Podemos destacar algunos factores a tener en cuenta en cuanto a la posición de un

analista o de aquellos profesionales que trabajen con mujeres que deciden entregar hijo(s)
en adopción:
En primer lugar, no podemos obviar la cuestión de respetar el derecho básico de todo ser
humano a tomar las decisiones en su vida. Segundo, es de suma importancia que los sujetos
que toman la decisión de entregar hijo(s) en adopción reciban el adecuado asesoramiento
sobre el proceso que están atravesando, ya sea en cuanto a las cuestiones más formales, que
tienen que ver con el ámbito de la legalidad, como así también poder ser escuchados en
cuanto a sus dudas e inquietudes. El mismo asesoramiento debe darse sin juzgar ni inducir
una decisión, brindando la información correcta de los procesos de adopción, y el apoyo
necesario en todos los planos, protegiendo la información recibida. En especial debería ser
realizado por un equipo de profesionales especializados en el tema.
Apoyar a éstas mujeres, no implica convencerlas de nada, implica una escucha empática, y
abierta desde un lugar de respeto, atendiendo las demandas que ellas planteen acorde a su
subjetividad y singularidad. Por lo tanto, otro factor a tener en cuenta es no estigmatizar ni
culpabilizar, favoreciendo condiciones adecuadas para la elaboración de los duelos que esta
mujer deberá enfrentar (Leuz, Rozada. 2013).

Las autoras Leuz y Rozada (2013) sostienen la idea de que la inmensa mayoría de mujeres
que son madres biológicas, desean darle a su hijo la oportunidad de algo mejor de lo que
ellas pueden ofrecer, no solo en cuanto a oportunidades económicas, sino pensando en las
diferentes cuestiones subjetivas que atraviesa una mujer al momento de quedar embarazada,
y luego transitar un embarazo por 9 meses, para las cuales puede sentirse que no está en
condiciones subjetivas de hacerlo. En la experiencia de estas autoras, esta decisión siempre
ha costado mucho tomarse, si bien es un acto que puede pensarse como doloroso, una
entrega en adopción es darle la posibilidad al hijo de tener un lugar seguro, donde va a ser
ahijado y donde va a obtener otras posibilidades para desarrollarse subjetivamente, que
desde sus orígenes no ha podido recibir.
El abordaje psicosocial implicaría acompañar el proceso de decisión y brindar apoyo
psicológico tanto en el embarazo como en el puerperio desde un lugar de respeto y
desculpabilización trabajando la elaboración de los duelos y los sentimientos afines que
dilematizan la situación.