.
Adoptada oficialmente en el III Congreso del Pueblo Carlista, celebrado en
Arbonne (Francia) en junio de 1972, la autogestión carlista es el instrumento "que
establece la estrategia de construcción del socialismo a partir de la critica al
sistema capitalista, a la socialdemocracia y a las nuevas opresiones derivadas
de los socialismos de estado" (Declaración de la Asamblea Federal de dirigentes
del Partido Carlista, Madrid, marzo 1976). En el acto político del Montejurra de
1974-llamado el "Montejurra de la autogestión"-, se perfiló aún más el contenido
de la propuesta carlista de autogestión: el Socialismo de Autogestión Global.
La autogestión es la profundización del socialismo, su plena realización. Esta
propuesta se define como global, porque la autogestión, el principio de
participación en las decisiones colectivas no se circunscribe solamente al terreno
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económico, sino que se aplica a todos y cada uno de los terrenos en los que se
desenvuelve el ser humano: la economía, la política, las ideologías, las
comunidades territoriales, la cultura... Es la autogestión generalizada.
Pero el Partido Carlista no asumió el concepto de autogestión solamente a nivel
teórico, sino que lo aplicó en su funcionamiento interno, fomentando la
celebración periódica de asambleas de militantes, la realización de cursillos de
formación y la promoción de nuevos responsables políticos. De este rico y
original proceso existen numerosos textos escritos, que he utilizado en la
elaboración de esta ponencia.
Poco antes de las elecciones generales del 15 de junio de 1977, la revista
madrileña "Posible" publicó un número especial en el que daba a conocer los
programas de 34 organizaciones políticas y de 4 centrales sindicales. Ocho de
estas organizaciones, y tres centrales sindicales, se declaraban partidarias de la
autogestión. Hoy, el Partido Carlista es una de las escasas fuerzas políticas a
nivel estatal, que sigue apostando por la opción autogestionaria, frente al sistema
liberal-burgués de democracia formal en el que vivimos. Este tipo de democracia,
está basado en la representación, pero se olvida de la participación. La
democracia actual no puede limitarse a la existencia de unos partidos políticos
determinados y a votar cada cuatro años. Una democracia plena tiene que
instalarse también en toda la sociedad, en la economía, la cultura o las relaciones
sociales, y debe propiciar y fomentar todas las formas posibles de democracia
directa, sin intermediarios ni burocracias innecesarias.
Muchas de las personas que se nos acercan, nos suelen plantear la cuestión de
sí la autogestión es posible, sí es algo realizable, o es una meta ina1canzable.La
mejor respuesta, es conocer algunas de las numerosas experiencias
autogestionarias que se han dado -y se siguen dando- a lo largo de la historia.

LA AUTOGESTION A TRAVES DE LA HISTORIA

La autogestión es posible. Así nos lo demuestran las diversas experiencias
históricas que se han desarrollado, y las que ahora mismo están surgiendo. A
pesar de avances, retrocesos, contradicciones, traiciones, manipulaciones,
calumnias o del odio de los enemigos de la autogestión, esta se ha vivido, se ha
hecho realidad en ciertos momentos históricos. Pero antes de enumerar estas
experiencias, creo que se hace necesario conocer las ideas, que fruto de la
práctica surgida de las mismas, caracterizan y confieren a la autogestión su
propia identidad.
¿Qué es la autogestión?
La autogestión, ("la libre asociación de los productores" en palabras de Marx)
supone la gestión democrática de la sociedad a través de una intensa,
consciente y responsable participación desde la base, para liberar la capacidad
creadora del hombre y de las comunidades, y alcanzar el poder popular a todos
los niveles, globalmente. La asamblea, los consejos obreros, los consejos de
barrio, los consejos de trabajadores del campo y todos aquellos consejos
formados por quienes están afectados por un determinado problema y quieren
resolverlo, son el lugar desde donde nace la fuerza creadora de la autogestión.
En estos ámbitos de trabajo y decisión se eligen representantes con mandato
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imperativo, que siempre tienen que informar de las gestiones que han realizado,
sus cargos son rotatorios y revocables en todo momento. De esta manera se
acaba con burocracias, caudillismos y con la profesionalización de la política. Es
muy recomendable leer a dos grandes teóricos de los consejos obreros: el
italiano Antonio Gramsci y el holandés Antón Pannekoek.
La autogestión tiene como fin último, como meta, la toma del poder por parte del
pueblo, o lo que es lo mismo, por la clase trabajadora y sus aliados históricos:
los trabajadores del campo, las clases medias, pequeños comerciantes,
profesionales liberales, intelectuales progresistas o cualquier sector de la
sociedad oprimido y marginado por la globalización neoliberal. Al hablar del
"poder", me estoy refiriendo a los centros de trabajo y producción, a las
instituciones del sistema, a los barrios, a la cultura...
La toma del poder no se da cuando se conquista la mayoría en el parlamento o
en el gobierno, sino cuando el pueblo organizado, protagonista de su destino,
elimina las clases sociales, tiene la garantía de que no aparecerán privilegios
nuevos, termina con la explotación y la discriminación de cualquier género, las
decisiones se toman mediante discusión y el acuerdo mayoritario y se inicia la
marcha hacia la construcción de una nueva vida, de una nueva sociedad, entre
todos, libre e igualitariamente.
Este es un proceso popular largo, prolongado. No se trata de un momento
histórico determinado, sino la culminación de un proceso de ocupación de
distintas parcelas del poder que habrá comenzado mucho antes.
En nuestras sociedades occidentales, de democracia liberal-burguesa, formal,
las democracias del llamado "primer mundo", llegar a la autogestión implica
necesariamente cubrir diversas etapas, avanzar gradualmente, sin perder nunca
de vista el hacia dónde vamos.
La primera etapa, sería desde el marco de la democracia formal, potenciar la
democracia directa y las formas de auto organización popular, para demostrar
que otra democracia es posible.
La segunda etapa, pasaría por ejercer el control popular en todas aquellas
instancias en que se tomen decisiones que nos afecten, por medio de los
consejos. Para hacer un cambio revolucionario no basta reivindicar el poder, sino
ir aprendiendo a ejercerlo mediante estos órganos de control, que hacen que
aumente nuestra conciencia, el compromiso y la responsabilidad.
La tercera, y última etapa, corresponde a la supremacía del poder popular sobre
el poder liberal-burgués, desplazándolo de sus posiciones, democráticamente,
tras un periodo de acumulación de fuerzas en el campo popular.
El fin de este proceso revolucionario no es un mero cambio de estructuras, sino
una revolución total, global: cambiar el hombre, cambiar la vida, cambiar la
sociedad. Este cambio exige que junto al cambio de estructuras, cambie también
el hombre, y ello implica una revolución cultural que alumbre al hombre nuevo
que haga posible la autogestión socialista. No basta con definirse
autogestionario. Hay que demostrar al pueblo que la autogestión puede dar
solución a los problemas del mundo moderno, y hay que demostrarlo ofreciendo
las bases de la alternativa que vamos construyendo entre todos.
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Algunas experiencias históricas.

Concejos Comuneros, s. XVI.; Las Reducciones de los Jesuitas, Paraguay,
s.XVIII.; La Comuna de París, 1871.; Los Soviets rusos, 1917.; Los Consejos
obreros en Hungría, 1919.; Los Consejos Obreros en Alemania, 1918-1920.; Los
Consejos Obreros en Italia, 1919-1920.; La Revolución China, 1928-1934.;
Francia, 1936.; Las colectividades en España, 1936-1937.; Yugoslavia, 1950.;
Los Kibutz de Israel, 1950.; Alemania Oriental, 1945-1953.; Bolivia, 1953-1963.;
Hungría, 1956.; Polonia, 1956.; Argelia, 1963.; Indonesia, 1945-1964.; Mayo del
68 en Francia.; Perú, 1968.; Checoslovaquia,1968.; Portugal, 1974.; Polonia,
1980.
En la actualidad, se están desarrollando nuevas experiencias autogestionarias
en:
-Porto Alegre, Brasil, desde 1989.
- Argentina, con las fábricas recuperadas por sus trabajadores.2002.
- Bolivia, con los concejos comunales y las empresas de producción social. 2006.
Muchas de estas experiencias fracasaron porque fueron arrasadas, a sangre y
fuego, por quienes siempre se han negado a que el pueblo sea el dueño de su
propio destino. Pero otras fracasaron por cometer errores que las hicieron
inviables. Estos son algunos de estos errores, lo más repetidos, que se detectan
tras analizar detalladamente estas experiencias. Es necesario tenerlos en cuenta
para no volver a repetirlos:
a) La autogestión se limitó al campo de la empresa -autogestión obrera-
olvidando la autogestión política y a otros niveles.
b) La autogestión se implantó por decreto ley desde el estado, no surgió de la
base.
c) La autogestión generó una nueva clase de dirigentes que acabaron
burocratizándose.
d) La autogestión fue monopolizada por un partido único, cerrando la puerta a
cualquier pluralismo político.
e) No se explicó las ventajas de la autogestión entre quienes se quería que la
llevasen adelante.
f) No se asumieron plenamente los valores éticos de la autogestión. No hubo
revolución cultural.
La autogestión socialista es un proyecto ideológico a discutir y construir entre
todos, pero es también una actitud vital y como tal se refleja en todas las
actividades del hombre. Es por ello que la autogestión debe ser un proyecto
global. Esta es nuestra aportación, nuestra originalidad y nuestra lucha. Dar un
carácter global a la autogestión, y ofrecer una alternativa concreta que recoja
ese carácter en toda la vida social, superando las contradicciones de otras
experiencias parciales o reformadoras. No se trata de un simple cambio en el
régimen de propiedad y producción; ni siquiera sólo un traspaso del poder
político; exige un modelo nuevo de sociedad en el que la realización plena del
hombre vendrá marcada por el Ser y no por el Tener; exige que junto al cambio
de estructuras, cambie también el hombre. Esto es la revolución cultural, el
nacimiento del Hombre Nuevo.

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Por ser este un tema poco estudiado hasta la fecha, y ser de capital importancia
para el proyecto autogestionario, vamos a ver a continuación cuales son los
valores éticos de la autogestión socialista.

CONSTRUYENDO EL HOMBRE NUEVO

LOS VALORES ETICOS DE LA AUTOGESTION SOCIALISTA

El sistema liberal-burgués (capitalista), ahora denominado neoliberaI, produce
unos "valores", imprescindibles a la hora de mantener vivo su sistema de
opresión, dominación, marginación y discriminación. Son pautas de
comportamiento, generalizadas en nuestra sociedad, que hay quienes
consideran que son las únicas posibles. Nosotros los carlistas, creemos que sí
existen otras. Ahora vamos a conocer unos y otros, de manera conjunta, para
comprender la enorme diferencia que hay entre el sistema liberal-burgués y
nuestra opción autogestionaria y socialista:
"Valores" liberal-burgueses Valores de la autogestión socialista
-a la explotación, el egoísmo y el individualismo oponemos los valores de justicia,
entrega, solidaridad y conciencia social;
-al afán de lucro, comercialización y acaparamiento de bienes oponemos una
valoración del trabajo, de lo gratuito y un deseo de compartir con todos;
-a la "sociedad de consumo" oponemos una sociedad basada en la producción
de los bienes necesarios y su justa distribución entre todos;
-al lujo y al derroche oponemos una disciplina de austeridad;
-al menosprecio y la indiferencia ante el débil oponemos el respeto y la
comprensión por toda persona;
-al "derecho" que da el poder oponemos la igualdad de oportunidades que surge
de la misma dignidad de todo hombre;
-al privilegio que da el dinero y la autoridad prepotente oponemos la voluntad de
servir al pueblo.
Si somos capaces de asumir estos valores, ya estamos en al camino de la
autogestión socialista. En el camino del ejercicio del poder por toda la sociedad
en condiciones de libertad e igualdad.

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RESUMEN DE LAS PONENCIAS

ACCIÓN IDEOLÓGICA

La autogestión es el derecho del ser humano para gestionar sus propios recursos
desde su entorno; presupone un principio de solidaridad vinculante bajo los
principios de responsabilidad y respeto.

Dicho así parece de una sencillez aplastante, pero la realidad de la sociedad

actual es otra y muy diferente. Inmersos en una sociedad capitalista y hedonista,
se ha ido incitando/educando al ciudadano en el individualismo y la pasividad, y
solo en casos muy excepcionales y de manera muy puntual la sociedad es capaz
de elevar su voz frente a las manipulaciones e injusticias globalizadas, pero poco
más. El voluntarismo individual no representa una actitud del cuerpo social, falta
participación colectiva en todos y cada uno de los ámbitos de nuestro desarrollo
social y esto es así sin duda por el temor que de forma más o menos subliminal
se ha ido introduciendo en el individuo a perder lo poco o mucho que cree haber
conseguido; así se encierra en sí mismo, se bloquea primitivamente al resto de
su entorno en un instinto proteccionista que termina por eliminar el otro instinto
primigenio de solidaridad, de colaboración del grupo.

Años de continuo trabajo malformador han conseguido que valores como el SER,
ser solidario y libre, queden subyugados al de TENER, consumir, ostentar poder,
destacar.

Ante esta situación, el mensaje autogestionario debe introducirse lentamente,

cautelosamente, debemos educar, instruir, cambiar la mentalidad del sujeto
pasivo, y nada mejor que la acción previa a la palabra, la actitud. La palabra,
deberá ser dialogante, nunca agresiva, explicativa hasta la saciedad, porque la
realidad es lo suficientemente violenta como para que busquemos soluciones a
los problemas por medios agresivos. Nuestra actitud deberá ser la presencia
constante en todo aquello que lleve a la defensa de la colectividad o el individuo,
presencia que no solo consistirá en el salto a la calle, sino la permanente
presencia en los medios de comunicación, la inmediata defensa de nuestros
principios ante ataques injustificados, la participación en todas las convocatorias
electorales, la colaboración con grupos y/o asociaciones en defensa de
principios afines.... El cómodo ostracismo nada tiene que ver con la forma
autogestionaria de vivir, que debe ser actividad constante en defensa del bien
común.

El proceso carlista autogestionario es una oferta evolucionista, donde el

compromiso individual para decidir de abajo a arriba revierte directamente en el
propio individuo y su entorno. Consiguiendo que desde la toma de decisiones
conjuntas de todos y cada uno de los miembros del colectivo lleguemos a logros
cada vez más ambiciosos. En el ejercicio del derecho natural a tomar parte en

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las decisiones que nos afectan estaremos llevando a cabo el mayor acto de
libertad que la inteligencia puede concebir.

Tratamos de una autogestión global, es decir todos los ámbitos del desarrollo
individual y colectivo de la sociedad y este desarrollo no puede ser únicamente
ideológico, porque correríamos el peligro de caer en la utopía de un mundo
mejor pero irrealizable, debe desarrollar su practica y sin lugar a dudas son dos
los campos que hoy por hoy pueden abrir camino en la sociedad neoliberal
precisamente por ser los que de forma más llamativa han comenzado a despertar
en el ciudadano la conciencia de manipulación, de utilización perfectamente
orquestada para el beneficio de grupos dirigentes ya sea en el entorno político
como en el económico, hablamos de puramente político, en lo relativo a la
territorialidad y representación, y el económico. Ahí esta la primera vía, el primer
camino por el que despertar en el individuo el interés por su propia libertad.

La dificultad para la exposición ideológica para un partido como el Partido

Carlista, absolutamente libre, sin obligaciones. Implicaciones o compromisos
partidistas que impongan el silencio a nuestro discurso, que ha sabido
mantenerse firme en sus principios, asumir sus errores y no siempre aprovechar
sus triunfos, la dificultad repetimos, es enorme y por eso debemos saber
capitalizar la fuerza de nuestro mensaje frente a la debilidad de medios. Así, la
autogestión en la estructura del partido debe tener como base a todos y cada
uno de nosotros, en la medida que nuestra capacidad nos lo permita, forjando
una base solidaria que con el principio de subsidiariedad sepa y pueda llevar
adelante a titulo individual y colectivo una línea ideológica que no es mas que
una forma de vida social.

Vemos necesaria la modificación de conceptos; si en el pasado siglo fue

necesaria la revolución para alcanzar unos objetivos mínimos de representación
democrática, hoy en día, con una sociedad de un nivel cultural medio, en la que
la cultura del bienestar se ha instalado cómodamente, y en la que la lucha de
clases ha desaparecido prácticamente al crear una estructura social consumista
que arrastra a unos y otros a un permanente endeudamiento, la ruptura, la
revolución, o cualquier otro medio violento de modificación social parecen, en
principio, no tener cabida, o así al menos lo quieren hacer ver, por lo que hay
que tener como ineludible inicio de la transformación social, el diálogo, aunque
nunca deberá considerarse como el único, pero también aquí existe la gran
dificultad de entender que es y como se alcanza la vía dialogante, porque
volviendo al principio, el peor enemigo de la vía autogestionaria es sin lugar a
duda el YO inamovible.

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AUTEGESTIÓN TERRITORIAL

Sin lugar a dudas el tema territorial ha sido y sigue siendo por el que más se
conoce nuestra formula autogestionaria. Federalistas desde nuestro principio,
porque la defensa de los Fueros no es otra cosa que una formula Federal,,,, y
firmes en nuestro principio de libertad individual y colectiva hemos ido abriendo
camino ideológico que otros han seguido hasta llegar a la concreción de nuestra
forma Federal en la Federación/Confederación, tal como quedó aprobado en el
Congreso de Tolosa de 2004*.

El Estado Federal reconoce a sus miembros autonomía jurídica, administrativa,

y constitucional La fuente del Estado Federal está en las comunidades, en los
Estados federados que pactan entre ellos el número de competencias a ejercer
y que les competen. Así el Estado Federal es un concepto comunitario de la
sociedad ya que lo que se federan no son individuos sino comunidades.

La expresión de la voluntad popular surge a través del proceso mismo de

autogestión democrática pactada entre todos los países o pueblos que
constituyen la Federación. Sólo el Pacto, en efecto, permite la convivencia con
respeto al Principio de Autodeterminación de los Pueblos. Ese eso, el Pacto,
hace posible la realidad de la propuesta Federal/Confederal del Partido Carlista.

Solo el Pacto democrático es voluntad popular y no simple acuerdo entre

gobernantes. En cada escalón hay que asegurar la elección de Asambleas
populares para que haya un poder político popular, un instrumento de
autogestión, de autogobierno respectivo de cada nación, y también de cada
cuerpo, órgano de decisión o comunidad que la integren, con un claro reparto de
responsabilidades a cada nivel.

Así, para llegar a esta fórmula que proponemos, la de

Federación/Confederación, es principio indispensable el de la representatividad
y la subsidiariedad, y no hay la menor duda que la actual fórmula electoral no
se ajusta a ninguna de las dos condiciones

La necesidad de una reforma electoral es la base inicial de cualquier proceso

que queramos realmente representativo. Listas abiertas en las que la
partitocracia no reparta beneficios ni ate voluntades, en las que el electorado
sepa quien es su representante y a quien debe exigir cumplimiento de lo
acordado. En las grandes ciudades la dificultad siguiendo las pautas al uso seria
grande, por eso no es despreciable el sistema británico, elecciones por Distritos
o Juntas Municipales, ya sea para elecciones generales como municipales o
autonómicas (estas últimas en el supuesto de continuar con el actual Estado de

*
El Partido Carlista se ratifica en su profesión del principio federalista, en la variedad de Fueros y propone
la confederación, lo cual implica respeto a la personalidad plena de los países integrantes. Ruega además
a los presentes que no malogren el trabajo hecho por la Comisión, de forma tal que mediante la votación
pueda aflorar la voluntad mayoritaria del Partido, incorporándose las explicaciones de voto que sean
necesaria
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las Autonomías, fórmula federal única, necesaria en su día posiblemente, pero

desfasada totalmente en la actualidad, tal como se viene demostrando con la
redacción de los nuevos estatutos autonómicos).

Nada es posible sin la participación ciudadana, y curiosamente la actitud social

de participación produce en algunos casos rechazo si se la denomina por su
nombre, AUTOGESTIÓN, pero esta situación es absolutamente lógica, se ha
desvirtuado la palabra de forma que su utilización traiga a la mente agrupaciones
asociales, marginales, y nada más lejos de la realidad. La Autogestión busca el
bien común a través del trabajo del individuo asociado, así de forma
autogestionaria deben funcionar las Asociaciones de Vecinos, los Colectivos y
Agrupaciones culturales y Deportivas, las representaciones de Padres en el
ámbito educativo y de ellos y en forma escalonada hacia arriba otros colectivos
que vayan asumiendo la responsabilidad de alcanzar el bien común.

Es preciso recordar en primer lugar que la actual división Autonómica, Provincial

y Comarcal, no responde a la realidad sino que parte de un concepto centralista
de administración que ignora no solo tradiciones, sino medio ambiente, lengua,
y sentido de identidad de los pueblos.

En el campo de la territorialidad, esta participación debe incidir en un área

demasiado abandonada por intereses económicos y políticos, que es el
municipalismo, así y considerándolo básico en la participación ciudadana por
los efectos directos que produce en ella el día a día, debemos volcar nuestra
labor tanto en lo informativo como en la búsqueda de soluciones exponiendo que
es o que debe ser desde los principios más básicos.

El Municipio y el Ayuntamiento
El municipio es una realidad determinada por una población, una organización y
un territorio concretos. El ayuntamiento (concejo, cabildo, municipalidad,
regimiento) es el gobierno y la administración del municipio. Dirigido por políticos
(los concejales), está compuesto por funcionarios y debe respetar
escrupulosamente la Ley.

El ayuntamiento es una administración pública, o lo que es lo mismo, su sentido

como institución está en el servicio público, en el interés general.

Actualmente y debido a la corrupción generalizada a la que empuja un sistema

electoral absurdo junto con una política neoliberal en la que únicamente la
posesión de poder económico y político son válidos en demasiados casos, tanto
la figura del Alcalde, con una autoridad excesiva incluso tolerada y muchas
veces bendecida desde los poderes centrales, como la de los Concejales, ha
dejado de ser representativa para convertirse en una vía de enriquecimiento
personal con el pretexto de cubrir las necesidades económicas del municipio, es
por esto por lo que se hace necesaria la revisión de los porcentajes económicos
correspondientes a cada uno de los municipios y su aplicación controlada. En la
actualidad la participación municipal de los ingresos del Estado no pasa del 8 o

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el 12%, cuando dada la aplicación directa de los beneficios a producir en el

ciudadano deberían al menos contar con un 25%.

Los carlistas con esa administración pública lo primero que queremos es volverla
a su ser de servicio público. De entrada, utilizando todas las herramientas que
ya existen en la legalidad vigente, sabiendo interpretar las leyes en provecho del
interés general, para continuar con nuevos cauces e iniciativas en la dirección
de la autogestión. Según esto, el Presupuesto y las Cuentas Municipales, el
Inventario de Bienes, la Planificación Urbanística, el acceso a las fuentes de
información, o la estructura misma de las oficinas y servicios del ayuntamiento,
son negocios que deben ser conocidos y participados por el conjunto de la
población con derecho a voto.

Además, se sabe que el municipio actualmente sigue en una posición

subordinada en la jerarquía de las Administraciones Públicas. Otro problema
identificado es su déficit de financiación. En este orden de cosas, los carlistas
animados por los principios de descentralización y de subsidiariedad,
propugnamos los cambios legales necesarios para acabar con esa
subordinación y ese déficit financiero. Como somos un partido democrático y
socialista que lucha contra la partitocracia, nuestra reclamación tiene que
distinguirse de los discursos reformistas de los grandes partidos políticos más
interesados por su propia existencia y la carrera profesional de sus miembros
que por el reforzamiento democrático de las instituciones.

-Antecedentes

A lo largo de la historia tenemos multitud de ejemplos en los que las comunidades

humanas se han organizado de forma comunal y participativa.

"Los Fueros, son un queridísimo antecedente, un orgullo, una prueba de que el

pueblo se auto legisló libremente, una garantía de origen, un recordatorio de la
libertad perdida, un fundamento de la libertad completa que se desea, un defensa
contra el abuso del dominador, ¿pero tiene hoy en día sentido "restaurar" los
fueros?, Con la Autogestión pretendemos recuperar su espíritu. La inspiración o
continuidad de algunas regulaciones pueden hoy mantenerse en pie, el resto es
pura arqueología."

En nuestro entorno la participación directa de los ciudadanos y el trabajo

comunitario no son experiencias sociales nuevas ni sacadas del laboratorio. En
Euskal Herria, se tiene el claro ejemplo del Auzolan (prestación vecinal gratuita
en beneficio público); si bien no es algo exclusivamente vasco. Por ejemplo,
existen la 'andecha' gallega, el 'coor' irlandés o la 'pringa' andina, pero es en
Navarra donde el trabajo comunitario tiene una regulación legal específica en el
Reglamento de las Haciendas Locales. Las entidades locales a través de sus
ordenanzas establecen con más concreción las bases y normas para su
desarrollo. En general, la obligatoriedad de esta prestación personal incluye a
todos los vecinos exceptuando a los mayores de 55 años, a los imposibilitados,
a los reclusos, etc. La prestación no excederá de diez días anuales ni de tres
consecutivos. La inasistencia se penaliza con sanción pecuniaria.
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Su origen es de carácter consuetudinario y respondía a la necesidad de tener

que cubrir con el trabajo personal lo que las economías municipales no podían
aportar o asumir aquellas necesidades que la vecindad compartía en común.

Esta fórmula participativa es posible tanto en los pequeños como en los grandes
municipios mediante colectivos de personas capaz de organizarse para prestar
su apoyo a una sociedad cada vez más desinteresada de los problemas ajenos.
Buscar la vía de conexión de estos grupos más o menos numerosos, incidir en
la necesidad de participación en aquellas organizaciones próximas , en nuestro
entorno y que lleguen a tener voz en las diversas instituciones y en las Juntas
de Distrito de las grandes ciudades sería una fórmula de participación en la
marcha municipal que dejaría patente junto con las Asociaciones Vecinales y
otras asociaciones similares una realidad social verdaderamente activa de esos
municipios que en muchas ocasiones abarcan una población de un gran número
de ciudadanos.

- Impulsar la autogestión con el objeto de promover la descentralización y el

desarrollo de los pueblos y las ciudades: el espíritu del político carlista en el
municipio

Uno de los principales problemas que nos podemos encontrar, sino el más
importante, es el de la puesta en práctica de estas ideas con las que todos los
carlistas estamos más o menos de acuerdo. Lo más probable es que
encontremos muchas dificultades para llevarlas a cabo: presión de los grupos de
poder, inercia del sistema establecido, falta de voluntad, falta de tiempo, falta de
recursos etc.
Está claro que nos debemos sobreponer a tales adversidades y trabajar duro
conjuntamente, pues el hecho de ser copartícipes y miembros activos de un
trabajo cooperativo implica, sin ningún tipo de dudas, un mayor sentimiento de
conciencia hacia el pueblo al que pertenecemos, valorando y respetando mucho
más lo que tenemos.
Debemos olvidarnos por completo de imposiciones y demás actuaciones
autoritarias a las que, lamentablemente tan "acostumbrados" estamos en
nuestros ayuntamientos; y guiarnos por actuaciones totalmente democráticas,
transparentes y poder ser consensuadas con todos los agentes implicados en el
asunto que vayamos a tratar.
Nuestra apuesta municipalista también afecta al estilo de relacionarse con los
otros concejales de la corporación. Con convicción pero sin ingenuidad, los
carlistas apostamos por la corresponsabilidad. En la medida de lo posible, si
gobernamos creamos comisiones con presencia de todos los grupos políticos, y
si somos oposición trabajamos por la institución y controlamos lealmente.
Es evidente que tenemos que ostentar algún cargo público electo, en este caso
el de concejal o alcalde del municipio. Desde aquí es desde donde debemos
implementar políticas públicas reales de apoyo a la autogestión y a las iniciativas
de la sociedad civil organizada, además de facilitar los mecanismos de iniciativa
popular, como la consulta popular o el referéndum.

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 La Autogestión Carlista Partido Carlista

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Dichas actuaciones deben ponerse en práctica de manera progresiva,

comenzando por actuaciones puntuales para posteriormente ir ampliándolas en
espacio y tiempo. Se puede comenzar mediante una serie de jornadas al igual
que se hace con otros tipos de actividades como por ejemplo las de tipo cultural
y así, de esta forma, ir implicando a la gente de manera gradual en cuestiones
que le afecten directamente: vivienda, asuntos sociales, tráfico, agua, basuras,
equipamientos deportivos, juventud, participación en el diseño presupuestario,
etc. Las posibilidades de actuación y de participación son innumerables.
Para ello sería importante realizar una campaña informativa previa, utilizando
todos los medios que estén a nuestro alcance (medios de comunicación:
periódicos, radios y televisiones locales, carteles explicativos etc.) en la que se
explicasen convenientemente los pormenores y las líneas de actuación, es decir,
qué es lo que se quiere llevar a cabo, para qué y cómo lo vamos a poner en
práctica, con el fin de llegar al máximo número de gente. Se trata, en definitiva,
de ir estableciendo mecanismos que garanticen la relación directa y formalizada
entre mandatarios políticos y ciudadanos.
Como reclamo, y con el objeto de obtener una mayor participación, se pueden
establecer un sinfín de medidas, esencialmente económicas, bien favorables
para aquellos que demuestren su implicación y participación activa, bien
gravosas para los que no participen en aquellos proyectos que les afecte
directamente. También se puede incidir en el plano educativo, con una oferta de
talleres municipales de educación para la ciudadanía, o sea, para poner a
disposición de los alumnos las herramientas conceptuales y normativas que les
permitan participar.

- lmpulsar la autogestión con el objeto de promover la descentralización y

el desarrollo de los pueblos y las ciudades: el método PDCA
A nivel mundial, las municipalidades están siendo objeto de proyectos de
democratización. Los proyectos que conocemos son promovidos por expertos,
por políticos profesionales de grandes partidos, y también por asociaciones y
movimientos ciudadanos. Así, por ejemplo, tenemos experiencias de
Presupuestos consensuados y participados, de Administración Electrónica e-
Government con cauces para emitir opiniones, realizar sondeos, o votar online
distintas propuestas de gobierno y administración.
En definitiva, hay bancos de ideas donde inspirarse y aprender. Pero hay
diferencias. Mientras que para la política profesional estas experiencias no dejan
de estar en la línea del control y el marketing de los estados de opinión, para
nosotros, carlistas, son modelos que se tienen que consolidar. En la propuesta
del Partido Carlista, la participación ciudadana no supone un recargo en el gasto
municipal. A diferencia de lo que se está viendo en ciertos ayuntamientos, lo que
proponemos no tiene nada que ver con campañas publicitarias de imagen que
se repercuten en gastos de comunicación, presidencia, protocolo, calidad,
prensa...
Para ello proponemos la aplicación del sistema conocido como PDCA, que no
es más que una estrategia de mejora continua de la calidad, aplicable a todos y
cada uno los ámbitos de la vida. Las siglas PDCA son un acrónimo en inglés
compuesto por las palabras Plan, Do, Check, Act (Planificar, Hacer, Verificar,
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Actuar). El mismo se debe llevar a cabo de manera conjunta por todos y cada
uno de aquellos que hayan decidido participar en una determinada actuación.

. PLAN (Planificar):
. Identificar qué queremos realizar o mejorar.
. Recopilar datos para profundizar en el conocimiento del proceso anterior.
. Análisis e interpretación de los datos.
. Establecerlos objetivos de actuación o de mejora.
. Detallar las especificaciones a imponer a los resultados esperados.
. Definir los procesos necesarios para conseguir estos objetivos, verificando las
especificaciones.

. DO (Hacer):
. Ejecutar los procesos definidos en el paso anterior.
. Documentarlas acciones realizadas.

. CHECK (Verificar):
. Pasado un periodo de tiempo previsto de antemano, volver a recopilar datos de
control y analizarlos, comparándolos con los objetivos y especificaciones
iniciales, para evaluar si se ha producido la mejora esperada.
. Documentarlas conclusiones.

. ACT (Actuar):
. Si es necesario, modificar los procesos según las conclusiones del
paso anterior para alcanzar los objetivos con las especificaciones
iniciales
. Si se han detectado en el paso anterior, aplicar nuevas mejoras.
. Documentar el proceso.

. ... y volver a empezar!!!

. Iteración indefinida del ciclo.
La práctica política, nos está demostrando día a día cómo la mayoría de las
actuaciones que se llevan a cabo en el ámbito municipal carecen de una
planificación adecuada, con todo lo que ello supone. Sobra decir que las
actuaciones en la mayoría de los departamentos dejan mucho que desear, la
burocracia y las actuaciones viciadas campan por doquier.
Es evidente que no se realizan acciones para un análisis profundo de las
mismas.
Por lo que resulta imposible conocer aquellos aspectos en los que resulta
necesario llevar a cabo acciones' correctoras o de mejora. La práctica política
municipal se queda, la mayoría de las veces, en una planificación insuficiente y
en unas actuaciones que dejan mucho que desear, de ahí no pasa.
Nosotros, con este sistema, pretendemos dar un paso más e incluir en la práctica
municipal, no sólo la planificación y la posterior ejecución de los procesos, sino
un posterior análisis riguroso para poder conocer aquellos puntos en los que sea
necesario aplicar la mejora correspondiente.

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Como se puede comprobar, se trata de un procedimiento totalmente integral que

abarca la totalidad del proceso que vayamos a llevar a cabo. Comienza con la
planificación colectiva de la actuación que queremos realizar, continua con la
materialización o ejecución de dicha actuación, posteriormente se realiza un
examen exhaustivo de la misma analizando los puntos fuertes y los puntos
débiles, con ello podemos modificar aquellos aspectos (puntos débiles)
necesarios para la consecución de los objetivos que nos habíamos marcado en
la etapa de planificación. Finalmente se vuelve a empezar.

Las Mancomunidades de Servicios, los Consejos (de seguridad, escolares etc.)

las Comisiones Informativas (actualmente únicamente en funcionamiento en
Navarra), son bases participativas que inician en el ciudadano una actitud
participativa de forma autogestionada que puede ser el inicio de otras
participaciones a nivel superior.

AUTOGESTION ECONÓMICA/LABORAL
Si la Autogestión ideológica presenta dificultades para su comprensión en la
sociedad actual, y la territorial se ve frenada por intereses económicos y
partidistas a los que la verdadera voluntad popular, hecha realidad por medio de
unos representantes responsables ante su electorado de todos y cada uno de
sus actos, la Autogestión Económica, con demasiada mala prensa en su contra
y con una sociedad demasiado acomodada en el mal llamado “bienestar” podría
ser el gran muro que frenase la práctica de nuestra Autogestión Global. Sin
embargo esa misma sociedad apática y acomodada está iniciando una evolución
a la que se ve forzada precisamente por aquellos que le indujeron al sistema de
vida consumista y tremendamente egoísta, una evolución debida sin duda al
enorme aumento del índice de paro/pobreza/marginación precisamente en el
que creía su paraíso de bienestar.

La economía y la empresa o mejor, el desarrollo empresarial son términos que

permanecen inevitablemente unidos y el desproporcionado desarrollismo en
aras de un mayor enriquecimiento de las grandes potencias económicas, la
política económica seguida tanto por EE.UU como por la U.E , las
deslocalizaciones, la política agraria y de pesca, la permanente sobreexplotación
energética, los conflictos armados tan rentables, el ataque permanente al
ecosistema .... todo ello junto o individualmente está dando paso a una población
sin futuro, desarraigada, agredida sin posibilidad de defensa, en un entorno
hostil en el que se ha ido convirtiendo su pequeño o gran mundo. Ya no son las
deforestaciones amazónicas ni la elevación de temperatura ambiental, ni tan
siquiera la indefensión de los más débiles ante la imposibilidad de búsqueda de
una salida a un futuro mejor, ahora, ya está creciendo la gran masa que busca
en el mundo prometido lo que considera en justicia también suyo. Son las
corrientes migratorias, los sin techo, los prejubilados forzosos, los cierres de
empresas no por falta de viabilidad, sino por abaratamiento de la producción en
otro lugar en el que poder explotar con mayor facilidad al trabajador
incrementando beneficios, nunca a favor del consumidor.

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En este contexto se hace urgente e indispensable la unión de los trabajadores

en defensa de sus intereses de forma solidaria, es preciso el renacer del
sindicalismo, pero no de un sindicalismo esclavo de las subvenciones o del
partido político de pertenencia, sino un sindicalismo de clase, único por rama de
producción.

En la autogestión económica nos encontramos dos canales con diferentes

misiones y por tanto diferentes responsabilidades: el sindicato como órgano
autogestionario que deberá elaborar el plan socio económico y el empresarial
ejecutor de dicho proyecto autogestionado. El plan socio económico de
producción deberá ser acorde con las necesidades sociales; los medios de
producción públicos , la propiedad privada siempre que no entrañe poder sobre
otros individuos o sociedades, estimulada y defendida por medio de eliminación
de cargas, gravámenes e impuestos.

- La planificación de la producción que nosotros proponemos no es la impuesta

desde el poder político que vela únicamente por el desarrollo económico tantas
veces antepuesto al desarrollo y bienestar del hombre ni impositivo que tenga
por origen estructuras ajenas al trabajador anulando toda iniciativa a nivel
empresa y excluyendo totalmente la autogestión, este era el plan de la extinta
URSS.

Nosotros proponemos un Plan que presente tres características:

1ª Que sea flexible, es decir, que debe expresar las opciones fundamentales
de la sociedad a todos los niveles: federal, nacional, regional, comarcal y local.
Consiste en repartir responsabilidades de perfeccionamiento del Plan, desde las
opciones fundamentales en la cumbre hasta las realizaciones practicadas en el
ámbito de empresa, así a nivel superior es un Plan muy general y se van
concretando realidades conforme se va aplicando.

2º Debe ser democrático, propuesto por los Sindicatos y votado definitivamente

tras su paso por los entes intermedios en las distintas Cámaras (sistema
tricameral). Aceptado confederalmente, ira perfeccionándose y adaptándose
en los distintos niveles representativos.

3º Que sea imperativo, no rígido pero lo suficientemente imperativo para que

sea eficaz. Si su aprobación se hace por los distintos niveles representativos,
obliga a todos y se hace imperativo. Este es un claro caso de interpretación del
pacto confederal, dando la interpretación adecuada en cada uno de los
suscribientes, pero unidos en un objetivo o núcleo común.

4º Y por supuesto que sea sociocentrico, que tenga como único fin el bienestar
del hombre como ser social.

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- La propiedad.

La Autogestión es la manera de crear una base responsable para la democracia

económica, es el intento de sustituir, a nivel empresa, la dictadura del dinero
por la democracia, o la Republica del Trabajo. Los limites de la empresa en
autogestión son los limites de la comunidad humana que participa en el proceso
productivo ya que es un sistema federativo.

En la democracia económica lo que da el poder en la empresa no es la

propiedad, el dinero, sino el Trabajo. La socialización de los Medios de
producción es imprescindible para realizar el Socialismo: crecimiento en función
de unos ideales humanos.

Una de las grandes confusiones a las que lleva el desconocimiento de la

Autogestión económica es el concepto de propiedad. Autogestión = expropiación
= desamortización... es el tabú que inevitablemente produce un rechazo en la
base social, pero no es más que puro desconocimiento.

Los medios de producción social, deben ir encaminados al desarrollo integral y

participativo de toda la sociedad y a su beneficio común; la cobertura de
necesidades básicas como transportes, enseñanza, sanidad, deben ser bienes
comunes a todos los ciudadanos y por tanto, sin impedir otras opciones de
carácter privado, estar priorizada su existencia y cobertura.

La meta de la Autogestión es orientar el crecimiento económico hacia el

desarrollo humano, que posibilite la capacidad de creación e invención humana.
La igualdad material es condición necesaria, pero no suficiente para la libertad,
si lo es, en cambio, la participación responsable en la formación de la sociedad,
y no solo en el beneficio del producto del sistema económico, cultural o
asistencial de esa misma sociedad. El reformismo garantiza, de algún modo, la
participación en el reparto de los bienes, pero no en el reparto del poder, es decir
el poder de creación, de decisión, en la empresa.

Los bienes comunales, tan extendidos en otro tiempo y de tanta importancia en

el municipalismo autentico, han ido desapareciendo en favor de otros intereses
individuales, hoy por hoy la descapitalización municipal no ya económica sino
ecológica y medioambiental es algo tan común que incluso aquellos promotores
del sistema como la UE se ha visto obligada a dar una voz de alerta sobre
nuestro injustificable sistema de desarrollo urbanístico en detrimento de la
producción agraria y el medio ambiente. La recuperación de zonas aun no
perdidas definitivamente y la nueva puesta en funcionamiento de las
explotaciones comunales se hace urgentemente necesaria.

Experiencias como la cogestión y/o el cooperativismo no han dado los resultados

esperados. La cogestión, participación, junto con el empresario, del personal de
la empresa en la administración de la misma, en realidad sigue siendo un sistema
jerárquico en el que el empresario siempre mantendrá su puesto de decisión
superior al de los trabajadores. Una de las formulas es la entrega a los
trabajadores de acciones por obsequio o venta obligada, pero esta formula no
varia el desequilibrio, ya que la decisión del trabajador estaría en relación directa
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 La Autogestión Carlista Partido Carlista

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a su numero de acciones. En el cooperativismo nos encontramos con la realidad

de que una vez en marcha y el aumento progresivo de producción se hace
necesaria la contratación por los cooperativistas de mano de obra que permita
este desarrollo con lo que se establece una relación cooperativista-empresario/
trabajador, que cae fácilmente en los errores del capitalismo.

La propiedad privada, el negocio familiar, el pequeño empresario, se han visto

absorbidos por las grandes multinacionales. Es difícil hacer realidad iniciativas
en la pequeña empresa, y sin duda su desaparición produce un alto porcentaje
de paro. La imposibilidad de competir con los gigantes económicos es total, el
costo del producto, los intermediarios inexistentes en las grandes superficies, la
explotación consentida de los trabajadores en horarios y contrataciones
temporales, los impuestos tan vigilados en el pequeño comerciante, la falta de
créditos blandos e incluso la exacción de algunos impuestos exageradamente
gravosos en las pequeñas economías empresariales, empujan a la
desaparición. La inversión privada, cada día más dificultosa no invierte en bienes
de producción y si lo hace es a sabiendas de un altísimo riesgo de fracaso. Sin
embargo es una formula no despreciable desde el momento en que los
propietarios/trabajadores/empresarios, es decir los sujetos de la propiedad
privada, tomen conciencia de la necesidad de actuar conjuntamente y eliminen
asociaciones paraestatales (CPYME por ejemplo), no representativas, que a
nadie defienden ni representan mas que a los intereses de economías
superiores.

Todo el entramado económico social dependerá de la actitud de los individuos

ante el problema, ahí esta nuestra propuesta de sindicalismo del que ya hemos
avanzado alguna nota.

El sindicalismo autogestionario deberá ser:

1.-Único, por ser el representante de los intereses de la clase trabajadora,

Deberá constituirse por ramas de producción a partir de la empresa y no por
oficios.

2.-Democrático y asambleario. Todos sus representantes deberán ser elegidos

por el colectivo de trabajadores a todos los niveles. Podrán ser revocados en
todo momento si no cumplen las funciones encomendadas por sus electores.

3.-Independiente, del Estado, de los partidos políticos o de cualquier institución.

Debe ser una vía de representación y participación completamente autónoma.
En ningún caso con dependencia económica ajena a los propios sindicatos.

4.- De participación y gestión. No debe cumplir únicamente una función de

defensa de los trabajadores sino que debe hacer participes a los trabajadores
de la responsabilidad de la producción y del planteamiento de la misma y debe
gestionar como tal sindicato la realización de los planes productivos propuestos
por los trabajadores.

5.- Debe ser de carácter universalista, es decir no centrarse únicamente en los

problemas del funcionamiento y desarrollo económico a nivel empresarial,
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 La Autogestión Carlista Partido Carlista

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provincial, federal.... debe ir mas allá y ser motor de lucha y representación de

todos y cada uno de los trabajadores y especialmente de aquellos cuya
indefinición manifiesta debida a la carencia de libertad necesiten el respaldo y el
impulso necesario para salir de una estructura en la que el trabajo (el mercado
de trabajo tan repetido actualmente) , no dignifique al hombre sino que sea vía
de humillación y explotación.

CONCLUSIÓN/SÍNTESIS
El Partido Carlista ve en la vía Autogestionaria global verdadera participación
del hombre libre en el entorno al que pertenece.

Propone para ello unas nuevas vías de representación que van desde la
modificación del actual sistema electoral, la modificación estatutaria que dirija a
las nacionalidades a alcanzar un sistema federal/confederal, exponente máximo
de la organización administrativa en libertad; la revitalización de comarcas y
municipios.

Ve en la propiedad publica de los medios de producción y de servicios la forma

de mantener en igualdad de derechos y deberes a todos los ciudadanos.
Considera que la propiedad privada, siempre que no sea un medio de
explotación de trabajadores externos y si una forma de desarrollo de la iniciativa
privada, debe ser preservada de la agresión de las grandes superficies con
nuevas formulas crediticias e impositivas.

Cree en el sindicato independiente, sin dependencia ni conexión económica,

institucional o partidista. como base de un nuevo sistema económico
representativo y analizador de las necesidades reales de la sociedad y sus
limitaciones consumistas.

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EPÍLOGO

En homenaje al ejemplar y veterano militante del Partit Carlista del País Valencia,
Carles Arnald Cercós, cuya ponencia se recibió en la Secretaría General Federal
el día de su fallecimiento.

“Federal. Per la seua forma d´elegir els ens inferiors poden veure´s (a pesar
d´estar representats) victimes de les eleccions d´uns superior. Encara que els
seus representants voten i defensen a favor dels seus representats. L´existència
i ús del mandat imperatiu de res serviria.

“Confederal. Trets confederal: drets reservats. Els estats members són inmunes
a tota invasió per un ordenament estrany I per tant les decisions de la base
queden salves sempre. Si un ens superior vol aprovar una cosa lesiva per la
base s´invalida, però si algun o alguns membres en la seua base volen fer ús de
la fórmula federal, les seues decisions són tan inmunes com ho son els
confederals.
Dins del sistema confederal cap el federal, però, si sols valguera el federal,
l´autogestió com quedaria?.

“Els federals han de pasar una revisió de les seues decisions, per la qual cosa
poden ser jutges i part. La democracia és la suma de totes les llibertats (per a
mi), però saltar-se a la torera els drets dels més debils és un atemptat.

“Si se sotmet a votació alguna qüestió sobre la llengua, després que a algunes
d´elles se´ls ha posat morrió durant segles, seria una votació correcta?

“En matemàtiques cada cosa només es pot sumar amb el que té relació.

“Si la decisió del poble no té garantia, a què s´anomena democracia?

“L´autogestió es la democracia amb garanties.

“A pesar dels defectes que en temps medievals havia de sofrir, a Vinatea li va

permetre dir-li al rei: ´Nosaltres som tant com vos, i tots junts més que vós´. “

(“Federal. Por su forma de elegir los entes inferiores pueden verse (a pesar de
estar representados) victimas de las elecciones de un ente superior. Pese a que
sus representantes voten y defiendan a favor de sus representados. La
existencia y uso del mandato imperativo de nada serviría.

“Confederal. Rasgos confederales: derechos preservados. Los estados

miembros son inmunes a toda invasión por un ordenamiento extraño y por tanto
las decisiones de la base quedan salvas siempre. Si un ente superior quiere
aprobar una cosa lesiva para la base se invalida, pero si alguno o algunos

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 La Autogestión Carlista Partido Carlista

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miembros en su base quieren hacer uso de la forma federal, sus decisiones son
tan inmunes como lo son los confederales.

“Dentro del sistema confederal cabe el federal, pero si solo valiese el federal?
Como quedaría?

Los federales han de pasar una revisión de sus decisiones, por lo cual pueden
ser jueces y parte. La democracia es la suma de todas las libertades (para mi),
pero saltarse a la torera los derechos de los mas débiles es un atentado.

Si se somete a votación alguna cuestión sobre la lengua, después que algunas

de ellas se les ha tenido muertas durante siglos, sería una votación correcta?.

En matemáticas cada cosa solo se puede sumar con el que tiene relación.

Si la decisión del pueblo no tiene garantía, a qué llamamos democracia?.

La autogestión es la democracia con garantías.

A pesar de los defectos que en tiempos medievales había de sufrir, Vinatea se

va a permitir decir al rey “Nosotros somos tanto como vos, y todos juntos más
que vos”.

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PONENTES

• ARAGÓN
 DEL PARTIDO CARLISTA EN ARAGÓN.
• CATALUNYA.
 JORNADAS SOBRE AUTOGESTION. Julio Gómez Bahillo.
• EKA
 FORALISMO,AUTOGESTIÓN,AUTODETERMINACIÓN,
CONFEDERACIÓN. F.J.Ventura San Juan.
 EL CARLISMO Y LA AUTOGESTION. J. Aragón.
• MADRID
 EL CAMINO HACIA EL PODER POPULAR. LA AUTOGESTION
SOCIALISTA. Javier Onrubia Rebuelta.
 ACCION AUTOGESTIONARIA. Joan Tarrés.
 AUTOGESTION ECONOMICA-AUTOGESTION GLOBAL. Luis Gismero
Hinojal.
 SINDICALISMO AUTENTICO, INTRODUCCIÓN A PONENCIA
ASAMBLEAFEDERAL FRENTE OBRERO 1976. Delia Tejedor.
• LEON
 EL CARLISMO Y LA NECESIDAD DE LA SOCIEDAD ACTUAL DE SU
MENSAJE. Carlos Salgado Fuentes.
• EKA / MADRID.
 MUNICIPALISMO CARLISTA (otra forma de hacer política es posible).
Alfonso Ruiz, David Martínez.

• APORTACIÓN FUERA DE PLAZO. Carles Arnal. (PAÍS VALENCIA)

PARTIDO CARLISTA
www.partidocarlista.com
partidocarlista@partidocarlista.com

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