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ANTOLOGIA DE LA
POESIA SOVIETICA
A l I' \! MAKAROY
ANTOLOGIA
DE LA POESIA
SOVIETICA
BIBLIOTECA JUGAR
Cubierta: "El ojo móvil"
Primera edición: junio de 1974 NOTA EDITORIAL
I. S. B. N.: 84-334-0148-3
Depósito legal: M . 8.701/74
Impreso en España por Altamira-Rotopress S A
Carretera de Barcelona, Km. 11,200. Madrid-22
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L A POESÍA SOVIÉTICA
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Y MI \'o.-. No pretendo buscar aquí una enésima —y se masas humanas: despertó la conciencia histórica
dhtntemente exhaustiva— definición de la poesía, que • i. futí as populares incalculables y agitó, inquietó tam-
<s i¡uíM la más enigmática de todas las artes, aunque /•/. a ,i los sectores de la intelectualidad más aislados
quizá también la más influyente. Y es asimismo la más MU según dijo Vera Inber, "absorbían la realidad como
huidiza, porque, traducida a otra lengua, pierde sin fm una paja de refresco". La revolución los situó ante
remedio una parte de su intransferible capacidad de su- un brusco dilema moral.
gestión. Expresión de un espíritu y una cultura, la poesía 1:1 fragor de las contiendas, cada vez más próximo,
constituye un coro de voces en el que, cuanto más neta- M escuchaba en la poesía mucho antes de 1917. En
mente se escucha cada una de ellas, más rotundo resuena unos anteriores a la revolución, sólo quienes no
el coro y con mayor diversidad se ponen de manifiesto tuvieran oídos podían no escucharlo. Así lo confirma
las raíces de un determinado momento histórico. lilok en sus meditaciones acerca de la senda histórica de
De ahí el deseo de iniciar esta divagación acerca de Rusia, en el presentimiento de que "la negra sangre
la poesía rusa soviética partiendo de un rasgo muy esen- terrestre nos promete, desgarrando las venas, destru-
cial para ella: la profusión y variedad de sus cultivadores. yendo todas las divisorias, cambios nunca vistos". Fu-
Muy distintos y similares a la vez, vieron y apreciaron turo tribuno de la revolución, el joven Maiakovski pro-
la realidad de modo diferente y llegaron a compenetrar- fetizaba:
se con ella por sendas varias. Personalidades opuestas
a menudo, se definieron como innovadores que rompían Allí donde la vista no alcanza,
moldes con audacia o tradicionalistas que manifestaban al frente de hordas hambrientas,
igual virtuosismo permaneciendo fieles al verso clásico coronado de espinas por la revolución,
ruso y volcando en él un contenido nuevo. se acerca el año dieciséis.
Existe pleno fundamento para decir que ningún pe-
ríodo histórico brilló en el pasado con tal diversidad de Sólo se equivocó en un año, y siguió buscando nue-
acentos poéticos. No se trata de su fuerza, aunque la vos medios poéticos, ya que "la calle se retuerce, muda:
revolución dio a Rusia poetas como Blok, Maiakovski, no tiene lengua para gritar y hablar". Por su lado, ya
Tvardovski, sino precisamente de la polifonía de sus vocifera libremente el "infatigable" Demián Biedni, ma-
voces y de la diversidad de sus mecanismos estéticos. nejando a la perfección el verso dialogado de ¡a fábula,
La poesía del pasado era obra y patrimonio de un que satura de afilados dichos populares y de densa fra-
círculo más o menos restringido de la sociedad eru- seología política.
dita, de escuelas y programas que se sucedían, de- A la edificación de la nueva cultura consagrarán tam-
rivando de tales o cuales corrientes sociales. Pero en bién sus mejores esfuerzos —tras Alexander Blok— Va-
la revolución se integraron, de una u otra forma, enor- len Briúsov, maestro del simbolismo ruso; el mágico in-
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ventor de palabras Velemir Jlébnikov, y el ingenioso so- MAn/iti í ./. r, /</ meditación en voz queda de Vera
ñador Andréi Bieli. La aportación de ese grupo gene- • i. < '' ,i tlt- si misma y de su tiempo.
racional a la poesía soviética no se limita al espléndido i l camino ¡iie arduo, sinuoso y a veces trágico. Si
poema L o s escitas, de Blok, a las odas de Briúsov y a \ i . n . i i , M -.ki penetró en el futuro con paso firme, Esenin
los cantos de Jlébnikov. También consiste en la entrega i './•/,( con su sinceridad innata: "Cuando intento al-
a la nueva promoción de poetas de un nuevo repertorio . ,ui ,II ,i las liuestes de acero, me quedo con un pie en
de cultura. Y no sólo en el sentido metafórico: a las ,1 pasado, con el otro resbalo y caigo sobre la tierra."
conferencias de Blok y de Bieli sobre poesía y a los co- / ' . i . . el estímulo de su obra consistía en la criba del
loquios en el Instituto de Literatura —que organizara piiunlo, en la sed abrasadora de "compenetrarse a cada
Briúsov—, asistían de hecho todos los escritores de los Instante con una situación encabritada". El asentamien-
años 20. La poesía rusa soviética surgió así virtualmen- to del nuevo régimen social fue extraordinariamente di-
te como contrastada herencia de los ideales humanistas li< il e intenso, y también fue duro el camino de los poe-
de la poesía clásica rusa y de su maestría técnica. tas- que, como Esenin, "sufría sin comprender lo que
volución, siguieron después sendas distintas. Estas fue- Fiel a sus principios en materia de arte, el nuevo sis-
ron muy complejas en poetas tan relevantes como Anna tema cultural instaba a los artistas a que asumieran un
Ajmátova, Osip Mandelshtan y Marina Tsvetáeva, cuya papel educativo en la esfera ideológica a través de una
creación había cuajado ya en formas, digamos, de lírica filosofía de vanguardia, sin que ello supusiera en modo
de cámara, distante de la encrucijada batida por los vien- alguno coartar una tendencia cualquiera en la esfera de
tos de la revolución. Sin embargo, esos vientos no tar- la literatura, ya que lo que se pretendía era "la libre
darían en azotar también otras márgenes de la poesía, emulación de corrientes y grupos distintos, sin conce-
que va ofreciéndonos con toda exactitud los avata- der el monopolio a ninguno de ellos". Esta política con-
res de ese mundo desconcertado por los aconteci- tribuyó a la cohesión de las fuerzas creadoras y al lo-
En cuanto a los poetas cuya obra se hallaba en fase historia. Los poetas encontraron nuevos estímulos te-
de afianzamiento, la revolución les proporcionó un ex- máticos en la propia interpretación de las nuevas formas
traordinario impulso. En las tempestades del mundo nue- de vida. El creciente impulso hacia el porvenir tenía
vo nace también, como una revelación, la apasionada in- que transmitirse necesariamente de algún modo a la crea-
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I.
1
/ / primer decenio soviético fue el decenio de for- ./ //.'/.•. I'astcrnak; Anna Snéguina, de Scrguéi Escnin;
in.i, mu <le la poesía rusa en tanto que poesía vinculada M . . l i l i , I . I I I C S sobre Opanás, de Eduard Bagritski... La
,i l,i coyuntura histórica. "Era algo que iba con . ./•• a, a, i,i de esta inicial poesía soviética no sólo rati-
lux combatientes o con el país o dentro de mi cora- //.l,i tesis de que la poesía "son" los poetas, sino que,
,>n", tscribia Maiakovski, y quizá sean estas palabras .../• más, vino a ofrecer una categórica prueba de la efi-
lux (/;/<• con mayor precisión expresen el rasgo esencial •... ;,i ,!>• lu literatura como vehículo de enriquecimiento
de la poesía soviética de contenido lírico-épico, ese .i<>< ¡al.
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dones estéticas muy dispares—, aparecerá la terrible te, no representan todos los perfiles creadores de tal o
experiencia bélica en los versos de Semion Gudzenko cual promoción— con el simple propósito de dar una
o en las estrofas lapidarias de Serguéi Orlov, donde se idea de la profusión de matices del espectro poético. Esa
reconoce ya un nuevo rumbo expresivo por reiterados misma profusión define toda una panorámica donde se
que sean los hechos descritos. Alexander Mézhirov, que van engrosando —entrecruzando— una serie de juve-
luí llegado a ser uno de los líricos contemporáneos más niles y ya maduras personalidades. En plena guerra,
profundos y sutiles, iniciará su obra con la conmove- Alexéi Surkov escribía en un poema dirigido al joven
dora confesión de un impresionante adolescente sol- Konstantín Símonov: "Nos hermanamos por la edad en
dado. Evgueni Vinokúrov llevará a la poesía su perso- el combate; potenciemos mi experiencia de ocho lustros
nallsimo afán renovador, descubriendo un sentido con tu impulso y tu juventud."
inesperadamente lúcido en los fenómenos y los objetos Por los años en que Andréi Vosnesenski hacía inol-
cotidianos. vidable acto de presencia con su poema L o s maestros,
También ocurrirá así en el último decenio, cuando Nikolái Aséiev —que había empezado a escribir me-
reclaman intrépidamente un sitio para hacerse oír poe- dio siglo antes— publicaba L a d , sorprendente por su
tas de muy dispares objetivos, como Evgueni Evtus- fuerza renovadora, y Vladímir Lugovskói —iniciado en
henko, cuya obra abarca un campo particularmente ex- la poesía diez años después de Aséiev— terminaba el
tenso de ramificaciones morales y artísticas, desde el libro A mediados de siglo, su obra de mayor y más
candente tema político hasta las confesiones íntimas, influyente aliento.
siendo el poeta que ha reflejado quizá de manera más
niultijacética las búsquedas de su generación. A su *
lado, hay que citar a Andréi Vosnesenski, cuya poesía
se abastece al mismo tiempo de complejidad y fulgor a Al meditar sobre los destinos de la poesía soviética
través de desconcertantes metáforas, y el cual percibe no se puede por menos de señalar la manifiesta e inin-
de manera impresionante la atmósfera, penetrada de di- terrumpida consagración de nombres nuevos, sin que
namismo, de un mundo saturado de descubrimientos y ello suponga lógicamente ninguna clase de dimisión de
contradicciones. Y no olvidemos, en esta nómina fugaz, los ya suficientemente conocidos. El período de la gue-
a poetas tan distintos como Róbert Rozhdéstvenski, con rra —por ejemplo— fue, indudablemente, un período
su revolucionario temperamento de tribuno, o como de impetuoso auge en la creación de Alexander Tvar-
Helia Ajmadúlina, capaz de expresar tan elegantemen- dovski, que enriqueció entonces el almacén de la poe-
te los palpitantes y movedizos impulsos de la con- sía rusa con su Vasili Tiorkin. Sin embargo, no me-
t inicia. nos fructífera fue para el poeta la década del 50, en
Sólo aludo a unos pocos nombres —que, naturalmen- que publicó Tras la lejanía, lejanía..., tensa medita-
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ción en torno a la historia y los destinos del país. Por • I/KI luiii ¡Jo amortiguándose sus choques.
su parte, Nikolái Saboltski, inimitable en su lírica bur- •i I,m Inamovibles los poemas creados en la fra-
lona de los primeros tiempos, verifica años después . , muí ./• /./s pasiones; no los elaborados a tra-
una aportación poética aún más considerable como pen- I i" • >< ni" iones normativas, sino los nacidos de
sador y humanista. / Intima sacudida por una realidad insosla-
Esta remozada aparición del poeta ante el lector balo nihl,
un aspecto nuevo, a menudo distinto al de los prime- fu • to i ii •/". poesía soviética —y no sólo la de
ros tiempos, ha dado incluso origen al término ''segun- ¡nlmnos anos - no constituía un torrente único,
do nacimiento", empleado por la crítica cuando se re- ii uní», /•••ruó puede concebirse semejante torrente
fiere, por ejemplo, a Vladímir Lugovskói, Mijaíl Sviet- ,i / mil',' Aniso pudo definirse en alguna tendencia
lov, Yaroslav Smeliakov y algunos otras poetas de . o /•••«/<«, como la del hermetismo, donde las produc-
precedentes generaciones. No sé hasta qué punto es ,l,ni, \ curta unidad, pero desde los primeros
acertada esta definición. En todo caso, lo que importa Hfío\ o todas las contradicciones del desarrollo,
es señalar el nexo del propio fenómeno con los aconte- i.i . < . , / , Ion de los poetas soviéticos se distinguió y es-
cimientos y situaciones críticas de la historia que lo de- uno cohesionada por un sentimiento único: el afán de
termina. \. i uní de algún modo a la nueva cultura que se erigía.
El destino de cada persona y, por consiguiente, el I ii poesía rusa soviética se dio a conocer como he-
destino del poeta, es inseparable de esa época a la vez n.leiii v sucesora de los grandes poetas rusos del pa-
terrible y victoriosa. Al mirar estos largos cincuenta sado -Pushkin, Lérmontov, Nekrásov— que siempre
años de la poesía rusa, vemos con toda claridad que fundamentaron sus producciones en los más duraderos
los intelectuales aparecían directamente vinculados a ilíones de la humanidad. El civismo pasa a ser propiedad
las contradicciones y exigencias de cada uno de esos inalienable de la poesía soviética desde sus primeros
momentos decisivos. Y estos hitos eran también a me- pasos hasta nuestros días. Evgueni Evtushenko —ya
nudo los que marcaban nuevos arranques en la crea- de la tercera o de la cuarta generación— declara con-
ción de los poetas de las generaciones anteriores. vencido que, en Rusia, "están destinados a ser poetas
No estoy trazando aquí la historia de la poesía rusa únicamente aquellos en quienes palpita el altivo espíri-
soviética —ni tengo posibilidad de escribirla— y, por tu del civismo". Puede decirse con pleno fundamento
ello, no me propongo conducir al lector por la selva que la nueva poesía rusa se reorganiza a partir de su
de encontrados juicios, opiniones y puntos de vista po- identificación soviética, concepto que encierra todo un
líticos y literarios que se produjeron en la década de complejo de sentimientos: el amor secular a la tierra
los años 20. La lucha de los diferentes grupos litera- materna, el impulso que abre caminos nuevos en la his-
rios de aquellos años es hoy patrimonio del recuerdo, toria, el ardiente deseo de asistir a la construcción de
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un mundo. "Ensalzo la patria que existe, pero tres veces
• '• ¡peí lo en la obra de un Demián Biedni, o
más la que existirá", proclamó Maiakovski.
' Mijuíl Svieilov, que abordan una revulsiva te-
La revolución de octubre y la primera experiencia
. ./ Integración en los desgarramientos sociales.
de edificación del socialismo tuvieron lugar en un país
t Mii •''./•> ipie se robustece la sociedad, estos motivos
multinacional. Y, para los poetas, el sentimiento de
•i " '"•'> palpables en la creación de los poetas.
hermandad no era sólo un llamamiento afectivo: con-
" •*.cimente, toda poesía que se fragua en la fra-
sistía realmente en los esfuerzos conjuntos encamina-
./ lleva implícita la búsqueda de medios realis-
dos a reestructurar la vida cuando se venían abajo las
• / M ' . I expresar el mundo interno del hombre. Pero
murallas de la alienación y de la desigualdad de la Ru-
OH •.,ili\m,p no falazmente entendido en su más rígida
sia zarista.
!•<• a tu l,i de simplificación, sino aquél que se traza como
En los años 20, el tema de la hermandad de los ' / • ' / i . - elevar el nivel estético de la sociedad, des-
pueblos resonaba nítidamente en los versos de Maia- Wrollai su conciencia y sus gustos artísticos. Vladímir
kovski y de Esenin. Una década más tarde, mientras l mu hablando con Gorki, resaltó la importancia de
los vientos renovadores penetraban hasta los rincones ••• labor di' Demián Biedni en el plano de la agitación,
más lejanos del país y se quebraban las normas de vida ¡: !.• reprochó a éste "seguir al lector, cuando hace fal-
en las repúblicas periféricas, este tema atrajo literal- I.I a un p/>co delante de él". La experiencia de medio
mente a todos los poetas rusos. El conocimiento di- de poesía soviética confirma el significado esen-
recto de la vida y los usos de otros pueblos, contri- . i.¡I (le la observación de Lenin: adquiría carácter pe-
buyó a la aparición de los espléndidos ciclos líricos de i. une la creación de los poetas que iban "un poco de-
Nikolai Tíjinov, de Vera Inber y de Borís Pasternak, y lante", que no sacrificaban la profundidad del contenido
al establecimiento de relaciones creadoras entre los poe- ni la perfección de la forma en aras de la asequibilidad.
tas de todos los pueblos soviéticos. Nada más plausible.
La poesía soviética fustigaba y destruía consecuen-
Precisamente ellos desempeñaron en los primeros
temente —y a veces dolorosamente— todo lo que po-
tiempos un importante papel educativo, inclinaron a
nía obstáculos al libre desarrollo del hombre nuevo.
amplios círculos de lectores a ver en el arte un auxi-
Pero, indudablemente, nuestra poesía se plantea ante
liar para los afanes y trabajos cotidianos, un arma es-
todo la tentativa de traspasar al hombre reacciones y
piritual. Estos poetas fueron el puente imprescindible
sentimientos constructivos, de enriquecer sus estímulos
para salvar el precipicio que separaba entonces a muy
ante la belleza. No resulta extraño, por consiguiente,
amplias masas de lectores, con su bajo nivel cultural,
que sea precisamente el tema de la solidaridad humana
de las siempre inagotables conquistas del arte.
el que constituya la senda fundamental de la poesía so-
El medio siglo de experiencia de la poesía rusa de-
viética. Tal vez haya que buscar las primeras conquis-
muestra también que el "realismo" jamás debe coartar
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Con esta simple enumeración poética expresó Maia-
la creación poética con ningún género de cánones ni
kovski una honda correlación temporal entre el hom-
normas. Por el contrario, el movimiento voraz, inin-
bre y la historia. Nada tiene de particular que la poe-
terrumpido de la vida puede ser el mejor estímulo para
sía rusa soviética naciera en aquellos años como poe-
nuevas búsquedas y descubrimientos en la esfera del
sía épica, como poesía heroica. Lo heroico se convierte
arte, dando lugar al nacimiento de múltiples vertientes
en uno de sus rasgos determinantes. Con lo heroico
y de múltiples sistemas de ahondamiento en la inagota-
entra imperiosamente en la poesía la imagen del hom-
ble materia prima de la realidad.
bre nuevo, engendrado por la revolución. En las dis-
La poesía rusa contemporánea posee una extraor-
tintas —y difíciles— etapas del devenir de la sociedad
dinaria amplitud. En ella encuentran cabal expresión
soviética, esta imagen se irá haciendo más compleja se-
el propio dinamismo de nuestro tiempo, las luchas del
gún las incitaciones —y contradicciones— de las nue-
corazón humano, él mundo espiritual del hombre. La
vas tareas históricas.
concepción de lo sublime es en ella inseparable de la
En el primer decenio, es la imagen del hombre que
concepción de lo heroico. Una nueva era de la historia
ha descubierto un nuevo sentido de la vida, del hom-
de la humanidad comenzó con la lucha frente a las fuer-
bre envuelto en el romanticismo revolucionario y deci-
zas que trataban de retrotraer la rueda de la historia.
dido a sacrificarse para "que nazca de la tierra desan-
Las crónicas de la época nos hablan de los aconteci-
grada una nueva juventud" (Bagritski). Es la misma
mientos políticos, las encrucijadas sociales, las bata-
actitud que volverá a surgir en la poesía en la década
llas. Pero únicamente la imagen creada por un poeta
del 50, a través de esos recuerdos de la infancia que
es capaz de llevar hasta el lector contemporáneo la
alientan en la obra de Evgueni Evtushenko, Evgueni
profunda imagen emocional de aquellos años:
Vinokúrov y otros muchos exponentes de las promocio-
nes de posguerra, tan conflictivas por tantos motivos.
E n medio En los años 30, los poetas formados ya en la etapa
de los fusiles soviética —Nikolái Deméntiev, Yaroslav Smeliakov,
y del vozarrón de los cañones,
Horís Ruchiov— hacen su aportación al tema heroico
Moscú expresando los ideales de su generación en poemas pe-
es una islita, netrados del énfasis de las duras jornadas cotidianas de
y estamos en ella trabajo.
Vero el pueblo soviético se veía obligado a construir
hambrientos,
su propia historia en un ambiente de constante ame-
míseros,
naza bélica. Se deja sentir por entonces de manera cada
con Lcnin en la mente vez más evidente el presentimiento de lo irremediable
y las armas en la mano.
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y, ya en los años de la guerra, es lógico que predomi- Naturalmente, sólo he tratado de señalar algunos
nen esencialmente en la poesía las experiencias del com- de los rasgos característicos de la poesía soviética en el
batiente. La lírica de los años de la conflagración es curso de su desarrollo, y que constituyen el conjunto de
una de las más bellas páginas de la poesía rusa sovié- expresiones disímiles pero aunadas por esa red de po-
tica. Es obra de poetas de todas las generaciones, des- sibilidades artísticas que se integran en el realismo. Co-
de Anna Ajmátova, que en aquellos años pasó por su mo ya he apuntado, no se trata de un dogma establecido
"segundo nacimiento", hasta los que escribieron sus con métodos rutinarios: es un fruto natural de la época
primeros versos en el campo de batalla. y de la reestructuración de la sociedad, un fenómeno
Precisamente en aquellos años conoció y compren- vivo del arte contemporáneo, que progresa a compás
dió el pueblo a sus poetas como a sus más fidedignos de sus leyes internas propias y no puede aislarse de
intérpretes. Es entonces cuando se enriquece la poesía los fenómenos progresivos del arte mundial.
rusa con la épica de Alesandr Tvardovski, con las apa- La breve antología que ofrecemos al lector tampoco
sionadas confesiones de Konstantín Símonov, con la pretende, ni con mucho, dar una idea plena de la inago-
lírica "de campaña" de Alexéi Surkov. Sin embargo, table riqueza de contenido de la poesía soviética. De
¡cuántas facetas tuvo la expresión de esa coyuntura hu- todas maneras, quisiéramos que esta compilación ayu-
mana y de esa voluntad artística, refractadas a través dara no sólo a captar el espíritu general de esa poesía,
de un prisma de múltiples registros! sino también a valorar la diversidad y originalidad de
sus cultivadores y su propuesta de integridad y efica-
* cia humanas.
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DEMIÁN BIEDNI
(1879-1945)
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¿Vamos por esa razón a estallar en palabras de des- Por la puerta de la taberna,
aliento? desde el amanecer, iban y venían los borrachos.
¿Acaso ella no se fortalece día a día, acaso no se for- En el mercado se insultaban las vendedoras,
talece nuestra línea? zumbando como moscas en torno a la miel,
Montemos guardia ante lo conseguido a fuerza de y las burguesas se alborotaban, sin despegar la vista de
[tantos sacrificios, [las piezas de tela,
observemos vigilantes los punteros del reloj. entre los puestos donde se vende el percal.
Estremece la lejanía Un mujik miraba con muda tristeza
el tronar de vivas voces de combate. la puerta de una oficina
Hermanos, escrutad las luces distantes, frente a un fragmento del "manifiesto",
prestad oído al lejano tronar: que amarilleaba sobre un tablero descolorido.
son nuestras templadas reservas que avanzan. En la atalaya el bombero daba vueltas
¡Rataplán-plán-plán! como una fiera encadenada,
¡Rataplán-plán-plán! y los soldados, bajo una granizada de blasfemias,
Avanzan, avanzan, avanzan, avanzan, cumplían órdenes a campo abierto.
unidas en cadenas de eslabones de hierro, Una hilera de carretas reptaba hacia el río.
pasos marciales avanzan imponentes. Los cargadores enharinados se desplazaban de un lado
Avanzan imponentes, [a otro.
avanzan, Unos gendarmes conducían
avanzan bajo custodia a un estudiante andrajoso.
sobre el último reducto mundial... Un obrero con sus copas en el estómago
chillaba
1922
"¡Pobre estudiante, que te vaya bien!"
N A D I E SABIA
Nadie tenía idea, nadie
(22 de abril de 1870) en toda Rusia, cargada con su cruz milenaria,
Era un día como tantos otros, natural y corriente, sabía que en un día tan corriente como ese
envuelto en una bruma gris. en Rusia... había nacido Lenin.
Severa sonaba la voz potente
del guardia en la esquina. 22 de abril de 1927
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¿Para qué tan gran cartel?
ALEXANDER BLOK ¡Qué enorme tela!
(1880-1921) ¡Cuántos peales se puede hacer con él!
Y los pies a los niños se les hielan...
La vieja, asustadísima,
cruza un montón de nieve cual gallina que acecha.
—¡Ay, Virgen Santísima!
—¡Ay, esos bolcheviques al ataúd nos echan!
Viento que corta como dalles.
Frío al compás de todo aquello.
LOS DOCE Un burgués en cruce de calles,
mete la nariz en el cuello.
¿Y quién es éste? Melenas largas.
Su voz se aletarga:
—¡Traidores! ¡Qué horror!
Véspero negro. —¡Ha muerto Rusia, sin decoro!
Blanca nieve. Probablemente un escritor,
¡Viento, viento! un pico de oro.
Un hombre no puede de pie sostenerse. Y he aquí, un hombre que de faldas viste,
¡Viento, viento se esconde en la nieve que le hace de tope.
que va por el mundo de Dios todo entero! ¿Por qué hoy estás triste,
Remolina el viento camarada pope?
la blanca nieve. ¿Te acuerdas cómo antes
Hay hielo debajo de la nieve leve. ibas con la panza como adelantada,
Resbalón. Un grito. y, la cruz encima, se hacía brillante
Quien a andar se atreve la panza abultada?
resbala en la calle... ¡Ay, qué pobrecito! Una dama con astracán caracolado
Entre dos casas frente a frente, se acerca a otra, apenada.
tendido hay un cordel; —Cuánto hemos llorado, llorado...
en el cordel, un cartel: Se cae resbalada,
"¡Todo el poder para las Constituyentes!" y —¡pum!— se queda tumbada.
Lagrimea una vieja y no replica. ¡Ay! ¡Ay!
No comprende lo que eso significa.
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Dadle la mano, ¡caray! ¡Camarada, vigila sin tasa
E l alegre viento con los cuatro ojos!
se alegra cruel.
Mueve el faldamento,
siega al que transita. 2
Rasga, estruja, agita
ese gran cartel: Pasea el viento, la nieve vuela.
"¡Todo el poder para las Constituyentes!" Los doce hombres marchan en vela.
y estas frases grita: Negras correas de los fusiles,
También se reunieron nuestras gentes... y en torno a ellos hay luces miles.
en el local de enfrente... Entre los dientes, un cigarrillo;
Discutimos, marca merecen llevar los pillos.
resolvimos: Libertad, libertad.
Por un rato, diez rublos; por dormida, veinte pedir. ¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
Y de nadie menos recibir... ¡Tra-ta-ta!
... Vamos a dormir... ¡Frío hace, camarada, frío ya!
—Con Katka está Vañka en un tabernucho.
L a tarde cayendo. —Dinero en la media lleva en un cartucho.
L a gente se acoge. —Vaniushka ya es rico, lo había soñado,
Sólo un vagabundo —¡Era de los nuestros, se ha hecho ahora soldado.
los hombros encoge. —¡Ay, Vañka, burgués, ay, hijo de perra,
Silbidos del viento... si a mi Katka besas, el golpe no yerra!
—¡Eh, pobretón, trotamundo! Libertad, libertad.
Ven a mi casa, ¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
nos abrazaremos... Katka con Vañka ocupada está
¡Pan! ¡En qué mi querida ocupada estará!...
¿Qué espera el que se atrasa? ¡Tra-ta-ta!
¡Pasa! Y alrededor hay luces miles...
Negros, negros los cielos están. En los hombros, correas de fusiles...
1
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A la Santa Rusia una bala lancemos,
a la del pasado, Se atusa, se atusa su negro bigote;
a la de las isbas, a esa que llamamos se atusa y recrea,
del trasero pesado. bromea.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van! He aquí a Vañka, el de hombros de carga.
He aquí a Vañka, el de charlas largas,
Abraza a su Katka, la muy pasmadota,
3 la engaña...
Ella la cabeza hacia atrás va a ponerla,
y sus dientecillos brillan como perlas...
Así se fueron nuestros muchachos
¡Ay, Katia, Katia mía,
a servir en la guardia roja,
caragordita!
a servir en la guardia roja,
y perder sus cabezas locas.
¡Ay, tú, pena en cadena,
5
dulce vida que saco;
desgarrada guerrera,
Todavía en tu cuello, Katia,
fusil austríaco!
tienes de una navaja el cuño.
Para que los burgueses puedan todos penar,
Debajo de tu pecho, Katia,
el fuego del mundo vamos a soplar,
aún reciente tienes un rasguño.
incendio del mundo que en sangre nació.
¡Ea, ea, baila bien!
¡Danos, Señor, tu bendición!
¡Qué bonitos son tus pies!
Ropitas de encaje llevabas:
4 ¡llévalas ahora que yo te vea!
Con oficiales pendoneabas;
Remolinos de nieve, grita el cochero, ¡pendonea ahora, pendonea!
Vañka con Katka vuela en trineo. ¡Ea, ea, pendonea!
Y llevan los varales De sobresalto, el corazón voltea.
farolillo eléctrico. ¿Te acuerdas del oficial aquél?
¡Eh, arre, arre! Nada hubo que le salvara...
Lleva un capotito roto de soldado, ¿No te acuerdas, mala peste, de él?
su cara es de tonto, tonto redomado. ¿O no está tu memoria clara?
¡Ea, ea, hazla más clara!
36
¡Acuéstate con él, juntad la cara!
Llevabas polainas y aretes,
zampabas chocolate afamado. De nuevo van los doce.
Ibas a pasear con los cadetes. Sobre los hombros llevan fusilitos.
¿Ahora paseas con los soldados? Y sólo al asesino desgraciado
¡Ea, ea, peca sin calma, no se le ve la cara de contrito.
será un alivio para tu alma! Más rápido el resuello,
los pasos acelera al alejarse.
Un pañuelo se lía por el cuello.
6 No puede sosegarse.
—¿Por qué estas, camarada, así afligido?
... Volando, se acerca el cochero en la delantera —¿Por qué, amiguito, el miedo te condena?
Vuela, aulla, vocifera... —¿Por qué, Petruja, andas alicaído?
¡Alto! ¡Alto! Andruja, ayuda, no te borres. —¿Es que Katka te d a lástima o pena?
¡Por detrás, Petruja, corre! —¡Mis buenos camaradas de estas horas!
Yo a esta chica quería...
¡Tra-ta-ta-ta-ta!...
Noches embriagadoras
Polvillo de nieve hacia el cielo va.
he pasado con ella en otros días...
Vañka quiere escapar con el cochero...
¡Alza una vez más tu gatillo ligero!... Por la fuerza arrogante de sus ojos
¡Tra-ta-ta-ta! Te vamos a enseñar nosotros como de fuego hechos;
a qué conduce juerguearse con la chica de otros.. por aquel lunar rojo
¡Se escapó el canalla! Y a verás, te digo, junto a su hombro deirecho,
cómo mañana acabaré contigo. yo he matado, hombre flojo;
¿Dónde está Katia? Muerta, muerta la ha dejado. la perdí en un instante de despecho;
¡Su cabeza una bala ha atravesado! —¡Cómo nos da la lata este maldito!
¿Contenta, Katia? ¡Chit, chit, nada se mueve!... ¿Es que tú, Petia, eres- una mujer?
¡Queda como carroña, aquí, sobre la nieve!... —¿Es que quieres sacar tu alma en un grito
¡Más fuerte tu paso revolucionario, para dejarla ver?
que está el enemigo cerca y temerario! —¡Tu fachenda manten de soldadito!
—¡Y dominarte, eso debes hacer»
—¡No, no es ésta, hora
de mimos de niñera,
38
¡Acuéstate con él, juntad la cara!
Llevabas polainas y aretes,
zampabas chocolate afamado. De nuevo van los doce.
Ibas a pasear con los cadetes. Sobre los hombros llevan fusilitos.
¿Ahora paseas con los soldados? Y sólo al asesino desgraciado
¡Ea, ea, peca sin calma, no se le ve la cara de contrito.
será un alivio para tu alma! Más rápido el resuello,
los pasos acelera al alejarse.
Un pañuelo se lía por el cuello.
6 No puede sosegarse.
—¿Por qué estas, camarada, así afligido?
... Volando, se acerca el cochero en la delantera. —¿Por qué, amiguito, el miedo te condena?
—¿Por qué, Petruja, andas alicaído?
Vuela, aulla, vocifera...
—¿Es que Katka te da lástima o pena?
¡Alto! ¡Alto! Andruja, ayuda, no te borres.
—¡Mis buenos camaradas de estas horas!
¡Por detrás, Petruja, corre!
Yo a esta chica quería...
¡Tra-ta-ta-ta-ta!...
Noches embriagadoras
Polvillo de nieve hacia el cielo va.
he pasado con ella en otros días...
Vañka quiere escapar con el cochero...
Por la fuerza arrogante de sus ojos
¡Alza una vez más tu gatillo ligero!...
como de fuego hechos;
¡Tra-ta-ta-ta! Te vamos a enseñar nosotros
por aquel lunar rojo
a qué conduce juerguearse con la chica de otros...
junto a su hombro derecho,
¡Se escapó el canalla! Y a verás, te digo,
yo he matado, hombre flojo;
cómo mañana acabaré contigo.
la perdí en un instante de despecho;
¿Dónde está Katia? ¡Muerta, muerta la ha dejado.
¡Su cabeza una bala ha atravesado! —¡Cómo nos da la lata este maldito!
¿Contenta, Katia? ¡Chit, chit, nada se mueve!... ¿Es que tú, Petia, eres una mujer?
¡Queda como carroña, aquí, sobre la nieve!... ---¿Es que quieres sacar tu alma en un grito
para dejarla ver?
¡Más fuerte tu paso revolucionario,
—¡Tu fachenda manten de soldadito!
que está el enemigo cerca y temerario!
—¡Y dominarte, eso debes hacer!
—¡No, no es ésta, hora
de mimos de niñera,
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porque una carga ahora
más grande, camarada, nos espera! No se oye ruido alguno en la ciudad.
Y ya Petruja lleva Sobre el Nevá un silencio grave advino.
más lentos sus pasos... Ningún guardia hay ya.
L a cabecita eleva, ¡Juergueaos, muchachos, y sin vino!
y de nuevo se alegra... En un cruce de calle está el burgués;
¡Ea, ea, su nariz en el cuello ha escondido.
no es pecado mortal si se juerguea! Un perro se le mete entre los pies,
¡Cerrad las casas, sarnoso, sucio, con el rabo caído.
que hoy habrá saqueos sin tasa! E l burgués, indeciso y silencioso,
¡Abrid las bodegas, igual que el perro hambriento allí se está,
hoy juerguea la gente andariega! y el viejo mundo, como perro sarnoso,
con el rabo caído está detrás.
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42 43
ANNA AJMÁTOVA
Con paso seguro así van sin congoja.
Siguiendo sus huellas, un perrazo listo.
Y delante de ellos con bandera roja,
invisible en nieve de albores de alas,
inmune a las balas,
andando en el aire con un paso leve,
llevando un tesoro de perlas de nieve,
corona de rosas, que jamás se ha visto,
delante de ellos, marcha Jesucristo... S E G U R A M E N T E M U C H A S COSAS...
JURAMENTO
Sabemos bien que entramos en el juego ¿Quién, quién puede saber lo que es la gloria?
y que esto ocurre hoy día. ¿Y con qué precio se compró el derecho,
Marca nuestro reloj la hora valiente la posibilidad o la fortuna
y el valor no podrá más alejarse. de burlarse de todo finamente,
Morir bajo las balas ya no asusta con tan sabia manera misteriosa
ni ya lloramos por perder la casa. de llamar a un pie solo piececito?
Pero te guardaremos, lengua rusa,
alta palabra rusa.
Así te llevaremos pura y libre E L JARDIN D E V E R A N O
a entregarte a los nietos
para todos los siglos de los siglos Quiero ir allá, donde la rosa crece, al jardín único
de todo cautiverio rescatada. cercado por las rejas más bellas de la tierra,
en donde las estatuas mi juventud recuerdan
como yo las recuerdo bajo el agua del Nevá.
CINCO AÑOS H A N PASADO En el amplio silencio, entre los grandes tilos,
aún me parece oír el crujir de los mástiles.
Cinco años han pasado, mi país, Y el cisne boga siempre a través de los siglos,
libre de las heridas de la guerra, asombrado de ver su doble en el reflejo.
llena los valles florecidos Duermen su sueño eterno cientos, miles de pasos
con un fresco silencio. de amigos, de enemigos, de enemigos, de amigos...
Y a relucen los faros en la noche marina, y jamás se concluye el desfile de sombras,
mostrando los caminos a la gente de mar, Desde el jarrón de piedra hasta las áureas puertas,
y el marinero mira desde lejos allá es donde murmuran mis dulces noches blancas
las pupilas que brillan en lo oscuro. acerca del secreto de amor que alguien me tuvo...
Donde zumbaba el tanque, está el tractor pacífico, Y todo tiene el brillo del nácar y del jaspe
donde estalló el incendio, hay un jardín florido mientras la fuente guarda su luz calladamente.
y por la carretera comida de metralla
corren autos veloces. Versiones de Rafael Alberti
y María Teresa León
46 47
NIKOLÁI ASÉIEV " Y yo te respondo,
(1889-1963) mi querido amigo:
No temo la muerte
en tenso patíbulo.
Mortal y oprobioso
en esta esclavitud
es bajar la cabeza
y así envejecer.
Hora es que unamos
sables con los sables.
HÚSARES A Z U L E S M i corazón
está enamorado
Hiere la helada de la libertad."
como fuerte garra.
Labios encarnados
Vuela el trineo
y pipas labradas.
por el Fontanka. Húsares azules,
Su huella en la nieve ¡probad el destino!
va trillando rayas. Helos indomables,
¿De quién esa risa?
helos inmortales
¿De quién esa voz? otra vez reunidos
"Con mi propia mano en la habitación.
en el corazón, Guerreras abiertas
te lo digo yo:
en noche profunda:
No toques la espada. "Sírvanme una copa
Frente a tal peligro, repleta de vino.
si no es a ti mismo, Vertemos, bebemos
a otros salvaguarda." y nos despejamos:
Por la Hermandad Sureña,
Con los cascos blancos
por los jóvenes hermanos."
golpeando en el hielo,
sombras por Litieini Sordas las guitarras,
vuelan a lo lejos. altas las palabras...
48 49
MIS VERSOS .
¿Qué guardar entre ellos?
¿A quiénes temer?
Mis versos son de menta y ajenjo,
Cual espuma en copas tienen la frescura y el calor de la estepa.
hierve su pasión:
Es amargo el ajenjo, pero la menta cura las penas;
Se lee "Gitanos" * doble juego, de calor y frío,
por primera vez. de pares y nones.
Por Litieini vuelven
las sombras volando. No es el hombre quien este juego elige.
Ceños rigurosos Juega el universo.
bajo las viseras Mis versos son como el curso
miran los palacios. de las estaciones del año.
Terminó el encuentro,
Versión de Vicente Arana
¡arre los caballos!
¿Qué es esa,
qué es esa, ¿QUÉ ES L A FELICIDAD?
qué es esa canción?
Bajad la cabeza. ¿Qué es la felicidad? Es tomar parte
Las tenues guitarras en las nobles acciones de los hombres,
que temblando callen: en la pasión ardiente, compartida,
Húsares azules en el cálido trigo cosechado.
en la nieve yacen. ¿Mas la dicha reside sólo en eso?
1927 Para nosotros, hijos de la época,
Traducción de Elva Macías que la naturaleza dominamos,
¿no está en los espaciales vuelos hacia otros mun-
idos?
Sin pago o recompensa, muchedumbre
ilc soles, levantaos y alumbrad,
abrios a nosotros, cámaras estelares,
tendeos, vías lácteas.
* Obra de Pushkin
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50
Y cambiando de era
para no unir la dicha a la amargura,
putrefacción y muerte superando,
un eterno frescor respiraremos.
A l regresar del viaje por las constelaciones,
besaremos con lágrimas la tierra, nuestra madre,
y nos traerán mensajes y noticias
de la profundidad sinfín del Universo.
Tal es la dicha que está a nuestros alcances:
NUESTRA VIDA
llevar a los espacios la luz de la razón
para que el mundo sea vivo, joven,
M i querido caballito,
y no sombras de horror en el vacío.
mi generoso Pegaso,
Versión de César M. Arconada que siempre tan diligente
acudes cuando te llamo.
Desgracia si así no fuera,
pues tendría que ir andando.
Sólo rarísimas veces
sueles decir por lo bajo:
"Espera, dueñita mía,
vamos a hacer un descanso,
que la pesada montura
el pecho me ha fatigado.
Si no, confundo el camino
y no sé a qué sitio salgo.
A l trepar por cuestas pinas
los cascos me he lastimado."
Entrañable amigo mío,
mi fiel, mi noble Pegaso,
no hay valladar en el mundo
que no puedas remontarlo.
Tu velocidad notoria Tenemos que ir al galope."
ejemplo es de caballos. Y otra vez, como en los años
Venga, probemos de nuevo mozos, a saltar barreras.
a saltar aquel obstáculo...
Nos ilumina el ocaso
Pero hay que pensar, amigo con ambarinos destellos...
—queramos o no queramos—,
que llegará al fin el día En tanto, mi fiel Pegaso,
del retiro y el descanso. arda esta luz vespertina,
no sabremos del descanso,
Dejando el modesto albergue inseparables seremos.
y nuestros humildes bártulos,
salvaremos la hoya última, Otra vez el mismo atajo,
el último gran peñasco. otra vez el mismo albergue,
de alegrías harto escaso.
Cruzaremos la meseta, Y así hasta que la tumba
rica de ríos y prados, nos acoja en su regazo.
y allí podremos vivir
de sosiego saturados.
Versión de José Santacreu
Es un hermoso paisaje,
refugio de los cansados.
Viviremos sin premuras,
el alma sin sobresaltos.
Te molestaré muy poco,
para pasear un rato.
Pero del fondo del bosque,
a nuestro albergue ha llegado
un sonido, una llamada,
y tú en seguida a mi lado.
"De prisa, dueñita. E l sol
se pone. E l camino es largo.
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55
VLADÍMIR KIRÍLLOV tanto más brillará en las tinieblas
(1890-1943)
la felicidad.
Van millones de voces en la canción
que para mí suena,
millones de herreros audaces la cantan
con ropa azul-marino de faena.
Reto altivo lanzado al amargo destino
ESCUCHÉ ESTA CANCIÓN... de esta canción,
poderosa llamada a la lucha, a la vida
Escuché esta canción de cercanos y al sol.
y dichosos siglos 19 j 7
en las grandes ciudades de loco ejetreo
y rostro encendido.
Traducción de María Cánovas
Escuché esta canción de felices
días venideros
en el ruido fabril, el rumor de poleas
y gritos de acero.
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57
BORÍS PASTERNAK SI H U B I E R A Y O SABIDO.
(1890-1960)
Si hubiera yo sabido lo que pasa
la vez primera que volqué mi pecho:
que del verso de sangre brota sangre;
que puede estrangularte el sentimiento,
la verdad es que habría renunciado
de antemano a quemarme en ese fuego.
¡Pero fue tan pequeño el primer soplo...
L A SUSTITUTA la meta parecía estar tan lejos...!
Mas al igual que la indolente Roma
Me acompaña tu risa prendida en el retrato suelen portarse la vejez y el vérse-
donde te descoyuntas crujiendo las muñecas, la muerte, no palabras los aplaca;
y se quiebran tus dedos con la mueca más triste sacrificios exigen, no su gesto.
cuando vienen amigos a invadir tu salón. Que cuando —gladiador que va a la arena—
Entre el ruido de naipes y las fanfarronadas se desborda el torrente del aliento,
de Rakoczy, las copas, los hombres, los espejos, lo abandona el artista, y es juguete
eres tú recorriendo las teclas, encendida, del destino, la túnica del tiempo.
despreciando los juegos, la rosa, por el vals
al que en broma te entregas, nuevamente saltando, 1932
derramado el cabello, graciosa en la cintura
la flor del amarillo, desfallecida casi,
y el echarpe mordido lo mismo que el dolor; E L VENCEDOR
corriendo tras el leve frescor de una naranja,
la corteza en la mano con un gesto nervioso, ¿Os acordáis del hielo en la garganta
presurosa volviendo a la sala reluciente cuando el tropel de la barbarie ciega
donde, tras la cortina, se desvanece el vals. desbordó su estridencia en nuestro suelo
sembrándolo de invierno sin promesas?
1917
L a razón opusimos como escudo
contra el cual no hay ariete que no ceda.
¡Cómo venció al destino Leningrado!
¡Qué reluciente roca de firmeza!
58 .59
Julio, que cuando llega trae pelusa
Y cuando, en la escalada de su hazaña,
de diente de león y de bardana;
rompió el anillo que oprimió sus piedras,
que nos mete su luz por los balcones
¡con qué asombrado grito de entusiasmo
y que todo lo charla en alta voz.
se derramó el aplauso sin fronteras!
Desaliñado mujik de la estepa
¡Oh qué inmensa la gloria de ese nombre
que nos trae la presencia de los tilos
donde culmina el sol de la leyenda!
y la hierba olorosa, suave julio
Cuanto fuera imposible, Leningrado
que mete todo el campo en nuestro hogar.
lo realizó en el cielo y en la tierra.
1956
1944
í>r¡
Todo se confunde y, sin embargo, nadie L a palabra no sacia
puede decir que todo, en una gradual indiferencia, la sequedad ardiente de mi boca,
se confunde, mientras es dulce repetir: y sin ti, una vez más,
Rusia, Leteo, Loreléi. se deshabita el soñoliento aire.
Toma para tu alegría esta pasajera ofrenda Vuelve donde te espero, tengo
pobre collar de abejas moribundas miedo si tú me faltas.
que transforman la miel en sol diario. Nunca te he deseado
como ahora, y todos mis deseos
1920 revierten luego en realidades.
_ \O TANTOS OTROS... Los celos ya son sombras,
pero tu luz me llama.
Como tantos otros, quiero
ponerme a tu servicio, 1920
embriagarte con estos labios míos
que la aridez de los celos agrieta. Versiones de J. M. Caballero Bonald
64 65
MARINA TSVETÁEVA ¡Salud, tormenta de piedra!
(1892-1941) ... Y , con un disimulado
bostezo, vuelves al vuelo
de arcángel de firme paso.
18 de septiembre de 1921
CONATO D E CELOS
69
Rusia no será vendida por los Aliados. CONVERSACIÓN C O N L E N I N
¡Izquierda!
¡Izquierda! C o n tropel de asuntos
¡Izquierda! y maraña de hechos,
el día poco a poco
¿Es que se apaga el ojo del águila? a la sombra se fue.
¿Es que intentan retroceder al pasado?
¡Aprietan Dos en la habitación.
en la garganta del mundo yo
los dedos del proletariado! y Lenin:
¡Adelante, pechos bravos! fotografía
¿O es que los acorazados en l a blanca pared.
tienen ya chatas las quillas? L a boca
Dejad que las coronas protesten
en tensión de discurso,
y se alce el rugido del León Británico.
los bigotes
L a comuna no será sometida.
se adelantan
¡Izquierda!
enhiestos;
¡Izquierda!
en las arrugas de la frente
¡Izquierda!
se condensa
70
71
"Camarada Lenin, No se puede
le informo, ni contar los que son
no por deber, sí por afán del alma.
ni motejarlos.
Camarada Lenin, Toda una cadena
un trabajo infernal de tipos
se está realizando, se extiende.
se realiza ya.
Kulaks y burócratas,
Damos la luz, adulones,
vestimos a pobres y desnudos, sectarios
crece y borrachos
la extracción van, orgullosos,
de carbón y mineral. el pecho abombado,
con estilográficas
Y a la vez,
junto a esto, e insignias a montones.
cuánta, Nosotros,
cuánta a todos,
hez sin duda, los aplastaremos.
y cuánta necedad. Mas aplastar
a todos
Te cansas
es siempre difícil.
de defenderte,
de andar a dentelladas. ¡Camarada Lenin,
Muchos en las humeantes fábricas,
sin usted en la tierra
de la mano se fueron. cubierta
de nieves
Cuántos y de trigos,
infames
camarada,
de todas las calañas
con vuestro
andan por nuestra tierra
y en torno a nuestro suelo. corazón
y vuestro nombre
72
73
Y probablemente
pensamos, dirá
respiramos, vuestro profesor,
luchamos
encubriendo en erudición
y vivimos!"
el enjambre de las cuestiones,
que vivía una vez uno
C o n tropel de asuntos
y maraña de hechos, que cantaba al agua hervida
y era enemigo encarnizado de l a cruda.
el día poco a poco
75
74
Algunos echan los versos con regadera, ¡Oíd,
otros los pulverizan, escupiéndolos, camaradas venideros,
pien peinados, al propagandista,
bien rizados, al vocinglero-jefe!
¡quién diablos puede entenderlos! Acallando el rumor
Para esta canalla no hay cuarentena, de los torrentes de la poesía,
mandolín ;an detrás de la pared: pasaré por encima
"Tarantena, tarantena, de los tomitos líricos,
te-en..." como vivo
No sería un gran honor hablando con los vivos.
si entre tales rosas
Yo
se irguiesen mis estatuas
llegaré hasta vosotros,
en bulevares
donde tose la tuberculosis, a la comunista lejanía,
no como
donde pasea la... con el bandido
y la sífilis. el lírico héroe al estilo de Esenin.
M i verso llegará
Yo también,
de propaganda a través del lomo de los siglos
harto estoy ya y a través de las cabezas
y bien sería para mí de los poetas y gobiernos.
garrapatear M i verso llegará,
romances para
pero nunca del modo
cual la flecha
Sería más productivo llega en la cacería de liras y de amores,
y más agradable. nnunca como llega
al numismático la borrosa moneda,
Pero yo mismo o como la luz de las estrellas muertas.
me contuve
poniendo el pie Mi verso
en la garganta de trabajo,
de mi propia canción. la mole romperá de los años
76 77
Firmes están
y llegará,
denso, con pesadez de plomo,
prestos a morir
rudo,
visible, y prestos a la gloria inmortal.
igual que a nuestros días
Los poemas están inmóviles
llegó el acueducto
hecho apretando uno con otro los cañones
ya por los siervos de R o m a . de los títulos apuntados
y prestos al disparo.
E n los túmulos de los libros,
E l arma preferida
donde el verso está enterrado,
— l a caballería
cuando encontréis por azar los trozos de hierro de un
[verso de las agudezas—
mío, vosotros, presta está
con estima callada, a lanzarse al grito de ¡hurra!,
tocadlo levantando de las rimas
78 79
no me importa
el fango del mármol;
Abrí cada tomo ya arreglaré mis cuentas con la gloria;
a r a o s d e M a r X
Los ebanistas
no me enviaban los muebles a casa.
como carnet del Partido Bolchevique, y echar a correr tras del Komsonjoji
todos los cien tomos Yo no reprocho
de mis a los que se separan por mi pena
libros de Partido.
Los viejos, de los jóvenes se atra$ an
82 83
¡Suena, suena, Yo los conozco.
bruja guitarra! Triste mirada bovina
Canta, gitana, se asoma en sus ojos.
hazme olvidar Y mientras los demás trabajan,
aquellos días amargos a ellos el verdín cubre su sangre
sin caricias ni afecto. como en fétido estanque.
Con el Poder soviético ¡Que nadie tire piedras al estanque!
me siento ofendido ¡Que nadie lo toque!
porque en mi juventud radiante Saldría un hedor espantoso.
no me enseñó a ver ¡Ellos mismos se pudrirán
el ardor de otra gente en el combate. como las hojas de otoño!
¿Qué vi yo? Sólo batallas. Pero hay otros hombres.
Y en lugar de canciones Son los que creen,
oí sólo el estruendo de la guerra. los que, inciertos, al futuro miran,
¿No será porque loco corría por el mundo los que, rascándose trasero y pecho,
con mi amarillenta cabeza? hablan de la nueva vida.
De todos modos soy feliz. Yo los escucho. Oigo decir
Entre multitud de tormentas a estos campesinos con andrajos:
presencié hechos maravillosos. "Está bien el Poder soviético...
Vistió el vértigo mi destino Pero si hubiera tela... Si hubiera clavos.
con floreado paño de oro. ¡Qué poco esas barbas necesitan!
No soy un hombre nuevo. Su obsesión son el pan y las patatas.
¿Por qué ocultarlo? ¿Por qué de noche maldigo
Cuando intento alcanzar mi suerte aciaga?
a las huestes de acero, Y o envidio
me quedo con un pie en el pasado, a quienes a la lucha se entregaron,
con el otro resbalo y caigo al suelo. a quienes defendieron la gran idea.
Pero hay otros hombres Estropeada ya mi juventud,
más infelices y desconcertados. ni recuerdos me quedan.
Su incomprensión les impide ¡Vaya escándalo!
pasar por el tamiz ¡Menudo escándalo!
de la realidad en que viven. Me encuentro en apurado lance,
84
y que yo estaba condenado
pude otras cosas haber dado
a rodar por la pendiente.
en lugar
de las que se rae daban cual jugando. Querida:
¡Suena, suena, Usted no me amaba.
bruja guitarra! Ignoraba que entre el gentío
Canta, gitana, era yo cual caballo espumeante,
hazme olvidar espoleado por audaz jinete.
aquellos días amargos
Ignoraba
sin caricias n i afecto.
que entre aquella humareda,
L a pena no se ahoga con el vino,
en la fosca tormenta de l a vida
ni se cura el alma
sufría yo, sin comprender
en l a soledad y reclusión.
lo que se avecinaba.
¡Qué ganas tengo
De cara a cara
de remangarme los pantalones
no se ve el rostro.
y echar a correr tras del Komsomol!
L o grande se ve a distancia.
1924 Cuando el mar se encrespa,
corren riesgo las naves.
CARTA A UNA MUJER
¡ Y de pronto
Usted se acuerda, se convirtió la tierra
usted, claro, de todo se acuerda, en una nave!
cuando andaba nerviosa Alguien
por l a estancia empuñó majestuoso el timón
— y o a l a pared pegado— rumbo a la nueva vida prodigiosa
y me reñía por entre vendavales y tormentas.
con acerbas palabras. ¿Quién no se cayó en la cubierta?
¿Quién no vomitó y no maldijo?
Decía usted Pocos hubo que no se mareasen,
que había llegado
que venciesen aquel torbellino.
la hora de separarnos,
Entonces
que a causa de mis locuras
entre un clamor salvaje,
sufría mucho,
sabiendo bien lo que me hacía,
que iba a dedicarse a sus cosas,
86
bajé a la bodega lo que fui antes,
para no ver vomitar a la gente. lo que soy ahora.
Aquella bodega Querida:
era eso: la taberna. Me complace comunicarle
Y o me entregué al vino que no rodé por la pendiente.
para no padecer por nadie Vivo en el Territorio Soviético
y hundirme como el más entusiasta adherente.
en la embriaguez. No soy ya
Querida: el de antes.
La hice sufrir, es cierto. Ahora no la haría sufrir
En sus cansados ojos como entonces.
se asomaba la pena Tras la bandera de la libertad
al ver que yo, ostentosamente, y del trabajo luminoso,
me consumía en escándalos diarios. estoy dispuesto a ir
Pero usted ignoraba al fin del mundo.
que entre aquella humareda, Perdóneme...
en la fosca tormenta de la vida, Sé que usted no es la de ayer.
sufría yo, Ahora vive
sin comprender con un marido serio, inteligente.
lo que se avecinaba... A usted no le hacen falta
nuestros duros quehaceres,
y yo tampoco
Han pasado los años. le hago la menor falta.
M i edad es ya otra. Viva bajo
Ahora pienso de distinto modo. el signo de su estrella,
Ahora brindo en los días de fiesta bajo su mansión renovada.
por el gran timonel. La saluda su amigo
Me embargan hoy que jamás la olvida,
amables sentimientos.
A l recordar su angustia
Serguéi Esenin.
quiero apresurarme
a decirle
Traducciones de José Santacreu
89
SHAGANÉ A L P E R R O D E KACHAJLOV
91
UNA LUNA VAGA Y ENFERMIZA Cuando siento rugir a los motores
entre la nieve y las tormentas,
Un dolor de llanuras sin fin yo por nada del mundo querría
y una luna vaga y enfermiza, volver a escuchar las carretas.
fue lo que vi en mi loca juventud,
lo que queriendo tanto, maldecía. Traducciones de Agustín Arguelle
93
;Que se vaya al diablo mi traje a la moda! Y qué más da, llegará otro;
¡Dadme la guadaña, ahora vais a ver! no acuciará la pena al que ha marchado;
¿No soy de los vuestros, no somos iguales, y a la amada que se quedó
pensáis que la aldea dejé de querer? le compondrá el que llegue nuevo canto.
No me importan hoyos, tampoco terrones,
Y oyendo la canción, la amada,
qué hermoso en la suave niebla mañanera
en silencio, con el nuevo amante,
trazar en la hierba versos con el dalle
tal vez se acuerde de mí
para que los lean caballos y ovejas.
como de una flor incomparable.
Hay en esas líneas palabras, canciones,
y yo estoy alegre, sin pensar en nada, Versión de Vicente Arana
puesto que leerlas cada vaca puede
y pagar por ellas con leche templada.
L A S F L O R E S M E D I C E N ADIÓS
95
EDUARD BAGRITSKI Hay fuego en el aire,
(1895-1934) negrura en las ramas.
¿Por qué tu cabeza
de llanto se inflama?
¿Por qué de tus labios
el gemido salta?
¿Por qué de tus ojos
el sueño se escapa?
(Duerme, duerme, duerme...)
L A MUERTE DE L A PIONERA Por la puerta pasa
tu madre. Te mira
En la tormenta tiemblan regando tu cara:
hojas de lluvia... —¡La isba se hunde,
¿Ay, qué verde el gorjeo Valentina, Valia!
de la curruca! La cruz del bautizo
¿Qué tienes, qué miras te traigo; la casa
Valentina, Valia? se cae de desorden:
En el cuarto blanco mis manos no bastan...
de puerta pintada, el polvo es el dueño
crece en tus mejillas de nuestra cabana...
—como telaraña— gallinas y cerdos
de la escarlatina sin techo ni paja...
la fiebre que avanza. mugidos el hambre
despierta en la vaca.
Tus labios ardientes Ten la crucecita
no dicen palabras del bautizo. ¡Nada
Los médicos buenos malo puede hacerte,
quieren verte sana; Valentina, Valia!
por tu pelo al cero
su caricia pasan... ... Y el llanto en las viejas
¿Qué tienes, qué miras, mejillas resbala,
Valentina, Valia? mientras la tormenta
toca la ventana. En Setún y en Kúntsevo,
Los ojos inciertos por doquier aguardan
de fiebre abre Valia. los pioneros, puestos
Los mares rugientes sus ojos en Valia...
envían la carga
de sus nubarrones
Y , mientras, la madre
de lluvia y borrasca.
tristeza derrama:
Sobre el hospital, ni dará más besos
en filas cerradas, a la flor amada,
legión tras legión, ni pondrá en la fiebre
las nubes levantan su ternura blanca,
y tienden al viento ni el hilo de vida
pañuelos de llama. salvará de Valia.
Diluye la lluvia
las nubosas capas, —Para ti mis manos
dibujando miles el ajuar trenzaban:
de cuerpos, de caras. vestidos de seda,
vajilla de plata.
Vencida la presa, Para darte dote,
la tormenta lanza de noche velaba
sus blusas azules cuidando las aves,
de nubes, de ráfagas. ordeñando vacas;
para que tuvieras
Clamor de clarines vestidos y galas,
el silencio rasga, y al altar llegases
y en el hospital altiva, velada.
que besan las aguas, Ten la crucecita
con ritmos marciales del bautismo. ¡Nada
los pioneros marchan malo puede hacerte,
legión tras legión, Valentina, Valia!
cual anuncio del alba.
¡Qué torpes me suenan Contempla en el cielo,
mis cortas palabras! mi pequeña Valia,
¡No mueren los jóvenes! cómo tu bandera
¡Los jóvenes cantan! de viento se inflama,
y mientras el rojo
A l grito de sables
cubre la montaña,
voraces de danza,
el trueno te dice:
los hielos de Kronshtadt
—¡Alerta, m i Valia!
a luchar llamaban.
Y , desde l a muerte,
la voz que reclama; Su pequeña mano,
los ojos que miran; de la ingenua cama
el pecho que canta. igual que una ninfa
la niña levanta,
¡Que pose en nosotros y rompe el silencio:
su vuelo las águilas! —¡Estoy preparada!
¡Que el fuego del héroe ... y cuando, sin fuerzas,
nos temple las armas! transparente y clara,
parece que inventa
¡Que riegue l a sangre
la blancura Valia,
nuestra tierra amarga!
la cruz se derrumba
¡Que brote una nueva
sobre su almohada.
juventud con alas!
Pero la leyenda
no muere, que canta:
cuando nace un niño,
cuando ríe, canta;
cuando los muchachos EL HIJO
crecen, ella canta...
L a dice el soldado, PRÓLOGO
la esparcen las lanzas,
la siembran los vientos ¿Me escuchas, Vova? ¿No he llegado tarde?
en todos los mapas. Hablemos en la brecha hoy con calma.
¿Por qué no nos escribes
Versión de Carlos Alvarez ni al padre, ni a la madre, ni a la hermana?
103
Dime, ¿vendrá a verte esta mañana EPILOGO
la que de inquietud llena tu vida,
la de los rizos áureos, la mejor, Adiós, sol mío. Vida mía, adiós.
la que a nombrar yo no me atrevería? Adiós, mi juventud, mi hijo adorado.
Pongamos fin a este relato flébil
¿Oyes los cañonazos? sobre el más noble de los solitarios.
Son los nuestros, en rápida ofensiva.
Sonó la hora. Vova, levantémonos, Con tus dieciocho años, en el relato quedas.
vamos a combatir con energía. Solo. Fuera del aire y de la luz.
En el postrer suplicio inenarrable,
Y me responde mi hijo entrañable sin reposar en eterna quietud.
—en llamas la cabeza, el cuerpo inerte—
desde la lejanía inabarcable ¡Ay, cómo nos separan los caminos
que atraviesa todos los frentes: del tiempo y de los montes escabrosos
que entre sus matas guardan con cariño
"Déjame en paz, mi padre adorado, tu cráneo roto, cubierto de polvo!
no me llames, querido, no me llames,
que volamos por ruta intransitada Adiós. De allá no vienen trenes.
a través de incendios y de sangre. Adiós. Y allá no va ningún avión.
Ningún milagro espero, pues los sueños,
Los amigos caídos en combate mi Vova, sueños son.
golpeamos a las nubes con las alas.
Y no podrá volver a este mundo Yo sueño que eres pequeño, dichoso,
nuestra escuadrilla amiga y cohesionada. y vas pisando con tus piececitos
esta tierra que a tantos ha inhumado...
No sé, padre, si nos encontraremos. Así termina el relato de mi hijo.
Sólo sé que la lid no ha terminado.
Granos de arena somos tú y yo en el universo, Traducciones de José Santacreu
y más no volveremos a juntarnos."
104 105
NIKOLÁI TÍJONOV Si se hicieran clavos de hombres como éstos
(1896) en el mundo no existirían clavos más firmes.
1919-1922
PEREKOP
Como diamante sobre diamante se precipitan las estre-
B A L A D A D E LOS C L A V O S [Uas,
el viento ya no mece a los cipreses;
Con toda calma terminó de fumar su pipa, la careta antigás, fusil y cartuchera
con toda calma desapareció la sonrisa de su rostro. y una libra de pan para tres bocas.
La bruma envuelve los viñedos verdes
"¡Destacamento, alinear! ¡Oficiales, al frente!"
con fino encaje azul.
A pasos secos se acerca el capitán.
Tres años sin dormir ni una noche,
tres años de disparos, humo y hambre,
Y las órdenes revisten solemnidad máxima:
pero el soldado cumple fiel las órdenes.
"Levar ancla, a las ocho. Curso Este.
"Cepos, cepos y cepos
Los que tengan mujer, hijos y hermanos
para los regimientos rojos"...
deben escribir: no volveremos. La bayoneta y la culata rotas,
Por lo menos será un gran partido de palitroque." y sobre el cuello silba recio el lazo.
Y el más viejo respondió: " A su orden, mi capitán." Se lucha por los montes, el mar y las estrellas,
y cada paso es nuestro y no es nuestro.
Y el más joven y temerario
Los perros bajan rápidos del monte
miraba al sol encima del agua.
tendiendo puentes vivos sobre el Sivash.
"No importa a dónde —dijo—, Pero los muertos, antes de caer,
es hasta cómodo yacer en el agua."
dan un paso adelante.
E l amanecer golpeó los oídos del almirante: No mandan hoy ni balas ni granadas
"La orden ha sido cumplida. Nadie se ha salvado." ni podemos retroceder.
106 107
Pues a nuestras espaldas se encuentran C O M O L A HUIDIZA E S T E L A D E LOS REMOS..
niños sin ojos y niños sin piernas,
poblaciones sin pan, sin lumbre ni agua Como la huidiza estela de los remos,
entre las ruinas de las carreteras. como el rumor del cable de telégrafos,
como el ansioso grito de las aves
Tras los montes se encuentran el sol, la dicha, el ocio. que se despiden hasta primavera
¡No importa que ello sea un espejismo!
Y cuando miles de hombres gritan "¡Fuera", como esas radios que ninguno capta,
la voz cobra más fuerza que un ciclón. como ruta de palomas mensajeras,
como estos versos que respiran lasos,
Cuando el ojo de pez de la alta luna
igual que yo, pensando en ti por siempre.
se cubre tras las nubes, sale el sol
para nosotros, fulgiendo en la sangre
Todo ello no es sino una viva angustia
de nuestras bayonetas rotas.
de la que ya no puedo separarme.
Los delfines retozan a lo lejos, Tal vez me pidas: Habla más sencillo.
el espacio cunea a las gaviotas. Y yo hablaré según lo pidas.
Y largos buques grises
se dan la vuelta hacia el Bosforo. Si digo que es de estoicos separarse
lo hago para reprimir las lágrimas.
Bajo los árboles, tumbados sobre No caigas en la cama, atribulada,
la yerba, soñamos poder dormir más blanca que la tiza.
por vez primera ausentes y sin sangre,
por vez primera al cabo de tres años. Pero tú, mi zozobra deliciosa,
dirás alguna vez mirando al cielo:
Soñamos que ya en cien años de vida
¡El ve la misma senda de la luna
no se verán más tales desventuras.
y las mismas estrellas como hechas de hielo!
Pero sobre ello no se pueden hacer canciones
ni se puede contar de cualquier modo.
Traducción de José Santacreu
Versión de César M. Arconada
108 109
L A GARLOPA
VASILI KASIN
(1893)
Rápida, garlopa, arrástrate de prisa,
cuchichea, canta en el banco,
peina la madera con tu acero,
con tu peine caliente de acero.
10 111
ILIÁ SELVINSKI Y no porque estos campos de trigo
(1899) me saluden.
Ni porque en torno al roble se mueva el cáñamo
medio en sueños.
Sino porque fue aquí
donde nació la gran verdad
de todas las tribus, pueblos y razas,
la gran verdad de todos los corazones torturados.
Y pase en el mundo lo que pase,
yo sé muy bien que éste es el país
A LA PATRIA que los antiguos buscaban en las canciones
a través de la niebla de las lágrimas.
¿Por qué amo la patria? República, tu camino es duro,
¿Por el rumor de sus robles? pero me miro en tus ojos y me digo:
¿O porque en ella veo ¡Qué suerte
rasgos de mi propio destino? haber nacido en ti!
¿Dónde reside el secreto: en el simple hecho
1947
—al margen de todo razonamiento—
de que nací Versión de Nicanor Parra
a este lado del río?
¿Y quiere decir que por este simple hecho
no podré olvidar en la vida
el vuelo de la nieve en nochebuena
y las bandadas de chovas en la nieve?
Pero si yo hubiera nacido
en la otra orilla, y no en ésta,
¿reconocería mi alma
otra patria?
¡No! Porque aunque hubiera nacido
lejos, en la tierra de las palmeras,
siempre viviría aquí, eso no se puede dudar,
aunque no fuera sino en sueños.
112 113
ALEXÉI SURKOV En la primera línea de fuego, bajo banderas desgarradas,
(1899) en el ajetreo de los altos en las marchas,
mientras construía fábricas y esgrimía planes,
aprendió a tener siempre listos fusil y corazón.
114 115
Reta tú a la nevasca, acordeón, AL ALBA
y sin cesar llama a mi errante dicha.
M i amor inextinguible, en la trinchera Yo me contentaría en mi cansancio
fría, me da calor y me da vida. con un grito de la dicha humana.
Antes del alba, en los tejados rojos,
¡En las cercanías de Moscú, 1941
oigo rumorear la parra verde.
Versión de César M. Arconada
Un viento caluroso ya acaricia
los troncos con su ruda, áspera mano.
Por tu hálito sereno reclamado,
POR L A P R I M E R A V E Z . . .
abrí la puerta, atravesé el umbral.
116 117
STEPÁN SCHIPACHOV JUNIO D E CEREZOS F R A G A N T E S
(1899)
Junio de cerezos fragantes
vierte ligeras flores blancas
sobre los hombros de la mujer,
sobre su blusa a cuadros.
Viene levemente vestida
y se estremece un poco.
Una corona en su cabeza
es la atada trenza dura.
N O M E IMPORTA L A M U E R T E
Mordisqueando una ramita
que le amarga en los labios,
Los años no me importan, ni la muerte,
baja corriendo la colina
ni ser piedra, raíz o polvo inerte.
entre las frondas del sendero.
Triunfando del hedor y de mi suerte,
Y a solas, es el encuentro.
cuando una moza oliendo a manzanilla
Nos miramos a los ojos
pase por los jarales de mi muerte,
y de repente, en la calma,
besaré con mi polvo sus rodillas.
algo me pone muy triste.
1940 ¿Qué es? Decirlo no acierto.
Tal vez mi cabeza blanca,
o que al encontrarnos, serena,
APRENDED A CUIDAR E L AMOR ha desviado los ojos.
¿Tienen por eso hiél mis labios
- Aprended a cuidar el amor, cuando refieren este encuentro?
llama que mengua con los años. Junio de cerezos fragantes
L a luna, el banco y la flor bajo el frío cielo norteño.
es ardor de veinte años.
No sólo el rosa es color, 1952
amor es canción de años.
Que amor no se llama amor LA PALMA D E LA MANO
sin nieve ni desengaños.
Palma de la mano,
ancha, grande, de hombre.
119
Palma, MIJAÍL ISAKOVSKI
te cruzan rudos caminos, (1900)
lineas claras
que fijan tu destino.
Palma,
por el pico encallecida
en la mujer te posas tímida.
Imagen de la vida, relicario
de los años en vuelo,
cuando coges el agua VUELAN LAS AVES DE PASO
en ti se copia el cielo.
Vuelan las aves de paso
Ancha, con cinco puntas
en la lejanía azul del otoño,
nadas y partes el río.
hacia los países cálidos,
En el Ejército Rojo,
pero yo me quedo contigo.
el asta de la bandera
Pero yo me quedo contigo
alzas con brío.
tierra que siempre amaré.
Dulce,
Yo no necesito la costa turca,
acaricias al hijo
a mí no me hace falta el Africa.
con desvelo y ternura...
y al malvado castigas Marchando con el fusil al hombro,
con bofetada dura. cuántos países no he visto.
Redonda, la manzana reposa No existe pena más amarga
como el mundo, en tu mano. que la de vivir lejos de ti.
¡Qué noble y hermosa Cuánto no he pensado en ti,
es la palma de la mano! con mis amigos, en tierras lejanas,
no existe deber más sagrado
Versiones de Antonio Gavina que cumplir tu voluntad.
No importa hundirse en los pantanos
ni congelarse en los hielos.
Si me lo ordenas de nuevo,
de nuevo lo haré con gusto.
121
Mis esperanzas y deseos he venido a celebrar contigo
son las esperanzas tuyas. mi día, la fiesta del regreso."
Tenemos los mismos deseos Pero nadie contesta al soldado,
el mismo, mismo destino. nadie lo recibe,
el cálido viento del verano
Vuelan las aves de paso mece la hierba de la tumba.
hacia los países cálidos, E l soldado suspira, se ajusta el cinturón,
vuelan detrás del verano, abre su mochila
pero yo no quiero volar. y deposita una botella de aguardiente
Yo me quedaré contigo sobre la hierba gris de la tumba.
mi tierra amada. "No me censures, Praskovia,
No necesito sol extraño, por haber venido como vengo.
extraña tierra no quiero. Sentí deseos de beber a tu salud
y voy a beber a la salud de tu alma.
1948
Se reunirán los amigos, las amigas,
pero tú y yo jamás..."
LOS ENEMIGOS INCENDIARON SU C A S A Y en su jarro de metal el soldado bebió
dolor mezclado con aguardiente.
Los enemigos incendiaron su casa, Sí, el defensor del pueblo
mataron a toda su familia. bebió y dijo con el corazón dolorido:
¿Adonde puede ir ahora el saldado? "Cuatro años caminé hacia ti
¿A quién podrá contar sus penas? y llevé la victoria a tres países..."
Ebrio de dolor, el soldado llega E l soldado se embriagó y derramó una lágrima,
a una encrucijada del camino una lágrima de esperanzas frustradas,
y en el campo vasto, encuentra mientras relucía en su pecho
una tumba cubierta de hierba. la medalla por la liberación de Budapest.
E l soldado se detiene, cree
1945
tener terrones en la garganta.
Dice el soldado: "Recibe, Praskovia, Versiones de Nicanor Parre
al héroe, a tu marido.
Prepara para él una buena fiesta,
pon en la isba la mesa grande:
122 123
VERSOS, VERSOS, INQUIETUD MIA...
ALEXANDER PROKÓFIEV
(1900)
Versos, versos, inquietud mía,
sin inquietud vivir no puedo.
Conmigo vais por los caminos
y en halagos no os envuelvo.
n
E L CORAZÓN D E L SOLDADO
Cuántas veces contigo he estado a solas,
y te pedí tu ayuda, tu consejo, En el corazón le clavan la bayoneta al soldado.
y siempre, Rusia, fuiste mi destino, L a sangre en el suelo ardiente al instante forma un
mi hermosa luz, la estrella de mis sueños. [charco.
Me dio tu luz la maternal mirada, Los amigos en la tumba han colocado al soldado.
penetraste en mi pecho y en mi sangre, En el frente los cañones suenan con fragor lejano.
y si al fin esa luz se me extinguiera, La tarde declina pálida, envuelta en humo liláceo,
mi corazón estallaría al aire. estrellas de color lila apenas mueven sus párpados,
Versión de César M. Arconada
y pasan sin detenerse vientos de color morado...
124 125
En su turaba queda solo, para siempre, aquel muchacho. Y tal vez una fruslería
Por dos sembrará la esposa, por dos segará en verano,.. que sólo yo pude querer.
Pero no puede estar yerto el corazón del soldado; Tal vez algún sonoro verso
sin vida no puede estar bajo la anchura del campo. cantando a una bella mujer...
Se abre la tierra y le dice: "Perdona". Y en ese espacio
donde el corazón yacía, creció un hermoso manzano Traducción de José Saníacreu
con capullos olorosos de color rosado y blanco.
Y cuando el viento lo mece, se oye un susurro en el
[árbol.
... Late inmortal en la tierra el corazón del soldado.
D E N U E V O HOGUERAS D E M A L E Z A . . .
126 127
VLADÍMIR LUGOVSKÓI Y vuelan las parejas:
(1901-1957) crujiente correaje, los cadetes,
pero las niñas: zapatos remendados
y viejas blusas...
Enorme cobre.
Bocas abre la banda,
seis meses sin tranvías,
y en las calles
E L BAILE D E LOS CADETES se agrupan las tinieblas.
128
¡Cadetes, cadetes, cadetes! Prodigio y poderío,
¡Celebrad la noche de despedida...! continúa luciendo.
Y el rumor de decrépito lazo, Y ante tu destino,
se aleja para siempre. sombra soy de un grano de arena.
Pero mira que veo, sé,
Atruena el baile de cadetes
calculo y pienso:
el año diecinueve
tengo poder sobre ti.
antes que toquen a marchar,
antes que oscilen las cantimploras.
1940
NUESTRA ÉPOCA
L A ESTRELLA
Medio siglo por delante.
Estrella, estrella, fría estrella V i mucho. Mucho no vi,
tras agujas de pinos vas bajando. ni en la tierra ni en el alma.
¿Dónde al amanecer desapareces sin dejar rastro? Comprende, es mi confesión:
¿De qué vacíos vuelves participé en los hechos
al anochecer...? históricos del hombre.
¿Qué hago yo, simple criatura
De tu lejano mundo alado,
de este siglo?
torbellino de fuego:
Hablar de esta época mía,
núcleos o calor de los átomos fundiéndose.
única en el mundo,
¿Tan helada mirada
del gigante que se alzó
a mí, grano de arena,
sobre toda la tierra
en la corteza terrestre...?
para cargar sobre sus espaldas
¿Te mataron quizás la vida y el destino
en este instante? de todo el planeta.
¿No existes más, desde hace tiempo? ¡Cómo la vida es única...!
Estrella, luz senil,
tú, decrépita vieja, Vuelan los mundos,
que apenas reconoces los Estados sucumben
nuestra tierra. en el cerebro de las gentes.
130
Los pueblos ven de noche, Epoca viva, con honradez, soy tuyo,
en la meditación del hombre, hasta la corazonada del último pensamiento.
los caminos trazados. Camino, fuerzas motoras,
a Octubre, al Pueblo, a Lenin.
Gota tan sólo, gota que eres, Ellos van dentro de mí
tan sólo gota en el Océano y yo voy dentro de ellos.
de la Historia del Pueblo.
Somos inseparables.
Tú en ella y ella en ti,
En lo que escribí el día de hoy,
por ella tú respondes,
oigo voces, pensamientos
por las victorias, las glorias,
de otros, aún vivos o muertos.
por torturas, por errores.
132
NIKOLÁI SABOLOTSKI
¡Espera! (1903-1958)
Eres la juventud, nuestro futuro.
Contigo estoy, éste es mi libro.
¡Tómalo!
Versiones de José Herrera Petere
LEYENDO VERSOS
3 35
Y bien, reconozcamos que la cosa Un rayo hiere el corazón del ave,
supone cierta habilidad. Conforme. una llama fugaz fulge y se apaga,
¿Mas es posible que el sentir humano y una pavesa gloriosa
se sacrifique a tales pasatiempos? desciende de lo alto.
¿Que la palabra rusa se convierta Dos alas, como dos lágrimas grandes,
en gorjeo de pájaro, se ahogan en las ondas,
y se pierda, entre juegos, el sentido las otras grullas, remontando, escapan
hondo de la palabra? dejando oír su doloroso llanto.
¡Jamás! L a poesía no es un juego. Allá arriba, en el círculo del cielo,
L a poesía exige sus derechos. para aliviar el mal causado,
¡Se ríe del que intenta hacer charadas, Naturaleza les devuelve
con gorro de hechicero! lo que la muerte arrebató implacable.
Quien vive la verdad, quien desde niño Un espíritu noble, un alto anhelo
ama la poesía interesante, y una inflexible voluntad de lucha,
sabe que la palabra rusa es bella cuanto de noble, de anteriores vidas,
y plena de sentido. la juventud recibe.
Y cuando el guía, desgarrado, yerto,
se sumerge en el fondo,
GRULLAS la aurora surge alrededor, dorándole
perennemente.
Volando desde Africa en abril
hacia las costas de la tierra mía, Versiones de Blas de Otero
Vuelven las grullas dibujando un triángulo,
sumiéndose entre nubes.
Extendidas sus alas plateadas
a través del inmenso firmamento,
conduce el guía al abundoso valle
a sus bellos vasallos.
De pronto, cuando un lago transparente
bajo sus alas brilla,
alza su negra boca una escopeta
entre verdes arbustos.
136 137
VISSARIÓN SAYÁNOV A l Primer Ejército de Caballería
(1903-1959) cantan ya cornetas de otras promociones.
(Leyenda )
138 139
Dime tú, Alexándrovsk,
MIJA1L SVIETLOV
y dime tú, Jarkov:
(1903-1964)
¿Cómo comenzasteis
a hablar castellano?
Respóndeme, Ucrania:
—¿No guardan tus henos
la gorra de piel
de Taras Shevchenko?
GRANADA
Amigo, de dónde
Lentos cabalgábamos viene tu canción:
hacia los combates, —¡Granada, Granada,
y entre nuestros dientes Granada mía!
iba "Manzanita".
Es un soñador,
Y esta canción hoy lenta es su palabra.
permanece y tiembla —Hermano, en un libro
en la hierba joven, me encontré a Granada.
jade de la estepa.
Su nombre es muy bello,
Pero otra canción su gloria es muy alta.
sobre un país lejano Es una provincia
llevaba mi amigo, en el sur de España.
sola, en su caballo.
Me fui a guerrear,
Cantaba mirando dejando mi casa,
su suelo natal: para dar la tierra
—¡Granada, Granada, a los de Granada.
Granada mía!
Adiós, mis parientes,
Iba repitiéndola
adiós, mi familia...
siempre, de memoria.
¡Granada, Granada,
¿Dónde halló este mozo
Granada mía!
la pena española?
Ibamos soñando Nunca más oyeron
para aprender pronto los pueblos natales:
la lengua de fuego —Granada, Granada,
de las baterías. Granada mía.
143
En la persecución no he de rendirme, Me gustan tus zig-zags engañadores.
que en tal empeño va toda mi vida; Horizonte... buscando voy tus huellas,
maldito sea yo si no pudiera ¿puede ser que no existas en el mundo,
alcanzar la huidiza lejanía. acaso te mataron en la guerra?
145
YÓSIF UTKIN A un cobarde no contestaré.
(1903-1944) Para los cobardes tengo una respuesta:
Si tarde o temprano
las heridas sanan,
el odio al cobarde perdura,
no cesa.
1941
146 147
ALEXANDER ZHÁROV Quien coja esta piedra, que jure
(1904) que la ha de llevar consigo en el alma.
Volverá el primero a la amada bahía
y no podrá olvidar su juramento.
148 149
LEONID MARTÍNOV el trigo va corriendo
(1905) hacia los silos,
los hombres están hartos
de maldecir las horas.
150 151
ellos lo perciben con claridad Piensa, si quieres, que es amor a la amada
y pueden echar por tierra o es amor a los niños,
a los asesinos violentos, cree que no existe
borrándolos de la lista aquel que no ama a nadie.
de los que merecen ser hombres.
Es tan grande el amor que ciñe al mundo,
Los hombres, que el mundo, con su abrazo,
generalmente, ríe y llora
poco creen mirando los abismos de la muerte.
en conjuros, magias y embelecos
y miden con sus medidas. Que abrasados de amor sean los bosques,
Kilos, libras, las líneas fronterizas,
metros, yardas... que florezcan en libertad las flores
Esa es la cuenta que saben. de blasones distintos,
Los hombres, que al cortar esta flor
generalmente, o aquella otra
parecen ser poca cosa, el amor no se acabe
pero ¡significan tanto! y se pueda gritar: Y a no hay fronteras.
Paso al amor sin límites.
152 153
SEMIÓN KIRSÁNOV tormentas, claror de luna, relámpagos,
(1906) zumbar de los mosquitos,
rumor de las abejas,
aletear del saltamontes.
154
que discurre por vías imposibles, DMITRI KEDRIN
por donde nadie se aventura. (1907-1945)
Milagro no es la eternidad.
Milagro es vivir este tiempo,
milagro es despertar cada mañana
y acariciar un párpado dormido.
Milagro es nuestra propia voz.
Milagro es descubrir el corazón
y mostrarlo a los otros.
Milagro es encontrar. L A MUÑECA
157
156
que lleva anudado un pañuelo encamado ¿podías acaso temer esa suerte
si estás bajo su amparo?
y canta canciones alegres.
¿Acaso para que tú,
¡En esta casa cuánta oscuridad!
¡Oh época mía!, acosada por los gritos beodos de tu padre,
irrumpe en esta triste madriguera te ocultes en la buhardilla
y dispersa esta mísera vida. con un mendrugo de pan,
Aquí los hombres a brazo partido pelean, arruinó Félix Dzerzhinski su salud,
los últimos trapos las mujeres roban, sus pulmones "escupió" Máximo Gorki,
aquí se delinque, aquí se blasfema, y Vladímir Ilich vivió una vida
se bebe a riadas, sin tasa se llora. que no caben en diez?
Y cuando entre sueños
¿Qué será de ti, querida mía? la sodoma de medianoche llega hasta mí
¿Es posible que en medio de esta gente con los gritos de tu padre borracho,
perdida idéntica suerte te aguarde? con el chasquido de platos al romperse
¿Es posible que aprendas en este lugar y el hilillo de tu voz envuelta en llanto:
(peor que la muerte) "Paciencia mía, me digo,
a beber a los nueve, a mentir a los diez ¿hasta cuándo aguantarás, hasta cuándo?"
y a los doce años a robar? Vendrán los komsomoles algún día,
ajustarán las cuentas al cargador borracho,
¿Es posible que tú
subirán a la buhardilla
entre las borracheras y las riñas
donde estás acurrucada dormitando.
comprendas por señas
Harán un atadijo con tus trapos
que tu amor es corriente mercancía,
y te dirán:
te pintes las cejas con carbón,
—Querida, vamonos de aquí,
te plantes un boa (de piel de perro quizá)
una muñeca linda te daremos,
y con sombrilla roja salgas
no llores más.
al bulevar de Pokrovski a pasear?
No, querida mía, 1932
¿Acaso no ves la inmensa ternura
Traducción de María Cánovas
latente en la mirada del país
que ha mecido tu cuna?
Y con huellas de lucha, con huellas del trabajo,
con huellas de pólvora y cal en sus manos,
159
158
BORÍS KORNÍLOV No hay por nuestras tierras
(1907-1938) plato más sabroso
que los carasinos guisados en crema.
Aquella vez, durante ese descanso,
le regalé un corte de percal,
y como postre me besó
en tal forma
que otra cosa yo no podía desear.
Lo demás, muchachos,
M I HIJO es sobrentendido;
era de noche y cerca del río,
A l oír una tarde su voz los pájaros cantaban incesantes
juvenil, alegre, adorada, con ese su lenguaje entretenido.
eché a correr con viva emoción Pronto su llanto, entrañable,
buscando esa voz que cantaba. escucharé
No pienses, querida, que ahora sobre la hierba esponjada cayendo.
Simón por nombre le daré
extraño
y a un pez pequeño se parecerá.
tu coquetería,
Pido que no lo toquen los extraños,
descalza
y el sarafán de flores rojas estampado. yo lo castigaré o lo mimaré,
haré que crezca hermoso y sano
Estaba yo también muy bien prendido: y a la aviación lo destinaré.
pantalones de gala Seré viejo, tal vez de pelo cano,
y fornitura, me hundiré en profundo sueño,
las botas nuevecitas de buena pero esperanzas no me han de faltar
cabritilla que él jamás, jamás me olvidará.
limpiadas hasta el brillo
1935
Y paseamos...
conversamos... Traducción de Elva Maclas
Y a iba oscureciendo por el río y Eraclio Zepeda
y una sopa de carpas nos hicimos.
Camaradas, la verdad les digo:
160 161
NIKOLÁI RILÉNKOV Tal vez del silencio,
(1909) o tal vez del frío,
qué joven se siente
el corazón mío.
Expresar quisiera
yo lo inexpresable...
Azules, azules
tardes invernales.
EL SONIDO Y VALOR DE LAS PALABRAS
Traducción de María Cánovas
¡Qué encanto aquilatar
el sonido y valor de las palabras!
Para ello hay que afincarse
en lo hondo de la tierra, en sus entrañas,
fijarse cómo brota la hierba,
cómo las aves cantan,
cómo se pone verde el follaje,
cómo los ríos sus aguas arrastran,
y oír lo que los jóvenes ansian
hasta por el croar de las ranas.
Si no, se seca triste el corazón
y no tienen sonido ni valor las palabras.
Traducción de José Santacreu
TARDES INVERNALES
Tardes invernales,
azules, azules.
Con plata de escarcha
la ciudad se cubre.
163
OLGA BERGGOLTS T E N G O T A N T O MIEDO...
(1910)
Tengo tanto miedo de que a todos los que amo
pueda volver a perder...
Tanto cuido y acreciento
el amor de la gente.
164 165
También te dejo la golondrina NIKOLÁI GRIBACHOV
de la primera bandada, que regresó, (1910)
atrevida,
nuestra golondrina del bloqueo, que vivía bajo un techo
[de dolor.
En tu hora solitaria la escucharás...
Y llevo conmigo todas las lágrimas,
y nuestras pérdidas,
golpes,
amenazas, LLUVIA DE VERANO
todas nuestras turbaciones
y atrevimientos, L a lluvia, transparente,
nuestra difícil y gran maduración, se iba acercando espaciada;
la canción de cuna que nunca se cantó de hoja en hoja, de rama en rama
sobre nuestra hija, fue tejiendo un tupido lienzo.
canción concebida en la noche de la guerra,
entre torbellinos de nieve;
no escucharás su melodía no cantada: E l jardín suspiró, templado y somnoliento,
sólo está conmigo y no es más alta ni más baja. y bebió el agua, recobrando nuevas fuerzas,
y la hierba crecía
¡Adiós, mi generoso! Tanto como si alguien la tirara de la oreja.
te amé...
Serás ahora más rico. Así he dividido nuestra riqueza. Cabeceaban campanillas, margaritas,
la amapola guardaba en su puño el abejorro,
1956-1960 y un chico pelirrojo, sin camisa,
Versiones de Manuel Rojas con afán de crecer, corría por la vereda.
166 167
Y todo respiraba tanta dicha, Y este participar con honradez
tanto a lo nuevo se afanaba todo, en tus asuntos, siglo de combates,
que yo mismo entonces me sentía es justamente la suprema dicha
renovarme, crecer, volverme joven, que se merece el hombre infatigable.
FELICIDAD
168 169
ALEXANDER TVARDOVSKI donde se unen hierbecillas
(1910) y el río hila los prados...,
donde ni aun vendrá mi madre
para asistir a mi entierro.
Calculad vosotros, vivos,
¿cuánto tiempo ha transcurrido
desde que un día, en el frente,
se mencionó Stalingrado?
E l frente ardía sin tregua
ME H A N MATADO CERCA DE RZHEV como una herida en el cuerpo.
Me han matado y yo no sé:
Caí cerca de Rzhev, Rzhev, ¿es por fin nuestro?
en un pantano perdido ¿Se han mantenido los nuestros,
y en la quinta Compañía; allá, en el curso del Don?
yo en el flanco izquierdo iba Aquel mes fue algo terrible,
en una cruel incursión. todo se jugaba en él.
Y o ni aun oí la explosión, Quizás, ya hasta el otoño
yo no vi la llamarada, dejó el Don tras de sí.
yo me hundía en el abismo Aunque sólo sean sus ruedas,
sin fondo ni protección. ¿se acercaron al Volga?
Y en el total de este mundo, No, no es verdad. E l enemigo
hasta que acaben sus días, no destruyó esa tarea.
no se verán las insignias No, no, no puede ser. Pues si no
que llevaba en mi guerrera. ¿qué me quedaría, ya muerto?
Estoy donde la raíz ciega Para los muertos callados
se alimenta de tinieblas también hay una alegría:
y en esa nube de polvo Pues caímos por la Patria,
del centeno en la colina, mas la Patria fue salvada.
y donde el canto del gallo Se apagaron nuestros ojos
ensancha, rociando el alba, y el fuego en los corazones.
donde las máquinas rompen A l pasar lista en la tierra
el silencio de las sendas; no se citan nuestros nombres.
Nosotros no luciremos Para nosotros, saber
nuestras condecoraciones. que allí estuvo ciertamente
Las dejamos a los vivos. ese final del camino
Es nuestra única alegría de la guerra, es ya bastante.
que no fue inútil la lucha Es ese último palmo
por Nuestra Madre Patria. que si se deja, el que da
Aunque no oigáis nuestra voz, solamente un paso atrás,
todos debéis conocerla. no halla ya dónde pisar.
Porque teníais, hermanos, Límite de lo profundo;
que resistir como un muro. y más allá se veía,
La maldición de los muertos a nuestra espalda, la llama
es un castigo espantoso, de las fraguas del Ural.
y esa terrible palabra Echasteis al enemigo
es nuestra siglo tras siglo. hacia Occidente, hacia atrás.
Poseemos para siempre ¿Tal vez, hermanos, habéis
ese amargo derecho. conquistado ya Smolensk?
E l cuarenta y dos, verano, ¿Vencisteis ya al enemigo
fui enterrado sin tumba, en algún otro lugar?
y la muerte me privó ¿Tal vez habéis llegado
de cuanto después se obtuvo: ya cerca de la frontera?
De todo cuanto hace mucho Tal vez, tal vez... ¡Que se cumpla
es, para vosotros, claro el sagrado juramento!
y habitual. ¡Que concuerde Pues si recordáis, Berlín,
con nuestra fe todo ello! fue citado ante Moscú.
Quizás vosotros, hermanos, Hermanos que quebrantasteis
no hayáis perdido el Don, el fuerte, tierra enemiga.
y en Moscú, en la retaguardia, ¡Si los muertos, los caídos
por Moscú hayáis perecido, pudieran llorar ahora!
y en el lejano Volga hayáis Si las salvas de victoria
cavado trincheras presurosos, pudieran resucitarnos
y hayáis llegado luchando a los mudos y los sordos
hasta el límite de Europa. entregados a lo eterno.
172 173
¡Oh mis fieles compañeros, Tierra nuestra o tierra extraña
sólo entonces, en la guerra cubierta de flor o nieve...
percibíais plenamente Lego a todos mi existencia.
un infinito de dicha! Pues ¿qué más podría hacer?
En esa dicha se vive Yo os lego esta mi vida.
sin duda lo que aportamos: ¡Y que seáis muy felices!
Nuestra fe, y odio, y pasión, ¡Seguid con honra sirviendo
con los que acabó la muerte. a nuestra amada patria!
Os dimos cuanto era nuestro Soportad, dignos, las penas
sin trampa, en la dura lucha. sin inclinar la cabeza,
Lo entregamos todo, todo. y alegraos, sin jactancia,
No nos quedamos con nada. en la hora de la victoria.
Todo os lo hemos transferido ¡Y guardad sagradamente,
para siempre, y no con plazo. hermanos, vuestra gran dicha,
No es un reproche a los vivos en memoria del hermano
nuestra voz imaginada. que luchó y murió por ella!
Hermanos, en esta guerra
1945-1946
no advertimos diferencias:
Los vivos y los caídos Versión de Gabriel Celaya
éramos todos iguales.
Y ninguno de los vivos RECUERDO D E L A M A D R E
tiene deudas con nosotros,
ninguno de los que en marcha De nuestras madres, ay, nos despedimos
tomaron nuestra bandera. antes del plazo último.
Me han matado junto a Rzhev, Y en nuestra juventud ya traspasamos
otro cayó ante Moscú. el umbral de la casa,
¿Dónde estáis, soldados, dónde sus manos bondadosas aún tocaban
los que aún quedáis con vida? pañuelos, calcetines,
¿En las grandes capitales, y nosotros, temiendo retrasarnos,
en la aldea, entre familia? arrebatadamente,
¿En un centro militar, a la prescrita separación corríamos
muy lejos de nuestra tierra? creyendo no alcanzarla.
174 175
La más penosa separación de ella PIOTR KOMAROV
llegó más tarde, (1911-1949)
al hacerla saber por el correo
la voluntad filial,
al enviarle las fotografías
de una muchacha,
permitiéndole a su alma generosa
verla por nuera.
Y luego de la nuera llegan nietos...
y luego un telegrama... REGIÓN DEL AMLR
Es la separación definitiva
de la madre, la abuela... Remota región: colinas y bosques,
trinos misteriosos de aves rezagadas,
Versiones de Rafael Alberti en tus hijos despertaste a grandes voces
y María Teresa León ensueños de imágenes doradas.
Muchas tierras vimos estos años
en el duro camino del soldado.
Avanzando por países extraños
sólo en sueños vimos el solar patrio:
cielo de tardes embrujadas,
taiga de quietud y pureza,
Amur de orillas sosegadas
con sus brumas de primavera.
Como si ojos azules el lago tuviera,
mira las grullas en rectas bandadas.
Y al salir uno al campo, la primavera
ha regado el valle con flores bordadas.
E l último abedul nos es conocido.
A un grito o a una voz cualquiera,
con suaves gorjeos, con alegre ruido,
el bosque parece que le respondiera.
177
Y en cada murmullo casi se adivina SERGUÉI PODÉLKOV
al lince volviendo hacia su guarida, (1912)
o al alce bajando la suave colina,
abriéndose paso, las ramas esquiva.
Todos los senderos yo los caminara
bebiéndome el agua de sus manantiales
y agotando el aire si lo respirara.
¡Mas son tan extensas mis tierras natales!
Amur de mi sueño,
A M I HIJO
un mes no me basta para yo cruzarte,
eres tan extenso... Todo, todo se puede cambiar en esta vida:
Sólo las leyendas pueden abarcarte. un canario por un caballo,
1944
un bastón por una casa.
Todo puede perderse por una imprudencia:
Traducción de Elva Macías
el juicio, los amigos, el tiempo.
y Eraclio Zepeda
Todo puede olvidarse: la penuria y la pena,
las calumnias y el primer amor.
Todo puede prestarse a plazos
y luego recibir
el trigo y el dinero prestados.
Pero quiero que sepas
y a los nietos inculques,
que la Patria,
lo mismo que el propio corazón,
¡no se puede olvidar, ni prestar, ni cambiar!
L A CANCIÓN Q U E D A
179
L a estepa. U n incendio.
Se encrespan las llamas.
LEV OSHANIN
Se quema l a yerba
(1912)
y las raíces quedan.
E l sol otoñal
cual plato en el cielo.
Las aves se marchan
y los nidos quedan.
MI VOLGA, MI VOLGA
E l bosque suspira.
Las nubes avanzan. (Canción de la película "Fluye el Volga")
Caen ya las hojas
y las ramas quedan. De fuente remota
provienen tus aguas,
Vivir quiere el hombre. mi Volga, mi Volga,
Se encorva en l a tierra. de anchura sin tasa.
E l hombre fallece,
y l a canción queda. v Por llanos y lomas,
por bosques y prados
Traducciones de José Santacreu discurre m i Volga.
De fuente remota
provienen tus aguas,
mi Volga, m i Volga,
de anchura sin tasa.
181
Por llanos y lomas, BORÍS RUCHIOV
por bosques y prados (1913)
discurre mi Volga.
Cumplí treinta años.
182 183
Impregnados de humo hasta los huesos, . . . Y tú,
dejando en l a penumbra l a fogata, lejos, tras el mar azul,
íbamos por l a tierra fría y hosca, por primera vez de pesar acometida,
pero tan nuestra, tan amada. no consideres una pena insoportable
tu santa nostalgia femenina.
Caminábamos en la roca abriendo sendas,
nos hundíamos en l a nieve sin un grito Cuando veas de cerca
en cada agreste puerto de montaña mis trochas, sendas y veredas,
y en la costa del Océano Indico. aprende a ser cual nuestras madres
cuando estaban los padres en la guerra
Trabajando hasta sudar en días fríos, y ellas, pacientes y orgullosas,
estremecidos por maligna fiebre, sobreponíanse a su tristeza
aquí supimos mientras ellos,
que el trabajo las armas en l a mano,
a proezas de guerra en nada cede. de Rusia defendían las fronteras.
Y como héroes,
por costumbre,
si el futuro nos lo exigiera,
por todo lo que aquí
hemos alzado,
caeríamos en batalla cruenta y fiera.
185
YAROSLAV SMELIAKOV No soy grande, yo soy gigantesco.
(1913) ¡Quién se atreve a buscarme querellas
Ved los altos hornos a mi espalda
como firmes torres de paciencia.
SI ENFERMO...
Un poder gigantesco me dieron
esos hombres que tienen mis años; Si enfermo me pongo algún día,
en su nombre maldije implacable yo no iré a consultar a los médicos,
la ventura y el éxito falsos. pediré a los amigos ayuda
(no creáis que deliro, no es cierto):
Extended ante mí las estepas
Construí casamatas, trincheras, y con niebla cubrid las ventanas,
he labrado la piedra y el hierro, y una estrella nocturna ponedme
y quizá sea el propio trabajo en lugar de almohada.
quien de hierro y de piedra me ha hecho.
Porque siempre marché sin rodeos.
Si me hieren en justa batalla,
Aunque corran arroyos de tinta, vendad mi cabeza
con la pluma tacharme no pueden, con senderos de verdes montañas,
y no hay bala ni bomba en el mundo y con flores y ramas de otoño
que me pueda abatir con la muerte. tejedme una manta.
No me deis medicinas, no quiero, Holgada lleva la chaqueta,
dadme el agua del río, su plata, la presunción poco le importa.
dadme el aire y la luz del desierto. Va un poco pasado de moda,
pero hasta eso le da su encanto
E l aliento sin fin de los siglos
de los montes y el mar aquí llega. Como desde tiempos antiguos
Si miramos en torno veremos: también brilla el sol en invierno,
la vida es eterna. así la nación que se precie
Por mis rutas no corren brebajes, debe venerar a sus viejos.
son las nubes que corren por ellas.
No será un corredor de hospital Se detendría el movimiento
quien de mí os separe mañana: y sufriríamos desdichas,
ha de ser un camino de estrellas si perdiésemos el respeto
por la Vía Láctea. a tales admirables viejos.
EL VIEJO
188 189
SERGUÉI SMIRNOV No fueron meros bandidos
(1913) ni unos simples pecadores,
que fueron —¡quién lo dijera!—
nada menos que los dioses
de la propia antigua Grecia.
Como respuesta, el hombre,
por manos de Prometeo,
quitó el fuego a los dioses.
A lo largo de los siglos,
C R U Z A R TIERRAS Y M A R E S qué cosas no ha visto el orbe.
Mas nadie tiene noticias
Cruzar tierras y mares de lo que hacen los dioses.
en busca de versos sueltos. ¡Crea el hombre del trabajo,
y vale más que los dioses!
No para las feroces
miradas de los doctos, 1956
sino para que en cualquier parte Traducciones de José Santacreu
un hombre cualquiera,
aunque sea ingenuo
o desconocido,
capte un verso
como un hilo de luz
y se lo grabe en la memoria.
1956
E L HOMBRE
191
ALEXANDER YASHIN Compungida la mujer,
(1913) al ver tal hosco revuelo,
le dice al marido: —Ponte
tus órdenes en el pecho.
Y el marido le responde
con ademán satisfecho:
—Déjales. Mejor así,
que te admiren a ti quiero.
UN DOMINGO
Versión de Vicente Arana
Que van marido y mujer,
un domingo por el pueblo;
ella, muy condecorada;
y él, ni una insignia en el pecho.
En la calle se oyen voces,
la gente dice: —¡Qué es eso!—
Se indignan los varones,
del más chiquito al más viejo.
—¡Ay de ti, Fomá Yerioma,
si la mujer te da ejemplo!
¡Quédate mejor en casa,
no aparezcas por el pueblo!
Los chicos le gastan bromas
y le van tomando el pelo.
Hasta los viejos se burlan,
cuando se acerca a los viejos.
—¡Vergüenza! —le gritan unos—.
¡Vuélvete a casa al momento!
Otros le gritan: —¡Despierta!
¡No deshonres a tus deudos!
193
13
VICTOR BÓKOV Priva al ruiseñor de la floresta,
iiMM: del arroyo que nace de fresco manantial,
y harás del arte una quimera yerta,
un pobre borrador sin terminar.
Y será una canción poco lograda,
como la luna fría en su menguante
o como una espiga no granada.
Le faltará, pues, algo importante:
el aliso, el arroyo, la fuente,
¿EN DÓNDE E M P I E Z A RUSIA? la dulce sombra, el lúpulo silvestre...
Esa es su estrella,
su noble y gran estrella,
que rompe el manto de la oscuridad.
De aquí,
todas sus proezas de leyenda
y su suerte sin par, dulce y amarga.
Si en esa suerte parte alguna tienes,
en ti empieza Rusia,
y no en las montañas.
194 195
A miles de verstas del hogar paterno
ALEXÉI NEDOGÓNOV se alza un obelisco que guarda una estrella:
(1914-1948) bajo el cielo húngaro, cerca de Esztergom,
la gloria de ¡Moscú canta la húngara estepa.
1945
RÉQUIEM A U N SOLDADO
198 199
LA GENTE NO M E PERDONA LOS ERRORES EVGUENI DOLMATOVSKI
(1915)
L a gente no me perdona los errores.
En fin, aprendo a responder.
Los telegramas de los diarios matutinos
no me prometen una vida fácil.
Pero vuela y chisporrotea la nieve, Qué poco y qué mucho pudisteis realizar,
lejos, lejos brillan algunas luces; y cuan sinceramente sabíais pecar.
sea como sea, fardo de mi suerte, Nada malo recuerdo, ni quiero saber,
eres liviano como una pluma. y lo que fue secreto, secreto ha de ser.
No importa que pasen los años, no importa ¡Cuántos años vivo caminando de prisa!
que blanqueen las canas; Mas siento que no me basta la propia vida.
perdona, si me quejo; Poco a poco mi alma ya se ha convertido
no importa que peses más y más, porque deshacerse en la residencia de mis viejos amigos.
[de ti
es aún más difícil que seguir contigo a cuestas.
Allí no han muerto, sencillamente duermen:
1946 uno, como el minero cumplida su jornada;
Versiones de Nicanor Parra otro, como el soldado después del combate,
sin haber llegado a la edad de las canas.
200 201
E l tercero duerme con una sonrisa, KONSTANTÍN SÍMONOV
como si volviera al alba de una cita... (1915)
Difícil y fácil es poder ver milagros;
sus voces lejanas me dicen bien claro:
202 203
La Patria, Aliosha, ya no es la casa de saber que iba a morir por ella,
de la ciudad donde contento vivía, que debo la vida a una madre rusa,
sino estos pueblos de la vieja Rusia y que al despedirme, me besó tres veces
con cementerios y cruces de madera. para ir al combate, una mujer rusa.
La dulce melancolía de los campos, 1941
la canción de las aldeas y caminos, Versión de Antonio Gav
la lágrima de la viuda, esa tristeza...
me la dio la guerra por vez primera.
204
Que tomen un amargo vino VERÓNICA TUSHNOVA
por el recuerdo de mi ser; (1915-1965)
mas espera tú mi destino,
no te apresures a beber.
Espérame, y yo volveré
desafiando a la muerte;
quien no esperó verme de pie
que diga de mí: tuvo suerte.
No entenderán en su porfía DESDE L A M E D I A N O C H E . . .
que eres tú quien me ha salvado
de entre el fuego de cada día Desde la medianoche
por haberme así esperado. cae y cae la llovizna,
Cómo y por qué he sobrevivido, colgando tras las ventanas
lo sabremos sólo tú y yo: un velo de muselina.
porque esperarme tú has sabido
mejor que nadie me esperó. En el bosque, los cuclillos
nos auguran larga vida...
Versión de Fiador Kelin Soy una mujer feliz:
y César M. Arconada no estoy triste
ni aburrida.
Por la puerta abierta, entra
un olor a barro y hierba.
Yo no creo en los cuclillos:
¡mienten
con mucha frecuencia!
¿Para qué contar los años?
¿Qué importa uno más o menos?
Si son pocos, que sean;
lo que importa
es vivirlos dichosos.
206 207
Vivirlos de tal manera, MIJAÍL DUDIN
que todos, todos tus sueños (1916)
en realidad se conviertan;
vivirlos como los pájaros:
en la boca, la canción.
Vivirlos de tal manera
¡como los vivo yo!
Norte amado,
en la noche blanca
dime qué ficción escondes;
en nombre de la vida, Norte, llena
de sonidos tu silencio.
209
¡Norte, Norte! Construyamos un puente. En ese puente
En la madrugada, pondremos de centinela a la amistad.
el viento arremolina la niebla. Y construiremos juntos también un puente
desde la tierra a las estrellas,
Hoy he hallado el camino ¡desde la tierra a las estrellas!
hacia el venero de tus profundidades.
¡
Traducciones de A. C.
Norte amado,
en la noche blanca
deja que me sacie
de tu tranquila belleza,
la más valiente,
la más pura.
Puentes de enemistad
no los necesitamos.
Quememos los puentes de la enemistad,
los puentes de la guerra,
los puentes de alarma,
las ofensas de los caminos recorridos.
Los cimientos
de un nuevo
camino es fácil sentar.
Construyamos un nuevo puente
que vaya directo de corazón a corazón,
de continente
a continente.
210 211
MIJAÍL LUKONIN Queremos
(1918) renovar con el trabajo
las medallas y el honor.
Se nos van las manos
tras los trabajos duros.
Hemos abierto trincheras en la tierra,
y ya es hora
de afilar las rejas del arado
v conducir tractores.
A LOS QUE VUELVEN DE L A GUERRA Ya es hora de cambiar
el sonido de las armas
Los que volvemos de la guerra por el de las hachas de trabajo,
no necesitamos elogios, il silbido de las balas
ni laureles, por el chirrido de la sierra
ni flores a los pies. y de la pluma.
No, no es eso I Valóname, querida.
lo que necesitamos. Vvildame a vivir.
Pisar queremos Yo mismo colgaré el capote,
los campos de pan llevar, yo mismo me descalzaré.
los prados floridos. Yo mismo te llevaré
ii donde están las casas y las tormentas.
No nos compadezcáis, no nos deis descanso, i os dos, asidos de la mano,
que no estamos cansados. mis ojos puestos en tus ojos.
¡Estamos dispuestos a caminar! Ya estoy de nuevo contigo,
No nos miréis con ternura, |XTO el anillo de tus manos
y no extrañaros si vivimos. un os salvavidas,
Hemos salido de la guerra vivos. ni corona,
ni candado.
No queremos descanso,
ni silencio. Traducción de A. C.
No nos aduléis con el nombre
"Participante de la guerra".
213
L A DICHA N O TIENE M E M O R I A VASILI FIÓDOROV
(1918)
La dicha no tiene memoria,
no, no la tiene.
Lo he comprobado no hace mucho.
Y ya hace tiempo.
Todo dolor deja en seguida su huella amarga,
mas no la dicha.
La sin memoria
SE AMUSTIA...
es como el aire —lo comprobamos y conocemos-
tan natural es como el aire, es como el agua. Se amustia la hoja del álamo,
Se nos olvida gira el blanco plumón;
y estamos indefensos a sus desgracias. rendido de girar
Inútil me parece hablar de dicha. en mis sienes se posa:
Es como el corazón —allá, en el pecho—, el plumón alado
que sólo lo sentimos si se contrae en canas se convierte...
y nos parecen ¡Por fin he podido
nuestros los siglos. hallar al culpable!
¿Te asombras?
No, no estoy llorando, río, NO ES FÁCIL
no quiero abandonar el mundo.
Y o sabré cómo vencer tanto dolor No es fácil
y ya no guardo rencor por las ofensas. para el hombre que nació en Siberia
L a dicha no tiene memoria, ni es traicionable, ser tierno en la agitada tempestad,
somos su aliento, y la palabra, como un pesado fardo,
a ella fundidos. aguantar en el alma a todas horas.
Y las desdichas y las ofensas La palabra es un peso,
no son capaces la palabra
de indisponernos es un yugo imposible de esquivar:
a mí y a ella. o al poeta aplasta contra el suelo,
Versión de Rafael Alberll o el poeta
y María Teresa León puede con ella exterminar al enemigo.
214 215
LOS CORAZONES SERGUÉI NAROVCHATOV
(1919)
Sabemos
por experiencia
que en los días de los ataques psíquicos,
los corazones no ocupados por nosotros
los ocupará al punto el enemigo.
Los ocupará para vengarse,
los ocupará, se aferrará allí
y se pondrá a golpearnos... E N A Q U E L L O S AÑOS
¡Los corazones!
¡Pero si son cotas Pasaba, rechinando los dientes,
que no se pueden abandonar! ante aldeas y urbes arrasadas
por la Rusia lacerada y doliente
Traducciones de María Cánovas que los padres y abuelos nos legaran.
217
Y a mi sangre, muy fiel a lo más santo, BORÍS SLUTSKI
decía lo que expresan los cantares: (1919)
—Madre Rusia, gran sol de nuestra vida,
¿qué venganza emprender para vengarte?
1941
Versión de José Vento
LOS TRENES
218 219
Como a un lugar no muy distante, los hombres se subieron a los botes,
como en un tren de cercanías, los caballos nadaron, simplemente.
me llevan estos años No había sitio en las balsas ni en las lanchas:
de vapor y de humo, años tan sólo eso podía hacerse.
movidos por altivas
locomotoras, tripuladas Como una isla rojiza flotaron en el agua,
por muchachos de blancas una isla a la deriva sobre el mar. A l principio
camisas, de negras parecía que nadar era muy fácil,
camisas, blancas y negras juntas. creían que el océano era un río.
Voy montado en mis versos
lo mismo que antes iba en los estribos. Pero ¿dónde estaban las márgenes del río?
Casi sin fuerzas ya para nadar,
relincharon de pronto, contra aquellos
que los ahogaban en el mar.
C A B A L L O S E N E L OCÉANO
A l fin se hundieron, salpicando
Aunque no mucho ni muy lejos, el aire de relinchos y de espuma.
los caballos pueden nadar.
Eso fue todo.
"Slava" —que en ruso quiere decir "Gloria"—
es un nombre difícil de olvidar. ... Y mi tristeza
por ellos, los caballos que nunca
Con tal nombre, un orgulloso barco galoparán ya más sobre la tierra.
se internaba, atrevido, mar adentro.
Versiones de Angel González
En la bodega, mil caballos,
estremecido el inocente belfo,
220 221
SERGUÉI ORLOV L A V I D A ES F R I A SIN CANCIONES
(1921)
L a vida es fría sin canciones.
No conozco sitio en la tierra,
abierta a los cuatro vientos,
donde no se sienta amor por ellas
Nadie compone la canción:
brota en las marchas de soldados,
en la queja de un acordeón,
E N E L G L O B O TERRÁQUEO
en los suspiros de enamorados.
En el globo terráqueo le enterraron, E l blanco abedul se estremece
y era sólo un soldado, solamente ante las casas de la aldea,
un sencillo soldado un corazón responde a otro,
sin cruces en el pecho ni oropeles. y la canción se expande por la tierra.
Por los siglos y siglos, Como eterno es el rumor del bosque
será para él la tierra un mausoleo, y el rosicler de la aurora,
y en tomo lanzará la Vía Láctea así la canción será eterna,
sus eternos destellos. aunque ninguno la componga.
En los rojos escarpes de las cumbres
Versión de José Vento
duermen las nubes. Corre la ventisca,
retumba el trueno, y, fogosos, los vientos
a gran velocidad se precipitan.
Hace ya tiempo que cesó el combate...
Manos amigas, al soldado muerto
en el globo terráqueo han colocado
como en un mausoleo...
222 223
1
Me escuchaban
SEMIÓN GUDZENKO
como sólo se escuchan entre sí
(1922-1953)
los hombres de una misma sección.
Y sentí que en los espíritus
fulguraba la chispa de mi palabra.
Cada poeta tiene su provincia
que le perdona los pecados, I
todas las pequeñas ofensas y culpas
a cambio de sus versos veraces.
Y O F U I D E INFANTERIA... Y yo también tengo la mía,
pero que no figura en el mapa. i
Yo fui de infantería en campo abierto, M i provincia sincera y adusta
en el barro de las trincheras y en medio del fuego. es la provincia de la guerra... I
Aunque en el último año de la guerra
pasé a ser periodista militar. 946 I
Pero si hay que combatir de nuevo... Versiones de Nicanor Parra I
M i voluntad es ésta:
que me enrolen otra vez
en un batallón de tiradores.
Quiero ser soldado raso de nuevo
por lo menos un tercio del camino;
desde esas cumbres,
después podré bajar a la poesía.
1946
E N E L C L U B D E L A GUARNICIÓN...
224 225
A L E X A N D E R MÉZHIROV No te reprocho
(1923) la crueldad de tu ingenua franqueza,
pues, realmente, soy mayor que tú
toda la Guerra Patria.
¡HERRADURA DE L A SUERTE!
LA EDAD
226 227
BULAT OKUDZHAVA CANCIONCITA SOBRE L A P U E R T A A B I E R T A
(1924)
Cuando la nevasca grita como una fiera
prolongada y bravamente,
no cerréis vuestra puerta,
que la puerta esté abierta.
228
KONSTANTÍN VANSHENKIN Por los periódicos sabemos
(1925) lo generosa que a veces eres:
ciento cincuenta años
puedes dar a cualquier hombre...
233
Los primores del ocaso YULIA DRÚNINA
contempla por la ventana. (1925)
Del jabón y la lejía
se siente un poco enojada.
235
Hoy, con más razón que nunca, camina a nuestro lado, RIMMA KASAKOVA
hoy, por fin, puede el corazón tranquilizarse. (1932)
M E P A R E Z C O A L A TIERRA...
Me parezco a la tierra
intacta todavía, sin hcndir.
Difícil le fue al cielo
acostumbrarse a mí.
Los fuertes aguaceros me azotaban,
me calentaba el sol hasta los huesos.
E l tiempo, con su rauda pesadez,
pasaba sobre mí
como un ejército.
Mas como yo tendía
firme y tenaz al cielo,
llegaron hasta amarme
la fina lluvia y el vagabundo viento.
Me llegaron a amar,
y pródigos me dieron sus riquezas,
y me abrieron el paso
por llanuras, quebradas, bosques, peñas.
Marcho sin doblegarme,
arriba vibra en luz mi antiguo cielo.
Y canto y me sonrío
allí donde otros callan indefensos.
236 237
Marcho sin doblegarme, RÓBERT ROZHDÉSTVENSKI
abajo mi fragante, antigua hierba. (1932)
No temo a nada, a nada,
porque tengo derecho a la entereza.
Una extraña no soy entre abedules,
almiares, prados y burlescos ríos.
Todas las pesadumbres me las curan
las polvorientas flores del camino.
No preciso pedir
ni posada, ni pan, ni luz, ni nada. RÉQUIEM
Para el bosque no soy un ser extraño,
ni lo soy para el rayo o para el agua. ¡Recordad!
Si la desgracia viene, Tras de los siglos,
mi nombre invoco, avanzo, tras de los años,
que a nadie soy extraña, ¡recordad!
y me alberga y protege cada árbol. De aquellos
que ya no volverán
Versión de César M. Arconada nunca
¡acordaos!
¡No lloréis!
En la garganta
apagad
los gemidos,
los amargos gemidos.
¡De la memoria
de los caídos,
sed
dignos!
¡Siempre
dignos!
< 'o.n el pan y la canción,
sueños y versos,
238 239
En todos los tiempos
con la vida de la Tierra
espaciosa, inmortal
con cada
¡recordad!
instante,
A las centelleantes estrellas
cada
conduciendo las naves
aliento,
¡recordad!
¡sed dignos!
¡Hombres! Recibid
la primavera palpitante,
Hasta que los corazones
hombres de la tierra. •
latan,
Matad
recordad
a la guerra,
con qué
maldecid
precio
a la guerra,
vuestra felicidad fue conquistada,
¡hombres de la tierra!
por favor,
¡Llevaos nuestro sueño
recordadlo.
por los años,
Vuestra canción
con la vida
enviando al viento,
llevadlo!...
¡acordaos
Pero de aquellos
de aquellos
que ya no vendrán nunca
que ya no cantarán
os ruego:
nunca!
¡acordaos!
¡Acordaos!
¡Habladles a vuestros hijos
Versión de Samuel Feijoo
de ellos,
para que
los hundan en la memoria!
A los hijos
de los hijos
habladles de ellos,
para que también
los hundan en su memoria.
241
240 16
VLADÍMIR TSIBIN Soy capaz de doblar el arco iris
(1932) como una herradura.
M i corazón
tropieza con mi memoria
igual que un ciego.
¿No le habrán abierto surcos las cicatrices
como los abre el arado en los huertos?
242 243
ANDRÉI VOSNESENSKI
(1933) Y sale pitando al Mississipí.
Por toda América, sirenas.
L a gente, a los sótanos corre sin demora.
Salen los tanques como tortugas.
Se pone en marcha una excavadora.
SECOYA LENIN
En el centro del parque, un hoyo abierto.
En la automovilística California,
donde huele el sol a colofonia, ¿Quién te plantó, secoya?
hay un parque de secoyas. ¿Quién escuchó el rumor de este árbol secular?
Una de ellas Quemaron la tablilla aborrecible.
aparece un día a Uliánov dedicada. No existe la secoya.
244 245
Cada uno de nosotros una secoya tiene. ¡Qué hermosura! Esos hombros,
esas amplias espaldas
Como un jardín plantamos, aquí y allá, conciencia. como metal fluido,
La secoya es mi luz, es mi entrañable amiga. luminoso.
246 247
Teniendo presente todo el mal del mundo,
EVGUENI EVTUSHENKO
con rabia me hablaba
(1933)
de un desertor capturado
y de los que robaban
el grano.
248 249
L a tormenta golpeaba sin tregua en la ventana, ¡Todo entero! ¡Yo podré con todo!
pero ella, quitándose las gafas
No quiero n i parte de l a felicidad
con montura de cuerno,
ni parte del dolor.
a nosotros, extasiados,
nos cantaba quedamente Quiero, sí, l a mitad de la almohada
por l a gran batalla final. donde, pegado a tu mejilla,
como una pobre estrella fugaz,
L e hacíamos coro
fulgure el anillo de tu dedo...
y brillaban con viveza
los ojos de su impaciente auditorio. Versión de Rafael Alberti
E n Siberia los chicos cantaban y María Teresa León
la Varsovianka,
y los alemanes
se replegaban LA ISBA
de Moscú.
Plena noche, y que de nuevo
cabana de pescadores
Traducción de Natalia Ivanova
me acogió tan entrañable
v y Jesús López Pacheco
como los niños suelos del caminar a gatas.
250 251
Por ellos, fingiéndome dormido,
Lavar, fregar, sola, sin acostarse, una oración entre los labios;
badila, escobas o agujas, y cesan de repente el: "¡Há, há, ha...!",
velaba la madre, la dueña, los ruidos, los ayes del lavar,
trabajo siempre entre las manos. y se entreabre la puerta.
252
Dueños absolutos de ella, NOVELLA MATVÉIEVA
isba, desde donde (1934)
miles de niños, a mí,
que soy mayor,
me observan.
254 255
Se enterneció el repollo BELLA AJMADÚLINA
y lloró como un ser vivo,
(1937)
hundiendo al punto entre mis manos
su afligida cabeza.
257
17
Y después de romper los grilletes de plata, OLEG DMÍTRIEV
un remolino brota de sabores de frutas (1937)
lleno de ignoto aliento
y del fresco tropel de las burbujas.
Los colores del iris que fluyen de l a máquina
pasan al paladar con breve cosquilleo,
y así la lengua prueba en ese instante
los siete diferentes sabores del espectro.
Y con una bondad ya pasada de moda,
el alma de l a máquina nos contempla distante, DOS
como una campesina que con su fría mano
el cántaro le ofrece al caminante. Jamás el hombre está tranquilo.
Sin cesar prueba destinos muy distintos;
Versión de César M. Arconada bajo el agua, tras de peces carnívoros,
bajo la tierra, recorriendo laberintos.
L a espesura de la taiga atraviesa,
vive meses en témpanos lejanos
o se traslada sobre una balsa
bajo las velas a través del océano.
Mientras otro, frente al televisor sentado,
toma su té con galletitas
y casi en desafío mira
este tipo de aventuras;
cuando el espectador vecino
detiene la respiración ante el espanto.
él grita: "¡Niñerías!"
despectivo.
Siempre tuvo miedo a la palabra
"valentía".
.... 259
NOTA EDITORIAL 7
ANTOLOGIA
263
N I K O L Á I T Í J O N O V : Balada de los clavos. Perekop. Como A L E X É I N E D O G Ó N O V : Réquiem a un soldado 196
la huidiza estela de los remos ... 106 M A R G A R I T A A L I G U E R : El retrato de Zoya. Otra vez
V A S I L I K A S I N : Mayo laboral. La garlopa 110 han reñido... La gente no me perdona los errores 1 9 8
EVGUENI DOLMATOVSKI: Compañeros 201
ILIÁ SELVINSKI: A la patria 112
A L E X É I S U R K O V : Héroe. Trinchera. Por la primera KONSTANTÍN SÍMONOV: ¿Recuerdas las carreras de
Smolensk? Espérame 203
vez... Al alba 114
STEPÁN SCHIPACHOV: NO me importa la muerte. V E R Ó N I C A T Ü S H N O V A : Desde la medianoche 207
Aprended a cuidar el amor. Junio de cerezos fra- M I J A Í L B U D Í N : Verano de Vólogda. Canción a los
gantes. La palma de la mano 118 puentes ... 2 0 9
M I J A Í L I S A K O V S K I : Vuelan las aves de paso. Los ene- M U A Í L L U K O N I N : A los que vuelven de la guerra. La
migos incendiaron su casa 121 dicha no tiene memoria ... 2 1 2
A L E X A N D R P R O K G F I E V : Versos a Rusia. Versos, versos, V A S I L I F I Ó D O R O V : Se amustia... No es fácil. Los co-
inquietud mía... El corazón del soldado. De nuevo razones 215
hogueras de maleza 124 S E R G U É I N A R O V C H Á T O V : En aquellos años 2 1 7
V L A D Í M I R L U G O V S K Ó I : El baile de los cadetes. La B O R Í S S L U T S K I : Los trenes. Caballos en el océano ... 2 1 9
estrella. Nuestra época ... 1 2 8 S E R G U É I O R L O V : En el globo terráqueo. La vida es
N I K O L Á I S A B O L O T S K I : De la belleza de los rostros hu- fría sin canciones 222
SEMIÓN GUDZENKO: YO fui de infantería... En el
manos. Leyendo versos. Grullas 135
V I S S A R I Ó N S A Y Á N O V : LOS cometas del Primer Ejér- club de la guarnición 2 2 4
cito de Caballería 138 A L E X A N D E R M É Z H I R O V : ¡Herradura de la suerte! La
M I J A Í L S V I E T L O V : Granada. Horizonte 140 edad 2 2 6
Y Ó S I F U T K I N : Si te hieren, amado, en la guerra... 1 4 6 B U L A T O K U D Z H A V A : El alegre tamborcillo. Cancionci-
A L E X A N D E R Z H Á R O V : La piedra entrañable 148 ta sobre la puerta abierta 228
K O N S T A N T Í N V A N S H E N K I N : Vida, yo te amo 2 3 0
L E O N I D M A R T Í N O V : Cielo y tierra. Los hombres. Quie-
ro que el amor abrace el mundo 150 E V G U E N I V I N O K Ú R O V : Mi amor está lavando. Artista,
S E M I Ó N K I R S Á N O V : Nada que hacer. Encontrarse a sí educa al alumno 233
Y U L I A D R Ú N I N A : Una vez vi un combate... Mi vida... 2 3 5
mismo ... ..- ••• - 154
R I M M A K A S A K O V A : Me parezco a la Tierra ... 2 3 7
DMITRI K E D R I N : La muñeca ... 157
RÓBERT R O Z H D É S T V E N S K I : Réquiem 239
BORÍS KORNÍLOV: Mi hijo 160
VLADÍMIR TSIBIN: El pulso 242
N I K O L Á I R I L É N K O V : El sonido y valor de las pala-
A N D R É I V O S N E S E N S K I : Secoya Lenin. Baños siberianos. 2 4 4
bras. Tardes invernales 162
E V G U E N I E V T U S H E N K O : La abuela. ¡La mitad no quie-
O L G A B E R G G O L T S : NO te ocultaré mis tristezas. Tengo
ro de nada! La isba 248
tanto miedo... Antes de separarse 164
N I K O L Á I G R I B A C H O V : Lluvia de verano. Felicidad ... 167 N O V E L E A M A T V É I E V A : Las primeras hojas de la col... 2 5 5
A L E X A N D E R T V A R D O V S K I : Me han matado cerca de B E L L A A J M A D Ú L I N A : El autómata de los refrescos ... 2 5 7
O L E G D M Í T R I E V : DOS 2 5 9
Rzhev. Recuerdo de la madre 170
P I O T R K O M A R O V : Región del Amur 177
S E R G U É I P O D É L K O V : A mi hijo. La canción queda ... 179
L E V O S H A N I N : Mi Valga, mi Volga 181
B O R Í S R Ü C H I O V : Toda la Rusia inmensa 183
Y A R O S L A V S M E L I A K O V : Mi generación. Si enfermo...
El viejo 186
S E R G U É I S M I R N O V : Cruzar tierras y mares. El hombre. 190
ALEXANDER YASHIN: Un domingo 192
V Í C T O R B Ó K O V : ¿En dónde empieza Rusia? 194
264
Se terminó de imprimir
en los talleres de
Altamira-Rotopress, S. A .
en el mes de junio de 1974
La presente antología buen número de traduc traducciones al castella-
ofrece un sistemático ba- ciones fueron realizadas no, una solvente y eficaz
lance de la poesía escrita por algunos óptimos co- guía para el conocimien-
en lengua rusa a partir de nocedores del ruso. En to global de una impor-
la revolución bolchevique otros casos se encargó a tante rama de la poesía
de 1917. No existía real- diferentes escritores es- del siglo XX muy defi-
mente ninguna selección pañoles e hispanoameri- cientemente incorporada
de este tipo asequible al canos —Rafael Alberti, a nuestro medio cultural.
lector español, el cual só- Nicanor Parra, Blas de
lo había podido aproxi- Otero, Manuel Rojas, An-
marse a esa multiforme gel González, Gabriel Ce-
panorámica de la poesía Una primera recopila- laya, Caballero Bonald, He-
soviética a través de al- ción de los poemas que rrera Petere, etc.—, que
gunos de sus más univer- figuran en esta antología «rescribieran» en len-
sales exponentes. Desde fue efectuada por un gru- guaje poético unas previas
Essenin o Maiakovski has- po de poetas soviéticos y versiones literales al cas-
ta Pasternak o Evtuchenko seleccionada definitiva- tellano de los textos ru-
aparece reunido en esta mente por Alexander Na- sos.
ocasión un muestrario su- karov, que es también Esta ANTOLOGIA DE LA
ficientemente extenso de quien traza en el prólogo POESIA SOVIETICA supo-
ese singular ciclo de la un metódico resumen del ne, pues, junto a la diver-
literatura rusa. período estudiado. Un sidad de matices de las