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Templo
En el primer semestre analizamos el impacto del exilio en la religión de Israel. Sicre habla
de las innovaciones y las renovaciones de Ezequiel.
1.- ¿Cuáles son y cuál consideras que fue su impacto para el pueblo en el exilio y para los
retornados?
Sicre menciona que la innovación del profeta fue anunciar la voluntad de dios por ser rey
de su pueblo, y que ello tuvo un fuerte impacto en las promesas de su reunificación, así
como el retorno a su tierra. También sufrió una profunda transformación a nivel
comunitario que obligó a replantearse el estatus de sus miembros, a la par que afectó su
autodefinición como pueblo de Israel. No obstante, me gustaría profundizar en estas
cuestiones, así como las implicaciones que llevaron a su desarrollo, los nuevos paradigmas
que planearon, a la vez de sus soluciones o respuestas.
A inicios del siglo V a.e.c., a orillas del río Kebar, el sacerdote en el exilio Ezequiel
pronuncia vaticinios que rememoran la destrucción del reino de Israel; sin embargo, sus
palabras hacen especial hincapié en la experiencia de ruina y catástrofe vivida por la
población dejada atrás tras la devastación. De la desolación en los campos y montes de la
tierra de Israel hasta la irrupción en el Templo de ritos idolátricos, los capítulos del 6 al 7
del libro de Ezequiel, advierten la suerte del futuro del reino si no cambia la actitud de su
política tanto interna como externa.
¡Cómo se ha sentado sola, la ciudad de numeroso pueblo, estuvo como viuda! La grande
entre los pueblos, la princesa entre las naciones, se hizo tributaria. Llorar llora en la noche,
y su lágrima está sobre su mejilla. No tiene ella quien la consuele de todos los que la
quieren. Todos sus amigos la han traicionado, fueron para ella por enemigos. Fue al
destierro Yehudá a causa del sufrimiento y la enorme servidumbre. (…) Los caminos a
Tsiyón están de duelo sin que venga en la fecha de peregrinaje. Todos sus portones están
desolados, sus kohanim gimen, sus vírgenes están afligidas, y es amargo para ella. 2
La angustia por la que atraviesa el pueblo hace que dios se revele y proclame, por boca del
profeta, la cercanía con su pueblo y aflicciones; más aún, porque hace la promesa de
retornar como auténtico rey sobre Israel. Recordando la disputa tenida en el pasado entre el
profeta Samuel y aquellos que querían una monarquía, el capítulo 33 de Ezequiel trae de
nueva cuenta la incompatibilidad del gobierno de un rey humano y el ostentado por dios
mismo; en el capítulo siguiente se pone en evidencia la ineptitud y falta de pericia de las
casas regias que fungieron como tutores del pueblo. Ante estas palabras de revelación la
innovación teológica acarrea un significado y repercusión socio-política profunda: el deseo
1
Bright apud Sicre, El legado judío, en Historia del cristianismo. I El legado antiguo, coordinadores Manuel Sotomayor y
José Fernández, Editorial Trotta, 2005, pp. 17-55.
2
Lam. 1,1-4.
expreso de dios por erigirse como gobernante sobre su propio pueblo. Pero, ¿qué significa
esto?
Yo (el Eterno) tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde fueron allí, los
juntaré de en rededor, y los traeré a su tierra. Los haré una sola nación en la tierra, en los
montes de Israel. Un solo rey será para todos por rey, no serán más dos naciones, ni se
dividirán más en dos reinos. (…) Los salvaré de todos los lugares donde hubieran pecado
en ellos, los purificaré, y serán para Mí por pueblo, y Yo seré para ellos por Dios. 3
Hará para sí a quienes aplastados por la tragedia se han mantenido constantes a él, tanto
para los olvidados dejados atrás a la miseria de la supervivencia como aquellos que han
sido desterrados y logrado mantenerse en conciencia. Un pueblo desgarrado y hecho
girones será de nuevo reunido e hilvanado con tal fuerza que nunca más volverá a dividirse,
y la tierra será testigo inquebrantable de ello.
3
Ez. 37; 21-23.
Si bien, la redención del pueblo de Israel como una promesa renueva las relaciones
entre este y Yahvé, también hay una renovación de los vínculos con la tierra. En el capítulo
36 dios no sólo amonesta a la tierra de Israel sino que le ordena no volver a expulsar a sus
habitantes
Haré andar sobre ustedes personas, a mi pueblo Israel, tomarán posesión de ti (oh
tierra), serás para ellos por heredad, y no volverás a expulsarlos. Así ha dicho el Señor,
el Eterno: por cuanto dicen sobre ustedes (oh lugares de Israel) devoradora de personas
eres tú. Y expulsora de tus naciones has sido. Por eso, a personas no devorarás más, y a
tus naciones no expulsarás más; dice el Señor, el Eterno. 4
Aquí hay un movimiento geopolítico muy complejo, en donde queda sellado el vínculo de
la tierra de Israel con su pueblo. ¿Qué pueblo? ¿El excluido tras el trauma asirio o el
babilónico? ¿El diseminado y congregado de nuevo? Pareciera que aunque el profeta
advierte la complejidad de la situación del pueblo por la destrucción y el destierro, también
es consciente del problema que es darle solución en el caso del retorno. La noción de
pueblo y de su colectividad se ve transformada a la vez.
Así, el concepto del pueblo de dios, el pueblo o los hijos de Israel a los que Yahvé
jura reclamar para sí y defender, darles una tierra y cuidar de ellos como a su pueblo
adquiere sentido en el pasaje citado anteriormente. Un pueblo cuyos miembros provienen
de varias naciones y que para dios por voluntad propia, esta forma volitiva es a la que
Yahvé responde con la entrega incondicional de la tierra.
4
Ez. 36; 12-15.
La tierra y su cultivo, cultivar la tierra, cultivarse como pueblo se redefine a la
procedencia de sus miembros, es decir, es un pueblo nuevo y, sin embargo, el mismo. La
innovación teológica de Ezequiel en el ámbito social no sólo reformula la entidad del
pueblo sino su esencia,
Tomaré a ustedes de las naciones, juntaré a ustedes de todos los países, y traeré a
ustedes a vuestra tierra. Asperjaré sobre ustedes aguas puras y quedarán puros, de todas
vuestras impurezas, y de todos vuestros fetiches purificaré a ustedes. Pondré a ustedes
un nuevo corazón, y un espíritu nuevo pondré en vuestro interior. Retiraré el corazón de
piedra de vuestra carne y pondré a ustedes un corazón de carne. A mi espíritu pondré
vuestro interior, y haré que en mis leyes se encaminen, y mis justicias cuiden y
cumplan. 5
Israel es cada uno de sus miembros que, a los ojos de la divinidad, es responsable de sí
mismo desde cero, es decir, como nuevo. El estatus personal adquiere una relevancia
preponderante, ello debido a la búsqueda por una reconexión en eslabón entre las viejas
concepciones y la novedad que recrea nuevos horizontes en aquellas; el individuo se vuelve
importante porque es en su compromiso y aceptación personal de la ley, las tradiciones y
valores de la fe mosaica como el judaísmo es capaz de sobrevivir por lo sano en los exilios.
Asumir por convicción propia la desgracia pero también la promesa de redención divina.
5
Ez. 36; 24-27.
En la época persa parece haber una polémica intra-judía respecto al tema de los extranjeros
y las conversiones. Una postura es la de Esdras y Nehemías. La otra está en Isaías 56:3.
Oyeron los enemigos de Yehudá y Binyamín que los hijos del destierros construían un
Atrio para el Eterno, Dios de Israel. Se acercaron a Zerubabel y a los jefes de las casas
paternas, y les dijeron: ‘Construiremos con ustedes, porque tal como ustedes pediremos
vuestro Dios; pues a Él nosotros ofrecemos sacrificios desde los días de Esar Jadón, rey
de Ashur, quien nos hizo subir aquí’. Y les contesto Zerubabel, Yeshúa y los demás jefes
de casas paternas de Israel: ‘No construiremos junto ustedes y nosotros la Casa de Dios
nuestros; sino tal como nos ha ordenado el rey Kóresh, rey de Parás’. Entonces el
pueblo de la tierra provocaba debilitar las manos del pueblo de Yehuidá, y lo asustaba
para que no construyese. Contrataron contra ellos consejeros a fin de anular el consejo
de ellos, de Israel, todos los díasde Kóresh, rey de Parás, y hasta el reinado de
Dareyávesh, rey de Parás.6
Fue el clamor del pueblo y sus mujeres, grande; por causa de sus hermanos, los yehudím.
Había quienes decían: ‘Nuestros hijos, nuestras hijas y nosotros somos muchos. Entonces
tomaremos cereal, comeremos y viviremos’. Había quienes decían: ‘Nuestros campos,
nuestras viñas y nuestras casas, nosotros ya hemos empeñado; pues obtuvimos cereal en
época de la hambruna’. Y hubo quienes decía: ‘Hemos tomado prestado plata para pagar
el tributo del rey, empeñado nuestro nuestros campos y nuestras viñas. Empero ahora,
aunque como la carne de nuestros hermanos es nuestra carne, y como sus hijos son
nuestros hijos; he aquí nosotros tendremos que someter a nuestros hijos y nuestras hijas a
servidumbre; y ya de por sí hay de nuestras hijas sometidas, pero no hay poder en
nuestras manos, pues nuestros campos y nuestras viñas son de otros’. 7
Supe que las porciones para los leviím no eran dadas, por tanto, estos evadían quedarse,
yendo cada uno a su campo, los leviím, tanto los cantores como los que hacía labor.
Entonces querellé con los oficiales: ‘¿Por qué motivo está abandonada la Casa de Dios?’.
Los reuní y los puse en sus puestos. De todo Yehudá trajeron diezmo de cereal, vino y
aceite para los depósitos. Y atesoraba en los depósitos Shelemyá, el kohén; Tzadok, el
escriba, y Pedayá, de los leviím, y junto a ellos Janán, hijo de Zakur, hijo de Matanyá;
7
Neh. 5;1-5
porque fieles eran considerados, y sobre ellos estaba la función de repartir a sus
hermanos. ‘¡Recuérdame, oh Dios mío, por esto; y no borres mis favores que he hecho en
la Casa de Dios mío, y en sus turnos!’. En esos días vi en Yehudá que pisaban en los
lagares en día sábado, traían gavillas que las cargaban sobre burros, también vino de uvas,
higos y toda carga traían a Yerushalaim en el día sábado. Entonces les previne en el día
que vendían la caza. Los tzorim que habitaban en ella, en la ciudad, traían pescado y toda
mercancía, que vendía en sábado a los hijos de Yehudá en Yerushalaim. 8
El resto del pueblo, los kohanim, los leviím, los porteros, los cantores, los servidores, y
todo el que se había separado de los de los países hacia la Ley de Dios, sus mujeres, sus
hijos y sus hijas; todo el que sabía entender: afirmaron con sus hermanos poderoso, y
entraron en el convenio con juramento de maldición e imprecación, para ir en la Ley de
Dios, que fuese entregada por intermedio de Moshé, siervo de Dios; para cuidar, y
cumplir todos los preceptos del Eterno, el Señor nuestro, así como sus normas de justicia
y decretos.9
Al final, es castigo por hacer caso omiso al ejercicio de este ‘nuevo carácter sacerdotal’,
que tiene ecos en el Levítico, es la exclusión. Un paso previo y amonestación de los
matrimonios mixtos, su disolución así como la advertencia a la decadencia que ello podrí
acarrear.
También en aquellos días vi Yehudim que cohabitaban con mujeres ashdodiyot, amoniyot
y moabiyot. Y sus hijos, la mitad hablaba ashdodit, y no sabían hablar yehudit, y los
8
Neh. 13; 10-17.
9
Neh. 10:29-30
demás como la lengua de cada pueblo y pueblo. Querellé con ellos, los injurié, castigué a
algunos de ellos, les arranqué cabellos, y los juramenté por Dios así: ‘No entregarán
vuestras hijas a sus hijos, ni desposarán a sus hijas para vuestros hijos o para ustedes.
¿Acaso no es esto que había pecado Shelomó, rey de Israel, que entre muchas naciones no
hubo un rey él, que era amado por Dios, y lo puso Dios por rey sobre todo Israel? Sin
embargo, también a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras. Y a ustedes, ¿acaso
oiremos vuestra alegación para hacer todo este gran mal, traicionando a Dios nuestro,
cohabitando con mujeres extranjeras?’ (…) Recuérdales, Dios mío, por repudiar la
kehuná, el pacto de la kehuná y de los leviím. Los purifiqué de todo extranjerismo, y
dispuse turnos para los kohanim y leviím (…).10
La visión del autor del deuteroisaías parece apaliar las cuestiones extremistas de la política
de Ezrá y Nejemyá, ya que su mensaje es más de aceptación y comprensión por parte de la
divinidad que de funcionarios.
Y el extranjero que sigue al Eterno no hable diciendo: ‘Me apartará totalmente Jehová de
su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.’ Porque así dice el Eterno: ‘A los
eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto,
yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e
hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.’ 11
10
Neh. 13; 23-30.
11
Is. 53; 3-5.
Sicre puntualiza el concepto de helenismo desde dos perspectivas: la geohistórica y la
sociocultural. El primer enfoque, el geohistórico, explica al helenismo como un periodo
histórico cuyo inicio y fin está determinado por hechos acaecidos en lugares significativos
en dicho espacio temporal: la conquista de Alejandro de la Hélade, de Palestina, de Egipto,
las victorias romanas sobre los reinos del Oriente, la aparición del cristianismo, el cierre de
la Academia, etc.12 No obstante, dentro de todo este periodo que puede variar según las
valoraciones de cada especialista, Sucre hace hincapié que dentro de este momento
histórico es el caso especial de Judá y sus habitantes lo que debe ser de interés. Así, el
‘helenismo’ como una etapa en la historia del territorio y pueblo de Israel abarca desde el
333 al 63 a.e.c., momento en que la relación con lo helenístico cambia por completo.
Las esferas de la educación, ciencias naturales, religión y política son las que
recibieron mayor influencia durante el helenismo: escuelas y gimnasios cultivan la poesía,
la literatura y el arte siguiendo el estilo de la tradición griega fundada en Homero,
Eurípides, Platón, etc., a la par que la filosofía, las matemáticas, música y mecánica
desarrollaban nuevos sistemas y descubrimientos: el escepticismo y estoicismo, modelos
heliocéntrico y geocéntrico, anatomía y fisiología, poesía idílica y erótica. En el ámbito de
la religión los dioses se identifican entre sí, el culto se transforma en ritos de carácter más
filantrópicos, adquiriendo cada vez más una dimensión de purificación hasta culminar en la
salvación. De manera política la monarquía debe enfrentarse a las condiciones regionales y
variaciones culturales del ejercicio del poder así como de su efectividad, para ello el
modelo a seguir será el macedónico.
12
Cfr., Sucre, 2005, pp.27.
13
Idem.
14
Ibid., pp.28-29.
imperial de Alejandro de Macedonia tenía por objetivo la unificación del mundo bajo una
asociación firme intercultural entre Oriente y Occidente en donde la Hélade tuviera la
preminencia; sin embargo, dicho modelo tenía una ausencia total en la organización
económica y límites claros del poder. Así, al morir Alejandro el helenismo atraviesa su
primera crisis que termina con la fundación de los reinos helenísticos. En el caso del
territorio de Judá en conflicto se vivirá entre la dinastía de los Seleucidas y la de los
Lágidas.
a) Lengua: el uso del griego como lengua común se hace refleja en diferentes tipos de
documentos, desde simples cartas o de epitafios en tumbas, hasta la traducción de la Torá a
esta lengua, contratos matrimoniales y de divorcio, etc. Incluso en obras de carácter oficial
y exegético como el Talmud.
15
Sicre op. cit., pp. 29.
escalafón social y la integración de prácticamente en todos los ámbitos del desarrollo de la
ciudad hace que la helenización de la comunidad alejandrina sea la de mayor éxito. La
inclusión intelectual es la más marcada, ya en el gimnasio e incluso en instituciones como
el Museo, lo que la hacía vivir una intensa vida cultural.
El influjo del helenismo sobre la vida sociocultural judía tuvo su peso, no sólo en el
desarrollo socioeconómico sino en el auge intelectual que marcaría profundamente al
judaísmo posterior transformándolo: judaísmo como manifestación social, judaísmos como
expresión intercultural.