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TEXTO: EL CONOCIMIENTO DEL MUNDO SOCIAL.

AUTOR: DELVA, JUAN (2004).

POR: Ivon Vianeth Mosquera González.

En el siguiente escrito pretendo proporcionar un conocimiento más cercano sobre


el cómo los niños representan el mundo social, como surgen estas representaciones
y como logran por fin adquirir el conocimiento de lo social, de manera que entienden
las dinámicas de la sociedad de forma más completa, logrando así una mejor
interpretación del mundo en que habitan, del contexto en el que interactúan
constantemente y de los comportamientos o actitudes que deben expresar de
acuerdo a la información que este le brinde.

Para esto, Juan Delval hace una consideración sobre el carácter social del hombre,
la perspectiva del mundo y los distintos campos del desarrollo social, tratando de
explicar cómo es ese proceso de representación del mundo en los niños.

Se hace necesario entonces, mencionar la condición social del hombre, como lo


dice Delval “el hombre es un animal social” ya que posee la capacidad de cooperar
e interactuar con otros hombres, y de esta manera aprender con u de los otros. El
ser humano es social por naturaleza, desde el nacimiento el individuo es acogido
por una sociedad, la cual lo preexiste, pues llega a un mundo ya construido y debe
insertarse en él; por otro lado, el hombre nace con una capacidad cerebral que lo
hace sobresalir de los demás animales, por tal motivo es capaz de interpretar y
representar el mundo que lo rodea.

La representación del mundo se va construyendo a medida que el sujeto tiene


contacto con su entorno, tanto en aspectos físicos como sociales, en donde va
formando sus representaciones y concepciones del mismo. De este modo, el medio
le ofrece al sujeto maneras de comportarse, que le indica que hacer, y que no debe
hacer, lo cual lo lleva, de cierto modo a representar el mundo social.
En este sentido, el niño tiene que construir representaciones de la realidad social
en la que vive para tratar de dar sentido al mundo que lo rodea. Estas
representaciones mentales no son simples copias de las de los adultos, sino que
constituyen una construcción personal que difieren de las de los mayores, y Delval
lo menciona cuando dice “en el caso del niño descubrimos su representación del
mundo en oposición a la del adulto” (P.249), pues este utiliza un trabajo individual
que le permite formar sus propias nociones o representaciones de la sociedad,
dejando muy claro que esta construcción (de lo social) no la hace solo desde lo que
le ofrece el medio o el adulto sino también desde las propias representaciones que
el individuo posee, lo cual refleja una participación activa en este proceso de
representación del mundo.

Delval menciona dos líneas de trabajo sobre el estudio de las representaciones del
mundo. Por una parte, están los estudios sobre las llamadas representaciones
sociales, aquí se habla de trabajos realizados con adultos, y en los que se subraya
más que el aspecto constructivo, el aspecto social de la representación. La otra
línea de trabajos son los estudios sobre las concepciones espontáneas de los
sujetos acerca de problemas científicos, que se ha visto impulsada en época
reciente por los investigadores de la educación científica, al comprobarse que las
ideas de los niños (y de muchos adultos) sobre problemas científicos no coinciden
con las teorías científicas actuales ni con lo que se enseña en las escuelas.

Es preciso conocer los campos del conocimiento social, los cuales según Shantz
(1982) son cuatro:

1. El conocimiento de los otros y de uno mismo como organismos que tienen


acontecimientos psicológicos como pensamientos, sentimientos,
intenciones, preferencias etc.
2. El conocimiento de las relaciones sociales diádicas, tales como relaciones de
autoridad, amistad, conflicto, etc.
3. El conocimiento de las relaciones y funcionamiento de los grupos sociales
tales como los sistemas lineales o configuracionales que relacionan a varios
individuos con otros, delimitándonos por conceptos de dominancia, afiliación,
liderazgo y reglas que son compartidas por miembros dentro del grupo.
4. El conocimiento de los sistemas sociales más amplios, de las instituciones
sociales y su funcionamiento, como lo son la iglesia, la escuela, la economía,
la política, etc.

Estos campos nos muestran cómo se va adquiriendo el conocimiento de lo social,


el cual empieza tomando como referente lo más próximo hasta lo más alejado, en
donde también juega un valor muy importante los instrumentos intelectuales que
posee el sujeto, pues a medida que crece, su capacidad intelectual también lo hace,
lo cual posibilita una mejor interpretación y comprensión del mundo social que
habita.

En esta instancia, como lo menciona Delval “la representación del mundo social no
se obtiene ya hecha, sino que cada individuo tiene que elaborarla en un trabajo en
muchos aspectos solitario, aunque necesitando de los demás, hay pues una
dialéctica entre lo individual y lo social que hace que se fructifiquen mutuamente”,
(P.255).

Entonces, los niños necesitan de los demás para obtener de ellos informaciones,
algunos conocimientos de la realidad en la que viven, explicaciones y nociones,
pero toda esa información que reciben es desorganizada, confusa, desordenada,
por lo tanto, se hace necesario realizar un trabajo individual para lograr organizar
todos esos datos sueltos, lo cual lleva a la elaboración de representaciones de todo
lo que le rodea. Por esto, mucho antes de que se le expliquen algunos aspectos de
la vida social como la economía, la política, los fenómenos naturales, entre otras, el
individuo ya tiene sus propias representaciones de éstas.

En este sentido. Delval resalta que todo este sistema de representación del mundo
social está constituido por tres tipos de elementos: las normas o reglas, los valores
y las nociones. Las reglas son esenciales para la vida social, ya que regulan las
relaciones entre los individuos; desde el nacimiento hay un sometimiento a reglas
de todo tipo, algunas solo buscan proteger, otras con el fin de conseguir algo, y
algunas gobiernan las relaciones con los demás, que serían las normas sociales.

Con la adquisición de estas reglas el niño también adquiere valores sociales y


morales que están ligados a ellas. Esos valores advierten que hay cosas que son
deseables, acciones que son aceptadas por la sociedad y otras que no lo son. Cabe
aclarar, que estas valoraciones varían de acuerdo a la cultura y sociedad en la que
se habita, ya que, para una sociedad, por ejemplo, puede ser bien visto que las
mujeres usen jeans, mientras que para otras esto no estaría aceptado o bien visto.
Es por esto que “la valoración de determinadas conductas establecen ciertas reglas
de comportamiento social”, (Delval, P.259).

Además de adquirir reglas y los valores sociales, el niño empieza a reflexionar sobre
ellas, y a buscar explicaciones sobre el por qué se deben hacer ciertas cosas o
porque son así las cosas. Estas normas y valores son obtenidos por el sujeto de
manera pasiva, pues las reciben de cierta manera ya hechas. Con las nociones no
pasa lo mismo, ya que es el mismo individuo el que las va elaborando por su cuenta
de una manera mucho más lenta y compleja. A su vez, las nociones inciden sobre
la organización de normas y valores, ya cuando el individuo tiene una mayor
comprensión, le da un nuevo sentido a esas normas y valores, permitiendo
reflexionar sobre ellos, haciendo posible ya el acercamiento a lo que era más
alejado para él, lo cual indica que su representación del mundo social es mucho
más preciso y elaborado.

Función de la escuela (maestro).

Los niños son llevados a la escuela porque son reconocidos como seres sociales,
que necesitan interactuar con otros para adquirir nuevos aprendizajes desde la
socialización. Se sabe que la principal función de la escuela es acompañar al sujeto
en la socialización secundaria para que este pueda insertarse a la sociedad.
Cuando el niño empieza su vida escolar su mundo se amplia, tanto en reglas,
valores y nociones, pues para poder vivir con los demás debe seguir algunas
normas como no pegarle al compañero, compartir, respetar al otro, entre muchas
otras, las cuales van interiorizando poco a poco. También en la escuela adquiere
los valores sociales y morales, los cuales le indican que acciones son buenas, en
este caso deseadas, y cuáles no. Con todo esto el niño va adquiriendo sus propias
nociones del mundo y empieza a preguntarse por todo, porque está en la necesidad
de quererlo saber todo, por eso preguntan constantemente por todo lo que les
rodea, por qué son así las cosas, por què no puede pegarle al otro, por qué no
puede jugar con algunos objetos, etc. A partir de estos interrogantes, los adultos o
el medio les proporciona alguna información, la cual el niño toma y organiza,
creando así sus propias representaciones.

En este momento, recuerdo que en la práctica en diversas ocasiones he escuchado


de los niños algunas nociones que ellos mismos han construido, las cuales me han
llamado mucho la atención. Por ejemplo, una vez uno de mis alumnos de cinco años
me dijo que estaba muy contento porque ya sabía de donde salía la sal, lo cual me
causo mucha curiosidad y le pregunte por que decía eso, el niño manifestó… porque
en estos días que fui al mar comí un poquito de arena y era pura sal, por eso lleve
un poquito para la casa, así no hay que comprarla en la tienda. Ahora me doy cuenta
que el niño tuvo que haber relacionado muchas cosas para llegar a esta noción.

Es aquí donde se evidencia que las representaciones que los niños construyen son
muy diferentes a las de los adultos, y que además son sujetos activos en este
proceso, y que no incorporan todo tal cual se los ofrece el medio o los demás, sino
que hay una construcción del sujeto de manera individual.

Así pues, los niños llegan a la escuela ya con una representación del mundo en el
que viven, y la escuela es uno de los medios que le permite al niño una mayor
comprensión de las cosas, de la sociedad, donde van haciendo modificaciones y se
van acercando mucho más al conocimiento de lo social y de lo propiamente social.

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