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Pasamos de la ley del poder soberano, que deja vivir y hace morir
cuando no se cumple. Es un gobierno sobre bienes y territorios más
que sobre personas, que deben limitarse a cumplir porque es su
vida la que está en juego. Luego viene la biopolítica, que es un
hacer vivir de una determinada manera y un dejar vivir. la vida debe
ser productiva. norma del poder disciplinario, poder sobre cada
cuerpo y cada alama, que deben conformarse a un modelo. Es
autoritario. Finalmente, la regla que garantiza la seguridad, los
límites donde las conductas pueden hacer. Es liberal, porque deja
hacer. La libertad es necesaria para su funcionamiento.
En las sociedades contemporáneas hay que entender en que
medida se combinan el poder de la ley, con el de la disciplina y el de
la seguridad. En cada sociedad es un caso diferente donde
predomina una sobre la otra. En las democracias liberales
avanzadas está claro que es la seguridad la que predomina, pero sin
olvidar la norma disciplinaria. Y la ley se plantea desde una
soberanía que no es la del emperador, el monarca, el señor feudal
sino el pueblo.
Gubernamentalidad: En el curso del año 1979, es decir, cuando
Foucault se encuentra trabajando de manera plena en el campo de
los fenómenos “globales” -en especial el programa del
neoliberalismo alemán- a partir de la novedosa noción de
“Gubernamentalidad”.
A partir del siglo XVI aparece el problema del gobierno en
diferentes ámbitos: el gobierno de uno mismo, que implica un
retorno al estoicismo; el gobierno de las almas y de las conductas;
el gobierno de los niños, con la pedagogía; y el gobierno de los
Estados. En cierta manera el gobierno de los Estados implica la
introducción de la economía en la política: el problema de la
gestión de los recursos. El gobierno implica un disponer de las
cosas, no un tomarlas como hacía el soberano a partir de la ley que
imponía. El arte de gobernar se consolida a partir del siglo XVIII.
Hasta este momento estuvo muy atrapado en las estructuras
burocráticas de la monarquía administrativa. La población pasa a
ser el elemento central y dentro de ella la familia deja de ser el
modelo para pasar a ser un dispositivo de control de la población,
la forma básica de gobierno de las almas y las conductas.
¿Qué es la Gubernamentalidad? En primer lugar, es el conjunto de
procedimientos, estrategias, instituciones y análisis que permiten
ejercer un control sobre la población. Está siempre ligada a la
economía política y a los dispositivos de seguridad. En segundo
lugar, la tendencia que se inició en Occidente de priorizar el
gobierno, es decir el control, sobre la soberanía y la disciplina. En
tercer lugar, el proceso de gubernamentalización de un Estado que
se inicia en el judicial de la Edad Media y continúa en el
administrativo de los siglos XVI y XVII hasta llegar al Estado
moderno, que se configura en el siglo XVIII. Las bases de la
gunbernamentabilidad serán el poder pastoral, el policial y el
diplomático-militar. Lo que es propio del gobierno, de la
gubernamentabilidad es que no se gobierna territorios, se
gobiernan los hombres, las poblaciones. La idea del gobierno de los
hombres viene de Oriente, que es el precedente del poder pastoral,
que es el de la dirección de las almas. El poder pastoral se consolida
con el cristianismo, adquiriendo nuevas significaciones. La primera
es que el pastor debe rendir cuentas periódicamente a sus ovejas
del trabajo realizado, de una manera precisa y concretando las
virtudes y los defectos. El pastor debe, además, sacrificarse por sus
ovejas hasta la muerte. El pastor no debe esconder sus debilidades,
debe dar a conocer su imperfección. Pero sobre todo es importante
la importancia que se le da a la obediencia como virtud esencial del
rebaño. La obediencia no es un medio sino una finalidad: adquiere
un valor por sí misma, es un bien fundamental. El pastor tiene
también una labor de enseñanza, que es básicamente una dirección
de la conciencia. La dirección de conciencia no es voluntaria, es
obligatoria. La individualización es también fundamental. Se
constituye un sujeto sujetado a otra que ejerce un poder absoluto
sobre él. Gobernar no es reinar (soberanía) ni guiar ( poder
pastoral). Con el gobierno parece la razón de Estado, el arte de
gobernar. El Estado no debe preocuparse por la salvación de los
hombres. Gobernar es conducir la conducta de los hombres, de la
población. Pero no para salvarlos sino para fortalecer el
Estado. Este gobierno necesita un saber. ¿Cuál es este saber? En
primer lugar, la estadística. De la rivalidad entre príncipes se pasa a
la competencia entre Estados. Es importante que ningún Estado
pueda dominar a los otros, para lo cual es importante que la fuerza
conjunta de varias potencias pequeñas pueda contrarrestar a la
más grande. El instrumento básico es el militar-diplomático.
Dispositivo militar que comportarán la profesionalización del
ejército y dispositivo diplomático que suponen las embajadas
permanentes. Tenemos también la policía, que en su sentido
original quiere decir las instituciones que se ocupan de la seguridad
y el orden público. De hecho, junto a la Hacienda pública, la justicia
Pública y el Ejército solo se contempla la Policía como la institución
que gestiona el resto de funciones del Estado. Regula, por tanto, el
mercado, la demografía, la eliminación de la pobreza, la salud.
La gubernamentabilidad que va apareciendo en el siglo XVIII como
el gobierno de la sociedad y se basa mucho en la economía y en la
racionalidad científica. Aparece la población como algo que
gestionar a partir de un conjunto de fenómenos naturales. La
libertad es finalmente fundamental en la gubernamentabilidad y es
la policía y las leyes quien debe garantizarla. Por lo tanto, equilibrio
entre libertad y seguridad.