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De tesoro ilustrado
a recurso turístico: el cambiante significado del
patrimonio cultural. Revista de Turismo y
Patrimonio Cultural, 4, 1–12.
https://doi.org/10.25145/j.pasos.2006.04.001
Resumen:
Desde el momento en que Europa sacralizó un determinado conjunto de objetos y los
convirtió en referentes patrimoniales activados y protegidos por los representantes de la
cultura oficial, hasta el presente, mucho se han ensanchado los estrechos límites
patrimoniales; se ha superado la concepción objetual, historicista y esteticista para abarcar
todo el conjunto de bienes de valor cultural. El patrimonio deja así de ser contemplado
exclusivamente como un tesoro histórico-artístico para pasar a convertirse en algo mucho
más valioso: en elementos -materiales e inmateriales- fundamentales para comprender
nuestra identidad.
El propio concepto de patrimonio debe ser culturalmente definido, lo que conlleva ahondar
en las razones por las que se destacan unos bienes sobre otros, en los modos de uso a que
se destinan, bajo qué categorías y justificaciones son interpretados, y los agentes
implicados en tales decisiones. P. 2
Todas las sociedades, y a su vez todos sus sectores sociales, desarrollan su propia cultura
y, como parte de ella, su específico patrimonio cultural. P.3
Lo más Interesante, desde nuestro punto de vista, es analizar cómo a unos criterios de tal
subjetividad se les aplicó en seguida todo un corpus teórico justificador de la pretendida
cientificidad que guía estas decisiones. P.4
Junto a ello, cabe destacar la relación existente entre la vigente concepción patrimonial y la
finalidad que su custodia debía cumplir. Así, la conservación de los objetos patrimoniales
para su traspaso integró a las futuras generaciones constituía el objeto último, (…) se hacía
inevitable la defensa de que la misión primordial de un museo era la de conservar las
colecciones encomendadas de dónde deriva la denominación de “conservador” de museos.
P.4
Todo bien material será definible, precisamente, a partir del significado inmaterial que le
atribuyamos. P.4
En la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972) “se
defiende expresamente un patrimonio conformado tanto por los testimonios del pasado que
contribuyen a definir la memoria colectiva de los pueblos, como por las expresiones del
presente que nos hablan de su vitalidad cultural”. P.5
Estamos ante un cambio radical en la percepción de la cultura como globalidad. (…) Una
filosofía que pretende expandir el respeto hacia el patrimonio a todos los pueblos del mundo
y evitar cualquier acción de expolio premeditado, sea por negligencia, guerras,
intercambios, o por su drástica destrucción ante criterios de modernización o de
reinterpretación de sus significados ideológicos. P.5
Poco a poco se había ido comprendiendo que la interacción entre el hombre y su entorno
hacía estéril la dicotomía entre naturaleza y cultura: los pueblos adaptan el espacio en el
que viven y dejan la huella de su cultura. P.5 y 6
Patrimonio como identidad
La puesta en valor de las costumbres, la gastronomía, la arquitectura, los rituales, las
técnicas, las artes, las expresiones y demás elementos componentes de cada cultura, se
convierten en referencias identitarias ineludibles. P.6
Desde nuestra visión, tradición equivale a herencia cultural que cada quién recibe como
individuo integrante de una determinada sociedad en un concreto momento histórico. P. 7
(…) En suma, todo aquello que desde la visión “culta” de la cultura no tiene ninguna
importancia y que sin embargo, constituye el fundamento para la identidad cultural de los
miembros de una sociedad. P.8
El patrimonio etnológico está conformado por los bienes culturales que no son frutos de la
unicidad ni de la genialidad, sino justo por aquellos que revelan las pautas pasadas y
presentes seguidas por cada colectivo, en su continuidad y discontinuidad, para producir y
reproducir su identidad. P.8
La finalidad última de la tutela patrimonial ya no puede ser otra que la de servir como
referente identitario para sus protagonistas: el grupo humano que lo recibe, lo usa, lo
transforma y lo traspasa en consonancia con su propia dinámica cultural. P.8
Freeman Tilden -padre fundador de esta disciplina- planteaba la interpretación como “una
actividad educacional que aspira a revelar los significados y las relaciones por medio del
uso de objetos originales, a través de experiencias de primera mano, y por medios
ilustrativos en lugar de comunicar información literal” p.2
La Interpretación del Patrimonio es el arte de revelar in situ el significado del legado natural,
cultural o histórico, al público que visita esos lugares en su tiempo de ocio. p.2
Los romanos hablaban del genius loci, el espíritu del lugar. Interpretar es hacer evidente ese
espíritu del sitio, de una forma holística, valores materiales, simbólicos y de pertenencia en
un todo complejo que es mucho más fácil transmitir orientándonos al total de la persona y
no a una de sus partes, provocando sensaciones, o apelando a una presentación emotiva,
todo ello con el fin de resultar una experiencia agradable y enriquecedora. p.3
La singularidad del objeto patrimonial está dada por ser irrepetible, auténtico y no
trasladable. No su presencia sino su unidad cultural del sentir que ofrece su presencia. p. 4
Insisto en que debemos seducir al espectador. (...) El intercambio será mutuo entre objeto y
público, ambos ganan, uno se valora y preserva, el otro se enriquece, se ilumina y educa.
Para ser educado hay que ser alumno, el no iluminado del latín, al que se le revela el
conocimiento de la realidad. (...) La clave del éxito será la forma que adopte el mensaje para
que el vínculo sitio-visitante sea efectivo, motivador y deje huella. Es un gran reto. p.4
La ciudad es la forma en que la gente mira las cosas; es su manera de hablar y su reacción
frente a los acontecimientos, su modo de afrontarlos y superarlos.La ciudad es la vida
múltiple y diversa; son sus rincones, su gente, sus árboles, el olor a la lluvia; es la tierra y el
tiempo mismo que fluye (Abderrahmán Munif, “Memoria de una ciudad”) p. 6
DEFINICIONES DE INTERPRETACIÓN
Para Freeman Tilden, es una actividad educativa que pretende revelar significados a través
del uso de objetos originales por un contacto directo con el recurso o por medios ilustrativos.
Para Don Aldridge, es el arte de explicar el lugar del hombre en su medio, con el fin de
incrementar la conciencia del visitante y despertar en él un deseo de contribuir a la
conservación del ambiente.
Paul Risk, la define como la traducción del lenguaje técnico a menudo complejo del
ambiente, a una forma no técnica, con el fin de crear en el visitante una sensibilidad,
conciencia, entendimiento, entusiasmo y compromiso hacia el recurso que es interpretado.
p.167
Jorke Edward, la interpretación posee cuatro características que hacen de ella una
disciplina especial: es comunicación atractiva, ofrece una información concisa, es entregada
en presencia del objeto en cuestión y su finalidad es la revelación de un significado.
Bob Peart, la define como un proceso de comunicación diseñado para revelar al público
significados e interrelaciones de nuestro patrimonio natural y cultural.
Todo lugar tiene su historia. Los intérpretes pueden revivir el pasado p.168
LA DOCTRINA DE INTERPRETACIÓN
La interpretación tiene una estrecha relación con el turismo. Se pretende que tras la
experiencia interpretativa, el visitante adquiera una visión distinta y singular de un lugar.
Un objetivo fundamental de la interpretación es incrementar el disfrute y la satisfacción del
visitante. Es alentar a la gente a reflexionar y no decirles lo que tienen que pensar, debe
estimular el pensamiento crítico. p. 169 y 170.
INTERPRETACIÓN Y TURISMO
No todos los sitios pueden ser interpretados, todo lugar requiere un minucioso análisis
motivado por un interés general o particular, y/o la necesidad de controlar u ordenar de
alguna forma el uso que ese interés produce en la zona. p. 171
Conviene elegir los valores representativos de cada área , con un desarrollo de los
contenidos:
Desarrollo de temas, concepto englobado en una frase general y sugerente.
Historias o relatos, se unen los conceptos en un argumento o guión. p.171
Hay que planificar la interpretación con una diversidad de medios y programas. Evitar toda
alusión técnica y el uso de conceptos científicos; convienen ser breve, simple y conciso en
el mensaje. Hay que considerar en la planificación niveles con respecto a los diferentes
visitantes: Niveles de disfrute, Niveles de complejidad de la información y Niveles de
habilidades motoras o destrezas. p. 171 y 172.
LA GESTIÓN
La interpretación es una parcela de la gestión cuya razón de ser son los visitantes en su
tiempo libre pero su fin último es la conservación p. 172
DIFUSIÓN
La difusión es una gestión cultural mediadora entre el Patrimonio y la sociedad. Tiene que
haber difusión del Patrimonio en la escuela, en el museo, en el archivo, en la biblioteca, etc.
Pero para que sea difusión necesita una técnica, una acción, recursos materiales y
humanos dedicados, dirigidos y encaminados a este propósito. También debe de haber
interrelación y coordinación para tener una lectura coherente de nuestro entorno cultural o
natural. El fin último de la difusión es el conocimiento de la historia a partir de la cual dicho
pueblo descubre su identidad. p. 174
EL TERRITORIO
La difusión del patrimonio como factor de desarrollo se debe inscribir en una amplia
reflexión sobre los modos de revitalizar el espacio con el fin de propiciar una distribución
más equilibrada y de preservar los territorios con gran riqueza patrimonial tanto
histórica-arqueológica como natural. El sustento organizativo de la difusión recae
exclusivamente en la administración pública. p. 175
Toda planificación encaminada a que la difusión esté al servicio de la ciudadanía debe tener
en cuenta las características, las necesidades, el comportamiento y las demandas de los
distintos sectores de público que acude a ella. p. 176.
Los cambios en la concepción del museo se pueden resumir en cuatro aspectos (Asensio y
Pol):
1. Un cambio epistemológico: se pasa de una concepción positivista o neopositivista,
en la cual predomina la acumulación de datos; a una perspectiva racionalista donde
importan las teorías que permiten explicar esos datos.
2. Un cambio disciplinar: se pasa de una perspectiva descriptiva con un enfoque
taxonómico a una perspectiva explicativa, en el cual el enfoque es relacional.
3. Un cambio museológico: se pasa de la concepción de museo almacén donde lo
importante es la clasificación y catalogación del material acumulado a una
concepción del museo más comunicativa, en el cual el énfasis está puesto en la
difusión.
4. Un cambio en el papel del visitante: antes se pensaba en un público experto, elitista,
con una actitud pasiva y contemplativa ante la pieza. Actualmente, se piensa en el
público como masivo, no experto, con una actitud activa y una intención
comprensiva. p. 3
Como toda institución, el museo es percibido, por el público en general, como un portador
de ciertas “funciones”, como ámbitos que desempeñan roles específicos dentro de la
sociedad. Dichos roles, que pueden ser compartidos con otras instituciones sociales, son
los que le dan una marca original, y condiciona la relación que se establecerá entre el
museo y los actores sociales. p 4
La función educativa del museo es asumida como un apoyo material a los conocimientos
tratados en la escuela, como institución difusora de conocimientos. Esta función, se
encuentra vinculada con la noción de legitimidad: el museo presta una supuesta objetividad
a lo enseñado en la escuela. la muestra museográfica muestra ofrece lo “verdadero”, lo
“real”. p. 4 y 5
(...) encontramos en el discurso de los docentes de nivel inicial (...) que su motivación para
realizar la visita estaba relacionada con un sentido didáctico: buscaban la experiencia
“directa”, el conocimiento de la “realidad”. p. 5
Así es como la institución museo es vista como depositaria del patrimonio cultural, y
principalmente, como autoridad del proceso educativo, ya que trasmitiría una verdad
sustentada en las evidencias materiales expuestas. (...) De esta manera, se pierde de vista
el carácter interpretativo e intencional implícito en la muestra, en tanto exposición diseñada
por sujetos. p. 5
Una función que prácticamente no es tenida en cuenta por el público, es la de ser un centro
de investigación o por lo menos la de un lugar donde se reelaboran con fines de divulgación
conocimientos obtenidos en trabajos de investigación. p. 5
(...) hemos registrado que ha sido incorporado el contexto sociohistórico en que esta figura
cobra sentido [hace referencia al gaucho]. Los visitantes han reclamado reiteradamente
mayor profundidad en los aspectos cotidianos, lo que la gente “común” hacía diariamente,
desplazando el foco de interés desde una visión clásica de la historia, donde los hechos
políticos o los políticos mismos son importantes, a una visión social de la historia, donde la
gente, su vida, sus costumbres, sus relaciones con los indígenas [sic], sus pensamientos,
sus valores, sus problemas serían los relevantes: “como hacían el barro”, “un rancho por
dentro”, “comidas regionales”, “trabajos familiares”, “herramientas”, “ropa”, “cosas
cotidianas”, “rol de la mujer”, “bailes”, “juegos”, “sufrimientos”, fueron algunos de los
términos registrados. p. 7
Frente a un mismo mensaje expositivo, vemos que los distintos actores han activado
mecanismos de asociación, de inclusión y exclusión, de negación o afirmación para dar
cuenta de diferentes y complejas percepciones, apreciaciones y conceptualizaciones del
patrimonio. p. 8
Para concluir podemos decir, siguiendo a García Canclini, que el aspecto menos conocido
de los museos es el público; y si consideramos que estas instituciones -abiertas a la
participación del público en general- conforman un “momento” del proceso de comunicación
social, vemos que investigaciones como éstas son imprescindibles para el conocimiento de
las percepciones, apreciaciones y conceptualizaciones que el público hace de los museos y
sus muestras. p. 8
Todo lo dicho hasta el momento nos lleva a concluir que la investigación del público en los
museos es una necesidad de la política cultural actual o, como se plantea desde la
Dirección del Museo Hernández, un servicio permanente del museo a la comunidad.
Indagar acerca de las necesidades, motivaciones, percepciones, actitudes, demandas y
propuestas del público visitante, adquiera relevancia, no sólo para el armado de la muestra,
sino también para que los museos logren cumplir con su función educativa bajo una
concepción participativa, lo que permitiría que la democratización cultural se lleve adelante.
(...) Consideramos que, si bien existen cifras globales de asistencia del público a los
museos, sin embargo se desconoce aún hoy, las razones que lo moviliza, qué es lo que
prefiere y rechaza, las maneras en que se apropian del patrimonio los diversos grupos y qué
dificultades encuentran para relacionarlo con su vida cotidiana. p. 8
(...) si describimos los conflictos entre los grupos sociales únicamente en términos de
identidades contrastivas (opuestas, contrarias), de culturas en pugna o subculturas,
estamos dejando de lado la relación de dominación y subordinación propias de toda
estructura social. p. 62 y 63
(...) se podía rastrear el interés que despierta el tema de la identidad y las identidades a
partir de algunos de los hechos sociohistóricos que afectaron y afectan a las sociedades en
las últimas décadas:
“la disolución de los bloques antagónicos este/oeste, la intensificación de los tránsitos
migratorios, el debilitamiento de las ideas de nación y ciudadanía, la fragmentación
identitaria y cultural que aparecía tempranamente, como contracara de la globalización”
(Arfuch 2002:19). p. 63
Cómo nos representamos a nosotros mismo y cómo nos representan los demás son
cuestiones que nos vinculan con la noción de identidad. (...) la identidad es un proceso de
identificaciones históricamente apropiadas que le confieren sentido a un grupo social. Las
identificaciones implican un proceso de aprehensión y reconocimiento de pautas y valores
sociales a los que adscribimos y que nos distinguen de “otros” que no los poseen o
comparten. p. 64
Los rituales, en general propios de todas las sociedades humanas, tienen como objetivo
renovar el sentido de pertenencia, de identificación, en los diferentes grupos sociales,
comunidades y naciones. p. 65
Reiteramos entonces que cuando se definen las sociedades en términos de “esencias” (no
dinámicas y/ contextualizadas) y sin otorgar peso a las significaciones que elaboran los
propios sujetos, la mayoría de las veces, se suelen homogeneizar las diferencias internas
de los otros (p.e. los musulmanes son todos terroristas) y simultáneamente a desconocer
las desigualdades de nosotros (p.e. las mujeres occidentales gozan de libertades civiles),
levantando rígidas barreras culturales que separan mundos aparentemente irreconciliables.
p. 67
(...) toda identidad o identificación es relacional y por lo tanto requiere otro a partir del cual
puede afirmar su diferencia. Es así como se plantea que no es el aislamiento sino, por el
contrario, el contacto lo que constituye el proceso identitario. P.74
(...) el fenómeno identitario solamente puede reconocerse en las relaciones entre los grupos
sociales. Es decir, son las situaciones de contacto las que llevan a subrayar las diferencias,
y marcar las identidades. p.74
Guillermo Bonfil Batalla (1992), antropólogo mexicano, nos dice que la identidad étnica no
es una condición puramente subjetiva, sino “el resultado de procesos históricos específicos
que dotan al grupo de un pasado común y de una serie de formas de relación y códigos de
comunicación que sirven de fundamento para la persistencia de los mismos”. p. 77
Que el patrimonio sea una construcción social quiere decir, en primer lugar, que no existe
en la naturaleza, que no es algo dado, ni siquiera un fenómeno social universal, ya que no
se produce en todas las sociedades humanas ni en todos los períodos históricos; también
significa, correlativamente, que es un artificio, ideado por alguien, en algún lugar y
momento, para uno determinados fines, e implica, finalmente, que es o puede ser
históricamente cambiante. p. 1
Invención y construcción social no me parecen procesos antagónicos, sino más bien fases
complementarias de un mismo proceso. La invención se refiere sobre todo a procesos
personales y conscientes de manipulación, mientras que la construcción social se asocia
principalmente con procesos inconscientes e impersonales de legitimación. La invención,
para arraigar y perpetuarse, necesitará convertirse en construcción social, es decir, alcanzar
un mínimo nivel de consenso. p. 2
Origen del patrimonio, legitimación de unos referentes simbólicos a partir de unas fuentes
de autoridad (sacralidad) extraculturales, esenciales y, por lo tanto, inmutables. Todo esto
se produce con el Romanticismo, los criterios de legitimación extracultural fijados por este
movimiento son la naturaleza, la historia y la inspiración creativa (genio). p.3
Sacralidad de tales elementos (la naturaleza, la historia y la inspiración creativa), del control
de los dioses sobre la naturaleza y sobre el tiempo, sobre la historia que discurre por
cauces trazados por ellos, aunque incomprensibles para nosotros; sobre el futuro, que sólo
ellos conocen y pueden transformar; y sobre la inspiración y el genio, la gracia que ellos
conceden a determinados individuos. p. 4
Es en el contexto de las revoluciones a fines del siglo XVIII donde el romanticismo impulsa
los nacionalismos y los colonialismos. Los nacionalismos tienen dos virtualidades: convertir
la empresa capitalista en una misión histórica y amortiguar los conflictos sociales. La patria
se convierte en intrínsecamente buena (sagrada) y la empresa capitalista en un servicio a
aquélla y una expresión de sus valores esenciales. El nacionalismo adquiere así un carácter
integrador. El colonialismo es también indirectamente impulsado por el romanticismo, que
fomenta la épica de los exploradores y la lucha por la libertad, ratificado por la antropología
y otras disciplinas sociales que lo presentaban como una labor humanitaria de ayuda a
países atrasados en su inexorable camino a la civilización. p. 4 y 5
Los nacionalismos europeos del siglo XIX reviven (patrimonializan) la historia medieval
como época acrisoladora de las nacionalidades y también las tierras altas, las montañas y
los bosques, así como la tradición popular, en cuyo aparente atavismo confluyen naturaleza
e historia.p. 6
Entiendo que la identidad es también una construcción social y un hecho dinámico, aunque
con un razonable nivel de fijación y perduración, y que toda formulación de la identidad es
únicamente una versión de esa identidad. Por tanto, pueden coexistir, y de hecho coexisten
distintas versiones de una misma identidad. p.8
Las representaciones patrimoniales pueden afectar a todo tipo de identidades, pero por su
misma naturaleza, se suelen referir principalmente a las identidades políticas básicas:
locales, regionales y nacionales. p.9
Estos repertorios pueden ser activados por cualquier agente social. Ya en el plano de la
realidad social, debemos decir que, en todo caso, no activa quien quiere, sino quien puede.
Es decir, en primer lugar, los poderes constituídos. Los gobiernos locales, regionales y
nacionales. El poder político es el principal agente de activación patrimonial, el principal
constructor de monumentos, parques nacionales y arqueológicos. No sólo el poder político
legalmente constituído puede construir patrimonios, sino también el poder político informal,
alternativo, la oposición. p10
Los criterios enunciados (la naturaleza, la historia y la inspiración creativa) vienen a ser
como los lados de un triángulo dentro del cual se integran todos los elementos
potencialmente patrimonializables en el contexto de una dinámica de inclusión y exclusión
considerablemente rígida. p.13