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CAPITULO II

COMPONENTES ELÉCTRICOS

PILAS, BATERIAS Y ACUMULADORES


Las baterías son dispositivos que producen energía eléctrica a partir de reacciones químicas
controladas. A diferencia de los condensadores, que almacenan cantidades de energía relativamente
pequeñas y la liberan completamente en muy corto tiempo, las baterías pueden producir grandes
cantidades de energía durante periodos muy prolongados. Además, no necesitan ser cargadas
previamente, como sucede con los condensadores.

Las baterías producen entre sus terminales un voltaje DC constante el cual, al ser conectado a un
circuito, impulsa una corriente. Esta característica permite utilizarlas como fuente de alimentación de una
gran variedad de circuitos, sistemas y equipos electrónicos, tanto portátiles como fijos.

Fig. 2.1 Estructura básica de una pila o celda

Una batería esta formada básicamente por dos electrodos llamados ánodo ( + ) y cátodo ( - ),
separados por una solución acuosa sólida o líquida, conductora de la electricidad, llamada electrolito.
Durante la utilización de la batería, el ánodo libera electrones que viajan por el circuito externo, son
recogidos por el cátodo y recirculan a través del electrolito. El flujo de electrones continuara hasta que
cualquiera de los agentes químicos involucrados en la reacción se agote y la batería se descargue, es
decir deje de suministrar corriente a la carga alimentada.

A la estructura básica se le denomina celda o pila y produce entre los electrodos un voltaje DC
especifico determinado por su composición química.

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Las pilas secas comunes, por ejemplo, producen un voltaje de salida nominal de 1.5 V. En las
mismas, el cátodo es de dióxido de manganeso (MnO 2), el ánodo de zinc (Zn) y el electrolito una solución
de cloruro de amonio (NHCl) y/o cloruro de zinc (ZnCl2).

En la práctica, las baterías están formadas internamente por una o varias celdas conectadas
entre sí. En este último caso, el voltaje final entregado por la batería es la suma de los voltajes de las
celdas individuales.

Las baterías se fabrican en una gran variedad de formas y tamaños. Existen por ejemplo, celdas
de forma cilíndricas y rectilíneas que utilizan electrodos planos o tubulares, y celdas de forma redonda o
rectangular tipo oblea que se acoplan o apilan muy fácilmente entre sí con el fin de generar cualquier
voltaje requerido. Su tamaño puede variar desde los diminutos botones utilizados en los aparatos para
sordos hasta los inmensos bloques requeridos para impulsar naves. Todas, sin embargo, trabajan bajo el
mismo principio: reacciones químicas controladas.

SIMBOLOGÍA

Independientemente de su estructura química, las baterías pueden ser de una o varías celdas.
Estas últimas son las baterías propiamente dichas. Las baterías de una sola celda se conocen como
pilas.

Fig. 2.2 Simbología de pila (a) y baterías (b,c).

Las baterías pueden ser básicamente de dos tipos, secundarias o primarias, dependiendo de si
son recargables.

BATERÍAS PRIMARIAS O NO RECARGABLES

En este tipo de baterías, las reacciones químicas productoras de corriente eléctrica son
irreversibles y, por tanto, una vez que se han descargado, es decir perdido su capacidad de suministrar
corriente, las mismas dejan de cumplir una función útil, convirtiéndose en productos desechables.

Las tecnologías de baterías primarias más utilizadas en la actualidad son las de carbón-zinc, las
alcalinas, las de litio y las de óxido de plata. También se dispone de baterías primarias de mercurio,
cloruro de zinc, ,magnesio y otras tecnologías.

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Las baterías de carbón-zinc, también conocidas como baterías secas o de LeClanché,
proporcionan un voltaje nominal de 1.5 V/celda. El ánodo es de dióxido de manganeso, el cátodo es de
zinc y el electrolito una solución de cloruro de amonio o de cloruro de zinc embebida en el material activo
del cátodo.

Una variante de las baterías secas son las de trabajo pesado (heavy-duty), caracterizadas por
tener una alta concentración de cloruro de zinc en el electrolito y proporcionar más altas corrientes que
las baterías secas normales.

Las baterías secas se identifican por el voltaje nominal y el tamaño. Ejemplo: Pila seca cilíndrica
de 1.5 V AAA. Otros tamaños comunes de baterías secas cilíndricas son los designados como N, AA, A,
B, C, D, E, F y G.

Fig. 2.3 Tamaños relativos de baterías secas comunes.

El tamaño de una de una batería guarda una relación directa con su capacidad. La capacidad de
una batería, expresada en amperios-hora (Ah), determina la máxima cantidad de corriente que la misma
puede suministrar en forma continua durante un periodo determinado de tiempo. Una batería con una
capacidad de 600 mAh para 5 horas, por ejemplo, suministraría constantemente 80 mA durante este
tiempo. La capacidad, y por tanto el tiempo de descarga, disminuyen a medida que aumenta la corriente
y viceversa.

Las baterías secas son económicas, vienen en una gran variedad de formas y tamaños, pueden
producir altos voltajes en espacios reducidos y se consiguen con facilidad. Sin embargo, tienen muy baja
capacidad de corriente, se autodescargan cuando permanecen guardadas durante largos periodos, su
voltaje disminuye gradualmente a medida que se descargan y trabajan más eficientemente cuando no se
utilizan en forma continua.

Las baterías alcalinas, tienen un voltaje nominal de 1.5 V/celda. Al igual que en las pilas secas,
los materiales básicos del ánodo y del cátodo son, respectivamente, zinc pulverizado y dióxido de
manganeso, pero el electrolito es una solución fuertemente alcalina de hidróxido de potasio, la cual le
brinda propiedades especiales.

Las baterías alcalinas se identifican igual que las baterías secas y vienen en las mismas
presentaciones.

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Las baterías secas tienen una mayor capacidad de corriente que las baterías secas, trabajan
eficientemente a bajas temperaturas y en forma continua, no se descargan fácilmente cuando están
guardadas y poseen una larga vida útil. Sin embargo, son más costosas, su voltaje disminuye a medida
que se descargan y, bajo condiciones muy adversas, pueden llegar a liberar gases tóxicos. Son muy
utilizadas en radios portátiles, equipos de fotografía, juguetes y otras aplicaciones similares.

Fig. 2.4 Estructura interna de una batería alcalina

BATERÍAS SECUNDARIAS O RECARGABLES

En este tipo de baterías, los materiales activos, una vez descargados total o parcialmente,
pueden ser restablecidos a su estado químico original invirtiendo el flujo de la corriente, es decir,
proporcionándoles energía eléctrica controlada desde una fuente externa. La mayoría admite entre 200 y
1000 ciclos de descarga antes de quedar inservibles.

Las tecnologías de baterías recargables más utilizadas en la actualidad son las de plomo.ácido,
las de níquel-metal (NiCd), las de níquel-metal híbridas (NiMH) y las de litio iónico (Li-Ion) y algunas
otras.

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Fig. 2.5 Baterías de plomo-ácido.

Fig. 2.6 Baterías NiMH de botón.

Fig. 2.7 Baterías de niquel.cadmio.

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APLICACIONES GENERALES

Las baterías son una parte muy importante de la vida moderna. Actualmente, muchos productos
de uso corriente y especializado como computadoras, equipos de comunicaciones, teléfonos celulares,
instrumentos musicales, juguetes, televisores, cámaras de video, linternas de emergencia, herramientas
eléctricas, equipos médicos, instrumentos de medida, etc. utilizan o contienen algún tipo de batería.

En general, las baterías son populares principalmente por su conveniencia, portabilidad y, en el


caso de las baterías recargables, por su reutilizabilidad. Estas últimas, además, tienen una larga vida útil,
pueden soportar descargas muy intensas, no requieren mantenimiento en la mayoría de los casos y
ofrecen muy altas capacidades de corriente.

En general, las baterías primarias (desechables) se utilizan en aplicaciones de baja corriente,


ciclos de trabajo cortos y operación remota. Ejemplos: relojes, ayudas de audición, abridores automáticos
de puertas, detectores de humo, radios, etc.

Las baterías secundarias (recargables), por su parte, se utilizan en aplicaciones que involucran
altas corrientes y uso extendido, donde el costo de reemplazo de baterías desechables puede ser
prohibitivo. Ejemplos: Computadoras portátiles, teléfonos celulares, vehículos eléctricos, cámaras de
video, taladros, cautines inalámbricos, etc.

MOTORES
GENERALIDADES

Los motores eléctricos son dispositivos que convierten energía eléctrica en energía mecánica.
Los motores se utilizan principalmente como actuadores y como dispositivos de corrección final. En este
último caso, un motor puede manejar, por ejemplo, un servomecanismo y posicionar un objeto en la
posición final deseada. Otras aplicaciones incluyen la apertura y cierre de válvulas, la variación de
velocidad de bombas y ventiladores, la impulsión de máquinas de todo tipo, etc.

Los motores eléctricos se dividen en dos clases: de corriente directa o DC y de corriente alterna o
AC. En cada una de estas categorías existen sus propias subcategorías.

Fig. 2.8 Clasificación de los motores eléctricos de DC

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Fig. 2.9 Clasificación de los motores eléctricos de AC

Teoría de funcionamiento

Si se coloca un conductor con corriente en un campo magnético estacionario, las líneas de flujo
por debajo del conductor se moverán en la misma dirección del campo, mientras que las de encima lo
harán en la dirección opuesta.

El resultado es un campo muy fuerte debajo del conductor y un campo más débil por encima del
mismo. Por tanto, el conductor será empujado hacia arriba. Este fenómeno se denomina acción motor y
constituye el principio de funcionamiento de los motores.

Si se sustituye el conductor por una espira de alambre, la misma girara hasta situarse en un
plano perpendicular a la dirección del campo, puesto que en los conductores existirán fuerzas iguales,
pero de sentido contrario.

Si en lugar de una espira se tienen varias espiras dispuestas geométricamente de modo que el
campo magnético ejerza sobre cada una el mismo efecto, el resultado neto será un movimiento continuo.
Estas espiras están devanadas normalmente sobre un núcleo magnético, constituyendo el rotor o
inducido, que es la parte giratoria de la máquina. La parte fija, encargada de producir el campo mediante
un imán permanente o un electroimán, constituyendo el estator o inductor.

Los motores eléctricos se caracterizan principalmente mediante dos parámetros: la velocidad de


rotación y el par de torque.

La velocidad indica el número de vueltas por unidad de tiempo que produce el motor y depende
por completo de la forma de construcción del mismo, de la tensión de alimentación y de la carga
acoplada a su eje. Se especifica en revoluciones por minuto (rpm).

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Fig. 2.10 Principio de funcionamiento de un motor eléctrico

El par o torque, por su parte es una medida de la capacidad de un motor para impulsar una
carga. Se define como el producto de la fuerza que es capaz de mover el motor por el radio de giro y se
especifica generalmente en libras-pie (lb-ft), onzas-pulgada (oz-in), y otras unidades equivalentes.

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El torque depende de la potencia del motor y de su velocidad de rotación. Según las condiciones
específicas, se habla de torque de arranque, de aceleración, pico, constante, variable, etc. El torque de
arranque, por ejemplo, se refiere al torque requerido para arrancar el eje de giro, es decir para vencer la
fricción estática, el torque de aceleración a la cantidad de torque necesaria para acelerar la carga desde
el reposo hasta la velocidad plena, y el torque pico al máximo torque instantáneo que puede requerir una
carga. El comportamiento de la velocidad y torque se representa normalmente mediante una curva
característica.

Figura 2.11 Curva típica característica de par-velocidad para un motor de polo desvanecido de
baja potencia

MOTORES DC (1 P)

Los motores DC, son máquinas muy versátiles que se utilizan principalmente cuando se requiere
el control preciso de la velocidad o la posición de una carga. Además, pueden ser acelerados o
desacelerados rápidamente, su dirección de giro puede ser fácilmente invertida y proporcionan un par de
arranque más alto que el de otros motores. Todo esto los hace muy útiles en robótica, máquinas
herramientas, vehículos, etc.

Figura 2.12 Aspecto típico externo de un motor DC

En la figura 2.13 se muestran las partes principales de un motor DC. El mismo consta de una
parte estacionaria o estator y de una parte rotatoria o rotor. Esta última se denomina también armadura.
El estator aloja las piezas polares o polos de campo, que son los imanes o electroimanes encargados de
producir el campo magnético principal. En la mayoría de los casos se utilizan también unos polos
auxiliares, llamados interpolos o polos de conmutación, ubicados entre los polos principales, los cuales
corrigen la deformación del campo original introducida por la presencia de la armadura. Este efecto se
denomina reacción de armadura

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Fig. 2.13 Aspectos constructivos de un motor de corriente continua

Las cubiertas o campanas, colocadas a lado y lado del compartimiento de los polos de campo,
soportan los cojinetes o rodamientos. La armadura, que gira dentro de este compartimiento de acero,
consiste básicamente de un núcleo cilíndrico hecho de láminas de acero acoplado al eje. Su superficie
exterior tiene una serie de ranuras donde se colocan las bobinas del devanado rotórico. Estas últimas
están soldadas al conmutador, el cual está también montado en el eje. Las escobillas presionan contra el
conmutador mediante resortes especialmente diseñados.

Figura 2.14 Posición del conmutador y las escobillas en un diseño de motor DC típico

Los motores DC pueden ser de campo devanado o de imán permanente, dependiendo del medio
utilizado para producir el campo magnético principal. En los primeros, la fuente de potencia que
proporciona la corriente para la armadura alimenta también unas bobinas de campo. Según la forma
como se interconecten los devanados de armadura y de campo, se tienen tres configuraciones básicas:
serie, shunt y de excitación compuesta.

En un motor DC el devanado de campo está conectado en serie con su armadura. Por tanto, a
través de ambas bobinas fluye la misma corriente. Este tipo de motor ofrece el más alto torque de
arranque de todas las versiones DC, pero no es capaz de mantener una velocidad constante ante
condiciones de carga cambiante. Inclusive, puede llegar a desbocarse, es decir acelerar hasta colapsar,
cuando se desconecta la carga. Esto limita sus aplicaciones. Por ejemplo, no son recomendables para
sistemas impulsados por correa o cadena.

Figura 2.15 Curva característica típica de un motor DC serie

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En un motor shunt o en derivación, el devanado de campo está conectado en paralelo con la
armadura. Por tanto, la corriente a través de cada bobina es diferente. Este tipo de motor ofrece una
velocidad prácticamente constante para cualquier condición de carga. Por esta razón, son muy utilizados
en máquinas de control numérico y otras aplicaciones similares. Su torque, sin embargo, es muy bajo y la
corriente de arranque de la armadura muy alta.

Figura 2.16 Curva característica típica de un motor DC shunt

Los motores de excitación compuesta tienen un devanado de campo en serie con la armadura y
otro en paralelo con la misma. Combinan el alto torque de arranque del motor serie con la característica
de velocidad constante del motor shunt. Pueden ser acumulativos o diferenciales, dependiendo de si el
campo serie se suma o resta al campo shunt. Los acumulativos son los más comunes.

Finalmente, los motores de imán permanente sustituyen el devanado de campo por imanes
permanentes. Sus principales ventajas son su reducido tamaño y la ausencia del efecto de reacción de
armadura. Esto último les permite producir una característica de velocidad/torque prácticamente lineal a
través de todo su rango de torque, como se ilustra en la figura.

Figura 2.17 Familia típica de curvas características para un motor DC de imán permanente.

Fig. 2.18 Motor de inducción con variador de velocidad

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MOTORES AC

Los motores AC, son ampliamente utilizados en la industria debido principalmente a que no
necesitan de escobillas ni mecanismos de conmutación para operar, lo cual facilita su construcción y
mantenimiento. Por lo mismo, son más económicos, seguros, compactos y livianos que los moto res DC
de la misma potencia. Además, su velocidad puede ser fácilmente controlada median- te circuitos
electrónicos que modifican automáticamente la tensión y la frecuencia de alimentación sin afectar el par o
torque.

Existen dos clases generales de motores AC: sincrónicos y de inducción, dependiendo de la


manera como se suministra la corriente de campo al devanado del estator. En los primeros, esta corriente
la proporciona una fuente DC externa, mientras que en los segundos se produce por inducción
electromagnética, como en un transformador. Los motores de inducción se denominan también
asincrónicos y son los más utilizados a nivel industrial.

Todos los motores AC dependen para su funcionamiento de la producción de un campo


magnético giratorio. Este concepto puede ser explicado con ayuda de los diagramas de las figuras 2.19 y
2.20, correspondientes a un motor bifásico con dos devanados de campo. La fase 1 alimenta la bobina 1,
encargada de producir el flujo en la dirección horizontal, mientras que la fase 2 alimenta la bobina 2,
encargada de producir el flujo en la dirección vertical.

Figura 2.19 Motor AC bifásico

Figura 2.20 Formas de onda producidas por una fuente AC bifásica

En la figura 2.21 se ilustra el comportamiento del campo producido individualmente por ambas
bobinas durante cada cielo de giro. Los signos (+) y (), en los extremos de cada bobina, indican que la
corriente entra por el primero y sale por el segundo. Los dos campos son perpendiculares entre sí y
siguen un patrón de variación sinusoidal.

El efecto combinado de los dos campos, es decir su suma vectorial, es un campo magnético
rotatorio de amplitud constante, el cual va cambiando progresivamente de dirección a medida que avanza
el tiempo. Este mismo análisis es extensivo a motores de tres o más fases.

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Figura 2.21 Campo magnético producido por la bobina 1 cuando la fase 1 está (a) en su semiciclo
positivo y (b) en su semiciclo negativo, Campo magnético producido por la bobina 2 cuando la fase 2 está
(c) en su semiciclo positivo y (d) en su semiciclo negativo.

En el caso de los motores monofásicos, debido a que sólo se dispone de una fase activa, se
requiere un esquema auxiliar de arranque para crear un campo magnético rotatorio y conseguir el
movimiento inicial del rotor. En otras palabras, sin la ayuda de un dispositivo de arranque, un motor
monofásico no tiene un torque de arranque inherente. Para producir este torque se han desarrollado
varios métodos de arranque, los cuales determinan el tipo de motor. Desde este punto de vista, los tipos
más comunes de motores AC monofásicos son los de fase partida, de arranque por condensador, de polo
desvanecido y de arranque por repulsión.

Todos estos esquemas son aplicables principalmente a motores de potencia fraccionaria (inferior
a 1 HP o 746 W). Para potencias superiores se utilizan preferentemente los motores de inducción
trifásicos, los cuales examinaremos más adelante.

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Fig. 2.22 Progresión del campo magnético rotatorio en un motor bifásico. Los instantes de tiempo
considerados (A-H) son los mismos de la figura 2.21

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RELEVADORES
Los relés, figura , son interruptores constituidos por una bobina de núcleo de hierro y un arreglo
de contactos. Cuando se aplica una corriente a la bobina, el campo magnético producida por esta ultima
acciona los contactos abriendo los que estaban cerrados y cerrando los que estaban abiertos. Al
suspenderse la corriente, los contactos retornan a sus posiciones originales.

Fig. 2.23 Símbolo y tipos de relevadores

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TRANSFORMADORES MONOFASICOS
Los Transformadores son maquinas eléctricas estáticas que cambian un voltaje AC de un nivel a
un voltaje AC de menor, mayor o igual nivel de mediante la acción de campo magnético. En el primer
caso se habla de transformadores reductores, en el segundo de transformadores elevadores y el tercero
transformadores de aislamiento. Todos ellos con tan de dos o mas bobinas devanadas alrededor de un
núcleo ferromagnético y aisladas eléctricamente entre si. Una de las bobinas, llamada el primario, esta
conectada a la fuente de AC, mientras que la otra (u otras), llamada el secundario, suministra potencia a
la carga (o cargas).

Fig. 2.24 Los transformadores, como esta unidad trifásica


de 225 kVA, cambian niveles de voltaje sin afectar la
potencia suministrada

En su forma mas simple, un transformador de potencia consta de un devanado de entrada o


primario, un devanado de salida o secundario y un núcleo ferromagnético. Este ultimo no es macizo, si no
que esta hecho de laminas delgadas de acero al silicio, aisladas eléctricamente entre si para minimizar
las corrientes parásitas. Idealmente, la relación entre el voltaje de entrada (V P) y el voltaje de salida (VS)
es igual a la relación entre el numero de espiras del primario (N P) y el numero de espiras del secundario
(NS). Esto es :

VP/VS = NP/NS = a

Fig. 2.25 Principio de funcionamiento de un transformador de potencia

Donde a = NP/NS corresponde a la relación de espiras o de transformación. Así mismo, la relación


entre la corriente de entrada (lp) y la corriente de salida (l.) es el in- verso de la relación de
transformación. Esto es:

lp /ls = Ns /Np = 1/a.

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Como resultado de lo anterior, la potencia de salida (Ps = VsIs) es igual a la potencia de entrada
(Pp =VpIp). En otras palabras, un transformador ideal cambia un voltaje AC en otro sin afectar la potencia
real suministrada. Tampoco afecta los ángulos de fase de las corrientes y los voltajes. Esto implica que si,
por ejemplo, en un momento dado, el voltaje primario es positivo, entonces el voltaje secundario será
también positivo en ese mismo instante. Para denotar esta condición, se utiliza la convención de puntos
indicada en la figura 2.26.

Fig. 2.26 Símbolos esquemáticos de un transformador monofásico

En la práctica, las características de los transformadores reales se aproximan mucho a las de los
transformadores ideales, pero sólo hasta un cierto grado, puesto que siempre hay pérdidas, tanto en los
devanados, causadas por la resistencia del alambre, como en el núcleo, causadas por corrientes
parásitas, irregularidades en la curva de histéresis y dispersiones de flujo. Estas pérdidas de potencia
producen calentamiento y otros efectos. Asimismo, la relación de transformación no siempre es un
parámetro fijo.

Los transformadores de distribución, por ejemplo, poseen una serie de derivaciones o taps en los
bobinados que permiten realizar ligeras modificaciones en la relación de espiras para ajustarlos a las
variaciones de voltaje en los lugares de trabajo. Otras veces es necesario cambiar los niveles de voltaje
en una mínima cantidad, digamos de 110V a 120V. En estos casos, resulta antieconómico utilizar un
transformador con dos bobinados separados. Se recurre, entonces, al uso de autotransformadores.

Un autotransformador es un tipo especial de transformador en el cual los bobinados no sólo están


acoplados magnéticamente, sino que también están conectados eléctricamente entre sí. En el caso de un
autotransformador elevador, figura 8.6a, el voltaje de salida (V H) es la suma del voltaje aplicado a la
bobina común (VC) y el inducido en la bobina serie (VSE). En el caso de un autotransformador reductor,
figura 8.6b, el voltaje de salida (VL), obtenido en el devanado común, es la diferencia entre el voltaje
aplicado a ambos devanados (VH) y el voltaje inducido en el devanado serie (V SE). En ambos casos, la
relación de transformación de voltaje (VL /VH ) está dada por:

VL /VH = NC/(NSE + NC)

siendo NC. y NSE el número de espiras del devanado común y del devanado serie, respectivamente. La
relación de transformación de corriente (IL / IH) es el recíproco de la relación anterior.

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Fig. 2. 27 Diagramas de conexiones de autotransformadores
(a) Elevador y (b) Reductor

Teóricamente, un transformador convencional puede ser conectado también como


autotransformador, con la ventaja adicional de que puede manejar mucha más potencia que la potencia
asignada originalmente. Ellos se debe a que, en un autotransformador, no toda la potencia que va del
primario al secundario pasa a través de los bobinados. En la práctica, esto no siempre es posible debido
a que el aislamiento del lado de bajo voltaje es generalmente insuficiente para soportar el alto voltaje
producido.

Transformadores trifásicos

La mayoría de sistemas importantes de generación y distribución de potencia modernos utilizan


transformadores trifásicos. Estos últimos consisten generalmente en tres juegos de devanados enrollados
sobre un núcleo común, figura 2.28. También existe la alternativa de utilizar tres transformadores
monofásicos independientes y conectarlos en grupo trifásico. No obstante, la primera es la más utilizada
porque conduce a un diseño más liviano, compacto, económico y eficiente.

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Fig. 2.28 Estructura de un transformador trifásico

Los devanados primarios y secundarios de un transformador trifásico pueden ser conectados


independientemente en ye (Y) o en delta (). Esto da lugar a cuatro modos de conexión posibles, cada
uno con sus propias ventajas y desventajas: Y-Y, Y- , -Y y  - . En la figura 8.8 se muestra como
ejemplo un transformador trifásico conectado en el modo Y- . En este caso, la relación total entre los
voltajes de línea de los lados primario (VLP) y secundario (VLS) está dada por:

VLP / VLS = a 3

siendo a = Vp/ Vs = Np/Ns la relación de voltaje de cada fase, correspondiendo Vp y Vs a los voltajes
primario y secundario de cada fase, y Np y Ns los números de espiras de cada devanado. Esta conexión
es muy estable con relación a las cargas desbalanceadas, pero tiene un inconveniente: el voltaje
secundario se desplaza 30º con relación al voltaje primario del transformador.

Fig. 2.29 Conexión de un transformador trifásico en el modo Y- . El voltaje secundario atrasa al


primario en 30 grados.

Lo anterior puede causar problemas al conectar en paralelo los secundarios de dos grupos de
transformadores, puesto que generalmente se supone que los ángulos de fase son iguales. Por norma,
se exige que en este tipo de conexión, el voltaje secundario atrase al primario en 30º, aunque esto no
siempre se cumple.

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INTERRUPTORES
Los interruptores son dispositivos que se utilizan para permitir o interrumpir mecánicamente el
paso de señales de corriente o de voltaje de un punto a otro, así como para dirigirla o enrutarla desde o
hacia varios puntos.

Un interruptor está constituido por un contacto móvil, uno o dos contactos fijos y un mecanismo
de accionamiento. Este último, que puede ser operado de muy diversas formas (por deslizamiento, por
palanca, por presión, etc.), conecta eléctricamente el contacto móvil con uno de los contactos fijos,
cerrando el circuito controlada, cuando el interruptor se sitúa en la posición de cerrado (ON), y los separa
cuando el interruptor se sitúa en la posición de abierto (OFF), abriendo el circuito.

Figura 2.30 Estructura interna de un interruptor

Interruptor pulsador

Existen dos tipos de interruptor pulsador. El primero es el llamado normalmente abierto, el cual
permite hacer unión o contacto eléctrico entre dos puntos cualquiera de un circuito, y por lo tanto permite
el paso de corriente, cada vez que se oprime el botón accionador.

El segundo es el normalmente cerrado, el cual siempre tiene unidos sus dos pines y en el
momento de oprimir el botón, se interrumpe la conexión.

Simbología

Los interruptores pueden ser de uno o varios polos y de uno o varios tiros, así como de acción
permanente o de acción momentánea. En la figura 2.31 se muestran los símbolos utilizados en los
esquemas electrónicos para representar estas posibilidades. Las líneas punteadas indican que los
interruptores relacionados están enganchados entre sí; es decir se abren o cierran, o pasan de una
posición a otra, al mismo tiempo.

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Figura 2.31 simbología de los interruptores

Un interruptor es de acción permanente cuando puede estar indistintamente abierto o cerrado y


queda enclavado, es decir, una vez liberado permanece indefinidamente en el último estado fijado hasta
que el mismo sea modificado voluntariamente por el usuario.

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