Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Perú (SASPER)
La explicación a muchos de los fenómenos sísmicos y volcánicos que han ocurrido en los
últimos años es que son consecuencia de Fallas Tectónicas y del movimiento de las Placas
Tectónicas. Desde el punto de vista geológico, las zonas conocidas como las más activas del
mundo en estos términos forman dos grandes alineaciones de miles de kilómetros de longitud
y solo unos pocos de ancho:
Cinturón Circumpacífico (conocido como "Cinturón de Fuego"). Rodea casi
totalmente el Pacifico, se extiende a los largo de las costas de América del Sur,
México y California hasta Alaska; después continúa por las islas Aleutianas, antes de
dirigirse hacia el sur a través de Japón y las Indias orientales. La mayor parte de la
energía sísmica se libera en esta región, libera entre 80 y 90% de la energía sísmica
anual de la Tierra.
Una tercera región altamente sísmica la formaría la Dorsal Meso atlántica ubicada en
el centro del Océano Atlántico.
Hay regiones donde la actividad sísmica es casi nula o desconocida, lo que pone de
manifiesto que el peligro representado por los sismos es muy grande en ciertas regiones y
casi nulo o insignificante en otras. Estudiando la distribución de los hipocentros de distintos
terremotos que han tenido lugar a lo largo de la historia, se divide la superficie terrestre en
tres zonas:
- Regiones sísmicas: zonas activas de la corteza terrestre muy propensas a sufrir
grandes movimientos sísmicos; coinciden con las zonas de impacto o roce de las
placas.
- Regiones penisísmicas: zonas en las que sólo se registran terremotos débiles (de poca
intensidad) y no con mucha frecuencia.
- Regiones a sísmicas: zonas muy estables de la corteza terrestre en las que raramente
se registran terremotos. Son sobre todo regiones muy antiguas de corteza de tipo
continental (escudos).
Características:
Para entender los sistemas de detección, debemos conocer un poco en profundidad las
características de un terremoto y qué procesos tienen lugar cuando se produce uno.
El punto exacto en donde se origina el sismo se llama foco o hipocentro, se sitúa debajo de la
superficie terrestre a unos pocos kilómetros hasta un máximo de unos 700 km de
profundidad. El epicentro es la proyección del foco a nivel de tierra, es decir, el punto de la
superficie terrestre situada directamente sobre el foco, donde el sismo alcanza su mayor
intensidad. El fallamiento (falla) de una roca es causado precisamente por la liberación
repentina de los esfuerzos (compresión, tensión o de cizalla) impuestos al terreno, de esta
manera, la tierra es puesta en vibración; esta vibración se debe a que las ondas sísmicas se
propagan en todas las direcciones y trasmiten la fuerza que se genera en el foco sísmico hasta
el epicentro en proporción a la intensidad y magnitud de cada sismo.
Una vez que se produce el terremoto, el movimiento sísmico se propaga a través de ondas,
en función de sus características y de lo que atraviesan, hay distintos tipos. Las Ondas
longitudinales o P son las que primero se propagan, ya que viajan a una velocidad de hasta
13 km/s. Son las primeras que se detectan y, al circular por el interior de la tierra, no son
realmente peligrosas. Después llegan las Ondas transversales o S, más lentas y que
únicamente atraviesan sólidos. Finalmente las ondas superficiales, que tienen lugar como
consecuencia de la acción de las P y de las S sobre la superficie terrestre, estas son las más
lentas y también las más peligrosas.
Los sismógrafos son aparatos que miden, precisamente, estas variaciones.
Cuando se produce un terremoto, desde el epicentro del mismo viajan dos tipos de ondas:
las ondas P y las ondas S. Juntas dan lugar a las ondas superficiales, las peligrosas. Una red
de sensores distribuidos por todo el territorio a cubrir es capaz de detectar las ondas P, que
son las más inofensivas, y emiten una alerta al centro de control centralizado. Desde este se
procesa la alerta y se envía a los usuarios, antes incluso de que lleguen las ondas S, ya que
desde la llegada de la onda P hasta que comienzan las de superficie pasan 20 segundos.
El depender de un único dispositivo puede dar lugar a falsos positivos, poca exactitud y
además no se puede seguir la evolución del terremoto.
El tiempo de antelación con el que se detecta un terremoto depende de varios factores. Uno
de los principales es la distancia del lugar al epicentro del mismo. Si se está muy cerca, no
dará tiempo a recibir una alerta. Si se está muy lejos, los efectos del terremoto serán muy
leves y no tendría mucha utilidad. La clave es conseguir que, en esa zona intermedia donde
se van a producir daños, el aviso llegue con suficiente tiempo. Cuantos más sensores se
desplieguen, mejor, ya que antes llegarían las ondas de epicentros cercanos y más rápidos se
podría dar la alerta.
Impacto:
Los efectos de un sismo traen como consecuencia el sacudimiento del suelo, los incendios,
las olas marinas sísmicas y los derrumbes, así como la interrupción de los servicios vitales,
el pánico y el choque psicológico. Los daños dependen de la hora en que ocurre el sismo, la
magnitud, la distancia del epicentro, la geología del área, el tipo de construcción de las
diversas estructuras, densidad de la población y duración del sacudimiento.
Hasta hoy no existe una técnica eficaz que permita predecir los sismos ni en los países como
Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada. Pero los adelantos logrados y el
conocimiento adquirido nos permiten aseverar que llegará pronto el día que la posibilidad
de anticipar la ocurrencia de un terremoto sea una realidad cotidiana.
Los Sistemas de Alerta Sísmica (SAS) implantados en algunos países dan la oportunidad de
conocer el inicio de un sismo fuerte cerca de su epicentro, la diferente velocidad de
propagación de las ondas sísmicas y eléctricas, y la distancia entre el sitio del epicentro
sísmico y el lugar donde se desea prevenir sus efectos. La eficacia de esta tecnología depende
del resultado de las acciones como captar el sismo, pronosticar su magnitud e informar
oportunamente a la población en riesgo para que responda adecuadamente, todas estas
acciones tienen posibilidad de falla. El SAS es capaz de brindar, por medio de la radio y la
televisión, un aviso de entre 50 y 70 segundos, previo a la llegada de un macrosismo de 6
grados o más en la escala de Richter.
Fundamentos de un sistema de alerta sísmica temprana
Con las tecnologías de esa fecha era imposible llevar a cabo su idea, ya que un requisito
indispensable era disponer de un número considerable de detectores que funcionaran de
forma automática. Ha sido solo en las últimas décadas, cuando se han desarrollado los
instrumentos y metodologías necesarias para hacer posible la implementación de los EEWS,
que en la actualidad, en su esencia no distan mucho de la idea propuesta por Cooper (Saita y
Nakamura, 2003). Más de 100 años después de la idea original de Cooper, el primer EEWS
se desarrolló en Japón en 1982, como un sistema de detección en la costa para la línea de tren
Tohoku-Shinkansen. Después, en 1991, comenzó a funcionar un sistema similar para Ciudad
de México. El primer sistema que puso en práctica la detección del terremoto a partir de la
onda P fue UrEDAS (“Urgent Earthquake Detection and Alarm System”) en 1992, diseñado
para proteger la línea ferroviaria japonesa Tokaido-Shinkansen, extendiéndose
posteriormente a la línea Sanyo-Shinkansen en 1996 (Nakamura y Saita, 2007b).
https://www.gob.mx/sgm/articulos/sismos-causas-caracteristicas-e-impactos?idiom=es
https://m.xataka.com/otros/asi-funciona-el-sistema-que-es-capaz-de-detectar-un-terremoto-
antes-de-que-lo-notemos/amp