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La fotobiología estudia los efectos de los rayos del sol sobre los seres vivos. Nadie pone
en duda que el sol es un elemento indispensable para la vida en la tierra. Gracias a su
luz visible y los rayos infrarrojos podemos ver y calentarnos, además de influir
positivamente sobre nuestro estado de ánimo y favorecer la producción de vitamina D.
Sin embargo, la exposición al sol de una manera incontrolada y en exceso, algo cada vez
más frecuente desde hace unas décadas, puede tener efectos sumamente perjudiciales
para la salud como cáncer de piel, fotoenvejecimiento, quemaduras solares y
desórdenes inmunológicos.
El sol es una fuente natural de radiaciones electromagnéticas que se caracterizan por su
frecuencia y longitud de onda, y suelen clasificarse atendiendo a estas dos propiedades
en diferentes grupos. Al conjunto de todas ellas se le denomina espectro
electromagnético y en él se distinguen desde ondas de radio, microondas, infrarrojos,
luz visible, luz ultravioleta, rayos X, rayos gamma, etc. De todo el espectro solar sólo la
luz visible, los infrarrojos y una parte de la radiación ultravioleta alcanzan la superficie
terrestre, en las siguientes proporciones: 50, 40 y 10% respectivamente. El resto, son
detenidas por el ozono estratosférico.
La radiación ultravioleta constituye la principal responsable de las dermatosis lumínicas.
Su energía es inversamente proporcional a su longitud de onda, de manera que la más
corta es la más energética. Atendiendo a esta propiedad se la clasifica en 3 bandas
energéticas: UVC (200-290 nm), UVB (290-320 nm) y UVA (320-400 nm). Los UVC son los
más nocivos y afortunadamente son absorbidos por la capa de ozono.
La luz solar produce daño cutáneo porque las radiaciones ultravioletas son absorbidas
por el ADN, ARN, proteínas, lípidos de membranas y organelas celulares presentes en
las células de la epidermis y la dermis, incluyendo el sistema vascular (1). Los efectos de
las radiaciones ultravioletas son acumulativos y dosis-dependientes y están en relación
a la duración, frecuencia e intensidad de la radiación (2, 3).
Los rayos ultravioletas B (UVB) originan el eritema solar y producen mutaciones en los
oncogenes y genes supresores de tumores del tipo carcinoma basocelular y
espinocelular (4). Las radiaciones ultravioletas A (UVA) son responsables de la
pigmentación directa de la piel, penetran hasta la dermis produciendo daños
acumulativos en el colágeno y la elastina conocidos como fotoenvejecimiento, jugando
un papel fundamental en la aparición de alergias solares y determinan daño en el ADN
por una reacción de fotosensibilidad que conlleva a citotoxicidad y carcinogénesis, que
hoy se considera que inducirían al melanoma maligno (4, 5). Los UVA cortos son cinco
veces más carcinogénicos que los UVA largos.
Aunque el cuerpo humano ha desarrollado diversos mecanismos de autoprotección
actínica como formación de melanina, secreción del sudor conteniendo ácido urocánico
y aumento del grosor de la capa córnea, la exposición prolongada al sol puede
sobrepasar la capacidad defensiva de la piel por lo cual debemos recurrir a la foto
protección artificial o externa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el cáncer de piel es cada
vez más frecuente, lo cual se confirma en el hecho de que cada año se diagnostican dos
millones de nuevos casos en todo el mundo, tanto de carcinomas epidemoides como
melanoma (6).
El ADN es el blanco principal de la radiación UVB. Dado que el ADN de los queratinocitos
y células de Langerhans absorben directamente la radiación, ésta es más citotóxica y
mutagénica que UVA. Los principales productos de UVB son dímeros ciclobutano de
pirimidina y fotoproductos de pirimidona. La radiación UVA también produce daño al
ADN celular mediante mecanismos indirectos que involucran la inducción de estrés
oxidativo, el cual es mayor que el generado por radiaciones ultravioletas B (8). Durante
la reparación o replicación de ADN puede ocurrir errores o inserciones de bases
incorrectas. Con todo, si las mutaciones ocurren en los oncogenes o genes de supresión
tumoral, pueden favorecer la producción de neoplasias.
Los rayos infrarrojos también inducen la activación de vías que regulan la expresión de
la metaloproteinasa de matriz en fibroblastos dérmicos, lo cual favorece el
fotoenvejecimiento (9). Entre los efectos agudos producidos por las radiaciones
ultravioletas encontramos eritema, hiperpigmentación, bronceado tardío, hiperplasia
epidérmica, formación de radicales libres, mientras que los efectos crónicos abarcan
fotoenvejecimiento, inmunosupresión, fotocarcinogénesis y exacerbación de
fotodermatosis.
Los fotoprotectores tópicos o productos antisolares son preparados farmacéuticos de
aplicación tópica que tienen la propiedad de reflejar, absorber o refractar la radiación
ultravioleta de origen solar o de fuentes artificiales, atenuando la acción perjudicial de
los rayos solares. Un protector solar ideal debe brindar protección UVA, UVB e infrarroja;
evitar la producción de radicales libres producidos por actividad solar; y contener
enzimas activas que estimulen la reparación del ADN. Así mismo, debe ser estable;
seguro y fácil de aplicar de manera uniforme; cosméticamente aceptable y resistente al
agua, el sudor y la abrasión; no comedogénico, hipoalergénico y no absorbible; y
también, de precio accesible.
Al hablar de sustancias que se ponen sobre la piel con el fin de prevenir el daño solar, es
importante puntualizar los siguientes principios generales:
Fototipo
Características físicas de un grupo de personas (color, piel, cabello, ojos, etc.) que
permiten establecer su grado de sensibilidad al sol y su capacidad de bronceado (10,11).
Fitzpatrick clasifica a los distintos fototipos en seis grupos (Tabla 1).
TABLA N° 1
Clasificación de los fototipos según Thomas Fitzpatrick (Harvard
Medical Scholl).
Grupos de
Fototipos Quemaduras Bronceado Color Piel individuos,
etnias
Pecosos,
I Siempre No Muy blanca
pelirrojos, celtas
Nórdico
II Muy fácilmente Mínimo Blanca europeo y
centroeuropeo
Cabello
III Fácilmente Gradual Lig. morena
rubio/moreno
IV Ocasionalmente Sí Morena Latinos
Árabes,
V Raramente Intenso y rápido Muy morena
asiáticos, indios
VI Nunca Máximo Negra Negros
Índices de Protección.
Por otra parte, hay que comentar que cualquier fotoprotector con un índice de
protección por debajo de 15 (para UVB) no protege de manera suficiente frente al daño
de ADN y carcinogénesis. En la actualidad se conoce bastante bien el mecanismo de
protección en relación al FPS, recomendándose por lo general productos con FPS 30 o
30 plus, los cuales conllevan a un bloqueo de radiaciones ultravioletas de un 96,7%. Los
métodos de evaluación del factor de protección contra UVA (FPA) son heterogéneos
debido a la falta de respuesta cutánea a los UVA, ya que se necesitaría de una gran
cantidad de radiación para producir eritema.
Resistencia al agua.
Fotoestabilidad.
Capacidad de una molécula para permanecer intacta tras su irradiación. Constituye un
problema potencial en todos los filtros químicos. Los filtros físicos en contraste con los
químicos son altamente fotoestables (15).
TIPOS DE FOTOPROTECTORES
TIPO 1 Fotoprotectores para UVB. Su FPS está entre 2-15. Contiene sólo
absorbentes UVB como aminobenzoatos, cinamatos, salicilatos y
benzofenonas. Absorben 290-320 nm.
TIPO2 Fotoprotectores para UVB y UVA. Su FPS está entre 12-15 para UVB y para
UVA entre 4-6. Parcialmente eficaz frente a UVA porque incluye
benzofenonas. Absorben 290-360 nm.
TIPO 3 Fotoprotectores para UVB y UVA. Su FPS está entre 15-20 para UVB y para
UVA mayor de 3 porque añade benzofenonas de amplio espectro. Absorben
290-400 nm.
TIPO 4 Fotoprotectores para UVB y UVA. Su FPS está entre 15-30 o más de 30 para
UVB, y para UVA de 4-6. Añade avobenzona, dióxido de titanio y óxido de
zinc. Recomendable para fototipos I a III y en fotodermatosis.
TIPO 5 Bloqueadores físicos (sustancias pantalla). Su FPS es de 15-30 y su FPA de
4-6. Contiene óxido de zinc y dióxido de titanio micronizado. No son
sensibilizantes.
En los años 60 y 70 se introdujo en el mercado uno de los protectores solares que tuvo
más popularidad: el ácido para-aminobenzoico (PABA), el cual resultó efectivo, pero
tuvo la desventaja de producir reacciones alérgicas. Posteriormente, se introdujeron en
el mercado diferentes compuestos, como el isoamil metoxicinamato (Neo Heliopan tipo
E1000), Octilsalicilato (Neo Heliopan tipo OS), Octocrileno (Neo Heliopan tipo 303),
Metilantranilato (Neo Heliopan tipo MA), 2-Hidroxi-4-metoxibenzofenona o
Benzofenona 3 (Neo Heliopan tipo BB).
Filtros Orgánicos:
Son sustancias que absorben energía solar, la cual estimula sus electrones haciéndolos
entrar en una fase inestable que, posteriormente, se estabiliza devolviéndolos a su
estado original. Durante este proceso se libera energía en forma de calor. Suelen ser
filtros de amplio espectro que dispersan, reflejan y absorben luz UV, y se clasifican según
el espectro de radiación UV que bloquean.
UVB
UVA
Filtros inorgánicos
Los filtros inorgánicos, como dióxido de titanio y óxido de zinc ofrecen algunas ventajas
respecto de los orgánicos. Poseen un amplio espectro; dispersan, reflejan y absorben la
luz UV; protegen contra la radiación infrarroja; y abarcan hasta el rango de 380 nm (19).
Son fotoestables por su grado predictivo de fotoprotección aun después de la exposición
solar, y poseen poco potencial alergénico y de sensibilización. No obstante,
debido a su baja aceptación cosmética y su alto grado de comedogenicidad son poco
aceptables. Pese a ello, se ha logrado micronizar partículas de óxido de zinc y dióxido de
titanio para corregir la apariencia cosmética. De hecho, el reciente desarrollo de
nanopartículas (aún más pequeñas) ofrece una mejor apariencia óptica, mecánica y
eléctrica, mas ha surgido la duda de que su inhalación pueda ocasionar inflamación y
cáncer e incluso, daño directo al ADN. Por ello, se desaconseja el uso de nanopartículas
de dióxido de titanio (20).
• Óxido de zinc: Es un óxido metálico con historia de uso tópico como protector de
la piel. Aprobado por la FDA con categoría I, es seguro para la aplicación en piel
inflamada y con afectación de la barrera cutánea, por lo que se le utiliza el
manejo del eritema del pañal. De todos los ingredientes disponibles sólo el óxido
de zinc protege de UVB, de UVA-II y parcialmente de UVA-I.
• Dióxido de titanio: Es un óxido metálico, químicamente casi inerte. Se ha
demostrado una ligera fotosensibilidad de los cristales de superficie lo que da
lugar a la formación de radicales libres. Esto se puede eliminar mediante técnicas
de recubrimiento de los cristales con sílice o dimeticona. Debido a su mayor
índice refractivo tiende a ser blanco y de difícil incorporación en productos
invisibles. Protege frente a UVB y UVA-II.
Otros protectores
Con frecuencia, se combinan diferentes tipos de filtros UV para lograr un producto final
que es fotoestable, proporcionando protección de amplio espectro y con un SPF alto.
Como ejemplo, el filtro superior de onda larga UVA avobenzona se combina
frecuentemente con los filtros UVB octocrileno y oxibenzona para una cobertura de
amplio espectro y para proporcionar fotoestabilidad. Actualmente, la FDA no aprueba
la combinación de avobenzona con óxido de zinc o dióxido de titanio, por lo que la
oxibenzona a menudo se combina con estos agentes inorgánicos. Europa y otras partes
del mundo imponen menos restricciones a estas combinaciones y hay disponible un
mayor número de filtros, lo que brinda a los fabricantes más opciones cuando producen
excelentes pantallas solares de amplio espectro. Un desarrollo más reciente en la
fotoprotección es la evaluación de la protección adecuada contra la luz visible y la
radiación infrarroja. Se ha demostrado que la luz visible y la radiación infrarroja inducen
el 50% de los radicales libres generados en la piel después de la exposición a la luz solar
(25). Si bien los filtros UV en los filtros solares protegen contra los efectos de los rayos
UV, no están diseñados para protegerlos contra el efecto de la luz visible y la radiación
infrarroja. Se sabe que la luz visible induce el oscurecimiento del pigmento que dura
semanas en individuos con tipos de piel más oscuros. Se sabe que la luz visible induce
especies reactivas de oxígeno; por lo tanto, los antioxidantes tópicos u orales son
prometedores en la fotoprotección con luz visible (26). Se ha demostrado que los filtros
solares que contienen antioxidantes suprimen la generación de metaloproteinasa-1
inducida por infrarrojos (27).
Nuevas tecnologías.
Hay muchas sustancias utilizadas tópicamente que pueden prevenir los efectos nocivos
del sol cuando se les utiliza por vía oral, pasamos a describir algunas de ellas:
Nicotinamida:
Vitamina E:
Es el principal protector cutáneo antioxidante no enzimático liposoluble natural contra
los efectos del stress oxidativo. Existen diferentes variedades de tocoferol, en estudios
experimentales se ha valorado su actividad, la cual se ha mostrado como sigue: el alfa -
tocoferol es el agente más activo (casi el 100%), seguido por la beta – tocoferol (12-
40%), gama - tocoferol (1-20%) y delta - tocoferol (0-3%). La actividad de la vitamina E
generalmente se expresa con relación al acetato de d-α -tocoferol, el cual es tomado
como el estándar actualmente: 1 mg de acetato de d - α -tocoferol se define como 1
unidad USP (United States Pharmacopea), lo cual es igual a una UI (Unidad Internacional)
(35).
Farmacocinética
Absorción. La vitamina E de la dieta está compuesta primariamente por alfa y gama
tocoferol, del cual 20-50% es normalmente absorbido. A causa de su naturaleza
hidrofóbica, la vitamina E es absorbida en forma similar a las grasas de la dieta. Se
absorbe en las células de la mucosa intestinal por un proceso de difusión pasiva, no
saturable y no mediado por transportadores, previa acción de ácidos biliares e hidrólisis
por estereasas pancreáticas e intestinales. Una vez dentro de los enterocitos, el alfa y
gamma tocoferol libres son incorporados a quilomicrones, los cuales son transportados
vía linfáticos mesentéricos y ducto torácico al sistema circulatorio.
Transporte. La vitamina E es inicialmente transportada en quilomicrones, pero como
estos son hidrolizados por lipasas de lipoproteínas en la circulación, la vitamina E puede
ser liberada a los tejidos o transferida a lipoproteínas de alta densidad (HDL). La mayoría
de la vitamina absorbida (tanto alfa y gama tocoferol), sin embargo, retorna al hígado
en quilomicrones remanentes. En el hepatocito el tocoferol que entra en forma de quilo
micrones remanentes se une a la proteína transportadora de tocoferol citosólica, y
entonces es transportada al retículo endoplásmico de Golgi para incorporarlas a
lipoproteínas que pasan a la circulación general. La transferencia de tocoferol de
lipoproteínas a los tejidos puede ocurrir durante la lipólisis de los quilomicrones y VLDL
por lipasas de lipoproteínas y lipasas hepáticas triacilglicerol, por unión a receptores de
LDL a tejidos blancos y por unión no específica a LDL a varias células. Almacenamiento.
La vitamina E se encuentra prácticamente en forma exclusiva en tejido graso,
membranas celulares y lipoproteínas circulantes. Su almacenamiento ocurre en tejido
adiposo y músculo.
Metabolismo. El metabolismo de la vitamina E es poco claro, se sabe que el exceso de
alfa tocoferol y otros tocoferoles son metabolizados en hígado y excretados por esta vía
(70 a 80 %) o bien por excreción urinaria. Los metabolitos urinarios son glucorónidos de
ácido tocoferónico y sus γ lactonas (36). Estudios recientes han mostrado que la
aparente vida media en plasma de la forma RRR-alfa-tocoferol de vitamina E, es de 48
horas (37). N. Dimitrov et al. 20 estudiaron las concentraciones plasmáticas de tocoferol
en sujetos sanos en respuesta a su administración oral en dosis de 400 UI, 800 UI y 1200
UI. Observaron una elevación de la concentración plasmática de tocoferol, con un pico
a las 12 - 24 horas; se mostraron niveles estables de mantenimiento entre el 4º a 5º día
de iniciada su ingesta; la suspensión de la vitamina después de 28 días, se asoció con
una disminución de los niveles plasmáticos, los cuales retornaron a niveles
pretratamiento entre 12 a 20 días. No encontraron diferencias en la farmacocinética
plasmática entre las diferentes dosis administradas del tocoferol.
Propiedades antioxidantes de la vitamina E: el mecanismo de acción de la vitamina E
como agente oxidante, es químicamente mediado por el grupo fenólico OH del anillo
cromanol. El α tocoferol interrumpe la reacción en cadena de formación de radicales
libres, al donar hidrógeno al radical lípido o al radical lípido peroxilo, resultando la
formación de un compuesto de radical tocoferoxilo estable, de baja energía, el cual no
actúa como agente formador de radicales libres. El α tocoferol también muestra una
acción antioxidante directa sobre oxígeno simple y el anión superóxido (35). Las
propiedades antioxidantes del α tocoferol están estrechamente ligadas a su
regeneración continua por otros micronutrientes y agentes biológicos, tales como el
glutation y el ácido ascórbico (vitamina C), ambos actúan como los principales cofactores
biológicos de la vitamina E en la protección de la piel del daño oxidativo (35).
Propiedades fotoprotectoras de la vitamina E: la vitamina E ha demostrado en
numerosos modelos animales poseer acción fotoprotectora, cabe aclarar que en la
mayoría de estos estudios su vía de aplicación fue tópica (38, 39). En seres humanos, los
estudios con administración oral del tocoferol son limitados, las dosis utilizadas variables
y los resultados no han sido uniformes, aunque algunos de los obtenidos hasta el
momento son alentadores (39, 40, 41).
VITAMINA C:
El ácido ascórbico (vitamina C), también conocido ascorbato o monoanión ascorbato, es
una quetolactona de seis carbonos, estructuralmente relacionada a glucosa y otras
hexosas. Es metabolizada en el organismo a ácido dehidroascórbico, el cual mantiene la
actividad biológica íntegra de la vitamina C (37, 42). El ascorbato es un donador de
electrones (o agente reductor) para reacciones químicas intra y extracelulares, reduce
radicales superóxido, hidroxilo y otros oxidantes reactivos. El ácido ascórbico puede
transferir electrones a radicales tocoferoles en partículas lípidas o membranas (37).
Dentro de las principales funciones que realiza en el organismo se encuentra la de
participar como cofactor en numerosas reacciones biológicas, además de estar
relacionada a la síntesis de diferentes constituyentes celulares, como colágena y
proteoglicanos, entre otros (37, 43, 44).
Farmacocinética
Absorción: Los humanos carecen de la enzima terminal gluconolactona oxidasa, por lo
que no pueden sintetizar ascorbato y requieren de su aporte dietético. El ácido ascórbico
parece ser absorbido por transporte activo en el intestino por un transportador
intestinal, aunque éste no se ha identificado en forma precisa (37).
Transporte: el ascorbato es soluble en agua y no se liga a proteínas por lo que se
distribuye y almacena ampliamente en los tejidos, es transportado en muchas células y
en el plasma (37).
Metabolismo: Se metaboliza en el organismo formando metabolitos inactivos, se
excreta por la orina.
Propiedades Antioxidantes: el mecanismo básico de acción lo constituyen: a) un efecto
antioxidante propio, y b) su participación como cofactor de la vitamina E, que se sabe es
el principal agente natural antioxidante reconocido actualmente (44, 45).
Propiedades Fotoprotectoras: En comunicaciones aisladas de estudios en animales se
ha identificado efecto fotoprotector en su aplicación tópica (45, 46); en humanos, esta
acción no se ha demostrado, identificándose únicamente cuando se administra
ascorbato en combinación con tocoferol, por un probable mecanismo de sinergismo.
EFECTOS ADVERSOS DE LOS PROTECTORES SOLARES
Generalmente, los protectores solares son bien tolerados, sin embargo, algunos
ingredientes de los mismos, pueden causar efectos adversos, como:
• Utilice una crema solar que le proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB.
Cualquiera que sea el tipo de piel, es recomendable utilizar como mínimo un
índice de protección 15. Recuerde no comprar aquéllas que han estado
expuestas en la calle bajo el sol.
• Son más efectivos cuando se aplican 30 minutos a 1 hora antes de la exposición
al sol. Vuelva a ponerse crema cada dos horas y después de cada baño (incluso
si la etiqueta de la crema incluye la leyenda “Resistente al agua”).
• Recuerde que el riesgo de quemarse aumenta sobre una pista nevada, en el mar
o en la arena; este tipo de superficies reflejan los rayos del sol.
• Deben aplicarse sobre todas las áreas del cuerpo expuestas al sol.
• Evitar el contacto con los ojos.
• Si aparecen signos de irritación o rash, descontinuar su uso.
De igual modo, algunas propiedades y modos de aplicación de los filtros solares
modifican su capacidad protectora (47). Estamos hablando de su capacidad de
penetración cutánea, adherencia y remanencia, estabilidad frente al calor y la luz, y del
grosor de la capa de aplicación. Con respecto a este último aspecto, diferentes estudios
muestran que las cantidades aplicadas de un filtro en la práctica real, difieren mucho de
las usadas en los laboratorios para testar el FPS de un filtro, que mide una cantidad
estándar de aplicación de 2 mg/cm2 (48). La aplicación real, típicamente entre 0,5 y 1,3
mg/cm2, es inferior a la usada en los tests, de manera que la fotoprotección conseguida
es un 30-50% menor que la referida por el FPS. Esta discordancia ha originado dudas
sobre la pertinencia de seguir testando los filtros con las cantidades estándar,
generando propuestas sobre nuevo s métodos de medición del FPS, más cualitativos que
cuantitativos (49). Por otro lado, los filtros físicos son más difíciles de aplicar que los
químicos y las personas que los eligen suelen aplicarse menos cantidad. A pesar de las
campañas de educación sanitaria y sus mensajes sobre los peligros de tomar el sol sin
una buena fotoprotección, siguen siendo muchos los que se enfrentan a él sin control y
en exceso. Por otro lado, entre aquellas personas que sí usan filtros solares,
encontramos motivos a veces confusos sobre su utilización y posibles beneficios. Las
cremas de sol aplicadas a la piel limitan la penetración de los rayos ultravioletas y por
tanto pueden impedir la quemadura solar, capacidad ésta que viene referida por su
factor de protección solar, y que, en cualquier caso, puede muy bien perderse si se
utilizan para prolongar la exposición.
COMO ELEGIR EL FOTOPROTECTOR
Para elegir un Fotoprotector hay que tener en cuenta una serie de factores:
• A quién va dirigido: niños, adultos ......
• Fototipo: viene determinado por las características de la pigmentación de la
piel, los ojos, el cabello, y la capacidad para adquirir un bronceado. De él
depende la sensibilidad de las personas a la radiación ultravioleta y formación
de eritema solar (enrojecimiento). En la población existen diferentes fototipos
individuales de cada persona, lo que hace que no seamos iguales frente al sol.
• Zona de aplicación: cuerpo, cara, calva, ...
• Tipos de piel: normal, seca, grasa, tendencia acneica.
• Índice ultravioleta (UVI): es la estimación promediada de la radiación ultravioleta
B solar máxima, en la superficie de la tierra a la hora del mediodía. El UVI
depende de la estación, el mes y el día de la exposición solar. Esta información
se ofrece en Prensa y en Televisión, en ciertos diarios y cadenas durante los
meses de verano. Se divide en radiación UV baja (valores 1 a 3), radiación media
(valores 4 a 6), radiación alta (valores 7 a 9) y radiación extrema (superiores a
10). La Tabla siguiente indica el Factor de Protección al UVB, que debe elegirse
en función del fototipo de piel y del índice ultravioleta previsto en la exposición.
Otro tema popular es si es necesario usar protector solar con valores altos de SPF, ya
que el porcentaje de rayos UV eritemogénicos bloqueados por SPF 60 (98.3%)
comparado con SPF 30 (96.7%) aumenta en solo 1.6%. Cabe señalar que la cantidad de
fotones transmitidos disminuye de 3.3% a SPF 30 a 1.7% a SPF 60, un [50% de
disminución. Con la exposición crónica al sol, es fotobiológica y clínicamente más
relevante para evaluar la cantidad de fotones UV transmitidos (50), lo que sugiere que
el uso a largo plazo de los filtros solares SPF proporciona un mejor efecto protector.
Ahora se sabe que, si un protector solar elegido no proporciona una cobertura UVB /
UVA de amplio espectro, el usuario no está adecuadamente protegido de los efectos
adversos del espectro UV total de la radiación solar. De hecho, un protector solar
predominantemente solo con UVB podría proporcionar al usuario una falsa sensación
de seguridad de la fotoprotección, ya que es menos probable que el usuario desarrolle
una quemadura solar sintomática al mismo tiempo que aumenta la exposición a los
rayos UVA. Por lo tanto, es importante que los filtros solares tengan homeostasis
espectral, lo que significa que brindan una protección uniforme en todo el espectro UVA
y UVB para que los rayos UV de la luz solar se atenúen de manera uniforme (51).
ADVERTENCIAS
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