Sunteți pe pagina 1din 17

ONFALITIS, ASPECTOS CLÍNICOS, MICROBIOLÓGICOS Y

TERAPÉUTICOS

César Alberto Orozco Rojas1

Pediatra, Perinatólogo, Neonatólogo,

Especialista en Gerencia de IPS,

Especialista en Docencia Investigativa Universitaria

Docente, Departamento de Pediatría y Puericultura

Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia

Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia

PALABRAS CLAVE: Onfalitis, etiología, histología, factores de riesgo,

diagnóstico, tratamiento.

RESUMEN: El sistema inmune del recién nacido se caracteriza por inmadurez

en la producción y función de la inmunidad celular y humoral; además de piel

delgada y epidermis pobremente desarrollada que aumentan la permeabilidad a

sustancias y la pérdida transepidérmica de agua y calor. Todo lo anterior,

aunado al aumento del pH ácido cutáneo normal, permite la proliferación

microbiana y por ende la infección umbilical y sus complicaciones. Actualmente

no existe consenso respecto a la definición de onfalitis, sin embargo, la

sospecha clínica es mayor ante la presencia de eritema, edema, sensibilidad,

secreción serosanguinolenta o purulenta del cordón umbilical. La edad media

de presentación es del cuarto al decimoquinto día en el neonato a término y

más tempranamente en el pretérmino. Existen factores de riesgo que

predisponen a la presentación de la onfalitis como: parto difícil prolongado,


prematuridad, higiene deficiente del cordón y malas técnicas de asepsia

intraparto. Los principales agentes causales son los mismos del aparato genital

materno y del ambiente intrahospitalario; el más frecuente es el Staphylococcus

aureus. El diagnóstico precoz y el tratamiento preventivo y curativo han

reducido la morbimortalidad. Los estudios complementarios deben encaminarse

a la búsqueda de sepsis. El pronóstico es favorable si no existen

complicaciones.

SUMMARY:

OMPHALITIS:

CLINICAL, MICROBIOLOGICAL AND TERAPEUTHIC ASPECTS

The immune system of newborns is characterized by immaturity in the

production and function of cellular and humoral immunity as well as thin skin and

poorly developed epidermis that increases the permeability of substances

through the skin and loss of water and heat. All of this, coupled with the increase

in normal skin pH, allows microbial growth and thus umbilical infection and its

complications. There is currently no consensus about the definition of

omphalitis, however, the clinical suspicion is higher in the presence of erythema,

swelling, tenderness, purulent or blood-plasma discharge of the umbilical cord.

The average age of presentation is the fourth to the fifteenth day in term

newborn and earlier in preterm. There are risk factors that predispose to the

presentation of the omphalitis as a difficult prolonged birth, prematurity, poor

hygiene and bad aseptic techniques of the umblical cord during delivery. The

main agents are the same as the genital maternal system and intrahospital

environment, the most common is Staphylococcus aureus. Early diagnosis and


preventive and curative treatment have reduced mortality and morbidity. The

studies should be aimed to the search of sepsis. The prognosis is favorable if

there are no complications.

KEY WORDS: Omphalitis, etiology, histology, risk factors, diagnosis, treatment.

INTRODUCCIÓN

Las infecciones representan la principal causa de muerte en el recién nacido.

La infección del muñón umbilical continúa jugando un importante papel como

causa de morbimortalidad neonatal en países en vías de desarrollo debido,

entre otras razones, a malas técnicas de asepsia para atender los partos y

pobre higiene del cordón umbilical. En países como Colombia, hacen falta

revisiones del tema y estudios que nos brinden información epidemiológica con

el fin de evaluar la dimensión del problema en nuestro medio.

LA PIEL DEL NEONATO

La piel del N. tiene características propias que lo diferencian sustancialmente

del adulto y que lo hacen más propenso a presentar infecciones, hipotermia,

deshidratación, toxicidad y otras complicaciones (1). Es aproximadamente 40%

más delgada que la de un adulto y la relación superficie corporal con respecto al

peso es cinco veces mayor, lo que conlleva a un aumento de la permeabilidad a

sustancias y pérdida transepidérmica de agua y calor, especialmente en los

prematuros (2). El pH normal es ácido e interviene en la inhibición de la

proliferación microbiana (3). El estrato córneo, poco desarrollado en el RN.,


está compuesto por células queratinizadas aplanadas (4) que actúan como

barrera y ayudan en la conservación del agua corporal.

FLORA NEONATAL

Al nacer, el N. no cuenta con flora protectora. El ombligo es colonizado por

bacterias del ambiente que incluyen entre otras, la proveniente de la flora

materna y de las manos de los cuidadores. Intrahospitalariamente S. aureus es

el microorganismo colonizante más frecuente seguido por S. pyogenes. Una

vez colonizado, el ombligo actúa como un reservorio de bacterias. (5;6).

CAIDA DEL CORDON

Aunque se han propuesto múltiples factores implicados en la separación del

cordón, el mecanismo aún es desconocido (7). El cordón normalmente se cae

entre los 4 y 15 días después del nacimiento siendo más prolongado en los

pretérminos (5;7-11). Otros factores que retrasan el proceso se separación son

la infección bacteriana superpuesta (5;7), la aplicación de antisépticos al

muñón (10) y el uso de antibióticos en el postparto (11). Durante el proceso

normal de separación, pequeñas cantidades de material mucoide se acumulan

en la unión onfalocutánea. Esto puede ser malinterpretado como pus y el

cordón puede parecer húmedo, pegajoso y con mal olor (5).

HISTORIA

Durante el siglo XIX, millones de N. a nivel mundial, murieron por infecciones

umbilicales, frecuentemente diseminadas a causa del desconocimiento de los

médicos frente a la importancia del lavado de manos (10).


En los últimos 100 años se han publicado revisiones periódicas respecto a la

Onfalitis (O.). En la era preantibiótica, Cullen (1916) y Chamberlain (1936)

fueron los primeros en revisar el tema. Cushing y Mason hicieron una revisión

extensiva de la O. entre los N. nacidos en hospitales en la década de los

ochenta. Más recientemente, en los noventas, Guvenc y Faridi reportaron O. en

los niños nacidos a nivel institucional y domiciliario, de ese modo

proporcionaron información sobre la O. del mundo en desarrollo (12). Desde

entonces se han publicado numerosos estudios en los países desarrollados, sin

embargo es escasa la bibliografía proveniente de países como el nuestro.

EPIDEMIOLOGÍA

Las infecciones son la principal causa de muerte neonatal (13); durante el año

2000 se reportaron cerca de 4 millones de muertes a nivel mundial de las

cuales el 26% obedecieron a una infección severa (14).

La edad media de inicio de la O. en los RN. a término oscila entre 2.5 y 9 días

(5;15-18) y en RN. pretérmino alrededor de los 3-5 días de vida (16). En un

estudio que incluyó 17198 N. del Sur de Nepal (18), se encontró que más del

75% de las infecciones umbilicales reportadas ocurrieron en los primeros 5 días

después del nacimiento y el 90% de las mismas en la primera semana.

En relación al sexo no se encuentran diferencias (15), sin embargo, algunos

autores afirman que hay mayor prevalencia y peor pronóstico en el sexo

masculino (12;16;18-20).
La incidencia de la O. está estimada entre 0.2-0.7% (12;16;19) en N. nacidos en

hospitales de países desarrollados sin embargo, ésta ha disminuido debido,

entre otras, a las técnicas de asepsia para atender los partos y la mejoría de la

higiene del cordón umbilical.

En contraste, en países en desarrollo, debido al escaso número de estudios

resulta complejo dar una información epidemiológica. Se calcula una incidencia

hasta del 7.7% (5;8;12;15;17;19-22) y una mortalidad hasta del 15% (15-

17;23;24). Airede (21) reportó una prevalencia de 15.6/1000 admisiones en

Nigeria.

El diagnóstico y la terapia antimicrobiana precoz han reducido la

morbimortalidad relacionada con la infección umbilical.

El pronóstico es bueno excepto cuando forma parte de un proceso generalizado

o cuando se presentan complicaciones (17), sin embargo, la tasa de mortalidad

es significativamente mayor (30-87.5%) después de desarrollar fascitis

necrosante (19) o mionecrosis.

Por todo lo anterior, la O. permanece como una causa importante de


enfermedad neonatal y muerte en el mundo en desarrollo, sin embargo, es
raramente visto en países industrializados desde la introducción de medidas
simples de higiene del cordón umbilical.

DEFINICION:

En la actualidad no existe consenso con respecto a la definición de la O, sin

embargo se propone la siguiente: El diagnóstico clínico se basa en la presencia

conjunta de eritema, edema, olor, y/o drenaje purulento desde el muñón. La

sospecha se hace por la presencia de uno de los siguientes signos de


inflamación del cordón o de los tejidos periumbilicales: eritema menor de 2 cm,

edema y dolor. Un área de eritema mayor de 2 cm es considerada diagnóstica

(25).

DIAGNOSTICOS DIFERENCIALES

 O. falsa o catarral: Es la forma más benigna, y cursa con un exudado

seroso o sanguinolento que suele presentarse pasados los 8-10 días de

vida, sin reacción inflamatoria en la base (26). Se puede reconocer porque

puede aparecer fetidez o humedad en forma aislada o porque aparece un

eritema luego del aseo del ombligo, todo lo cual puede desaparecer con las

medidas de asepsia usuales (20;26).

 Persistencia del uraco: Se manifiesta como un quiste ubicado por debajo

del ombligo. La mayoría son asintomáticos e incidentalmente descubiertos.

Se reconoce por humedad y flujo de orina a través del ónfalo, fetidez y

salida o no de líquido sanguinolento. La escisión quirúrgica completa es el

tratamiento de elección (26-28).

 Persistencia del conducto onfalomesentérico: Debe sospecharse en todo

N. que presente secreción umbilical o en presencia de un lumen no vascular

adicional en el cordón umbilical. En éste hay salida de contenido intestinal

de aspecto fecaloide a través del ombligo. El tratamiento requiere extirpación

quirúrgica de la lesión cutánea seguida por una exploración abdominal para

descartar la existencia de anomalías relacionadas (26;29).


 Granuloma umbilical: Tumoración exofítica y a menudo pediculada,

situada entre los pliegues del ombligo, de coloración roja intensa, en

ocasiones acompañada de un exudado serosanguinolento, generalmente

asintomática y que responde de manera excelente a la aplicación de nitrato

de plata (3;26;30).

CATEGORIAS

 O. no complicada.

 O. supurada con celulitis de la pared abdominal (17;26).

 O. con infección sistémica (17).

 O. con fascitis necrosante o flemón umbilical (16;26).

FACTORES DE RIESGO PREDISPONENTES O COADYUVANTES

Algunos factores de riesgo son: Bajo peso al nacer (<2500) (12;16-20;31),

parto séptico (sugerido por la ruptura prematura de membranas, parto no estéril,

o infección materna) (5;12;15-17;19;22-24;31;32), carencia de cuidados

higiénicos del cordón después del nacimiento (15;22;33;34), aplicación de

sustancias tópicas al cordón no estériles (5;18;19;22), cateterismo umbilical

(16;19;34;35), ruptura prolongada de membranas: (20), ruptura prematura de

membranas (31), corioamnionitis (31), trabajo de parto prolongado (19;31),

clampeo de cordón con banda (5), hipoxia intrauterina (20), sexo masculino

(19;20;31), prematurez (12;19;23-25;31), restricción del crecimiento intrauterino

(23), inmunodeficiencia (1;7;16;19;24), defectos genéticos en las proteínas


contráctiles (19), retraso en la caída del cordón (5;15) y anormalidades

anatómicas umbilicales (16).

FACTORES PROTECTORES:

Los siguientes factores se han documentado como protectores: Lavado de

manos (5;17;18), técnica aséptica para corte del cordón (15), cuidado térmico –

por ejemplo, contacto piel a piel- (5;18), la alimentación con leche materna

(5;36), mantener cordón seco y expuesto al aire o protegerlo con ropa limpia

(5;15;35), uso de guantes estériles por parte del personal que cuide al niño (17),

antibióticos tópicos (15;28) y educación para promover las prácticas correctas

del cuidado del cordón (15).

ETIOLOGIA

Los microorganismos causales más frecuentes son aquellos que se encuentran

en el aparato genital materno (15;33) y en el ambiente intrahospitalario (20). En

la mayoría de los cultivos se aísla un solo germen (15;20;34) con un ligero

predominio de las bacterias gram positivas sobre las gram negativas (23).

Igualmente se han aislado, en menor proporción, anaerobios (12;15;18;20;21;34)

y combinaciones polimicrobianas (12;20;34). Además, en un número importante

de casos no se detecta crecimiento (20).

Los gérmenes gram positivos aislados usualmente son: Staphylococcus aureus

(5;12;15;17-20;23;24;31;34;35) considerado el principal agente causal,

seguido de Staphylococcus epidermidis (15;19;20;31), Streptococcus pyogenes

(5;15;17;19;20;31;34;35) y Estreptococos del grupo A (15;19). Por otra parte,

los microorganismos gram negativos que se aíslan con frecuencia son:


Escherichia coli (5;12;15;18-20;23;24;31;34;37), Kleibsiella pneumonie

(5;12;15;18-20;22;31) y Proteus mirabilis (12;15;20). De igual manera, se han

informado la presencia de anaerobios (12;15;18;20;21;34) como Clostridium sp

(5;15;19;21;31), Bacteroides spp (15;21;31;37), Pseudomonas aeruginosa

(12;17;19;31) y Provotella sp (15). También, pero mucho menos frecuente, se

han aislado Enterobacter spp (20) y Enterococcus sp (12;31;37).

ESTUDIOS DIAGNÓSTICOS COMPLEMENTARIOS

La gran mayoría de los autores plantean que el diagnóstico de la O. es clínico,

sin embargo, se sugieren algunos estudios complementarios con el fin de

detectar tempranamente la sepsis neonatal (16).

COMPLICACIONES
La infección puede ser localizada o propagarse (5). Las complicaciones son
poco frecuentes, tienen mal pronóstico y la mayoría de los N. requieren manejo
quirúrgico Estas incluyen: sangrado umbilical (5), flebitis, arteritis, linfangitis
(33;35;38;39), sepsis (5;13;19), fascitis necrosante (19), peritonitis (5;19),
abscesos (17;19), hepatitis, hipertensión portal (19;35;38) y raramente
obstrucción y evisceración intestinal espontánea (19) (Ver figura 3).
Figura nº 3. Complicaciones de la onfalitis en el neonato.

Tomado de (40).

TRATAMIENTO DE LA ONFALITIS

El Tratamiento es tanto preventivo como curativo, este último incluye terapia

antimicrobiana y cuidado de soporte (16).

 Terapia preventiva:
Se realiza principalmente mediante un adecuado cuidado del muñón umbilical.
Resulta importante destacar que los métodos para el cuidado del cordón
afectan tanto el tiempo de su caída como la colonización bacteriana. La
aplicación de antimicrobianos tópicos disminuye dicha colonización, pero el
efecto de tales agentes para reducir la infección es poco claro (15) y por lo tanto
no hay evidencia científica que la sustente. Una reciente revisión sistemática de
Cochrane fue incapaz de hacer recomendaciones para una mejor práctica con
respecto al cuidado del cordón (41). Sin embargo, existen varias
recomendaciones documentadas como aumentar la cobertura con toxoide
tetánico durante el embarazo (19), emplear técnicas asépticas durante el parto
(12;19) y para cortar el cordón umbilical (15), alojar al RN. conjuntamente con la
madre con el fin de disminuir la infección cruzada intrahospitalaria (32),
aumentar las tasas de lactancia materna (32), proveer educación en salud e
higiene (19), lavar las manos antes de tener contacto con el RN. (42), limpiar el
cordón umbilical (19) y mantener el cordón descubierto (35).

 Terapia antimicrobiana:

La O. se trata con antibióticos sistémicos. La mayoría de los esquemas

apuntan a realizar un manejo de amplio espectro que cubra gérmenes gram

positivos y gran negativos en donde se combine una penicilina con un

aminoglucósido o una cefalosporina durante 8 a 10 días (5;43). Además ante la

presencia de crépitos o de coloración negra de los tejidos periumbilicales que

sugiere una infección anaeróbica o mixta considerar adicionar metronidazol o

cambiar la penicilina por clindamicina (34).

Posología (20;44):

Tabla nº 2: Dosificación de antimicrobianos (mg/kg/dosis).

Antibiótico Vías Peso < 2000 < 2000 g > 2000 > 2000 g
g g

Días 0-7 >7 0-7 >7

Penicilina G I.V. 250.000 U /12 h Igual/ 8 h Igual/ 8 Igual/ 6 h


h

Ampicilina I.V, I.M. 25/12 h 25/ 8 h 25/ 8 h 25/ 6 h


Nafcilina I.V, I.M. 25/12 h 25/ 8 h 25/ 8 h 25/ 6 h

Cefalotina I.V. 20/12 h 20/8 h 20/8 h 20/8 h

Cefazolina I.V, I.M. 20/12 h 20/8 h 20/8 h 20/8 h

Cefotaxima I.V, I.M. 50/ 12 h 50/8 h 50/ 12h 50/8 h

Ceftriaxona I.V. 50/24 h 50/24 h 50/24 h 75/24 h

Ceftazidima I.V, I.M. 50/ 12 h 50/8 h 50/ 8 h 50/8 h

Gentamicina I.V, I.M. 2.5/12 h 2.5/8 h 2.5/12 2.5/8 h


h

Amikacina I.V, I.M. 7.5/12 h 7.5/8 h 10/12 h 10/8 h

Vancomicina I.V. 10/12 h 10/8 h 15/12 h 10/8 h

Clindamicina I.V, I.M, 5/12 h 5/8 h 5/8 h 5/6 h


V.O

Metronidazol I.V, V.O. 7.5/24 h 7.5/12 h 7.5/12 15/12 h


h

Tomado de (45).

En casos no complicados, esperar que el eritema del muñón umbilical mejore

dentro de las 12-24 horas después de iniciada la terapia antimicrobiana. La falla

en la respuesta debe sugerir progresión de la enfermedad, presencia de un

defecto anatómico, o un estado de inmunodeficiencia.

 Manejo quirúrgico:

El manejo de la fascitis necrosante y la mionecrosis involucra un

desbridamiento quirúrgico temprano y completo del tejido y zona muscular

afectada (15;16). El drenaje percutáneo de los abscesos intraabdominales es el

procedimiento más adecuado para su tratamiento (46).


Referencias Bibliográficas

(1) Penagos Paniagua MJ, Berrón Pérez RD, García Cruz MdlL, Zaragosa
Benítez JM. El sistema inmune del recién nacido. Alergia Asma e
inmunología pediátricas 2003 Aug;12(2):63-8.

(2) González Oviedo MR. Recién nacido: Recomendaciones para el cuidado


de su piel. http://sisbib unmsm edu
pe/BvRevistas/dermatologia/v13_n2/nacido htm 2003 [cited 2007 Dec
15];13:118-120. Available from: URL:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/BvRevistas/dermatologia/v13_n2/nacido.htm

(3) Ribes C, Moraga FA. Recién nacido: cuidado de la piel. http://www aeped
es/protocolos/dermatologia/cuatro/cuidadopiel-rn pdf 2008 [cited 2007
Dec 15];365-368. Available from: URL:
http://www.aeped.es/protocolos/dermatologia/cuatro/cuidadopiel-rn.pdf

(4) Gartner LP, Hiatt JL. Texto y Atlas de Histología. Mexico: Mcgraw-Hill
Interamericana.; 1997.

(5) World Health Organization. Care of the umbilical cord: A review of the
evidence. Maternal and newborn health safe motherhood.Génova: 1998.
p. 1-36.

(6) Sánchez-Saldana L, Saenz-Anduaga E. Infecciones cutáneas


bacterianas. http://www scielo org pe/scielo
php?script=sci_arttext&pid=S1028-
71752006000100003&lng=en&nrm=iso 2006 April16:7-31. Available
from: URL:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1028-
71752006000100003&lng=en&nrm=iso

(7) Razvi, Samiya, Murphy, Ramon, Shlasko, Edward, et al. Delayed


Separation of the Umbilical Cord Attributable to Urachal Anomalies.
Pediatrics 2001;(108):493-4.

(8) Panyavudhikrai S, Danchaivijitr S, Vantanasiri C, Trakulsomboon S,


Kolatat T, Dhiraputra C, et al. Antiseptics for preventing omphalitis. J Med
Assoc Thai 2002;85(2):229-34.

(9) Mullany LC, Darmstadt GL, Khatry SK, Leclerq SC, Katz J, Tielsch JM.
Impact of umbilical cord cleansing with 4.0% Chlorhexidine on time to
cord separation among newborns in Sourthern Nepal: A Cluster-
Randomized, Community-Based Trial. Pediatrics 2006;118:1864-71.
(10) Dore S, Buchan D, Coulas S, Hamber L, Stewart M, Cowan D, et al.
Alcohol versus natural drying for newborn cord care. J Obstet Gynecol
Neonatal Nurs 1998;27(6):621-7.

(11) Aygun C, Subasi A, KücüködüK S. Timing of umbilical cord separation


and neonatal intensive care unit practices. Am J Perinatol
2005;22(5):249-51.

(12) Sawardekar KP. Changing spectrum of neonatal omphalitis. Pediatr Infect


Dis J 2004;23(1):22-6.

(13) Sankar M. Sepsis in the newborn. Indian Journal of Pediatrics 2008 Mar
1;75(3):261-6.

(14) Lawn J, Cousens S, Zupan J. 4 million neonatal deaths: When? Where?


Why? Lancet 5 A.D. Mar 5;365(9462):891-900.

(15) Castellanos González CH. Onfalitis. In: González N, editor. Infectología


neonatal. 2 ed. México DF.: McGrawHill interamericana.; 2006. p. 336-9.

(16) Gallagher PG, Shah SS. Omphalitis. http://www emedicine


com/ped/topic1641 htm 2006 August 18 [cited 2007 Dec 15]; (Springer,
Shelley C.)Available from: URL:
http://www.emedicine.com/ped/topic1641.htm

(17) González Saldaña N, Chacón Sánchez JdC, Aguilar Ituarte F.


Infecciones piógenas de la piel. In: Gonzalez N, editor. Infectologia
Neonatal. 2 ed. México DF: McGrawHill interamericana.; 2006. p. 96-9.

(18) Mullany LC, Darmstadt GL, Katz J, Khatry SK, Leclerq SC, Adhikari RK,
et al. Risk Factors for Umbilical Cord Infections among Newborns of
Southern Nepal. American Journal of Epidemiology 2007;165(2):203-11.

(19) Fraser N, Davies BW, Cusack J. Neonatal omphalitis: A review of its


serious complications. Acta pediátrica 2006;(95):519-22.

(20) Manotas Cabarcas R. Infecciones bacterianas en el neonato.


Neonatología. 1 ed. Medellín.: Editorial Universidad de Antioquia.; 1994.
p. 629-31.

(21) Airede AI. Pathogens in Neonatal omphalitis. J Trop Pediatr


1992;38(3):129-31.

(22) Faridi M, Rattan A, Ahmad S. Omphalitis neonatorum. J Indian Med


Assoc 1993 Nov;91(11):283-5.
(23) Güvenc H, Güvenc M, Ayata A, Kocabay K, Bektasl S. Neonatal
omphalitis is still common in Eastern Turkey. Scand J Infect Dis 1991
Jan;23(5):613-6.

(24) Güvenc H, Aygün A, Yasar F, Soylu F, Guvenc M, Kocabay K. Omphalitis


in term and preterm appropiate for gestational age and small for
gestational age infants. J Trop Pediatr 1997;43(6):368-72.

(25) Pezzati M, Rossi S, Tronchin M, Dani C, Filippi L, Rubaltelli FF. Umbilical


Cord Care in Premature Infants: The Effect of Two Different Cord-Care
Regimens (Salicylic Sugar Powder vs Chlorhexidine) on Cord Separation
Time and Other Outcomes. Pediatrics 2003 Oct;112(4):275-9.

(26) Fuigueras Aloy J, Álvarez Miró R. El ombligo del recién nacido. Jano
1997 May 23;52(1214):33.

(27) Hackam DJ, Newman K, Ford HR. Cirugía pediátrica. Schwartz.


Principios de cirugía. 2004. p. 1471-516.

(28) Snyder C. Current management of umbilical abnormalities and related


anomalies. Seminars in pediatric surgery 2007;(16):41-9.

(29) Sanchez-Castellanos M, Sandoval-Tress C, Hernández-Torres M.


Persistencia del conducto onfalomesentérico. Diagnóstico diferencial de
granuloma umbilical en la infancia. Actas de Dermosifiliogr
2006;(97):404-5.

(30) Minkes RK. Disorders of the Umbilicus. http://www emedicine


com/ped/topic2948 htm 2006 April 27 [cited 2007 Dec 15];Available from:
URL: http://www.emedicine.com/ped/topic2948.htm

(31) Simon NP, Simon MW. Changes in Newborn Bathing Practices May
Increase the Risk for Omphalitis. Clin pediatr 2004;43:763-7.

(32) Janssen PA, Selwood BL, Dobson SR, Peacock D, Thiessen P. To Dye
or Not to Dye: A Randomized, Clinical Trial of a Triple Dye/Alcohol
Regime Versus Dry Cord Care. Pediatrics 2003;111:15-20.

(33) Gotoff S. Síndromes clínicos. In: Behrman RE, editor. Nelson Tratado De
Pediatria. 16 ed. México: McGrawHill interamericana.; 2000. p. 599.

(34) Martin R, Fanaroff A, Walsh M. The immune system. Neonatal - Perinatal


Medicine.diseases of the fetus and infant. 8 ed. Philadelphia.: 2006. p.
761-882.

(35) Rosemberg AA, H E. Recién nacido. In: Hay WW, editor. Diagnostico Y
Tratamiento Pediatricos.México: Editorial el manual moderno.; 2001. p.
63.
(36) Huffman S, Zehner E, Victora C. Can improvements in breast-feeding
practices reduce neonatal mortality in developing countries? Midwifery
2001;17:80-92.

(37) Manikoth P, George M, Vaishnav A, Sajwani MJ. Omphalitis. Lancet


2004;(364):1522.

(38) Solanes JB. Onfalitis. Manual del residente de pediatría y sus áreas
específicas. Capitel editores; 1997. p. 1436-7.

(39) Wilkinson AR, Charlton VE, Phibbs RH, Amiel-Tison C. El recién nacido.
In: Colin D R, editor. Pediatría de Rudolph. 21 ed. Mc Graw Hil
Interamericana; 2004. p. 100-1.

(40) Ameh EA, Nmadu PT. Major complications of omphalitis in neonates and
infants. Pediatr Surg Int 2002 Jul;18(5-6):413-6.

(41) Zupan J, Garner P, Omari A. Topical umbilical cord care at birth. The
cochrane database of systematic reviews 2008;(3 CD001057).

(42) Botero A, Trujillo M, Trujillo H. Staphylococcus aureus. In: Correa JA,


Gomez JF, Posada R, editors. Fundamentos De Pediatría.Tomo
II.Infectología y neumología. 3 ed. CIB; 2007. p. 158-9.

(43) Manotas Cabarcas R. Infecciones perinatales. In: Gómez J, Gómez L,


editors. Pautas de tratamiento en Pediatría. 3 ed. Medellín: 2000. p. 47-
57.

(44) Peláez Hernández MM. Medicamentos. In: Marín Agudelo A, Jaramillo


Bustamante JC, Gómez Ramírez JF, Gómez Uribe LF, editors. Manual
de Pediatría Ambulatoria. 1 ed. Medellín: Sociedad de Pediatría de
Antioquia; 2007. p. 1276-97.

(45) López Sastre J, Coto Cotallo GD, Ramos Aparicio A, De Alaiz Rojo M,
Polo Mellado C. Sepsis neonatal. http://www aeped
es/protocolos/neonatologia/sepsis-neonatl pdf 2008 February 1236:307-
316. Available from: URL:
http://www.aeped.es/protocolos/neonatologia/sepsis-neonatl.pdf

(46) Miguel J, Soria V, Candel MF, Flores B, Martín JG, Aguayo JL. Utilidad
de la urocinasa para el tratamiento de abscesos intraabdominales.
Revista de Cirugía Española 2004 Apr 1;75(4):210-2.

S-ar putea să vă placă și