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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACUALTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS

ESCUELA DE DERECHO

CAMPUS BÁRBULA

LOS PRINCIPIOS DE LA
TRIBUTACIÓN

INTEGRANTES:

DOMINGUEZ ALCIDEZ C.I:

HERNANDEZ YOANDRI C.I:

JIMENEZ ANDREA C.I:

LEDEZMA MARIA C.I: 25.476.135

OSTOS REINALDO C.I:

SECCIÓN 04

Enero de 2017
ÍNDICE

 INTRODUCCIÓN…………………………………………………………..

 LOS PRINCIPIOS DE LA TRIBUTACIÓN………………………………

 PRINCIPIO DE LEGALIDAD…………………………………………….

 PRINCIPIO DE LA GENERALIDAD…………………………………….

 PRINCIPIO DE IGUALDAD………………………………………………

 PRINCIPIO DE LA CAPACIDAD CONTRIBUTIVA………………….

 PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD………………………………………

 PRINCIPIO DE LA NO CONFIESTORIEDAD………………………….

 PRINCIPIO DE LA JUSTICIA TRIBUTARIA………………………….

 CONCLUSIÓN……………………………………………………………...

 REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS………………………………………

 JURISPRUDENCIAS…………………………………………………………
INTRODUCCIÓN
LOS PRINCIPIOS DE LA TRIBUTACIÓN

Es una Proposición clara y evidente no susceptible de demostración sobre la


cual se funda una determinada valoración de justicia de una sociedad y se construyen
las instituciones del Derecho y que en un momento histórico determinado informa del
contenido de las normas jurídicas de un Estado.

En el Derecho tributario estos existen por ser límites a la potestad tributaria, es decir
existen como control del poder del Estado para crear, modificar y extinguir tributos.
Así, la determinación del contenido de los principios tributarios tiene un ámbito
específico: la potestad tributaria del Estado. Por consecuencia mediante estos
principios se subordina al propio Estado a la voluntad general de la sociedad,
protegiendo a la sociedad de cualquier arbitrariedad del uso del poder estatal en el
ejercicio de su potestad tributaria.

 Principio de legalidad.

Proviene del latín “Nullum Tributum sine Lege”, que significa, No hay tributo sin
ley, es decir, primero se crea la Ley y el Reglamento de algún tributo y luego se
empieza a cobrar.

Conocido igualmente como Principio de Reserva Legal de la Tributación. La doctrina


lo considera como regla fundamental del Derecho Público. Constituye una garantía
esencial en el Derecho Constitucional, en cuya virtud se requiere que todo tributo sea
sancionado por una ley, entendida esta como la disposición que emana del órgano
constitucional que tiene la potestad legislativa conforme a los procedimientos
establecidos por la Constitución para la sanción de las leyes y contenido en una
norma jurídica. Este principio está establecido en el art 317 de la constitución
Venezolana:

Artículo 317. “No podrá cobrarse impuesto, tasa, ni contribución alguna que no estén
establecidos en la ley, ni concederse exenciones y rebajas, ni otras formas de
incentivos fiscales, sino en los casos previstos por la ley que cree el tributo
correspondiente. Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio.

No podrán establecerse obligaciones tributarias pagaderas en servicios personales. La


evasión fiscal, sin perjuicio de otras sanciones establecidas por la ley, podrá ser
castigada penalmente”.

Este principio halla su fundamento en la necesidad de proteger a los contribuyentes


en su derecho de propiedad consagrado igualmente en el artículo 115 de nuestra
Constitución:

Artículo 115. “Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al
uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las
contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad
pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social,
mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser
declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.

El principio de legalidad también se encuentra establecido en leyes especiales como


lo es el Código Orgánico Tributario y la Ley de Impuestos Sobre la Renta.

El art 36 del Código Orgánico tributario establece:

Artículo 36. “El hecho imponible es el presupuesto establecido por la ley para
tipificar el tributo y cuya realización origina el nacimiento de la obligación
tributaria”.
La ley de Impuesto Sobre la Renta en su primer artículo establece: buscar sinónimo

Artículo 1. “Los enriquecimientos anuales, netos y disponibles obtenidos en dinero o


en especie, causarán impuestos según las normas establecidas en esta ley”.

Este principio de reserva legal o legalidad es un freno a los posibles abusos de la


administración pública en contra de los administrados, ya que la exigencia de
tributos, es una intromisión del estado en la economía de los particulares. Por otra
parte, algunos constitucionalistas consideran que la creación de los tributos es
consecuencia de la voluntad popular, ya que los encargados de legislar sobre la
materia son elegidos democráticamente por el soberano.

 Principio de la Generalidad.

Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos mediante el pago
de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la ley. Se impone una obligación
jurídica general a todos los habitantes del país, excluyéndolos de privilegios que trate
de relevar esa condición. La Generalidad no excluye la posibilidad de establecer
exenciones o exoneraciones.

Este principio se encuentra fundamentado en el artículo 133 de la constitución:

Artículo 133. “Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos
mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la ley”.

En el Código Orgánico Tributario en el artículo 40, establece que el sujeto pasivo


(contribuyente) o un tercero pueden efectuar los pagos, de la siguiente manera buscar
sinónimo

Artículo 40. “El pago debe ser efectuado por los sujetos pasivos. También puede ser
efectuado por un tercero, quien se subrogará en los derechos, garantías y privilegios
del sujeto activo, pero no en las prerrogativas reconocidas al sujeto activo por su
condición de ente público”.

Y en La Ley de Impuesto Sobre la Renta en su primer artículo en su segundo párrafo


especifica un poco más acerca de quiénes son los contribuyentes.

Artículo 1. “Salvo disposición en contrario de la presente ley, toda persona natural o


jurídica, residente o domiciliada en la República Bolivariana de Venezuela, pagará
impuestos sobre sus rentas de cualquier origen, sea que la causa o la fuente de
ingresos esté situada dentro del país o fuera de él. Las personas naturales o jurídicas
no residentes o no domiciliadas en la República Bolivariana de Venezuela estarán
sujetas al impuesto establecido en esta Ley siempre que la fuente o la causa de sus
enriquecimientos estén u ocurra dentro del país, aun cuando no tengan
establecimiento permanente o base fija en la República Bolivariana de Venezuela.
Las personas naturales o jurídicas domiciliadas o residenciadas en el extranjero que
tengan un establecimiento permanente o una base fija en el país, tributarán
exclusivamente por los ingresos de fuente nacional o extranjera atribuibles a dicho
establecimiento permanente o base fija”.

Podrán acreditar contra el impuesto establecido en esta ley:

Artículo 2.” Toda persona natural o jurídica, residente o domiciliada en La República


Bolivariana de Venezuela, así como las personas naturales o jurídicas domiciliadas o
residenciadas en el extranjero que tengan un establecimiento permanente o una base
fija en el país, podrán acreditar contra el impuesto que conforme a esta Ley les
corresponda pagar, el impuesto sobre la renta que hayan pagado en el extranjero por
los enriquecimientos de fuente extraterritorial por los cuales estén obligados al pago
de impuesto en los términos de esta Ley”.

El principio de la generalidad, impone una obligación jurídica general a todos los


habitantes del país, a concurrir con el levantamiento de las cargas públicas, no se
puede eximir a nadie de contribuir por razones que no sean la carencia de capacidad
contributiva, ya que la ordenación de los tributos ha de basarse en la capacidad
económica de las personas llamadas a satisfacerlos y en los principios de generalidad
y equitativa distribución de la carga tributaria. Este principio lo que prohíbe es la
existencia de privilegios fiscales.

Insertar jurisprudencia

 Principio de Igualdad.

Tiene como requisito legitimador buscar la justicia de la tributación en orden a las


exigencias de igualdad y equidad. El principio de la igualdad se identifica con el de la
capacidad contributiva, ya que observa todos los valores sobresalientes para la
actividad del Estado, que corresponden a los fines y deseos de la política fiscal.

En la Constitución el principio se encuentra establecido en el artículo 21, que


establece que todos somos iguales ante la ley, es decir todos tenemos los mismo
derechos y deberes; y por ninguna razón se debe discriminar a alguien por raza,
religión o sexo.

Artículo 21. “Todas las personas son iguales ante la ley, y en consecuencia:

1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la


condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado
anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de
igualdad, de los derechos y libertades de toda persona.

2. La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la


igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a favor de
personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables;
protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones
antes especificadas, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y
sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.

3. Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana; salvo las fórmulas


diplomáticas.

4. No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias”.

En este artículo no se observa que se esté hablando acerca de los contribuyentes,


solo que todos somos iguales ante la ley, pero en el caso del Código Orgánico
Tributario en el artículo 3 numeral 2 y 3; y en parágrafo primero, se establece que
pueden suscitarse exenciones y exoneraciones, como también en el artículo 4 y 5.

Artículo 3. “Sólo a las leyes corresponden regular con sujeción a las normas
generales de este código las siguientes materias:

1. Crear, modificar o suprimir tributos, definir el hecho imponible, fijar la alícuota


del tributo, la base de su cálculo e indicar los sujetos pasivos del mismo.

2. Otorgar exenciones y rebajas de impuesto.

3. Autorizar al Poder Ejecutivo para conceder exoneraciones y otros beneficios o


incentivos fiscales.

4. Las demás materias que les sean remitidas por este Código.

Parágrafo Primero: Los Órganos Legislativos Nacional, estatales y municipales, al


sancionar las leyes que establezcan exenciones, beneficios rebajas y demás
incentivos fiscales o autoricen al Poder Ejecutivo para conceder exoneraciones,
requerirán la previa opinión de la Administración Tributaria respectiva la cual
evaluará el impacto económico y señalará las medidas necesarias para su efectivo
control fiscal, asimismo, los órganos legislativos correspondientes requerirán las
opiniones de las oficinas de asesoría, con las que cuenten”.
Artículo 4. “En materia de exenciones, exoneraciones, desgravámenes, rebajas y
demás beneficios fiscales, las leyes determinarán los requisitos o condiciones
esenciales para su procedencia”.

Artículo 5. “Las normas tributarias se interpretarán con arreglo a todos los métodos
admitidos en derecho, atendiendo su fin y a su significación económica, pudiéndose
llegar a los resultados restrictivos o extensivos de los términos contenidos en las
normas tributarias”.

La ley de impuesto sobre la renta también establece ciertas exenciones en el artículo


14.

Artículo 14. “Están exentos de impuesto:

1. Las entidades venezolanas de carácter público, el Banco Central de Venezuela y


Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela, así como los demás
Institutos Autónomos que determine la Ley;

2. Los agentes y demás funcionarios diplomáticos extranjeros acreditados en la


República, por las remuneraciones que reciban de sus gobiernos. También los agentes
consulares y otros agentes o funcionarios de gobiernos extranjeros que, con
autorización del gobierno nacional, residan en la República Bolivariana de
Venezuela, por las remuneraciones que reciban de sus gobiernos, siempre que exista
reciprocidad de exención con el respectivo país a favor de los agentes o funcionarios
venezolanos; y las rentas que obtengan los Organismos Internacionales y sus
funcionarios, de acuerdo con lo previsto en los Convenios Internacionales suscritos
por la República Bolivariana de Venezuela;

3. Las instituciones benéficas y de asistencia social, siempre que sus enriquecimientos


se hayan obtenido como medio para lograr los fines antes señalados; que en ningún
caso, distribuyan ganancias, beneficios de cualquier naturaleza o parte alguna de su
patrimonio a sus fundadores, asociados o miembros y que no realicen pagos a título
de reparto de utilidades o de su patrimonio;

4. Los trabajadores o sus beneficiarios, por las indemnizaciones que reciban con
ocasión del trabajo, cuando les sean pagadas conforme a la Ley o a contratos de
trabajo, por los intereses y el producto de los fideicomisos constituidos conforme a la
Ley Orgánica del Trabajo y por los productos de los fondos de retiro y de pensiones;

5. Los asegurados y sus beneficiarios, por las indemnizaciones que reciban en razón
de contratos de seguros; pero deberán incluirse en los ingresos brutos aquéllas que
compensen pérdidas que hubieren sido incluidas en el costo o en las deducciones;

6. Los pensionados o jubilados, por las pensiones que reciban por concepto de retiro,
jubilación o invalidez, aun en el caso de que tales pensiones se traspasen a sus
herederos, conforme a la legislación que las regula;

7. Los donatarios, herederos y legatarios, por las donaciones, herencias y legados que
perciban;

8. Los afiliados a las cajas y cooperativas de ahorro, siempre que correspondan a un


plan general y único establecido para todos los trabajadores de la empresa que
pertenezcan a una misma categoría profesional de la empresa de que se trate, mientras
se mantengan en la caja o cooperativa de ahorros, a los fondos o planes de retiro,
jubilación e invalidez por los aportes que hagan las empresas u otras entidades a favor
de sus trabajadores, así como también por los frutos o proventos derivados de tales
fondos;

9. Las personas naturales, por los enriquecimientos provenientes de los intereses


generados por depósitos a plazo fijo, cédulas hipotecarias, certificados de ahorro y
cualquier otro instrumento de ahorro previsto en la Ley General de Bancos y otras
Instituciones Financieras o en leyes especiales, así como los rendimientos que
obtengan por inversiones efectuadas en fondos mutuales o de inversión de oferta
pública;

10. Las instituciones dedicadas exclusivamente a actividades religiosas, artísticas,


científicas, de conservación, defensa y mejoramiento del ambiente, tecnológicas,
culturales, deportivas y las asociaciones profesionales o gremiales, siempre que no
persigan fines de lucro, por los enriquecimientos obtenidos como medios para lograr
sus fines, que en ningún caso distribuyan ganancias, beneficios de cualquier índole o
parte alguna de su patrimonio a sus fundadores, asociados o miembros de cualquier
naturaleza y que sólo realicen pagos normales y necesarios para el desarrollo de las
actividades que les son propias. Igualmente, y bajo las mismas condiciones, las
instituciones universitarias y las educacionales, por los enriquecimientos obtenidos
cuando presten sus servicios dentro de las condiciones generales fijadas por el
Ejecutivo Nacional;

11. Las instituciones de ahorro y previsión social, los fondos de ahorros, de pensiones
y de retiro por los enriquecimientos que obtengan en el desempeño de las actividades
que les son propias. Igualmente, las sociedades cooperativas cuando operen bajo las
condiciones generales fijadas por el Ejecutivo Nacional;

12. Las empresas estatales nacionales que se dediquen a la explotación de


hidrocarburos y actividades conexas, por los enriquecimientos extraordinarios
provenientes del valor comercial que les sea reconocido por sus asociados a los
activos representados por estudios previos, informaciones, conocimientos e
instructivos técnicos, fórmulas, datos, grabaciones, películas, especificaciones y otros
bienes de similar naturaleza relacionados con los proyectos objeto de asociación
destinados al desarrollo de los mismos, en virtud de los Convenios de Asociación que
dichas empresas celebren de conformidad con la Ley Orgánica que Reserva al Estado
la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos o mediante contratos de interés
nacional previstos en la Constitución;
13. Los enriquecimientos provenientes de los bonos de deuda pública nacional y
cualquier otra modalidad de título valor emitido por la República,

14. Los estudiantes becados por los montos que reciban para cubrir sus gastos de
manutención, de estudios o de formación”.

Insertar jurisprudencia

 Principio de la Capacidad Contributiva.

El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas según la


capacidad económica del o la contribuyente. Este principio se encuentra establecido
en el artículo 316 de la constitución.

Artículo 316. “El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas
publicas según la capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio
de progresividad, así como la protección de la economía nacional y la elevación del
nivel de vida de la población, y se sustentará para ello en un sistema eficiente para la
recaudación de los tributos”.

En materia tributaria la capacidad alude a la aptitud económica del contribuyente y es


la razón de ser, la causa del que tributo exista, de tal forma que donde no exista tal
capacidad no puede existir el tributo. Podrá haberse establecido en la ley, pero no
llegará a ser una realidad social, porque no podrá ser pagado y soportado por aquellos
a quienes está dirigido.

En el Código Orgánico Tributario se encuentra establecido que se va a ser


contribuyente si se posee capacidad según el derecho privado.

Artículo 22. “Son contribuyentes los sujetos pasivos respecto de los cuales se verifica
el hecho imponible. Dicha condición puede recaer:
1. En las personas naturales, prescindiendo de su capacidad según el derecho privado.

2. En las personas jurídicas y en los demás entes colectivos a los cuales otras ramas
jurídicas atribuyen calidad de sujeto de derecho.

3. En las entidades o colectividades que constituyan una unidad económica,


dispongan de patrimonio y tengan autonomía funcional”.

 Principio de Progresividad.

Este principio describe que a mayor capacidad económica mayor será el pago
producido ya que habrá un alto nivel de vida de la población dando paso a la
obtención de un sistema tributario eficiente para la recaudación de los tributos.

Este se encuentra establecido al igual que el principio de capacidad contributiva


en el artículo 316.

Artículo 316. “El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas
publicas según la capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio
de progresividad, así como la protección de la economía nacional y la elevación del
nivel de vida de la población, y se sustentará para ello en un sistema eficiente para la
recaudación de los tributos”.

“La regla de la progresividad, adoptada por casi todos los legisladores que gravan
las rentas, se origina en la famosa teoría económica de la utilidad marginal aplicada
al mayor ingreso, la cual presupone que a medida que se incrementa el ingreso de
cada sujeto, en la misma proporción decrece la utilidad de su aplicación a la
satisfacción de necesidades vitales, y aparece entonces el margen o excedente como
objeto para una imposición inversamente creciente según una escala gradual
ascendente”. (Ruan, 2001: 91).
 Principio de la no Confiscatoriedad.

“Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio”. La no Confiscatoriedad


protege al derecho de propiedad, garantía fundamental en un Estado democrático, lo
que se deriva de la libertad, que es uno de los pilares que sirve de base al sistema
democrático. De aquí se desprende la necesidad de evitar que el indispensable poder
tributario se convierta en un arma de destrucción de la economía y de la sociedad,
excediendo los límites más allá de los cuales los integrantes de un país no están
dispuestos a tolerar su carga.

La no Confiscatoriedad no se traduce en una antinomia entre el derecho de propiedad


y el tributo, ya que éste constituye el precio que hay que pagar para vivir en sociedad,
lo que exige soportar los gastos del Estado encargado de cumplir y hacer cumplir la
constitución; no obstante, debe existir un límite al poder de imposición sin el cual el
derecho de propiedad no tendría razón de ser.

Existe Confiscatoriedad tributaria cuando el Estado se apropia de los bienes de los


contribuyentes, aplicando una norma tributaria en la que el monto llega a extremos
insoportables por lo exagerado de su quantum, desbordando así la capacidad
contributiva de la persona y vulnerando por esa vía indirecta la propiedad privada.
Este principio está establecido en los artículos 115 y 317 de la constitución.

Artículo 115. “Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al
uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las
contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad
pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social,
mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser
declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.

Artículo 317. “No podrá cobrarse impuesto, tasa, ni contribución alguna que no estén
establecidos en la ley, ni concederse exenciones y rebajas, ni otras formas de
incentivos fiscales, sino en los casos previstos por la ley que cree el tributo
correspondiente. Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio.

No podrán establecerse obligaciones tributarias pagaderas en servicios personales. La


evasión fiscal, sin perjuicio de otras sanciones establecidas por la ley, podrá ser
castigada penalmente.

En el caso de los funcionarios públicos o funcionarias públicas se establecerá el doble


de la pena.

Toda ley tributaria fijará su lapso de entrada en vigencia. En ausencia del mismo se
entenderá fijado en sesenta días continuos. Esta disposición no limita las facultades
extraordinarias que acuerde el Ejecutivo Nacional en los casos previstos por esta
Constitución.

La administración tributaria nacional gozará de autonomía técnica, funcional y


financiera de acuerdo con lo aprobado por la Asamblea Nacional y su máxima
autoridad será designada por el Presidente o Presidenta de la República, de
conformidad con las normas previstas en la ley”.

 Principio de la Justicia Tributaria.


Consagrado en el Artículo 316 de nuestra Constitución, anteriormente citado,
significa que un tributo es justo en la medida que grave a todos con igual intensidad.
Carl Smith en 1976 expreso que: "los súbditos debían contribuir al sostenimiento del
Estado de acuerdo a su capacidad". El sistema tributario debe procurar la justa
distribución de las cargas según la capacidad económica del responsable o
contribuyente pero respetando el principio de la progresividad.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en la


Conferencia Internacional Americana, aprobada en Bogotá, Colombia en el año de
1948, dispone en el Artículo XXXVI: "Toda persona tiene el deber de pagar los
impuestos establecidos por la Ley para el sostenimiento de los servicios públicos".
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA

 Acosta Daniel (2009), “Legislación fiscal Venezolana”


 Atencio Valladares Gilberto, Pirela Michelle Azuaje (2008), “Los principios
de la capacidad contributiva y progresividad en la imposición sobre la renta
en Venezuela”
 Código Orgánico Tributario
 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
 Ley del Impuesto sobre la renta
 Ramírez José (2007), “Tributos y Tributación Aduanera”.

 Rodríguez Yaniny, (2013), “¿Cuáles son los Principios Tributarios


Constitucionales en Venezuela?”
 Romero Yadira (2009), “Los Tributos En Venezuela”
 Ojeda Dinorah (2011), “Base Legal De La Tributación En Venezuela”
JURISPRUDENCIAS
PRINCIPIO DE LEGALIDAD, GENERALIDAD, IGUALDAD Y JUSTICIA
TRIBUTARIA.

SALA CONSTITUCIONAL
Magistrado Ponente: Iván Rincón Urdaneta

El 14 de julio de 2000 el Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario de la


Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas remitió a esta Sala Constitucional
el expediente que contiene la decisión dictada por ese juzgado el 22 de junio de 2000, que
declaró improcedente la acción de amparo constitucional interpuesta por los ciudadanos
Yessy Coromoto Galvis y Pedro José Aquino Rojas, inscritos en el Instituto de Previsión Social
del Abogado bajo los números 41.700 y 60.098, respectivamente, en su carácter de
apoderados judiciales de FABRICA DE TABACOS CORONA, C.A., inscrita en el Registro
Mercantil Segundo de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, el 8
de octubre de 1998, bajo el número 23, tomo 441-A-Sgdo, FABRICA DE TABACOS GATO
NEGRO, inscrita en el Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, el
28 de agosto de 1992, bajo el número 24, tomo 6-B, tercer trimestre; FABRICA DE TABACOS
GRAN CARIBE DEL SUR, S.R.L., inscrita en el Registro Mercantil Primero de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, el 11 de septiembre de 1997, bajo el número 42,
tomo 23-A, y FABRICA DE TABACOS CASIQUE YARACUY, C.A., inscrita en el Registro
Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, el 16 de abril de 1999, bajo el
número 80, tomo 7-A, contra el Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria
(SENIAT), por la exigencia del pago del impuesto establecido en la Ley de Impuesto sobre
Cigarrillos y Manufacturas de Tabaco a los productores de tabaco ubicados en la región de
Los Andes y no a los productores de tabaco de otras regiones del país.
Tal remisión obedece a la apelación ejercida por el abogado Pedro José Aquino Rojas
el 26 de junio de 2000.

Por auto del 14 julio de 2000 se dio cuenta en Sala y se designó Ponente al
Magistrado Iván Rincón Urdaneta, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.

I
ANTECEDENTES

Sostienen los mencionados apoderados judiciales que, a partir de junio de 1999, el


Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), Región Los Andes, a
través de sus funcionarios, exigió a sus representadas el pago del impuesto establecido en el
artículo 2 de la Ley de Impuesto sobre Cigarrillos y Manufacturas de Tabaco, que no fue
exigido a las fábricas de tabaco ubicadas en otras regiones del país.

Debido a esa circunstancia, el 31 de mayo de 2000 interpusieron acción de amparo


constitucional ante el Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario de la
Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas y alegaron la existencia de una
competencia desleal y la violación de los artículos 2, 317, 133, 21 y 316, de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, relativos, respectivamente, al valor de la igualdad
propugnado por el Estado, al principio de la legalidad tributaria, al principio de la
generalidad de los tributos, al principio de la igualdad y al principio de la justicia tributaria.

En este sentido expresaron que el referido impuesto elevó de manera exorbitante el


costo de los productos de sus representadas, dificultando su comercialización frente a los
producidos por las fábricas situadas en otras regiones del país, lo cual empeoró a partir del
1º de diciembre de 1999, cuando fueron declaradas agentes de percepción del impuesto al
valor agregado, carácter que únicamente fue otorgado a los productores de tabaco de la
región de San Antonio del Táchira.

Igualmente señalaron que el impuesto en referencia “debió ser aplicado a nivel


Nacional en un mismo tiempo y espacio, ya que, la Ley especial que rige esta materia, es de
alcance Nacional y no regional…” y que el artículo 2 de la Ley que lo establece se refiere al
cumplimiento del mismo en todo el territorio nacional.

Finalmente, solicitaron el restablecimiento inmediato de la situación jurídica


infringida, para lo cual requirieron que se ordenara al Servicio Nacional Integrado de
Administración Tributaria (SENIAT) que estableciera los mecanismos necesarios para que el
pago del tributo se realizara a nivel nacional, que se restituyeran los
pagos “indebidos” efectuados por sus representadas por ese concepto y que se suspendiera,
inmediatamente, su obligación de pago.

Tramitado el respectivo procedimiento, el referido juzgado declaró


improcedente la acción de amparo mediante la sentencia dictada el 22 de
junio de 2000.

El 26 de junio de 2000 el abogado Pedro José Aquino Rojas apeló de


esa decisión.

El 3 de julio de 2000 el Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso


Tributario de la Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas
oyó la apelación en un solo efecto y ordenó la remisión del expediente a
esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.

II
COMPETENCIA

Debe previamente esta Sala determinar su competencia para conocer


de la presente apelación, y a tal efecto observa:
Conforme a lo señalado en las decisiones del 20 de enero del año
2000, casos Domingo Ramírez Monja y Emery Mata Millán, corresponde a
esta Sala Constitucional conocer todas las sentencias que resuelvan acciones
de amparo constitucional dictadas por los Juzgados Superiores de la
República (con excepción de los Tribunales Superiores con competencia en
lo contencioso administrativo cuando actúan en esta jurisdicción), Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo y las Cortes de Apelaciones en lo
Penal, cuando conozcan como Tribunales de Primera Instancia.

En el caso que nos ocupa, corresponde conocer y decidir a esta Sala


la apelación de una decisión emanada del Tribunal Superior Cuarto de lo
Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial del Area
Metropolitana de Caracas, que conoció en primera instancia de una acción
de amparo constitucional incoada contra el Servicio Nacional Integrado de
Administración Tributaria (SENIAT), motivo por el cual esta Sala,
congruente con los fallos reseñados ut supra, se declara competente para
conocer de la presente apelación, y así se decide.

III
LA SENTENCIA APELADA

El Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario de la


Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de Caracas, mediante la
sentencia apelada, declaró improcedente la referida acción de amparo
constitucional.
Como fundamento de esta decisión advirtió que no se verificaba
relación de causalidad entre el ciudadano Francisco José Alvarado Pinto,
Superintendente Nacional Tributario Adjunto del Servicio Nacional
Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), señalado por las
accionantes como agraviante, y las actuaciones presuntamente lesivas,
supuestamente emanadas de la Gerencia Regional de Tributos Internos de la
Región Los Andes del referido organismo, razón por la cual, en su
criterio, el mencionado funcionario, quien no emitió acto alguno dirigido a
las accionantes, carece de cualidad para ser sujeto pasivo de la acción de
amparo interpuesta por éstas.
También expresó que las accionantes, de manera contradictoria,
afirmaron que aceptaban la procedencia del tributo y solicitaron que se les
reintegrara el monto pagado por ese concepto, y observó que, en el supuesto
que no estuvieran conformes con los actos administrativos que determinaran
tributos o de cualquier forma afectaran su esfera de intereses como
contribuyentes, debían ejercer los recursos previstos en el Código Orgánico
Tributario y no acudir a la acción de amparo, que solo procede cuando no
existan vías procesales ordinarias, eficaces e idóneas para el
restablecimiento de los derechos subjetivos de rango constitucional, por lo
que no podía el tribunal constitucional suspender la exigencia del impuesto
ni ordenar la repetición de los pagos efectuados por ese concepto.

Igualmente, resaltó que, para determinar si existía o no la violación


denunciada, debía acudirse a normas de rango legal y sublegal, así como a
investigaciones complejas, lo cual resultaba inaceptable e inoficioso para
la jurisdicción constitucional.

IV
MOTIVACIONES PARA DECIDIR

Analizadas como han sido las actas que conforman el presente


expediente, esta Sala pasa a decidir la apelación ejercida y para ello
observa:

De acuerdo con lo previsto en el artículo 27 de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela, toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en
el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aun de aquellos inherentes a
su naturaleza que no figuren expresamente en el texto de esa Carta Fundamental o en los
instrumentos internacionales sobre derechos humanos.

Así, la acción de amparo constitucional constituye el mecanismo judicial para


la protección de los mencionados derechos y garantías, mediante un procedimiento
breve, orientado al restablecimiento de la situación jurídica infringida, cuya
procedencia requiere la confrontación directa del hecho, acto u omisión
presuntamente lesivo, con la norma constitucional que se denuncia como conculcada.

En este orden de ideas, la jurisprudencia de esta Sala ha señalado que


lo realmente determinante para resolver acerca de la violación que se
denuncia a través de ese medio, es que exista una violación de rango
constitucional y no legal, porque, de ser así, el amparo perdería todo sentido
y alcance y se convertiría en un mecanismo ordinario de control de la
legalidad.

Igualmente ha resaltado que, frente a la dificultad de deslindar si las


violaciones que se alegan son de orden constitucional o legal, el órgano
jurisdiccional debe examinar si la resolución del conflicto requiere el
análisis de la legalidad de las actuaciones que constituyen la fuente de
dichas violaciones, supuesto en el cual éstas, evidentemente, no serán de
orden constitucional, y ha concluido que, para decidir sobre el amparo
solicitado, debe bastar al juez la confrontación de la situación de hecho
planteada con el derecho o garantía que se pretenden lesionados y, si de ella
se evidencia la efectiva existencia de la violación que se alega, será
procedente la protección constitucional.

En el presente caso los apoderados judiciales de las accionantes,


quienes son compañías productoras de tabaco en la región de Los Andes,
denunciaron la violación de los principios de la legalidad tributaria, de la
generalidad de los tributos, y de la justicia tributaria, consagrados en los
artículos 317, 133, y 316, respectivamente, de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, y el desconocimiento del contenido de
los artículos 2 y 21 eiusdem, relativos al derecho a la igualdad, por parte
del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT),
debido a que este organismo, a través de la dependencia ubicada en la
referida región, exigió a aquéllas el pago del impuesto establecido en la Ley
de Impuesto sobre Cigarrillos y Manufacturas de Tabaco y no procedió de
igual forma con respecto a las sociedades productoras de tabaco situadas en
otras regiones del país.

Observa la Sala que los aludidos principios tributarios se refieren a la imposibilidad


de cobrar impuestos, tasas o contribuciones que no estén establecidos en la ley y de
conceder exenciones y rebajas u otras formas de incentivos fiscales, fuera de los casos
previstos por las leyes; a la obligación de todas las personas de coadyuvar a los gastos
públicos mediante el pago de tributos; y a la orientación del sistema tributario a la justa
distribución de las cargas públicas según la capacidad económica del contribuyente,
atendiendo al principio de progresividad, la protección de la economía nacional y la
elevación del nivel de vida de la población.

Por su parte, el derecho a la igualdad de las personas ante la ley alude a la


prohibición de realizar discriminaciones fundadas en su raza, sexo, credo o condición social
y otorgar un trato desigual a quienes se encuentran en idéntica situación.

Siendo así, la circunstancia descrita por las accionantes como fundamento de su


acción de amparo, relacionada con la exigencia por parte del Servicio Nacional Integrado de
Administración Tributaria (SENIAT) del cumplimiento de las obligaciones tributarias
establecidas en una ley, no puede considerarse violatoria de las normas constitucionales
que consagran los referidos principios y derechos, y la supuesta falta de exigencia de
cumplimiento de tales obligaciones a otros contribuyentes, dedicados a la producción de
tabaco en otras zonas del país, aun cuando pudiera significar un incumplimiento de los
deberes de recaudación, control y fiscalización que le impone el Código Orgánico Tributario
a la administración tributaria, en su artículo 109 numerales 1, 2 y 3, no implica que dicha
administración esté creando o extinguiendo la obligación tributaria, ni significa el
establecimiento de discriminaciones o desigualdades entre los sujetos pasivos del impuesto,
habida cuenta que, aun en el supuesto de que otros sujetos no cumplan con tal obligación,
ello en modo alguno excusa a los accionantes de cumplir con un pago impositivo fijado por
la Ley.
De esta forma, concluye la Sala que, de los hechos narrados por las
accionantes, los cuales, por cierto, no se encuentran comprobados plenamente en el
expediente, aunque pudiera deducirse alguna violación de disposiciones legales, no se
evidencia la vulneración de los derechos y garantías denunciados como conculcados
ni de ningún otro derecho de rango constitucional, razón por la cual, tal como se
señaló en la sentencia objeto de esta apelación, el amparo resulta improcedente, y así
se declara.

DECISION

Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala Constitucional


del Tribunal Supremo de Justicia, en nombre de la República y por
autoridad de la Ley, CONFIRMA, en los términos expuestos en esta
sentencia, la decisión dictada el 22 de junio de 2000 por el Tribunal
Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial
del Area Metropolitana de Caracas, que declaró improcedente la acción de
amparo constitucional interpuesta por los ciudadanos Yessy Coromoto
Galvis y Pedro José Aquino Rojas, en su carácter de apoderados judiciales
de FABRICA DE TABACOS CORONA, C.A., FABRICA DE
TABACOS GATO NEGRO, FABRICA DE TABACOS GRAN
CARIBE DEL SUR, S.R.L. y FABRICA DE TABACOS CASIQUE
YARACUY, C.A., contra el Servicio Nacional Integrado de
Administración Tributaria (SENIAT), y declara SIN LUGAR el recurso de
apelación interpuesto contra ese fallo.

Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítase el expediente al


tribunal de origen.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 12 días
del mes de JUNIO de dos mil uno. Años 191º de la Independencia y 142º de
la Federación.

El Presidente-Ponente,

Iván Rincón Urdaneta

El Vicepresidente,

Jesús Eduardo Cabrera Romero

Antonio García García


Magistrado

José Manuel Delgado


Ocando
Magistrado

Pedro Rondón Haaz


Magistrado
El Secretario,
José Leonardo Requena Cabello

Exp. 00-2161
IRU
PRINCIPIO DE LEGALIDAD.

Magistrada Ponente: TRINA OMAIRA ZURITA

Exp. Nº 2012-0705

Mediante Oficio N° CSCA-2012-003312 de fecha 26 de abril de 2012, la Corte


Segunda de lo Contencioso Administrativo, remitió a esta Sala el expediente contentivo del
recurso de nulidad ejercido conjuntamente con acción de amparo constitucional, el 5 de
noviembre de 2003, por el abogado Alfredo Ramón Méndez, inscrito en el INPREABOGADO
bajo el Nro. 96.660, actuando con el carácter de apoderado judicial de la sociedad de
comercio VALENCIA PAPELERA, C.A., inscrita en el Registro Mercantil Primero de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo en fecha 17 de junio de 1975, bajo el N° 21,
Tomo 4-C, reformados sus estatutos sociales, según Acta de Asamblea Extraordinaria de
Accionista e inscrita en el mencionado Registro Mercantil el 22 de diciembre de 1994, bajo
el N° 45, Tomo 70-A y el 26 de junio de 2002, bajo el Nro. 04, Tomo 38-A; representación
que se desprende del poder que riela a los folios 41 al 44 del expediente judicial; contra los
actos administrativos de efectos generales contenidos en las Providencias Administrativas
distinguidas con letras y números SNAT/2002/1419 del 15 de noviembre de 2002, publicada
en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 37.573, de fecha 19 de
noviembre de 2002 y SNAT/2002/1455 del día 29 del mismo mes y año, publicada en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 37.585 del 5 de diciembre de
2002, las cuales fueron dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y Tributario
del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), por
medio de las cuales se designan a los Contribuyentes Especiales como Agentes de Retención
del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

La remisión se efectuó con ocasión de haber declinado la referida Corte la


competencia para conocer el aludido recurso de nulidad ejercido conjuntamente con acción
de amparo constitucional, mediante decisión N° 2007-00267, del 1° de marzo de 2007,
conforme a lo previsto en el artículo 5, numeral 30 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela del año 2004, aplicable en razón del
tiempo.

En fecha 15 de mayo de 2012 se dio cuenta en Sala y se designó Ponente a la


Magistrada Trina Omaira Zurita, a los fines de decidir la declinatoria de competencia.

Realizado el estudio de las actas procesales que integran el expediente, esta


Máxima Instancia pasa a decidir sobre la base de las consideraciones siguientes:

ANTECEDENTES

Mediante escrito del 5 de noviembre de 2003, el apoderado judicial de la sociedad


mercantil Valencia Papelera, C.A., interpuso ante esta Sala Político-Administrativa, recurso
contencioso administrativo de nulidad por razones de inconstitucionalidad e
ilegalidad conjuntamente con acción de amparo constitucional, contra las Providencias
Administrativas distinguidas con letras y números SNAT/2002/1419 y SNAT/2002/1455 del
19 y 29 de noviembre de 2002, respectivamente, dictadas por el Superintendente Nacional
Aduanero y Tributario del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), publicadas en las Gacetas Oficiales de la República Bolivariana de
Venezuela Nros. 37.573 y 37.585 en fechas 19 de noviembre y 5 de diciembre de 2002,
respectivamente, por medio de las cuales se designan a los Contribuyentes Especiales como
Agentes de Retención del Impuesto al Valor Agregado (IVA), entre los que se encuentra la
recurrente (folio 45 al 47 del expediente judicial).

Por Oficio N° 3974 de fecha 4 de octubre de 2004, esta Sala remitió dicho recurso a
la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos (URDD) de las Cortes Primera y
Segunda de lo Contencioso Administrativo, el cual lo recibió el 20 de diciembre de 2004.

La contribuyente argumentó su acción con base en lo siguiente:

Denunció que las Providencias antes señaladas “VIOLAN EL PRINCIPIO DE


LEGALIDAD” dispuesto en los artículos 316 y 317 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, así como el artículo 3 del Código Orgánico Tributario de 2001 y,
el “artículo 11 de la Ley de Impuesto al Valor Agregado” del año 2002, al introducirse
modificaciones que inciden en la base imponible del impuesto y en sus elementos
esenciales, así como, el establecimiento de sujetos pasivos de la obligación tributaria y el
mecanismo de determinación del tributo.(Mayúsculas de la recurrente).

Asimismo, los citados actos administrativos violan el principio de la capacidad


contributiva y el derecho a la propiedad, previstos en las normas contenidas en los artículos
115 y 117 de la Carta Magna, toda vez que el “sistema tributario no puede gravar
fenómenos o realidades que no reflejen indicios de aptitud o capacidad económica para
cumplir con el deber de contribuir con las cargas públicas, pues, sirve de adecuada
matización frente al postulado de la generalidad o igualdad tributaria, ya que cada
contribuyente está obligado de acuerdo a sus posibilidades económicas. De allí que, a los
fines de lograr los objetivos que debe buscar el sistema tributario citado, como lo son la
protección de la economía nacional, del derecho a la propiedad y la elevación del nivel de
vida de la población, es que los tributos no deben limitar el desarrollo económico del país,
por lo que resultan inconstitucionales las situaciones de hecho como el establecimiento de
bases imponibles alejadas de la realidad y la incorrecta determinación del mecanismo
traslativo de sustracción entre créditos y débitos fiscales propios de los impuestos indirectos,
así como la aplicación de alícuotas impositivas desproporcionales ”.

En ese sentido, destacó que se “(…) viola el principio de capacidad contributiva ya


que se impone que el vendedor del bien prestador de servicio a los contribuyentes especiales,
registre el débito fiscal correspondiente sin que se haya pagado la contraprestación
materialmente, pues le ha sido retenido un 75% de débito fiscal que ha debido recibir
materialmente de su cliente Contribuyente Especial, aún cuando por medio de una ficción
legal tal detracción o retención no signifique un menos (sic) débito fiscal sino un adelanto de
impuesto a pagar por parte del proveedor, a quien se le ha retenido el impuesto en cuestión
lo contrario sería aceptar que el beneficiario del servicio paga la contraprestación meses o
incluso años después, el sujeto prestador del mismo tendría que erogar una alícuota
patrimonial sin justificación desde el punto de vista de la capacidad contributiva ya
que [la] prostralación no se habría materializado efectivamente”. (Agregado de la Sala).

Solicitó conjuntamente al recurso de nulidad interpuesto, que se decrete amparo


constitucional a los fines de suspender los efectos de las providencias administrativas
impugnadas, toda vez “(…) el impuesto que corresponde enterar genera (…) una detracción
del derecho de propiedad al adelantar un impuesto indebido o no causado que para el
momento de la determinación impositiva pudiese generar excedente de créditos fiscales en
virtud que durante un ejercicio fiscal mi representada haya efectuado más compras que
ventas, cuyo trámite de reintegro o pago de lo indebido por parte de la administración es
lenta afectándola el transcurso del tiempo y el efecto de devaluaciones sobre la suma de
dinero pagada que los que se le reintegrara con menor valor ya que no se prevé en la
Providencia la posibilidad de pagar lo reintegrado en forma íntegra”.
Asimismo, estimó que “(…) la Providencia Impugnada afecta su derecho de
propiedad debido a la alteración del mecanismo previsto en la ley [es] contraria al principio
de no confiscatoriedad de los tributos previsto en el artículo 317 de la Constitución, dado que
al adelantar el pago de una supuesta obligación fiscal establecida mediante un acto
administrativo que probablemente no le corresponda una vez efectuada la compensación
entre créditos y débitos fiscales que establece la Ley del IVA, e igualmente se violenta el
derecho de Propiedad de mi representada, ya que el tributo es de naturaleza confiscatoria al
no permitirle obtener un margen de ganancia justo y razonable, libre o neto después de su
pago, es decir cuando se absorbe una parte sustancial de la propiedad de la renta como
también se causa dicha violación al limitarse el derecho de propiedad por una norma de
rango sublegal que modifica la base imponible del impuesto y sus elementos esenciales que
viola la garantía de reserva legal en materia Tributaria ya explicada. De acuerdo a lo
establecido en el artículo 317 de la Constitución, y 3 del Código Orgánico Tributario y solicito
se haga extensiva la suspensión de efectos de las providencias administrativas impugnadas,
toda vez que mi representada funge como Contribuyente Especial”. (Agregado de la Sala).

Del mismo modo, argumentó que los aludidos actos administrativos trasgreden el
derecho constitucional de la libertad económica, por cuanto “(…) queda limitado por una
norma de rango sublegal e igualmente debido a la imposición de la carga a mi representada,
como Contribuyente Especial de adelantar el pago de un impuesto que todavía no se ha
causado impidiéndole el libre ejercicio de su derecho a la actividad económica al no poder
disponer de un activo importante para la inversión y puesta en funcionamiento de su
aparato productivo”.

El 1° de marzo de 2007, la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo


mediante Sentencia N° 2007-00267, se declaró incompetente y declinó la competencia en
esta Sala Político-Administrativa, con fundamento en los siguientes argumentos:

“(…) observa esta Corte que la Sala Político-Administrativa del


Tribunal Supremo de Justicia se ha pronunciado reiteradamente, en
casos similares al de autos, acerca de su competencia para conocer
de recursos de nulidad ejercidos contra actos administrativos de
efectos generales.

En este sentido, resulta necesario hacer mención a la sentencia N°


05745 de fecha 28 de septiembre de 2005, caso: Pollo Sabroso, C.A.,
dictada por la referida Sala, en la cual expreso lo siguiente:

(…)

En razón a lo antes expuesto, y siendo el objeto de impugnación, en el


caso que nos ocupa, los actos administrativos contenidos en las
Providencias Administrativas números SNAT/2002/1.419 y
SNAT/2002/1.455 de fecha 15 y 29 de noviembre de 2002, publicadas
en las Gacetas Oficiales números 37.573 y 37.585 de fechas 19 de
noviembre de 2002 y 5 de diciembre de 2002, respectivamente,
dictadas por el Superintendente (sic) del SERVICIO NACIONAL
INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN ADUANERA Y TRIBUTARIA
(SENIAT), mediante las cuales se designan a los Contribuyentes
Especiales como agentes de retención del impuesto al valor agregado
(I.V.A.), debe esta Corte acoger el criterio transcrito supra, y en
consecuencia declararse incompetente para conocer del caso sub
iudice, declinando dicha competencia a la Sala Político-Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia, por considerar que es dicha Sala la
que detenta la competencia para conocer del presente recurso
contencioso administrativo de nulidad ejercido conjuntamente con
amparo cautelar. Así se decide.

En virtud de lo anterior, se ordena remitir el presente expediente a la


referida Sala para los fines legales consiguientes. Así se declara”.

II

DE LA COMPETENCIA

Corresponde a esta Sala pronunciarse acerca de la declinatoria de competencia


formulada por la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo para conocer del recurso
de nulidad interpuesto conjuntamente con acción de amparo constitucional por la
contribuyente Valencia Papelera, C.A., contra las Providencias Administrativas distinguidas
con letras y números SNAT/2002/1419 y SNAT/2002/1455 del 15 y 29 de noviembre de
2002, respectivamente, dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y Tributario del
Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), publicadas
en las Gacetas Oficiales de la República Bolivariana de Venezuela Nros. 37.573 y 37.585 en
fechas 19 de noviembre y 5 de diciembre de 2002, respectivamente.

Al respecto, cabe señalar que esta Máxima Instancia, se ha pronunciado en


anteriores oportunidades, sobre este punto de derecho, declarando su competencia para
conocer de la nulidad de las mencionadas Providencias Administrativas por la cual se
designan a los contribuyentes especiales como agentes de retención del Impuesto al Valor
Agregado. (Vid. Sentencias dictadas el 25 de junio, el 23 de septiembre, el 22 de octubre de
2003, 26 de abril de 2011 y 12 de febrero de 2012, bajo los números 00949, 01439, 01626,
00501 y 00094 casos: Vicson, S.A., Brenntag Venezuela, C.A., C.A. Seagrams de
Margarita, Luis Germán Marcano y Servifletes, C.A., respectivamente).

En dichas decisiones, se señaló que la aludidas Providencias constituyen un acto administrativo de efectos
generales de obligatorio cumplimiento para todos los contribuyentes especiales, que si bien pueden ser determinados por
la Administración Tributaria, se extiende mucho más allá de éstos y su eficacia causal se erige de forma general para todos
aquellos contribuyentes que ingresen al padrón de contribuyentes especiales en el futuro. En definitiva, se entiende que
configura un acto contentivo de reglas de derecho impersonales y abstractas, que extiende sus efectos más allá de su
simple aplicación.

En razón de lo anterior, siendo esta Sala Político-Administrativa la máxima instancia


de la jurisdicción contencioso-tributaria y estándole atribuida la competencia para conocer
de los recursos contencioso-administrativos que se ejerzan, tanto por razones de
inconstitucionalidad como de ilegalidad, contra los actos de efectos generales dictados por
el Poder Público Nacional, ratifica que le corresponde conforme a la norma atributiva de
competencia residual contenida en el artículo 42, numeral 11 de la entonces vigente Ley
Orgánica de la Corte Suprema de Justicia aplicable ratione temporis, conocer del presente
recurso de nulidad ejercido contra las Providencias Administrativas distinguidas con letras y
números SNAT/2002/1419 y SNAT/2002/1455 del 15 y 29 de noviembre de 2002,
respectivamente, dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y Tributario del
Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT). Así se decide.

III

PUNTO PREVIO

DEL PROCEDIMIENTO APLICABLE PARA EL TRÁMITE DEL AMPARO CAUTELAR

Como punto previo al pronunciamiento sobre la procedencia del amparo cautelar


solicitado, se impone reiterar en esta oportunidad algunas consideraciones en torno al
procedimiento a seguir en la tramitación de las solicitudes de amparo formuladas
conjuntamente con un recurso de nulidad, y en tal sentido es de destacar que mediante
Sentencias Nros. 1.050 y 1.060 del 3 de agosto de 2011, casos: Luis Germán Marcano y
Javier Marcial Salazar, respectivamente, (ratificadas, entre otras, en Sentencias Nos. 1.454,
327 y 00606 de fechas 3 de noviembre de ese año, 18 de abril y 30 de mayo de 2012,
casos: Arquímedes José Sánchez Rodríguez, Marcos Porras Andrade y Argemar Nazareth
Porras González y Proseguros, S.A., respectivamente), esta Sala Político-Administrativa
estimó que el trámite de las solicitudes cautelares en los procedimientos de naturaleza
contencioso-administrativa (con excepción de aquellas dictadas dentro del procedimiento
breve) previsto en los artículos 103 y 105 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, “no resulta el más idóneo para garantizar el derecho a la tutela judicial
efectiva (…) tomando en consideración las exigencias de brevedad y no formalidad,
contempladas en el artículo 26 (de la Constitución) para el restablecimiento, de forma
inmediata, de la situación jurídica infringida”.

De esa forma, se advirtió que al estar vinculado dicho amparo a la violación de


derechos y garantías de rango constitucional, debe examinarse y decidirse de manera
expedita (sin dilaciones indebidas), con el objeto de restablecer la situación jurídica que
hubiere sido lesionada, conforme al principio de tutela judicial efectiva.

Por tal motivo, la Sala consideró necesario aplicar nuevamente el criterio por ella
sostenido en la Sentencia N° 402 del 20 de marzo de 2001 (caso: Marvin Enrique Sierra
Velasco), esto es, antes de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, respecto al procedimiento que debía seguirse en los casos en
que se solicitara un amparo constitucional conjuntamente con la interposición de un
recurso contencioso administrativo de nulidad.

Así, se reiteró en los aludidos fallos 1.050 y 1.060, con base en la antes indicada
Sentencia N° 402, que: (i) cuando se interpusiere un recurso de nulidad conjuntamente con
una acción de amparo, este Órgano Jurisdiccional deberá pronunciarse provisionalmente
sobre la admisibilidad de la acción principal con prescindencia del análisis de la causal
atinente a la caducidad del recurso ejercido, debiendo resolver de forma inmediata la
pretensión de amparo cautelar formulada; (ii) de decretarse el amparo cautelar y formular
la contraparte oposición contra el mismo, deberá seguirse el procedimiento previsto en los
artículos 602 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, de conformidad con lo
establecido en el artículo 106 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa; y (iii) en el supuesto de declararse improcedente el amparo cautelar
solicitado, se remitirá el expediente al Juzgado de Sustanciación a fin que emita el
pronunciamiento correspondiente a la caducidad como causal de inadmisibilidad del
recurso principal.

Con fundamento en el señalado criterio, esta Sala Político-Administrativa, pasará a


pronunciarse, de manera provisoria sobre la admisibilidad del recurso de nulidad, para
luego examinar los requisitos de procedencia de la solicitud de amparo cautelar.
IV

DE LA ADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE NULIDAD


Corresponde a la Sala decidir provisoriamente sobre la admisibilidad de la
acción principal de nulidad por inconstitucionalidad e ilegalidad, contra las
Providencias Administrativas signadas con letras y números SNAT/2002/1419 y
SNAT/2002/1455 del 15 y 29 de noviembre de 2002, respectivamente, dictadas por
el Superintendente Nacional Aduanero y Tributario del Servicio Nacional Integrado
de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), publicadas en las Gacetas
Oficiales de la República Bolivariana de Venezuela Nros. 37.573 y 37.585 en fechas
19 de noviembre y 5 de diciembre de 2002, respectivamente, a los fines de revisar -de
ser el caso- la petición cautelar de amparo constitucional.

A tal objeto, deben examinarse las causales de inadmisibilidad contempladas


en el artículo 35 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa,
con excepción de la caducidad de la acción, de conformidad con lo previsto en el
Parágrafo Único del artículo 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, cuestión que será analizada por el Juzgado de
Sustanciación al momento de la admisión definitiva del recurso.

Hechas las observaciones pertinentes, aprecia la Sala que no se verifican en el


presente caso los restantes supuestos de inadmisibilidad (numerales 2, 4, 5, 6 y 7 del citado
artículo 35), en razón de que: (i) no se han acumulado acciones excluyentes; (ii) se ha
acompañado la documentación necesaria a los fines de la admisión preliminar del
recurso; (iii) no existen evidencias que se hubiere decidido un caso idéntico mediante
sentencia firme; (iv) no se aprecian en el escrito recursivo conceptos irrespetuosos; (v) la
demanda de nulidad no resulta contraria al orden público ni a las buenas costumbres;
y (vi) no se advierte alguna prohibición legal de admitir la acción propuesta.

Al no incurrir la solicitud bajo análisis en alguna de las examinadas causales de


inadmisibilidad previstas en el indicado artículo 35 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, se admite preliminarmente el presente recurso de nulidad
cuanto ha lugar en derecho. Así se declara.

DE LA SOLICITUD DE AMPARO CAUTELAR

Con el objeto de emitir el pronunciamiento correspondiente a la acción de amparo


incoada conjuntamente con el recurso de nulidad de autos, es menester destacar lo
dispuesto en el artículo 104 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, cuyo texto es del siguiente tenor:
“Artículo 104: A petición de las partes, en cualquier estado y grado
del procedimiento, el tribunal podrá acordar las medidas cautelares
que estime pertinentes para resguardar la apariencia del buen
derecho invocado y garantizar las resultas del juicio, ponderando
los intereses públicos generales y colectivos concretizados y ciertas
gravedades en juego, siempre que dichas medidas no prejuzguen
sobre la decisión definitiva.

El tribunal contará con los más amplios poderes cautelares para


proteger a la Administración Pública, a los ciudadanos o ciudadanas,
a los intereses públicos y para garantizar la tutela judicial efectiva y el
restablecimiento de las situaciones jurídicas infringidas mientras dure
el proceso.

En causas de contenido patrimonial, el tribunal podrá exigir garantías


suficientes al solicitante.” (Negrillas agregadas).”

De la norma transcrita se colige que el Juez contencioso administrativo puede -de


oficio o a petición de parte- decretar las medidas cautelares que estime pertinentes a los
fines de proteger a la Administración Pública, a los ciudadanos o a los intereses públicos y,
de esa manera, garantizar la tutela judicial efectiva y restablecer las situaciones jurídicas
infringidas.

Así pues, con el propósito de evitar una lesión irreparable o de difícil reparación en
el orden constitucional de ejecutarse una eventual decisión anulatoria del acto recurrido, lo
cual podría traducirse en un menoscabo al derecho fundamental a la tutela judicial efectiva;
esta Sala pasa a revisar los requisitos de procedencia de la medida de amparo cautelar
solicitada por los recurrentes, esto es, la existencia del fumus boni iuris y del periculum in
mora.

Con relación al fumus boni iuris, se ha dejado sentado en repetidas oportunidades


que su examen exige de la parte recurrente la argumentación y acreditación de hechos
concretos que permitan establecer una presunción grave de violación o amenaza de
violación de derechos constitucionales.

Respecto al periculum in mora, cabe reiterar que en casos como el de autos dicho
extremo es determinable por la sola verificación del requisito anterior, pues la circunstancia
de que exista una presunción grave de violación o amenaza de violación de derechos de
orden constitucional, o su limitación fuera de los parámetros permitidos en el Texto
Fundamental, conduce necesariamente a inferir que por la naturaleza de los intereses
debatidos y ante el riesgo inminente de causar un perjuicio irreparable en la definitiva a la
parte que alega la violación, debe preservarse -in límine- el ejercicio pleno de aquellos.

Frente a tal situación y con el fin de resolver la solicitud de amparo cautelar


planteada por el apoderado judicial de la sociedad mercantil recurrente, esta Sala observa
que la misma está fundamentada en (i) “detracción del derecho de propiedad”, (violación del
principio de capacidad contributiva), (ii) “afectación del Derecho de Propiedad”, (iii)
violación de la garantía de reserva legal en materia tributaria” - principio de legalidad
tributaria- (iv) violación del principio de no confiscatoriedad de los tributos
y (iv) transgresión del derecho de libertad económica.

(i) En primer lugar, denunció la “detracción del derecho de propiedad”, (violación del
principio de capacidad contributiva), ya que considera la recurrente que “(…) al adelantar
un impuesto indebido o no causado que para el momento de la determinación impositiva
pudiese generar excedente de créditos fiscales en virtud que durante un ejercicio fiscal mi
representada haya efectuado más compras que ventas, cuyo trámite de reintegro o pago de
lo indebido por parte de la administración es lenta afectándola el transcurso del tiempo y el
efecto de devaluaciones sobre la suma de dinero pagada que los que se le reintegrara con
menor valor ya que no se prevé en la Providencia la posibilidad de pagar lo reintegrado en
forma íntegra”.

Asimismo, estimó que se afecta su derecho de propiedad “debido a la alteración del


mecanismo previsto en la ley (…)al adelantar el pago de una supuesta obligación fiscal
establecida mediante un acto administrativo que probablemente no le corresponda una vez
efectuada la compensación entre créditos y débitos fiscales que establece la Ley del IVA”.

De acuerdo a lo expuesto, esta Sala observa que el derecho de propiedad encuentra


su consagración en el artículo 115 del Texto Constitucional, en los términos siguientes:

“Artículo 115.- Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona


tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La
propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y
obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de
interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social,
mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización,
podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.

Con base en la norma constitucional transcrita, se constata que si bien se reconoce


en forma expresa la existencia de derechos y garantías constitucionales, los mismos no son
en forma absolutos o ilimitados, sino que se encuentran sujetos a determinadas
restricciones que deben encontrarse acorde con ciertos fines, tales como la función social, la
utilidad pública y el interés general. Tales limitaciones deben ser establecidas con
fundamento en un texto legal, o en su defecto reglamentario que encuentre remisión en
una Ley, no pudiendo, en caso alguno, establecerse restricciones de tal magnitud que
menoscaben el contenido esencial de esos derechos o garantías constitucionales. (Vid.,
Sentencias de esta Sala Nros. 05685 y 00230 de fechas 21 de septiembre de 2005 y 10 de
marzo de 2010, casos: Alcodir, S.A.y Cervecería Polar, C.A.).
Por su parte, el principio de capacidad contributiva previsto en el artículo 316 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ha sido concebido como la aptitud
que tiene el contribuyente para soportar las cargas tributarias en su medida económica y
real, individualmente considerado, en un período fiscal y que actúa como límite material al
poder de imposición del Estado, garantizando la justicia y razonabilidad del tributo.

De esta manera, la capacidad contributiva constituye un principio constitucional


que sirve a un doble propósito, de un lado, como presupuesto legitimador de la distribución
del gasto público, y, de otro, como límite material al ejercicio de la potestad tributaria.
(Vid., decisión de esta Sala No. 00502 de fecha 24 de abril de 2008, caso: Pañales
Barquisimeto, C.A.).

De acuerdo a las consideraciones expuestas, se desprende de autos que el


representante en juicio de la contribuyente alegó la violación del derecho a la propiedad y
del principio de capacidad contributiva, toda vez que las Providencias Administrativas
impugnadas establecen una detracción anticipada del impuesto determinado en forma
presuntiva, al adelantarse de manera indebida o no causada.

Una vez efectuado el análisis del expediente, esta Máxima Instancia no encuentra
constancia en autos que la contribuyente haya presentado elementos que evidencien tales
perjuicios, sino que se limitó a exponer a lo largo de su escrito recursorio, una serie de
alegaciones y afirmaciones sobre los supuestos perjuicios que, a su decir, acarrearía la
aplicación de las Providencias impugnadas y los posibles daños que estas le causarían en su
derecho de propiedad y en cuanto al principio de capacidad contributiva, sin probar de
manera fehaciente cómo la aplicación de las mismas, constituye una presunción grave de las
violaciones o amenazas de violaciones denunciadas; observándose además, tal como lo ha
sostenido la jurisprudencia en materia cautelar, que tampoco demostró el grave daño o
daño irreparable que la sentencia definitiva, de ser considerada estimatoria de su
pretensión, le pudiera causar. En razón de ello, juzga esta Sala insuficientes los argumentos
sostenidos por las accionantes sobre tales puntos. (Vid., fallo No. 05656 del 21 de
septiembre de 2005, caso: Cartonajes Florida, S.A., ratificada en la decisión No. 02431 de
fecha 7 de noviembre de 2006, caso: Tovar Compañía Anónima, (TOVARCA)). Así se declara.

(ii) En lo referente a la denuncia de violación del principio de legalidad tributaria,


en la cual, a decir de la sociedad recurrente, incurren las Providencias Administrativas
impugnadas, sobre la base de que esta se produce por cuanto dichos actos administrativos
regulan aspectos del tributo sometidos a la reserva legal, al introducir modificaciones que
inciden sobre la base imponible y otros elementos esenciales del tributo, tales como el
establecimiento de sujetos pasivos y el mecanismo de determinación del tributo.

En tal sentido, la Sala estima necesario observar lo que sobre el particular dispone la
norma constitucional cuya violación se denuncia, la cual establece que:

“Artículo 317: No podrá cobrarse impuesto, tasa, ni contribución


alguna que no estén establecidos en la ley, ni concederse
exenciones y rebajas, ni otras formas de incentivos fiscales, sino en
los casos previstos por la ley que cree el tributo correspondiente.
Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio.

No podrán establecerse obligaciones tributarias pagaderas en


servicios personales. La evasión fiscal, sin perjuicio de otras sanciones
establecidas por la ley, podrá ser castigada penalmente.

En el caso de los funcionarios públicos o funcionarias públicas se


establecerá el doble de la pena.

Toda ley tributaria fijará su lapso de entrada en vigencia. En ausencia


del mismo se entenderá fijado en sesenta días continuos. Esta
disposición no limita las facultades extraordinarias que acuerde el
Ejecutivo Nacional en los casos previstos por esta Constitución.

La administración tributaria nacional gozará de autonomía técnica,


funcional y financiera de acuerdo con lo aprobado por la Asamblea
Nacional y su máxima autoridad será designada por el Presidente o
Presidenta de la República, de conformidad con las normas previstas
en la ley.” (Destacado de la Sala).
De la disposición citada se desprende, que el Texto Constitucional prevé como
requisito indispensable para el cobro de cualquier tributo y sus accesorios, que este se
encuentre establecido en una norma de rango legal, siendo uno de los fundamentos de
esta exigencia la seguridad jurídica de los potenciales sujetos pasivos de la obligación
tributaria.

Tal principio reviste una especial importancia en cuanto a los límites del Estado
para ejercer su potestad tributaria, específicamente respecto a la exigibilidad del tributo
y sus accesorios, pues ella dependerá de su consagración legal.

Respecto del principio de legalidad tributaria, la doctrina y jurisprudencia


coinciden al indicar que sus implicaciones básicas van desde el postulado
fundamental, conforme al cual la Administración sólo puede obrar cuando haya sido
legalmente facultada, hasta la reserva de ley concebida como un medio de protección
o garantía para la preservación de la propiedad privada y la libertad de disposición de
los derechos patrimoniales ante las restricciones impuestas y derivadas de los
tributos, en virtud de la cual pueden cobrarse determinados tributos cuando éstos
hayan sido previstos en la ley.

En orden a lo anterior, el señalado principio es visto como una de las características


propias del moderno Estado de Derecho, que comporta la subordinación del obrar de la
Administración Tributaria a la Constitución y las leyes; resultando este principio objeto de
estudios doctrinarios, los cuales coinciden al calificarlo como “una norma sobre normación”,
que comporta el establecimiento de las relaciones entre el ordenamiento jurídico en
general y el acto u actos emanados de la Administración. (Vid., Sentencia No. 05656 del 21
de septiembre de 2005, caso: Cartonajes Florida, S.A. y otros).

Por tales motivos, resulta evidente para esta Sala que dicho principio, tal como ha
sido concebido por nuestro Constituyente, se erige como un estatuto obligatorio para las
distintas ramas del poder público, es decir, como un mandamiento dirigido propiamente al
Estado para establecer los límites del ejercicio de las potestades conferidas a este en el
ámbito de la tributación; en consecuencia, en el caso sub examine la vinculación de este
principio con la legalidad configura un verdadero derecho subjetivo constitucional
susceptible de tutela judicial directa.

Ahora bien, respecto de la solicitud de amparo cautelar formulada por el apoderado


judicial de la accionante con base en la presunta violación del anterior precepto
constitucional, debe señalarse que la jurisprudencia ha señalado que para establecer el
“fumus boni iuris” o apariencia del buen derecho, debe basarse el juez en criterios objetivos
definidos extraídos del estudio del caso concreto, sin embargo en el asunto bajo examen, al
igual que ocurrió en un caso similar al de autos contenido en la Sentencia No. 01885 de
fecha 26 de julio de 2006 (caso: Ferre Colmenarez, C.A.), se advierte que dicho estudio
supondría una valoración anticipada del fondo de la controversia, ya que habría
necesariamente que revisar en el presente caso la Ley que establece el Impuesto al Valor
Agregado a la luz de la denuncia constitucional indicada, lo cual está vedado en esta etapa
del proceso, pues lo que se pretende con el ejercicio del amparo es la protección de manera
provisional de derechos y garantías constitucionales frente a hechos que se presumen
constituyen una amenaza o transgresión del derecho o garantía alegados como vulnerados,
motivo por el cual se desecha la denuncia que al respecto esgrimieran los apoderados
judiciales de las accionantes. Así se declara.

(iii) Adicionalmente, se observa que la empresa accionante denunció la violación


del principio de no confiscatoriedad del tributo, con fundamento en que las Providencias
impugnadas no permiten “obtener un margen de ganancia justo y razonable, libre o neto
después de su pago, es decir, cuando se absorbe una parte sustancial de la propiedad de la
renta (…)”.
Sobre dicho principio de no confiscatoriedad, cabe señalar que encuentra su
basamento legal en el mismo artículo 317 Constitucional, cuyo postulado
establece: “Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio”.

Así las cosas, esta Máxima Instancia ha sostenido que el referido principio encuentra
fundamento en la inviolabilidad del derecho de propiedad por vía de una tributación
desproporcionada y fuera del contexto de la capacidad para contribuir con las cargas
públicas, siendo en consecuencia, un límite a la imposición desmedida y una garantía a la
propiedad de los particulares.

En el ámbito impositivo, la confiscatoriedad de un tributo supone la apropiación


indebida de los bienes particulares por parte del Estado, en virtud de la aplicación de una
determinada normativa que desborda los límites de la razonabilidad por lo exagerado y
grosero de su quantum, en abierto detrimento de la capacidad de los particulares para
contribuir con las cargas fiscales.

De acuerdo a los fundamentos presentados por la contribuyente en su solicitud


cautelar de amparo, se verifica que los mismos resultan insuficientes a los fines pretendidos,
pues no reflejan de manera evidente la existencia de una lesión directa al denunciado
precepto constitucional de la no confiscatoriedad de los tributos, a cuyo efecto la
accionante debió sustentar con algún elemento probatorio, la forma bajo la cual le es
absorbida una parte sustancial de sus rentas como contribuyente especial, máxime a partir
de la naturaleza jurídica de los tributos, entendidos como la principal manifestación de la
potestad impositiva del Estado, y de los límites que condicionan su libre uso y
disponibilidad. (Vid Sentencia Nros, 949, 1439, 1626 y 383, de fechas 25 de julio de 2003, 23
de septiembre de 2003, 22 de octubre de 2003 y 21 de abril de 2004, Casos: Vicson,
S.A., Brenntag Venezuela, C.A., C.A. Seagrams de Margarita, y Eventos y Promociones de
Venezuela E/P/V, C.A.).
Con arreglo a lo anterior, resulta forzoso para esta Sala declarar improcedente la
denuncia planteada por la empresa accionante referente a la presunta violación del
principio de no confiscatoriedad de los tributos. Así se declara.

(iv) Decidido lo anterior, corresponde revisar lo atinente a la denuncia de violación


del derecho a la libertad económica, por cuanto “(…) queda limitado por una norma de
rango sublegal e igualmente debido a la imposición de la carga a mi representada, como
Contribuyente Especial de adelantar el pago de un impuesto que todavía no se ha causado
impidiéndole el libre ejercicio de su derecho a la actividad económica al no poder disponer de
un activo importante para la inversión y puesta en funcionamiento de su aparato
productivo”.

En este sentido, se observa que el artículo 112 de la Carta Magna, contempla el


principio del derecho a la libertad económica, el cual puede considerarse violado o
amenazado cuando existe una restricción que no encuentre soporte constitucional o legal, y
cuyo texto es del tenor siguiente:

“Artículo 112.- Todas las personas pueden dedicarse libremente a la


actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las
previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes, por
razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del
ambiente u otras de interés social. El Estado promoverá la iniciativa
privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así
como la producción de bienes y servicios que satisfagan las
necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa,
comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas
para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el
desarrollo integral del país”.

En el caso concreto, esta Sala observa que el apoderado judicial de la sociedad


mercantil accionante se limitó a plantear que las Providencias impugnadas violentan el
principio del derecho a la libertad económica, sin presentar elementos probatorios, que
hagan siquiera prima facie pensar en la vulneración de tal derecho; en otras palabras, no
consignaron ante esta Máxima Instancia elementos de convicción suficientes que
demuestren, en principio, la existencia de tal infracción. (Vid., Sentencia de esta Sala
Político-Administrativa dictada bajo el No. 00502 de fecha 24 de abril de 2008, caso: Pañales
Barquisimeto, C.A.).

Con fundamento en lo expuesto, se estima que en el caso de autos no se verifica en


esta etapa cautelar dicha violación o amenaza de violación del derecho a ejercer la
actividad económica en condiciones de libre competencia. Así se declara.

Con fundamento en lo expuesto, considera la Sala que en la presente causa no se


verifica el requisito del fumus boni iuris o presunción de buen derecho, al no haberse
constatado, en esta etapa del procedimiento, las presuntas violaciones de los derechos
constitucionales alegado por la parte actora, siendo innecesario examinar el segundo de
los enunciados extremos de procedencia de la medida cautelar peticionada, esto es,
el periculum in mora, por ser este determinable “por la sola verificación del requisito
anterior”. En consecuencia, resulta forzoso declarar improcedente la solicitud de amparo
cautelar formulada por el apoderado judicial de la sociedad mercantil Valencia Papelera,
C.A. Así se declara.

Ello así, se ordena remitir el expediente judicial al Juzgado de Sustanciación a los


fines de que se pronuncie sobre la causal referida a la caducidad de la acción. Así se declara.

VI

DECISIÓN

En virtud de las razones anteriormente expuestas, esta Sala Político-


Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la Ley, declara:

1) ACEPTA LA COMPETENCIA declinada por la Corte Segunda de lo Contencioso


Administrativo para conocer y decidir el recurso contencioso administrativo de nulidad
ejercido conjuntamente con acción de amparo constitucional por la sociedad
mercantil VALENCIA PAPELERA, C.A., contra las Providencias Administrativas distinguidas
con los números SNAT/2002/1419 y SNAT/2002/1455, dictadas por el Superintendente
Nacional Aduanero y Tributario del SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN
ADUANERA Y TRIBUTARIA (SENIAT), en fechas 15 y 29 de noviembre de 2002,
respectivamente, por medio de las cuales se designan a los Contribuyentes Especiales como
Agentes de Retención del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

2) ADMITE preliminarmente, sin perjuicio de la verificación por parte del Juzgado de


Sustanciación de la Sala lo atinente a la caducidad de la acción.

3) IMPROCEDENTE la solicitud de amparo cautelar formulada


conjuntamente con el recurso de nulidad interpuesto.

Se ORDENA la remisión del expediente al Juzgado de Sustanciación a los


fines de la continuación del procedimiento de ley.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Remítase el expediente al Juzgado de


Sustanciación a los fines pertinentes. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los diecinueve (19) días del mes de junio del año
dos mil doce (2012). Años 202º de la Independencia y 153º de la Federación.

La Presidenta

EVELYN MARRERO ORTÍZ

La Vicepresidenta

YOLANDA JAIMES
GUERRERO

El Magistrado

EMIRO GARCÍA ROSAS

Las Magistradas,

TRINA OMAIRA ZURITA

Ponente

MÓNICA
MISTICCHIO

TORTORELLA

La Secretaria,

SOFÍA YAMILE GUZMÁN

En veinte (20) de junio del año dos


mil doce, se publicó y registró la
anterior sentencia bajo el Nº 00733.

La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN

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