Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
994
(Paula García-Romina Garay-Fabiana Jara)
BOLILLA 1
1- Derecho real: En la nota inicial al título IV, el codificador da una definición de los derechos reales,
enrolándose en la teoría clásica y la contrapone con los derechos personales. “Es el que crea una
relación directa e inmediata entre una persona y una cosa, de suerte que no se adviertan en
él sino dos elementos: la persona a quien pertenece y la cosa sobre la que el derecho recae.”
(Demolombe)
TITULO V : Del dominio de las cosas y de los modos de adquirirlo De art. 2506 a
2610
De art. 2756 a
TITULO IX : De las acciones reales 2806
TITULO X : Del usufructo De art. 2807 a
2947
TITULO IV Condominio
TITULO IX Uso
TITULO X Habitación
TITULO XI Servidumbre
ANÁLISIS COMPARATIVO
Originariamente el art 2502 del CC preveía: “Los derechos reales sólo pueden ser creados
por la ley. Todo contrato o disposición de última voluntad que constituyese otros
derechos reales, o modificase los que por éste Código se reconocen, valdrá sólo como
constitución de derechos personales, si como tal pudiese valer”.
Noción clásica.
La teoría clásica establece una distinción intrínseca entre derechos reales y personales: los
primeros crean una relación directa e inmediata con la cosa que es su objeto y de la cual
puede el titular sacar el provecho que le corresponde por sí mismo, sin ningún intermediario;
los segundos tienen por objeto la actividad de un sujeto determinado o determinable, obligado
a dar, hacer o no hacer algo (prestación) y sólo mediatamente la cosa es su objeto,
interponiéndose entre ella y el titular del derecho creditorio la persona del deudor. Son
expositores principales de esta teoría, Demolombe, Maynz, Mackeldey, Savigny, Aubry y Rau.
Otras teorías.
Para hacer respetar esos derechos subjetivos existen dos clases de normas: las constitutivas
del derecho disciplinario, que sujetan a los integrantes del grupo imponiéndoseles aun sin su
consentimiento: aquí ubicaríamos a los derechos reales; y las constitutivas del derecho
estatutario, que por contemplar intereses particulares tienen en cuenta la voluntad individual;
aquí se ubicaría el derecho de las obligaciones y los contratos.
Teorías realistas: (Gaudemet) El derecho obligacional sería un derecho sobre los bienes, un
derecho real, indeterminado en cuanto al objeto material sobre el que recae, que son todos
los bienes del deudor, integrantes de su patrimonio, que es la prenda común de los
acreedores.
Además, enfocan la obligación en el momento del incumplimiento, que es cuando recae sobre
los bienes del deudor: es decís, que la contemplan en su anormalidad, pues lo común es que
las obligaciones se cumplan.
Esta definición la desarrolla en los artículos siguientes al enumerar los objetos sobre el cual
se ejerce (1883), su estructura ( 1884) , el régimen de convalidación (1885) , las facultades de
persecución y preferencia (1886), para luego pasar a enumerarlos ( 1887).
LIBRO CUARTO DERECHOS REALES
TITULO I
Disposiciones generales
CAPITULO 1
Principios comunes
ARTICULO 1883.- Objeto. El derecho real se ejerce sobre la totalidad o una parte
material de la cosa que constituye su objeto, por el todo o por una parte indivisa.
a) el dominio;
b) el condominio;
c) la propiedad horizontal;
e) el tiempo compartido;
f) el cementerio privado;
g) la superficie;
h) el usufructo;
i) el uso;
j) la habitación;
k) la servidumbre;
l) la hipoteca;
m) la anticresis;
n) la prenda.
Derecho real es la facultad que se tiene directamente sobre una cosa; el típico es
la propiedad, que importa un poder de señorío, de goce y disposición de la cosa; los
restantes derechos reales son desmembraciones de ella.
Derecho personal es la facultad que se tiene de exigir de otra persona el
cumplimiento de una obligación; es una vinculación jurídica que une a dos personas
en virtud de la cual el deudor debe satisfacer al acreedor la prestación debida.
a) En los derechos reales sólo hay dos elementos: el titular y la cosa sobre la cual se
ejerce el derecho. En los personales hay tres: el sujeto activo o acreedor, el pasivo o
deudor y lo debido o prestación, que puede ser una obligación de dar, hacer o no hacer.
b) Los derechos reales son absolutos, en el sentido de que se tienen erga omnes, contra
cualquiera que pretenda perturbar al titular en el goce de la cosa. Dan origen a acciones
reales, cuyo objeto es mantener el derecho y que se ejercen tantas veces cono sea
necesario para defenderlo. Los derechos personales son relativos, pues se tienen contra
personas determinadas (el deudor, o deudores); por eso, las acciones personales sólo
pueden dirigirse contra ellos y tienden a la extinción del derecho, pues una vez cobrado
el crédito, cesa la obligación.
c) El titular de un derecho real goza del ius persequendi o sea la facultad de hacerlo valer
contra cualquiera que se halle en posesión de la cosa; aunque el principio no es absoluto
y sufre excepciones: por ejemplo, la del poseedor de buena fe de cosas muebles, contra
quien no puede ejercerse la reivindicación (2412). Los derechos personales no gozan
de este privilegio.
d) Es inherente al derecho real el ius preferendi, en virtud del cual descarta a todos los
derechos creditorios y además, determina su rango según su antigüedad (como en la
hipoteca) o excluye cualquier otro (como el dominio). El derecho personal supone una
completa igualdad para sus diversos titulares, salvo el caso de los privilegios.
e) Los derechos reales sólo pueden ser creados por la ley, y por ello su número es
limitado. Los derechos personales son ilimitados; las partes pueden crear tantos como
convenga a sus intereses, formando el contrato la ley a la cual las partes deben
someterse como a la ley misma.
f) La constitución y transmisión de derechos reales es formal; los derechos
personales nacen y se transmiten sin ningún requisito formal.
g) Los derechos reales son susceptibles de adquirirse por usucapión, no así los
personales, que se extinguen por la prescripción extintiva.
h) Los derechos reales tienen, en principio, una duración ilimitada y no se extinguen por el
no uso: la prescripción liberatoria no rige respecto de ellos. Los derechos personales se
extinguen por el transcurso del tiempo (prescripción liberatoria).
i) La causa fuente del derecho personal es la obligación, cualquiera sea su origen: la ley,
el contrato o cuasicontrato, delito o cuasidelito. La causa fuente del derecho real es la
enajenación, o generalmente, los medios legítimos por los cuales se cumple la
transmisión en todo o en parte de la propiedad.
b) el condominio;
c) la propiedad horizontal;
d) los conjuntos inmobiliarios;
e) el tiempo compartido;
f) el cementerio privado;
g) la superficie;
h) el usufructo;
i) el uso;
j) la habitación;
k) la servidumbre;
l) la hipoteca;
m) la anticresis;
n) la prenda.”
Los Derechos reales conservan un “tipo”. Cada derecho no puede tener otro contenido, ni
otorgar otras facultades más que las que el Tipo concede. A su vez, cada Derecho Real tiene
su propia regulación.
Dominio: constituye el derecho real que más facultades concede a su titular en la cosa
( usar, gozar, disponer).
Las facultades que concede los demás derechos reales son ejercidos de modo distinto
por sus titulares:
Condominio: ( o derecho de varios) Cada uno por una parte alícuota respecto de la
cosa común.
Propiedad horizontal: recae sobre cosas, parte y sectores comunes, como partes
propias, haciendo del objeto un todo inescindible.
Conjuntos inmobiliarios: ( o propiedad horizontal especial) Tienen por objeto distintos
modelos de urbanizaciones en la que los propietarios de los terrenos donde se
asientan participan de sectores, partes o cosas comunes que sirven para el servicio, la
seguridad y la recreación de aquellos, de sus familiares e invitados, pudiendo incluso
atribuir la titularidad de una porción propia, la titularidad de una acción en el
emprendimiento que le permitirá a cada uno intervenir en cuestiones relativas a la
reglamentación del derecho en comunidad.
Cementerios privados: conforma otra propiedad horizontal especial, con su correlativo
derecho sobre las parcelas con destino de sepultura, en las que aparecen involucrados
sectores que hacen a la funcionalidad el cementerio, con restricciones a la facultad de
los propietarios.
Usufructo : concede a su titular la potestad de usar y gozar la cosa, haciendo propio los
frutos que de ellos se obtengan, con la limitación de no alterar la sustancia en su
ejercicio.
Servidumbre : concede al titular de un inmueble denominado “ Dominante” el derecho a
extraer una determinada “utilidad” respecto de otro predio, el “sirviente”.
2502 .CC “Los derechos reales sólo pueden ser creados por la ley. Todo contrato o
disposición de última voluntad que constituyese otros derechos reales, o modificase
los que por este Código se reconocen, valdrá sólo como constitución de derechos
personales, si como tal pudiese valer”.
Razones de su supresión. El hecho de que no pueda haber otros derechos reales que los
enumerados en la ley se fundamenta en un doble motivo:
1. Todo lo referente a la propiedad y al régimen de los inmuebles interesa a la
colectividad entera. Son cuestiones de orden público, y la reglamentación de ellas no
puede ser modificada por los particulares.
2. Si los particulares pudieran modificar o crear libremente los derechos reales, pronto
veríamos surgir de nuevo los mismos desdoblamientos de propiedad y las mismas
trabas y dificultades existentes antiguamente, cosas que el legislador ha querido
expresamente suprimir.
Valor de la constitución de derechos reales suprimidos o no enumerados.
a) Valor de los derechos reales creados con anterioridad al Código Civil y no admitidos
por éste. El Código no resuelve expresamente el problema, a pesar de lo cual doctrina
y jurisprudencia se pronuncian por la subsistencia. Desde la ley 17.711, la constitución
de la relación jurídica se rige por la ley vigente al momento de esa constitución. Esa
situación jurídica puede tener consecuencias producidas antes, en el momento o
posteriormente a la entrada en vigencia de una nueva ley. Entonces: los efectos
producidos con anterioridad se rigen por la antigua ley, y los que se producen una vez
que la nueva ley entra en vigencia se rigen por ella (art. 3º). Además, estos derechos
subsisten porque entran dentro del concepto de “propiedad”, en la amplia acepción
dada por la Corte Suprema en el Caso Bourdie.
b) Valor de los derechos reales creados por los particulares y no enumerados por el
Código Civil u otras leyes nacionales. Juega a este respecto la regla del art. 2502.
Código Civil
Título y tradición.
Para provocar la transmisión y correlativa adquisición de derechos reales entre vivos, la
tradición (modo suficiente) debe ir acompañada de un título suficiente. Estos requisitos no
juegan en materia de adquisición originaria, y en los casos de adquisición del dominio por
especificación o transformación por edificación, siembra y plantación.
Título suficiente es el acto jurídico munido de las condiciones de fondo (capacidad en el
transmitente y en el adquirente, y titularidad del derecho que se transmite en el transmitente)
y de forma que en cada caso resulten exigibles, y dotado por la ley de aptitud para transferir
derechos reales.
En el lenguaje común se suele denominar “título” al instrumento que formaliza el título
suficiente. Así, escritura pública en el caso de inmuebles. No obstante, este denominado
“título” no sería el título suficiente del que nos estamos ocupando. Por ejemplo, el contrato de
comodato de un inmueble formalizado por escritura pública. La escritura pública podrá ser
denominada “título” –en el sentido de “instrumento”-, pero no será el “título suficiente”
necesario para adquirir derechos reales, puesto que el contrato de comodato engendra un
derecho personal y no real.
Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas establecidas por la
ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales que
se ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre del
propietario, y éste por un acto jurídico pasa el dominio de ella al que la poseía a su
nombre, o cuando el que la poseía a nombre del propietario, principia a poseerla a nombre
de otro. Tampoco es necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro reservándose la
tenencia y constituyéndose en poseedor a nombre del adquirente.
Para que el título y el modo sean suficientes para adquirir un derecho real, sus otorgantes
deben ser capaces y estar legitimados al efecto.
A la adquisición por causa de muerte se le aplican las disposiciones del Libro Quinto.
Casos dudosos
Casos dudosos.
o La posesión: Algunos sostienen que la posesión es un derecho real, en virtud de la
inmediatez de la relación ente el poseedor y la cosa, y la posibilidad del poseedor de
ejercer las acciones posesorias, que tienen carácter real, porque confieren el ius
persequendi; Otros sostienen que es un mero hecho con consecuencias jurídicas.
o El privilegio: Es el derecho dado por la ley a un acreedor para ser pagado con
preferencia a otro. Hay tres doctrinas que intentan explicar la naturaleza jurídica del
privilegio.
1. Los que dicen que es un derecho real porque se ejerce sobre una cosa;
2. Los que dicen que es personal porque es accesorio de un derecho
personal.
3. Los que creen que no es un derecho, sino la calidad del mismo.
o La locación: el derecho del locatario sobre el bien arrendado es en nuestro código un
derecho personal1. Pero mirado de otra manera, la locación crea entre el locatario y
la cosa una relación extremadamente parecida a la del usufructo. Se usa la cosa, se
extraen sus frutos, se está en posesión de ella; ambos se dan por un precio. La
legislación moderna tiende a proteger cada vez más al inquilino, y las leyes de
prórroga le dieron a su derecho una estabilidad casi perpetua.
o Derecho de retención: según Borda, se trata de una excepción procesal que permite
al acreedor retener la cosa mientras no haya sido pagada.
o La hipoteca: algunos autores sostienen que es un derecho real porque así lo
configura el art. 2503, mientras que otros dicen que es un privilegio convencional. (
En el Código Civil y Comercial está enumerado en el artículo 1887)
BOLILLA 2
Las relaciones de poder
1) La posesión. Método del Código Civil y el Título II del Libro IV del Código Civil y
Comercial de la Nación.
El artículo 2351 del Código Civil dice: “Habrá posesión toda vez que una persona tiene una
cosa bajo su poder (por sí o por otro), con la intención de someterla al ejercicio de un derecho
de propiedad”.
El término se utiliza en dos sentidos: como sinónimo de domino y como sinónimo de tenencia
(en el derecho romano, possessio era toda detentación).
ARTICULO 1909: Posesión. “Hay posesión cuando una persona, por sí o por medio de otra,
ejerce un poder de hecho sobre una cosa, comportándose como titular de un derecho real, lo
sea o no”.
Posesión. Elementos:
• Corpus: Es la posibilidad de disponer físicamente de la cosa en cualquier momento,
independientemente del poder de disponer por actos jurídicos de ella. Esta posibilidad fáctica
de disponer de la cosa, no requiere necesariamente que se esté permanentemente en
contacto con ella, y que aquella se pierda cuando dicho contacto cesa por propia voluntad.
Objeto de la posesión:
Artículo 2400 del Código Civil: Todas las cosas que están en el comercio son susceptibles
de posesión. Los bienes que no fueran cosas no son susceptibles de posesión.
Simple tenencia:
El código caracteriza al tenedor como aquel que tiene en su poder una cosa, pero
reconociendo en otro el derecho de posesión (artículos 2352-2461 Código Civil). Es decir,
mientras el poseedor tiene el corpus y el animus, el tenedor sólo tiene el corpus.
Artículo 2352 Código Civil: El que tiene efectivamente una cosa, pero reconociendo en otro la
propiedad, es simple tenedor de la cosa, y representante de la posesión del propietario,
aunque la ocupación de la cosa repose sobre un derecho.
Artículo 2461 Código Civil: Cuando alguno por sí o por otro se hallase en la posibilidad de
ejercer actos de dominio sobre alguna cosa, pero sólo con la intención de poseer en nombre
de otro, será también simple tenedor de la cosa.
Clasificación:
El ejemplo más claro son las cosas del dominio público del Estado, que pueden ser objeto de
un uso común o especial.
- Uso común: es el que puede realizar cualquiera, como miembro de la comunidad; el sujeto
es anónimo e indeterminado. Ej.: tránsito en la vía pública.
- Uso especial: es aquel que sólo pueden realizar aquellos que hayan adquirido la respectiva
facultad conforme al ordenamiento jurídico correspondiente. el sujeto es específico e
individualizado. Los medios para adquirirlo son tres:
• Permiso de uso
• Concesión
• Prescripción
2. Relativa: Aparece cuando existe un poseedor cuya posesión el tenedor representa. Es
la tenencia de la cual se ocupa el código, definiéndola en el 2352. el tenedor posee
para otro o en nombre de otro, cuya posesión representa: ese otro es el poseedor.
- Interesada: cuando el tenedor tiene interés personal en conservar la cosa para él mismo,
sacando provecho para sí de la cosa (2462), por Ej., locatario, comodatario.
Una cosa puede encontrarse sometida al poder de una persona, sea en razón de posesión
propiamente dicha o en razón de simple tenencia. La diferencia es importante, porque la
posesión da lugar a efectos que la tenencia no produce: los más importantes son las acciones
posesorias y la posibilidad de usucapir. La posesión, para producir estos efectos, no debe ser
precaria (art. 2480). En otros términos, la posesión debe ser una posesión propiamente dicha,
no una simple detención precaria o tenencia. La ley establece una serie de presunciones para
facilitar la prueba de la posesión o simple tenencia:
Art. 2375 Código Civil: Si la cosa carece de dueño, y es de aquellas cuyo dominio se
adquiere por la ocupación según las disposiciones de este Código, la posesión
quedará adquirida con la mera aprehensión. Si la mera aprehensión basta, es porque
la ley admite que ella, por sí sola, acredita suficientemente la intención de someter la
cosa al ejercicio de un derecho de propiedad; ella presume, en otros términos, la
existencia del animus.
Art. 2384 Código Civil: Son actos posesorios de cosas inmuebles: su cultura,
percepción de frutos, su deslinde, la construcción o reparación que en ellas se haga, y
en general, su ocupación, de cualquier modo que se tenga, bastando hacerla en
algunas de sus partes. la ley considera todos estos hechos como actos posesorios, y
por ello, desde el momento en que se hayan cumplido, la ley presume la intención de
ejercer un derecho de propiedad y por lo tanto de la posesión.
Art. 4003 Código Civil: Se presume que el poseedor actual, que presente en apoyo de
su posesión el título traslativo de la propiedad, ha poseído desde la fecha del título, si
no se probare lo contrario.
De acuerdo con estas disposiciones, se desprende que desde el momento en que la relación
posesoria exista la presunción de la ley es que la detención corporal de la cosa se ejerce a
título de dueño y que por con-siguiente existe una verdadera posesión. El poseedor, pues, no
tiene la necesidad de probar la existencia del animus domini; a él le basta acreditar la
detención material y el ejercicio de actos posesorios para que la existencia de la posesión se
de por comprobada.
Al que afirma que no se trata de posesión sino de simple tenencia, le corresponde la prueba
de hecho, la cual se rendirá acreditando que el poseedor detiene la cosa en razón de un título
que implica reconocer en otro el dominio de ella. Por ejemplo: a título de locatario, depositario,
etc.
Existencia legal de la posesión o simple tenencia. Teorías:
1. Subjetiva (Savingy): el corpus (posibilidad física de actuar sobre la cosa) tiene que ser
querida voluntariamente, para diferenciarla de la mera yuxtaposición local. El animus domini
consiste en no reconocer en otro una potestad superior.
3. Teoría de la causa (Saleilles): Pone el acento en el factor económico: existe corpus, para el
que se beneficia económicamente de la cosa, para quien tiene el aprovechamiento efectivo de
ella, y el animus domini sería el propósito de realizar esa apropiación económica de la cosa,
de explotarla, en beneficio propio y de modo independiente. Es decisiva entonces, la causa en
virtud de la cual comenzó la relación con la cosa, y el estado espiritual de la persona al
momento de la toma de posesión.
• Mackeldey: la posesión es un hecho que, junto con las cosas, constituye los elementos de
los derechos reales.
• Ihering: consecuente con su concepción de derecho subjetivo, según la cual éste es todo
interés jurídicamente protegido, piensa que existiendo tal situación en materia de posesión,
ella es un derecho. Reconoce que en la base de la posesión hay un sustrato de hecho, que es
necesario que persista para que se dé el derecho de la posesión: el poseedor sólo tiene
derecho mientras posee, es decir, mientras dura su relación con la cosa. Ubica a la posesión
dentro de los derechos reales, porque existe una relación directa entre la persona y la cosa.
• Molitor: sostiene que la posesión es un derecho, porque encierra en ella el elemento de todo
derecho en general que es la voluntad. Agrega que su naturaleza es mixta: por un lado
persona, porque ese derecho no puede ser demandado más que contra los violadores de la
posesión; y real, porque crea una vinculación directa e inmediata con la cosa.
ARTICULO 1908.-Enumeración. “Las relaciones de poder del sujeto con una cosa son la
posesión y la tenencia”.
Cuasi Posesión:
Nota del art. 2400 del Código Civil: las cosas incorporales no son susceptibles de posesión,
más lo son de una cuasi posesión. Esta cuasi posesión de un derecho consiste en el goce
que tiene aquel a quien pertenece, y es susceptible de las mismas cualidades y de los
mismos vicios que la verdadera posesión.
Art. 3961 Código Civil: Habla de la “cuasi posesión que le sirve de base” al tratar la
prescripción adquisitiva.
En el derecho romano se distinguía entre las cosas corporales, que podían ser objeto del
dominio y con-dominio, y las cosas incorporales, que eran objeto de otros derechos reales y
derechos creditorios. El dominio se identificaba así con la cosa corporal. Quien se comportaba
con la cosa como si fuese dominus era considerado poseedor, y su posesión recaía sobre la
cosa corporal. Quien se comportaba como titular de algún otro de los derechos reales, era
considerado cuasi poseedor.
En consecuencia, cuasi poseedores son los que se comportan como si fueran titulares de
derechos reales distintos del dominio, a saber: usufructo, uso, habitación, prenda y anticresis
En realidad, sólo la terminología en el terreno de las cosas obligó a esta distinción entre
posesión y cuasi-posesión; en verdad, una y otra están sometidas al mismo régimen legal. Si
bien Vélez es estos artículos no pudo evitar la influencia del derecho romano, siguiendo a
Freitas, califica de poseedores (legítimos) y no de cuasi poseedores a quienes ejercen un
derecho real, aun distinto del dominio. La categoría de la cuasi posesión no tiene sentido en el
código.
Posesión y propiedad:
Es el cambio de la causa o título en virtud del cual se está teniendo o poseyendo la cosa.
Art. 2353 Código Civil: “nadie puede cambiar por sí mismo, ni por el transcurso del tiempo, la
causa de su posesión. El que comenzó a poseer por sí y como propietario de la cosa,
continúa poseyendo como tal hasta que no se pruebe que ha comenzado a poseer por otro.
El que ha comenzado a poseer por otro, se presume que continúa poseyendo por el mismo
título mientras no se pruebe lo contrario”.
Este principio tiene su antecedente en el derecho romano, donde se utilizaba para proteger
dos institutos jurídicos en contra de las actitudes de los simples tenedores. Estos eran: la
usucapio pro herede lucrativa y la usureceptio.
- La usureceptio se daba cuando una cosa era enajenada con pacto de fiducia, es decir,
reservándose la facultad de recuperar la cosa si la obligación era pagada, y el deudor entraba
en la posesión de la cosa nuevamente de propia mano: éste podía adquirir el dominio por
usucapión de un año.
El Código, después de consagrar en el art. 2353 la regla de nemo sibi causam possessionis
mutare potest, agrega otras dos reglas que nos dan el alcance y significado de este principio
general:
Por ej., si yo adquiero una finca por compra y entro a poseerla en este carácter, mi posesión
continúa y subsiste como tal, mientras no se pruebe que ha existido un cambio de causa que
la convierta en tenencia, como si yo la hubiese enajenado y hubiese celebrado con el
comprador un contrato de locación.
El que ha comenzado a poseer por otro, se presume que continúa poseyendo por el
mismo título, mientras no se pruebe lo contrario (2353. 3ª parte).
Por ej., si yo ocupo una casa en carácter de locatario y después la compro, mi primitiva
tenencia se habrá transformado en una verdadera posesión.
La transformación de la tenencia en posesión, o de la posesión en tenencia, exigen que
medie un cambio en la causa o título de la relación posesoria. Este cambio de título, esta
mutación de la causa de la posesión, base de la transformación de la relación posesoria, es lo
que se conoce como interversión del título.
b) En cuanto a las condiciones personales del poseedor ilegítimo: de buena o mala fe.
c) En cuanto al modo como fue adquirida la posesión de mala fe: viciosa o no viciosa.
• Agregado al art. 1051: (con respecto al título nulo) “…Salvo los derechos de terceros
adquirentes de buena fe a título oneroso, SEA EL ACTO NULO O ANULABLE”. O sea que la
posesión adquirida en virtud de título nulo es legítima, si el adquirente de ella lo fue de buena
fe y a título oneroso.
Principio general: la posesión se presume legítima (art. 2363 Código Civil) “El poseedor no
tiene obligación de producir título a la posesión: el posee porque posee”.
El artículo 2356 del Código Civil: “La posesión es de buena fe cuando el poseedor, por
ignorancia o error de hecho, se persuadiere de su legitimidad. Fuera de estas condiciones, se
lo reputa de mala fe”.
- Ostentar justo título (causa fuente suficiente para transmitir válidamente la posesión);
- Que el poseedor esté persuadido de su legitimidad, por ignorancia o error de hecho (no
existe el beneficio de la duda)
Presunciones legales:
Todo poseedor tiene para sí las presunción de la buena fe de su posesión, hasta que
se pruebe lo contrario, salvo los casos en que la mala fe se presuma.” (Presunción iuris
tantum). ( artículo 2362 Código Civil)
La mala fe se presume en caso del poseedor de cosas pérdidas o hurtadas que al
momento de adquirirlas tenía conocimiento de los anuncios del hurto o la pérdida
(2770).
También en caso de adquisición de cosa perdida o hurtada de una persona que no
acostumbra vender cosas semejantes, o que no tendría capacidad o medios para
adquirirla (art. 2771 Código Civil).
- Coposesión: Cuando dos o más personas poseyeren en común la cosa, cada una de ellas
responderá de la buena o mala fe de su posesión (artículo 2359 Código Civil).
- Representación: (artículo 2397 Código Civil) La buena fe del representante que adquirió la
posesión, no salva la mala fe del representado: ni la mala fe del representante excluye la
buena fe del representado.
Artículo 2364 Código Civil: “La posesión será viciosa cuando lo fuere de cosas muebles
adquiridas por hurto, estelionato, o abuso de confianza, y siendo de inmuebles, cuando sea
adquirida por violencia o clandestinamente; o siendo precaria, cuando se tuviere por abuso de
confianza.
1) La posesión es violenta (artículo 2365 Código Civil) cuando es adquirida o tenida por vías
de hecho, acompañadas de violencias materiales o morales, o por amenazas de fuerza, sea
por el mismo que causa la violencia, sea por sus agentes.
La violencia existe (artículo 2366 Código Civil), bien sea que se ejecute por la persona o por
sus agentes o que se ejecute con su consentimiento, o que después de ejecutada se ratifique
expresa o tácitamente.
Existe igualmente el vicio de violencia, sea que se haya empleado contra el verdadero dueño
de la cosa, o contra el que la tenía a su nombre.
La violencia constituye un vicio relativo (artículo 2368 Código Civil), respecto de aquel contra
quien se ejerce.
2) La posesión es clandestina (artículo 2369 Código Civil) cuando los actos por los cuales se
la tomó o continuó fueron ocultos, o se tomó en ausencia del poseedor, o con precauciones
para sustraerla al conocimiento de los que tenían el derecho de oponerse.
La posesión pública en su origen, es reputada clandestina cuando el poseedor ha tomado
precauciones para ocultar su continuación. (Artículo 2370 Código Civil)
1) El hurto está tomado en un sentido general, comprensivo del hurto propiamente dicho y el
robo. Lo esencial es que haya habido apoderamiento ilegítimo de una cosa ajena.
2) Según el Código Penal, el estelionato forma parte de lo que es una especie dentro del
género de las defraudaciones: consiste el delito en, a) gravar o vender como bienes libres los
que fuesen litigiosos o estuviesen embargados; b) Vender o gravar o arrendar como propios,
bienes ajenos (art. 173 CP).
El Código Civil, en cambio, al reglamentar el objeto de los contratos, establece que se incurre
en el delito de estelionato en los siguientes casos: 1. Contrato sobre cosas ajenas como si
fueran propias (artículo 1178); 2. Contratos sobre cosas litigiosas, pignoradas, hipotecadas o
embargadas, como si estuviesen libres, siempre que la otra parte fuese de buena fe (artículo
1179).
La ley se refiere aquí a todos aquellos casos en que se ha entregado a un adquirente de mala
fe la posesión de una cosa que era litigiosa o estaba pignorada o embargada.
El título suficiente sobre una cosa determinada implica un acto jurídico que tiene por
finalidad transmitir sobre la misma el derecho real de que se trate, revestido de las
formalidades establecidas en la ley, otorgado por un disponente capaz, legitimado al
efecto (si no, sólo es un justo título para usucapir- art. 4010 Código Civil).
El justo título para usucapir es según el art. 4010 Código Civil, “todo título que tenga
por objeto transmitir un derecho de propiedad, estando revestido por las solemnidades
exigidas para su validez, sin consideración a la condición de la persona de quien
emana”.
El título putativo no hace presumir la buena fe, pero a tenor del art. 2357 Código Civil
tampoco la descarta. El título putativo no obsta a la buena fe, pero para ello debe
acreditarse que el poseedor tiene “razones suficientes para creer en la existencia de un
título a su favor, o para extender su título a la cosa poseída”.
Accesión de posesiones:
a) Sucesión a título universal: como el heredero continúa la persona del causante, nos
encontraríamos aquí con una misma posesión (la del difunto) que se continúa en su heredero,
con sus mismas cualidades o vicios. Es obvio entonces que el sucesor universal no puede
separar su posesión de la del causante (2475).
b) Sucesión a título singular: las posesiones están separadas ab initio y en ciertos casos
pueden unirse, sumarse o accederse. Los requisitos para que esta accesión pueda darse,
son:
- Que no estén separadas por una posesión viciosa, es decir, que se liguen inmediatamente,
procediendo la una de la otra a través de un vínculo jurídico, aunque sea defectuoso.
Una vez sumadas o accedidas las posesiones, su carácter se determina en el momento inicial
de la posesión del causante, es decir de la posesión a la cual se suma la posesión actual. Así,
si el poseedor de buena fe une su posesión a la de su autor que era de mala fe, toda la
posesión será de mala fe.
Adquisición de la posesión:
Es asumir el poder de disponer físicamente de la cosa para sí. O sea que al momento de la
adquisición de-ben reunirse los dos elementos de la posesión: corpus y animus domini.
Luego, la posesión se conserva solo animo (artículo 2445 Código Civil).
Pero en el caso de sucesión mortis causa, la posesión pasa al heredero sin necesidad de acto
alguno material por parte de éste, aunque ignore que la sucesión le ha sido deferida o aunque
sea incapaz al mismo momento de la muerte.
2. Adquisición de la posesión de cosas que otro posee, pero realizada con el consentimiento
de éste (tradición);
• Unilaterales: sólo interviene la voluntad del adquirente. Dentro de esta categoría podemos
diferenciar:
- Adquisición de cosas muebles no poseídas por nadie: Art. 2375 Código Civil (res nullius-
cosas sin dueño que se adquieren con la mera aprehensión u ocupación);
- Adquisición de cosas muebles poseídas por otro: Art. 2382 Código Civil: La posesión de
cosas muebles no consintiendo el actual poseedor la transmisión de ellas, se toma
únicamente por el acto material de la ocupación de la cosa, sea por hurto o estelionato.
- Adquisición de la posesión de inmuebles poseídos por otro: Art. 2382 Código Civil: “Se
adquiere la posesión de los inmuebles en igual caso por la ocupación o por el ejercicio de
actos posesorios, si fue violenta o clandestina”.
La posesión se adquiere por aprehensión de la cosa con la intención de tenerla como suya,
salvo lo dispuesto sobre la adquisición de las cosas por sucesión (artículo 2373 Código Civil).
La aprehensión debe consistir en un acto que, cuando no sea un contacto personal, ponga a
la persona en presencia de la cosa con la posibilidad física de tomarla (artículo 2374 Código
Civil).
Usurpación:
Tradición:
Importancia de la tradición:
• Indispensable para constituir derechos reales sobre las cosas (con las excepciones de la
traditio brevi manu y el constituto posesorio);
Tradición de inmuebles:
- La posesión de los inmuebles sólo puede adquirirse por la tradición hecha por actos
materiales del que entrega la cosa con asentimiento del que la recibe; o por actos materiales
del que la recibe, con asentimiento del que la entrega. (Artículo 2379 Código Civil).
Para que se juzgue hecha la tradición, el inmueble debe estar vacío de toda otra posesión, sin
contradictor alguno que se oponga a la toma de posesión (Artículo 2383 Código Civil), esto es
lo que se llama posesión vacua.
Tradición de muebles:
La posesión de cosas muebles se toma únicamente por la tradición entre personas capaces,
consintiendo el actual poseedor en la transmisión de la posesión (Artículo 2381 Código Civil).
Si la cosa cuya posesión se trata de adquirir estuviese en caja, almacén o edificio cerrado,
bastará que el poseedor actual entregue la llave del lugar en que la cosa se halla guardada
(Artículo 2385 Código Civil).
- Muebles no presentes: la tradición de cosas muebles no presentes, se entiende hecha
por la entrega de los conocimientos, facturas, etc., en los términos que dispone el
Código de Comercio; o cuando fuesen remitidas por cuenta y orden de otros, desde
que la persona que las remite las entrega al agente que deba transportarlas con tal que
el comitente hubiese determinado o aprobado el modo de remisión (Artículo 2388
Código Civil).
La tradición de acciones endosables, se juzgará hecha por sólo el endoso, sin ser necesaria
la notificación al deudor.
Las acciones al portador se juzgarán transmitidas por la sola tradición efectiva de los títulos
(Artículo 2390 Código Civil).
- Cosas futuras: Tratándose de cosas muebles futuras, que deban separarse de los
inmuebles, como tierra, madera, frutos pendientes, etc., se entiende que el adquirente
ha tomado posesión de ellas desde que comenzó a sacarlas con permiso del poseedor
del inmueble (Artículo 2376 Código Civil).
Tiene lugar cuando quien se encuentra en la tenencia de la cosa, por la realización de un acto
jurídico se transforma en poseedor, como si el locatario compra la finca que arrienda (Traditio
brevi manu propia-mente dicha- intervienen dos personas); También ocurre cuando quien
posee a nombre de otra persona comienza a poseer en nombre de un tercero (Traditio brevi
manu por extensión- intervienen tres personas).
Constituto Posesorio:
Es cuando el poseedor transmite a otro la posesión, pero quedando como tenedor de la cosa
(art. 2462 Código Civil).
Por el carácter oculto que reviste, esta figura ha sido resistida. Se aduce la falta de publicidad
del cambio, que podría dar lugar a fraudes en perjuicio de terceros, de allí que quienes la
aceptan lo hacen con restricciones y exigencias especiales.
- Representante legal: Son incapaces de adquirir la posesión por sí mismos los que no tienen
uso completo de su razón, como los dementes, fatuos y menores de 10 años; pero pueden
adquirirla por medio de sus tutores o curadores (Artículo 2392 Código Civil).
- Representante voluntario: La posesión se adquiere por medio de otras personas que hagan
la adquisición de la cosa con intención de adquirirla para el comitente. Esta intención se
supone desde que el representante no haya manifestado la intención contraria por un acto
exterior (Artículo 2394 Código Civil).
Objeto de la posesión.
Cosas susceptibles de posesión. Todas las cosas que están en el comercio son
susceptibles de posesión. Los bienes que no fueren cosas no son susceptibles de posesión
(2400).
La nota al art. 2400 dispone que “…las cosas incorporales no son susceptibles de una
verdadera posesión, sino de una cuasiposesión. Esta cuasiposesión de un derecho consiste
en el goce que tiene aquel a quien pertenece, y es susceptible de las mismas cualidades y
vicios que la verdadera posesión.
En realidad, sólo las cosas, no los derechos, son susceptibles de posesión. Hablar de
posesión de derechos o de cuasiposesión es introducir confusiones en vano en la materia.
Individualización de la cosa. Si la cosa cuya posesión se va a adquirir se hallase confundida
con otras, es indispensable para la adquisición de la posesión, que sea separada, y
designada distintamente.
Extensión de la posesión en relación a los distintos tipos de cosas.
La posesión de una cosa hace presumir la posesión de las cosas accesorias a ella
(2403);
La posesión de una cosa compuesta de muchos cuerpos distintos y separados, pero
unidos bajo un mismo nombre, como un rebaño, piara, etc., comprende sólo las partes
individuales que comprende la cosa (2404);
Cuando la cosa forma un solo cuerpo, no se puede poseer una parte de él sin poseer
todo el cuerpo (2405);
Si la posesión hubiera de tomarse de cosas que forman una masa de bienes, no basta
tomar posesión de una o algunas de ellas separadamente, es indispensable tomar la
posesión de cada una de ellas, aunque la tradición se hubiera hecho conjuntamente
(2406);
Para tomar la posesión de parte de una cosa indivisible, es necesario que es parte sea
idealmente determinada;
Cuando la cosa es indivisible, la posesión de una parte implica la posesión del todo.
Para tomar la posesión de parte de una cosa divisible, es necesario que esa parte
haya sido material o intelectualmente determinada. No se puede poseer la parte
incierta de una cosa.
Posesión fundada en título. La posesión fundada en título, comprende sólo la extensión
del título, sin perjuicio de las agregaciones que por otras causas hubiese hecho el
poseedor (2411).
Exclusividad de la posesión. Dos posesiones iguales y de la misma naturaleza no
pueden concurrir sobre la misma cosa (2401).
Coposesión. Dos o más personas pueden tomar en común la posesión de una cosa
indivisible, y cada una de ellas adquiere la posesión de toda la cosa (2409).
EFECTOS DE LA POSESIÓN
Concepto. Son las consecuencias jurídicas que la posesión produce, sea por sí sola, sea
mediante el concurso de otras circunstancias.
Para Savigny sólo son dos: las acciones posesorias y la posibilidad de usucapir.
Para Aubry y Rau el único efecto es que hace presumir la propiedad.
En general, a los enumerados por Savigny se suelen agregar:
- La posesión de buena fe hace presumir la propiedad de los frutos percibidos por el
poseedor.
- La posesión de buena fe de cosas muebles hace presumir la propiedad de ella.
- El poseedor de buena fe tiene derecho a ser indemnizado por las mejoras
necesarias y útiles que hubiera realizado.
- También tiene derecho a retener la cosa hasta ser satisfecho su crédito sobre la
misma.
Ley 26.994
CAPITULO 3
Efectos de las relaciones de poder
Deben respetar las cargas reales, las medidas judiciales inherentes a la cosa, y los límites
impuestos en el Capítulo 4, Título III de este Libro.
a) fruto percibido: el que separado de la cosa es objeto de una nueva relación posesoria. Si
es fruto civil, se considera percibido el devengado y cobrado;
f) mejora suntuaria: la de mero lujo o recreo o provecho exclusivo para quien la hizo.
ARTICULO 1935.- Adquisición de frutos o productos según la buena o mala fe. La buena fe
del poseedor debe existir en cada hecho de percepción de frutos; y la buena o mala fe del que
sucede en la posesión de la cosa se juzga sólo con relación al sucesor y no por la buena o
mala fe de su antecesor, sea la sucesión universal o particular.
El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos y los naturales devengados no
percibidos. El de mala fe debe restituir los percibidos y los que por su culpa deja de percibir.
Sea de buena o mala fe, debe restituir los productos que haya obtenido de la cosa.
ARTICULO 1936.- Responsabilidad por destrucción según la buena o mala fe. El poseedor de
buena fe no responde de la destrucción total o parcial de la cosa, sino hasta la concurrencia
del provecho subsistente. El de mala fe responde de la destrucción total o parcial de la cosa,
excepto que se hubiera producido igualmente de estar la cosa en poder de quien tiene
derecho a su restitución.
ARTICULO 1939.- Efectos propios de la posesión. La posesión tiene los efectos previstos en
los artículos 1895 y 1897 de este Código.
A menos que exista disposición legal en contrario, el poseedor debe satisfacer el pago total
de los impuestos, tasas y contribuciones que graven la cosa y cumplir la obligación de
cerramiento.
c) restituir la cosa a quien tenga derecho a reclamarla, previa citación fehaciente de los otros
que la pretenden.
Antecedentes históricos.
En la mayoría de las legislaciones antiguas se admitía la acción de reivindicación. En el
derecho romano estaban sujetas a una usucapión, de un año en el derecho antiguo y de tres
años desde la época de Justiniano.
En las antiguas costumbres germánicas y en el antiguo derecho francés, el propietario de
cosa mueble robada o perdida tenía acciones especiales.
Durante los siglos XIV y XV, se produjo una evolución, ya que en Francia se llega a consagrar
como un principio general la admisión de la acción reivindicatoria respecto de las cosas
muebles.
Durante los siglos XVII y XVIII se produjo contra ella una fuerte reacción, por dos caminos:
Procurando restringir el plazo de duración de la acción;
Se suprimió en absoluto la reivindicación contra terceros de buena fe en los casos en
que el propietario había confiado la cosa a otra persona y ésta había irregularmente
dispuesto de ella, dándose en este caso lo que se llama abuso de confianza.
El CC. Francés consagró que en materia de muebles, aquel que ha perdido o a quien ha sido
robada una cosa mueble puede reivindicar durante tres años contra aquel en manos de quien
se encuentre.
El código civil alemán, establece que para transferir la propiedad de una cosa mueble es
necesario que el propietario haga la tradición de la cosa al adquiriente y que haya de ambas
partes acuerdo de voluntades para operar la transferencia.
Ley 26.994
Artículos 1895 y 1916. Análisis
ARTICULO 1895.-Adquisición legal de derechos reales sobre muebles por subadquirente. La
posesión de buena fe del subadquirente de cosas muebles no registrables que no sean
hurtadas o perdidas es suficiente para adquirir los derechos reales principales excepto que el
verdadero propietario pruebe que la adquisición fue gratuita.
Respecto de las cosas muebles registrables no existe buena fe sin inscripción a favor de
quien la invoca.
Tampoco existe buena fe aunque haya inscripción a favor de quien la invoca, si el respectivo
régimen especial prevé la existencia de elementos identificatorios de la cosa registrable y
éstos no son coincidentes.
A menos que exista disposición legal en contrario, el poseedor debe satisfacer el pago total
de los impuestos, tasas y contribuciones que graven la cosa y cumplir la obligación de
cerramiento.
a) si las partes derivan sus derechos de un antecesor común, prevalece el derecho de la que
primero adquiere el derecho real;
b) si las partes derivan sus derechos de distintos antecesores, prevalece el derecho que se
derive del antecesor más antiguo. Sin embargo, siempre prevalece el derecho que se remonta
a una adquisición originaria, aunque sea más reciente;
Semovientes.
Las disposiciones contenidas en el Código Civil sobre cosas muebles, han sido dictadas para
todas ellas, sea que se muevan por sí mismas (semovientes o animales), sea que se muevas
por una fuerza externa. Entonces, el art. 2412 se aplica a los semovientes.
Pero tratándose de ganado, la cuestión se complica. Las legislaciones rurales provinciales
han establecido que la propiedad de los ganados se justifica con las marcas y señales, lo que
hizo que sea cuestionada la constitucionalidad de este requisito, porque contraría las
disposiciones de una ley nacional (art. 2412). De los intentos de concordar el código Civil y las
normas provinciales, se destaca la teoría de Bibiloni y Lafaille, para quienes no cabría la
buena fe del poseedor de un animal con marca o señal ajena, por la imprudencia que ello
implicaría, negligencia que excluiría la buena fe.
La presunción de propiedad del art. 2412 prevalece sobre las disposiciones de los códigos
rurales que establecen que las marcas y señales del ganado son atributivas de propiedad.
Éstas solo pueden crear una presunción iuris tantum de propiedad a favor de su titular. Pero
para que se presuma la buena fe de la posesión de semovientes, éstos no deben llevar marca
o signos correspondientes a otros dueños, si además se carece de los certificados pertinentes
exigidos por las leyes rurales.
Acciones excluidas. Las acciones de resolución, nulidad o rescisión a que se halla sometido el
precedente poseedor no pueden dirigirse contra el poseedor actual de buena fe (2413).
En uso de las atribuciones conferidas por el Artículo 5 del Estatuto para el Proceso de
Reorganización Nacional, El Presidente de la Nación Argentina sanciona y promulga con
fuerza de Ley:
Artículo 2. - Para obtener el registro del diseño de una marca señal, deberá cumplirse con
las formalidades establecidas en cada provincia.
Artículo 4. - El registro del diseño de las marcas o señales confiere a su titular el derecho
de uso exclusivo por el plazo que las respectivas legislaciones locales establezcan,
pudiendo ser prorrogado de acuerdo con lo que dichas normas dispongan. Este derecho es
transmisible y se prueba con el título expedido por la autoridad competente, y en su defecto
por las constancias registrales. En los casos de transmisión, deberán efectuarse en el
registro las anotaciones respectivas.
Artículo 5. - Es obligatorio para todo propietario de ganado mayor o menor, tener registrado
a su nombre, el diseño que empleare para marcar o señalar, conforme a lo dispuesto en la
presente ley. Queda prohibido marcar o señalar sin tener registrado el diseño que se
emplee, con excepción de la señal que fuera usada como complemento de la marca en el
ganado mayor.
Artículo 10. - El poseedor de hacienda orejana y de aquella cuya marca o señal no fuere
suficientemente clara, quedará sometido en su derecho de propiedad al régimen común de
las cosas muebles, sin perjuicio de las sanciones que estableciere la autoridad local.
Artículo 11. - La propiedad de los ejemplares de pura raza se probará por el respectivo
certificado de inscripción en los registros genealógicos y selectivos reconocidos, que
concuerde con los signos individuales que llevaren los animales.
Artículo 12. - Todo acto jurídico mediante el cual se transfiera la propiedad de ganado
mayor o menor, deberá instrumentarse con un certificado de adquisición que, otorgado por
las partes, será autenticado por la autoridad local competente.
Artículo 14. - La transmisión de dominio de los animales de pura raza, podrá perfeccionarse
mediante acuerdo de partes por la inscripción del acto en los registros genealógicos y
selectivos, a que se refiere el artículo 11.
Artículo 15. - La intervención del oficial público no subsana las nulidades o vicios que
pudieren afectar el acto de transmisión.
Artículo 16. - Para la licitud del tránsito de ganado, es obligatorio el uso de guía, expedida
en la forma que establezcan las disposiciones locales. La validez de la guía y su régimen,
serán juzgados de acuerdo a las leyes de la provincia en que fuera emitida.
Artículo 17. - Cuando se trate de animales de pedigrí o puros registrados, que no tuviesen
marca o señal, las guías que por ellos se extiendan deberán mencionar esa circunstancia y
suministrar los datos que puedan contribuir a individualizar cada animal. En todos los casos
deberá acreditarse la propiedad de dichos animales.
Artículo 18. - El Poder Ejecutivo Nacional promoverá la formalización de convenios con los
Gobiernos Provinciales para la obtención de un régimen uniforme en materia de marcas,
señales y documentación a que se refiere la presente ley.
Artículo 19. - La presente ley tiene vigencia en todo el territorio de la República. Quedan
excluídos de sus disposiciones los casos que prevé la Ley 20.378. Ref. Normativas: Ley
20.378
Artículo 20. - Comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial y
archívese. Firmantes Bignone - Reston - Wehbe - Lennon -
5. Cosas muebles registrables: los automotores. Régimen legal. Dec. Ley 6582/58
ratificado por ley 14.467 y modificaciones posteriores.
Automotores.
Son cosas muebles registrables, por lo que quedan fuera del régimen del art. 2412. La
titularidad se acredita a través de la inscripción en el registro Nacional de la Propiedad del
Automotor. A partir de ese momento el acto produce efectos respecto de las partes y de
terceros (es constitutivo) según el decreto- ley 6.582/58. Este decreto dispone que “la
inscripción de buena fe de un automotor en el Registro confiere al titular de la misma la
propiedad del vehículo y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación, si el automotor
hubiese sido hurtado o robado.” O sea, que se reemplaza la tradición por la inscripción
constitutiva.
El citado decreto fue ratificado por ley 14.467 y convierte a los automotores en cosas muebles
registrables.
El art 1 “ La transmisión de dominio de los automotores deberá formalizarse por un
instrumento público o privado y sólo producirá efectos entre las partes y con relación a
terceros desde la fecha de su inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad del
automotor”. Establece el carácter constitutivo de la inscripción de modo que el derecho real no
existe si la transferencia al adquirente no ha sido inscripta.
La inscripción importa la emisión de dos documentos: el título del automotor y la Cédula.
El art 2 Reafirma el carácter constitutivo estableciendo que la inscripción de buena fe de un
automotor en el registro confiere al titular de la propiedad del vehículo y el poder de repeler
cualquier acción reivindicatoria si el automotor no hubiese sido hurtado o robado.
Art 27 modificado por la ley 22.977 (Liberación de responsabilidad) “ Hasta tanto se
inscriba la transferencia el transmitente será civilmente responsable por los daños y perjuicios
que se produzcan con el automotor en su carácter de dueño de la cosa.”
Art 4 Establece la posibilidad de adquirir por prescripción la propiedad de un automóvil
hurtado o robado por parte de quien lo tiene inscripto a su nombre y lo ha poseído de buena
fe y en forma continua transcurridos dos años.
Los criadores de tales animales han organizado y llevan registros genealógicos de ellos
donde resulta, no solamente su pedigree ( este certificado garantiza y asegura la raza pura y
además se conoce la genealogía completa) sino también la transmisión de su propiedad y
demás datos que lo afecten. Estos registros son de carácter oficial.
Código civil: en su artículo 2412 establecía que la posesión de buena fe crea la presunción
iuris et de iuris de tener su propiedad, sin ningún otro requisito, ni marca, ni señal, ni
inscripción.
Códigos rurales: algunos imponiendo obligatoriamente la marcación o señalamiento del
ganado, sin ninguna distinción.
Normas consuetudinarias: La propiedad de un animal de raza resultaría de su inscripción
en los registros genealógicos.
Sanción de la ley 22.939 . Subsistencia de la ley 20.378 Para los animales de raza el
artículo 14 establece que la transmisión de dominio de los animales de pura raza podrá
confeccionarse mediante el acuerdo de partes por la inscripción del acto en los registros
genealógicos y selectivos.
Con relación a los equinos de pura sangre de carrera, fue sancionada la ley 20.378 que
oficializó los registros genealógicos relativos a estos animales, estableciendo que la
transmisión del dominio de los mismos se entenderá perfeccionada mediante la inscripción de
dicha transmisión en los registros.
Buques
Su régimen jurídico está regulado por la ley 20.094 que establece que los buques son bienes
registrables , sometidos al régimen jurídico de dicha ley. En su artículo 156 establece que los
actos constitutivos, traslativos o extintivos de la propiedad o de otros derechos reales de
buques de diez toneladas o más deben hacerse por escritura pública.
En su artículo 159 establece la formalidad de los buques de menor tonelaje será por
instrumento privado con las firmas de los otorgantes certificados y el deber de inscribirlo en el
registro nacional de buques y sólo producen efectos con relación a terceros desde la fecha de
su inscripción en el registro dándole así a la inscripción carácter declarativo.
Si bien es un mueble, en varios aspectos, su régimen jurídico es similar al de los inmuebles.
Requiere para la transmisión e inscripción en un registro especial donde se hace constar el
nombre del propietario y las sucesivas transferencias de dominio y es inaplicable el régimen
del 2412 cc.
Aeronaves
El artículo 49 de la ley 17.825 Código aeronáutico “ las aeronaves son cosas muebles
registrables. Sólo podrán inscribirse en el registro nacional de aeronaves actos jurídicos
realizados por medio de instrumento público o privado debidamente autenticado.
Ley 26.994
CAPITULO 3
Efectos de las relaciones de poder
Deben respetar las cargas reales, las medidas judiciales inherentes a la cosa, y los límites
impuestos en el Capítulo 4, Título III de este Libro.
a) fruto percibido: el que separado de la cosa es objeto de una nueva relación posesoria. Si
es fruto civil, se considera percibido el devengado y cobrado;
ARTICULO 1935.- Adquisición de frutos o productos según la buena o mala fe. La buena fe
del poseedor debe existir en cada hecho de percepción de frutos; y la buena o mala fe del que
sucede en la posesión de la cosa se juzga sólo con relación al sucesor y no por la buena o
mala fe de su antecesor, sea la sucesión universal o particular.
El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos y los naturales devengados no
percibidos. El de mala fe debe restituir los percibidos y los que por su culpa deja de percibir.
Sea de buena o mala fe, debe restituir los productos que haya obtenido de la cosa.
ARTICULO 1936.- Responsabilidad por destrucción según la buena o mala fe. El poseedor de
buena fe no responde de la destrucción total o parcial de la cosa, sino hasta la concurrencia
del provecho subsistente. El de mala fe responde de la destrucción total o parcial de la cosa,
excepto que se hubiera producido igualmente de estar la cosa en poder de quien tiene
derecho a su restitución.
ARTICULO 1939.- Efectos propios de la posesión. La posesión tiene los efectos previstos en
los artículos 1895 y 1897 de este Código.
A menos que exista disposición legal en contrario, el poseedor debe satisfacer el pago total
de los impuestos, tasas y contribuciones que graven la cosa y cumplir la obligación de
cerramiento.
c) restituir la cosa a quien tenga derecho a reclamarla, previa citación fehaciente de los otros
que la pretenden.
BOLILLA 4
1. LOS DERECHOS REALES SOBRE LA COSA PROPIA. EL DOMINIO.
Definición del dominio. Art. 2506( código civil) AHORA 1941 ES EL DERECHO REAL EN
VIRTUD DEL CUAL UNA COSA SE HALLA SOMETIDA A LA VOLUNTAD Y ACCIÓN DE
UNA PERSONA”.
Artículo 1941 CCyC: El dominio perfecto es el derecho real que otorga todas las
facultades de usar, gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de
los límites previstos por la ley. El dominio se presume perfecto hasta que se pruebe lo
contrario
En el derecho romano clásico, el concepto de dominium era muy amplio: se lo usaba casi
como sinónimo de ius, expresando una idea de señorío sobre lo suyo que tiene el dominus,
sean cosas o derechos. La expresión “propiedad” aparece con la influencia griega para indicar
la pertenencia absoluta y exclusiva de la cosa al titular del derecho, para distinguirla de los
demás señoríos que carecían de estos atributos.
En cambio en el derecho moderno, la relación se ha invertido: propiedad es el término
genérico, y dominio el específico.
Revolución francesa: en agosto de 1789 los señores feudales renuncian a sus privilegios y
con la Declaración de los Derechos del Hombre la propiedad pasa a ser un derecho
individual, exclusivo y absoluto, además de perpetuo.
Individualismo francés: de acuerdo a los principios liberales de lassez faire, lassez passer,
se dio lugar a grandes abusos por parte de los poseedores de riqueza. El industrialismo
generó la clase proletaria; se producen fuertes reacciones al individualismo, nacen las teorías
anarquistas que propenden la supresión de la propiedad y las socialistas y marxistas que
tienden a su socialización.
Definición del dominio. Art. 2506 ( código civil) “ES EL DERECHO REAL EN VIRTUD DEL
CUAL UNA COSA SE HALLA SOMETIDA A LA VOLUNTAD Y ACCIÓN DE UNA PERSONA”.
Es el más amplio derecho de señorío que puede tenerse sobre una cosa, el derecho real que
concede mayor cantidad de facultades que es posible tener sobre su objeto. Es la reunión de
todos los derechos posibles sobre una cosa: esto se concreta en los tres ius del derecho
romano: utendi (derecho de uso), fruendi (de goce) y abutendi (derecho de disposición).
Las cosas del dominio del Estado también pueden clasificarse en:
Cosas del dominio público del Estado: (2340) Son las que están destinadas al uso
directo y general de los habitantes, o están afectadas a un fin de utilidad o comodidad
común y pertenecen en propiedad al ente público.
Son inenajenables, inembargables e imprescriptibles. Tampoco pueden constituirse
sobre ellos derechos reales a favor de terceros que importan un principio de
enajenación.
Las cosas del dominio público del Estado se subclasifican en:
- Dominio público natural: está integrado por los bienes a los que la ley declara
del dominio público tal como los presenta la naturaleza, sin que sea necesario
acto alguno de creación por parte del Estado; por Ej., el Mar Territorial.
- Dominio público artificial: está constituido por aquellos bienes que la ley declara
del dominio público, pero que para su existencia dependen de una “creación” del
Estado, por ej., una calle o un camino.
Cosas del dominio privado del Estado: Son las que están en el comercio jurídico, por
ello son enajenables (previa autorización), embargables y prescriptibles.
Para que un bien integre la categoría de público, es necesario que una ley nacional así lo
declare.
Afectar es consagrar un bien del dominio público al uso público, ponerlo en funcionamiento
como tal. Desafectar es sustraer ese mismo bien público de su destino al uso público.
Mientras que en el dominio público natural la determinación de su condición jurídica por la ley
constituye al mismo tiempo su afectación al uso público; en el dominio público artificial es
menester la determinación de su condición jurídica por la ley nacional más la creación del
bien por la administración, que lo destina al uso público. Es decir, que su afectación o
consagración al uso público se realiza por un acto distinto al de su calificación como bien del
dominio público.
Si bien la determinación de los bienes que han de integrar el dominio público corresponde al
Congreso Nacional, ese dominio pertenece a las provincias o a la Nación, según la ubicación
de los bienes. La jurisdicción sobre dichos bienes será nacional sólo en cuanto se relacione
con la navegación y el comercio internacional e interprovincial y la defensa nacional y
provincial relativamente a las demás materias.
De estos tres caracteres, el único que sería esencial sería la exclusividad, ya que de no existir
el derecho no sería dominio, sino condominio. Los otros dos son naturales, es decir que
pueden faltar tanto la absolutez –por ejemplo en el caso del dominio desmembrado-, como la
perpetuidad –ej., el dominio revocable-, sin que por ello desaparezca el dominio, que en estas
hipótesis sería imperfecto.
Facultades del Dueño. Reforma de la ley 17.711 a los artículos 2513 y 2514. Su relación
con el abuso del Derecho.
El propietario puede usar, gozar y disponer de la cosa, servirse de ella, poseerla. Antes de la
reforma de la ley 17.711, el art. 2513 lo facultaba a desnaturalizarla, degradarla o destruirla,
prohibir que otro se sirviera o percibiera sus frutos.
A partir de la Reforma, se sustituyó el art. 2513 por el siguiente:“Es inherente a la propiedad el
derecho de poseer la cosa, de disponer de ella, usarla y gozarla conforme a un ejercicio
regular”.
Art. 2514: “El ejercicio de estas facultades no puede ser restringido, en tanto no fuere abusivo,
aunque privare a terceros de ventajas o comodidades.”
Este tema se vincula necesariamente con el del abuso del derecho (art. 1071), norma que
permite al juez, aun en el caso de que se haya adecuado una conducta a una norma legal,
desconocer el derecho emanado de ella por considerar que se lo ha ejercido “abusivamente”.
Dice el nuevo art. 1071: “El ejercicio regular de un derecho o el cumplimiento de una
obligación legal no pueden constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio
abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines que aquélla tuvo en mira
al reconocerlos o al que contraríe los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres”.
Según el art. 2515, las facultades del propietario son amplísimas: tanto en los actos de
administración como en los de disposición.
Esta norma hace una enumeración no taxativa de los actos jurídicos que el propietario puede
realizar con su cosa: alquilarla, enajenarla a título oneroso o gratuito, gravarla con derechos
reales a favor de terceros o aun abandonarla.
Espacio aéreo: el propietario es dueño exclusivo del espacio aéreo: puede extender
en él sus construcciones, aunque quiten al vecino la luz, las vistas u otras ventajas: y
puede también demandar la demolición de las obras del vecino que a cualquier altura
avancen sobre ese espacio.
Subsuelo: La propiedad se extiende a toda profundidad; comprende todos los objetos
que se encuentran bajo el suelo, como los tesoros y las minas, salvo las
modificaciones dispuestas por las leyes especiales sobre ambos objetos.
- Las minas pertenecen al dominio nacional (Código de Minería)
- Las aguas subterráneas de uso de interés general pertenecen al Estado, sin
perjuicio del ejercicio regular del derecho del dueño del fundo de extraer las
aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a la
reglamentación (Reforma ley 17.711).
- Las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés científico
también han sido considerados luego de la reforma, como del dominio público
del Estado (art. 2340 C.C.)
Accesorios: el propietario de la cosa principal es dueño de las accesorias (2520);
Frutos y productos: frutos son los que la cosa produce sin alteración de la sustancia y
productos son una porción desprendida de la sustancia misma de la cosa.
Los frutos naturales e industriales y las producciones orgánicas de la cosa (productos)
no son accesorios de la cosa, sino que forman un todo con ella (2329). En cambio, los
frutos civiles son cosas accesorias.
Al propietario le corresponden los frutos de cualquier clase como los productos, porque,
o forman parte de la cosa, o son accesorios de ella.
TITULO III
Dominio
CAPITULO 1
Disposiciones generales
ARTICULO 1941.- Dominio perfecto. El dominio perfecto es el derecho real que otorga todas
las facultades de usar, gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de los
límites previstos por la ley. El dominio se presume perfecto hasta que se pruebe lo contrario.
ARTICULO 1945.- Extensión. El dominio de una cosa comprende los objetos que forman un
todo con ella o son sus accesorios.
El dominio de una cosa inmueble se extiende al subsuelo y al espacio aéreo, en la medida en
que su aprovechamiento sea posible, excepto lo dispuesto por normas especiales.
Se presume que las construcciones, siembras o plantaciones las hizo el dueño del inmueble,
si no se prueba lo contrario.
CAPITULO 2
SECCION 1ª
Apropiación
ARTICULO 1947.- Apropiación. El dominio de las cosas muebles no registrables sin dueño,
se adquiere por apropiación.
iii) el agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.
i) las cosas perdidas. Si la cosa es de algún valor, se presume que es perdida, excepto
prueba en contrario;
ARTICULO 1948.- Caza. El animal salvaje o el domesticado que recupera su libertad natural,
pertenece al cazador cuando lo toma o cae en su trampa. Mientras el cazador no desista de
perseguir al animal que hirió tiene derecho a la presa, aunque otro la tome o caiga en su
trampa.
Pertenece al dueño del inmueble el animal cazado en él sin su autorización expresa o tácita.
ARTICULO 1949.- Pesca. Quien pesca en aguas de uso público, o está autorizado para
pescar en otras aguas, adquiere el dominio de la especie acuática que captura o extrae de su
medio natural.
ARTICULO 1950.- Enjambres. El dueño de un enjambre puede seguirlo a través de inmuebles
ajenos, pero debe indemnizar el daño que cause. Si no lo persigue o cesa en su intento, el
enjambre perte-nece a quien lo tome. Cuando se incorpora a otro enjambre, es del dueño de
éste.
SECCION 2ª
Adquisición de un tesoro
ARTICULO 1951.- Tesoro. Es tesoro toda cosa mueble de valor, sin dueño conocido, oculta
en otra cosa mueble o inmueble. No lo es la cosa de dominio público, ni la que se encuentra
en una sepultura de restos humanos mientras subsiste esa afectación.
ARTICULO 1953.- Derechos del descubridor. Si el tesoro es descubierto en una cosa propia,
el tesoro pertenece al dueño en su totalidad. Si es parcialmente propia, le corresponde la
mitad como descubridor y, sobre la otra mitad, la proporción que tiene en la titularidad sobre
la cosa.
Los derechos del descubridor no pueden invocarse por la persona a la cual el dueño de la
cosa le encarga buscar un tesoro determinado, ni por quien busca sin su autorización.
Pueden ser invocados si al hallador simplemente se le advierte sobre la mera posibilidad de
encontrar un tesoro.
ARTICULO 1954.- Búsqueda por el propietario de un tesoro. Cuando alguien pretende que
tiene un tesoro que dice haber guardado en predio ajeno y quiere buscarlo, puede hacerlo sin
consentimiento del dueño del predio; debe designar el lugar en que se encuentra, y garantizar
la indemnización de todo daño al propietario. Si prueba su propiedad, le pertenece. Si no se
acredita, el tesoro pertenece íntegramente al dueño del inmueble.
SECCION 3ª
ARTICULO 1955.- Hallazgo. El que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla,
pero si lo hace asume las obligaciones del depositario a título oneroso. Debe restituirla
inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y si no lo individualiza, debe entregarla a
la policía del lugar del hallazgo, quien debe dar intervención al juez.
Transcurridos seis meses sin que se presente quien tiene derecho a reclamarla, la cosa debe
venderse en subasta pública. La venta puede anticiparse si la cosa es perecedera o de
conservación costosa. Deducidos los gastos y el importe de la recompensa, el remanente
pertenece a la ciudad o municipio del lugar en que se halló.
SECCION 4ª
ARTICULO 1957.- Transformación. Hay adquisición del dominio por transformación si alguien
de buena fe con una cosa ajena, mediante su sola actividad o la incorporación de otra cosa,
hace una nueva con intención de adquirirla, sin que sea posible volverla al estado anterior. En
tal caso, sólo debe el valor de la primera.
SECCION 5ª
Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos producidos por el retiro
natural de las aguas, como por el abandono de su cauce.
ARTICULO 1960.- Cauce del río. No constituye aluvión lo depositado por las aguas que se
encuentran comprendidas en los límites del cauce del río determinado por la línea de ribera
que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias.
ARTICULO 1961.- Avulsión. El acrecentamiento del inmueble por la fuerza súbita de las
aguas que produce una adherencia natural pertenece al dueño del inmueble. También le
pertenece si ese acrecentamiento se origina en otra fuerza natural.
Si se desplaza parte de un inmueble hacia otro, su dueño puede reivindicarlo mientras no se
adhiera naturalmente. El dueño del otro inmueble no tiene derecho para exigir su remoción,
mas pasado el término de seis meses, las adquiere por prescripción.
El dueño del inmueble colindante puede exigir la indemnización del valor de la parte invadida
del inmueble. Puede reclamar su adquisición total si se menoscaba significativamente el
aprovechamiento normal del inmueble y, en su caso, la disminución del valor de la parte no
invadida. Si el invasor no indemniza, puede ser obligado a demoler lo construido.
CAPITULO 3
Dominio imperfecto
La condición o el plazo deben ser impuestos por disposición voluntaria expresa o por la ley.
>CAPITULO 4
Límites al dominio
Los límites impuestos al dominio en este Capítulo en materia de relaciones de vecindad, rigen
en subsidio de las normas administrativas aplicables en cada jurisdicción.
ARTICULO 1971.- Daño no indemnizable. Los deberes impuestos por los límites al dominio
no generan indemnización de daños, a menos que por la actividad del hombre se agrave el
perjuicio.
En los actos a título gratuito todas las cláusulas señaladas en el primer párrafo son válidas si
su plazo no excede de diez años.
En los actos por causa de muerte son nulas las cláusulas que afectan las porciones legítimas,
o implican una sustitución fideicomisaria.
ARTICULO 1973.- Inmisiones. Las molestias que ocasionan el humo, calor, olores,
luminosidad, ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en
inmuebles vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones
del lugar y aunque medie autorización administrativa para aquéllas.
Según las circunstancias del caso, los jueces pueden disponer la remoción de la causa de la
molestia o su cesación y la indemnización de los daños. Para disponer el cese de la inmisión,
el juez debe ponderar especialmente el respeto debido al uso regular de la propiedad, la
prioridad en el uso, el interés general y las exigencias de la producción.
Todo perjudicado puede pedir que se remuevan los efectos de los actos violatorios de este
artículo.
ARTICULO 1975.- Obstáculo al curso de las aguas. Los dueños de inmuebles linderos a un
cauce no pueden realizar ninguna obra que altere el curso natural de las aguas, o modifique
su dirección o velocidad, a menos que sea meramente defensiva. Si alguno de ellos resulta
perjudicado por trabajos del ribereño o de un tercero, puede remover el obstáculo, construir
obras defensivas o reparar las destruidas, con el fin de restablecer las aguas a su estado
anterior, y reclamar del autor el valor de los gastos necesarios y la indemnización de los
demás daños.
Si el obstáculo se origina en un caso fortuito, el Estado sólo debe restablecer las aguas a su
estado anterior o pagar el valor de los gastos necesarios para hacerlo.
ARTICULO 1976.- Recepción de agua, arena y piedras. Debe recibirse el agua, la arena o las
piedras que se desplazan desde otro fundo si no han sido degradadas ni hubo interferencia
del hombre en su desplazamiento. Sin embargo, puede derivarse el agua extraída
artificialmente, la arena o las piedras que arrastra el agua, si se prueba que no causan
perjuicio a los inmuebles que las reciben.
ARTICULO 1977.- Instalaciones provisorias y paso de personas que trabajan en una obra. Si
es indispensable poner andamios u otras instalaciones provisorias en el inmueble lindero, o
dejar pasar a las personas que trabajan en la obra, el dueño del inmueble no puede impedirlo,
pero quien construye la obra debe reparar los daños causados.
ARTICULO 1978.- Vistas. Excepto que una ley local disponga otras dimensiones, en los
muros linderos no pueden tenerse vistas que permitan la visión frontal a menor distancia que
la de tres metros; ni vistas laterales a menor distancia que la de sesenta centímetros, medida
perpendicularmente. En ambos casos la distancia se mide desde el límite exterior de la zona
de visión más cercana al inmueble colindante.
ARTICULO 1979.- Luces. Excepto que una ley local disponga otras dimensiones, en el muro
lindero no pueden tenerse luces a menor altura que la de un metro ochenta centímetros,
medida desde la superficie más elevada del suelo frente a la abertura.
ARTICULO 1980.- Excepción a distancias mínimas. Las distancias mínimas indicadas en los
artículos 1978 y 1979 no se aplican si la visión está impedida por elementos fijos de material
no transparente.
ARTICULO 1981.- Privación de luces o vistas. Quien tiene luces o vistas permitidas en un
muro privativo no puede impedir que el colindante ejerza regularmente su derecho de elevar
otro muro, aunque lo prive de la luz o de la vista.
ARTICULO 1982.- Árboles, arbustos u otras plantas. El dueño de un inmueble no puede tener
árboles, arbustos u otras plantas que causan molestias que exceden de la normal tolerancia.
En tal caso, el dueño afectado puede exigir que sean retirados, a menos que el corte de
ramas sea suficiente para evitar las molestias. Si las raíces penetran en su inmueble, el
propietario puede cortarlas por sí mismo.
BOLILLA 5
Por la apropiación;
Por la especificación;
Por la accesión;
Por la tradición;
Por la percepción de frutos;
Por la sucesión en los derechos del propietario;
Por la prescripción.-
Se critica a esta norma que es incompleta, pues no contempla dos modos fundamentales de
adquisición del dominio: la ley, que es la que atribuye la propiedad al poseedor de buena fe
de una cosa mueble no robada ni perdida; y la expropiación por causa de utilidad pública.
Título y modo: el título es el antecedente (a veces indispensable) que sirve de base para la
transmisión efectiva del dominio; el modo es la forma en que la transferencia se opera
realmente.
Por ejemplo, la transmisión de inmuebles requiere escritura pública: éste es el título, pero el
dominio no se transmite efectivamente sino mediante la tradición y la inscripción del título en
el Registro de la Propiedad.
En materia de cosas muebles puede o no existir título independiente del modo de transmisión:
cuando se venden cosas muebles valiosas, lo normal es firmar un contrato de venta (título) y
luego efectivizar la transmisión del dominio mediante la tradición. Pero en el contrato de venta
no es indispensable, o sea que bastaría con la tradición, en la cual en este caso se confunden
título y modo de transmisión.
Régimen legal del Código para adquirir el dominio. Sistema anterior y posterior a la
reforma del Dec. Ley 17.711. Análisis del art. 2505 reformado por Dec. Ley 17.711. Ley
17.801.
Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas establecidas por la ley,
que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales que se
ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre del propietario,
y éste por un acto jurídico pasa el dominio de ella al que la poseía a su nombre, o cuando el
que la poseía a nombre del propietario, principia a poseerla a nombre de otro. Tampoco es
necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro reservándose la tenencia y constituyéndose
en poseedor a nombre del adquirente.
La inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales sobre
cosas registrables en los casos legalmente previstos; y sobre cosas no registrables, cuando el
tipo del derecho así lo requiera.
El primer uso es modo suficiente de adquisición de la servidumbre positiva.
Para que el título y el modo sean suficientes para adquirir un derecho real, sus otorgantes
deben ser capaces y estar legitimados al efecto.
A la adquisición por causa de muerte se le aplican las disposiciones del Libro Quinto”.
Cosas a las cuales se aplica: Deben ser cosas muebles, pues las cosas inmuebles no son
susceptibles de apropiación (nunca carecen de dueño). Caben en este modo adquisitivo,
tanto las cosas sin dueño, o sea las que nunca tuvieron dueño, y las cosas abandonadas por
el dueño.
Son cosas abandonadas por el dueño aquellas de cuya posesión se desprende
materialmente, con la idea de no continuar en el dominio de ellas. En caso de duda se
presume que la cosa no ha sido abandonada por el dueño sino perdida, si es cosa de algún
valor (2530).
El art. 2527 contiene una enumeración de las cosas susceptibles de apropiación, que se
corresponde con el art. 2343 (cosas susceptibles de apropiación privada), de ello resulta que
son:
1. Los peces de los mares y ríos;
2. Los enjambres de abejas, si el dueño no los reclamare inmediatamente;
3. Las cosas que se hallaren en el fondo de los mares y ríos;
4. Las plantas y yerbas que vegetan en las costas;
5. Los tesoros abandonados, monedas, joyas, etc., que se encuentren sepultados o
escondidos, sin que hayan indicios o memorias de que alguien sea su dueño;
6. El dinero u otros objetos voluntariamente abandonados por sus dueños para que se los
apropie el primer ocupante;
7. Los animales bravíos o salvajes y los domesticados que recuperen su antigua libertad.
El interés práctico de la especificación como medio de adquisición del dominio de una cosa
mueble está notablemente reducido por los efectos del 2412.
ACCESIÓN: La propiedad de una cosa comprende los accesorios que se encuentran en ella
unidos natural o artificialmente (2520). Por consiguiente, cuando una cosa se adhiere a otra el
propietario de ésta adquiere el dominio de la que se ha adherido.
Art. 2571: Se adquiere el dominio por accesión, cuando alguna cosa mueble o inmueble
acreciere a otra por adherencia natural o artificial.
a) Aluvión: (2572) Se llama aluvión a los acrecentamientos de tierra que reciben paulatina e
insensiblemente por efecto de la corriente de las aguas los terrenos ribereños. Esto es lo que
se llama aluvión por acarreo, el caso típico.
Puede ocurrir también que el río o corriente de agua se retire insensiblemente de una orilla
hacia otra, dejando al descubierto parte del lecho, en cuyo caso el propietario de la ribera
adquiere los terrenos dejados en descubierto por las aguas. Es el primer caso de aluvión por
abandono, denominado alveus exsicatu.
El segundo caso de aluvión por abandono no está contemplado en el código, ocurre cuando
las aguas el río cambian de curso y comienzan a correr por un lecho distinto, dejando
abandonado el anterior; o bien cuando se secan, dejando también el cauce al descubierto. En
ese caso, la jurisprudencia determinó que el lecho abandonado corresponde a los propietarios
ribereños, a menos que el cambio de dirección sea el resultado de obras y trabajos de
rellenamiento que el poder público ha efectuado a sus expensas, en cuyo caso el cauce
pertenece al Estado. Es lo que se denomina alveus derelictus.
Condiciones de la adquisición del dominio:
- Debe tratarse de aguas corrientes por sus cauces naturales;
- Debe tratarse de tierras dejadas por ríos o arroyos no navegables; si fueran
navegables o costas del mar, los terrenos de aluvión pertenecen al Estado.
- Es indispensable que los terrenos de aluvión estén definitivamente incorporados al
predio ribereño; es decir que estén adheridos a la ribera y hayan cesado de ser parte
del lecho del río.
- Es indispensable que los terrenos de aluvión estén unidos directamente a las
propiedades ribereñas y no estén separadas de ellas por una corriente de agua que
haga parte del río y que no sea intermitente.
b) Avulsión: supone un hecho súbito, un desprendimiento violento provocado por las aguas
que depositan la tierra en otras propiedades, ya sea inferiores o de la ribera opuesta.
En principio, cuando se han producido estos desprendimientos, el dueño de la tierra conserva
su dominio y puede reclamarla del propietario de esa tierra donde se ha depositado, dentro de
los seis meses. Pero carece del derecho de reivindicar las tierras, arena o plantas desde que
se han adherido naturalmente al terreno ribereño al que fueron a parar.
La avulsión supone siempre cosas susceptibles de adherencia natural, tales como la tierra, la
arena y alas plantas; pero puede ocurrir que la corriente haya traído cosas no susceptibles de
adherencia natural como muebles, materiales de construcción, etc. En ese caso se aplica lo
dispuesto sobre las cosas perdidas (2586).
c) Emigración de animales: (2592) Cuando los animales domesticados que gozan de su
libertad emigraren y contrajeren la costumbre de vivir en otro inmueble, el dueño de éste
adquiere dominio de ellos, con tal de que no se haya valido de algún artificio para atraerlos. El
antiguo dueño no tendrá acción alguna para reivindicarlos, ni para exigir indemnización
alguna.
d) Adjunción, mezcla y confusión: son tres formas de la accesión de una cosa a la otra.
Hay adjunción cuando una cosa se une a otra de tal modo de formar una sola. En la mezcla,
la accesión es más íntima, no hay solamente una yuxtaposición de elementos sino una fusión
de ellos. La confusión es la mezcla de líquidos.
Típicamente estos casos se producen por hechos de la naturaleza, pero puede darse un
supuesto en que provengan de la mano del hombre. En este caso, es difícil distinguirlo de la
especificación. El criterio mayoritario de distinción es el siguiente: si se ha operado una
transformación de la cosa en un objeto nuevo y ello ha resultado principalmente del trabajo
humano, siendo los materiales utilizados de valor secundario, habrá especificación; si en
cambio lo fundamental es el material utilizado y el trabajo es secundario, hay adjudicación o
mezcla.
Art. 2594: Cuando dos cosas muebles, pertenecientes a distintos dueños, se unen de tal
manera que vienen a formar una sola, el propietario de la principal adquiere la accesoria, aun
en el caso de ser posible la separación, pagando al dueño de la cosa accesoria lo que ella
valiere.
Si la persona que realizó la adjunción fue de mala fe, el dueño de la materia empleada de
mala fe puede optar entre pedir que se le devuelva una cosa igual a la que tenía o que se le
paguen los daños y perjuicios. En cambio si el que realizó la adjudicación era de buena fe, el
propietario de la cosa accesoria sólo tiene derecho a exigir lo que ésta valiere.
Art. 2597: Cuando cosas secas o fluidas de diversos dueños se hubieren confundido o
mezclado, resultando una transformación, si una fuese la principal, el dueño de ella adquiere
el dominio del todo, pagando al otro el valor de la materia accesoria.
Si no hay cosa principal ni accesoria, siendo las materias separables, la separación se hará a
costa del que las unió sin consentimiento del dueño de la otra. Pero si la unión se hubiera
hecho con el consentimiento del otro dueño, la separación se hará a costa de ambos.
Si las cosas son inseparables, el dueño de la cosa unida sin su voluntad puede pedir al que
hizo la unión o mezcla el valor que tenía ante de la unión. Pero si las cosas inseparables
resultaran confundidas o mezcladas por un hecho casual, y no hay cosa principal, cada
propietario adquiere en el todo un derecho proporcional a la parte que le corresponda,
entendido el valor de las cosas mezcladas o confundidas.
Prescripción larga (20 años): originariamente, antes del avenimiento de los medios masivos
de comunicación, el plazo era de treinta años, pero fue necesario acortarlo.
Basta la posesión continua; no es necesario ni la buena fe ni el justo título (4016). Es decir
que quien se posesiona de una propiedad ajena, con pleno conocimiento y conciencia de que
no es suya, adquiere, no obstante ello, el dominio después de 20 años de posesión.
Cuando la posesión se ha tenido siempre a título de dueño, basta probar cuándo empezó ella
para establecer el punto de partida del plazo. Pero puede ocurrir que quien empezó a poseer
por otro pretenda que, en un momento dado, siguió poseyendo para sí. Es lo que se llama
interversión del título. Puesto que se empezó a poseer reconociendo en otro el derecho de
propiedad, la prueba de que en un momento dado se empezó a poseer por sí debe ser clara e
inequívoca.
El juicio de usucapión: la ley nacional 14.159 sobre catastro nacional estableció el carácter
contencioso del juicio y exigencias severas en materia de prueba. Estas exigencias fueron
excesivas y determinaron la sanción del decreto- ley 5756/58, que manteniendo el carácter
contencioso del procedimiento atenuó el rigor de las disposiciones relativas a la prueba.
- Al iniciar la demanda debe presentarse una certificación del Registro de la Propiedad o
del Catastro sobre la titularidad del dominio del inmueble que se intenta prescribir, y el
juicio deberá tramitar con intervención del titular. Si no pudiere determinarse quien es,
se procede en la forma establecida en los códigos procesales para la citación de
personas desconocidas. En caso de no dar resultados la citación por edictos, debe
darse intervención al defensor de ausentes.
- El juez competente es el del lugar del inmueble.
- Con la demanda es necesario acompañar el plano de mensura del inmueble.
- En cuanto a la prueba, el art. 24 de la ley 14.159 sentaba que ésta no podía ser
exclusivamente testimonial, y agregó con la demanda debían adjuntarse las
constancias de las cuales resultare que el poseedor había pagado a su nombre los
impuestos durante todo el lapso de la prescripción. Esto era excesivo, porque la
posesión podría haberse detentado y ejercido plenamente sin pagar los impuestos.
Además, por lo general las oficinas recaudadoras no alteran el nombre del
contribuyente si no es sobre la base de los títulos.
El decreto ley 5756/58 mantuvo la regla de que todas las pruebas son admisibles,
aunque el fallo no podrá basarse exclusivamente en la testimonial. Y agrega que será
especialmente considerado el pago por parte del poseedor de impuestos o tasas que
gravan el inmueble, aunque los recibos no figuren a nombre de quien invoca la
posesión.
- La sentencia que se dicte en juicio contradictorio hará cosa juzgada respecto de las
partes intervinientes en él. Esta sentencia brinda un título de propiedad, tiene efectos
erga omnes como que brinda un título perfecto. Ello, sin perjuicio del dueño o
condómino que no ha sido oído, de reivindicar el inmueble demostrando que la
posesión no tenía los caracteres legales que permiten usucapir.
6.Usucapión de muebles: la regla del art. 2412 cubre la mayor parte de los casos de
posesión de cosas muebles, ya que la mera posesión de buena fe confiere el derecho
de propiedad.
Sin embargo, quedan tres hipótesis que no están cubiertas por dicha regla:
a) La posesión de mala fe. Esta no tiene solución en nuestro código: ninguna norma
permite adquirir por prescripción el derecho al poseedor de mala fe.
b) La posesión de buena fe por título gratuito (art. 2778)
c) La posesión de buena fe de cosas robadas o perdidas. La ley 17.711 agregó un
artículo (4016 bis) que dispone que el que durante tres años ha poseído de buena fe
una cosa mueble robada o perdida, adquiere su dominio por prescripción. Si se trata de
cosas muebles registrables, el plazo es de dos años. En ambos casos la posesión
debe ser de buena fe y contínua.
Beneficiarios. Gozarán de los beneficios de esta ley los ocupantes que acrediten la posesión
pública, pacífica y continua, durante tres años con anterioridad al 1 de enero de 1992, y su
causa lícita, de inmuebles urbanos que tengan como destino principal el de casa habitación
única y permanente, y reúnan las características previstas en la reglamentación (art. 1).
Procedimiento:
Cuando los inmuebles fuesen de dominio privado del Estado nacional, provincial o municipal,
se procederá a la inmediata escrituración por intermedio de las escribanías habilitadas, con
los beneficios previstos por el artículo 3.
En caso de incumplimiento por parte del Estado, los peticionantes podrán adherir al régimen y
procedimientos de esta ley.
Si el Estado nacional, provincial o municipal no habilitare este procedimiento, procederá la
acción de amparo.
La inscripción registral producirá los efectos de inscripción de título a los fines del inicio del
cómputo del plazo de prescripción del artículo 3999 del Código Civil. Quedan a salvo todas
las acciones que correspondan a los actuales titulares de dominio, inclusive, en su caso, la de
expropiación inversa.
a) Absoluta: Importa la extinción del dominio sobre una cosa que no es adquirida por
nadie. Esto ocurre en los siguientes casos:
- Por destrucción o consumo total de la cosa (2604);
- Cuando la cosa queda fuera del comercio;
- Cuando los animales salvajes o domésticos recuperan su libertad o pierden la
costumbre de volver a la residencia del dueño (2605);
- Abandono de la cosa, aunque nadie se apropie de ella (2607).
b) Relativa: Se pierde el dominio para una persona, porque es adquirida por otra. Esto
ocurre en los siguientes casos:
- Enajenación voluntaria de la cosa por un título capaz de transmitir el dominio;
- Sucesión mortis causa;
- Transferencia del dominio por los modos establecidos en la ley: transformación,
accesión o prescripción.
- Transmisión judicial de la propiedad.
BOLILLA 6
1- Límites de Dominio. Naturaleza jurídica. División. Sistema del Código civil y
comercial.
La limitación se concibe desde el punto de vista del propietario, y la restricción aparece como
una imposición desde fuera que empuja -por decirlo así- al derecho dentro de sus fronteras,
cuando existe un interés público o de vecindad que determina esta compresión.
Por más absoluto que se repute el derecho de propiedad se hace inevitable reconocer ciertas
restricciones y límites, fundados algunos en razones de interés público y otros resultantes de
la mera coexistencia del derecho análogo de los vecinos.
En el Código civil se establecía en el art. 1113 que la propiedad supone el derecho de
usar, gozar y disponer de la cosa de acuerdo a un ejercicio regular. Seguidamente, dice el
código que el ejercicio de estas facultades no puede ser restringido en tanto no fuere abusivo.
En el art. 2611 establecía que las restricciones impuestas al dominio privado sólo en el
interés público, son regidas por el derecho administrativo.
Actualmente, en el Código civil y comercial en el Libro IV capítulo 4 refiere a los Límites del
dominio, desde el artículo 1970 hasta el artículo 1982.
Los límites impuestos al dominio en este Capítulo en materia de relaciones de vecindad, rigen
en subsidio de las normas administrativas aplicables en cada jurisdicción.
ARTICULO 1971.-Daño no indemnizable. Los deberes impuestos por los límites al dominio no
generan indemnización de daños, a menos que por la actividad del hombre se agrave el
perjuicio.
ARTICULO 1972.-Cláusulas de inenajenabilidad. En los actos a título oneroso es nula la
cláusula de no transmitir a persona alguna el dominio de una cosa determinada o de no
constituir sobre ella otros derechos reales. Estas cláusulas son válidas si se refieren a
persona o personas determinadas.
En los actos a título gratuito todas las cláusulas señaladas en el primer párrafo son válidas si
su plazo no excede de diez años.
En los actos por causa de muerte son nulas las cláusulas que afectan las porciones legítimas,
o implican una sustitución fideicomisaria.
ARTICULO 1973.-Inmisiones. Las molestias que ocasionan el humo, calor, olores,
luminosidad, ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en
inmuebles vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones
del lugar y aunque medie autorización administrativa para aquéllas.
Según las circunstancias del caso, los jueces pueden disponer la remoción de la causa de la
molestia o su cesación y la indemnización de los daños. Para disponer el cese de la inmisión,
el juez debe ponderar especialmente el respeto debido al uso regular de la propiedad, la
prioridad en el uso, el interés general y las exigencias de la producción.
Todo perjudicado puede pedir que se remuevan los efectos de los actos violatorios de este
artículo.
ARTICULO 1976.-Recepción de agua, arena y piedras. Debe recibirse el agua, la arena o las
piedras que se desplazan desde otro fundo si no han sido degradadas ni hubo interferencia
del hombre en su desplazamiento. Sin embargo, puede derivarse el agua extraída
artificialmente, la arena o las piedras que arrastra el agua, si se prueba que no causan
perjuicio a los inmuebles que las reciben.
ARTICULO 1977.-Instalaciones provisorias y paso de personas que trabajan en una obra. Si
es indispensable poner andamios u otras instalaciones provisorias en el inmueble lindero, o
dejar pasar a las personas que trabajan en la obra, el dueño del inmueble no puede impedirlo,
pero quien construye la obra debe reparar los daños causados.
ARTICULO 1978.-Vistas. Excepto que una ley local disponga otras dimensiones, en los
muros linderos no pueden tenerse vistas que permitan la visión frontal a menor distancia que
la de tres metros; ni vistas laterales a menor distancia que la de sesenta centímetros, medida
perpendicularmente. En ambos casos la distancia se mide desde el límite exterior de la zona
de visión más cercana al inmueble colindante.
ARTICULO 1979.-Luces. Excepto que una ley local disponga otras dimensiones, en el muro
lindero no pueden tenerse luces a menor altura que la de un metro ochenta centímetros,
medida desde la superficie más elevada del suelo frente a la abertura.
ARTICULO 1980.-Excepción a distancias mínimas. Las distancias mínimas indicadas en los
artículos 1978 y 1979 no se aplican si la visión está impedida por elementos fijos de material
no transparente.
ARTICULO 1981.-Privación de luces o vistas. Quien tiene luces o vistas permitidas en un
muro privativo no puede impedir que el colindante ejerza regularmente su derecho de elevar
otro muro, aunque lo prive de la luz o de la vista.
ARTICULO 1982.-Árboles, arbustos u otras plantas. El dueño de un inmueble no puede tener
árboles, arbustos u otras plantas que causan molestias que exceden de la normal tolerancia.
En tal caso, el dueño afectado puede exigir que sean retirados, a menos que el corte de
ramas sea suficiente para evitar las molestias. Si las raíces penetran en su inmueble, el
propietario puede cortarlas por sí mismo.
Las restricciones y límites tienen como fuente exclusiva a la ley, mientras las
servidumbres reconocen como fuente incluse la voluntad.
Limitar es poner límites o fijar la máxima extensión que puede tener la jurisdicción, la
autoridad o los derechos y facultades de uno: mientras que restringir es ceñir, circunscribir,
reducir a menores límites.
Las restricciones determinan los límites normales del dominio, por lo tanto no existe ningún
dominio que carezca de restricciones, pues lo acompañan “normalmente”: son condiciones
generales del ejercicio normal del derecho. En cambio, las servidumbres importan limitaciones
excepcionales, que recaen únicamente sobre determinados dominios.
Las restricciones y límites originan en general deberes de soportar o de no hacer, pero
algunas imponen hasta obligaciones de hacer. Por el contrario, las servidumbres reconocen
los dos primeros contenidos, pero no se admiten servidumbres cuyo contenido consista en un
hacer para el titular del fundo gravado.
Las restricciones y límites son recíprocamente impuestas a los distintos obligados, en cambio
la existencia de una servidumbre a favor de un titular no supone la presencia de otra
servidumbre que grave su fundo.
Por último, las restricciones y límites no determinan la necesidad de que se indemnice a
quienes los alcanza, las servidumbres por ser excepcionales, dan derecho a la indemnización
a favor de quien las soporta.
.
División. Las restricciones y límites al dominio se dividen en:
- Aquellas que están fundadas en consideraciones de interés público.
- Las que se fundan en consideraciones de interés recíproco de los vecinos.
Los límites impuestos al dominio en este Capítulo en materia de relaciones de vecindad, rigen
en subsidio de las normas administrativas aplicables en cada jurisdicción.
En los actos a título gratuito todas las cláusulas señaladas en el primer párrafo son válidas si
su plazo no excede de diez años.
En los actos por causa de muerte son nulas las cláusulas que afectan las porciones legítimas,
o implican una sustitución fideicomisaria.
Todo perjudicado puede pedir que se remuevan los efectos de los actos violatorios de este
artículo.
En el código civil
Desmembraciones de la propiedad: ( PROHIBICIÓN DE CONSTITUIR DERECHOS
REALES NO ENUMERADOS). (2502-2614) No podrán constituirse otros derechos reales
que los establecidos en la ley. En particular, no pueden gravarlos con derechos enfitéuticos ni
de superficie, ni imponerles censos ni rentas que se extiendan por más de cinco años, ni
hacer en ellos vinculación alguna.
a) División horizontal de la propiedad: (2617) El propietario de edificios no
puede dividirlos horizontalmente entre varios dueños ni por contrato, ni por
actos de última voluntad. Obviamente, este artículo ha sido tácitamente
derogado por la ley 13.512.
PROHIBICIÓN DE DIVIDIR HORIZONTALMENTE LA PROPIEDAD. - El art. 2617 establece:
"El propietario de edificios
no puede dividirlos horizontalmente entre varios dueños, ni por contrato, ni por actos de última
voluntad". Fundamentando la solución del artículo, el codificador, en su nota, después de
expresar que la mayoría de los códigos extranjeros permiten este tipo de división dice: "La
división horizontal, dando a uno los bajos y a otro los altos, crea necesariamente cuestiones
entre ellos, o sobre servidumbres, o sobre los lugares que son indispensables para el tránsito
en los diversos altos de un edificio. En tales casos, la propiedad del que ocupa el suelo no
puede ser definida, y sin duda que no podría mudar sus formas". La ley 13.512, en su art. 18,
contiene una disposición que deroga, a los efectos de dicha ley, esta prohibición, es decir,
cuando el inmueble se somete al régimen de la propiedad horizontal. Por lo tanto, mientras
ello no ocurra, la prohibición subsiste y una disposición contractual o de última
voluntad que la estableciera estaría condicionada, para su cumplimiento, a la creación del
estado de propiedad horizontal, una vez inscripto el respectivo reglamento de copropiedad y
administración.
Obligación de dejar un camino público al margen de los ríos navegables: (2639) Los
propietarios limítrofes con los ríos o con canales que sirven a la comunicación por agua, están
obligados a dejar una calle o camino público de 30 metros hasta la orilla del río o del canal,
sin ninguna indemnización. Los propietarios ribereños no pueden hacer en ese espacio
ninguna construcción, ni reparar las antiguas que existan, ni deteriorar el terreno en manera
alguna.
Dentro de las ciudades o poblaciones, las municipalidades pueden reducir el ancho de la calle
pública a no menos de 15 metros. Esto es lo que se llama “el camino de sirga”.
CAMINO DE SIRGA. - Llámase así a la franja de terreno que deben dejar libres de
construcción los propietarios
de los inmuebles linderos con los ríos que sirven para "la comunicación por agua" (art. 2639).
La norma alude
con esta expresión a la navegación fluvial, ya que en la época del Código no podía referirse,
por ejemplo, a los cables subacuáticos. Por otra parte, el origen de la restricción tiene su
fundamento en las necesidades de la navegación a vela que, cuando se debía remontar un
río o navegar contra el viento o la corriente, utilizaba el espacio para ejercer tracción, desde la
orilla, utilizando la fuerza humana o de bestias de tiro (sirgar). La sirga es una cuerda gruesa
o maroma que se utiliza con el fin de tirar de las redes o de las embarcaciones. La norma se
mantiene a pesar de resultar anacrónica con la finalidad aludida, pudiendo justificarse en los
casos en que los ríos son utilizables a los fines de recreación: balnearios, lugares de pesca,
camping, entre otros. No lo es -por insuficiente-^ para otros fines: como construcción de
puertos, astilleros, etc., pues entendemos que la propiedad permanece en poder del dueño
del inmueble y este tipo de construcciones presuponen la expropiación. Se ha puesto en duda
el carácter de restricción de esta obligación de dejar un camino o calle a la vera del río,
sosteniendo algunos autores que la propiedad pasa a poder del Estado. No cabe duda -sin
embargo- de su naturaleza si se tiene en cuenta que el propietario ribereño conserva la
propiedad de la franja, puede recoger los frutos y utilizarla, siempre que no afecte la finalidad
o función; a él pertenecen, en la proporción legal, los tesoros que allí se encuentren y -como
hemos dicho- en el caso en que se pretenda, por el Estado, realizar construcciones o
instalaciones, es necesario expropiar el terreno. Contribuyen a reforzar la tesis, la ubicación
de la norma y el hecho de que la obligación de dejar libre la franja está determinada sin que
corresponda al propietario indemnización alguna, según surge expresamente de la norma del
art. 2639 que comentamos. En el derecho administrativo, de acuerdo a la doctrina, se la
concibe como una carga establecida sobre un bien ajeno por razón de utilidad pública. No
creemos que, para la existencia del camino de sirga, sea necesario un acto del Estado que
determine tal afectación, pero además de innecesario lo consideramos inviable desde el
momento en que el Estado no puede afectar un bien mientras se reconozca la propiedad del
particular. Tampoco se puede sostener, con base en las disposiciones legales, que la
finalidad queda limitada a la circulación o a las necesidades de la navegación. Si bien este es
el origen histórico de la norma, no contiene en su formulación ninguna alusión a estas
finalidades, por lo que nada impide que se utilice para comodidad de los vecinos.
Luces y vistas.
Se llaman luces a las ventanas o aberturas que permiten sólo el pasaje de la luz o el
aire, no así la vista hacia el exterior; son vistas, en cambio aquellas aberturas que
permiten también ver los fundos contiguos.
En caso de que se trate de muros medianeros, ninguno de los condóminos podrá abrir
ventanas o troneras en dicho muro, sin consentimiento del condómino (2654).
El dueño de una pared no medianera (divisoria) contigua a finca ajena, puede abrir en
ella ventanas para recibir luces a 3 m del piso de la pieza a la que quiera darse luz, con
reja de fierro cuyas barras no dejen mayor claro que 3 pulgadas.
Esas luces no constituyen una servidumbre, y el dueño de la finca o propiedad contigua,
puede adquirir la medianería de la pared, y cerrar las ventanas de luces, siempre que
edifique apoyándose en la pared medianera.
El que goza de la luz por ventanas abiertas en su pared, no tiene derecho para impedir
que en el suelo vecino se levante una pared que las cierre y prive de la luz.
No se puede tener vistas (de frente) sobre el predio vecino, cerrado o abierto, por medio
de ventanas, balcones u otros voladizos, a menos de que intermedie una distancia de 3
m de la línea divisoria. Tampoco puede tenerse vistas de costado u oblicuas sobre
propiedad ajena si no hay 70 cm de distancia
iii) el agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.
i) las cosas perdidas. Si la cosa es de algún valor, se presume que es perdida, excepto
prueba en contrario;
Todo perjudicado puede pedir que se remuevan los efectos de los actos violatorios de este
artículo.
Si el obstáculo se origina en un caso fortuito, el Estado sólo debe restablecer las aguas a su
estado anterior o pagar el valor de los gastos necesarios para hacerlo.
Sujetos. Podrá actuar como expropiante el Estado Nacional; también podrán actuar como
tales la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, las entidades autárquicas nacionales, y
las empresas del Estado Nacional, en tanto estén expresamente facultadas para ello por sus
respectivas leyes orgánicas o por leyes especiales.
Los particulares, sean personas de existencia visible o jurídicas, podrán actuar como
expropiantes cuando estuvieren autorizados por la ley o por acto administrativo fundado en
ley.
La acción expropiatoria podrá promoverse contra cualquier clase de personas, de carácter
público o privado.
Objeto. Pueden ser objeto de expropiación todos los bienes convenientes o necesarios para
la satisfacción de la utilidad pública, cualquiera sea su naturaleza jurídica, pertenezcan al
dominio público o al dominio privado, sean cosas o no.
La expropiación se referirá específicamente a bienes determinados. También podrá referirse
genéricamente a los bienes que sean necesarios para la construcción de una obra o la
ejecución de un plan o proyecto;
Es susceptible de expropiación el subsuelo con independencia de la propiedad del suelo.
Igualmente son susceptibles de expropiación los inmuebles sometidos al régimen de
propiedad horizontal.
La declaración de utilidad pública podrá comprender no solamente los bienes que sean
necesarios para lograr tal finalidad, sino también todos aquellos cuya razonable utilización en
base a planos y proyectos específicos convenga material o financieramente a ese efecto, de
modo que se justifique que las ventajas estimadas serán utilizadas concretamente en la
ejecución del programa que motivó la declaración de utilidad pública.
Si se tratase de la expropiación parcial de un inmueble y la parte que quedase sin expropiar
fuere inadecuada para un uso o explotación racional, el expropiado podrá exigir la
expropiación de la totalidad del inmueble.
Cuando la expropiación de un inmueble incida sobre otros con los que constituye una unidad
orgánica, el o los propietarios de estos últimos estarán habilitados para accionar por
expropiación irregular si se afectare su estructura arquitectónica, su aptitud funcional o de
algún modo resultare lesionado el derecho de propiedad.
Ocupación temporánea. Cuando por razones de utilidad pública fuese necesario el uso
transitorio de un bien o cosa determinados, mueble o inmueble, o de una universalidad
determinada de ellos, podrá recurrirse a la ocupación temporánea.
Clases de ocupación temporánea. La ocupación temporánea puede responder a una
necesidad anormal, urgente, imperiosa o súbita, o a una necesidad normal no inminente.
La ocupación temporánea anormal, puede ser dispuesta directamente por la autoridad
administrativa, y no dará lugar a indemnización alguna, salvo la reparación de los
daños o deterioros que se causaren a la cosa o el pago de daños y perjuicios debidos
por el uso posterior de la cosa en menesteres ajenos a los que estrictamente
determinaron su ocupación
Ninguna ocupación temporánea anormal tendrá mayor duración que el lapso
estrictamente necesario para satisfacer la respectiva necesidad.
La ocupación temporánea normal, previa declaración legal de utilidad pública, podrá
establecerse por avenimiento; de lo contrario deberá ser dispuesta por la autoridad
judicial, a requerimiento de la Administración Pública.
La ocupación temporánea normal apareja indemnización, siendo aplicables en subsidio
las reglas vigentes en materia de expropiación.
El bien ocupado no podrá tener otro destino que el que motivó su ocupación.
La indemnización a que se refiere el presente artículo comprenderá el valor del uso y
los daños y perjuicios ocasionados al bien o cosa ocupados, así como también el valor
de los materiales que hubiesen debido extraerse necesaria e indispensablemente con
motivo de la ocupación.
Ninguna ocupación temporánea normal puede durar más de dos años; vencido este
lapso, el propietario intimará fehacientemente la devolución del bien.
BOLILLA 7
1. DOMINIO IMPERFECTO.
Dominio fiduciario
ARTICULO 1702.- Normas aplicables. Son aplicables al dominio fiduciario las normas
que rigen los derechos reales en general y, en particular, el dominio, previstas en los
Títulos I y III del Libro Cuarto de este Código.
ARTICULO 1704.- Facultades. El titular del dominio fiduciario tiene las facultades del
dueño perfecto, en tanto los actos jurídicos que realiza se ajusten al fin del fideicomiso
y a las disposiciones contractuales pactadas.
La condición o el plazo deben ser impuestos por disposición voluntaria expresa o por la ley.
Dominio fiduciario
ARTICULO 1701.- Dominio fiduciario. Definición. Dominio fiduciario es el que se
adquiere con razón de un fideicomiso constituido por contrato o por testamento, y está
sometido a durar solamente hasta la extinción del fideicomiso, para el efecto de
entregar la cosa a quien corresponda según el contrato, el testamento o la ley.
ARTICULO 1702.- Normas aplicables. Son aplicables al dominio fiduciario las normas
que rigen los derechos reales en general y, en particular, el dominio, previstas en los
Títulos I y III del Libro Cuarto de este Código.
ARTICULO 1704.- Facultades. El titular del dominio fiduciario tiene las facultades del
dueño perfecto, en tanto los actos jurídicos que realiza se ajusten al fin del fideicomiso
y a las disposiciones contractuales pactadas.
Ley 25.509
La ley 25.509, fue promulgada de hecho el día 14 de noviembre del año 2001, incorporando el
derecho Real de Superficie.
Creemos necesario hacer un análisis minucioso de esta, para poder tener una visión integra
de las particularidades de este nuevo derecho.
Artículo 1: créese el derecho real de superficie forestal, constituido a favor de terceros, por los
titulares de dominio o condominio sobre un inmueble susceptible de forestación o silvicultura
de conformidad al régimen previsto en la ley de inversiones para bosques cultivados, y a lo
establecido en la presente ley.
Si observamos el código civil advertiremos que en su artículo 2614 el legislador ha prohibido
este derecho real, tal vez sin necesidad por lo dispuesto en el 2502 que en su nota expresa el
porque de la prohibición, remitiéndonos a la historia, con el ejemplo de Roma que tenía un
pequeño número de derechos reales y especialmente determinados diferenciándolos con el
derecho español que tenía multiplicidad en la misma materia que daba como resultado que
los escritores españoles se quejaban de los males que habían producido los derechos reales
sobre la misma cosa. Con esto Vélez nos afirma que las experiencia nos deja
una enseñanza " la multiplicidad de derechos reales sobre unos mismos bienes es una fuente
fecunda de complicaciones y pleitos ".
Lo que debería tenerse en cuenta es que con el nombre de superficie no encajaría con esta
ley porque siguiendo a Guillermo Allende y la nota del artículo 2503 llegamos a la conclusión
que en la superficie la tierra se entrega para su edificación con lo cual su verdadero nombre
sería de enfiteusis que es el derecho de cuidar de un fundo y gozar de el. Sin embargo
algunos autores como Marina M. de Vidal creen que se tomaría a la superficie por extensión
comprendiendo las plantaciones.
Llama la atención que el objeto de este derecho es limitado por la ley 25080 lo cual es un
inmueble susceptible de forestación y silvicultura, esta ley establece un nuevo régimen
de inversión para nuevos emprendimientos, con el requisito de que necesita para su
aplicación la adhesión de las provincias a través del dictado de una ley provincial. Con lo
dicho la constitución del derecho requiere la adhesión de la provincia donde se encuentre el
inmueble, debe existir un proyecto, que la persona no se encuentre inhabilitada en el artículo
26 de la ley 25080.
¿que deberíamos comprender con todo esto?, parecería ser que superficie del primitivo 2614
no comprende a este derecho porque necesita de una ley anterior que lo habilite y encima su
objeto es restringido, con esto no damos en cuenta que lo que realmente los legisladores
tuvieron en cuenta es que no produzcan los males de la edad media.
Articulo 2: el derecho real de superficie forestal es un derecho real autónomo sobre cosas
propias, que otorga el uso goce y disposición jurídica de la superficie de un inmueble ajeno
con la facultad de realizar forestación o silvicultura y hacer propio lo plantado o adquirir la
propiedad de plantaciones ya existentes, pudiendo gravarla con derecho real de garantía.
La primera clasificación que nos dan los tratadistas sobre derechos reales es sobre cosa
propia y cosa ajena, lo únicos ubicados en la primera son dominio y condominio y propiedad
horizontal, el resto de los derechos reales son sobre cosa ajena que también se los cita como
desmembraciones del derecho de propiedad y que pueden ser de disfrute o de garantía.
Recientes autores han creído erróneo y ubican al derecho real de superficie forestal como
derecho sobre cosa ajena, de disfrute. Creemos inadecuada la crítica, porque la propia ley lo
define diciendo que es un derecho real de cosa propia temporariamente, esta última es la
palabra clave que sería por un tiempo determinado sin negar que una vez transcurrido el
plazo la propiedad de la superficie vuelva a ser del nudo propietario. La ley otorga al titular el
derecho de uso y goce y disposición jurídica de la superficie de un inmueble ajeno con la
facultad de realizar forestación o silvicultura, en este párrafo nos damos cuenta de que esta
mal puesta la palabra facultad que debería ser obligación porque si se ejerce otros actos o no
se ejerce actos se pierde el derecho real de superficie forestal.
El titular del derecho, nos dice la ley, puede gravar con derecho real de garantía con lo nos
costaría encasillarlo en hipoteca, porque según el código debe ser dueño del inmueble y de
prenda porque debería estar talado o sea separado del inmueble. La solución es crear una
nueva hipoteca de superficie forestal con la cual podríamos separar la tierra del inmueble y
con esto se derogaría tácitamente el artículo 2315 que nos hablan de inmueble por accesión.
Artículo 3: el propietario del inmueble afectado a superficie forestal conserva el derecho de
enajenar el mismo, debiendo el adquirente respetar el derecho real de superficie forestal.
Con este artículo encontramos correlación con el nudo propietario en materia de usufructo, en
el artículo 2916 se encuentra el ius abutendi que sigue conservando el propietario, lo cual nos
parece apropiado.
Artículo 4: el propietario del inmueble afectado a derecho real de superficie forestal, no podrá
constituir sobre él ningún otro derecho real de disfrute o garantía durante la vigencia del
contrato, ni turbar los derechos del superficiario, si lo hace el superficiario puede exigir el caso
de turbación.
En este nos parece correcto que como en el usufructo no se pueda constituir otros derechos
reales sobre la vigencia del
mismo que afectaría el derecho de uso y goce del superficiario. Lo que si nos parece erróneo
es prohibir al propietario constituir una hipoteca si este sigue conservando el ius abutendi y
como si fuera poco el hipotecario deberá respetar los derechos del superficiario en caso de
constituirse la misma.
Respecto a los derechos en caso de que fuere turbado, el superficiario, la ley se limita al caso
de turbación o sea a la acción negatoria. Nada se menciona respecto a la desposesión y de la
defensa del derecho mediante la acción reivindicatoria, la que aún cuando la ley nada
menciona no se encuentra excluida en virtud de los principios generales que rigen las defensa
de los derechos reales. Lo conveniente, hubiera sido no citar un caso particular, porque los
derechos reales siempre tienen una defensa ante cualquier ataque.
Artículo 5; el derecho real de superficie forestal se adquiere por contrato oneroso o gratuito,
instrumentado por escritura pública y tradición de la posesión. Deberá ser inscripto, a los
efectos de su oponibilidad a terceros en el registro de la propiedad inmueble de jurisdicción
correspondiente, el que abrirá un nuevo folio correlacionado con la inscripción dominial
antecedente.
La adquisición de derechos solo puede ser por contrato, no existiendo otra forma como el
usufructo, uso y habitación.
El contrato puede ser oneroso o gratuito, para el caso de ser oneroso el precio puede ser
denominado pensión o cannon, como en la enfiteusis, o solarium como en la superficie.
Las formas del contrato, es la escritura pública. La ley abunda en detalles, al exigir dicha
formalidad, toda vez que la misma se encuentra prevista en el artículo 1184 inciso 1 del
código civil.
También abunda en detalles al exigir la inscripción en el registro de la propiedad inmueble, de
la constitución del derecho real, a los fines de su oponibilidad a terceros ya que el artículo
2505 del código civil impone idéntica formalidad.
Establece la ley que se abrirá un nuevo folio correlacionado con la inscripción dominial
antecedente. El folio real, tal como ha sido concebido, contiene la historia de cada inmueble,
surgiendo del mismo su titular, afectaciones al dominio y levantamientos. La constitución del
derecho real de superficie forestal debe inscribirse en los casilleros destinados a las
afectaciones, tales como superficie, usufructo, hipoteca, embargos, etc. careciendo de
practicidad la existencia de dos folios para un mismo inmueble, aun cuando se encuentra
correlacionado como lo exige la ley.
Hemos encontrado un antecedente en el derecho comparado en el código alemán en el art.
1015, donde el derecho real de superficie va en hoja aparte sin perjuicio de la anotación en el
folio correspondiente al inmueble.
Artículo 6: el derecho real de superficie forestal tendrá un plazo máximo de duración por
cincuenta años. En caso de
convenirse plazos superiores, el excedente no valdrá a los efectos de esta ley.
Surge de la norma que se trata de un derecho temporal, cuya duración no puede exceder de
cincuenta años. Si las partes
convienen un plazo mayor deberá reducirse el mismo en cincuenta años. No se hace en este
caso la distinción del artículo 2920 del código civil entre personas físicas y personas jurídicas,
circunstancias esta que esta limitada a veinte años.
No formula aclaración la ley respecto a las situaciones que pueden surgir de la muerte del
superficiario o cesación de la
exigencia legal de la persona jurídica, ya sea por liquidación, vencimiento del término de
duración de la sociedad sin que fuera prorrogado, quiebra, etc,.
Por analogía, en derechos reales no es conveniente la misma, pero en este caso la ley ha
omitido considerar una situación importante, deberá aplicarse las normas del usufructo, es
decir que el derecho no se transmite a los sucesores en el caso de las personas físicas
extinguiéndose el derecho, al igual que en el caso de personas jurídicas. Respecto de las
plantaciones que subsisten en ese momento deberán aplicarse las reglas del articulo 11 de la
ley, quedando los herederos y/o socios el derecho de exigir las indemnizaciones que nazcan
del mayor valor que adquiera el inmueble por las plantaciones o mejoras efectuadas.
Artículo 7: el derecho real de superficie forestal no se extingue por la destrucción total o
parcial de lo plantado, cualquiera fuere su causa. Siempre que el superficiario realice nuevas
plantaciones dentro del plazo de tres años .
Este articulo es similar al art. 1016 del cód. alemán, diferenciándose nuestra ley que
establece un plazo de tres años para que el titular del derecho realice nuevas plantaciones.
Para el caso de no efectuarlas el derecho se extingue.
Artículo 8: el derecho real de superficie forestal se extingue por renuncia expresa, vencimiento
del plazo contractual, cumplimiento de una condición resolutoria pactada, por consolidación
en una misma persona de las cualidades de propietario y superficiario o por el no uso durante
tres años .
A la extinción del derecho analizada en el artículo anterior, agrega la ley la renuncia expresa
del superficiario al derecho real. La misma debe ser formalizada en instrumento público e
inscripta en el registro de la propiedad inmueble, a los fines de ser oponible a terceros.
El vencimiento del plazo contractual, causal común de todos los contratos, deja asimismo la
voluntad de las partes, pactar la extinción al cumplimiento de una condición resolutoria.
La consolidación en una misma persona, se produce cuando por transmisión, por actos entre
vivos o mortis causa el superficiario adquiere el derecho real de dominio del nudo propietario.
La última causal de extinción es el no uso por el término de tres años. Entendemos que el
plazo es correcto, toda vez que esta relacionado con la facultad del superficiario de realizar
forestación o silvicultura y durante este tiempo la tierra se encontraría improductiva. Siguiendo
a nuestro ilustre codificador diremos que el modo de extinción no es en el fondo mas que una
prescripción. Así no se exige del que de ella se prevale ninguna condición de posesión (nota
al art. 2924 cc).
Artículo 9: la renuncia del derecho por el superficiario, o su desuso o abandono, no lo liberan
de sus obligaciones.
Está presente en la norma el adagio los contratos deben cumplirse. El superficiario deberá
indemnizar al nudo propietario por la extinción del derecho producida por las causales citadas
en el artículo. Incluso deberá pagar el canon y/o pensión y/o solariúm, hasta el vencimiento
del plazo pactado, todo ello salvo convención en contrario al momento de constitución del
derecho o posteriormente.
Artículo 10: en el supuesto de extinción del derecho real de superficie forestal por
consolidación, los derechos y obligaciones del propietario y del superficiario continuarán con
sus mismos alcances y efectos.
La extinción del derecho por consolidación se produce, tal como fue expresado, cuando el
superficiario adquiere del nudo propietario el derecho real de dominio. En este caso el
superficiario pasará a ser el dominus, y tendrá para si el ius utendi, fruendi y abutendi.
Pensamos que la norma se refiere al caso previsto en el usufructo en el artículo 2931, cuando
el usufructuario y el nudo propietario enajenan sus derechos a un tercero. En este caso
subsisten los derechos y obligaciones pendientes de cumplimiento, entre superficiario y nudo
propietario hasta el momento de la enajenación al tercero.
Artículo 11: producida la extinción del derecho real de superficie forestal, el propietario del
inmueble afectado, extiende su dominio a las plantaciones que subsisten, debiendo
indemnizar al superficiario, salvo pacto en contrario, en la medida de su enriquecimiento.
La ley no distingue la forma en que se produce la extinción del derecho y tampoco si ha
existido culpa del superficiario. Establece el pago de una indemnización a cargo del nudo
propietario y a favor del superficiario por el mayor valor que haya adquirido el inmueble, por
las plantaciones efectuadas durante la vigencia del derecho real y hace suyas las mismas al
momento de la extinción. La ley autoriza a las partes el pacto en contrario.
Artículo 12: modificase el artículo 2614 del código civil, el que quedará redactado de la
siguiente manera: artículo 2614. los propietarios de bienes raíces no pueden constituir sobre
ellos derechos enfitéuticos, ni imponerlos censo ni renta que se extienda a mayor término que
el de cinco años, cualquiera sea el fin de la imposición; ni hacer en ellos vinculación alguna.
Se ha eliminado ni de superficie que el codificador había consignado luego de enfitéuticos.
Mucho se ha escrito sobre el artículo 2614, abundantes criticas sobre su redacción y sobre su
necesidad. De acuerdo al mismo, solo se autoriza la constitución de censos y rentas hasta un
término de cinco años. Ocurre que dicho derecho real no tiene regulación y solo son
mencionados en la norma.
Por otra parte, con lo dispuesto en los artículos 2502 y 2503 del código civil no es necesario
consignar que derechos reales no están permitidos. El legislador ha perdido la oportunidad de
derogar un artículo que carece de un interés práctico al sancionar la ley que comentamos y no
limitarse como lo hizo el derecho real de superficie, que ahora es un derecho permitido por la
ley.
Artículo 13: agregase al art. 2503 del código civil como inciso 8° "la superficie forestal ".
El artículo 2503 del código civil enumera los derechos reales que tienen regulación en el
código civil. Existen innumerables cantidad de derechos reales extra código, que no se
encuentra citado en el artículo 2503, tales como el derecho real de propiedad horizontal, es
decir que no era necesario el agregado.
Ahora bien, si la intención del legislador era efectuar el agregado, lo correcto hubiera sido
seguir un orden lógico jurídico y no un orden cronológico por fecha de aparición.
Nuestro ilustre codificador, tan criticado y nunca superado por quienes pretendieron modificar
sus claras normas, tuvo en cuenta al formular los derechos reales, la clasificación de los
mismos y así en el primer inciso se encuentran los derechos reales sobre cosas propias (
dominio y condominio), en los tres siguientes los derechos reales sobre cosa ajena, de
disfrute ( usufructo, uso y habitación y servidumbres activas ) para finalizar en los últimos tres
derechos reales sobre cosa ajena, de garantía ( hipoteca, prenda y anticresis).
Si el derecho real de superficie forestal, es sobre cosas propias y de disfrute debió ser
consignado a continuación de dominio y
condominio y modificar los números de los incisos siguientes, siendo el último 8 anticresis.
Artículo 14: la presente ley es complementaria del código civil.
Artículo 15: comuníquese al poder ejecutivo.
Hemos pretendido dar una idea general sobre el derecho real de superficie forestal,
señalando su funcionamiento y deficiencias .
5. Beneficios resultantes del Derecho real de Superficie Forestal
Las ventajas que pueden resultar de este derecho, son muy importantes especialmente
económicas ya que importan abrir posibilidades en el trafico inmobiliario privado,
facilitar políticas del suelo en Administraciones públicas, aumentando el valor de la propiedad
para el propietario de ella, al realizar el superficiario obras, construcciones o plantaciones.
Pero principalmente se da el caso de que cuando el propietario de un inmueble no desea o no
pueda por dificultades económicas explotar su propiedad, tenga la posibilidad de constituir un
derecho de superficie forestal, sobre la superficie de su inmueble a un tercero que tendrá la
facultad de disponer de la superficie física y jurídicamente, de modo que favorezca el
progreso urbano y en beneficio social.
Además no requiere una gran inversión ya que para forestar no se requiere la adquisición de
la propiedad, sino solo se deberá pagar un canon o solarium (en caso de ser un contrato
oneroso) por el tiempo de uso que no puede exceder de cincuenta años.
Muchos se han empecinado en hacer parecer a la forestación como un instrumento de
destrucción de la productividad del suelo, esto en realidad no es así, ya que no posee efectos
negativos, sus efectos ecológicos se incluyen en los beneficios, ya que al forestar una
propiedad, se reduce y hasta se evita la erosión, y además desde que se plantan los árboles y
hasta que son adultos, estos son grandes consumidores de dióxido
de carbono del ambiente y grandes productores de oxígeno.
B. El Derecho de superficie previsto por la ley 26.994. Libro IV. Título VII. Modalidades.
Plazos. Derechos de las partes. Formas de instrumentación. Posibilidad de nueva
constitución. Inscripción registral.
TITULO VII
Superficie
En ambas modalidades, el derecho del superficiario coexiste con la propiedad separada del
titular del suelo.
La extensión del inmueble afectado puede ser mayor que la necesaria para la plantación,
forestación o construcción, pero debe ser útil para su aprovechamiento.
ARTICULO 2118.- Legitimación. Están facultados para constituir el derecho de superficie los
titulares de los derechos reales de dominio, condominio y propiedad horizontal.
ARTICULO 2120.- Facultades del superficiario. El titular del derecho de superficie está
facultado para constituir derechos reales de garantía sobre el derecho de construir, plantar o
forestar o sobre la propiedad superficiaria, limitados, en ambos casos, al plazo de duración
del derecho de superficie.
Si el derecho de superficie se extingue antes del cumplimiento del plazo legal o convencional,
los derechos reales constituidos sobre la superficie o sobre el suelo continúan gravando
separadamente las dos parcelas, como si no hubiese habido extinción, hasta el transcurso del
plazo del derecho de superficie.
Art. 58. — El que se presente a inscribir una obra con los ejemplares o copias
respectivas, será munido de un recibo provisorio, con los datos, fecha y circunstancias
que sirven para identificar la obra, haciendo constar su inscripción.
Art. 61. — El depósito de toda obra publicada es obligatorio para el editor. Si éste no lo
hiciere será reprimido con una multa de diez veces el valor venal del ejemplar no
depositado.
Art. 62. — El depósito de las obras, hecho por el editor, garantiza totalmente los
derechos de autor sobre su obra y los del editor sobre su edición. Tratándose de obras
no publicadas, el autor o sus derechohabientes pueden depositar una copia del
manuscrito con la firma certificada del depositante.
Art. 63. — La falta de inscripción trae como consecuencia la suspensión del derecho del
autor hasta el momento en que la efectúe, recuperándose dichos derechos en el acto
mismo de la inscripción, por el término y condiciones que corresponda, sin perjuicio de
la validez de las reproducciones, ediciones, ejecuciones y toda otra publicación hechas
durante el tiempo en que la obra no estuvo inscripta.
Art. 64. — Todas las reparticiones oficiales y las instituciones, asociaciones o personas
que por cualquier concepto reciban subsidios del Tesoro de la Nación, están obligados a
entregar a la Biblioteca del Congreso Nacional, sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 57, el ejemplar correspondiente de las publicaciones que efectúen, en la forma y
dentro de los plazos determinados en dicho artículo. Las reparticiones públicas están
autorizadas a rechazar toda obra fraudulenta que se presente para su venta.
Art. 65. — El Registro llevará los libros necesarios para que toda obra inscripta tenga su
folio correspondiente, donde constarán su descripción, título, nombre del autor y fecha
de la presentación, y demás circunstancias que a ella se refieran, como ser los contratos
de que fuera objeto y las decisiones de los tribunales sobre la misma.
Art. 67. — El Registro percibirá por la inscripción de toda obra los derechos o aranceles
que fijará el Poder Ejecutivo mientras ellos no sean establecidos en la Ley respectiva.
Art. 68. — El Registro estará bajo la dirección de un abogado que deberá reunir las
condiciones requeridas por el artículo 70 de la Ley de organización de los tribunales y
bajo la superintendencia del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública.
BOLILLA 8
Borda agrega otros supuestos no enumerados en el código, de los que puede surgir el
condominio:
- Cuando un condómino enajena su parte a un tercero. Aquí el condominio resulta
de un acto unilateral del enajenante.
- En el caso de la sucesión universal: los herederos de uno de los condóminos
suceden en los derechos del causante a éste y entran a ser condóminos de
quien lo era del causante.
- Cuando varias personas hayas poseído simultáneamente un inmueble durante
el término necesario para usucapir.
-
Facultades de los condóminos.
La copropiedad no es más que un estado particular de la propiedad: los derechos derivados
de ella son los mismos que corresponden al propietario único de una cosa, solamente que
estando la propiedad repartida entre varias personas, el derecho de cada propietario queda
sujeto en su ejercicio a las limitaciones derivadas del concurso del derecho igual de los otros
condóminos.
a. Facultades sobre la parte indivisa:
(2676) Cada condómino goza, respecto de su parte indivisa, de los derechos inherentes
a la propiedad, compatible con la naturaleza de ella, y puede ejercerlos sin el
consentimiento de los demás copropietarios.
La parte indivisa no existe como una cosa que tenga entidad propia: sólo es el haz de
derechos que se le reconocen al condómino sobre la cosa común.
Los derechos concretos que el copropietario puede ejercer sin el consentimiento de los
condóminos son los siguientes:
- Pueden enajenar su parte indivisa sin limitaciones;
- Pueden hipotecar su parte indivisa, si bien esa hipoteca queda subordinada al
resultado de la partición;
- Pueden constituir usufructo sobre su parte indivisa.
- El copropietario no puede gravar el inmueble con una servidumbre, sin el
acuerdo de todos los condóminos, pero la servidumbre constituida por uno de
ellos vendría a cobrar eficacia si realizada la partición le tocara la propiedad
exclusiva de todo o una parte del inmueble sobre el cual aquélla se constituyó.
- El condómino tiene las acciones posesorias para defender su derecho contra los
otros condóminos que pretendan excluirlo del condominio o bien contra terceros.
También tiene acción reivindicatoria contra los otros condóminos que le nieguen
su derecho y contra terceros que pretendan excluirlo de su dominio.
Extinción relativa:
Cuando el tercero adquiere la propiedad de la cosa que era común a otros a título de
transformación, accesión, o prescripción;
Cuando los condóminos la enajenan a un tercero;
Cuando la cosa es expropiada por causa de utilidad pública.
Partición. Efectos.
En el condominio sin indivisión forzosa, cualquiera de los copropietarios está autorizado
para pedir en cualquier momento la división de la cosa común (2692).
El fundamento de esta solución es que el buen funcionamiento del condominio exige una
cierta armonía, una coincidencia de intereses y a veces de afectos, desaparecidos los cuales
su mantenimiento ya no es razonable.
Los condóminos no pueden renunciar de manera indefinida al derecho de pedir la división:
sólo pueden hacerlo por un plazo de 5 años, el cual es renovable.
Según Borda, la acción de partición es de carácter personal: ya que no implica ninguna
discusión respecto del derecho mismo de copropiedad; simplemente tiende al ejercicio del
derecho estrictamente personal que tienen los condóminos de requerir de sus otros
condóminos la división de la cosa común.
El juicio de partición tramita por vía sumaria (CPCCN).
La división entre los copropietarios es sólo declarativa y no traslativa de la propiedad: cada
condómino debe ser considerado como que hubiese sido, desde el origen de la indivisión,
propietario exclusivo de lo que le hubiera correspondido en su lote, y como que nunca
hubiese tenido ningún derecho de propiedad en lo que ha tocado a otros condóminos (2695).
Esto quiere decir, que es retroactiva.
Las consecuencias de la retroactividad de la partición serán las mismas que en este código se
determinan sobre la división de las sucesiones (2697). Es aplicable entonces lo siguiente:
a) Quedan sin efecto las hipotecas, usufructos o servidumbres que hubiese constituido
uno de los condóminos no adjudicatarios sobre la cosa común;
b) Los embargos trabados por los acreedores particulares de los condóminos caducarán
si el bien sobre el cual recaigan se adjudica a otro.
c) Puesto que no importa una enajenación, está exenta de los impuestos que gravan
estas operaciones.
El principio de que se reputa que cada uno de los adjudicatarios ha tenido la cosa del
causante común y no de sus condóminos no es absoluto, tiene las siguientes excepciones:
- Los frutos percibidos y divididos durante el condominio son definitivamente adquiridos por
cada uno de los condóminos, sin que los que resulten adjudicatarios definitivos de la cosa
tengan derecho a pretender que les sean devueltos.
- Los condóminos se deben entre sí la garantía de evicción de los objetos que se han
adjudicado a algunos de ellos (3505)
- También se deben los condóminos la garantía por los vicios redhibitorios de la cosa.
Art. 2698: Las reglas relativas a la división de las sucesiones, a la manera de hacerla y
a los efectos que produce, deben aplicarse a la división de cosas particulares.
De esta norma se desprende que:
Existiendo posibilidad de dividir y adjudicar los bienes en especie, no se podrá exigir
por los coherederos la venta de ellos;
La partición puede hacerse en forma privada en la forma y por el acto que por
unanimidad juzguen conveniente los herederos si todos ellos son capaces; en cambio,
será necesaria la partición judicial:
a) Cuando haya menores aunque estén emancipados o incapaces interesados o
ausentes cuya existencia sea incierta;
b) Cuando terceros, fundándose en un interés jurídico, se opongan a que se haga
partición privada;
c) Cuando los herederos mayores y presentes no acuerden en hacer la división
privadamente.
En cuanto a los efectos de la partición, teniendo carácter declarativo, sus efectos se
retrotraen al origen de la indivisión.
Indivisiones surgidas de la ley. Los supuestos de condominio con indivisión forzosa son
los siguientes:
El que recae sobre las cosas afectadas como accesorios indispensables para el uso común
de dos o más heredades;
El supuesto de que la división resultare nociva para la cosa;
Los sepulcros;
El bien de familia;
La vivienda que hubiese constituido el hogar conyugal;
Los muros, cercos y fosos que dividen dos heredades.
Los supuestos de condominio con indivisión forzosa de origen legal son los
siguientes:
El que recae sobre las cosas afectadas como accesorios indispensables para el uso común
de dos o más heredades;
El supuesto de que la división resultare nociva para la cosa;
Los sepulcros;
El bien de familia;
La vivienda que hubiese constituido el hogar conyugal;
Los muros, cercos y fosos que dividen dos heredades.
Naturaleza jurídica:
Para una corriente sería un caso de servidumbre de indivisión pero es rechazado por
Velez (art. 2711). La posición adoptada por el código , se está en presencia de un
condominio.
Efectos.
La adquisición de la medianería tiene el efecto de poner a todos los vecinos en un pie de
perfecta igualdad, y da al que la adquiere la facultad de pedir la supresión de obras, aberturas
o luces establecidas en la pared medianera que fuesen incompatibles con los derechos que
confiere la medianería.
El vecino que ha adquirido la medianería no puede prevalerse de los derechos que ella
confiere, para embarazar las servidumbres con que su heredad se encuentra gravada.
BOLILLA 9
La propiedad horizontal nace a comienzos del siglo XV; el primer código moderno en contener
disposiciones sobre la misma fue el Código Napoleón.
Vélez Sarsfield, temiendo las cuestiones que pudieran surgir entre los copropietarios, la
proscribió expresamente en el art. 2617. Pero a mediados de este siglo la necesidad de
admitir y regular la propiedad horizontal, sobre todo teniendo en cuenta la concentración
masiva de población en las ciudades y la explosión demográfica, se hizo urgente. En 1948 se
dictó la ley 13.512, que derogó el art. 2617 y estableció el régimen de propiedad horizontal en
el país.
Naturaleza jurídica:
a) Derecho de superficie: Surge esta asimilación por el afán de vincular nuevas
instituciones al derecho romano. En realidad la misma es imposible, porque este
derecho consiste en desdoblar el dominio de tal forma que el superficiario tiene
derecho a plantar, cultivar el suelo, edificar, y levantar construcciones a condición de
no causar perjuicio al dueño del suelo, que a su vez tiene el derecho de realizar
construcciones subterráneas siempre que no perjudique los derechos del superficiario.
La propiedad de la superficie, en la propiedad horizontal, no está separada de la
propiedad del edificio.
b) Teoría de la copropiedad o comunidad: la propiedad por pisos o departamentos crea
una comunidad de derechos que se ejerce sobre todo el edificio en su conjunto. Todos
serían dueños de todo, con la salvedad de que cada uno tiene facultades exclusivas de
uso, goce y disposición de ciertas partes objetivamente determinadas. En realidad no
se trata este régimen de una copropiedad, sino de una propiedad exclusiva que recae
sobre una parte del bien.
c) Teoría de la sociedad o de las personas jurídicas: la propiedad horizontal sería una
sociedad de todos los condóminos, que formarían así una persona jurídica
independiente de cada uno de los integrantes. Sin embargo, la misma supone un
dominio separado y ejercido sobre cada una de las unidades, pisos o departamentos.
d) El sistema de nuestra ley. Establece que cada propietario será dueño exclusivo de su
piso o departamento, y copropietario del terreno y las demás cosas de uso común del
edificio. Es decir, la propiedad horizontal supone la coexistencia de una propiedad
particular y exclusiva sobre el departamento o piso, con una copropiedad sobre las
partes comunes.
Ley 13.512. Fuentes. EL art. 2617 del Código Civil dice: “El propietario de un edificio no
puede dividirlos horizontalmente entre varios dueños, ni por contrato, ni por actos de última
voluntad”. Este precepto ha quedado sin efecto en virtud de la promulgación de la ley 13.512,
que admite y reglamenta el régimen de propiedad horizontal. Así lo establece el art. 18 de la
ley (deroga los artículos 2617, 2685 in fine y 2693).
Las fuentes más cercanas de la ley fueron las leyes de Chile, Uruguay y el Código Italiano de
1942. en algunos aspectos también fue fuente la ley francesa de 1938.
La propiedad de la unidad funcional comprende la parte indivisa del terreno, de las cosas y
partes de uso común del inmueble o indispensables para mantener su seguridad, y puede
abarcar una o más unidades complementarias destinadas a servirla.
Sobre estas cosas y partes ningún propietario puede alegar derecho exclusivo, sin perjuicio
de su afectación exclusiva a una o varias unidades funcionales.
Cada propietario puede usar las cosas y partes comunes conforme a su destino, sin
perjudicar o restringir los derechos de los otros propietarios.
a) el terreno;
b) los pasillos, vías o elementos que comunican unidades entre sí y a éstas con el exterior;
d) los cimientos, columnas, vigas portantes, muros maestros y demás estructuras, incluso las
de balcones, indispensables para mantener la seguridad;
f) las cañerías que conducen fluidos o energía en toda su extensión, y los cableados, hasta su
ingreso en la unidad funcional;
i) los muros exteriores y los divisorios de unidades entre sí y con cosas y partes comunes;
l) los locales destinados a sanitarios o vestuario del personal que trabaja para el consorcio.
a) la piscina;
b) el solárium;
c) el gimnasio;
d) el lavadero;
También son propias las cosas y partes que, susceptibles de un derecho exclusivo, son
previstas como tales en el reglamento de propiedad horizontal, sin perjuicio de las
restricciones que impone la convivencia ordenada.
La personalidad del consorcio se extingue por la desafectación del inmueble del régimen de
propiedad horizontal, sea por acuerdo unánime de los propietarios instrumentado en escritura
pública o por resolución judicial, inscripta en el registro inmobiliario.
a) el terreno;
b) los pasillos, vías o elementos que comunican unidades entre sí y a éstas con
el exterior;
i) los muros exteriores y los divisorios de unidades entre sí y con cosas y partes
comunes;
l) los locales destinados a sanitarios o vestuario del personal que trabaja para el
consorcio.
Efectos de su inscripción. Una vez que está inscripto el reglamento, existe estado de
propiedad horizontal, pero el inmueble aún no está dividido; la división recién se
concretará al otorgarse las escrituras correspondientes. La inscripción en el Registro
de la Propiedad es requerida para ser oponible a terceros.
Modificación. La reforma de los estatutos debe consignarse en escritura pública en el
Registro de la Propiedad. La reforma exige una mayoría no menor de los dos tercios de
los propietarios; computados los votos por cabeza, a menos que el reglamento prevea
otra forma.
Si bien en principio, el reglamento sólo puede ser modificado por el consorcio, la justicia
puede intervenir cuando la mayoría ha abusado de sus poderes imponiendo a la minoría
cláusulas que son contrarias a la ley o a su espíritu o son arbitrarias o importan un abuso del
derecho.
5. Consorcio de copropietarios.
Concepto. Es el conjunto de propietarios de los distintos pisos del mismo edificio que
actúan reunidos por el desempeño de diversas funciones que la ley les encomienda.
Naturaleza jurídica. Dos criterios prevalecen a este respecto:
La personalidad del consorcio se extingue por la desafectación del inmueble del régimen de
propiedad horizontal, sea por acuerdo unánime de los propietarios instrumentado en escritura
pública o por resolución judicial, inscripta en el registro inmobiliario.
1. El administrador.
El reglamento de copropiedad debe contener obligatoriamente la designación de un
administrador. Puede ser designado cualquier propietario, o un tercero extraño al consorcio.
También pueden ser administradores las personas ideales.
Hay que distinguir dos supuestos:
- Designación originaria: es la que se hace en el Reglamento al momento de constituirse
el consorcio. Puede ser hecha por el enajenante o propietario vendedor, o por los
compradores. La designación debe hacerse por escritura pública y debe ser inscripta en
el Registro.
- Designación posterior: requiere de una mayoría de los dos tercios porque es una reforma
al reglamento. También debe ser hecha en escritura pública e inscribirse en el Registro.
Funciones:
La ley caracteriza la función del administrador como la del mandatario (artículo 11°: El
representante de los propietarios actuará en todas las gestiones ante las autoridades
administrativas de cualquier clase, como mandatario legal y exclusivo de aquellos); la
jurisprudencia ha resuelto que la relación entre el consorcio y el administrador es la que surge
del contrato del mandato. Como corresponde a todo mandatario, está obligado a rendir
cuentas.
Cometen al administrador las siguientes funciones:
Funciones administrativas: la función esencial es administrar las cosas de
aprovechamiento común y proveer a la recaudación y empleo de los fondos
necesarios.
Debe cuidar de las partes comunes del edificio, de su limpieza y mantenimiento, del
funcionamiento de los servicios, etc.
Debe asegurar el edificio contra incendio.
Debe llevar los libros del consorcio: de Actas de asambleas y de Administración del
inmueble.
Representación administrativa: representa al consorcio en todas las gestiones ante las
autoridades administrativas de cualquier clase.
Representación judicial: el administrador tiene la representación judicial del consorcio
para demandar a los copropietarios que violan las obligaciones que les impone el art.
6º2.
Remoción. La administración supone un acto de confianza en la persona del administrador,
por lo tanto los mandantes pueden revocar en cualquier momento el mandato de
administración, sin necesidad de invocar justa causa para ello, y aunque el reglamento
hubiera dispuesto la irrevocabilidad de la designación.
La remoción puede ser hecha por los jueces, a pedido de alguno de los copropietarios si
demuestran que existen causas serias que aconsejen tal solución, y a pesar de que los
peticionantes no reúnan la mayoría exigida por el reglamento para tomar tal determinación.
Los administradores sucesivos deben ser nombrados y removidos por la asamblea, sin que
ello importe la reforma del reglamento de propiedad horizontal. Pueden ser removidos sin
expresión de causa.
Derechos y obligaciones
Art. 2067 – El administrador tiene los derechos y obligaciones impuestos por la ley, el
reglamento y la asamblea de propietarios. En especial debe:
d) Practicar la cuenta de expensas y recaudar los fondos necesarios para satisfacerlas. Para
disponer total o parcialmente del fondo de reserva, ante gastos imprevistos y mayores que los
ordinarios, el administrador debe requerir la autorización previa del consejo de propietarios.
e) Rendir cuenta documentada dentro de los sesenta días de la fecha de cierre del ejercicio
financiero fijado en el reglamento de propiedad horizontal.
j) En caso de renuncia o remoción, dentro de los quince días hábiles debe entregar al consejo
de propietarios los activos existentes, libros y documentos del consorcio, y rendir cuentas
documentadas.
l) A pedido de parte interesada, expedir dentro del plazo de tres días hábiles el certificado de
deudas y de créditos del consorcio por todo concepto con constancia de la existencia de
reclamos administrativos o judiciales e información sobre los seguros vigentes.
2. Asambleas.
Concepto. Constituyen el órgano máximo de representación de la voluntad de la comunidad,
a cuyo cargo se halla el cuidado de la buena marcha y normal funcionamiento de los intereses
de ésta.
Tipos. El decreto reglamentario se refiere a la forma de las asambleas y tipos de
convocatoria:
Asambleas ordinarias: deben reunirse periódicamente en los tiempos prefijados por el
reglamento, con el objeto de considerar todas las cuestiones que los propietarios
decidan tratar regularmente.
Asambleas extraordinarias: se convocan fuera de los plazos prefijados o, convocados
dentro de los plazos ordinarios, tratan temas fuera de lo común.
Asambleas judiciales: cuando no fuera posible lograr la mayoría necesaria de
propietarios, se solicitará al juez que convoque a la reunión, que se llevará a cabo en
presencia suya y quedará autorizado a tomar medidas urgentes. El juez deberá
resolver en forma sumarísima, sin más procedimiento que una audiencia y deberá citar
a los propietarios en la forma que procesalmente corresponda a fin de escucharlos.
Funciones. Los asuntos de interés común que no se encuentren comprendidos dentro de las
atribuciones conferidas al representante de los condominios, serán resueltos, previa
deliberación de los propietarios, por mayoría de votos. Estos se computarán en la forma que
prevea el Reglamento y, en su defecto, se presumirá que cada propietario tiene un voto. Si un
piso o departamento perteneciera a más de un propietario, se unificará la representación.
3. Los derechos y obligaciones de los copropietarios. A. Respecto de
las partes comunes. B. Respecto de las partes propias.
Enumeración. Las expensas. Concepto. Tipos. Fines. Artículo 17
de la ley 13.512.Extinción del sistema. Casos. Responsabilidad de
los consorcistas por deudas del consorcio. Nuevo régimen de la
ley 26.994. Modificaciones en cosas y partes comunes.
Ley 13.512
ARTICULO 2051.-Mejora u obra nueva que requiere mayoría. Para realizar mejoras u obras
nuevas sobre cosas y partes comunes, los propietarios o el consorcio requieren
consentimiento de la mayoría de los propietarios, previo informe técnico de un profesional
autorizado.
El juez debe evaluar si la mejora u obra nueva es de costo excesivo, contraria al reglamento o
a la ley, y si afecta la seguridad, solidez, salubridad, destino y aspecto arquitectónico exterior
o interior del inmueble. La resolución de la mayoría no se suspende sin una orden judicial
expresa.
ARTICULO 2052.-Mejora u obra nueva que requiere unanimidad. Si la mejora u obra nueva,
realizada por un propietario o por el consorcio sobre cosas y partes comunes, aun cuando no
importe elevar nuevos pisos o hacer excavaciones, gravita o modifica la estructura del
inmueble de una manera sustancial, debe realizarse con el acuerdo unánime de los
propietarios.
También requiere unanimidad la mejora u obra nueva sobre cosas y partes comunes en
interés particular que sólo beneficia a un propietario.
La personalidad del consorcio se extingue por la desafectación del inmueble del régimen de
propiedad horizontal, sea por acuerdo unánime de los propietarios instrumentado en escritura
pública o por resolución judicial, inscripta en el registro inmobiliario.
Breve noción de prehorizontalidad.
Régimen de la ley 19.724.
La aplicación práctica de la ley de propiedad horizontal trajo aparejados algunos graves
problemas con relación a la venta de los departamentos, sobre todo en la etapa de la
construcción. Constructores desaprensivos ofrecían en venta departamentos sobre terrenos
aún no escriturados o hipotecaban el bien vendido, obligando a los compradores que ya había
pagado el precio a levantar la hipoteca, o simplemente, después de haber cobrado el importe
caían en quiebra, arrastrando a ella a los departamentos todavía no escriturados. El agudo
problema de la vivienda impulsaba a los compradores a adquirir departamentos sin tomar las
seguridades del caso, suscribiendo verdaderos contratos de adhesión, en los que las
cláusulas eran fijadas por el vendedor. La solución del problema llegó con la ley de
prehorizontalidad.
Afectación del edificio.
Todo propietario de edificio construido o en construcción o de terreno destinado a construir en
él un edificio, que se proponga adjudicarlo o enajenarlo a título oneroso por el Régimen de
Propiedad Horizontal, debe hacer constar, en escritura pública, su declaración de voluntad de
afectar el inmueble a la subdivisión y transferencia del dominio de unidades por tal régimen
(art. 1º).
Según la ley 20.276, quedan excluidas de las disposiciones de la ley 19.724, y por
consiguiente, de la obligación de someterse al régimen de afectación previsto en ella:
1. La adjudicación de unidades particulares en inmuebles, que se haga a los condóminos,
comuneros, socios o asociados, por partición o división de condominio, comunidad
hereditaria, sociedad o asociación;
2. La adjudicación o enajenación de unidades particulares en inmuebles del dominio
privado del Estado Nacional, las provincias y municipalidades;
3. La adjudicación o enajenación de unidades particulares en inmuebles cuya
construcción se realice con préstamos de organismos oficiales nacionales, provinciales
o municipales, cuando de las condiciones del mutuo con garantía hipotecaria resulte
que la celebración de los contratos con los futuros adquirentes queda a cargo exclusivo
del ente financiador, y los propietarios otorguen a tal fin poder irrevocable a favor de
dicho ente. El régimen de excepción establecido en el presente inciso sólo producirá
efectos a partir de la inscripción en el Registro inmobiliario del instrumento constitutivo
de la obligación hipotecaria. Si en infracción a este régimen el propietario celebrare
contratos con terceros prometiendo la transferencia de unidades particulares en el
edificio a construir o en construcción, se hará pasible de la sanción establecida en el
primer párrafo del artículo 32 de la ley 19.724, y los contratos celebrados serán
inoponibles al ente financiador y a quienes hubieren contratado con él;
4. Los edificios ya afectados o que se afecten al régimen de la ley 13.512 dentro de los
noventa (90) días de la publicación de la presente, y los que lo sean en lo sucesivo sin
haberse comercializado previamente una o más de sus unidades.
La escritura de afectación se anotará en el Registro de la Propiedad Inmueble, y éste hará
constar esa circunstancia en los certificados que expida.
Efectos de la afectación.
- La anotación inhibe al propietario para disponer del inmueble o para gravarlo en
forma distinta a la prevista en la Ley. La venta total o parcial de inmuebles a
terceros no afectará los derechos de los adquirentes de unidades cuyos
contratos hayan sido registrados.
- Los acreedores con hipoteca constituida conforme con la ley están obligados a
aceptar cancelaciones parciales al escriturarse cada unidad.
- En caso de ejecución del inmueble por acreedores hipotecarios o comunes, los
adquirentes tienen el derecho a adjudicarse el inmueble bajo ciertas
condiciones.
Publicidad de la afectación.
El propietario debe hacer constar la afectación del inmueble y su registración, número del
registro notarial y fecha en que se efectuó:
1. En un cartel que debe tener permanentemente en el lugar de la obra, colocado en
forma visible;
2. En toda oferta o invitación que se haga a terceros para adquirir unidades de vivienda a
subdividir por el Régimen de Propiedad Horizontal, por medio de ofrecimientos
personales, publicaciones periodísticas, transmisiones radiotelefónicas, de televisión,
proyecciones cinematográficas, colocación de afiches, letreros o carteles, programas,
circulares, comunicaciones impresas o cualquier otro procedimiento de difusión.
3. En los contratos que celebre a los fines de la enajenación o adjudicación de unidades.
Queda prohibido, en cualquier forma de oferta:
1. Anunciar el precio de venta, o parte de él, en forma que induzca a error, o no indicar el
precio total si se menciona una parte;
2. Anunciar en forma incompleta los planes de financiación y plazos de pago.
3. Ofrecer formas de pago, condiciones o planes de financiación por terceros personas o
instituciones de crédito que no hayan sido efectivamente convenidos o acordados.
El propietario debe tener a disposición de los adquirentes de unidades:
1. Copias simples autenticadas por el escribano del Registro en que se otorgó la escritura
de afectación, de los elementos enumerados en el artículo 3 y de las escrituras de
hipoteca;
2. Lista de las unidades que se hubieran enajenado, y constancia de su anotación en el
Registro de la Propiedad Inmueble,
3. La información relativa al desarrollo material de la obra;
4. La información relativa al pago de los servicios hipotecarios e impuestos que afecten al
inmueble. El comprador tiene el derecho de exigir la exhibición de los comprobantes
respectivos y en el caso de no hallarse al día aquellos servicios o impuestos puede
retener las sumas que se adeuden y abonar directamente tales gravámenes,
deduciéndolos de su deuda hacia el vendedor.
Todas las personas que intervengan en operaciones comprendidas en la presente Ley, están
obligadas respecto de terceros a precisar:
1. Carácter en que actúen;
2. Identidad del propietario del inmueble;
3. La existencia de otro vinculado por el contrato a celebrarse, los poderes que invoque, y
los instrumentos que lo acrediten.
Retractación.
Procede si la transferencia de unidades hubiera quedado condicionada a la enajenación, en
un plazo cierto, de un número determinado de ellas, y no se hubiere cumplido dicha
condición. En tal caso el propietario queda autorizado a dejar sin efecto los contratos de
venta, devolviendo a los adquirentes las sumas entregadas como señas o anticipos, con más
un interés igual al fijado por el Banco de la Nación Argentina para las operaciones normales
de descuento.
Desafectación.
Para retractar la afectación de un inmueble, basta la sola expresión de voluntad del
enajenante, siempre que se cumplan los requisitos legales; en cambio la desafectación exige
una resolución judicial tomada a pedido del propietario enajenante.
El propietario puede solicitar la desafectación, si acredita sumariamente que:
1. Transcurridos seis (6) meses de registrada la afectación no ha enajenado unidades.
2. Transcurrido el lapso mencionado en el inciso anterior, ha rescindido o resuelto la
totalidad de los contratos registrados.
3. Transcurrido un (1) año de registrada la afectación, la obra no llegó a iniciarse o ha
quedado paralizada sin posibilidad de reanudarla, siempre que medie justa causa.
En los supuestos de los incisos b) y c) deberá asimismo acreditar que está debidamente
asegurada la restitución a los adquirentes de todo lo que hubieren pagado por cualquier
concepto, con más un interés igual al fijado por el Banco de la Nación Argentina para las
operaciones normales de descuento.
Con relación a la Ley de Prehorizontalidad, reducida a tan solo tres artículos (2070-2072), se
elimina todo trámite de registración de la voluntad de afectar o inscribir los boletos antes de la
constitución de la propiedad horizontal, exigiendo simplemente la contratación de un seguro
obligatorio a favor de los adquirentes para el riesgo del fracaso de la operación.
El incumplimiento de la obligación impuesta en este artículo priva al titular del dominio de todo
derecho contra el adquirente a menos que cumpla íntegramente con sus obligaciones, pero
no priva al adquirente de sus derechos contra el enajenante.
b) los que versan sobre inmuebles del dominio privado del Estado;
c) los concernientes a construcciones realizadas con financiamiento o fideicomiso de
organismos oficiales o de entidades financieras especialmente calificadas por el organismo de
control, si de sus cláusulas resulta que los contratos definitivos con los adquirentes deben ser
celebrados por el ente financiador o fiduciario, a quien los propietarios deben otorgarle poder
irrevocable a ese fin.
BOLILLA 11
Todos los conjuntos inmobiliarios deben someterse a la normativa del derecho real de
propiedad horizontal establecida en el Tít. V de este Libro, con las modificaciones que
establece el presente título, a los fines de conformar un derecho real de propiedad horizontal
especial.
Las cosas y partes cuyo carácter de comunes o propias no esté determinado se consideran
comunes.
El uso de los bienes comunes del complejo por terceras personas puede ser pleno, parcial o
limitado, temporario o permanente, es siempre personal y no susceptible de cesión ni
transmisión total o parcial, permanente o transitoria, por actos entre vivos ni mortis causa. Los
no propietarios quedan obligados al pago de las contribuciones y aranceles que a tal efecto
determine la normativa interna del conjunto inmobiliario.
Explicación
Cementerios privados.
3.1 Concepto.
Cementerio es el lugar destinado al descanso de los restos mortales. Como la muerte
es un fenómeno muy vinculado con la religión y las cuestiones sagradas, en su origen
los cementerios estaban a cargo de las autoridades eclesiásticas y aparecían
anexados a iglesias y conventos.
Los cambios operados en las costumbres trajeron como consecuencia la
secularización de los cementerios (49) y su puesta en manos del Estado, aun cuando
aparezcan también pequeñas necrópolis de carácter familiar formando parte de
heredades privadas, como por ejemplo, en nuestro país, en las estancias.
Aparecen así los cementerios públicos, que son considerados por el art. 2340, inc. 7
CC, como perteneciente al dominio público del Estado,(50) y específicamente al
dominio público municipal (art. 2344 CC), sin embargo Vélez Sarsfield no lo legisló,(51)
tal vez por entender que estaban sometidos al derecho público.
Efectivamente, las normas aplicables a los cementerios públicos como integrantes del
domino público del Estado y, por consiguiente, también lo relativo a los derechos que
emergen de su ocupación por los particulares a los efectos del depósito de despojos
mortales, incumben al derecho administrativo (52).
Los principios jurídicos que los rigen en la actualidad se hallan contenidos
principalmente en ordenanzas municipales, además de los que son fruto de la labor de
la jurisprudencia.
Asimismo, cabe apartar del estudio de la problemática específica de los cementerios
privados a los que algunas comunidades extranjeras se hallan autorizadas a mantener,
en virtud de tratados celebrados con los respectivos países de origen,(53) cementerios
que se han organizado como asociaciones de las comunidades correspondientes,
ejerciendo el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, o el Municipio en que
se encuentren, el poder de policía mortuoria (54).
La cuestión de los cementerios privados irrumpe en el campo de las preocupaciones
jurídicas en los últimos tiempos, a raíz de la escasez de recursos del Estado que
permitan aumentar la prácticamente colmada capacidad de los cementerios públicos,
pero también cuando, por otras razones -requerimientos de ciertos estratos sociales,
motivos religiosos, etc.-, comienzan a aparecer cementerios de propiedad de personas
privadas que, persiguiendo fines de lucro y sin perjuicio de reconocer el ejercicio de la
policía mortuoria por parte del Estado, otorgan a los particulares derechos sobre
determinadas parcelas, a los efectos de la inhumación de cadáveres, a cambio del
pago de un precio.
Es este último vínculo, el que se halla regido por el derecho privado, por lo que
corresponde aquí introducirnos en su examen, no sin destacar que se trata (como en el
caso de los clubes de campo y la multipropiedad) de un tema apasionante que invita a
una meditación y estudio profundizados.
La Provincia de Buenos Aires cuenta con un régimen administrativo que se refiere a
cementerios privados a partir de la derogación de la ley que los prohibía (8357/1974)
por la ley 9094/1978, que modificó la Ley Orgánica Municipal. La ordenanza general
221/1978 es la que regula el régimen de los cementerios privados, exigiendo que
quienes vayan a afectar un inmueble a la instalación de un cementerio acrediten
previamente la calidad de dueños del bien y que los proyectos de construcción se
sujeten a las características de necrópolis parquizadas ("cementerios parque"). Dicha
ordenanza también se refiere a las características físicas que debe reunir el inmueble,
impone la previa aprobación de las tarifas por la Municipalidad y prohíbe establecer
restricciones por motivos religiosos, sociales, raciales o políticos. Naturalmente, y dado
el carácter local de la Ordenanza, no define la naturaleza y alcance del derecho que,
sobre determinados espacios, pueden ser concedidos a particulares para la
inhumación de cadáveres o depósito de cenizas, porque este vínculo incumbe al
derecho privado patrimonial y, por consiguiente, regularlo es facultad del legislador
nacional, sin perjuicio de la policía del servicio público mortuorio, que es de la
competencia del derecho público local, por ser propio del Estado (55).
Se plantea entonces -al igual que respecto a los conjuntos inmobiliarios- el problema
de dilucidar la naturaleza jurídica de ese vínculo, de la que derivará el régimen
jurídico aplicable. Empero, los interrogantes que suscita el derecho concedido a los
particulares para la inhumación en los cementerios privados no se agotan con el
referido a su naturaleza jurídica; y podrían agregarse -para solo mencionar los
fundamentales- los que plantea la cotitularidad de sepulturas, el embargo y ejecución
de sepulturas, la prescripción adquisitiva de sepulturas y la defensa del derecho sobre
la sepultura.
Para responder a dichos problemas se no debe perder de vista que los derechos del
titular de la sepultura aparecen sometidos a un doble orden de restricciones: por un
lado las derivadas del derecho público, en lo relativo al poder de policía mortuoria; y
por el otro, las que provienen del destino especial que apuntan a satisfacer el descanso
de los despojos mortales, situación que compromete principios culturales y religiosos
implicados en el respeto debido a los muertos, (56) sin que pueda perderse de vista al
empresario o desarrollista, que es quien organiza el cementerio ofreciendo servicios
económicamente rentables a través de empresas comerciales que persiguen obvios
fines de lucro. Cabe advertir que, una vez organizado el cementerio y "colocados" por
un precio -a través del mismo propietario del predio afectado o de otra empresa
promotora- los lugares destinados a sepultura, surge el problema del mantenimiento
del servicio, que también resulta imprescindible contemplar.
3.2 Naturaleza jurídica.
El problema que más ha preocupado a la doctrina ha sido el de discernir el tipo de
derecho que asiste al usuario sobre el sepulcro, aunque debe tenerse presente que
quienes adquieren un derecho para asegurar su sepultura en determinado lugar no
sólo persiguen la finalidad estricta de tener un lugar para el descanso de sus propios
restos o los de sus deudos, sino también la de contar con los servicios necesarios para
ello (servicios de inhumación, conservación de instalaciones y espacios verdes,
vigilancia, aseo, etc.), actividades que implican la aparición de vínculos de carácter
obligacional.
3.2.1. Como derecho personal.
Aunque respecto de los derechos personales impera el principio de la autonomía de la
voluntad, ya hemos visto que encuadrar como derecho personal al de sepultura trae
consigo óbices que derivan principalmente de su carácter relativo y de la circunstancia
de que no existe al respecto publicidad registral, con lo que los vaivenes del patrimonio
del titular del cementerio repercutirán indefectiblemente en los titulares de sepulturas
(así, hipotecas constituidas por el primero, embargos decretados a pedido de sus
acreedores, supuesto de concurso, etc.). Examinaremos seguidamente la posibilidad
de sujetar el derecho a la sepultura a distintos derechos personales (57).
3.2.1.1. Locación.
Caracterizar al vínculo como locación58 tropieza con el art. 1505 CC sobre duración
máxima de la locación (diez años no renovables).
3.2.1.2. Comodato.
Es la esencia del comodato su gratuidad59 y este carácter del comodato cohíbe la
finalidad de lucro del concedente del derecho, con lo cual va dicho que esta figura no
resulta apropiada.
3.2.1.3. Sociedad Conspira contra la viabilidad de esta solución para los cementerios
privados la ausencia de affectio societatis y de obtención de una utilidad apreciable en
dinero (60).
3.2.1.4. Contrato atípico.
Autorizado según lo dispuesto en el CC art. 1197, cualquier combinación en el campo
de los cementerios privados no solucionaría los obstáculos a los que hemos hecho
referencia, derivados del carácter de derechos personales relativos que engendrará.
3.2.2. Negocio jurídico complejo.
Lorenzetti ha intentado una solución en el derecho vigente, sosteniendo que la
creación de los cementerios privados no es un solo acto de venta o de concesión del
uso de una cosa, sino que es una actividad realizada en forma de empresa, con
organización de factores humanos y económicos, con fines de lucro, con actos de
venta y con servicios. En atención a la ausencia de normas específicas en el Código
Civil, donde no existen siquiera criterios susceptibles de aplicación analógica, ya que
mayormente se refieren a actos singulares y no genéricos, dicho vacío requiere una
integración que tenga en cuenta la transferencia de bienes y la prestación de servicios,
en un vínculo de larga duración (61).
Por ello se debe examinar todo el negocio y no solamente un derecho, el de sepulcro,
en el entendimiento de que solo así puede arribarse a delinear el problema, y llegar a
la conclusión de si se produce o no una relación jurídico-real. Hay una serie de
aspectos que muestran la relación entre el titular y la cosa, mediatizada por conductas
y otros, en los cuales la relación es directa; en algunos hay un problema de
colaboración y en otros de atribución, es decir, que hay vínculos obligatorios y reales.
Lorenzetti destaca como relevantes en este contrato atípico las siguientes cuestiones:
- Régimen de capacidad para ser propietario, ya que habrá que ver si se requiere
alguna calidad especial en la persona física o un objeto o solvencia determinada en las
personas jurídicas;
- Relación entre el propietario y la cosa; concretamente cuáles son los límites al
derecho de propiedad;
- Relación entre el usuario y el propietario; qué tipo de vínculos se establecen, los
derechos y deberes;
- Relación entre el usuario y la cosa, su tipicidad, derechos y deberes;
- Relaciones jurídicas que se establecen en función de las expensas y función del
Estado.
Considera que el sujeto que organiza la actividad debería estar controlado por la
autoridad pública en lo referente a su solvencia, y describe los elementos esenciales
del negocio.
La finalidad económica perseguida por el propietario es la utilidad que deriva del precio
por la venta del predio y de la renta permanente que puede obtener por la prestación
de servicios de administración y cuidado.
Para el usuario es la posibilidad de usar, generalmente a perpetuidad, para sí o para
terceros. Este uso es pasivo, no se vincula con actos de administración ni de
disposición de la cosa.
El objeto del negocio es la transferencia del uso y goce de una cosa, contra el pago de
un precio. La cosa transmitida se encuentra al lado de otras, por lo que se admiten y
aun se piden lugares comunes y servicios por los que se está dispuesto a pagar un
precio.
El sepulcro privado es una cosa que está en el comercio, de ahí su enajenabilidad y la
licitud del objeto.
La causa fin subjetiva es la sepultura, es decir, conservar allí los restos de alguien que
ha fallecido, en las especiales condiciones que prometió el propietario. Son aspectos
como el lugar, parquización, secreto, servicios, las que determinan el precio y por lo
tanto integran el convenio.
Hoy un cúmulo de servicios son ofrecidos como especiales para estos lugares. De allí
emanan deberes secundarios de conducta, como son los relativos a la custodia, buena
conservación, mantenimiento de espacios verdes u otros servicios que integraron la
promesa.
Agregamos que el negocio es habitualmente oneroso, y de duración.
Las normas que se aplican son de derecho privado para el régimen de los sujetos -
capacidad del sujeto propietario, o de constitución, funcionamiento o disolución de la
sociedad-. También se aplica el derecho privado para normar la relación jurídica que se
establece entre el propietario y la cosa, entre el usuario y la cosa, y entre el propietario
y el usuario. En cambio lo atinente al servicio está regulado por normas de derecho
administrativo municipal.
Como contrato atípico, para este autor, tiene elementos de la venta y la locación de
cosas y de servicios. De la primera toma en cuenta la vocación de adquirir la cosa, a
perpetuidad; de la segunda el uso y goce cuando es temporario; de la tercera la
prestación de servicios complementarios. Es un contrato atípico con una finalidad de
cambio, de custodia y de cooperación con fines de previsión. La primera surge porque
pretende una circulación de bienes patrimoniales mediante la enajenación de la
titularidad dominial (de cumplimiento imposible actualmente) o la concesión del uso
temporario. La segunda, surge por la existencia del sepulcro y los restos allí
depositados. La tercera, porque se prometen servicios especiales y una captación del
ahorro para obtenerlos.
Este contrato sirve de título para el derecho real de uso y puede solucionar el problema
de su renovación al constituirse en título futuro. También puede decirse que es
celebrado por adhesión a condiciones generales, que es de duración, no formal,
consensual, oneroso, bilateral.
El usuario debe pagar el precio y también las expensas que se pacten. Una de las
modalidades que se ha expandido es el pago anticipado del precio. Puede resultar
problemática en una relación de larga duración la existencia de inestabilidad
económica, por lo que resulta aplicable la excesiva onerosidad sobreviniente en ambos
aspectos.
El retardo o el incumplimiento absoluto de las expensas afecta a una obligación
accesoria. Se ha señalado que en virtud de tal accesoriedad, la falta de pago no lleva
como sanción la pérdida del derecho de sepulcro. Como contrapartida, si no hay
sanción alguna, se puede generalizar el incumplimiento entre los usuarios llevando a la
quiebra del sistema porque no hay quién lo mantenga; de modo que resulta
conveniente la adopción de garantías de pago.
Por analogía, con el usufructo se ha dicho que tiene los deberes de no alterar la
sustancia de la cosa (art. 2807 CC), de usarla y gozarla sin alterar su destino (art.
2878), de efectuar las reparaciones ordinarias de conservación (arts. 2881 y ss.).
Dentro de los derechos, se reconoce el de hacer mejoras que son a su cargo.
Puede ser un vínculo perpetuo o temporario, este último conlleva al problema de la
renovación.
Si es un derecho personal es cesible. Se reconoce el derecho de los usuarios a ceder
sus derechos sobre las sepulturas, previa conformidad de la propietaria, lo que produce
la extinción del derecho de uso a favor del cedente, constituyéndose un nuevo derecho
a favor del cesionario. Lo mismo sucede en los casos de muerte, comprometiéndose
las partes a otorgar un nuevo derecho de uso a favor de los herederos en un plazo
contado a partir de la muerte del causante. Así redactada, la cláusula es novatoria
puesto que produce la extinción del vínculo anterior por cambio de sujetos.
Lo que ha interesado fundamentalmente y ha preocupado a la doctrina es garantizar
que después de la muerte del titular exista un derecho real que se pueda adjudicar a
los herederos, lo que en el régimen actual no es posible. Solo se puede complementar
el derecho real del titular con la obligación de la empresa de contratar en el futuro, a fin
de dar un derecho real de uso. Puede instrumentarse este efecto a través de la oferta a
plazo, del contrato de prelación, o de la promesa.
3.2.3. Como derecho real.
Para caracterizarlo como tal, a falta de una regulación específica de los cementerios
privados, se debería recurrir únicamente a alguno de los derechos reales admitidos por
la ley (ya sea sobre cosa propia o ajena) y sujetarse a su estatuto jurídico, atento el
principio del numerus clausus que impera en la materia; pero como se trata de una
realidad nueva, resultan obvias las dificultades que se presentan para lograr el
acomodamiento del nuevo fenómeno en los viejos moldes.
Entre estos podría recurrirse a alguno de los derechos sobre cosa propia -dominio,
condominio, propiedad horizontal- o sobre cosa ajena -derechos reales de disfrute-.
3.2.3.1. Dominio.
Las restricciones que debería soportar el titular del dominio de una parcela conducirían
prácticamente a desnaturalizar su carácter de absoluto, aparte de que el derecho real
carecería de objeto -cosa cierta y determinada-, habida cuenta de que las parcelas
destinadas a sepulturas carecen de individualidad catastral -porque la individualidad
catastral la tiene el inmueble que constituye el cementerio en su totalidad- (62).
Además, este encuadre no soluciona el problema de los espacios de utilización común
-vías de acceso y circulación interna, instalaciones administrativas y sanitarias, etc.-, ni
el de los servicios comunes -inhumaciones, vigilancia, aseo, tareas de mantenimiento,
etc.-.
3.2.3.2. Condominio.
El condominio recaería sobre la totalidad del inmueble ocupado por el cementerio y no
podría invocarse derecho exclusivo alguno, ya que cada condómino solo es titular
exclusivo de su parte indivisa, de manera que la posibilidad de usar con exclusividad
una parcela únicamente podrían obtenerla los condóminos a través de una distribución
entre ellos del derecho de uso que les asiste a todos (arg.arts. 2684 y 2699, CC).
Los inconvenientes con los que se debe lidiar si se acude a este derecho real ya los
hemos señalado al estudiar los clubes de campo: pesadez de la administración,
derecho de veto que asiste a cada copropietario (art. 2680 CC), derecho de abandono
para liberarse de contribuir a los gastos comunes (art. 2685 CC), con el consiguiente
problema que en caso de abandono se genera a fin de determinar a quién corresponde
la titularidad de la parte indivisa abandonada, etc.; siendo el más grave de todos el que
deriva de la posibilidad que tiene cualquier condómino de solicitar en cualquier tiempo
la partición (art. 2692, CC) salvo concurrencia de las hipótesis de los arts. 2693 y 2715,
CC.
La solución que se pretende buscar apelando a la nocividad de la partición, aparece
como forzada, porque esta solo autoriza una demora y aquí la indivisión debería
perdurar durante toda la existencia del cementerio y existiría desde el nacimiento del
condominio (63).
3.2.3.3. Propiedad horizontal.
Puestos a escoger entre los derechos reales admitidos por la ley, este derecho real
parecería ser el más apropiado para estructurar un cementerio privado,64 ponderando
su carácter de absoluto, exclusivo -respecto de la unidad- y perpetuo.
Ciertamente, debería regularse cuidadosamente por vía reglamentaria el régimen de
las asambleas y sostenerse la inconstitucionalidad de las normas procesales que
impiden (salvo casos especiales) el embargo y ejecución de los sepulcros (v.gr. art.
219, inc. 2, CPCCN), sobre la base de lo dispuesto en el art. 17 de la ley 13.512
respecto del crédito por expensas comunes (65).
Por otro lado, correspondería a la autoridad administrativa arbitrar los medios para la
apertura en el Registro de la Propiedad Inmueble de un folio especial, independiente
del asignado al cementerio, que permita tomar conocimiento de la ubicación de la
sepultura y de las condiciones del derecho de su titular,(66) así como también adecuar
la técnica registral a fin de superar inconvenientes prácticos v.gr., a través de ficheros o
nóminas por orden alfabético (67).
El inconveniente que suscita recurrir a la propiedad horizontal (68) es que la ley 13.512
requiere que se trate de inmuebles edificados (arts. 1° y 2°) (69) y además declara de
propiedad común al terreno, extremo que descartaría la posibilidad de un derecho
exclusivo sobre las parcelas destinadas a sepultura (70).
El argumento es válido, no obstante, cabría preguntarse si ante el nuevo fenómeno que
constituyen los cementerios privados (71) y mientras se carezca de normas
específicas, no correspondería flexibilizar la interpretación del art. 1° en relación a la
edificación del inmueble y aun estimar la posibilidad de que los espacios destinados a
la sepultura constituyan unidades exclusivas; (72) ya que podría sostener que el
terreno que debe ser necesariamente común -como todas las demás cosas que se
mencionan en el art. 2°, ley 13.512- es únicamente el afectado al uso común o el que
resulte indispensable para la seguridad de todo el inmueble (73).
En las XXII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Córdoba, 2009) no hubo acuerdo
respecto del mejor régimen para los cementerios privados, dividiéndose el despacho
en dos conclusiones: una que proponía que el cementerio privado debe estructurarse
como derecho real privatístico sin perjuicio de las restricciones y límites de naturaleza
administrativa en función de su particular afectación (mayoría). Por otro lado, el
despacho de minoría sostuvo que los cementerios deben ser del dominio público
confiriendo derechos de naturaleza administrativa.
3.2.3.4. Derecho real de uso.
Podría también examinarse el derecho sobre las sepulturas en los cementerios
privados desde la óptica de los derechos reales de disfrute sobre cosa ajena, es decir
que lo que resultaría más compatible con la índole y destino del objeto es el derecho
real de uso (74).
Pero los reparos parecen insuperables.
Por un lado, ya hemos dicho que el titular del derecho aspira a contar con distintos
servicios en el cementerio y no sólo con un lugar para el enterramiento; y como es
sabido estos servicios accesorios -que debería prestar el que aquí desempeña el papel
de nudo propietario- no pueden integrar el derecho real con oponibilidad erga omnes.
Por otro lado, la aplicabilidad a la extinción del derecho real de uso de las normas
relativas a la extinción del usufructo (art. 2969 CC), conduce a que el derecho de uso
se extinga con la muerte del usuario (arts. 2822 y 2920 CC) y no se transmita a los
herederos (art. 2825, CC), importando señalar que, con arreglo al principio del numerus
clausus, estas reglas no pueden ser descartadas por voluntad de los contratantes, ya
que la autonomía de la voluntad se mueve con márgenes sumamente estrechos en
este campo (art. 2952 CC).
Cabe entonces preguntarse qué utilidad puede brindar la adquisición de una sepultura
en esas condiciones. En efecto, si adquiero un derecho real de uso de una sepultura
en un cementerio privado para que mis restos descansen en ella, pero cuando se va a
satisfacer la finalidad de la adquisición, ha ocurrido mi fallecimiento, resulta que ese
derecho se ha extinguido (75) Y todavía más. Según el art. 1449 CC es prohibida la
cesión de los derechos de uso y habitación,(76) con lo cual el adquirente se verá
imposibilitado de transferir su derecho, se trate de actos a título oneroso o gratuito.
3.2.3.5. Derecho real autónomo.
Aquí también y toda vez que el fenómeno de los cementerios privados es nuevo,
resultará casi imposible que encaje en los antiguos moldes sin alguna violencia.
Es por eso que se ha propiciado su regulación como derecho real autónomo, inscribible
en el Registro de la Propiedad Inmueble (77) estructurándolo ya sea como derecho real
sobre cosa ajena (78) o como derecho real sobre cosa propia, tomando como base el
régimen de la propiedad horizontal y adaptándolo a la naturaleza y destino particulares
del objeto (79).
3.3 Nuevo texto normativo.
Esta última parece ser la orientación que ha seguido el CCyC, que regula a los
cementerios privados como un derecho real autónomo, en el Título VI del Libro IV (arts.
2103 a 2113) y lo menciona en el art. 1888 como derecho real sobre cosa total o
parcialmente propia.
3.3.1. Concepto.
Se consideran cementerios privados a los inmuebles de propiedad privada afectados a
la inhumación de restos humanos (art. 2103, CCyC).
Al derecho de sepultura sobre la parcela se le aplican las normas sobre derechos
reales (art. 2112, CCyC).
3.3.2. Afectación.
El titular de dominio debe otorgar una escritura de afectación del inmueble a efectos de
destinarlo a la finalidad de cementerio privado, que se inscribe en el Registro de la
Propiedad Inmueble juntamente con el reglamento de administración y uso del
cementerio. A partir de su habilitación por parte de la municipalidad local el cementerio
no puede alterar su destino ni ser gravado con derechos reales de garantía (art. 2104,
CCyC).
3.3.3. Reglamento.
El reglamento de administración y uso debe contener: a) la descripción del inmueble
sobre el cual se constituye el cementerio privado, sus partes, lugares, instalaciones y
servicios comunes; b) disposiciones de orden para facilitar a los titulares de los
derechos de sepultura el ejercicio de sus facultades y que aseguren el cumplimiento de
las normas legales, reglamentarias y de policía aplicables; c) fijación y forma de pago
del canon por administración y mantenimiento, que puede pactarse por periodos
anuales o mediante un único pago a perpetuidad; d) normativa sobre inhumaciones,
exhumaciones, cremaciones y traslados; e) pautas sobre la construcción de sepulcros;
f) disposiciones sobre el destino de los restos mortales en sepulturas abandonadas; g)
normas sobre acceso y circulación de titulares y visitantes; h) constitución y
funcionamiento de los órganos de administración (art. 2105).
3.3.4. Administrador.
La dirección y administración del cementerio está a cargo del administrador, quien
debe asegurar el correcto funcionamiento de las instalaciones y servicios comunes que
permita el ejercicio de los derechos de sepultura, de acuerdo a las condiciones
pactadas y reglamentadas (art. 2109, CCyC).
El administrador de un cementerio privado está obligado a llevar:
- Un registro de inhumaciones con los datos identificatorios de la persona inhumada;
- Un registro de titulares de los derechos de sepultura, en el que deben consignarse
los cambios de titularidad producidos (art. 2106, CCyC).
3.3.5. Derechos del titular.
El titular del derecho de sepultura puede:
- Inhumar en la parcela los restos humanos de quienes disponga, hasta la dimensión
establecida en el reglamento, y efectuar las exhumaciones, reducciones y traslados,
dando estricto cumplimiento a la normativa dictada al respecto;
- Construir sepulcros en sus respectivas parcelas, de conformidad a las normas de
construcción dictadas al efecto;
- Acceder al cementerio y a su parcela en los horarios indicados;
- Utilizar los oratorios, servicios, parque e instalaciones y lugares comunes según las
condiciones establecidas (art. 2107, CCyC).
La relación entre el propietario y el administrador del cementerio privado con los
titulares de las parcelas se rige por las normas que regulan la relación de consumo
previstas en el Código y en las leyes especiales (art. 2111, CCyC).
Las parcelas exclusivas destinadas a sepultura son inembargables, excepto por:
a) los créditos provenientes del saldo de precio de compra y de construcción de
sepulcros; b) las expensas, tasas, impuestos y contribuciones correspondientes a
aquellas (art. 2110, CCyC).
3.3.6. Deberes del titular.
El titular del derecho de sepultura debe:
- Mantener el decoro, la sobriedad y el respeto que exigen el lugar y el derecho de
otros;
- Contribuir periódicamente con la cuota de servicio para el mantenimiento y
funcionamiento del cementerio;
- Abonar los impuestos, tasas y contribuciones que a tales efectos se fijen sobre su
parcela;
- Respetar las disposiciones y reglamentos nacionales, provinciales y municipales de
higiene, salud pública y policía mortuoria (art. 2108, CCyC).
3.3.7. Policía mortuoria.
El administrador, los titulares de sepulturas y los visitantes deben cumplir con las leyes,
reglamentos y demás normativas de índole nacional, provincial y municipal relativas a
la policía mortuoria (art. 2113, CCyC).
En síntesis, se ha resuelto el problema de los cementerios privados optando por la
figura del derecho real, con expresa aplicación de las normas de protección al
consumidor en la relación entre administrador y titulares del derecho de sepultura. Es
observable que no se emplee la misma terminología en todos los artículos, ya que en
la enumeración de los derechos reales se menciona al derecho real de "cementerio
privado" y en los arts. 2105, 2106, 2107, 2108, 2113 se habla del "titular del derecho de
sepultura", o del "titular de sepultura", y en el 2111 de "titular de parcelas". De todos
modos, la aplicación de las normas protectoras del consumidor -entendemos-
funcionará como pauta hermenéutica ante eventuales conflictos entre administrador y
el titular de este nuevo derecho real.
Decreto 760/2014
CAPITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
ARTICULO 1°.- Sin reglamentar.
Unidad de Medida Temporal. Tratándose de derechos de uso por período temporal fijo, el
emprendedor y el administrador en su caso, deberán asegurar el disfrute al usuario titular y a
terceros por él designados, en las unidades vacacionales determinadas contractualmente o
en las que se determinen a posteriori, si así se hubiera pactado.
En el caso de derechos de uso por período temporal flotante en los que su ejercicio está
sujeto a disponibilidad, el emprendedor o en su caso el administrador, deberán asegurar a los
usuarios:
b) La disponibilidad continua del sistema de reservas, por la duración del derecho de tiempo
compartido y para proporcionar o procurar alternativas equivalentes, en el caso de que se
requiera sustituir los destinos.
Unidad de Medida por Puntos. Se denomina “Punto” a la unidad de cambio que puede ser
canjeada en un programa de puntos por períodos de alojamiento y otros servicios, a los que
previamente se les ha asignado un valor y donde el hospedaje, el período y/o el plazo de
aprovechamiento, han de seleccionarse posteriormente mediante una fórmula pautada de
antemano.
CAPITULO II
c) En caso que el propietario de los inmuebles sea una persona distinta del emprendedor,
copia certificada del convenio mediante el cual aquél otorga su consentimiento para la
afectación del inmueble al STTC.
e) Copia certificada del acta de la cual surja la decisión del órgano societario de desarrollar la
actividad del STTC.
I.- Propietario:
a) Copia certificada de la habilitación municipal que corresponda, según las características del
inmueble afectado al STTC.
II.- Emprendedor:
III.- Vendedor:
Poder que acredite la representación de los emprendedores para los cuales va a actuar
otorgado por escribano público, o contrato de mandato sin representación con certificación
notarial de firmas, en su carácter de intermediario.
g) Compromiso de poner a disposición de los usuarios afiliados, por lo menos UNA (1) vez al
año, información de los establecimientos adheridos, con la descripción de su ubicación,
accesibilidad, servicios, temporadas, épocas de cierre y toda información disponible, que
permita al usuario evaluar la posibilidad y conveniencia del intercambio y elegir entre la oferta
disponible los destinos turísticos que considere acordes con sus intereses. Esta obligación se
estimará cumplida si la empresa de intercambio mantiene dicha información en su página
web, disponible para todos sus afiliados.
V.- Administrador:
En caso de tratarse de una persona física o jurídica se le podrá exigir requisitos de solvencia,
previstos en el punto 1.- c) de este artículo.
VI.- Revendedor:
CAPITULO III
CAPITULO IV
ARTICULO 15.- Contenido del contrato. Además de las cláusulas establecidas en el artículo
15 de la Ley Nº 26.356, el contrato de tiempo compartido deberá:
a) Establecer el período durante el cual podrá ejercerse el derecho objeto del contrato y si
procede, su duración, que comenzará a correr a partir de la firma del contrato. Cuando el o los
establecimientos vacacionales estuvieran en construcción, el plazo de duración comenzará a
correr a partir de su habilitación y apertura al público.
b) Determinar la fecha a partir de la cual el adquirente podrá ejercer el derecho de uso objeto
del contrato.
d) Una descripción detallada de los términos y condiciones que regirán la relación entre el
usuario y la red de intercambio.
e) Una completa y clara descripción del procedimiento para calificar y para efectuar
intercambios.
Sobre la existencia de este contrato de intercambio se deberá dar debida cuenta al Registro
de Transacciones del artículo 19, inciso b) de la Ley Nº 26.356.
El contrato de fideicomiso tendrá por objeto la protección de los derechos de los futuros
usuarios, en la oportunidad y condiciones comprometidas, cuando el o los establecimientos
vacacionales del STTC se encuentren en construcción.
Todo vendedor que comercialice STTC está obligado a entregar a todo interesado, en la
primera entrevista, el documento informativo con carácter de oferta vinculante.
CAPITULO V
CAPITULO VI
ARTICULO 31.- A los efectos del artículo 31 inciso c) de la Ley Nº 26.356, se considera que
una red de intercambio es de carácter internacional cuando ofrece a sus usuarios opciones de
intercambio vacacional y otros beneficios adicionales de viaje y esparcimiento a través de una
red de establecimientos afiliados ubicados en diversas regiones geográficas, en los
principales destinos turísticos y ciudades del mundo.
CAPITULO VII
DE LA INSTANCIA ARBITRAL
CAPITULO VIII
DE LAS SANCIONES
ARTICULO 35.- Procedimiento. Las sanciones contra los infractores se aplicarán previo
sumario de conformidad con el procedimiento establecido en el Capítulo VIII de la Ley Nº
26.356 y en la presente reglamentación. Quedan exceptuados del presente régimen
sancionatorio aquellos conflictos sometidos al Sistema Nacional de Arbitraje de Consumo, de
conformidad con lo establecido por los artículos 32 y 33 de la Ley Nº 26.356. Para que
proceda la Instancia Arbitral, el prestador denunciado se debe adherir a ésta de conformidad
con el artículo 33 de la Ley Nº 26.356. El denunciante, a su vez, debe adherir al arbitraje con
posterioridad al acontecimiento del hecho.
Para el caso de que fracase la instancia conciliatoria, o si no se hubiera abierto ésta, o bien si
se hubiera iniciado el procedimiento por un acta de infracción se procederá a notificar al
infractor denunciado o inspeccionado en los términos del artículo 35 de la Ley Nº 26.356.
Dicha notificación deberá mencionar los hechos objeto de investigación, así como la
tipificación de éstos en la norma en la cual se funda el sumario.
Vencido el plazo legal estipulado en el artículo 35 de la Ley Nº 26.356 y producida que fuere
toda la prueba declarada conducente, pudiéndose desechar la que fuere meramente
superflua o dilatoria, se elaborará un informe técnico proponiendo la aplicación de la sanción
que corresponda o el archivo de las actuaciones.
ARTICULO 38.- Sanciones. Las sanciones serán aplicadas teniendo en cuenta la naturaleza
de la infracción, los perjuicios causados a los usuarios y su gravedad económica, la posición
en el mercado del infractor, la cuantía del beneficio obtenido, la subsanación —previa a la
sanción— de las circunstancias fácticas que dieran lugar a su imposición, los perjuicios
sociales derivados de la infracción, y la existencia de antecedentes, en su caso, que registrare
el infractor.
Se considerará reincidente a quien, habiendo sido sancionado por una infracción a la Ley Nº
26.356, incurra en otra de similar naturaleza dentro del término de TRES (3) años, a contarse
desde la fecha en que se cometiera la infracción. A tales fines, la Autoridad de Aplicación
podrá llevar un Registro de Infractores.
La aplicación de multas será sin perjuicio de las sanciones establecidas en los incisos b) y c)
del artículo 38 de la Ley Nº 26.356 que pudieren corresponder.
CAPITULO IX
CAPITULO X
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
b) La oponibilidad de los derechos de los usuarios del tiempo compartido, que no pueden ser
alterados o disminuidos por sucesores particulares o universales, ni por terceros acreedores
del propietario o del emprendedor, ni siquiera en caso de concurso o quiebra.
d) Abonar las cuotas por gastos del sistema de las unidades no enajenadas.
a) Ejercer su derecho conforme con su naturaleza y destino, sin alterarlos ni sustituirlos y sin
impedir a otros usuarios disfrutar de los turnos que les corresponden.
d) Abonar en tiempo y forma las cuotas por gastos del sistema y del fondo de reserva, así
como todo gasto que pueda serle imputado particularmente.
De la administración
Art. 2096 – La administración puede ser ejercida por el propio emprendedor, o por un tercero
designado por él. En tal caso, ambos tienen responsabilidad solidaria frente a los usuarios del
tiempo compartido, por la debida gestión y coordinación en el mantenimiento y uso de los
bienes.
Deberes del administrador
Art. 2097 – El administrador tiene los siguientes deberes, sin perjuicio de los establecidos en
los regímenes legales específicos:
a) Conservar los establecimientos, sus unidades y los espacios y cosas de uso común, en
condiciones adecuadas para facilitar a los usuarios el ejercicio de sus derechos.
g) Cobrar a los usuarios las cuotas por gastos, fondos de reserva y todo otro cargo que
corresponde.
j) Comportarse tal como lo haría un buen administrador de acuerdo con los usos y prácticas
del sector.
Cobro ejecutivo
Art. 2098 – El certificado emanado del administrador en el que conste la deuda por gastos del
sistema, los rubros que la componen y el plazo para abonarla, constituye título para accionar
contra el usuario moroso por la vía ejecutiva, previa intimación fehaciente por el plazo que se
estipula en el reglamento de administración.
Extinción
Art. 2099 – La extinción del tiempo compartido se produce:
Relación de consumo
Art. 2100 – La relación entre el propietario, emprendedor, comercializador y administrador del
tiempo compartido con quien adquiere o utiliza el derecho de uso periódico se rige por las
normas que regulan la relación de consumo, previstas en este Código y en las leyes
especiales.
Derecho real del adquirente de tiempo compartido
Art. 2101 – Al derecho del adquirente de tiempo compartido se le aplican las normas sobre
derechos reales.
Normas de policía
Art. 2102 – El propietario, emprendedor, comercializador, administrador y usuario del tiempo
compartido deben cumplir con las leyes, reglamentos y demás normativas de índole nacional,
provincial y municipal relativas al funcionamiento del sistema.
BOLILLA 12
CARACTERES:
a) Son derechos reales, porque se ejercen sobre cosas sin intervención jurídica de
otras personas y conceden las ventajas del ius persequendi y ius preferendi.
b) Pueden ser temporarias o perpetuas.
c) Se ejercen sobre predios ajenos, no pueden haber servidumbres sobre bienes
propios;
d) Son excepcionales, porque importan una restricción al derecho de propiedad,
por naturaleza ilimitado en principio; toda duda sobre la existencia de una
servidumbre, se interpreta a favor del propietario del fundo sirviente (3011).
e) Salvo el derecho de usufructo, son indivisibles;
f) Consiste en un no hacer o dejar que otros hagan;
g) No puede ejercerse sobe otra servidumbre.
DIVISIÓN FUNDAMENTAL: La mayoría de las legislaciones del mundo divide las
servidumbres reales de las personales; Nuestro código no hace tal distinción, sólo legisla
separadamente al usufructo, uso y habitación por un lado y a las servidumbres por otra. El
codificador dice en la nota al art. 2971 que la palabra servidumbre debe reservarse
exclusivamente para las reales.
Art. 2971: Servidumbre real es el derecho establecido al poseedor de una
heredad, sobre otra heredad ajena para utilidad de la primera.
Art. 2972: Servidumbre personal es la que se constituye en utilidad de alguna
persona determinada, sin dependencia de la posesión de un inmueble, y que
acaba con ella.
Diferencias:
- Las servidumbres personales existen a favor de una persona sin depender de la
posesión de fundo alguno. Las servidumbres reales exigen siempre dos fundos:
uno dominante y el otro sirviente.
- Las personales, al ser inherentes a las personas, se extinguen con ellas si son de
existencia visible, y a los 20 años si son ideales o jurídicas. Las reales, en
cambio, pueden ser perpetuas o temporales.
- Las personales pueden establecerse sobre bienes muebles e inmuebles. Las
reales sólo sobre inmuebles.
- Las personales pueden ser divisibles o indivisibles; las reales son siempre
indivisibles.
ARTÍCULO 2165 CCyC LEY 26.994
Servidumbre real y personal
Art. 2165 – Servidumbre personal es la constituida en favor de persona determinada sin
inherencia al inmueble dominante. Si se constituye a favor de una persona humana se
presume vitalicia, si del título no resulta una duración menor.
ARTICULO 2130.-Objeto. El usufructo puede ejercerse sobre la totalidad, sobre una parte
material o por una parte indivisa de los siguientes objetos:
No puede establecerse usufructo a favor de varias personas que se suceden entre sí, a
menos que el indicado en un orden precedente no quiera o no pueda aceptar el usufructo.
TITULO XI - Servidumbre
CAPITULO 1 - Disposiciones generales
Definición
Art. 2162 – La servidumbre es el derecho real que se establece entre dos inmuebles y que
concede al titular del inmueble dominante determinada utilidad sobre el inmueble sirviente
ajeno. La utilidad puede ser de mero recreo.
Objeto
Art. 2163 – La servidumbre puede tener por objeto la totalidad o una parte material del
inmueble ajeno.
Servidumbre positiva y negativa
Art. 2164 – La servidumbre es positiva si la carga real consiste en soportar su ejercicio; es
negativa si la carga real se limita a la abstención determinada impuesta en el título.
Servidumbre personal a favor de varios titulares
Art. 2167 – La servidumbre personal puede establecerse a favor de varias personas. Si se
extingue para una subsiste para las restantes, pero sin derecho de acrecer, excepto que el
título prevea lo contrario.
Legitimación
Art. 2168 – Están legitimados para constituir una servidumbre los titulares de derechos reales
que recaen sobre inmuebles y se ejercen por la posesión. Si existe comunidad debe ser
constituida por el conjunto de los titulares.
Prohibición de servidumbre judicial
Art. 2169 – En ningún caso el juez puede constituir una servidumbre o imponer su
constitución.
Presunción de onerosidad
Art. 2170 – En caso de duda, la constitución de la servidumbre se presume onerosa.
Modalidades
Art. 2171 – La servidumbre puede sujetarse a cualquier modalidad.
Transmisibilidad
Art. 2172 – Ninguna servidumbre puede transmitirse con independencia del inmueble
dominante.
LEY 26.994
El uso y goce del usufructuario se extiende a los acrecentamientos originados por hechos de
la naturaleza, sin contraprestación alguna.
Mejoras facultativas
Art. 2143 – El usufructuario puede efectuar otras mejoras, además de las que está obligado a
hacer, si no alteran la sustancia de la cosa. No tiene derecho a reclamar su pago, pero puede
retirarlas si la separación no ocasiona daño a los bienes.
Ejecución por acreedores
Art. 2144 – Si el acreedor del usufructuario ejecuta el derecho de usufructo, el adquirente del
usufructo debe dar garantía suficiente al nudo propietario de la conservación y restitución de
los bienes.
El nudo propietario puede exigir al usufructuario que realice las mejoras a las que está
obligado aun antes de la extinción del usufructo.
USO Y HABITACIÓN.
Concepto: El derecho de uso es un derecho real que consiste en la facultad de servirse
de la cosa de otro, independientemente de la posesión de heredad alguna, con el cargo de
conservar la sustancia de ella, o de tomar sobre los frutos de un fundo ajeno, lo que sea
preciso para las necesidades del usuario y su familia.
Si se refiere a una casa, y la utilidad de morar en ella, se llama derecho de habitación
(2948).
Caracteres:
1. Son derechos reales, porque se establece en ellos una relación directa e inmediata
entre el titular del mismo y la cosa. Además conceden al usuario y al habitador el
ius preferendi y el ius persequendi.
2. Se ejercen sobre cosa ajena;
3. Son estrictamente personales: no pueden ser cedidos;
4. Son temporarios: están limitados a los plazos que establecen las leyes.
5. Son vitalicios: intransmisibles a título de herencia;
6. Son indivisibles.
Hasta la sanción de la ley 20.798, la importancia práctica del uso y la habitación era
prácticamente nula. Esta ley establece un derecho de habitación vitalicio y gratuito a favor del
cónyuge supérstite sobre el inmueble en que estuvo constituido el hogar conyugal, siempre
que se den las siguientes condiciones:
a) Que a la muerte del causante, éste dejare un solo inmueble habitable como integrante
del haber hereditario;
b) Que el valor de dicho inmueble no sobrepase el límite máximo admitido para que una
vivienda pueda ser constituida como bien de familia.
El derecho de habitación se pierde si el cónyuge contrae nuevas nupcias.
Derechos y obligaciones del usuario o habitador:
Derechos:
1) Poderes materiales: El uso y la habitación se limitan a las necesidades
personales del usuario, o del habitador y su familia, según su condición social
(2953). El que tiene el derecho de habitación no puede servirse de la casa sino
para habitar en ella él y su familia, o para el establecimiento de su industria o
comercio, si no fuere impropio de su destino (2963).
2) Poderes jurídicos: Es prohibida la cesión de los derechos de uso y habitación,
en principio. Pero este tema debe estudiarse teniendo en cuenta lo siguiente:
a. Cesión o locación del derecho de uso: se distinguen a su vez tres situaciones:
- Uso sobre un fundo: El usuario que no fuese habitador, puede alquilar el
fundo en el cual se ha constituido el uso (2965).
- Uso sobre muebles: Cuando el uso fuera establecido sobre muebles, el
usuario no tiene facultad sino para emplearlos en su servicio personal, o en
el de su familia, sin poder ceder a otros el uso, aunque se trate de objetos
que el propietario tenía la costumbre de alquilar (2964).
- Uso sobre frutos: El que tiene el uso de los frutos de una cosa por un título
gratuito no puede dar a otro por cesión o locación, el derecho de percibirlos,
pero puede ceder el uso si fue obtenido a título oneroso.
b. Cesión o locación del derecho de habitación: el habitador no puede ceder el
uso de la casa ni alquilarla (2963).
c. Derecho de embargo por los acreedores: en el caso de uso a título oneroso o
gratuito, al uso de los frutos no puede ser embargado por los acreedores del
usuario cuando tienen la calidad de alimenticios.
3) Acciones: el usuario cuenta con las acciones reales y también con las
posesorias (2950), estas pueden ser ejercidas no sólo contra terceros sino
también contra el mismo propietario que pretenda perturbar su derecho.
Obligaciones.
1) Prestar fianza y practicar inventario, de la misma manera que el usufructuario
(2967). Están exentos el usuario o habitador de hacer lo anterior, si la cosa
fructuaria o la casa quedan en manos del propietario y su derecho se limita a
exigir de los productos de la cosa lo que sea necesario para sus necesidades
personales y las de su familia, o cuando reside sólo en una parte de la casa que
se le hubiese señalado para habitación.
2) Usar de la cosa como lo haría el dueño. El usuario o habitador tiene las mismas
obligaciones respecto de la cosa que el usufructuario, respecto a su
conservación y reparaciones.
3) En materia de reparaciones, contribuciones y conservación tiene las mismas
obligaciones que el usufructuario. Si sólo toma una parte de los frutos, o sólo
ocupa una parte de la casa, contribuirá en proporción de lo que goce.
Extinción del usufructo: Lo dispuesto sobre la extinción del usufructo se aplica al
derecho de uso y habitación, con la modificación de que los acreedores del usuario no
pueden atacar la renuncia que hiciere de sus derechos.
Ley 26.994
TITULO IX - Uso
Concepto
Art. 2154 – El uso es el derecho real que consiste en usar y gozar de una cosa ajena, su
parte material o indivisa, en la extensión y con los límites establecidos en el título, sin alterar
su sustancia. Si el título no establece la extensión del uso y goce se entiende que se
constituye un usufructo.
Normas supletorias
Art. 2155 – Se aplican al uso las normas del Tít. VIII de este libro, a excepción de las
disposiciones particulares establecidas en el presente.
Limitaciones
Art. 2156 – El usuario no puede constituir derechos reales sobre la cosa.
Ejecución por acreedores
Art. 2157 – Los frutos no pueden ser embargados por los acreedores cuando el uso de éstos
se limita a las necesidades del usuario y su familia.
TITULO X - Habitación
Concepto
Art. 2158 – La habitación es el derecho real que consiste en morar en un inmueble ajeno
construido, o en parte material de él, sin alterar su sustancia.
Normas supletorias
Art. 2159 – Se aplican a la habitación las normas del Tít. IX de este libro, a excepción de las
disposiciones particulares establecidas en el presente.
Limitaciones
Art. 2160 – La habitación no es transmisible por acto entre vivos ni por causa de muerte, y el
habitador no puede constituir derechos reales o personales sobre la cosa. No es ejecutable
por los acreedores.
Impuestos, contribuciones y reparaciones
Art. 2161 – Cuando el habitador reside sólo en una parte de la casa que se le señala para
vivienda, debe contribuir al pago de las cargas, contribuciones y reparaciones a prorrata de la
parte de la casa que ocupa.
SERVIDUMBRES REALES
El Código civil se reglamentaba esta materia en los títulos XII, “De las Servidumbres” y
XIII “De las servidumbres en particular”. El Código no ha limitado ni enumerado las clases de
servidumbres reales que los particulares pueden establecer sobre las heredades. El principio
es el de la libertad de las partes para establecer todas las servidumbres que crean
convenientes, con tal de que reúnan los caracteres y condiciones que la ley exige para la
constitución de estos derechos. No obstante esta disposición, el código ha legislado
detalladamente sobre las servidumbres de tránsito, de acueducto, de sacar agua y de recibir
agua de los predios ajenos.
Actualmente esta materia se encuentra legislada en el Código Civil y Comercial en el
Libro IV Título XI.
Ley 26.994
TITULO XI - Servidumbre
CAPITULO 1 - Disposiciones generales
Definición
Art. 2162 – La servidumbre es el derecho real que se establece entre dos inmuebles y que
concede al titular del inmueble dominante determinada utilidad sobre el inmueble sirviente
ajeno. La utilidad puede ser de mero recreo.
Objeto
Art. 2163 – La servidumbre puede tener por objeto la totalidad o una parte material del
inmueble ajeno.
Servidumbre positiva y negativa
Art. 2164 – La servidumbre es positiva si la carga real consiste en soportar su ejercicio; es
negativa si la carga real se limita a la abstención determinada impuesta en el título.
Servidumbre real y personal
Art. 2165 – Servidumbre personal es la constituida en favor de persona determinada sin
inherencia al inmueble dominante. Si se constituye a favor de una persona humana se
presume vitalicia, si del título no resulta una duración menor.
Servidumbre forzosa
Art. 2166 – Nadie puede imponer la constitución de una servidumbre, excepto que la ley
prevea expresamente la necesidad jurídica de hacerlo, caso en el cual se denomina forzosa.
Son servidumbres forzosas y reales la servidumbre de tránsito a favor de un inmueble sin
comunicación suficiente con la vía pública, la de acueducto cuando resulta necesaria para la
explotación económica establecida en el inmueble dominante, o para la población, y la de
recibir agua extraída o degradada artificialmente de la que no resulta perjuicio grave para el
fundo sirviente o, de existir, es canalizada subterráneamente o en cañerías.
Si el titular del fundo sirviente no conviene la indemnización con el del fundo dominante, o con
la autoridad local si está involucrada la población, se la debe fijar judicialmente.
Legitimación
Art. 2168 – Están legitimados para constituir una servidumbre los titulares de derechos reales
que recaen sobre inmuebles y se ejercen por la posesión. Si existe comunidad debe ser
constituida por el conjunto de los titulares.
Prohibición de servidumbre judicial
Art. 2169 – En ningún caso el juez puede constituir una servidumbre o imponer su
constitución.
Presunción de onerosidad
LEY 26.994
b) El no uso por persona alguna durante diez años, por cualquier razón.
Efectos de la extinción
Art. 2183 – Extinguida la servidumbre, se extinguen todos los derechos constituidos por el
titular dominante.
Ley 24.996
Servidumbre forzosa
Art. 2166 – Nadie puede imponer la constitución de una servidumbre, excepto que la ley
prevea expresamente la necesidad jurídica de hacerlo, caso en el cual se denomina forzosa.
Si el titular del fundo sirviente no conviene la indemnización con el del fundo dominante, o con
la autoridad local si está involucrada la población, se la debe fijar judicialmente.
Servidumbre de acueducto.
Por acueducto debe entenderse todo canal, acequia o tubería que permita transportar el
agua de un lugar al otro. La ley impone una servidumbre coactiva de acueducto a favor de
otra heredad que carezca de las aguas necesarias para el cultivo de sementeras,
plantaciones o pastos, o a favor de un pueblo que las necesite para el servicio doméstico de
sus habitantes, o a favor de un establecimiento industrial (3082). AHORA 21626 Esta
servidumbre es siempre continua y aparente (3083).
Pueden reclamarla todos los que posean el inmueble dominante. Además puede hacerlo
el pueblo que las necesite, para el servicio doméstico de sus habitantes.
Las casas, los corrales, los patios y jardines que dependan de ellas y las huertas de
superficie menor de diez mil metros cuadrados, no están sujetos a la servidumbre de
acueducto (3084). Esto no excluye la posibilidad de que sus propietarios la concreten
voluntariamente, pero en tal caso la servidumbre ya no sería coactiva.
El dueño del predio sirviente tendrá derecho para que se le pague un precio por el uso
del terreno que fuese ocupado por el acueducto y el de un espacio de cada uno de los
costados que no baje de un metro de ancho en toda la extensión de su curso. Este ancho
podrá ser mayor por convenio de partes, o por disposición del juez cuando las circunstancias
así lo exigieren. Se le abonará también un diez por ciento sobre la suma total del valor del
terreno, el cual siempre pertenecerá al dueño del predio sirviente.
Servidumbre de recibir agua de los predios ajenos: este tipo de servidumbres
pueden ser:
a) De recibir aguas de los techos vecinos (goteraje y aguas servidas);
b) De recibir aguas artificiales que brotan en el terreno del vecino (servidumbre de
desagüe);
c) De recibir aguas para desecar terrenos inundados (servidumbre de desagüe o
avenamiento).
Servidumbre de recibir aguas pluviales o servidas: Los propietarios de terrenos y
edificios están obligados a construir los techos de manera que las aguas pluviales caigan
sobre su propio suelo o sobre la calle, pero no sobre el suelo del vecino (2630) AHORA 1975,
1976. Ello no impide que se constituya una servidumbre que obligue al vecino a recibir tales
aguas. Se trata de una servidumbre no coactiva.
Cuando se hubiese constituido una servidumbre de recibir las aguas de los techos
vecinos, el dueño del predio no podrá hacer salir lo caer aguas de otro inmueble, aunque
éstas se reúnan a las del primero; u otras aguas que al tiempo de la constitución de la
servidumbre salían o caían por otra parte, ni hacer salir o caer aguas servidas en vez de
aguas pluviales (3094).
Servidumbre de desagüe: Los propietarios de los fundos inferiores están obligados a
recibir las aguas naturales que vengan de los fundos superiores; en cuanto a las aguas
alumbradas artificialmente (molinos, bombas, etc., el principio es que el propietario de los
predios inferiores no está obligado a recibirlas, salvo que por su abundancia sea imposible
contenerlas, o que hubieran sido llevadas por las necesidades del riego o las de los
establecimientos industriales. En tal caso, se establece una servidumbre coactiva, mediante el
pago de una justa indemnización (2650-3097). AHORA 1976, 2166 El propietario del terreno
superior además está obligado a pagar los gastos necesarios en los fundos inferiores para
disminuir, en cuanto sea posible, el daño que le resulte de la corriente de las aguas.
Están exentos de esta servidumbre los edificios, patios y jardines y las huertas en
extensión de diez mil metros cuadrados (3099).
Servidumbre de desagote o avenamiento: Cuando un terreno se encuentra anegado por
las aguas que lo perjudican e impiden su explotación agrícola, ganadera o industrial, o que lo
hacen inhabitable, el dueño tiene derecho a desaguar el terreno por los inmuebles vecinos,
sea por canales subterráneos o descubiertos, previa una justa indemnización (3100). AHORA
2166 Se trata de una servidumbre coactiva.
Servidumbre de sacar agua. Esta servidumbre puede ser constituida como real o
como personal: habrá que estarse al título constitutivo. si éste no define el punto, debe
tenerse en cuenta lo siguiente: si al constituir la servidumbre se han considerado las
necesidades permanentes del fundo dominante, la servidumbre debe reputarse real; si se
han tenido en cuenta las necesidades personales del poseedor, será personal. En caso de
duda, debe reputarse personal (3104).
Es siempre discontinua y no aparente, o sea que no pueden ser constituidas por
disposición del padre de familia ni por usucapión. Sin embargo, la servidumbre de sacar agua
por medios mecánicos y conducida al predio dominante por tuberías, tiene los mismos
caracteres que la servidumbre de acueducto, que es continua y aparente.
Nunca es coactiva, sólo puede constituirse por contrato o disposición de última voluntad;
y si consiste en sacar agua por medios mecánicos, por disposición del padre de familia y por
usucapión.
El derecho fundamental del dueño del predio dominante es extraer agua del inmueble
vecino y llevarla hasta su propiedad. Este derecho supone dos accesorios: el derecho de
paso, y el derecho de limpiar el aljibe, pozo o fuente de donde se extraiga el agua.
LEY 26.994
CAPITULO 4 - Límites al dominio
Si el obstáculo se origina en un caso fortuito, el Estado sólo debe restablecer las aguas a
su estado anterior o pagar el valor de los gastos necesarios para hacerlo.
ARTICULO 1976.-Recepción de agua, arena y piedras. Debe recibirse el agua, la arena o las
piedras que se desplazan desde otro fundo si no han sido degradadas ni hubo interferencia
del hombre en su desplazamiento. Sin embargo, puede derivarse el agua extraída
artificialmente, la arena o las piedras que arrastra el agua, si se prueba que no causan
perjuicio a los inmuebles que las reciben.
BOLILLA 13
Ventajas de las seguridades reales: aparecen después de las personales por los
siguientes motivos:
- Los vínculos personales se debilitan por el constante aislamiento de los hombres.
Las seguridades reales son más eficaces, porque serían necesarias crisis muy
grandes para que el precio de venta de la cosa no alcanzase a cubrir el monto de la
obligación.
- Están ligadas a todo el movimiento económico y son factores del desarrollo del
crédito en general.
- Si faltaran las seguridades reales, se formarían una serie de preferencias de los
acreedores entre sí, que perjudicaría al progreso del país.
HIPOTECA.
Antecedentes históricos: en el derecho romano primitivo se practicó la fiducia cum
creditote, que consistía en una efectiva transmisión de la propiedad de la cosa con el
compromiso del comprador de restituirla al vendedor si le era pagado el crédito asegurado.
En una segunda etapa nace el pignus, consistente en la entrega no ya de la propiedad,
sino simplemente de la posesión de la cosa, que era devuelta al ser satisfecha la deuda.
Pero estos medios eran insuficientes: el arrendatario no podía entregar al arrendador
sus instrumentos de labranza en garantía del pago del canon: era su único patrimonio. Pero a
la vez, el acreedor debía ser garantizado por el pago de su crédito.
El pretor Salvius introdujo un interdicto que permitía al arrendador no pagado tomar
posesión de los instrumentos de labranza en caso de que la deuda no fuera pagada a
término.
Esto seguía siendo insuficiente, porque el arrendador no tenía derecho de persecución:
si el arrendatario se había desprendido de los elementos de labranza, aquél perdía su
derecho.
El pretor Servius introdujo así otro interdicto que permitía al arrendador perseguir los
instrumentos de labranza de cualquier persona que los poseyera, creando así una preferencia
con todos los caracteres esenciales de la actual hipoteca.
Legislación argentina: hasta la sanción del Código regía la legislación hipotecaria de
las antiguas leyes españolas. El derecho de paño podía ser de tres clases: voluntario, judicial
o legal.
En la actualidad, nuestro código ha dedicado el tema en el título XIV, presentando las
siguientes características:
1) No existen hipotecas tácitas (legales), ni judiciales, sino únicamente convencionales.
2) Deben ser siempre especiales;
3) No produce efectos respecto de terceros sino mediante su inscripción en el registro.
Importancia económica:
a. Como operación de garantía en el préstamo común: permite obtener, a un interés
moderado, capitales útiles en inversiones para incrementar el desarrollo económico.
b. Como operación de garantía en el préstamo para la edificación: permite, a personas
sin el capital suficiente, edificar o adquirir su casa propia.
c. El deudor, al conservar la cosa, puede seguir trabajando y produciendo en ella.
d. El deudor, al tener la cosa, puede contraer otras obligaciones sobre ella hasta agotar
el valor real.
Definición del Código Civil artículo 3108 : “LA HIPOTECA ES EL DERECHO REAL
CONSTITUIDO EN SEGURIDAD DE UN CRÉDITO EN DINERO, SOBRE LOS MUEBLES
INMUEBLES, QUE CONTINÚAN EN PODER DEL DEUDOR”.
El código civil daba una definición que contenía deficiencias. En ese sentido se le criticaba
que se considera hipoteca al derecho real constituido en seguridad de un crédito en dinero,
cuando también podía serlo en seguridad de otras obligaciones. También señalaba el
precepto que el bien continuaba en poder del deudor, cuando el propio régimen autorizaba la
constitución del gravamen por quien no lo era.
Caracteres:
a) Es un derecho real: genera una relación directa entre el sujeto y la cosa.
Además concede al acreedor el ius preferendi y el ius persequendi.
b) Es accesorio: Su existencia depende de la del crédito al cual garantiza.
c) Es convencional: no hay otra forma de constituirla (3115).
d) Es indivisible: Respecto de la cosa: Mientras haya un saldo impago, la hipoteca
subsiste íntegra sobre la totalidad del inmueble (3112). La cancelación parcial
de la deuda no extingue parcialmente la hipoteca.
Excepción: En la ejecución de bienes hipotecados, cuando sea posible la
división en lotes, o si la garantía comprende bienes separados, los jueces
podrán ordenar la enajenación en lotes, y la cancelación parcial de la hipoteca,
siempre que de ello no se siga lesión al acreedor (3112, 2º párr.).
También es excepcional el caso de la propiedad horizontal: los adquirentes de
departamentos tienen derecho a obtener la cancelación parcial de la hipoteca al
escriturar en cada unidad. De esta manera, los compradores pueden liberar su
departamento sin verse arrastrados a una subasta pública por la insolvencia del
constructor o por falta de recursos de los demás adquirentes.
Respecto del crédito: El codeudor o coheredero del deudor, que hubiese
pagado su cuota en la hipoteca, no podrá exigir la cancelación de la hipoteca,
mientras la deuda no esté totalmente pagada. El coacreedor o coheredero del
acreedor, a quien se hubiese pagado su cuota, tampoco podrá hacer cancelar
su hipoteca mientras los otros coacreedores o coherederos no sean
enteramente pagados, sin perjuicio de las liberaciones y cancelaciones
parciales, autorizadas por el art. 3112.-
e) Es especial: la hipoteca debe constituirse sobre inmuebles determinados y por
una suma de dinero también cierta y determinada. Con respecto al crédito, el
art. 3109 admite inclusive los créditos condicionales o eventuales y aun los
indeterminados en su valor o que tengan por objeto prestaciones en especie (no
ya en dinero) u obligaciones de hacer o no hacer, siempre que en el acto
constitutivo se declare el valor estimativo de dicha obligación.
f) Es solemne: La hipoteca sólo puede ser constituida por escritura pública o por
documentos, que sirviendo de títulos al dominio o derecho real, estén expedidos
por autoridad competente para darlos, y deban hacer fe por sí mismos. La
hipoteca sólo queda perfeccionada como derecho real cuando se la inscribe en
el Registro de la Propiedad; hasta ese momento ella no produce efectos contra
terceros.
Ley 26.994
ARTICULO 2205.-Concepto. La hipoteca es el derecho real de garantía que recae sobre uno
o más inmuebles individualizados que continúan en poder del constituyente y que otorga al
acreedor, ante el incumplimiento del deudor, las facultades de persecución y preferencia para
cobrar sobre su producido el crédito garantizado.
ARTICULO 2209.-Determinación del objeto. El inmueble que grava la hipoteca debe estar
determinado por su ubicación, medidas perimetrales, superficie, colindancias, datos de
registración, nomenclatura catastral, y cuantas especificaciones sean necesarias para su
debida individualización.
3
Inmuebles por su carácter representativo: Instrumentos públicos en donde consta la adquisición de derechos reales sobre
inmuebles, con exclusión de la hipoteca y la anticresis.
El que hubiera enajenado un inmueble bajo una condición resolutoria, o bajo un pacto
comisorio, expreso o tácito, no puede hipotecarlo antes del cumplimiento de la condición
resolutoria.
Reforma a los artículos CC 3113 (AHORA 2191) y 3135( AHORA 1983). En su texto
primitivo, el art. 3113 disponía que “el acreedor cuya hipoteca se extiende a varios inmuebles
tiene derecho a elegir cualquiera de dichos inmuebles, para ser pagado con su valor de la
totalidad de su crédito, aunque sobre él se hubiesen constituido posteriormente otras
hipotecas”. Este texto fue reemplazado por el siguiente: “el acreedor cuya hipoteca
comprenda varios inmuebles, podrá a su elección, perseguirlos a todos simultáneamente o
sólo a uno de ellos, aunque hubieren pertenecido o pasado al dominio de diferentes personas
o existieran otras hipotecas. Ello no obstante, el juez podrá, por causa fundada, fijar un orden
para la venta de los bienes afectados”. La solución es muy importante, porque a veces el
acreedor, con evidente abuso, suele elegir el inmueble cuya ejecución más perjudica al
deudor o a un tercero. Es una aplicación concreta de la teoría del abuso del derecho.
Al artículo 3135 la ley 17.711 agregó el segundo párrafo, de manera que quedó
redactado de la siguiente manera: “La constitución de la hipoteca no perjudica a terceros, sino
cuando se ha hecho pública por su inscripción en los registros tenidos a ese efecto. Pero las
partes contratantes, sus herederos y los que han intervenido en el acto, como el escribano y
testigos, no pueden prevalerse del defecto de inscripción; y respecto de ellos, la hipoteca
constituida por escritura pública se considera registrada. Al constituir la hipoteca, el
propietario puede, con consentimiento del acreedor, reservarse el derecho de constituir
ulteriormente otra de grado preferente, expresando el monto que ésta podrá alcanzar.”
Esto es lo que se llama la RESERVA DE RANGO, y constituye una excepción al principio de
que la prioridad entre dos o más inscripciones se establece por la fecha de la escritura y el
número de orden de presentación en el registro.
PUBLICIDAD DE LA HIPOTECA. Si bien el codificador en la nota al título de la hipoteca
se manifestó contrario a implantar el registro como sistema general de publicidad de los
derechos reales, en cambio lo admitió para la hipoteca, porque si ésta no se registra,
permanece como un acto oculto entre propietario y acreedor, al contrario de la transmisión de
los demás derechos reales, en que bastaba la tradición para dar publicidad al acto.
A) INSCRIPCIÓN. La hipoteca constituida en los términos prescritos debe ser registrada
y tomada razón de ella en un oficio público destinado a la constitución de hipotecas o registro
de ellas, que debe existir en la ciudad capital de cada provincia.
Es oportuno reiterar el primer párrafo del art. 3135: La constitución de la hipoteca no
perjudica a terceros, sino cuando se ha hecho pública por su inscripción en los registros
tenidos a ese efecto. Pero las partes contratantes, sus herederos y los que han intervenido en
el acto, como el escribano y testigos, no pueden prevalerse del defecto de inscripción; y
respecto de ellos, la hipoteca constituida por escritura pública se considera registrada.
Plazo. Ley 20.089. El antiguo art. 3137 establecía el plazo de 6 días siguientes al
otorgamiento de la escritura pública para que la hipoteca registrada tenga efectos contra
terceros. Actualmente, el artículo reformado establece que el registro de la hipoteca debe
hacerse dentro del plazo de 45 días, como cualquier otra escritura.
Oponibilidad a terceros: La hipoteca registrada tendrá efecto contra terceros desde el
día del otorgamiento de la obligación hipotecaria, si el ingreso se hubiese producido dentro de
los 45 días (3149); Pero si el acreedor deja pasar el tiempo designado para el registro de la
hipoteca sin hacer tomar razón, ésta no tendrá efectos contra terceros, sino desde el día en
que se hubiere registrado (3150).
Hasta cuando puede ser hecha la inscripción: podrá registrarse en todo tiempo la
hipoteca, sin necesidad de autorización judicial.
Responsabilidad del deudor en caso de hipotecas no registradas: Si el que ha dado
una hipoteca sobre sus bienes, se vale de la falta de inscripción para hipotecarlos a otra
persona, sin prevenirle de la existencia de esa hipoteca, será culpado de fraude, y como tal,
sujeto a satisfacer los daños y perjuicios a la parte que los sufriere por su dolo (3142).
Reserva de rango: Al constituir la hipoteca, el propietario puede, con consentimiento
del acreedor, reservarse el derecho de constituir ulteriormente otra de grado preferente,
expresando el monto que ésta podrá alcanzar (3135).
Si estando constituida la obligación hipotecaria, pero aun no registrada la hipoteca, y
corriendo el término legal para hacerlo, un subsiguiente acreedor, teniendo conocimiento de la
obligación hipotecaria, hiciere primero registrar la que en seguridad de su crédito se le haya
constituido, la prioridad del registro es de ningún efecto respecto a la primera hipoteca, si ésta
se registrare en el término de la ley (3136).
B) FORMAS DE LA INSCRIPCIÓN. Para hacer el registro, se ha de presentar al oficial
público encargado del oficio de hipotecas, la primer copia de la escritura de la obligación,
cuando no se hubiese extendido en el mismo oficio de hipotecas. Los gastos del registro o
toma de razón son de cuenta del deudor (3138).
Enunciaciones que tiene que tener. La toma de razón debe reducirse a referir la fecha
del instrumento hipotecario, el escribano ante quien se ha otorgado, los nombres de los
otorgantes, su vecindad, la calidad de la obligación o contrato, y los bienes raíces gravados
que contiene el instrumento, con expresión de sus nombres, situación y linderos, en la misma
forma que se exprese en el instrumento (3139).
Quienes pueden pedirlas.
1. El que transmite el derecho;
2. El que lo adquiere;
3. El que tenga representación legítima de cualquiera de ellos;
4. El que tenga interés en asegurar el derecho hipotecario.
Si el escribano originario de la obligación hipotecaria remitiese el instrumento que
contiene la hipoteca para que se tome razón, el oficial anotador debe tomar razón de ella en
el término de 24 horas. Será de ningún valor toda otra toma de razón de hipoteca sobre el
mismo inmueble, hecha en el tiempo intermedio de 24 horas (3141).
A nombre de quién y contra quién debe hacerse. El Código no trató expresamente el
punto, pero es indudable que la inscripción se hace a favor del titular del crédito, es decir, del
acreedor hipotecario o sus herederos. La inscripción se hace a cargo del deudor hipotecario,
sea éste el verdadero deudor directo de la obligación o un simple garante hipotecario.
Lugar de la inscripción. El registro debe hacerse en el oficio de hipotecas del pueblo
en cuyo distrito estén situados los inmuebles que se hipotecan (3143).
Orden de inscripciones. La toma de razón de las hipotecas debe hacerse en los
registros sucesivamente, sin dejar blancos, en los que se pudiera anotar otros registros
(3144).
Nota en el título. Tomada razón de la hipoteca, debe anotarse el acto en la escritura de
la obligación, por el oficial encargado del oficio de hipotecas, bajo su firma, expresando el día
en que lo ha hecho y el folio de su libro donde se ha tomado razón de la hipoteca (3145).
Expedición de certificados. El oficial encargado de las hipotecas no debe dar, sino por
orden del juez, certificado de las hipotecas registradas, o de que determinado inmueble está
libre de gravamen (3146).
Responsabilidad del oficial público encargado del registro. El registrador es
responsable de la omisión en sus libros de las tomas de razón, o de haberlas hecho fuera del
término legal. Es responsable también del perjuicio que resulte al acreedor de la falta de
mención en sus certificados, de las inscripciones o tomas de razón existentes, o por negar la
toma de razón que se le pide por persona autorizada para ello (3147).
C) DURACIÓN Y RENOVACIÓN DE LA INSCRIPCIÓN. El primitivo artículo 3151
establecía: La hipoteca registrada conserva los derechos del acreedor sobre el inmueble
hipotecado por el término de 10 años, si antes no se renovare. Sin embargo, esta redacción
no clarificaba que lo que caducaba era solamente la inscripción. También era conveniente
extender el término del código, que resultaba demasiado breve. Con la ley 17.711, la
redacción se modificó y quedó de la siguiente manera: “Los efectos del registro de la
hipoteca se conservan por el término de 20 años, si antes no se renovare; los efectos
de la inscripción de la hipoteca se extinguen pasados 20 años desde que fue
registrada”. La ley 17.801 agrega que “si la inscripción no se renovare oportunamente,
caducan de pleno derecho los efectos de la inscripción, sin necesidad de solicitud
alguna de parte interesada”.
Hipotecas constituidas fuera de la jurisdicción territorial del inmueble. Es lícito
constituir en el extranjero hipotecas sobre bienes existentes en la República, siempre que
constaren en instrumentos públicos y se presentaren legalizados (3129). De la hipoteca así
constituida debe tomarse razón en el oficio de las hipotecas, en el término de 6 (seis) días
contados desde que el juez ordene la protocolización de la obligación hipotecaria. La hipoteca
constituida desde el extranjero debe además tener una causa lícita por las leyes de la
República.
LEY 26.994
EFECTOS DE LA HIPOTECA
EXTINCIÓN DE LA HIPOTECA.
Por ser un derecho accesorio, la hipoteca puede extinguirse por vía principal o por vía de
consecuencia.
Extinción por vía de consecuencia: La hipoteca se acaba por la extinción total de la
obligación principal sucedida por alguno de los modos designados para la extinción
de las obligaciones (3187).
Extinción por vía principal: el Código prevé las siguientes causales:
1) Renuncia de la hipoteca (3193) La hipoteca se extingue por la renuncia
expresa y constante en escritura pública, que el acreedor hiciere de su
derecho hipotecario, consintiendo la cancelación de la hipoteca. El deudor en
tal caso, tendrá derecho a pedir que así se anote en el registro hipotecario o
toma de razón, y en la escritura de la deuda.
2) Extinción de la propiedad condicional o revocable del inmueble
hipotecado (3194) La extinción de la hipoteca tiene lugar, cuando el que la ha
concedido no tenía sobre el inmueble más que un derecho resoluble o
condicional, y la condición no se realiza, o el contrato por el que lo adquirió se
encuentra resuelto.
3) Pérdida total del mismo (3195) Si el inmueble hipotecado tiene edificios y
éstos son destruidos, la hipoteca sólo subsiste sobre el suelo, y no sobre los
materiales que formaban el edificio. Si éste es reconstruido la hipoteca vuelve
a gravarlo.
4) Su venta judicial (3196) La hipoteca se extingue aunque no esté cancelada
en el registro de hipotecas, respecto del que hubiese adquirido la finca
hipotecada en remate público, ordenado por el juez con citación de los
acreedores que tuviesen constituidas hipotecas sobre el inmueble, desde que
el comprador consignó el precio de la venta a la orden del juez.
Los derechos de los acreedores hipotecarios se trasladan al precio pagado
por el comprador.
5) Consolidación de los derechos del acreedor hipotecario y propietario del
inmueble (3198) Si la propiedad irrevocable, y la calidad de acreedor
hipotecario se encuentran reunidos en la misma persona, la hipoteca se
extingue naturalmente.
Modos extintivos no enumerados por el código.
- Prescripción adquisitiva de la hipoteca;
- Purga de la hipoteca.
- Expropiación del inmueble por causa de utilidad pública (ley 23.264). el
privilegio del acreedor se traslada al precio de la expropiación.
- Venta extrajudicial del inmueble. También se extingue la hipoteca por la
subasta extrajudicial del inmueble de acuerdo con lo dispuesto en la ley
24441, una vez efectuada la subasta, pagado el precio y hecha la tradición al
comprador.
Cancelación de la hipoteca.
Es la extinción jurídica o anulación del asiento hipotecario, en virtud de una anotación
marginal.
Hay que diferenciar la extinción de la hipoteca de su cancelación. La extinción hace
desaparecer la hipoteca con todos sus efectos; en la cancelación lo que se extingue es la
inscripción de la hipoteca en el Registro. Mientras en el primer caso lo que está en juego es la
4
Si el deudor enajena, sea por título oneroso o lucrativo, el todo o una parte de la cosa o una desmembración de ella, que por sí sea susceptible de hipoteca,
el acreedor podrá perseguirla en poder del adquirente, y pedir su ejecución y venta, como podría hacerlo contra el deudor. Pero, si la cosa enajenada fuere
mueble, que sólo estaba inmovilizada y sujeta a la hipoteca, como accesoria del inmueble, el acreedor no podrá perseguirla en manos del tercer poseedor.
hipoteca misma, tanto en relación a las partes como a terceros, en el segundo sólo se afectan
los efectos de la inscripción en el Registro, es decir, los efectos de la hipoteca con relación a
terceros; pero la hipoteca se mantiene viva entre las partes.
La cancelación se opera:
a) Por vía indirecta, como consecuencia de la extinción de la hipoteca;
b) Por vía directa, cuando la registración queda sin efecto sin afectar la hipoteca en sí
misma. Esto puede ocurrir por voluntad de las partes o bien por el transcurso del
tiempo, si en 20 (veinte) años no ha sido renovada.
Cancelación voluntaria: La hipoteca y la toma de razón se cancelarán por
consentimiento de partes que tengan capacidad para enajenar sus bienes, o por
sentencia pasada en cosa juzgada (3199).
Cancelación por sentencia judicial: procede en los siguientes casos:
a. Cuando la inscripción no se ha fundado en un instrumento suficiente para
constituir la hipoteca (3200);
b. Cuando el crédito ha sido pagado (3200);
c. Cuando la hipoteca ha dejado de existir por cualquier causa legal (3200).
Cancelación de pleno derecho por el transcurso de 20 años (3197) “Los efectos de la
inscripción de la hipoteca se extinguen pasados veinte años desde que fue
registrada.”.
Antes de la reforma de la 17.711, el código disponía que “la hipoteca se extingue
pasados 10 años desde su registro en el oficio de hipotecas”. Había un error de
técnica al establecer que lo que se extinguía era la hipoteca, cuando en realidad
debía interpretarse que lo que caducaba era el registro. Además, el término era muy
breve: con frecuencia las hipotecas se arrastran durante varios años sin que se
renovara la inscripción, fuera por ignorancia de la ley, por descuido, por confianza en
el deudor, etc. Y así, el acreedor se encontraba sin garantía. El nuevo texto hace
mucho más improbable esta situación.
ANTICRESIS.
Antecedentes.
Tuvo origen en el derecho griego, luego pasó al derecho romano. Significa etimológicamente
“uso contrario”. El deudor aprovechaba el capital del acreedor y éste a su vez disponía del
inmueble del otro. En Roma se denominó “Pacto de anticresis” a la cláusula agregada al
contrato de prenda, permitiendo al acreedor que retenía la cosa usufructuar de ella. Podía
recaer sobre cosas muebles o inmuebles.
Concepto.
LA ANTICRESIS ES EL DERECHO REAL CONCEDIDO AL ACREEDOR POR EL DEUDOR,
O UN TERCERO POR ÉL, PONIÉNDOLE EN POSESIÓN DE UN INMUEBLE, Y
AUTORIZÁNDOLO A PERCIBIR LOS FRUTOS PARA IMPUTARLOS ANUALMENTE
SOBRE LOS INTERESES DEL CRÉDITO, SI SON DEBIDOS; Y EN CASO DE EXCEDER,
SOBRE EL CAPITAL, O SOBRE EL CAPITAL SOLAMENTE SI NO SE DEBEN INTERESES.
(3239) AHORA 2212, 2215
Elementos.
1. Existencia de un inmueble como asiento del derecho.
2. Entrega del inmueble al acreedor.
3. Que el acreedor perciba los frutos y que los impute en la forma establecida por la ley.
Caracteres.
a) Es un derecho real. Genera una relación directa entre la cosa y el sujeto. Confiere el
ius persequendi, aunque no el ius preferendi, por lo que está discutido su carácter de
derecho real (3255- Si el acreedor solicitare la venta del inmueble, no tiene el privilegio
de prenda sobre el precio de la venta.)
b) Accesorio del crédito principal.
c) Se constituye convencionalmente. (3240) El contrato de anticresis sólo queda perfecto
entre las partes, por la entrega real del inmueble, y no está sujeto a ninguna otra
formalidad.
d) Es especial. En cuanto al crédito y en cuanto a la cosa. Resulta de la misma definición.
e) Es indivisible. (3245) AHORA 2193 El acreedor está autorizado a retener el inmueble
que le ha sido entregado en anticresis, hasta el pago íntegro de su crédito principal y
accesorio. El derecho de retención del acreedor es indivisible, como el que resulta de
la prenda.
Condiciones de la constitución de anticresis.
1) Entrega del inmueble al acreedor: (3240) El contrato de anticresis sólo queda
perfecto entre las partes, por la entrega real del inmueble, y no está sujeto a ninguna
otra formalidad.
2) Que el constituyente sea propietario o usufructuario (3241) AHORA 2213 La
anticresis sólo puede ser constituida por el propietario… (3242) AHORA 2213, 2142 El
usufructuario puede dar en anticresis su derecho de usufructo.
3) Que el constituyente tenga capacidad para disponer (3241) AHORA 2213…que
tenga capacidad para disponer del inmueble, o por el que tenga derecho a los frutos.
Obligaciones.
1. Conservar y administrar el inmueble. (3258) AHORA 2216 El acreedor está obligado a
cuidar el inmueble y proveer a su conservación. Si por su culpa o negligencia el
inmueble sufriere algún detrimento, debe él repararlo, y si abusare de su facultades,
puede ser condenado a restituirlo aun antes de ser pagado del crédito.
2. Pagar los impuestos y cargas. (3259) AHORA 2217 El acreedor está también obligado
a pagar las contribuciones y las cargas anuales del inmueble, descontando de los
frutos el desembolso que hiciere, o repitiéndolo del deudor, como en el caso del
artículo anterior.
3. Conservar todos los derechos que tenía la finca. (3260) Es responsable el deudor si no
ha conservado todos los derechos que tenía la heredad, cuando la recibió en
anticresis.
4. Restituir el inmueble. (3261) Desde que el acreedor esté íntegramente pagado de su
crédito, debe restituir el inmueble al deudor.
5. Rendición de cuentas. (3246) AHORA 2215 El acreedor está autorizado a percibir los
frutos del inmueble, con el cargo de imputar su valor sobre lo que le es debido, y dar
cuenta al deudor. Las partes pueden, sin embargo, convenir en que los frutos se
compensen con los intereses, sea en su totalidad o hasta determinada concurrencia.
(3247) Si nada hay convenido entre las partes sobre la compensación de los frutos con
los intereses, el acreedor debe, sin embargo, compensarlos y dar cuenta de ellos al
deudor.
Pacto comisorio.
(3252) AHORA 2198 Es de ningún valor toda cláusula que autorice al acreedor a tomar la
propiedad del inmueble por el importe de la deuda, si ésta no se pagare a su vencimiento;
como también toda cláusula que lo hiciera propietario del inmueble por el precio que fijen
peritos elegidos por las partes o de oficio.
(3253) AHORA 2195 El deudor puede, sin embargo, vender al acreedor el inmueble dado en
anticresis, antes o después del vencimiento de la deuda.
Anticresis tácita.
(3261, 2ª parte) Si el deudor, después de haber constituido el inmueble en anticresis,
contrajere nueva deuda con el mismo acreedor, se observará en tal caso lo dispuesto
respecto de la cosa dada en prenda.
LEY 26.994
Anticresis
ARTICULO 2212.- Concepto. La anticresis es el derecho real de garantía que recae sobre
cosas registrables individualizadas, cuya posesión se entrega al acreedor o a un tercero
designado por las partes, a quien se autoriza a percibir los frutos para imputarlos a una
deuda.
ARTICULO 2213.- Legitimación. Pueden constituir anticresis los titulares de los derechos
reales de dominio, condominio, propiedad horizontal, superficie y usufructo.
ARTICULO 2214.- Plazo máximo. El tiempo de la anticresis no puede exceder de diez años
para cosas inmuebles y de cinco años para cosas muebles registrables. Si el constituyente es
el titular de un derecho real de duración menor, la anticresis, se acaba con su titularidad.
ARTICULO 2215.- Derechos del acreedor. El acreedor adquiere el derecho de usar la cosa
dada en anticresis y percibir sus frutos, los cuales se imputan primero a gastos e intereses y
luego al capital, de lo que se debe dar cuenta al deudor.
ARTICULO 2216.- Deberes del acreedor. El acreedor anticresista debe conservar la cosa.
Puede percibir los frutos y explotarla él mismo, o darla en arrendamiento; puede habitar el
inmueble o utilizar la cosa mueble imputando como fruto el alquiler que otro pagaría.
Excepto pacto en contrario, no puede modificar el destino ni realizar ningún cambio del que
resulta que el deudor, después de pagada la deuda, no puede explotar la cosa de la manera
que antes lo hacía.
El acreedor debe administrar conforme a lo previsto por las reglas del mandato y responde de
los daños que ocasiona al deudor.
ARTICULO 2217.- Gastos. El titular del objeto gravado debe al acreedor los gastos
necesarios para la conservación del objeto, aunque éste no subsista; pero el acreedor está
obligado a pagar las contribuciones y las cargas del inmueble.
El acreedor no puede reclamar los gastos útiles sino hasta la concurrencia del mayor valor del
objeto.
7. Prenda. concepto del CCyC del contrato real de prenda. Sistema de la ley 26.994.
definición legal. Prenda con Registro. Oponibilidad. Prenda de cosas. Prenda de
créditos. Extinción.
Prenda
SECCION 1ª
Disposiciones generales
ARTICULO 2219.- Concepto. La prenda es el derecho real de garantía sobre cosas muebles
no registrables o créditos instrumentados. Se constituye por el dueño o la totalidad de los
copropietarios, por contrato formalizado en instrumento público o privado y tradición al
acreedor prendario o a un tercero designado por las partes. Esta prenda se rige por las
disposiciones contenidas en el presente Capítulo.
ARTICULO 2220.- Prenda con registro. Asimismo, puede constituirse prenda con registro
para asegurar el pago de una suma de dinero, o el cumplimiento de cualquier clase de
obligaciones a las que los contrayentes le atribuyen, a los efectos de la garantía prendaria, un
valor consistente en una suma de dinero, sobre bienes que deben quedar en poder del
deudor o del tercero que los haya prendado en seguridad de una deuda ajena. Esta prenda se
rige por la legislación especial.
ARTICULO 2221.- Posesión. Los derechos provenientes de la prenda sólo subsisten mientras
el bien afectado se encuentra en poder del acreedor o del tercero designado. Se reputa que el
acreedor o el tercero continúan en posesión de la prenda cuando media pérdida o sustracción
de ella o hubiera sido entregada a otro con obligación de devolverla.
ARTICULO 2223.- Prendas sucesivas. Puede constituirse una nueva prenda sobre el bien
empeñado, a favor de otro acreedor, si el acreedor en cuyo poder se encuentra consiente en
poseerlo para ambos o si es entregada en custodia a un tercero en interés común. La
prioridad entre los acreedores queda establecida por la fecha de su constitución. No obstante,
las partes pueden, mediante declaración de su voluntad formulada con precisión y claridad,
sustraerse a los efectos de esta regla y establecer otro orden de prelación para sus derechos,
a fin de compartir la prioridad o autorizar que ésta sea compartida.
SECCION 2ª
Prenda de cosas
ARTICULO 2224.- Prenda de cosa ajena. Si el acreedor que recibe en prenda una cosa ajena
que cree del constituyente la restituye al dueño que la reclama, puede exigir al deudor la
entrega en prenda de otra de igual valor. Si el deudor no lo hace, el acreedor puede pedir el
cumplimiento de la obligación principal aunque tenga plazo pendiente; si el crédito está sujeto
a condición se aplica el artículo 2197.
ARTICULO 2225.- Frutos. Si el bien prendado genera frutos o intereses el acreedor debe
percibirlos e imputarlos al pago de la deuda, primero a gastos e intereses y luego al capital.
Es válido el pacto en contrario.
ARTICULO 2226.- Uso y abuso. El acreedor no puede usar la cosa prendada sin
consentimiento del deudor, a menos que el uso de la cosa sea necesario para su
conservación; en ningún caso puede abusar en la utilización de la cosa ni perjudicarla de otro
modo.
ARTICULO 2227.- Gastos. El deudor debe al acreedor los gastos originados por la
conservación de la cosa prendada, aunque ésta no subsista.
El acreedor no puede reclamar los gastos útiles sino hasta la concurrencia del mayor valor de
la cosa.
ARTICULO 2228.- Venta del bien empeñado. Si hay motivo para temer la destrucción de la
prenda o una notable pérdida de su valor, tanto el acreedor como el constituyente pueden
pedir la venta del bien. Asimismo, el constituyente puede recabar la devolución de la prenda
sustituyéndola por otra garantía real equivalente y, si se presenta ocasión favorable para su
venta, requerir la autorización judicial para proceder, previa audiencia del acreedor.
La cosa empeñada puede también venderse a petición de otros acreedores. En tal caso,
como en los anteriores, el privilegio del acreedor prendario se ejerce sobre el precio obtenido.
ARTICULO 2229.- Ejecución. El acreedor puede vender la cosa prendada en subasta pública,
debidamente anunciada con diez días de anticipación en el diario de publicaciones legales de
la jurisdicción que corresponde al lugar en que, según el contrato, la cosa deba encontrarse.
a) el acreedor se puede adjudicar la cosa por la estimación del valor que de ella se haga al
tiempo del vencimiento de la deuda, según lo establezca el experto que las partes designen o
bien por el que resulte del procedimiento de elección establecido; en su defecto, el experto
debe ser designado por el juez a simple petición del acreedor;
b) la venta se puede realizar por un procedimiento especial que ellas determinan, el que
puede consistir en la designación de una persona para efectuarla o la venta por el acreedor o
por un tercero a precios que surgen de un determinado ámbito de negociación o según
informes de los valores corrientes de mercados al tiempo de la enajenación que indican una o
más cámaras empresariales especializadas o publicaciones designadas en el contrato.
A falta de estipulación en contrario, estas alternativas son optativas para el acreedor, junto
con las indicadas en los párrafos primero y segundo de este artículo, según el caso.
El acreedor puede adquirir la cosa por la compra que haga en la subasta o en la venta privada
o por su adjudicación.
ARTICULO 2230.- Rendición de cuentas. Efectuada la venta, el acreedor debe rendir cuentas,
que pueden ser impugnadas judicialmente, pero ello no afecta la validez de la enajenación.
ARTICULO 2231.- Documentos con derecho incorporado. La prenda de títulos valores se rige,
en lo pertinente, por las reglas de la prenda de cosas.
SECCION 3ª
Prenda de créditos
ARTICULO 2232.- Créditos instrumentados. La prenda de créditos es la que se constituye
sobre cualquier crédito instrumentado que puede ser cedido.
ARTICULO 2235.- Opción o declaración del constituyente. Cuando la exigibilidad del crédito
pignorado depende de una opción o declaración del constituyente, el acreedor prendario
puede hacer la respectiva manifestación, por su sola cuenta si su propio crédito es exigible, y
de común acuerdo con aquél en caso contrario.
Son válidos los pactos en contrario que celebran el acreedor prendario y el constituyente de la
prenda.
ARTICULO 2237.- Extinción. Extinguida la prenda por cualquier causa sin haberse extinguido
el crédito dado en prenda, el acreedor debe restituir el instrumento probatorio del crédito
prendado y notificar la extinción de la prenda al deudor del crédito prendado.
BOLILLA 14
2. Legislación nacional. Sistema del código civil. Los registros creados por las
provincias, caracteres y crítica. El planteo de inconstitucionalidad. Solución práctica.
Folio real.
Tradicionalmente se distinguen dos tipos de registros: aquellos en los que la registración se
hace teniendo como base la persona del titular de los derechos, y aquellos en que se hace
sobre la base de la matriculación de cada inmueble.
En nuestro país, las registraciones eran personales. Con la ley 17.801, el sistema de folios
reales se extendió a todo el país.
Hay que distinguir claramente la inscripción de la matriculación: la primera se refiere al
registro de toda constitución, transmisión, declaración, modificación o extinción de derechos
reales o medidas precautorias. La matriculación, en cambio, importa asignar a cada inmueble
un folio determinado, en el que se individualizará con precisión el inmueble, fijándole una
característica de ordenamiento que luego servirá para designarlo. Una vez matriculado el
inmueble, se anotan en esa matrícula o folio real, todas las modificaciones en el estado del
dominio u otros derechos reales, así como los embargos y otras medidas cautelares.
Los inmuebles respecto de los cuales deban inscribirse o anotarse los documentos anteriores,
serán previamente matriculados en el registro correspondiente a su ubicación. Exceptúanse
los inmuebles del dominio público (art. 10).
La matriculación se efectuará destinando a cada inmueble un folio especial con una
característica de ordenamiento que servirá para designarlo (art. 11).
El asiento de matriculación llevará la firma del registrador responsable. Se redactará sobre la
base de breves notas que indicarán la ubicación y descripción del inmueble, sus medidas,
superficie y linderos y cuantas especificaciones resulten necesarias para su completa
individualización. Además, cuando existan, se tomará razón de su nomenclatura catastral, se
identificará el plano de mensura correspondiente y se hará mención de las constancias de
trascendencia real que resulten. Expresará el nombre del o de los titulares del dominio, con
los datos personales que se requieran para las escrituras públicas. Respecto de las
sociedades o personas jurídicas se consignará su nombre o razón social, clase de sociedad y
domicilio. Se hará mención de la proporción en la copropiedad o en el monto del gravamen, el
título de adquisición, su clase, lugar y fecha de otorgamiento y funcionario autorizante,
estableciéndose el encadenamiento del dominio que exista al momento de la matriculación.
Se expresará, además, el número y fecha de presentación del documento en el Registro (art.
12).
Ley 26.994
ARTICULO 1893.-Inoponibilidad. La adquisición o transmisión de derechos reales
constituidos de conformidad a las disposiciones de este Código no son oponibles a terceros
interesados y de buena fe mientras no tengan publicidad suficiente.
Análisis
Este artículo regula los efectos de la publicidad en general; por ello aparecen en su contenido
tanto la publicidad posesoria como la registral En definitiva, el derecho real no tendrá plena
oponibilidad sin la publicidad que corresponda según el derecho de que se trate.
Los efectos de la inscripción variarán, según que el registro sea con efectos declarativos o lo
sea con efectos constitutivos; pues si estamos en el primero, es obvio que el derecho ya
habría nacido entre las partes aún antes de su registración, mientras que si estamos en
presencia de un registro constitutivo, el derecho no existirá ni aún entre las partes si no ha
sido registrado.
La parte final de la norma constituye una aplicación del principio de buena fe, pero incluye no
sólo a las partes, escribano, testigos y a quiénes hubieren intervenido en la celebración del
acto, sino también, como exigía la doctrina, a cualquier sujeto que conocía o debía conocer la
existencia de lo publicitado. Ya no se habla de registración, puesto que uno de los avances es
que incluye en las mismas normas el fenómeno publicitario todo, tanto la posesión como la
registración.
Tracto sucesivo.
Consiste en un encadenamiento de las sucesivas transmisiones del dominio, de manera tal
que la nueva transmisión se apoye en la anterior.
Matriculado un inmueble, en los lugares correspondientes del folio se registrarán:
a) Las posteriores transmisiones de dominio;
b) Las hipotecas, otros derechos reales y demás limitaciones que se relacionen con el
dominio;
c) Las cancelaciones o extinciones que correspondan;
d) Las constancias de las certificaciones expedidas de acuerdo con lo dispuesto en los
artículos 22, 24 y concordantes.
Los asientos mencionados en los incisos precedentes se llevarán por estricto orden
cronológico que impida intercalaciones entre los de su misma especie y en la forma que
expresa el artículo 12, en cuanto fuere compatible, con la debida especificación de las
circunstancias particulares que resulten de los respectivos documentos, especialmente con
relación al derecho que se inscriba (art. 14).
No se registrará documento en el que aparezca como titular del derecho una persona distinta
de la que figure en la inscripción precedente. De los asientos existentes en cada folio deberá
resultar el perfecto encadenamiento del titular del dominio y de los demás derechos
registrados, así como la correlación entre las inscripciones y sus modificaciones,
cancelaciones o extinciones (art. 15).
Reserva de prioridad.
Es el principio de prevalencia de los documentos anteriores sobre los posteriores.
Inscripto o anotado un documento, no podrá registrarse otro de igual o anterior fecha que se
le oponga o sea incompatible, salvo que el presentado en segundo término se hubiere
instrumentado durante el plazo de vigencia de la certificación a que se refieren los artículos 22
y concordantes y se lo presente dentro del plazo establecido en el artículo 5º, (45 días desde
la fecha de su otorgamiento)- (art. 17).
El principio, entonces, es la prevalencia del documento inscripto con anterioridad; pero la ley
hace una excepción: que al presentarlo con posterioridad se hubiese documentado dentro del
plazo del bloqueo del registro establecido en los arts. 22 y concordantes, y además, se lo
presente dentro de los 45 días desde la fecha de su otorgamiento.
No obstante lo dispuesto en el artículo anterior y a los efectos a que hubiere lugar por
derecho, el Registro procederá de la siguiente forma:
a) Devolverá los documentos que resulten rechazados, dejando constancia de su
presentación, tanto en el Registro como en el documento mismo. La forma y tiempo de
duración de esta anotación serán los que rigen respecto de la inscripción provisional;
b) Si al solicitarse la inscripción o anotación existieren otras de carácter provisional, o
certificaciones vigentes, o esté corriendo respecto de éstas el plazo previsto en el
artículo 5º, aquélla se practicará con advertencia de la circunstancia que la condiciona;
c) Cuando la segunda inscripción o anotación obtenga prioridad respecto de la primera, el
Registro informará la variación producida. La advertencia o información indicada se
dirigirá a quien hubiera efectuado la petición o a quien tuviere interés legítimo en
conocer la situación registral mediante notificación fehaciente (art. 18).
La prioridad entre dos o más inscripciones o anotaciones relativas al mismo inmueble se
establecerá por la fecha y el número de presentación asignado a los documentos en el
ordenamiento a que se refiere el artículo 405. Con respecto a los documentos que provengan
de actos otorgados en forma simultánea, la prioridad deberá resultar de los mismos. No
obstante las partes podrán, mediante declaración de su voluntad formulada con precisión y
claridad, substraerse a los efectos del principio que antecede estableciendo otro orden de
prelación para sus derechos, compartiendo la prioridad o autorizando que ésta sea
compartida (art. 19).
5. La calificación registración. Noción. Responsabilidad el registrador.
Calificación registral.
La inscripción no convalida el título nulo ni subsana los defectos de que adoleciere según las
leyes (4).
El Registro examinará la legalidad de las formas extrínsecas de los documentos cuya
inscripción se solicite, ateniéndose a lo que resultare de ellos y de los sistemas respectivos
(art. 8).
Bolilla 15
Las acciones Posesorias y Reales.
Según Maynz: “son aquellas que tienen por fundamento la posesión y por fin protegerla”.
Esta protección de la posesión existe en las dos situaciones que pueden presentarse:
a) pérdida de la posesión; la protección posesoria tiene en este caso por objeto la restitución
de ella;
Derecho romano:
Los interdictos eran órdenes especiales que el magistrado dictaba en ciertos asuntos, en los
cuales ordenaba, sea la restitución de una cosa, sea un prohibición de hacer algo. Si las
partes acataban la solución del magistrado, la cuestión quedaba concluida; si por el contrario
la resistían, el asunto pasaba, como en los casos comunes, a un juez especial o al tribunal de
los recuperadores, a los efectos de la sentencia correspondiente.
Los interdictos podían ser de tres clases, según el contenido de la orden que en ellos se
impartía: restitutorios, cuando la orden era una restitución; exhibitorios, cuando se ordenaba
exhibir alguna cosa; prohibitorios, cuando se prohibía hacer algo.
Algunos autores creen que estos interdictos eran medidas de seguridad, a falta de leyes
concretas sobre la cuestión; otros consideran que eran medidas de carácter policial,
destinadas a mantener el orden y la tranquilidad pública.
Entre los interdictos, teníamos los posesorios, que eran de dos clases:
1. Recuperatorios: Tenían por objeto hacer recuperar una posesión perdida y eran los
siguientes:
- Precario: se acordaba a la persona que había concedido una cosa en precario y quería
recuperar su posesión;
2. Conservatorios: tenían por objeto permitir a la persona que poseía una cosa, conservar o
retener la posesión de ella, impidiendo de parte del adversario todo acto de violencia a su
respecto. Ellos eran:
b) Summariisimum possesorium: era una instrucción sumaria practicada por el juez para
indagar si una de las partes entre quienes se discutía la posesión de una cosa se encontraba
o no manifiestamente en posesión de ella; el juez en tal caso disponía que esa parte la
conservara mientras durase toda la tramitación del juicio. Aparece como una medida policial,
destinada a mantener el orden y evitar las vías de hecho entre las partes que discutían la
posesión de la cosa.
Legislación argentina.
Al lado de las acciones posesorias, encontramos también en los códigos de procedimiento los
interdictos: consisten en juicios de carácter breve y sumario, en los cuales se discute
exclusivamente la posesión. Ellos pueden tener uno de los siguientes objetos: 1. Adquirir la
posesión (interdicto de adquirir); 2. Retenerla, en caso de ser inquietado o turbado en ella (de
retener); 3. Recobrarla, en caso de haberla perdido (de recobrar); 4. Impedir la prosecución
de trabajos que puedan turbar la posesión (de obra nueva).
Se discute cuál es la relación que existe entre las acciones posesorias y los interdictos.
Algunos autores, como Salvat, sostenían que los interdictos constituían la reglamentación
procesal de las acciones posesorias legisladas en el Código; sin embargo, la jurisprudencia
terminó por sentar que las acciones e interdictos posesorios eran remedios distintos e
independientes entre sí. Las primeras exigen la anualidad y la ausencia de vicios, y las
segundas protegen la posesión actual, aun viciosa.
De este modo, las acciones posesorias fueron cayendo en desuso, en vista de que era más
cómodo y práctico el interdicto, que no obligaba a pagar esos extremos y con el cual se
obtenía el mismo resultado.
Legislación Argentina:
Vélez Sárfield, en nota al art. 2470, resume la teoría de Savigny. Sin embargo, encontramos
disposiciones que más parecen responder al sistema de Ihering, inspirada en que la idea de
la posesión constituye una exteriorización o manifestación de la propiedad.
El artículo 2468 del Código Civil: Un título válido no da sino un derecho a la posesión de la
cosa, y no la posesión misma. El que no tiene sino un derecho a la posesión no puede, en
caso de oposición, tomar la posesión de la cosa: debe demandarla por las vías legales
(acciones personales derivadas del acto jurídico, y el interdicto de adquirir).
Toda persona que tenga un título que le dé derecho a la posesión de una cosa, pero que
carece de ésta, puede, para obtenerla, recurrir en primer lugar a las acciones personales que
nacen del acto jurídico que le confiere el derecho a la posesión. Por ejemplo, en el caso del
contrato de compraventa, el comprador tiene acción para exigir del vendedor la entrega de la
cosa comprada. Para el caso de que no pudiera ejercerse, puede recurrirse al interdicto de
adquirir.
Interdicto de adquirir.
1) que quien lo intente presente título suficiente para adquirir la posesión o la tenencia con
arreglo a derecho;
2) que nadie tenga título de dueño o usufructuario de la cosa que constituye el objeto del
interdicto;
Art. 608: Promovido el interdicto, el juez examinará el título y requerirá informe sobre las
condiciones de dominio. Si lo hallare suficiente, otorgara la posesión o la tenencia, sin
perjuicio de mejor derecho, y dispondrá la inscripción del título, si correspondiere.
Si otra persona también tuviere el título o poseyere el bien, la cuestión deberá sustanciarse en
juicio ordinario o sumario, según lo determine el juez atendiendo a la naturaleza y complejidad
del asunto.
Cuando alguien ejerciera la tenencia de la cosa, la demanda contra el se sustanciara por el
trámite del juicio sumarísimo.
Si el título que presenta el actor para adquirir la posesión o la tenencia deriva del que invoca
el oponente para resistirla, el juez dispondrá que la controversia tramite por juicio sumario o
sumarísimo, atendiendo a las circunstancias del caso.
El artículo 2469 Código Civil: “La posesión, cualquiera sea su naturaleza, y la tenencia, no
pueden ser turbadas arbitrariamente. Si ello ocurriere, el afectado tendrá acción judicial para
ser mantenido en ellas, la que tramitará sumariamente en la forma que determinen las leyes
procesales”.
3) Reglas comunes. Objeto. El artículo 2238 del Código Civil y Comercial. A quienes
compete su ejercicio. Cosas que dan lugar a ellas. Condiciones que debe reunir
la posesión. La prueba. El juicio posesorio y el juicio petitorio. Separación. Valor
de la sentencia en el posesorio.
Objeto: articulo 2487 del Código Civil: “Es obtener la restitución o manutención de la cosa”.
ARTICULO 2238.-Finalidad de las acciones posesorias y lesiones que las habilitan. “Las
acciones posesorias según haya turbación o desapoderamiento, tienen por finalidad mantener
o recuperar el objeto sobre el que se tiene una relación de poder. Se otorgan ante actos
materiales, producidos o de inminente producción, ejecutados con intención de tomar la
posesión, contra la voluntad del poseedor o tenedor.
Hay turbación cuando de los actos no resulta una exclusión absoluta del poseedor o del
tenedor. Hay desapoderamiento cuando los actos tienen el efecto de excluir absolutamente al
poseedor o al tenedor.
Los actos ejecutados sin intención de hacerse poseedor no deben ser juzgados como acción
posesoria sino como acción de daños”.
El artículo 2490 Código Civil: “Corresponde la acción de despojo a todo poseedor o tenedor,
aun vicioso, sin obligación de producir título alguno contra el despojante, sucesores y
cómplices, aunque fuere dueño del bien”.
Según Borda, los requisitos de anualidad y falta de vicios han quedado tácitamente
derogados después de la reforma de la ley 17.711 (recordemos el art. 2469). También habría
quedado tácitamente derogada la disposición del art. 2480 (La posesión para dar derecho a
las acciones posesorias no debe ser precaria, sino a título de propietario).
- Los copropietarios, sin necesidad del concurso de los otros copropietarios (2489);
- El usufructuario (2876);
- El prendario (3205);
Según el citado artículo 2490 Código Civil, se dan contra el despojante, sucesores y
cómplices, aunque fuere dueño del bien. En relación a los sucesores, el artículo siguiente
dispone que el desposeído tendrá acción para exigir el reintegro contra el autor de la
desposesión y sus sucesores universales y contra los sucesores particulares de mala fe.
Aun los subadquirentes de buena fe pueden ser alcanzados por la acción posesoria si se trata
de sucesores universales, o si siendo sucesores particulares se trata de muebles robados o
perdidos (2488. Las cosas muebles pueden ser objeto de acciones posesorias, salvo contra el
sucesor particular poseedor de buena fe de cosas que no sean robadas o perdidas.)
Tanto los muebles como los inmuebles dan lugar a las acciones posesorias. Pero este
principio no es absoluto:
- Las cosas muebles pueden ser objeto de acciones posesorias, salvo contra el sucesor
particular poseedor de buena fe de cosas que no sean robadas o perdidas.
1. Anualidad: artículo 2473 Código Civil: “El poseedor de la cosa no puede entablar acciones
posesorias, si su posesión no tuviere a lo menos, el tiempo de un año sin los vicios de ser
precaria, violenta o clandestina. La buena fe no es requerida para las acciones posesorias.
2. Que la posesión anual sea continua y no interrumpida: articulo 2481 Código Civil: “La
posesión anual para dar derecho a las acciones posesorias, debe ser continua y no
interrumpida.
3. Que no sea viciosa: artículo 2473 Código Civil: “El poseedor de la cosa no puede entablar
acciones posesorias, si su posesión no tuviere a lo menos, el tiempo de un año sin los vicios
de ser precaria, violenta o clandestina”.
Artículo 2478 Código Civil: “Para que la posesión dé acciones posesorias, debe haber sido
adquirida sin violencia; y aunque no haya sido violenta en su principio, no haber sido turbada
durante el año en que se adquirió por violencias reiteradas”.
Artículo 2479 Código Civil: “Para que la posesión dé lugar a las acciones posesorias debe ser
pública”.
Artículo 2480 Código Civil: “La posesión para dar derecho a las acciones posesorias no debe
ser precaria, sino a título de propietario.
Prueba:
El que entabla la acción posesoria está obligado a probar los diversos hechos en que se
apoya, es decir, la existencia o la tenencia que invoca y los actos turbatorios de los cuales se
queja, sean ellos de simple turbación o de despojo. El actor no sólo debe justificar la
existencia de la posesión, sino también que ella reúne todas las condiciones exigidas por la
ley para cada clase de acción.
Artículo 2471 Código Civil: “Siendo dudoso el último estado de la posesión entre el que se
dice poseedor y el que pretende despojarlo o turbarlo en la posesión, se juzga que la tiene el
que probare una posesión más antigua. Si no constase cual fuera más antigua, juzgase que
poseía el que tuviese derecho de poseer, o mejor derecho de poseer”.
Artículo 2472 Código Civil: “Fuera del caso anterior, la posesión nada tiene de común con el
derecho de poseer, y será inútil la prueba en las acciones posesorias del derecho de poseer
por parte del demandante o demandado”.
Artículo 2482 Código Civil: “El que tuviere derecho de poseer y fuere turbado o despojado en
su posesión, puede intentar la acción real que le competa, o servirse de las acciones
posesorias, pero no podrá acumular el petitorio y el posesorio. Si intentase acción real,
perderá el derecho a intentar las acciones posesorias; pero si usase de las acciones
posesorias podrá usar después de la acción real.
Artículo 2484 Código Civil: “Establecido el juicio posesorio, el petitorio no puede tener lugar,
antes que la instancia posesoria haya terminado.
Artículo 2485 Código Civil: “El demandante en el juicio petitorio no puede usar de acciones
posesorias por turbaciones en la posesión, anteriores a la introducción de la demanda; pero el
demandado puede usar de acciones por perturbaciones en la posesión anteriores a la
demanda”.
Artículo 2486 Código Civil: “El demandado vencido en el posesorio, no puede comenzar el
juicio petitorio, sino después de haber satisfecho plenamente las condenaciones
pronunciadas contra él”.
El fallo dictado en el posesorio no hace cosa juzgada sobre el petitorio; pero las conclusiones
del primero en cuanto a hechos y situaciones jurídicas propios de él, como la referente a la
posesión invocada por ambas partes, deben considerarse válidas y eficaces en el petitorio,
especialmente si sus constancias fueron incorporadas como prueba a éste.
• Art. 2487 Código Civil: La reforma elimina la frase que establecía que “las acciones
posesorias solamente corresponden a los poseedores de inmuebles”.
• Art. 2488 Código Civil: Antes de la reforma establecía que las cosas muebles no podían ser
objeto de la acción de despojo, sino cuando el poseedor fuese despojado de ellas junto con el
inmueble. Actualmente, las cosas muebles pueden ser objeto de las acciones posesorias,
salvo contra el sucesor particular de cosas muebles que no sean robadas ni perdidas.
• Art. 2490 Código Civil: Agrega que la acción de despojo también compete al tenedor,
excepto al llamado sirviente de la posesión (tenedor en interés ajeno, o en razón de una
relación de dependencia, hospedaje u hospitalidad).
• Art. 2491 Código Civil: Establece el derecho de exigir reintegro para exigir el reintegro contra
el autor de la desposesión y sus sucesores universales y contra los sucesores particulares de
mala fe.
• Agregado al art. 2499 Código Civil: “...Quien tema que de un edificio o de otra cosa derive un
daño a sus bienes, puede denunciar ese hecho al juez a fin de que se adopten las oportunas
medidas cautelares.
A. Acción de manutención:
• Artículo 2487 Código Civil: Las acciones posesorias tienen por objeto obtener la restitución o
manutención de la cosa.
• Artículo 2496 Código Civil: Sólo habrá turbación en la posesión, cuando contra la voluntad
del poseedor del inmueble, alguien ejerciere, con intención de poseer, actos de posesión de
los que no resultase una exclusión absoluta del poseedor.
2. Acción policial de manutención, introducida con la reforma de la ley 17.711 que surge
del art. 2469: La posesión, cualquiera sea su naturaleza, y la tenencia, no pueden ser
turbadas arbitrariamente. Si ello ocurriere, el afectado tendrá acción judicial para ser
mantenido en ellas, la que tramitará sumariamente en la forma que determinen las
leyes procesales. Esta acción se concede a todos los poseedores, aun viciosos, y al
tenedor, sin otra exigencia que el acto de turbación.
La sentencia que hace lugar a la demanda debe ordenar el cese de la turbación y adoptar las
medidas pertinentes para impedir que vuelva a producirse; tiene efecto de cosa juzgada
material en todo cuanto se refiere a la posesión o a la tenencia”.
A. Acción de recobrar.
Artículo 2487 Código Civil: Las acciones posesorias tienen por objeto obtener la restitución o
manutención de la cosa.
Existen cuatro teorías que tratan de establecer cuantas acciones para recuperar la posesión
existen en el Código:
2. Se le otorga exclusivamente a los poseedores, pero sin exigir los requisitos del art. 2473.
(El poseedor de la cosa no puede entablar acciones posesorias, si su posesión no tuviere a lo
menos, el tiempo de un año sin los vicios de ser precaria, violenta o clandestina. La buena fe
no es requerida para las acciones posesorias.).
3. Hay dos acciones para recuperar la posesión: una, la mencionada por el art. 2487 (acción
de recuperar) y otra, la que reglamenta en los art. 2490 a 2494 (acción de despojo).
4. Sólo existe la acción de despojo. El art. 2487 sólo determina el objeto de las acciones
posesorias.
Naturaleza.
Esta acción comprende el desapoderamiento producido por la realización de una obra que se
comienza a hacer en el objeto sobre el cual el actor ejerce la posesión o la tenencia.
A quienes corresponde:
Artículo 2491 Código Civil: El desposeído tendrá acción para exigir el reintegro contra el autor
de la desposesión y sus sucesores universales y contra los sucesores particulares de mala fe.
Artículo 2492 Código Civil: No compete la acción de despojo al poseedor de inmuebles que
perdiera la posesión de ellos, por otros medios que no sean despojo; aunque la perdiere por
violencia cometida en el contrato o en la tradición.
Condiciones de procedencia:
Artículo 2493 Código Civil: La acción de despojo dura sólo un año desde el día del despojo
hecho al poseedor, o desde el día que pudo saber el despojo hecho al que poseía por él.
Artículo 2494 Código Civil: El demandante debe probar su posesión, el despojo y el tiempo en
que el demandado lo cometió. Juzgada la acción, el demandado debe ser condenado a
restituir el inmueble con todos sus accesorios, con indemnización al poseedor de todas las
pérdidas e intereses y de los gastos causados en el juicio, hasta la total ejecución de las
sentencias.
Esta acción corresponde también al tenedor, ya que al referirse al poseedor aun no vicioso,
se incluye a éste, que sería un poseedor con el “vicio” de precariedad.
Se da sólo contra el despojante, sus herederos y terceros de mala fe que recibieron la cosa
directamente del despojante (no tiene efectos repersecutorios).
Agregado al art. 2499 por la ley 17.711: Quien tema que de un edificio o de otra cosa derive
un daño a sus bienes, puede denunciar ese hecho al juez a fin de que se adopten las
oportunas medidas cautelares.
Artículo 623 bis: Quien tema que de un edificio o de otra cosa derive un daño grave e
inminente a sus bienes, puede solicitar al juez las medidas de seguridad adecuadas, si no
mediare anterior intervención de autoridad administrativa por el mismo motivo.
Las resoluciones que se dicten serán inapelables. En su caso, podrán imponerse sanciones
conminatorias.
Obra nueva es toda la que se comenzara a hacer en las condiciones que tipifica la ley, y da
origen a esta defensa, que tiene por finalidad que la obra se suspenda durante el juicio, y
concluido éste, se mande deshacer lo hecho.
Artículo 2498 Código Civil: Si la turbación en la posesión consistiese en obra nueva, que se
comenzara a hacer en terrenos e inmuebles del poseedor, o en destrucción de las obras
existentes, la acción posesoria será juzgada como acción de despojo.
Artículo 2499 Código Civil: Habrá turbación de la posesión, cuando por una obra nueva que
se comenzara a hacer en in-muebles que no fuesen del poseedor, sean de la clase que
fueren, la posesión de éste sufriere un menoscabo que cediese en beneficio del que ejecuta
la obra nueva.
Artículo 2500 Código Civil: La acción posesoria en tal caso tiene el objeto de que la obra se
suspenda durante el juicio, y que a su terminación se mande deshacer lo hecho.
a. La obra nueva puede haberse comenzado a hacer en terrenos del poseedor. En tal
caso, la acción será juzgada como de despojo. Para algunos autores, sólo los poseedores
anuales no viciosos podrían hacer uso de esta defensa, además la ley habla de “poseedor”.
Para otros, en cambio, le son aplicables las reglas de la acción de despojo en cuanto a la
legitimación activa, o sea que correspondería la acción también al tenedor.
b. La obra nueva puede haberse comenzado a hacer en terrenos que no son del
poseedor. En tal caso, el art. 2499 considera que existirá turbación de la posesión cuando ella
sufriere un menoscabo que cediese en beneficio del que ejecuta la obra nueva.
BOLILLA 16
1) Las acciones reales. Concepto. Definición legal. El art. 2247 del Código Civil y
Comercial de la Nación.
“Acciones reales son los medios de hacer declarar en juicio la existencia, plenitud y libertad
de los derechos reales, con el efecto accesorio, cuando hubiere lugar, de indemnización del
daño causado”.
Acciones reales. Las acciones reales son los medios de defender en juicio la existencia,
plenitud y libertad de los derechos reales contra ataques que impiden su ejercicio.
a) Gozan del ius persequendi, o sea de la facultad de hacer valer el derecho contra cualquiera
que se halle en posesión de la cosa;
b) Tienden al mantenimiento del derecho, y se ejercen tantas veces como sea necesario para
defenderlo;
c) Deben instaurarse ante el juez del lugar en donde está situada la cosa.
Clasificación:
Las acciones reales que nacen del derecho de propiedad, son: la acción de reivindicación, la
acción confesaría, y la acción negatoria.
• La acción reivindicatoria se brinda en defensa de todos los derechos reales que se ejercen
por la posesión. Para su procedencia es necesario que haya mediado desposesión.
Acción subsidiaria.
Articulo 2779 Código Civil: En los casos en que según los artículos anteriores,
corresponde la acción de reivindicación contra el nuevo poseedor, queda al arbitrio del
reivindicante intentarla directamente, o intentar una acción subsidiaria contra el enajenante o
sus herederos, por indemnización del daño causado por la enajenación; y si obtiene de éstos
completa indemnización del daño, cesa el derecho de reivindicar la cosa.
En otras palabras: el titular del dominio tiene la acción reivindicatoria contra el actual
poseedor o bien una acción de daños y perjuicios contra el enajenante y sus herederos; y si
obtiene de éstos completa indemnización del daño, cesa su derecho de reivindicar.
Concepto:
Artículo 2758 del Código Civil: La acción de reivindicación es una acción que nace del
dominio que cada uno tiene de cosas particulares, por la cual el propietario que ha perdido la
posesión, la reclama y la reivindica, contra aquel que se encuentra en posesión de ella.
Se dice que la acción de reivindicación nace del dominio, cuando en verdad surge de
cualquiera de los derechos reales que confieren la posesión de la cosa. Tampoco es exacto
que sólo proceda cuando el propietario ha perdido la posesión, pues también la tiene en
algunos casos en que nunca adquirió dicha posesión.
Borda la define como la acción que puede ejercer quien tiene derecho a poseer una cosa para
reclamarla de quien efectivamente la posee.
La acción reivindicatoria se vincula con el título, con el derecho a poseer, con independencia
de la posesión misma.
- artículo 2759 Código Civil: Las cosas particulares de que se tiene dominio, sean muebles o
raíces, pueden ser objeto de la acción de reivindicación; y lo mismo las cosas que por su
carácter representativo se consideran como muebles o inmuebles.
- artículo 2760 Código Civil: Son reivindicables los títulos de créditos que no fuesen al
portador, aunque se tengan cedi-dos o endosados si fuesen sin transferencia de dominio,
mientras existan en poder del poseedor imperfecto, o simple detentador.
- artículo 2761 Código Civil: Son también reivindicables las partes ideales de los muebles o
inmuebles, por cada uno de los condóminos contra cada uno de los coposeedores.
- artículo 2762 Código Civil: No son reivindicables los bienes que no sean cosas, ni las cosas
futuras, ni las cosas accesorias, aunque lleguen a separarse de las principales, a no ser éstas
reivindicadas, ni las cosas muebles cuya identidad no puede ser reconocida, como el dinero,
títulos al portador, o cosas fungibles
- artículo 2763 Código Civil: Si la cosa ha perecido en parte, o si sólo quedan accesorios de
ella, se puede reivindicar la parte que subsista o los accesorios; determinando de un modo
cierto lo que se quiere reivindicar.
- artículo 2764 Código Civil: Una universalidad de bienes, tales como una sucesión
cuestionada, no puede ser objeto de la acción de reivindicación; pero puede serlo una
universalidad de cosas.
1) El propietario: artículo 2758 Código Civil: La acción de reivindicación es una acción que
nace del dominio que cada uno tiene de cosas particulares, por la cual el propietario que ha
perdido la posesión, la reclama y la reivindica, contra aquel que se encuentra en posesión de
ella.
A pesar de que este artículo habla del dominio, se suele extender la posesión a todos los
derechos reales que se ejercen mediante la posesión: usufructo, uso y habitación, prenda y
anticresis. En cambio, no protege a los titulares de hipotecas y servidumbres activas.
2) El copropietario: Reivindicación entre condóminos: artículo 2761 Código Civil: Son también
reivindicables las partes ideales de los muebles o inmuebles, por cada uno de los condóminos
contra cada uno de los coposeedores. Este artículo prevé el supuesto de que uno de los
condóminos le niegue a otro su derecho a la cosa y lo prive de su posesión, uso y goce.
3) El cesionario: Articulo 1444 Código Civil: Todo objeto incorporal, todo derecho y toda
acción sobre una cosa que se encuentre en el comercio, pueden ser cedidos, a menos que la
causa no sea contraria a alguna prohibición expresa o implícita de la ley, o al título mismo del
crédito.
4) El heredero.
5) El legatario.
- Articulo 2772 Código Civil: La acción de reivindicación puede ser ejercida, contra el
poseedor de la cosa, por todos los que tengan sobre ésta un derecho real perfecto o
imperfecto.
- Artículo 2782 Código Civil: La reivindicación puede dirigirse también contra el que posee a
nombre de otro (tenedor). Este no está obligado a responder a la acción, si declara el nombre
y la residencia de la persona a cuyo nombre la tiene. Desde que así lo haga, la acción debe
dirigirse contra el verdadero poseedor de la cosa.
Además, los títulos de crédito que no fuesen al portador aunque hayan sido endosados sin
transferencia del dominio, mientras permanezcan en poder del simple tenedor. La ley se
refiere claramente a los títulos nominativos o a la orden. El endoso de un título de crédito sin
transferencia de dominio ocurre con frecuencia cuando se entregan al cobro o prenda.
“Una universalidad de bienes no puede ser objeto de la acción de reivindicación, pero puede
serlo una universalidad de cosas”.
a) Una primera teoría sostiene que el comprador no tiene acción reivindicatoria, porque ésta
nace del dominio y no habiendo recibido la tradición de la cosa, nunca ha ostentado dicho
dominio.
b) Una segunda tesis cree que el comprador que no ha recibido la posesión tiene acción
reivindicatoria contra los terceros. Se admite unánimemente la posibilidad de ceder la acción
reivindicatoria, o sea que quien enajena una cosa que no entrega el adquirente, simultánea y
necesariamente le transmite también el poder jurídico de reclamarla contra cualquiera. Esta
es la opinión mayoritaria en la doctrina.
Artículo 2759 Código Civil: Las cosas particulares de que se tiene dominio, sean muebles o
raíces, pueden ser objeto de la acción de reivindicación; y lo mismo las cosas que por su
carácter representativo se consideran como muebles o inmuebles.
Límites.
Antes de enumerar las disposiciones de esta sección del código, hay que recordar los
siguientes artículos:
Artículo 3270 Código Civil: Nadie puede transmitir a otro sobre un objeto, un derecho mejor o
más extenso que el que gozaba; y recíprocamente, nadie puede adquirir sobre un objeto un
derecho mejor y más extenso que el que tenía aquel de quien lo adquiere.
Artículo 3271 Código Civil: La disposición del artículo anterior no se aplica al poseedor de
cosas muebles.
Artículo 1051 Código Civil: Todos los derechos reales o personales transmitidos a terceros
sobre un inmueble por una persona que ha llegado a ser propietario en virtud del acto
anulado, quedan sin ningún valor y pueden ser reclamados directamente del poseedor actual;
salvo los derechos de los terceros adquirentes de buena fe a título oneroso, sea el acto nulo o
anulable.
-Reivindicación contra el despojante. Artículo 2776 Código Civil: Si la cosa fuere inmueble
compete la acción contra el actual poseedor que lo hubo por despojo contra el reivindicante.
-Reivindicación contra el adquirente que posee un título nulo o anulable. Artículo 2778 Código
Civil: Sea la cosa mueble o inmueble, la reivindicación compete contra el actual poseedor,
aunque fuere de buena fe que la hubiese tenido del reivindicante, por un acto nulo o anulado.
a) A título gratuito: 2778 Código Civil: Sea la cosa mueble o inmueble, la reivindicación
compete… contra el actual poseedor, aunque de buena fe, que la hubiese de un enajenante
de buena fe, si la hubo por título gratuito y el enajenante estaba obligado a restituirla al
reivindicante.
b) A título oneroso: La segunda parte del art. 2778 niega implícitamente la acción
reivindicatoria contra el actual poseedor de buena fe que la hubiese de un enajenante de
buena fe a título oneroso; tampoco es procedente la acción reivindicatoria contra el actual
poseedor de cosa adquirida por título oneroso y de buena fe del heredero aparente (3430); o
del que la adquirió por fraude (968) o por permuta (2130). Más aún, los poseedores de buena
fe están libres de los efectos de la reivindicación aunque hubieran adquirido la cosa a título
gratuito del heredero que fue declarado indigno (3309); o del que adquirió la cosa por un acto
simulado (996) o en el caso de revocación de la donación por ingratitud del donatario (1865).
A partir de la reforma de la ley 17.711 al art. 1051, quedan protegidos de la reivindicación los
terceros adquirentes de buena fe a título oneroso, sea el acto nulo o anulable. Este nuevo
texto legal colisiona con el art. 2777, según el cual “compete (la acción de reivindicación)
también contra el actual poseedor de buena fe que por título oneroso la hubiere obtenido de
un enajenante de mala fe, o de un sucesor obligado a restituirla al reivindicante, como el
comodatario”. Como consecuencia, este artículo ha quedado tácitamente derogado por ley
posterior.
El artículo 2780 del Código Civil: Sea o no posible la reivindicación contra el nuevo
poseedor, si éste hubo la cosa del enajenante responsable de ella, y no hubiese aún pagado
el precio, o lo hubiese sólo pagado en parte, el reivindicante tendrá acción contra el nuevo
poseedor para que le pague el precio, o lo que quede a deber.
1) Reivindicación con título posterior a la posesión del demandado: artículo 2789 Código Civil:
Si el título del reivindican-te que probase su derecho a poseer la cosa, fuese posterior a la
posesión que tiene el demandado, aunque éste no presente título alguno, no es suficiente
para fundar la demanda.
2) Reivindicación con título anterior a la posesión del demandado: artículo 2790 Código Civil:
“Si presentare títulos de pro-piedad anterior a la posesión y el demandado no presentare título
alguno, se presume que el autor del título era el poseedor y propietario de la heredad que se
reivindica.
b) si los derechos del actor y el demandado emanan de diferentes antecesores, el título del
reivindicante posterior a la posesión del demandado, es insuficiente para que prospere la
demanda, aunque el demandado no presente título alguno;
c) si los derechos del actor y el demandado emanan de diferentes antecesores y el título del
reivindicante es anterior a la posesión del demandado, se presume que este transmitente era
poseedor y propietario de la heredad que se reivindica;
d) si los derechos del actor y el demandado emanan de diferentes antecesores, sin que se
pueda establecer cuál de ellos es el verdadero propietario, se presume que lo es el que tiene
la posesión.”
Efectos de la acción:
Medidas de conservación:
Artículo 2788 Código Civil: El que ejerce la acción de reivindicación puede, durante el juicio,
impedir que el poseedor haga deterioros en la cosa que se reivindica.
Artículo 2778 Código Civil: Sea la cosa mueble o inmueble, la reivindicación compete contra
el actual poseedor, aunque fuere de buena fe que la hubiese tenido del reivindicante, por un
acto nulo o anulado; y contra el actual poseedor, aunque de buena fe, que la hubiese de un
enajenante de buena fe, si la hubo por título gratuito y el enajenante estaba obligado a
restituirla al reivindicante, como el sucesor del comodatario que hubiese creído que la cosa
era propia de su autor.
2. La acción reivindicatoria.
Artículo 2775 Código Civil: La reivindicación de cosas muebles compete contra el actual
poseedor que las hubo por delito contra el reivindicarte.
Artículo 2765 Código Civil: El que ha perdido, o a quien se ha robado una cosa mueble,
puede reivindicarla, aunque se halle en un tercer poseedor de buena fe.
Artículo 2766 Código Civil: La calidad de cosa robada sólo es aplicable a la sustracción
fraudulenta de la cosa ajena, y no a un abuso de confianza, violación de un depósito, ni a
ningún acto de engaño o estafa que hubiese hecho salir la cosa del poder del propietario.
Artículo 2768 Código Civil: La persona que reivindica una cosa mueble robada o perdida, de
un tercer poseedor de buena fe, no está obligada a reembolsarle el precio que por ella
hubiese pagado, con excepción del caso en que la cosa se hubiese vendido con otras iguales,
en una venta pública o en casa de venta de objetos semejantes.
Artículo 2769 Código Civil: El que hubiese adquirido una cosa robada o perdida, fuera del
caso de excepción del artículo anterior, no puede, por vender la cosa en una venta pública, o
en casas donde se venden cosas semejantes, mejorar su posición, ni empeorar la del
propietario autorizado a reivindicarla.
Efectos de la reivindicación.
Artículo 2793 Código Civil: Cuando la cosa reivindicada está en manos del demandado
contra quien la sentencia se hubiese pronunciado, debe éste volverla en el lugar en que ella
se encuentre; pero si después de la demanda la hubiese transportado a otro lugar más lejano,
debe ponerla en el lugar en que estaba.
Artículo 2786 Código Civil: Si la cosa sobre que versa la reivindicación fuere mueble, y
hubiese motivos para temer que se pierda o deteriore en manos del poseedor, el reivindicarte
puede pedir el secuestro de ella, o que el poseedor le dé suficiente seguridad de restituir la
cosa en caso de ser condenado.
(Código de Comercio).-
Art. 746. Los tenedores de títulos al portador están obligados a observar todas las
precauciones necesarias para su conservación, y sufrirán las consecuencias de su pérdida,
robo, estafa, abuso de confianza y destrucción parcial o total, si fuese comprobada la
inobservancia de esta disposición.
Art. 747. Todo propietario de títulos, que haya sido desposeído por robo, abuso de confianza,
estafa, pérdida o inutilización, tendrá los derechos y obligaciones declarados en los artículos
siguientes.
Art. 748. Si el valor de los títulos es menor de $1000 moneda nacional, o se tratara de
cupones cuyo importe no exceda de la misma suma, el propietario desposeído en cualquier
forma, se presentará por escrito a la oficina pública correspondiente o de la empresa emisora,
denunciando el hecho y dando todos los detalles necesarios para reconocer los títulos. Se
comunicará también el hecho a todas las bolsas y mercados de la República que lo harán
publicar por un mes en su local y revistas.
Art. 750. Inmediatamente, el emisor procederá a verificar la propiedad de los títulos o cupones
alegada por el denunciante, y si resultare comprobada, se publicará un aviso en dos diarios
locales, declarando provisoriamente nulos dichos títulos; y se dará al interesado un certificado
provisorio, que después de dos (2) años será canjeado por un título definitivo, cuyo certificado
producirá los mismos efectos legales y comerciales que el título originario si durante dicho
término no se hubiere presentado un tercero opositor. Si el capital de los títulos fuese ya
exigible será depositado hasta la expiración del término fijado o hasta la resolución judicial en
su caso.
Art. 751. En el caso de oposición de tercero, se aplicarán las reglas dadas en seguida para
asuntos de mayor cuantía.
Art. 752. Si los títulos o cupones tuvieran mayor valor que el fijado en el artículo 748, el
interesado ocurrirá ante escribano público y formulará un acta que contenga:
1º El nombre, naturaleza, valor nominal, numeración y serie de los títulos, si tuvieran todos
esos requisitos o los que contengan;
Art. 753. Dentro de las 24 horas de firmada el acta será notificada a la oficina pública o a la
empresa emisora que corresponda, y se dará al interesado el testimonio que exija.
Art. 754. Esta notificación suspende los efectos del título o cupón en favor del nuevo tenedor,
de acuerdo con lo prescripto en los artículos siguientes, y el emisor publicará un aviso por un
mes en dos diarios locales, con un extracto de la denuncia hecha, y dará a las bolsas y
mercados la noticia correspondiente, para la debida publicación conforme al artículo 748.
Art. 755. Desde entonces, los dividendos o intereses vencidos y no pagados, y los que
vencieron en adelante, serán depositados en el banco público respectivo, en las épocas
fijadas para el pago.
Vencidos dos (2) años sin que se haya presentado un nuevo tenedor de los títulos o cupones,
el interesado reclamará del emisor el pago de los dividendos e intereses depositados y de los
que vencieren en adelante y el capital mismo, si fuera a la sazón exigible.
Art. 756. El emisor hará los pagos exigiendo garantía suficiente, la cual caducará a los dos (2)
años, si durante ellos no apareciera opositor.
Art. 757. Si dentro de los cuatro (4) años acordados por los artículos anteriores, no apareciera
el nuevo poseedor de los títulos o cupones, se presumirá que éstos no existen y no se
admitirá reclamo contra los derechos de su primitivo propietario, debiendo el emisor otorgarle
títulos duplicados, publicando avisos que declaren la caducidad de los primeros. Los
duplicados tendrán todos los efectos legales y comerciales que correspondían a aquéllos.
Art. 758. Los emisores que hayan hecho los pagos de acuerdo con las prescripciones de este
título, quedan exonerados de toda responsabilidad respecto del tercer poseedor, que pudiera
aparecer. Si los pagos hubieran sido hechos en perjuicio de dicho tercer poseedor, éste podrá
deducir acción personal contra el que recurrió invocando el carácter de propietario legítimo de
los papeles y contra la garantía, en su caso.
Art. 759. Si dentro de los plazos de dos (2) o de cuatro (4) años establecidos por los artículos
750 y 757, se presentara un tercer poseedor, el emisor lo hará saber inmediatamente y por
escrito al autor del reclamo, suspendiéndose los efectos de los artículos 748 y 753, si no se
hubieren cumplido, o reteniendo la garantía, en su caso, hasta que el tribunal competente se
pronuncie sobre el punto.
Art. 761. Toda negociación posterior al último día de la publicación, realizada en la plaza
donde se publicó el aviso, o verificada en otra plaza nacional, después de quince (15) días
contados desde el último de la publicación será nula, quedando a salvo los derechos del
comprador contra el vendedor y contra el corredor o rematador que hubiera intervenido, por el
reembolso y las pérdidas o intereses.
El comprador podrá también impugnar ante el emisor los derechos invocados por el primer
propietario.
Art. 762. Todos los gastos que originen las diligencias ordenadas por este título, serán de
cuenta del interesado en la conservación de sus derechos; y en los casos de contestación
judicial se estará a lo que las leyes de procedimientos dispongan.
Art. 763. En todos los casos en que sea plenamente justificada la destrucción de un título ante
los emisores, éstos tienen la obligación de expedir duplicados, publicando avisos.
Art. 764. La desposesión por cualquier causa de un billete de banco, no autoriza a exigir otro
en su lugar. El billete parcialmente destruido será cambiado con arreglo a las leyes y
reglamentos del banco emisor.
Art. 765. El propietario puede reivindicar su título de un tercer poseedor de mala fe dentro de
los plazos de dos (2) y cuatro (4) años respectivamente señalados en los artículos 750 y 757.
Decreto Nº 1.114/97.
Decreto-Ley Nº 6582/58, ratificado por la Ley Nº 14.467 (t.o. Decreto Nº 4560/73) y sus
modificatorias Leyes Números. 21.053, 21.338, 22.019, 22.130, 22.977, 23.077, 23.261,
24.673, 24.721, 25.232, 25.345 25.677 y 26.348.
Si el automotor hubiese sido hurtado o robado el propietario podrá reivindicarlo contra quien lo
tuviese inscripto a su nombre, debiendo resarcirlo de lo que hubiese abonado si la inscripción
fuera de buena fe y conforme a las normas establecidas por este decreto-ley conforme lo
establece el artículo 3.
6) Acción Confesoria. Definición legal. El art. 2264 del Código Civil y Comercial. Ámbito
de su aplicación. Defensa de la plenitud del derecho real. Caracteres. A quienes se
acuerda y contra quienes. Prueba. Efectos.
Acción confesoria.
Artículo 2795 Código Civil: La acción confesoria es la derivada de actos que de cualquier
modo impidan la plenitud de los derechos reales o las servidumbres activas, con el fin de que
los derechos y las servidumbres se restablezcan.
“Legitimación pasiva. La acción confesoria compete contra cualquiera que impide los
derechos inherentes a la posesión de otro, especialmente sus servidumbres activas”.
Caracteres:
Según el artículo 2264 CCyC compete contra cualquiera que impide el ejercicio de los
derechos inherentes a la posesión de otro.
Se acuerda a los acreedores hipotecarios cuando el titular del inmueble objeto de ese
derecho real de garantía resulta desposeído, turbado o impedido de ejercer su derecho. El
código derogado sólo concedía al acreedor hipotecario la acción confesoria y negatoria.
Artículo 2797 Código Civil: “La acción confesoria se da contra cualquiera que impida los
derechos inherentes a la posesión de otro o sus servidumbres activas”.
Prueba:
Artículo 2798 Código Civil: “Le basta al actor probar su derecho de poseer el inmueble
dominante, cuando el derecho impedido no fuese servidumbre; y su derecho de poseer el
inmueble dominante y su servidumbre activa o su derecho de hipoteca, cuando fuese tal el
derecho impedido”.
Efectos:
La sentencia que acoge la acción debe disponer el cese de toda resistencia u obstáculo para
que se ejerza plenamente la servidumbre.
7) Acción negatoria. Definición legal. El artículo 2262 del Código Civil y Comercial. Su
ámbito de aplicabilidad. La defensa de la libertad del Derecho Real. A quienes se
acuerda y contra quienes. Prueba. Efectos.
Acción negatoria:
Artículo 2800 Código Civil: “La acción negatoria es la que compete a los poseedores de
inmuebles contra los que les impidiesen la libertad del ejercicio de los derechos reales, a fin
de que esa libertad sea restablecida”.
ARTICULO 2262.-Legitimación pasiva. “La acción negatoria compete contra cualquiera que
impida el derecho de poseer de otro, aunque sea el dueño del inmueble, arrogándose sobre él
alguna servidumbre indebida. Puede también tener por objeto reducir a sus límites verdaderos
el ejercicio de un derecho real”.
Artículo 2801 Código Civil: La acción negatoria corresponde a los poseedores de inmuebles y
a los acreedores hipotecarios impedidos de ejercer libremente sus derechos.
Artículo 2802 Código Civil: Se da contra cualquiera que impida el derecho de poseer de otro,
aunque sea el dueño del inmueble, arrogándose sobre él alguna servidumbre indebida.
Prueba:
Artículo 2805 Código Civil: Al demandante le basta probar su derecho de poseer o su derecho
de hipoteca, sin necesidad de probar que el inmueble no está sujeto a la servidumbre que se
le quiere imponer.
Artículo 2806 Código Civil: Probándose que el acto del demandado no importa el ejercicio de
un derecho real, aunque el posee-dor fuese accidentalmente impedido en la libre disposición
de su derecho, la acción, si hubo daño causa-do, será juzgada como meramente personal.
Efectos:
Artículo 2803 Código Civil: La acción debe tener por objeto accesorio privar al demandado de
todo ulterior ejercicio de un derecho real, y la reparación de los perjuicios que su ejercicio
anterior le hubiese causado, y aun obligar al demandado a asegurar su abstención por una
fianza.
Puede también tener por objeto reducir a sus límites verdaderos el ejercicio de un derecho
real.
Finalidad de la acción de deslinde. “Cuando existe estado de incertidumbre acerca del lugar
exacto por donde debe pasar la línea divisoria entre inmuebles contiguos, la acción de
deslinde permite fijarla de manera cierta, previa investigación fundada en títulos y
antecedentes, y demarcar el límite en el terreno.
ARTÍCULO 2268 Código Civil y Comercial: Prueba y sentencia. Cada una de las partes
debe aportar títulos y antecedentes a efectos de probar la extensión de los respectivos
derechos, en tanto el juez debe ponderar los diversos elementos para dictar sentencia en la
que establece una línea separativa. Si no es posible determinarla por los vestigios de límites
antiguos, por los títulos ni por la posesión, el juez debe distribuir la zona confusa entre los
colindantes según, fundadamente, lo considere adecuado.
Cada una de las partes debe aportar títulos y antecedentes a efectos de probar la extensión
de los respectivos derechos. Admite todo tipo de prueba.
Predios contiguos en los que existe un estado de incertidumbre acerca del lugar donde debe
pasar la línea divisoria.
Titulares de la acción:
Artículo 2749 Código Civil: Esta acción compete únicamente a los que tengan derechos reales
sobre el terreno, contra el propietario del fundo contiguo.
Artículo 2750 Código Civil: Puede dirigirse contra el Estado respecto de los terrenos
dependientes del dominio privado. El deslinde de los fundos que dependen del dominio
público corresponde a la jurisdicción administrativa.
El acuerdo de partes.
Artículo 2753 Código Civil: El deslinde de los terrenos puede hacerse entre los
colindantes por acuerdo entre ellos que conste de escritura pública. Bajo otra forma
será de ningún valor. El acuerdo, la mensura y todos los antecedentes que hubiesen
concurrido a formarlo deben presentarse al juez para su aprobación; y si fuese
aprobado, la escritura otorgada por personas capaces, y la mensura practicada,
servirán en adelante como título de propiedad, siempre que no se causare perjuicio a
tercero. En lo sucesivo, el acto puede únicamente ser atacado por las causas que
permiten volver sobre una convención.
Artículo 2755 Código Civil: No siendo posible designar los límites de los terrenos, ni por los
vestigios antiguos ni por la posesión, la parte dudosa de los terrenos será dividida entre
los colindantes, según el juez lo considere conveniente.
Efectos.
La acción de deslinde es una acción real petitoria, si bien la sentencia que recae no debe
pronunciarse sobre la propiedad misma, sino sobre los límites espaciales de los fundos a
que se refiera, no causa cosa juzgada sobre la propiedad que impida recurrir a una acción
reivindicatoria y tiene carácter declarativo de esos límites o linderos.