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ANÁLISIS ECONÓMICO DEL DERECHO

RONALD COASE - COSTOS DE TRANSACCIÓN

Cajamarca, 17 de enero del 2019


COSTO DE TRANSACCIÓN

Los costos de transacción se refieren a los costos en que se incurre una persona
natural o jurídica para poder llevar a cabo un contrato en el mecanismo
económico del mercado. Las empresas y el crecimiento económico existen
porque al utilizar el mecanismo de mercado implica costos, de modo que las
empresas constituyen una manera más eficiente de organizar los recursos y
reducir los costos de llevar acabo cada transacción.

Las normas de Derecho de daños o responsabilidad civil extracontractual buscan


lograr que las personas realicen actividades que por sus características son
riesgosas, pero que estas se desarrollan y son socialmente útiles con niveles
eficientes de precaución. Este objetivo que se logra haciendo que, en
determinadas condiciones, el causante del daño asuma los costos que generó
su comportamiento ineficiente. Gracias a la responsabilidad civil el potencial
causante de un daño debe incluir este costo en su cálculo de costos
y beneficios a fin de decidir qué nivel de precaución habrá que tomar.

De acuerdo a Coase, la empresa y el mercado son medios alternativos de


organización económica. En el mercado, se transan bienes y servicios de
manera descentralizada. En el caso de la empresa en cambio, se determina
internamente cuáles transacciones se llevan a cabo y se establece un sistema
de organización jerárquica. Como podemos apreciar, esta constatación de que
contratar cuesta y el hecho que el mercado no es otra cosa que un inmenso
conglomerado de transacciones (contractuales), nos lleva a considerar que
utilizar el mercado puede ser costoso.

En otras palabras, los costos de transacción hacen prácticamente inviable la


solución contractual, esto debido a que al momento de celebrar el contrato estos
costos son elevados de los cuales no es posible realizar uno que beneficie a
ambas partes, por lo que en este sentido el derecho tiene la finalidad de intervenir
para determinar la solución más eficiente. Así por ejemplo en el problema de las
fábricas que emiten humos contaminantes es necesario que el estado intervenga
para determinar ciertas regulaciones administrativas o judiciales de las cuales
tengan como finalidad lograr el dinamismo económico social que la sociedad
necesita. En otras palabras, el concepto de costos de transacción explica por
qué no todo se puede solucionar por el mercado. Así, este artículo destaca que
cuando los costos de transacción no son prohibitivos, la gente llevará a cabo
transacciones generalizadas, creando así mercados, no sólo para evitar caer en
«ineficientes» estructuras jerárquicas y centralizadas, sino también para llenar el
vacío dejado por la inexistencia de mercados o mecanismos de organización
centralizada.
De esta manera el Teorema de COASE se formula de dos maneras diferentes:

La primera: «Si los costos de transacción son iguales a cero, no importa la


solución legal que se adopte, pues siempre las partes involucradas, a través de
transacciones en el mercado, llegaran a la solución más eficiente.»

En el presente ejemplo; si lo más eficiente es que haya contaminación, el


mercado llevará a que haya contaminación. Si lo más eficiente es que el aire
quede limpio, el mercado nos llevará a una atmósfera pura. Además, debemos
entender que siempre hay costos vinculados a la celebración de cualquier
contrato; en el sistema contractual privado por ejemplo las normas son
principalmente supletorias a la voluntad de las partes y la intervención estatal se
minimiza bajo la idea de la autonomía privada. El Derecho Contractual es lo que
más se parece al mundo ideal de COASE.

De esta manera según Coase, realiza un razonamiento en el cual si los costos


de transacción es igual a cero no hay impedimento alguno para no contratar y
generar riqueza en la sociedad, sin embargo en un ejemplo de los conflictos
sociales en empresas mineras principal actividad que conlleva a contribuir en el
PBI nacional, es un claro ejemplo donde los costos de transacción es muy
elevada por lo que en muchas realidades hace que no exista un contrato efectivo
entre empresas y población, por la cual necesariamente interviene el estado para
fijar normas específicas de los cuales no se pueda beneficiar a ambas partes y
generalmente en estados que dependen de esta actividad esta protección
empresarial hace que exista una sobreprotección de los mismos perjudicando a
la población que en principio debiera ser favorecido con tal actividad. En términos
sencillos los costos de transacción son los costos de celebrar un contrato, y que
en ciertas circunstancias son tan altos que pueden evitar que se perfeccione el
acuerdo, o llevar a que éste se perfeccione en términos ineficientes.

La segunda: «Si los costos de transacción son significativamente superiores a


cero, si importa la solución legal que se adopte para llegar a la solución más
eficiente.»

El Teorema de COASE nos enseña que la diferencia radica no en si hay o no


contrato, sino en la capacidad que tiene el sistema contractual, dados los costos
de transacción existentes, para llegar a una eficiente asignación de recursos es
necesario «descubrir con quién desea uno tratar, informarse acerca de qué se
desea intercambiar, establecer los términos en que habrán de llevarse a cabo,
proceder a las negociaciones que llevaran al acuerdo, preparar los términos del
contrato y comprometer la inspección necesaria para asegurar que sus términos
están siendo observados.

Por ejemplo, si un microbús no revisa sus frenos incrementa las posibilidades de


causar un accidente. Si el accidente ocurre y el microbusero no responde por él,
está externalizando parte del costo de su actividad a la eventual víctima. Como
el microbusero no asume los costos que genera, no hará las reparaciones
adecuadas a sus frenos. Imaginemos que el microbusero obtiene una utilidad de
S/. 1,000 por el uso de su vehículo. El hecho de no reparar los frenos hace que
los potenciales daños a las víctimas se eleven en digamos, S/ 2000.

Resulta que reparar los frenos solo tiene un costo de S/. 200. Los S/. 2000 son
una externalidad. Son parte del costo social de la actividad de los microbusero,
pero no del costo privado de los mismos.

Esto crea una divergencia entre el costo social que el verdadero costo que
una actividad genera a la sociedad, y el costo privado, que es el que toma
en cuenta los individuos para decidir cómo comportarse, y que se identifica
con el costo de producción de un recurso. Con una inversión de S/. 200 se
evita una pérdida de S/. 2000 en daños. Se da pues un ahorro de S/. 1800, pero
si el microbusero no tiene que pagar los daños que genera no encontrará razón
lógica para gastar S/. 200 que reducen un costo que él nunca asume.

Quedando claro, la real diferencia entre costo privado y costo social, ya que uno
está relacionado los gastos operativos de la empresa para realizar sus
actividades normalmente, mientras el costo social es el que está relacionado con
la actividad que genera en la sociedad, los mismos que se encuentran en
divergencia porque necesariamente se tiene que tener una regulación estatal
para las posibles consecuencias negativas en la sociedad de causar daños la
empresa en caso de accidentes vehiculares., ya que esta responsabilidad no
esta directamente relacionado con el contrato de pasajero y conductor, sino más
bien a una consecuencia de la regulación estatal.

Si cambiamos la regla de no responsabilidad por una de responsabilidad las


cosas son diferentes. Si el microbusero tiene que pagar los daños que ocasiona,
su utilidad de S/. 1000 se convierte en pérdida de S/. 1000. Recibe beneficios
por S/. 1000 pero al tener que pagar indemnizaciones por S/. 2000 sufre una
pérdida, o arregla sus frenos. Retirarse del negocio no genera ganancias pero
tampoco pérdidas. Deja de ganar S/. 1000, pero también deja de causar daños
S/. 2000 que tendría que indemnizar. La segunda opción, reparar los frenos,
resulta más razonable. Asumirá un costo de S/. 200, con lo que su utilidad se
reduce a S/. 800. Pero elimina un costo en indemnizaciones de S/. 2000. Como
ganar S/. 800 es mejor que no ganar nada, y si no existe otra actividad en la que
puedan utilizare los mismos recursos a un rendimiento mayor, el microbusero
decidirá arreglar sus frenos.

El ejemplo más común es el del humo de una fábrica que provoca efectos
nocivos en los que ocupan las propiedades vecinas. El análisis económico de tal
situación se ha realizado usualmente en términos de una divergencia entre el
producto privado y social de la fábrica, siguiendo el tratamiento de Pigou. La
conclusión a la que parece haber conducido este tipo de análisis a la mayoría de
los economistas es que sería deseable responsabilizar al dueño de la fábrica por
el daño causado a los afectados por el humo, o, alternativamente, fijar un
impuesto variable al propietario de la fábrica según la cantidad de humo
producido, equivalente en términos monetarios al daño que causa, o, finalmente,
excluir a las fábricas de los distritos residenciales (y presumiblemente de otras
zonas en las que el humo tendría efectos perjudiciales). Si los factores
productivos son considerados como derechos, se hace más fácil comprender
que el derecho a hacer algo que tenga un efecto dañino (tal como la creación de
humo, ruido, olor, etc.) es también un factor de producción.

Así como podemos usar un pedazo de tierra de forma tal que evite que alguien
cruce por ella, o estacione su auto, o construya su casa, también podemos usarla
de forma tal que le neguemos a ese alguien un panorama, o la quietud, o el aire
puro. El costo de ejercitar un derecho (de usar un factor de producción) es
siempre la pérdida que sufre la otra parte como consecuencia del ejercicio de
ese derecho: la incapacidad para cruzar la tierra, estacionar el auto, construir
una casa, disfrutar de un paisaje, tener paz y quietud, o respirar aire puro.

Es decir, el punto central en la teoría cousiana es el concepto de «costos de


transacción». La idea es muy sencilla: celebrar un contrato cuesta. Si yo quiero
comprar una casa debo identificar la casa que quiero comprar y quién es su
propietario. Ello implica invertir una serie de recursos (tiempo y dinero) en buscar
casas, compararlas, informarme de sus precios y elegir la que finalmente me
gusta. Pero luego tengo que negociar con el probable vendedor que también
deberá invertir recursos en ubicarme y en averiguar quién soy. Esta negociación
puede consumir también una cantidad importante de recursos.

Mientras nos ponemos de acuerdo puedo perder oportunidades de celebrar otros


contratos, perder mi tiempo en discusiones interminables, invertir recursos en
negociar y en tratar de convencer a la otra parte con mi propuesta. Luego
tenemos que contratar un abogado que también invertirá tiempo y dinero en
redactar un contrato y en hacer el estudio de títulos correspondientes para
asegurar mi adquisición.

Si mi deseo por una casa nueva y el del vendedor de recibir dinero lo justifican,
estaremos dispuestos a incurrir en toda esta serie de costos, que pueden llegar
a ser importantes, para perfeccionar la transferencia de la propiedad de la casa
y el pago del precio. Estos costos son lo que Coase llamó costos de transacción.

Como podemos apreciar, esta constatación de que contratar cuesta y el hecho


que el mercado no es otra cosa que un inmenso conglomerado de transacciones
(contractuales), nos lleva a considerar que utilizar el mercado puede ser costoso.

Pero bajo ciertas circunstancias, los costos de transacción pueden impedir que
un contrato se celebre, a pesar de que, este contrato pudiera ser razonable y
beneficioso para ambas partes.

Por ejemplo, una fábrica podría obtener beneficios por S/. 1,000 pero, por medio
de la contaminación generar daños a sus 5,000 vecinos por S/. 1. a cada uno,
porque se ven afectados con enfermedades a las vías respiratorias. Obviamente
la sociedad estaría mejor si la fábrica cerrara, porque sólo produce S/. 1,000 de
beneficios y S/. 5,000 de pérdidas.
La pérdida social sería de S/. 4,000. En tal sentido, y asumiendo que la fábrica
tiene el derecho a continuar produciendo, lo que implícitamente la autoriza a
contaminar, existe una buena razón para que los vecinos celebren un contrato
con la fábrica por medio del cual, y a través de un pago, ésta dejara de producir.
Imaginemos que los vecinos se ponen de acuerdo para aportar cada uno S/. 0.40
(con lo que obtendrían S/. 2,000 en total) con los que irían a la fábrica y le
propondrían cerrar. Obviamente la fábrica aceptaría, pues recibiría S/. 2,000 (es
decir S/. 1,000 más que antes) por cerrar su fábrica. Los vecinos también
estarían mejor porque si bien se gastan en total S/. 2,000, se están ahorrando
en la práctica S/. 3,000 pues se alivian S/. 5,000 en daños.

El problema en este ejemplo es que esta solución contractual es poco probable.


Los costos de conseguir que se identifique a los 5,000 afectados, que se pongan
de acuerdo sobre el monto de los daños que sufren y sobre cuánto están
dispuestos a pagar para evitarse la contaminación pueden ser elevadísimos.
Adicionalmente cada uno de los vecinos tratará de ser «un viajero gratis» en la
campaña de conseguir qué fábrica se cierre. Así cada uno intentará ocultar cuál
el verdadero daño que sufre para tratar de contribuir con menos de los S/. 0.40
que les solicitan para solucionar el problema.

En otras palabras, los costos de transacción hacen prácticamente inviable la


solución contractual. Así las opciones son o que el Estado intervenga
prohibiendo la contaminación, o estableciendo un sistema de responsabilidad
civil que haga que las fábricas paguen por los daños que ellas causan así, por la
vía de internalización de los costos que los contaminadores producen, se logre
que cierren aquellas fábricas que causan socialmente más daños que beneficios.

De esta manera, de los ejemplos y teoría descrita es importante mencionar la


importancia del análisis propuesto por Ronald Coase, genera una mejor
interpretación en las decisiones jurídicas y formativas del derecho, al
implementar no solo una visión de la argumentación jurídica, sino también
económica y social, pues el bienestar de la población está supeditada a la
superestructura económica, del cual, a mayor cantidad de contratos más
intercambio comercial y a mayor intercambio comercial, mayor riqueza y
bienestar para la población.

1. Ronald Coase y El Sistema Jurídico.


2. Bullard. A. (2013). Los Zapatos De Cartón De Ronald Coase.
3. Breve Guía Para Leer El Problema Del Costo Social De Ronald Coase.
4. Bullard. A. (1992). ¿Puede el Teorema de Coase explicarnos el problema del Transporte Público?
5. Coase. R. (2011). El Problema Del Costo Social. Cip. Ecosocial.

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