Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Universidad
“Psicoanálisis, psicoanalistas y género”
Entrevista a Irene Meler
por Emilia Cueto, pág. 36
y Psicoanálisis
Carlos Paola, autor de Desde el sillón del
padre (Letra Viva Editorial)
por Nicolás Cerruti, pág. 42
el aspecto desinteresado, universal, objetivo del conocimiento; tar al psicoanálisis o viceversa, y no ha sido, precisamente, la
existencia de lo que podría llamarse ‘los circuitos reservados soberbia la que ha permitido avanzar al saber pues bien decía
del saber’, aquellos que se forman en el interior de un aparato Freud en el “Breve Informe sobre el Psicoanálisis” de 1924: “hay
de administración...”, entonces es posible (¿es posible?) decir algo que no debe olvidarse: por sí solo el psicoanálisis no pue-
que el psicoanálisis nada tiene que ver con esto. La explicación de brindar una imagen completa del mundo” y de eso se tra-
es aparentemente simple: el psicoanálisis habría producido una ta en la “Universitas”, de una imagen completa del mundo que
revolución que subvierte la tradicional posición egológica y lo- luego discutiremos, abandonaremos, enriqueceremos, destrui-
gocéntrica de la subjetividad... el psicoanálisis ha subvertido al remos, pero es a partir de la cual construimos porque la Uni-
sujeto y a partir de esto ya nada puede ser igual. versidad no debe ser sacralizada, se puede –y debe– criticarla,
Pero, ¿sería factible que la institución universitaria –haciendo y es esta tarea crítica, tal vez, una de las tareas más urgentes;
gala de lo de “Universitas” que su fundamento contiene–, pu- como es urgente, también, entender de una vez y para siempre
diera “contener” también al psicoanálisis? ¿Sería posible que que la verdadera crítica jamás ha significado el desprecio por
en una institución así “funcionara” la enseñanza del psicoaná- el saber o el conocimiento que no se comparte.
lisis? ¿Qué podría esto significar?, ¿que el psicoanálisis ha sido Adherimos a un pensamiento que entiende que el fin del sa-
domesticado o que la Universidad ha sido subvertida? Complica- ber de las ciencias “humanas” no debe ser constituir al hom-
dos los dos caminos. bre sino disolverlo; es decir, hacer estallar la praxis totalizan-
Deberemos afirmar sobre esto con Foucault: “es preciso no te y recoger sus fragmentos a los que el esfuerzo recompondrá
hacerse ilusiones sobre la modernización de la enseñanza, so- conforme a otro plan; ¿es tarea del psicoanálisis presentar otro
bre su apertura al mundo actual [...]. En el corazón del huma- plan? Creo que eso significaría presentar al psicoanálisis como
nismo está la teoría del sujeto (en el doble sentido del térmi- una nueva filosofía imbricada en una pelea por su lugar entre
no). Por esto el Occidente rechaza con tanto encarnizamiento las muchas que se han disputado y disputan la “interpretación”
todo lo que puede hacer saltar este cerrojo. Y este cerrojo pue- del mundo; es otra su tarea.
de ser atacado de dos maneras; ya sea por un ‘des-sometimien- Cada sociedad se ve a sí misma a través de sus instituciones,
to’ de la voluntad de poder [...], ya sea por un trabajo de des- sus creencias, sus normas; se identifica con ellas y disimula la
trucción del sujeto como pseudo-soberano [...]”. naturaleza profunda de sus operaciones, de sus categorías; hay
¿Incluir al subvertidor del sujeto en la institución humanística entonces una tarea de desciframiento a hacer, pero este des-
por excelencia significa haber comenzado la tarea de “destruc- ciframiento que presenta el psicoanálisis es un conocimiento
ción” del sujeto como pseudo-soberano, o es más bien haber co- que avanza en contra de otro conocimiento –con Barthes he-
menzado la tarea de destrucción de lo que de subversivo tiene el mos aprendido que quizás lo propiamente científico resida en
psicoanálisis? ¿No es ese acaso el propósito de la Universidad? destruir la ciencia precedente, pero ello implica, ante nada, re-
Pero tengo dudas sobre si algo de todo esto es realmente per- conocerla y conocerla como tal– aunque hay quienes han en-
tinente. ¿Por qué? Porque no existe, al menos en Argentina, al tendido esto en el sentido no de un saber de desplazamiento –
menos todavía, la carrera universitaria de psicoanálisis; enton- en el sentido freudiano del término– sino en el de una batalla
ces, si alguna vez esto se plantea habrá llegado el momento de con la/las psicología/a o la/s psiquiatría/s olvidando que hoy
preguntarse si es posible, o aconsejable, o permisible o iluso- la ciencia es plural, que no existe una ciencia sino ciencias y
rio; mientras, el contexto es otro y eso precisa ser destacado. que las fronteras entre ellas son difíciles de mantener y todo li-
Lo que existe es la carrera de Psicología. Elemental punto ol- derazgo, en ese sentido, es precario.
vidado a menudo. Es la Psicología en la Universidad, nos guste Así, el estudiante de Psicología no podrá acceder “cabalmen-
o no, la que ha tendido –a veces– una mano al psicoanálisis y le te” al psicoanálisis –en el sentido de la práctica y aplicación;
ha permitido ingresar en los círculos áulicos. ¿Se ha apropiado ya Lacan ha dicho que la enseñanza del psicoanálisis no puede
de él? Quizás sea a la inversa, si tenemos en cuenta el uso y abu- trasmitirse de un sujeto al otro sino por las vías de una trans-
so que del psicoanálisis se hace en las cátedras “psicológicas”. ferencia de trabajo– pero accederá a “algo” del psicoanálisis y
Llega uno a pensar ante este confuso panorama que ser psicó- no a la menos importante de sus aportaciones: la cuestión del
logo casi implicaría ser psicoanalista aunque el psicoanálisis se “sujeto” del inconsciente, ese sujeto dividido contra sí mismo.
encargue de aclarar que no ha menester ser psicólogo para ser Y entonces ¿qué psicoanálisis recorrerá?
psicoanalista. Pero que la Psicología se ha merecido el relevan- En este debate apelaría al Leibniz del Philosophische
te papel y lugar entre las ciencias “humanas” (si es que después Schringten: “El género humano, considerado en relación con
de Barthes, Lacan o Foucault, para nombrar sólo algunos, que- las ciencias que sirven a nuestra felicidad, me parece semejan-
da algo que así pueda llamarse) que hoy ostenta, eso no dudo te a un rebaño de gente que marcha en confusión por las tinie-
que es indiscutible. Que sus aportes a la tan meneada interdis- blas, sin tener ni un jefe ni orden ni palabra ni otro signo con
ciplinariedad fueron nodulares, tampoco creo que pueda discu- que regular la marcha y reconocerse. En lugar de caminar de
tirse; que los psicoanalistas deben abandonar ese dejo peyora- la mano para guiarnos y asegurar nuestros pasos, corremos a
tivo con el que se refieren a ella es no sólo una urgencia, es vi- lo loco y a través, chocando unos con otros, lejos de ayudar-
tal para el propio progreso del psicoanálisis. Pero esto está hoy nos y sostenernos [...] Vemos que lo que más podría ayudar-
muy enrevesado, el paradigma de las psicologías se inclina cada nos sería aunar nuestros trabajos, compartirlos con ventajas y
vez más hacia lo conductual o cognitivista, y la enseñanza del regularlos con orden; pero, por el momento, apenas se llega a
psicoanálisis decrece en forma alarmante en las universidades. lo difícil y que nadie ha esbozado aún, y todos corren en masa
La Psicología tiene su lugar, indiscutible, prolífico, instituido; a lo que otros ya han hecho, o se copian e incluso se combaten
el psicoanálisis aún pelea el suyo o, quizás, ni siquiera esté inte- eternamente [...]”.
resado en esa batalla, o, y esto es lo que entiendo, deba perder Se trata, pues, de no correr a lo loco ni de combatirse eter-
esa batalla, no acceder a “un lugar propio” en el contexto de un namente aunque no parecen estos los tiempos para serenarse,
saber “humano” que sus propios postulados ponen en cuestión. justamente tiempos en los que todo tambalea y en los que cabe
Pero sería una soberbia que nada tiene que ver con la institu- nuevamente recurrir a la frase con la que Freud concluye “El
ción universitaria decir que poco tiene la Psicología para apor- Malestar de la Cultura”: “¿quién puede prever el desenlace?”
Ensayo psicoanalítico
Colonización de la subjetividad
Los medios masivos en la época del biomercado
Nora Merlin, Letra Viva, Buenos Aires, 2017
Los planteos de este libro dad del capitalismo en su ac- la subjetividad. Para dar cuen-
apuntan a poner en cuestión tual versión neoliberal, ¿cómo ta de ella es necesario delimitar Lic. Alberto Larroque
que el neoliberalismo y la con- pensar una salida de este dis- el alcance de los medios de co- UBA
centración comunicacional en curso? ¿Qué resta al circuito de municación en su relación con Psicoanalista
manos de unos pocos grupos la mercancía? ¿Qué alternativa la verdad y el poder. Tratándo-
son compatibles con la demo- plantear al mercado? La hipó- se del poder y sus relaciones de Consultorio en
cracia. Además de protagoni- tesis del sujeto efecto del len- fuerza, no es casual que com- Medrano y Corrientes
zar una distribución económi- guaje permite hacer compare- parezca el filósofo Spinoza, lo
ca injusta, el monopolio de los cer las diferencias singulares, que le otorga una enjundia es-
medios de comunicación ejer- cuya existencia supone un lí- pecial a su apuesta teórica. Cel. 1564912514
ce una concentración simbóli- mite al avance del totalitarismo Jorge Alemán
ca de sentidos que se imponen y el racismo fogoneados por el
y construyen la opinión públi- monstruo tanático neoliberal. “Lo mejor de nosotros aún no ha nacido”
ca, la sociedad y “la verdad” Nora Merlin
en una batalla cultural des- LIC. JUANA KOSLO
igual. Como corolario se obtie- Entrecruzando distintas he-
ne una subjetividad manipula- rramientas teóricas —la razón PSICOANALISTA
da y producida por el marke- populista, la izquierda lacania-
ting, reducida a una cifra y so- na y la enseñanza de Lacan— TE. 4957-0765
metida constantemente a pro- el libro de Nora Merlin afronta juanamariakoslo@gmail.com
cesos de uniformidad y homo- con rigor la lógica implícita en Aranceles accesibles
genización. Dada la circulari- los modos de colonización de
Primer cuatrimestre
2º y 4º viernes del mes
19 a 21 hs
Comienza el 23 de marzo de 2018
Ensayo psicoanalítico
Lenguajes y discursos
CURSOS DE VERANO Interdisciplina, transdisciplina, Universidad,
Meses de Febrero y Marzo 2018 Hospital, Institución Psicoanalítica
Vacantes limitadas – Inscripción previa
CURSO 1: Herramientas prácticas para la actividad del psicólogo Juan Manuel Rubio, Letra Viva, Buenos Aires, 2018
en el ámbito forense
El discurso de las novedoso, cuando en
ciencias ocupa el lugar realidad se alinea a lo
de discurso de referen- que fue base en el modo
cia y no sólo en el ám- de acceso de Descartes
bito académico. A dife- en su pionero Discur-
rencia de otras épocas, so del método. Si bien
en nuestro mundo oc- poner en evidencia es
CURSO SOBRE MMPI-2 cidental no trae incon- también desenmasca-
venientes dudar de una rar, descubrir algo que
CURSO SOBRE PSICODIAGNÓSTICO DE RORSCHACH “palabra divina”, sin estaba oculto, para el
embargo nadie se ani- fin con que se lo emplea
CURSO: INFORME PERICIAL, IMPUGNACIÓN maría a dudar de las “verdades se la define como aquello de lo
reveladas” a través de los “des- que no se puede dudar, que po-
Y CONTESTACIÓN DE LA IMPUGNACIÓN. cubrimientos” científicos. Esto see una certeza clara y manifies-
es llamativo porque es propio de ta. Es así que a tales evidencias
SEMINARIO INTENSIVO SOBRE DAÑO PSÍQUICO tal discurso que sus verdades son se las ha diferenciado en obser-
siempre parciales y provisorias. vacionales, probables y probato-
Tal discurso tiene el acento rias. Por eso se cree que tal abor-
puesto en el método, al que se daje permitiría la observación co-
considera como único válido, y rrecta y la inferencia justa, a par-
suele acentuarse que está “cen- tir de resultados positivos, medi-
trado en la evidencia”. A esta for- dos objetivamente y transmitidos
mulación se la toma como algo con la precisión aritmética.
Comienza el 7 de ABRIL
El psicoanálisis Simondon
en la escena contemporánea Una filosofía de lo transindividual
Adriana Bauab, Escuela Freudiana de Buenos Aires, 2017 Muriel Combes. Cactus, Buenos Aires 2017
El psicoanálisis en la esce- soslayables que balizan nues- ¿En qué se recono- con el espíritu, tensio-
na contemporánea, es el nom- tra práctica –las del descubri- ce el simondonismo? narlas juntas, para ins-
bre que elegí para decir de una miento freudiano al que retor- Esta pregunta, lan- cribir una fidelidad re-
clínica inmersa en los últimos nó Lacan reinventando el psi- zada desde el prólo- belde, o una respetuo-
años del siglo XX y los prime- coanálisis– articuladas al to- go de este libro, y que sa infidelidad.
ros del XXI, y de algunas trans- rrente de novedades que nos se nos impone por el Como Simondon no
formaciones –a veces sutiles– trae la era digital. peso que adquiere hoy es Uno, como no po-
que afectan la “situación analí- Cimbronazos de esta contem- la obra de Simondon, dría serlo, conviven en
tica”. El subtítulo Cuerpo, sínto- poraneidad que reclaman una debía necesariamente él varios, y sus apues-
ma, arte, especifica esos lugares ética que aloje al sujeto, que re- encontrar en su cami- tas ético-políticas (que
donde las variantes de lo con- conozca su singularidad, la de no a Muriel Combes. acompañan su filo-
temporáneo juegan sus cartas sus goces. Es aquí que el acto Pues su intento se revela como sofía) son también varias. Te-
a lo invariante del inconsciente analítico encuentra su lugar. uno de los más consistentes a nemos, dice Combes, junto al
estructurado como un lenguaje. la hora de comprender el al- pensador-de- la-técnica, refor-
Los albores de este segundo cance de las tesis del pensador mador de la educación, regula-
milenio con sus múltiples cam- de la individuación, y de reco- dor de un modo de relación con
bios, conmoción de los escena- rrer sus impensados, es decir las máquinas, el Simondon de
rios conocidos, de los valores amplificarlo. lo transindividual, de la expre-
heredados de la modernidad y No es este un libro cómodo. sión en lo colectivo de la carga
los avances científicos y tecno- Combes tensiona en su lectu- de ser preindividual que somos
lógicos nos colocan a los analis- ra la letra de Simondon, como (exceso y no falta) y que nos
tas ante una estimulante apues- quien agita un líquido con el impide cerrarnos en un indivi-
ta: la del porvenir del psicoa- fin de descubrir sus valencias duo, que nos empuja a la trans-
nálisis. Por eso hallé interesan- inherentes, o como quien talla formación incesante, al afectar
te enfatizar las invariantes in- la madera a fin de seguir sus y ser afectado. Combes previe-
vetas-fuerzas. Es decir, fiel a Si- ne que el primero, sin el segun-
Autismo mondon con el método de Si- do, corre el peligro de “normar
mondon, busca reunir la letra lo inmanente”.
Autismo Psicoanálisis con niños
Cómo intervenir, desde la infancia a la vida adulta
Victor Luis Ruggieri | José Luis Cuesta Gómez (comps), Letra, Sonidos y Dibujos
Paidós, Buenos Aires 2017 Psicoanálisis con niños
Esta obra aborda en yor o menor rendimien-
profundidad, desde un to cognitivo, el apoyo a Liliana Donzis, Lugar, Buenos Aires 2017
enfoque actualizado e las familias, la inclusión
En cada niño y en cada histo- Gracias a los enlaces RSI, el
interdisciplinario, el aba- escolar, la comprensión
ria de infancia se teje un anuda- dibujo, aun el más primitivo, es
nico de necesidades y de los procesos psicoló-
miento singular con las hebras un acto del decir puesto en el
opciones de intervención gicos y cognitivos que
de las tres dimensiones del len- espacio, que es diferente de la
actualmente disponibles definen el comporta-
guaje. La lengua materna y sus significación del dibujo y que
para tratar los Trastor- miento de las personas
efectos nos invitan a mantener como el juego, es una de las
nos del Espectro Autista. con TEA, los fármacos
la propuesta freudiana y laca- fuentes en las que se destaca la
La enorme experiencia en inter- utilizados, las terapias alterna-
niana del parlêtre, hablante ser, emergencia del sujeto. Letras
vención de los profesionales que tivas (sin base científica demos-
aun con los niños que parecen sexuadas, sonoras y gráficas.
han escrito los diferentes capítu- trada), los apoyos naturales –
no haber entrado en el lengua-
los, sin dudas su valor añadido, como el voluntariado– y la im-
je. Esta experiencia fue compro-
la dota de un enfoque eminen- portancia de la comprensión de
bada con padres que no pueden
temente práctico. Las propues- las bases genéticas para el desa-
transmitir sino una lengua au-
tas presentadas están basadas rrollo de nuevos tratamientos.
tistizante, congelada y sin tona-
a la vez en los estudios más ac- Obra de altísimo nivel acadé-
lidad. En la cura de un niño gra-
tualizados sobre autismo y en mico, orientada fundamental-
ve en un momento preciso pue-
los criterios científicos que defi- mente hacia la praxis, Autismo
de ocurrir un despertar, un so-
nen una buena práctica. será de gran utilidad para pro-
nido cualquiera surge desde la
En Autismo se avanza sobre fesionales de la salud y la edu-
verbosidad y el canturreo pro-
aspectos como la intervención cación de todos los niveles y
duce una discontinuidad, una
temprana, la planificación y el modalidades, así como para pa-
palabra que constituye un so-
desarrollo de programas de in- dres y familiares deseosos de in-
plo de sentido en lo real.
tervención con personas de ma- formación probada y confiable.
www.elSigma.com
Seguinos en
Universidad y Psicoanálisis
El psicoanálisis en la universidad
quienes la literatura es lo que se escribió antes que ellos. Más
Escribe nos vale atender a lo contemporáneo.
Esto nos lleva a otra cuestión, que quiero plantear: el neto
Gabriel Belucci
predominio de lo europeo –y, más específicamente, francés–
gbelucci@gmail.com frente a una producción propia que, en muchos casos, se ve re-
presentada en comentarios eruditos de otros autores, estos sí
originales. ¿Debemos tomar esto como un índice de la pobreza
“Entre todas las que se proponen en el siglo, la obra del
psicoanalista es tal vez la más alta porque opera en él como
entre nosotros de una producción original? No lo creo así. Más
mediadora entre el hombre de la preocupación y el sujeto bien podríamos pensar en la vigencia, entre muchos psicoana-
del saber absoluto. Por eso también exige una larga asce- listas argentinos, de un ideal que reviste la palabra de quien-
sis subjetiva, y que nunca sea interrumpida”. quiera provenga de esas latitudes de un prestigio automático,
J. Lacan aun cuando sus méritos sean a veces discutibles.
Lo cual lleva a una tercera cuestión, tal vez la más interesante:
1.
La extraterritorialidad del psicoanálisis a la universidad ¿en razón de qué el psicoanálisis surgió y floreció en determi-
forma parte de los lugares comunes de nuestro campo. nados ámbitos y no en otros? ¿Por qué arraigó entre nosotros?
Es preciso matizar esa tesis. En primer lugar porque Destaca una coincidencia: tanto la Austria-Hungría de Freud
las carreras de Psicología, al menos en la Argentina, parecen como la Francia de Lacan eran antiguos imperios que, pasado
derivarse directamente de la propuesta freudiana del «análisis el cenit de su poder político, se beneficiaron del sedimento de
profano». Al separar el ámbito médico, que recorta una fisio- una extensa tradición intelectual, que precipitó en momentos
logía desligada de su relación al lenguaje, de lo que hoy llama- de un brillo raramente alcanzable. Ello no fue sin su reverso: en
ríamos el «campo de la subjetividad», Freud toma partido de- ambas naciones se dejaba sentir el resquebrajamiento del anti-
cididamente: la formación de los psicoanalistas no es deudora guo poder, lo que introdujo una dimensión de lo que no anda,
de esa fisiología, sino de aquellas disciplinas que nos permiten del síntoma, que difícilmente podía resonar de ese modo en
fundar una lectura del sujeto, en su relación al Otro. La antro- geografías en las que el success era la norma. Ello dio marco a
pología, la lingüística, el estudio de las religiones, la literatura, la emergencia y posterior reinvención del psicoanálisis, que no
la historia y una filosofía, cuyo interés para nosotros rescatará es otra cosa que una política del síntoma.
Lacan, son sólo algunas de las apoyaturas que el psicoanálisis La Argentina, por otra parte –lo reitero– está estructurada
toma y que le permiten decantar sus conceptos. como un síntoma. En nuestra historia, ese síntoma toma la for-
Si bien las currículas de Psicología han incorporado en dis- ma de un progreso siempre prometido y cada vez frustrado. Eso
tinta medida esos fundamentos, está fuera de duda que su ra- no nos vuelve impermeables a los efectos del discurso capita-
zón de ser, en su diferencia con la medicina, es justamente el lista, como no dejamos de constatar con cierta alarma, dadas
operar sobre la subjetividad. Conviene recordarlo en un mo- sus consecuencias políticas. Sí le da al psicoanálisis un margen
mento en el que se esgrime nuevamente la pretendida subor- distinto, ya que como discurso y como práctica, se asienta en
dinación de las prácticas «psi» a la tutela médica. Es siguien- lo irreductible de un real. Afirmo, entonces, lo siguiente: de la
do esa vía como se incorporarán a esas currículas numerosas posibilidad de pensarlo en sus variantes, en sus distintas inci-
materias que hicieron de la teoría psicoanalítica su eje. Tal el dencias –a lo que no es ajena la época–, de poner en acto dis-
estado de las cosas. positivos que den cuenta de eso, de esa posibilidad depende
Por otro lado, la universidad ha sido, en nuestro país, uno de que el psicoanálisis tenga un porvenir. Y eso, afirmo también,
los ámbitos de producción y circulación fundamentales del psi- no será sin la universidad, en la medida en que esté abierta a
coanálisis, y punto de partida para la formación de una gran ese movimiento de la Babel presente.
mayoría de analistas. Ello no sólo es cierto en lo concerniente
3.
a los cimientos teóricos de esa formación, sino en lo que nom- Nuestra presencia en la universidad, hoy, nos exige es-
braré «la puesta en marcha de un deseo», aunque sus raíces tar a la altura de los tiempos, al menos doblemente.
puedan leerse, après-coup, en otra escena. En principio, por lo impostergable de incluir esa sub-
jetividad de nuestra época que Lacan ponía como condición al
2.
Volvamos sobre el estado de las cosas, para pregun- despuntar su enseñanza. ¿De qué modos hacerlo? A mi enten-
tar: ¿qué se enseña? Incluso en las universidades en der, eso no sólo supone una periódica revisión de los progra-
las que el psicoanálisis tiene carta de ciudadanía, la mas de materias troncales del grado, sino de la estructura cu-
enseñanza de sus conceptos se circunscribe en buena medida a rricular misma. La inclusión de materias electivas, seminarios,
los nombres fundacionales y las bases conceptuales de su pen- prácticas de diversa índole, sin duda es también un modo. A
samiento. Ello tiene sin dudas su razón, ya que es allí donde eso se agregan los cada vez más numerosos y diversos cursos,
esas bases se podrán establecer con solidez. Llama la atención, programas y carreras de posgrado, que le dan a la formación
sin embargo, el escaso avance sobre otras complejidades, tanto conceptual en psicoanálisis una amplitud de posibilidades im-
de esos nombres fundacionales como de muchos que, con ellos pensada hace unos años.
y más allá de ellos, han abierto otros caminos al psicoanálisis. No va de suyo, sin embargo, que por su sola existencia demos
Y esto no es un detalle: la riqueza del psicoanálisis en nues- cuenta del impacto de la época en el sujeto y de los modos en
tros días descansa en buena medida en esa ampliación de sus que nuestros dispositivos podrían hacerle lugar. Importa que los
horizontes conceptuales y prácticos. De no tenerlo en cuenta, diseños curriculares y los planteles docentes se nutran de quie-
corremos el riesgo de proceder como aquellos escritores para nes, en su práctica y en su conceptualización, van por esos cami-
https://www.facebook.com/rorschachadistancia
info@rorschachonline.com.ar
PSICOANALISTA
Lic. María Daniela Cañizal
Lic. en Psicología - UBA
Psicoanálisis
Niños, adolescentes y adultos
Zona Sur, Banfield Zona Caballito
Clínica 11-2-666-2423
Psicoanalítica
Turnos (de 11:00 a 14:00)
al 4976-8818
Av. Las Heras y Austria
Lic. Andrea Trucco nos. Eso implica, también, afianzar los lazos
ya existentes con instituciones del campo de
ca, y que tendrá en el caso su fundamento.
Eso no puede tener de ningún modo el valor
Clínica psicoanalítica la salud, ya que es en ese cruce donde los efec- de una pura reivindicación: exige de nuestra
Supervisión individual tos de invención se originan, no pocas veces. parte un esfuerzo de elaboración de lo que
Un segundo desafío lo constituye el atra- podríamos llamar «la construcción del caso»,
y grupal vesamiento epocal de los nuevos estudian- que haga lugar de un modo riguroso a las in-
tes, en un tiempo en el que el aparente todo- flexiones singulares de la práctica, y a lo que
011-15 4 0362759 poder del gadget reclama una atención que en ellas pueda ser elevado a tipo clínico. Es
puede ir en detrimento del saber, devaluado constatable la ganancia de saber y la enor-
en su valor o reducido a instrumento. Ello me precisión en la discusión clínica que tie-
requiere alguna maniobra, aún por pensar- nen lugar cuando ese esfuerzo se sostiene.
Lic. Luciana Spector se. De mi experiencia extraigo una orienta- Con respecto a la extensión, es tal vez
ción posible: la que da la práctica —y el caso nuestra gran deuda. Lo que se entiende por
Psicoanalista (UBA) como paradigma—, al despertar un interés tal es tan diverso como la oferta de atencio-
que el solo saber pareciera no causar. Como nes de urgencia, actividades con la comuni-
si la cuestión fuera poner en el lugar del ob- dad o la realización de un ciclo de conferen-
Consultorio en Villa Ortuzar
jeto tecnológico y el goce autista que pro- cias. Esa diversidad, si bien es inherente a la
Cel.: 1560547805 mueve, un otro objeto que cause el trabajo «extensión universitaria», se beneficiaría del
y la circulación. Cuestión abierta. planteo de una pregunta: ¿en qué puede con-
En la época, por otra parte, no todo es obs- sistir, para el psicoanálisis, el pasaje al cam-
táculo. La interpelación cada vez mayor de po social, a la communitas? Arrojo el guante.
un auditorio que no se contenta con los sa-
5.
beres constituidos, atento también a las va- Hay, en todo esto, riesgos. Menciono
riantes que lo contemporáneo produce en el los que juzgo mayores. El primero de
sujeto, sus modos de padecimiento y sus so- ellos, estructural al discurso que La-
luciones, es, si sabemos tomarla, un punto can llamó universitario, es el deslizamiento a
de partida para la reinvención. Baste como una teoría del conocimiento, cuando el esta-
ejemplo la revisión que el debate actual sobre tuto de nuestro saber es clínico y lógico. Ries-
sexo y género terminó por suscitar en nues- go éste que es posible contrarrestar, adverti-
tro campo, superado el momento de la pura dos los enseñantes de la estructura que sostie-
crítica. El otro verdadero es, efectivamen- ne esa enseñanza. El sujeto del psicoanálisis
te, el que introduce lo inesperado, lo nuevo. rompe, en este punto, toda correspondencia
del saber con un objeto que pudiera recubrir.
4.
He equiparado, como es usual, uni- Hay también el peligro de la burocratiza-
versidad a enseñanza. Abro a sus ción, al que tampoco es ajena la institución
otros pilares. La investigación en analítica. Recuerdo al pasar que el paradig-
primer término, que alcanza todo su relie- ma del discurso universitario no era para La-
ve con el estallido exponencial del posgra- can la institución educativa, sino la burocra-
do. Uno de los problemas que se nos plan- cia soviética, equiparable en nuestros días
tea es el metodológico. Se deja sentir aquí la a lo que podría llamarse tecnocracia. En el
pesada herencia con que una epistemología fin de la dialéctica histórica, quien detenta
de raigambre positivista ha pregnado los de- el saber es amo, foucaultiana juntura de po-
partamentos de investigación y de posgrado. der-saber. Nos es ineludible habitar esa tra-
La solución que en un primer tiempo pare- ma. Sabedores del Otro que no existe –algo
ció viable, como precio a pagar por la valida- que el propio análisis verifica–, ocuparemos
ción de los proyectos, fue tomar el sesgo de la esos lugares como semblante, algo que de
investigación conceptual. Hay en eso un bene- no sostenerse daría a nuestra enseñanza un
ficio: decenas de tesis y proyectos institucio- sesgo canalla.
nales han llevado a afinar una metodología A esos dos riesgos se agrega un tercero, que
conceptual que estaba en sus albores, deslin- no nos es exclusivo: la «inflación de creden-
dando sus tipos y procedimientos. Conside- ciales» y la exigencia creciente de nuevas ins-
rando el valor de la producción teórica y de tancias de formación académica, puede indu-
la formalización en psicoanálisis, no es poco. cir la ilusión de que son esas credenciales las
Ello fue al precio, sin embargo, de cerce- que validan un saber, incluso las que hacen a
nar nada menos que la sustancia misma del un analista. Viejo dilema que llevó a Lacan a
análisis, ese sujeto que la pretensión objeti- deshacer el falso binarismo del «análisis per-
vante de la ciencia querría excluido. Se di- sonal» y el «didáctico», indicando que no hay
E-mail: patriciayohai@fibertel.com.ar ría incluso que todo el arsenal metodológi- más análisis que del sujeto, y que es ese ca-
co llamado «empírico» no es más que un re- mino el que hace un analista. La vía concep-
doblamiento de esa exclusión. Esto es así, tual sin dudas enmarca esa producción de
ya que, ¿cómo se pretendería replicar y ge- un analista, y es en eso que la universidad
Imago Agenda neralizar lo que es del orden de un aconte- es y seguirá siendo un territorio propicio. En
WhatsApp Publidad cimiento singular? Es hora, entonces, de su- todo caso, parte de esa «larga ascesis subjeti-
bir la apuesta, proponiendo y desarrollando va» que Lacan requería del analista, para es-
15 3399-6167 una metodología que haga lugar a la clíni- tar a la altura de su función.
Universidad y Psicoanálisis
Psicoanálisis extraterritorial
vitalidad del psicoanálisis, la universidad desafía a los analistas
Escribe para sostener su lugar en un ámbito extraterritorial.
Santiago Thompson El psicoanálisis en la universidad se ramifica, se hace red,
con figuras destacadas, pero que no se erigen como líderes ca-
santiagothompson@gmail.com
rismáticos... sino que son objeto de cuestionamiento constan-
te. La república de la UBA, con todas sus imperfecciones, in-
L
a Facultad de Psicología de la UBA, progresivamente, se ternas políticas, etc., parece ser el mejor lugar para que el psi-
ha convertido en la principal usina de producción en psi- coanálisis siga teniendo la oportunidad de dar un paso más. No
coanálisis de nuestro país. Tal fenómeno está sustentado pienso la universidad como un lugar de bienestar, sino, por el
al crecimiento que ha tenido, en los últimos años, el campo de contrario, como un sitio donde el malestar es productivo. No
la investigación en la facultad. Crecimiento que tiene su base exento de injusticias y desigualdades. Me interesa aquí subra-
en financiamiento estatal que ha recibido la UBA a partir de yar que incluirse dentro del campo de la investigación en la
2004. Las maestrías y doctorados fueron beneficiadas en los facultad exige del psicoanálisis y los analistas un esfuerzo en
últimos años con una inyección de recursos en función de un la transmisión y la formalización –¡incluso un esfuerzo en los
aceitado sistema de becas ligadas a los proyectos de investiga- plazos!– que tiene como efecto publicaciones incitantes. Quie-
ción UBACyT. Las jornadas que anualmente organiza el Insti- nes tuvimos la posibilidad de trabajar en el marco de un equi-
tuto de Investigaciones han alcanzado el estatuto de congre- po de investigación, y de transitar las instancias de posgrado,
so internacional en la última década. El prestigio de la facul- hemos aprendido de metodólogos e investigadores en el campo
tad la convierte en un lugar de formación de posgrado elegido de la psicología experimental, entre otros. Aportes que airean
por muchos profesionales en Latinoamérica. la comunidad de analistas. Incluso el pasaje por la burocracia
Los proyectos de investigación que tienen sede en la facultad universitaria, lejos de achatar las producciones, ha dado lugar
son lugares fecundos para la producción, y promueven becarios a esfuerzos de precisión. Las tesinas de grado constituyen una
cuyas tesis en muchos casos han devenido libro. Publicaciones buena ocasión para el intercambio entre docentes y alumnos,
notables, como Sinthome de Fabián Schejtman y La libertad en donde se abre la oportunidad de dar lugar a algunas ideas in-
psicoanálisis de Gabriel Lombardi, son tributarias del trabajo novadoras: mientras escribo esto estoy trabajando en la tuto-
de los equipos de investigación. Entre los escritos de los beca- ría de una tesina dedicada a la expectativa angustiosa en los
rios están los primeros libros de Pablo Muñoz, Lujan Iuale y intercambios por WhatsApp.
quien suscribe. La articulación misma entre psicoanálisis e in- Es cierto que la burocracia universitaria da lugar a también
vestigación en el marco de la UBA, fue objeto de investigación a “la fábrica de papers” de escaso valor. Las revistas publicadas
–remito aquí al destacado trabajo del equipo dirigido por Cla- por el Instituto de Investigaciones, si bien suman más de lo que
ra Azaretto, plasmado en el libro Investigar en Psicoanálisis–. restan, siguen sin estar a la altura del prestigio de la UBA, por
Como el lector adivina, entiendo que el lazo entre colegas estar más orientadas a brindarles a los investigadores la po-
que tiene lugar en nuestra facultad responde menos al discur- sibilidad de publicar que dirigidas a captar el interés del pú-
so universitario, es decir, la reproducción de lo que ya se sabe, blico. El resultado es entonces desparejo y no redunda en una
de lo que cabría suponer. Tal reproducción es más frecuente en edición atractiva en su conjunto, siendo su destino el archivo.
las instituciones de psicoanálisis dominadas por una figura que Entiendo que nuestra facultad está en condiciones de producir
centraliza las transferencias, fija la agenda de la comunidad y una revista psicoanalítica de excelencia, que esté a la altura de
establece los márgenes de lo decible. Mientras que, en la uni- las mejores publicaciones del ámbito académico.
versidad, la sobredeterminación a la que están sujetos los in-
vestigadores –cátedra de pertenencia, atravesamientos institu- La formalización de conceptos: Investigar de acuerdo a los
cionales externos, requerimientos formales, criterios de los ju- parámetros que imponen los criterios científicos implica forma-
rados– da lugar a producciones originales. El número y la ca- lizar la experiencia. El esfuerzo de formalización no es ajeno al
lidad de los libros elaborados a partir de tesis de posgrado ha- psicoanálisis. Por el contrario, es inherente a las producciones
blan por sí solos. Las instituciones analíticas mejor orientadas de Freud y Lacan. Textos fundadores como La interpretación de
hoy aprenden de lo que sucede en la universidad. El lugar ex- los sueños sin ir más lejos, responden al formato de una tesis.
traterritorial que tiene el psicoanálisis en una facultad de psi- Que la experiencia clínica nos confronte con un real que no
cología (no de psicoanálisis) se ha convertido en el sitio más cesa de no escribirse, no implica que el psicoanálisis sea una
propicio para la formalización de la práctica. Las tensiones que práctica inefable e inaprehensible, ni nos releva de la precisión
producen otros discursos y los atravesamientos institucionales conceptual. Lacan afirma –en la frase que inaugura su escri-
no han devenido obstáculos insalvables, sino que por el con- to “Subversión del sujeto…”– que “una estructura es constitu-
trario han dado lugar a un esfuerzo de formalización. La oscu- yente de la praxis llamada psicoanálisis”. Estructura que inclu-
ridad de una enseñanza sostenida en el saber supuesto ha de- ye un elemento faltante, que es un conjunto covariable de ele-
jado su lugar a una lógica signada por el saber expuesto. Por mentos. Toda su enseñanza está signada por intentos de for-
eso las producciones surgidas en la UBA circulan: dejan de lado malizar esa estructura: los esquemas, el grafo, los matemas,
la enunciación oracular, la opacidad lacaniana (sólo tolerable los discursos, las figuras topológicas, los nudos.
si el que habla es... Lacan) y procuran claridad en la transmi- La investigación psicoanalítica en el marco de la universidad
sión. Lo que entusiasma de la inserción del psicoanálisis en la dio lugar a esfuerzos de formalización y desambiguación dignos
universidad es su proyección. Mientras algunas instituciones de ser destacados. Mientras que algunas publicaciones por fuera
siguen ancladas a un clasicismo acrítico que pone en peligro la de la universidad padecen en ocasiones de una inconsistencia tri-
butaria de una deriva metonímica, el formato de tesis es propi- misma una manifestación del inconsciente. Lo cual nos orien-
ciatorio de la escritura de trabajos consistentes, cuando el tesis- ta respecto de una vía a recorrer para las así llamadas “investi-
ta asume el riesgo de elaborar una producción que lleve su sello. gaciones empíricas” en psicoanálisis. El testimonio del analis-
“Una cosa es expresar una idea bajo la forma de una pasaje- ta no es la observación de un objeto de conocimiento sino una
ra observación, y otra tomarla en serio, conducirla a través de elaboración de saber a partir de una experiencia que lo incluye
todos los obstáculos y conquistarle un puesto entre las verda- en la transferencia. El analista es entonces al menos dos: aquel
des reconocidas” escribió Freud en su “Historia del movimiento que produce efectos y aquel que teoriza tales efectos.
psicoanalítico”. El trabajo en que consiste la elaboración de una
tesis en el ámbito académico brinda la oportunidad, a quien se La institución UBA: Es un hecho que muchos analistas, en-
aventura en esa vía, de poner a prueba las propias intuiciones tre los cuales me incluyo, han hecho de la UBA su institución
clínicas con el rigor que supone la cientificidad de una inves- de pertenencia. En lo personal, mi gusto por la escritura está
tigación, generando un corpus teórico. La adhesión al método causado de modo esencial por el recorrido realizado en la uni-
de la ciencia, la búsqueda de procedimientos de validación del versidad. Reconozco mi trabajo publicado como un efecto de
conocimiento –coherentes con el marco teórico psicoanalítico– la orientación que ha tomado el campo de la investigación en
no conspira contra la producción clínica, sino que la enriquece. nuestra facultad en la última década. La tensión misma entre
las instancias de elaboración y evaluación genera en su inter-
El estudio de casos: Uno de los desafíos que impone el for- valo un espacio donde una producción original puede tener
mato científico a la investigación en psicoanálisis es el aborda- lugar. No vivo la convivencia con colegas de otras líneas teóri-
je de los casos clínicos. Se podría suponer que la clínica es in- cas en la institución como un factor opresivo, sino propiciato-
aprehensible porque la experiencia analítica no soporta terce- rio, ya que me desafía y propicia intercambios que nos resca-
ros, y entonces debemos conformarnos con los que el analista tan de las pasiones que se desatan de modo tan frecuente en-
nos relata, sin poder nunca acceder al “caso clínico”. Esta con- tre los analistas. Nuestra facultad es hoy un espacio abierto a
cepción es tributaria de una noción de clínica que ubica al ana- la sorpresa, donde todo puede suceder.
lista, justamente, en el lugar del observador. Mientras que, si
pensamos al analista como una de las partes de la experiencia,
la práctica analítica misma deviene entonces objeto de un abor- LIBRERÍA PSICOANALÍTICA
daje plausible. Lacan subraya en “Posición del inconsciente” que DESDE 1967
“los psicoanalistas forman parte del concepto de inconsciente,
Av. Coronel Díaz 1837 | Ecuador 618 | C.A.B.A.
puesto que constituyen aquello a lo que este se dirige”, y con-
Tel. 4825-9034 | www.imagoagenda.com | info@imagoagenda.com
cluye en su seminario 11 que la presencia del analista es en sí
Hospital Dr I Pirovano
Cesac N 12
Universidad y Psicoanálisis
El imperio de la redundancia:
la polémica universidad vs. psicoanálisis
Y en cuanto a los testimonios del pase, un colega, en un tra-
Escribe bajo publicado hace años, los calificó con el título: la isla de
los esclavos.
Juan Bautista Ritvo
¿Será posible que después de tantos años los únicos proble-
juanritvo@gmail.com mas son problemas cruciales, no se conozca más tiempo que el
llamado tiempo lógico, sin advertir que entre ambos términos
I.
Sin duda, hay incompatibilidad entre un discurso –el uni- hay una incompatibilidad tan profunda como fecunda, pero
versitario– que al menos en el campo de las humanida- que es necesario plantear de antemano para no pasar por alto
des, tiene un objetivo conservador y acumulativo, consti- lo esencial?
tuyendo una tradición sin fracturas ni pérdidas, que aplasta al Se ha dicho muchas veces y bien (yo también lo he dicho
sujeto impedido de mostrar cualquier rasgo de singularidad, y a riesgo de caer en la redundancia denunciada) que tenemos
el psicoanalítico, que promueve un saber necesariamente dis- una enorme cantidad de respuestas, pero no sabemos cuáles
perso y entre cuyos restos puede hallar alojamiento un sujeto. son los problemas.
II.
Pero denunciar esta incompatibilidad puede ocultar que las
instituciones analíticas se han plegado al imperio de la redun- En otras épocas el discurso universitario (siempre
dancia universitario al punto de ya no distinguirse de él. me refiero al campo de las humanidades) se ufana-
Entre los que siguen el curso honorífico de la universidad y ba de sus aspectos progresistas, incluso vanguardis-
los que se ubican en las escalas jerárquicas psicoanalíticas –ya tas. En los últimos años, la temible globalización impuso con-
no vale la pena diferenciar las instituciones porque todas han ductas sectarias, conservadoras, replegadas una y otra vez so-
entrado en el “maravilloso mundo” de la globalización del sa- bre el saber sabido al punto de que el sujeto, a la vez víctima
ber– hay constantes transfusiones y ósmosis recíprocas. y victimario de sus procedimientos, está a punto de regurgi-
En todos los casos el procedimiento es el mismo: los textos tar lo mal asimilado, vuelto tóxico por la prohibición gregaria
fundamentales, que para interpretarlos es preciso rehacerlos de interrogar sus fundamentos. A ningún becario se le ocu-
porque su sentido no es evidente y lo que emerge como evi- rre examinar el carácter destructivo de la democracia –la uni-
dente es falso, son fetichizados. Así no pueden ser interroga- formización abstracta, que es valiosa y no rechazo, agrava el
dos; han pasado al estatuto de dogma. Y, ya se sabe, un dog- conflicto incesante entre desposeídos y detentadores del po-
ma es dogma porque está prohibido leerlo. der, con lo cual digo, también, que las prácticas dictatoria-
En reemplazo de la lectura se acude a la paráfrasis. Un texto les conducen al abismo–; ninguno saca las consecuencias de-
de Lacan se explica por otro texto del mismo Lacan o de algún bidas de la infinita capacidad del ser humano para destruir-
pequeño maestro autorizado. Se supone que su propiedad es se y autodestruirse, como ocurre en las clases populares –de
la verdad como verdad sin contestación posible, renunciando las dominantes no es necesario decir nada que no sea terri-
así al descubrimiento mayor del psicoanálisis, que la vía de la ble–, que oscilan entre bruscas erupciones y el sometimiento
verdad es, en todos los casos, la mentira. servil a condiciones infrahumanas. A ningún psicoanalista se
Claro, suele decirse, este es un criterio para el lenguaje de la le ocurre que el punto débil de la tópica freudiana no está lo-
clínica, es decir, el lenguaje del síntoma, pero no para el len- calizado en el inconsciente sino en el lugar paradójico que le
guaje teórico, el que a parecer ostenta todos los privilegios. asigna a la conciencia.1
Esta ilusión fue alimentada, en varias oportunidades, por el Quiero decir: todas las instituciones del saber contemporá-
mismo Lacan. La más notoria y refutable es aquella en la cual neo tienen prácticas (estaba por decir “mafiosas”, pero se tra-
dice que si todo síntoma es una metáfora, decirlo ya no es me- ta de un exceso…) corporativas, en el sentido fascista del vo-
táfora. ¿Es concepto, entonces? ¿El concepto está más allá de cablo: el que cuestiona las reglas es ignorado y si insiste es ex-
la metáfora? ¿No es, acaso, como el mismo Lacan en algún mo- pulsado y queda borrado su historial. Las instituciones del sa-
mento lo dejó entrever, una metáfora fundamental? ber practican, sistemáticamente y desconociéndolo, lo que hace
Desde luego, tenemos dos cruces. La primera concierne a la todo el mundo: la segregación.
teoría: los diversos niveles del significante no han sido explo- Voy a dar un ejemplo reciente que proviene de una entidad
rados por una especie de soberbia que repudia todo exterior analítica.
del psicoanálisis. Se han desoído críticas y sugerencias que vie- La F.E.P de psicoanálisis organizó en febrero del año próxi-
nen de disciplinas cercanas. mo y en París unas jornadas bajo el título: “¿Qué compromi-
(¡Oh Benveniste! ¡Cuántas cosas se podría aprender de él si so político público puede hacer en nombre de psicoanálisis?”.
se lo leyera en serio!) Y plantea, como ejemplo decisivo, la situación del “populis-
La segunda implica a la clínica: hay una disparidad profun- mo”, en obvia referencia a la derecha del Frente Nacional de
da entre lo que ocurre en los análisis de control, donde emer- Francia de Le Pen.
gen las dudas, las perplejidades, las trampas del amor, las in- ¿Qué aporta supuestamente el psicoanálisis en esta ocasión?
consistencias del analista, y lo poco de eso que pasa a la esfe- Que el populismo no puede comprenderse sin el llamado Va-
ra más pública de jornadas, reuniones, congresos, seminarios, tersensucht (anhelo o nostalgia del padre) que divide al “pue-
publicaciones de revistas, de libros. blo” (término que escriben entre comillas, pero no cuestionan)
Las llamadas viñetas clínicas son un monumento a la obse- y puede conducirlo a lo peor.
cuencia… El argumento prueba demasiado: todas las formaciones de
fenómeno al cual podríamos llamar, tal como Moliere lo ha pado por el vacío, soportado por el saber del psicoanálisis, para
hecho, “infatuación”. Por otro lado, el discurso del capitalis- así provocar una interrogación subjetiva (5) y la producción de
mo confecciona una cultura que hace desaparecer al hombre los significantes amos prescriptos.
en su singularidad: construye una trasmutación para superar La legitimidad de cada discurso, en el caso que nos interesa,
toda imposibilidad. ¡Se trata de política! el Discurso Universitario y el Analítico, reside –como en todo
discurso– por una direccionalidad, una imposibilidad y una im-
Das Ding es político: Hay una imposibilidad imposible de di- potencia. También consideramos que hay un elemento consti-
luir pues es estructural, la que implica el juego de la búsque- tuyente de esa legitimidad: la barra.
da del “objeto perdido desde siempre”, nos referimos al objeto Si la barra es diluida, no es posible ni el discurso universi-
en su estatuto freudiano –das Ding–. Si consideramos que das tario ni el discurso analítico sino que ambos estarán al servi-
Ding es un operador estructural, podemos pensar que el cora- cio de un proceso de ilegitimación en donde pueden quedar
zón de la metapsicología freudiana es político, así como pode- convertidos en adoctrinamientos religiosos, desvirtuándose en
mos pensar que la ética lacaniana es política. El das Ding or- forma radical.
ganiza un poder. ¡Das Ding es político! El Discurso Universitario debe producir, en relación a la en-
Si el lenguaje es condición del inconsciente y constituye al señanza del psicoanálisis, a aquel que subjetive el deseo de
sujeto, éste siempre está implicado en una política, ya sea la Freud y se ubique como “curioso” (deseo de saber). El Discur-
política del deseo, en donde opera la falta del Otro, o la po- so Analítico debe producir los significantes amos prescriptos
lítica del goce, en donde el sujeto es expoliado de su deseo. para un sujeto para lograr su destitución. Cada uno implica el
No obstante siempre hemos sostenido: “Frente a este pano- ejercicio de un poder, cada uno constituye un modo de políti-
rama como psicoanalistas nos cabe recordar que la existencia ca. Ahora bien, si estos discursos se ilegitiman, cambiando la
del inconsciente sigue siendo todavía un antídoto contra la dirección en sus relaciones, anulando la barra, y de ese modo
deshumanización”. ¿Por qué? Porque el inconsciente no es del la impotencia y la imposibilidad, ambos corren el peligro de
orden del ser ni del no ser, sino de lo no-realizado. Su realiza- la religiosidad, del acatamiento, que también es una política.
ción siempre implica una aparición a modo de sorpresa, como Psicoanálisis y Universidad implican el ejercicio de un poder,
corte, como irrupción, y es allí donde puede dejar al sujeto de transmiten la ley, y de este modo organizan el lazo social en
goce “sin saberlo todo al respecto”, quizás, posibilitando una los marcos instituidos por cada política. Consideramos que es
interrogación sobre el deseo. ¡El inconsciente es político! responsabilidad de cada uno, en tanto profesor en la univer-
El psicoanálisis, desde el espíritu de su fundador, se definió sidad o analista, sostener la legalidad que hace posible que el
como un procedimiento de indagación, un método de trata- sujeto pueda referirse a un discurso de institucionalidad. Va-
miento y una disciplina científica (3). Consideramos que el psi- yan estas líneas como un llamado al respeto por las lógicas de
coanálisis implica la política del entrecruzamiento entre esos legitimidad de cada discurso y a la prudencia. Sólo desde allí
tres puntos. Y, más que nunca, en este siglo, hay que retomar se puede pensar una buena prospectiva tanto para la Univer-
el espíritu freudiano que es hijo de la investigación. No hay in- sidad como para el Psicoanálisis.
dagación, no hay disciplina, no hay psicoterapia, si no hay mé-
todo. El tema es interrogarse por el método, por la legalidad Referencias bibliográficas
del método tal como lo hiciera Freud. 1. Chemama, R. 1998. Diccionario del Psicoanálisis. Buenos Aires: Amo-
Muchos hemos escrito sobre Investigación y Psicoanálisis, rrortu.
en artículos tales como “Acerca de la circulación del psicoaná- 2. Lacan, J. 1986. El seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del
lisis en la Universidad” (1976), “La enseñanza del Psicoanáli- psicoanálisis (1964). Buenos Aires: Paidós, pág. 28.
sis” (1984), “La universidad: desestima el Psicoanálisis” (1999), 3. Lacan, J. 1992. El seminario 17: El reverso del psicoanálisis (1969).
“Psicoanálisis e investigación” (2011), “Investigación en Psicoa- Buenos Aires: Paidós, pág. 192.
nálisis” (2016), entre otros. 4. Lacan, J. “Conferencia en la Univ. de Milán”. Mayo 1972. Inédito. Re-
cuperado en: https://es.scribd.com/document/55454317/CON-
FERENCIA-DE-LACAN-EN-MILAN-DEL-12-DE-MAYO-DE-1972
Prospectiva de buen futuro: la no ilegitimación de discursos: 5. Freud, S. 2008. “Dos artículos para enciclopedia” (1922). Buenos Ai-
Todo discurso tiene como matriz el discurso del amo. Sus varia- res: Amorrortu.
ciones hacen posible al Discurso Universitario, único que tiene
en el lugar del agente al saber. Y, al Discurso Analítico cuyo agen-
te es un poder vacío. en Internet:
Y, nuestra propuesta radica en que si cada uno se regula por www.imagoagenda.com
su lógica, la política en juego se mantiene en un marco de le-
galidad. Solo podemos pensar en una prospectiva de buen fu-
turo si no se ilegitiman ninguno de ambos discursos.
Entendemos al Discurso Universitario como una variante del e-mail:
Discurso del amo, en donde su agente es ocupado por el saber letraviva@imagoagenda.com
del psicoanálisis, soportado por la razón desde Freud, para así PALERMO
provocar una elaboración respecto de la causa freudiana, cuyo Av. Coronel Díaz 1837
producto es la subjetivación del deseo de Freud. A los lugares le en Facebook:
Ciudad de Buenos Aires
proponemos nombres, como lo muestra el esquema siguiente: /imagoagenda
Tel. 4825-9034
/letraviva.libros
El saber del Psicoanálisis → La causa freudiana ABASTO
La razón freudiana Subjetivación del deseo de Freud Ecuador 618 en Twitter
Ciudad de Buenos Aires @letravivalibros
Por otro lado, entendemos al Discurso Analítico como el re- Tel. 4963-1985
vés del Discurso del Amo, en donde el lugar del agente es ocu-
• SEMINARIOS
Seminarios Virtuales
INFORMES: Tel-Fax: 4862 - 6818 / 6848
Seminarios de Verano secretaria@aappg.org.ar
Formación Permanente Interdisciplinaria docencia@aappg.org.ar
LETRA VIVA LIBROS | Av. Coronel Díaz 1837 | Ecuador 618 | Buenos Aires, Argentina | Telefax 4825-9034 | www.imagoagenda.com
Universidad y Psicoanálisis
De psicoanalistas en la universidad,
unicornios azules y cronopios
público sumido y sometido en la angustia de la insuficiencia.
Escribe Un psicoanalista, si ha hecho él mismo un trabajo de análi-
Norma Bruner sis, puede estar en mejores condiciones incluso que otros para
hacer docencia al aceptar la propia castración y ubicarse como
normabruner@gmail.com
un simple pasador.
Habrá efecto sujeto si como resultado del encuentro, en el
N
o todos los psicoanalistas tenemos la misma política aula o el consultorio, algo nuevo que imprima corte y diferen-
y posición a la hora de llevar adelante nuestro traba- cia simbólica ocurrió.
jo como docentes universitarios. No todos los docen- La presencia del psicoanálisis y de psicoanalistas en equipos
tes o profesores universitarios tenemos la misma posición a la interdisciplinarios, del orden de la Salud, Educación, Trabajo
hora de llevar adelante nuestro quehacer como psicoanalistas. Social u otros, resulta ser, desde mi punto de vista, imprescin-
No todos los psicoanalistas trabajan como docentes univer- dible y no sustituible si está en juego la defensa del estatuto
sitarios y sin embargo sostienen una cierta política del psicoa- ético del sujeto humano y su desarrollo.
nálisis. La política del psicoanálisis no es la política de la uni- En esta ocasión, para el tema Psicoanálisis y Universidad voy
versidad argentina, aunque haya psicoanalistas argentinos en a elegir como sesgo el testimonio y reconocimiento. En el año
política universitaria. Es muy difícil poder separar la política 1980 ingresé a la Universidad de Buenos Aires como estudian-
de la universidad de la política e historicidad de nuestro país. te de Psicología, en 1985 recibía mi título de Licenciatura, y co-
De manera inadvertida o advertidamente, siempre se tie- menzaba la aventura profesional como psicoanalista y docen-
ne una cierta posición política, no necesariamente partidaria, te universitaria. Al momento de mi elección de carrera univer-
ya que no hay ética sin política, si el sujeto está en cuestión. sitaria la disyuntiva Medicina o Psicología jugó la primer par-
El psicoanálisis no es tal sin una cierta ética a la hora de de- tida pero el guante no quedó en el piso, la pregunta e investi-
finir al sujeto humano, objeto de sus intervenciones, y por ello gación por las condiciones de posibilidad o imposibilidad, de
su política es precisamente la puesta en acto de la realidad de prohibición y/o de prescripción para que un bebé y/o niño, ad-
lo inconsciente, siendo la transferencia el dispositivo donde el venga a una posición como sujeto de deseo en la infancia, si-
psicoanalista tiene derecho o autorización para hacerse res- gue presente en mi aún hoy, como causa, límite y horizonte.
ponsable de su dirección. Dar cuenta de los procesos y las operatorias simbólicas pri-
En lo personal, trabajo como psicoanalista y docente de la Fa- mordiales a la constitución del sujeto, la incidencia de lo real
cultad de Psicología de Universidad de Buenos Aires, y en otras orgánico y los efectos imaginarios, los caminos para la cons-
universidades del país y el exterior desde hace más de 30 años, trucción del cuerpo como propio, el valor del juego y del jugar,
e intento seguir apostando a una posición ética que defienda la el papel del Otro y otros primordiales, la historicidad y la épo-
singularidad, el derecho a la pura diferencia del deseo, y al mis- ca, las condiciones sociales, los factores e indicadores de ries-
mo tiempo, la utopía de hacerlo con otros, en un entramado y go para la detección e intervención temprana, las relaciones
desarrollo que nunca es individual sino en relación al semejante. y diferencias entre el autismo, las psicosis y las llamadas dis-
El psicoanálisis es una práctica de transformación, creado- capacidades infantiles, son algunos de los problemas que me
ra de diferencias en un campo donde no existían previamen- propuse investigar y desarrollar.
te a su paso. Los psicoanalistas ejerciendo docencia universita- En la década de los 80 a los niños con Autismo y/o Psicosis,
ria, tenemos la posibilidad y oportunidad de hacer función del los que hoy integran el abanico social de las discapacidades in-
significante, ponerlo a trabajar y hacer que su dimensión haga fantiles, se los llamaba “Aislados”, y de hecho, hubo un Primer
marca en nuestros alumnos y por ende, en nosotros mismos. Congreso Argentino “del niño aislado” al que no concurrimos
Hay profesores y cátedras significantes y significativas, si de- más de 5 o 10 psicoanalistas. No es que hubiera menos autis-
jan como saldo o resto entre el docente y el alumno un nue- tas, es que había menos psicoanalistas deseosos del brillo es-
vo sujeto. El aprendizaje se produce en ese espacio transicio- cénico que otorga hoy ocuparse del Autismo, y el DSM no ha-
nal que no le pertenece ni al docente ni al alumno pero que no bía desembarcado en las escuelas aún. Luego de haberlo he-
puede generarse sin ambos en juego. Hay aprendizajes posi- cho, el efecto dominó se hizo imparable; con gran provecho
bles, si al cursar y/o dictar esa materia se logra un encuentro para los laboratorios ciertamente.
entre docente y alumno y un proceso de transformación acti- Tuve la fortuna de haber pasado mi concurrencia desde 1985
vo, si se despertó el deseo de aprehender porque la dimensión a 1990 por el Servicio de Psicopatología Infantil del Hospital La-
lúdica, sorpresa e identificación, se puso en acto. nús. El creado por Mauricio Goldemberg, e ingresar, en 1986 al
Cuando esto sucede los efectos resultan duraderos hasta bas- centro Dra. Lydia Coriat (Fepi ), ser parte de su historia y equi-
tante después de haber rendido el examen final. Ese encuen- po durante 25 años hasta el 2011, como también en ese mis-
tro transformador abre caminos y vías. Hay libros, autores, po- mo año ingresar a la docencia universitaria en la Facultad de
siciones, debates, propuestas y conceptos que se vuelven refe- Psicología de la UBA, la que sigo ejerciendo en la actualidad.
rentes en el ejercicio profesional, y hay fichas, apuntes o ma- Pese a todo –a buen entendedor pocas palabras– decidí du-
nuales que son vendidos rápidamente luego del ciclo lectivo. rante todos estos años, poner a debate, lecturas, temáticas y
Hay cátedras y docentes, psicoanalistas inclusive, que sólo posiciones. Haberlo hecho de esa manera me valió disgustos o
ponen a funcionar la lógica de la repetición de lo real, con sus exclusiones y también, hay que decirlo, no pocas gratificacio-
efectos de mortificación y sacrificio sufriente, o de la fascinación nes y satisfacciones sustitutivas.
narcisista perversa de la mostración, incluyendo al alumno como Pude construir un espacio dentro de la Facultad de Psicología
Universidad y Psicoanálisis
D
esde su ingreso a la secta del Fénix, Lejburgos solía citar- jor, más vasto, más abrazador, aún más sutil y perplejo. Al mis-
se con alguna mujer interesada en Borges en la Biblio- mo tiempo, por algún soplo de humildad, pensé que por esas
teca Nacional. Esa vez había sido con una psicoanalista mismas razones sería aún peor, porque allí no podría esperar-
a la que Sergio conocía por haber asistido a algunas clases de se otra cosa que la muerte. Supe que ni mejor ni peor, simple-
Lacan. Un encuentro literario que siempre podía orientarse en mente inconmensurablemente atroz”.
alguna otra dirección. El barrio pleno de bares y plazas invitaba.
Macarena propuso que leyeran juntos un cuento corto: el de Sergio anotó: Un desierto sin coordenadas temporo-espacia-
los dos reyes y los dos laberintos. Miraron desde las alturas del les, sin las callejuelas, sin la posibilidad de resolverlo yendo
quinto piso e imaginaron que estaban en aquella isla próxima siempre a derechas o a izquierdas es la nada misma, un desier-
a Babilonia. Abordaron ese primer laberinto en el que uno de to que es soporte de cualquier laberinto posible. Si en el mun-
los reyes introduce al otro. Las infinitas galerías, las escaleras do hay laberintos, el desierto es El laberinto. Un imposible aun-
escherianas, las geometrías lovecraftianas, los túneles inútiles, que fuera posible ofrecerlo como condena o como venganza. Al
los espejos que reproducían al mismo sol para que ni siquiera texto borgeano –como quizás había corregido Borges y Macare-
eso pudiera ser una orientación. Imaginaron a ese árabe de no- na había sugerido– le sobraba ese término. En el de Lejburgos,
toria simpleza perdido e implorando socorro divino. Supo agre- en su edición de las Obras Completas de Borges que él escribi-
gar tenacidad y perseveración para poder salir. Lo imaginaron ría alguna vez como Menard supo escribir el Quijote, habría
agotado, pleno de odio pero no menos caballero y respetuoso esa sola modificación del texto original borgeano: no diría me-
de las reglas. O quizás capaz de semblantear cortesía y disfra- jor, ni ese laberinto estaría en minúscula, diría EL laberinto.
zar el plan de venganza que –como Emma Zunz– ya pergeñaba.
Como la historia era corta la leyeron varias veces. Leía Ma- Pd1 del Editor: Si bien en las O.C. la palabra mejor no figura, ha sido
posible encontrarla en ediciones diversas así como también en la
carena “Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo traducción al francés donde aparece “mellieur”. No se ha encontra-
al rey de Babilonia que él, en Arabia tenía un laberinto mejor y do “mieux”. En las traducciones al inglés, según la época y la edi-
que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego ción el término “better” puede aparecer aunque no es imposible en-
regresó a Arabia”. Al terminar el cuento, Macarena le dijo que contrase con el término “his” labyrinth de origen desconocido.
comparando los laberintos la palabra “mejor” no era la ade- En la versión portuguesa aparece el término “melhor” en una edi-
ción bilingüe en la que el término mejor no aparece en español.
cuada. Que el laberinto que había propuesto el rey de Arabia En italiano “migliore” es habitual aunque “un altro” también ha sido
donde habría de fallecer el engreído rey de Babilonia no era ni utilizada en una edición bilingüe.
mejor ni peor. Simplemente era de otra estofa.
Pd2: Es probable que este texto sea parte de un libro, de publicación aún
Lejburgos buscaba en su texto y no encontraba la referencia. dudosa, titulado “Sergio Lejburgos, anagrama de Jorge Luis Borges”.
Macarena acostumbrada a dar clases, intentaba instruir sobre ese
__________________
término que le resultaba excesivo. Sergio no encontraba la pala- 1. Borges, Jorge Luis. O.C., “El Aleph”, Emecé, p. 607.
bra mejor en su texto. Buscó con ahínco. El cuento era suficien- 2. https://www.grijalvo.com/Citas/b_Borges__Los_dos_reyes_y_los_dos_
temente breve como para no encontrarla. Y no estaba. Cotejaron laberintos.htm
los dos textos. Macarena propuso que vieran en las Obras Com- 3. Borges, Jorge Luis. O.C., “El Aleph”, Emecé, p. 472.
porque sé que hay que luchar no sólo con dispositivos políti- mos gratis. Mi hipótesis es que Freud ha confundido las fanta-
cos sino con el propio inconsciente androcéntrico. sías eróticas de los varones púberes, quienes en su estado de in-
madurez, fantasean sobre cómo sería ser mujeres, desplegando
En “Las huellas eróticas de la subordinación” señala que en todas un imaginario sádico anal, con las características psíquicas del
las culturas la sexualidad humana se ha regulado de algún modo erotismo femenino. Por ese motivo rechazo el concepto freu-
y que en la actualidad asistimos a una “polisexualidad mercantil”. diano de masoquismo femenino. En su lugar, propongo el de
¿En qué consiste este régimen regulatorio? “erogeneidad de subordinación”, una manera de aludir al he-
cho de que los sujetos expuestos de modo reiterado a abusos o
En la Post Modernidad todo está permitido, eso sí, siempre torturas debido a su condición social, desarrollan una coexcita-
que proporcione algún rédito económico. La sexualidad gay y ción masoquista para sobrevivir, lo que puede eventualmente
lésbica es objeto de comodificación en las redes de la indus- facilitar la compulsión repetitiva de los traumas. En esa situa-
tria pornográfica, que mueve millones. Nadie quema a nadie ción están los niños, los ancianos, las mujeres, los migrantes…
en ninguna hoguera inquisitorial, y eso constituye sin duda un No es lo mismo utilizar ese concepto, que suponer una predis-
progreso. Pero como decía un antiguo chiste, lo que antes es- posición en última instancia biológica, existente en las mujeres,
taba prohibido, hoy resulta obligatorio. Se observa una incita- para disfrutar con el maltrato. Una hipótesis de ese tipo ofrece
ción al ejercicio compulsivo de la sexualidad, en una búsque- una racionalización del dominio masculino y culpa a la víctima.
da desesperada de obtener un placer ilimitado, en un univer-
so cultural donde los ideales colectivos y la trascendencia de la
Usted plantea la relación de dominio-sumisión que se da en las
existencia individual han naufragado. El individualismo, que es
relaciones heterosexuales, donde la mujer quedaría en el lugar de
según pienso, un extravío del proceso de individuación, vacía
la sumisión. Pero también señala que los vínculos homosexuales
la existencia de sentido y nos enfrenta de modo brutal a la fi-
no están exentos de estas formas de dominación, ¿será esta mo-
nitud. Ante esa desesperanza, ¡a gozar que se acaba el mundo!
dalidad atribuible a la diferencia de género o será efecto de lo que
Freud denominó pulsión de dominio y por lo tanto inherente a cual-
En una cultura donde parece que todo es posible y que además quier sujeto más allá del género que lo habite?
estuviera fomentado, ¿cuáles son las nuevas formas de domina-
ción de la sexualidad? La abstracción del concepto de pulsión de dominio, que efec-
tivamente es muy útil, nos dificulta utilizar un enfoque menos
Las mujeres jóvenes se adaptan al modelo masculino de ejer- universal, para analizar las condiciones contextuales y la inte-
cicio desapegado y compulsivo de la sexualidad, con la espe- riorización subjetiva de disposiciones que favorecen que algu-
ranza de lograr una relación duradera que es difícil de obtener. nos sujetos ejerciten esa pulsión, mientras que otros la inhiben
Esta es una observación clínica. Bajo la apariencia de una libe- o la delegan en un partenaire.
ralización de las costumbres sexuales, hay mucho sometimiento En los vínculos sexuales y afectivos que se establecen entre
femenino. La mistificación del amor romántico coexiste en las sujetos del mismo sexo, existen relaciones de género, que en
mentalidades de las mujeres jóvenes de hoy, de modo incom- última instancia son relaciones de poder, que se erotizan y se
patible, con el cinismo y el desapego postmoderno. imaginarizan refiriéndolas a la masculinidad y a la feminidad.
Ante los fracasos reiterados de su búsqueda de empareja- Femenino y Masculino no son otra cosa que lo que se dice, o
miento, mientras escuchan el tic tac del reloj biológico, algu- sea, representaciones y valoraciones colectivas.
nas jóvenes que transitan la década entre los 35 y los 45 años, Paul Preciado, un filósofo transexual cuya obra se inscribe en
aceptan la oferta mercantil del sistema médico y vitrifican sus los Queer Studies, no se priva de proclamar su deseo de ser el
óvulos, a la espera de que llegue el momento de encontrar un Amo, a lo que secamente añade, “sin excusas”. Bueno, que no se
compañero con quien procrear. Si no lo encuentran, optan en excuse, personalmente lo encuentro política y éticamente repro-
algunos casos por fecundar esos óvulos con semen comprado, bable, aunque esa sea su condición erótica o su goce, como quie-
o buscan un embarazo en una relación episódica, o adoptan ran llamarlo. Hay teóricas, como Rosi Braidotti, que se refiere a
un niño a título individual. Estas formas de procreación en un un “deseo de feminismo”. Yo lo prefiero a un deseo de ser el Amo.
contexto donde la dominación masculina se ha intensificado,
se disfrazan de liberación femenina.
En relación a la identidad de género hay quienes platean que el lí-
mite es el cuerpo, que las intervenciones en lo real del cuerpo bor-
El “masoquismo femenino” es un concepto controvertido, usted dearían la psicopatología. ¿Qué piensa al respecto?
misma lo cuestiona, ¿cuáles son, desde su perspectiva, las bases
de ese cuestionamiento? Una vez me invitaron a unas Jornadas en la Legislatura de
la CABA, contra la patologización del transexualismo. Acepté,
Yo encuentro de mucha utilidad el concepto freudiano de pero me quedé pensando en si realmente no me parecía pato-
masoquismo erógeno, porque la coexcitación libidinal permite lógico, sobre todo teniendo en cuenta las mastectomías, los im-
al sujeto sobrevivir a situaciones traumáticas sin enloquecer ni plantes mamarios, la ablación del pene y los testículos, etc. Esas
morir. Pero atribuir una sub especie de masoquismo a las mu- reflexiones se mantuvieron en estado de asamblea, hasta que
jeres, y describir el deseo de ser atado, ensuciado, humillado, recordé la rinoplastia de una prima y el lifting de otra parien-
poseído sexualmente o parir, como característico de la femini- te. Allí comprendí que existen operaciones mutiladoras y cruen-
dad, constituye un error clínico y un agravio hacia las mujeres. tas como parte de la oferta del sistema médico, que sacrifica
Ningún psicoanalista que tenga experiencia clínica encontrará el cuerpo viviente al ideal estético o erótico del momento. Las
casos de pacientes mujeres cuya condición erótica sea como la cirugías que reafirman el género asignado resultan normaliza-
descripta por Freud. Él mismo ha ilustrado este punto con ca- das, aunque configuren un cuadro de adicción poliquirúrgica.
suística de pacientes varones, ¡porque no tenía casos de pacien- En cambio, las intervenciones de cambio de sexo son patologi-
tes mujeres! Quienes pagan para ser atados, ensuciados, gol- zadas. Creo que son más “normales” de lo que aparentan, dado
peados, como precondición necesaria de la excitación sexual, que se inscriben en la tendencia actual hacia una medicina del
son varones. Tal vez eso ocurra, porque como dice Louise Ka- deseo, que deja atrás las intervenciones médicas destinadas a
plan, una sexóloga norteamericana, las mujeres lo consegui- restaurar la salud y la vida. Por lo menos, no me parecen más
N
dad en el psicoanálisis) y cuáles las conse- ací en Avellaneda moria colectiva, quedaron
cuencias teóricas? y desciendo de in- eclipsados por los acon-
Claramente, el binarismo de las posiciones migrantes italianos tecimientos del 76. Pero
masculinas y femeninas constituye un acto y españoles. Hace treinta también, me dirigí a quie-
de violencia epistémica, porque ni siquiera años que me dedico al psi- nes atraviesan duelos, tal
desde el nivel de análisis biológico encontra- coanálisis y me apasionan vez, para terminar de ela-
mos a la especie organizada de modo exclu- las producciones artísticas, borar el mío por la muer-
yente en varones y mujeres. Plantear una vi- pero sobre todas, el cine y te de mi padre.
sión binaria implica suprimir la existencia de la literatura. Muchas veces ronda la
los estados intersexuales. Si bien Desde el sillón del pregunta de cuánto inci-
En el nivel del análisis de las subjetivida- padre es mi primera nove- de en mi escritura el he-
des, la diversidad es notoria. No basta de- la, tengo una prehistoria cho de ser psicoanalista.
cir que una persona es varón o mujer. Inclu- con la escritura. Por un Tal vez, mi gusto por lo
so dentro de los sujetos cuyas prácticas son lado, fui co-guionista del fragmentario y el uso de
heterosexuales y que integran organizacio- largometraje Gerónima de Raúl Tosso. un tiempo no cronológico en la escritu-
nes familiares convencionales, hay mujeres Y, por el otro, cuando publiqué un libro ra venga facilitado por mi trabajo como
hiper femeninas, otras que somos femeninas sobre psicoanálisis y hospital, tuve el ho- analista, ya que ése es un lugar privi-
pero no fanáticas, varones muy masculinos y nor de que Guillermo Saccomanno lo le- legiado para presenciar cómo aconte-
otros más delicados, etc. De modo que exis- yera y comentara que mi escritura téc- ce el tiempo de los recuerdos, siempre
te una diversidad de posturas identitarias y nica era muy literaria: de inmediato le encubridores y fragmentarios, que no
de organizaciones deseantes, que los enfo- pedí incluírme en su taller de narrativa. se enlazan por cronología sino por aso-
ques binarios desestiman. Como metodología, Guillermo propo- ciación. Pero también es probable que
nía armar un proyecto en el cual sos- sea al revés, que mi trabajo de analis-
En la Facultad de Psicología de la U.B.A. se ha tener nuestros escritos. De este modo, ta venga facilitado por mi gusto por lo
presentado un proyecto para que la Cátedra In- casi sin darme cuenta, descubrí que los fragmentario.
troducción a los Estudios del Género, actual- relatos que iba llevando a las reuniones Cuando decidí publicar la novela, sin
mente optativa, sea obligatoria. ¿Está al tanto comenzaban a concatenarse en el tema dudarlo, aposté a la edición tradicional:
de este proyecto? ¿Lo considera necesario? del padre. Así surgió la idea de esta no- a mí me gusta el papel. Si bien los otros
vela que, como suele ocurrir, bascula soportes pueden ser más masivos y eco-
Sí, he apoyado ese proyecto. Cuando en entre lo autorreferencial y la invención. nómicos, el libro impreso tiene una pre-
la década del 90 participé del Programa Na- Por otro lado, Saccomanno nos orien- sencia real que permite agarrarlo con
cional de Igualdad de Oportunidades para la taba en la lectura de distintos escritores, las manos, mirarlo y sentir su textura
Mujer en el Área Educativa, del Ministerio de según lo que cada uno iba escribiendo. y su olor. Por ahora, no puedo prescin-
Educación de la Nación, que ha dirigido Gloria De ese recorrido (y descontando a mi dir del papel.
Bonder con la cooperación de Graciela Mor- maestro), los que más marcaron mi es- Actualmente, con mi amigo Raúl
gade, uno de los propósitos principales fue critura fueron: Fiódor Dostoievski, An- Tosso, estamos haciendo la adaptación
permear toda la currícula de los distintos ni- tón Chéjov, Franz Kafka, Samuel Bec- cinemátográfica de mi novela. Tam-
veles de enseñanza con la perspectiva de los kett, Jacques Prévert, William Faulkner, bién preparo un ensayo sobre psicoa-
Estudios de Género. Creo que estamos muy Cesare Pavese, Italo Calvino, Roberto nálisis y literatura. Pero no creo tener
lejos de lograr esa meta. Por ahora existen es- Arlt, Andrés Rivera, Osvaldo Soriano, otro plan general que la necesidad im-
pacios académicos acotados, muchos de ellos Antonio Dal Masetto y Ángela Pradelli. periosa de escribir.
en el nivel de postgrado, como los que dirijo Hoy puedo afirmar que esa experiencia Como diría Fernando Pessoa, escribir
en la Asociación de Psicólogos de Buenos Ai- de taller me abrió nuevos caminos con es mi manera de estar solo. Es también
res y la Universidad Argentina John F. Ken- los que pude alcanzar una voz propia. una ceremonia de resucitación, como le
nedy, o en Universidad de Ciencias Empresa- Con Desde el sillón del padre, principal- escuché decir a Vicente Zito Lema. Es
riales y Sociales en conjunto con Mabel Bu- mente, me dirigí a los de mi generación, bordear con ficción lo imposible de de-
rin. Incluir una materia obligatoria en la ca- para tratar de desempolvar los traumá- cir. Y aún, dejarse conducir y leerse en
rrera de grado sería un gran avance, que, por ticos sucesos del 75 que, en nuestra me- la lógica de lo que se va escribiendo.
otra parte, responde a un interés registrable
entre las generaciones más jóvenes. Pero lo
deseable es que esta perspectiva participe de
todas las materias, poniéndola en debate con
otros enfoques, para promover una reflexión Librería y editorial especializada en psicoanálisis,
y estimular nuevos abordajes creativos, que
den cuenta de los desafíos de nuestra época. psicoterapias, filosofía y ensayo desde 1967
Versión completa en www.elsigma.com Av. Coronel Díaz 1837 / Ecuador 618 / Buenos Aires. Tel. 4825-9034 letraviva@elsigma.com
INICIO: 14 de abril
FRECUENCIA: 2° y 4° sábados 10 hs. 1° Cuatrim
Colaboración
H
ay aquí y allí en Jacques Lacan, a veces dispersos, enun- to (rebelión) por la psicosis” (subrayo: den verzweifelten Aufle-
ciados que tratan sobre una problemática de la que todo hnungsversuch der Psychose)?
indica que ha sido apenas retenida. Él mismo, por otra No nos desviaremos de Freud admitiendo que, si bien, de-
parte, la tuvo en cuenta sólo muy discretamente. Por eso, tales terminaciones inconscientes parasitan al sujeto y se presentan
problemáticas ¿serían menos decisivas que aquellas de las que ante él mediante diversas vías (síntomas, inhibiciones, pesadi-
él subrayó –incluso martilló– su importancia? Suponerlo sería llas, actos fallidos, angustias, repeticiones traumatizantes, etc.),
intempestivo. Sofista1, Lacan estaba atento a lo que sus oyen- no por eso apartamos o no tomamos en consideración la pre-
tes o lectores eran susceptibles de acoger y ajustaba en parte sencia, la incidencia y la insistencia en el sujeto de actos que
su discurso sobre esta capacidad o mejor, incapacidad de aco- dependen de su libertad.
gida. Un solo ejemplo: él tiene en cuenta las resistencias (¡su- No se analizará del mismo modo ateniéndose resueltamen-
puestas!) de sus oyentes al pronunciar en Viena su conferen- te, si no obstinadamente, sólo a la necesidad o, todo lo contra-
cia sobre “La cosa freudiana”. rio, apoyándose, por lo menos como una manera de “a priori
Así su discurso era a la vez exotérico y esotérico. “Al buen útil”8, en que el sujeto, hasta en lo que menos le conviene y de
entendedor, hola”. En él esta fórmula valía –en cierto modo– lo que más se queja, ejerce su libertad.
de firma. ¿Quién no entrevió nunca la carga pesada puesta sobre los
El hecho de que Lacan haya abierto su Escuela a mucha gen- hombros del analizante por un psicoanalista que no cesa de re-
te que la IPA no hubiera admitido, no le impedía de ninguna buscar, y de señalar tal, y luego tal, y después todavía tal otra
manera dirigir algunas de sus declaraciones a una elite. En sus necesidad que obran en él? Aquí sí puede ser llamado “pacien-
primeros seminarios contó con la presencia de Jean Hyppolite, te”, puesto que padece eso pacientemente.
de Paul Ricoeur, de Louis Beernaert, de Conrad Stein, y algunos
otros mejor informados que él de ciertas secciones del saber. Lacan prudente. Podríamos contemplar que la discreción ma-
Esto fue confirmado más tarde cuando, acogido por la Es- nifestada por Lacan con respecto a la libertad fue al servicio de
cuela Normal Superior, se regocija por el interés que daban a una tesis totalmente a medias, equilibrada, sin nada de excesi-
su seminario, aquellos a los que ofreció públicamente el título vo. Sin embargo: esta discreción sostiene una tesis sobre la li-
nobiliario de “pequeños príncipes de la universidad”. bertad que sorprende por su radicalidad. Le era necesaria tam-
Verificaremos a continuación que el gran asunto de la liber- bién esta discreción, porque al evocar la libertad los espíritus
tad se presenta en Lacan como una de esas problemáticas2 cru- enseguida se calientan y los prejuicios sólidamente implantados
ciales y que exigen ser tratadas con discreción. en cada uno son despertados –él lo sabía, lo tuvo en cuenta–.
Con el fin de solicitar a mi lector que perciba mejor este
Freud también discreto. ¡Qué! ¡La libertad! Que se sepa, los asunto, no haré más que mencionar el debate muy vivo, que
psicoanalistas son bastante parcos al respecto. ¿Su oficio sobre en 1946, vio oponerse a Henri Ey y a Jacques Lacan sobre la
todo no es el de valorizar hasta qué punto y de qué manera, cuestión locura (alienación)/libertad. Veinte años más tar-
inimaginable para ellos, el sujeto sufre miles de necesidades? de (1967), Lacan –hecho rarísimo– se autocita: “Lejos de que
¿Su ejercicio no es poner al desnudo esas necesidades? Ellos sea para la libertad un insulto (como Ey lo enuncia), ella es su
están en relación con la ananké, no con la libertad. (Ananké: compañera más fiel, ella sigue su movimiento como una som-
en la mitología y el teatro griegos, fatalidad, hado, destino). bra”, luego señala “el inasequible consentimiento [subrayo] de
Freud va más lejos aun diciendo que no es tanto sobre una la libertad” a la locura.
libertad al fin conquistada que desemboca el análisis, sino más Primer gesto de prudencia: le sucedió a Lacan (1972) –rién-
bien en la aceptación de la dura realidad que la vida impone dose– pretender nunca haber tratado la libertad, lo que ya se
a todos y cada uno, lo que lleva a renunciar a gran parte de sabe que es propiamente inexacto, lo que se puede abrochar con
las satisfacciones pulsionales. En consecuencia no se sale de la una palabra: una finta. La misma finta pronto será jugada nue-
neurosis más que accediendo a una miseria común (allgemei- vamente cuando, interrogado sobre el punto de saber si él creía
nesungluck3). Después de la hecatombe de la Primera Guerra en la libertad. Él respondió a su interlocutor que era gracioso…
Mundial, él afirmará que “la renuncia pulsional no tiene más Cuando la libertad se exhibe, Lacan la coloca de lado más
un efecto plenamente liberador”4. ¿Una declaración de sabio? frontalmente. El 3 de febrero de 1972, considerándolo “inde-
Tal vez. ¿Divertido? ¿Feliz? ¿Ligero?... cente”, él propone que sea borrada de las paredes de la Repú-
No parece. blica francesa la inscripción; “Libertad, Igualdad, Fraternidad”;
No obstante, en lo que concierne a la libertad, Freud tuvo pa- poco antes (10 de marzo de 1970), había sido objeto de una
ralelamente otro discurso que, sin mucho ruido allí también, da carga semejante: “Este encarnizamiento a la fraternidad sin con-
a entender que, en la locura, la libertad se levanta. tar el resto, la libertad y la igualdad es algo curioso, de lo que
¿Acaso no se trata de esto, cuando él tiene en cuenta una convendría que se perciba lo que recubre”. ¿Lo qué recubre?
“elección de la neurosis”, cuando contempla al homosexual ¿Sabía que la República debía su divisa al teólogo católico
como a alguien que desistió (Auswich, ausweichen) con respec- Fénelon? Es también al cristianismo que golpea, de una pata-
da esta observación de Lacan. En 1958, él juzgaba todo dis- misma cosa (17 de febrero de 1971). Y entonces tenemos una
curso por la libertad como siendo “por definición no sólo in- nueva iluminación debida a Lacan: esta inexistencia de la re-
eficaz, sino profundamente alienado con relación a su fin y lación sexual es un troumatisme. Se admitirá que toda mani-
a su objetivo”. festación de la libertad también es, un troumatisme en lo real.
Tales declaraciones apuntan e intentan dejar a un lado la li- A condición de admitir enseguida que un troumatisme (neo-
bertad como ideal. Otra cosa es la libertad tomada como lo que logismo que surge de agujero trou y traumatisme “traumatis-
es susceptible de ejercerse y cuya puesta en acto espanta y sus- mo” en francés N. del T.), igual que el falo, puede ser “domesti-
cita un movimiento de retroceso, de desistimiento. cado” (17 de febrero de 1971). Se podrá percibir de qué modo
No obstante, estas consideraciones no impiden de ninguna puede serlo releyendo Ser sin destino de Imre Kertész o aún, y
manera a su autor saludar el advenimiento, con la Revolución no menos decisivo, su Kaddish para un niño que no nacerá. Tal
Francesa, de un discurso permanente de la libertad que es, “en es la apuesta de cada análisis, al menos según Lacan: domes-
cada uno, un discurso que yo diría íntimo, personal”. ticar la relación sexual, acceder a su inexistencia y encontrar-
Esta observación del 8 de febrero de 1956 no es un hápax, se a la medida de poder ejercer esta libertad que se dirige a la
ella rebota más tarde (17 de febrero de 1971) cuando, hablan- libertad del otro. ¿Hay que precisar que una relación sexual
do de su relación con la libertad, Lacan tiene en cuenta (ese existente está en muchos corazones y que muchos de ellos ig-
algo que hace mucho tiempo lo pongo muy dulcemente, dis- noran esta insistente presencia?
cretamente [subrayo] así sobre el banquillo, y que se denomi- Así se explica un rasgo clínico muchas veces señalado por
na libertad). Si la libertad está en cada uno, si es un discurso Lacan: retrocedemos a ejercer su libertad (asociar libremente
íntimo, personal, parece al menos extraño que ella nunca sea es una forma de este ejercicio), nos detenemos cuando se tra-
cuestión en el análisis (su práctica, su doctrina). ta de dirigirse a la libertad del otro, lo que Lacan denominaba
con una palabra: “déchariter”. (“descaridar”)
Lacan audaz. Más sorprendentes una que la otra, dos tesis dan
cuerpo o, para mejor decir, dan carne a esta audacia: 1) la li- Traducción: Graciela Graham [gracielagraham@gmail.com]
bertad es reconocida como idéntica a la inexistencia de la re- ______________
lación sexual –lo que viene a sexuar a la libertad y lo que no 1. Barbara Cassin Jacques le Sophiste, Paris, Epel, 2012.
se confundiría con la llamada “libertad sexual”–; 2) esta liber- 2. Otra problemática de la misma factura: su distinción de dos analíticas
del sexo, que fui llevado a aislar y estudiar en dos recientes obras No
tad se caracteriza por dirigirse a la libertad del otro (autrui) hay relación heterosexual (México, Epeele, 2017) y Pourquoi y a-t-il de
–podemos esperar eso ya que la libertad está ligada a la rela- l’excitationsexuelleplutôt que rien? (Paris, Epel, 2016 et 2017).
ción (rapport) sexual inexistente: ella es una relación, porta- 3. Así se presenta al final de “Estudios sobre la histeria”.
dora de la inexistencia de la relación sexual–. 4. “Malestar en la Cultura”.
Una libertad se dirige a otra libertad, mejor es primero con- 5. Ver su artículo “Dinámica de la transferencia”.
templar esta segunda tesis, sin duda fenomenológicamente más 6. “Remémorer, répéter, perlaborer”, traduction Transa, bulletin n° 7, avril
accesible y que, lo adelanto, dice sobre a lo que debe ajustar- 1985.
7. “Malestar en la cultura” capítulo II.
se la intervención del analista, es decir su ética (también la de 8. Michel Foucault, “Inutile de se soulever?”, Le Monde, 11-12 mai 1979.
Michel Foucault, así como me le hizo observar David Halperin). 9. Están recogidas en mi obra Hola… Lacan?, Ciertamente no, Edelp, Bue-
Aunque dispersas, las notaciones de Lacan a propósito de nos Aires, 2011.
la libertad no faltan9, mientras que muchos rumores surgidos 10. Están reunidas en mi obra Les Impromptus de Lacan, Paris, Mille et
de su ejercicio del análisis también testimonian10 de ello. En Une Nuits, 2009.
“Función y campo de la palabra y del lenguaje” (1953/1956) 11. Jacques Lacan, Escritos.
se encuentra convocada la figura de un analista que, abogan- 12. Lacan, J. “Kant con Sade”. Escritos.
do por un análisis “causalista”, “traiciona hasta en su tono, la
angustia que quiere ahorrarse de tener que pensar que la liber-
tad de su paciente esté suspendida a la de su intervención”11.
La observación rebota el 30 de noviembre de 1960 (en La
Transferencia…) hacia donde mi lector, podrá trasladarse. Doce
años más tarde (4 de mayo de1972), habiendo observado que
los médicos se las habían arreglado para “poner al psicoaná-
Librería y editorial
lisis a sus expensas”) Lacan deduce que “ya había perdido la especializada en psicoanálisis,
partida antes de haberla comenzado”.
Viene entonces la declaración que acá importa: “El proble- psicoterapias, filosofía y ensayo desde 1967
ma aquí –solamente para mí– es que esto no los deja muy li-
bres”. De allí toma su singular relieve una frase escrita en 1963: • Más de 30.000 títulos especializados en catálogo
“Que ninguno por cierta lentitud, incluso sensibilidad, dude • Programa de beneficios al cliente
aquí de nuestra adhesión a una libertad sin la cual los pueblos • Ventas al interior y al exterior
están de duelo”12. • Ventas online
Así esta adhesión parece a-posteriori concernir no solamen-
te a su propia libertad si no también –y no menos– a la liber-
• Ventas institucionales
tad del otro. Incluso se ocupa, también, de no cargar al otro • Búsquedas bibliográficas asistidas
de la menor responsabilidad respecto de su libertad. Este pro- • Envíos contrarembolso
blema, “él lo es solo para mí”, dice, haciendo caso omiso que • Portal de contenidos - www.imagoagenda.com
tal no es el caso. • Revista mensual Imago Agenda
El ejercicio de esta libertad encuentra su condición de posi-
bilidad sí y sólo sí es admitida la inexistencia de la relación se- Av. Coronel Díaz 1837 / Ecuador 618 / Buenos Aires.
xual. No obstante, no está del todo bien dicho ya que libertad Tel. 4825-9034 / 4963-1985 www.imagoagenda.com
e inexistencia de la relación sexual son consideradas una sola y
Colaboración
Anorexia, Obscenidad,
Exhibicionismo, Segregación
Inicio: Sábado 14 de abril
Frecuencia: Sábados 2dos y 4tos
Horario: 10hs
Duración: 1er cuatrimestre
Email:licencuadra@hotmail.com
Informes:
J.A. Cabrera 4420/22 - Ciudad de Buenos Aires -
TE : 4776-7827 / 7828. de Lunes a Viernes de 11.30 a 20.30;
e-mail: ensenanza@efba.org
La degradación femenina
rones no les cuesta poner el cuerpo para la fantasía de las mu-
Escribe jeres. Por eso el Don Juan es un fantasma femenino.
Esta referencia al cuerpo le hace recordar que el otro día vio
Luciano Lutereau
a su ex-mujer y ni bien se dieron la mano “estaba para romper
llutereau@googlemail.com paredes”. Le digo que no es lo mismo acostarse con mujeres que
sentir deseo por una. Es algo que todavía le molesta: puede es-
1.
Siempre toma tiempo hablar de la familia ante alguien. tar con muchas, pero si tiene que masturbarse piensa en ella.
El motivo es que hablar erotiza el vínculo de mane- Le digo que no es lo mismo actuar un personaje en la fantasía
ra inmediata. Y este erotismo es incestuoso. Por eso a de una mujer, que meter una mujer en su fantasía. “Ahí ellas
ella la deserotiza corroborar que él use medias de hilo... como no entran”, dice. “Las dejás del otro lado de la pared”, le digo.
su papá. No es que él use medias como las de su papá. Es que Me dice que está cansado de acostarse con mujeres. “Debe
a ella se le ocurra la idea. Y prefiere callar. ser de las cosas más aburridas...”, digo y él completa el chiste:
Esta deserotización es señal de la represión del erotismo, “...como hacer trámites en la AFIP”. Entonces yo recuerdo algo
también inmediata. La represión es necesaria porque con él se- que dijo hace un tiempo y le pregunto: “¿Arreglaste lo del mo-
ría posible el incesto. Por eso ella prefiere quedar dividida en- notributo?”. “Sí, fue un dolor de huevos, no sé en qué estaba
tre lo sexual y lo tierno. Con este síntoma, divide el erotismo: pensando cuando dejé la relación de dependencia para hacer-
nunca va a acostarse con papá, nunca la ternura implicará es- me el autónomo”, me dice.
tar en posición pasiva con un hombre. La deserotización repri-
4.
me la fantasía de seducción y así es que puede enamorarse de Una mujer me cuenta que salió con un hombre que
hombres que no desea y, por lo tanto, admira (las mujeres ad- la cautivó. Destaca un detalle de su atractivo. Ningu-
miran a los hombres para no desearlos); tanto como soportar na demostración grandilocuente de su potencia, sino
el deseo de hombres que degrada. Sólo puede acostarse con una secuencia: al pasar junto a un espejo, él mira hacia ade-
uno en la medida en que piensa en el otro. lante y ella puede ver que tiene un perfil precioso. “La indife-
rencia ante su imagen”, me dice. “Quizá estaba más interesa-
2.
Él le dice que no, y ella entiende que la rechaza. Como do en verte a vos”, le digo. “¿No era que ya no hay hombres?”,
respuesta a esta decepción ella se enoja y adopta la ac- me pregunta riendo. Cada tanto aparece alguno, debe ser un
titud orgullosa de hacerle sentir su falta. Se hace bus- malentendido. Por suerte.
car, le expone que su amor es dispensable y puede ser de otros,
5.
le muestra que puede perderla. Llego a la Facultad de Filosofía y Letras. Voy a dar cla-
Sin embargo, él no la rechazó, sí le dijo que no. Le pide per- ses de Estética. En la escalera, delante de mí, noto una
dón, como en la canción de Andrés Calamaro: “Yo no quise presencia. No presto atención hasta que la persona
lastimarte, solamente te dije que no”. Pero ella entiende que trastabilla. Es una mujer, en una mano tiene el celular. Lo mira
él la rechaza, y así justifica su pequeño resentimiento. Obtie- mientras, con la otra mano, ataja el borde inferior de su vesti-
ne el goce del despecho, y luego se arrepiente, se siente sola y do contra sus piernas. Ella se defiende de una mirada, que no
va a buscarlo. Porque su enojo no la separa, sino que la une a es la mía porque yo soy otro zombie que sube la escalera con
él, más que el amor. el teléfono en la mano. Si ella no se hubiera tropezado, no nos
“Como odian los amantes”, dice la canción de Joaquín Sabi- habríamos visto ni saludado. Yo dije: “Epa, qué palo te pudiste
na. Pero él no la rechazó, solo le dijo que no. Y ella no puede pegar”. En simultáneo pensé (es mi síntoma) que tendría que
escucharlo a él solo, sino que escucha su rechazo. Él le habla haberle preguntado si estaba bien. Si el erotismo dependiera
con el corazón, incluso cuando le dice que no. Pero ella escu- de nosotros, la especie humana se habría extinguido. El ero-
cha su propia fantasía (me rechaza) y responde con su sínto- tismo empieza donde una mirada precede a los que se ven. Y
ma (la venganza). Así durante años de análisis. después viene el síntoma o la estética.
Poder escuchar, alguna vez, esa negativa de un modo dife-
rente, que no sea una privación, puede ser un buen final. Y el
inicio de otro amor.
3.
Recibo a un hombre que, después de una separación,
sale con diversas mujeres. Le sorprende su capacidad
de seducción. Sale con: la “locutora”, la “vegana”, la
“que juega al fútbol”, etc. Conoció a su última conquista en un
velorio. Y está angustiado e insatisfecho. Le digo que es com-
prensible, ya que para acostarse con una mujer no hay más que
representar un papel. No es poco, pero tampoco eso lo hace un
hombre. Se ríe y habla de las veces que se le declararon alum-
nas que, concluida la cursada, después ni lo saludaron en los
pasillos. Le digo que para acostarse con una mujer no hay más
que destituirse como hombre y actuar una fantasía: la del do-
cente y la alumna, la del gracioso en un velorio, etc. No hay
más que poner el cuerpo, pero tampoco es gran cosa. A los va-
Colaboración
U
na singularidad de la práctica analítica, a diferencia las con lo que Freud definió retorno de lo reprimido cuyas coordena-
psicoterapias que apuntan a ampliar, rectificar o modifi- das lógicas están presentes en toda formación del inconsciente.
car la conciencia del sujeto, reside en que un psicoanalis- Ateniéndome a la cuestión central interrogada aquí subrayo que
ta busca confrontar al sujeto con lo que insiste del inconsciente. un síntoma en tanto acto de revelación de la Verdad, plasmada,
Para lograr tal propósito debe renunciar a nutrir el diálogo ana- por ejemplo, en una fobia a los caballos, no ensancha el saber de
lítico dentro del circuito del discurso común, es decir usar su lu- quien la padece sino que conserva su estatuto de verdad, medio
gar de intérprete para ampliar o corregir los conocimientos de dicha, enigmática, como una roca resistente a la traducción sig-
sus pacientes. Interpretar el inconsciente es algo muy diferente nificativa. ¿La interpretación del analista debiera apuntar a des-
de hacerlo saber. Es hacer que la palabra consuene en esa espe- enterrar el supuesto sentido oculto del síntoma o reproducir el
cie de caja de resonancia que es la estructura del inconsciente. mismo mecanismo significante del retorno de lo reprimido a fin
Habilidad ésta que podríamos aprender más de los poetas que de repetir un efecto de verdad?El modo de responder a esta pre-
de los filósofos o grandes pensadores. Sin embargo, gran parte gunta señala el punto de divergencia entre dos maneras de con-
de la tradición analítica se inclinó por apostar a los efectos es- cebir la cura: “orientada hacia la consolidación de una nueva
clarecedores de eruditas explicaciones o interpretaciones com- versión significativa acerca de las fuentes de inhibiciones, sínto-
prensivas. O sea, con el mismo recurso que las terapias cogniti- mas y angustias, lo cual deja indemne la transferencia al sujeto
vas de todo tipo, cuyos efectos “curativos” afirman su poder en supuesto saber”; a través de intervenciones con dominancia de
el poder de fascinación que presta la transferencia. la función poética que refuerzan la inventiva del analizante y su
La premisa mayor de la práctica analítica reside en renunciar confianza en el inconsciente. En la medida en que todo aconte-
al vigor sugestivo de la palabra autorizada y emplear una téc- cimiento donde la verdad irrumpe produce una falla, una grieta,
nica interpretativa tal que haga destellar la dimensión poética un agujero en la superficie del saber revelando su inconsistencia,
del lenguaje más allá del saber. Luego, el saber se reorganiza de progresivamente va restando solidez a la posición del analista en
otro modo, y de otro y de otro a lo largo del análisis. Esas con- tanto garante, falso garante del saber supuesto.
figuraciones imaginarias no definen la partida; la consecuencia
esperable de las sucesivas experiencias del inconsciente redunda La función poética del lenguaje. Es en tanto que una interpretación
en un cambio de posición subjetiva por la cual –parafraseando justa extingue un síntoma que la verdad se especifica por ser poética.
la metáfora freudiana de la segunda tópica– el yo habrá de per- Lacan no solo siguió atentamente los desarrollos de Jakobson
der la seguridad de mantenerse al servicio del superyó, y con- acerca de la universalidad de la estructura fonológica de las len-
vertirse en servidor de la insistencia del inconsciente que habi- guas, sino que se apoya es sus desarrollos para redefinir el in-
ta en el núcleo insabible de su ser. Ahora bien, si el psicoanálisis consciente freudiano en tanto estructurado como un lenguaje.
cura apoyado en las propiedades poéticas de la palabra es por- Recuerdo una temprana cita de “La instancia de la letra en el in-
que la estructura del inconsciente está estructurada a nivel de consciente…” para dar cuenta de esta afirmación:
la función poética del lenguaje. “Ahora bien, la estructura del significante es, como se dice co-
En la clase del 19 de abril de 1977, durante el mismo semina- rrientemente del lenguaje, que sea articulado.Esto quiere decir
rio citado en el encabezado, un Lacan ya curtido por el tiempo y que sus unidades, se parta de donde se parta para dibujar sus
la experiencia y cerca del final de su vida, dejó caer el siguiente imbricaciones recíprocas y sus englobamientos crecientes, es-
alegato: “No hay más que la poesía, se los he dicho, que permi- tán sometidos a la doble condición de reducirse a elemen-
ta la interpretación. Es por eso que yo no llego más, en mi téc- tos diferenciales últimos y de componerlos según un
nica, que a lo que ella sostiene”.1 orden cerrado.Estos elementos, descubrimiento decisivo de
Valga esta cita como preámbulo de otra muy cercana, del mismo la lingüística, son los fonemas (….) y presentifican válidamen-
seminario, donde vincula el instrumento de la cura con la estruc- te lo que llamamos la letra, a saber, la estructura esencialmen-
tura del inconsciente. “Es en tanto que una interpretación justa te localizada del significante”.3
extingue un síntoma que la verdad se especifica por ser poética”.2 La letra escrita cierne cada uno de los componentes mínimos
Al modo de la tradición exegética de los talmudistas, desplegaré diferenciados en el habla sin necesidad que el hablante tenga
mi lectura y comentarios de este condensado y sabroso pasaje. conciencia de ello. La invención de la escritura alfabética mar-
Hay cuatro palabras centrales que tomo en calidad de concep- có el momento histórico en el cual la estructura fonológica de
tos forjados por Lacan a lo largo de su obra. Estos son: interpre- la lengua hablada pudo ser identificada y cada uno de sus ele-
tación, síntoma, verdad y poética. mentos identificado con un signo gráfico. La lista de letras –vo-
V
mentos rigurosamente sometidos a reglas de selección y ivimos en una época en la La presencia continua por par-
combinación. Por esta razón los lingüistas discuten cuá- cual las madres encuentran te de los padres puede interfe-
les son los elementos diferenciales últimos de la estruc- difícil confiarles sus hijos a rir –dependiendo de la edad del
tura del lenguaje, si deben ubicarse a nivel del fonema o niñeras y cuidadoras. Además, en pequeño/a– en la creación de la
del rasgo distintivo. Lacan tomó el partido de reconocer- líneas generales, se les dificulta el capacidad de espera, un espa-
lo en el orden de los fonemas o de las letras. La “instan- proceso de volver a trabajar luego cio necesario para la progresi-
cia de la letra en el inconsciente” remite al efecto de “es- del período de la licencia pospar- va adaptación al mundo externo.
critura” de fonemas que el discurso cotidiano deja en el to por el desprendimiento y sepa- Esta capacidad de adaptación se
hablante, aunque éste pertenezca a una cultura que no ración con su bebé. inicia durante la lactancia con la
haya accedido a la escritura alfabética o sea analfabeto. Sucede que muchos padres es- estabilización de los ritmos vita-
Las adquisiciones lingüísticas que componen la estruc- tán temerosos. Sienten miedo –y a les, con la presencia y ausencia de
tura fonológica excluyen la consistencia imaginaria que veces culpa– de tener que ir a tra- sus padres, en especial de la figu-
los efectos de significado van atesorando en el campo del bajar y dejar a su hijo en manos de ra materna por el establecimiento
saber. Razón ésta de la disyunción entre saber y verdad. extraños, por más recomendacio- de la frecuencia de lactancia y de
Si bien es cierto que Lacan en el pasaje que extraje de nes que los mismos tengan y de- períodos de vigilia y sueño. Ade-
la “Instancia de la letra…” no menciona directamente a ciden utilizar streaming. más, se relaciona con la toleran-
Jakobson, es a él a quien consideró como el exponente Recuerdo que cuando no exis- cia a la frustración y con la géne-
mayor de los descubrimientos de la lingüística moderna tían las webcams o facetime, algu- sis de la intimidad, algo que las
de la que se sirvió para reformular el inconsciente freu- nas madres me contaban durante cámaras y la transmisión en vivo
diano. Es el mismo Jakobson, veinte años después de ha- sus sesiones que dejaban un gra- no pueden reemplazar.
ber planteado su teoría acerca de la universalidad de la bador encendido en la casa mien- La tecnología no es mala en sí
estructura fonológica en las lenguas conocidas, presentó tras no estaban para chequear la misma sino que, dependiendo de
un trabajo cuyo título es “Lingüística y Poética” donde in- conducta de la persona encarga- cómo se use, puede resultar una
trodujo lo que llamó “la función poética del lenguaje”4. da de sus hijos. herramienta útil y un buen re-
Esta fue mencionada y honrada por Lacan subrayando Hoy, gracias al avance tecno- curso para estar en contacto con
su pertinencia con los temas que aborda el psicoanálisis. lógico, el streaming, entendido el niño. En manos de personali-
Jakobson sostiene que una frase tiene valor poético cuan- como la transmisión de imáge- dades temerosas, desconfiadas
do la dominancia del mensaje se concentra en la “resonan- nes y videos en tiempo real, per- o culposas, puede convertirse en
cia” de los elementos significantes por encima de su facultad mite estar en contacto perma- una obsesión.
de transmitir significados. Señala Jakobson a su vez que la nentemente y “en vivo” con cual- A modo de viñeta clínica, hace
función poética no se restringe a la poesía. Ésta es solo un quier persona y en cualquier par- poco me consultó una madre
caso, aunque de gran relevancia. El psicoanálisis advirtió te del mundo. treintañera sobre su hijo de 3 años
que todo mensaje del inconsciente está organizado acor- La tecnología ha facilitado a que no hablaba, no jugaba con
de a la lógica de la función poética. En “Psicopatología de los padres la posibilidad de estar otros niños y que lo notaba muy
la vida cotidiana” Freud clasificó y analizó una amplia lis- presentes aunque algunos abusan replegado. Indagando un poco so-
ta de fenómenos cotidianos espontáneos forjados con igua- y se convierten en omnipresen- bre la relación, surgió, entre otras
les mecanismos significantes que los síntomas neuróticos. tes, que no es bueno para ningu- cosas, el control permanente y ob-
Estas formaciones del inconsciente, que no necesariamen- na relación. El riesgo para la ma- sesivo que ejercían ambos padres
te pueden calificarse como poesías, llevan sin embargo la dre, dependiendo de la estructura sobre el niño vía streaming.
marca de su pertenencia al campo de la función poética. de personalidad que tenga, pue- Sabemos que en los primeros
Habitualmente se supone que el contenido del mensaje no de relacionarse con un aumento años de vida se establece una re-
está en las palabras sino en lo que se supone que significan. de angustia, obsesiones, conduc- lación donde el niño necesita que
Es decir que se podría acceder a dicho contenido por medio tas de sobreprotección y paranoia. su madre le ayude a decodificar su
de una interpretación comprensiva. Pero el poeta invierte Además, estas reacciones pueden mudo interno y aquello que lo ro-
esa relación: el contenido de saber de una frase es el me- interferir en su trabajo y, de un dea. Es el comienzo de una rela-
dio del que puede servirse para hacer llegar a destino otro modo inconsciente, puede trans- ción intersubjetiva donde se com-
“contenido”: un corpus de sonidos que agujerea el saber. ferirle estas emociones a su hijo. parten estados afectivos. ¿Cómo
_______________
1. Jacques Lacan. L’insu que sait de l’une-bévues’aile à mourre: Se- Este tipo de comportamiento impactará el streaming en la fun-
minario XXIV (1976-1977) —Inédito— Traducción de Susana hace que el pequeño viva en un ción materna dado que esta tecno-
Sherar y Ricardo Rodríguez Ponte para la Escuela Freudiana de clima emocional de desconfian- logía deja afuera el mundo afecti-
Buenos Aires. Clase 13 (17 de mayo de 1977) za, miedo, tensión y, a menudo, vo y sensorial?
2. Jacques Lacan. L’insu que sait de l’une-bévues’aile à mourre: Se- sobreprotección, poco saludable Habitamos un mundo tecnoló-
minario XXIV (1976-1977) —Inédito— Traducción de Susana
Sherar y Ricardo Rodríguez Ponte para la Escuela Freudiana de
para su desarrollo en tanto pue- gico que imprime su sello en to-
Buenos Aires. Clase 13 (17 de mayo de 1977) de detenerlo o inhibirlo. El con- das las relaciones en las cuales se
3. Jacques Lacan. La instancia de la letra en el inconsciente o la razón trol permanente y constante ha- posa. El potencial tecnológico es
desde Freud. En: Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI, 1985. pág. 473 bla más de una conducta guiada tal, que bien puede liberarnos o
4. Roman Jakobson. Ponencia “Linguistics and Poetics”, en el congre- por el miedo más que por el amor. bien esclavizarnos.
so de la Universidad de Indiana, (Bloomington, 1958).
Novedades editoriales
Russell
Textos filosóficos
Dossier
Martin Heidegger
3ra época - 133ra parte
1997 - 2018
Compilador: Rogelio Fernández Couto
D
irigiéndose a los analistas, en una reunión del 17 de La diosa Alétheia no es entonces la pretenciosa verdad téc-
marzo de 1959, les decía Lacan: “...El médico –y se re- nica del cálculo. Su estar, su Da-sein, es el de la apertura y la
fiere al psicoanalista– siempre habla como si estuviese pobreza benéfica del “poco y nada de sentido”.
bien enfundado en sus botas, las botas del amor, del deseo, de Verdad en el error o en el olvido que por ineptitud del analis-
la voluntad, y de todo lo que sigue. Es una posición muy curio- ta –por supuesto que siempre posible– puede promover y has-
sa y deberíamos saber desde hace tiempo que es una posición ta consolidar el olvido de las verdades del sujeto tanto como el
peligrosa por la cual nos introducimos en esa contra-transfe- olvido del sujeto mismo en análisis. Olvido del sujeto conver-
rencia que nos impide entender algo del enfermo con el que tible en acting-out, llamado a la atención flotante del analis-
nos enfrentamos. Por eso es esencial para el analista articular ta. Llamado que solicita considerar a la transferencia en tanto
el deseo, situar su lugar”. tránsito a lo simple y único que caracteriza a la singularidad.
Ese “docto-saber” que se opone a la “docta-ignorancia”, está Verdad del sujeto del inconsciente en transferencia que, al
hecho de rechazo sistemático que entre otros temas, trata a la igual que la idea de la verdad en Ser y Tiempo, se la encuen-
repetición como resistencia transferencial, expresando en esa tra fatalmente fuera de los intereses de una teoría del cono-
mal entendida articulación, transferencia-repetición, la resis- cimiento, del cognitivismo y sus técnicas. Verdad que refiere
tencia del analista a considerar: por un lado, al inconscien- a un sujeto dividido entre “el dicho” y “el decir”, entre lo que
te como efecto del significante en el sujeto, y por el otro, a la supone saber y “lo reprimido” que forja su deseo.
pulsión como eco del significante, tocando el cuerpo cual ins- Sujeto dividido entre el placer y el goce, entre desear y que-
trumento, llegando como ocurre en los llamados fenómenos rer o no lo que se desea.
psicosomáticos, hasta “hincar” los órganos. Es por todo esto que decimos que en esa formación del in-
Se reniega entonces de esa común pertenencia, esa co-perte- consciente llamada psicoanalista, se tratará de “atender” al
nencia transferencia-pulsión e inconsciente-repetición. Enten- amor y a la verdad por los más sinuosos caminos, los más es-
diendo así a la repetición cual molesta o torpe insistencia rei- trechos y enrarecidos laberintos. El acting-out del analizan-
terativa, anulando de este modo su carácter de “kairós”, opor- te y a veces el del analista, pueden ser uno de ellos, uno de
tunidad que permite se le preste oídos, esto es “atención pare- los siempre posibles recorridos de esa “profesión imposible”.
jamente flotante”, considerándola de otro modo, es decir re- Sendas que por más difíciles y hasta arduas que resulten,
cuperación, re-demanda, re-dicho, y por lo tanto, vuelta a las no podrán carecer de la honestidad intelectual que hace a su
fuentes. Metáfora de la diosa de Parménides que equivaldría “emplazamiento”. Nos referimos al armado ético-lógico del
psicoanalíticamente a disponer, a contar con esa marca, que dispositivo analítico. Honestidad intelectual que se opone a
en tanto índice significante de la represión primaria, repite en cualquier pomposa idea de generoso amor a la verdad en el
la repetición su diferencia, si se la aloja en la transferencia en blablá psicoanalítico.
tanto una vuelta de lo reprimido. Torsiones de lo reprimido. En palabras de Freud, refiriéndose a Dostoievski, se trata-
En realidad suele ocurrir que a la repetición se la empareja rá de: inteligencia para conocer y honradez para confesar. Di-
imaginariamente a la transferencia en la medida en que ésta, gamos que si el amor de transferencia nos concierne en tan-
la repetición, no deja de ser un modo de “recordar”, de tran- to una suerte de genitivo, lo es por su potencia de verbo, de
sitar por la cadena significante al amparo de ese artificio que carta, de letra.
es la transferencia analítica. Alétheia, camino al Eros, que se Estamos entonces en condiciones de decir que el amor es en
hace verdad tanto en el recuerdo como en el olvido, Letheia. psicoanálisis un asunto de letra, y de ella nos ocupamos cuan-
do nos ocupa la transferencia. Cuando esa letra nos hace letri- nueva con respecto a una tradición filosófica que no en vano
na sin ser por ello menos cierta y menos letra. iremos a buscar aquí a su mismo origen. Esta estrecha unión
Repetimos entonces que el amor nos concierne en tanto y del amor con el odio,…”
en cuanto el inconsciente al que nos dirigimos y nos dirige, Acuerdo con quienes consideran, junto con Lacan, que aun
nos obliga a tener que vérnosla con el lenguaje, que no es sin en el amor se pone en juego la exigencia de algo verdadero
“lalengua” teniendo en cuenta, eso sí, que el inconsciente no con respecto a la imposibilidad. Pensar el amor más allá de su
se reduce ni se traduce del todo ni al lenguaje ni a “lalengua”. constitución narcisística o de su instrumentación de tapón o
Sospecho que el amor de transferencia es un posible paradig- velo de la relación “sexual imposible” es, sospecho, solo abor-
ma de eso que Lacan denominó “discurso sin palabras”, aunque dable en la labor de la transferencia. Ese no siempre amable
tal discurso no podría relevarse sin lo tocante al verbo, ese acto encuentro entre Eros y Alétheia. Se tratará entonces no de un
que inicialmente se presta al inconsciente siempre que advir- amor ilimitado sino de un amor cuyos límites no sean ni la reli-
tamos que el inconsciente solo dice a quien en verdad se pres- gión, ni la filosofía, ni el psicoanálisis como propedéutica, ni la
ta. Me refiero a quien en tanto analista, se hace hacer ágalma cándida neurosis como medida de una nueva moral del “gran
y no amalgama de sus amores a la hora de la transferencia. hermano” que Heidegger llamó “publicidad” o “habladuría”.
De allí que el analista resulte, más allá de sus experiencias Tal vez sea acertada la metáfora heideggeriana que enun-
amorosas, un objeto agálmico que resta como amado en el te- cia: “Solo un dios puede salvarnos”, si ese dios soporta habi-
rritorio de ese amor de transferencia. Territorio del Eros en tar sin sutura la división, Eros-Alétheia. Un dios cuya posición
el que también habita la diosa Alétheia, la diosa-verdad que no sea ni la vengativa paranoia, ni la comprensiva y compla-
en su develamiento dará muestras de eso que freudianamen- ciente debilidad mental. Un dios que se salve de salvar. Un
te entendemos como ambivalencia. Amor y odio que insisten “dios inconsciente” cuyo amor-sublimación pueda hacer con-
y persisten en y más allá de la transferencia. descender al goce con el deseo. Un dios “diciente” que permi-
Transferencia que dirá no solo del odio que anida en el amor, ta, y esta es la responsabilidad de cada sujeto, una experien-
sino consecuentemente de los sitios de odio donde no mora cia de la oscuridad y del vacío y de la hendidura que es ex-
ninguna esperanza de desocultamiento, pero que sin embar- periencia del sujeto del inconsciente, un dios que emerja de
go el analista deberá experimentar como lo que aún resplan- la palabra silenciosa. Silenciosa de locuacidad del ruido y de
dece, eso que analíticamente entendemos como transferencia los guiños del mercado, y de la obviedad sin discernimiento.
negativa, que desde ya sabemos no es negación de la trans- Un dios cuya palabra silenciosa no pretenda ni comunicar ni
ferencia. En el amor que es no sin odio en la transferencia, el informar, sino transmitir la experiencia misma de la palabra
analizante se anoticia de las pequeñas grandes verdades que hecha silencio, es decir, la verdadera médula de la palabra.
dirigen sus relaciones eróticas. _________________
Eros y Alétheia son entonces nombres iniciales que nombran Conferencia dictada en el Seminario Central 2016 de la Fundación Cen-
tro Psicoanalítico Argentino: Sólo un dios puede salvarnos. Ningún dios
lo inicial de la transferencia. Para concluir y citando al poeta
va a aparecer si no le preparamos el lugar.
Rimbaud, destacamos que en el dispositivo analítico, cada ana-
lizante inventa el amor. Su propio amor, y por qué no, también
su amor propio. Invención del amor que se realiza a lo largo
de un tiempo lógico-cronológico que resulta de una “búsque-
da-encuentro” que atañe al deseo en tanto causa-emergente.
Emanación libidinal cuyo nombre es esa primera letra que La-
can llamó “a”, objeto “a” destinado a ser semblanteado, va-
ciado de sentido por el deseo del analista que en tanto se des-
prenda de su persona y pague con ella, teniendo permanen-
temente en cuenta eso que Freud llamó “factor personal”, fa-
cilitará la instauración del erómenos de la estructura del amor
de transferencia, que no es sin el erastés que lo supone sujeto
de un saber de lo erótico-pulsional. Sujeto supuesto a las ra-
zones y a las causas de sus asuntos deseantes. A la pregunta
de si un fin de análisis conduciría a un “nuevo amor”, diremos
que si éste lo hace, lo hace por añadidura. Cuando el amor
habla en un análisis que lo deja hablar, este pone en eviden-
cia que eso que Lacan llamó un “amor sin límites” trate qui-
zás de un amor que soporte la verdad erótica del deseo sin ce-
der a la necedad como necesidad de querer desamarrar a la
verdad de lo sexual, esto es hacer filosofía, ni querer desarti-
cular a lo sexual de la verdad, es decir, hacer sexología. Dife-
rentes formas de renegar de la división del sujeto de la que se
ocupa el psicoanálisis en tanto erotología. Erotología que in-
terroga al amor entendido solo como complemento o tapón
de la imposibilidad. Ideal de perfección que la transferencia
pone en tela de juicio. En palabras de Lacan en el seminario
de la transferencia: “…Digámoslo mejor, vayamos más lejos –
la transferencia es algo que pone en tela de juicio el amor, lo
pone en tela de juicio bastante profundamente respecto a la
reflexión analítica al haber introducido en él, como dimensión
esencial, lo que se llama su ambivalencia. Es esta una noción