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Universidad de San Buenaventura

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales


Licenciatura en Filosofía
Electiva IV: “Ciencia vs. Religión”
Actividad: Ensayo
Docente: Ángel Giovanni Rivera Novoa
Estudiante: Nicolás David Medina Escobar

Teísmo y evolucionismo

La ciencia y la religión son posturas sobre las cuáles los científicos y religiosos sustentan y
defienden su objetividad respecto al origen del cosmos, la vida y el hombre.

Ambas posturas configuran la realidad en la que vivimos. La ciencia no busca afirmar que
Dios existe porque el científico no busca fundamentar dicho concepto sino que analiza y
realiza experimentos sobre la materialidad de la naturaleza con el fin de racionalizar en su
investigación. La ciencia es objetiva solamente cuando el científico define su método y
descubre el por qué del cosmos, de la vida y del hombre mismo.

La religión argumenta sus postulados de fe a partir de la vivencia de Dios. El ser supremo es


revelado a los hombres a través del lenguaje. La lectura de los textos sagrados despertará en
el alma de los religiosos el llamado para buscarlo. De esta manera, la religión es la
experiencia divina en el ser humano porque el hombre busca, al ser creatura, a Dios con el
fin de conocer su propósito en el mundo.

El ser humano es un ser animal porque está constituido por partes que comparte con otros
animales diferentes a él, por ejemplo, el chimpancé común. Según la postura científica, este
tipo de homínidos es parecido al hombre porque los científicos han observado que los
chimpancés, en su etapa joven, desarrollan la capacidad de crear juguetes con palos. Pero las
interpretaciones de la religión a partir de esta observación de la ciencia no son justificadas
porque la objetividad de la ciencia y de la religión, aunque estén fundamentadas en el
lenguaje, dichas posturas deducen e interpretan desde distintas concepciones del mundo.

Ambas son posturas que están fundamentadas sobre distintas concepciones del mundo. De
allí que la ciencia y la religión no concuerden. Pero, si Dios es un mero concepto de la
espiritualidad humana en general, ¿por qué hay conflicto entre ambas posturas? Para
responder a esta pregunta me apoyaré en algunas ideas del texto “El relojero ciego” (1986)
de Richard Dawkins. Previamente afirmo que la religión nos une como hombres y la ciencia
nos conduce hacia el futuro como sociedad tecnificada. Ambos fines concuerdan porque
cumplen un τέλος unificado, es decir, tanto la ciencia como la religión llevan a la humanidad
a comprenderse como un ser vivo capaz de lograr cosas juntos que buscan progresar como
especie frente a las otras especies animales. El problema está en justificar que la ciencia y la
religión, al estar en conflicto, no ayudarán al hombre a realizar dicha capacidad porque su
conflicto radica en sostener una definición distinta del concepto Dios.

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En este sentido, para Dawkins (1986), un ferviente ateo que justifica el evolucionismos
darwiniano, dicho concepto está relacionado con la idea desarrollada por el teólogo William
Paley el relojero ciego. En su texto “Natural Theology - or Evidences of the Existente and
Attributes of the Deity Collected from the Appearances of Nature (Teología Natural — o
pruebas de la existencia y atributos de la divinidad recogidas a partir de los aspectos de la
naturaleza)” (1802), expone que el relojero ciego es una fuerza física que diseña relaciones
en el universo y en la naturaleza pero sin finalidad en mente (p. 26).

De acuerdo con Dawkins (1986) el argumento del diseño radica en que el diseñador
consciente es un relojero que es ciego, es decir, es un proceso automático, ciego e
inconsciente. Dawkins sostiene que Darwin argumentó que la selección natural es la
explicación de la existencia y de todo tipo de vida con un propósito aparente sin ninguna
finalidad en mente (p. 26), es decir, que el diseño es por causa de la existencia de vida en un
planeta. Dawkins pregunta entonces ¿cómo empezaron a existir las cosas complejas en el
universo y en el mundo? Para entender esta pregunta, Dawkins afirma que los cerebros son
objetos biológicos que fueron diseñados para comprender pero que nuestra comprensión es
incompleta porque el cerebro lo ha experimentado de la misma manera que el chimpancé
común. En este sentido, nuestra sensación capta que hay algo especial sobre las cosas
complejas, aparentemente diseñadas (p. 27).

Dawkins (1986) concluye que el comportamiento de una cosa compleja debe explicarse en
términos de interacciones entre sus componentes, consideradas como peldaños sucesivos de
un orden jerárquico (p. 35). Darwin afirma en “El origen de las especies” que el hombre
como animal se ha adaptado al mundo que le rodea y ha sido seleccionado para existir por
puro azar porque, de acuerdo con la teoría del relojero ciego de Dawkins, el hombre es la
especie más compleja porque el diseñador inteligente le ha dado dicho diseño y complejidad
física.

Alvin Plantinga sostiene en una conferencia que el conflicto entre la ciencia y la religión es
consustancial al problema como la ciencia encara los problemas de la religión y viceversa,
por ejemplo: algunas personas piensan que existe una visión científica del mundo (el
naturalismo) que apoya la idea de que no hay tal persona como Dios. Para Plantinga la teoría
evolucionista no es incompatible con la creencia en Dios porque el naturalismo darwiniano
es una semi-religión que puede responder preguntas planteadas por la religión, es decir, que
para Plantinga el problema entre evolucionismo y teísmo radica en considerar que la frase
teológica “Dios ha creado a los hombres a su imagen y semejanza” porque para el teísmo
cristiano, por ejemplo, Dios conoce el fin de su creación pero para el evolucionismo y el
darwinismo Dios es asumido como la fuerza física que creó a la naturaleza y las leyes
cósmicas sin propósito alguno.

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De acuerdo con Plantinga para la teoría evolutiva el universo es creado sin un diseño
específico. Pero este argumento es dudoso para Elliot Sober (citado por Plantinga en su
conferencia) porque sostiene que “no hay ningún mecanismo físico ni dentro de los
organismos ni fuera de ellos, que detecte que las mutaciones serán benéficas y que luego
haga que esas mutaciones ocurran”. ¿Qué significa este argumento de Sober? Para Sober es
complicado rastrear el porqué de las mutaciones porque para los evolucionistas dichas
mutaciones hacen que la especie se adapte a las necesidades otorgadas por su entorno, es
decir, de acuerdo con Plantinga, que las mutaciones genéticas son azar a partir del argumento
de Sober, la teoría evolucionista es compatible con la teoría teísta.

Tanto para Plantinga como para Dawkins, el teísmo y la teoría evolutiva tienen vasos
comunicantes que permiten crear entre ellos mayores críticas y avances en cada área. Optar
por una propuesta y otra de acuerdo con estos autores mencionados según sus perspectivas
críticas frente al conflicto o no de la religión y la ciencia parece ser un motivo más para
pensar que el ser humano todavía no sabe su propósito en la vida en tanto que humanidad. El
conflicto debería radicar en si ambas posturas humanas pueden ayudar a responder si el ser
humano está comprometido con su experiencia espiritual sin que esta influya en su
pensamiento porque si la idea de confrontar ambas teorías es lo que busca el hombre en su
progreso como especie, entonces, cualquiera de las dos se va a superponer sobre la otra
porque responde a las necesidades que el entorno y el contexto le brindan al ser humano.

En este sentido, Dawkins y Plantinga buscan solventar dicho conflicto entendiendo que si
ambas posturas responden a los mismos problemas, el ser humano no podrá adaptarse como
especie a la realidad en el mundo en el que vive porque el teísmo como el evolucionismo son
posturas humanas que buscan distintos fines como quedó sustentado anteriormente. Por
tanto, mi postura es que hay conflicto en cuanto las posturas luchan por sobrevivir en virtud
de las búsquedas y necesidades de los hombres.

Bibliografía

 Dawkins, R. (1986) El relojero ciego. Labor. Caps. 1-2.

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