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B A R C E L O N A - 15 Rosellón, 8 7 - 8 9
MADRID4 Alcantara, 21.
VIGO Marqués de Valladares. 47, 1:
BILBAO-1 Col611de Larreátegui, 14, 2.' izq.
SEVILLA Asunción, 30, 4.' B.
MEXICO D. F. Hamburgo, 303.
BUENOS AIRES Cochabamba. 154-158.
BOGOTA Calle 22, número 628.
SANTIAGO DE CHILE Santa Beatriz. 120
SAO PAULO Rua 24 de Maio. 35.
LA
COORDINACI~N
MODULAR
- -
Talleres Gráiicos F w l v Col1 Pje. Solsona. s/n. B W m - 14
1 Presentaci6n
S Prefacio
7 Introducci6n
Capitulo primero: La normalizaci6n
Nomas simplificativas
El concepto de simplificación nace en Estados Unidos
durante la primera guerra mundial, con la exigencia de ra-
cionalizar las determinaciones relativas a la variedad de la
producción, sea en relación a la necesidad de e s t r u c W 6 n
del producto. o bien respecto a particularidades del proceso
operativo y de la distribución.
Simplificar, según las más recientes interpretaciones,
equivale a reducir los caracteres propios de entes pertene-
cientes a determinados sujetos, a su óptima condición y
variedad.
La compleja adopción de la simplificación puede dividir-
se en dos tiempos:
1: Extracción de los caracteres comunes a una plurali-
dad de entes asignables a un mismo sujeto y, ordenación
normalizada de la variedad óptima de los mismos caracteres
respecto a eventuales estándares afectados de valores uni-
versales o unificaiivos, es decir, de disposiciones;
2.O Indicaciones y definiciones, en forma de amodelos
normaliidos~,de la variedad óptima actual de los carac-
teres (de invención, técnicos, de organización) peculiares de
cada uno de los entes, tomados individualmente, es decir,
una acción de tipificación.
Adoptando tales acciones para los objetos de la produc-
ción o productos (bienes útiles, bienes de consumo, materias
primas), se ve claramente que esta actividad normativa obra
de un modo directo sobre los caracteres individuales del
para volver después indirectamente sobre el pro-
pio ciclo operativo (reducción de la maquinaria, mejora de
la producción) y sobre el proceso de distribución (disminu-
ción de los costes de los desplazamientos y 'de los de venta).
Las nomas de reglamentación representan el aspecto
más común de la simplificación, y afectan a un sector com-
pleto de aplicaciones. Para su elaboración se procede según
el método inductivo. mediante aniílisis dirigido a grupos de
fenómenos análogos, a fin de extraer reglas de valores ge-
nerales, destinadas a seguir estos fenómenos en algunos de
sus caracteres comunes: la acción simpiiicadora consiste
en la elección racional y en una precisa ordenación de tales
caracteres.
Las nonnas de tipificación (modelos o tipos) constituyen
el estándar en el sentido atribuido por nosotros corriente-
mente a tal término, es decir, como imagen normativa de
productos industriales fabricados en serie; tales normas tie-
nen como objetivo principal la definición de un modelo nor-
malizado, estudiado en la totalidad de sus diferentes aspec-
tos, que pueden repetirse una cantidad ilimitada de veces
para la distribución en gran escala; todo esto hace necesa-
ria una profundición del tema central de las relaciones
entre el proyectista y el proceso productivo y distributivo,
así como de un perfeccionamiento progresivo de los medios
técnicos para el estudio anterior al proyecto de los objetos
elaborados industrialmente!'
Resumiendo diremos que la clasificación expuesta se uti-
lizaba ya implícitamente en la práctica por la mayor parte
de los institutos de nonnahción. Para aclarar el significa-
do práctico de tales normas, omitiendo el concepto de nor-
mas de simplificación (concepto que tiene fundamentalmente
la función de faditar la clasificación teórica), se cmpnie-
ba que los estudios de normalización desarrollados por or-
@&.m05 competentes, implican usualmente tres fases: uni-
ficación, reglamentación y tipificación.
Veremos en seguida como esta jerarquía conduce, en el
sistema de coordinación modular, a la clasificación de las
normas modulares.
No hay duda de que el modo más eficaz para asegurar el
éxito práctico del sistema, consistirá en poner en acci6n un
programa efectivo de normalización modular. En la mayor
parte de los países, la normalización en materia de edifica-
ción se ha realizado de modo empírico, sin tener como base
teórica una clasificación explícita de los tipos de normas
necesarios; en muchos casos este método empírico ha dado
buen resultado. Sin embargo, la práctica del sistema de coor-
dinación modular deriva de una teoría racional fuertemente
estructurada, en la cual cada punto depende estrechamente
de todos los demh. Se deberá tener siempre presente el es-
piritu de esta clasificación teórica para referirse a ella en
caso de necesidad; así la introducción a nivel nacional o in-
ternacional de las normas modulares efectivas será mucho
más facil?
Notrr
1. Cfr. Giuseppe Ciribini. Architettura e industria, cap. 1, pPg. 3.
Estos problemas te6ricos se hallan muy bien expuestos en la cita-
da obra, que ha constituido. desde un punto de vista sistemático,
la mayor fuente de este primer capitulo.
2. Cfr.G i Frateili, aLa preEabbnEanone edilizia ia Amerieaw m
Ediüpa Popolare n. 1. noviembre 1964, pbg. 10 y siguientes
3. Cfr.Pio Montesi. *Una nuova tecnica per una nuova architettu-
m, m .la Casa.. n. 4, pág. 34.
4. Cfr. G i C i i , .Principi general¡ di normazione neü'
industria della msuuzioner en .La coordination modulairer,
Sqmdo Informe A.E.P., pág. 193.
5. .Esta distinción mtre normas para estándares de carkter uni-
versal y estándares de cariccter partidar, si, por un lado, a k
ja dcfintivamente el peligm de la formulación inconsciente de
falsas unificaciones en las que un contenido particular es con-
ducido artificial y eridneamente a universaliza~se,con el resul-
tado negativo de retardar la natural evolución de la actividad
tknica y tecnológica, por otro lado, situando la simpiüicación
dentro de sus lógicos y efectivos limites. la transforma en un
instrumento en el plano de la praxis ejecutiva, confirmando
su valor como medio indispensable de acción industrial.. G. Ci-
ribii, Arfhitettum e industria, pág. 15.
6. Cfr. G i Ciribini. Architettura e industria.
7. Cfr. a l a cwrdination modulaires, Segundo Infonne A.E.P.. p&
gina 177.
8. La primera tentativa de nonnaluación unificativa fue la relativa
d sistema
~ - -- - ~
~de
~~-mscado
~ - Whihvorth en 1841. No obstante. a ~ r i n c i
pios de 1900 se establecieron ya las primeras entidades de ca.
rácter nonnativo tales como: el Bnpioeering Standards Comitee
Uigiés (ahora British Standard Institution), huidado a 1901, y
d National Bureau of Standards americano, huidado tambiéa
en 1901.
EL movimiento se extiende después a toda Europa y América
representando la actividad de decenas de organizaciones espar.
cidas por cerca de treinta y cinco naciones. En Italia la formu-
lación y pmmuigación de las unificaciones corresponde al Ente
NaPonale Italiano di Unificazione (U. N. 1.).
Esta tarea h e asumida, en el plano internacional, por un orga-
nismo federativo. la Internationsl Organisation for Standar-
disation (I.S.O.) a la que pertenecen. actualmente, treinta y
cuatro paises. Cfr. Giusppe Cibini, Arehitettura e industria,
PA~M 17.
9. .El estudio de la materia de los estendares miEcatiivw debe
entenderse no en un sentido estltico, sino dinámico; la tnin6
formación es una caracterlstira connatural a las ciencias y a la
costumbre científica, que no puede faltar m las acciones de
tstandardización. Exige, precisamente, que la materia de las
unificaciones se halle sujeta más o menos peri6dicamente, a
revisi6n a fin de mantener el más alto nivel de eficacia.. G. Ci-
nbini, Architettura c inductria, p&. 19.
10. De G. Cibini. Architettura e industria.
11. Los problemas relativos a las normas de tipiñcadón pueden ha.
cene coincidir con aquellos que afectan al proyecto industrial
(diseiio industrial).
12. De G. Ciribini. Architettura e industria.
La coordinación modular de las dimensiones
25
dinación modular, y reconstituyó el comité original en for-
ma de comité consultivo^, con la tarea de supervisar la pri-
mera parte del Bntish Standard 2900, publicada en 1951.
Similares investigaciones se desarrollaban paralelamente
en otros países europeos por parte de los organismos de
normaliici6n ya existentes en gran parte de tales naciones.'
En Italia tomó la iniciativa el Ente Nazionale di Unifica-
zione (U.N.I., creado en 1945) que en 1949 promulgó la p b
mera norma oficial contenida en la tabla UN1 2951, a la que
siguieron debates y experimentos con ocasión de la 8.' Trie-
nal de Milán.'
En la reunión convocada en 1949 por el Comité del I.S.O.
para la Edificación se pudo comprobar que acasi todos los
países europeos y muchos no europeos se aplicaban al pro-
blemas; al mismo tiempo se planteó también que apoquísi-
mas naciones optaban por el estudio de las aplicaciones
prácticas bajo la forma de normaliuaciones nacionalesm?
Las primeras experiencias de 1950 demostraron que las
mayores ventajas sólo se conseguirían con la realuaci6n de
un método internacional. Fijada esta necesidad de coope-
ración internacional, la Agenzia Europea per la Produttivita
(A.E.P.) decidió organizar un plan especial para el estudio
de la coordinación modular.
El primer paso se dio en noviembre de 1953, cuando el
Comitato per La Produttivita e per le Ricerche Applicate de
la O.E.C.E. reunió a un grupo de expertos para examinar
un memorándum de la delegación de la Gran Bretaiia sobre '
la coordinación modular. Se estableció entonces que el modo
de proceder al estudio de este problema era mediante dos
fases: en una primera fase se debían recoger las opiniones
y experiencias de cada uno de los países, poniendo a punto
una teoría sintética de la coordinación dimensional; en la
segunda fase se debía proceder a la aplicación práctica, a
h de controlar tal teoría!
Once países europeos tomaron parte en los trabajos: Ale-
mania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia. Grecia, Italia,
Noruega, Holanda, Gran Bretaña, Suecia y, además, el Cana-
dá y los Estados Unidos de América.
En otoíio de 1954, la A.E.P. firmó un contrato con las or-
ganizaciones responsables de los paises participantes, wns-
tituyendo un grupo de trabajo. La secretaria técnica fue en-
comendada a la British Standard Institution (Asociación
Británica para la Normalización) y durante los ocho meses
siguientes se redactaron once informes. Sobre esta base, la
secretaría técnica elaboró un informe internacional que h e
aprobado por un grupo de redacción;' dicho informe rinde
cuentas de la labor efectuada en esta primera fase y ana-
liza las propuestas presentadas por varios países; se subra-
yan además, en él, las dicultades que deberán todavía su-
perarse.
El informe constituye el punto de partida para los téo
nicos encargados de la realización de la segunda fase de los
trabajos que, según un programa bienal, se inició en 1956,
período durante el cual se construyeron en cada país cierto
número de edificios que caracterizaban y verificaban como
aplicación práctica, los principios enunciados en el primer
informe.
Durante la segunda fase del Proyecto A.E.P., la teoría mo-
dular se ha completado con investigaciones prácticas y dis-
cusiones te6ricas, alentadas por los experimentos prácticos
desarmllados en cada uno de los paises adheridos al pro-
yecto, con la intención de definir mejor, a través de él. el
sistema modular. El trabajo desarrollado en la segunda fase
no ha tenido solamente la intención de resolver los dos pro-
blemas fundamentales que no habían sido resueltos en la
primera fase, o sea la elección del m6dulo y de las dimen-
siones preferentes, sino que también han sido tratados otros
temas tales como la utilización de las medidas submodula-
res, la adaptabilidad de los ladrillos al sistema modular
único y la teoría de las tolerancias; otros problemas han ex-
perimentado una elaboración que ha desarrollado sus posi-
bilidades de empleo:
29
vecho, sea para la industria o para el proyectista. Con el fin
de suministrar a los arquitectos una vasta gama de produc-
tos que desarrollen sus máximas posibilidades de elecci6n
y eficacia para cada composición posible, existirá una rela-
ción aditiva entre todas las medidas de los componentes
de la gama de productos industriales.
El primer paso para asegura^ esta universal relaci6n adi-
tiva, es el de conseguir que cada medida sea divisible por
un coeficiente común. Esto producirá automáticamente una
gama de dimensiones correlativas de la que podrán elegirse
las dimensiones adaptadas a cada uno de los componentes.
Cuando se fijan las dimensiones de un elemento tomando
como base un módulo, tal elemento puede insertarse enton-
ces en la reticula modular de referencia; la suma de dos o
mtis elementos identicos llenará una medida modular (fi-
gura 1); asimismo, elementos o grupos de elementos diver.
sos, cuyas dimensiones sean función de múltiplos diversos
del módulo, podrán insertarse juntos en la reticula modular
de referencia.
Para proyectar, en muchos casos sera de utilidad que
cada componente tenga más de una medida de modo que se
asegure la máxima adaptabilidad posible a cada construc-
' cidn particular; también en caso necesario, varios tipos de
componentes pueden producirse en cada una de estas me-
didas.
De este modo, ya que la aplicación del módulo a la serie
logrará simplificar el niimero de dimensiones de la gama
de productos a aquellos que son múltiplos de este módulo,
el sistema modular constituirá la base para alcanzar simul-
táneamente dos objetivos principales: una simplificación de
las medidas para ñnes industriales y una posibilidad de a&-
ción de las mismas para ñnes de proyecto.
La adopción de un sistema modular como base de la nor-
malización de los elementos de la constmcción es una condi-
ción fundamental para industrializar la producción.
Esto permite coordinar las dimensiones de los elemen-
tos que constituyen el edificio; estas dimensiones deberán
tener una gran elasticidad de empleo y facilidad de produc-
ción en serie.
Gracias a la coordinación modular, un elemento puede
M
Figura l. Corrddón
Podrdn colomrse m 1a
r & a h modulm de re-
ferew3a si sus medidas
se basan en d mdduJo:
1 1 1 1
1. Aiás ekmentos de la
misma dimcnsi6n.
2. Crupos de elemai-
tos que tengan la mis
I
ma dimensii
1
,*
,*m qki>. !.
-.,j~,,-tux,;L. G
3&-:
'=
i
3. Elementos de d i w
sas dimensiones.
i
1
Ante todo, será conveniente disponer de un restringido
número de valores oportunamente separados entre si, entre
los cuales se puedan elegir, con seguridad. aquellos que es-
I tán m8s adaptados a cada caso particular, sin tener que re-
1 currir a toda la sucesión de números naturales, que seria
1 perjudicial en el terreno de las aplicaciones prácticas.
1
i
En segundo lugar. la operación de enlace entre las mag-
nitudes imposible si éstas no son seleccionadas de un
modo conveniente y simultáneo.
Esta selección puede producirse, por un lado, por vía em-
pírico-expzrimentai, por otro, mediante pmcesos rigurosos;
pero se deberá tener siempre presente que es necesaria
una rcduccibn de los términos de la serie natural, o bien una
precisa correlación entre los términos elegidos de antemano.
Una selección hecha de un modo empírico puede condu-
cir a dos resultados:
1. Una serie obtenida eligiendo los términos de modo
que obedezcan a ciertas relaciones, en función de exigencias
particulares; en este caso, considerando la gran variedad de
procedimientos constructivos, los terminos hallados corren
el riesgo de no ser aplicables, a menos que sus dimensiones
correspondientes, para aplicar sucesivamente a los prcduc-
tos y al proyecto. no se impongan a priori por un organismo
central;
2. Una serie obtenida mediante una elecci6n c d , en
cuyo caso, y excluyendo automáticaniente toda correlaci6n
entre las magnitudes así obtenidas, se producirán sin duda
resultados insatisfactorios.
YKlE UllLlZA8LE
?REFEKENl€M€NTtPARA
SERIE PARA
LAS MEDIDAS
11 SERIE UTILIZABLE
PREF€RENl€MENlE
LOS TUMJOS SIN A U M R INDIVIDUALES PUA LOS A 0 6 A W S
--
b c i d
5
25 25
-
2
25
-
3
25
-
4
25
-=
10
-2
5
,
2x5
-
2.5
5
I
5
-/_--
a '1, b lb 7.5 l
10 1 1 0 10
12 ' 1 1 12 $12 12.5
15 15
162/, 17.5
laJ/+ M 20 20 :o
22.5
25 25 25 25 25 25 25
30
27'5 1 3 0 31
33 '/+
SI %
33 '/>
1
37 11;
32.5
35
37.5
' 15
40 40 "r 40
41 11,
42.5
43 1
', 45 45
47.5
M 50 50 50
.-,Lo- 50
- 50 50
62 '1,
66 '1,
72.5
75 75 75 71
77.5
80
82.5
85
17 '11 87.5
90 90 90
92.5
93 JI, 95 95
97 5 l
IW IW 100 IW 100 , loa 1 IOO 1 100 IWJ
Figura 3. Tabla de números normalizados de Renard
Figuras 4 y 5. to serie roja y la setic azul de Le Corbusier.
El esquenia parte de la
f i ~ q r ade un cuadrado,
y mediante un procedi-
miento particular basa-
do en la determinación
geométrica de la sección
lurea de un segmento.
sc con,truyen otros dos
cii~drndoscontigmos
itunlea al inicial (que
colorados verticalmente
currespondcnexac-
tanienie a la altura de
ii:i h o ~ i b r ccon el bra-
zo levantado), de tal
modo ~ U Lel cuadrildo
genera<lur resulta, res-
pecto 3 ellos, inscrito
rii rl e!i:gar del &&lo
recto*. Se determinan
asi, a lu 1 ~ r g 0de la ver-
tical. todas las porcie
nes de recia en relación
surea cntrr si. a las cua-
les corresponden medi-
das caracteristicns de la
estatura humana, defi-
nidas por esta razón c e
mo epoints decisifs
d'encombrement de I'es-
pace ... donc antropocen.
triques..
<al
Diagrama radiai
Las tres series se ha-
llan dispuestas radial-
mente, siendo sus bases
2. 3. y 5.
Se intercalan otras tres
series. de bases 6, 10 y
15.
- 9 S 2 4 8
La serie bidimensional
Se trataba de resolver el problema de combinar las tres
series, de tal modo que permaneciesen sus cualidades posi-
tivas y desapareciesen las negativas.
En una primera fase de estudio se relacionaron las tres
series entre si mediante una combinación de dos dimensio-
nes. La serie de Fibonacci se puso en el centro, la doble a
su derecha y la triple a su izquierda. El número uno es co-
mún a las tres series.
27 9 3 I 2 4 8
54 18 6 2 4 8 16
81 27 9 3 6 12 24 4
:
135 45 lb 5 10 20 40
216 72 24 8 16 32 64
Figura 14. LP( series modelo de tres dimensiones con los referm
c h necesarias pua indicar su utüirncidn y posibillici8w.
tiplos de 3" con los de 4", es necesario desplazarse hacia la
derecha sobre el eje X correspondiente a 3" y descender a
lo largo del eje Y correspondiente a 4". La intersección se
produce en 12" (cuadro 1 columna C), teniendo todos los
números siguientes a la derecha y hacia atrás esta prc-
piedad.
LM dimensiones del intervalo y del producto deben tener
una relación directa.con el módulo base. Por ejemplo, inten-
temos encajar la puerta de un aula. de 240": situamos 240"
(cuadro 2, columna E), es equivalente a 2 x M)" (cuadro 2,
columna C), siendo a su vez 6 0 equivalente a 36" +
24".
Pero 24" es equivalente, también, a 2 x 36", que es la di-
mensión de la puerta que habíamos empezado a instalar. En
el cuadro 2, columna C, 96" es equivalente a 60" + 36". sien-
do, además, 240". equivalente a 60" ( % de 240") +
180"
(W de 240") como se aprecia en los cuadros 2, columna C
y 3, columna C, respectivamente; por lo tanto, 60" es eqú-
valente a 36" + 24", y 180" puede subdividirse fhcilmente
con ayuda de los cuadros. De este modo, el proyectista pue-
de encontrar con rapidez todos los sistemas posibles para
utilizar determinados productos estándar que se adaptan a
un hueco dado.
Consideraciones tedrico-prcicticas sobre la serie modelo
La solución de números propuesta puede considerarse
parcialmente como un desarrollo de la ulambdaw platónica,
Figuras 1S-tl. Derivaciones de la lambda platdnim existentes ni Iri
serie modelo.
1
. Dos Kner & ri16n 2 v
X fi x2
n
Figura 27. Composicidn dinámica realizada con dimensiones de la
serie modelo.
Dimensión
Distancia entre dos lineas
Extensi611 de un cuerpo en una o
más direcciones
Unidad de medida
Patrón de medidas wnocidas mmo
el centímetro, el decímetro, la pul- C E N T ~ M E ~ ~ O
gada y el pie
Medida
Expresión num6rica. en cualquier
sistema de medida, de una magni-
tud lineal
Escala de
magnitudes
Se u t ü i i dos o ?O
sistemas de
medida:
el sistema m6tri.
co y el sistema
foot-inch. el uno
es decimal, el otro
duodecimal
Entendemos por dimerzsidn la distancia entre dos rectas
paralelas cualesquiera, debida, tambib. de otro modo
como la longitud del segmento detemllnado por estas dos
rectas sobre una perpendicular común (fig. 28).
Este segmento o dimensión es una distancia bien d&-
nida que necesita la ayuda de una unidad de medida para
poder concretarse.
El sistema de medida se basa en un patrón de medida
conocido, o unidad de medida. como por ejemplo el centí-
metro, la pulgada, el decimetro o el pie; medir significa re-
lacionar un segmento de longitud conocida con una escala
basada en la unidad de medida.
El nilmero de unidad de medida contenido en una dimen-
sión constituye su medida, siendo di£erente el valor aritmé-
tico de este número según el sistema de medida adoptado;
por consiguiente, un mismo segmento poseerá niuneros re-
lativos distintos según la unidad de medida considerada.
Sistema de medida
En los países europeos se utiiizan dos sistemas de medi-
da: el sistema métrico decimd y el sistema pie-pt~lgada.De
elio se deduce que, para una dimensi6n dada, existen dos nú-
meros diferentes; un centímetro es igual a 0,3937 pulgadas
e, inversamente, una pulgada es igual a 2.54 centimetros.
Si se admite la equivalencia de las medidas 4 pulgadas
y 10 centimetros, que son ambos números enteros, no p*
drán intercambiarse productos entre los países que utilicen
los dos sistemas de medida diferentes, ya que, en efecto, la
magnitud redondeada en pies-pulgadas, será siempre un poco
mayor que la magnitud métrica, no pudiendo entrar, por
ello, en la trama de la retícula modular métrica.
Pero, además de las diferencias de magnitud. existen las
de escala; los dos sistemas son diferentes, también por su
modo de reagrupar la unidad sobre la escala lineal: el uno
decimal, el otm duodecimal. Confrontando ambos sistemas,
pueden distinguirse dos órdenes distintos de magnitud: el
centímetro, el decímetro y el metro, la pulgada, el pie y la
yarda. 1 pie = 12 pulgadas. 1 yarda = 3 pies; 1 dm = 10 cm,
1 m = 10 dm.
Es evidente que tal diversidad en los sistemas de medi-
da, es incompatible en el ámbito de una cooperación indus-
trial en el campo internacional, cooperación que parece in-
dispensable para obtener el máximo beneficio de una coor-
dinación dimensional.
Sería suíiciente para resolver el problema, el estableci-
miento de una magnitud común, o módulo, que s i ~ e s tan- e
to de unidad de medida como de incremento dimensional,
para la totalidad de la producción internacional de la edi-
&ación.
Pem, así como es fundamental para la edificación que
tal módulo se halle en estrecha relación con la unidad de
medida y con el sistema general de medición, siendo necesa-
ria esta inmediata relación por consideraciones de carácter
práctico, este módulo (de valor internacional), no puede ob-
tenerse actualmente por la ya citada carencia de un única
sistema general de medición.
Con ocasión del ingreso de Inglaterra en la Comunidad
Europea de Cooperación Económica. los organismos inter-
nacionales correspondientes se hallan actualmente en nego-
ciaciones, a fin de discutir la posibilidad de transformar los
sistemas de medida ingleses en sistemas decimales. Este he-
cho resolvería por completo el problema, permitiendo la
adopción, a nivel internacional, de un único módulo base.
Línea wwdui~r
iwíadEs
?nodubes
Retícuia modular:
malla de 1 módulo
Retícuia de la plan=
malla múltiplo del
dulo
Plano modular
Medidas submodularesd'
El concepto de sistema modular, como se describe en el
primer informe de la A.E.P., preveía esencialmente para
los elementos, una gama de medidas modulares, constituida
por múitiplos enteros del módulo que tenían como medida
inicial el propio módulo. Una aplicación práctica en la in-
dustria, de esta versión simplificada del sistema, implica la
suposición de que, en todos los elementos empleados en
la wnstmcción, se u t i l i á n únicamente dimensiones múlti-
plos del módulo. lo que es enóneo.
Para ello, seria necesario ignorar las dimensiones de
aquellos elementos que, por su naturaleza, son forzosamente
inferiores a la medida del módulo base, como son, por ejem-
plo, los espesores de los paneles, de los muros, ciertos tipos
de laminados, cerrarnientos, etc. Durante la segunda fase del
proyecto A.E.P., se comprobó que, para facilitar la construc-
ción del ed&cio y con vistas a la aplicación industrial de la
teoría modular, sería indispensable integrar estas pequeñas
dimensiones en el sistema modular. Se crearon así, para las
medidas inferiores al módulo base, las llamadas dimensie
nes rsubmodularesa que pueden definirse como fracciones
simples del módulo base; por ejemplo 1/2, 114, 314 M, o en
términos de dimensiones: 5; 2,s; 75; 2; 1; 3 cm. Se supone
que la determinación efectiva de toda la gama de dimen-
siones submodulares, no puede hacerse simplemente con
las consideraciones teóricas o las enseñanzas sacadas de las
construcciones efectuadas.
La selección de estas medidas deberá seguir, por consi-
guiente, el procedimiento habitual de normalización, empe-
zando por un anáiisis detallado, tanto en el campo nacional
como en el internacional. de los elementos en debate. Defi-
nido. de tal modo, el papel de las dimensiones submodula-
res y su esfera de aplicación, se ha procurado estudiar su
empleo con el fin de utilizarlas en los casos recurrentes de
elementos que tienen dimensiones superiores al módulo.
Esta idea nace de una doble comprobación: por un lado,
con frecuencia se encuentran en el plano medidas iguales
a 112 módulo, colocadas en el centro de la línea de la re-
ticula (generalmente por razones de simetría), por otro se
evita que resulte difícil, para la industria, producir todos
los elementos mayores de un módulo, tan sólo con medi-
das de la gama modular. En este caso se piensa que las m e
didas submodulares pueden proporcionar una gama útil de
medidas suplementarias.
A lo largo de la fase de proyecto se han propuesto dos
métodos para e ~ a u e c e rIa gama de dimensiones modula-
res. mediante la utilización de submúltiplos del módulo: uno
consiste en añadir una dimensión submodular a múltiplos
enteros del módulo, es decir, a una medida modular, a fin
de añadir una nueva dimensión a la gama modular normal;
el otro consiste en multiplicar la dimensión submodular por
un número entero a fin de obtcner una nueva dimensión; en
otros términos, cada dimensión submodular se transforma
en una especie de módulo en miniatura.
Ulteriores estudios teóricos han hecho pensar que sería
extremadamente peligroso adoptar. sin reservas. el uso de
94
dimensione~submodulares para los elementos mayores que
el módulo. Utiliir dimensiones submodulares para obtener
nuevas dimensiones modulares, sea añadiéndolas a una m e
dida modular, o bien multiplicándolas por un número en-
tero, podría ser para muchos productos un método cómodo
de obtener medidas preferentes; en consecuencia, el uso ge-
neralizado de las dimensiones submodulares, con estos fines,
disminuiría la eficacia del sistema modular. En primer lu-
gar, se aumentaría notablemente la variedad dimensional
de la gama modular de los productos industriales, cuando
el fin principal del sistema modular es, precisamente, el de
reducir la variedad de todas las medidas, de un modo com-
patible con las exigencias del producto, las necesidades fun-
cionales y la necesidad de ofrecer a los proyectista un m&
todo suficientemente elástico. En segundo lugar, el empleo
generalizado de las dimensiones submodulares equivaldría
a suprimir el módulo base wmo unidad de crecimiento de
toda la gama modular. lo que disminuiria considerablemente
la posibilidad de sumar las diferentes medidas y, por consi-
guiente, la posibilidad de combinar directamente en la obra
los elementos modulares. La necesidad de introducir dimen-
siones submodulares en la gama modular normalizada no
se debe tan sólo a todo esto, como se podría creer.. Exami-
nemos de nuevo el asunto, relacionándolo con los planos y
proyectos. Supongamos la presencia, en un proyecto donde
se utilizan dimensiones modulares, de medidas fraccionarias
tales, que 112 módulo no represente más que una sistema-
tización del elemento con relación a la línea de la retída,
y no una variación de las dimensiones del elemento. Ya que
el desplazamiento del elemento modular se equilibra de for-
ma simétrica respecto al desplazamiento, igualmente de
medio módulo. de otro elemento, el espacio comprendido
entre los dos elementos seguirá siendo modular. Por otra
parte, si el desplazamiento respecto a la línea de la reticula
no se ha hecho por razones de simetría, sino por motivos
técnicos, y si no se desea desplazar el otro elemento para
realizar el equilibrio, el espacio intermedio probablemente
no será modular. Si se cumple esto, y a pesar de que el S-
pacio entre los dos elementos no se llene con Otros, carecerá
de importancia la existencia de esta dimensi6n no modular.
95
Cuando razones técnicas y econdmicas lleven a utilizar
medidas inferiores al módulo base, aunque no submodula-
res, podrán aplicarse tales medidas al edificio y a los dise-
ños que se efectiien, pero para las dinensiones superiores al
módulo, convendrá verificar todas las posibilidades de em-
pleo de los múitiplos enteros del módulo, antes de recurrir
a múitiplos de dimensiones submodulares.
1
Apwntes sobre la tcoria de las tolerancias
y les acoplamientos
ia tendencia de la edificacibn. de un modo cada vez m&s
rápido y seguro, hacia la industrialización, la competencia
llevada a un nivel paritario. entre los métodos tradicionales
de construcción y la prefabricación, las mejoras aportadas
a los procedimientos de ejecución en obra y a la organiza-
ción racional del trabajo, todo ello conduce de un modo
inmediato a la necesidad de estudiar y poner a punto una
teoría de los acoplamientos y las tolerancias.
Hasta ahora, los métodos de construcción se basaban de
manera esencial en el ajuste iil situ, ya que propiamente la
mayor parte de las obras se constm'an de este modo. Con
la prefabricación de los elementos de la construcción, que
llegan a la obra con un grado superior de acabado y en dis-
posición de ser colocados inmediatamente, tal ajuste ya no
es posible; Ias condiciones de trabajo en obra, por lo tanto,
se transforman de una manera radical exigiendo una cre-
ciente precisión en la fabricación de los elementos y un mon-
taje miis controlado.
De hecho. durante la fabricación dc un elemento hay nu-
merosos factores que impiden que se obtengan las dimensio-
nes exactas. Por ello los errores dimensionales han existido
siempre, afectando a todos los elementos que fonnan parte
de la construcción.
Es necesario, por consiguiente, que estos errores se man-
tengan entre ciertos límites, si se quiere que los diversos ele-
mentos ocupen efectivamente el espacio que se les ha asig-
nado. En los procedimientos tradicionales de construcción
era usual inspeccionar la posición de cada elemento y ase-
I1
gurar una correcta colocación con cortes y retoques. En
suma, era constantemente necesario corregir, retocar, cor-
tar, etc.
Con la llegada de la prefabricación de elementos inter-
cambiables, este procedimiento pertenece ya al pasado.
Ahora es inconcebible que deba efectuarse en la obra una
elección entre varios elementos, a fin de encontrar aquel que
mejor se adapte a una detenninada posición, o efectuar los
cortes y retoques en el momento del montaje. Cada elemento
debe fabncarse con una precisión y acabado que permita uti-
lizarlo directamente y dwplarlo de un modo automiitico con
cualquier otro elemento tomado al azar de entre las existen-
cias disponibles.*
Análogamente. si las medidas de ciertos elementos están
en función de un sistema prefijado de dimensiones modula-
res coordinadas, es indispensable prever ciertos límites ad-
misibles (teoría de Ins tolerancias). que tengan en cuenta
las inevitables irregularidades de la fabricación.
Por esto es necesaria la existencia de un sistema diien-
sional que permita conocer con anticipación las variaciones
de las magnitudes de los elementos. Este sistema debe ser
familiar tanto a los contratistas como a los arquitectos y a
los fabricantes, a fin de que el contratista pueda servir di-
rectamente los distintos elementos intercambiables, el arqui-
tecto proyecte de un modo compatible con la utilización de
elementos procedentes de distintas fábricas y el fabricante
racionalice sus métodos de producción.
Si se desea que la producción avance con regularidad,
de un modo independiente al de la demanda, que es fuer-
temente intermitente, es esencial que pueda producirse en
tkrminos de grandes series, por lo que las dimensiones deben
fijarse con anterioridad a los pedidos.
La imposibilidad de adaptar o modificar las dimensiones
de los elementos, exigc que estos sean intercambiables; éste
es precisamente el nudo de la cuestión, como sostiene
A. Gigou.=
Tal concepto de intercambiabilidad se halla implícito,
también, en la idea de serie. como producción de objetos con
caractensticas físicas constantes.
El problema requeriría, por consiguiente, razonando por
analogía, una solución semejante a la que se plantea en la
industria mecánica, y que lia sido brillantemente resuelta en
ella mediante la adopción de un sistema normalizado de to-
lerancias y acoplamientos.
No obstante, es oportuno hacer notar que si una solución
paralela aparece como la más apropiada, existen con todo
algunas diferencias sustanciales, debido principalmente a
estos factores clasificados por Gigou:
1. Medida modular
Medida expresada por un miil-
tiplo del m6dulo.
2. Medida de fabriC~'dn
Medida colocada en el dibujo
para la ejecución, y que, te-
niendo en cuenta las inevita-
bles imprecisiones de fabrica.
ción, debe verificarse en el
producto acabado. En este
caso, la medida de fabricaci6n
se encuenta entre sus iúni-
tes.
En este segundo caso la me-
dida de fabricación alcanza el
llmite superior.
En este último caso la medi-
da de fabricación alcanza el
limile inferior.
3. Medida efectiva
Medida verificada efectivamen-
te en el elemento acabado. Si
tal medida se halla compren-
dida entre los límites, el ele.
mento es aceptable.
Si la medida efectiva supera
' los limites, el elemento debe
desecharse.
i a s medidas modularei
designan también el es
pacio ocupado por el
componente en la retl-
cula modular.
Componentes
modulara
i
!
/
i
Si~ribolodel mddulo
4 8 12 16 20 21
Sucesión normalizada 28 32 36 40 44 A8
expresada en pulgadas 52
76 56 60 64 68 72
92 96
100 104 108 112 llb 120
1
Sucesión normalizada
expresada en
,
1 2
8
3
9
4
10
S
11
6
12
13 ld 15 16 17 1R
Medida modular
componente modular
Proyecto modulado
*
Figura 37. Casuistico de las posiciones de tos campos de tolerancia
de los tdnninos .vano= y arelleno* del acoptamimto simple, respecto
a fa línea de referencia o línea neutra
i vano
i
Medida moduiar
i
i Rdleno
Campo de tolerancia
del componente
Acoplamiento m6vil
Acoplamiento estable
do = juego
dr = interferencia.
B -üiiensi6n fundameniai
g -Distancia modular mínima
p -Toierancih de posición
d -Error modular minimo
S -Dimensión máxima
T -Tolerancia de fabricaci6n
s -Dmensidn mínima
D -Error modular maximo
caras de coordina-
ción de laminados.
caras de coordbm
ción de elementos
simples acabados
3
l
caras de cwnih-
ción de elementos
mmplejos acabados
Tipo de obra
Los forjados del edificio son de estructura mixta,maci-
zados en obra, con serpentines incorporados para el empleo
de calefacción con paneles radiantes en el cielo raso,comple-
tados, en cualquier lugar, con paneles radiantes en el pavi-
mento.
Se ha adoptado un tipo de elemento ce-co con solera
mixta, de 22 cm de altura e intereje de 33 cm.
La altura entre los suelos es de 3.10 metros; por tanto,
teniendo en cuenta, ademilás, un enrasado de hormigón de
05 cm, la altura interior libre es de 2,875 m.
En los sitios donde es necesaria la integración con el pa-
vimento, se han utilizado elementos cdunicos de altura in-
ferior para no aumentar el espesor de la solera.
Estando colocadas las vigas transversalmente al edificio,
todos los elementos prefabricados, voladizos empotrados y
grupos de paredes, se han puesto en el vano delimitado por
el envigado y las correas de enlace; por esto la investigaci6n
1 se ha limitado a determinar las dimensiones de dichos ele-
mentos manufacturados.
Procedimiento de construcción
En el artículo citado, se describe el procedimiento utili-
zado para la construcci6n de la estructura de hormigón ar-
mdo.
La determinación de las cotas en altura se ha efectuado
mediante un puntal calihrado. de longitud 3.10 m, en posi-
ción perfectamente aplomada. midiendo desde la cota 1 m+
por encima de un envigado sin acabar, a la cota I 1 m por
encima del siguiente. La materialización de las cotas se ha
efectuado normalmente sobre algunos pilares. trasladándose
despues a los demás mediante el nivel de burbuja.
Para la constmcción de la armadura continua del forja-
do, constituida por cajones de madera sostenidos por vigas
metalicas. se han tomado como referencia las citadas cotas.
utilizando para ello puntales con las medidas comprobadas.
Método de la investigacidn
Para el cálculo de la media de las medidas en altura wn-
11 seguidas, id como p a n la deteminaci6n del error cuadrá-
tic0 medio y del tipo de distribución. se ha adoptado el Ila-
!
mado método de los momentos.
\ Se& este prucedirniento, una vez determinados los e r m
I
res i de las intensidades de una medida provisional M', se
calculan los cuadrados, cubos y cuartas potencias de dichos
errores; los valores obtenidos son ponderados, sucesiva-
mente. con las respectivas freaiencias.
Se determinan luego los momentos medios de la distri-
buci6n respecto a la media arbitraria, momentos definidos
por la relaci6n existente entre los errores elevados a las va-
rias potencias y la población estadística; siendo, por consi-
@ente:
= tri
- f, -EX'¡ f,
-- -- -
primer momento
Tfi N
Xx'i'fi
segundo momento v~,, =
N
XX'? Ii
tercer momento ,V
,. =- -
N
B xpi4fi
cuarto momento =-
N
Para la determinación de la media efectiva de las altu-
ras, el valor obtenido para el primer momento respecto a
la media arbitraria, se suma o se resta algkbricamente, se-
gún el signo, al valor de la media arbitraria:
Indice de Pearson
Pasando a la aplicación del índice de Pearson, los valores
Bi y B. son los siguientes:
Indice de exceso
I
El valor de exceso es, por consiguiente:
E = -0,5155:
de lo que se deduce que la distribución de las medidas o b
tenidas es hipobinomial.
i Tolerancia de fabricación
1
Ya que la distribución es ligeramente asimétrica y se
aproxima a la distribución normal, puede considerarse como
campo de tolerancia el valor I2 o.
El campo de tolerancia de fabricación admitido es, por
( tanto, de 48 mm.
Notar
1. Cfr. British Standard 2900, 2.' parte, pág. 5.
2. El m&rito de la sistematización, verdaderamente orgánica y
completa, de la materia de las relaciones entre industria y ar-
quitectura, corresponde al profesor Giuseppe Ciribii, dwctor
del Centro per la Ricerca Appiicata sui Problemi deli'Edilizia
Residenziale, al haber introducido en el campo de la investiga-
ción cientaca los problemas de la producción industrial de la
edificación.
3. Cfr. British Standard 2900, 2.' parte, pag. 6.
4. Cfr. .la coordimation modulaire dans le bátiment., Primer In-
forme A.E.P., O.E.C.E.. págs. 13 y 14.
5. Este informe se publicó con el titulo de 'La coordination m*
dulaire dans le bátiment*, proyecto n. 174.
6. Para m& detalles véase *La coordination modulairer, Segundo
Informe A.E.P., O.E.C.E., 1961.
7. Estos problemas se tratarán aparte, al hablar del proyecto m*
dular.
8. Cfr. L.a actividad del U.N.I., Ente I t a l i i o per YUniíicazione y
de los organismos extranjeros equivalentes.
Cfr. E. A. Grifini. Elementi costrurtivi, pag. 5 y siguientes.
9. Cfr. British Slandard 2900, 2.' parte, pags. 7 y 8.
10. Cfr.'La coordination modulaire dans le bátiment., Primer In-
forme A.E.P.. pág. 11.
11. Medida nominal es el valor que se toma como base para
individualizar una determinada dimensión de un elemento, inde
pendientemente de las diferencias admitidas en los errores de
ejecución y de aquellas necesarias para obtener los juegos de
mterferencias, incluidas las juntas de conexión para el acopla-
miento de los elementos en el montaje. Cfr. G'iuseppe Ciribii.
d'remesse fondamentali all'unificazione del sistema de coardi-
nazione dimensionale in edilizia. en aEdilizia Popolarer, no-
viembre 1954, pág. 9.
128
12. Los conceptos de .vanon y .relleno. se examinarán en ia parte
dedicada a las tolerancias.
13. Este convenio ha sido adoptado el 31 de agosto de 1955 por La
A.E.P., y el 4 de junio por la LS.0. (comité T. C. 59, subcomité 1).
14. Cfr. British Standard 2900, 1.' parte, pág. 5.
15. Cfr. Enzo Frateili, sI1 modulo. en *La casar, n. 4.. pág. 138 y
siguientes.
16. Por ejemplo, en la serie de Renard utilizada los @rrYllos.
~l~u;l
1) laminados,
2) elementos simples acabados,
3) elementos compuestos.
Los laminados constituyen un grupo de productos que
presuponen un tipo de operaciones de carácter industrial;
en general se trata de un proceso de fabricación continuo
que produce, mediante un primer grupo de transformacio-
nes, las láminas, barras. tubos, planchas, etc.
Estos materiales laminados pueden utillzarse directa-
mente en obra, o bien transformados ulteriormente en la
propia fábrica o en otra. Como es natural, su utilización no
se halla restringida a la edificación, sino que tienen un vasto
campo de aplicaciones en muchas otras industrias.
Los laminados son, por tanto, materiales de construcción
constituidos por una sección definida y una longitud inde-
terminada.
Forman parte de este grupo:
bisdida * U)
157 puls
mm
Medida mirim. 610 nmi
2(P pulg
Mdih rnlnima 3m mm
1181 purg
Medida maxima ZSñI mm
9923 pulg
Figuro 45. Andlisis de las dimemwnes que poseen las pccrtac
existentes.
Austria
Bélgica
D i
Francia
Alemania
Italia
Holanda
Inglaterra
3) las dimensiones de los aglomerados se hallan compren-
didas entre 40 y 610 mm;
4) las dimensiones de las puertas se haiian comprendidas
entre 510 y 2250 mm; sc aprecia una gama limitada de
dimensiones, y existen claras correspondencias entre las
magnitudes utilizadas en lo$ distintos paises;
5) las dimensiones de las ventanas se hallan comprendidas
entre 300 y 2500 m, variando para cada país;
6) las dimensiones de los muebles de cocina se hallan wm-
rendidas entre 150 y 28W mm,estando completamente
normalizadas en cada país.
Un elemento m
dular tiene dos ca.
ractásticas p h
cipdes:
1. Su perfil debe
2. Sus d i x s i s
nes se determinan
que tiene asigna-
das en la retiaala
modular.
ción especifica. Con todo, es oportuno sin duda, aunque no
necesario, coordinar las estructuras y las instalaciones en
general, con la reticula modular principal de referencia uti-
lizada para la redacción del proyecto, y con las partes esen-
ciales del edificio.
Cuanto se ha dicho para los elementos complejos vale
para el conjunto del edificio: las medidas resultarán la suma
de las de los elementos modulares, pudiendo el proyectista
elegir libremente tales dimensiones. Notemos que, en algu-
nos casos, estas dimensiones estarán en función de un ele-
mento de gran tamaño, tal como una viga normalizada.
1. Cfr. Giuseppe Ciribiii. Architetiura e industria.
2. Cfr. .La coordination modulaire dans le bitiment~,pág. 42.
3. Ch: -La coordination modulaire dan6 le b8timents.
I Tonto la subdivisi6n como las definiciones se han obtenido in-
t& conceptos sacados de .La ccordination modulaire dans
le bi4timent.. y de las Hojas de B m Marti en la revista 8Ar-
chitectural Design* (véase la bibliografía).
5. Cfr. "La coordiition modulaire dans le bitimeutw. anexo X, en
donde hay una tabla comparativa sobre un aerto númem de
materiales. planchas, ladrillos. puertas, ventanas. etc. Cada uno
de estos grupos indica, como muestra la tabla 33, las princi-
pales gamas dimensionales de los productos existentes. En el
anelisis efectuado aqul se han utilizado elementos constituidos
por materiales mes comentes.
6. Clr. .La ~oordinationmodulaire daos le biüment., pág. l
CAF'flTJl0 CUARTO
I
.
. . ,,
-. ' ii
.. - -
-.
.- -.
Gamas de tamaños
1
l
Estudio de las gamas de tamafios para elementos
modulares
1. Gama de
elementos,
estudiados
para un edi-
ficio dado.
dientes de elem&tos,
estudiados por diver-
sos fabricantes, cu-
yas dimensiones pue
den ajustarse a las
n o r m a s naciona.
les. Normalmente no
existe ninguna rela-
ci6n dimensional en-
tre un grupo y otro.
3. Gamas modulares
de elementos, en las
que la magnitud indi-
vidual de cualquier
elemento o las diitin.
tas magnitudes con-
tenidas en un grupo
dado. pertenecen to-
das a una sene de
magnitudes wordi.
nadas.
La traza se define m
locando, horizontal y
verticalmente. l a s
medidas de las di-
mensiones modula-
res.
b ) La S diversas
magnitudes nece
sarias, dentro de
ciertos limites, y
sus dimensiones
aproximadas.
CJ Adaptaciún de
1a S dimensiones
anteriores a las di-
mensiones modu-
lares.
siguiente, magnitudes invariables y enteramente ligadas a
necesidades funcionales.
El niuneco de dimensiones necesarias para un elemento,
y la determinación exacta de cada una de ellas, depende de
las exigencias funcionales, condiciones de fabricación y wn-
sideraciones de orden ewnómico.
Las dimensiones de un elemento dado se hallan ligadas
a consideraciones de carácter funcional; con todo, puede
pensarse en efectuar a cada dimensión ligeras modificaciones
que la hagan modular, asegurando, además, la aditividad e
intercambiabilidad de los elementos (íig. 48).
i m
!
1
Diversas mmposi-
ciones de elemm-
tos quc pueden
conseguirre pani
m@j
. I
III
re~~aiar un espa- CDUI
mente, por ejemplo, existe una vasta posibilidad de elección
de paneles de cerramiento, de materiales diversos para usos
diversos y con toda la variedad de colores y acabados, pero
cuyas dimensiones varían enormemente. Reduciendo el nú-
mero de dimensiones, será posible conseguir para cada una
de las magnitudes modulares, numerosos tipos de paneles. lo
que aumentará enormemente la libertad del proyectista y
del COnStNCtOr, tanto en el momento de proyectar como
en la obra.
Adoptando una sola dimensión, o a lo sumo una sola
gama de dimensiones para una categoría de elementos que
pueden producirse con distintas calidades o con diferentes
materiales, se ofrece al arquitecto la posibilidad de elegir.
en cualquier momento. cuál es el que le conviene adoptar
-:l
80 in 200 cm 15 in 37.5 cm
6
-72 in
64 in
180
160
cm
cm
1 12 in 30 cm
-
- 10 i n 25 cm
5 60 in 150 cm 9 in 22.5 cm
-.
54 fn 135 cm 8 in 20 m
4 48 in 120 cm 6 in 15 cm
45 in 111.5 cm 5 ln 12.5 cm
4 in 10 cm
3 in cm
7.5
2 in
1 in
5 un
i ,2 cm
-
O
J
sin tener por ello que efectuar de nuevo en el proyecto el
ajuste del elemento considerado.
Reviste una particular importancia la elección de estas
dimensiones coordinadas para los elementos: tal elección
tiene una importancia capital, siendo considerables sus con-
secuencias.
Ante todo, Ia gama de dimensiones coordinadas debe res-
ponder a dos condiciones principales: la de la aditbidad y
la de la intercambiabilidad.
En 1943, Jean Pierre Paquet, arquitecto jefe del gobierno
francés, dedicó un estudio teórico al problema de la aditi-
vidd. Demostró que son suficientes tres elementos (fig. 49):
que tengan las dimensiones modulares oportunamente wor-
dinadas, para obtener por yuxtaposición cualquier áiien-
sión múltiplo del módulo: combinando, por ejemplo, lon-
gitudes iguales a 1, 2 y 5 módulos, se obtienen todas las
longitudes modulares, exactamente igual como sucede al
combinar la unidad de peso y las monedas divisorias, para
obtener cualquier valor.
Las posibilidades que ofrece la intercambiabilidad (figu-
ra 50) de los elementos, merece igualmente un examen pro-
fundo, ya que abre amplias perspectivas al arquitecto, per-
mitiéndole variar la utilización de los elementos normaliza-
dos en su proyecto.
Se llama intercambiabiiidad, a la facultad de colocar un
elemento cualquiera en un gran número de posiciones. El
grado de intercambiabilidad se representa por el número de
combinaciones o adaptaciones que pueden realizarse, con di-
chos elementos. en un intervalo dado.
Puede ser que, para un uso determinado, estas facultades
se limiten, en la prActica, a una sola posición; pero no es
inútil tener presentes las innumerables posibilidades que se
ofrecen y que pueden utilizarse en otro proyecto.
En la actualidad, la sistematización interna de las ofici-
nas, con elementos de cierre, aparatos de iluminación y ac-
cesorios móviles e intercambiables, es ya de uso común.
constituyendo un progreso incontestable en relación con las
viejas concepciones de los muros o cerramientos determi-
nados para siempre, o los aparatos de iluminación inamo-
vibles.
157
Ejemplo inglés de la utilización de la serie modelo en la bús-
queda de gaiizas de tanzaños para los productos.
1
I
1
técnicamente, y la medida eficaz de manejo para la puesta
en obra.
Los ladrillos huecos pueden fabricarse, a veces, en diver-
sas medidas, con limitaciones menores que las existentes
para los ladrillos macizos, con el fin de que tanto los distin-
1l tos bloques huecos como los macizos puedan utilizarse con-
juntamente en la construcción. En la actualidad. el mejor
ii ejemplo lo ofrece la escala de los bloques y ladrillos ale-
manes.
Para los productos de medidas medias deben elegirse es-
calas coordinadas de sus dimensiones. Estas escalas deben
hallarse en relación con las medidas más pequeñas y rígidas.
La elección de las dimensiones de ventanas y puertas es el
principal problema; estos elementos, pertenecientes a esta
categoría. han de poder adaptarse tanto a los muros por-
tanta como a las paredes divisorias, permitiendo una com-
binación flexible en cada escala individual.
A los productos de grandes medidas deben dárseles di-
mensiones basadas en una eficaz abertura estructural, de
modo que las diversas combinaciones de paneles y ventanas
se adapten a la propia abertura.
Las medidas del proyecto también deben considerarse,
de modo que puedan satisfacerse las demandas del área mí-
nima y máxima (particularmente cn los casos de bajo
coste).
I
Esta primcra subdivisión de los productos se ha efec-
tuado tan sólo para hallar un punto de partida al problema
real de crear gamas de medidas, relacionadas entre sí y adap-
tadas a las exigencias de cada uno de los productos.
Puede efectuarse una ulterior selección, tomando como
base la consideración de que los elementos fabricados (pr*
ductos de la edificación y algún equipo de la obra), pueden
subdividirse en aditivos y no aditivos, así como en divisi-
b l e ~e indivisibles.
Son elementos aditivos los ladrillos, bloques, paneles,
lajas, láminas, etc., los cuales han de poderse coordinar en
gran parte con elementos no aditivos, como puertas, ven-
tanas, viguetas. etc. Estos elementos requieren una variedad
de magnitudes que tenga en cuenta la necesaria flexibilidad
para el empleo correcto del material.
Para los elementos no aditivos, la variedad de magnitu-
des se determina mediante los fines propiamente funcionales
de cada elemento.
j
se demuestra que el número entero N (número crítico). y
cada número entero mayor que N, pueden expresarse como
combinaciones de a y b (o de los múltiplos de a y b). Por
debajo de N hay exactamente
i
números enteros que pueden expresarse como combinación
I de a y b (o de los múltiples de a y b).
Pasando a las dimensiones. el teorema afirma que una di-
mensión Nt, y cada una de las dimensiones mayores a Nt,
puede expresarse, sobre un trazado de intervalo t, como
combinación de las dos dimensiones base at y bt, siendo N
la resultante de dos valores dados para a y b. Análogamente,
por debajo de Ni (dimensión critica),
N
--1
+
I - 1 *. AII? 2
i t
: 16 dm, 28 dm y 26 dm
165
A continuación, la derivación se podrh obtener de esos
temas de un modo rnatemhtico: cada sondeo de la realidad
de los fenómenos, tanto naturales como técnicos. aunque sea
restringido y no muy profundo, reclama la constante apela-
ción a leyes más próximas al mundo de las progresiones
geomktricas que al de las aritméticas. Dan fe de eiio, en un
caso, los criterios ligados al crecimiento biológico, y en otro,
la mayor utilizacibn de las series de magnitudes basadas en
los números normalizados o de Renard.
En este caso, las progresiones geométricas más sencillas
con carhcter aditivo, son las que tienen wmo razón respec-
tivamente los valores 2 y 3.
La interdependencia entre los temas generadores, se ase-
gura mediante la relación existente entre los números pri-
mos indicados. propia de la denominada serie de Fibonacci.
Es ésta una sucesión de tdminos (a la que pertenece tam-
bién la gama amodulor~de Le Corbusier), en la que un valor
cualquiera es la suma de los dos precedentes. y en la que
la relación o razón entre las magnitudes es variable y tien-
de al notable número 1,61803398875... o ~sw%i6n Aureai, de
un segmento.
Las tres condiciones anteriores, por consiguiente, deben
respetarse, pudiéndose representar esquemáticamente el con-
junto de relaciones en sentido creciente como en la figura 52.
El sistema de gamas
Sin embargo, a la industria se le ofrecen otros métodos
de elección sistemática, además del ya citado de las escalas
numéricas: basta recordar aquí el recentísimo criterio de-
nominado asistema de gamas., especialmente útil en la bús-
queda de selecciones funcionales.
Dicho sistema, expuesto por Vasserman, se basa en el
concepto de la disminución progresiva de los términos de
los valores inferiores respecto a los de los superiores en
cualquier escala numérica o dimensional.
Vasserman toma, como punto de partida, el módulo base
convencional (M = 1 dm) y considera como unidad de me-
dida de los intervalos o gamas en que se subdividirá la es-
cala de los múltiples del módulo base, el gran módulo de
12 M = (1); como leyes de delimitación y separación de las
gamas utiliza la parábola de ecuación:
y=$-x+1
con el eje desplazado el valor 05 respecto al eje de las or-
denadas, y con la tangente en el vkrtice desplazada el valor
0,75 respecto al eje de las abscisas. Si se colocan en las abs-
cisas valores equivalentes al gran módulo, dividido en 12
partes de 1 dm, las secantes a la parábola, en las interseccio-
167
nes de la misma con las ordenadas elevadas en sus valores
correspondientes (11, (2), (3), (4)... trasladadas sobre el eje
de las abscisas, definirán los límites de las sucesivas g v ;
la referencia en las ordenadas, a través de la secante, de las
12 divisiones de cada gran módulo, leída en la abscisa, de-
finirá la medida de la separación de los términos en el inte-
rior de cada una de las gamas diensionales (fig. 53).
170
eTegido como punto de partida en la figura 54, ya que parece
ser la medida más pequeña del modelo que, al subdividirse
del modo descrito, origina un grupo de dimensiones que
pueden utilizarse en la escala de los productos.
1
I
b i i de revestimiento iguales para una determinada di-
mensi6n.
Si se desease un intervalo de 6". los paneles producidos
con la plancha serían de 12", 18", 24" y 36", y los de cemento
de 18". 24" y 30". El ejemplo demuestra cómo esta segunda
categoria de paneles, puede elegirse con más libertad que la
constituida por paneles obtenidos mediante corte.'
1
Asi como cada medida debe elegirse en funci6n de sus
propios meritos, estas reglas deben ser el resultado de es*
Figura 58. Selección de medidas para la determinación de una gonui
de tamaños para pnneles.
Solución propuerto
Hay,por consiguiente, siete medidas de anchura de ven-
tana que permiten los intervalos de 9" y 12"; son: para la
escaia de 9" de intervalo, 27" + T,27". 45", 36", que es W-
m h a las dos escalas, y para la escala de 12" de intervalo,
nnno
24". 48" y un joker de 24" + T (fig. 62).
l
Figura 60. Fmnüia de v e n t m con tres medidas base (27". 36"'y
+
45") y un j o k r (27" T).
joker
!
COMBINACIONES
Para ciertos &es, puede ser útil introducir una veatena
menor, que podria ser de 18" 6 12", es decir, la primera
medida de las dos escalas.
Estas son, por tanto, las medidas base que afnmtan hs
necesidades generales, tanto de la industria de la albaEüuía
i ó
~ 1 "rr"
1 ~
48''
mml
sd' rr" rr"
m $jj
81"
27 18
36
27GT 45 24 24 &S 1
+
ün segundo jokcr de 24" 2 T,permitida otras combi-
naciones (joker pensante). Utiiiiando una medida de 24" +
+ +
2 T o de 27" 2 T, podrían combinarse tres ventanas con
un joker, cuatro ventanas con dos jokers o cinco ventanas
con tres joker (fig. 64).
Un travesaño, de una medida de 10'. podrá suministrarse
de vidrio, con dos ventanas de 36" y dos joker, uno de
+ +
24" T y otro de 24" 2 T (fig. 64).
Las grandes superficies vidriadas de escuelas, fábricas,
etcétera, probablemente necesitaran utilizar esta extensión
del joker pensante; con las bases previstas, todas las me-
didas adicionales de las ventanas puede relacionarse y uti-
lizarse con la escala base. El principio establecido aquí sa-
tisface cualquier necesidad modular, si bien se podría desa-
rrollar, también. una escala que poseyese un intervalo de 5".
8" o cualquier otra dimensión.
La figura 57 clasifica las familias de dimensiones y sus 1
intervalos, de modo que cada constructor pueda elegir la l
que corresponda mejor a sus exigencias.
Un constructor que produzca ventanas para ser utiliza-
das con la escala de 9" y 12". deberá considerar la familia
de 72".
Las dos escalas de ventanas propuestas, tienen solamen-
te cinco anchuras posibles de ventanas para la altura del um-
bral, ya que los jokers no se utilizan nunca solos al no con-
182
Figura 63. Familia de ventanas con tres medidas (24". M" y 48")
y un ioker (24"+ T).
COMBINACIONES
Figura 64. Uso del joker y del joker pensante.
-
1, = ioker h s e + T - J2 = joker -bose t 2T -
1. Empleo de la re
ticula de referencia
en unn carta topo-
gr-
La retínila permite
expresar la relaci6n
entre dos magnitu-
des diferentes.
2. Empleo de la re
trcula de referencia
en un mapa
La reiícula sirve pa-
ra definir y me& la
posición de las ca-
lles, ríos y casas en
el mapa.
3. Empleo de la re-
ticda de referencia
en la construcciáL
190
Figura 66. Trazado de referencia de disposicidn paralela.
Punto de referencia
Linea de referencia
1
\
t
Reticula de referencia
Trama de referencia
'1
Reticula modular
Reticula de la planta
Retinilas para
elementos
"
1) Retfcula modular propiamente dicha, u t i h d a en el di-
seño de elementos tipo en la fase de estudio de los de-
talles wnstnictivos, con vistas al acoplamiento e inter-
cambiabiidad de los componentes. Se halla constituida
por una reticula en la que las líneas de referencia, nor-
males entre si, están colocadas w n intervalos de 10 m
de lado (trama modular).
2) Aetfcula de proyecto, utiüzada para la redacción gene
ral del proyecto del ediíicio; esta reti- se dimensio
nará normalmente en múltiplos del módulo del orden
de 6, 8, 9, 19, 12, 15 módulos!
3) Retictrla estructural, utilizada para la puesta en posi-
ci6n de los pilares y vigas; esta reticula se dimens-
i nonnaímmte en miiltiplos del módulo &l orden de
20, U)m6dulos.
4) RetÍda de obra, u t i l i d a para la puesta en posición del
producto fabricado y la colocación en obra de los ele-
mentos que lo componen; se dimensionará normalmente
en múitiplos del orden de 40 módulos, y de una forma
l
I
intima se relacionará con la retícula de proyecto.
l
Simbología adoptada en el proyecto modular
1.
a) Módulo M
nM
b) Dimensión
C) Medida modular
d) Medida de trabajo
Medida máxima y minima
Tolerancia
e) Medida submodular
Medida no modular
L.
a) Línea de referencia
b) Línea de reticula
C) Eje ------------
3.
a) Medida modular
b) Medida maxima
Medida minima
C) Medida no modular
l
4.
a) Dimensión de los comw
nentes modulares
b) Dimensiones modulares re.
feridas a los eies I
c) Dimensiones de trazado
d) Dimensión modular prin-
cipal
e) Dimensión total modular
4
múltiples del módulo, por lo que una dimensión que mida
60 cm, por ejemplo, se indica con la escritura 6 M.
No es Iiecesario acotar siempre los dibujos, siendo pre-
ferible acotar las lineas de retícula, en los márgenes del di-
bujo, lo que da la exacta posición, en todos los dibujos del
proyecto, de cada uno de los componentes, así como su me-
dida modular, la cual se obtiene de la diferencia entre los
valorcs de las lineas de reticula que - contiene el compo-
riente.
La máxima y la mínima medida de fabricación se indi-
can mediante una flecha abierta regruesada (fig. 68, Id), o
con la flecha cerrada y uno de los símbolos más comunes
en los dibujos de los componentes.
El campo de tolerancia se representa mediante el mismo
signo citado últimamente.
Las medidas submodulares y no moddares se represen-
tan mediante una recta limitada en sus extremidades por
dos puntos (kg. 68, lc).'
rado.
Características de los detalles
modulares:
marco de puerta con otro
marco de puerta;
m.
@,y?
- in
,w*2, 8
.., 4.. ..r&,*--.,Lq,, ,
!. e .
marco %e puerk con ven-.
< A-. , ~ .' r, ~ h
PLANTA SEC
ésta como aquél se hallen contenidos dentro de las mis-
mas líneas de referencia;
2) el segundo se consigue proyectando de manera que la
dimensión comprendida entre las lineas del centro de
las paredes y columnas, posea una medida contenida en
la serie modelo, mientras el elemento de relleno posee
esta misma medida menos el espesor del pilar o del
muro.
Figura 74. Tres modos de organizar el relleno en relociát con &
estructura
Gd~"mw' 6
i0
i 160
i' 60;um' ! m't
-
KfFf
,
I PASILLO i I PASW f
3) Fragmento de mamposterIa
modular formada por ladri-
110s modulares.
4) Fragmento de mampostería
modular formada por ladri-
llos modulares.
5) Fragmento de mamposteria
modular formada por ladri.
110s que poseen solamente al-
gunas dimensiones modulares.
, .
6 ) Fragmento de mamposteria
modular formada por iadri-
110s no modulares.
to, compuesto por ladrillos, proyectado para ocupar un es-
pacio modular.
De hecho. no tiene mucha importancia, para obtener una
mampostena modular, que los ladrillos sean modulares, ya
que es suficiente que, mediante el acoplamiento de oierto
número de ellos, se alcance, a partir de cierto límite, una me-
dida modular (fig. 76).
Desde el punto de vista del espesor, existen dos posibii-
dades en la posición del muro respecto a la línea de refe-
rencia:
w l:&q -'
y
-%-&S
'di
.a.
... -
.
*4&d
m.
m. nn a c d k dr un 1
Cai,,+ mn la línea de
m ci ejemplo
=en el prinm a.
30, la estrucm (entre lar
caras sin acabar) del mu-
m posee un s m d o m
dular. lo quc no nvrde
en el^^.
-
Coinride mn la Unea de
rrfamái: el? el primer
sow, el crpaoo del muro -S
S modular. ui el segunda.
no modular.
Figura 78. Posicidn del muro respecto a la finen de referencie
1. Se ha utilizado un @O
rePr
ti de p e l . que
de un módulo Y
la 10nsaid. inhm un
m a o n Ii m l d de
c i h , sin que se modifiquen las posiciones r e c i p m de
los mismos;
3) en el caso ilustrzdo en la figura 79.3 se utilizan dos pa-
neles, el uno de longitudes respectivamente iguales a la
medida de la retícula, e inferior en un módulo a la me-
dida de la retícula el otro; esta solución ofrece la ventaja
de que el espesor de los paneles más delgados puede va-
riarse según las necesidades del proyecto. Este ejemplo
constituye la base de las construcciones cross-walln,
utilizándose, tambi6n con mucha frecuencia en los pro-
yectos de muebles;
el último ejemplo de la figura 79, 4 es el más complejo;
se u t i i i i aun dos paneles cuyas medidas son iguaies a
las del caso precedente; si bien la disposición de los pa-
neles ha cambiado, el que posee un espesor menor pue-
de variarse sin obstaculizar el esquema ilustrado.
CJ Pilares de distintos ma
teriaies pueden sopor-
tar diferentes cargas
ocupando el mismo es
pacio moduiar.
224
Utilizando estructuras compuestas, se aumentan las posi-
bilidades de mantener las mismas medidas modulares en
planta para diversos tipos de carga, y sólo varia el espesor
de los *es lamiidos que constituyen la estructura.
De todo esto se deduce, que la utilización de medidas m+
dulares para los piiares u otros componentes de cardcter es-
tructura¡, no impide que un estructural sea econó-
mico,aunque introduzca medios contrarios al modo habitual
de proyectar.
La sección m í n i i de 10 un parece, a primera vista, des-
ventajosa para un dimensionado económico de las estructu-
ras; no obstante creemos que w n lo dicho, se ha indicado
el modo de obviar este inconveniente.
! 3. Suelos
1) la estructura portante;
2) el pavimento;
I 3) el cielo raso.
!
3. La ruwfficie M o r del
w l o acabado minuds m la
línea de m+mh.
El nverfim<nito. La CIVUEN-
ra pownte y el cid? nx>
tienen dimmsioner m b k .
4. Escaleras 1
Las escaleras pueden r e a l i s e mediante la superposi-
ción de peldaños, o mediante una rampa totalmente prefa-
bricada o ejecutada en obra."
Dado que las medidas de las huellas y contrahuellas se
determinan en función de exigencias funcionales, estas me-
didas no pueden ser modulares; sólo podrán cerlo, por con-
siguiente, las dimensiones totales de la rampa: proyecciones
horizontales y verticales.
Este problema sólo ha sido tratado en el informex sobre
el proyecto realizado por la Modular S o ~ i e t y . ~
5. Instalaciones
El problema de la correlación entre las líneas de referen-
cia y la disposición de los diversos conductos de distribu-
ción y de los aparatos que alimentan, presenta la misma im-
portancia de puesta en posición que en los otros elementos.
En un edificio pueden distinguirse cierto número de ins-
talaciones mediante su función: calefacción, ventilación,
instalaciones sanitarias, distribución de gas y electricidad,
etcétera. Todas estas instalaciones obedecen a exigencias
propias, siendo su único carácter común la existencia de una
trama de tuberías, canalizaciones y conductos, ligados a
cierto número de elementos propios de cada instalación: ba-
fieras, radiadores, tomas de corriente, etc.
Actualmente es normal, en las obras en c a e s t r u c c ~aco-
,
plar estas instalaciones cuando el ediicio está ya terminado,
dañando la construcción para insertarle las canalizahs.
Dado el uso cada vez mayor de estas instahciones y la
posibilidad de un premontaje parcial del conjunto de tube-
rías y diversos grupos de aparatos: se hace indispensable
prever, con exactitud, la ubicación de cada instaíacíón. No
son raros los ejemplos de edificios en los que no se ha pre-
visto el espacio suficiente para las instalaciones.
La utilización de un sistema modular de referencia per-
mitirá evitar tales errores, ya que, de hecho, no existe una
coordinación en la construcción, si no se precisa exacta-
mente la posición de cada elemento.
En las diversas instalaciones subsiste, por motivos fun-
cionales, cierta coordinación dimensional entre los elemen-
tos, considerados aisladamente; sin embargo, cada ulterior
esfuerzo de normalización y simplificación choca con la au-
sencia de un sistema general de coordinación que permita
precisar la posición relativa y absoluta de los empalmes de
las tuberías y aparatos.
La existencia de un sistema de referencia modular será
indudablemente utilísima para tal fin.
Como todos los aparatos están ligados a una trama de
distribución, puede fijarse su posición tomando como base
la reticula de referencia (fig. 82), determinando la ubicación
de los empalmes con relación a aquéllos y creando así tam-
bién, indirectamente. el enlace de los tubos y las canaliza-
ciones con el sistema de referencia.
Las secciones de los tubos y canalizaciones son poco im-
portantes a efectos de la coordinación; en la mayor parte de
las veces son inferiores al módulo, no teniendo ni siquiera
una incidencia indiiecta sobre su posición. Son más bien
los mlltodos de unión y los diseños de los empalmes y de las
piezas especiales utilizadas para establecerlos los que p u s
den definir dimensiones y crear relaciones w n la trama
modular.
De esta manera, todas las instalaciones del edificio se
relacionarán con el sistema de coordinación modular, por
l
1 lo que las dimensiones longitudhales de los tubos se deter-
rninarb tomando como base este ~ i s t e m a . ~
229
Por lo que respecta a los aparatos o elementos de las
diversas instalaciones incorporadas a la constmcci6n, bañe-
ras, frigonficos, radiadores, etc., basta con que algunas de
sus medidas sean modulares; los tres ejemplos de la figu-
ra 83 muestran claramente miles son estas medidas.
Figura 82. Los ensem paro ia cocina en reinn'idn con lo retícuia de
rEfer&
Aparatos
Sus dimensiones
de conjunto son
modulares.
Empalmes
Sus posiciones es-
tán relacionadas
con la retinila
modular.
Tubos
Y canalizaciones
Suslongitudes M>II
modulares.
i
Figura 83. Aplicaciones de las medidas modulares a los aparatos
sanitalios.
bieG :
@
l
a
p.
1. L. d < W y la mhto-
didad bdividualw esp%
d., d v l a r ON* a d
plano. Las d"&s medidas. ex.
l
i
l
2. Valen lar mio,mar m i d e -
mimies del caro pr&=deutc. -
t 1 e:&- i
3. En la b a l i ~wni impor-
untes lar &das de lownid
g anchura g. qu. debiCndooe
D- la mribiüdad de un re.
1. Espacios
moduhw. mmiEa-.iGJ
2. Componentes
modulares.
3. ~mponentes D U O ~ O C I O ~ O I ~ U
modulara
en espacios El 00 I 0
modulares.
u u n m n o o o o i n
En la hgura Y1 se ilustran aigunas composiciones resu-
tantes de la combinación de parejas de distintos elementos.
9' o*
4
cuyas juntas están colocadas, en todos los casos, sobre la
1 línea modular. Por esta razón, una anchura de baldosa que
sea un múltiplo distinto del módulo no está nunca centrada
con una anchura de baldosa que sea un múltiplo igual al
módulo (por ejemplo 3 M y 6 M), de lo que se deduce que
debería existir un desplazamiento de medio módulo entre
la baldosa y la línea de la retinila modular para que se ve-
rificase tal condición.
El número de combinaciones posibles es muy superior al
I
6"JD
5xm
4x21
Iilb
6.27
2SIl
4x22
si3
3x87
4.n
b.29
l. 6
2.11
1.11
di14
5.D
4 ~ n
3.19
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4x26
1.w
4.a
l. 7
Irl.
3.21
4im
1.ñ
3.P
2.15
4.10
3823
1. 8
1. 16
3.24
3x25
2.v
1.m
1. 9
2.111
3.27
3.21
2.IP
3.m
1x10
1.m
lill
2.21
1x11
2XP
2.23
1 i12
2.14
2 i 4
1 i11
2.26
2.27
1.1.
2.3
2.ñ
1.15
2.11
,"Id
1 r 17
1x19
,,,S
1.w
1i 2 l
1.P
ti23
1.24
1x2s
1.26
Iin
1 x 3
l i ñ
IxÑ
t
que se ha iiustrado aquí, por lo que la gama de posibilidades
puede extenderse ulteriormente:
i 3)
4)
variando el color y el material;
admitiendo partes de módulo.
Altura de coordinnción:
La altura de coordinación de las paredes es igual a la al-
tura del vano sin acabar. Las paredes colocadas sobre un
pavimento acabado deben prever el modo de absorber el
espesor de los distintos tipos de pavimento, y de revesti-
miento del cielo raso.
254
! 15. No obstante. si se presenta esta necesidad será oportuno valerse
de las medidas ntbmoduiares.
1
1
16. A parür de este momento omitiremos la palabra modular al
referirnos al componente, advirtiéndolo, en el caso de que no
losea.
17. Esta posición puede ser necesaria en ciertos casos como sucede
i por ejemplo, con el lavabo de la figura 70.S cuyo desagüe está
colocado en el centro de un espacio modular, lo que pennite
insertar el mnducto &o, dentro de la retiada modular.
18. Este caso puede producirse al acoplar medidas modulares con
medidas submoduiares a En de obtener una medida total mo.
dular. Por ejemplo, en el segundo uw de la figura 70, 3d. se
ha colocado el pilar en el nuce de la reiiaila esímctwal, ob.
tedémiose un espacio modular (2 M) al sumar la medida del
l
k
21. Cfr. E. Eiuedumk, op. cit., pág. 49 y siguientes.
22. Cñ: =Lcoordination modulain dans le Mtiments, pig. 76.
23. Cfr. Hojas de información ns. 16 y 17 de Bmce Manin en .Ar-
diitectural Designa, diciembre 1959.
24. Cfr. Hoja de información u. 23 de Bmce Martin en .Architei
tural Design., abril 1 W .
25. Cfr. .La mordination modulaire dans le Mthentn, pág. 74.
26. Cfr. E.k Griífini, Elemenfi costruztivi nclf'edtluui, pAgs. 203-211.
27. Cfr. op. cit. en la nota 7.
28. Cfr. .The Modular Assembly. en aThe Modular Quarterlym, oto.
ño 1958,
29. Cfr.Konrad Wachsmann, op. cit., pág. 147. Con relación a este
tema, recuérdese. también, el grupo prefabricado cTognlw.
30. Cfr. L a coordinatim modulaire dans le bHtiment*, pa& 78.
31. Cfr.Hoja de información n. 22 de Bmce Martin en .Architec-
turai Designn, abril 1W.
32. Cfr. Esto su&, tambidn. en los dibujos de cenamientos en
los que sólo se indican, completamente. los nudos de los dos
exfiemos.
33. Cfr. op. cit. en la nota 7.
34. Esta relación, conteniendo todas las características de cada
componente. debe acompañar, necesariamente, a cada proyecto
modular, junto con las especiíicaUones del mimero de elemen-
tos previstos en el mismo.
35. Cfr. Hoja de información n. 18 de B ~ c Martin
e en aArchitec-
tural Designn, febrero 1960.
36. Tanto en el faso de combinaciones lineales como en el de mm-
binadones en dos direcciones, el espesor del componente no
tiene importancia, ya que es un problema que vuelve a plan-
tearse al estudiar los diversos componentes que se introducen en
las combinaciones.
37. Cfr. Hojas de infonnación nos. 18 y 19 de Bruce Martin m sAr-
chitectural Designr, febrero 1960.
38. Las variaciones de los colores están reguladas, también, por
leyes matemáticas. En este sentido, se efectuaron diversos es-
tudios por la Bauhaus de Weimar, en el curso de Kandinsky;
existe una hoja para la uniñcación de los colores (British Stan-
dard 2660, 1955), en la que la selección se ha desarrollado, en
el plano metodológico, de un modo análogo a la selección de
números efectuada para hallar las gamas diensionales (Cfr.
G. Ciribii, op. cit. en la nota 3, págs. 18 y 19).
39. Cfr. Hoja de información n. 14 de Bruce Manúi en drchitec-
tural Design*, octubre 1959.
BIBLIOGRAFIA GENERAL
1
1. Le Corbusier: Le Modulor, edici6n Architecture d'au-
jourd'hui, marzo, 1950; El modulor, 2 vols., edirorial
Poseidón, Buenos Aires, 1953.
2. Ehrenkrantz D. Ezra: The Modular Number Paítern (El
número modular tipo), Alec Tiranti Ltd., Londres, 1956.
La obra se divide en dos secciones: en la primera, el
autor presenta todas las tentativas efectuadas para esta-
blecer series numéricas aptas para crear selecciones d&
mensionales de diversa aplicación en el campo de la edi-
ficación, presentando sus ventajas y desventajas.
En la segunda parte, después de explicar su origen. irata
del desarrollo de un nuevo instrumento, el .modular num-
ber pattern~o ssene modelos para la selección dimensio-
nal en la coordinación de la industria de la edificación,
deteniéndose particularmente en lo referente a la estmc-
tura y las aplicaciones del paradigma numkrico.
2.1 Bibliografia de la introduccidn
2.1.1 Butler Samuel, Ernuhon, Pengum Books (reimpresión 1954),
Harrnondsworth, 1872.
Es una sátira que cuenta la situación de un pueblo
que ha creado la máquina. incontrolada, que podría des-
t r u i ~la libertad de los hombres. Debido a ello, el propio
pueblo suprime la miquina y la ciencia.
2.1.2 Mumford Lewis, Art and Technics (Arte y técnica), Oxford
Umversity Press, Oxford, 1952.
Da una visión general del conflicto entre diseíio y tec-
nología.
2.13 Russe1 Bertrand, The Scientific Outlock (La perspectiva cientí-
fica). Allen & Unwin. Londres. 1949.
Describe la trama de nuestro mundo tecnológica actual
que, m6s que servir al hombre, lo condiciona.
2 2 Bibliografia sobre la prefabricacion y la coordinación modular
22.1 Adams N. W. y Bradely P.. The A 62 Guide for ModuIar Coor-
dination (la guía A 62 para la coordinación modular), Modu-
lar Service hsociation, Boston, Mass., 1946.
Explica el sistema americano desarrollado por Bemis
con un espacio modular de 4", que sirve de referencia
para todos los componentes y detalles, aunque no utiliza
-
dimensiones ~referentes: contiene aleunos estándares v
detalles tipo austrados.
222 Bemis A F., The Ewl* Houce (La transfomci6n de la
casa), wl. 3,: Rational Design, The Tecnical Press, Mass., 1936.
Trata de la foordinaci6n modular como ayuda de la
producd6n en masa y la estandardiración; teoría del
diseiio modular cúbico se expone y aplica a distintos tipos
de edificios. No se define la dimensi6n del m6duio base.
223 BergvaU y Dahlbng ( m s . C. Bnuelius), Report on Modulnr
Coordination (Informe sobre la coordinaa6n modular) Fedn.
Swedish Industries, Estofolmo, 1946.
Es ion descripción del trabajo te6rico desarrollado en
Sneda con un módulo de 10 cm,paralelo, y sóIo aparem
temente independiente, al trabajo desarrollado en Améri-
ca; la aplicación de las instalaciones y de& servicios
posee un notable intek.
22.4 ie Corbusier (trans. de Francia and Bostock), Le Moddor.
Faba & Faber, Londres, 1951. El Modulor, 2 vols., editorial
Poseidón, Buenos Aires. 1953.
22.3 Dietz A. G., Sense and Shclter (Sentimiento y pmtecci6n) Tech-
nology Revicw, Cambridge. Mass., 1942.
A ~ I M que la simpüíicación y estaudardbaci611 de las
partes estnicturales, la coordinación e intercambiabilidad
de los elementos, la existencia de al- m6dulos fun.
damentales m los cuales puedan basarse todas los ele.
mentos. tanto estnlflurales como mednicos, y el montaje
rApido, son los requisitos bhsicor de una prefabncación.
22.6 Hall Clarke Denis, Prefabricafion(La prefabricación), Copy of
Report at Building Researcb Station, Watford, Herts, 1941.
223 Hartland M. Thomas, Cheoper Building (Edificios más bara-
tos): the Cantribution of Modular Cmrdination, Roya1 Saiety
Journal, 9 de enero de 1953; Architects Journai, 18 de diciem-
bre 1952.
Es un a W o que pone en evidencia la importancia
de una coordinación modular y que propone la fundaci6n
de la Mo&dar Society con el ñn de desarrollar un módulo.
a escala humana, de cerca de 40".
22.8 Keüy Bumbam, The Prefabricarion of Houses (La prcfabrica-
ci6n de ias casas) Technology Press, Cambridge. Mass., 1953.
Describe la historia de la prefabricación americana, ex-
plicando e ilustrando diversos sistemas y tendencias.
22.9 N d e r t E., The Slandardization of Measurements Vi Buildings,
Building (La estandardizaci6n de las medidas de los edificios)
abril. 1953.
Es una rebci6n sobre el desarrollo de la coordinaci6n
modular en Alemania que incluye una tabla de niirnexos.
referidos a dos m6dulos base de 125 y 10 cm, con sus di-
mensiones preferentes (Neufert's Oktameter Sistem).
258
I' 22.10 Ministerio de Educación, Report of Technicd Working Pariy
l on School Construction (Informe sobre la reunión t$cnica de
trabajo efe~tuadaen la Escuela de Construcción), H.M.S.O.,
Londres, 1948.
En el apéndice primero se refiere a las reglas de la coor-
dinación modular. siguiendo el uso de una retinila de p m
vecto de 3 6 4'. en wmbiición wsiblemente con un m&
i d u ~ omenor. '
22.11 DXinisterio de Obras Riblicas: Comité uara los Estándares,
Furlher Uses of Standard5 in Building (Necesidad de promo.
ver el uso de los estándares en la ediKcaci6n) H.M.S.O., Lon-
dres. 1946.
Posee un memorándum sobre la txmdhci6n modular
que examina las ventajas y desventajas de la aplicación de
los mádulos de pequeñas dimensiones a los wmponentes
de la constntcci6n. wncluyendo que este tipo de m6dulo
no es económico ni deseable; sin embargo. se recomienda
la utilización de los múltiplos de 3" alli donde wnvenga.
2 2 12 Office of Tedinical S e ~ c e s Washington,
. Dimensiniol coordi-
nation of Building and Materiais and Equipemeni on the M&
dtdlar System (La coordinaciún dimensional de los edificios y
los materiales y equipo del sistema modular). U.S. Depí. of
Commeree. D.C. 1948.
Es un apéndice de la 4 6 2 Guider.
22.13 B.S.I. Committee. Modular Coordimtion (La c w r d i c i 6 n mo.
dular), Londres, 1951.
Considera inaceptable el módulo de 4" (10 cm). rrco-
mendando la utüización de un m6dulo de 40" para p
yectos económiws. medida minima de los enándarcs exis-
tentes, que ~e relacione w n el mOdulo americano y el m&
trico.
22.14 Architecnual Science Board Study Group n.' 3 Dimetukmal
Coordimtio~t(La coordinación dimensional). RI.BA. Jour-
nal, abril, 1951.
Este informe wnsidera fundamental la Bexibiiidad y
variedad en el diseño, a fui de conseguir la necesaria sim-
plificación de la wordinaciún modular; rechaza. por lo taw
to. la valida de un módulo úniio de 4" y la utilizaci6n de
una dimensi6n base en vez de simples múltiplos o sub
miiitiplos de esta.
2.2.15 On the Modular Method for Lower Building Costs (El metodo
l modular para bajar los costes de la edificación), Chicago,
IU'iois. 1952.
Es una conferencia que expone los progresos wnsegui-
l dos bajo la supervisión de la National Association of Home
l Builders del Producers' Couneil y del American Insfitule
of Architects. Hace hincapié en las ventajas de un menor
262
30 Wilde E., An apptooch io CfficUnt and ndomic building (Un
camino para la eficacia y economía de la umstrucción). m
Time and Motion Study, vol 3:. n." 8. agosto 1956.
Griffini E. A., Elementi costruttivi nell'edilizia (Elemen-
tos constructivos en la edificación), Hocpli, Milh. 1953.
En las primeras paginas hay algunas b m s anotaciones
referentes a los problemas de Is uaiñcación.
Pietro N. Maggi, 11 problema delle tolleranze nella cons-
tmione (El problema de las tolerancias en la constmc-
ción), Milán, junio, 1961.
Wachsmann Konrad, Um swlta nelle costruzioni (Una
modificación en las construcciones), 11 Saggiatore, Mi-
lán, 19óO.
A propósito de la mmbación modular, trata de m
modo particular el problema de las juntas y de la organi-
zación de la obra, dando una línea de conducta para aíron-
tar estos problemas.
Informe al proyecto n. 174, L<i coordination modufaire
dans le batiment (La edificación modular en la &a-
ción), publicado por la Agencia Europea para la pro-
ductividad y por la Organización Europea para la Coo-
peración Econ6mic.a (O.E.C.E.), París, 1956.
Esta publicación es un informe que mume las c0mmi-
caciones nacionales redactadas por los pafm Particjpan-
trs en la primera fase del proyecto A.EP. Su objeto es
pamitir un anlisis de cada uao de los p r i n c i d s Pspec-
tos de la coordinación modular a la vi- de Isb wrnuni-
cafiones nacíonalcs presentadas: se trata, pues, de un w
hiao para sintetizar los puntos de vista de los once pal-
ses. Aunque éstos estén de acuerdo en pan &M de
puntos, el informe seTiala, tambikn, Las o p i n i m di ve^-
mt-.
El mforme se divide en t r s partes, que mrresponden
a los pimipdes aspectos del tema. Le primera trata de
la concepción y puesta a punto de los proyectos y repm
sentaciones @ a s destinadas a los ediücios y sus diver-
sos elementos dimensionados; la segunda está dedicada a
la tábricaadn de los elementos para la u r n s t ~ ~ ~ ¡ yó nla,
tercen, a la construcción propiamente dicha.
En la primeni parte se ofnce un eaálisis te6rico de la
coordinación modular relativa al proyecto. Las principales
preocupaciones se centran en la cuestión de las dimeusio
nes y en la de la posici6n de los elementos en el conjunto
de la c m s ~ i á i existiendo
. divemos infames s o b e s
tos dos temas; sigue, a wntinuaci6n, un examen de estos
dos aspectos estudiándose un sistema que m i t a coordi,
narlos en una reticula de referencia que ofrezca. simultá-
neamente. un sistema de individualización y selección de 1
las dimensiones: posteriormente se precisa el término
amagnitud-, evidenciándose que las relaciones entre las
magnitudes pueden ser del tipo de las relaciones numéri-
cas; por último se deíine la noción de .módulo..
Esta primera parte sirve esencialmente para precisar
y clasidcar ciertas ideas fundamentales; como conseme=
d a de ello se definen los diversos téminos, teniendo en
cuenta las equivalencias de las expresiones en las distin-
tas lenguas.
La segunda parte trata de la aplicación de la coordina-
ción modular en la fabricación de los elementos dimensi*
nados que forman parte del edificio. Interesa determinar
esencialmente qué elementos e s t h particularmente adap
tados para la coordinación, definiéndolos, individuaüzán.
dolos y clasidcándo1w con vistas a una producción indui
trial. Se examinan, además, las modificaciones que deberán
aplicarse a la vasta gama de elementos existentes.
Las Últimas páginas de esta segunda parte se refieren
al tema de los elementos modulares normaüzados y a la
coordinación dimensional de las diversas gamas indepen-
dientes de elementos modulares.
La tercera parte está dedicada a la colocación en obra
de los elementos modulares. Se pasa revista a las diversas
etapas del proceso de constmcción empezando por la pri-
mera de ellas. la instalación sobre un terreno todavia
virgen, estudiando la modificación de este proceso con el
uso de elementos coordinados. Esto conduce a la deiini-
ción de la aretícula de planta. y al estudio de los p p
blemas inherentes a la unión de varios elementos y a la
relación entre ellos y una retínila de referencia.
Awmpaíia al texto una extensa bibliografla, formada
al reagrupar las indicaciones bibIio@cas adjuntas a las
comunicaciones presentadas por los once países partici-
pantes en el proyecto 174.
10. Segundo informe A.E.P. al proyecto 177.
11. En Lo casa, nP 4, bajo la supervisión del I.N.C.I.S., edi-
zione de Luca, Roma, 1958 (por orden de aparición).
11.1 Una disntssione (Una discusión).
Es la transcripción de una de las discusiones que pre 1
cedieron a la redacción de los ensayos por parte de los
autores. Solo participaron en ella algunos de los colabora-
dores: G. C. Argan, G. Ciribini, L. De Libero, E. Frateili,
A. Libera. E. Paci y el director de la revista, P. Montesi
Se abre la discusión con una propuesta del director 1
que invita a presentar a los técnicos e investigadores más
calicados de Estados Unidos y de algunos paises de Eu-
264
ropa una relación documentada sobre el estado, caracte
risticas y desarrollo históricoeconómiw de la industdi-
zación de la dicación en sus propios paises.
11.1.1 Pio Montesi. Una nuova tecnica per una nuova ar-
chitettura (Una nueva técnica para una nueva arqui-
tectura).
11.1.2 Pio Montesi, 11 progetto edilizio sperimentale (El
proyecto experimental).
En este estudio puede hallarse una docmentaci611ex-
haustiva sobre el proyecto en lo referente al cuadro de los
estudios de la productividad. dentro de&see(ar de la wns-
tNcci6n, promovidos por el .Contitato per la Pruduttivith
Ediliias, perteneciente al Ministerio de Obras Riblicas,
en cumoiiiiento del artículo 5 de la Lev de 31 de idio
de 1954; nP 626.
El ~rovectoDarte de la a~iicaci6ndel coniunto de nor-
mas kbré la cbrdinación hensional elabc>ada interna-
cionalmente en el ámbito del .proyecto n.' 174 de la
A.E.P.r.
11.1.3 Carlo Giulio Argan, Modulo-misura e modulo-oggetto
(Módulo-medida y módulo-objeto).
11.1.4 Enzo Paci, L'applicazione del metodo industriale alla
edilizia ed il problema estetico (La aplicación del mé-
todo industrial a la edificación y al problema estktico).
11.1.5 Giuseppe Ciribini, Introduzione dl'aplicuzione di me-
todologie industriali nella costmione (Introduccción
a la aplicación de metodologías industriaies en la cons-
trucción).
Acompaüa al articulo una breve bibliografía sacada de
la obra del mismo autor Architettura e industria
11.1.6 Ludovicm Quaroni, Tipizzazione, unificazione ed in-
dustrializuizione nell'urbanistica (Tipiñcación, d c a -
ción e industrialiición en la urbanística).
11.2 Cinque domande sull'industrializzazione (Cinco pre-
guntas sobre la industrialiiación).
Son cinco preguntas dirigidas a cierto número de ar-
quitectos interesados en los problemas de la industrialt
zación; estos arquitectos son: Franw Albini, Giulio Cas-
telli, Luigi Casenza, Mario Labo, Adalberto Libera, E d i o
Pifferi, Gio Ponti, Mario Ridoiñ y Ernesto N. Rogers.
11.2.1 Konrad Wachsmann, Per una industrializzazione del-
la produzione (Por una industrialización de la produc-
ción).
11.2.2 Enzo Frateili, 11 modulo (El módulo).
112.3 Eugenio Battisti, L'esempio giapponense (El ejem-
plo japonés).
11.2.4 Milan Zlokovic, Interpretazione malulare degli ordi-
ni del Vignola (Interpretación modular de los órdenes
de Vignola).
l
1
27 1
162.8 Giuseppe Ciribii, Saggio introduttivo ad un sistema
di studio dei modeIli industriali
16.2.9 Enzo Frateili. Bibliografía essenziale dell'industrial
design.
162.10 Enzo Frateili, Studio del modello per serie di fab-
bricazione di un infisso per finestra.
16.2.11 Franco e Giannantonio Sacchi, Studio de1
modello per la serie di montaggio in sito di un gmppo
attrezzato di servizi.
16.2.12 Progreci S.pA., Un esempio di studio dei tempi E
metodi nella industria edilizia.
16.2.13 Giovanna G. Guarniero, La fonnazione dei q d r i
nell'industria edilizia.
16.3 1959, septiembre:
16.3.1 Giuseppe Ciribii, 11 coordinamento delle dimensio-
ni edilizie come m e z o d'azione industriale in Italia
BIBLIOGRAFIA POR TEMAS
1 TEORIA GENERAL DE LA ESTANDARDIZACION Y DE U
COORDINACION DIMENSIONAL Y MODULAR
1.1 19W
1.1.1 AAW, La Cara (La casa), Quaderni di Architettura e di Criti-
1
1 12
ca, n.- 4, Edizioni de Luca. Roma. 1%0, 241 págs.
1961
12.1 Ciribii. Giuseppe, La coordinazione moduiare nello studw dei
prodotti edilizi (La coordinación modular dentro del estudio
de los productos de la ediíicación) XII Triennale. 1961, 11 págs.
122 Neufert, E., Manual of buüding standardization (Manual de
1 la estandardización en la edificación), Frankfurt y Berlín, 1961,
2.' ed., 336 págs.
! Trata de los principios y la práctica de la estandartiiza-
ción dimensional para el proyecto funcional de industrias,
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1.3 1962
1.3.1 Blanchkre, G., Le moyen de concilier la liberte de conception
et la fabrication industrielle des elements du bitiment: La
coordination dimensionelle (La mordinación dimensional
como Unico instrumento de conciliación entre la libertad de
concepción y la fabricación industrializada de los componentes
de la ediñcación) Ann Inst. Techn Bat. Trav. Publ., 15. (1962).
n. 177, págs. 797412.
1.32 Corker EIik; Diprose A., Modular primer (Guía para la coor-
dinación modular) agosto, 1962, págs. 113 L.
1.3.3 Roya1 Institute of British Architects, Modular Coordination for
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ficación industrialiida), lndustry note n 3, Londres, 1962, (The
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Es un esquema y aplicación del sistema modular.
1.4 1964
1.4.1 Black. K. y Ankerstjerne R., Modular Design, (El diseño m e
dular) Arkitekten, 66, 1%4, n. 6 págs. 12Zln.
I En Dinamarca se ha impulsado la segunda fase de la
1 coordinación modular de la construcción mediante una
adecuada legislación. La filosofía y los fines de la coordima-
273
l 18. c.mw0~1
Son distintos capinilos de este Libro: La c-ci6n
de las normas industriales. ln mordinación modular de
las dimensiones con las series numéricas y los ejemplos
propuestos por el arquitm.30 Le Corbusier, el cmonei Re-
I
nard. Alemania. Grecia. Italia e In~laterraEl m6dulo v
los a'puntes sobre la tkria de las t c k n c i a s y los mp6
mientos. La da&caci6n v dimensión de los elementos.
Las gamas de tanmios para elementos moduiares mn
la chdücaci6n de los productos según sus dimensiones y
uüiizad6n. Los pmblunas relativos al proyecto modnlar
Y los tres t b s de representaciones máücas
- iiefesarias
el mismo.
-
1.q3 Detoni, M. Kurent, T., Im r e c o n s e modular de Emona,
The moduiar quarterly, primavera 1964, pBep. 1&19.
Breve historia crítica sobre el nachkmto y la CMhi.
ción de la ciudad de Emona. colonia de la dwca de Aumis
to situada en los confines dé Italia, en la a c h ~jublij&.
Se wne de relieve el tiw de estandardilacidm cara-
ticocodela ciudad m&, que va desde la estniftwaci6n
del asentamiento global hasta la distribución intmOr de
las cssaa.
1.4.4 Janicki, S., Lac fundamuatos de la estandardivición m ía kt.
dustria de Ia edificación, ?he moduiar quarterly, primavera
1964, *. 20.
Este articulo u m t a el último libro de Janicki sobre
los problemas d; la preíabricaci6n; su uso m el pasado.
las w i b i i d e s aue o&. v los materiales idóneos vara
su dizaci6n. Deipub de t&tar los aspectos econ6&ms
del problema, el autor haiiza wn una serie de tablas aue
iiusim mediante ejemplos el modo de lograr una &-
ta modulaci6n dimensional. Acompah al libm uaa nomen-
clatuni técnica en cuatro lenguas: polaco. ingib, francés
Y alemh.
1.45 Joss, H e h , Die modul-ordnuna im hochbau. (La coordinación
modular residencial), ~chweizir.BBouztung, 82 (1964). n. 45,
pap. m786.
% un d i i s hist6rico del desarrollo de la cwrdina.
ci6n dimensional en la práctica constructiva, que plantea
los ñmdarnentos te6ricos y la posibilidad de utilizaci6n
de los principios de la cwrdinaci6n para conseguir la
completa iacionalización del proceso de la e d h i 6 n .
ieonhardt. Fntz: Dic bedeutung von masordung und toleran-
zm fur die ratiainlisienmg des ausbaur. (La importan& & la
coordinación dimensional y de las tolerancias en la nicionaii-
zaci6n del proceso de la edificación), Bauwirtschnft, 18 (1964)
n. 11, p&. 249.
1%5
Associazione I*na per la Prommione de& Studi e delle
ncerche per IEdilizia. Died studi preliminari alfindusthliz-
zazione ediliria (Diez estudios previos a la industrialización de
la edificación) - Collana di Studi e Ricerche per I'Ediluia
n. 1, AIRE, Milán 1965, 96 pág.
1.52 Bianchi, T.. L'unificazione (La unificación), L'lngegnere. n. 4.
abril 1965, págs. 319-324.
1.5.3 Heer, A,, Modulair Bouwen, (Edificios modulares). Polytech-
nisch Tijdschrift ed B.. 20 1965, n. 4, págs. 128b132b, n. 5, pági-
nas 174b-179b.
Deiine los principios del concepto de coordinación mo.
dular examinando en varios paises los hechos que han
hecho progresar este sistema.
1.5.4 Hutcheon, N. B.; Kent. S. R. (Canadá), lnfluence of Sire, func-
rion and Design on rhe Standardisarion of Componenls, (In-
fluencia de las dimensiones, funciones y forma de los compe
nentes de la edificación en su estandardización), I n t e r ~ r .
Council for Building Reseach Srudies and Documentarion -
CIB, Rotterdam, 1965, págs. 9-10.
Es un informe sobre el 111 Congreso del CIB realizado
en Copenhague en agosto de 1965. Grupo E: coordinación
dimensional.
1.5.5 Moucka Jan, Box-Type nierhod of rypificarion, (El metodo
box-type de tipihcación), Vuva, 1965, Varsavia. págs. 14.
1.5.6 Netherlands Standardisation Institute. Modular Coordination,
report of the meeting, Srandardization of Sizes in the Indus-
trialisaiion of Building, (Informe sobre la convención .Estan-
dardización de las dimensiones en la industrialización de la
cdficaciónn), La Haya, 1965. 28 pags.
Este informe consta de tres comunicaciones: La nece-
sidad de la normalización de las medidas en la industria
de la edificación; las reglas principales de la edificación
modular y: las influencias de las ideas modulares en la
tecnología de la edificación.
1.5.7 Walters, Roger, Dimensional coordinarion, (La coordinación di.
mensional), Riba lournal. n. 7, julio 1%5, págs. 339-341.
1.6 1%6
1.6.1 Aguirre de Yraola, Fernando. Lo coordinación dimeiisional y la
indurrialización de la construcción. Informes de la Construc.
ción, 18 (1966). n. 177. págs. 53-57.
1.62 Neufert, E.: Neumann, M., Welche abmessungen fur fertigteile?
(¿Qué dimensiones deben poseer los componentes de la edifica-
ción?), RntionaIisierungsCemeinschofl Bnuwesen im RKW,
Frankfvrt Main: 1966, 144 págs.
Analiza los problemas relacionados con la deñnición di-
mensional de los componentes de la edificación, refirién-
dolos a los sistemas de coordinación dimensional y mo.
dular.
1.7 1967
1.7.1 AAW. Standardi:ation: The way Ahead, (La estandardización:
la vía del futuro), The Moddar Quurterly, n. 4, 1967. pági-
nas 1027.
Trata de las intervenciones y discusiones habidas en la
convención organizada. en octubre de 1967, por la Modula
Society, con el ñn de presentar a la industria de la edifica-
ción las ventajas económicas y de organización, derivadas
de una estandardización en gran escala. Los informes ha-
cen un balance de las experiencias efectuadas en Europa
en esta dirección, presentando el tipo de organización na-
cional precisa que permita la utilización en gaii escala. de
la estandardización.
1.72 Crespi, R.Modulo e progetto (Módulo y proyecto), Bari, Isti-
tuto di Architettura ed Urbanistica, 1967, págs. 1-32.
1.73 Curtis, J. W. Edward, Untversal Coordination in Building, (La
coordinación universal en la edificación), Industdd Architec-
ture, vol. 10, n. 2, febrero 1%7, páginas 6-4-57.
La actual situación de la producción de la ediñcación,
caracterizada por su inmovilismo y confusión, sólo puede
superarse a través de una colaboración coordinada entre
los fabricantes. el gobierno, los constructores y los p r e
vectistas. Actualmente coexisten diversos niveles de cate
iorias en la construcción: 1) La construcción tradicional;
2) La constmcción tradicional racionalizada: 3) Los siste-
&S espedfiws de construcción y 4) El a&plamiento de
productos estandardizados dentro de una disciplina modu-
lar. Esta cuarta categoría es la que permite de un modo
más claro. una mayor flexibilidad, una máxima reducción
de los tipos y dimensiones de los componentes y, sobre
todo. una calificación productiva altamente económica. El
Ministerio de Obras Gblicas inglks ha anunciado que un
equipo profesional, expresamente constituido, ha iniciado
estudios técnicos para la preparación de esquemas piloto
tendentes a colocar a la prcducción en las condiciones ne-
cesarias para coordinar& e industrializarse. A su vez, las
organizaciones industriales del sector se han asociado para
efectuar estudios análogos de coordinación técnica y &a-
nización. La clave del problema parece ser la ~coordúia
ción universal. que comprende. la disciplina modular, la
selección de dimensiones preferentes, los métodos están-
dar de acoplamiento y las comunicaciones y búsquedas
coordinadas de una adecuada reglamentación de la edifim
ción. Los factores que intluirán en esta futura industria
parecen ser. actualmente, la introducción de calculadores
electróniws, los proyectos en equipo, el desarrollo de ma-
terias plásticas residentes y la creación de cursos de per-
feccionamiento en las facultades de arquitectura. El autor
del articulo analiza, de un modo profundo, todos los wm-
ponentes del problema, los factores de influencia y las m e
didas precisas, indicando las iniciativas ya realizadas o en
I
1' - vías de organización por parte de organismos públicos y
privados.
1.7.4 KIeyff Zygmunt, Etude en matihre de la théorie de la coordina-
tion modulaire, (Estudio sobre la teoria de la coordinación
modular), Varsovia, 1967; págs. 1-71.
1.8 1968
1.8.1 .
Blachkre. G.. Exposé del principes de la coordinatim . modu-
laire (Exposici6n de los principios de la coordinanón &u-
lar). Cahiers du C.S.T.B., n. 90, febrero 1968, págs. 1-6.
Es una sucinta exposición de los p&cipios de la coor-
dinación modular, indispensable para la producción indus-
trial de elementos destinados a las constmcciones prefa-
bricadas. Después de afirmar que la coordinación S U u c -
tural debe comportar tan sólo aquellas limitaciones estric-
tamente necesarias para alcanzar sus Fmes, el autor trata.
iN en particular, de la elefci6n del módulo más conveniente,
w3-mr del problema de las tolerancias dimensionales y de las r e
E' laciones enve las dimensiones de coordinaci6n. En el a@n-
dice hay un glosario de los tenninos relacionados con La
materia tratada.
1.82 Cocke, Peter, Dunensionai coordination: Discipline or Restric-
tion? (La coordiición dimensional: ~diiiplinao l u n i t a ~ ? ) .
RiBA loumal, vol. 75. n. 7, julio 1968, págs. 314-315.
I Este articulo comenta el nuevo Bntish Standard sobre
el control de las dimensiones en la const~cci6nr e í i r i e ~
dose, de un modo particular, a la inüuencia que ejercerá
este hecho sobre la libertad de proyectar de los srquit-
tos. Según el autor, .el control de las dimensiones consti-
tuye un medio para la coordinación de los componentes
de los edificios y no un ün en SI mismo^.
2 ESTADO ACTUAL DEL PROCESO DE COORDINACION DI-
MENSIONAL Y MODULAR EN ITALIA Y DEMAS PAISES.
2.1 1%1
2.1.1 Organisation Europeenne de CaOperation Economique, La
coordinetron moduiaire, (La coordinación modular), deuxieme
rapport. projet AEP 174. Publication de I8O.E.C.E., Paris 1961:
pág. 257.
22 1963
22.1 Bergvail, Lennart, Dimensional coordination with specid refe-
reme lo the developrnerrt in Europe, (La coordinación dimen-
sional referida especialmente a su desarrollo en Europa), MD
dular Coordinaticm Proc. of Confererenoes held in Toronto and
Montreal, abril 1963, pAgs. 22-31.
222 Bussat. Pierre, Die modul-ordnung im hochbau, (La coordina-
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1 rationalisierung, Zurich Stuttgart: Karl Kramer 1963. 77 págs.
I 22.3 Maass, Jan; Referowska, M.; Janicki, S.. Modular coordinah'on
in Poland; an example of a modular design, (La coordinación
277
modular en Polonia con un ejemplo de diseño modular). M*
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1964
Bergvall, Lennart, Die dezimetrische modularkoordhtion,
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Enger, Helge, Gjennomforing av modulkoordinering innen byg-
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W a r en la industria de la ediocación noruega). Bygg,
vol. 12, n. 6-7, 1964, págs. 119-120.
Este articulo describe la coordinación modular en la
industria de la ediñcación noruega, asi como la creacibn
de UD cierto número de estándares. La mayor dificultad
ha sido el establecimiento de las reglas de las tolerancias.
Trata tambikn, de las series de niimeros preferentes estu-
d i para seleccionar dimensiones apropiadas para los
edificios. Finalmente. se refiere a los m6todos de acopla-
miento.
M&, P., Cm-one
.B*. (La coordinación modular
~ B RPrefabbricure,
)
--
modulare
n. 5. septiembr-bre
tavori dell'1.M.G. -T.G.
Estudios del 1.M.G.-T.G.
1964, pág. 38.
Martin, B., La lrctividad internacional sobre la coordinación
modular, The Modular Quarterly, invierno 19631964. n. 1, pá.
ginas 1016.
Es un informe de las iniciativas internacionales organi-
zadas en el campo de la coordinación modular: la dnter-
national Standards Organizationn y el aInternational Mo-
dular Group*. Contiene la relación de sus actividades, ex-
tensión. influencia y programas, así como una breve bibfio-
gtafia internacional.
Wdters, R. Ministerio de Obras Públicos: Sifunción actual de
la coordina& dimensional, The modular quarterfy, invier-
no 196364, n. 1, p4gs. LOZl.
Analiza los obst4cuios que se oponen a una extensión
de las aplicaciones de la coordinación dimensional, dentro
de la actual situación del mercado inglk de la construccibn.
Waltm, R., Coordinazione modulare: ZI punto della situazione
in Inghilterra (La mrdinaci6n modular: Su estado actual en
Inglaterra) Prefnbáricare, mapjunio 1964, n. 3, p&. 27-30.
Es una ilustraci6n de los más destacados y recientes as-
pectos de la mordinación dimensional inglesa, a cargo del
ricedirector de la =Oficina de Investigación y lksa1101to.
del dvíiiistry of Public Building and Workss.
M65
2.4.1 ~&n, E., Il coordinamento dimensionale e la grefabbrica-
zione (La cwrdinación dimensional y la prefabricación), La
Prefubbricaziane, n. 3, junio 1965, p*. 127-133.
278
Describe la actual situación en Alemania en lo referente
a la coordinación dimensional y la prefabncación, es d e
k cir: la norma DIN 4172. La IBA es la dimensión base para
los ediñcios industriales, siendo igual a 250 m. Mientras
1
b
en las construcciones de carácter provisional se utiliza la
BA-2, en los edificios de viviendas se emplea la WOBA que
I
es igual a la BA-4.Trata, luego, del BA que, siendo una
niarta parte del metro, sirve para definir la d e de las
dimensiones mínimas de la edificación. S i n . después,
numerosas normas para simplificar el d d o con Ias
dimensiones de la edificación., y finalmente, se apun?
algunas ideas sobre la tipiñcación de las naves industria-
les. sus necesidades y desarrollo.
2.4.2 Neufert, E., Situazione del coordinamento dimehpiondc in Ita-
lia nella prefabbricazione e nelf'industria dei laterizi, (Situa.
ción de la coordinación dimensional en Italia en la prefabri-
caci6n y en la industria cerámica) Lo Prefabbricazime, n. 45,
julic-agosto 1965, p8gs. 145-146.
25 1966
2.5.1 United Nations Depanment o£ Econornic and Social Affairs,
Modular Coordination in Building, (La coordinación modular en
la edificación), United Narions Publications, New York 1966,
67 phgs.
r 2.6 1967
2.6.1 Economic Commission for Europe, Dimmionai Coordi~tiOn
in Building, (La coordinación dimensional en la ediíicación),
New York: United Nations (ST-ECE-HUO-30).1967.43 págs.
2.6.2 O.N.U., Mrnsordnung im bauwesewstand in den ecelandern
Ece-Komitees fur wohnung-wesen, hochbau und planung. Ve-
reinte Nationen, New York 15W, (La coordinaci6n dimensional
dentm de la actual situación de la edificación en los paíxs de
la comunidad europea. Informe del Comité Europea para la
residencia, construcción y planiñcación. Naciones Unidas, New
York 1967). Bautrichter, 1967, n. 9, pags. 233-239; n. 10, pPgE
nas 264-273; n. 11. p8p. 289-295; n. 12, págs. 317-325.
2.6.3 Palm, Y., Internationai Dimension, (Las dimensiones interna-
cionales). Avance de la coordinaci6n dimensional en los esta-
dos del E.C.E. Building, vol. CCXII, n. 12, 24 mano 1967.
paps. m.
ción de la Comisión Económica Europea (E.C.E.) ha -
El Comité para la residencia, constnicci6n y planifica-
nocido recientemente, en el ámbito de las Naciones Uni-
das, la necesidad de una progresiva coordinacih &en-
sional entre los estados europeos, en el campo de la in-
dustria de la edificación. Para ello se ha preparado una en-
cuesta sobre el progreso y caracterfsticas de los estudios
de unificación de la edificación en los distintos países e m
peos. Este a r t l d o es una síntesis de este trabajo.
2.7 1%
2.7.1 Ricciotti. C., Ln coordinazione modulare nella realtd e nelle i
prospective dell'industria edilizia italiana, (La c o o r h c i 6 n
modular dentro de la realidad y perspectivas de la industm I
I
italiana de la ediíicación), Ediiizia Popolare, año XV, n. 84,
septiembremctubre 1968. págs. 31-36.
Entre los temas tratados figuran: Los factores externos
para el incremento de la productividad en la edificación. 1
La influencia de la estabilidad monetaria en el crecimiento
de la productividad. El estado actual de la previsión en la
industria de la edificación. La evolución de la normativa
de las viviendas. El carácter y definición de la investiga-
ción sociológica. La definición y evolución de los elemen-
tos de la construcción. Los emodelos= y los =elementos*.
Las conseniencias del empleo de los dos métodos.
3 APARATO INSTRUMENTAL DE LA COORDINACION
3.1 1963
3.1.1 Dunstone, P. H. Combinations of numbers: The d.3nnbigroph8,
(Las combinaciones de números: el ~Combigraph*)Modubr
Qily, 1963. págs. 15-23.
Explica las bases matemáticas y la mnstrucción y utili-
zación de un diagrama que permite leer la combiiación
de las tres medidas de los componentes entre 3 y M, cons-
tituyendo. además. cada dimensión entre 3 y 120.
3.12 Klein, C., Das internationule einheitensysiem im bauingenieur-
wesen, (Los sistemas internacionales de medida en la edifica-
ción) Bautechnik, 40 (1963), n. 1, págs. 34.
3.13 Ministry of Housing and Local Governtnent, Dimemions and
components for housings with special referente to industriali-
sed buildig, (Las dimensiones y companentes de los edificios
residenciales referidos, partinilarmente, a la const~cciónin-
dustrializada), Design bulletin, n. 8. Londres, 1963 (H.M.S.O.)
52 págs.
Propone y recomienda un esquema de incrementos pre
ferentes, aplicándolo a determinadas plantas de casas y
apartamentos e ilustrando los componentes aconsejados
con dimensiones basadas en los incrementos preferentes.
--
17 1W
32.1 Blachere. M. C.. Lu coordinuzione dimemionale. (La coordina.
ción dimensional), Prefabbricazione. enemfebrero 1964, n. 1,
págs. 32-36.
El ingeniero Blachere, director del C.S.T.B. (Centre
Scientifique et Technique du Bitiment), es uno de los más
calificados expertos europeos en el tema de la wrdina-
ción modular. Esta conversación publicada. forma parte
del curso de perfeccionamiento sobre nuevas técnicas y
disciplinas de la edificación, organizado anualmente por
el C.S.T.B. Se tratan en ella los problemas de la selección
de las dimensiones de los elementos y del módulo, asi
como las tentativas de normalizar todas las dimensiones
de una construcción.
322 Broker, Oskar. Rationalisierung durch dezimeterordung, (La
racionalización mediante el módulo de 10 cm.), Baüwirtschaft,
18 (1%4). e 9. aáas. M0202.
32.3 Seelhorst, R., &d<inken zum vorschfag eimr reihe von vwrugs-
massen in der dezimeter-massordnung, (Reflexiones sobre la
propuesta de una serie de dimensiones óptimas en la coordina-
ción dimensional que tengan como base el decímetro). Zentral-
blat fur Industriebau, 10 (1961). n. 7. págs. 329-331.
32.4 Wijs, W.K. de, Bepaling van de stramirrrmoni, (La determina-
ción de las medidas base), B o w 19, (1964). n. 19, phgs. 638640.
El proyecto de grandes edificios se planifica, generai-
mente. en el uso del edificio. Este articulo describe un m 6
todo para adaptar las medidas base recurreMes al uso
deseado, ilustrándolo con un ejemplo.
3.3 1966
3.3.1 Brixen, J.; Rasmussen A. D.; Karnov H., Preferred horizontal
dimensions for structurd components, (Las dimensiones hori-
zontales preferentes para 10s elementos estructurales), The
Modular Qunrterly, n. 1, 1966, phgs. 16-17.
3.32 Davidson, C., Dimensions in Building, (Las dimensiones en la
edificación). The Builder, n. W, 14 enero 1966, pág. 73.
Resumiendo el contenido de dos publicaciones (#La
coordhacion de las dimensiones en la edificación* y .Las
combinaciones de números en la edificafión*), el autor
trata dos problemas de la modulación: la selección de un
niunero limitado de dimensiones y el establecimiento de
los números base que definen estas dimensiones al wm-
binarse.
3.3.3 Muller, J., Moduln und vorzugsmasse fur den industriebau,
(Módulos y dimensiones óptimas para la industria de la edi-
ficación). Zentralblatt fur Industriebau, 12 ti%), n. 8, pági-
nas 375 y 386.
3.4 1%7
3.4.1 Brocker, O.. Hinweise fur die bemessung dezimetrischen mauer-
werks, (Indicaciones para el dimensionado de las obras de
mampostería que tienen como base el decímetro), Betowtein-
Zeitun~ .33 (1967). n. 7. -pág.
- 356.
3.42 Clarke, U D., The Change to metric in the constmctíon indus-
try, (La modbhción del sistema métrico en la industria de la
construcción). Modular Qunrterly, 1967, n. 3, págs. 22-25.
3.43 E h n k r ~ n t z ,E. D., Modular materials and design fleribility,
(Los sistemas modulares y la flexibilidad para proyectar), Arts
and Archirecture, vol. 84, n. 4, abril 1%7, págs. 13-15.
3.4.4. Ministry of Public Building and Works, Going metric in the
construction industry. Why and when?, (Intmducción del sis-
iema métrico en la industria de la wnstrucción. ¿Por qué y
.. Londres: Her Maiestv's
cuándo?). - . Stationeiv Office 1967. 15 pá-
ginas.
3.45 The metric system in conrfruction, (El sistema métrico en la
ediíicación), Dock e Harbour Author, 47 (19671, n. 557, 362 págs.
3.5 1968
35.1 AAW, Aj Metric Handbook, (El manual AJ sobre el sistema
métrico), The Architect's Journal, vol. 147, n. 11, 12, 13, 13
mano 1968, 27 mano 1968, U) mano 1968.
El informe monográfico comprende un &culo de in-
troducción de carácter bistórimteórico: la transformación
del sistema métrico; un análisis de los datos &tricos
fundamentales subdi\idido de este modo: datos generales;
antror>om6tricos y de circulación interior y exterior. datos
constnictivos (que afectan a la aplicación de toda la ca-
suística tipológica) y datos sobre el ambiente: sistemas
estructurales y materiales. Hay, a continuación, dos apén-
dices: el punto de vista de los ministerios y otros entes
públicos, y una bibliografía comentada.
3.52 Gnmberg. R., Componmt coordinafion and the change fo me-
tric, (La coordiiaci6n de los componentes y la m&mi6n
del sistema métrico), The Architects'Jounial Information Li-
- and Works. Lon-
b r a r ~ .155-1968. Ministrv of Public Building
drei págs. 1081.1087. "
35.3 Kurent, Tine, La legge fondamentale della composizwne modu-
Iare (La ley fundamental de la composición modular), Turín,
Politecnico di Torino 1968, phgs. 1412.
3.5.4 Ministry of Riblic Buildingand Work, Going metric in the com-
fruction industry - 2 D~mensional coordinatwn, (La adop
ci6n del sistema métrico en la industria de la edificación 2 -
La coordinaci6n dimensional), Londres: H. M. Stationary Of-
fice 1968.47 págs.
3 5 5 Williams, A.; Burles, The Change to Metric, (El cambio al sis-
tema decimal), vol. 75, n. 3. marzo 1968. págs. 113-132.
De acuerdo con el programa que preve el cambio al
sistema métrico decimal, preparado por la British Stan-
dards Institution y aceptado por la RIBA, los arquitectos
empezaron a proyectar y elaborar diseños en este sistema
a partir del 1 de enero de 1969. Los profesionales conocen
a fondo la urgencia de este cambio, habiéndose familia-
rizado con los problemas que implica, no tan 5610 a
nivel de la ejecución del proyecto sino también a nivel de
los contratos. Esta sección especial de la revista se p m
pone ilustrar las distintas fases del programa de acnia-
ción, previsto por la RIBA, así como las decisiones que
deben tomarse desde principios de 1%9 hasta 1972.
3.5.6 Cemponent coordination and fhe change to metric, (La cwrdi-
nación de los componentes y el cambio al sistema metrico
decimal), The Architects'Joirrnal, vol. 147, n. 20. 15 mayo 1968,
~ S g s .1081-1088.
13.7 AJ metric guide to the building regulatim, (La guía métrica
kT para los reglamentos de la edi6cación). Architects' lournal.
vol. 147. n. 23-2425, 31@17 julio 1968. págs. 1-36, 37-76. 77-101.
4 MODELOS DE ARTICULACION
4.1 1963
\ 4.1.1 Rossi, R.; Fratelli, E.; Maggi. P. N., Proposizioni per una coor-
dimzione modulare dewe dimedoni verticdi, (Propuestas para
una mordinación modular de las dimensiones verticales), Pre-
! fabbricare, diciembre 1963, n. 6, págs. 37-42.
Plantea el problema a través de una adecuada tenni-
nolo&, deüniendo las dimensiows de mrdinación y la
I articulación de la mordinaci6n.
l
4 3 1%4
42.1 Rossi, R., Proposizhi per 10 sviluppo della mrdimione mo.
dulare delle dimenrioni verticdi (Propuestas para el desarrollo
de la mordioación modulas de las dimensiones verticales).
Prefabbrícure, n. 5. septiembmoctubre 1%4, págs. 3?-38.
4.3 1%
43.1 Wigglesworth G. T.. Thompson R. L, An exercise in dimencionnl
coordinatk Dm'gn module teeknique applied at Oxford
Schoot. (Un ejercido de mordinaci6n modular la técnica del
pmyecto modular aplicada a la escuela de Oxford), Thc Mo-
dular Qiurrterly, n. 1. 1966, págs. 1015.
El *Development Gmup of the Department o£ Educa.
tion and Sciencer se ha impuesto la tarea de proyectar,
basándose m la umrdinación dimensional. mediante los
edesign modules* propuestos por el Dr. J. W. Harding, a
fin de experimentar algunos de 10s principios de la coor-
diriacidm.
En los sistemas comentes, como el CLASP o el SCOLA,
el control dimensional se efectúa mediante la forma de
una splanning &d., que hace de estructura de referencia
para el dimensionado de los elementos componentes. De
este modo, 610 es posible un pequeiio cambio de elementos
entre los sistemas existentes.
4.4 1967
4.4.1 Keay B., Interchmagcllbility and Jointing, (Intercambiabilidad
y juntas), Building, vol. CCXII, u. 7, 17 febrero 1967, pigi-
nas 137-146.
Para afeanzar una perfecta intercambiabiiidad enm los
distintos componentes prefabricados que pueden relaci*
narse en un edificio. es preciso defuiir un sistema te6rico
de red modular y características de 1 s juntas, apto para
nsolver todos Los problemas de uni6n. independientemente
del material a acoplar. Este articnlo muestra, con abun-
dantes ilustraciones, el sistema UTS (Modular Jointing
System) basado, sustancialmente. en una disposición de
los paneles que no coincide cm la reticula modular sino
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1
ilustraciones.