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Antígona De Perla de la Rosa: una comparación con la Antígona de Sófocles

Sabina Loghin Tiu

171810

La obra de Antígona es, inclusive en su sentido clásico, una protesta en torno al autoritarismo.
En la obra original, Creonte, el rey de Tebas, declara el destino final de dos hermanos, hijos
de Edipo, que murieron luchando entre sí. Habiéndose dado muerte el uno al otro, Creonte
decreta la correcta sepultura de Etéocles, y condena el perecimiento insepulto del cuerpo de
Polinices, al que decide dejar a la intemperie, a la suerte de las aves de rapiña. Antígona, en
acción opuesta a la sumisión de su hermana Ismene y rebelándose ante estas imposiciones,
entierra simbólicamente a su hermano, cubriéndolo con un puñado de polvo, por lo cual
habría de pagar con el precio de su vida.

En la obra de Antígona, una adaptación de Perla de la Rosa a un contexto social


contemporáneo, que aunque no explícito, podemos deducir que se trata de una Ciudad Juárez
que oscila entre lo metafórico y el tiempo histórico real, es posible establecer una conexión
notable con la obra original. Inicialmente, en la escena I, la disposición de los personajes nos
hace pensar en una realidad cercana. Las mujeres 1 y 2 podrían así ser una especie de coro,
de representación del pueblo que reclama justicia ante los hechos de impunidad que rodean
el fenómeno del feminicidio en Ciudad Juárez-Tebas. Están ahí, en el inicio, desarrollo y
final para contextualizar un crimen, tratar de visibilizar aquello que intenta siempre ser
encubierto por las fuerzas coercitivas o gubernamentales. Representan las voces acalladas de
las víctimas que, como fantasmas, deambulan en los espacios imaginarios y reales que
transitan a diario centenas de personas. Podemos ver también cómo la historia transcurre
entre varios tiempos: el tiempo que transcurre en un presente y el de las narraciones que
reconstruyen los hechos, el de las voces de Isabel, Mujer 1 y Mujer 2. El hombre, que aparece
cuando se descubre a Elena muerta, es otra voz del coro, del pueblo: la voz de aquellos que
otorgan culpabilidad a las víctimas, así como las figuras de poder coercitivas.
En la escena III se manifiesta lo que habíamos nombrado desde el inicio, el discurso
autoritarista de Creón, que protagoniza los encabezados de las cadenas mediáticas encargadas
de la retransmisión de los mensajes políticos al pueblo. Mediante una apología de la negación
de una realidad latente, las figuras políticas manipulan la preocupación del pueblo en torno
a una violencia sistemática, para desviar y descalificar estos hechos, similar al discurso que
ejercen los políticos en turno respecto a las madres de las desaparecidas, por ejemplo.
Promoviendo, de esta forma, la idea de que el feminicidio no es una realidad palpable, sino
una mera descalificación que debe ser solapada por otras acciones que “mejoran” la imagen
de la ciudad. La relación “traductora” entre los medios de comunicación y la política continúa
siendo ejemplificada en el diálogo de Víctor con el consejero.

En la escena IV, sin embargo, la metáfora empieza a tomar forma. Antígona se convierte en
la esencia de todas las madres que buscan los restos de sus hijas, ante las prohibiciones y
obstáculos impuestos por las autoridades, para darles una digna sepultura. Ismene, la voz del
miedo y la razón, se antepone a los impulsos de Antígona, apuntando siempre a los castigos
o repercusiones que la desobediencia, primeramente como ciudadanos y después como
mujeres, acarrearía.

Sin embargo, Antígona se mantiene firme en su postura, desafiando los juicios impuestos por
la sociedad, los estigmas que impone un estado que desaparece los mismos cuerpos que
niega. Antígona es la mártir que, sabiendo la finitud de los cuerpos y el tiempo humano,
desobedece gustosamente las leyes de Creón para ser fiel a sí misma.

En el texto de Perla, para quienes hemos estado familiarizados con la obra de Pilo Galindo,
será fácil distinguir la escuela galindeana en el estilo de la narración. No sólo con respecto a
las narraciones de un tiempo pasado y la vuelta al presente, sino también en cuanto al
confinamiento de los espacios; el desierto, la morgue. E incluso, la relación de la muerte con
la vida; la danza que el Guardia realiza con la mujer ya muerta, lo mismo que la fúnebre
relación de Demetrio con el cadáver, en Lados Oscuros.

En conclusión, la obra de Antígona de Perla de la Rosa es un reflejo de cómo una tragedia es


atemporal y adaptable a los problemas sociales actuales. Sobre todo, en relación a las
políticas de gobierno, las leyes, la impunidad ante casos de desaparición y a la contribución
de servidores públicos y acciones mediáticas para contrarrestar la hecatombe de una forma
superflua e hipócrita, ejerciendo poder coercitivo sobre una población insatisfecha y herida.

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