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ELEMENTOS QUE MÁS INTERESANTES Y DE MAYOR APLICACIÓN EN MI

LABOR EDUCATIVA DEL PEI DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS.

El PEI de la Orden de Agustinos Recoletos posee un contenido altamente interesante, desde


el Carácter Propio hasta el Análisis del Contexto. Siendo sinceros todos los puntos
abordados son importantes en mi labor educativa, a excepción de la catequesis, a la cual no
me dedico de manera directa.

Desde la mirada la Misión del Proyecto observo que es coherente con el trabajo que realizo
día a día; en mi planeación y en mí ejecución docente, siempre y sin ninguna duda, pongo
como objetivo principal la formación integral de la persona, de tal forma que todos seamos
capaces de vivir como hermanos. Aplico esto desde la exigencia académica, desde del
diálogo cercano, desde la contextualización de los aprendizajes y desde la comprensión de
las situaciones individuales. El interés es el crecimiento de los estudiantes; creciendo ellos,
crecemos nosotros como docentes y crece la sociedad. Es un servicio que se presta al
mundo, humanizándolo cada vez más, punto de partida de la evangelización.

Observo también la gran importancia y significado de los tres ejes que estructuran el
Proyecto: Conocimiento, Voluntad y Amor. Son de una profunda aplicación en mi ejercicio
docente: buscar continuamente la verdad a través del desarrollo de las capacidades
intelectuales; búsqueda de la auténtica libertad; y, “ordenar adecuadamente los deseos y los
afectos valorando la realidad, a los otros, a sí mismo y a Dios en su justa medida”, es decir,
buscar el Bien y hacerlo realidad en la relación con los otros y consigo mismo. Es el
esfuerzo continuo por construir un mundo más justo, bondadoso con el otro, tolerante,
amigable, profundo y trascendente.

Así mismo, desde la visión, tendría que afirmar que soy consciente que cada uno de los
procesos que desarrollo en el aula y fuera de ella promueven la adquisición de
competencias necesarias para la vida, que el joven sepa qué hacer con lo que aprende, que
tenga significado lo que adquiere, para construir una sociedad más fraterna y solidaria, con
el objetivo de ser personas más felices.

Y por qué no, los valores son fundamentales en el proceso de formación y en la vida
misma. Dichos valores tienen un sentido profundo, y lo adquieren cada vez más, cuando se
fortalecen situaciones en la sociedad que no contribuyen a la humanización de la misma;
sabemos que la Amistad es altamente necesaria debido a que, para vivir bien y mejor,
tenemos que relacionarnos como hermanos, comprendernos y respetarnos, hasta el punto de
ayudar a los demás y optar por un sentimiento de empatía. Hoy, como antes, el ser humano
tiende al individualismo, en muchos casos orientado por el sistema neoliberal y la sociedad
de consumo en donde la libertad no está dada para consolidar relaciones armónicas sino
reducida a la libertad de consumo; y aquí aparece el sentido de la auténtica Libertad,
como la capacidad de auto-poseerse y no depender de nada, solo de Dios, para no ser
esclavo de nada, más bien el servidor de los otros, siendo responsable, autónomo,
coherente, y gran planificador; aquí diríamos que no basta con hacer el bien, hay que
hacerlo bien. Cada vez más hay que insistir en ver al otro como un hermano. La
Interioridad, en un mundo del ruido, del audífono y de la búsqueda de la fundamentación
personal en lo exterior, en los bienes materiales, es una necesidad apremiante. Ya San
Agustín nos hacía la invitación: «No busque afuera, en el hombre interior habita la verdad»;
y no sólo la Verdad (Dios), que es el eje central de nuestra existencia, sino que conocerse
más a uno mismo y enriquecerse en valores, orienta a la persona hacia la auténtica
felicidad, porque sólo quien es capaz de amarse es capaz de amar a los demás.

En la coyuntura propia por la que pasa nuestro país, un valor que hay que promover en
nuestras instituciones es la Apertura y el diálogo, que nos llevan a la Verdad, a la
Comunitariedad, y hacia la Justicia Solidaria; en este momento de post-conflicto hay que
insistir en la necesidad del diálogo para resolver nuestros conflictos, no sólo para aceptar
los acuerdos de paz entre el Estado y grupos rebeldes, sino para impulsar comunidades de
vida armónica. Además, es necesario observar la Apertura como una realidad de aceptar el
otro, admitiendo que el otro es distinto a mí, así como yo lo soy de él. Todo lo anterior para
fundamentar que no se es Isla, no se está sólo en este caminar, vivimos en una dialéctica
complementaria que nos lleve a ser conscientes de necesidad de evangelizar el mundo
desde la fraternidad, la justicia, el amor y la solidaridad.

Para finalizar hay que recalcar que el sentido de la Identidad Pedagógica Agustiniana
responde a los desafíos del hombre postmoderno, que no encuentra base, ni suelo en el cual
sostenerse; aquí será en el Evangelio que promueve su crecimiento como persona desde
todas sus dimensiones: intelectual, espiritual, física, psíquica, ética y social. “Ser para sí
mismo, para otros y para Dios”.

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