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CANTAPALABRA #3

TE AMO

(Franco de Vita)

https://www.youtube.com/watch?v=nUW4eiW3Fv8

Ay si nos hubieran visto, estábamos allí sentados frente a frente,

No podía faltarnos la luna

Y Hablábamos de todo un poco y todo nos causaba risa, como dos tontos

Y yo que no veía la hora de tenerte en mis brazos y poderte decir:

Te Amo, desde el primer momento en que te vi

Y hace tiempo te buscaba y ya te imaginaba así

Te Amo, aunque no es tan fácil de decir

Y defino lo que siento con estas palabras: te Amo.

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡Ay Dios!” Dice el borracho al final de la
exposición de “Pedro Navaja”. Cientos de veces escuché esta canción de Franco de Vita sin
prestarle mucha atención, Y de pronto un día, me habló. Un día esta canción me sonó “con
diferencia”, y me alegró mucho descubrir diferencias en una canción que había incluso
acompañado al teclado muchas veces, sin prestarle mucha atención a la letra. Sí, ya sé que si
usted estimado lector, tiene cierta formación en los mitos y leyendas de la cultura occidental, le
resultara difícil creer que algo bueno pueda salir de una simple balada pop, al fin y al cabo,
“¿Quién es el hombre para tenerle en cuenta?”. Bueno, aun conservamos libertad de culto y me
me es legítimo darle valor a lo que mi inteligencia y criterio me sugiera, y la verdad es que
descubrí tres aspectos de esta canción, que, en mi opinión, merecen destacarse. En primera
instancia el efecto “in media res”, esto nos refiere a cuando en un texto literario el autor nos
introduce a lo que acontece sin preámbulo, en medio de una acción o suceso, dando la sensación
de llegar “en medio” de una narración o en medio de una conversación que se inició hace algún
rato, tal como hace Franco de Vita al iniciar la canción de esta manera:

…Ay, si nos hubieran visto, estábamos allí sentados frente a frente,

Es destacable que el efecto “in media res” se encuentra apoyado musicalmente por la oscilación
armónica del acompañamiento que repite una y otra vez el movimiento del subdominante a la
dominante, que resuelve finalmente en la última palabra de la línea: …frente y aún allí es retardada
la resolución a la tónica mediante una suspensión hasta la silaba “te” de la palabra frente. Este
bucle armónico lo escuchamos desde la introducción, y apoya el efecto literario diciéndonos de
alguna manera “y vamos hacia allá… y vamos hacia allá…y vamos hacia allá… Otra diferencia es
la recreación del tono conversacional, informal con el cual apoya las frases:
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Y Hablábamos de todo un poco y todo nos causaba risa, como dos tontos

No podía faltarnos la luna!

No habiendo extensión en una inmediata segunda estrofa, esta canción nos deja con las ganas de
saber más sobre la pareja antes de ir al Coro, y confieso que pensé: vaya Franco, ¿qué pasó? ¿se
te acabó el papel? ¿O te mata la flojera? Lástima, me quede con las ganas de disfrutar más de ese
uso del lenguaje conversacional en el cual describe la escena, que se complementa muy bien con
la melodía y con su manera de cantarla, con un tono de declamado con algo de ternura, de
dulzura, propio del estilo de De Vita, seguramente metabolizado de la canzone tradicional italiana
a la Doménico Modugno, género de canción que ha mencionado en algunas entrevistas como
influencia “inevitable”, a resultas de haber crecido escuchándolo en la casa familiar. Y el tercer
aspecto que rescato de esta canción con diferencia, es una idea en el Coro: “y hace tiempo te
buscaba y ya te imaginaba así”. Desde adolescente, me ha gustado esta idea romántica del amor
como predestinación, de buscar a alguien que hemos supuesto, anticipado, que aseguramos
conocer de antemano, y que nos permitirá un buen día, finamente, encontrar la ansiada paz. Me
gusta esa idea, que en de Vita es solo una frase lanzada en medio del coro, al igual que ocurre en
Mi gran amor de Augusto Algueró, que grabara Nino Bravo en 1971 y que arroja en algún momento
la frase: “pues siglos antes de encontrarte te presentí”, esta misma idea es el tema central en
canciones como “ Yo sé que estás” de Orlando Salinas, éxito de Los Ángeles Negros en 1972, “Te
conozco desde siempre” escrita por Manuel Alejandro y Ana Magdalena, muy popular en la
versión de José Luis Rodríguez de 1982, y es también la idea central en “Te Conozco” escrita y
cantada por Silvio Rodríguez, para la película “Como la vida misma” de 1985, canción desarrollada
sobre esa idea de la pareja ya tan imaginada, desde siempre.

TE CONOZCO

(Silvio Rodríguez)

(Mp3 adjunto)

De niño te conocí, entre mis sueños queridos,

Por eso cuando te vi, reconocí mi destino.

Cuando pensaba que ya no iba a ser, lo que soñara de pronto vino.

Tanto que yo te busque, y tanto que no te hallaba,

Que al cabo me acostumbré, a andar de tanto de nada.

Cuánto nos puede curar el amor, cuánto renace de tu mirada.

Te conozco, te conozco desde siempre, desde lejos.

Te conozco, te conozco como a un sueño bueno y viejo.

Es por eso que te nombro y te conozco.


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El lago parece mar, el viento sirve de abrigo,

Todo se vuelve a inventar, si lo comparto contigo.

La única prisa es la del corazón, la única ofensa, tener testigos.

Observemos que el encuentro con la pareja por tanto tiempo imaginada, es el eje central de la
canción. La primera estrofa nos presenta la idea contándonos sobre el pasado, sobre cómo quien
habla, ha anticipado a esa persona desde muy temprana edad:

De niño te conocí, entre mis sueños queridos

De inmediato nos lleva al pasado más reciente, al encuentro:

Por eso cuando te vi, reconocí mi destino.

Y como es característico de estas formas de versos tripartitos, la tercera línea introduce alguna
clase de introspección, de reflexión:

Cuando pensaba que ya no iba a ser, lo que soñara de pronto vino.

Esta estructura se repite en las tres estrofas, siempre resultando que las dos primeras líneas sean
dependientes y la tercera línea sirva como complemento a la vez que cierre de la estrofa. Esta
estructura se repite en el coro, aunque con inevitables reiteraciones de contenido, que no
casualmente dan titulo a la canción: Te conozco, te conozco… existe autonomía de las dos primeras
líneas entre sí, con la tercera línea cumpliendo su rol de complemento y cierre, en su caso no solo
del coro sino de la canción misma: Es por eso que te nombro y te conozco. Destaquemos la
estructura tripartita del texto, tanto en las Estrofas como en el Coro:

Estrofas

1era línea - De niño te conocí, entre mis sueños queridos,

2da línea (que depende de la 1era) - Por eso cuando te vi, reconocí mi destino.

3era línea – (que cierra) Cuando pensaba que ya no iba a ser, lo que soñara de pronto vino.

Coro

1era línea - Te conozco, te conozco desde siempre, desde lejos.

2da línea - (reiterativa y a la vez independiente) Te conozco, te conozco como a un sueño bueno y
viejo.

3era línea - (cierre) Es por eso que te nombro y te conozco.

Escuchémosla de nuevo y esta vez por favor prestemos especial atención a la prosodia,
a como las frases literarias coinciden con las frases musicales de manera casi perfecta,
tanto en la coincidencia del número regulado de sílabas y notas, como en la agógica, el
manejo del flujo de la energía melódica, sus oscilaciones tanto como su contención al
final de las frases. Es poca respuesta asombrarnos, ante la inmediatez del producto final
subido a una estructura clásica como esta, bastante compleja en su estructura métrica
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como en sus interioridades. Nos maravillamos sobre todo ante el rico universo que
podemos encontrar en una simple canción.

Como mis preferidas, destaco las frases:

-Tanto que yo te busque, y tanto que no te hallaba-

-La única prisa es la del corazón, la única ofensa, tener testigos-

-Te conozco como a un sueño bueno y viejo-

Podríamos extendernos en el análisis y degustación de música y versos tan hermosos,


pero se haría muy larga la conversa. Creo que dejarlo hasta acá es sensato, y suficiente
para mostrar lo que hace la diferencia.

Gracias por leer.

Regulo Castro

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