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Comentario critico

LA EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES EN LA PINTURA. IDEAS PARA ORIENTAR


UNA LECTURA DE LA SERIE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA1. Páginas 181-201.
Texto de Carlos Andrés Pérez.
Presentado por: Isabel Cristina Díaz M.
1. Planteamiento y problema central del texto:
Según la introducción del libro: ¨Carlos Andrés Pérez parte de una pregunta, a saber, ¿cómo es
posible que una pintura exprese una emoción? Se define primero una emoción a partir de dos
principios, uno corporal y otro mental, para sostener luego que en la pintura es posible expresar
plásticamente sensaciones corporales y representar icónicamente objetos que pueden ser sometidos
a evaluaciones emocionales. Finalmente, con base en la propuesta, se analizan algunas de las obras
de la serie intentando identificar si hay o no coherencia entre lo plástico y lo icónico¨. (Lozano,
2012, pág. 14). Luego de leer el texto, coincido completamente con lo que desde la introducción se
plantea del texto.
2. estructura del texto y argumentos
La posibilidad de expresar artísticamente una emoción
Carlos Andrés Pérez parte en el texto de la posibilidad de reconocer en las pinturas de la serie
sobre la violencia de Botero, el dolor, es decir la emoción que al parecer quieren expresar quienes
allí son representados, tomando distancia del hecho que se pretende representar, al respecto dice:
¨Quiero pensar de entrada que es válido aproximarnos a las pinturas con este objetivo en mente, el
de preguntarnos cómo logran dar cuenta, no de los hechos que representan, sino del dolor que al
parecer quieren expresar. Quiero, en pocas palabras, aproximarme a la colección intentando
dilucidar el papel que las emociones juegan en la interpretación de las pinturas. Para lograr dicho
propósito, mostraré en el primer numeral qué es una emoción; luego, en el numeral dos, abordaré el
problema de cómo es posible expresar una emoción por medio de la pintura; y finalmente, en el
tercer apartado, revisaré algunas de las obras de la serie recogiendo lo planteado en los numerales
anteriores.¨ (Pérez, 2012, pág. 184)
Definiendo emoción
A partir de esta premisa, continua ahora definiendo desde dos teorías distintas, las emociones. La
primera teoría sobre la emoción sostendrá que: ¨Para este tipo de teorías, lo fundamental de las
emociones es que son acerca de algo, y es justamente la evaluación acerca de aquello de lo que
tratan, lo que las define en cuanto tales.¨ (Pérez, 2012, pág. 184). Por el contrario la otra teoría,
insistirá en que: ¨las emociones dependen en última instancia de un mecanismo preestablecido en el
que estímulos provenientes del ambiente desencadenan una determinada reacción corporal, y si las
emociones se identifican con un estado mental, es sólo de manera indirecta.¨ (Pérez, 2012, pág.
186). Luego de esbozar brevemente una sinopsis sobre ambas teorías, vuelve a la pregunta sobre la
representación de emociones en pintura, ¿Es esto posible?
¿Es posible expresar artísticamente una emoción?
A partir de la exposición de ideas sobre la posibilidad que tiene una obra de arte de expresar
emociones, Pérez, enfrenta, por decirlo de manera drástica, las posiciones de dos teóricos, de la

1
La violencia en Colombia según Fernando Botero: consideraciones historiográficas, estéticas y
semióticas / editores académicos: Elkin Rubiano, Mario Alejandro Molano Vega. – Bogotá:
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, 2011.
expresión en el arte, el primero es el filósofo del siglo xx: el inglés R.G. Collingwood, en Los
principios del arte. Para este autor, la emoción resultante en la obra, tras el proceso de creación,
captura o concreta, un estado emocional especifico, que ha surgido en el proceso mismo de
creación, la posibilidad de expresar emociones, no debería entenderse, como las emociones del
autor. Contraria a esta postura, se encuentra la de Alan Tormey (1971). Para él, el asunto de la
emoción del artista en el momento de la creación queda excluido, ya que la obra no se tratara en
realidad de la expresión de la emoción de… (Específicamente), sino de la posibilidad de expresión
de emoción.
Ante la pregunta por sobre la posibilidad de expresar artísticamente una emoción, luego de señalar
las discrepancias entre teorías, el autor, preguntara y propondrá: ¨ ¿Cómo explicar entonces el
hecho de que una obra de arte tenga una cualidad expresiva? La solución que se me ocurre en el
momento es rechazar la idea de cualidad expresiva y limitar el término cualidad a la descripción de
rasgos perceptibles.¨ (Pérez, 2012, pág. 190) Finalmente en nota de pie de página propone el autor
que: ¨la obra de arte imita el conjunto de fuerzas y energías que animan la sensación corporal.
Apuntando en una dirección cercana…¨
Relación entre cualidades perceptibles y características de las sensaciones corporales
¨En pocas palabras, lo que creo que puede definir el carácter expresivo de una obra de arte es la
posibilidad de relacionar sus cualidades perceptibles con las características de las sensaciones
corporales de una emoción.¨ (Pérez, 2012, pág. 191)
Obras icónicas y carácter plástico de la pintura: al respecto propone el autor, siguiendo una nutrida
relación con teorías como la de Rudolf Arnheim, que entendemos, en una pintura un carácter
emocional, debido a que las formas, los colores y las texturas en la obra PUEDEN ser cualidades
expresivas en la medida en que reconstruyan ciertas cualidades de las sensaciones corporales,
(Pérez, 2012, pág. 193) sin embargo con esto no quedaría del todo resulta la pregunta, ya que no
solo es posible interpretar una pintura como expresión de emociones, por el carácter plástico de la
misma, sino por su relación icónica con el referente. Que en la obra de Botero se encontrarían
ambas posibilidades, continua siendo la pregunta para el lector.
Volviendo a Botero
El texto retomara, luego de argumentar dos modos de entender la emoción, pasando por
problematizar el asunto de la expresión en las obras de arte, hasta la conclusión de que con ayuda
de la revisión del carácter plástico y lo icónico, sería posible entender la expresión artística de una
emoción; a las obras de la colección del maestro Botero.
Para volver al análisis de sus obras propondrá dos cuestiones en relación con el carácter plástico y
lo icónico:
a. Que haya redundancia entre lo plástico y lo icónico, es decir, que tanto el objeto como la
sensación que se significan correspondan con una misma emoción.
b. Que no haya redundancia, es decir, que icónicamente se represente un objeto asociado a una
emoción, pero que la sensación corporal que se expresa plásticamente esté asociada a una emoción
diferente. (Pérez, 2012, pág. 195)
Señala el autor que en la medida en que recíprocamente se tensionen y concilien estos dos factores
podrá o no el espectador relacionarse e interpretar emociones en estas pinturas. Al parecer algunas
de las obras de la colección alcanzan esta posibilidad, en la medida en que ambos caracteres
redundan en la expresión de la emoción.
Carlos Andrés Pérez indica que: “el hecho de que podamos identificar una incongruencia entre lo
icónico y lo plástico admite dos tipos de actitudes, una benevolente y otra crítica.” (Pérez, 2012, p.
199), si se enmarca en la primera tendencia, en donde la fuerza de lo icónico se frena ante el
carácter plástico, algunas de las obras de la serie, resultarían inconvenientes, si por el contrario es la
segunda la que guía al espectador, ahora después de que puede establecer un criterio con el cual
evaluar la expresión emocional en la obra, tendríamos que aceptar que toda la serie fracasa. Sin
embargo y en coherencia con el modo en el que desarrolla el texto concluye: ¨Creo que la mejor
manera de terminar lo que hemos recorrido es invitando al lector activo que haya sabido ver en este
texto algo de valor, a que vuelva su mirada a las pinturas teniendo en mente las ideas esbozadas
aquí, en este texto que es, apenas, un guía para orientar la lectura de alguien que busque, antes que
nada, adelantar una interpretación propia de las obras de arte.¨ (Pérez, 2012, pág. 201)
3. Imágenes
Tristeza Tristeza lenta, tristeza en la que el cuerpo se pierde por el peso de la pena y que cae
2002. Lápiz, tinta y derrotado; tristeza que se expresa y se representa sugestivamente en la obra mediante una
pastel sobre papel, estrategia que se repite, con variaciones interesantes, en otras obras como Sin esperanza o
19 × 17 cm Una víctima.

Rio Cauca El gris de los cuerpos sin vida que flotan en el río, no es ya el gris que se esfuma en el
2002. Óleo sobre cuerpo de la mujer triste; se trata, más bien, de un gris mortecino que, acompañado de un
tela, 45 × 65 cm café turbio que domina el cielo y que se confunde con las aguas del río, replica una
sensación de hastío, de llenura, de descomposición visceral que coopera con la escena
representada.
Sin título Así, en contraste con la repulsión a la que invitan los colores de Sin título, en Motosierra
1999. Óleo sobre nos encontramos con algo más parecido a lo que encontramos en Tristeza, un fondo
tela, 39 × 30 cm negro en el que aparecen unas formas de contornos débiles.
Motosierra
2003. Lápiz y tinta
sobre papel, 200 x
15 cm
Súplica Una mujer arrodillada junto a un niño que dirige su mirada hacia arriba ante un agresor
2004. Lápiz y tinta eludido en la pintura. La obra es interesante porque en ella, además del color oscuro, es la
sobre papel, 18 × textura la que juega un papel expresivo importante, en la medida en que imita ciertas
29 cm sensaciones táctiles que cargan, de suyo, un componente corporal.
Mujer llorando La textura como medio expresivo recorre también obras como Mujer llorando, Sin
2002. Lápiz, compasión o Grito, apuntalando en cada una sensaciones corporales ligeramente
carboncillo y pastel diferentes que acompañan y se acomodan de diversa manera a las escenas representadas.
sobre papel, 39 ×
30 cm
Sin compasión Por otro lado, si comparamos Súplica con una obra ligeramente similar en cuanto a lo
2002. Pastel, 94 × representado icónicamente, Otro crimen, el paralelo hace emerger una serie de ideas
73 cm llamativas, pues en esta última sí aparece el victimario, descargando un machete sobre la
víctima. La presencia del victimario reconfigura de inmediato la evaluación emocional que
hacemos de la escena, y así, en lugar del desasosiego que sentimos ante la víctima de
Súplica, en Otro crimen se impone la resignación y la ira que se mezclan en un mismo acto
y que se expresan recostados en un color rojo que tenuemente asienta una exaltada
vivacidad corporal.
Grito
2002. Lápiz y
pastel sobre papel,
18 × 15 cm
Otro crimen La presencia del victimario reconfigura de inmediato la evaluación emocional que hacemos
2002. sanguina, de la escena, y así, en lugar del desasosiego que sentimos ante la víctima de Súplica, en
pastel y lápiz Otro crimen se impone la resignación y la ira que se mezclan en un mismo acto y que se
sobre papel, 20 × expresan recostados en un color rojo que tenuemente asienta una exaltada vivacidad
27 cm corporal.
Carro bomba Se presenta un objeto cuyo poder destructivo se insinúa en la pintura mediante una especie
1999. Óleo sobre de ausencia elocuente, pues justamente porque se trata de la única pintura en la que no se
tela, 32 × 37 cm representa ningún ser humano, se subraya la destrucción de los cuerpos de las víctimas
(Marshall, 485).
Masacre en En ambas pinturas, sin especificar su lugar de origen, una fila de balas se desplaza sobre
Colombia los cuerpos muertos o heridos de diferentes seres humanos; sin embargo, el tamaño y la
2000. Óleo sobre disposición las formas hacen que las balas se presenten como flotando lentamente en un
tela, 133 × 195 cm escenario enrarecido por la muerte, antes que atravesándolo con rapidez.
Masacre de
Ciénaga Grande.
2001. Óleo sobre
tela, 175 × 200 cm
Matanza de los Sin embargo, los colores que se utilizan en la pintura no parecen reforzar ni acompañar la
inocentes escena representada: el color claro de la iglesia y el azul del cielo contrasta, ciertamente,
1999. Óleo sobre con la rudeza del acto que se representa. Algo similar ocurre en Agonía, en donde una
tela, 36 × 49 cm mujer desnuda, amarrada en las manos y con los ojos vendados, se arrodilla derrotada en
una actitud que oscila entre la aceptación y la súplica, una actitud que contrasta
fuertemente con el color azul del fondo y con el tono con el que se presenta la piel de la
mujer, que le quitan el poder expresivo a la escena en tanto que estarían más cerca de la
suavidad y la tersura.
Agonía
2002. Pastel. 98 ×
72 cm

Las imágenes en donde el carácter plástico y el icónico redundan en torno al asunto emotivo,
parecen ser aquellas en donde sobre todo el carácter plástico permite que lo icónico no se
tergiverse. En algunas obras el componente de la textura implica un éxito en esa redundancia. En el
caso de la representación del sufrimiento y el dolor, partiendo del hecho de que no tienen
representación visual es posible, sin embargo, expresarlo por medio de dos metáforas básicas: la del
agente/arma del dolor, y la de la herida/daño corporal. Siguiendo “la idea básica de Marshall es que
en uno y otro caso se trata de objetos que se pueden representar visualmente, pero que se asocian
con el dolor en tanto que se entienden como guardando con éste una relación de contigüidad en el
primer caso, es posible representar un arma como produciendo dolor, mientras que en el segundo
caso es posible representar una herida o las marcas que indican que un cuerpo sufre y que
acompañan al dolor. (Pérez, 2012, p. 198). Bajo este criterio las obras en donde se representan
armas, o balas, dice Pérez que la serie resulta limitada. Termina el análisis de las imágenes
mencionando la incongruencia entre tema y color, del lado de la obra La matanza de los inocentes.
4. concluyendo:
Considero que el texto de Carlos Andrés Pérez: La expresión de las emociones en la pintura.
Ideas para orientar una lectura de la serie la violencia en Colombia. Además de permitir tal
orientación en la pintura de la serie de Botero, sugiere una posibilidad crítica sobre las mismas. La
pregunta por la expresión de emoción en una obra pictórica, resulta demasiado útil, en el contexto
de arte de nuestro país. La realidad histórica de Colombia, parece endeudar a los artistas con el
asunto de la representación de los hechos que nos atraviesan como colombianos; preguntarnos por
la posibilidad de la expresión de la emoción en obras en donde el tema específico es la violencia,
supone una suerte de herramienta adicional. Frente a esto la obra, el estilo si queremos especificar
parece jugarle una mala pasada a Botero, si bien el carácter icónico presente en la serie, y en general
en su obra, obligan al espectador a exigirle al carácter plástico congruencia, en el caso de esta
temática, Carlos Andrés Pérez al analizar las obras sugiere, si es que optamos por la posibilidad
critica que nos abre el análisis que el capítulo propone, algo que alguien como Lucas Ospina2
también ha dicho elocuentemente, y es que en las obras de dibujo, en las que el color está ausente
parecen ser más efectivas al momento de expresar emociones: “Botero antes de Botero”, que tal
vez desenmascararía este Botero reciente en el que la violencia no es forma sino tema y que con
demagogia casi literal ilustra un discurso simple y primario. La forma el color y la textura pueden
coincidir o no en la mayoría de los casos con la posibilidad de expresar una emoción, siempre y

2
Botero: la belleza de la indiferencia (Parte II)
Notas a partir del montaje de la exposición La violencia según Botero en el Museo de Arte de la
Universidad Jorge Tadeo Lozano (Bogotá, noviembre, 2009)
http://lucasospina.blogspot.com.co/2010/11/botero-la-belleza-de-la-indiferencia.html
cuando la narrativa de lo icónico, refuerce o engruese el carácter de verosimilitud que una emoción
como el dolor exige.
El texto responde a las preguntas iniciales y sugiere preguntas de forma implícita adicionales,
después de proponer a través del texto la posibilidad de que el lector encare analíticamente las obras
de la serie violencia, surge la pregunta por el éxito o eficacia que tiene la obra de Botero, momento
de encarar un tema tan complejo como el de la violencia en nuestro país.

Bibliografía
Lozano, U. J. (2012). La violencia en Colombia según Fernando Botero: consideraciones
historiográficas, estéticas y semióticas. Bogota : Fundación Universidad de Bogotá
Jorge Tadeo Lozano.

Pérez, C. A. (2012). La expresión de las emociones en la pintura. Ideas para orientar una
lectura. In U. J. Lozano, La violencia en Colombia según Fernando Botero:
consideraciones (p. 298). Bogota: Universidad de Bogotá Jorge Tadeo.

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