Sunteți pe pagina 1din 20

Cápsula #4

Los 7 pilares para


Amar tu Cuerpo

El Arte de Amar tu Cuerpo


Programa online de 30 días
Mi formula de éxito para sentar las bases y
comenzar el Arte de Amar tu Cuerpo

Hasta el momento, quizás ya tengas más claro que la estrategia #1


para comenzar a cambiar tu cuerpo no empieza con otra dieta, sino
aceptando y amando tu cuerpo. Pero quizás aún no tengas claro
sobre cómo comenzar.

Hoy te voy a compartir mi fórmula del éxito, que con el tiempo, te


llevará a transformar la forma en la que te ves a ti misma, y así empezar
a aceptar tu cuerpo y transformar tu metabolismo, de una forma
completamente natural y sostenible a largo plazo.

Como toda práctica, toma tiempo, paciencia, disciplina y


perseverancia.

En mi opinión, es más fácil llevar a cabo este proceso, si lo vamos


haciendo por pasos, en este caso, los llamo pilares.

La idea es que comiences poco a poco a incorporar estos pilares a tu


vida y verás como en poco tiempo, te sentirás totalmente diferente.

Para poder empezar a aceptar y amar tu cuerpo,


tenemos 7 pilares:

1. Re-conexión o Re-incorporación:

Generalmente, cuando llevamos años o décadas de nuestra vida


tratando de cambiar nuestro cuerpo, caemos en una trampa

2 www.mariamontemayor.com
en la cual creemos que será mas fácil lidiar con la incomodidad que
nos provoca el cuerpo, si tan sólo lo ignoramos.

Como el cuerpo no hace lo que nosotras queremos, en el momento


que queremos, decidimos enojarnos con nuestro cuerpo. Quizás el
enojo es inconsciente. Pero el resultado es el mismo: estamos tan
enojadas con nuestro cuerpo, que nos desconectamos de él. Nos
“salimos” de nuestro cuerpo.

Al “desincorporarnos”, no queremos vernos en el espejo, no queremos


sentir nuestro cuerpo, o sentimos que vivimos en un cuerpo que no es el
nuestro. Lo odiamos y CREEMOS que cuando por fin tengamos el
cuerpo, entonces volveremos a querer vivir ahi y entonces lo
amaremos.

Sin embargo, estar “desincorporadas” sería el equivalente a la siguiente


metáfora:

Digamos que tú quieres ir al supermercado y desde la ventaja de tu


recámara te asomas a la cochera y le pides a tu carro que se prenda y
que vaya a la tienda.

¿Tú crees que el carro va a ir? Claro que no.

Para que el carro pueda ir al supermercado, primero tienes que salirte


de tu casa, subirte al carro, asegurarte de que tenga gasolina,
PRENDERLO y comenzar a manejar.

Sí, para que el carro prenda, PRIMERO TE TIENES QUE SUBIR AL CARRO.
Para que el carro funcione, tiene que tener gasolina. Si a tu carro le
pones agua o lodo en vez de gasolina, ¿tú crees que va a prender?

Claro que no.

3 www.mariamontemayor.com
Lo mismo sucede con nuestro cuerpo.

Si tú quieres que tu cuerpo te lleve a donde tú quieres, primero tienes


que estar DENTRO de él. Tienes que re-incorporarte. Y claro, tienes que
asegurarte de que le das la “gasolina” que necesita para funcionar.

Asi que sí, si tú quieres bajar de peso, el primer paso es tu RECONEXIÓN


o Reincorporación.

Cuando estamos desconectados o “desincorporados”:

Es difícil que sepamos qué es lo que necesita.

Es fácil ignorarlo y abandonarlo.

No entiendes por qué te sientes mal.

No reconoces cuándo tu cuerpo no está funcionando al


potencial que podría funcionar.

Eres insensible a las señales que te da tu cuerpo cuando ya


estás llena o cuando tienes hambre.

No te das cuenta qué alimentos te caen bien ni cuáles te


caen mal.

No movemos nuestro cuerpo por gusto. Si acaso lo


movemos, lo movemos por obligación.

El movimiento se convierte en algo mecánico, aburrido y


difícil de sostener a largo plazo.

4 www.mariamontemayor.com
No te das cuenta cuándo estás deshidratada, puedes
confundir tu sed con hambre y tender a comer de más o a
comer alimentos que satisfacen un antojo pero que no
nutren las necesidad de tu cuerpo.

Cuando te reconectas o te re-incorporas, vuelves a tu


cuerpo, te haces consciente de él, lo sientes, lo tocas, lo ves.
¡El primer paso para reconectarte, consiste simplemente en
darte cuenta que estás desconectada!

Para reconectarte, primero tienes que dejar de hacerle la guerra y


declararle la paz. Para REINCORPORARTE, tienes que dejar de
castigarlo. Cada quien castiga a su cuerpo de distintas formas.

Hay mujeres que castigan su cuerpo haciendo un exceso de ejercicio.

Hay mujeres que lo castigan al no hacer nada de ejercicio.

Hay mujeres que castigan su cuerpo comiendo mucha comida


chatarra.

Hay mujeres que lo castigan exagerando en sus intentos por comer


saludable, y limitan todo el placer, cuentan calorías y no se dan
permiso de disfrutar.

Independientemente cuál sea la forma en la que castigas tu cuerpo, el


primero paso para reincorporarte es dejar de castigarlo.

5 www.mariamontemayor.com
2. Escucha:

Una vez que te reconectas con tu cuerpo, es más fácil que lo


escuches. Cuando lo escuchas, sabes lo que necesita.

Puedes darte cuenta de los mensajes que te está mandando. Si tienes


hambre, si tienes sed, si tienes antojos, si estás cansada, puedes
escucharlo y reaccionar de una forma que lo apoyes.

Cuando aprendes a escucharlo, puedes darte cuenta por qué te


duele la cabeza y qué hacer al respecto. Cuando lo escuchas, puedes
darle la alimentación y nutrición que necesita. Cuando pones
atención, puedes darle la forma de movimiento que te está pidiendo y
saber cuándo darle el descanso que necesita. Cuando escuchas,
sabes cuándo dejar de comer o cuándo seguir comiendo.

6 www.mariamontemayor.com
3. Respeto:

Cuando te conectas y escuchas a tu cuerpo, estás en una posición de


aprender a respetarlo. Puedes respetar sus tiempos de sueño y de
descanso. Puedes respetar sus límites.

Cuando lo respetas, no le das alimentos que le caen mal, que te


causan indigestión y diarrea. Cuando lo respetas, no lo obligas a
moverse cuando está exhausto. O no lo obligas a tomarse unas copas
de vino más. Cuando lo respetas, te das el tiempo de moverlo de una
forma disfrutable, para que circule la sangre, tonifique sus músculos y
repare órganos. Cuando lo respetas, le das su lugar y sabes que tu
cuerpo va primero que tu trabajo, tus amigos y tu vida social.

7 www.mariamontemayor.com
4. Agradecimiento:

Cuando te conectas con tu cuerpo, lo escuchas y aprendes a


respetarlo, empiezas a valorar las maravillas que hace por ti. Empiezas
a entender cómo tu cuerpo es un milagro y que a pesar de todos los
obstáculos y retos por el que lo haces pasar (dándole comida chatarra,
obligándolo a hacer dietas extremas, tomándote pastillas con
químicos, moviéndolo de una forma estricta o por el contrario, no
moviéndolo), sigue poniéndose a tu servicio y ayudándote a llegar a
donde tú quieres.

Cuando agradeces, lo empiezas a ver como tu amigo y no tu enemigo


al que tienes que cambiar. Cuando lo aprecias y lo agradeces, pierdes
un poco la necesidad de cambiarlo porque te das cuenta que ya es
una maravilla.

8 www.mariamontemayor.com
5. Cuidado:

Cuando aprendes todo lo anterior, estás finalmente en una posición de


darle el cuidado que necesita. Desde esta posición lo vas a alimentar
sanamente, le vas a dar el ejercicio que necesita, el descanso y la
relajación que se merece.

No te vas a tener que preocupar por ponerte a dieta o por hacer


ejercicio para cambiar tu cuerpo, porque naturalmente, ya lo estarás
haciendo, ¡pero sin esfuerzo! ¡ Porque viene de un lugar de conexión,
escucha, respeto y agradecimiento! Qué diferencia.

9 www.mariamontemayor.com
6. Aceptación:

Aceptar tu cuerpo puede tomar tiempo. Pero si empiezas con los


componentes que te menciono arriba, la aceptación será un paso un
tanto más natural.

Cuando tú te conectas, lo escuchas, lo respetas, empiezas a ver la


gran maravilla que es y lo cuidas, es mucho más fácil que empieces a
aceptarlo. Porque te das cuenta que tu cuerpo simplemente está
cumpliendo una función en tu vida: darte una experiencia corporal.
Podrás darte cuenta que su trabajo no es tener una figura perfecta, sino
funcionar bien para que tú puedas aprender y evolucionar como ser
humano.

10 www.mariamontemayor.com
7. Transformación:

Si tú logras incorporar a tu vida todos estos componentes, la


transformación será natural e inevitable. Tu cuerpo SOLO tomará la
forma que tiene que tomar, sin esfuerzo, sin dietas, sin pastillas.

Porque por naturaleza, tu cuerpo tiene todas las habilidades para


sanar, para tener un peso saludable y una figura tonificada.

11 www.mariamontemayor.com
No tengo que ser talla 2,4, 6 ni 8
para ser perfecta.

12 www.mariamontemayor.com
Cuando hemos caído víctimas del virus cultural tóxico,
estamos desconectados, no escuchamos el cuerpo, lo
obligamos a hacer lo que nosotros queremos, lo
desvaloramos y buscamos formas de cambiarlo, no sin
antes criticarlo y rechazarlo.
CA SO DE ES T UDIO:

Tomemos el caso de Sandy.

Sandy es una mujer latina de 31 años. Se contagió del virus


cultural desde sus 13 años, cuando comenzó a hacer dietas
porque pensaba que su cuerpo empezaba a engordar y eso,
de acuerdo al virus, era inaceptable. Durante varios años
trató distintas dietas y regímenes de ejercicio para tratar de
bajar las caderas y las pompis. Pasaron muchos años y tras
mucho esfuerzo, sudor y hambre, no vio resultados. Al no
obtener los resultados deseados, empezó a desconectarse
de su cuerpo.

Empezó a sentir frustración, desesperación y ansiedad.


Cayó en el círculo vicioso que muchas mujeres caemos:
dieta, ansiedad, comer, culpa, más dieta, más ansiedad,
más comilona, más culpa. Sandy cada vez se desconectaba
más de su cuerpo, cada vez le desagradaba más y lo dejó de
escuchar.

13 www.mariamontemayor.com
Empezó a tener resentimiento en contra del cuerpo. Ella pensaba: “ si
no estoy comiendo y estoy haciendo ejercicio, ¿por qué no enflaco? ”.

Pensaba que su cuerpo tenía un problema porque estaba haciendo “


todo lo adecuado ” para bajar de peso y medidas. Cuando su cuerpo
tenía hambre, lo trataba de suprimir o ignorar con agua, chicles o
suplementos.

Falta de Aceptación

comer en sobrepeso
exceso

círculo
abandono de la dietas = menos
dieta y depresión vicioso comida

ansiedad, stress, aumenta


fatiga, hambre déficit nutricional

14 www.mariamontemayor.com
Cuando su cuerpo pedía descanso, Sandy lo ejercitaba por un mínimo de
90 minutos, y en ocasiones hasta 3 horas. Si un día no podía ir al gimnasio,
se sentía culpable. Si un día hacía sólo media hora, ese día no contaba.
Tomó varias de las pastillas existentes en el mercado, y su cuerpo empezó
a descomponerse. Reflujo, estreñimiento, gastritis, acidez.

Finalmente empezó a bajar de peso, a costa de su salud. Era más


importante bajar de peso que sentirse bien. Durante un año tomó las
pastillas, pensando que esa era la solución mágica. Las pastillas le
controlaban el apetito y la ansiedad. Pero los síntomas del malestar eran
tan fuertes que podían pasar días sin ir al baño. Se dio cuenta que no era
sostenible seguir tomando las pastillas, pues ya llevaba más de un año
tomándolas, y realmente ya no eran necesarias: ya había bajado de peso.
Decidió dejarlas.

Sin embargo, el virus cultural la seguía acechando. Ya había llegado a “ su


objetivo ”, pero el miedo a engordar, después de todo el esfuerzo y el
malestar, era exorbitante. La culpa de comer seguía presente. Por lo que
seguía a dieta y haciendo extremosas rutinas de ejercicio para
mantenerse.

Volvieron los antojos, las ansiedades, y se volvieron tan incontrolables que


se convirtió en comedora compulsiva. Trataba de controlar lo que comía
de lunes a jueves, pero el jueves era imposible ya controlarse. Y se comía
todo lo que veía en frente. No había fuerza de voluntad en el planeta que la
ayudara a controlar su ansiedad. Al día siguiente volvía la culpa, el
remordimiento, y la depresión. Este círculo vicioso se repitió durante 15
años.

15 www.mariamontemayor.com
Cabe mencionar que durante todo este período de tiempo, nunca
pudo cumplir su objetivo: bajar de medidas de forma sostenible.

Por más dieta, por más ejercicio, el cuerpo no


cambiaba dramáticamente. El peso que había
bajado con las pastillas, lo recuperó al año.

Tal era la desconexión de su cuerpo, que pasaba días de hambre


intensa y luego días enteros de ansiedad y comilona. Los síntomas de
salud estaban presentes: fatiga, depresión, estreñimiento, dolores de
cabeza. Pero los ignoraba, pues era impensable comer grasa o
carbohidratos.

No respetaba su cuerpo, pues su cuerpo le pedía descanso y comida


saludable.

No era agradecida de su cuerpo, pues lo repudiaba porque no


enflacaba y no se tonificaba.

No cuidaba su cuerpo, pues era más importante la belleza física que el


bienestar interior.

No aceptaba su cuerpo. ¿Cómo lo iba a aceptar, si tenía brazos


gordos, flácidos y caderas amplias y nalgas caídas?

16 www.mariamontemayor.com
No veía transformación, pues su cuerpo estaba en un estado crónico
de estrés, que le señalaba que almacenara grasa y no desarrollara
músculo. ¡El círculo vicioso de dieta crónica, ejercicio extremo, falta de
conexión, abuso, crítica y auto ataque, tenían a su cuerpo en un
estado crónico de supervivencia!

No fue hasta que Sandy aprendió que lo que le causaba daño y


sufrimiento eran sus creencias acerca de su cuerpo, fue que pudo
empezar la transformación. Su cuerpo no era feo, ni gordo. Era
hermoso.

Sandy tenía dos opciones: seguir intentando cambiar su cuerpo (que


no le había dado resultados por 15 años) o hacer algo que nunca había

hecho en su vida: aceptarlo....

El día que Sandy le declaró la paz a su cuerpo y dejó


de tratar de cambiarlo, ¡empezó a adelgazar! ¡Sin
dieta y sin esfuerzos!

Bajó una talla y se ha mantenido en esa talla por tres años.

Claro, cuida su alimentación y hace ejercicio, pero ahora lo hace


desde un lugar de respeto y agradecimiento.

17 www.mariamontemayor.com
Ha aprendido a ser flexible. Ha aprendido a escuchar a su cuerpo para
darle lo que necesita. Ha aprendido a confiar en que su cuerpo le
pedirá lo que necesita para estar bien. Valora tanto su salud y su
bienestar, que lo que le da de alimento a su cuerpo son cosas que le
caen bien, que no lo inflan, que no lo enferman.

Es importante que recuerdes que lo mismo que te enferma, te


engorda. Si lo cuidas para sentirte bien, estarás también cuidándolo
para no subir de peso.

Cuando le agradeces, tu cuerpo se relaja porque ya no está en guerra,


ya no tiene que estar tratando de sobrevivir, ya no tiene que estar
vigilando y tratando de defenderse.

Tomando en cuenta todos estos componentes, ¿como crees que te


tratará tu cuerpo?

Si antes lo insultabas, lo ignorabas, lo abusabas, lo criticabas y aún así


te funcionaba, imagínate lo que puedes lograr cuando te conectas, lo
escuchas, lo respetas, le agradeces y lo cuidas.

¿Ves cómo esto puede hacer TODA LA DIFERENCIA


DEL MUNDO?

18 www.mariamontemayor.com
deja de odiar
tu cuerpo
empieza a amar tu

vida
c Energía Nutritiva
Todos los derechos reservados

S-ar putea să vă placă și