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En esos días, un observador privilegiado como Robert Hill, embajador de los Estados
Unidos, informó al Departamento de Estado, respecto de Isabel Perón: "Su autoridad
y posición está tan socavada que no puede tomar las riendas del poder. La
manera en que deje estas riendas, de buena voluntad, tendrá mucho que ver con
quién la reemplazará. En caso de que retorne el 17 de octubre a retomar la
presidencia y se dedique a gobernar, poco después tendría lugar un golpe militar,
posiblemente hacia fin de año".
En las reuniones del Ejército se fueron macerando varias alternativas para enfrentar la
evolución de los acontecimientos. En una de esas reuniones (6 de noviembre de
1975), presidida por Videla, quedó anotada en una de las libretas de apuntes del
general Albano Harguindeguy, en ese momento subcomandante del poderoso Primer
Cuerpo de Ejército, las cinco alternativas que estudiaba el Ejército:
En este clima, el mismo martes 16, Ricardo Balbín enfrentó las cámaras de televisión:
[…] desde aquí invoco al conjunto nacional, para que en horas exhibamos a la
República un programa, una decisión, para que se deponga la soberbia cuando se
trata de estas cosas. Lo digo desde arriba para abajo. No hay que andar con látigos,
hay que andar con sentidos morales de la vida […] Algunos suponen que vengo a dar
soluciones. No las tengo, pero las hay". "Señoras y señores: pido disculpas, vienen de
lo hondo de mí pensamiento estas palabras que pueden no tener sentido, pero tienen
profundidad y sinceridad. No soy muy amante de los poetas, pero he seguido a un
poeta de mí tierra: 'Todos los incurables tienen cura, cinco minutos antes de la
muerte…..desearía que los argentinos no empezáramos a contar ahora los últimos
cinco minutos".
10 de marzo de 1976: Isabel habla en salón central de la CGT
Una carrera contra reloj. Casildo Herrera viajó a Montevideo
"La crisis alentaba el golpe militar, que a su vez ahondaba la crisis en una clara
relación acumulativa. No es que la amenaza de golpe provocó la crisis sino que los
últimos vestigios de autoridad se diluían ante el anunciado golpe", meditó José Alberto
Deheza, ministro de Defensa, la tarde del lunes 22 de marzo de 1976. Por lo tanto, al
día siguiente les iba a pedir una clara definición a los comandantes generales.
A las 11 de la mañana del martes 23 se reunió con los jefes militares y les dijo: "Todos
los diarios de la mañana coinciden en señalar que hoy es el día de las grandes
decisiones, así también lo entiende el gobierno en cuyo nombre les pido una
definición sobre la inminencia del golpe militar". Luego, pasó a leerles un
documento con sugerencias de las Fuerzas Armadas que el gobierno había recibido el
5 de enero pasado. Los tres comandantes respondieron que el documento contenía
sugerencias y no una exigencia de las FF.AA.
"Una minuta" contiene, además de las palabras del ministro, otras revelaciones. La
respuesta que formuló, en nombre de los tres, el almirante Emilio Eduardo Massera:
"Señor Ministro. Si usted nos dice que la señora presidente está afligida y acorralada
por el gremialismo. Si, además, nos sondea para ver cómo podemos ayudarla.
Nuestra respuesta es clara: el poder lo tienen ustedes. Si lo tienen úsenlo, si no
que la señora presidente renuncie". La reunión se levantó y los comandantes se
reunieron para deliberar en sus propios comandos.
Años más tarde, Jorge Rafael Videla me relató: "Cuando salimos (de la cita con
Deheza), los comandantes nos cruzamos al Edificio Libertador (sede del Comando
General del Ejército). Nos preguntamos ¿qué hacemos, mañana va a pasar lo mismo?
De esta gente ya no se puede esperar nada. Los planes de la "Operación Aries"
(nombre en clave del golpe) estaban terminados, lo mismo que las directivas
"Bolsa" y "Perdiz" (detención de blancos).
El helicóptero presidencial tardó en llegar desde Olivos. Cuando lo hizo, Isabel Perón
se dispuso a viajar. La despidieron en la azotea de la Casa de Gobierno algunos
miembros de su custodia y dos o tres oficiales de granaderos.
–Villarreal: "Señora, las Fuerzas Armadas se han hecho cargo del poder político y
usted ha sido destituida"
–Villarreal: "No. Su integridad física está garantizada por las Fuerzas Armadas"
Luego, ella se extendió en un largo parlamento. "Debe haber un error. Se llegó a un
acuerdo con los tres comandantes. Podemos cerrar el Congreso. La CGT y las 62 me
responden totalmente. El peronismo es mío. La oposición me apoya. Les doy a
ustedes cuatro ministerios y los tres comandantes podrán acompañarme en la
dura tarea de gobernar".
En esos minutos, otro alto oficial se comunicó con los comandantes generales. Les
pasó la contraseña: "La perdiz cayó en el lazo". Isabel Martínez de Perón había
sido detenida.
Mientras Isabel hablaba con los tres delegados militares, se mandó a buscar a
"Rosarito" (la empleada que la acompañaba desde España) a Olivos. Previamente se
le había ordenado que hiciera dos valijas con ropa para la señora. A la 1.50 un avión
de la Fuerza Aérea partió con la ex presidente, en calidad de detenida, a Neuquén.
A las 10.40 de la mañana, la Junta Militar asumió el poder, en medio de una gran
tranquilidad pública.