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Resumen Crítico del Tema La Descentralización:

Una Voluntad de Ahondar la Democracia.

Autor: Luis María Turbí Pirón

Con la descentralización la vida de los países, sobre todo, los denominados


del tercer mundo puede cambiar, las diferentes regiones pueden ver
nuevas alternativas de poder en la que los más desposeídos puedan tener
mayor concertación frente al poder público y del Estado.
El presidencialismo de los países, el cual no tiene límites arropa la
administración de todos los recursos, el partidismo y el poder centralizado
en pocas manos hace que nuestros pueblos no puedan avanzar. Es por
estas razones, que se hace necesaria la descentralización, tanto de las
instituciones públicas como privadas. De esta manera acercamos el poder
cada vez más al ciudadano común y corriente.

Sólo acercando este poder al ciudadano, tendremos una mayor y mejor


democracia, y una justicia social que atienda a los problemas colectivos,
respetando por encima de cualquier otra consideración, al pluralismo
ideológico y político, que es condición esencial del estado de derecho y de
justicia al que todos aspiramos.

Esta descentralización de la que hablo, tardó mucho tiempo en surgir,


pues las dictaduras a las que fuimos como pueblos sometidos, nos
atrasaron durante muchos años. El camino ha sido tortuoso, pero el
simple hecho de llegar a una etapa en que la institucionalización se hizo
presente en los 80, nos garantizó pasar a una segunda etapa que dio paso
formal a los procesos de descentralización del que malamente gozamos en
los países en subdesarrollo.

Me dirijo en estos términos, debido a que en realidad, son muy pocos los
países de nuestro continente, en los que se ha puesto en práctica un
verdadero proceso en el que exista un control del poder del Estado
limitado por el poder otorgado a los pequeños gobiernos de nuestras
localidades marginadas.
El estilo de descentralización que se practica hoy en día, no ha garantizado
la autonomía total de los diferentes organismos que hacen vida pública o
privada en nuestros pobres países.

Si bien es cierto que se ha intentado algún esfuerzo para democratizar la


mayoría de nuestras instituciones y las acciones de nuestros gobiernos, no
menos cierto es que la voluntad de los que dirigen desde el poder no se ha
manifestado de manera abierta y práctica en favor de esto. Debido a que
todavía el poder tanto político, como social, y económico sigue
concentrado en pocas manos.

La descentralización como práctica social y de hecho política, genera


múltiples beneficios para las sociedades emergentes, y cuya democracia
ha sido bastante débil a causa de la mala administración de sus
gobernantes.

Los pueblos que sustentan esta práctica realidad, están en consecuencia


destinados al fortalecimiento de sus instituciones y al uso equilibrado de
los recursos económicos, en beneficio de quienes menos pueden.

Sin dudas creo que la descentralización es en verdad una voluntad de


ahondar la democracia, pero se necesita de algo más que simple voluntad
para que se haga una realidad total en nuestros agonizantes pueblos.

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