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Crítica:
1. El pueblo no puede gobernarse a sí mismo, las funciones del poder no
admiten un ejercicio multitudinario por parte de todo el pueblo. Realmente el
pueblo nunca ha gobernado en ninguna época, siempre fue una parte de él a
través de sus representantes, pero no todo el pueblo.
2. El pueblo no es soberano, porque el Estado es el único Soberano con
potestades sobre el pueblo y el territorio.
3. No existe la representación del pueblo a través de sus gobernantes, ya que
el gobernante no puede representar en su figura al 50% de la población que
acepta algo y al 50% que no lo acepta.
4. Con respecto a la voluntad del pueblo que hace por mandato el gobernante,
el gobernante siempre esta viciado de su visión personal sobre el asunto y
finalmente impondrá su Imperium.
El principio democrático como fundamento del poder y como ética social.
Si no hay legitimidad no hay fundamento como ética social. El principio esencial de la
democracia es el autogobierno del pueblo, admitiendo que la soberanía del Estado
reside en el pueblo, y que ella (La soberanía), es un atributo de poder, corresponde al
pueblo el ejercicio de éste poder. Y el poder, como sabemos, es la capacidad de
organizar el gobierno de la colectividad.
Cuando decimos que Democracia es autogobierno del pueblo estamos diciendo que es
el pueblo quien se gobierna a sí mismo. ¿Cómo lo hace?, determinando él mismo el
sistema de gobierno que adopta y estableciendo el orden jurídico, que ha de imperar y
al cual se someterá. Así tenemos el principio democrático como fundamento de poder.
¿Como se aplica este principio?, mediante el sufragio universal y libre, que exprese y
refleje la verdadera voluntad del pueblo.
En cuanto al principio democrático como ética social, debemos decir que
verdaderamente tal principio tiene ese carácter, porque la democracia representativa
distingue a los ciudadanos según sus méritos, y confía los negocios públicos a los
mejores, mirando a la cualidad de los elegidos.