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W. R. G.

LOADER

LA ESTRUCTURA CENTRAL DE LA
CRISTOLOGÍA JOÁNICA
A pesar de lo mucho que se ha escrito sobre el cuarto evangelio, siguen en nuestros
días más preguntas que respuestas en relación a él. En concreto, sería interesante
poder responder con cierta seguridad a la siguiente: ¿cómo encaja el evangelio de
Juan en el cuadro del cristianismo primitivo? Con este artículo se intenta contribuir a
la solución de este rompecabezas de la cristología joánica. El autor se esfuerza en
delimitar la estructura central del cuarto evangelio e investiga, después, sus relaciones
con los bloques de temas más importantes de la tradición cristológica de Juan: entre
éstos sobresale el importante y a la vez misterioso tema del «hijo del Hombre».

The Central Structure o f Johannine Christology, New Testament Studies, 30 (1984)


188-216

I. Búsqueda de la estructura central

La cristología del cuarto evangelio ha sido estudiada de forma amplia. y sistemática por
muchos autores, con especial atención a los temas, su tradición y a su ambiente
histórico. Pero queda en pie una doble pregunta: ¿qué lugar ocupa la cristología de Juan
en el mundo cristiano y pagano de su tiempo, y cuál ha sido su contribución al
pensamiento cristiano en lo que se refiere a Jesús? La respuesta dependerá, en gran
medida, de lo que se entienda por estructura central de la cristología joánica.

1. Criterios

Para lograr este fin, tendremos en cuenta los siguientes criterios:

1) ¿Cuáles son las expresiones y los temas que aparecen más frecuentemente en el
evangelio?

2) ¿Qué grupos de temas se presentan con más frecuencia unidos en un cierto modelo o
estructura?

3) ¿Cuáles son los temas constantes, o grupos de temas estructurados, que son objeto de
especial desarrollo en los discursos de Jesús sobre sí mismo?

4)¿Qué es lo que el autor estima como central en los resúmenes claramente


identificables?

5)Si es posible hallar una estructura central del pensamiento cristológico, entonces ha de
ser posible demostrar cómo integra todos los otros temas del evangelio.

6)El uso que el autor hace de las fuentes puede confirmar o negar cualesquiera de tales
hipótesis, pero las teorías sobre las fuentes continúan muy inciertas.
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2.Posibles puntos de partida

¿Por dónde comenzar? En primer lugar necesitamos encontrar alguna indicación clara,
en el evangelio, de su estructura central. Se podría señalar Jn 20,31: "que Jesús es el
Cristo, el hijo de Dios"; pero otros ven que la clave está en el prólogo. Aunque los
rasgos más importantes del pensamiento de Juan se hallan en el prólogo, es evidente que
el uso del tema "logos", tan determinante, se encuentra únicamente en el prólogo.

3.Punto de partida: 3,31-36

Encontramos aquí los siguientes temas:

a) Jesús viene (de arriba) y habla (del Padre): 3,31. El contraste entre el que viene de
arriba y el que pertenece a la tierra no está entre Jesús y el Bautista, sino que es más
verosímil que el contraste sea con los judíos representados por Nicodemo, que no
concebía más que un nacimiento terreno (3,25). El evangelista describe al que "viene de
Dios", pero en un sentido más profundo que el que da Nicodemo a sus propias palabras
(3,2). Esta descripción de Jesús -el que viene de arriba, del cielo, del Padre- se repite
frecuentemente. Lo cual se percibe claramente en el capítulo 6, en el que Jesús se
contrapone al maná como verdadero pan bajado del cielo.

b) El Hijo da a conocer al Padre: 3,32.34. Nos introducimos aquí en otro grupo de


frases que son centrales en la cristología joanica. Jesús da testimonio, declara y actúa de
conformidad con lo que ha visto, oído, que conoce o que ha recibido como enseñanza o
mandato (3,32a; cfr. 3,11; 8,26.38; 15,15; 12,49-50; 3,34).

Conexo con este tema se encuentra el "estar en" (inmanencia): "las cosas que os digo no
las digo como mías; es el Padre que está conmigo realizando sus obras" (14,10; cfr.
10,37s).

c) El Padre envió al Hijo: 3,34. En labios de Jesús, "el que me envió" es un modo de
designar a Dios. Aquí radica el peso de la autoridad de Jesús, como El mismo
manifiesta constantemente en sus discursos (5,30s; 7,16s; 8,16s; 12,45s).

d) El Padre lo ha puesto todo en las manos del Hijo: 3,35. Esta idea aparece con pocas
variaciones en 13,3. También aquí está unida a la venida del Hijo desde el Padre. En
3,31-36 se añade que le ha sido dado el Espíritu sin medida. Las dos cosas señalan al
Revelador como nacido de arriba por el espíritu (cfr. 3,1-8).

Este tema del Padre que da todas las cosas al Hijo es central en el pensamiento de Juan
(cfr. 17,2), para quien nadie puede hacer nada a no ser que le sea concedido por Dios, ya
sea el mismo Jesús, ya sea otro que se acerque a Jesús (6,65), y aun Pilato (19,11).

e) El Padre y el Hijo: 3,35. 3,35 es el único verso del resumen 3,31-36 que cita los
términos "padre" e "hijo" juntos: "El Padre ama al Hijo ". Es innecesario detenerse en
señalar que "padre" e "hijo" son los términos más usados en la cristología joánica.

f) Las restantes afirmaciones de 3,31-36. La afirmación de que nadie acepta el


testimonio del Hijo, está unida frecuentemente con la función cristológica del Hijo
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como Revelador (5,43; 12,48; 13,20; 17,8). El tema de que Dios es verdadero aparece
en otros pasajes en los que se indica que Jesús revela la verdad (5,31s; 8,13s.26). La
otra afirmación estrictamente cristológica , la de que Jesús "está por encima de todo"
sólo aparece aquí, pero expresa una eminencia que el autor desarrolla ordinariamente en
otras términos.

4.La estructura central

Así, pues, en 3,31-36 tenemos acceso a unos temas cristológicos que aparecen con
frecuencia y que son el centro de especial reflexión y el resumen de todo el evangelio.

Son los siguientes:

1) la referencia a Dios y a Jesús como Padre e Hijo; 2) que el Hijo viene del Padre y a
Él vuelve; 3) que el Padre ha enviado al Hijo; 4) que el Padre lo ha puesto todo en
manos del Hijo; 5) que el Hijo dice y hace lo que el Padre le manda, y que Él da a
conocer el Padre.

Cada una de estas afirmaciones tiene una importancia capital para el autor de esta
cristología. Y, lo que es aún más importante, estas afirmaciones recorren todo el
evangelio (vgr.: 13,3; 17).

II. La estructura central dentro del evangelio

Los cinco puntos indicados anteriormente constituyen la estructura central de la


cristología, como lo demostraría un análisis detallado de todo el evangelio (el autor
ofrece en su artículo un resumen de las conclusiones de dicho análisis). Dentro de esta
estructura se integran otros temas cristológicos que aparecen en el evangelio. Pero hay
dos corrientes de pensamiento que hay que considerar como importantísimas para Juan.
La primera es su preocupación por mostrar que Jesús es el Cristo, el hijo de Dios, lo que
se relaciona directamente con la estructura central, pues se expresa en términos de que
es el Hijo que revela al Padre. La segunda corriente de pensamiento presenta mayores
dificultades. Se la describe por medio de un grupo de temas: la denominación de "hijo
del Hombre", glorificación, el ser levantado en alto, la hora, el juicio y la referencia a
"algo mayor o mejor" todavía por llegar; todo ello dicho desde el punto de vista de Jesús
en la tierra.

III. La estructura central y el bloque hijo del hombre

1. Características del grupo " hijo del Hombre"

La asociación de estas ideas está muy clara en 12,23 y 12.31-34. En 12.23 "la hora",
mencionada a intervalos regulares en todo el evangelio y que alude a la muerte de Jesús
(2,4; 7,6 y 30; 8,20), se identifica con el tiempo de la glorificación del hijo del Hombre.

su ministerio terreno será el juicio que tiene autoridad para realizar como hijo del
Hombre (5,20).
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En otros pasajes en los que también aparece este grupo de ideas, nos damos cuenta de
que la glorificación del hijo del Hombre es condición para el envío del Espíritu (7,39) y
para la inteligencia del antiguo testamento, especialmente lo que se refiere a Jesús
(12,16; cfr. 2,22).

La hora de la glorificación del hijo del Hombre remite asimismo a la glorificación de


Dios (13,31s).

Idéntico modelo de pensamiento subraya el uso de hypsoún (levantar, glorificar) en el


grupo de ideas del hijo del Hombre, que no sólo significa la elevación en la cruz, sino
también la exaltación en la gloria (12,23 y 31-34). Después de haber sido glorificado el
hijo del Hombre, será dado el Espíritu Santo, se entenderá la Escritura, la misión dará
fruto, será conocida la verdad acerca de Jesús, habrá vida. En el mismo sentido se ha de
entender el uso de hijo del Hombre en los versos 6,27 y 53, que hablan del hijo del
Hombre como dador de vida en el futuro.

Más grande que la función terrena de Jesús como Revelador, es el aspecto celeste: su
exaltación como hijo del Hombre (3,12s). Más grande que los secretos de Jesús, como
el pan bajado del cielo, es la visión del hijo del Hombre ascendiendo allá donde estaba
antes (6,62s). Mayor que la revelación que el Hijo hace de La base lógica es clara: el
hijo del Hombre será elevado, exaltado, a la gloria de la que descendió (6,23; 3,13;
17,15): será glorificado (12,23; 13,31s).

Las ideas expuestas en el bloque "hijo del Hombre" de los trece primeros capítulos de
Juan son expresadas también en los últimos discursos, mucho más relacionados con la
estructura central. Así, el regreso del Hijo al Padre anuncia "cosas aún mayores" (14,12)
y esto es expuesto de modo original mediante el uso del tema del Paráclito (14,16-26;
15,26; 16,7s; cfr. 7,39).

Así, el grupo expresa una soteriología clara. Se suma para interpretar el clímax del
ministerio de Jesús, en el cual asume las funciones del hijo del Hombre. De aquí que se
vean juntas, como un solo acontecimiento, la pasión, la resurrección, la exaltación, la
ascensión y la glorificación. Así, pues, el grupo del hijo del Hombre incorpora los
elementos siguientes: el título de "hijo del Hombre"; el tema de la "hora"; el doble
sentido de "elevación"; la glorificación; la mención de "algo todavía más grande "; y el
juicio. A pesar de las imbricaciones de los términos especialmente en los últimos
discursos, el grupo es homogéneo cristológicamente con la estructura central. ¿Cómo se
relaciona, pues, en conjunto, con la estructura central que hemos identificado?

2. El grupo "hijo del Hombre" y su función en el evangelio

a) Su papel en relación con la estructura central. Este bloque no está integrado con la
estructura central de la cristología del autor y ha de considerarse como la clave para
entender lo expresado en la estructura central. Ya que sólo podrá comprenderse la
verdad de la estructura central partiendo de la glorificación del hijo del Hombre. Ahora
se sabe que él es el Hijo, el cual, habiendo recibido todas las cosas, bajó enviado por el
Padre para darlo a conocer, y que regresó después. La función primaria del hijo del
Hombre no es revelar, sino dar la vida y juzgar. Su exaltación final, ascensión y
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glorificación, revelan también que es el Hijo enviado por el Padre como Revelador (cfr.
8,28s).

b) El medio para interpretar la muerte de Jesús. El grupo "hijo del Hombre" es el modo
joánico de interpretar la trascendencia de la muerte de Jesús y sus implicaciones
salvadoras. La muerte de Jesús forma parte de su exaltación, y la exaltación o
glorificación del hijo del Hombre hace posible dar vida eterna. Ciertamente, el autor
conoce las tradiciones que interpretan la muerte de Jesús como vicaria. Probablemente
1,29.35; 3,15; 10,15b; 11,50s y 15,13 llevan a esa intelección, aunque pueden
interpretarse sin ese rango de vicariedad, tal como el grupo "hijo del Hombre" entiende
la muerte de Jesús. Algo por lo que tiene que pasar en su camino hacia la exaltación,
desde la cual podrá dar vida eterna (cfr. Hch 5,31).

c) Relación con la tradición mesiánica. El mesianismo de Jesús se explica, en primer


lugar, en términos de la estructura central. La relación entre la cristología mesiánica y el
bloque se parece a la que hay entre la estructura central y dicho bloque. El verso 1,51
ofrece una promesa de algo mayor que la mesianidad.

3. La estructura central 3i..el grupo "hijo del Hombre" en los últimos discursos

Hemos identificado una estructura central referida ante todo a la revelación y que posee
una terminología propia, y un grupo "hijo del Hombre", también con su propia
terminología que interpreta la muerte y exaltación de Jesús. Con todo, en cierto modo lo
que designamos como "estructura central" resulta casi anómalo, porque el hijo del
Hombre expresa algo "más grande". Pero si prestamos una atención más detenida,
observamos que la diferenciación terminoló gica se rompe en los últimos discursos. Allí
Jesús mira hacia atrás, a la tarea ya cumplida de la revelación (14,7-11; 15,16.21-24;
17,4.6.18.24.22.26), y mira hacia adelante a lo que ha sido el bloque del hijo del
Hombre, al hablar de la "hora" (17,1), de la "glorificación" (17,1.5), de que "mayores
obras tendrán lugar" (14,12), pero abandona la designación de hijo del Hombre en favor
de una estructura central: cuando el Hijo vuelva al Padre (14,3s.12.28s; 16,4-6.16-33).
La pregunta (¿a dónde?) que apareció en los capítulos uno al trece está ahora usada
como el punto de imbricación entre la estructura central y el grupo "hijo del Hombre"
(14,15.28; 16,5-s.16-33). Lo que es mayor es que, debido al regreso del Hijo al Padre,
un segundo Paráclito va a ser enviado (14,16-28; cfr. 7,39), cuya misión se explica en
términos prestados por la estructura central. Él da a conocer al Hijo, lo que dice y lo que
hace (14,12.16.26; 15,26; 16,8-15). Sospecho que esta síntesis, evidente en los últimos
discursos, aunque en modo alguno completa, es el producto de un estado posterior de
reflexión, posiblemente del mismo autor o de alguien de la misma escuela.

4. La estructura central y el bloque en los capítulos 1-13

En estos capítulos se observa una síntesis menos desarrollada entre la estructura


central y el grupo "hijo del Hombre".

a) Descenso y ascenso y s u significado. Ambos hablan de ir y venir, pero la


terminología es diferente en cada caso. El bloque usa bajar y subir. La estructura central
usa venir y volver. En el bloque el descender presupone el ascender. En la estructura
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central, por su parte, el venir implica esencialmente la obra de la revelación en la tierra,


mientras que el volver no es más que el retorno al Padre.

b) Juicio. Ambos conjuntos hablan también del juicio, que en el cap. 5 se desarrolla a
partir de la idea de que al Hijo le han sido dadas todas las cosas y, por tanto, que ejercita
esta función. Pero en el mismo contexto, el juicio está unido al hijo del Hombre, de
modo que se podría suponer que en ello se encuentran dos corrientes, de las que el autor
era consciente.

c) Gloria. Ambos unen el tema "la gloria" de Jesús. Pero en el bloque, la glorificación
de Jesús es su regreso a esa gloria (12,23; 13,31; 7,39; 12,16; cfr. 17,5). Sin embargo,
en la estructura, el énfasis de la gloria de Jesús está en que esa gloria ya se ve en la
tierra (1,14.18; 2,11; 11,4). Hay tensión entre las dos ideas.

d) Vida eterna. La diferencia está en cuándo y cómo esa vida eterna se alcanza. En el
bloque es claro que es el resultado de la exaltación (3,15; 6,27.53). En la estructura
central está ya claramente en el ministerio de Jesús (3, 16.36; 5,21.24.25). La estructura
central revela una escatología más elaborada.

e) Resumen. El enfoque diferente del descenso y del ascenso, del juicio y de la gloria, la
terminología diferente para este ascenso y descenso y los diferentes presupuestos
soteriológicos, apuntan, en su conjunto, a dos enfoques diferentes que se mantienen uno
junto al otro en distintos estadios de integración.

5. El evangelista, la estructura central y el bloque

La relación del autor con los dos conjuntos ha de verse como una afirmación positiva.
De otro modo sería inexplicable por qué usa el autor la comparación "mayor", "mejor".
Usando las dos tradiciones, ha modificado el bloque "hijo del Hombre", de modo que lo
que él percibe como exaltación se convierte en retorno, y lo que entiende
originariamente como presupuestos de vida eterna y juicio, se convierte en la base para
el envío del Espíritu Santo.

Con este presupuesto es posible afirmar que el bloque cristológico del hijo del Hombre,
aunque no es la cristología fundamental ni principal del evangelista, sí está vivo e
influye..

IV. Cristología joánica: observaciones a la luz de estos hallazgos

Estos dos conjuntos y la naturaleza de cada uno de ellos suscitan unos interrogantes
sobre la comprensión de la cristología del evangelista y de sus antecedentes. En esta
última parte trataremos de identificar estas preguntas y tratar sobre las posibles
soluciones.

1. La cristología del evangelio


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a) "Alta" filiación, relación funcional subordinada. La estructura central es un punto de


referencia para entender la relación entre Jesús y Dios. La unidad con el Padre es
interpretada de acuerdo con la estructura fundamental. La unidad está en el hecho de
que el Hijo hace lo que el Padre hace, dice lo que ha oído, cuenta lo que ha visto. En
otras palabras: la divinidad de Jesús se percibe primeramente por su actuación e
implícitamente se asume que Jesús y Dios son dos seres distintos: el Hijo subordinado
al Padre, pero ser celestial y preexistente. El autor no define más claramente esta
preexistencia; eso vendrá más tarde. El modelo parece ser el de la hipóstasis sabiduría-
palabra, pero la relación es ante todo funcional.

b) El misterio: ¿qué es lo que el Revelador revela? En todo el evangelio, la


preocupación de Juan es que Jesús es el verdadero Revelador. Pero, ¿qué revela? No se
nos dice lo que el enviado, de hecho, vio y oyó, y apenas se desarrollan las obras del
Padre. Las observaciones que aquí se han hecho acerca de la estructura central
acrecientan así el sentido del enigma. Seguramente tiene razón Bultman cuando dice,
refiriéndose a Juan, que su tema no es lo que Jesús reveló, sino que él mismo fue el
Revelador. Otra respuesta podría ser decir que el autor asume que el sentido del mensaje
(p.e. el reino de Dios o la redención en la cruz) ya es conocido y que, por tanto, no hay
necesidad de incluirlo. Lo más aproximado es lo expresado en el bloque "hijo del
Hombre", en donde el acontecimiento soteriológico decisivo es la exaltación del hijo del
Hombre.

Pero el misterio subsiste y hemos de volver a él más adelante.

c) La humanidad de Jesús. En el cuarto evangelio se detecta una cristología


continuamente cambiante. Que atañe también a la humanidad de Jesús. Por una parte el
modelo de la revelación de la encarnación incluye una manifestación de la gloria que
amenaza con despojar al Jesús humano de su verdadera humanidad. Por otra parte, el
evangelista no ha mantenido esto sistemáticamente, de modo que, como dice
Bornkamm, hay tradiciones fuertes que presuponen una verdadera humanidad terrena
limitada. El bloque del hijo del Hombre supone que Jesús no lleva consigo su gloria en
la tierra, sino que mira hacia la glorificacion.

2. La cristología según el evangelio

En el evangelio se encuentra el potencial para el desarrollo de una cristología que se


centra en el modelo revelador y que prescinde por completo de la humanidad. Se puede
detectar un docetismo incipiente en la estructura cristológica central del evangelio. Por
otra parte, en las epístolas aparece una cristología más cercana al bloque "hijo del
Hombre " del evangelio. En 1 Jn 2,1 se nombra a Jesús, en el estado glorioso, como
"paráclito" (defensor ante el Padre). En el evangelio queda implícito en el misterio
terreno de Jesús (14,12s). El eco de Jn 3,16 suena de modo algo distinto en 1 Jn 4,10: "
Él nos amó y envió a su Hijo para que expiase nuestros pecados". Aunque esta idea no
está ausente en el evangelio, está más señalada en la primera carta de Juan. Podría ser
obra de otra persona de la misma escuela y de un estadio posterior.

3.Precursores de la cristología joánica


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a) Juan y el material aportado por "Q".¿Qué pensar acerca de los orígenes históricos y
de la tradición de estos conjuntos? Hay una asombrosa semejanza entre lo que hemos
identificado como la estructura central de la cristología joánica y Mt 11,27 y Lc 10,22.
En la estructura central: el hijo del Hombre viene del Padre, se le han dado todas las
cosas, ha sido enviado, da a conocer lo que ha visto y oído y vuelve al Padre. En Mt
11,27: "Todo me ha sido entregado por mi Padre y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y
nadie conoce al Padre sino al Hijo y aquel a quien el Hijo quiere revelárselo". Este
anuncio de la estructura central de Juan puede muy bien reflejar su origen. Lo único que
falta es la idea de "venir" y de "marcharse". Esto sugiere que la cristología de Juan es un
desarrollo de lo que ya estaba presente en la comunidad "Q" y que ha sido montado de
un modo nuevo: el de la venida y regreso presupuestos por una teología desarrollada de
la preexistencia que a su vez da un sentido más desarrollado del tema "enviado".

b) ¿Y detrás de "Q"? Antes de dejar este logion joánico de la tradición sinóptica


quisiera mencionar la tensión existente entre Mt 11,27 y los versos precedentes. Con
toda probabilidad Mt 11,27 es un logion aislado. Sus paralelos histórico-tradicionales
sugieren que originariamente se entendió como una afirmación del Señor resucitado en
el contexto de encargar la misión a sus discípulos con el mismo sentido que en Mt
28,18: "Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".
Probablemente el logion Mt 11,27 habla originariamente de la exaltación del Hijo, de la
relación entre el Hijo y el Padre, y del papel del Hijo en evangelizar y comunicar la
misión. El Hijo revela la verdad acerca del Padre, la buena noticia de su Reino
inminente.

c) El trasfondo del bloque "hijo del Hombre". La idea de que la salvación es ante todo
el resultado de la obra del resucitado encuentra su paralelo en Lucas y en la tradición
lucana, especialmente en los discursos de los Hechos (Hch 5,31; 2,33 y 38). Pues allí el
que ha sido elevado a la gloria da a Israel el arrepentimiento y el perdón, y derrama el
Espíritu Santo (5,31 s). El modelo es parecido, pero el material es lo suficientemente
distinto como para que no pueda ser supuesta una relación directa. Ni en los Hechos ni
en los Hebreos puede decirse que su significado sea el de re-glorificación, o sea, regreso
a la gloria previamente poseída, como presupone el modelo de Juan (Jn 17,4). El
término "exaltación" aparece en Hch 2,33; 5,31 (cfr. Hb 1,3; 7,26), pero hay que hacer
notar especialmente Flp 2,6-11. Aquí, en el contexto del himno, el Jesús, preexistente se
hace hombre y luego es exaltado. El bloque "hijo del Hombre" como aparece en el
cuarto evangelio, así como la idea de descenso, tiene mucho en común con este himno.

El desarrollo mayor, más allá de Flp 2 y tradiciones semejantes, es que la cruz más que
verse como el último paso hacia abajo, se contempla como el primer paso hacia arriba,
de modo que se la puede llamar a ella misma la " exaltación " (cfr. Jn 10,17; 15,13).

d) La estructura central y las tradiciones del bloque "hijo del Hombre". Parece extraño
que la estructura central de la cristología del evangelista se haya desarrollado de una
tradición como Mt 11,27 en la que está lo que inicialmente sería una referencia al hijo
del Hombre con estas palabras: "Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre".
Pues con excepción de Jn 5, el bloque "hijo del Hombre" y este aspecto de la estructura
central no están relacionados.
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¿Qué explicación podría darse al fenómeno de que tanto la estructura central como el
bloque estén los dos enraizados, independientemente en parte, en la tradición del hijo
del Hombre? Si lo que se ha sugerido es cierto, el mismo problema surge, aunque en
menos grado, dentro del material "Q", en el que está el logion Mt 11,27 influenciado por
el tema del hijo del Hombre, aplicado al Jesús terreno en el contexto de que él es
portador de revelación y sabiduría, y de afirmaciones del hijo del Hombre que hablan de
un papel clave de dicha figura en el futuro (p.ej.: Mt 24,26s. 37s y par). Lo más que se
puede decir es que aquí existe la evidencia de un desarrollo especial de la tradición del
hijo del Hombre. En otro lugar se ha expuesto una hipótesis según la cual la
terminología "P adre-Hijo" figura especialmente en el contexto del papel futuro del hijo
del Hombre y que, cuanto más se ve ejercida esta función por Jesús glorificado, tanto
más el título "hijo del Hombre" va siendo absorbido por el término "Hijo" asociado al
de "Padre". Este modelo apocalíptico cristiano de filiación hablaba de Jesús, el Hijo,
como del que ejerce la autoridad para la misión y para revelar, y vino también a usarse
para el Jesús terreno cuando desempeñaba este papel, como en Mt 11,27 y también en el
cuarto evangelio.

Además de esto, parece que ha existido un desarrollo, que tomó su punto de arranque
igualmente en la exaltación de Jesús a ser el hijo del Hombre como el acontecimiento
decisivo en la historia de la salvación. Pero el énfasis está en la exaltación como un
cambio en la estructura de poder del universo: la derrota de Satanás. Partiendo de la
autoridad y poder dados al hijo del Hombre, son dados el Espíritu y la vida eterna.

e) La función hermenéutica del Bloque Hijo del Hombre. ¿Qué ha sucedido, pues, en el
círculo joánico? Sugiero que las dos corrientes del hijo del Hombre están presentes. La
central es la que enfoca al Hijo como Revelador. La tradición de la exaltación del hijo
del Hombre persiste con su propio grupo de temas, y de esta manera conserva el sentido
salvífico de la cruz. Pero este aspecto ha pasado a un segundo plano. El papel
primordial del bloque "hijo del Hombre" es afirmar que lo que se ha "recordado" como
estructura central es verdad. O, quizás más concretamente, lo que se ha recordado por el
discípulo amado, por el joánico maestro de la verdad es evangelio. Es lo que el Espíritu
ha dado a conocer; y ello ha sido posible por la exaltación del hijo del Hombre.

V. Interrogantes finales

Este ensayo suscita muchas preguntas. Nos que da el misterio. ¿Qué es lo que el
Revelador revela? ¿Es únicamente el ofrecimiento de una relación de amor con el Padre,
o hay algo más de contenido y de enseñanza que no hemos sido capaces de descifrar, o
que hemos de suponer como presente en la mente de los lectores? Si lo que
primeramente capta la atención es esa relación, ¿cuáles son sus obligaciones y términos
contractuales? ¿Por qué Juan nos deja frustrados al no decirnos claramente y en letras de
molde el contenido? ¿O es que Juan ha tomado el meollo del evangelio evitando este
tipo de enfoque ofreciéndonos simplemente la misma relación que Jesús tiene con el
Padre y poniendo como única condición previa la fe en esto? Baste lo dicho por lo que
se refiere al enigma que yace en el centro de la teología de Juan.

Históricamente, ¿cuál es el significado de la afinidad cristológica a las tradiciones de


misión de "Q"? ¿Hemos de imaginarnos, por ejemplo, una comunidad que creció como
resultado de la predicación de aquellos que se tenían por enviados, tal como las
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tradiciones de "Q" lo describen, y con una cristología tan parecida que solamente fue
necesaria la inspiración especial del discípulo amado para desarrollarla hasta llegar al
contenido que encontramos en Juan? Puesto que no es difícil mostrar que lo que falta a
la cristología de Mt 11,27 estaba presente ya en los años cincuenta de la primitiva
cristiandad, ¿es concebible que el círculo propio de Juan desarrollase algo parecido a la
cristología del evangelista y quizás escribiera el evangelio en fechas muy anteriores a
las supuestas normalmente? Y, si la estructura central se puede descubrir en tradiciones
muy primitivas, ¿no es también posible que algunos eslabones perdidos e importantes
para nuestro conocimiento de lo que ocurrió a la cristología del hijo del Hombre pueda
suplirse con el evangelio? Ciertamente, a la luz de estos hallazgos, el hijo del Hombre
joánico ha de ser investigado.

Se ha intentado en este estudio mostrar que en medio de los diversos temas que
desempeñan un papel en la cristología de Juan tenemos, en lugar preferente, al Hijo que
ha venido, enviado por el Padre, que ha recibido toda autoridad, que da a conocer al
Padre y que vuelve al Padre. Defendiendo este papel tenemos el bloque "hijo del
Hombre" que legitima el retrato de Jesús en el evangelio, en el cual Jesús no solamente
profiere las palabras del Jesús histórico, sino también que habla las palabras recordadas
pneumáticamente por el discípulo amado, que actualiza las palabras de Jesús para la
comunidad joánica. La presentación joánica no está exenta de peligros, pero establece
una base hermenéutica en la que las palabras de Jesús se hacen vivas para su comunidad
y han seguido siendo la palabra viva a lo largo de las generaciones.

Tradujo: JAVIER DE BISTUÉ


Condensó: EDUARD PASCUAL

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