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El peso del cerebro al nacer hasta los 3 años incrementa cuatro veces de su peso
real, siendo hasta los 19 años que alcanza su máximo, de modo que pesa hasta
cinco veces más que al nacer, manteniéndose así hasta la edad media (45 o 50
años) en el que ocurre un declive lento sugiriendo que para la edad de 86 años el
cerebro habrá reducido su peso un 11%, esta reducción involucra el crecimiento
de los ventrículos y surcos corticales, de forma progresiva la sustancia blanca
disminuye a edades medianas, mientras que la sustancia gris es lineal con la
edad, esta disminución se ve mayormente reflejada en el lóbulo frontal, temporal
con un ritmo mayor en hipocampo y amígdala, siendo la cabeza y subículo del
hipocampo las zonas con mayor pérdida de volumen. Así mismo la zona frontal
inferolateral se ve afectada por la disminución de sustancia gris en temporal
medio, superior posterior, y áreas parietales posteriores, en edades de entre 50 y
70 años. Cabe resaltar que en los hombres la perdida de esta sustancia es a nivel
de hipocampo, mientras que en las mujeres es en área frontal alrededor de la
menopausia. Del lado de la sustancia gris esta disminuye en todas las partes del
cerebro habiendo mayor perdida en áreas frontales y temporales.
Los ancianos son capaces de regular sus afectos negativos más efectivamente
que los jóvenes focalizando sus recursos en la meta y usando estrategias
adecuadas a su edad, como la atención.
para los años 90 el DCL se definió como una alteración de la memoria que iba
más allá del propio envejecimiento pero que mantenía intacta otras funciones.
Petersen describo los criterios que correspondían a las personas destinadas a
desarrollar enfermedad de Alzheimer (EA), sin embargo, estos criterios se fueron
ampliando ya que se observó que no todos los afectados por alteración de la
memoria progresan a enfermedad de Alzheimer. Por ello en el congreso
internacional de 2003, los criterios de DCL se ampliaron a dos subtipos: amnésico
(alteración en memoria), y no amnésico (alteración de otros dominios cognitivos)
(Petersen, 2007).
Dentro de los criterios originales del DCL son: quejas de la memoria que han sido
evidenciadas por un informante, alteración de la memoria según edad y
educación, función cognitiva general preservada, actividades de la vida diaria
intactas, sin demencia. Cabe mencionar que cualquier queja debe corroborarse
con una evaluación del estado mental, si es posible neuropsicológica, por lo que si
la evaluación determina que el paciente sin estar demente ha experimentado
perdida cognitiva podemos hablar de DCL.
Según Drago et al, 2011, la memoria episódica y la fluidez semántica son los
marcadores neuropsicológicos de progresión de DCL a EA más probables. Por el
lado anatómico la atrofia hipocampal, el volumen ventricular y la atrofia cerebral
global son los marcadores mediante RM funcional con mayor evidencia. La atrofia
del lóbulo temporal correlaciona con la progresión del deterioro cognitivo en el
grupo con DCL, e incluye un decremento a lo largo del tiempo de las puntuaciones
en la clinical dementia rating y en MSSE así como un rendimiento peor en la
memoria inmediata de la subprueba de Memoria lógica de la Wechsler memory
scale.
Entre las pruebas sugerida para evaluar el DCL está el FREE AND CUED
SELECTIVE REMINDING TEST, EL CALIFORNIA VERBAL LEARNING TEST,
MEMORIA LOGICA O RECUERDO INMEDIATO, también se sugiere explorar las
funciones ejecutivas (capacidad de cambios, razonamiento, resolución de
problemas, planificación), lenguaje (denominación, fluidez, expresión y
comprensión), habilidades visoespaciales y control atencional (atención simple y
dividida, los trail making test, test de denominación de Boston, fluidez fonética y
semántica, copia de figuras y repetición de dígitos(Albert et al., 2011). La batería
neuropsicológica utilizada por Jack et al. (2012) para revisar los criterios de EA
subclínica incluía pruebas del WAIS-R (Wechsler adult intelligence scale), WMS,
AVLT (Auditory verbal learning test), TMT, test de fluidez de categoría y BNT. Se
valoraron cuatro dominios cognitivos: ejecutivo (Parte B del TMT, Clave de
números de WAIS-R); lenguaje (BNT y fluidez de categoría); memoria (Recuerdo
demorado de memoria lógica de WMS-R, Recuerdo demorado de reproducción
visual de WMS-R, Recuerdo demorado de AVLT) y visoespacial (Figuras
incompletas de WAIS-R, Cubos de WAIS-R).
Los sujetos con DCL vascular tienen un inicio más brusco de las quejas de
memoria y varios dominios de deterioro cognitivo con progresión episódica debido
a infartos lacunares y lesiones de la sustancia blanca por accidentes
cerebrovasculares transitorios. Zhou y Jia (2009) compararon las características
cognitivas de pacientes con DCL vascular, DCL prodrómico de EA y sujetos
normales de control en cinco dominios cognitivos. El grupo vascular presentaba
alteración de múltiples dominios cognitivos, mientras que la memoria y la función
ejecutiva se deterioraron principalmente en el grupo DCL-EA. En comparación con
los vasculares, estos pacientes realizaron relativamente peor las tareas de
memoria, pero mejor el procesamiento de las medidas de velocidad. La
combinación de la evocación con demora de listas de palabras, la Clave de
números (Symbol digit) y el tiempo de ejecución en la Parte A de la prueba de
Stroop categorizaban correctamente el 91,1% de los pacientes con DCL vascular y
el 86,7% de los pacientes con DCL-EA. Los pacientes con DCL-EA mostraron
mayor deterioro de la memoria con una velocidad de procesamiento mental
relativamente preservada en comparación con los pacientes con DCL-vascular.
Entre las escalas cognitivas breves más utilizadas en DCL encontramos la
Montreal cognitive assessment (MoCA), que incluye valoración de la orientación,
la atención, la fluidez verbal fonética, el lenguaje, el recuerdo inmediato y
demorado, la abstracción, las praxias constructivas y las funciones ejecutivas. El
MMSE (Mini-mental state examination) y el MEC (Miniexamen cognoscitivo) se
utilizan ampliamente en el contexto clínico pero no parecen muy sensibles en el
DCL. Las escalas de gradación de la demencia, como la Global deterioration scale
(GDS) y la Clinical dementia rating scale (CDR) también se usan en el DCL. Rami
y colaboradores han diseñado el T@M, test de alteración de memoria, para
diferenciar entre el DCL amnésico y la EA. Incluye cinco subtests que valoran la
codificación, la orientación temporal, la memoria semántica, el recuerdo libre y el
recuerdo facilitado.