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ENCUENTROS CON LO INSÓL ITO

Por Raymond BERNARD

Legado Supremo para Europa, Gran Maestro


para todos los países de lengua francesa

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INTRODUCCIÓN

Las importantes funciones que asumo en el seno de una de las más poderosas
organizaciones tradicionales del mundo, la Orden Rosa Cruz AMORC, me ha llevado
frecuentemente más allá de los umbrales de lo extraño y, en el momento de escribir estos
"Encuentros con lo insólito", el problema de la elección se me presenta en la forma
más aguada. No es, sin embargo, mi intención desvelar aquí aquello que pertenece al
terreno de la experiencia mística personal o a la realización oculta, dando a este término
el sentido más elevado y no la interpretación peyorativa que se le viene atribuyendo a
causa de las declaraciones abusivas, o posiblemente abusadas, de pseudo-magos o
iniciados.

Sin duda alguna, tendría, en este dominio, mucho que decir, pero una exposición de este
tipo, me llevaría a divulgar lo que me pertenece como propio, el silencio es preferible al
riesgo de mezclar, sin darse cuenta, lo que es personal o lo que no lo es. Por otra parte,
aunque me dirijo a miembros de la Orden Rosacruz AMORC, me parece preferible reunir
aquí únicamente hechos situados en los límites del tiempo y del espacio o, por usar un
lenguaje más simple, en el mundo en que vivimos.

A todo lo que se me presenta en este momento en mi pensamiento, una elección se


impone, pero estoy convencido de que los encuentros de los cuales estoy decidido a
hablaros, os aportaran un estímulo personal en el camino que seguís con vosotros
mismos. Esto es, lo que, por encima de todo, me empuja a relatar estas experiencias, las
cuales, debo confesar, que, incluso, mi mismo entorno, nunca ha oído hablar de ellas.
Para un místico no debe haber, a propósito de hechos de esta naturaleza, un interlocutor
privilegiado u los lazos familiares no tienen ningún sentido a este respecto. El místico se
calla o si, después de una reflexión, habla, es a todos a quienes debe dirigirse, y si una
elección es necesaria en lo concerniente al tema, la circunspección no lo es más, una vez
que la elección se efectúa.

Sean los que fueran los encuentros elegidos de los que me propongo informaros, será, a
pesar de todo, insólito y no he escogido este calificativo a la ligera. Se salen, en efecto,
de lo ordinario y muestran, evidentemente, que nuestro mundo está lejos de ser tal y
como aparece al observador poco documentado. Una nube de misterio lo envuelve y es,
sin embargo, en las ciudades construidas por el hombre, en el ruidoso hall de un gran
hotel, en una humilde casa o en medio de la algarabía de la calle, donde tiene lugar el
encuentro previsto.

¡El misterio alrededor de los hombres, lo extraño en el corazón de una sociedad que se
vuelve hacia la única satisfacción de sus comunes apetitos!. Ciertos encuentros parecen
increíbles a cualquier otra persona y puede ser que a alguno de vosotros en el hilo de su
lectura, sienta la necesidad de pararse unos instantes y murmurar para si mismos, el
nombre del autor de estas líneas, un autor al que conocen bien y desde hace tiempo,
antes de seguir adelante con el relato de estos encuentros, con la certeza de que se trata
de hechos y no de ficción. ¡Pero que importa!. Lo importante no es que las cosas se
digan, y si lo son ¿no es porque están ahora permitidas?.

Entonces, que vuelen las palabras, las frases, la historia, hacia aquellos que deben
buscar provecho y no buscaré efectos de estilo y usaré solamente un lenguajes simple,
casi hablado: el de un cuento donde solo la verdad tiene cabida de por sí y puede ser la
causa de vuestra incredibilidad.

¿AQUÍ O ALLÍ?

La tradición habla siempre de un gobierno oculto del mundo, y a este gobierno, se le han
atribuido multitud de nombres a lo largo del tiempo, así como multitud de lugares de
residencia. En el siglo pasado, Saint-Yves d'Alveydre, por primera vez posiblemente, de
una manera tan explícita como precisa, hizo referencia a ello con amplitud de detalles. Su
obra salió a la luz en un buen momento y yo he aprendido después, de la fuente
autorizada que existe que, efectivamente, como él mismo cuenta, había recibido
instrucciones precisas para publicar tales revelaciones.

La utilización abusiva de algunas informaciones extendidas pero no fundadas por ciertos


"aventureros de lo oculto", más interesados por su popularidad o por su estado financiero
que por la verdad, exigía una puesta a punto necesaria. Había también quienes, no
comprendiendo nada de nada y, sin embargo, persuadidos de su "iluminación" o de las
"revelaciones" que le eran transmitidas decían, de Arriba o de tal o cual Maestro o Guía,
avivaban extrañas teorías que, como es frecuente, tenían un reclamo increíble pero real
sobre ciertos buscadores extraviados, siempre a la búsqueda de una "novedad"
imposible, hundiéndose en el pantano de lo "maravilloso" incontrolado.

Era, pues, necesario, restablecer la verdad, al menos parcialmente, y por ello, Saint-Yves
d'Alveydre levantó un extremo del velo que cubría el Agartha, describiéndolo tal y como
en ese momento estaba constituido y conducía sus actividades. También se aprendía de
otras fuentes precisas, que la "sede" de este gobierno oculto del mundo estaba,. en esa
época, ubicada en el desierto de Gobi.

Se trata de hechos verídicos, en principio, pero todo en nuestro mundo está en perpetuo
movimiento y transformación, y así los hechos evolucionan y su contenido cambia. Lo
que era verdadero hace apenas unas décadas, esta hoy pasado. Todos lo que, en
nuestros días, tienen interés por estas cuestiones en particular, dan a las informaciones
de Saint-Yves d'Alveydre el mismo crédito de antes y, sin reflexionar, admiten
implícitamente que no ha cambiado nada DESDE ENTONCES.

Yo sé que soy el primeros en hacer, a este respecto, nuevas revelaciones y, tengo


conciencia de su importancia, de la responsabilidad que asumo por ello, pero cae por su
propio peso que, como Saint-Yves d'Alveydre, yo no me hubiera aprovechado de tales
revelaciones sin permiso. Declararé, pues, claramente, que el gobierno oculto del mundo
(sobre el cual volveré un poco después con más detalle, a propósito de uno de mis
encuentros insólitos), no es, de ninguna manera, lo que era hace una treintena de años.
Además, ya no está ubicado en el desierto de Gobi.

Desde todos los puntos de vista, como veremos, se han tomado así en cuenta las
condiciones del mundo moderno y siempre ha sido así, en una lenta progresión, para
lograr un ajuste constante a las actuales condiciones. Pero creo que ha llegado el
momento de relatar el primer encuentro insólito.

PRIMER ENCUENTRO

En el cumplimiento de mi función, estoy obligado, como todos saben, a viajar mucho.


Durante algunos años, después de haber establecido por todo el territorio de mi vasta
jurisdicción, las logias, capítulos y pronaois necesarios, después de haber organizado
estructuras tal y como las conocemos hoy, tenía aún un trabajo de organización, de
supervisión y de traducción, demasiado absorbente para aceptar todas las invitaciones
que me llegaban de los cuerpos subordinados a los que yo había dado vida.

Efectuaba, sin embargo, cortas visitas a los puntos próximos, pero estos desplazamientos
me daban la única y gran alegría de ver a nuestros miembros y dar una charla en su logia,
capítulo o pronaos; o bien presidir los primeros congresos locales. Fuera de las visitas
excepcionales que me hacían en la Gran Logia, y por supuesto, las tan apreciadas de
nuestro querido Imperator, no ha tenido, durante todo este período, ningún encuentro
"insólito" y de hecho, no lo esperaba. Sin duda estaba demasiado ocupado y todo mi
tiempo lo empleaba en cumplir mi monótono trabajo cotidiano. Seguramente también,
esperaban que yo "pasara más pruebas". El gran período de mis grandes viajes empezó
en 1.960, con dos visitas necesarias a Leopoldville (ahora Kinshasa) y a Brazzaville, con
una incursión en el Sur-Kasai.

Estos viajes transcurrieron sin "historia" en lo que concierne a los hechos que nos
interesan aquí y, durante cuatro años, fue así. Como he dicho antes, no esperaba nada, y
por consiguiente, no experimenté ninguna decepción. Estaba, al contrario, lleno de
alegría por el maravilloso auge de mi jurisdicción, por su importancia, la segunda del
mundo. Por supuesto, mi función y, evidentemente, el "honor de mi puesto", me hacían
actuar con la mayor prudencia. Cierto es que, llamado desde muy joven al sendero Rosa
Cruz, muchas de las circunstancias y de las visitas, no me sorprendían en absoluto,
aunque hubieran asustado, sin duda al hombre de la calle. Hacía falta más que lo extraño
para sorprenderme pero, lo insólito, estaba ya en el umbral.
21 de mayo de 1.964. Tengo que hacer un corto viaje a Londres y voy a Orly para tomar
el avión de las 14 horas. Todo es normal y estoy bastante feliz por tener mi sitio preferido
en la primera fila. Noto, curiosamente, que el asiento vecino queda libre, estando
generalmente muy solicitado y que el avión estaría, sin duda completo. Volviendo
ligeramente la cabeza, veo, entre la gente, un oriental que lleva un turbante. El turbante
es azul y me doy cuenta, un poco más tarde, que es de gasa ligera. Un oriental, sin duda
un hindú que va a Londres, esto no tiene nada de extraordinario y me olvido de ello, hasta
que, alguien se sienta en el asiento vacío a mi lado, se trata del oriental que acababa de
ver. Su ancha cara con barba y sus vivos ojos, me recordaban a alguien.

Todo iba sucediendo muy deprisa en mi pensamiento y, atribuyéndolo a la "locura del


ambiente", procuro interesarme por los documentos que llevo conmigo, pero no lo
consigo. De pronto, me acuerdo. Fue en Bruselas, hacía algún tiempo, cuando vi a este
hombre. Estaba visitando la ciudad con un guía turístico y él estaba unos asientos por
delante de mi en el autocar.

En una de las estaciones, estaba durante las explicaciones del guía, cerca de él. Me
había sonreído cortésmente y, subiendo al autocar, y como estaba por delante de él, le
empujé sin querer y me disculpé. Creí oírle "... see you later" ("ya nos veremos") pero
supuse que él había entendido mal porque ¿Cómo podría volver a ver a alguien que no
conocía?. Y olvidé el incidente. Todo me venía a la memoria y pensaba que
"decididamente, el mundo es pequeño".

Eché un vistazo rápido a mi vecino, mientras despegaba el avión, y me sonríe y yo hago


a lo mismo. Entonces, en Un francés impecable, me dice:
"¿Ve cómo nos teníamos que ver de nuevo?.”

Hice un verdadero esfuerzo para contestarle:


"¡Tenéis una excelente memoria, señor!".

Su respuesta no se hizo esperar:


"¡No se trata de memoria, sino de otra cosa!".

Me puse en guardia, pero curiosamente tranquilo dije;


"¿De verdad"?.
El continuó:
"Tenemos poco tiempo, porque en el aeropuerto de Londres le dejaré. No tengo, por otra
parte, más que unas pocas informaciones que decirle. Otros harán el resto. Toda
introducción es inútil, y Vd. no es quien sin razón. Reciba con SIMPLICIDAD, porque
nada de lo que aprenda podrá dañar su obra ni interferirla. ESTÁ VD. EN EL CAMINO
APROBADO Y APRECIADO, SU ORDEN REPRESENTA EL MAÑANA, SEA FIEL Y
CONSÉRVELO EN SU PUREZA Y EN SU INTEGRIDAD.”

“Vd. seguramente, habrá oído hablar del Agartha, aunque de forma pasajera, pero
incluso, este nombre no será el apropiado en lo sucesivo. El verdadero y definitivo
nombre no deberá ser conocido más que por un grupo restringido y no debe ser
comunicado. Este nombre es A...... ¡Gobierno oculto del mundo! ¡Qué impropia es esta
expresión!. Y sin embargo, ¡que bien define al "Alto Consejo" y a los doce que lo
constituyen!. “

“El error cometido en todas las épocas, ha sido creer en la eternidad de los miembros del
Alto Consejo. El Alto Consejo es eterno, pero sus miembros son mortales como Vd. o
como yo. Únicamente "su conocimiento" les diferencia, su conocimiento y su
extraordinaria visión y comprensión del futuro de este mundo. Cuando un miembro
muere, el que ha sido "elegido" para sucederle, le reemplaza de inmediato, y durante tres
meses, se familiariza con el conocimiento y la experiencia dejados por su predecesor.
Entra también, por primera vez, en contacto con los miembros reunidos del Alto Consejo.
Así la transmisión no se interrumpe. Esta es la verdad al respecto. Nuestra
responsabilidad es considerable, pero la asumimos en el conocimiento...”

Interrumpo a mi interlocutor:
"Acaba Vd. de decir en varias ocasiones "nosotros", ¿Es Vd. miembro del Alto Consejo?.”

Continuó como si no me hubiera entendido:


"El Alto Consejo SABE el último punto que alcanzará este mundo en su evolución.
Conoce las etapas. Algunos, en los círculos de iniciados, conocen algunas, la era de
Piscis o la era de Acuario, por ejemplo, pero hay otras que jamás nadie conocerá, fuera
del Alto Consejo. ¿El papel esencial del Alto Consejo?. Velar para que cada etapa sea
llevada a cabo en el tiempo preciso y acelerar o atrasar, según el caso. Es más frecuente
acelerar a lo que debe atenerse el Alto Consejo.”
“La humanidad es LIBRE para alcanzar el fin de una etapa SEGÚN SUS PROPIOS
MEDIOS, pero el nuevo punto debe ser conocido TAL Y COMO HA SIDO ESTABLECIDO
y es por lo que el Alto Consejo debe velar. Hay, naturalmente, medios para influir en los
acontecimientos, y ver en ellos también las peripecias INEVITABLES POR LA FALTA DE
PREPARACIÓN DE LA HUMANIDAD Y LA DIFICULTAD QUE ÉSTA MUESTRA PARA
ADAPTARSE, SIN OBSTÁCULOS, A LAS NUEVAS CONDICIONES.”

“Estos medios no pueden ser revelados pero Vd. los comprenderá fácilmente. El Alto
Conclave es el brazo superior de la Invisible Permanencia, si Vd. quiere, o mejor todavía,
de los seres de una jerarquía más elevada. El universo es una UNIDAD tal, que cada
cosa y cada ser son eslabones. Una palabra más: "Los miembros del Alto Consejo se
reúnen en asamblea cuatro veces al año, en períodos fijos. Cada uno de ellos está, sin
embargo, en contacto con todos los demás cuando lo precise, durante todo el año....".

- "¿Los miembros del Alto Consejo, tienen una profesión, digamos... profana?

- "Eso no está prohibido, pero, si es así, debe permitírseles la posibilidad de responder,


en todo momento, a toda llamada y, efectuar toda misión, incluso imprevista...."

- "¿Los miembros del Alto Consejo pueden ocupar un puesto político?".

- "¡No!" Es la única prohibición. Incluso la posibilidad de una profesión profana es una


decisión relativamente reciente. Fue aprobada el 27 de Diciembre de 1.945, en el
transcurso de la última reunión periódica. Una profesión NO ES necesaria, desde ningún
punto de vista, para NINGUNO de los miembros del Alto Consejo. Una ocupación
cualquiera, facilita casi siempre la OBRA.... Pero ya veo qué es lo que Vd. piensa con
respecto a su pregunta sobre la política.”

“Sin duda, se refería a la pretendida sinarquía. ¡QUE ERROR!. ¡Qué ABSURDA es la


concepción de algunos autores!. Eso sería llevar a un nivel muy bajo la misión CÓSMICA
del Alto Consejo. La política es asunto de los "hombres". Sirve a veces a nuestros
designios y otras veces no. La seguimos de cerca EN EL MUNDO ENTERO, y sacamos
nuestras conclusiones. ESO ES TODO. Por supuesto, si afecta a la evolución mundial,
intervenimos, pero con medios que no tienen NADA que ver con la política. Y, desde
luego. SON MÁS EFICACES. En cuanto a la sinarquía, es también asunto de los
hombres, de algunos hombres movidos por apetitos, digamos... materiales. No tenemos
ningún lazo con una empresa de tal género, Cualquier otra concepción es pura ficción,
pero ¡qué importa!.”

- "Estoy profundamente sorprendido que, prácticamente sin conocerme, me hagáis, sin


ningún control, semejantes revelaciones en un avión, lugar público, donde oídos
indiscretos pueden escuchar vuestra conversación. YO SE, YO SIENTO que decís la
verdad. Noto claramente un estado de confianza y de certeza. Pero, ¿por qué a mí y por
qué aquí?

- "Es a Vd. Raymond Bernard, que debo enseñarle que el azar no existe y puede Vd.
estar seguro que no daría tales informaciones a cualquier desconocido. ¿Por qué a Vd.?.
Quizás por lo que es Vd., quizás por otros motivos. ¿Por qué aquí?. Porque debe ser
así- En cuanto al resto, no se preocupe. Nadie nos ha oído. Todavía, una vez más:
ACÉPTELO CON SIMPLICIDAD.”

Quiero hacer otras preguntas, pero me para:


"Es suficiente, me dice, no debo añadir nada más. Por otra parte, estamos llegando.
Otros, puede ser que vengan. ¡Londres!. ¡Pienso siempre en Copenhague en
Diciembre cuando llego a Londres!. Ya en el aeropuerto, aminora el paso y me dice:
"¡Hasta la vista!". "Que Dios y nuestros Maestros bendigan nuestra comunión".

Impresionado por estas palabras, extraídas, palabra por palabra, del Liber 777, respondo
con un suspiro: "Que así sea". Se lleva, el pulgar doblado, los tres dedos de la mano
derecha a su frente. Me alejo y, volviéndome rápidamente en una última mirada, le veo
avanzar lentamente en mi misma dirección para las formalidades de la aduana. ¡Cómo
me hubiera gustado ver su pasaporte!. Era un hombre alto, fuerte, con la cabeza rodeada
por un turbante de gasa azul pálido, llevaba un traje marrón... ¡Un hombre entre otros!.

No volvería a verle hasta meses más tarde, el 28 de Diciembre de 1,966, ya veremos en


que circunstancias. En la noche de este primer encuentro insólito dormí de un tirón. Un
sueño tan profundo que, a la mañana siguiente, creí haber soñado..... Y sin embargo......
SEGUNDO ENCUENTRO

A mí no me gusta Copenhague en invierno. Hace mucho frío, y, la naturaleza, en esta


encarnación, me ha dotado de un cuerpo refractario a las temperaturas demasiados
bajas. Aunque esto no me ha impedido por otra parte, ir a Dinamarca cuando el servicio
de la Orden así lo requiere, y ya ve que he hecho este viaje en invierno.

No sé por qué no comprendí inmediatamente la indicación dada por el primer interlocutor,


cuando me dijo pensar en Copenhague en diciembre cuando llegaba a Londres. Quizás
estuviera todavía demasiado impresionado por la información que acababa de recibir. De
hecho, me acordé de ello, solamente después de mi regreso a París. No veía,
verdaderamente, lo que podría llevarme a Copenhague siete meses más tarde; pero no
dudaba de que si debía aprender algo importante, las cosas se encauzarían por sí
mismas.

Además, considero esto como un test, no hice nada para favorecer este viaje. Los
meses pasaron y, hacia el 10 de Diciembre de 1.964, recibí instrucciones de dirigirme a
Copenhague para una cuestión importante relacionada con nuestra Orden. Tenía que
estar allí, como muy tarde el 27 de Diciembre. Y allí fui. Seguramente, se imaginaran con
que interés me senté en el avión y con qué curiosidad esperaba ver a mi interlocutor
insólito. Queriendo, como si fuera un juego, reservarme una sorpresa suplementaria,
cerré los ojos y esperé pacientemente, concentrándome intensamente en la Gran Logia.
Cuando los abrí, el avión acababa de despegar. Inmediatamente miré hacia mi vecino....
Se trataba de una niña de unos doce años y dudé que, por el género de comunicaciones
que se me hacían, el asunto me fuera revelado por una niña. Comencé la lectura del
último número de El Rosacruz y el resto del viaje se desarrolló con toda normalidad... y
sin curiosidad.

El Royal Hotel de Copenhague está situado en Hammerchsgade. Está cerca del centro
de la ciudad y, además, sus grandes salones, particularmente el hall, permiten discretas
conversaciones. Tenía la impresión de que sería en el hall donde se produciría mi
segundo encuentro insólito. Verdaderamente, no veía en que otro lugar podía ser. Como
tenía que cumplir mi misión, decidí que sería un segundo test: esperaría en el hall
únicamente los momentos libres de que dispusiera.

Al día siguiente de mi llegada, de nueve a diez y media de la mañana, me quedé sentado


en un sofá desde donde divisaba la entrada principal. No ocurrió nada. Al día siguiente,
nada todavía, ni por la mañana, ni por la tarde, de las dieciocho a las diecinueve horas.
Empezaba a pensar que había dado a las palabras de mi primer interlocutor una
significación que no tenían.

A la mañana siguiente, hacia las nueve treinta, mientras me preparaba para bajar al hall a
montar mi guardia, sin gran esperanza, el timbre del teléfono sonó en mi habitación. El
conserje me anunció que "el Sr. Jans" me esperaba. Como no conocía a ningún "Sr.
Jans", supuse enseguida que se trataba del nuevo encuentro esperado -encuentro
insólito- donde todo se desarrollaba de forma diferente, puesto que la espera "organizada"
había sido inútil.

Bajo inmediatamente. El hall está casi vacío. En el momento en que me acerco a la


oficina del conserje, un hombre se levanta de uno de los grandes sofás y me mira
fijamente. Me dirijo hacia él: "¿Es Vd. el Sr. Jans?". El toca rápidamente su frente con
tres dedos de la mano derecha, con el pulgar doblado hacia dentro. Me inclino
ligeramente sin tender la mano. Estas personas tienen demasiado aire de ignorar el
"shake-hand" (apretón de manos). Un día les preguntaré por qué. "Venga, mosieur
Raymond Bernard". Le sigo. Desde que le vi, tuve enseguida ese mismo sentimiento de
certeza y confianza. Habla un francés perfecto, aunque su acento es indefinible,
posiblemente eslavo. Viste con discreción. Su cara delgada está coronada por una
abundante cabellera blanca. Sus ojos son de un azul metálico. Es aproximadamente
como yo de alto.

Fuera nieva. Un coche espera. El "SR. Jans" da en danés una instrucción al chofer y
salimos. No habla mucho, algunas palabras de vez en cuando al pasar delante de un
monumento o un edificio histórico. Conozco bien Copenhague y le escucho
distraídamente, pero le observo. Sonríe cortésmente. Su boca permanece cerrada; sólo
sus ojos se arrugan ligeramente. El hombre, es sobre todo, enigmático. Me pregunto a
dónde vamos. Atravesamos ahora las afueras, y no puedo decir dónde estamos. El
coche reduce la velocidad y se para delante de una casa de aspecto normal, difícil de
distinguir de las otras, como suele ocurrir en los países nórdicos. El edificio es, sin
embargo distinguido y bien estructurado. Bajamos. No se si el "Sr. Jans" ha llamado,
pero la puerta se abre. Examino la fachada, pero no hay ninguna placa, -¡nada!-.
Entramos. La casa parece vacía. MI anfitrión me conduce hacia un pequeño salón. La
sala es extraordinaria. Creo penetrar en un mundo diferente. Me sería imposible
describirla con detalle e, incluso una descripción no aportaría nada nuevo al ambiente que
reina allí y lo que de él emana. Esto es, la atmósfera vibratoria, lo que cuenta allí. Todo
parece bañado en una luz violeta creada por las cortinas que ocultan las ventanas y por
una pequeña lámpara encendida en uno de los rincones del salón. En las paredes, dos
cuadros, que no puedo distinguir muy bien. Sin embargo, en una mesita delante del sillón
en que me siento, veo un marco blanco con la fotografía de un hombre vestido de gris, de
rostro fascinante. El hombre aparenta tener unos cuarenta años; es moreno, pero sus
ojos son tan claros que no parece tenerlos en la fotografía. Es impresionante. El "Sr.
Jans", sentado enfrente de mí, me mira fijamente, pero no hace ningún comentario sobre
el interés que muestro por la fotografía, y no me atrevo a preguntarle. Espero y, un
instante después, comienza:

- “Yo seré para Vd. el "Sr. Jans". No hace falta ninguna presentación. ¡Qué importa los
nombres y personalidades en una obre como la nuestra! ¡Lo esencial y lo relativo, dos
términos opuestos, dos extremos!. Hay que elegir uno u otro. Lo relativo debe dejarse
para el mundo del que emana. Nuestra razón de ser es esencial. ¡Seamos pues,
nosotros mismos, "esencia"!. En esta misma habitación, se reunió ayer el Alto Consejo, y
es por lo que he querido tener esta conversación con Vd. aquí. No es oportuno,
naturalmente, ponerle al corriente de los temas tratados aquí ayer.”

“Toda reunión del Alto Consejo es seguida, por el mundo, por circunstancias de una
importancia considerable y nadie, a no ser el Alto Consejo, debe considerarlas o poder
considerarlas contrariamente a cómo aparecerán al gran público. Por el contrario, voy a
continuar con Vd. la conversación que tuvo en París y Londres con otro responsable del
A.... Sé lo que se le dijo, pero es posible que vuelva a mencionar algunos de los puntos
tratados, en el transcurso de mis explicaciones. Sobre todo, acepte con HUMILDAD.
Escuche, medite, pero no cambie nunca ni una palabra de las que recibe, si un día se le
permite hablar.”

“El Alto Consejo, el A....., está, como Vd. sabe, compuesto de doce miembros y Vd. tiene
ideas fundamentales sobre ello. Esta Alto Consejo es semejante a un gobierno en su
estructura, o una Dirección colegiada, pero la jerarquía allí es estricta. Por supuesto, no
cabe el que unos tengan "envidia" de los otros. No hay, en el Alto Consejo,
preocupaciones similares. Cada uno está en su ligar, ligado, fundido a los demás y
cumple su misión como debe. El Jefe del Alto Consejo no tiene título propiamente dicho.
No hace mucho, ciertas informaciones que han podido "filtrarse" al exterior, le han
considerado como "el rey del mundo". Rey, lo es seguramente, y, por supuesto, por el
poder, el absolutismo y las responsabilidades de su cargo, pero NUNCA ha llevado ese
título. Para nosotros, es MAHA y este nombre tiene, para nosotros, un valor tan sagrado
que ningún otro término podría sustituirlo. Debo precisar que tiene también una
significación muy particular y que pretender compararlo con otros términos semejantes o
interpretarlo después de ellos, sería caer en el error más absurdo.”

“Maha es nuestro venerable Jefe. Su conocimiento es profundo, su universalidad total y


su comprensión absoluta. Tiene bondad única que el mundo comprendería o admiraría
mal, porque el mundo no admite la bondad más que en lo que se refiere a él, o bien, la
denomina flaqueza. Maha, sin embargo, es duro y despiadado para quien falta a la
palabra dada. Perdona al hombre; pero no olvida la falta. Maha, si Vd. quiere, es nuestro
Presidente. El segundo, en el rango, cumple una función similar a la de un secretario
general, en el seno de un gobierno presidencial. Es el brazo derecho del Presidente, y le
sigue siempre. Es el que, si es necesario, nos transmite las instrucciones especiales de
Maha. Los otros diez miembros del Alto Consejo son comparables a los Ministros. Cada
uno se ocupa de una gran rama de la actividad humana: Economía, Educación, Justicia,
etc. con un ministerio especial -el de la Religión y los Cultos- que incluye tanto a las
grandes confesiones religiosas como a la religión de la tribu de un clan apartado. Por
extraño que pueda parecerle, Las Ordenes tradicionales -como la suya- dependen de la
Educación, porque este término lo empleamos en su sentido más puro.”

“Vd. se preguntará, sin duda, cuales pueden ser los medios de acción del Alto Consejo.
Una cuestión de este tipo surge por si misma, porque ¿para qué podría servir tal
"gobierno" sobre un territorio tan vasto como el planeta sino está constituido más que por
doce miembros, incluido nuestro venerable Maha, que se reúnen de vez en cuando para
evaluar, determinar y decidir, si esta evaluación, está determinación y esta decisión no
pueden encontrar un campo de aplicación?.”

“Algún otro le dirá, posiblemente, un día, los medios llamados por el mundo
"supranormales", de los que nos servimos, cómo y por qué. Yo me quedaré, por así
decirlo, en el plano operativo exterior. Mi predecesor, le dijo que no intervenimos en los
asuntos internos de los Estados. Quiso decir sobre todo con ello, que para el Alto
Consejo, los Estados no existen en cuanto a tales. No hay para él más que el mundo, en
cuanto planeta y, su progresión uniforme a través de los ciclos CON EL FIN DE
PROCURAR A LOS HOMBRES, EL CUADRO Y EL MEDIO DE LAS EXPERIENCIAS Y
DE LOS CONOCIMIENTOS QUE SON LA TRAMA DE SU PROGRESIÓN INDIVIDUAL Y
COLECTIVA.”

“Así, y esto es importante, si tal Estado parece retrasado con relación a la progresión
general esperada, o si está adelantado, creando así una discordancia, tanto en un caso
como en otro, el Alto Consejo, por los diversos medios de los que dispone, establecerá el
equilibrio y esto tendrá como resultado, que los responsables locales deberán ajustarse y
ajustar las condiciones, con sus propios medios a la situación que hemos creado por el
interés universal. Es evidente, que ignoran siempre por qué se han encontrado frente a
una situación de este tipo, pero habrán debido reajustar y amoldar su acción a esta
situación. No hay por supuesto, ninguna preferencia por uno u otro Estado en el móvil
que nos anima. Conocemos "la norma general" en tal momento y evaluamos la "nota", si
Vd, quiere, de cada Estado, con relación a ella. Por ello, resulta nuestra intervención tan
necesaria y, con su grado de vigor exacto.”

“Déjeme decirle, de paso, que SUIZA, es el único país del mundo en que el "ritmo" es
normal desde hace siglos. No hemos tenido que "intervenir" allí desde hace mucho
tiempo, salvo, posiblemente, dos o tres veces en el plano económico, por haber estado
Suiza demasiado replegada sobre sí misma en este dominio. Hemos tenido pues, que
favorecer la "necesidad" de una influencia extranjera para reestablecer el equilibrio y,
todavía, continúa en marcha, pero hacia 1,968, la estabilización estará acabada
completamente.”

“Se extrañará saber que nuestro Maha venerado NO ES UN DESCONOCIDO para los
Grandes del mundo. Por "Grandes" entiendo, por supuesto, los más altos responsables
de las naciones, grandes o pequeñas. Sin embargo, no todos le conocen y, algunos, no
han oído hablar NUNCA de él. Por utilizar un eufemismo, no es conocido más que por los
"estables", por aquellos cuya personalidad representa una garantía de que mantendrá,
por su acción, el "ritmo" de su país y, sobre todo, que sabrán durar. No es difícil para
nuestro Maha determinar quién posee también la cualidad esencial que es la discreción.
Por otra parte, Maha será conocido por ellos, frecuentemente, por un nombre y unas
cualidades "exteriores, que no tienen nada que ver con su responsabilidad real. Pero por
lo que representará "exteriormente" será recibido y, frecuentemente escuchado.”

“A veces, Maha, se revela a un gran responsable en su verdadera personalidad, pero es


raro. Según tengo entendido, uno solamente lo conoce en la actualidad y la influencia
de Maha sobre él es considerable. ¡No!, no me pregunte el nombre. No olvide la
impersonalidad de nuestra gran obra.”

“Paralelamente a la influencia muy real y eficaz de Maha, hay, evidentemente, influencia y


acción en sus once colaboradores en cuanto a tales. En un grado menor y a niveles
menos elevados, nosotros también operamos, pero bajo la supervisión de Maha. La
eficacia de nuestra acción es grande, siempre teniendo en cuenta las reacciones e
incertidumbres humanas que a veces obligan a otras "intervenciones" de nuestra parte.
Lo que acabo de comunicarle, es la acción directa, para utilizar una expresión muy
usada en este siglo. Pero el Alto Consejo tiene su ADMINISTRACIÓN y voy a
explicarme.”

“Hubo un tiempo, en que, aproximarse a los "Grandes" no era una empresa compleja. Un
nombre verdadero o sobrenombre, bastaba para hacer ver que disfrutaba de una fortuna
real o aparentemente importante. Como el orden venía de arriba, era allí donde había
que prestar atención. Cada país vivía de forma relativamente cerrada. El poder y la
actividad principal estaban en el "centro". En esa época, algunos enviados bastaban, y no
eran necesarios nunca más de doce, de los que algunos, por otra parte, han dejado un
nombre o rastro en la historia. Reconsidere el personaje del "Conde de Saint-Germain",
por ejemplo, o el de "Cagliostro", a la luz de esta explicación. ¡Comprenderá mejor su
misión!. En nuestros días, la situación es diferente. Los pueblos se mezclan en un vaivén
incesante. Los gobiernos se consultan. Los contactos se han multiplicado. Es un
progreso considerable y estaba también previsto. Pero nuestra acción debía tenerlo en
cuenta.”

“El 21 de Marzo de 1.933, el antiguo Maha, desaparecido de este plano cuatro años más
tarde, había concretado, en una reunión periódica, que tendría que ajustarse nuestro
proceso operativo al mundo del mañana, y trabajos y estudios se hicieron en ese sentido,
pero la fecha principal fue la del 28 de Diciembre de 1.945 en que, con nuestro Maha
actual, los miembros del Alto Consejo fueron autorizados a ocupar funciones... digamos,
profanas.”

“No voy a decirle, naturalmente, cuales, por qué sería a la vez, inútil y absurdo. Sin
embargo lo entenderá suficientemente. No puede tratarse más que de una situación tal
que no implique una responsabilidad política central. En el núcleo de una administración
profesional y otra, es evidente que, hay información y que el impulso dado en retorno es
eficaz. Deducirá de ello, con razón, que así se ha establecido a escala mundial una gran
red que forma un todo perfecto. Esto significa que fuera del personaje central, que es uno
de los miembros del Alto Consejo, cualquiera esté al corriente. Nadie lo está. Pero Vd.
tiene suficientes ejemplos "exteriores" de ello y no insistiré.”

“Es posible, pensará Vd., que doce miembros, en el Alto Consejo, son poco para tal
misión. No es así, créalo y nuestra organización solo puede ser perfecta. Estoy seguro
de que no lo duda. Añadiré esto "-no olvide lo que le dijo él que le encontró antes que yo
pues si no evaluará mal nuestra obra-". Recuerde que no somos "políticos", en el sentido
en que el mundo lo entiende. Sitúe, por supuesto, toda nuestra acción en el BIEN y en el
contexto UNIVERSAL. Lo que sabe ahora, lo compromete a tener una visión de conjunto
REAL DE NUESTRO trabajo al servicio del mundo. A partir de estas explicaciones, nunca
dadas hasta ahora a nadie, podrá comprender mejor lo que pasa en un mundo que ha
llegado a ser pequeño. Aprenda a recoger CADA SUCESO IMPORTANTE con estas
pocas llaves fundamentales. Acepte, se lo repito, con HUMILDAD....”

- "¿Puedo hacerle una pregunta?: ¿Y las Naciones Unidas?".


- "Otro, posiblemente, le responderá algún día. Lo que debía decirle personalmente ha
terminado y creo haber sido más explícito que mi predecesor. Pero esto estaba previsto.
Aunque la alusión era bastante clara, Vd. ha tenido que determinar donde tendría lugar el
presente encuentro. Es cierto que el resto ha sido favorecido por nosotros. No tendrá
que deducir el lugar del próximo encuentro. Será Atenas. ¿Cuándo y cómo?. Seré lo
suficientemente claro, cuando llegue el momento, para que se excluya toda duda. Como
supone ciertamente, nada es azar en lo que concierne al Alto Consejo. Bien, mi chofer le
acompañará".

Nos levantamos, cerca de la puerta se lleva de nuevo los tres dedos de la mano derecha,
el pulgar plegado, a la frente. De nuevo me inclino agradeciéndoselo... Sus ojos se
arrugan. Ha terminado. Media hora más tarde, estoy en mi hotel, sin haber abandonado
un instante con el pensamiento, un saloncito en la penumbra color violeta y a un cierto
"Sr. Jans"....

TERCER ENCUENTRO

A medida que el tiempo pasaba, los "encuentros" se normalizaban. Hasta aquí no había
tenido más que dos, pero una gran diferencia separaba el primero del segundo: menos
"misterioso" y apariencia de lo imprevisto, menos alusiones enigmáticas con respecto al
próximo lugar de encuentro o a su fecha. Yo comprendí bien la necesidad de discreción,
pero esta técnica más directa, convenía más a mi temperamento. En una sociedad en
donde todo parece al descubierto se ve tanta gente que se rodea hábilmente de una
aureola misteriosa para disimular el vacío que llevan dentro, que no se puede evitar un
cierto desconcierto cuando la misma actitud es empleada para un fin extremadamente
importante y serio. Seguramente, el sentimiento de certeza y confianza que sentía en el
transcurso de estos encuentros -desde el primer contacto- era una garantía absoluta para
mí, pero la manera en la que el próximo encuentro me había sido indicado, me complacía.

De todas formas, no experimenté ningún tipo de sorpresa cuando fui enviado a Atenas
unos días antes de Semana Santa del año 1.965. Aquel año, las Pascuas griegas
estaban fijadas una semana más tarde que en Francia. Como salí el miércoles antes de
las fiestas y volví el martes siguiente, no hubo, para mí, Pascuas ese año.

¡Atenas! el cielo más bello del mundo, según se dice, pero ante todo, qué extraña
impresión de un eterno pasado para el visitante que quiere ignorar la ineludible presencia
de lo "moderno". Excepción hecha del Partenón, de algunos jardines y monumentos,
hay. sin embargo, pocos de la prestigiosa antigüedad en el Partenón, sería suficiente
como soporte para transportar el corazón a esos siglos lejanos en que todo el
pensamiento de un mundo se desarrollaba aquí, bajo la supervisoras protección de la
divina Atenea. En cuanto a mí, como a tantos otros, cada estancia en Atenas, me
conduce en peregrinaje hacia la célebre colina donde, entre la piedras del templo, manan
todavía las esperanzas, las aspiraciones y la tradición de todo un pueblo. Tener en
Atenas un encuentro insólito no podía, por tanto, digustarme.
La experiencia precedente me había enseñado que, NO ES NECESARIO BUSCAR,
PARA PROVOCAR EL ACONTECIMIENTO (en el sentido de la palabra). BASTA ESTAR
PREPARADO Y ESPERAR CON SERENIDAD. Desde mi llegada no hice más que llevar
a cabo lo que me había llevado a Atenas. Lo hice sin excesiva prisa, sin sorprenderme la
demora o silencio por parte de quién yo tenía el derecho de esperar después de lo que
me había sido anunciado. El sábado por la mañana, en el momento en que devolvía mi
llave al conserje, éste me dio un sobre blanco con la única inscripción del número de mi
habitación escrito por la mano del conserje. Lo abrí deprisa, en una cuartilla de papel
escrito a máquina, estas únicas palabras: "Hoy 18 horas" y la dirección de una calle que
situé como próxima a la Plaza de la Constitución, pero en dirección a la célebre Plaza. En
todo el día, no sentí ninguna prisa, aunque me embargaba una comprensible curiosidad.
A las 17 horas, estaba de regreso en mi hotel, y, después de una corta meditación, pedí
un taxi. Enseñé al chofer el papel y lo volví a guardar enseguida.

¡Qué extraña experiencia ofrecen al visitante los taxis en Atenas!. Es incomprensible que
se pueda llegar al destino sin contrariedad con tal desorden de conducción y frenazos
brutales. Los conductores griegos son artistas, aventajados en su afición solo por los
turcos, particularmente los de Estambul... Pero se llega siempre a puerto y ¿no es eso lo
esencial?.

La calle es muy estrecha y poco frecuentada, bastante sombría también. El taxi se para
delante de un inmueble sin características especiales y desciendo. Pero ¿qué pasa? el
inmueble tiene varios pisos y lo habitan, sin duda, varias familias diferentes. Estoy
extremadamente perplejo y, sin embargo, no tengo ningún recelo. Espero pacientemente
delante de la puerta, donde mi sitúo de forma que fuera perfectamente visible desde el
interior para cualquiera que espera un visitante. Exactamente a las 18 horas la puerta se
abre y un hombre sonriente me dice con cortesía: "Buenas tardes, señor. Acompáñeme,
se lo ruego". No ha hecho el gesto habitual. Sin duda se trata de alguien encargado de
introducirme. En el primer piso, delante de una gran puerta a la izquierda, se para unos
segundos y cuando estoy cerca de él entra; la puerta estaba entreabierta. Una vez
dentro, la cierra, HACE EL SIGNO y dice: "Sea bienvenido"; después me conduce a una
sala de medianas dimensiones pero amueblada con refinamiento... Nada en las paredes
pero todo aquí irradia fineza y estética. Tan solo se enciende una lámpara de rincón y
vuelvo a encontrar el ambiente azulado de mi último encuentro en Copenhague. La
misma atmósfera me penetra y me ofusca. Tomo asiento en un ancho sofá que me
designa mi anfitrión y, sentándome, observo sobre un mueble a mi derecha, LA MISMA
FOTOGRAFÍA QUE ME HABÍA ATRAÍDO en Copenhague. Mi interlocutor se sienta a mi
izquierda en un asiento bajo. Me encuentro azorado. No tiene más de veinticinco años y
la belleza de sus rasgos es notable. Sus ojos claros brillan de vida y su tez morena lo
hace parecer más claro todavía. Su cara parece casi infantil, bajo su abundante pelo
castaño cortado con gusto. Pero espero ante todo lo que debe enseñarme. Comienza
enseguida:

- "Deberá aceptar con CONFIANZA. Otros le han hablado ya, y mi trabajo es diferente.
En Copenhague, Vd. ha aprendido nuestros medios de acción temporales y me ha sido
confiada su pregunta en relación con las Naciones Unidas. Es posible que sus reflexiones
le hayan conducido ya a una explicación válida. Las Naciones Unidas -como hace poco la
Sociedad de Naciones- responde a una necesidad interior de los pueblos. La idea es
excelente, pero no la realización.”

“Al menos hay progreso y un organismo como éste, que no servirá más que de freno a las
pasiones de los pueblos, ya es de una utilidad indudable. Se encuentran, sin embargo, en
su seno, las mismas imperfecciones que caracterizan a cada nación: intervenciones
interesadas, influencias marcadas y esfuerzo por utilizar todo como justificación de una
acción nacional, incluso, si esta acción es errada, hasta peligrosa. Sin embargo, aún así,
este organismo es perfecionable y el Alto Consejo lo tiene en cuenta. Está, pues, lejos de
desinteresarse de los trabajos de las Naciones Unidas. En todo caso, por el tiempo que
este organismo exista, operará con el resto y lo que Vd. sabe ahora a propósito de que
sucede en otros dominios, se aplica allí de la misma forma. Vd. podrá utilizar el mismo
razonamiento para todo organismo válido creado por el hombre.”

“El Alto Consejo puede directa e indirectamente ser su origen. Puede que en principio no
sea para nada, pero TIENE EN CUENTA TODO Y SE SIRVE DE TODO PARA LLEVAR A
BUEN FIN SU MISIÓN AL SERVICIO DEL MUNDO. Habrá quién, estoy seguro,
completará su información, pero nuestro encuentro hoy tiene un fin más elevado. Debo
informarle de nuestros medios excepcionales, DIFERENTES, ¡ese es el término exacto!.
Estos medios, su cargo le permite comprenderlos -su cargo y también sus formación en el
seno de una organización considerable, su Orden, que nosotros amamos y respetamos,
y, de la que conocemos su PERMANENCIA, a pesar de las indecibles dificultades- las del
mundo y la de seres poco iluminados a quien su ego confunde haciéndoles creer en su
"valor" o en su "conocimiento" para cubrir su horroroso vacío interior.

No hay más lugar para ellos que ellos mismos, donde quiera que se encuentren y su
Orden, incluso, a sus ojos, tiene las imperfecciones que solamente ellos, pobres
incomprendidos, podrían hacer desaparecer. Tales censores existen por todas partes.
Véalos con buenos ojos. No puede destacar nada más que comparándose por la crítica
negativa y hábil con lo que es grande y, sin éstos, ¿qué sería de ellos?. Incluso nosotros,
en nuestra obra, tenemos a veces que vérnoslas con temperamentos de este tipo. Se
encuentran a todos los niveles. Pero la diferencia con Vd. que no está autorizado, (por
definición misma de una Orden tradicional encargada de guiar en la libertad y no de
imponer), para hacer uso de medios "diferentes" en el plano individual, es que el Alto
Consejo tiene derecho a hacerlo y LO HACE. ¿Cuáles son estos medios?.”

“Como le he dicho, Vd. los presientes con certeza pero en conjunto; vamos un poco al
detalle:... El Alto Consejo, el A......, es por así decir el primer eslabón visible del
conjunto jerárquico cósmico. No debe confundirse con lo que Vds. llaman el Alto
Cónclave de los Maestros Cósmicos, cuyo plano es diferente y cuya misión no es, por
tanto, la misma. Para precisar y completar la definición que acabo de dar, diremos que el
Alto Consejo, el A....., en cuanto que primer eslabón visible del conjunto jerárquico
cósmico, es el eslabón fundamental que tiene por misión velar por el desarrollo armónico
de la humanidad como sociedad organizada, en el curso de los, diferentes ciclos previstos
para toda la eternidad.”

“Estos ciclos son DOCE; están simbolizados por las constelaciones del Zodíaco y se
extienden a lo largo de 24.000 años aproximadamente. A continuación, está el JUICIO
colectivo e individual y el comienzo de una nueva etapa cíclica de DOCE. La cifra DOCE
debe conducirlo, en sus meditaciones, a fructiferas conclusiones. Verá también en ellas
una conexión con el número de miembros del Alto Consejo. Cada "ministro" toma
naturalmente así, un relieve particular según el ciclo en curso, teniendo cada ciclo una
nota predominante en armonía con cada una de las doce funciones. Pero Vd.
comprenderá también que la UNIDAD persiste y cada función del Alto Consejo tiene su
importancia. Sin embargo, bajo la responsabilidad y el impulso de MAHA, cada función
desarrolla sus actividades en favor de la actividad central del ciclo cuyo "ministro" es el
símbolo.”

“Por el hecho de su situación entre los dos planos -el visible y el invisible- (quiero precisar,
no obstante, que no hay MÁS QUE UN SOLO PLANO BAJO DOS APARIENCIAS O
MANIFESTACIONES), el Alto Consejo procede de los dos. Utiliza así las posibilidades
ofrecidas por la fase visible y tiene a su disposición los poderes que confiere la otra fase.
LOS PODERES NO SE COMUNICAN, SE ADQUIEREN POR EL ESTUDIO Y EL
TRABAJO. MÁS EXACTAMENTE, NO SON NADA EN SI MISMOS. SON EL
RESULTADO, UNA DE LAS CONSECUENCIAS DEL CONOCIMIENTO Y DE LA
EXPERIENCIA ADQUIRIDOS.”

“Muchos buscadores piensan tanto en los "poderes" que olvidan lo esencial y,


naturalmente, pierden su tiempo. Mientras no hayan superado esta falsa concepción,
estarán en el dominio de las "ILUSIONES DEL PSIQUISMO", de donde NADIE puede
sacarlos, si no ELLOS MISMOS. Así, los miembros del Alto Consejo, los doce del A......,
han alcanzado, por definición, en el campo del conocimiento universal, un grado tal, que
implica, como consecuencia, la adquisición natural de poderes excepcionales. ¡Vd. no
ignora que el conocimiento no se adquiere en una sola vida!.”

“Quienes componen actualmente el Alto Consejo han seguido, se lo aseguro, una larga
preparación y, en esta vida, han nacido ADELANTADOS con respecto a los demás, desde
el punto de vista de la evolución general. Han tenido, por supuesto, que hacer la
SÍNTESIS, alcanzar el punto, si Vd. lo prefiere y, su misión estaba en cierta forma,
cósmicamente ordenada y preparada y cuando la LLAMADA del Alto Consejo les llegaba,
habían, en esta existencia, alcanzado ya un grado avanzado de "realización".

“Recibieron, a continuación, una formación especializada según su misión y, llegado el


momento, -es decir, cuando uno de los doce ha dejado el plano físico- fueron investidos
en su función. Entre los "poderes" de los que disponen los miembros del Alto Consejo,
tienen, naturalmente, como dato principal, el conocimiento preciso de la fecha de su
transición. Ninguno de los doce concede demasiada importancia a la duración de su vida.
Su evolución es demasiado grande para hacerlo. Saben que la VIDA ES ETERNA y que
dejar este plano es ya PREPARARSE PARA VOLVER con una envoltura material nueva.
Por lo tanto, cumplen su misión y emplean en ello toda su energía, toda su fuerza, sin
preocuparse de saber si sus esfuerzos se reducirán al tiempo de una encarnación.
Sin embargo, deben PENSAR EN LA SIGUIENTE y ésta es una de sus mayores
responsabilidades.”

“Periódicamente, debe, individualmente, determinar el grado de uso de sus cuerpos, como


el propietario de un automóvil es capaz de determinar si éste puede servir aún tres, cinco
o diez años. En lo que concierne a los doce, su examen periódico individual les permite
ver si su trabajo ha necesitado hasta el momento una cantidad normal de energía o bien
más, y sacan conclusiones.”

“Un miembro del Alto Consejo conoce de esta forma el año de su salida del mundo físico.
Por supuesto que si el sucesor no está aún listo, aquél a quién debe reemplazar puede
prolongar su existencia hasta el momento requerido. NO UTILIZARÁ PARA ELLO
MEDIOS EXCEPCIONALES. Se contentará con reducir sus actividades reteniendo así, la
energía necesaria. Reemprenderá un ritmo normal que le conducirá fatalmente a la
muerte, cuando con toda certeza, el sucesor esté preparado para el Alto Consejo. Vd.
puede, después de esta explicación, comprender también que las funciones son
"hereditarias" cósmicamente hablando.”

“Tal función pasará de quien la ocupa a un sucesor preparado para ello y así
sucesivamente. Es así incluso con la función de MAHA. En el plano profano, este
proceso encuentra, guardando las distancias, su concordancia con la elección del Dalai
Lama. Es, en un grado menor y, a partir de "creencias", lo que pasa entre nosotros de
una forma premeditada.”

“El poder de pensamiento de los miembros del Alto Consejo, del A......, es considerable,
particularmente en nuestro venerado MAHA. Nadie lo utiliza sin embargo, salvo en casos
extremedamente raros donde la suerte del mundo esté en juego y la decisión, tanto como
la acción, corresponden entonces a MAHA, después de haber hecho referencia del
asunto al Alto Consejo reunido excepcionalmente para discutir. No hay, entre nosotros,
ningún abuso de estos poderes. A nuestra escala, la consciencia de la misión es
demasiado neta para que la idea de una utilización abusiva aflore en nuestro
pensamiento.”

“Sabemos hacer pantalla de cine, si fuera necesario, para no, sin saberlo, influenciar a
otro. Nuestro poder de pensamiento se emplea en el marco de nuestro trabajo, según
modalidades rigurosamente definidas que todos conocemos perfectamente, tan
perfectamente que se establece en nosotros una especie de automatismo. En ciertas
circunstancias, este poder se ejercerá por sí mismo, como si de una válvula se tratara,
después, resuelto el problema, todo volverá a su cauce.”
“A veces, podemos leer también en los seres, pero ésto no es un juego, y el mismo
automatismo del que acabo de hablar, se establece en nosotros a este respecto. Por
tanto, SI ES NECESARIO "ver en otro", es sencillo para los miembros del Alto Consejo y
todos han adquirido la suficiente maestría para sacar conclusiones necesarias, para no
enseñar nada de sus deducciones y para CALLARSE, incluso si, deliberadamente, quien
ha sido testado sin saberlo, sigue un plan y persigue objetivos que sus palabras y sus
observaciones no dejan percibir en su verdadera intención.”

“Cada uno de nosotros sabe, evidentemente, sintonizarse con la MEMORIA CÓSMICA,


pero, para recoger una imagen, cada miembro del Alto Consejo centra su atención interior
ÚNICAMENTE SOBRE LA LÍNEA QUE INTERESA A SU CAMPO DE ACCIÓN. Sin
embargo, en el transcurso de una reunión periódica, cuando se trata de buscar un punto
universal importante, de controlar otro o de verificar conclusiones del Alto Consejo
referentes al "estado del mundo" en lo que concierne al ciclo o al nivel que debería ser
alcanzado, si una noción se comprueba útil y es conocida por estar ya registrada en la
memoria cósmica, entonces, MAHA, solo o con uno o varios miembros del A......., todos si
el informe es capital, entran en ellos mismos y se sintonizan con las vibraciones de los
archivos universales.”

“Todos, comprendido MAHA, y él más fácilmente que los demás, están capacitados para
alcanzar psíquicamente un estado u otro, SI ES NECESARIO, pero este medio no es
utilizado de forma sistemática. Por lo mismo, cada uno de nosotros puede encontrar a
MAHA o a los otros miembros del Alto Consejo de esta forma. Entre nosotros, este
medio es empleado muy a menudo. SIN EMBARGO, NUESTRA MISIÓN PRECISA EL
USO DEL RAZONAMIENTO Y ES POR LO QUE TIENEN LUGAR NUESTRAS
REUNIONES PERIÓDICAS. TODA DECISIÓN Y TODA ACCIÓN DE LARGA
DURACIÓN SE DETERMINAN EN EL TRANSCURSO DE LAS REUNIONES Y ES EN EL
TRANSCURSO DE LAS REUNIONES DONDE SE CONTROLA. LOS CONTACTOS
PSÍQUICOS NO SIRVEN MÁS QUE PARA PRECISAR LA NECESIDAD DE LOS
DETALLES DE LA EJECUCIÓN.”

“El Alto Consejo reunido representa, por así decirlo, la cumbre jerárquica de la
humanidad, el punto de unión entre los dos planos de los que he hablado antes. Está
encargado de una misión de ARRIBA y conduce, desde donde está, lo que gobierna por
debajo de él. Si ocurriera que la humanidad en su conjunto cede bajo el peso de una
carga que ella misma se ha impuesto, por sus actos, hemos de volvernos hacia ARRIBA
para pedir ayuda para ella. Transferimos en cierta forma a un grado más elevado la
necesidad que hemos sentido abajo. Pero, empleando lo que ha sido puesto a nuestra
disposición, aplicaremos también nuestro conocimiento a la situación constatada y, Vd.
sabrá a lo que hago alusión, pues en uno de los grados de su gran Orden, se enseña la
ley de la asunción.”

“Debo, sin embargo, después de todas esta explicaciones, precisar que nuestro trabajo se
ocupa de LA CONDUCTA DE LA HUMANIDAD en su camino hacia el fin que le está
asignado y no una forma autoritaria, sino, ciertamente, de una forma VIGILANTE, y
nuestra acción, Vd. está en disposición para entenderlo, es CONSIDERABLE. Si, desde
ciertos puntos de vista, el Alto Consejo es el gobierno oculto del mundo, pero un gobierno
esclarecido, respetuoso de las libertades, siempre y cuando no entorpezcan la marcha
hacia adelante de este planeta, y que no interviene en los asuntos mundiales más que por
el bien de los hombres........"

Mi anfitrión había monologado, con los ojos cerrados, las manos juntas, con una voz lenta
y persuasiva. Yo estaba demasiado interesado para interrumpirlo, aunque ciertas
preguntas me llegaban a mi mente. En este punto de su exposición, no pude, sin
embargo, impedir decirle:

- "¿Y las guerras que devastan la humanidad? ¿Y los pueblos que sufren la miseria y el
hambre? ¿Por qué no intervienen en circunstancias tan trágicas?

El continuó:

- "Esperaba su pregunta, y me parece, en efecto, que es bueno esclarecerlo


inmediatamente en relación con nuestra conversación de hoy. En primer lugar, si tiene
Vd. en cuenta el trabajo del Alto Consejo, del A......, tal y como le ha sido ampliamente
explicado, en las conversaciones sucesivas que Vd. ha tenido, por privilegio, con los
nuestros, Vd. comprenderá que no podemos intervenir en el proceso incesante de
desintegración y reconstrucción, al cual, la humanidad en su conjunto, está sometida. No
podemos RESTRINGIR el libre albedrío humano ni impedir que, por el juego de ese libre
albedrío, se produzcan catástrofe, de la que la humanidad es culpable.”
“De muchas formas, se lo aseguro, suscitamos ADVERTENCIAS a los hombres; les
sugerimos el horror a la guerra. Si a pesar de todo, caen en el cataclismo, nuestro
TRABAJO consiste en hacer alguna manera de QUE SU ERROR NO RECAIGA EN
ALGUNA FORMA SOBRE EL RITMO CÍCLICO PROPIAMENTE DICHO. Por otra parte,
suscitamos obras POSITIVAS, asociaciones de SEGURIDAD, movimientos de CARIDAD
que harán la contraparte del acto NEGATIVO engendrado por la humanidad. Es evidente
también que lo ponemos todo en acción para REDUCIR la duración de acontecimientos
tan trágicos PERO la humanidad habrá debido, primero, aprender suficientemente la
LECCIÓN que se ha impuesto a sí misma.”

“No olvide que el mundo es un crisol de experiencias de donde sale la evolución misma.
Esto es tan cierto en el plano individual como en el colectivo. Hay leyes UNIVERSALES
que nuestro primer deber es respetar, por que ellas tienen en cuenta LA EVOLUCIÓN DE
LA HUMANIDAD. Además, entre estas leyes, está lo que se llama el KARMA, tan mal
comprendido por la mayoría. La humanidad, como el individuo, deben APRENDER por el
Karma, que, bajo ningún aspecto, es un castigo. El Karma tiene su origen en la
humanidad y encuentra en ella su resultado. La guerra es una manifestación del Karma
colectivo. Es resultado de las acciones como de los PENSAMIENTOS de los hombres.
La solución de la guerra, la instauración de una PAZ PERMANENTE, DEPENDE DE LOS
HOMBRES Y SOLO DE LOS HOMBRES.”

“Ocurre lo mismo con las turbaciones sociales y otras, y sí, en el último análisis, el mundo
conoce lo bueno, a pesar de sus errores, es debido sobre todo a NUESTRA ACCIÓN
POSITIVA. En tiempos de paz, no cesamos de actuar para INSTRUIR a los hombres,
para sembrar en ellos, con todos nuestros medios, las semillas de COMPRENSIÓN que
les harán ir hacia adelante evitando nuevas catástrofes. PERO LA HUMANIDAD DEBE
APRENDER Y PROGRESAR. TENDRÁ SIEMPRE PROBLEMAS QUE PASAR PARA
LLEGAR A ELLO. SON PARA ELLA EL AGUIJÓN NECESARIO, COMO LO SON, EN
MENOR GRADO, LOS PROBLEMAS PERSONALES PARA LA EVOLUCIÓN
INDIVIDUAL. HAY EN TODO EL UNIVERSO Y A TODOS LOS NIVELES
CONCORDANCIA PERFECTA. EL DÍA EN QUE, EL INDIVIDUO Y LA HUMANIDAD SE
COMPORTEN SEGÚN LAS LEYES UNIVERSALES, TODOS LOS PROBLEMAS SERÁN
RESUELTOS Y LA HISTORIA DE ESTE PLANETA ACABARÁ.”

“El problema de la miseria y del hambre se explica de la misma forma, pero no hay duda
de que hay un Karma acumulado por aquellos pueblos provistos que se desinteresan de
los que tienen hambre y que no hacen TODO lo necesario para resolver este problema.
De ello resultará, tarde o temprano, un CONFLICTO cualquiera. Por este lado, el Alto
Consejo pone todo en acción para suscitar soluciones y establecer un justo equilibrio.
Nuestra acción, desde hace años, se ejerce en este sentido. Hace falta, por supuesto, la
cooperación de los hombres.”

“Si ellos son refractarios a los impulsos que les damos con todos nuestros medios,
cargarán con la responsabilidad de una situación peor que degenerará en catástrofe.
Debemos prever TODAS LAS EVENTUALIDADES y, créalo, están previstas. EL MAYOR
PECADO DEL HOMBRE ES EL EGOÍSMO. Cuanto más tiempo tarde en ser extirpado
de su seno, más la humanidad se enfrentará a GRAVES PROBLEMAS y, en cuanto al
Alto Consejo, deberá mantener SU VIGILANCIA.”

“Esto es todo lo que era mi misión revelarle. Durante muchos meses, no nos volverá a
ver a ninguno de nosotros, pero podrá verificar lo que se le ha enseñado examinando el
mundo y sus acontecimientos a la luz de nuestras revelaciones. USTED VERÁ EN
ELLOS NUESTRA MANO. No considere ningún suceso como menor. Preste atención a
TODO. Su próximo encuentro con un miembro del Alto Consejo, no tendrá lugar antes de
los últimos meses de 1.966. Será Vd. prevenido de ello en forma clara. Estas
informaciones pueden serle útiles y pueden, cuando llegue el momento, ser útiles a otros,
aportándoles luz, esperanza y certeza de que todo, en este universo, está ordenado, está
previsto y que la humanidad no está sola ni abandonada".

Mi interlocutor se levanta. Irradia serenidad y paz. Hace inmediatamente el signo


habitual, del que ignoro aún la significación y que posiblemente no conozca nunca. Me
acompaña hasta la entrada del inmueble sin decir una palabra. Allí sonríe y me tiende la
mano. Es la primera vez que uno de mis interlocutores tiene esta cortesía. Me inclino y la
tomo. Después de dejarle, me dirijo a pie a la plaza de la Constitución, donde tomo un
taxi para volver a mi hotel. Allí buscaría -pero en vano- el papel donde figuraba la
dirección. No creía haberlo perdido, a menos que... ¡qué importa!.

Tengo la certeza de que los lugares en que soy recibido, son "apeaderos" momentáneos
para las necesidades de la causa y, que, poco después, son devueltos para su primitivo
propósito. Todo es "atmósfera" en estos encuentros. Estos seres y sus propósitos
fascinan tanto, que son los únicos recuerdos anclados en el pensamiento. En el momento
en que escribo estas líneas, me pregunto se seré capaz de encontrar otra vez esa calle
de Atenas sin error. Por el contrario, evoco sin dificultad la atractiva cara del protagonista
de este tercer encuentro insólito. Oigo todavía su voz, su mensaje.

CUARTO ENCUENTRO

Tuve, en efecto, que esperar largo tiempo antes de encontrar a un nuevo informador.
Varios meses pasaron hasta que la señal me fue dada y tuve, entretanto, un gran placer
al verificar los conocimientos adquiridos. Al principio, tenía tendencia a buscar la
aplicación en los acontecimientos mayores. Algunos se aplicaban en ellos pero, como lo
constaté enseguida prestando atención a circunstancias menos importantes e incluso
menores, lo que me había sido revelado constituía una llave que daba a los hechos su
verdadera significación y su apariencia real. Por otra parte, absorbido por las
responsabilidades de mi cargo, el tiempo, como siempre, pasaba rápidamente.

En ningún momento, en el transcurso de estos encuentros insólitos, yo había sido objeto


de presiones de cualquier tipo en cuanto a mi función y a lo que ella implica en deberes
de todas clases. Había sentido entre mis interlocutores el mayor respecto hacia la Orden
Rosacruz AMORC y había constatado, con una profunda satisfacción, que la colocaban
muy alto. Estaba claro que pretendían únicamente, por alguna razón, instruirme en
hechos exactos concernientes a un eslabón esencial de nuestro mundo. Aceptaba pues,
como me había sido pedido, sin reserva ni prejuicio.

Corría el mes de Agosto de 1.966 cuando fui informado del lugar y la fecha de los DOS
PRÓXIMOS encuentros: Lisboa y Estambul. Estos dos encuentros deberían tener lugar
antes de finalizar el año en curso. Como la primera vez, dos entrevistas me eran fijadas
con precisión. Deducía de ello que tendría una particular importancia y que serían
posiblemente las últimas. Ahora estoy seguro de que tenían una importancia muy
especial. No estoy tan seguro de que se trate de las últimas, aunque puedo comprender
que no habrán más encuentros concertados periódicamente con el fin determinado de
informarme. En cuanto a nuestros encuentros insólitos, ¿quién sabe?. Siempre hay algo
que aprender y tales seres lo saben mejor que cualquiera.
En Noviembre de 1.966, estaba en Lisboa. Tenía que cumplir allí una misión al servicio
de nuestra Orden y debía allí encontrarme con algunos miembros. Al mismo tiempo,
debía ser contactado allí por un nuevo interlocutor. Lo que me ha impresionado siempre y
ha sido para mí de un valor considerable, es que JAMÁS, ninguno de estos encuentros
insólitos, ha entorpecido de ninguna forma mis actividades, ni perturbado el cumplimiento
de mis deberes. Han estado siempre "integrados" a mis actividades normales de una
forma sorprendente y, apreciaba este hecho, pues, es evidente, que hubiera debido
dejarlos de lado si hubieran sido una traba, pero una eventualidad de este tipo no iba a
suceder. No se pide nunca a nadie un renunciamiento. Todo es sencillo en tales
circunstancias y la sencillez, para quien sabe, es una prueba de autenticidad.

Lisboa, una de las ciudades del mundo con las siete colinas, es profundamente atrayente
para el visitante extranjero, Algunos, es este país que sufre graves dificultades
económicas, sienten siempre una inmensa compasión por ese pueblo que lucha a cada
instante para sobrevivir. Sin embargo, pocas ciudades son tan atractivas como esta, y no
se puede olvidar en este lugar, que Portugal estuvo en otro tiempo incluido en un
continente hoy desaparecido -La Atlántida-.

El Hotel Ritz es de construcción reciente y en ninguna otra parte los encuentros y las
conversaciones discretas son tan fáciles. Grandes salones a menudo vacíos, pequeñas
salas que ofrecen la mayor garantía de tranquilidad, permiten las discusiones más
confidenciales al abrigo de la curiosidad. En uno de los salones del entresuelo me
entrevisté con mi visitante y durante cerca de dos horas, pudiendo dialogar sin ser
interrumpidos ni una sola vez. se me avisó del día y la hora por teléfono y no había pues,
ninguna sorpresa que prever. Hubo una sin embargo.

Cuando, el día fijado, me avisaron que me esperaban y que descendiera al inmenso hall,
había una muchedumbre importante, sin duda, un tour organizado como tantos de
nuestros días. Iba a dirigirme pues a la mesa del conserje, cuando, echando una ojeada
a mi derecha, noté que alguien me miraba fijamente. Le reconocí inmediatamente. Era
quién en dos ocasiones había visto en fotografía. Era MAHA. Dos hombres le
acompañaban. Estaba en un estado interior difícil de analizar, a la vez desconcertado y
feliz. Al aproximarme a él, hizo rápida y discretamente el gesto previsto, pero observé
que llevaba la mano derecha a su frente sin plegar ningún dedo. No tenía tiempo para
interrogarme demasiado al respecto, para intentar comprender si ese es el signo completo
o si solo MAHA puede saludar así. Me incliné con respeto sin decir una palabra y le
pregunté donde debía tener lugar nuestra conversación. "Aquí dijo". Le propuse uno de
los salones en los que había podido encontrar calma los días precedentes. Aceptó y nos
dirigimos allí. Sus dos acompañantes no nos siguieron. les volveríamos a encontrar más
tarde.

MAHA es uno de los hombres más extraordinarios que he encontrado nunca. Parece
tener unos cincuenta años y es muy alto. Su cara es resplandeciente de serenidad, pero
sus ojos, ¡son sus ojos sobre todo los que sorprenden!. Son extremadamente claros, de
un color imposible de definir. Todo su ser está allí. No resalta ninguna otra cosa y si se
me pidiera describir a MAHA, yo diría posiblemente solo : "¡tiene ojos!". Son
verdaderamente los ojos del mundo, de un universo. Se aprende en ellos y se descansa
en ellos al mismo tiempo. Podría ciertamente evitar hablar y "comunicar" por su mirada.

Ante mí, tenía a quienes algunos llamarían el rey del mundo, ¡cómo se hizo para designar
en otro tiempo a quién estaba investido con este cargo!. Yo no me impresiono con los
títulos, conozco demasiado el efecto desastroso que pueden producir en la personalidad y
psicología de algunos. Pero para el hombre que está aquí, no sería necesario ningún
título para distinguirlo. Su PRESENCIA basta.

Nos sentamos en un rincón del gran salón, uno frente al otro, separados por una mesa
rectangular. Estoy preparado para escuchar a MAHA, mejor dicho, para "comulgar" con él
y él lo siente, seguramente. Una bondad infinita baña su rostro. ¡Qué privilegio para
nuestra tierra al tener hombres que velan por ella!. Comienza:

"Tres de mis colaboradores han venido a Vd. para darle hasta hora, informaciones de una
importancia considerable, que ha sabido acoger y aceptar como le ha sido pedido. Estas
informaciones han sido lo suficientemente precisas y extensas, como para que Vd. tenga
ahora una concepción extremedamente neta del Alto Consejo y de su misión, así como,
por otra parte, de sus medios de acción. Era el tiempo de que las revelaciones fueran
hechas y de que estas precisiones fueran dadas, porque muchos errores han sido
divulgados sobre nosotros, y sobre falsas premisas han sido construidos extraños
sistemas contrario a la verdad. Hacía falta pues, que fueran dichas estas cosas, que se
hiciera una puesta al día. No tengo nada que añadir a lo que le ha sido dicho, porque mis
colaboradores han sido perfectos en sus exposiciones, y suficientemente exhaustivos.
Solo precisaré algunos puntos.”

“El Alto Consejo dispone de potencia, pero la tiene en reserva y no la ha utilizado jamás.
Esta potencia, es la posibilidad de activar todas las fuerzas cósmicas y naturales, si fuera
necesario, para impedir a esta tierra llegar a extremos tales que, el universo del que forma
parte, fuera perturbado en su equilibrio fundamental. Si debiera producirse tal
eventualidad, valdría más, en efecto, que este planeta se convirtiera en un astro muerto,
pero nada semejante debe temerse y nuestra misión es velar por ello. ¿Es posible que no
haya Vd. soñado aún en lo que implica una obra como la nuestra?. Ella ha necesitado, en
el transcurso de los tiempos, una organización diferente, teniendo en cuenta el desarrollo
de la civilización material y, lo que habéis aprendido concierne a la época presente, sobre
la cual el futuro no tendrá que ejercer más que un esfuerzo de adaptación.”

Cierto, el Alto Consejo actual ha heredado todo el conocimiento de sus predecesores y


POSEE RICOS ARCHIVOS ABSOLUTAMENTE COMPLETOS EN TODOS LOS
ASPECTOS. Estos archivos están bien guardados y el lugar en que se encuentran es el
mismo que en el pasado. Ninguno de los sucesos que acontezcan a la tierra entera podrá
destruirlos. Ningún "régimen" podrá impedirnos consultarlos sobre el terreno en caso de
necesidad. El desarrollo de la civilización material puede hacer pensar a algunos que no
hay nada por descubrir y que cada trozo del planeta se conoce.”

“¡Qué error!. Tanto como en el pasado y posiblemente MÁS QUE EN EL PASADO, el


mundo es un MUNDO SECRETO y un MUNDO DE MISTERIOS. El Alto Consejo dispone
de la tierra. Dispone del INTERIOR de la tierra, de su SUPERFICIE y de la
ATMÓSFERA que la rodea. Para emplear términos comunes que, sin embargo, no son
del todo exactos, aplicados al Alto Consejo, muestra tradición está preservada desde
su origen sin ninguna alteración y los documentos, obras y bienes a nuestra
disposición sobrepasan al entendimiento humano.”

Estamos en estrecha colaboración con el COLEGIO SAGRADO que, en esta tierra, tiene
por misión velar por la permanencia del pensamiento religioso en el amplio sentido de la
palabra y por la perpetuación del conocimiento "reservado", el que está destinado al
pequeño número, cuyo mérito ha sido probado. Es quien, sin duda, ha creado una
confusión en el pensamiento de Saint-Yves d'Alveydre. Algunas de sus informaciones
eran EXACTAS y ha hecho una obra innegablemente útil en su tiempo PERO, ha reunido
en un solo cuerpo LO QUE ESTÁ SEPARADO.”

“El Alto Consejo es por supuesto un PODER TEOCRÁTICO, pero es un poder digamos....
CIVIL comparado con la misión cósmica del COLEGIO SAGRADO y de lo que éste
implica en materia de iniciación y evolución. Nosotros tenemos la "RESPONSABILIDAD
DEL MUNDO". El Colegio Sagrado tiene la "RESPONSABILIDAD DE LAS ALMAS".
Aunque sea estrecha nuestra colaboración, nuestra acción es DIFERENTE, y Vd. no
ignora en absoluto su objeto. Es igualmente un error hablar de una lucha por nuestra
parte contra las llamadas fuerzas DEL MAL.”

“El mal es una ausencia del BIEN. Es un VACÍO por llenar. Son los hombres quienes,
EN SU PENSAMIENTO, mantienen el mal y sus trágicas consecuencias o
manifestaciones de hombre a hombre o de pueblo a pueblo. UNA LUCHA IMPLICARÍA
LA REALIDAD DE ALGO INEXISTENTE EN SÍ y no hay nada similar en nuestra acción.
FAVORECEMOS LA COMPRENSIÓN DEL BIEN Y SU INSTAURACIÓN PROGRESIVA,
CONSECUENCIA DE ESTA COMPRESIÓN. En otros términos, como se le ha dicho,
nuestra acción es POSITIVA y lo es en este terreno también.”

“No hace mucho, nos reuníamos en un lugar concreto, es cierto, pero en nuestros días el
lugar de nuestras reuniones es VARIABLE. Lo fijamos según los acontecimientos en
curso y elegimos ciudades donde nuestra presencia dará su fruto rápidamente. Se usa
también el estudio sobre el terreno, el conocimiento por la CUALIDAD VIBRATORIA de un
lugar, de lo que puede dar origen a un desequilibrio o un acontecimiento grave. Ahora
bien, el acontecimiento no tiene siempre su origen allí donde se produce.”

“Tiene, a veces, su fuente en otro lugar y, LO QUE SABEMOS YA SE SOMETE A UN


control SOBRE EL TERRENO, pos así decirlo, a fin de determinar si el ciclo del suceso
conducirá rápidamente a éste a su fin normal y hará una simple página de historia, o bien
si nuestra intervención es deseable, sin que la gran noción de LIBERTAD HUMANA sufra
ni tan siquiera un poco. DESPUÉS DE TODO, NUESTRO DOMINIO ES EL MUNDO Y
NUESTRA MISIÓN NO ESTÁ CONFIRMADA A UN TERRITORIO EN PARTICULAR. Ir
por todas partes individualmente, reunirnos periódicamente en lugares diferentes,
teniendo en cuenta la situación, es nuestro deber en interés del mundo y nada de esto es
inútil. Hemos podido evitar muchas veces a la humanidad terribles pruebas que atraía
SIN RAZÓN sobre sí misma, y esto gracias a que una reunión realizada en una ciudad
determinada, ha permitido al Alto Consejo poner inmediatamente en movimiento las
intervenciones eficaces requeridas.

¿Nuestros obstáculos?. Son las concepciones humanas a menudo difíciles de transmutar


y no olvide que no vamos contra las manifestaciones del libre albedrí

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