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Nuevos diputados, políticos y verdaderos ciudadanos venezolanos: La República ha

fracasado con los gobiernos centralistas y196 años después, y debemos hacer nuestro el
deseo y legado del Libertador: “Venezuela debe ser un Estado Federal Descentralizado
(EFD).”

Estudios sobre Estado Federal


Existen muchos, internacional y nacionalmente. Hago mención del “Proyecto Venezuela
Reconciliad. Vía Constituyente” del Movimiento Democrático del Táchira (MID)”, por su
diseño estructural y funcional, obsequio de mi mentor en el análisis de este tema: Julio
Belisario Mejías.
En efecto, el Estado venezolano se constituyó formalmente cuando el Congreso General de
las Provincias de Venezuela:
1.- Adoptó la “Declaración de los Derechos del Pueblo (1/7/1811). Declaró la
Independencia de España el 5/7/1811.Sancionóen (12/1811) la “Constitución Federal para
los Estados de Venezuela”.
2.- En Angostura (1819) el discurso del Libertador fue de fuerte contenido centralista. Sin
embargo, deseó para Venezuela el EFD, pues estábamos en guerra, no teníamos
instituciones y nuestros habitantes no estaban preparados. Sin embargo, en las cartas
enviadas, hasta su muerte, a diferentes personeros del país expresó tal deseo.
3.- A partir de 1830, reapareció el término “federal” en las Constituciones de Venezuela,
que todos los gobiernos centralistas echaron al “olvido”. En mayor o menor grado.
4.- En lo últimos 17 años, se burlaron del “NO” soberano violando 186 artículos (Véalo en
“Historia Inconstitucional de Venezuela.”). y del 17 al 24/12/2015violaron los Arts.
255,263,264,265 y 47 de la Constitución, al imponer a 12 miembros y sus suplentes del
TSJ, validando el inmoral TSJ la decisión anticonstitucional de la moribunda AN.

Descentralización en el Federalismo
La “descentralización” es un mecanismo de organización funcional que guarda relación
exclusivamente con las “competencias y relación entre poderes” como principio de
organización administrativa. El Estado Federal será funcional si existe la descentralización
de poderes, basado en dos elementos aparentemente contradictorios pero, en realidad,
complementarios y esenciales:
a).- El “elemento unitario “traducido en la soberanía del Estado Federal, interna e
internacionalmente, se consagra en su Constitución Federal y se ejerce por un “Gobierno
Civil Nacional” con poderes “limitados” a sus funciones, expresado por la propiedad del
territorio estatal nacional único, distribuido entre varios estados, representando
internacionalmente a la nación.
b).- El “elemento federal” se refleja en la participación y distribución del poder político,
económico, social, educativo, investigativo, judicial, etc… entre los estados y municipios,
para conformar la voluntad federal. Este principio se encuentra en la autonomía estructural
y libertad ejercida por los estados miembros al renunciar a sus soberanías individuales en
favor del Gobierno Civil Nacional, pero preservando su autonomía funcional o autarcía en
la gestión de sus asuntos.

Principios del EFD


La creación de un verdadero EFD en Estados y Municipios se debe realizaren una
Asamblea Nacional Constituyente del Pueblo, dejando al margen de su convocatoria y
organización a las actuales instituciones y personeros gubernamentales. Los estudiosos
creadores del MID usaron para ello tres principios:
Autonomía: Capacidad que se le reconoce a un estado y/o municipio para regirse por sus
propias normas y darse sus autoridades.
Autarcía: Condición de un gobierno que busca ser Autosuficiente en lo político, económico,
social, educativo, judicial, etc, para asumir sus responsabilidades, así como la ”cooperación
y relaciones intergubernamentales” no impuestas desde el Gobierno Civil Nacional, Se
ejerce por asignación constitucional de los servicios a los ciudadanos y de los siguientes
tributos e impuestos sobreventas y/o valor agregado (IVA); sucesiones y donaciones;
transacciones inmobiliarias; notarias y registros; predios rurales; al capital y la producción;
y 50%, al menos del ISLR, para los Estados.
Autoría. Responsabilidad directa del funcionario público ante las comunidades y
cumplimiento de las sanciones bien establecidas por jueces independientes, cuando se
violen.

El Estado Federal Descentralizado

Venezuela, desde su génesis como República soberana e independiente ha sufrido y por


ende experimentado una constante reiterada contradicción en cuanto a la forma del Estado.
Constituye el eje central para un derecho constitucional moderno, adaptado a la
transformaciones jurídico-políticas y económico-sociales, sobre éste asunto de
trascendencia como le es la forma del Estado, ahora más aún, en el umbral del siglo XXI e
inicios del tercer milenio, cuando es una demanda imprescindible el nuevo Estado de
Derecho, social, participativo, solidario y humanista. Debemos aceptar, si concebimos al
Estado, como aquel conjunto de relaciones institucionales, políticas, económicas,
culturales, históricas y sociales que conducen a una nación en un territorio determinado
bajo un poder jurídico - político de mando; que su vigencia institucional exige de idóneas
estructuras, acordes con el proceso civilizador para que propendan a sistematizar,
racionalizar y ordenar una mejor distribución territorial y funcionalmente del poder para
conformar una verdadera social para el desarrollo. El actual Estado de Derecho, está en la
necesidad insoslayable de administrar el cambio y ta transformación que reclama creando
un equilibrio deseado, pero lamentablemente no alcanzado, como aquel de la distribución
del poder político y administrativo entre el Poder Central y el Poder Regional o Poderes
Locales. Por ello, en la coyuntura actual del estado Venezolano, afectado por una crisis
multiforme, estamos obligados, con marcado interés patrio, a que las fuerzas dialéctica y
contradictorias, algunas veces pugnaces, mermen su influencia perniciosa en las cuestiones
del Estado. Ahora más que nunca, cuando se abre una compuerta definitiva con el proceso
constituyente para impulsar el cambio institucional y estructural que reclama una
Venezuela victimizarla por un proceso reformista no producido o dilatado por la falta de
voluntad política para ejecutarlo. Se ha dicho, con sobrada razón que nuestro legislador
constituido de 1961, cuando se refiere a la Federación como forma del Estado Venezolano,
(artículo 2 de la C.N.), que establece "La República de Venezuela es un Estado Federal en
los términos consagrados por ésta Constitución", lo que quiso plantear, fue una especie de
expectativa o desiderátum, mejor dicho una esperanza de cambio mediante la promoción y
establecimiento de la descentralización. Por lo que en su artículo 135, la C.N., dejó abierta
la posibilidad de delegación y transferencia de competencias y atribuciones para una
mayoría calificada del Congreso, para que materia que son de la competencia nacional,
pasare hacerlo de los Estados y Municipios. La Federación Venezolana ha permanecido,
armo una simple formula constitucional y hoy en día, una vez adelantado el proceso, el
vocablo federación no es más que un atributo de la descentralización política, conforme a la
Ley sobre Elección y Remoción de los Gobernadores de Estado, sancionada en 1988;
mientras que la descentralización administrativa, en proceso de ejecución en virtud de la
Ley de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencia del Poder Público
de Diciembre de 1989 Y, la Reforma a la Ley Orgánica de Régimen Municipal, como la de
otros instrumentos legislativos, bien sea nacionales, estadales y/o municipales, o aquellos
de mero carácter reglamentario que le han servido de fundamento. La Federación como
forma de Estado, en efecto se identifica conceptualmente con la descentralización política.
En Venezuela ha operado el proceso descentralizador por vía legislativa ordinaria,
acompasado con una política de acuerdos y convenios, generados por el precitado artículo
137 de la Carta, contentivo de la llamada Cláusula de la Descentralización, la cual ha
venido definiendo los ámbitos de los diferentes niveles del Poder Público mediante la
delimitación de competencias entre los niveles territoriales, la adopción de un esquema de
transferencias planificadas y progresivas, como del establecimiento de mecanismos de
coordinación encaminados a darle fluidez y solidez al proceso por vía dé la llamada
Descentralización Concertada.
En consecuencia, respecto al estudio de la Descentralización es importante -decir con
palabras de Henao Ospina y Marino Tadeo, que "la Descentralización no siempre
corresponde a procesos transformadores y en no pocos casos resulta bien regresiva. Si por
un lado la Descentralización responde a las nuevas profesiones y demandas sociales sobre
las estructuras de poder, si responde a la necesidad de readecuar las capacidades de
respuesta gubernamentales y al cambio de las actitudes ciudadanas hacia la intermediación
de funcionarios y políticos, también la descentralización responde a una nueva variable
económica, en la cual la producción en gran escala empieza a ser sustituida por un modo de
crecimiento económico más flexible". También es bueno apuntar el criterio sustentado por
Alfredo Arismendi y Miguel Márquez, al decir que: "La situación de los Estados miembros
de una Federación ficticia, como lo es la Venezolana, debe ser reformada y sincerada, de
manera fundamental, por lo menos en lo que respecta a la actividad ejecutiva del Estado.
Los Estados en Venezuela no son en realidad tales, por lo tanto no debe insistirse en copiar,
dentro de una estructura interna, la Organización de los Poderes Públicos Nacionales". La
Venezuela del presente no ha podido escapar al proceso reformista adelantado, a partir de la
década de los sesenta, en una buena cantidad de países, algunos de ellos del área regional
de la América Latina, también dentro del marco de referencia, de la llamada revolución de
los federalismos centralizados, corra también de los centralismos descentralizados, que han
venido caracterizando. Las formas evolutivas del Estado de Derecho. En nuestro caso la
evolución constitucional de nuestra forma de Estado, ha variado en los extremos del
federalismo y del centralismo. A diferencia de otros países, donde la Federación pudo"
significar "la integración de unidades dispersas" o "la disgregación de una unidad en
comunidades locales". Nuestra Federación ha representado un sistema peculiar de vida,
pero como conjunto de valores y sentimientos, pero el modelo puesta en marcha no ha
fundamentado las capacidades vigentes de los Municipios, y este es un factor de
transformación de las estructuras descentralizadas como proceso de desarrollo integral que
abunde en el desenvolvimiento de los tres niveles del poder como verdaderas estructuras
comunicantes, mejor dicho, inducidas de la periferia hacia el centro, Por lo cual, los
destinatarios de la descentralización y transferencia de competencias de Poder Nacional
contenidas en la Ley (LOD), son los Estados y no los Municipios, aun cuando la misma
puede extenderse en la medida en que sea aplicable al Distrito Federal. Dentro de éste
proceso evolutivo, los proyectistas pensaron en la eliminación de la forma federal creyendo
preferiblemente reemplazarlo por un sistema de descentralización político-administrativa o
de autonomías progresivas y es lo que se planteó y ha venido ocurriendo. La consolidación
del proceso descentralizador en Venezuela, debe estar inspirado en el necesario diseño de
un nuevo y auténtico modelo organizativo de Estado. Este es nuestro criterio, afinar la
descentralización y producir al unísono, en breve tiempo, dentro del marco constituyente, y
por imperativo popular, la revisión y exigir la reforma del precepto N° 2 de nuestra Carta
Fundamental, que consagra la "Forma del Estado", para así conquistar un Estado fisiológico
y dispensador, que posibilite una permanente intercordinación programática de la acción de
gobiernos en los tres niveles distributivos del poder, mediante la implantación del "Estado
Federal Descentralizado". Por eso requiere una muy expresa calificación para impulsarla
Descentralización política, administrativa, en lo territorial y económico - financiero, como
eje fundamental de un nuevo modelo organizativo del Estado Venezolano, en otras
palabras, lo más importante es que exista real y efectivamente voluntad política para
perfeccionarla, entonces se traducirá en acto por mandato de la Constituyente en la nueva
Constitución a sancionarse.
Es necesario establecer la definición en el nuevo texto del Estado Federal Descentralizado,
como aquel "Estado que consideramos ideal para la Venezuela del presente y del futuro
para romper definitivamente con la tradición estatal venezolana del centralismo, perfil de
Estado que implica una reflexión de alto nivel en el país, con la participación de todos los
venezolanos en el proceso constituyente, pluralista, participativo un excluyente. El Estado
Federal Descentralizado es un paso hacia la perfección del Estado de Derecho, que se
logrará cuando madurado los Estados miembros, éstos se queden con amplias potestades
administrativas judiciales y en menor grado las legislativas, pero friéndole al Poder Federal
la totalidad de las competencias exclusivas de política estatal y aquellas supranacionales".
El Estado Constitucional Moderno Descentralizado, se caracteriza por asunción de un
conjunto de cometidos sociales y económicos, exige de una mejor distribución de poder
político, como ya lo anotábamos, mediante la creación de órganos y estructuras dotadas de
suficiente autonomía, a fin de que no constituyan una carga excesiva de crecimiento físico
por parte y por la otra de aumento del gasto público. Se nos presenta en evolución
permanente, en un debate estrechamente vinculado a la fisiología del Estado, con una
relación de fuerzas en conflicto y evolución constante, por lo que marcha aparejado con una
instrumentación de carácter público con lo económico y social, siendo por tanto un factor
determinante en la dinámica que impulsa su desarrollo integral. Lo cierto es, que el Estado
Federal Descentralizado debe instituirse constitucionalmente como un instrumento
poderoso para cumplir con mayor intensidad y profundidad las atribuciones del llamado
Poder Federal, que debe atender desde el centro hacia la periferia el desarrollo auto
sostenible, produciendo una nueva reintegración del Estado y la sociedad, atendiendo la
necesidad imperiosa de una reestructuración y retribución vertical y horizontal del poder
social con fundamento jurídico y político. De esta manera el Estado habrá de convertirse en
un auténtico protagonista de la movilidad social planificada territorialmente. Se alcanza así
una mejor distribución y aprovechamiento de la riqueza, una distribución más justa y
equilibrada en las localidades y regiones más atrasadas, creando políticas para que entre
gobernantes y gobernado existan verdaderos canales de participación, mientras
simultáneamente se implantan condiciones socioeconómicas para las inversiones
generadoras de intercambio y progreso. No es como dicen los sempiternos enemigos del
Federalismo que la descentralización es síntoma de desintegración del Estado, por el
contrario, un federalismo descentralizado es base más que suficiente para que la nueva
sociedad civil se desarrolle y organice en el contexto de una democracia digna, solidaria,
participativa. El Estado descentralizado es un factor de cambio y transformación de una
región o localidad y no lo es por la simple e indiscriminada transferencia de recursos
financieros, que muchas de las veces resultan perjudiciales y hasta focos de corrupción,
sino algo más complejo y esencial, como es impulsar el desarrollo en el campo de la
producción de bienes de recursos propios y del intercambio, que va en estrecha conexión
con las relaciones de independencia externas e internas, que afectan o privilegian a cada
región, llámese Estados y/ o Municipios, como ordenamientos territoriales autonómicos en
el contexto del desarrollo integral de la República. De los conceptos y apreciaciones
formuladas, podemos concluir en la opinión de la mayoría de los tratadistas y estudiosos
del tema que la Federación Descentralizada, es un proceso de transformación de amplio
espectro estructural para la necesaria reorganización del Estado, que en modo alguno no
significa desmembración del Estado Nacional - Federal. Es una reorganización integral y de
conjunto, que hace posible el flujo y el reflujo o movilidad del mando entre las-
instituciones del Estado y la sociedad lo que es lo mismo, supone el fortalecimiento de los
Estados miembros y de los Municipios, se trata en verdad de una reorganización estructural
de una nación.

Los valores supremos son. "los ideales que una comunidad decide constituir como sus
máximos objetivos a desarrollar por el ordenamiento jurídico y expresarlos en su estructura
social, económica – financiera y política, es decir, son los fines a los cuales pretende llegar.
Por ello, determinan el sentido y finalidad de las demás normas y disposiciones legales que
conforman el ordenamiento del Estado.

Los valores no sólo rigen en el ámbito constitucional, sino que también inspiran e informan
todo el ordenamiento jurídico. Contribuyendo de manera decisiva a la función de
legitimidad que la Constitución desempeña en el marco del Estado Constitucional de
Derecho, la legitimidad aquí es entendida como aquella calidad de un poder, por cuya
virtud las decisiones que de él emanan son acatadas y obedecidas como obligatorias, por
existir en los destinatarios de las normas el convencimiento de tal obligatoriedad. "De otro
lado, desempeñan un papel de fortalecimiento de la norma constitucional en el proceso de
creación y aplicación del Derecho, porque reducen el ámbito de discrecionalidad de los
poderes públicos y los conducen por líneas superiores trazadas por el constituyente. Son
definitorios a la hora de resolver un problema de interpretación en el cuál está en juego el
sentido del Derecho", en particular, el sentido de la Constitución.

En esa línea, sólo serán aceptados en un Estado Constitucional, los valores tendientes a
otorgar la máxima libertad posible a sus ciudadanos dentro de un marco democrático y
sometido a reglas preestablecidas en un ordenamiento jurídico de carácter legítimo.
Los valores son considerados normas abstractas y de tipo abierto que orientan la
producción e interpretación de las demás normas, fijando criterios de contenido para otras
normas y por tanto prevalecen sobre los principios y sobre las reglas.

La nueva Constitución proclama de manera expresa los valores constitucionales, así el


artículo 8 II textualmente señala:

El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad,


solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio,
igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común,
responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes
sociales, para vivir bien.

El citado artículo, determina al menos dieciocho valores constitucionales; además, se


evidencia una clara confusión por parte del constituyente entre los valores, principios, y
normas generales que prevé una Constitución. Por ello, en este epígrafe -y dado el objetivo
del presente trabajo-, nos limitaremos a explicar y desarrollar lo que a nuestro criterio
verdaderamente constituyen los valores previstos en la Constitución. Siendo estos, el valor
libertad, igualdad, dignidad y justicia social.

Ahora bien, es necesario advertir que la concreción de estos valores sólo será posible
cuando se desarrolle el resto del ordenamiento jurídico, es decir, las leyes, decretos
supremos, ordenanzas municipales, etc. Y fundamentalmente la interpretación
constitucional por la vía del Tribunal Constitucional Plurinacional, dado el carácter
vinculante y obligatorio de sus resoluciones.

Desde esa perspectiva, acudiendo a la doctrina general del Derecho se pueden ensayar
algunos conceptos básicos con relación a los valores supremos citados precedentemente.

En ese orden de cosas, con relación al valor libertad se puede señalar que el mismo se
presenta en una doble dimensión: una organizativa y otra relacionada con el status de las
personas en la organización social.

En la primera dimensión, se entiende que la libertad es la base fundamental de la


organización del Estado y organización social, que se expresa a través del texto
constitucional; "implica entonces la soberanía popular, legitimación de los gobernantes por
medio de elecciones periódicas por sufragio universal; sujeción de los poderes públicos y
de los ciudadanos a la ley, y reconocimiento y protección de los derechos fundamentales".

En la segunda dimensión, referida al status de las personas en la organización estatal y


social, la libertad implica básicamente la libertad de autonomía, la libertad de participación
y la libertad de prestación. De este modo, la inclusión de la libertad como valor supremo,
exige que exista una protección garantizada y reconocida por el Estado de la libertad de
cada uno, dentro de los límites que señalan la Constitución y las leyes.
De lo afirmado se colige, que la libertad debe entenderse como la capacidad jurídica del
individuo de hacer todo lo que no perjudicase a otro. Sólo esta exigencia de garantizar la
libertad ajena, puede constituir el límite de la libertad individual y esto debe ser fijado por
la ley. Por lo tanto, la ley no tiene el derecho de prohibir más que las acciones perjudiciales
a la sociedad; por lo demás, todo lo que no está prohibido por la ley está permitido y, nadie
puede ser obligado a hacer lo que ella no ordene.

En esta perspectiva, lo que se busca es que el individuo goce de una esfera de derechos
impenetrables, los cuales le permitan participar como elector o elegible en la formación del
poder público y estos se encuentren debidamente garantizados a objeto de obtener las
prestaciones necesarias por parte del Estado.

Con relación al valor igualdad, cabe señalar de manera general, que esta responde a la idea
de que. "no basta con proteger la libertad individual, sino que hay que lograr un triple
objetivo más ambicioso: asegurar una igual eficacia formal y material de la ley para todos,
proscribir cualquier tipo de discriminación entre personas y grupos sin negar la previsible
diferenciación basada en motivos objetivos, y, procurar que exista una seguridad mínima
para todos los ciudadanos respecto a las condiciones de vida material”. De ello se infiere,
que el papel del Estado no debe reducirse a resguardar el orden público y no interferir ni
vulnerar las libertades de las personas, sino principalmente a contrarrestar las diferencias
sociales existentes y ofrecer a todos sus habitantes las oportunidades necesarias para
desarrollar sus aptitudes y para superar las necesidades materiales.

Con relación al valor dignidad, se puede entender que es aquél que tiene toda persona por
su sola condición de humano, para que se le respete y reconozca como un ser dotado de un
fin propio, y no como un medio para la consecuencia de fines extraños o autoritarios,
ajenos a su realización personal.

En ese entendido, el valor supremo de dignidad, inexorablemente debe ser entendido como:

El derecho de toda persona a un trato que no lesione su condición de ser racional, libre
igual y capaz de autodeterminación responsable; lo que conlleva la prohibición de que sea
tratado como un objeto o instrumento. De ello, surge en primer término, un mandato de
abstención a los poderes públicos y en lo pertinente a los particulares, que prohíbe la
producción de normas o la realización de actos, que tengan un contenido degradante o
envilecedor; y en segundo término, un mandato de actuación, que le impele a desarrollar
políticas destinadas a promocionar o favorecer el desarrollo de la persona. Por tanto, se
lesionará la dignidad humana, todo acto o disposición que degrade o envilezca a la persona
a un nivel de estima incompatible con su naturaleza humana, cualquiera sea el lugar o la
situación en la que se encuentre.

Por esta razón,. "la dignidad humana conjuntamente los derechos humanos, encierran
conceptos universales capaces de traspasar cualquier sistema político social. Son valores
idénticos que no sólo deben sentirlos todos los habitantes del planeta, sino hacerse efectivos
por sobre las contradicciones de cualquier formulación o interés".
Con relación al valor justicia social, se puede entender bajo la máxima que consiste en dar
a cada uno lo suyo; este valor se encuentra ligado a la dignidad de la persona. La justicia
debe abarcar la totalidad del orden jurídico, es decir, que todo el ordenamiento jurídico por
regla imperativa deberá intentar ser lo más justo posible, dado que conforme exista la
materialización de la justicia mediante el derecho positivizado, se logrará garantizar un
orden político, económico y social justo y equitativo. En tanto el derecho más se apegue al
valor justicia, el Estado Constitucional se encontrará distante del autoritarismo.

En materia constitucional, los valores cumplen un rol preponderante en el sentido que le


imprimen a la Constitución y sobre todo al orden jurídico estatal y comunitario, de tal
modo que estos se encuentran ligados a una concepción democrática y uno de sus objetos
en un sistema democrático es:

. aspirar a un determinado régimen constitucional, en donde caben ciertamente numerosas


tendencias e ideologías de carácter opuesto, pero en donde no es posible una evolución
basada incluso en la legalidad, hacia un régimen en que no se respetasen tales valores, Así,
no sería legítimo entender incluso otras normas incluidas en la propia Constitución en un
sentido opuesto a ellos. A tal requerimiento responde el caso, definido por la doctrina
alemana, de posibles "normas constitucionales inconstitucionales" y expresión con la que
se quiere indicar la primacía interpretativa de estos conceptos sobre el resto de la
Constitución.

Funciones del estado venezolano

Aristóteles explicaba que las funciones que el Estado debía cumplir eran: las de
deliberación, mando y justicia, con algunas variantes. Tal enumeración, resume la mayor
parte de las funciones atribuidas al Estado.

Es de tener en cuenta que la principal función del estado consiste en satisfacer los fines
fundamentales y complementarios de la población, organizadas en las diferentes
comunidades que hacen vida en el territorio nacional, garantizándoles la libertad, la
igualdad y demás derechos fundamentales del hombre.

La misma etimología de la palabra función determina cumplidamente su concepto: este


proviene del latín "Fungere", que significa hacer, cumplir, ejercitar, que a su vez deriva de
"Finire", por lo que dentro del campo de las relaciones jurídicas de cualquier clase que ellas
sean, la función significará toda actuación por razón del fin jurídico en su doble esfera
privada y pública.
Esta división está establecida en el Artículo 136 de nuestra Constitución en su parágrafo
primero.

Fines genéricos del Estado:

Nuestra Constitución en su Artículo 3 establece los fines del Estado Venezolano, este
dice: El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el
respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de
una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del
pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y
consagrados en esta Constitución.

La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.

Fines del Estado Venezolano

De igual manera, la CRBV en su artículo 3 establece que “El Estado tiene como fines esenciales la
defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la
voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la
prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y
deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.- La educación y el trabajo son los
procesos fundamentales para alcanzar dichos fines”.

Si hacemos un poco de historia, la sustentación de la presente disposición constitucional se


encuentra en el célebre Discurso de Angostura, pronunciado por nuestro Libertador Simón Bolívar
el 15 de febrero de 1819, cuando hizo énfasis en la educación y el trabajo como los dos grandes
resortes, palancas o procesos fundamentales para alcanzar la prosperidad nacional, concibiendo a
la educación como uno de los procesos de socialización, a través de la cual el ser humano
desarrolla armoniosamente las aptitudes físicas e intelectuales, destrezas, habilidades en función
de la sociedad y de él mismo como persona física o natural; el trabajo como un hecho también
social, dirigido a la expresión y afloramiento de su creatividad, de su talento, de su intelecto,
siempre en la búsqueda incesante del desarrollo sostenido de la sociedad.

Los fines del Estado abordados por el Constituyente en el anterior artículo no lo podemos ver
como una utopía; considero que cada uno de nosotros, con nuestro comportamiento, con nuestro
esfuerzo, talento y actuación, podremos hacer de Venezuela, la que Simón Bolívar soñó.

Supremacía Constitucional en Venezuela

La Supremacía Constitucional es un principio teórico del Derecho constitucional que


postula, originalmente, ubicar a la Constitución de un país jerárquicamente por encima de
todo el ordenamiento jurídico de ese país, considerándola como Ley Suprema del Estado y
fundamento del sistema jurídico. Según cada país los tratados internacionales ratificados
por el país gozan de igual rango (rango constitucional) o superior a las leyes e inferior a la
constitución.
La Supremacía de la constitución tiene su base legal en el Art.7 La constitución es la norma
suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que
ejercen el poder público están sujetos a esta constitución.

Tipos de supremacía constitucional

Jerárquica: Esta es la supremacía jerárquica de la Constitución pues es un orden de


prelación o de fuerza de la que van derivando el resto de las leyes y ninguna puede ser
contraria a la constitución. La Supremacía Jerárquica está basada en el orden jerárquico que
le da la pirámide de Kelsen al ordenamiento jurídico de un Estado o nación. Esta es la que
le da el grado de superioridad a la norma constitucional otorgándole subordinación a toda
aquella ley que no sea la constitución.

Lógico- deductiva: Este tipo de supremacía expone las leyes a modos y formas de
razonamiento humano conforme a las reglas de la lógica y de la razón, partiendo de
principios universales para su ejecución.

Teleológica: Este tipo de supremacía es la que va a ir por encima del ordenamiento jurídico
y sobre las decisiones que puedan tomar los órganos de la administración pública o
administración de justicia, para que sea aplicada íntegramente la Constitución nacional con
el fin de alcanzar las metas del Estado.

Axiológica: Es un sistema o especie de ciencia que va a medir la importancia o valores que


tienen las personas dentro de la sociedad, y es lo que se da por el apego que deben tener las
decisiones, o las leyes que sean creadas o se puedan crear dentro del Estado, incluso la
suscripción de tratados internacionales.

Esto quiere decir que lo establecido en la Constitución en los artículos del 2 al 18 y en el


Preámbulo de la misma son los valores supremos de la Constitución. Ninguna decisión
puede estar por encima de estos valores.

La Constitución Política es un instrumento creado para mantener el orden de las naciones y


está integrada por un conjunto de leyes fundamentales que fija los límites y define las
relaciones entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial del Estado, estableciendo así
las bases para el Gobierno.19 abr. 2012

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