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Traumatismos Laríngeos

Los accidentes automovilísticos en que el volante o el tablero se incrustan en las partes


blandas del cuello sonlas causas más frecuentes de traumatismo laríngeo; otras son
procedimientos endoscópicos, intubaciones bucotraqueales, sondas nasogástricas,
quemaduras térmicas o químicas, lesiones por radioterapia y traumatismos autógenos
(abuso de la voz).
Otros factores son deportes diversos, entre ellos el boxeo, además de heridas por
instrumentos punzocortantes y armas de fuego, así como maniobras de estrangulación y
ahorcamiento.
La gran distensibilidad del tejido submucoso de la laringe, en especial en su región
supraglótica, posibilita una rápida acumulación de líquido o sangre, por lo que el edema o
hematoma afectan de manera característica los repliegues aritenoepiglóticos y las cuerdas
vocales falsas y pueden causar asimismo síntomas de obstrucción laríngea.
Las laceraciones de la mucosa laríngea y faríngea se acompañan de enfisema subcutáneo y
contaminación de los tejidos profundos del cuello, seguidos del desarrollo de celulitis,
abscesos y trayectos fistulosos.
Las fracturas y luxaciones de cartílagos y articulaciones laríngeas tienen una gran variedad
de presentaciones y por lo general tienden a ser más graves en personas de edad avanzada.
Es fácil que las lesiones del pericondrio presenten hematomas subpericóndricos con
desvascularización y necrosis del cartílago hialino. El proceso cicatrizal de las lesiones
laríngeas se debe a granulación y fibrosis.
Manifestaciones Clínicas
a) Deformidad de cuello.
b) Enfisema subcutáneo.
c) Dolor local acompañado de edema.
d) Crepitación ósea.
e) Obstrucción progresiva de las vías respiratorias con disnea y estridor.
f) Disfonía o afonía.
g) Tos.
h) Hemoptisis y hematemesis
i) Disfagia y odinofagia.
Diagnóstico
Se basa en la historia clínica, con la presencia de uno o varios de los síntomas señalados. Se
recomiendan laringoscopia directa y broncoscopia, con o sin esofagoscopia, para
determinar la presencia de edema, hematoma, laceraciones mucosas, desplazamiento de
cartílago o parálisis de la cuerda vocal.
Son útiles los estudios radiológicos simples de cuello y tórax, aunque la tomografía axial
computarizada de laringe delinea de manera más precisa el sitio de las fracturas o fisuras
de los cartílagos laríngeos.
Los traumatismos agudos externos de la laringe se clasifican en los siguientes grupos, de
acuerdo con Fuhrman y Butler:

 Grupo 1. Hematoma endolaríngeo menor o laceración sin fractura detectable.


 Grupo 2. Presencia de edema, hematoma, solución de continuidad menor en la
mucosa sin exposición de cartílago o presencia de fractura no desplazada.
 Grupo 3. Edema masivo, con laceración de la mucosa y exposición del cartílago,
inmovilidad cordal o fractura desplazada.
 Grupo 4. Lo mismo que en el grupo 3, pero con dos áreas de fractura o bien
traumatismo masivo sobre la mucosa laríngea.
 Grupo 5. Separación laringotraqueal.
Tratamiento
El inicial requiere restablecer la permeabilidad de las vías respiratorias (traqueotomía o
intubación bucotraqueal). Una vez que el estado general del paciente lo permita, es
necesario descubrir, lo antes posible, las lesiones laríngeas, ya que algunas pueden requerir
reducción abierta, con lo cual disminuye el índice de complicaciones posteriores.

Edema Y Hematoma De Las Regiones Supraglótica Y Subglótica


Por lo general, en ausencia de otra lesión, tienden a resolverse en forma espontánea. El
tratamiento consiste en reposo de la voz, humectación del ambiente y antiinflamatorios. En
casos de colección hemática subpericóndrica está indicado drenar por vía externa, a fin de
evitar la resorción del cartílago.
Las laceraciones de la mucosa se aproximan con suturas absorbibles 5–0 o 6–0. En el caso
de fracturas con exposición del cartílago se recomienda, además de la reducción de éstas
por vía externa, el empleo de soportes laríngeos para mantener la luz.
Luxación De Articulaciones Cricotiroideas
Puede deberse a cualquier traumatismo de la parte anterior del cuello. Lo más común es
que el cuerno inferior del cartílago tiroides se desplace hacia atrás en relación con el
cartílago cricoides. Lo anterior produce una deficiencia en el mecanismo tensor de la cuerda
vocal. Este desplazamiento de la articulación puede lesionar el nervio laríngeo recurrente y
provocar parálisis de la cuerda vocal.
Debe sospecharse una luxación cuando existe parálisis de la cuerda vocal relacionada con
un traumatismo menor de cuello.
Tanto las radiografías simples de cuello como las tomografías lineal y axial computarizadas
pueden demostrar una fractura a través del cuerno inferior del cartílago tiroides. Casi
siempre se recupera el movimiento de la cuerda vocal en tres a cuatro semanas; las parálisis
que duran más de ocho casi nunca se resuelven de manera espontánea; en estos casos se
sugiere la descompresión del nervio laríngeo recurrente y resecar el cuerno inferior del
cartílago tiroides.
Luxación De La Articulación Cricoaritenoidea
Puede ser consecutiva a traumatismos internos y externos.
Se presenta en el 0.1% de las intubaciones bucotraqueales. Un traumatismo anterior directo
sobre el cartílago cricoides lo desplaza hacia atrás, choca con las vértebras cervicales y luxa
así al aritenoides. Los procedimientos endoscópicos también causan en ocasiones
luxaciones de esta articulación, sobre todo de tipo anterolateral.
El paciente refiere en especial disfagia y disfonía y si el edema es grave se observan grados
variables de disnea y estridor.
El diagnóstico se establece mediante laringoscopia directa, que revela edema de la región
aritenoidea y del repliegue aritenoepiglótico que dificulta la observación de las apófisis
vocales del aritenoides y las cuerdas vocales verdaderas.
Durante la endoscopia debe palparse el aritenoides y corroborarse su movilidad, ya que
disminuye cuando está luxado; lo anterior es útil en casos agudos, dado que si se valoran
lesiones crónicas hay fijaciones de la articulación por tejido cicatrizal, difíciles de diferenciar
de las secuelas de una parálisis neurogénica de la cuerda vocal. En estos casos, la
electromiografía ayuda a demostrar la existencia de inervación normal de los músculos. La
tomografía axial computarizada es otro método diagnóstico útil.
El tratamiento consiste en tratar de reducir la luxación mediante manipulación directa con
ayuda de una espátula laríngea, ejerciendo presión sobre la superficie lateral de la apófisis
vocal y el cuerpo del aritenoides; el objetivo es levantar y empujar el cartílago en una
dirección medioposterior. Lo anterior es útil en las primeras tres semanas de la lesión.
Fracturas Del Hueso Hioides
Las fracturas de este hueso pueden ser aisladas o múltiples de los cartílagos laríngeos. Lo
más frecuente es que ocurran en la región central del cuerpo del hioides. Se acompañan de
dolor y edema de la porción anterosuperior del cuello, con crepitación a la palpación o
durante la deglución.
Entre las causas etiológicas más comunes se encuentran la estrangulación, ahorcamiento,
accidentes de tránsito, heridas por arma de fuego y arma blanca, y deportes como el karate
y el baloncesto.
El diagnóstico se establece por sospecha clínica y una radiografía de partes blandas de la
laringe, o bien con una tomografía axial computarizada en la que se reconoce la solución de
continuidad ósea. Si no es posible identificar con claridad las estructuras laríngeas con una
laringoscopia indirecta, se recomienda laringoscopia directa para descartar la posibilidad de
lesión concomitante de las estructuras internas de la laringe, en especial avulsión de la
epiglotis.
Tratamiento
Si hay edema supraglótico de consideración o formación de un hematoma lo bastante
grande para producir obstrucción respiratoria, se recomienda una traqueotomía.
Las fracturas del cuerpo del hueso hioides se inmovilizan con hilo de alambre No. 28 para
evitar una unión defectuosa de los fragmentos del hueso o su desplazamiento persistente,
que se acompaña de dolor durante la deglución o referido al cuello y sensación de cuerpo
extraño. En los sujetos con fracturas no tratadas y síntomas crónicos se elimina el área de
fractura (cuerpo del hioides).
Fracturas del Cartílago Tiroides
Las fracturas del cartílago tiroides pueden afectar las áreas siguientes:
a) La región supraglótica: En éstas, la porción superior de una o ambas alas del cartílago
tiroides presenta una solución de continuidad, en ocasiones acompañadas de
avulsión de la epiglotis y las cuerdas vocales falsas. Lo anterior da lugar al
desplazamiento posterior de la epiglotis, que puede obliterar la luz vestibular.

En caso de rotura del ligamento hioepiglótico se puede formar adelante de la epiglotis—


una falsa vía que lleva a la cavidad laríngea, pero a un nivel más inferior.
Algunas veces se acompaña de parálisis de una o las dos cuerdas vocales y laceraciones
verticales de la pared faríngea posterior. El cuadro clínico se caracteriza por:
1. Enfisema cervical.
2. Obstrucción de vías respiratorias.
3. Voz apagada o con disfonía obvia.
4. Tos y aspiración de líquidos al tratar de deglutirlos.
5. Aplanamiento del contorno de la porción superior del cuello y dificultad para palpar la
escotadura laríngea.
La laringoscopia directa puede mostrar un gran edema de las estructuras supraglóticas,
desplazamiento del cartílago y parálisis de la cuerda vocal. La tomografía axial
computarizada de la laringe muestra los sitios de fractura.

b) Región glótica: el cartílago tiroides se fractura en la región de la inserción de las


cuerdas vocales verdaderas. Los trazos de fractura pueden ser verticales u
horizontales. De acuerdo con su extensión, las cuerdas vocales pueden presentar
diversos grados de desplazamiento, o incluso secciones parciales o totales. Son
frecuentes las laceraciones de la mucosa laríngea y parálisis de la cuerda vocal
secundaria a daño del nervio laríngeo recurrente o la articulación cricotiroidea.

En términos clínicos, las fracturas de este cartílago se acompañan de enfisema subcutáneo,


disfonía marcada, y es posible palpar la deformidad del cartílago a través de la piel de la
región anterior del cuello. Es habitual hallar edema y laceraciones de la mucosa laríngea.
También pueden observarse desgarros o arrancamientos de la cuerda vocal, con exposición
de piezas del cartílago hacia la luz laríngea.
Asimismo, es factible encontrar luxación unilateral o bilateral de los aritenoides y parálisis
de una o ambas cuerdas vocales en posición media o paramedia. El diagnóstico se
determina por la historia clínica, además de la exploración física; la tomografía axial
computarizada y una laringoscopia directa son muy útiles y contribuyen a valorar el grado
de las lesiones.
El tratamiento de las fracturas del cartílago tiroides consiste en:
1. Asegurar una vía respiratoria permeable mediante traqueotomía, mediante
colocación de la cánula entre el segundo y tercer anillos traqueales.
2. Laringoscopia directa.
3. Exploración quirúrgica de la laringe a través de una incisión horizontal en la cara
anterior del cuello, tras confirmar la presencia de la fractura mediante palpación
directa. La mayor parte de las fracturas es compuesta y presenta laceraciones de la
mucosa laríngea o faríngea.
4. Reducción e inmovilización de las fracturas para evitar una estenosis laríngea; deben
tratarse durante los primeros siete a 10 días de las lesiones.
5. Se recomiendan una tirotomía media, que facilita la sutura de las laceraciones de la
mucosa laríngea, y la reducción de los aritenoides si están luxados.
6. Colocación de un material que sirva de soporte laríngeo y evite la formación de
membranas laríngeas y estenosis posoperatorias.
7. Cierre de la tirotomía y aproximación de las fracturas del cartílago tiroideo con hilo
de alambre No. 32. Se remueven los pedazos pequeños de cartílago.
8. Si persiste la parálisis de la cuerda vocal más de seis a ocho semanas, se recomienda
obtener electromiografía y valorar, según sean los resultados, la descompresión del
nervio laríngeo recurrente.
Fracturas del Cartílago Cricoides
Predominan en la región anterior y con frecuencia se acompañan de fracturas y
separación de los anillos traqueales superiores. Concurren con parálisis de las cuerdas
vocales, a menudo bilaterales, por alteración de las articulaciones cricotiroideas y
compresión secundaria de los nervios laríngeos recurrentes.
El diagnóstico se efectúa con la historia y exploración clínica apropiadas, junto con una
tomografía axial computarizada. Es común que los individuos presenten, en forma
temprana, signos de obstrucción respiratoria y dolor local, así como enfisema
subcutáneo.
Las fracturas simples se abordan por vía externa, se reducen con hilo de alambre y se
deja un soporte en la luz laríngea que se introduce por vía endoscópica, si no se practicó
una tirotomía media. Si existe una gran destrucción del cartílago cricoides, es más
aconsejable retirarlo (porción anterior) y suturar directamente el primer anillo traqueal
con el borde inferior del cartílago tiroides.
Es útil la cánula en T de Montgomery. Estas fracturas se acompañan de un elevado índice
de infecciones locales y pericondritis, lo que contribuye a su cicatrización lenta con
formación excesiva de tejido de granulación, hecho que favorece la producción de
estenosis laríngeas subglóticas, por lo que se sugiere la administración temprana de
antibióticos.
Lesiones Térmicas de la Laringe
Son resultado de inhalación de gases a temperaturas altas o ingestión de alimentos o
líquidos muy calientes.
Por lo general son quemaduras de primer y segundo grados de las estructuras
supraglóticas, con edema subsecuente y obstrucción respiratoria. En el periodo inicial
posquemadura, puede existir un choque hipovolémico sin evidencia de traumatismo,
para desarrollar en forma repentina edema y obstrucción de las vías aéreas durante la
rehidratación. La hipofaringe, la epiglotis y los repliegues aritenoepiglóticos son en
particular susceptibles al desarrollo de edema, éste dura por espacio de cuatro a seis
semanas, mientras que las cuerdas vocales pueden permanecer edematosas y ulceradas
hasta por tres a cuatro semanas. El tratamiento consiste en asegurar una vía respiratoria
permeable mediante intubación bucotraqueal o punción cricotiroidea seguida, durante
las primeras 24 a 48 h, por traqueotomía electiva. Son útiles ambiente húmedo,
administración de antiinflamatorios y reposo de la voz.
Lesiones Químicas de la Laringe
Existe una gran cantidad de agentes químicos corrosivos capaces de producir
quemaduras por ingestión o inhalación.
Los más comunes son los hidróxidos de sodio y potasio y los agentes que contienen cloro.
Las estructuras laríngeas que más se afectan son epiglotis, repliegues aritenoepiglóticos
y región poscricoidea. En quemaduras de tercer grado hay una pérdida total de la
mucosa. Las ulceraciones y procesos infecciosos que se desarrollan por quemaduras van
seguidos de la formación de tejido de granulación y fibrosis.
Durante el proceso cicatrizal se desarrollan adherencias entre las cuerdas vocales falsas
o la epiglotis y la pared faríngea posterior. Las quemaduras de la región poscricoidea
producen pericondritis y destrucción del cartílago cricoides. Las graves causan
obstrucción respiratoria secundaria al edema, casi siempre supraglótico.
En estos sujetos se sugiere laringoscopia directa y esofagoscopia para precisar el grado
y extensión de la quemadura.
El tratamiento incluye traqueotomía y colocación, cuando es posible, de un soporte
laríngeo blando para evitar estenosis laríngeas. La administración de antibiótico de
amplio espectro y corticosteroides reduce el riesgo de infección y retarda la formación
de tejido fibroso cicatrizal.
En ocasiones, la práctica de una laringectomía supraglótica modificada tipo Leroux–
Roberts–Huet es de utilidad para el tratamiento de las estenosis laríngeas secundarias a
la ingestión de cáusticos.
Lesiones Laríngeas Por Ahorcamiento Y Estrangulación
La estrangulación es una forma de asfixia secundaria al cierre de los vasos sanguíneos y
las vías aéreas del cuello, como resultado de una presión externa en el cuello.
Una presión en el cuello sostenida sobre las arterias carótidas por espacio de 10 s es
capaz de causar inconciencia, además de generar grados variables de inhibición vagal. En
la estrangulación se pueden encontrar hemorragias en la región posterior de la laringe,
sobre todo en la superficie posterior del cricoides y en estructuras supraglóticas, así
como fracturas del hioides, en especial a nivel de las astas mayores y en los cuernos
superiores del cartílago tiroides, las cuales se presentan en 40% de los casos.
El ahorcamiento es una asfixia por compresión o constricción de estructuras del cuello
por una cuerda u otro agente constrictor que se constriñe por el peso del mismo cuerpo.
Existen formas completas e incompletas de suspensión.
La incidencia de fracturas del esqueleto laríngeo es menor que en la estrangulación, ya
que se observa en menos de 10% de los casos y predomina sobre los cuernos superiores
del tiroides. La muerte es consecuencia de compresión de los vasos del cuello y las vías
aéreas, tanto de la tráquea como de la base de la lengua por un desplazamiento
posterior, con una rotación excesiva de los aritenoides, que también ocluyen a la glotis
debido a la fuerza anterosuperior.
En el ahorcamiento judicial, la muerte se produce por una fractura o luxación de las
vértebras cervicales con sección espinal, dado que en ésta se deja caer a la persona a
una distancia específica determinada por su altura. En este caso la pérdida de la
conciencia es inmediata, aunque el corazón puede latir por espacio de algunos minutos.
Traqueotomía
Indicaciones De La Traqueotomía
Obstrucción Respiratoria
Puede ser secundaria a:
1. Traumatismos: las lesiones y fracturas faciales pueden complicarse con edema y
hematoma de vías respiratorias, al igual que los traumatismos externos o internos de
laringe o tráquea cervical. Los síntomas de obstrucción respiratoria secundarios estos
problemas pueden ocurrir en forma inmediata o desarrollarse de forma.
2. Cuerpos extraños: son más frecuentes en niños; en adultos se trata a menudo de la
localización de un bolo alimenticio en la luz glótica
3. Ingestión de corrosivos e irritantes: casi siempre ocurren en forma accidental en niños
o intentos de suicidio en adultos.
4 .Infecciones: las infecciones de vías respiratorias superiores, como epiglotitis y
laringotraqueobronquitis, se tratan al inicio con intubación endotraqueal, que ha
mostrado menor morbilidad. En infecciones por difteria, Clostridium botulinum, virus
(p. ej., enterovirus, como los de la poliomielitis), o los causales del síndrome de Guillain–
Barré y otras infecciones desmielinizantes que se acompañan de obstrucción respiratoria
está indicada una traqueotomía.
5. Anomalías congénitas: entre éstas se encuentran malformaciones que incluyen falta
de fusión supraglótica, membranas laríngeas, quistes, atresia, deformidades del cartílago
cricoides, hemangiomas subglóticos o lesiones congénitas por abajo del nivel de la
laringe, como atresia esofágica, fístulas traqueoesofágicas, anillos vasculares y
anomalías de los grandes vasos.
6. Disfunciones laríngeas: afectación de la abducción laríngea, como en parálisis
bilaterales del nervio laríngeo recurrente, artritis cricoaritenoidea o trastornos que
causan tetania o espasmos laríngeos. El edema angioneurótico y la hipersensibilidad a
fármacos también pueden causar obstrucción respiratoria.
7. Tumores: incluyen tumoraciones benignas o malignas de hipofaringe, laringe y anillos
traqueales superiores.
8. Síndrome de apnea obstructiva durante el sueño: sobre todo en sujetos que presentan
arritmias cardiacas graves o insuficiencia cardiaca crónica y síndrome de Pick–Wick. En
ellos, la traqueotomía mejora en forma significativa el compromiso ventilatorio.
Retención de Secreciones
El estancamiento de secreciones en el árbol traqueobronquial puede producir
obstrucción de vías respiratorias inferiores e hipoventilación alveolar.
Por lo general, la etiología de la retención de secreciones se relaciona con la incapacidad
del paciente para toser o la deglución inapropiada con aspiración y dificultad para
expectorar. Debido a que presentan una saturación alveolar inadecuada de oxígeno y
acumulación excesiva de CO2, se recomiendan determinaciones seriadas de gases en
sangre. Las cánulas de traqueotomía con globo evitan la aspiración continua de
secreciones y facilitando además la aplicación de presión positiva intermitente, cuando
sea necesario.
Aunque los pacientes, sobre todo pediátricos, son capaces de tolerar periodos
prolongados de intubación bucotraqueal sin complicaciones de consideración, se
aconseja, en quienes necesitan intubaciones prolongadas o cuando tienen más de ocho
a 10 días, una traqueotomía electiva, que facilita aún más la eliminación de secreciones
y la limpieza de la cánula, además de que causa menos complicaciones a largo plazo.
Insuficiencia respiratoria
En este grupo se incluyen los casos en que es necesario ayudar y conservar la respiración,
aunque no exista obstrucción respiratoria o retención de secreciones. Esta situación se
presenta en individuos con trastornos neuromusculares o neurológicos centrales. En
ellos, el propósito de la traqueotomía es la aplicación de presión positiva intermitente,
que reduce la resistencia al flujo del aire y el espacio muerto.
Causas diversas
Incluyen a pacientes que presentan cualquier combinación de los factores anteriores. En
personas con enfermedad cerebrovascular, además de insuficiencia respiratoria, hay
retención de secreciones por ausencia del reflejo tusígeno y grados moderados de
aspiración.
Preventiva
En este grupo se incluyen las traqueotomías electivas para anticipar el desarrollo de
problemas ventilatorios, por ejemplo pacientes en posoperatorio de cirugías mayores de
cabeza y cuello o torácicas, o bien personas con insuficiencia pulmonar obstructiva
crónica. En esta clasificación se puede incluir también a algunos sujetos con síndrome de
apnea obstructiva del sueño.
Funciones De La Traqueotomía
a) Disminuye en 10 a 50% el espacio muerto en el árbol traqueobronquial.
b) Reduce la resistencia al paso del aire y aumenta por tanto la adaptabilidad pulmonar,
con una ventilación alveolar más eficaz.
c) Protege contra la aspiración.
d) Permite al paciente deglutir sin reflejo de apnea.
e) Provee un acceso directo a la tráquea para su limpieza.
f) Posibilita la administración de fármacos y la práctica de endoscopias para visualizar el
árbol traqueobronquial.
g) Facilita la aplicación de presión positiva intermitente, la regulación de los volúmenes
respiratorios y la humectación del árbol traqueobronquial.
h) Provee el desplazamiento periférico de las secreciones, por elevación de la presión
intratorácica negativa relacionada con la fase inspiratoria de la tos normal.
Complicaciones De La Traqueotomía
La incidencia en general de complicaciones relacionadas con la traqueotomía es de 15%.
Se dividen como sigue.
Tempranas
Se presentan en el transoperatorio o durante la primera semana de la traqueotomía.
1. Hemorragia: por lo general proviene del sistema venoso yugular anterior y la glándula
tiroides y se evita mediante disección en la línea media, suturando y ligando todos los
vasos venosos aparentes; se recomienda cauterizar los pequeños.
Su frecuencia varía entre 1 y 37%.
2. Paro respiratorio: es secundario a pérdida de la estimulación hipóxica de la
respiración. Se presenta sobre todo en personas con obstrucción laríngea crónica o
enfermedad extrínseca compresiva traqueal.
Se debe a la desnervación fisiológica de los quimiorreceptores periféricos por aumento
repentino de PO2. Se requiere ayuda respiratoria que haga posible el retorno de la
sensibilidad de los quimiorreceptores centrales, una vez eliminado el CO2. Además de lo
anterior, el paciente puede experimentar hipotensión grave que necesita soluciones
intravenosas y vasopresores.
3. Neumotórax y neumomediastino: el neumotórax puede prevenirse al no disecar más
allá del tercer anillo traqueal y en la línea media. Si se corta la pleura durante la
traqueotomía, debe suturarse con material no absorbible (seda 3–0). Es frecuente oír
una crepitación en la región precordial relacionada con la sístole (signo de Hamman) y
reconocer la aparición de enfisema subcutáneo, en particular en el hueco supraesternal.
Una radiografía de tórax confirma el diagnóstico. La mayor parte de los casos responde
a un manejo conservador a base de O2, antibióticos y sedantes.
La frecuencia de neumotórax fluctúa entre 0 y 5% y es más común en niños.
4. Lesión de estructuras contiguas: entre éstas se encuentran esófago, nervio laríngeo
recurrente, nervio frénico y vasos arteriales importantes, como la carótida común.
5. Enfisema subcutáneo: en casi todas las ocasiones es consecutivo a la sutura de la
incisión quirúrgica o el exceso de taponamiento alrededor del tubo de traqueotomia. En
otros pacientes es efecto de la inserción de la cánula a través de un pequeño orificio en
la fascia pretraqueal.
6. Atelectasias: son secundarias a la aspiración de sangre u otro material extraño a los
bronquios durante la traqueotomía. Algunas veces, la punta de la cánula de
traqueotomía puede situarse sobre uno de los bronquios principales y provocar colapso
pulmonar, por lo que no deben utilizarse cánulas muy largas. La aspiración frecuente de
las secreciones traqueales previene esta complicación.
7. Descanulación accidental: tiende a presentarse cuando el sujeto cambia de la
hiperextensión de cuello a la flexión, dado que durante ésta desciende la tráquea y el
tubo de traqueotomía es impelido hacia fuera de la ventana traqueal.
Otra causa frecuente es la consecutiva a fijación inadecuada de la cánula al atar
alrededor del cuello los cordones de sus cejas laterales.
Esta complicación es más común en niños y se observa en 5 a 10% de los casos.

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