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Actualmente son muchos los errores que los padres cometemos en la crianza de nuestros hijos, la
sobreprotección, el rechazo, la indiferencia, la comparación, el exceso o la falta de límites, la
carencia de abrazos y de ternura, los gritos, el no tener en cuenta las opiniones de los niños, entre
otros, son factores que inciden de manera significativa en la crianza y la formación de nuestros niños
trayendo como consecuencia un deterioro en la formación de su personalidad, lo que conlleva que
al crecer sean adultos tímidos, violentos, inseguros, sin autoestima y muchos otros defectos que
generan en ellos un quebrantamiento de las relaciones intrapersonales e interpersonales.
Los niños cimientan su subjetividad a partir de los primeros vínculos y por ello se hace necesario la
adquisición de límites. Los límites siempre harán parte de nosotros, están inmersos en nuestra
cultura.
Es gracias a los límites que el niño aprende que toda acción trae consigo una consecuencia, bien sea
positiva o negativa. Son una guía, que le indican al niño qué se puede o se debe hacer y qué no, son
reglas que ordenan sus comportamientos y le permiten una mejor percepción de la realidad, al
reconocer lo incorrecto de lo correcto. Los límites además le brindan al niño la oportunidad de
pensar, de tomar la iniciativa y buscar soluciones. Asimismo, favorecen el desarrollo de la identidad
y fomentan la autonomía, constituyéndose en los cimientos para la formación de adultos fuerte
física, mental y espiritualmente, capaces de responder a los retos que el mundo les impone.
3. ¿Qué estrategias se pueden implementar en el ambiente escolar para lograr que los niños(as)
cumplan las normas establecidas.
4. Dar ejemplo
5. Respetar las opiniones de los niños y tenerlos en cuenta al momento de establecer las normas,
hacerlos participes en la construcción de los mismos.
6. Felicitarles cuando las cumplen con agrado, reforzando en ellos la conducta positiva.
7. Tener un ambiente preparado y adecuado, en el cual los niños se sientan a gusto y puedan
fortalecer sus aprendizajes.
8. No gritarles, sin embargo, se debe manejar con ellos un tono firme y serio.